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Herramientas de apoyo a la escritura
científica
[4.1] ¿Cómo estudiar este tema?
[4.2] Ingredientes del proceso de escritura
[4.3] Herramientas: editor, figuras, citas, artículos auxiliares
[4.4] Escritura colaborativa
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TE
MA
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – Esquema
Esquema
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
Ideas clave
4.1. ¿Cómo estudiar este tema?
En este tema vamos a poner en práctica muchos de los conceptos cubiertos hasta ahora.
Primero, lee la primera actividad. Este será el objetivo de este tema. Debes escribir
una revisión de un artículo que incluya figuras, citas bibliográficas e incluso tablas
con datos. Para ello debes luego leer la sección sobre los ingredientes del proceso de
escritura y pensar en cómo harás tu revisión.
Lo siguiente a atacar son las herramientas. Primero realiza la actividad en la que
instalamos un gestor de documentos. Luego visualiza la lección magistral en la
que se muestra cómo integrar la búsqueda y uso de citas bibliográficas. Toda tarea
asociada con la escritura científica es susceptible de ser apoyada por alguna
herramienta. El editor es el ejemplo más claro, pero hay muchas otras tareas que
necesitan herramientas auxiliares, y por tanto también tú lo necesitarás.
Finalmente, lee la sección sobre escritura colaborativa. Es muy probable que tengas
que realizar tareas de este tipo en el futuro cuando colabores en un equipo de
investigadores.
4.2. Ingredientes del proceso de escritura
Antes de estudiar en detalle las herramientas que nos pueden asistir en el proceso de
escritura conviene dibujar lo más detalladamente posible los ingredientes del
proceso. Si nos imaginamos un proceso de escritura concreto, con sus diferentes
fases, podemos a continuación entender el cometido de las diferentes herramientas
.
Al igual que en ocasiones anteriores, y con un patrón que ya se repite en este curso, no
hay una definición exacta de qué pasos o fases son necesarios para escribir un
documento científico. Pero también, al igual que en casos anteriores, vamos a
considerar un escenario concreto para así poder trabajar con un ejemplo concreto
.
En el futuro es posible que encuentres escenarios de escritura que difieran del
presentado en este tema.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
Lectura de literatura previa
El trabajo de escritura comienza mucho antes de abrir un editor y escribir una palabra
en un documento. El primer paso es adentrarse en un ámbito científico, y esto se
hace leyendo publicaciones
en ese ámbito. Consideramos, por tanto, este el primer
paso. ¿Qué operaciones se derivan de este primer paso?
La primera observación es que para adentrarse dentro
de un área concreta de la ciencia en necesario leer un
número elevado de documentos. Por supuesto, no
hay número establecido en ningún sitio, pero se intuye
que cuanto más detallada sea la visión de un ámbito,
mejor se pueden entender los problemas no
resueltos, los enfoques existentes y preparar la
creación de una idea o trabajo nuevo. En términos de los ingredientes del proceso de
escritura
, esto se traduce que el autor debe leer, comentar, anotar y construir su
colección de trabajos leídos.
Con esta colección de artículos leídos el autor es muy probable que tenga que
consultar sus notas, repasar resultados presentados, o buscar simplemente un artículo.
Se precisa, por tanto, de algún tipo de mecanismo de gestión documental. Esto no
quiere decir necesariamente que se tenga que utilizar alguna herramienta, simplemente
constatamos el hecho de que es muy probable (si no seguro) que el autor tenga que
manejar una colección de artículos anotados
a la que incorpora constantemente
nuevos artículos.
En la siguiente figura se muestra una ilustración que captura la complejidad de esta
operación.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
En un documento se incluyen citas de múltiples trabajos que forman parte de una
colección. En esta colección están los datos precisos de estos trabajos (autor, título,
revista o foro en el que se ha publicado, fecha, etc.). De ahí se extrae la información
detallada que se incluye en la última sección del documento, y a la vez se incluye la cita
apropiada en el medio del texto.
Dos aspectos hacen de esta tarea algo complejo. La colección de citas puede ser
modificada de múltiples formas (no sólo mientras se escribe el documento) y un mismo
documento puede ser citado por varias publicaciones con diferentes estilos. En las
siguientes secciones volveremos sobre este tema.
Trabajo experimental
Por trabajo experimental nos referimos ya al trabajo del autor o equipo de autores del
que se derivará la idea central de la publicación. Bajo esta denominación no
pretendemos incluir únicamente trabajo que requiera experimentos explícitos, sino
todas aquellas tareas que derivan en el núcleo del trabajo a incluir en la futura
publicación científica. En general hay dos tareas que podemos asumir que aplican a
un número alto de posibles escenarios. La primera es la documentación de este
trabajo. En ella se debe incluir las premisas que se asumen, las condiciones bajo las
cuales se desarrolla el trabajo y todo aquello que se crea relevante para su futura
comunicación
.
Entornos en los que este trabajo se va a someter a una revisión exhaustiva, se presta
especial atención parar documentar el trabajo de forma que pueda ser replicado por
cualquier otro investigador. La segunda tarea de la que se suele obtener información es
en la recopilación de resultados. Especialmente en aquellos ámbitos de la ciencia
en que esos resultados son numéricos, esta tarea toma especial relevancia. Es preciso
recopilar los datos y organizarlos de manera que faciliten las fases posteriores de
análisis
.
Un ejemplo que se adapta muy bien a este escenario descrito sería un estudio
médico. Por lo general, se pretende demostrar que una idea previamente concebida
redunda en una mejora de algún aspecto médico relativo a una enfermedad. Para ello
se concibe un experimento que tiene que estar muy bien documentado. Al
implementarse este experimento se obtienen una serie de datos que se guardan en
formatos que típicamente son leídos por paquetes estadísticos
para realizar el
correspondiente análisis y presentar las conclusiones.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
Redacción del documento
Es la parte más intuitiva de todo el proceso. Mediante un editor de texto se
escribe el documento científico. Pero este proceso no es tan simple como escribir las
secciones una tras otra. Aunque es difícil generalizar, pues cada autor tiene un estilo
propio de escritura, podemos decir que es muy probable que durante el proceso de
escritura el documento sufra modificaciones
constantes y profundas hasta en su
estructura más básica.
