Territorio y salud: Una mirada para Bogotá 1 · Geógrafo Universidad Nacional de Colombia...

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L as relaciones entre salud y territorio son de larga data. Sin embargo, dada la ambigüedad de ambos términos, existen múltiples formas de establecer dicha relación. Este artículo presenta una perspectiva parti- cular en la cual tanto la salud como el territorio son elementos y procesos que se desarrollan en los procesos sociales. Como uno de los primeros inten- tos desde la geografía colombiana, junto con otras disciplinas sociales, enfoca el análisis de las condiciones de vida de Bogotá desde las características parti- culares del proceso de producción y reproducción social, estableciéndose una zonificación inicial de condiciones de vida en el Distrito Capital. Introducción Las relaciones entre geografía y salud han sido objeto de atención desde hace tiempo por parte de las principales escuelas geográficas. Sin embargo, en nuestro país, no existen esfuerzos sistemáticos por incorporar la temática de salud y territorio. Este artículo pretende aportar en la discusión y consolida- ción de un subcampo poco explorado a nivel nacional, pero de amplias y profundas implicaciones, no sólo académicas, sino sobre todo políticas. Al igual que en cualquier campo de reflexión académica, no hay una única for- ma de aproximarse a la relación entre salud y geografía. De esta manera, este trabajo se define desde una aproximación que comprende, la salud y el terri- Territorio y salud: Una mirada para Bogotá 1 FABIO VLADIMIR SÁNCHEZ 2 Geógrafo Universidad Nacional de Colombia Estudiante Maestría en Ciencias Económicas NOHRA LEÓN R 3 Docente de La Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas PhD en Ciencias Económicas

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Las relaciones entre salud y territorio son de larga data. Sin embargo,dada la ambigüedad de ambos términos, existen múltiples formas de establecer dicha relación. Este artículo presenta una perspectiva parti-

cular en la cual tanto la salud como el territorio son elementos y procesosque se desarrollan en los procesos sociales. Como uno de los primeros inten-tos desde la geografía colombiana, junto con otras disciplinas sociales, enfocael análisis de las condiciones de vida de Bogotá desde las características parti-culares del proceso de producción y reproducción social, estableciéndose unazonificación inicial de condiciones de vida en el Distrito Capital.

IntroducciónLas relaciones entre geografía y salud han sido objeto de atención desde

hace tiempo por parte de las principales escuelas geográficas. Sin embargo, ennuestro país, no existen esfuerzos sistemáticos por incorporar la temática desalud y territorio. Este artículo pretende aportar en la discusión y consolida-ción de un subcampo poco explorado a nivel nacional, pero de amplias yprofundas implicaciones, no sólo académicas, sino sobre todo políticas. Aligual que en cualquier campo de reflexión académica, no hay una única for-ma de aproximarse a la relación entre salud y geografía. De esta manera, estetrabajo se define desde una aproximación que comprende, la salud y el terri-

Territorio y salud: Una mirada para Bogotá 1

FABIO VLADIMIR SÁNCHEZ2

Geógrafo Universidad Nacional de Colombia

Estudiante Maestría en Ciencias Económicas

NOHRA LEÓN R3

Docente de La Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas

PhD en Ciencias Económicas

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torio, como dimensiones gestados en el proceso de configuración social, in-tentando trascender aproximaciones reduccionistas de ambos conceptos.

La intención es contribuir a la reflexión teórica y metodológica, que nosea abstracta, sino a partir de un estudio de caso: Las Condiciones de Vida delos Bogotános, definidas desde el proceso de producción y reproducción so-cial. Así, el escrito está compuesto de dos partes principales: la primera, pre-senta algunas aproximaciones que se han desarrollado para el análisis entreterritorio y salud, haciendo énfasis en las aproximaciones de factores de ries-go y de determinantes sociales, ésta última, la aproximación que guía la re-flexión que se encuentra en la segunda parte: las condiciones de vida en Bo-gotá, D.C. Esto implica un análisis de las condiciones generales y particularesde la población, la producción, el empleo, el consumo, la movilidad y elambiente en el interior del distrito capital, para llegar a una primera identifi-cación de diferentes formas de vivir que existen en la ciudad.

Aproximaciónes conceptuales

TerritorioEn los últimos años, el concepto de “territorio” y el calificativo “territo-

rial” se ha venido convirtiendo en un “lugar común”. Por doquier se escu-chan palabras como ordenamiento territorial, división territorial, planeacióndel territorio, políticas territoriales; pero este uso cotidiano no ha sido acom-pañado como en otros casos de una adecuada reflexión sobre lo que implicahablar de territorio.

Este documento, obviamente, no pretende resolver estas discusiones, perosi desea hacer algunas precisiones y dejar abierto el debate para que desdeotras visiones, como la medicina, la salud pública y la epidemiología, loterritorial empiece a considerarse como un componente fundamental de aná-lisis. Esta discusión sobre lo que podemos entender por territorio y cómoeste concepto ayuda a enriquecer la comprensión de los procesos de salud-enfermedad en Bogotá, dista de ser un mero ejercicio académico y se con-vierte en un hecho que trasciende esta esfera, pudiendo incluso considerarseun acto político que demarca un punto de partida para quien establece elanálisis.

El concepto de territorio, está íntima e inseparablemente ligado con el deespacio y por lo tanto la forma en que se comprenda el territorio está estre-chamente relacionada con la forma como se conciba el espacio. Tradicional-mente, el espacio ha sido comprendido a partir de las formulaciones surgidas

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desde disciplinas como la física y la geometría, las cuales han sido trasladadasal conjunto de las demás disciplinas, por lo que se encuentra difundido yarraigado en casi todas las personas e instituciones, dentro de las cuales seincluye la salud pública. Dicha concepción considera que el espacio, juntocon el tiempo, son elementos independientes y separables de la sociedad.Esto se demuestra en la afirmación obvia que cualquier evento sucede en unlugar y en un momento determinado, el cual es fácil y objetivamentelocalizable. El espacio se reduce así a una visión física como un espacio con-tenedor, que puede entenderse como un escenario donde se desarrolla la so-ciedad, que para el caso que nos atañe, puede reducirse a la distribución oubicación de las enfermedades, de las redes públicas y privadas de atenciónmédica, etc.

Esta comprensión del territorio como ese espacio externo, ha estado liga-da en ciertas aproximaciones con la premisa que el territorio es la base naturalsobre la cual la sociedad se despliega. Es decir, que el territorio sería un espa-cio objetiva y científicamente delimitable a partir de ciertas característicasfísicas: topografía, hidrografía, condiciones climáticas, desarrollo de ecosistemasparticulares, etc. Tal es la perspectiva que predomina en la Sociedad Geográ-fica de Colombia, institución con mayor tradición en el país sobre estosaspectos. Esta versión natural del territorio, se ha desarrollado con mayorénfasis en las aproximaciones de “espacios que enferman”, “espacios que cu-ran”, la idea que hay regiones o lugares que favorecen o no la salud de losindividuos. Esta perspectiva es mucho más antigua que la del espacio abstrac-to descrita antes y se encuentra incluso en algunos escritos de Hipócrates.Esta versión ha dominado buena parte de la epidemiología clásica, e inclusoha sido un arma política en la configuración de determinadas representacio-nes espaciales, donde se identifican espacios o zonas “insalubres”, como laszonas ecuatoriales bajas y se valoran otras, como los altiplanos, como “espa-cios que permiten el desarrollo de la civilización”, pues se parecen más a laszonas de latitudes medias europeas.

Sin embargo, los últimos veinte años del siglo XX dan cuenta de unmovimiento importante de la teoría social a escala mundial donde el aborda-je del espacio ha ocupado un lugar relevante en el debate, desde las diferentesmiradas disciplinares. Dichas discusiones se han caracterizado por asumir elespacio desde una visión social donde el espacio no es aquel contenedor deobjetos y sujetos, ni tampoco la porción de superficie terrestre; se trata delespacio social producido por las relaciones sociales y las relaciones entre lasociedad y la naturaleza4 . En consecuencia, visto así, “el espacio social se con-

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sidera como un producto social históricamente constituido por la dinámicade los modos de producción” (Delgado 2003, 80). En este contexto los cam-bios del espacio obedecen a los ajustes que cada modo de producción deberealizar a la organización del espacio con el objeto de garantizar su propiareproducción.

Hablar de esta manera del territorio, es decir que éste es una construcciónsocial. Decir que es una construcción social, no es decir que es una represen-tación mental, el territorio es la materialización del proceso permanente dereproducción social. Dado que dicho proceso no se desarrolla aislado de lascondiciones naturales, sino que éstas están permanentemente condicionandoy permitiendo dicho proceso, se debe tener claridad que aunque el territoriono pueda ser reducido a las condiciones geoecológicas presentes (sean origi-narias o transformadas), no se podría hablar de territorio (ni de sociedad) sintener en cuenta dichas condiciones (Moreira 1982, 41).

En consecuencia lo que se plantea desde perspectivas como la descrita yque se asume en este trabajo es que el territorio hace parte de la sociedad,pero no es sólo el espacio donde esta se despliega, o un simple reflejo de lasociedad. Como señala Bozzano (2002, 28-30) el territorio es una expresióncompleja que conjuga al medio y a los componentes y procesos que contie-ne: grupos sociales, relaciones, conflictos; es decir no se reduce a la compleji-dad de lo meramente físico - natural, no es la naturaleza ni la sociedad, ni suarticulación; sino naturaleza, sociedad y articulaciones juntas, en una espacia-lidad o formación socio-espacial particular.

De esta manera, la aproximación entre territorio y salud puede ir muchomás allá de la mera distribución espacial o de las características ambientalesfísicas que inciden en los perfiles epidemiológicos de los colectivos o indivi-duos, aportando en la comprensión del hombre concebido en su incesanteproceso de totalización y cuyo fin supremo es la realización de su ser social(Samara 2003, 107).

Aproximaciones a la SaludDe manera similar que con el territorio, se presentan algunas formas en

las que se ha dado en concebir y actuar sobre la salud y la enfermedad. Reco-nociendo nuestros límites académicos y profesionales en torno al conoci-miento y comprensión a cabalidad de las distintas vertientes, nos centramosen dos grandes líneas de acercamiento al proceso salud-enfermedad: el defactores de riesgo y el de determinantes sociales. Como se verá más adelante,se ubican puntos de encuentro de la perspectiva adoptada del territorio con la

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medicina social, en tanto que ésta conceptualiza la salud – enfermedad comoun proceso dialéctico y no como una categoría dicotómica.

