TEMAS DE ANIMACIÓN CATEQUÍSTICA

2012

Hoy, la realidad que vivimos nos pide una catequesis que eduque en la fe,

que forme cristianos maduros y den respuesta a las problemáticas que

enfrentamos. Se requiere por tanto mejores catequistas, que debidamente

formados y comprometidos, sean capaces de ofrecer en la catequesis a

Cristo Vivo, única respuesta que necesitamos para que, desde Él podamos

transformar nuestra realidad.

Estimado catequista:

Este año viviremos en nuestra nación un acontecimiento catequístico que fortalecerá nuestra acción pastoral en los diferentes niveles de Iglesia: parroquial, decanal, diocesano y nacional.

Tienes en tus manos un apoyo como propuesta del proyecto de preparación para el ENCUENTRO NACIONAL DE CATEQUISTAS, que Dios mediante se celebrará en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, del 27 al 30 de noviembre de 2012.

El tema del encuentro es:

“Discípulos misioneros constructores de la paz”

Esperamos que este Evento tenga gran resonancia para todos los catequistas de nuestra patria mexicana. Será un momento de encuentro, de intercambio y de reflexión.

En este encuentro nacional no es posible que puedan participar todos los catequistas. Es por eso que queremos que toda la patria vibre con este acontecimiento en sus comunidades parroquiales, decanales y diocesanas.

El encuentro parroquial se propone que se lleve a cabo en una semana catequística, en el cual pretendemos conducirnos a tomar conciencia que como catequistas, miembros de la sociedad, asumamos el compromiso de transformarla a la luz de la Palabra de Dios.

Una vez que se haya realizado el encuentro a nivel parroquial a través de la semana de animación de catequistas, el equipo parroquial de catequesis hará el vaciado para entregarlo al Asesor Decanal de la Pastoral Profética y a la CoDiPaPro (e-mail: codecsanjuan@hotmail.com; cel: 431 105 3538). Agradecemos hacerlo llegar a la mayor brevedad posible (fecha límite: 30 de septiembre de 2012), porque será necesario entregar el vaciado diocesano a la provincia, como aporte para el Encuentro Nacional.

INDICACIONES GENERALES -El catequista que va a compartir el tema: lo lee, lo reflexiona y lo ora.

- Que el catequista tenga claridad que el hilo conductor de todos los temas es LA FE que conduce a la transformación, personal, comunitario y social.

-Preparar el material: Frase con el Título del tema.

-Propiciar momentos de silencio para un diálogo con Dios.

-Motivar la participación en el grupo.

-En cada uno de los temas, enfocar el contenido a la fe comprometida.

-Que en cada tema se impulse llegar a un compromiso social concreto.

-El catequista, por la responsabilidad que tiene de transmitir la fe que ha recibido, necesita prepararse; así la fe de este catequista, no solo se concretará en dejar al Espíritu Santo que actúe, sino que ha de ser testigo y maestro.

MÉTODO INDUCTIVO Éste corresponde a una de las más profundas instancias del espíritu humano que es llegar al conocimiento de las cosas invisibles por las visibles; y es conforme a las características del conocimiento de la fe, que es conocimiento por medio de los signos.

TEMA 1 DESARROLLAR LAS PROPIAS

CAPACIDADES PARA PONERLAS AL SERVICIO DE LA FE HACIA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

“Llamó a diez empleados suyos, les entregó a cada uno una moneda de oro y les dijo: trabajen este dinero hasta que yo vuelva” (Lc 19, 12,14) OBJETIVO Reflexionar en las capacidades, habilidades y actitudes que tenemos en germen, que Dios nos da para nuestra realización personal y como discípulos de Jesús para el servicio en la sociedad. INDICACIONES -Retomar a través de la dinámica las capacidades y limitaciones personales. -(Distinguir entre limitaciones y defectos. Limitaciones: éstas no se adquieren son innatas, enriquecen porque te propician la integración con los demás que te complementan, ejemplo: La estatura, el tono de voz, el arte etc. Los defectos: Los adquieres y está en tus manos superarlos) -Conducir a la gratitud a Dios por tus capacidades y las de los demás. -Propiciar el diálogo con una actitud de escucha a la participación del grupo, cuidando no salirse del tema.

-Enfatizar que nuestro ser de creyentes nos exige dinamizar la fe para construir un mundo justo y fraterno. INTRODUCCIÓN DINÁMICA “De Conocimiento personal” Descubriste tus capacidades, habilidades y limitaciones, ahora ya sabes que Dios te dio la capacidad de poder ser y hacer, para ti y para los demás. Para reafirmar estas realidades y desde ahí poder proyectarte en la catequesis. -¿Para qué te sirve ésta dinámica? -¿Qué beneficios podemos sacar de la dinámica? -¿Dios te ha dado capacidades, habilidades y actitudes que al desarrollarlas te realizas como persona y construyes un mundo nuevo? -¿Cuáles reconoces en ti? MIRA TU REALIDAD Responde de manera personal las siguientes preguntas: 1.- ¿Qué idea tienes de la sociedad? 2.-En el ambiente social donde te desenvuelves, ¿qué situaciones observas en los siguientes aspectos: situación ecológica, situación de grupos sociales? Señala con una X las situaciones que más exijan atención y porqué. 3.- En pequeños grupos coméntalas con tus compañeros.

Situación

Económica

Pobreza Desigualdad Desempleo Subempleo

Reformas económicas insuficientes

Política

Corrupción Impunidad

Inseguridad ciudadana Procuración de justicia deficiente

Sistema penitenciario injusto Violación de derechos humanos

Cultural

Educación deficiente In fluencia negativa de los medios de comunicación social

Pluralidad religiosa

Problemas de tenencia de la tierra Desperdicio y contaminación del agua

Ecológica Generación de basura Contaminación del aire

Deforestación

Grupos Sociales

Explotación, maltrato y abandono de niños Adicciones en adolescentes

Falta de proyectos para jóvenes Falta de atención a los ancianos

Desintegración familiar Violencia hacia las mujeres

Injusticia laboral hacia los obreros Injusticia laboral hacia los campesinos

Explotación hacia los migrantes Discriminación hacia las etnias

PENSEMOS Dios nos ha dado capacidades que necesitamos desarrollar: pensar, amar, discernir, etc. Para descubrirlas necesitamos también conocer y valorar las de los demás. Dándole a esta reflexión una proyección catequística diremos que estamos invitados a dar testimonio desde la fe, con actitudes: “Ojalá que tu fe sea tan activa que te ilumine plenamente sobre todo el bien que está en tu poder hacer por Cristo” (Filemón v.6), Cuando eres un creyente y catequista te conviertes en una persona de fe dinámica. La situación que vivimos exige la acción del creyente para que se viva el plan de Dios. No todos los hombres son iguales, por ejemplo en capacidad física e intelectual, pero a todos, –Creados por Dios con el mismo origen e idéntico destino- hay que reconocerles una igualdad fundamental... más aun, aunque existen diversidades justas entre los hombres, sin embargo, la igual dignidad de la persona exige que se llegue a una situación social más humana y justa. Resulta escandaloso el hecho de las excesivas desigualdades económicas y sociales que se dan entre los miembros o los pueblos de una misma familia humana. Son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y a la paz social e internacional” (GS 29). Confrontando esto que dice el documento del Concilio V. II, descubrimos la gran necesidad de activar nuestra fe dinamizando las capacidades y habilidades para una transformación de nuestra sociedad.