Por ejemplo, la división del material
a incluir en secciones puede sufrir cambios
importantes. Una porción de texto que está inicialmente en una sección puede pasar a
otra. Una sección que empieza a tener mucho texto es susceptible de ser dividida en
dos. Análogamente, dos secciones que se pensaban que deberían ser independientes, al
final tienen una temática muy parecida y son susceptibles de ser unidas.
Es, por tanto, razonable asumir que los cambios en el texto son muy frecuentes y de
diversa envergadura. Pero además de estas tareas, que son las que nos facilita un editor
de texto, hay una serie de aspectos adicionales a tener en cuenta. El documento puede
requerir el uso de imágenes
. Estas imágenes pueden ser creadas mediante otra
herramienta y luego incrustadas en el texto.
Las secciones de introducción y trabajos relacionados mencionarán numerosos
artículos ya leídos y que son parte de la colección que se ha comentado en esta misma
sección. Aparece, por tanto, la necesidad de incrustar en el texto citas bibliográficas
.
Este aspecto de la escritura es muy importante y merece un trato más a fondo. La cita
bibliográfica tiene dos partes. La primera de ellas es lo que se inserta en el lugar en el
texto en el que aparece la cita. Existen múltiples formatos para incluir esta cita
desde un número entre corchetes (por ejemplo [3]), hasta el nombre de los autores
seguidos por el año de publicación (por ejemplo (Johnson, 1997). La segunda parte
de la cita es la información detallada
sobre la publicación que debe aparecer al final
del documento en su propia sección. Ahí aparece el nombre de todos los autores, título,
revista o congreso en el que se ha publicado, fecha, páginas, etc.
Aunque sí hay múltiples documentos explicando el formato de estas citas así como la
información que deben incluir, la gran variedad de documentos que pueden aparecer,
hace difícil la armonización total. Por ejemplo, en algunos documentos aparecen citas
bibliográficas que al final del documento incluye únicamente el nombre del autor
seguido de “comunicación personal”. Esta es una forma de dar crédito a un colega
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TEMA 1 – Ideas clave
por información que se ha obtenido de una conversación informal de la que no ha
quedado constancia escrita en ningún sitio.
La presencia de estas citas bibliográficas aunque parece un detalle más en el entramado
que conforman las diferentes actividades
a la hora de escribir un documento
científico, son un aspecto que puede provocar problemas cuya solución no escala para
documentos complicados.
Pensemos, por ejemplo, en un documento de cierta entidad (digamos un artículo de 25
páginas) en el que se incluyen un número elevado de citas bibliográficas.
Supongamos que el estilo utilizado en la cita es el número rodeado por corchetes (esto
es, por ejemplo [3]). ¿Cómo se ordenan estas citas? Suelen aplicarse dos criterios. O por
orden de aparición, o por orden alfabético de autores. En el primer caso, si se
ordenan en la sección de citas por orden de aparición, ¿qué sucede si durante la fase de
cambios en el documento movemos las citas de orden? En principio debemos editar la
sección de bibliografía
y ordenar las citas de forma apropiada.
En el caso de incluir las citas por orden alfabético, ¿qué sucede cada vez que
insertamos una cita en el medio del texto? Debemos añadirla a la sección de citas y
reordenar las referencias en el texto a todas aquellas que cambien de posición en esta
sección final. Ya podemos ver, que en cualquiera de los casos, se precisa de un
procedimiento que simplifique esta gestión
. Por suerte, los editores ofrecen este
tipo de funcionalidad tal y como comentaremos en los siguientes apartados.
Otros elementos presentes en el documento
Además del texto, el documento suele requerir otros recursos. Por ejemplo, figuras.
Estas figuras suelen ser muy útiles para ilustrar una idea o soportar la presentación de
un contexto
en el artículo. Como todo recurso, hay que usarlo con mesura, un exceso
de figuras o ilustraciones puede ser tan dañino o más que la ausencia total de ellas.
Pero para elaborar estas figuras, típicamente se requieren herramientas complejas, en
las que se pueden crear ilustraciones con objetos no triviales, sombras, colores,
conexiones, etc.
Por este motivo, es posible que la confección de estas figuras se haga al margen del
editor de texto. Esto supone dos cosas. Por un lado el uso de otra herramienta (se verán
ejemplos en la sección siguiente) y por otra la inclusión de estas figuras en el
documento. Con las figuras sucede algo similar a lo que se ha descrito anteriormente
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TEMA 1 – Ideas clave
con los cambios en un documento. Es muy probable que conforme se va avanzando en
la escritura se tengan que hacer cambios
en las figuras de un texto.
Si trabajamos en el escenario en el que las figuras se elaboran al margen del editor, el
proceso de inserción debe repetirse cada vez que se haga algún cambio. De nuevo,
aunque son operaciones triviales, no suelen escalar para documentos que contienen un
número elevado de figuras.
Otro elemento a tener en cuenta es la
inclusión de resultados en tablas. Estos
resultados suelen extraerse de la fase de
análisis que a su vez, posiblemente parte de
datos en crudo obtenidos en la fase de
trabajo experimental. Un problema que
debe solventarse durante la fase de escritura
es el riesgo a introducir un error en los datos durante su transcripción
.
Por ejemplo, supongamos que un autor quiere incluir los datos numéricos de un
experimento que ha realizado. Esos datos se obtienen mediante un paquete
estadístico. Pero al incluirlos en el documento, los transcribe “a mano”, es decir,
mirando un documento y escribiéndolo en el otro. Este proceso es extremadamente
frágil con respecto al a introducción de errores. Pero evitar estos problemas no es
difícil. Se requiere una forma, cuando menos “semiautomática” de transferir los
datos del análisis estadístico a su lugar en la publicación. Este mecanismo es
fundamental de nuevo en el escenario en el que puede haber cambios esporádicos
en estos datos. Los editores convencionales ofrecen mecanismos para poder incrustar
estos resultados sin apenas intervención del usuario, y por tanto, se pueden propagar
posibles cambios durante la fase de escritura.
Con los gráficos sucede lo mismo. Su dependencia de los datos es idéntica, y
generalmente se crean utilizando ya alguna herramienta. La integración de esta
herramienta con el editor es importante tenerla en cuenta para cuando se realizan
cambios, especialmente en los parámetros de visualización, y se requiere una versión
actualizada en el artículo que se está escribiendo.
