Teoría de La Atribución

3
Teoría de la atribución - Error de atribución fundamental - Sesgo de autoservicio - Procedimientos al juzgar En la teoría de la atribución, el denominado error fundamental de atribución (conocido también como sesgo de correspondecia o efecto de sobreatribución y frecuentemente confundido con el sesgo actor-observador) es la tendencia o disposición de la gente a sobre-dimensionar los motivos personales internos a la hora de explicar un comportamiento observado en otras personas, dando poco peso por el contrario a motivos externos como el rol o la situación, para este mismo comportamiento. En otras palabras, la gente tiende a explicar comportamientos fundamentados más en que "tipo" de persona, dando poco peso a los factores sociales y ambientales que rodearon e influyeron a la persona. Esta presunción por defecto hace que la gente haga explicaciones erróneas del comportamiento. Este sesgo cognitivo tendente al sobre-enfatizamiento de aspectos internos frente a los externos cuando se explican las acciones de los demás, suele estar bastante mitigado en las personas que han sido entrenadas para analizar y evaluar su propio comportamiento. El término de error fundamental de atribución con el que se denomina a veces a este sesgo, fue acuñado por Lee Ross algunos años después del clásico experimento realizado por Edward E. Jones y Victor Harris. Ross argumentó en un periódico que el error fundamental de atribución forma parte del pilar más sólido de la Psicología social. Más recientemente (1980) algunos psicólogos como Daniel Gilbert 1 empezaron a usar el término de "sesgo de correspondencia" para este error fundamental de atribución y es a partir del él cuando aparece como sinónimo de error fundamental de atribución. Jones escribió 2 que encontró el término de Ross "demasiado provocativo y algo desorientador" (e hizo el chiste: "Es más, estoy enfadado porque no pensé en él primero"). Ejemplos [editar]

description

psicologia

Transcript of Teoría de La Atribución

Page 1: Teoría de La Atribución

Teoría de la atribución- Error de atribución fundamental- Sesgo de autoservicio- Procedimientos al juzgar

En la teoría de la atribución, el denominado error fundamental de atribución (conocido también como sesgo de correspondecia o efecto de sobreatribución y frecuentemente confundido con el sesgo actor-observador) es la tendencia o disposición de la gente a sobre-dimensionar los motivos personales internos a la hora de explicar un comportamiento observado en otras personas, dando poco peso por el contrario a motivos externos como el rol o la situación, para este mismo comportamiento. En otras palabras, la gente tiende a explicar comportamientos fundamentados más en que "tipo" de persona, dando poco peso a los factores sociales y ambientales que rodearon e influyeron a la persona. Esta presunción por defecto hace que la gente haga explicaciones erróneas del comportamiento. Este sesgo cognitivo tendente al sobre-enfatizamiento de aspectos internos frente a los externos cuando se explican las acciones de los demás, suele estar bastante mitigado en las personas que han sido entrenadas para analizar y evaluar su propio comportamiento.

El término de error fundamental de atribución con el que se denomina a veces a este sesgo, fue acuñado por Lee Ross algunos años después del clásico experimento realizado por Edward E. Jones y Victor Harris. Ross argumentó en un periódico que el error fundamental de atribución forma parte del pilar más sólido de la Psicología social.

Más recientemente (1980) algunos psicólogos como Daniel Gilbert1 empezaron a usar el término de "sesgo de correspondencia" para este error fundamental de atribución y es a partir del él cuando aparece como sinónimo de error fundamental de atribución. Jones escribió2 que encontró el término de Ross "demasiado provocativo y algo desorientador" (e hizo el chiste: "Es más, estoy enfadado porque no pensé en él primero").

Ejemplos [editar]

La gente suele mentir sobre las pequeñas cosas y posteriormente hace justificaciones sobre ello. Las razones que nos obligan a hacerlo suelen ser diversas: evitamos hacernos demasiado daño, procuramos que una situación no sea tan complicada, o le quitamos importancia. De la misma forma, algunas personas son críticas con otras alegando que no son completamente honestas, argumentando que no hay excusa para este comportamiento. Este es un ejemplo de error de atribución mediante una inconsistencia basada en la perspectiva.

El sesgo de autoservicio, o sesgo por interés personal (en inglés "self-serving bias"), aparece cuando la gente solicita con mayor interés responsabilidad para los éxitos

Page 2: Teoría de La Atribución

propios que para los fracasos o fallos también propios. Se manifiesta también cuando la gente tiene la tendencia a evaluar la información ambigua de tal forma que beneficie a sus propios intereses. Dale Miller y Michael Ross fueron los primeros en sugerir este sesgo atribucional.1 El autoservicio surge también como resultado de un sesgo estadístico a resultas de que la gente piensa, debido a su autoestima, que en ciertas areas está mejor que el promedio. Por ejemplo: la mayoría de los conductores piensa que ellos conducen mejor que la media.

Este efecto de este sesgo hace que la mayoría de las personas tenga una buena opinión de sí misma, una buena autoestima: y se percibe como la tendencia a percibirse a sí mismo favorablemente. La mayoría de la gente atribuye los éxitos a su propia habilidad, mientras que los fracasos se atribuyen a las circunstancias o a la mala suerte. Por ejemplo, un estudiante tiene una buena nota en un examen y dice: "¡He logrado una buena nota por que soy inteligente y he estudiado duro!" mientras que otro estudiante que ha sacado una nota inferior dice: "¡El profesor me ha dado una mala nota porque no le caigo simpático!" Cuando alguien muestra causas externas para explicar un mal resultado, se suele denominar auto-handicap. El sesgo de autoservicio es una forma simple de pensamiento quimera.

Ejemplos [editar]

Ross & Sicoly (1979):2 Averiguaron mediante experimentos que la mayoría de los jóvenes canadienses sobrestimaban cuanto tiempo dedicaban a las tareas domésticas y subestimaban cuánto dedicaban sus propias parejas.

Gray & Silver (1990):3 Las parejas de divorciados suelen culpar en el proceso a sus ex cónyuges de la ruptura.

Los empresarios encargados de las empresas suelen culpar a sus subordinados cuando la empresa no tiene buenos resultados, mientras que los trabajadores de la empresa tienden a explicar sus razonamientos a las circunstancias.