Ante esto, ¿qué hacer?... (Escuchar propuesta. El catequista sintetiza las respuestas y complementa con lo siguiente) Existe una capacidad que supera todas las demás, la caridad que es la expresión de la fe. Poner en práctica la capacidad de amar dando sentido al servicio en la entrega a los demás. Es evidente que todos hemos dado y recibido, esto desarrolla nuestras capacidades al ponerlas al servicio unos de otros, como dice el apóstol Santiago “Si a un hermano o a una hermana les falta la ropa y el pan de cada día, y uno de ustedes le dice: Que les vaya bien; que no sientan frío ni hambre, sin darles lo que necesitan, ¿De qué les sirve? Así pasa con la fe si no se demuestra por la manera de actuar: está completamente muerta” Stgo 2, 14-17 Hay personas que viven solo para recibir y acumular formación, pero no poco comparten en sus comunidades; en la realidad, la mayoría se dan con generosidad y sin esperar recompensa. Estos catequistas son gente que se sienten felices y plenos poniendo al servicio de los demás sus valores. Todos podríamos participar para darle una mano a otra persona y hay mil maneras, no hace falta más que la intención y la acción. Si pudiéramos unir necesidades de unos y habilidades y talentos de otros, muchas cosas no serían un problema e incluso nuestros problemas cobrarían otra dimensión. Cuando damos algo, en ese momento estamos dándonos a nosotros mismos y hay la satisfacción de haberse dado. Allí se completó el ciclo de dar y recibir. Eso es dinamizar la fe, expresarla, sembrar la semilla del Evangelio que transforma. Ahora bien, saber recibir es querernos a nosotros mismos, aceptarnos, reconocer que necesitamos lo que se nos ofrece. Cuando doy, estoy realmente dando vida, y cuando recibo, lo que viene a mí de la otra persona es un regalo y vida también. “Nadie tiene mayor amor que dar la vida por los demás”; “Tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo” Jn 3,16. Después de un tiempo de empezar a experimentar el dar y recibir sin condiciones, el proceso se hace natural y espontáneo creando mejores relaciones. “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero” (1 Jn 4, 19) ¿Cómo te has sentido cuando has dado sin esperar nada a cambio? ¿Sabes recibir en la misma medida que sabes dar? (Dar tiempo para la participación) Todos los catequistas pueden desarrollar habilidades porque “Dios no llama a los capacitados, El capacita a los que llama”. “Un catequista no nace, se va haciendo catequista” en la medida que se vaya auto-formando y vaya dejándose formar. Él quiere que descubramos y desarrollemos las habilidades que sí tenemos. El apóstol Pablo dijo: "Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel" (1 Cor 4, 2). Eso significa “Yo planté, Apolo regó, pero Dios hizo crecer” (1 Cor 3, 6) (El que dirige dará una breve explicación de la cita) Hemos de hacer nuestra labor lo mejor que podamos y dejar los resultados a Dios. El servicio que prestamos como hijos de Dios no se refiere solamente al trabajo que desempeñamos en la Iglesia, también en nuestra labor en la vida diaria, ya sea en el estudio, el trabajo o en nuestra casa. Recuerda que nuestras palabras atraen, pero nuestros hechos convencen aún al más grande de los incrédulos. “Si no creen en mis palabras, crean por mis obras” Dios es el único que reparte los talentos a sus hijos Dios da talentos a cada uno según su capacidad y responsabilidad No todos tenemos los mismos talentos, pero todos tenemos algunos.

Dios espera de nosotros que usemos esos talentos y que demos frutos con ellos. Si somos fieles en lo poco, Dios nos dará más.

NOS COMPROMETEMOS

1. ¿A qué te comprometes a hacer en bien de los demás desde tus propias capacidades y habilidades?

2. ¿Con qué actitud las vas a realizar? 3. ¿Qué medios vas a utilizar para llevar a cabo lo que te comprometes? 4. ¿Qué pretendes lograr con éste compromiso?

ORACIÓN CELEBRATIVA Cada uno de los participantes buscará un símbolo que represente su capacidad o habilidad sobresaliente, el grupo formará un círculo y en el centro colocarán la Sagrada Escritura y algún documento de la iglesia, alguna vela, cirio, etc., se motiva a un momento de silencio. En ambiente de oración ofrecen sus símbolos, llevarlos con respeto y en orden cerca de los signos que están en el centro.

TEMA 2 EL CATEQUISTA SURGE DE LA COMUNIDAD, LA CONSTRUYE Y LA TRANSFORMA “Fue el Señor quien me sacó de detrás de las ovejas y me dijo: Ve, y habla de parte mía a Israel, mi pueblo”

(Am 7, 15) OBJETIVO

Concientizar a los catequistas sobre su vocación, que brota del sacramento del bautismo, es robustecida por el sacramento de la confirmación y participa de la misión salvadora de Cristo en la comunidad.

INDICACIONES (Para quien va a dirigir el tema).

-Toma muy en cuenta el objetivo que se propone para el tema. -El catequista ha de tener clara conciencia de que su labor de educar en la fe, debe conducir a la formación de la comunidad.

-Llevar carteles y marcadores conforme a los equipos que se vana formar. -Llevar un pan grande para el momento de la oración celebrativa.

INTRODUCIÓN La Iglesia nace para evangelizar, es la razón de su existencia. La Evangelización construye un mundo nuevo, una comunidad fraterna.