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TEMA 1 – Ideas clave
Revisiones y realimentación sobre el documento
Esta fase del documento es la que más variaciones puede sufrir de un escenario a
otro. Para la discusión del material en este tema vamos a asumir que el proceso de
creación de un documento científico llega a un punto en el que ya no se añade
material nuevo, sino que se realizan revisiones de diferentes tipos para pulir el
contenido inicial. Los tipos de revisiones también son altamente dependientes de
cada escenario, pero para simplificar podemos hablar de tres tipos de revisiones:
contenido, sintaxis/ortografía y gramática.
Por revisión de contenido entendemos
pequeños ajustes en el texto, párrafos que hay
que reescribir, partes de una sección que
necesitan ser extendidas un poco, algún aspecto
que no se ha mencionado y necesita incluirse, etc.
Por cambios sintácticos nos referimos a
errores que se pueden detectar con un corrector ortográfico y que se dejan para el
final para evitar corregir texto que no está en su versión definitiva. Análogamente, por
cambios gramáticos nos referimos al uso de alguna herramienta que puede detectar
fallos de concordancia de género, expresiones incorrectas, etc. En principio ninguno de
estos cambios son complejos de gestionar, pero en el escenario que estamos utilizando
como referencia sí suelen ejecutarse en las últimas fases del documento. Asumiendo,
como hemos hecho hasta ahora, que los cambios en un documento comienzan siendo
grandes y tienden a reducirse, es lógico esperar hasta llegar a una versión cercana a la
final para realizar estas operaciones.
Las complicaciones derivadas de estas tareas no son tantas cuando hay un único
autor, pero sí pueden tener cierta relevancia cuando se contempla un escenario de
escritura colaborativa que se comentará en detalle en una sección posterior.
4.3. Herramientas: Editor, figuras, citas, artículos auxiliares
Una vez identificadas las operaciones más típicas que surgen durante la creación de
una publicación científica, en esta sección vamos a dar ejemplos concretos de
herramientas que ofrecen algún tipo de soporte a esas operaciones. El número de estas
herramientas, es enorme, y sigue creciendo conforme avanza la tecnología. Un
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estudio, aunque sea sólo genérico, de estas herramientas requeriría demasiado tiempo
enumerando las diferencias entre ellas.
Por este motivo, se ha adoptado una filosofía basada en ejemplos. Se ha seleccionado
una herramienta de las disponibles y se menciona brevemente para situarla en el
contexto de las tareas de edición. Con toda seguridad existan otras herramientas
que ofrezcan funcionalidad similar o incluso mejorada. Se deja al estudiante que
explore y busque aquellas con las que sienta más cómodo. El objetivo que se persigue
no es el utilizar una herramienta u otra, sino el saber escoger aquella que más nos
facilita el trabajo de escritura.
El editor
Esta es la herramienta por excelencia. En ella es donde se confecciona el
documento. Uno de los editores más populares (quizás el más popular) es el que se
incluye en la suite “Office” de la empresa Microsoft con el nombre de “Word”. Hoy en
día el uso de este editor está tan extendido que casi se puede asumir que todo científico
ha tenido alguna experiencia con él. Existen versiones similares pero que no están
vinculadas a la empresa Microsoft. Algunas de ellas, como por ejemplo OpenOffice o
LibreOffice son de código libre.
Pero uno de los aspectos más importantes a considerar cuando se utiliza un editor no es
tanto la funcionalidad típica (formato de párrafos, negrita, tipos de letra, etc.) sino
la funcionalidad que ofrece para las tareas más específicas de escritura científica.
Por ejemplo, Microsoft Word ofrece una capacidad limitada para crear ilustraciones
dentro del propio editor. No es extraño el uso de una herramienta auxiliar para la
creación de estas ilustraciones que luego son empotradas en el documento. A
continuación se muestra el menú de gestión de ilustraciones de Word en su versión de
2007:
Como podemos comprobar, el énfasis no está en diseñar ilustraciones elaboradas, sino
en seleccionar alguna de una colección previa, incluir formas más comunes, o
simplemente insertar una imagen generada con una herramienta externa al
editor.
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Otro aspecto muy importante es la gestión de referencias. En este caso, por
“referencias” queremos decir no sólo citas bibliográficas, sino también tablas,
figuras, etc. En documentos científicos es muy común referirse a una sección
anterior del texto. Dada la alta tasa de cambios en estos documentos no es
recomendable insertar en el texto literalmente “Sección 2”, sino que en lugar de esto
se inserta una referencia a una sección determinada. El editor luego se encarga de
reemplazar ese texto por el número correcto derivado de la estructura del artículo. En
la siguiente figura se muestra el menú de referencias que incluye Microsoft Word en su
versión 2007.
Este tipo de técnicas suelen dejarse a la decisión del autor. Es decir, no hay un
mecanismo que impida referirse a una sección con un texto fijo (“Sección 3”, por
ejemplo), pero para adquirir una técnica de escritura eficiente se recomienda
utilizar esta funcionalidad. La situación es análoga si queremos incluir un índice al
comienzo de nuestra publicación. En lugar de escribir los títulos directamente en el
índice debemos utilizar la función del editor para generar un índice automáticamente.
Para ello es imprescindible marcar los títulos de las secciones y sub-secciones
como tales, pues si no, el editor es incapaz de generar un índice correcto.
El caso de las citas bibliográficas es otro aspecto que conviene tratar más a fondo.
En una publicación científica, como hemos dicho, se suelen incluir un número
elevado de referencias a artículos relacionados. El editor debe ofrecer una
funcionalidad que nos permita manipular estas citas de forma eficiente. El editor
Word ofrece funcionalidad para insertar en el texto una cita bibliográfica e introducir
en ese momento (o en otro posterior) los detalles de la publicación citada. En la
siguiente figura se muestra el menú de la versión 2007 del editor.
De este menú ya podemos deducir cómo trabajar con las citas. Por ejemplo, el menú
desplegable que en la figura tiene el nombre “APA” permite cambiar el estilo de cita. La
opción de “Administrar fuentes” se incluye para gestionar un número elevado de
citas. Este es quizás el aspecto más delicado de esta funcionalidad. Cuando un autor
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comienza a publicar con cierta frecuencia, el conjunto de citas bibliográficas de las
que dispone es muy elevado. Se requiere, por tanto, funcionalidad adecuada para poder
buscar, seleccionar e insertar la cita apropiada.