El análisis de los factores de riesgoAl igual que la mayor parte las personas y en especial de instituciones

académicas y políticas, conciben el territorio como algo estático y externo ala sociedad, incluida la epidemiología en sus diferentes versiones; casi todaslas personas (sean o no “científicas o académicas”), incluidos muchos profe-sionales de la salud, pensamos “que la enfermedad se reduce a los problemasque ocurren en un individuo. cuando padece alguna molestia, un dolor uotro signo o síntoma que altera su actividad normal” (Breilh 1990, 2). Y pordiferencia, la salud es la ausencia de enfermedad.

Esta concepción se fundamenta en el llamado enfoque de los factores deriesgo de la salud, que se basan en una aproximación “científica” tradicional lacual busca establecer e identificar las Causas de las enfermedades, que se en-cuentran en la dimensión ambiental (natural y construida). De esta manera,las variables que tradicionalmente se han considerado unidas a la morbilidadson las biológicas, climáticas, naturales, socioeconómicas y temporales, se-gún las cuales, la enfermedad puede generarse por causas genéticas, pero tam-bién se debe a las relaciones del hombre con otros seres vivos y con el medioque le rodea.

Vistas así las condiciones se distribuyen de manera desigual en el espaciogeográfico generando diferencias territoriales en la distribución de las enfer-medades y la mortalidad, a la vez que influyen en los niveles de salud de cadauno de los espacios. Con frecuencia, la explicación de la enfermedad no esunicausal, sino que depende de una red de poli determinaciones o suma defactores de riesgo como la consideran otros.

Según Olivera desde el contexto de la geografía de la salud dentro de losfactores de riesgo se suelen considerar:

Factores de carácter físico. La idea del espacio que enferma / el espacioque cura ha existido siempre, si bien la posición que el hombre adopte res-pecto a ese espacio hace variar la concepción de las relaciones sociedad-natu-raleza. Los hombres y mujeres aprenden a vivir con algunos de los riesgosambientales de su entorno próximo y finalmente se adaptan, siempre que nosean graves.

Las condiciones del medio ambiente físico exterior tienen trascendenciaen salud, pero son igualmente importantes las características del medio am-biente interior pues como ha estudiado Meade, la exposición a ambientes

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locales es cada vez mayor y menor el contacto directo con lo que queda demedio natural. Las horas que pasan en espacios interiores por parte de unapoblación que realiza su trabajo y ocio en espacios cerrados son altísimas.Algunos cambios medioambientales en el ámbito planetario tienen grandesimplicaciones en salud a saber: Factores climáticos: la variación estacional dela morbilidad y la mortalidad evidencia la relación entre clima y salud; Facto-res topográficos, hidrográficos, edafológicos entre otros.

Factores humanos: Hacen referencia a aquellos que afectan los niveles desalud como la densidad, la presión demográfica sobre el espacio; el hacina-miento al interior de las viviendas y la composición familiar ; otros factoresrelevantes son:

Las migraciones y los desplazamientos de población los cuales tienenunas implicaciones claras en la difusión de las enfermedades.

Factores socioeconómicos: el nivel socioeconómico tiene una gran relevan-cia en las diferencias de niveles de salud y riesgo de enfermedad, en las causas demorbilidad y mortalidad y en la utilización de servicios de salud. Las primerasdesigualdades proceden de las condiciones generales de vida. Según el niveleconómico cambian los comportamientos, la dieta, la calidad de la vivienda ola posibilidad de acceso o los servicios sanitarios especializados.

La actividad laboral pone a veces a las personas en contacto con ambien-tes tóxicos etc. que dan lugar a las llamadas enfermedades profesionales. Igual-mente existe una relación entre desempleo y enfermedad, debido al deterioroque supone y por estrés derivándose consecuencias cardiovasculares, hasta elsuicidio.

El desarrollo del transporte ha permitido una mayor movilidad de lapoblación, actualmente caracterizada por la fuerte intensidad de los desplaza-mientos intraurbanos e interurbanos por motivo trabajo, estudio u otrosservicios; estos incrementos en el número de viajes incrementan el riesgo deaccidente, la difusión de las enfermedades.

El ambiente antropogénicoContaminaciones derivadas de la actividad humana en el territorio, acci-

dentes nucleares, residuos sólidos y aguas residuales. Los factores relaciona-dos con el medio construido en el que se desarrolla la casi totalidad de la vidahumana, presentan algunas veces una gran incidencia en la salud, aunque notodos son espacios cerrados, otras veces el problema deriva de otras variablesque determinan el grado de salubridad del hogar como: su dimensión; nú-mero de familias por vivienda y número de habitantes por habitación;

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equipamientos y dotaciones de las viviendas, niveles deficientes de higiene dela vivienda, aspectos éstos que se refieren más a la calidad del hábitat.

Los niveles de salud de una población se manifiestan en los indicadoresde resultados, bien de salud como de esperanza de vida o morbilidad y mor-talidad. Son consecuencia de las características que presentan los indicadoresde exposición, que expresan en qué medida la población está sometida a lainfluencia de factores negativos y de los indicadores de protección que refle-jan el estado de la infraestructura sanitaria en las viviendas, en su entorno y enlos servicios comunitarios, los espacios libres y las instalaciones deportivas.

Vista así la protección que recibe una población está en función de lacantidad, la calidad, cobertura y distribución de los equipamientos sanita-rios; es evidente que los niveles de salud dependen en gran medida de lasacciones protectoras de la asistencia médica; en este contexto el manteni-miento de la salud no es una actividad discontinua o separada de otras activi-dades de la vida diaria.

El enfoque de los determinantes: Salud-enfermedad como procesoEste enfoque de los factores de riesgo se ha venido complejizando, pasan-

do de estudios uni-causales a otros multi-causales o incluso sistémicos, quehan logrado reconocer que la enfermedad es algo más el sentirse mal. Sinembargo, esta propuesta de aproximación ha sido criticada por su raíz a-histórica y a-política, que pretende reducir la enfermedad a las condicionesexternas o internas del individuo.

Recientemente, como se afirmó en párrafos anteriores, se evalúan ten-dencias que vienen entrando con mucha fuerza a nuestros países latinoameri-canos, con el fin no sólo de encontrar otras explicaciones a los procesos desalud-enfermedad de nuestras poblaciones, sino además de inducir respuestasque se ajusten a realidades propias de nuestros territorios.

La medicina social5 que surge en Europa a mediados del siglo XIX, plan-teó propuestas para explicar la determinación y distribución de la enferme-dad, sobre la base de que las condiciones socioeconómicas tienen un impor-tante efecto sobre la salud y la enfermedad, lo cual implicaba que dichasrelaciones deberían constituir un objeto de la investigación. En este contex-to, se considera la enfermedad como un fenómeno colectivo, por tanto larelación salud – enfermedad colectiva va más allá del fenómeno biológicoindividual, para explicar la enfermedad como un fenómeno social6 , dondelos procesos sociales juegan un papel en la determinación multicausal en lageneración de enfermedad. Breilh como estudioso de la medicina social asu-

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me que “los procesos de salud-enfermedad son procesos que se gestan en ladimensión social de la vida y tienen sus raíces en los modos de organizaciónde la sociedad y fundamentalmente en los correspondientes patrones de tra-bajo y consumo de los distintos grupos” (Breilh 1990, 22). Es decir, que laenfermedad, la muerte o el estar bien o sano, son características que si bien,pueden atribuirse a un individuo como persona, son producto de múltiplesdeterminaciones sociales que se expresan en formas particulares de vivir yenfermar, las cuales se configuran y transforman permanentemente en el pro-ceso general de reproducción social.

Estas determinaciones no son simples fuerzas uni-direccionales, omni-potentes que moldean y deciden la forma de vida de las personas y que deter-minan de lo que se pueden enfermar y morir. De ahí, que se asume que losdeterminantes sociales interactúan en dominios de diferente escala: General,Particular y Singular, que se describen así, según Breilh y Granda.

La dimensión estructural formada por los procesos de desarrollo de lacapacidad productiva y las relaciones sociales que operan en el contexto don-de ha aparecido un cierto problema epidemiológico.

La dimensión particular formada por los procesos llamados de reproduc-ción social en el contexto territorial.

La dimensión individual formada por los procesos que en última instan-cia llevan a enfermar o morir, o que sostienen la normalidad.

Esta aproximación abre un puente muy interesante para ser profundiza-do y trabajado desde y con la geografía, pues es indudable que este conceptode dominio, tiene mucha relación con el de escala geográfica.

La figura 1 sintetiza las principales relaciones salud y sus determinantesplanteadas por Frenk (1997), donde se expresan las condiciones de vida7

relacionadas con la dimensión espacial, con la población y sus condicionesmateriales para la subsistencia (alimentación, vivienda, educación), los estilosde vida8 , la organización social y las condiciones de trabajo como un todo enun vínculo con las características biológicas de los individuos, las cuales in-fluyen en el proceso de salud enfermedad colectivo.

Aunque esta figura de alguna manera se exprese en forma sistémica, tam-bién es claro que para mantener la coherencia con el enfoque de determinan-tes debe verse como un sistema abierto, lo cual implica una dinámica perma-nente y no un momento del proceso; otro aspecto de relevancia es laincorporación de la dimensión institucional en este proceso.

Los trabajos realizados por Frenk en México y Possas en el Brasil, enri-quecen el análisis al considerar la estructura ocupacional y los mecanismos de

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redistribución utilizados por el Estado, principalmente los impuestos y sub-sidios como dos elementos que constituyen los determinantes estructuralesdel proceso de salud y enfermedad. Juntos, restringen la variación de un con-junto de determinantes próximos, a saber las condiciones de trabajo, las con-diciones de vida, los estilos de vida9 y el sistema de atención a la salud. Esnecesario entonces resaltar la importancia del trabajo como determinantedirecto del nivel de salud de los trabajadores y como contribuyente indirectoa la salud del resto de la familia, lo cual permite asumir las condiciones detrabajo como parte del ambiente inmediato del trabajador.

Figura 1. Los determinantes de salud

Fuente: Tomado de: Frenk Julio., y referido por Possas C. 1989. Epidemiología e sociedade.Heterogeneidade estructural no Brasil.

Por tanto, el perfil epidemiológico (de que se enferma y se muere) de uncolectivo social en una determinada sociedad requiere de un análisis de múl-tiples niveles para comprender por qué y cómo las condiciones de vida, laproducción económica, la cultura, la marginalización y la participación polí-tica (entre otros), se organizan a través del tiempo en diferentes modos devida característicos de los grupos ubicados en distintas posiciones dentro de

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las estructuras de poder, determinando un acceso diferencial a condicionesfavorables o protectoras o a condiciones desfavorables, generando así la diná-mica del proceso salud-enfermedad (Breilh 1990), (Laurell 1989).