La comunidad cristiana es expresión de la presencia de Dios. AG 15 VEAMOS DINÁMICA “EL ÁRBOL” Primero formar varios equipos, luego dibujen en cada cartel dos árboles por equipo, un árbol

va a representar cómo está la fe de la comunidad (La realidad) y en el otro como debe de estar (El ideal de la comunidad). LA RAÍZ: Simboliza a Cristo. EL TRONCO: Los medios por los que Cristo transmite la gracia, ejemplo, los sacramentos. LAS RAMAS: Simbolizan la comunidad creyente. LOS FRUTOS: Expresiones en bien de la sociedad. PENSEMOS En el Bautismo nos insertamos a Cristo que es la raíz; por la Confirmación Cristo nos comunica su vida, nos fortalece e impulsa como dice el apóstol Pablo “Cuando se consagran a

Dios las primicias toda la masa queda consagrada. Si la raíz es santa, lo serán también las ramas. Algunas ramas del olivo han sido cortadas mientras que tú que eres un olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellos, aprovechando con esto la raíz y la savia del olivo. Ahora, pues, no vayas a alabarte despreciando las ramas pues no eres tu el que sostiene la raíz, sino la raíz la que te sostiene a ti” (Rom 11, 16-18) La vida de la comunidad cristiana exige la unión con Cristo y se expresa en la unión con los hermanos, así encontramos en el Evangelio unas citas que nos iluminan en este doble aspecto de la comunión con el Señor “Si alguien permanece en mí, y yo en él, produce mucho fruto, pero sin mí, no pueden hacer nada” (Jn 15, 5) “Que todos sean uno como tú, Padre estás en mí y yo en Ti. Sean también uno en nosotros, así el mundo creerá que Tú me has enviado” (Jn 17, 21) Así como Tú me enviaste al mundo, así yo también los envío” (Jn 17,11-18). A sus discípulos les dice: “Ustedes serán mis testigos” (Hech 1,8) El catequista es un discípulo del Señor que, junto con los demás catequistas, constituye una comunidad de discípulos disponible para el anuncio del mensaje cristiano. Se crean vínculos fraternos, de complementariedad, de participación y de testimonio que crean comunión eclesial. El catequista se debe dejar transformar por el mismo Anuncio que transmite a los interlocutores. La comunidad está atenta a las personas, a su proceso de fe, a su desarrollo cristiano. Exigencias de acuerdo a la misión de “servidores” de la Palabra. Así vivió Jesús (cf Mc 4,10-12; 6, 31). El catequista es una persona amada por Dios, con sus capacidades que ha recibido, llamado por Jesucristo y enviado con el don del Espíritu Santo para continuar la obra salvadora de Jesús al servicio de la comunidad de la que forma parte, vive en ella y trabaja para ella” (cf GFCM 9). El catequista es una persona con capacidades y habilidades que Dios llama desde una comunidad concreta, es parte integrante de ella y ayuda con su servicio para construirla.

La catequesis tiene como meta construir la comunidad: “Una de las metas de la catequesis es precisamente la construcción de la comunidad” (DP 992) “La catequesis en cuanto es testimonio educa al cristiano para su inserción plena en la comunidad de discípulos de Jesucristo que es la Iglesia, asumiendo toda la verdad…y también con todo el sentido de solidaridad fraterna que el cristiano debe vivir respecto a todos los que, sean o no creyentes, están embarcados en la misma aventura de la familia humana. De esta forma la comunidad eclesial se constituye en auténtico sacramento universal de salvación” (SIN 10) Además de la vocación de todos los bautizados, algunos laicos son llamados de una forma especial para asumir la tarea profética. La Iglesia suscita y discierne esta llamada divina y les confiere la misión de evangelizar. El Señor Jesús invita así, a hombres y mujeres a seguirle precisamente en cuanto Maestro y formador de discípulos. Esta llamada personal de Jesucristo y la relación con Él, son el verdadero motor de la acción del catequista. “De este conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota el deseo de evangelizar y de llevar a otros al sí de la fe en Jesucristo”. “No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” Hech 4, 20. Sentirse llamado a ser catequista y recibir de la Iglesia la misión para ello (cf DGC 231).

La colaboración del catequista exige un marco comunitario y una trascendencia social del mensaje. La comunidad eclesial es el sujeto, el origen y la meta de la catequesis. Ella es la promotora de los carismas, la primera responsable de la educación de sus miembros, la que debe discernir la vocación de todos aquellos que se sienten llamados. A ella le corresponde llamar a los más idóneos para ser servidores de la Palabra. El marco comunitario es pues, el lugar, la base, sobre la cual empieza a delinearse la personalidad específica del catequista que integrado en la comunidad cristiana se reconoce llamado por Dios a compartir la vida de fe y caridad, así como la responsabilidad de edificar la Iglesia (GFCM 13). La comunidad es el espacio en donde se cultiva la fe, se desarrolla y da sus frutos. El catequista, iluminado por la “Palabra de Dios, denuncia sin ambigüedades las injusticias y promueve la solidaridad y la igualdad…. El sínodo ha recordado que el compromiso por la justicia y la transformación del mundo, forma parte de la Evangelización. Se trata de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que está en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación” (VD 100) “La Evangelización y la difusión de la Palabra de Dios ha de inspirar la acción en el mundo en busca del verdadero bien de todos, en el respeto y la promoción de la dignidad de cada persona” (VD 100)

Para responder a esos retos, es necesaria una formación permanente y adecuada de los catequistas. Es insuficiente una formación de carácter doctrinal, pedagógica o didáctica, si no introduce en un camino de fe común y compartida, desde la corresponsabilidad y sentido de vivir la comunión. Por lo mismo saber que el catequista surge de la comunidad y construye la comunidad exige formación, sin ella se corre peligro en la calidad (DGC 234-250).

El anuncio del Evangelio y la Eucaristía son los dos pilares sobre los que se construye la comunidad eclesial (DGC 218). La fuerza de la evangelización quedará muy debilitada si los que anuncian el Evangelio están divididos entre sí ¿no estará quizá ahí uno de los males de la evangelización? EN 77 El catequista deberá tener en cuenta todos los componentes de la comunidad eclesial en la que está insertado, y actuar en unión con ellos. Se recomienda, especialmente, la colaboración con otros laicos comprometidos en la pastoral, sobre todo en la Iglesia donde están más desarrollados los servicios laicales. NOS COMPROMETEMOS

-En ambiente reflexivo recuerda ¿Cómo te llamó Dios? ¿Cuándo te llamó? ¿Cuál es la misión concreta a la que te envió? (La situación define a dónde encausar tu acción evangelizadora) -¿Qué repercusión tiene en el ambiente familiar y social? -¿Qué obstáculos has puesto para la realización de tu vocación catequística? -¿Cómo los has superado? -Concretiza a partir de la pasada reflexión tu compromiso personal y de grupo.

ORACIÓN CELEBRATIVA Al centro del lugar se coloca el pan, se reflexiona sobre los elementos que lo componen y la integración de ellos para llegar a ser alimento. Peticiones libres para lograr la integración de los catequistas entre sí y de los catequistas con la comunidad. Se termina con el Padre Nuestro.

