Teología Popular III

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JOSÉ M.CASTILLO Desclée De Brouwer PUESTA AL DÍA

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El tercer libro de TEOLOGÍA POPULAR es, sin duda alguna, el más importante de los tres, porque explica lo que fue (y los resultados que produjo) la vida de Jesús. El relato se centra aquí en lo que fue, y en cómo fue, el final de aquella vida. Como sabemos fue un final trágico, extremadamente trágico. Pero lo que importa es saber por qué Jesús fue odiado, perseguido y ajusticiado de aquella manera. Además, interesa sumamente tener claro si la muerte fue el final o, más bien, el comienzo de una vida nueva y distinta. Y, para terminar, enterarnos de cómo este conjunto de datos, tan importantes y extraordinarios, ha llegado hasta nosotros. Lo que nos lleva, inevitablemente, a tener que hablar del Espíritu y de la Iglesia. Sobre todo, de la Iglesia, de la que tan mal habla tanta gente y a la que, con frecuencia, vemos tan alejada del Evangelio de Jesús. ¿Qué se puede –y se debe– pensar de estas cuestiones tan serias y de las que tantas personas dicen lo primero que se les antoja?

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JOSÉ M.CASTILLO

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El fi nal de Jesús y nuestro futuro

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TEOLOGÍA POPULAR (III)TEOLOGÍA POPULAR (III)PUESTA

AL DÍA

El tercer libro de TEOLOGÍA POPULAR es, sin duda alguna, el más importante de los tres, porque explica lo que fue (y los resultados que produjo) la vida de Jesús. El relato se centra aquí en lo que fue, y en cómo fue, el fi nal de aquella vida. Como sabemos fue un fi nal trágico, extremadamente trágico. Pero lo que importa es saber por qué Jesús fue odiado, perseguido y ajusticiado de aquella manera. Además, interesa sumamente tener claro si la muerte fue el fi nal o, más bien, el comienzo de una vida nueva y distinta. Y, para terminar, enterarnos de cómo este conjunto de datos, tan importantes y extraordinarios, ha llegado hasta nosotros. Lo que nos lleva, inevitablemente, a tener que hablar del Espíritu y de la Iglesia. Sobre todo, de la Iglesia, de la que tan mal habla tanta gente y a la que, con frecuencia, vemos tan alejada del Evangelio de Jesús. ¿Qué se puede –y se debe– pensar de estas cuestiones tan serias y de las que tantas personas dicen lo primero que se les antoja? A ello, ni más ni menos, se dedica el contenido de este tercer volumen de TEOLOGÍA POPULAR.

José María Castillo nació en Puebla de Don Fadrique (Granada), en 1929. Ha sido jesuita durante más de cincuenta años. Doctor en Teología Dogmática (Universidad Gregoriana. Roma). Profesor de Teología Dogmática (Facultad de Teología de Granada). Profesor invitado en diversas Universidades (Gregoriana, de Roma; Comillas, de Madrid; UCA, de El Salvador). Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada. Ha publicado más de treinta libros, siempre escritos desde la preocupación por relacionar el saber teológico con la realidad que vivimos, no solo los creyentes, sino los seres humanos en general.

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El final de Jesús y nuestro futuro

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José M. Casti l lo

Teología popular IIIEl final de Jesús y nuestro futuro

Desclée De Brouwer

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© José M. Castillo, 2013

© EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2013 C/ Henao, 6 – 48009 BILBAO www.edesclee.com [email protected]

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Impreso en España ISBN: 978-84-330-2661-3Depósito Legal: BI-1421-2013Impresión: RGM, S.A. – Bilbao

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A la Compañía de Jesús,como expresión de reconocimientoy gratitud por el inmenso bien que hace en este mundo, y el que me hahecho a mí concretamente en tantos

años de vida compartida.