En este punto los editores existentes pueden adoptar el esquema similar a Microsoft
Word en el que se ofrece toda la funcionalidad desde el propio editor, o por el
contrario, dada la complejidad del problema, asumir que se solventa con una
herramienta externa y divisar algún mecanismo de conexión con el editor. La idea
es similar a lo que hemos descrito con las ilustraciones. En lugar de ofrecer un editor de
ilustraciones, se ofrece unas funciones básicas que en caso de no ser suficientes,
requieren el uso de una externa.
El problema de las soluciones “auto-contenidas” es que tienen que garantizar que
la funcionalidad ofrecida es suficiente. En el caso de las referencias bibliográficas,
la solución que ofrece Microsoft Word tiene algunos inconvenientes. El principal es
que los ficheros en los que guarda las citas bibliográficas, aunque accesibles, son
internos al editor. Mientras el autor utiliza el editor puede introducir los datos de una
nueva cita bibliográfica sin problemas. Pero no se contempla la situación en la que el
autor está leyendo un documento y quiere incorporar su cita a ese fichero. Para ello
debe abrir el editor y escribir los datos como si los fuese a insertar en un documento.
Otro aspecto que complica más esta funcionalidad y sobre el que se comentarán más
detalles en la siguiente sección es cuando el conjunto de citas bibliográficas no las
obtiene una sola persona sino que se obtienen de forma colaborativa. En este caso,
la compartición de datos es más complicada.
Otros sistemas de composición de textos. LaTeX
Además del editor que ofrece Microsoft, en el ámbito científico, y más
concretamente comenzando por el área de matemáticas se introdujo hace años otra
herramienta orientada específicamente a la creación de documentos científicos.
LaTeX (que a su vez es una versión ampliada de otra herramienta denominada TeX)
apareció en el año 1984 como un sistema que dado un texto descrito con un lenguaje
de marcado especial, produce una versión lista para ser publicada. El enfoque
adoptado por esta herramienta es muy diferente a los editores convencionales. En lugar
de trabajar con un documento y modificar su estructura viendo el efecto que tiene en su
aspecto final de forma directa, LaTeX recibe un documento con marcajes. Este tipo
de documento es un fichero con texto plano en el que las propiedades especiales que
tenga un texto van incluidas en el propio texto mediante una palabra especial.
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Por ejemplo, para enfatizar una palabra, en un editor visual simplemente se
seleccionaría y se elegiría este tipo de estilo (quizás con una fuente en itálica). En
LaTeX, en cambio, esta particularidad de una palabra se destaca utilizando la palabra
“\emph” e incluyendo entre llaves la palabra a enfatizar, esto es “\emp{palabra a
enfatizar}”.
La principal diferencia de LaTeX con los editores visuales es que el autor trabaja sin
“ver” el aspecto final de su documento. En su lugar, trabaja con las órdenes
incristadas en el medio del texto mediante las palabras clave (o “marcajes”).
LaTeX, por tanto, no es un editor, sino un conjunto de herramientas que recibe como
entrada este fichero de texto con el marcaje, y produce, eso sí, un documento final listo
para publicar.
El principal escollo para el uso de LaTeX es que tiene una curva de aprendizaje
inicial importante. El cambio de paradigma de “ver” lo que se escribe a “indicar” el
formato de lo que se quiere, no es intuitivo. El contexto en el que este enfoque tiene
mayor potencia, y que en parte está detrás de la motivación para crear esta herramienta
es el de las ecuaciones matemáticas. El aspecto visual de una ecuación puede ser
extremadamente complicado debido al uso de índices, subíndices, matrices, cajas,
numeración, flechas, etc.
Por este motivo, LaTeX utiliza un lenguaje en el que la estructura de una ecuación se
puede describir perfectamente con órdenes que luego serán procesadas por la
herramienta pertinente para generar la visualización perfecta de la ecuación. Por
contra, en editores visuales, las ecuaciones suelen requerir un menú especial
bastante complejo debido al amplio número de estructuras posibles de una ecuación.
El enfoque basado en el '”marcaje” asume que el documento, en su totalidad, está
escrito en texto plano. Esto simplifica enormes problemas de compatibilidad
entre versiones. Un fichero escrito hace tiempo para una versión antigua de LaTeX
siempre puede ser abierto por un editor.
La razón es que al ser de texto plano, cualquier editor de estas características lo puede
abrir. Eso sí, es posible que en su interior se utilicen marcajes que hayan quedado
obsoletos. Pero aún en este caso, el fichero se puede abrir y manipular. En otras
aplicaciones, la apertura de un fichero de una versión anterior requiere una traducción
y siempre suelen aparecer problemas de compatibilidad cuando se comparten
documentos.
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Ilustraciones
En esta sección asumimos que el autor necesita una herramienta para la creación de
ilustraciones que eventualmente serán incrustadas en el documento final a
través del editor. La herramienta que se ha elegido como ejemplo es Inkscape1
. Esta
herramienta es de código libre y ofrece funcionalidad muy completa para la creación
de ilustraciones de cierta complejidad.
Las características que son deseables en una herramienta de estas características es que
sea rica en funcionalidad, que pueda importar algún tipo de formato de los más
comunes, y que pueda exportar a los formatos más típicos que manipulan los
programas de creación de textos. En el caso concreto de Inkscape, el formato utilizado
para guardar las figuras es “SVG” (iniciales del inglés “Scalable Vector Graphics) que se
ha concebido para que las imágenes que almacena puedan ser escaladas (esto es,
modificadas en tamaño) sin pérdida de su calidad.
Además de poder leer ficheros de imágenes en este formato, también permite importar
en formato PDF y Adobe Illustrator. Al ser una herramienta de código abierto,
cualquier persona puede contribuir a su mejora. Por este motivo, y mediante
extensiones al programa, se pueden importar más formatos tales como JPEG, PNG,
GIF, etc. De forma análoga, las figuras creadas con esta herramienta se pueden
exportar a los formatos más típicos de publicación: PNG, PDF, EPS, HPGL,
LaTeX, etc. La herramienta también ofrece la posibilidad de importar imágenes del
proyecto OpenClipart en el que cualquiera puede diseñar y contribuir una imagen en
formato SVG que puede ser utilizada libremente por cualquiera.