TEMA 3 LA PERSONA DE JESÚS “HOMBRE PERFECTO” CENTRO DE NUESTRA FE

¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Y ustedes: ¿Quién dicen que soy Yo?

(Cf Mt 16, 13-15) OBJETIVO Impulsar el encuentro con Jesucristo que conduzca a los catequistas a ser testigos creíbles de su fe en la sociedad a la que pertenecen. INDICACIONES La vivencia de la fe, surge del encuentro con Cristo y se proyecta en la vida social. Para la dinámica tener preparada la imagen de Jesús recortada, de manera que sea

como un rompecabezas. La dinámica va encaminada a conocer a Jesús, a ser uno con Él para transformar la

realidad social. Cuando se hagan preguntas al grupo propiciar la participación entre todos.

Hacer énfasis en el SER de Jesucristo, la importancia de conocerlo, conocernos y confrontarnos con Él.

Para la oración celebrativa llevar pequeños papeles, lápices, un espejo y usar una de las imágenes de Jesús que armarán en la dinámica.

INTRODUCCIÓN ¿Quién es Jesús?... Este Jesús no es un rabino ordinario que explica las escrituras, sino que enseña con autoridad (Mc 1, 22) Aquí hay uno que es más que Jonás…más que Salomón (Mt 12, 41s; Lc 11, 31s). Jesús vivió como un buen judío, nacido de mujer, sujeto a la ley (Gal 4, 4). A éste Jesús, al que vosotros habéis crucificado, Dios lo ha hecho Señor y Cristo… (nos ubicamos en su tiempo histórico, en su situación social). A éste Jesús que un momento fue rebajado por debajo de los ángeles, lo vemos coronado de gloria eterna. A través de nuestra reflexión de hoy conoceremos más la persona de Jesús ¿Quién es? ¿Qué piensa? ¿Qué siente? Etc. VEAMOS DINÁMICA: “IMAGEN DE JESÚS EN ROMPECABEZAS” (Se organiza el grupo o grupos según las imágenes que llevan recortadas en rompe cabezas. Si son varios grupos, que no se mezclen las imágenes para que puedan formarla cada equipo). Se dan las siguientes indicaciones: El trabajo se hace en silencio, cada miembro irá buscando en dónde colocar las partes que le tocaron. (Es mejor que todos se ayuden a formarla pero no se de esta indicación). Ellos mismos deben descubrir la necesidad de colaboración de todos. Nota: tomar en cuenta el tema anterior que cada uno puede y debe conocerse, conocer a los demás y hacer énfasis en que cada uno colaboró con las partes del rompecabezas para formar la imagen de Cristo. -¿Quién dice la gente de hoy que es Jesús? -¿Quién dices tú que es Jesús? -¿A qué te compromete esa respuesta que das sobre Jesucristo? -¿Qué sucede si solo conocemos conceptos sobre Jesucristo, pero no lo conocemos a Él? -¿Sabías que: Nuestra fe está cimentada no en un concepto sino en una persona:“Jesucristo”? -¿En qué nos basamos para dar razón de quién es Jesucristo? (Dar tiempo para diálogo) El catequista está fortalecido por la fe en Jesucristo y Él anima a seguir dando testimonio en su nombre: “¿Quién les podrá hacer daño, si ustedes se afanan en hacer el bien? Por lo demás, felices ustedes cuando sufran por la justicia: no teman sus amenazas ni se turben. Al contrario, sigan

adorando interiormente al Señor, a Cristo, siempre dispuestos para justificar la esperanza que los anima, ante cualquiera que les pida razón” (1 Ped 3,13-15). PENSEMOS ¿Quién es Jesucristo? Algunas veces no se recibe una respuesta fundamentada que convenza, otras veces se dan respuestas erróneas, veamos quién es Jesús para algunos de sus contemporáneos: ¿Qué dicen sus paisanos? (Mc 3,20-21) ¿Qué dice san Pedro? (Mt 16,13) Los escribas y fariseos decían (Mc 3,22) Vayamos a la Sagrada Escritura y encontraremos, no solo respuestas a una pregunta, nos encontraremos con Jesús mismo si lo buscamos con sinceridad y apertura con la certeza de que el Espíritu nos clarificará lo que nosotros mismos no hemos descubierto aunque pensemos que ya sabemos mucho sobre Jesucristo. Siempre que lo busquemos, encontraremos en Él la novedad de la Buena Noticia. El Antiguo testamento nos prepara para dar una respuesta adecuada ya que a Él se refieren los profetas. “Miren: la joven esta encinta y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel” (Is 8, 14). El ángel le dijo a José “José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados” (Mat 1, 20- 21) “El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en tierra de sombras, una luz les ha brillado” (Is 9, 1). “Saldrá un brote del tronco de Jesé, un retoño brotará de sus raíces. Sobre Él reposará el Espíritu del Señor” (Is 11, 1-2). “Yo miraré la llegada del Señor, espero en Dios, mi salvador. Mi Dios me escuchará” (Miq 7, 7) “El Señor tu Dios está en medio de ti, como un héroe que salva” (Sf 3, 17) “Llega el día en que yo haré surgir un hijo de David que se portará como rey justo y prudente” (Jer 23, 5) “Te voy a poner, además, como una luz para el mundo, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra” (Isaías 49, 6) El hombre lucha por la libertad, pero algunas veces pasa sobre la libertad de los demás, Jesucristo es quien nos libera de toda esclavitud, nos conduce a la fraternidad y nos muestra el camino para lograrlo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Nos muestra la forma de ser libres: “Ámense unos a otros como Yo los he amado” (Jn 13, 34). Es la Víctima cuyo sacrificio sella la Nueva Alianza anunciada por Jeremías “Vendrán días -Palabra de Yavé- en que yo pactaré con el pueblo de Israel una nueva alianza” (31,31.34) Jesús dijo en la Ultima Cena: “Esta copa es la Alianza Nueva sellada con mi sangre, que va a ser derramada por ustedes” (Lc 22, 20). Nosotros no solo recordamos este gran acontecimiento de la Nueva Alianza, sino que participamos en la conmemoración de este sacrificio cuando participamos en la Eucaristía. ¡Qué gran acontecimiento tenemos la oportunidad de celebrar cada día!

