Temas Culturales y Vida Pastoral - MG

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20/03/14 10:31 Revista Vida Pastoral - SAN PABLO Página 1 de 5 http://www.san-pablo.com.ar/vidapastoral/includes/articulos/imprimir.php?id=119 Revista Vida Pastoral - Año XLIV - Nº 247 - MAYO / JUNIO 2004 Análisis pastoral Marcelo González Tramas culturales y vida pastoral: la tradición (I) El análisis de las tramas culturales y su repercusión en la vida pastoral nos lleva esta vez a la cuestión de la tradición y a las temáticas conexas de la transmisión, la memoria, la autoridad, las instituciones y las generaciones. Esta primera entrega se detiene en el análisis de la trama, mientras que la segunda profundizará su interrelación con la vida pastoral. La tradición como trama cultural "La vida humana sólo existe como proceso en el que el sujeto primero hereda, y después hace suyo, para finalmente transmitirlo, el caudal de humanidad en que se inscribe esta vida. El proceso de la vida comporta la conciencia, la interpretación y la valoración de esta vida, elementos todos vehiculados por la cultura, el lenguaje y la religión de cada generación humana" (J. Martín Velasco, La transmisión de la fe en la sociedad contemporánea, Santander 2002, pág. 29-30). La tradición es un proceso tan básico, funciona en niveles tan profundos de la vida social, que pocas veces se la hace objeto de un tratamiento explícito. ¿Cómo, cuándo y dónde se aprende a comer, a ser mujer y varón, a rezar, a cumplir, a querer, a vivir, a morir? ¿Cómo se reciben, permanecen y cambian los hábitos colectivos que plasman las concepciones de nacionalidad, etnia, clase y los estilos culturales? ¿Cuál es la situación de los nudos de tradición en la que se juega el traspaso de una generación a la otra: familia, escuela, grupos? Esta trama de transmisiones, memorias, generaciones e instituciones es un nivel clave de la cultura. Hay períodos históricos donde los procesos de tradición están dominados por la continuidad. El traspaso del patrimonio material, simbólico y vital se hace bajo la autoridad del pasado. La generación receptora lo adapta a las nuevas circunstancias y vuelve a transmitirlo con eficacia. Prácticamente no hace falta preguntarse sí es posible hacerlo, ni quiénes son los responsables del proceso. La tradición de las familias, las naciones, los grupos y las iglesias, simplemente acontece. Pero éste no es, precisamente, el caso de nuestro tiempo. Algo muy hondo está sucediendo en los procesos de tradición. Una transformación de proporciones formidables está recorriendo este nivel básico de la vida de las culturas. Por un lado, las rupturas entre las generaciones han alcanzado una tal densidad que se propone hablar de sociedades post-tradicionales. Las discontinuidades parecen imponerse y el pasado perder su legitimidad y capacidad para guiar el presente. Por otro lado, emergen una serie de movimientos culturales, políticos y religiosos de fuerte reivindicación de tradiciones antiguas, de memorias largas e instituciones fuertes. Estaríamos ante un neo-tradicionalismo con un gran poder sobre el hoy y el mañana. Analicemos estos dos procesos. ¿Sociedades post-tradicionales? Muchos signos indican que las tradiciones que impregnaron durante siglos la vida de las sociedades ya no pueden seguir traspasándose del mismo modo. No es infrecuente que se escuche decir entre los adultos: "los jóvenes no saben historia,

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    Revista Vida Pastoral - Ao XLIV - N 247 - MAYO / JUNIO 2004

    Anlisis pastoral

    MarceloGonzlez

    Tramas culturales y vida pastoral: la tradicin (I)

    El anlisis de las tramas culturales y su repercusin en la vida pastoral nos lleva estavez a la cuestin de la tradicin y a las temticas conexas de la transmisin, lamemoria, la autoridad, las instituciones y las generaciones. Esta primera entrega sedetiene en el anlisis de la trama, mientras que la segunda profundizar suinterrelacin con la vida pastoral.

    La tradicin como trama cultural

    "La vida humana slo existe como proceso en el que el sujeto primero hereda, ydespus hace suyo, para finalmente transmitirlo, el caudal de humanidad en que seinscribe esta vida. El proceso de la vida comporta la conciencia, la interpretacin y lavaloracin de esta vida, elementos todos vehiculados por la cultura, el lenguaje y lareligin de cada generacin humana" (J. Martn Velasco, La transmisin de la fe en lasociedad contempornea, Santander 2002, pg. 29-30).