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Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

32. “Estaban al acecho para acabar con él” . . . . . . . . . . . . . . . 15

33. La situación se fue agravando. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

34. La gota que colmó el vaso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

35. ¿Qué motivó, en definitiva, la detención de Jesús? . . . . . . . 35

36. La cena de despedida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

37. El sacerdote que rezaba llorando a gritos . . . . . . . . . . . . . . 53

38. ¿Por qué mataron a Jesús? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

39. Jesús murió, pero no está muerto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

40. El abogado de los cristianos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

41. Necesitamos “otra Iglesia”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115

Índice

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En este tercer libro de Teología popular, como se indica en el título, vamos a intentar enterarnos de lo que dicen los evangelios sobre el final de la vida de Jesús y también sobre el futuro que nos espera a nosotros. Casi todo el mundo sabe que a Jesús lo mataron, es decir, no murió de muerte natural, sino que, al final de sus días, lo asesinaron. Y esto, ¿por qué pasó así? ¿Quién lo mató? ¿Por qué lo mataron? ¿Dio motivos Jesús para que las autoridades toma-ran semejante decisión? ¿Es que Jesús se portó mal? ¿O los que se portaron mal fueron los gobernantes que lo condenaron a morir de la forma más cruel y humillante que había entonces? Esta es la primera cuestión que tenemos que aclarar. Por eso, este tercer libro pretende explicar, ante todo, “el final de Jesús”. Es decir, cómo aca-bó la vida de Jesús. Y también por qué acabó de aquella manera.

Pero, con responder a esta cuestión, no decimos todo lo que nos queda por decir. Porque, y después de la muerte, ¿qué pasa? ¿Se acaba todo con el último suspiro? ¿O después de esta vida hay otra vida? Y si la hay, ¿cómo puede ser esa vida? ¿Se va todo el mundo al cielo? ¿Hay gente que se va a al infierno? ¿Y si es que hay gente que se va al infierno, los desgraciados que puedan acabar allí, esta-rán condenados y sufriendo para siempre? Pues bien, la respuesta a estas preguntas es lo que se intenta explicar al hablar de “nuestro futuro”. ¿Damos cada día, inevitablemente, un paso más hacia la nada? ¿Terminaremos, después de la muerte, en la gloria del cielo?

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Presentación

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¿O podemos acabar achicharrándonos para siempre en el infier-no? Pero, entonces, ¿somos cristianos para ganarnos otra vida en otro mundo? ¿O Jesús vino a la tierra para que los seres humanos trabajemos para que esta vida en este mundo se nos haga a todos más humana, más soportable, más feliz, en cuanto eso es posible?

Estas preguntas nos ponen delante la segunda gran cuestión que afronta este libro. Pero aquí se debe hacer una advertencia importante. Al hablar de “esta vida” y de la “otra vida”, como dos posibilidades que los cristianos tenemos que afrontar, no se trata (como es evidente) de elegir la una o la otra. O de optar por la una o por la otra. Nuestra responsabilidad ante esta vida no tenemos que elegirla. Esa responsabilidad la tenemos ya. Porque no vivimos en el otro mundo. Hemos nacido en este y vivimos en este, nos guste o no nos guste, queramos o no queramos. Y si pretendemos disfrutar de este mundo, lo lógico y lo razonable es procurar que sea lo más habitable posible. Incluso lo más amable que pueda ser. Pero eso es asunto nuestro. Nadie nos lo va a dar. Lo tenemos que hacer entre todos. Los que van por la vida como “demonios” hacen de ella un “infierno”. Por el contrario, los que van por la vida como personas “amables”, hacen de esta vida un espacio humano de bondad, de respeto, de tolerancia, de amabi-lidad, de justicia, de cariño y hasta de ternura. ¿Es esto un ideal propio de chiquillos, de ingenuos y de inocentes? Esto depende de nosotros. Ni más ni menos que de nosotros.

Por supuesto, los que solo piensan en ellos mismos y en pasarlo lo mejor posible, como en esta vida vivimos siempre con otros, lo que sucede es que esos, los que solo piensan en sí mismos, esos son los demonios que hacen de esta vida un infierno. Porque no paran de crear complicaciones a la gente con la que conviven. Esto es horrible. Y todos lo sufrimos, a veces de manera espantosa. Los que hacen esto son los que solo piensan que “esta vida” no es nada más que para ellos.