¿Cómo lo presenta el Padre?: “Pedro estaba todavía hablando cuando una nueve luminosa los envolvió y una voz que salía de la nube decía: “Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido; escúchenlo” (Mt 17, 5). Veamos qué dice san Juan en el Evangelio: “En el principio era El Verbo y El Verbo estaba frente a Dios y El Verbo era Dios. Todo se hizo por El y sin El no existe nada de lo que se ha hecho” (1,1-3) San Juan Bautista presenta a Jesús como el Nuevo Cordero de la Pascua, simbolizado en el cordero de la pascua israelita: “He ahí al Cordero de Dios” (Jn 1, 29). Es el Cordero sin mancha que se ofrece en sacrificio por la liberación, ya no de un pueblo, sino de toda la humanidad. Es el Cordero que nos presentan en la Celebración Eucarística que quita el pecado del mundo. Jesús se presenta a sí mismo como el Hijo de Dios, de su misma naturaleza. Él dice: “Si no creen que Yo Soy, morirán en su pecado” (Jn 8, 24), atribuyéndose el mismo nombre de Dios en Ex 3, 14 “Dios dijo a Moisés: Yo Soy el que Soy. Así dirás al pueblo de Israel: YO-SOY me ha enviado a ustedes” Jesús es la imagen viva del Padre: “Felipe le dijo a Jesús: Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta. Jesús le respondió: Hace tanto tiempo que estoy con ustedes y todavía no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14, 5 - 11). ¿Qué dice Jesús de Sí mismo? “Yo soy la luz, el que me sigue no caminará en tinieblas” (Jn 8,12). “Yo soy la Luz” (Jn 8,12) “El Espíritu de Dios está sobre mí y el Señor me consagró por su Espíritu” (Lc 4, 18). “Yo soy el Pan vivo” (Jn 6,51); Les recordó el pan que comieron en el desierto sus antepasados “Jesús dijo: Yo soy el pan de vida. Vuestros antepasados, que comieron el maná en el desierto, murieron. Aquí tiene el Pan que bajó del cielo para que lo coman y ya no mueran” (Jn 6, 48-50). “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn 11,25); “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6). Ya el profeta lo había anunciado: “El pueblo que caminaba en tinieblas, ha visto una gran luz” (Is 9,1). El hombre siempre ha luchado por la vida, algunas veces, en forma incorrecta, cuando se pasa sobre la dignidad o la vida de los demás. Jesucristo es la respuesta a las expectativas del hombre de todos los tiempos. Veamos algunas respuestas que el mismo Jesús da: Jesucristo viene a mostrarnos el camino para la vida plena. El Verbo de Dios siempre ha existido y por Él fue hecho todo lo que existe. Él es la fuente y el autor de la vida, “Todo se hizo por Él y sin Él no existe nada de lo que se ha hecho. En Él hay vida y la vida es la luz de los hombres” (Jn 1, 3-4). Él transmite la vida al hombre, vida en plenitud: “Yo en cambio vine para que tengan vida y la encuentren en plenitud” (Jn 10, 10). En una situación de muerte, Jesús habla de vida. Ante la muerte de Lázaro, su amigo, le dice a Marta: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá y el que haya creído en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? Marta contestó: Sí, Señor, yo siempre he creído que Tú eres el Cristo, El Hijo de Dios que ha de venir a este mundo” (Jn 11, 25- 26).

Jesús es vida y comunica vida. Él nos señala el camino para obtener esa vida y que esa vida permanezca en nosotros: “Yo soy la vid y ustedes las ramas. Si alguien permanece en mí, y yo en él, produce mucho fruto, pero sin mí no pueden hacer nada” (Jn 15, 4- 5) La Iglesia le da a Jesucristo el título de Mesías, Cordero de Dios, Hijo de David, Hijo de Dios, Hijo del hombre, Mediador, Santo, Salvador, Señor. Además, al decir Jesucristo, la Iglesia asocia en una relación estrecha el título proclamado por los creyentes y la persona histórica que vivió en la tierra, la interpretación y el hecho original. Toda presentación que absorba uno de los dos términos en el otro, reducirá indebidamente el Evangelio La Persona de Jesús es la expresión más fuerte del amor de Dios: “Tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo Único, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga Vida Eterna” (Jn 3, 16). Cada respuesta a la pregunta: ¿quién es Jesucristo?, no es un concepto frío, sino que es la Verdad en la que nos encontramos con Jesucristo Vivo que nos comunica vida plena, nos conduce y nos salva. Al mismo tiempo que Jesucristo es la imagen de Dios invisible, es también el hombre perfecto. (cf DGC 116) “Jesús, en su vida terrena, vivió plenamente su humanidad: trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Pues bien, todo lo que Cristo vivió, hace que podamos vivirlo en Él y que Él lo viva en nosotros. La catequesis actúa sobre ésta identidad, de experiencia humana entre Jesús, Maestro, y el discípulo, y enseña a pensar como él, obrar como Él, amar como Él”. DGS 116 ¿Quién es Jesucristo? Isaías habla del nombre, “Miren: la joven esta encinta y dará a luz un hijo, a quien le pondrá

el nombre de Emmanuel” (Is 8, 14). San Mateo nos da a conocer el significado del nombre: Jesús por lo que anuncia el origen y

la misión de Jesucristo: El ángel le dijo a José: “José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados” (Mat 1, 20- 21)

El profeta Sofonías anuncia, que en Jesucristo, Dios esta con nosotros: “El Señor tu Dios está en medio de ti, como un héroe que salva” (Sof 3, 17)

El profeta Jeremías habla del que ha de venir como rey justo: “Llega el día en que yo haré surgir un hijo de David que se portará como rey justo y prudente” (Jer 23, 5)

Jesucristo es el Hijo de Dios: “Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido; escúchenlo” (Mt 17, 5)

San Juan inicia el evangelio presentando a Jesús como el autor de la vida: “En el principio

era El Verbo y El Verbo estaba frente a Dios y El Verbo era Dios. Todo se hizo por El y sin El no existe nada de lo que se ha hecho” (1,1-3).

Juan Bautista lo relaciona con el cordero pascual de los israelitas: “He ahí al Cordero de Dios” (Jn 1, 29). Expresión que hacemos presente en la Celebración Eucarística.

NOS COMPROMETEMOS

1. Jesús nos conoce, y tú, ¿te conoces a ti mismo?

2. ¿Qué vas a hacer para conocerte? 3. Ahora que conoces algo acerca de Jesucristo ¿Qué virtudes te

comprometes a imitar de Él? 4. ¿Cómo vivirás esas actitudes? 5. ¿Cómo harás para conocer cada día más de Jesús y de ti mismo? 6. ¿En qué te favorecerá ese doble conocimiento?

ORACIÓN CELEBRATIVA En un momento de oración y reflexión repartir pequeños papelitos y lápices cuantos sean necesarios para escribir en ellos lo que sabía de Jesús, lo que sé ahora y lo que me conozco a mi mismo. En frente del lugar colocar un espejo, si es posible grande y la imagen de Jesús que formaron, en orden y con respeto pasar a mirarse en el espejo y luego mirar a Jesús, esto como un signo de querer parecerme cada día más al Maestro. Colocar los papelitos debajo de la imagen de Cristo. Se puede terminar rezando todos el Salmo 42(41) 2-6.