    La tradicin es un proceso tan bsico, funciona en niveles tan profundos de la vidasocial, que pocas veces se la hace objeto de un tratamiento explcito. Cmo, cundoy dnde se aprende a comer, a ser mujer y varn, a rezar, a cumplir, a querer, avivir, a morir? Cmo se reciben, permanecen y cambian los hbitos colectivos queplasman las concepciones de nacionalidad, etnia, clase y los estilos culturales? Cules la situacin de los nudos de tradicin en la que se juega el traspaso de unageneracin a la otra: familia, escuela, grupos? Esta trama de transmisiones,memorias, generaciones e instituciones es un nivel clave de la cultura. Hay perodoshistricos donde los procesos de tradicin estn dominados por la continuidad. Eltraspaso del patrimonio material, simblico y vital se hace bajo la autoridad delpasado. La generacin receptora lo adapta a las nuevas circunstancias y vuelve atransmitirlo con eficacia. Prcticamente no hace falta preguntarse s es posiblehacerlo, ni quines son los responsables del proceso. La tradicin de las familias, lasnaciones, los grupos y las iglesias, simplemente acontece. Pero ste no es,precisamente, el caso de nuestro tiempo. Algo muy hondo est sucediendo en losprocesos de tradicin. Una transformacin de proporciones formidables estrecorriendo este nivel bsico de la vida de las culturas. Por un lado, las rupturasentre las generaciones han alcanzado una tal densidad que se propone hablar desociedades post-tradicionales. Las discontinuidades parecen imponerse y el pasadoperder su legitimidad y capacidad para guiar el presente. Por otro lado, emergen unaserie de movimientos culturales, polticos y religiosos de fuerte reivindicacin detradiciones antiguas, de memorias largas e instituciones fuertes. Estaramos ante unneo-tradicionalismo con un gran poder sobre el hoy y el maana. Analicemos estosdos procesos.

    Sociedades post-tradicionales?

    Muchos signos indican que las tradiciones que impregnaron durante siglos la vida delas sociedades ya no pueden seguir traspasndose del mismo modo. No esinfrecuente que se escuche decir entre los adultos: "los jvenes no saben historia,

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    para ellos la recuperacin de la democracia est tan lejos como la revolucin demayo..." o "nos cambiaron el mundo, no entiendo ms nada". Voces amenazadorasse levantan entre muchos padres: "hemos fracasado en la educacin, no pudimostransmitir a nuestros hijos un modo de vivir, una concepcin del matrimonio, de lareligin". Ya no es fcil saber qu significa ser argentinos, u occidentales o cristianos,porque las fronteras culturales y las identidades sociales se han aflojado. Muchas delas maneras en las que actualmente se llevan a cabo hechos fundamentales comonacer, crecer, sexuarse, vincularse, casarse, trabajar, seran irreconocibles para losabuelos y comienzan a serlo para los padres y hasta para los jvenes ms grandes.Hablar de "otro mundo" no parece una exageracin retrica.

    No se trata slo de que tal o cual aspecto de la vida haya cambiado, sino de que lacultura occidental (y a travs de los procesos de la globalizacin asimtrica todas lasculturas) atraviesa una crisis de tradicin. Es decir, experimenta una dificultadcreciente para transmitir su patrimonio a las nuevas generaciones; para legar suestilo de vida, sus valores, para asegurar el proceso de reproduccin cultural. Lo queviene del pasado parece haber perdido legitimidad, capacidad explicativa ynormativa para el presente:

    "Las separaciones observables entre los universos culturales de las diferentesgeneraciones no se reducen a los ajustes requeridos por la innovacin y laadaptacin a los nuevos datos de la vida en sociedad. Se verifican verdaderasfracturas culturales que repercuten profundamente en las identidades culturales, enla relacin con el mundo y en las capacidades de comunicacin entre los individuos.Se trata de una modificacin global de las referencias colectivas, de una ruptura dela memoria, de una reorganizacin de los valores que pone en cuestin losfundamentos mismos del vnculo social." (D. Hervieu-Lger, D., Le plerin et leconverti. La religion en mouvement, Paris 1999, pg. 62-63).

    Una buena parte de los hbitos aprendidos para enfrentar la vida pierden su utilidady sentido. La discontinuidad es ms poderosa que la continuidad. Dicho con laspalabras de Guy Debord "los seres humanos se parecen ms a su poca que a suspadres". Este mismo proceso puede observarse a nivel de las organizaciones ymovimientos sociales. En momentos donde sera ms necesaria una reaccin deresistencia y lucha ante la prdida de conquistas largamente perseguidas, las figurasheredadas de accin se muestran obsoletas, ineficaces e incapaces de dar sentido.Se hace cada vez ms difcil entroncar con las memorias del pasado.