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Pero, si mala y peligrosa es esta gente, más miedo dan los que van por la vida diciendo que lo importante para ellos es la otra vida. Como pánico causan los que van por ahí diciendo que lo que interesa es “lo divino”, por más que eso se tenga que conseguir a costa de sacrificar “lo humano”. De todos los que se han ido a la “otra vida”, ninguno ha vuelto para decirnos cómo es aquello. Y algo parecido ocurre cuando nos dicen que “lo divino” nos manda renunciar a “lo humano”. Por ejemplo, renunciar a los Derechos Humanos. Es evidente que cuando los curas y la gente de Iglesia dicen cosas así, lo que consiguen es que muchas personas se alejen de la religión. Por no hablar de los fanáticos que, fieles a la esencia del fanatismo, se empeñan en obligar a los demás a cambiar. Y si no cambian, en nombre de “lo divino”, se persigue “lo humano” y hasta, si es necesario, se destruye o se destroza lo más humano del mundo, incluso la vida misma.

Todo esto tiene mucho que ver con el final de la vida de Jesús como también con nuestro futuro. He aquí las dos grandes cuestio-nes que vamos a tratar en los temas de este libro.

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La religión no se anda con tonterías. Y hay que tener cuidado con ella. Porque como quienes la dirigen están seguros de que defienden lo más divino, lo más sagrado, lo más grandioso que se puede defender, por llevar adelante semejante defensa, están dispuestos a todo: a luchar hasta morir y, por supuesto, dispues-tos a torturar y matar. Las ideas grandiosas cuestan numerosos sacrificios. Ellas justifican la violencia y la desean... Las guerras se hacen en nombre de los valores más altos, y las atrocidades se cometen para glorificar a los dioses. Antiguamente, esto es lo que hacían los inquisidores. Actualmente lo hacen los talibanes. Unos y otros fueron, y son, unos terroristas. Y lo peor del asunto es que unos y otros causaron, y causan, tanto sufrimiento con la conciencia tranquila. Y con el convencimiento de que cum-plieron, y cumplen, con un deber sagrado al que no se puede renunciar.

MARCOS 3, 1-6

“Entró (Jesús) de nuevo en la sinagoga y había allí un hombre con un brazo atrofiado. Estaban al acecho para ver si lo curaba en sábado y presentar una acusación contra él. Le dijo al hombre del brazo atrofiado: “Levántate y ponte en medio”

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“Estaban al acecho… para acabar con él”

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Y a ellos les preguntó: “¿Qué está permitido en sábado, hacer bien o hacer daño, salvar una vida o matar?”

Ellos guardaron silencio. Echándoles a su alrededor una mirada de ira y apenado por su obstinación, le dijo al hombre: “Extien-de el brazo”.

Lo extendió y su brazo volvió a quedar normal.

Al salir de la sinagoga, los fariseos, se juntaron con los del par-tido de Herodes, y se pusieron enseguida a maquinar en contra de Jesús, para acabar con él”.

Aclaraciones

El evangelio que se publicó el primero fue el de Marcos. El primero, por tanto, que relata este episodio. Y lo relata casi al co-mienzo de la actividad pública de Jesús, al comienzo del capítulo tercero de este evangelio. La situación, por consiguiente, se puso muy complicada para Jesús casi desde los primeros días de su tarea entre la gente. Ya entonces, los responsables religiosos más observantes (los fariseos) andaban acechándole, espiando a ver si lo pillaban en algo que diera motivo para ponerse de acuerdo con los del partido político de Herodes y quitarlo de en medio. Así de simple. Y así de peligroso estaba ya el ambiente en torno a Jesús.

Y lo curioso del caso es que Jesús no le hacía mal a nadie. Al contrario, según contó más tarde el apóstol Pedro, Jesús “pasó haciendo el bien y curando a todos” los que sufrían (Hech 10, 38). Es muy raro –y no parece que tenga explicación– el hecho de que a un hombre, que no hace sino el bien a todo el que sufre, lo quieran matar. ¿Es que, en algún caso, hacer el bien a los que sufren puede estar sentenciado con la pena de muerte?

La explicación está en la religión misma. Desde el momento en que, según determinadas creencias religiosas, “lo divino” es

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más importante que “lo humano”, hay funcionarios de la reli-gión que explican y aplican eso de forma que le meten a la gente en la cabeza el convencimiento de que los “preceptos divinos” y los “derechos divinos” dejarían de ser “divinos” si no estuvieran siempre por encima de lo que es simplemente “humano”, es de-cir, por encima de los “preceptos humanos” y de los “derechos humanos”. Hasta el punto de que bien puede ocurrir que “lo di-vino” entre en conflicto con “lo humano”. Sin ir más lejos, puede suceder que los presuntos “derechos divinos” entren en conflicto con los “derechos humanos”. Con lo cual, ya tendríamos moti-vos más que suficientes para que los estrictos observantes de “lo divino” anden al acecho de quienes se preocupan tanto de “lo humano” que pueden dar lugar a contradicciones y conflictos, a veces muy graves.