El editor manipula imágenes en capas, rota objetos, escala, alinea, etc. Lo más
destacado son las operaciones de conjunción, disyunción etc. de superficies. También
ofrece un soporte extensivo para líneas curvas, manipulación de trayectorias, texto
sobre trayectorias curvas, número elevado de fuentes, polígonos, objetos en tres
dimensiones, etc. Existen versiones para Windows, Mac OS y Linux.
Además de una elevada funcionalidad, y debido a la filosofía de código abierto en la
que cualquiera puede contribuir, se pueden encontrar un número muy elevado de guías
sobre técnicas de creación de ilustraciones, algunas de ellas de una complejidad
elevada.
1 http://inkscape.org/?lang=es&css=css/base.css
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Paquetes estadísticos
Este tipo de herramientas se utilizan sólo en aquellos ámbitos científicos en los que
se precisan técnicas estadísticas para el análisis de datos, generalmente derivados
de algún experimento. El cometido de estos paquetes no está directamente relacionado
con el editor de texto, pero la mayoría de ellos asumen que los resultados de los
análisis deben ser incorporados de alguna forma a un documento y ofrecen cierta
funcionalidad en este respecto.
El producto que se ha elegido como ejemplo es comercial, y se trata de SPSS (de la
empresa IBM). Se comercializa únicamente una versión para plataformas Windows.
Una descripción detallada tanto de la funcionalidad como de la forma en que se usa una
de estas herramientas está fuera del ámbito de este curso, por lo que simplemente
mencionaremos los aspectos más relevantes.
El punto de partida con una herramienta como SPSS es la obtención y carga de
datos. Por lo general, los datos se obtienen de algún experimento o medida y deben ser
“cargados” en el programa para que pueda manipularlos. En esta fase es común
adoptar desde el comienzo del experimento del que se extraen los datos un formato que
luego pueda ser rápidamente procesado por SPSS. Los formatos más típicos (y a la vez
sencillos) son ficheros de texto plano en el que los datos están organizados en
líneas, y dentro de una línea, los campos están separados por un símbolo especial
(denominado delimitador). La funcionalidad de carga de estas herramientas permite
la selección del delimitador. Además de ficheros de texto plano, estas herramientas
también suelen permitir la carga de datos de una hoja de cálculo (por ejemplo
Excel).
Una vez cargados los datos en el programa, el usuario tiene a su disposición una amplia
gama de operaciones estadísticas para aplicar a los datos. A menudo, la secuencia
de estas operaciones es de una cierta complejidad con lo que es más útil codificar estos
procedimientos en lo que se denominan “scripts” o “macros”. En el caso de SPSS,
este paquete dispone de su propio lenguaje en el que los usuarios pueden codificar
secuencias de operaciones a aplicar a los datos.
El aspecto que está relacionado directamente con la escritura de documentos científicos
es el de la visualización. En el caso de SPSS existe un módulo específicamente diseñado
para este tipo de funcionalidad. Los resultados que se obtienen mediante operaciones
estadísticas en los datos a menudo hay que visualizarlos de forma intuitiva. La
herramienta ofrece un catálogo de formatos de visualización sobre los que el usuario
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TEMA 1 – Ideas clave
superpone los datos obtenidos. El producto final es una imagen que se exporta de la
herramienta y que se empotra en el editor de texto.
Existen múltiples herramientas alternativas con funcionalidad similar y que se
pueden instalar en otras plataformas.
Citas bibliográficas
Tal y como se ha comentado en las secciones anteriores, la gestión de citas
bibliográficas es una de las tareas que trasciende más allá de las fronteras de un
único documento.
Un científico, a lo largo de su trayectoria escribe múltiples documentos, y por tanto su
colección de citas bibliográficas es una entidad que está relacionada con sus
publicaciones, pero que existe independientemente de ellas. Si además incluimos en
esta colección de citas posibles comentarios a estos artículos, entonces una
herramienta que simplemente nos deje manipular citas no es suficiente.
La herramienta seleccionada para ilustrar cómo gestionar esta información es
Mendeley. Esta herramienta enfoca la gestión de las citas bibliográficas desde el
punto de vista social y colaborativo. Es decir, una persona puede disponer de una
colección de citas bibliográficas, pero además, puede hacer pública esta colección,
compartirla con otros colegas, e intercambiar citas y artículos.
Además, los usuarios pueden compartir ciertas colecciones de citas entre un conjunto
limitado de usuarios. La plataforma ofrece una versión gratuita con limitaciones
en el tamaño de información que almacena, número de grupos compartidos y
miembros de estos grupos. Además, ofrece varias modalidades de pago que eliminan
estas restricciones. Este enfoque está teniendo una adopción importante en la
comunidad científica.
La herramienta ofrece dos formas de trabajo. El primero es basado en un interfaz web.
A través del navegador se accede a una plataforma en la que los usuarios pueden crear
un perfil y gestionar su colección de citas. Pero lo original de Mendeley es que
además de esta gestión, que es la labor principal, hay otros aspectos igualmente
importantes que también soporta.
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Las citas de un usuario se pueden dividir en colecciones. Se define una colección
especial que contiene aquellas las publicaciones en la que el usuario es autor. Éstas se
visualizan en una página de perfil que puede ser completada con datos similares a los
que se incluyen en un currículum además de aquellos “contactos” que son usuarios
también de la herramienta. Este aspecto, por tanto, es similar a un contexto de red
social.
La plataforma además permite buscar entre las citas bibliográficas. Esta búsqueda
puede ser muy útil para “reutilizar” los datos bibliográficos de un documento. Aquí es
donde esta funcionalidad ofrece un aspecto novedoso. Cuando un científico encuentra
un artículo que le interesa, y por tanto, lo quiere incorporar a su colección de citas, debe
buscar toda la información acerca de autores, título, forma de publicación, si es una
revista, el volumen, número, páginas, etc. Con el uso social de plataformas como
Mendeley, es muy posible que esa cita ya haya sido cumplimentada por algún otro
investigador y por tanto puedas reutilizarla. En el caso de que no sea así, siempre se
puede cumplimentar de nuevo tal y como se hace con cualquier otra herramienta.