    La sociloga de la religin Danile Hervieu-Lger ha postulado un conjunto defactores que ayudan a comprender el proceso:

    a) La destotalizacin de la experiencia. La vida en las sociedades actualeshace muy difcil experimentar que se es parte de una totalidad. Ya no sedispone de una cosmovisin que abarque los fragmentos de la vida. Laspersonas y los grupos tienen dificultad en adquirir cdigos globales, marcos dereferencia, donde se puedan forjar identidades firmes y experimentar unsentido de totalidad y unificacin. Los procesos de tradicin de otros ciclosculturales (familiares, tnicos, religiosos, polticos) ya no pueden ser lasincubadoras de certezas y continuidades.

    b) Sociedades del cambio. Las sociedades surgidas de la modernidadprivilegian el cambio, la innovacin y el instante, por sobre la memoria y eltraspaso de las herencias. Al punto que se ha llegado a hablar de unadescomposicin de las memorias colectivas, de sociedades amnsicas, dememoria en migajas. La velocidad con la que cambian los escenarios vitales yla masa de informacin que llega al instante desde fuentes mltiples provocauna creciente impotencia para organizar la vida, para encontrar un "lugar"desde donde esta diversidad pueda ordenarse de manera coherente, donde

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    sea posible captar relaciones y hallar criterios de ubicacin. Experiencias tanelementales como la pertenencia a un barrio, a una comunidad de memoria, auna confesin religiosa o a una corriente de lucha y militancia, se vuelvenproblemticas.

    c) La crtica de las instituciones transmisoras de las tradiciones. Familia, clan,estado, iglesias, fueron durante muchos tiempo los lugares que aseguraron eltraspaso de los patrimonios y de las memorias, contando con un alto nivel deautoridad y legitimidad. Pero son precisamenteellas las que han recibido el fuego cruzado de lacrtica, la prdida de estabilidad y credibilidad,y el pasaje de modelos nicos a una pluralidadde formas aceptadas. Cmo pueden ofrecerentonces la confianza y la permanencia quesuele requerir la conformacin de lasidentidades?

    Neotradicionalismos?

    La seriedad y el peso de los procesos descritos hasta ahora, sin embargo, no sonsuficientes para dar cuenta de la situacin actual de la tradicin. La fragmentacin,la incertidumbre, la incapacidad para la pertenencia y la configuracin deidentidades, han dado lugar a un conjunto de emergentes culturales que hablan delpoder de la identidad (Castells), de la capacidad creadora de las tradiciones, de laseduccin de las memorias largas, de la sed de continuidades, del retorno a lasfirmezas. Una multitud de movimientos en defensa de los "valores de siempre"irrumpe en el corazn de las sociedades ms rupturistas. Hacen su aparicin en laescena pblica un conjunto de grupos conservadores que reivindican la vigencia detradiciones religiosas y culturales a las que muchos haban dado por acabadas ocomo incapaces de volver a tener fuerza cultural. Ms aun, concitan una fuerteadhesin tanto en el campo popular como en jvenes universitarios y profesionalesde sofisticada formacin "occidental". Muchas personas plenamente influidas por lamodernidad se lanzan a la recuperacin de memorias antiguas y hasta arcaicasbuscando en viejas mitologas, en la edad media, y en otras "edades de oro".Bandas, tribus urbanas, nacionalismos, fundamentalismos religiosos, proponenpoderosos "nosotros" que se oponen a "ellos" bien definidos. Retorna en la ficcin,en la poltica y en la religin, la fascinacin por el imaginario de la lucha entre el bieny el mal; que se enfrentan encarnados en dos bandos donde no hay dudas sobrequines estn en uno u otro:

    "En el ltimo cuarto de siglo hemos experimentado una marejada de vigorosasexpresiones de identidad colectiva que desafan a la globalizacin y alcosmopolitismo en nombre de la singularidad cultural y del control de la gente sobresus vidas y entornos... Incluyen los movimientos proactivos que pretendentransformar las relaciones humanas en su nivel ms fundamental, como elfeminismo y el ecologismo, pero tambin todo un conjunto de movimientos reactivosque construyen trincheras de resistencia en nombre de Dios, la nacin, la etnia, lafamilia, la localidad, esto es, las categoras fundamentales de la existencia milenaria,ahora amenazada..." (M. Castells, M., La era de la informacin: Economa, sociedady cultura, vol. II: "El poder de la identidad", Mxico 22000, 24).

    Asistimos, muchas veces sorprendidos, al surgimiento de personalidades yagrupamientos "fuertes", que parecen contrastar con el pensamiento dbil, lasidentidades laxas y la deconstruccin sin fin. Entre sus muchos emergentes merecendestacarse:

    a) La necesidad de unificacin, coherencia y arraigo muestra tener una fuerzalargamente subestimada. Inmersas en la lgica del instante, del cambio, de

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    movimientos econmicos y polticos que no pueden controlar, las personas sealzan reclamando un "yo", un mbito de poder, un lugar, una ubicacin desdela que se resista a la fragmentacin y desde donde se pueda articular unabsqueda. Se necesita encontrar un "cierre", una "frontera", un lmite, parasubsistir como unidad de sentido. Para ello se vuelven hacia identidadesprimarias, bsicas, tales como la comunidad local, el vnculo con la naturaleza,la etnia, el gnero, la religin.