Por ejemplo, en tiempos de Jesús, la ley que mandaba razo-nablemente descansar un día a la semana (Ex 23, 12; Deut 5, 14; Gen 2, 2 s; Ex 20, 11; 31, 17), con el paso del tiempo, se fue endureciendo por causa de las interpretaciones de los doctores de la ley. Y así, los curas y teólogos de entonces fueron imponiendo prohibiciones cada vez más estrictas. Estaba prohibido preparar la comida, encender el fuego, recoger leña (Ex 16, 23; 35, 3; Num 15, 32), cosechar, ayudar a un animal o a una persona en peligro, transportar cargas, caminar más de 1.250 metros (Mt 12, 2. 11; Jn 5, 10; Hech 1, 12). Y las aplicaciones más severas fueron en aumento. Así, los hombres de la religión le fueron imponiendo a la gente obligaciones más y más pesadas. Castigando las desobe-diencias a la ley con torturas, humillaciones y, en no pocos casos, hasta con la pena de muerte, especialmente mediante la lapida-ción (Lev 24, 14; 2 Cr 24, 20-22; Mt 21, 35; 23, 37; Lc 13, 34; Jn 8, 5; Hech 7, 58 s; Heb 11, 37; 12, 20).

¿Cómo se pudo llegar a semejantes atrocidades? Se ha dicho con toda razón que las leyes las hacen los seres humanos, no los

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ángeles. Y nadie hace una ley en contra de sí mismo. Ningún tonto tira piedras a su tejado. Es el rico el que con su riqueza crea al ladrón y luego hace la ley contra los ladrones y en defensa de la propiedad privada, la suya. Quien ha robado a otros es el que teme el robo. Quien tiene poder para fijar las reglas del juego establece las que le permiten ganar. No va a poner unas reglas del juego que le hagan perder (Vicente Romano). Pues esto justa-mente es lo que hicieron los dirigentes de la religión judía. Esta-blecieron, como leyes dadas por Dios, las leyes que les favorecían a ellos, su poder, su autoridad, su dominio sobre la gente.

Los ídolos, los dioses, Dios (en el caso de las religiones mo-noteístas), exigen el reconocimiento de todos, la sumisión a todo precio. Así se forma la mentalidad sumisa, que, para que sea efi-caz, debe ser compartida por la población en general. De forma que quien quebrante lo establecido, sea considerado como un subversivo, un escandaloso, un sujeto peligroso, al que hay que acechar, vigilar, denunciar y, si es necesario, se le castiga. Esto, ni más ni menos, es lo que pasó en la sinagoga aquella en la que Jesús curó a un manco en el día (el sábado) que precisamente eso estaba prohibido por los dirigentes de la religión.

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PREGUNTAS

1. ¿Estamos seguros de que todo lo que manda la religión lo man-da Dios? ¿No habrá cosas que, más bien, quienes las mandan son los que se presentan como “representantes de Dios”?

2. ¿Crees que “lo divino” puede entrar en conflicto con “lo hu-mano”?

3. ¿No te parece que Dios no puede estar en desacuerdo con “lo humano”, sino con “lo in-humano” que hay en este mundo y en cada uno de nosotros?

4. ¿Piensas que, a veces, las religiones mandan o prohíben cosas que no sólo van contra “lo in-humano”, sino también contra “lo humano” que hay en nosotros?

5. ¿Por qué los fariseos “estaban al acecho”, espiando la con-ducta de Jesús?

6. ¿Por qué salieron de la sinagoga con la decisión de acabar con Jesús, o sea, con el proyecto de matarlo?