A pesar de este interesante abordaje teórico, al pasar de una visión de loindividual-biológico a lo colectivo-social, podríamos afirmar con Benítezque gran parte de los estudiosos del enfoque de determinantes en salud arti-culan las condiciones de vida, estilos de vida, calidad de vida, modo de viday condiciones de existencia como un todo, pero que difícilmente precisancómo cada una de ellas influye en el proceso salud-enfermedad colectivo enun territorio determinado. Esto fue evidente en la aproximación a las condi-ciones de vida en Bogotá, D.C., donde la posibilidad de establecer vínculosentre los perfiles de morbilidad y mortalidad y la identificación de diferen-ciales de vida en la ciudad está en un grado bastante bajo, condicionadosfundamentalmente por la calidad de la información.

No obstante estas dificultades, el enfoque de los determinantes socialespermite una comprensión mayor de los procesos salud-enfermedad. Comotodo ejercicio, debe ser evaluado y debe estar sujeto a la crítica y evaluaciónpermanente.

La Reproducción Social configura la salud y el territorioEn este marco de análisis, en el que la enfermedad, la muerte o el estar

bien o sano, son características que si bien, pueden atribuirse a un individuocomo persona, son producto de múltiples determinaciones sociales que seexpresan en formas particulares de vivir y enfermar; el proceso general dereproducción social surge como la herramienta básica para comprender lasforma en que se configuran y transforman dichas características.

Retomando a Breilh (1990, 26) “la reproducción social analiza el movi-miento de la vida social en un espacio histórico-natural concreto y permiteformular el sistema de contradicciones que determinan el movimiento dedicho proceso”. Lo más interesante de esta proposición es la explicitaciónque la reproducción social, y las condiciones de vida que hacen parte de ésta,no se llevan a cabo en el vacío: se desarrolla en un espacio histórico-naturalconcreto, que bien puede ser concebido como lo hemos planteado.

La forma de analizar dicho proceso es diversa. La utilizada en el trabajodel cual salen las presentes reflexiones, considera la reproducción como cons-tituida por dos momentos sociales inseparables: el de la producción y el delconsumo, mediados por la distribución. En el momento de la producción seproducen los objetos materiales y simbólicos y en el de consumo se consu-

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men... Se podría pensar que la producción es un momento colectivo y el deconsumo uno individual. Sin embargo, los dos son sociales. La producción yel consumo implican relaciones sociales de negociación, intercambio, etcéte-ra, e incluso la configuración de necesidades y objetos para consumir sonsociales. Mucho más en un momento donde el moldeamiento de gustos ydeseos puede ser más fácil por la publicidad mediática. Igualmente se tiendea establecer diferenciaciones estrictas, creyendo que el momento de la pro-ducción es sólo productivo, no teniendo en cuenta que en la produccióntambién se consume: energía, materiales, fuerza de trabajo, etc. y en el consu-mo también se produce, se producen gustos, necesidades, se recargan ener-gías, entre otras. 10

Es en este proceso en que se configuran y reconfiguran las diferentes ymúltiples determinaciones que ayudan a comprender los procesos de salud-enfermedad. Dependiendo de la forma general en que se produzca y se con-suma en una ciudad, así como la forma en que se distribuya, y de la maneraparticular en la que se insertan los diferentes grupos sociales y los individuos,es que el perfil epidemiológico y las condiciones de vida pueden ser analiza-dos. De esta manera, podemos identificar un nuevo puente entre territorio ysalud, pues el territorio se vuelve un elemento que ayuda a comprender lascomplejas relaciones que se entretejen entre individuos, sociedad, ambiente yque dan cuenta de un determinado perfil de deterioro o protección.

Así, el territorio es fundamental para la reproducción social, sino fuese así“la formación espacial tendría existencia efímera, la cual acabaría una vez setermina el proceso de producción. Pero como el proceso de reproducción esalgo continuo y permanente, al reproducirse la sociedad el territorio se repro-duce, no sólo en términos materiales sino en términos de los procesos sociales”(Moreira 1982, 45), lo que involucra la creación o generación de ciertos imagi-narios o representaciones sobre ciertos espacios como sanos, insanos, peligro-sos, deseables, etc. Y que explican parte de las prácticas sociales.

Territorio y Salud: Algunas aproximacionesEl análisis territorial del proceso salud-enfermedad sobrepasa con creces

la simple “localización” de los fenómenos analizados en uno o varios mapas.El mapa es y debe ser una herramienta muy útil que permita visualizar com-portamientos y relaciones que, de otra manera, son difícilmente visibles. Perocomo herramienta, tiene sus limitaciones y ellas deben ser comprendidaspara no forzar su utilidad dentro del diagnóstico. La función de los mapas espermitir la identificación de tendencias, comportamientos, asociaciones y

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dinámicas socio-espaciales, pero la comprensión de estas dinámicas y proce-sos no se logra únicamente con su localización en un mapa. Obviamente nose puede desconocer esta tarea, la cual resulta indispensable, pero también esinsuficiente. La idea no es sólo decir dónde se pueden ubicar algunos perfilesde deterioro y protección, sino tratar de entender porqué allí, que procesos lopermiten, etc.

Pero, si no es sólo mirar la distribución espacial de las enfermedades, o delas muertes o de los factores de riesgo o de las fuerzas determinantes de lasalud, ¿qué puede aportar, de manera operativa y crítica, la inclusión del terri-torio al análisis de la salud? Creemos, que los dos elementos señalados rápi-damente al terminar el apartado anterior, son dos buenos puntos de entrara ala reflexión planteada.

De un lado, la interacción permanente entre procesos y dinámicas de dife-rentes escalas que configuran la existencia de determinados perfiles de deterioroy protección generales, particulares o singulares; perspectiva consistente con lade los dominios singular, particular y general. Lo interesante en este punto esque, los procesos del dominio general o de escala más global determinan lasformas y los límites en los cuales se mueven e interactúan los otros dominios.La idea de determinación no debe confundirse con la de determinismo.

Así, la existencia de altos niveles de enfermedades de la piel en barrios queestán construidos en terrenos altamente susceptibles a inundaciones encuen-tra razón no en el desconocimiento de estos habitantes en la dinámica del río,sino en toda una serie de estructuras económicas, políticas, culturales, etc.,que han determinado la forma de acceso a la tierra y los servicios esenciales.Esto desafía las concepciones de la enfermedad solamente como una conju-gación desafortunada de ciertas causas y del territorio como la simple espe-cialización o georreferenciación de las enfermedades. De los que se trata, enúltimas, es de concebir las condiciones concretas de salud como síntesis demúltiples determinaciones de diverso ordenes (y escalas), entendiendo por sínte-sis no la mera sumatoria sino la articulación estructurada de las mismas.

Comprender la salud-enfermedad como resultante del proceso de desa-rrollo social, implica tener en cuenta el “desarrollo geográfico desigual, com-binado y contradictorio” (DiCione 2002, 1) inherente a las diversas y múlti-ples formas de reproducción social existentes dentro de una misma sociedad.

Esto implica que hay diferentes formas de producir y de consumir, derelacionarse con los demás y con la naturaleza, lo que implica diferencias enlas formas de vivir, enfermar y morir. No es lo mismo vivir en la ciudad queen el campo, y no es lo mismo, vivir en el Pacífico que en las sábanas de Sucre

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o en los Llanos. Los procesos particulares y singulares desplegados en el mar-co de procesos generales de intensidad variable, hacen que uno vive dependede donde viva.

Condiciones de vida y salud en Bogotá

La ciudad y la saludLas ciudades se han tornado en el escenario fundamental en que se desa-

rrolla la vida de las poblaciones. El siglo XX ha sido testigo de una transiciónfundamental en la cual la migración poblacional ha ocupado los escenariosurbanos y, de modo significativo, ha abandonado el sector rural. Según lasestadísticas mundiales, para el inicio del decenio de los noventa, un poco másde la mitad de la población mundial habita las zonas urbanas.

Aunque el crecimiento urbano no ha sido uniforme, hoy en día se pre-senta el fenómeno de las grandes metrópolis, acompañado del rápido creci-miento de las pequeñas y medianas ciudades. Tanto así que en América Lati-na se calcula que más del 70% de la población vive en zonas urbanas.

Esta tendencia es compatible con la situación nacional, en la cual el asen-tamiento urbano es creciente y la mayoría de la población vive en el escenariopropiciado por la ciudad. Es por ello que la ciudad se torna en el ambientecomún en el cual habitan las poblaciones.

Pero la ciudad, por su misma configuración, adquiere la doble condiciónde escenario favorecedor y ámbito de potencial peligro para la salud de laspoblaciones. En términos generales, los procesos de urbanización diferencialhan llevado a concentrar la pobreza en ciertos lugares y a establecer unasectorización de la pobreza citadina que establece diferencias notorias en losperfiles de morbi-mortalidad. Pero, simultáneamente, la ciudad ofrece re-cursos de infraestructura que coadyuvan al bienestar general de la poblaciónaún en los estratos más pobres. De esta manera, en la ciudad se percibe elproceso dual de modernización general de la vida colectiva y de conforma-ción de barrios de viviendas precarias carentes de servicios básicos y de zonasde marginalización de una parte importante de la población.

Esto hace que la ciudad, como escenario global, adquiera a su vez unacondición ambivalente: escenario de potencialidad del bienestar y escenariode riesgo para la sociedad. En cuanto al potencial, la ciudad favorece el des-pliegue de condiciones de prosperidad que hacen que la población adquieracondiciones infraestructurales que posibilitan el bienestar general. En cuantoal riesgo, la ciudad expone a sus habitantes a situaciones de gran tensión

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social, a contaminantes químicos, a condiciones físicas peligrosas, a múlti-ples estresantes sicológicos y a limitaciones en el acceso a servicios básicos quefavorecen la enfermedad.

Las condiciones económicas, ambientales y socioculturales en los entornosurbanos son factores determinantes de la salud y la calidad de vida de sushabitantes. De hecho, la literatura sanitaria muestra como, tradicionalmente,ha existido una polarización de la patología social, en la cual los pobres de laciudad tienen una mayor tasa de mortalidad infantil, materna y perinatal, asícomo una mayor malnutrición y ataque de enfermedades de índole infeccio-sa. A su vez, a la condición de urbanización se han asociado procesos patoló-gicos como el cáncer, la obesidad, los trastornos mentales, la hipertensión, elconsumo de drogas y la accidentalidad (OPS 2002).