    b) Personas, familias, instituciones, grupos, iglesias, vuelven a plantearse cules su identidad, qu es lo que los caracteriza y distingue respecto de losdems. Buscan detener lo que consideran un proceso de disolucin,reduciendo la complejidad, proclamando cdigos, estableciendo lmites,rcconstruyendo rituales y memorias. El "holismo" es la cara armnica delproceso, por el que se busca una recuperacin pacfica de la totalidad, de launidad, concibiendo la diversidad como un complejo de redes de intercambio,complementariedad y conexin. Las nuevas luchas entre "nosotros" y "ellos",el aumento de la tensin al interior de pases,grupos e iglesias, muestran su costadoconflictivo.

    c) Las tradiciones muestran tener unimportante poder creador de significadoscolectivos, de experiencias de superacin delcaos, del desgaste de lo cotidiano y la erosinde lo efmero. No funcionan solamente en susversiones tradicionalistas, que buscan unarepeticin "clonada" del pasado. Tambinpueden asumir memorias, instituciones yvalores de forma creativa, releyndolos. Yhasta puede reinventar una "cadena" depersonas y pocas, buscando unir testigos ymomentos del pasado de acuerdo con lasnecesidades del presente.

    Debate y discernimiento

    Si los dos procesos anteriormente descritos son igualmente observables en la culturaactual cmo explicar su conjuncin? Un conjunto de posibilidades parece abrirse ycada una de ellas implica consecuencias bien diversas hacia el futuro. Las elencamosen forma de tipos ideales, por lo que es difcil que alguien los afirme en estado puro,sin considerar diversas combinaciones:

    a) El post-tradicionalismo se impondr como el proceso gua y dominar elescenario. Las emergencias neotradicionalistas se mostrarn como simplesidentidades de reaccin, de defensa, de regresin; lo que no hace ms queafirmar la vigencia de su superacin. Su vitalidad actual podra explicarsecomo una suerte de recuperacin antes de la muerte, de canto del cisne deuna poca que se resiste a morir. Las rupturas continuarn y los escenarios se volvern cada vezms plurales e inestables. No puede vislumbrarse an un perodo deestabilidad de identidades polticas, de equilibrios militares, ideolgicos,econmicos y culturales. Quienquiera cerrar estos procesos negndose anuevas aperturas y desestructuraciones, o clausurando la pluralidad deexperimentaciones en curso, se condena a quedar superado por la velocidaddel cambio.

    b) La tradicin se encuentra en un momento de reconfiguracin histrica. Elhecho de que ya no pueda funcionar como en las sociedades pre-modernas no

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    puede tomarse como sinnimo de su desaparicin. Ms an, como en tantosotros momentos de la historia, el poder creador de los procesos de tradicinterminarn por encontrar nuevas maneras de transmitir la vida, la memoria ylas culturas. Las necesidades de arraigo, identidad, cdigos globales de sentidono slo no desaparecern sino que emergern en nuevos estilos culturales. Seimpone una atenta observacin y discernimiento de los procesos en curso parapercibir sus costados superados y sus impulsos vigentes.

    c) El neotradicionalismo es el proceso cultural que se impondr. Es la culturamoderna con todas sus consecuencias la que se volver inviable. Su aparentefuerza actual no sera ms que la otra cara de su decadencia. Incapaz deasegurar la transmisin de sus patrimonios, impotente para detener elhartazgo de sus admiradores de otros tiempos, la cultura occidental modernaser superada por las culturas tradicionales que, como en una suerte deretorno de lo reprimido, volvern a mostrar su atractivo. Entre los candidatosse pueden mencionar al neoconservadurismo de races cristianas, las culturasinfluidas por el Islam, las culturas aborgenes u orientales. Estaraamaneciendo una poca de estabilizacin y conservacin. La vuelta a lafamilia, las instituciones y los valores de tiempos anteriores, se consolidar. Loms sabio sera comenzar desde ahora a apoyar lo que ser el futuro sindejarse engaar por el aparente avance de la desestructuracin.

    d) Los post-tradicionalismos y los neotradicionalismos crecern al mismotiempo, lo que desembocar en una explosin de conflictos por la hegemona.El futuro es el combate entre dos formas de concebir la existencia querompern fronteras tradicionales y provocarn alineamientos inslitos. Esnecesario optar y decidirse.

    Conclusin

    La trama cultural de la tradicin se muestra as en su densidad y decisividad vital. Laprofundizacin en sus formas histricas, el discernimiento de sus posibles escenarioses clave para ubicarse ante el futuro. Una pregunta queda para el prximo nmero:cmo se relacionan estos procesos con la vida pastoral de las iglesias cristianas?

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