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José María Castillo

ISBN: 978-84-330-2641-5

Teología Popular (I) La buena noticia de Jesús

José María Castillo

ISBN: 978-84-330-2606-4

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Sentimos una profunda admiración por el libro de los Salmos como libro de oración, que ha sostenido y alentado la plegaria de millones de hombres y mujeres desde su aparición hasta el momento presente, el mismo Jesús de Nazaret entre esas personas. El salterio encierra una muy sólida espiritualidad, con capacidad para acompañarnos como personas orantes en los diferentes momentos de la trayectoria personal de cada uno, cada una, de nosotros.

Partiendo del reconocimiento agradecido de ese gran tesoro espiritual encerrado y ofrecido en los salmos, hemos de reconocer ciertas incomodidades, a veces no fácilmente superables, a la hora de orar con esos preciosos formularios de oración. Cosa nada extraña, pues lo raro sería que plegarias elaboradas y oradas hace incluso dos o tres mil años siguiesen sintonizando en todos sus matices con la sensibilidad del hombre, de la mujer, de hoy.

Por eso nos hemos sentido en la necesidad de preparar una versión adaptada a la sensibilidad cultural y religiosa actual, sin romper con las líneas de fuerza de una espiritualidad propia de los salmos. Así ofrecemos una “relectura” de los mismos, siguiendo unos criterios que se explicitan en la introducción del libro.

Los salmos hoyVersión oracional a la luz del evangelio

Manuel Regal Ledo

ISBN: 978-84-330-2664-4

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El ser humano contemporáneo está llamado a vivir en un mundo roto, un mundo desconexo y sincrético que ejerce sobre las personas una fuerza centrífuga que las aleja de su núcleo personal, de su interioridad. Así, progresivamente va fraguándose una cosmovisión profundamente dual que genera una distancia irreductible entre lo corporal y lo espiritual, entre Dios y el ser humano, entre el yo y los otros.

El camino de la interioridad es un viaje al centro de nuestro ser, un proceso de integración personal progresiva en el que el esquema dual deja paso a la conciencia de unidad. Cuerpo, psique y espíritu son vivenciados en toda su hondura, y de una forma integrada y armónica, en el interior del Ser.

De este modo, la experiencia de unidad, o de no dualidad, se constituye en la puerta que posibilita el encuentro con nuestra dimensión más esencial. Este encuentro ejerce en nosotros un doble efecto: por un lado nos impele a niveles más profundos de nuestra propia esencia; por otro, ensancha horizontes abriéndonos a una relación con el mundo y con Dios desde el amor y la autenticidad. Este doble movimiento de énstasis, hacia dentro, y éxtasis, hacia fuera, es lo que configura a la persona en toda su plenitud.

En este proceso, el acercamiento a Dios se realiza como camino mistagógico, como un descubrimiento progresivo por parte del sujeto de la propia esencia divina que le habita y le constituye. Hay apertura al “Yo soy” no-dual, al Ser no objetivado ni objetivable, solo accesible desde la experiencia vital, a la Realidad atemporal e ilimitada de Lo-que-Es.

La interioridadUn viaje al centro de nuestro ser

Txemi Santamaría

ISBN: 978-84-330-2649-1

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La salvación no está referida simplemente al más allá, sino que se traduce en el más acá de la historia. Genera un proyecto de vida con sentido. El autor busca mostrarlo a partir de Jesús. Se parte de su vocación; de la evolución y aprendizaje que hace en la vida; de su progresiva humanización, que es la otra cara de su filiación divina; de su crecimiento en santidad y en conocimiento. La cristología es la referencia antropológica por antonomasia para los cristianos. Jesús no fue un superhombre, sino que asumió plenamente la constitución humana, con todo lo que lleva de no saber, de opciones y decisiones inseguras, de fe en Dios en medio de las pruebas. Desde ahí, se muestran los valores humanos por los que vivió, luchó y murió, así como la respuesta homicida de la sociedad y de la religión, representadas por su líderes que, al final, arrastraron al pueblo. La cruz es la última expresión de la impotencia humana, de la lucha por otra religión y sociedad posibles y de la presencia de Dios en su vida y muerte. Su filiación divina se comunica plenamente desde la cruz y se confirma con la resurrección. La instauración del reino de Dios culmina así la resurrección, que implica un corte y un cambio de época para Israel y en la historia de las religiones. La vida de Jesús es la clave de sentido para la resurrección. Desde ahí es posible una cristología que sea un proyecto de vida para el hombre de hoy.