Bogotá: un espacio en construcciónComprender la ciudad de Bogotá hoy, implica de un lado asumir la ciu-

dad como una forma de apropiación de la naturaleza sea ésta ya transformadao no, a la vez que un medio de producción y consumo social; y tambiénsignifica estar en capacidad de identificar el proceso de construcción y confi-guración de su territorio desde los primeros asentamientos. Pero dada la com-plejidad que representa la ciudad, esta sección sólo se refiere, de manera muyrápida, la caracterización de la configuración urbana de Bogotá desde el sigloXIX hasta comienzos del siglo XXI, por cuanto en esa dimensión y en elcontexto de las dinámicas socio-económicas y políticas nacionales e interna-cionales se comprenden mejor los procesos urbanos recientes.

El diseño y re-direccionamiento de las políticas públicas y particular-mente de las políticas sociales hacen necesaria la comprensión de la meta-morfosis urbana y de las fuerzas del progreso humano y tecnológico que enforma acelerada se han desencadenado en el Distrito Capital con mayor énfa-sis a partir de las tres últimas décadas. Dicho análisis no pretende ser exhaus-tivo y dada la extensión de este trabajo, se centrará en la discusión de losprocesos generales de expansión urbana y segregación sociespacial.

Fines del siglo XIX y comienzos del siglo XXLa historia de Bogotá, como gran parte de la grandes ciudades latinoa-

mericanas, tiene como elementos centrales una expansión urbana acelerada alo largo del siglo XX con una consecuente consolidación de la segregaciónsocio-espacial, que ha llevado a que existan sectores donde viven las elites,que suelen coincidir con aquellos de servicios especializados, junto con otros

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donde desarrollan sus actividades vitales los grupos de menores ingresos, con-formando un caleidoscopio estructurado, en el cual se incluyen los gruposmedios y los sectores no residenciales.

Hasta finales del siglo XIX Bogotá era una ciudad pequeña, aislada de lasgrandes orrientes económicas mundiales, que centralizaba el poder políticonacional. Pero el fin de siglo empezó a mostrar fuertes transformaciones anivel nacional y la ciudad no fue ajena a dichos cambios; en este contexto elauge de la economía cafetera, el surgimiento de empresas relacionadas con elcomercio exterior, la construcción de los ferrocarriles, la fundación de losprimeros bancos y la creación en 1891 de la primera industria cervecera(Bavaria), lograron procesos de transformación en el desarrollo económico yen la configuración del espacio geográfico de la ciudad, generando la apari-ción de barrios obreros y la densificación de la ciudad.

En consecuencia en el año 1905 Bogotá contaba con 100.000 habitantesemplazados en 260 manzanas que ocupaban cerca de 203 hectáreas (AlcaldíaMayor de Bogotá 1999, 19). En estos momentos, se hacen evidentes víncu-los del desarrollo urbano con la salud, que deberían ser de interés para estu-dios posteriores. De un lado, los propósitos de construir barrios yequipamientos bajo la “visión higienista de la ciudad”11 heredada del mundoeuropeo. Las nuevas configuraciones espaciales de la ciudad, donde el barrioera considerado la unidad de desarrollo por excelencia, tenían como objetivoluchar contra la insalubridad de la ciudad que ya se identificaba como uno delos problemas más relevantes del siglo, expresado en unas condiciones devida de la población en acelerado deterioro.

De otro lado la disminución del caudal y el mal estado de los ríos quedrenaban la ciudad (como los ríos: Arzobispo, San Agustín, San Cristóbal ySan Francisco), fueron reflejando la incapacidad institucional para satisfacerlas demandas que por agua hacía la ciudad, derivada del auge de la industria-lización que vivió la capital y el crecimiento de la urbe especialmente asocia-do a las fuertes migraciones, lo cual paulatinamente se expresó en el deterioroen las condiciones de vida de los pobladores. Sólo hasta 1924 se concluyó elprimer acueducto de Bogotá que provenía del río San Cristóbal.

Los años de 1920 y 1930 marcan un nuevo giro en la vida de la ciudadante el crecimiento de la industria, la cual a fines de la década de los 20 habíaconcentrado cerca del 36% de la industria nacional, lo cual se constituyó enun atractor de migrantes del campo a la ciudad, alterando la vida de la urbe,dando lugar al surgimiento de asentamientos irregulares ubicados en los es-pacios de borde de ciudad que se conocieron como barrios piratas o de inva-

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

sión, que para finales de la década eran 18, que no poseían acueducto nialcantarillado, lo cual se expresaba en condiciones muy precarias, entre losque se pueden señalar: La Perseverancia, Francisco Javier, Uribe Uribe, Anto-nio Ricaurte. Este fenómeno deja ver que el proceso de segregación espacial,en el cual el norte-oriente es de la elite y el sur y occidente de las clases popu-lares, empieza a definirse en estas décadas.

Los años 30 representan la consolidación de lo que va a ser el procesourbano en Bogotá. De un lado, intentos centrales de orientar desde el nivelcentral la planificación de la ciudad, ejemplificados en el trabajo de Karl Brunnerde “ciudad futura”, que tomó como referencia los modelos de reorganización yexpansión de las grandes ciudades europeas. Pero por otro dinámicas y proce-sos desarrollados a espaldas de, y a veces, consentidos por, una Administracióninsuficiente para el inusitado crecimiento de la década de los cincuenta.

Mediados del siglo XXEl crecimiento de la ciudad en los últimos 50 años es extraordinario. De

tener una población de 1 millón de habitantes a mediados del siglo XX, en elaño 2000 se calculaban casi 6,5 millones de habitantes. Esto significa que laciudad multiplicó por seis su población en medio siglo de desarrollo.

El período de 1950 a 1970 se caracterizó por la presencia de flujospoblacionales hacia la ciudad de Bogotá, dichas migraciones correspondíanen gran medida a población desplazada por la violencia y población atraídapor factores de empleo que visualizaban alternativas en el proceso de indus-trialización ya desarrollado en la ciudad, en este contexto se puede afirmarque el desplazamiento no es reciente en el país, sin embargo en la medida enque el conflicto interno se profundiza durante la década de los 80, el despla-zamiento adquiere unas dimensiones insospechadas12 , especialmente por susimplicaciones de carácter socio-económico, sin que los territorios receptoresse hubiesen preparado.

Desde los años 80 y 90 se presentan formas de desconcentración de laciudad, unido a la rápida vinculación con algunos municipios próximos,dando lugar a un proceso de metropolización que rápidamente transformóla morfología de la ciudad y las relaciones funcionales en la región, lo cual seexpresó en el crecimiento poblacional de los municipios aledaños a Bogotá13

a una tasa de 5.9%. En este proceso la capital fue consolidando su primacíaurbana frente a las demás ciudades del país, dado su dinamismo económico,social y cultural. Esto fue generando una ampliación de la segregación espa-cial a nivel metropolitano, conservando básicamente la misma estructura.

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FABIO VLADIMIR SÁNCHEZ Y NOHRA LEÓN R

El período de los años 90 se caracteriza por el tránsito a la llamada “ciu-dad desregulada”, en el cual el desarrollo urbano quedó reducido a la regula-ción de las intervenciones privadas, mientras que la intervención real del Es-tado sobre la ciudad paradójicamente se minimizó a la orientación deldesarrollo urbano, abandonando su papel de inversionista en los equipamientoscolectivos, tendencia característica de los actuales modelos económicosneoliberales, proceso que ha permitido una consolidación de la estructura desegregación, pero que también ha permitido una complejización de dichofenómeno, como se verá más adelante. Estos últimos procesos tienen que vercon la forma en que la ciudad se ha insertado en el contexto mundial.

Así, la llamada “globalización de la economía” unida a grandes coyuntu-ras nacionales en que ha evolucionado nuestro país en este período como laapertura económica nacional y los procesos de descentralización señalaroncambios importantes en las ciudades y de manera particular en Bogotá, queha logrado reactivar su economía interna y afianzarse como el principal cen-tro económico del país, pasando de una participación del 15.4% del PIBnacional en 1960, a 21 % para 1990 y cerca del 22.8% para el 2000. (Secre-taría de Hacienda, 2003: 10). Igualmente, hay que señalar el cambio de orien-tación del modelo de ciudad, donde el concepto de competitividad se haapropiado de los planes de desarrollo y ha orientado las políticas publicas delas últimas administraciones, lo cual genera el privilegio a nuevos requisitosde infraestructura o macroproyectos, la renovación de centros históricos, ladefinición y establecimiento de parques industriales y tecnológicos, la cons-trucción de núcleos de negocios, espacios para el ocio, la cultura y la recrea-ción (Brand y Prada 2003, 5).

Una Aproximación a las Condiciones de Vida y Salud en BogotáTeniendo en cuenta el enfoque conceptual descrito, el trabajo enfocado

desde la Universidad Nacional, debe decirse que la idea de relacionar las par-ticularidades de las condiciones de vida con el perfil de morbi-mortalidad nofue posible, debido a que el sistema de información del sector salud existentees precario en cuanto a registro y confiabilidad. Por ello, el objetivo aquí secentrará en la identificación de diferentes formas de vivir en la ciudad, espe-rando en un futuro poder tener más elementos para lograr establecer si lasdiferentes zonas identificadas, tienen perfiles epidemiológicos diferentes.

De esta manera, el objeto es analizar de manera muy general cuáles sonlas características básicas del proceso de reproducción social –espacial en laciudad, definidas desde la producción y el consumo, categorías que se con-

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

vierten en ejes articuladores de otras como ambiente y población. La relacióncompleja entre estas dimensiones lleva a la identificación preliminar de dife-rentes Zonas de Condiciones de Vida en la ciudad, aproximación que seconvierte en elemento importante para la comprensión de la salud-enferme-dad, esperando que pueda incluso aportar en los procesos de planeación intra-e inter- sectorial.

Para el análisis de las condiciones de vida en Bogotá se buscó siempre lacomparación de los procesos involucrados en dos niveles de análisis: unogeneral, sobre las tendencias macro de la ciudad y otra, que intenta identificardiferenciales sociales y espaciales en la producción y el consumo, es decir,zonas o sectores donde se produce y se consume de maneras particulares.

Población14

La complejidad y los contrastes presentes en una ciudad como Bogotá, seevidencian necesariamente en la interacción social generada entre quienes lahabitamos. De tal manera, se deben considerar algunas de las característicasmás sobresalientes de la población Bogotána, describiendo además algunosde los fenómenos actuales detectados en el proceso.