Además del interfaz web, Mendeley ofrece un programa que el autor se puede instalar
en su ordenador personal. Los datos que manipula este programa están almacenados
en el disco del ordenador personal. Esta dicotomía entre aplicación web y aplicación
en el ordenador personal es para ofrecer un entorno de trabajo cercano a las
herramientas del autor y permitir utilizar la herramienta incluso cuando no se dispone
de conexión a la red. El contenido que el usuario ve desde ambas plataformas es
idéntico gracias a un mecanismo de sincronización entre las dos versiones.
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TEMA 1 – Ideas clave
Además de las características descritas anteriormente hay dos que hacen de Mendeley
una plataforma muy popular en la gestión de citas. La primera es la forma en que
los datos se introducen en la herramienta. La forma más eficaz es simplemente
cargando un fichero PDF con el documento. Estos ficheros, en su estructura interna
incorporan marcas que permiten identificar (aunque no de forma totalmente fiable)
los autores y título del documento. Cuando un usuario añade un nuevo documento PDF
a su perfil de Mendeley, se obtiene esta información automáticamente y se
rellenan parcialmente los datos bibliográficos. Además, la plataforma puede buscar
mediante el título en Google Scholar y de ahí obtener la información que pueda faltar
(nombre del foro en el que se publicó, fecha, etc.).
De nuevo, este procedimiento no es totalmente fiable y en algunas ocasiones obtiene
información incorrecta, pero en otros casos se traduce en que el usuario introduce el
documento PDF y los datos bibliográficos aparecen de forma automática. Dado que la
herramienta utiliza Google Scholar como fuente de información bibliográfica, también
ofrece una extensión para el navegador Firefox (más concretamente es un
“bookmarklet”) que cuando se utiliza con los resultados de una búsqueda en Google
Scholar permite insertar directamente la información bibliográfica de una publicación
en el espacio del usuario. En la siguiente figura se muestra una búsqueda en Google
Scholar y la correspondiente ventana en la que cada publicación puede ser añadida al
espacio de usuario de Mendeley.
Este mecanismo es de los más efectivos para incorporar documentos de forma
rápida a una colección de citas. El segundo aspecto en el que Mendeley también
ofrece una funcionalidad efectiva es en la integración con el editor. La gestión de
citas en una herramienta ajena al editor no tiene sentido si no se integra de forma
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
perfecta con las labores de edición. Es decir, una vez el usuario ha introducido las
citas en Mendeley, ahora debe poder utilizarlas desde su plataforma de preparación de
documentos favorita.
La integración con los editores se realiza a través de “plug-ins”, es decir, módulos
adicionales que se añaden a editores como Word. Estas extensiones permiten que
desde la aplicación se envíe una cita bibliográfica al editor y se incorpore
inmediatamente al texto. Además, al crear la información bibliográfica al final del
documento se obtiene toda la información de Mendeley y se configura la lista de
documentos.
La plataforma también ofrece integración con OpenOffice (el editor similar a Word
pero de software libre) y con LaTeX mediante la creación de un fichero del que se
pueden extraer las claves para incluir citas en los documentos.
4.4. Escritura colaborativa
Escribir un documento científico, aunque es una tarea perfectamente al alcance
de una única persona, no es extraño que en alguna fase del proceso, o incluso el proceso
entero, se realice de forma colaborativa. Por colaboración, en esta sección no
entendemos que un autor escriba una porción de un artículo, luego se lo pase a otro,
que escribe otra porción, y así sucesivamente. Entendemos la colaboración como el
desarrollo de las tareas de escritura de forma paralela. En otras palabras, nos
interesa analizar el escenario más complejo para poner en práctica, aquél en el que
varias personas contribuyen a diferentes partes de una publicación de forma
simultánea y que al final este trabajo se plasma en una publicación única.
El análisis que haremos será desde el punto de vista práctico, es decir, ¿qué
problemas son los que aparecen cuando se adopta este flujo de trabajo? Y sobre todo,
¿qué herramientas podemos utilizar para simplificar la tarea?
La primera característica necesaria es la de trabajar de forma independiente en
las partes de un documento. Existen varios enfoques para facilitar esto. El primero, que
descartamos por ineficiente es que exista un único documento monolítico en el
que los autores van plasmando sus contribuciones de manera secuencial. Este esquema
es extremadamente ineficiente. Una variante de este esquema es que se designe a una
persona como la encargada de mezclar las versiones resultantes del trabajo en
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
paralelo del resto de autores. Esta solución sí permite trabajar en paralelo, aunque
añade un paso más que es el de mezclar todos los cambios en una versión que en algún
momento debe ser vista por todos los autores de nuevo.
Funcionalidad tal como el “control de cambios” que ofrecen algunos editores de
texto como Word u OpenOffice sólo ayuda parcialmente en estas tareas. La persona
encargada de mezclar las contribuciones de los diferentes autores puede utilizar esta
función para ver concretamente dónde ha habido cambios. Pero si se trabaja con un
documento maestro al que se van incorporando los cambios de forma manual, este
paso es todavía inevitable.
Una solución alternativa es trabajar con un documento que no sea monolítico, sino que
pueda ser dividido en partes de forma que el reparto de tareas se pueda hacer tal que
cada autor modifique sólo uno de estos ficheros. El documento final es la unión de estos
documentos parciales, pero ahora, cada uno de ellos puede ser modificado sin
restricciones.
Este tipo de solución, aunque muy intuitiva, está muy lejos de ser resuelta de forma
satisfactoria en editores tales como Word u OpenOffice. En ellos se plantean varias
alternativas. Una de ellas es la creación del denominado “master document” que en
principio apunta a otros documentos como partes del mismo. Pero esta solución es muy
contraintuitiva y no está bien documentada. Otra solución es la de cortar/pegar el
contenido de los ficheros separados e incorporarlos al fichero maestro. Esta solución es
demasiado tediosa para documentos que se dividen en múltiples partes. Además, al
trabajar en un entorno colaborativo, lo deseable es que los cambios en los
documentos secundarios puedan ser vistos por el resto de autores de forma automática.