De la salvación a un proyecto de sentido Por una cristología actual

Juan Antonio Estrada

ISBN: 978-84-330-2615-6

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El cincuentenario del Concilio Vaticano II, el Año de la fe y el testimonio y servicio del Papa Francisco nos estimulan a un mayor y más profundo compromiso evangelizador. El Evangelio, como propuesta de vida y acontecer amoroso de Dios en Jesús, es la gran oferta que la Iglesia hace al mundo. La evangelización es signo ineludible de la fe que se manifiesta con gozo y humildad a través del testimonio de fraternidad y de solidaridad de las comunidades cristianas. Desde las diversas formas de vida, carismas y compromisos, las comunidades son el sujeto prioritario de la vivencia y de la transmisión de la fe. Descubrimos cómo Jesús fue configurando la vida y el corazón de sus discípulos con las opciones y vivencias del Evangelio del Reino hasta llegar a ser testigos de su vida, muerte y resurrección. Por la acción del Espíritu Santo, la Iglesia se va constituyendo en la fidelidad a la fe de los Apóstoles. Así el Evangelio se vive y se transmite en las comunidades apostólicas con el testimonio de la Palabra, los signos de la misericordia y el martirio. Actualmente las comunidades se han sentido estimuladas por los signos de los tiempos y el Concilio Vaticano II. Evangelio y Comunidad son dos realidades que se identifican y proyectan simultáneamente.

ISBN: 978-84-330-2648-4

Vivimos y transmitimos en comunidad el evangelio de Jesús

José Luis Pérez Álvarez

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Elaborar la imagen de san Agustín de la existencia cristiana, la interpretación del acontecer interior relatado por las Confesiones, no puede ser simplemente el relato de una conversión moral y religiosa, una conversión del mal al bien, de la incredulidad a la fe. Por el camino surge también una interpretación psicológica. Una psicología que aquí requiere saber acerca del espíritu y poder ver la realización de un destino espiritual, saber de lo religioso y poder reconocerlo en su sentido originario, ver lo cristiano más allá de lo espiritual y religioso. Por último, la historia de Agustín se desarrolla en el ámbito moral y del alma, pero también en el del pensamiento y la idea. Desde la perspectiva de la historia del pensamiento, Agustín arroja una mirada retrospectiva a su vida e introduce interpretativamente la segunda conversión en la primera.

El Dios del cristianismo al que Agustín se ha convertido y en cuya presencia escribe sus Confesiones, no es el ser absoluto de la filosofía, sino el Dios santo y viviente del Antiguo y del Nuevo Testamento. Es el Dios que se levanta, entra en la historia y actúa en ella. Cada vez se introduce en esa historia todo lo que existe, las cosas del mundo y los hombres. Cada vez, todo existe por ella y adquiere en ella su centro y su nombre. Si hay alguien que está convencido de ello es Agustín. Él, que se propuso captar la historia de la humanidad en su proveniencia de Dios, se vio también a sí mismo en una historia. Las Confesiones son el intento de describir esa historia. Por tanto, quien las quiera interpretar, tiene que hacer que, por lo menos, se perciba algo de ese conjugar y entretejer múltiple y al mismo tiempo tan unitario, de esa voluntad divina que trabaja en la intimidad más silenciosa y, al mismo tiempo, en los acontecimientos y desarrollos externos.

La conversión de Aurelio Agustín El proceso interior en sus Confesiones

Romano Guardini

ISBN: 978-84-330-2628-6

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Director: Manuel Guerrero

1. Leer la vida. Cosas de niños, ancianos y presos, (2ª ed.) Ramón Buxarrais.

2. La feminidad en una nueva edad de la humanidad, Monique Hebrard.

3. Callejón con salida. Perspectivas de la juventud actual, Rafael Redondo.

4. Cartas a Valerio y otros escritos, (Edición revisada y aumentada). Ramón Buxarrais.

5. El círculo de la creación. Los animales a la luz de la Biblia, John Eaton.

6. Mirando al futuro con ojos de mujer, Nekane Lauzirika.

7. Taedium feminae, Rosa de Diego y Lydia Vázquez.

8. Bolitas de Anís. Reflexiones de una maestra, Isabel Agüera Espejo-Saavedra.

9. Delirio póstumo de un Papa y otros relatos de clerecía, Carlos Muñiz Romero.

10. Memorias de una maestra, Isabel Agüera Espejo-Saavedra.

11. La Congregación de “Los Luises” de Madrid. Apuntes para la historia de una Congregación Mariana Universitaria de Madrid, Carlos López Pego, s.j.