Lo primero que se señala es que Bogotá no puede limitarse a los límitespolítico-administrativos a los cuales está circunscrita.15 Esto es evidente alobservar que cerca de trece municipios cercanos a Bogotá han venido urbani-zándose en el periodo 1973-1993 a una tasa mayor a la de la capital (Mesa dePlanificación Bogotá- Cundinamarca). Esto es muy importante y lo será aunmás en los próximos años, por lo cual las políticas públicas en salud y en elresto de temas deberán encarar sin más demora este fenómeno.

Otro hecho relevante, relacionado con lo anterior, es que Bogotá tienecada vez más Bogotános, es decir, personas nacidas en la ciudad. De acuerdocon la ECV (2003) el 60.5% de los residentes en Bogotá han nacido en laciudad hecho que muestra un cambio frente a décadas pasadas.. Sin embar-go, esto contrasta con el hecho que Bogotá se ha venido consolidando comoel principal centro receptor de población desplazada por el conflicto internoen la última década. Así cerca del 19.5% de las personas desplazadas dentrodel país en los años 1985-1999, entraron a Bogotá (Gutiérrez 2000, 16). Deacuerdo a las modalidades de desplazamiento se tiene que en Bogotá la ma-yoría de los casos corresponden a desplazamientos individuales (19.545 ho-gares y 78.844 personas) de acuerdo a registros de la misma fuente anterior.

Pero la población no se encuentra uniformemente distribuida en la quees Bogotá. Si se comparan los datos calculados de densidad poblacional por

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localidad, se observa una tendencia a una mayor concentración en el sur yoccidente de la ciudad, que se relacionan con la mayor presencia de estratosuno, dos y tres, como se observa en la figura 1. En estos sectores se sobrepasala media para Bogotá que está calculada en 220 hb-Ha, llegando a más de400 hb-ha en sectores de Rafael Uribe, Kennedy y san Cristóbal, mientrasque hacia el norte y oriente la densidad poblacional residente disminuye amenos de 200 hb-ha.

Esta concentración de mayor cantidad de población en zonas concretas dela ciudad implica una mayor demanda de servicios, vivienda y presencia insti-tucional en un escenario complejo cuando se trata de localidades en las cualestambién la densidad poblacional es alta. Este es un aspecto que amerita mayoranálisis en cuanto la relación posible entre localidades más densamente pobla-das, oferta institucional, cobertura de servicios públicos y en general la respues-ta social. Todo ello en directa relación con la calidad de vida de los Bogotános,aspectos clave cuando se trata de los procesos de salud y enfermedad.

En cuanto a la distribución por grupos etáreos, se puede mencionar que todasla fuentes consultadas coinciden en afirmar que la mayoría de la poblaciónBogotána se concentra en la categoría “población adulta”, es decir mayores de26 años (49.4% en las proyecciones al 2005 y 47% en ECV). Una diferenciasutil se encuentra en la población menor de 5 años, que representaba para el2003 el 8% del total, en tanto que en las proyecciones se espera que al 2005represente casi 10%. Sin embargo, si existe una diferencia notable aparece encuanto a la población mayor de 65 años, que según la proyección al 2005 debíaestar en aproximadamente 3% y según la ECV en el 2003 se encontraba en6,7% lo cual evidenciaría un “envejecimiento” de los Bogotános, lo cual impli-ca un reto en términos de servicios sociales a garantizar para una poblacióncreciente, en especial, lo referido a servicios de salud y recreación.

Igualmente lleva a establecer interrogantes entre la edad y las dinámicasorganizativas y de participación comunitaria. Es evidente que barrios y loca-lidades en los cuales la mayor composición de población es infantil o juvenil,desarrollan dinámicas comunitarias muy distintas a las de aquellos sectoresen los cuales la mayoría de la población es adulta: mayor demanda de zonasverdes y parques, de servicios como jardines infantiles e instituciones de edu-cación formal, de oferta de programas de bienestar específicamente orienta-dos, presencia de organizaciones juveniles de diverso tipo y carácter y unavida barrial de notoria actividad. Todo ello en contraste con sectores de laciudad en los cuales se da mayor presencia de población adulta y con elloniveles de relación entre vecinos, organización y participación distintos.

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

Figura 1 Mapa densidad de población por UPZ en 2002

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Bogotá: La capital de los desplazadosComo se mencionó anteriormente, el desplazamiento se encuentra pre-

sente en buena parte de la historia de poblamiento de la ciudad. Sin embargode mediados de la década del noventa hasta hoy se ha visto incrementado.Respecto de esta situación y sus manifestaciones en Bogotá pueden consultarsedistintas fuentes tanto gubernamentales como no gubernamentales de diver-so tipo. Es necesario advertir que distintas entidades religiosas y ONG hanplanteado reiteradamente la existencia de un subregistro del fenómeno deldesplazamiento, pues los casos ingresados al Registro Nacional correspondensólo a aquellos hogares o personas que han sido reconocidos “legalmente”como desplazados, lo que corrobora la ausencia de información precisa res-pecto a este fenómeno, tanto en el ámbito nacional como de la capital delpaís, con serias implicaciones para la toma de decisiones desde la administra-ción Distrital. Las estadísticas de CODHES indican que desde 1985 hanllegado aproximadamente 67.349 hogares, o 344 mil personas desplazadas,con tendencia a permanecer en la ciudad, pues como se mencionaba la ciu-dad presenta algunas ventajas comparativas respecto al campo (anonimato,posible acceso a educación, etc.)

Buena parte de la población desplazada que llega a Bogotá ha optado porconcentrarse en municipios cercanos a la misma como por ejemplo Soacha(Altos de Cazuca particularmente), lo cual puede estar relacionado con elfenómeno planteado anteriormente respecto al crecimiento de municipioscolindantes con la capital. Es bastante difícil encontrar informacióndesagregada por localidad frente a este tema, razón por la cual se retomanaquí cifras oficiales para Bogotá.

Varios efectos relevantes se desprenden de esta situación a saber:Aumento de la población, más por el efecto migratorio que por creci-

miento vegetativo.Las familias desplazadas deben enfrentarse a nuevas condiciones socioeco-

nómicas, cambios de oficio, al desempleo16 , a la economía informal y alrebusque.

Mayores costos que se generan en la cobertura de los servicios públicos,adicionalmente la Administración debe asumir mayores responsabilidadesen términos de seguridad, salud, educación e infraestructura para dicha po-blación, sin que pueda efectivamente responder oportunamente a dichas de-mandas, lo cual paulatinamente se va expresando en un deterioro en las con-diciones de vida de estas nuevas familias.

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

Bogotá y sus desigualdades socioeconómicasComo se deriva de la evolución de Bogotá, su reconfiguración viene expre-

sando fragmentaciones territoriales que a su vez representan las desigualdadessocioeconómicas resultantes de las fuertes transformaciones económicas y de-mográficas que ha vivido la ciudad. Las desigualdades más relevantes son:

1. La concentración de los estratos socioeconómicos de mayores ingre-sos en el nororiente de la ciudad (Suba, Chapinero, Usaquén), ocupandomenos del 5% del área urbana (ver figura 2). Lo anterior aunado con laamplia dispersión de los estratos dos y tres (que representan más de la mi-tad de los predios), pero en especial su concentración en las localidades másdensamente pobladas de la ciudad, lo cual reafirma sus niveles de comple-jidad social y niveles de afectación por algunos de los fenómenos descritosen la siguiente sección.

2. El empobrecimiento creciente de la población Bogotána que ha lleva-do a que cerca del 50% de la población se encuentre, en 2003, bajo la líneade pobreza y 6.80% bajo la de indigencia.17 En cuanto a las diferenciasínterlocales, se puede señalar que mientras el porcentaje de hogares bajo lalínea de pobreza no sobrepasa el 15% en Teusaquillo y Chapinero, en locali-dades como San Cristóbal y Ciudad Bolívar alcanza el 76% y en Usme supe-ra el 80%, según los datos que proporciona la Alcaldía Mayor18 (ver cuadro1). Este caleidoscopio se amplía mucho más si se pudieran obtener datos anivel intra-local, pues no es lo mismo el sector de San Cristóbal Norte y el dela Alhambra, ambos en la localidad de Usaquén, pero el primero de estratosbajos y el otro de altos.

Estos comportamientos indican que la ciudad competitiva no ha po-dido contrarrestar la tendencia de empobrecimiento de la población ur-bana y el crecimiento de las desigualdades sociales, como señala Brand yotro (2003: 177). Esto último permite conectar con otra de las caracte-rísticas de los últimos años y es que Los esfuerzos orientados a la confi-guración de una Bogotá “moderna”, “pulcra”, “competitiva”· y “organiza-da”, banderas de las administraciones pasadas, se chocan en el sin sentidodel avance físico versus el deterioro de la población Bogotána, pues sepuede afirmar que la polarización socioeconómica (y espacial) tiene efec-tos muy profundos sobre buena parte de la población Bogotána que aho-ra disfruta de ciclorutas y parques pero carece de la posibilidad de consu-mir las tres comidas diarias.

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Figura 2. Estratificación socioeconómica para Bogota 2003

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

Fenómenos ligados con el empleo que afectan a la poblaciónUna de las formas más claras para comprender los procesos de produc-

ción-consumo realizados por los Bogotános es mediante el análisis del em-pleo, pues este se refiere a las actividades que realizan o no las personas, locual deriva en oportunidades específicas de acceso a bienes y servicios, demayores o menores cargas y problemas y en suma de diferentes formas devivir la ciudad.

El análisis del empleo en Bogotá, muestra algunos fenómenospreocupantes dentro de los cuales sobresalen:

Cuadro 1. Niveles de pobreza en Bogotá por localidades

Fuente: SISBEN, base de datos DAPD, 2002. Oscar Fresneda, Proyecciones de población DAPD1998-2001. Tomado de: Secretaría de Hacienda Distrital, 2003. Modificado por los autores.

LOCALIDAD

USME

SANTA FE

CIUDAD BOLIVAR

LA CANDELARIA

BOSA

RAFAEL URIBE

SAN CRISTÓBAL

TUNJUELITO

LOS MÁRTIRES

SUBA

USAQUÉN

KENNEDY

BARRIOS UNIDOS

FONTIBÓN

CHAPINERO

ENGATIVA

ANTONIO NARIÑO

PUENTE ARAN DA

TEUSAQUILLO

SIN INFO.