TEMA 4: EL ESPÍRITU SANTO Y SU ACCIÓN TRANSFORMADORA

“Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a evangelizar”

(Hech 2, 4)

OBJETIVO

Descubrir la fuerza transformadora del Espíritu Santo en nosotros, que nos impulsa a servir a los demás para que, por el testimonio de nuestra fe y el anuncio explícito, eduquemos a una comunidad que dinamizada por El, desarrolle acciones concretas en la vida cotidiana.

INDICACIONES Preparar láminas con dibujos que expresen las diferentes formas en las que se manifiesta el Espíritu Santo para ambientar el lugar. Hojas blancas y lápices para dibujar uno por cada participante. Que lleven su Biblia

VEAMOS: (dinámica) Se reparten las hojas en blanco y los lápices a cada participante y se les invita para que en ella dibujen un auto, en el dibujo identifiquen que parte del auto tiene que ver con la acción del Espíritu Santo. Nota: estas preguntas después de la dinámica. -¿Qué pasa si tienes el carro pero no tiene el motor? -¿Cuál es la función del motor? -¿Cómo es el cuerpo sin espíritu? Lo mismo pasa con una comunidad cristiana si no tuviera el Espíritu no tendría dinamismo, ni identidad, sería como un carro sin motor. PENSEMOS. Dios en el Antiguo Testamento se revela como una fuerza Divina que transforma el cosmos de la nada a la existencia. A la persona humana para hacerla capaz de seguir su caminar hacia la salvación. “Espíritu Santo” tal es el nombre propio de Aquel que adoramos y glorificamos con el Padre y el Hijo. (CIC 691) El Espíritu Santo está presente en la creación: “Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada, las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas” (Gen 1, 1-2) El Espíritu Santo no puede separarse del Padre y del Hijo. Se revela con ellos en Jesucristo pero tiene su manera propia de revelarse, como tiene su propia personalidad. El Espíritu Santo comunica sus dones a la humanidad. Aun cuando invade al espíritu humano y lo transforma, le deja toda su personalidad, lo capacita para transformar su entorno a través de su acción, que al mismo tiempo que es un don, es una tarea El Espíritu no tiene un rostro o figura humana… se reconoce su paso por signos. Veamos algunos de las figuras por las que se hace visible para comunicar sus dones.

(Recorrido para ver los carteles con los dibujos que expresan cómo se manifiesta el Espíritu Santo)

Viento (1 Rey 19,12) Fuego (1, Rey 18,38) Nube (Ex 13,21; Mt 17,5) Paloma (Mt 3,13)

Dones del E.S. Sabiduría, inteligencia, consejo y fortaleza, espíritu de entendimiento y temor de Dios (Is 11,2) FRUTOS del Espíritu Santo: Amor, alegría, paz comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí (Gal 5, 22,23)

Presente en la obra de la Redención: “Contestó el ángel: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. Jesús lleno del Espíritu Santo, volvió de las orillas del Jordán y se dejó guiar por el Espíritu a través del desierto” (Lc 1,35; 4,1-2; 3,21-22). Cuando Jesús anuncia y promete la venida del Espíritu Santo, lo llama el “Paráclito” o “Consolador”. El mismo Señor llama al Espíritu Santo “Espíritu de Verdad” (Jn 16,13) (CIC 692). Presente en la Iglesia naciente: Cristo resucitado congrega a sus discípulos y los envía con la fuerza del Espíritu a continuar su misión (cf Jn 20,21-23) En Pentecostés recibieron la definitiva y plena confirmación de esta misión (cf. Hch 2,1-26) El Espíritu santifica continuamente a la Iglesia, la rejuvenece y la renueva sin cesar, mediante diversos dones jerárquicos y carismáticos (cf LG 4). Por eso se añadió al símbolo de Nicea, en el concilio del año 381, que el Espíritu es “Señor y dador de vida”. El Espíritu Santo sigue actuando en el mundo a través de la Iglesia La presencia activa del Espíritu en el pueblo de Dios hace que la Iglesia visible e histórica, hecha con nuestro débil material humano, sea una, santa, católica y apostólica. Así lo afirmamos en el Credo porque hunde sus raíces en el misterio de la Trinidad. A través de muchas realizaciones, la Iglesia aparece como signo muy elocuente de la presencia y de la acción de Dios en el mundo. Los bautizados son consagrados por la unción del Espíritu Santo como casa espiritual y sacerdocio santo (cf. DCG 65). Símbolos del Espíritu Santo: Dios en el Antiguo Testamento se revela como una fuerza Divina y transforma la persona humana para hacerla capaz de expresión. Grandes símbolos del Espíritu evocan su presencia irresistible y profunda. El agua.

Para la liberación de la esclavitud, Israel pasó por el mar y entonces quedaron libres del dominio de Egipto.

El agua de la roca (Ex 16,6-7), que sació la sed de la comunidad israelita y así pudieron continuar su peregrinar hacia la tierra prometida.

El Espíritu es el agua viva que brota de Cristo crucificado (cf Jn 19,34) como de su manantial y que en nosotros brota como vida eterna (CIC 694).

El agua bautismal significa realmente que nuestro nacimiento a la vida divina se nos da en el Espíritu Santo, somos bautizados en un solo Espíritu (1 Cor 12,13).

La unción.

El simbolismo de la unción con el óleo es también signo del Espíritu Santo, hasta el punto de que se ha convertido en sinónimo suyo (cf. 1 Jn 2,20.27)

En el Antigua Alianza hubo “ungidos” del Señor (cf. 1 Sam 16,13). “Mesías”, en hebreo, significa “Ungido” del Espíritu de Dios. Jesús es el Ungido de Dios

de una manera única. Jesús constituido Cristo por el Espíritu Santo (cf. Lc 4,18-19).

El signo sacramental de la Confirmación. Para captar toda la fuerza que tiene es necesario volver a la unción primera

El fuego. CIC 696

Mientras que el agua significa el nacimiento y la fecundidad de la Vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo. Elías, con su oración atrajo el fuego del cielo (1 Re 18,38-39), figura del Espíritu Santo que transforma lo que toca.

Jesús dijo: he venido a traer fuego sobre la tierra y cuánto desearía que ya estuviese encendido (Lc 12,49).

Bajo la forma de lenguas como de fuego, el Espíritu Santo se posó sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de Él (Hech 2,3-4).

La nube y la luz (CIC 697).