12. El Evangelio del Centurión. Un apócrifo, Federico Blanco Jover

13. De lo humano y lo divino, del personaje a la persona. Nuevas entrevistas con Dios al fondo, Luis Esteban Larra Lomas

14. La mirada del maniquí, Blanca Sarasua

15. Nulidades matrimoniales, Rosa Corazón

16. El Concilio Vaticano III. Cómo lo imaginan 17 cristianos, Joaquim Gomis (Ed.)

17. Volver a la vida. Prácticas para conectar de nuevo nuestras vidas, nuestro mundo, Joaquim Gomis (Ed.)

18. En busca de la autoestima perdida, Aquilino Polaino-Lorente

19. Convertir la mente en nuestra aliada, Sákyong Mípham Rímpoche

20. Otro gallo le cantara. Refranes, dichos y expresiones de origen bíblico, Nuria Calduch-Benages

21. La radicalidad del Zen, (3ª ed.) Rafael Redondo Barba

22. Europa a través de sus ideas, (2ª ed.) Sonia Reverter Bañón

23. Palabras para hablar con Dios. Los salmos, Jaime Garralda

24. El disfraz de carnaval, José M. Castillo

25. Desde el silencio, (2ª ed.) José Fernández Moratiel

26. Ética de la sexualidad. Diálogos para educar en el amor, Enrique Bonete (Ed.)

27. Aromas del zen, Rafa Redondo Barba

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28. La Iglesia y los derechos humanos, José M. Castillo

29. María Magdalena. Siglo I al XXI. De pecadora arrepentida a esposa de Jesús. Historia de la recepción de una figura bíblica, Régis Burnet

30. La alcoba del silencio, José Fernández Moratiel –Escuela del Silencio (Ed.)–

31. Judas y el Evangelio de Jesús. El Judas de la fe y el Iscariote de la historia, Tom Wright

32. ¿Qué Dios y qué salvación? Claves para entender el cambio religioso, Enrique Martínez Lozano

33. Dios está en la cárcel, Jaime Garralda

34. Morir en sábado ¿Tiene sentido la muerte de un niño?, Carlo Clerico Medina

35. Zen, la experiencia del Ser, Rafael Redondo Barba

36. La sabiduría de vivir, (3ª ed.) José María Toro

37. Descubrir la grandeza de la vida. Una vía de ascenso a la madurez personal, (2ª ed.) Alfonso López Quintás

38. Dirigir espiritualmente. Con San Benito y la Biblia, (2ª ed.) Anselm Grün, Friedrich Assländen

39. Recuperar a Jesús. Una mirada transpersonal, (3ª ed.) Enrique Martínez Lozano

40. Detrás de la apariencia, Matilde de Torres Villagrá

41. El esplendor de la nada, Rafael Redondo Barba

42. Desenterrar y vivir el Evangelio, Jaime Garralda

43. Descanser. Descansar para ser. Propuestas para liberarnos del secuestro del descanso, José María Toro

44. Quiéreme libre, déjame ser. Lo masculino, lo femenino y la pareja, Alfonso Colodrón

45. La vida no tiene marcha atrás. Evolución de la conciencia, crecimiento espiritual y constelación familiar, Wilfried Nelles

46. Quien ama muere bien. Al borde de la Tierra Pura de Buda, DHARMAVIDYA, David J. Brazier

47. Humanizar el liderazgo, José Carlos Bermejo y Ana Martínez

48. Teología popular (I). La buena noticia de Jesús, José M. Castillo

49. Por qué - Cómo - Y hablando con Dios, Fundación padre Garralda

50. Envejecimiento en la vida religiosa, José Carlos Bermejo

51. Teología popular (II). El reinado de Dios, José M. Castillo

52. La sabiduría interior. Pinceladas de filosofía experiencial, Tomeu Barceló

53. Teología popular (III). El final de Jesús y nuestro futuro, José M. Castillo

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