TOTAL

POBLACIÓN SISBEN19

Total %

221.504 87.9

87.969 81.9

352.629 58.6

12.773 46.4

183.726 42.8

130.919 33.9

152.560 33.4

67.522 32.9

25.523 26.6

175.075 24.0

86.023 20.0

166.070 17.8

28.976 16.4

46.545 16.1

19.700 16.0

110.202 14.5

14.091 14.3

29.145 10.3

1.655 1.3

42.319 73.1

1.954.926 30.0

POBLACIÓN CON NBI20

Total %

59.893 23.8

17.478 16.3

156.487 26.1

3.290 12.0

73.272 17.1

54.861 14.3

81.037 17.8

26.117 12.8

7.711 8.1

73.804 10.1

48.858 11.4

117.666 12.6

12.154 6.9

33.882 11.7

7.310 5.9

61.470 8.1

7.505 7.6

20.205 7.2

5.249 4.2

NA NA

868.249 13.4

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Altas tasas de desempleo en Bogotá. Distintas fuentes públicas y privadascoinciden en afirmar y demostrar que el desempleo ha ganado proporcionespreocupantes en la capital desde mediados de los noventa y que ha tendido amantenerse en cerca del 15% (cifras oficiales), mientras el subempleo o em-pleo informal se ha consolidado por encima del 30%. El análisis por edad,sexo y estrato muestra diferencias significativas que bien vale la pena mencio-nar y que ligándolo con las otras características poblacionales llevan a consi-deraciones socio-espaciales bien especiales. De esta manera el desempleo seconcentra en los más jóvenes de la capital, específicamente en los rangos deedad situados entre 12 - 19 años (41%) y 20 – 29 años (24,4%) (CAMARADE COMERCIO DE BOGOTÁ, 2003: 42), afecta más a las mujeres (53%)y a los de menor nivel educativo, aunque ha venido consolidándose un des-empleo para las personas de nivel educativo superior, creándose un “ejércitode reserva calificado” el cual viene afectando sobre todo a las clases medias,pues ha operado una baja en los salarios una menor estabilidad y un menoracceso a la seguridad social.

El desempleo se concentró en el 2002 en los estratos 3 y 2, en tanto quela tasa de desempleo para los estratos 4 y 5 fue mayor que la que se produjoen el estrato 1. (DANE. ECH. Tercer trimestre 2000 – 2002. Proceso: Cá-mara de Comercio de Bogotá. Observatorio del Mercado de Trabajo. ElEmpleo en Bogotá 2000 – 2002. Informe del Mercado de Trabajo No. 3.Bogotá, 2003.). al relacionar esta información con la distribución espacial delos estratos, es obvio, que el desempleo sigue afectando los sectores de mayordensidad poblacional, de mayor población migrante, de mayor población,femenina, que son los localizados al sur y occidente de la ciudad.

La inestabilidad laboral y los bajos salarios afectan a buena parte de lapoblación ocupada en la ciudad.

La crisis económica de los últimos años, relacionada con la desaceleraciónde la economía nacional y Bogotána entre otros factores, ha implicado re-ducción del salario real de los trabajadores y aumento de los contratos tem-porales con la consecuente pérdida de garantías sociales y económicas. Deotra parte la ocupación se estancó en 53% (2002), en tanto el desempleoconservaba su tendencia al crecimiento.

Las consecuencias de las altas tasas de desempleo y de la inestabilidad einformalidad de las actividades a las que acceden la mayoría de Bogotános, yque pareciera estarse convirtiendo en una característica estructural de la eco-nomía sin que se haga ningún tipo de cuestionamiento, son sin duda muyamplias y profundas al relacionarlas con las condiciones de vida de la pobla-

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

ción. En primer lugar, el hecho que el desempleo afecte más a los jóvenes, alas mujeres y a las personas de estratos dos y tres implica la mayoría de losBogotános, lo cual se traduce en términos concretos en un deterioro de laforma de vivir a partir de hechos como el menor acceso a una ingesta dealimentos adecuada, el sacrificio de actividades de formación técnica o profe-sional por la necesidad de incorporarse al mercado laboral, pérdida o dismi-nución de momentos de convivencia familiar, grandes desplazamientos, fra-gilidad en el acceso a regímenes contributivos de seguridad social, etc.

El momento de la producción en BogotáEl análisis de las condiciones de la población vistas desde el empleo/des-

empleo, deben complementarse con la comprensión de cómo y qué producela ciudad en su conjunto, intentando, de nuevo, hacer manifiestas las dife-rencias socio-espaciales que caracterizan dicha producción. 21

De otra parte la primacía creciente está ligada con la creciente terciarizacióneconómica (a nivel mundial) que le ha permitido a la capital convertirse en elprincipal centro financiero, educativo de servicios profesionales, etc., así comoel principal receptor de la inversión extranjera directa del país, de esta mane-ra, Este tercer sector representó en 2001 el 61% del PIB de la ciudad (Sandoval2003, 14)

Un vistazo a al estructura espacial de la producción en la ciudad deja veruna amalgama, de la que se puede identificar cómo el sector de serviciosfinancieros, de gran comercio, hotelería, diplomáticos y oficiales de caráctermetropolitano se concentran la franja centro-nor-oriente del centro y por eloccidente hacia el Aeropuerto. Este hecho plantea significa que ciertos servi-cios se vienen descentralizando, haciendo que los habitantes no se desplacenpor toda la ciudad para realizar ciertas actividades básicas (notariado, pago deservicios, educación básica, servicio básico de salud, adquisición de alimentosy otros elementos), otros servicios muy especializados están concentradosterritorialmente e implica el desplazamiento de personas de toda la ciudadhacia esos sectores.

Sin embargo, también es evidente la gran dispersión de muchos de losservicios menos especializados en el resto de la ciudad e incluso la “coexisten-cia “ de áreas residenciales con este tipo de actividades. Esto está relacionadono sólo con el crecimiento de la ciudad y la descentralización de serviciosconcomitante con ella, sino que es producto de las grandes dinámicas so-cioeconómicas generales ya reseñadas, como la flexibilización e inestabilidadlaboral que hace que hoy sea más común encontrar personas que trabajan en

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FABIO VLADIMIR SÁNCHEZ Y NOHRA LEÓN R

su hogar; el empobrecimiento cada vez más generalizado, que se convierte enuna presión adicional para las familias, quienes encuentran en la implanta-ción de pequeños o medianos negocios en su vivienda o cerca de ella, o en elcomercio ambulante alternativas para solventar la creciente crisis.

Esta rápida descripción de la producción desde el empleo y desde su es-tructura plantea serios interrogantes a la forma en que se están desplegandolas dinámicas socioeconómicas en la ciudad. Vale la pena realizar unos cálcu-los sencillos para explicitar esta afirmación. Por ejemplo, el hecho que el PIBper cápita anual de la ciudad sea de cerca de US$ 2800 al año, es decir, cercade $ 630.000 mensuales por persona22 , contrasta con que más del 50% de lapoblación se vincule en condiciones de informalidad y temporalidad a laeconomía de la ciudad. De manera similar, la consolidación de la informali-dad del empleo, sea calificado o no, se refleja en cambios en las actividadesque se realizan, lo que implica condiciones de acceso mucho más inestables ytransformaciones territoriales significativos, pues sectores que antes sólo eranresidenciales empiezan a ser mixtos.

El momento del consumo en BogotáLa reflexión sobre el consumo, el otro pilar de la aproximación propues-

ta, tanto básico como ampliado, pasa por aspectos como el acceso a cada unode los servicios, procesos o bienes necesarios para el desarrollo integral de losseres humanos, la permanencia en el consumo como tal, los costos de losmismos, el apoyo gubernamental para su obtención o la responsabilidad (pri-vada o estatal) en la prestación de los mismos. Todo ello aporta en la confi-guración de niveles concretos de calidad de vida que van transformándosecon la historia de la ciudad.

La gran representatividad de los estratos dos y tres (más del 60% de lapoblación) y el hecho que estos sean de los más afectados por las condicionesde empobrecimiento creciente plantean que para más de la mitad de los Bogotá-nos, las condiciones de acceso básico se han venido empeorando. De esta ma-nera, en cuanto a las características básicas de vivienda y servicio públicos, sepuede afirmar que si bien el acceso es mucho mejor que en la mayoría demunicipios del país o ciudades de tamaño similar de otros países, convirtién-dose en un factor protector y potenciador de las condiciones de vida el encare-cimiento real de su prestación y acceso se convierte en un factor limitante.

Llama la atención, que de acuerdo con la ECV (2003) solo el 42.7% delos hogares posee vivienda propia totalmente pagada. Otra manifestación dela crisis económica que se evidencia en las condiciones de vivienda es la

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

Figura 3: Estructura Espacial de la producción de Bogota.

Fuente de la información: Cartografía Digital DAPD, 2003. Diagnósticos locales de salud,Diagnósticos distritales de salud. Documento técnico de soporte del POT.

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refinanciación de la deuda, el 28.3% de los hogares refinanció el créditoobtenido para su adquisición. Las localidades en las cuales se presentó enmayor proporción el hecho que los hogares solicitaran la refinanciación, fue-ron: Tunjuelito (43.1%), Santa Fe (39.1%), Ciudad Bolívar (35.9%) y Usme(35.6%) (DANE, 2003).

Este empobrecimiento se observa de manera mucho más directa conlas condiciones de vida y con posibles perfiles de deterioro de la mismacuando miramos las condiciones de acceso y consumo de alimentos. Aun-que no se reportan cifras oficiales correspondientes al estado nutricional dela población adulta, la Secretaria Distrital de Salud se encarga de evaluarindicadores antropométricos para desnutrición aguda (peso para la talla) ycrónica (talla para la edad) en los menores de siete años por medio delSistema de Vigilancia Epidemiológica Alimentaria Nutricional (SISVAN).Según esta fuente, la desnutrición infantil ocurre en uno de cada cuatroniños/as de los estratos 1, 2 y 3 presentando algún grado de desnutrición(retraso del crecimiento talla/edad). Con relación a la desnutrición aguda(peso/talla), el 23% la presentan en algún grado, siendo el de los menoresde 2 años, el grupo etáreo más vulnerable con una prevalencia del 29%(Alcaldía Mayor de Bogotá, 2004).