La operación más común en este entorno colaborativo es el de contribución de
partes del documento y obtención de los cambios introducidos por otros autores. Si el
proceso de mezclado de los cambios no puede automatizarse, la eficacia de estas
operaciones es mucho menor, y por tanto, la efectividad del flujo entero de trabajo se
resiente.
En plataformas como LaTeX, al estar basadas en ficheros de texto plano, la solución
para este problema es más intuitiva. Simplemente se incluye una orden en un fichero
principal para “incluir” el contenido de un fichero auxiliar (también en texto
plano). Como se requiere un paso adicional para obtener la versión para publicar,
es durante ese paso donde se juntan todos estos documentos de manera automática.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
Intercambio de versiones
Pero además del proceso de “mezcla” de contribuciones, la escritura colaborativa
plantea un problema a más alto nivel, el de intercambio de documentos entre un
grupo de autores. Cuando este grupo está compuesto por dos personas, herramientas
convencionales tales como el correo electrónico son suficientes para el
intercambio de información. Pero en el caso de grupos de trabajo más amplios,
esta comunicación es más compleja.
Cuando un autor quiera mandar información a sus compañeros, en algunos casos
puede que no afecte a todos ellos, pero deberá igualmente enviar los cambios para
asegurarse de que todos disponen de la versión correcta. Si se adopta una solución
basada en el correo electrónico, se genera un número muy alto de mensajes que puede
que no sean necesarios. Además, este esquema hace que no haya una versión
“oficial” del documento, sino una dispersión de versiones en las diferentes carpetas de
correo de los autores.
Como alternativa se puede utilizar una plataforma de compartición de ficheros.
Hay varios servicios en la red que ofrecen esta funcionalidad. Revisamos brevemente
dos ejemplos: Google Docs y Dropbox.
Google Docs ofrece un editor de texto similar a Microsoft Word, con una
funcionalidad muchísimo más restringida, pero a cambio permite el trabajo
simultáneo de varios autores en el documento. Estos autores además ven quién está
modificando el documento y pueden, incluso entablar una conversación vía chat. En
este caso, la incorporación de cambios no supone problema alguno, pues la plataforma
permite sincronía.
Dropbox es una aplicación que permite que un conjunto de usuarios compartan una
carpeta con documentos. Esta carpeta puede albergar la versión “oficial” de un
documento y que cada usuario efectúe sus cambios sobre esta versión. En este esquema
se corre el riesgo de topar con una “inconsistencia” que es cuando dos usuarios
modifican el mismo fichero simultáneamente de la copia oficial e intentan registrar
estos cambios. Generalmente, el que lo hace más tarde recibirá un mensaje de la
plataforma en la que se le informa de que su versión no está actualizada a la última.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 1 – Ideas clave
El flujo de trabajo derivado de la escritura colaborativa se complica por lo tedioso de
tareas como mezclar los cambios de los diferentes autores o garantizar que todos los
autores trabajan con la misma versión oficial. El uso de las herramientas apropiadas
puede facilitar de forma significativa la tarea.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – Ejemplos
Ejemplos
Estructura inicial y anotaciones sobre los que empezar a
trabajar en un artículo científico
Introducción: Comenzar explicando los principales rasgos del ámbito en el que se
incluye el trabajo. Introducir el problema a grandes rasgos y acabar con la solución
propuesta. La sección acaba con un breve párrafo explicando qué se incluye en las
restantes secciones.
Trabajos relacionados. Buscar y ordenar los trabajos relacionados con lo que se
propone. Para cada trabajo incluir, al menos (o tener anotado en la herramienta de
gestión) un resumen de dos frases, y el aspecto que se relaciona con la idea
propuesta por nuestro artículo. Si es necesario, una comparación.
Aspectos generales de nuestra idea. Descripción de lo que se presenta pero con
un nivel de detalle limitado.
Detalles de nuestra idea. Esta sección sólo existe si lo que se presenta requiere
un espacio extenso. Por ejemplo, si se presenta un sistema con una cierta estructura
para solventar un problema, y describir esta estructura y los detalles
correspondientes requiere mucho espacio, se sugiere la división en dos niveles, el
más abstracto que no contiene detalles, y dejar estos para una sección como esta.
Aplicación de lo descrito. ¿Se ha utilizado para algo? ¿Qué impresiones se han
obtenido? ¿Cómo justificamos su uso? ¿Su creación?
Conclusiones y trabajo futuro. Resumir lo que se ha presentado, por qué y cuál
es la contribución. Enumerar las conclusiones del trabajo. Esbozar posibles avenidas
a explorar.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – Ejemplos
Ejemplo de flujo de trabajo para escritura colaborativa
A continuación se incluye un ejemplo de posible flujo de trabajo para un equipo de
autores que crea un documento de forma colaborativa:
Grupo: Identificar objetivos, identificar roles, transformar en tareas, repartir
tareas.
Individual: Trabajo en tareas asignadas.
Individual: Revisión de la tarea e incorporación a versión común.
Individual: Revisión cruzada de tarea de otro autor, envío de realimentación.
Grupo: Revisión del estado del documento. Consensuar tareas restantes, reparto de
tareas.
Volver al punto 2 si es necesario.
Único autor: Preparación de la versión final.
Grupo: Revisión de la versión finalmente
Único autor: Envío de la versión final.
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TEMA 4 – Lo + recomendado
Lo + recomendado
Lecciones magistrales
Uso de Mendeley
Se muestra cómo gestionar documentos y comentarios con Mendeley.
El vídeo está disponible en el aula virtual
No dejes de leer…
Curso práctico de Inkscape Logo a Logo
Tutorial en castellano de cómo utilizar Inkscape. Utiliza la creación de logos, pero es
útil para ver la potencia del editor.
El documento está disponible en el aula virtual y en la siguiente dirección web:
http://joaclintistgud.files.wordpress.com/2011/04/logo_a_logo_segunda_edicion.pdf
El arte de revisar un manuscrito científico
Artículo de José L. Gil que enumera los principales aspectos a considerar cuando se
revisa un artículo científico.