Estos dos signos son inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. La Nube, unas veces oscura, otras, luminosa, revela a Dios vivo y salvador, tendiendo así un velo sobre la trascendencia de su gloria. En la tienda de reunión (cf. Ex 33,9-10); durante la marcha por el desierto (cf. Ex 40,36-38).

Estas figuras son cumplidas por Cristo en el Espíritu Santo. En la montaña de la transfiguración es El quien vino en una nube y cubrió con su sombra a Jesús, a Moisés y a Elías (Lc 9,34-35).

El viento: Hay en el viento un misterio fuerte y suave:

El soplo Divino hace de un ser estático operante y dinámico, Dios le comunica su vida a través del soplo (Gen 2,7).

La liberación de Israel se realiza cuando “Moisés extendió su mano sobre el mar. Yahvéh hizo soplar durante toda la noche un fuerte viendo del Oriente que secó el mar” (Ex 14,21)

Cuando Elías huyó al desierto “Yahvéh le dirigió la palabra. Sal afuera a esperar a Yahvéh, que va a pasar…. Se sintió un murmullo de una suave brisa”

A Él se le entrega en el último momento: “En tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46).

La paloma. (CIC 701)

Cuando Cristo sale del agua de su bautismo, el Espíritu Santo, en forma de paloma, baja y se posa sobre ÉL (Mt 3,16). El Espíritu Santo desciende y reposa en el corazón purificado de los bautizados.

En la catequesis, el encuentro con Dios Uno y Trino ocurre primero y principalmente cuando el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son reconocidos como autores del plan de salvación (DGC 47).

El Espíritu Santo en la obra evangelizadora de la Iglesia

No habrá nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo. En el bautismo descendió sobre Jesús de Nazaret; fue conducido por el Espíritu para vivir en el desierto antes de dar comienzo a su misión evangelizadora. Solamente después de la venida del Espíritu Santo, el día de Pentecostés, los Apóstoles salen hacia todas las partes del mundo para comenzar la gran obra de evangelización.

Gracias al Espíritu Santo, la Iglesia crece. El es el alma de esta Iglesia. El es quien explica a los

fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio. Es quien, hoy igual que en los comienzos de la Iglesia, actúa en cada evangelizador que se deja poseer y conducir por El y pone en sus labios las palabras que por sí solo no podría hallar, dispone también el alma del que escucha para hacerla abierta y acogedora de la Buena Nueva del Reino anunciado (cf. EN 75).

“Espíritu Santo” tal es el nombre propio de Aquel que adoramos y glorificamos con el Padre y el Hijo (CIC 691).

El agua significa el nacimiento y la fecundidad de la Vida dada en el Espíritu Santo; el fuego, simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo.

Gracias al Espíritu Santo, la Iglesia crece, Él es el alma de esta Iglesia. Él es quien explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio.

NOS COMPROMETEMOS

¿A qué nos invita esta reflexión? ¿A qué nos comprometemos en forma personal? Como grupo ¿a qué nos comprometemos para dejar actuar al Espíritu en nuestra actividad catequística? ORACIÓN CELEBRATIVA Se colocan las láminas que representan la acción del Espíritu Santo al centro del grupo que se acomodará en círculo. Se recita la secuencia u otra oración al Espíritu Santo.

Título: COMPROMETIDOS EN LA VIDA DE FE Y EN LA TRANSOFRMACIÓN DE LA SOCIEDAD

LG 1, La Iglesia como sacramento de Cristo, imagen de Él en el mundo.

NOS COMPROMETEMOS

A transformar nuestra acción catequística que sólo propone verdades y doctrinas… en una catequesis que iluminada por la Palabra de Dios descubre y dialoga desde un lenguaje inculturado los significados profundos en la vida de los discípulos de Jesús.

Al responder las siguientes preguntas, tendrás propuestas de tareas para realizar el compromiso:

1. ¿Con qué actitudes quiero asumir para alcanzar el nuevo paradigma (modelo de catequesis)?

2. ¿Como comunidad de catequistas, qué acciones debemos llevarlo a la práctica? 3. Fortalecer con audacia la Pastoral de la Familia y de la vida. 4. Valorar y respetar las culturas de nuestros pueblos. 5. Hacer de nuestra parroquia un modelo de reconciliación, de justicia y de paz. 6. Cuidar la creación, casa de todos, en fidelidad al proyecto de Dios. 7. Colaborar en la integración de decanatos y vocalías. 8. (DA 299) 9. ¿De lo que reflexionamos en los documentos, qué puedes comentar de ello?

TRANSFORMA TU REALIDAD

A partir de lo reflexionado en los documentos:

1. ¿Qué papel asumes en la transformación de la sociedad? 2. ¿Qué acciones puedes emprender en cada uno de los aspectos señalados para lograr su

transformación? a) Anunciar el Evangelio con el testimonio de una vida ejemplar, en la familia, en

el ámbito del trabajo, de la cultura y la ciencia, en el ejercicio de las responsabilidades sociales, económicas y políticas.

b) Gestionar los asuntos temporales ordenándolos según Dios. c) Valorar la oración, la reflexión y el diálogo para comprender las realidades

sociales y mejorarlas. d) La conversión de corazón para comprometerse a sanar las instituciones, la

estructuras y la condiciones de vidas contrarias a la dignidad humana. e) Afirmar el inviolable el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte.

f) Reconocer el derecho la libertad de conciencia y a la libertad religiosa. g) Defender el matrimonio y la familia. h) Presentar en términos culturales actualizados el patrimonio de la tradición

católica, sus valores, sus contenidos, toda la herencia espiritual, intelectual y moral.

i) Considerar a los MCS como posibles instrumentos de solidaridad. j) Participar en la política, en la búsqueda del bien común con espíritu de servicio;

el desarrollo de la justicia con atención particular a las situaciones de pobreza y sufrimiento; el respeto de la autonomía de las realidades terrenales; el principio de subsidiarios, la promoción del diálogo y de la paz.

k) Distinguir y conectar el orden moral y el orden social. l) Ser fieles a la propia identidad y disponibles l diálogo con todos. m) Discernir lo concerniente a la elección de los instrumentos políticos o la

adhesión a un partido y a las demás expresiones de la participación política. n) Distinguir entre instancias de la fe y opciones sociopolíticas, opciones

particulares de los cristianos y las realizad as por la comunidad cristiana.

3.- ¿Cuál de estas acciones estás llevando a cabo y cuál te hace falta impulsar?

(Reflexiona y repásalas un momento)

EL MOMENTO FESTIVO, CLAUSURA Y CONVIVENCIA

Indicaciones generales

1.- El momento parroquial puede culminar con un encuentro festivo y de oración.

2.- Un momento para recoger las conclusiones de la semana y compartirlas, retomando ks compromisos que se han asumido.