En cuanto al consumo ampliado, se pude decir que si bien hay un incre-mento en la cobertura en cuanto a salud, educación, recreación y cultura,siguen existiendo importantes limitantes para el acceso y disfrute de estosderechos por parte de la mayoría de Bogotános. Así, las políticas educativasrecientes no han logrado asegurar el acceso y permanencia en el sistema de unnúmero significativo de jóvenes, especialmente de aquellos con dificultadeseconómicas y los que no encuentran atractiva la formación que predominaen la educación secundaria y media. De acuerdo con la SED (2003) son808.000 los jóvenes entre 14 y 26 años por fuera del sistema, lo que estádirectamente relacionado con las altas tasas de desempleo en jóvenes y enpersonas con bajo nivel educativo ya señaladas.

En cuanto a la recreación y cultura, se debe señalar el importante cambioque viene operándose desde la Administración Distrital por consolidar unaoferta casi permanente de diferentes actividades y la construcción de parquesy escenarios abiertos al público. Sin embargo, la mayoría de centros cultura-les siguen concentrándose hacia el centro-nor-oriente, de manera que el surde la ciudad sigue careciendo de espacios culturales que convoque a los po-bladores lo que demuestra un marcado desequilibrio entre la oferta cultural yrecreativa de carácter metropolitano.

232

Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

La movilidad en la ciudadEn una ciudad como Bogotá, principal centro demográfico económico y

político del país, que concentra más de seis millones de habitantes en pocomás de 45000 Hectáreas, la movilidad es un aspecto central para garantizarsu reproducción permanente. En el caso de Bogotá, la movilidad ha tendidohacia un empeoramiento continuo, representado por los típicos “trancones”que vivimos en cualquier momento y parte de la ciudad. Lo que refleja elanálisis de la producción y el consumo es que hay unas áreas (centro-nor-oriente) donde se concentra la realización de actividades económicas y socia-les y otras donde se concentra la actividad residencial (sur-occidente), fenó-menos que se evidencia en la figura 4. Estas características son las que ayudana comprender la problemática de la movilidad en nuestra ciudad.

Al realizar un acercamiento a la situación del transporte público diaria-mente se movilizan más de siete millones de personas. Aunque Transmilenioha logrado conectar la ciudad de norte a sur principalmente, existen limita-ciones en su servicio pues solo logra un cobertura del 12.7% del total de laspersonas movilizadas en Bogotá. Sin embargo, el problema no se debe soloal transporte público, uno de los grandes responsables es el creciente parqueautomotor privado que casi se acerca al millón de vehículos.

La situación de transporte del centro de la ciudad y el eje centro –norte, donde se realizan actividades propias del sector financiero y comer-cial, presenta problemas de congestión vial producto del alto tráfico devehículos particulares y de transporte público. De esta forma la interco-nexión que se debe generar entre lo comercial, lo financiero e industrial seve limitada especialmente en horas pico generando consecuencias ambien-tales importantes. Según el DAMA, la contaminación atmosférica por fuen-tes móviles contribuye a cerca del 70% relacionado principalmente con elcreciente número de vehículos particulares que circulan en Bogotá, aproxi-madamente el 80%.

Ambiente y ciudadHablar sobre las condiciones de vida y salud, implica una referencia obli-

gada a las condiciones ambientales prevalecientes. Sin embargo, cuando ha-blamos de ciudad y salud, no podemos tratar el ambiente como algo que estápor fuera de la sociedad, pues las condiciones ambientales son fundamentalesa la hora de comprender los perfiles de deterioro y protección que se obser-van al interior de la ciudad. Aunque hay elementos, dinámicas y procesosnaturales preexistentes y condicionantes de las formas sociales contemporá-

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Figura 4. Movilidad en Bogotá

Fuente: Cartografía Digital, 2003. POT Bogotá 2000. Diagnóstico Distrital de Salud, 2004.

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neas, éstos son transformados y apropiados (material y simbólicamente) enel transcurso de la construcción y reproducción de la sociedad23 .

De esta manera, el proceso de configuración de Bogotá, su estructuraespacial, la localización más o menos específica de algunas actividades y ladispersión de muchas otras, el crecimiento en población y en área construiday las formas de relación con la naturaleza han venido configurando proble-máticas ambientales que son comunes a casi todas las grandes ciudades delmundo. Éstas se refieren en especial a los problemas de contaminación hídrica,atmosférica, ruido y la generación y disposición final de basuras. Este tipo deproblemas, que desde la economía son vistos como externalidades negativas,es decir, como resultados no previsibles y no cuantificables de las diversasactividades productivas, cada vez son más determinantes de las condicionesde vida y salud en las ciudades, como se planteó en el tercer capítulo.

De esta manera, gran parte de la ciudad comienza a evidenciar nivelescrecientes de contaminantes del aire, que si bien aun no superan los límitespermitidos, pueden verse como un factor responsable por la calidad de vidade los ciudadanos, ligado con la existencia de enfermedades respiratorias.

También las condiciones topográficas, geológicas e hidrológicas se hanvenido incorporando en el proceso de urbanización y se convierten en deter-minantes importantes de las condiciones de vida de sectores particulares.Cálculos basados en la cartografía del DPAE y en la ECV (2003), muestranque hay cerca de 3000 hectáreas en amenaza alta por este tipo de eventos, delos cuales cerca de 800 son no mitigables, es decir que deben ser reubicadaslas 2967 manzanas que se encuentran en esta condición. En este cuadro esevidente, que las localidades más afectadas son Ciudad Bolívar, San Cristó-bal, Rafael Uribe y Usme, con más de mil viviendas que están esta condición.En este sector, las áreas de protección corresponden a áreas más altas hacia eloriente, donde la topografía es un poco más abrupta. Igualmente la ECVafirma que el 32% de las viviendas se encuentran ubicadas cerca de focos deafectación, ya sea por presencia de fábricas, basureros, mataderos, terminalesde transporte o caños de aguas negras.

Zonas de condiciones de vida en Bogotá: Una propuesta deaproximación

A lo largo de esta sección se ha intentado mostrar que Bogotá es unaamalgama de múltiples y, a menudo, contradictorias dinámicas socio-espa-ciales resultado de procesos (espacio–temporales) diversos pero indisoluble-mente entrelazados que explican en conjunto la configuración actual de la

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Figura 5. Elementos de deterioro de las condiciones de vida en Bogotá desde el Ambiente

Fuente: Cartografía Digital DAPD, 2003. DAMA, 2004. Diagnóstico Distrital de salud.Documento Técnico de soporte POT.

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ciudad. Es decir, se ha intentado mostrar que existen, en nuestra ciudad,diferentes formas de construir, habitar, en suma, vivir, manifiestos en lasparticularidades poblacionales, ambientales de producción y de consumo, lascuales identifican y configuran diferentes zonas de condiciones de vida alinterior de Bogotá.

El trabajo conjunto entre Secretaría Distrital de Salud, Universidad Nacio-nal y Equipos Locales permitió una primera aproximación a la identificaciónde diferenciales socio-espaciales de condiciones de vida en el Distrito que cons-tituyen formas particulares de procesos salud-enfermedad. Se identificaron 84zonas (ver figura 6), que se agruparon en cinco clases principales, dependiendode las condiciones particulares de producción, consumo, ambiente, articula-ción con el resto de la ciudad y proceso de configuración. Dichas clases son24:

Zonas definidas desde el momento productivoA excepción de las zonas de producción rural, donde el espacio de habitar

y de trabajar puedeentenderse como una unidad, en las demás, la principalcaracterística es que son sectores de la ciudad caracterizados por ser atractorasde población, especialmente durante el día. Estos flujos de población diariostienen múltiples objetivos: Trabajo, estudio, recreación, compra y venta deservicios personales e institucionales, etc. Estos flujos implican desplazamien-tos, alta densidad de redes viales principales y un alto contraste entre la diná-mica diurna y la nocturna, de manera general.

En esta clase se definieron los siguientes tipos:Zonas de Producción Agropecuaria y de Potencial Ambiental metropoli-

tano y regionalCentros Rurales de DistribuciónZonas de Predominio de Actividades IndustrialesConcentración Actividades Terciarias de Ámbito Local o ZonalConcentración de Actividades Terciarias de Nivel MetropolitanoComercio Sexual y Economía “Subterránea”Concentración de Otro tipo de Actividades Terciarias

Zonas definidas desde el consumo básico, en especial, desde las condiciones devivienda

Aquí se incluyeron la zonas que se caracterizan por presentar diversascondiciones de vivienda particulares, en donde se incluyen diversos procesode poblamiento y acceso de bienes y servicios de acuerdo a las condicionesvida y laborales de sus habitantes. Los tipos definidos son:

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De acceso precario a condiciones de vida dignaPredominio de barrios consolidados de origen informal.Predominio de barrios consolidados de origen formal de estratos medios

a bajos.Predominio de barrios de estratos medios a altos.

Zonas de protección para toda la ciudadSon áreas de la ciudad que representan elementos de protección a nivel

metropolitano. Unos son espacio de preservación y recuperación ambiental,mientras que otros están referidos a equipamiento de consumo ampliado.

Espacios de Protección AmbientalEquipamientos distritales de recreación, cultura e investigación

Zonas de dinámicas sociales complejasLas particularidades del ejercicio realizado, hizo necesario, reconocer que

hay espacios donde la producción y el consumo son muy complejas y no es defácil identificación el predominio de uno u otro momento. Estos se refieren a:

Cambio de Residencial a Otras ActividadesExistencia de Dinámicas Complejas de Producción y Consumo

Zonas de Transición Rural- UrbanaEste tipo de zonas se definieron porque son sectores de la ciudad que aun

no han sido incorporados en su totalidad a la dinámica urbana actual, peroque en pocos años seguramente hagan parte plenamente de la ciudad, no sóloporque existen procesos sociales que así lo determinan, sino porque son áreasque según el Plan de Ordenamiento Territorial donde se deben desarrollar yestimular actividades específicas. Se definieron dos tipos a partir de la formaen que se incorporan en la configuración de la ciudad.

Transición para Vivienda de Interés Social (VIS)Transición para Servicios Especializados para Estratos AltosEsta descripción de las zonas de condiciones de vida en Bogotá, así como

las características de los procesos de producción, consumo, las característicasambientales, etc. muestran que en la ciudad se han venido configurando proce-sos de inequidad en cuanto a potenciar el desarrollo adecuado de las capacida-des humanas, que en el caso del sector salud, se reflejan en una creciente con-centración de servicios médicos especializados en las mismas zonas donde sevienen concentrando servicios especializados, como los financieros. Es decir,que el análisis de condiciones de vida permite ampliarla comprensión y caracte-

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Figura 6. Zonificación propuesta por condiciones de vida y salud

Fuente: Cartografía Digital DAPD, 2003. Diagnóstico de salud, 2004. Diagnósticos locales desalud, 2004.