El artículo está disponible en el aula virtual y en la siguiente dirección web:
http://sian.inia.gob.ve/repositorio/revistas_ci/ZootecniaTropical/zt1902/texto/editori
al.htm
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – Lo + recomendado
No dejes de ver…
Demostración de cómo crear un logo con Inkscape
En este video se muestra el uso de Inkscape
para crear un logo. Aunque se utilizan técnicas
que pueden ser muy avanzadas para lo que se
necesita en una publicación científica, se
muestran muy rápido diferentes aspectos del
editor gráfico.
El video está disponible en el aula virtual y en la siguiente dirección web:
http://www.youtube.com/watch?v=zEBjv_UIR8k
No dejes de notificar…
Recuerda que cada vez que comiences a trabajar en cualquier actividad relativa a este
curso debes mandar un mensaje a través de Twitter con el hashtag #MERS-IN3
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – + Información
+ Información
A fondo
Guía de uso de Mendeley
Artículo que describe cómo utilizar Mendeley.
El artículo está disponible en el aula virtual y en la siguiente dirección web:
http://www.mendeley.com/client/Getting_Started_Guide.pdf
How to write a Literature Review of a Research Paper
6 pasos para escribir una revisión de un artículo científico.
El artículo está disponible en el aula virtual y en la siguiente dirección web:
http://www.ehow.com/how_5555348_write-literature-review-research-paper.html
Webgrafía
Microsoft office
Crear una bibliografía. Página de manual de Microsoft en la
que se explica cómo crear una bibliografía en un artículo.
http://office.microsoft.com/es-es/word-help/crear-una-bibliografia-
HA010368774.aspx?CTT=1
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – + Información
LaTeX
El sistema de preparación de documentos LaTeX. En esta página se describe el
proyecto LaTeX así como la funcionalidad que ofrece.
http://www.latex-project.org/
OpenClipart
El proyecto OpenClipart que ofrece imágenes en
formato SVG con permiso para ser utilizadas
libremente.
http://openclipart.org/
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – Actividades
Actividades
Trabajo final: Redacción de una revisión de un artículo
científico
En esta actividad tienes que seleccionar un artículo científico de una revista
especializada (no valen revistas de divulgación convencional) y escribir una revisión.
Los pasos que debes seguir son:
Selecciona la revista y artículo y postéalo en el foro para que el tutor del curso te de
el visto bueno
Selecciona las herramientas que vas a utilizar para escribir la revisión.
Lee el artículo científico.
Lee las recomendaciones para un revisor de José L. Gil en la sección “Lo +
recomendado, No dejes de leer...” de este tema.
Siguiendo los pasos descritos en este tema prepara la escritura de tu revisión del
artículo científico. Esta revisión debe tener los siguientes ingredientes:
No menos de 3,000 palabras.
Análisis del ámbito de la publicación y de cómo se sitúa el trabajo.
Análisis de la idea que se presenta, de su originalidad, y de la forma en que se
justifica su estudio.
Análisis de los resultados (si aplica) y de las conclusiones.
Sección en la que se incluye la opinión personal del revisor.
Evaluación: Se revisará el documento de revisión. La nota se extraerá de los cinco
apartados anteriores que se requiere que tenga la revisión. Además, se revisará:
Estilo y formato del documento.
Maquetación.
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – Actividades
Instalación y arranque de Mendeley
Visita la página http://www.mendeley.com. Crea un perfil de usuario y lee la guía de
arranque en http://www.mendeley.com/client/Getting_Started_Guide.pdf.
A continuación descárgate la aplicación de escritorio de Mendeley. Esta aplicación
comparte con tu perfil de la aplicación web todos los datos sobre los artículos. Conecta
la aplicación de escritorio con tu cuenta en Mendeley.com. A continuación selecciona
varios documentos en formato PDF que creas que vas a utilizar en la redacción de un
documento científico en tu ámbito de interés y añádelos mediante la aplicación cliente.
Postea en el foro la URL que apunta a tu perfil en Mendeley para que veamos qué
artículos has añadido. En el post debes responder a las siguientes preguntas:
¿Qué datos has introducido al insertar un nuevo documento PDF?
Si lees un documento que hayas almacenado, ¿te permite Mendeley añadir
comentarios?
¿Ves alguna posibilidad de utilizar Mendeley de forma colaborativa?
Instalación del programa de dibujo “Inkscape”
Vete a la página de la herramienta Inkscape:
(http://inkscape.org/?lang=es&css=css/base.css) e instálala en tu equipo. En la sección
de documentación (http://inkscape.org/doc/index.php?lang=es) encontrarás varios
enlaces a guías de iniciación. Realiza una primera figura de prueba de algo de
complejidad similar a una figura que incluirías en un artículo científico. Exporta la
figura a formato PNG y posteala en el foro. Responde en ese mensaje a las siguientes
preguntas:
¿Qué es lo que más gratamente te ha sorprendido de Inkscape?
¿Qué es lo más negativo que has encontrado hasta el momento?
Razonamiento y redacción científicos
TEMA 4 – Test
Test
1. ¿En qué fase del proceso de escritura se recomienda crear un índice?
A. Antes de empezar a escribir.
B. Al mismo tiempo que se escribe, conforme se vayan creando las secciones
C. Al final, cuando está ya todo terminado
D. No se debe escribir un índice
2. ¿Qué es una colección de citas en el contexto de un artículo científico?
A. Los eventos en la agenda de un usuario.
B. Las citas bibliográficas que aparecen por el medio del texto.
C. La información de las citas que aparece al final del texto.
D. La información de las citas utilizadas por un autor en todos sus documentos.
3. ¿Qué es el estilo de las citas bibliográficas?
A. La forma en cómo las encuentras en la red.
B. La forma en que se organizan, citan y aparecen en la sección de bibliografía.
C. La forma en la que introduce el autor la información.
D. La forma en que los autores quieren que se cite a su documento.
4. ¿Qué es un lenguaje basado en el “marcaje” para la creación de textos?
A. Uno idioma especial para documentos científicos.
B. Un estilo de Word cuando queremos resaltar algo.
C. Un formato en el que se incluyen las instrucciones para tratar un texto.
D. Un lenguaje que se utiliza para comentar textos.
5. ¿Qué es el formato “Scalable Vector Graphics?
A. Un sistema de gestión de vectores matemáticos.
B. Un formato de gráficos escalables.
C. Un programa de manipulación de gráficos.
D. Una herramienta para escalar gráficos.