3.- El equipo coordinador parroquial recogerá las conclusiones, haciendo una síntesis para presentarlas en el momento decanal.

4.- Culminar con la Celebración Eucarística donde sea posible, donde no, con un momento de oración, puede ser hora santa o celebración de la Palabra.

1

CELEBRACIÓN DE ENVÍO A LOS CATEQUISTAS

2012

Monición de entrada

(Se propone que el monitor sea un miembro del equipo de liturgia de la parroquia)

La Catequesis se pone en marcha este año 2012-2013 en sintonía con la línea de acción diocesana, animando e impulsando a crecer la identidad cristiana en cada uno de nosotros. Queremos hoy celebrar comunitariamente la grandeza de la vocación del Catequista.

Los Catequistas son un testimonio para esta comunidad parroquial de____________________, constituyen un regalo para la Iglesia.

Todos los bautizados hemos recibido la misión de Evangelizar y debemos ser corresponsables en esta tarea. Hoy queremos tomar mayor conciencia de que esta misión es de todos, y en nombre de la comunidad, la asumen de manera particular los catequistas. Ellos son enviados por la Iglesia para anunciar la Buena Nueva y así, ser partícipes de la misión de Jesús nuestro Maestro.

Antes de comenzar la Eucaristía, los catequistas presentan un signo ante el altar: Una vasija vacía para que al llenarse del contenido tome la forma de ella y una luz.

Dos catequistas la depositan delante del altar y otro lee lo siguiente:.

Es frágil y está vacía. Pero es lo mejor que nos representa a todos, y de forma especial, a los catequistas. Nos sentimos pobres y necesitados ante esta tarea que nos encomienda la Iglesia. Nuestra voluntad, por grande que sea, no es suficiente. Por eso, pedimos la gracia y la luz de Dios, para llenarnos y transformarnos y decir como San Pablo: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20).

También necesitamos el apoyo de la comunidad cristiana, espacio donde la fe se fecunda, crece y fructifica.

SEÑOR TEN PIEDAD

ORACIÓN COLECTA

Oremos: Dios Padre, que has confiado a tu Iglesia la misión de anunciar el Evangelio de Jesucristo a todos los hombres de todos los tiempos, envía tu Espíritu sobre estos catequistas a fin de que todos ellos sean fieles dispensadores de la Palabra de la verdad, desempeñando su ministerio. Infunde en sus corazones el amor y el celo de tu Reino, pon en sus labios tu Palabra de salvación y concédeles la alegría de poder colaborar al crecimiento de tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición

Jeremías narra su vocación profética y nos hace reflexionar sobre la elección y llamamiento que Dios, en su bondad, nos confía.

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Si todo cristiano es profeta, más lo será el catequista, pues, a él se le encomienda de modo especial, mostrar el sentido profundo de la fe que se descubre en la historia y en los acontecimientos.

En estos textos, Cristo explica la vocación de sus discípulos, de todos los que le siguen de cerca y son testigos de lo que hace y dice.

1ª. Lectura: Jer 1, 4-9

Salmo

2ª. Lectura: Ef 4,1- 6 ó Hech 1,8

Evangelio: Mt 5,13-16 ó 28,18-20

HOMILÍA

PRESENTACIÓN DE LOS CATEQUISTAS de niños, de adultos, de pre-sacramentales, de especiales, de Biblia, de misiones y de formación de catequistas.

Se van nombrando la vocalía y los catequistas pertenecientes a ella al escucharlo, dicen: “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad” (Heb 10,9) o “Aquí estoy Señor, envíame” (Is 6,8), y los grupos pasan al frente.

ENVÍO DE LOS CATEQUISTAS:

Celebrante: ¿Se comprometen, con la ayuda del Espíritu Santo, a testificar con su vida el mensaje de Jesucristo que anuncian con su palabra?

Catequistas: Sí, me comprometo

Celebrante: ¿Están dispuestos a formarse cada día mejor para ser fieles instrumentos del Espíritu en la tarea de anunciar la Salvación a los miembros de su comunidad?

Catequistas: Sí, estoy dispuesto y me comprometo.

Celebrante: ¿Prometen ser responsables y constantes en la tarea de catequistas y luchar en comunión y participación contra todo desaliento y desánimo, para así servir como evangelizadores en esta comunidad cristiana?

Catequistas: Sí, lo prometemos

Celebrante: Todos somos testigos de que estos catequistas están dispuestos a servir a la comunidad a través de la catequesis. Oremos al Señor que derrame su luz sobre ellos.

Yo, su pastor, los envío, para que, como catequistas con una formación adecuada, conduzcan a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos por Jesucristo, en el Espíritu, al Padre, para que colaboren en la construcción del Reino en el mundo.

(Extiende las manos sobre los catequistas y prosigue) Señor Dios, fuente de toda luz y origen de toda bondad, que nos enviaste a tu Hijo único, Palabra de vida, para que revelara a los hombres el misterio escondido en tu amor. Bendice a estos hermanos nuestros, elegidos, llamados y enviados a comunicar tu mensaje de salvación, concédeles fidelidad a su vocación.

3

Les dirijo a ustedes las mismas palabras que San Pablo dijo a los Efesios: “Los invito a vivir de acuerdo con la vocación que han recibido” (4,1).

ENTREGA DE LA SAGRADA ESCRITURA:

Reciban la Palabra de Dios que a diario la meditan, llévenla en sus manos, en sus labios y en su corazón. Que aquellos a quienes ustedes son enviados puedan, al contemplar su vida, descubrir la Palabra de Dios. “Nadie puede negar que ustedes son una carta de Cristo” (2ª, Cor 3,2).

ORACIÓN DE LOS FIELES

Celebrante: Oremos a Dios para que llegue a todos los hombres su proyecto de Salvación a través de los evangelizadores que ahora enviamos.

A cada petición, vamos a responder: “Escúchanos Señor”

1- Señor te encomendamos al Santo Padre el Papa Benedicto XVI y nuestro obispo Felipe Salazar como primeros evangelizadores para que los bendigas y bendigas su acción pastoral. Oremos

2- Señor ilumina a los evangelizadores, para que, a ejemplo de Jesús aprendan a construir un mundo mejor. Oremos

3- Te pedimos por las familias creyentes para que cumplan con responsabilidad su misión de educadores en la fe. Oremos

Celebrante: Escucha, Señor resucitado, nuestra oración. Tú nos has elegido para que vayamos y demos fruto. Acompáñanos siempre para que no defraudemos la confianza que haz puesto en nosotros. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

OFRENDAS

(Cada Vocalía prepare un signo que represente su labor en la Iglesia Diocesana).

CANTO FINAL: “Alma Misionera”