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rización del proceso de segregación socio-espacial que caracteriza la capital delpaís, convirtiéndose en un posible nuevo énfasis en los estudios urbanos.

ConclusionesEsta primera aproximación a las condiciones de vida en Bogotá, D.C. se

constituye en un ejercicio reflexivo desde la geografía y la salud pública, queespera aportar en la discusión y consolidación de nuevos elementos teóricos,metodológicos e incluso que puedan trascender hacia esferas de la planeacióny de las políticas públicas. Debido a la naturaleza del artículo, las conclusio-nes presentadas están divididas en dos tipos: las referidas al enfoque y lasreferidas al estudio de caso en Bogotá.

Sobre el enfoqueEl campo de estudio sobre territorio y salud puede convertirse en un

fructífero campo de acción teórica y práctica, donde el análisis territorialpuede aportar más allá de la mera espacialización de los fenómenos relaciona-dos con la salud.

A pesar de que existen múltiples posibles formas de incorporar el territorioen el análisis de la salud y las condiciones de vida, la perspectiva de territorioaquí esbozada presenta posibilidades de comprensión más profunda de los pro-cesos sociales que determinan los perfiles epidemiológicos en la ciudad.

El análisis de los determinantes sociales permite trascender la idea de laenfermedad como una manifestación de ciertos factores biológicos y sitúa elénfasis en las múltiples determinaciones sociales. Esta aproximación puedeser un elemento muy interesante a profundizar desde la geografía, vista lasaparentes coincidencias con el enfoque de territorio adoptado.

Sobre las Condiciones de Vida en BogotáLa aproximación a las condiciones de vida en la capital, permitió evidenciar

la existencia de diferenciales importantes al interior de la misma, siendo posibleidentificar zonas particulares de producción y consumo. Sin embargo, es claro,que como intento, dicha zonificación demanda una profundización tanto con-ceptual como operativa, este último, aspecto central si es que esta propuesta seconsolida políticamente en la Administración Distrital.

Las dinámicas metropolitanas generales, la creciente polarización y frag-mentación espacial, la mayor dependencia física de la ciudad de espacios cadavez más lejanos que genera relaciones de dominación sobre esos espacios,hacen imprescindible el cuestionamiento del modelo de ciudad actual.

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Territorio y salud: Una mirada para Bogotá

La rápida mirada de ciudad y salud, desde el enfoque propuesto, permi-tió poner en evidencia la existencia de inequidades en la prestación y acceso alos servicios de salud, lo cual muestra como la salud ha venido consolidándo-se como un servicio que depende de la oferta y demanda comerciales, descui-dando su carácter de bien esencial. De ahí la necesidad de que la SecretaríaDistrital de Salud genere procesos tendientes a revertir esa tendencia.

Es necesario realizar cambios institucionales profundos para mejorar elSistema de Información sectorial, de manera que en un futuro cercano seaposible contar con mejores datos base para poder corroborar la validez de laszonas de condiciones de vida propuestas.

Finalmente, vale la pena aclarar que esperamos que este trabajo genereinquietudes, interpelaciones, objeciones, etcétera, en la naciente comunidadgeográfica colombiana, y por supuesto desde otras disciplinas, de maneraque se pueda establecer un fructífero campo de debate académico, pero deimportantes implicaciones prácticas.

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Notas1 Aunque lo aquí expresado únicamente compromete a los autores, queremos agradecer alequipo de la Universidad Nacional ( Profesores Jairo Ernesto Luna -Diseño Industrial-, JuanCarlos Eslava, Favio Rivas y Atala Lozano -Salud Pública-, Patricia Sierra -Trabajo Social-,Carlos Torres –Urbanismo-, Rosibel Prieto –Enfermería-. Igualmente a Mario Hernández,Nancy Molina y Mauricio Molina de la Secretaría Distrital de Salud) que estuvo en el Procesode Acompañamiento de los Diagnósticos Locales en Salud y en la Construcción del DiagnósticoDistrital de Salud, entre septiembre de 2003 y julio de 2004, del cual los autores hicieronparte. Si bien se utilizan algunos de los resultados obtenidos en dicho proceso, el objetivocentral es realizar una reflexión académica desde la universidad pública.2 [email protected] [email protected] Aquí el concepto de naturaleza se refiere a la consideración de primera naturaleza o naturalezaprístina y segunda naturaleza o transformada por el trabajo humano, planteada por Milton Santos.5 Con este mismo nombre se utiliza en la mayoría de los países latinoamericanos, sin embargoen Brasil la corriente ha adoptado el nombre de salud colectiva porque el movimiento sanitariosurgido en este país consideró importante destacar que su análisis del conjunto de las prácticasy organizaciones de salud, incluida la práctica médica, abandonan la enfermedad y sutratamiento, y el acto médico, como eje central del proceso salud-enfermedad-atención.Consideraron además que era necesario resaltar la noción de que se trata de un procesoconstruido colectivamente, tanto en la forma que adquiere en cada sociedad y momentohistórico como en las posibilidades de transformarlo. (Iriart y otros. 2002).

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6 Si se considera la salud no como mera ausencia de enfermedad clínicamente diagnosticada,sino en el sentido de salud colectiva, el orden social actual, producto de lo que se denominacomo crisis de la modernidad, no resulta especialmente favorable para un bienestar socialgeneral aún en los países centrales. Por el contrario analizada sociológicamente la relación entrecalidad de vida y salud, se debe hacer hincapié en una perspectiva que considere la asociaciónmente-cuerpo y la relación con el entorno. (Falero, 2000: 37).7 Las condiciones de vida dependen de lo que Sen llama "los derechos de intercambio" de unindividuo o familia, es decir, los bienes y servicios que puede adquirir una persona a cambio delos recursos que posee o de que dispone.8 Los cuales, según Possas, producen los riesgos conductuales, mientras que las condiciones devida producen los riesgos sociales, en el entendido aquí de que riesgo implica la probabilidadde sufrir un daño a la salud.9 En este sentido, calidad de vida puede verse como “las relaciones humanas y de estilos devida creativos y percepciones más personales del tiempo, el territorio y el cuerpo”, a lo que hayque agregar que implica un cierto nivel de vida, en el sentido de más consumo, pero que no sereduce a este último. (Falero.2000:37).10 Reconocemos que esta discusión es mucho más amplia, no solo dentro de la geografía sinodentro de la Teoría Social. Sin embargo, para no desviarnos de nuestro objetivo central, damospor cerrado este aparte.11 Esta tendencia señala la preocupación que existía desde fines del siglo XIX y que se profundizaen las tres primeras décadas del siglo XX, la búsqueda de establecer mejoras en las condicionesurbanas existentes, a través de mejoras públicas, higiene personal y saneamiento básico delespacio urbano. Para profundizar en este elemento ver: Noguera Carlos E. 1998. La higienecomo política. Barrios obreros y dispositivo higiénico: Bogotá y Medellín a comienzos delsiglo XX. En: Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Universidad Nacional.No. 25. Bogotá. P: 190-193.12 Hoy es pertinente preguntarse si efectivamente los porcentajes de población desplazadaobedece a causas asociadas al conflicto interno o si obedece a efectos de los procesos de pobreza,deterioro de su calidad de vida y marginalidad que vienen caracterizando ciertas áreas del país.13 En cuanto a la procedencia de la población que migra hacia Bogotá, cerca del 12.9%provienen de diferentes municipios del departamento de Cundinamarca, el 11.8% provienedel departamento de Boyacá y el 11.7% proviene del Tolima. Para ampliar este aspecto ver:Gutiérrez y otros, 2000: 6.14 Se advierte que la información sobre población de Bogotá es bastante heterogénea y basadaen proyecciones del censo de 1993 y las encuestas que el DANE ha venido aplicando (hasta1999 Encuesta Nacional de Hogares, posteriormente Encuesta Continua de Hogares, concambios en la metodología empleada entre las dos; recientemente Encuesta Calidad de Vida,año 2003). Un seguimiento mucho más sistemático pareciera encontrarse en los distintosobservatorios y balances que sobre Bogotá ha hecho el sector privado (Cámara de Comerciode Bogotá, por ejemplo), otra de las fuentes consultadas.15 Aunque infortunadamente el nivel de agregación de la información si esté condicionadopor esto.16 Según el CODHES la mayoría de los migrantes corresponde a población de adolescentes yadultos jóvenes, entre los 15 y 39 años, con predominio de mujeres.

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17 Aceptamos que la pobreza no se puede medir solo como un índice y que existen muchasaproximaciones. En el trabajo también se tuvieron en cuenta el NBI y de manera muyimportante algunos fenómenos descritos por los equipos de las localidades18 Alcaldía Mayor de Bogotá. 2004. Por un Compromiso Social contra la pobreza en Bogotá.19 El SISBEN utiliza un proceso de calificación que considera: 1) vivienda, 2) servicios; 3)capital humano y seguridad social,; y te 4) factor demográfico e ingresos, Cada uno se ponderade acuerdo con su localización en área urbana o rural.20 El índice consta de cinco componentes: 1) Viviendas inadecuadas: viviendas con piso detierra o material inadecuado en las paredes. 2) Viviendas sin servicios: hogares sin agua poracueducto o sin conexión a alcantarillado o pozo séptico; 3) Hacinamiento crítico; 4) Inasistenciaescolar; 5) Alta dependencia económica: hogares cuyo jefe de hogar tiene un nivel educativoinferior a cuarto de primaria. De acuerdo con este índice, son pobres los hogares que tieneninsatisfecha al menos una de estas necesidades.21 Para el caso de esta parte, los datos son tomados de diversos estudios del DepartamentoAdministrativo de Planeación Distrital (DAPD), DANE y Cámara de Comercio. Para elanálisis del empleo se utilizan los resultados de la Encuesta de Calidad de Vida (2003) yestudios del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Cámara de Comercio de Bogotá.22 Este dato se estimó, multiplicando el PIB en dólares por la tasa representativa a Junio 15 de2003 y dividiéndolo en 12, el número de meses al año.23 Esto no quiere decir que no existan barrios donde, por ejemplo, el factor determinante seala alta susceptibilidad a infecciones gastrointestinales porque están ubicados en áreas deinundación. Lo que se dice es que la existencia de dichas enfermedades no se debe únicamentea la existencia de áreas inundables, sino que allí intervienen los procesos de acceso a la tierra, dealimentación, de presión política para el mejoramiento de infraestructura, etc.24 Para una mejor comprensión de esta clasificación sugerimos remitirse al Informe Técnicoque reposa en la Secretaría Distrital de Salud.