TESIS: PRECARIEDAD MATERIAL Y PRÁCTICAS COTIDIANAS EN UN ...
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES
ARAGÓN
PRECARIEDAD MATERIAL Y PRÁCTICAS COTIDIANAS EN UN ASENTAMIENTO IRREGULAR: EL CASO DE NOCHICALA EN LA DELEGACIÓN XOCHIMILCO
T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: S O C I Ó L O G O PRESENTA: CRISTIAN DANIEL MORALES REYES
ASESOR: DR. ADRIÁN GUILLERMO AGUILAR MARTÍNEZ
2013
UNAM – Dirección General de Bibliotecas
Tesis Digitales
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Agradecimientos
Al Dr. Adrián Guillermo Aguilar, por lo paciencia y el apoyo otorgado para el desarrollo de este trabajo y especialmente por las oportunidades académicas y de trabajo que me ha brindado. A la Dra. Flor Mireya López, por las pláticas y experiencias compartidas; por las invitaciones a participar en sus proyectos y por la confianza y el apoyo que desde el principio deposito en mí. A la Lic. María Cristina Camacho, por las facilidades para la finalización de este trabajo y sobre todo por sus enseñanzas durante la carrera. A mi madre, María Reyes Pérez, por su apoyo incondicional, con todo el amor, gracias por siempre estar a mi lado. A mi padre, Francisco Morales Méndez, y hermanas, por estar presentes en los momentos importantes. A Esteban Romero González, por las pláticas, regaños y sobre todo por acompañarme en todo momento durante esta investigación.
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Índice Introducción 4 Capítulo 1. La vida cotidiana en condiciones de precariedad material 16
1.1 Precariedad material y reproducción social 17 1.1.1 Reproducción social 21
1.2 Vida cotidiana y asentamientos irregulares 24 1.2.1 La noción de vida cotidiana 27
1.3 Modo de vida urbano en un contexto de precariedad material 33 1.4 Prácticas habituales 35 1.5 El Sentido de las prácticas 38
1.5.1 Constitución temporal de sujetos sociales 39 1.6 Conclusiones del capítulo 46
Capítulo 2. Expansión urbana y asentamientos irregulares 48
2.1 El Proceso de expansión urbana 49 2.2 Periferia Urbana. El Proceso de Periurbanización 54
2.2.1 Relación funcional 57 2.2.2 Heterogeneidad territorial 58 2.2.3 Periurbano como modo de vida 59 2.2.4 Dinámica territorial e innovación social 60 2.2.5 Ausencia de planeación y administración 61
2.3 Implicaciones ambientales de la periurbanización 65 2.4 Implicaciones socioespaciales de la periurbanización 68 2.5 Asentamientos Humanos Irregulares. Las condiciones materiales
del asentamiento y su proceso de consolidación 72 2.5.1 El Proceso de consolidación 74
2.6 Conclusiones del capítulo 77 Capítulo 3. La experiencia con la precariedad material: Nochicala en
la delegación Xochimilco 79 3.1 La delegación Xochimilco 80 3.2 El proceso de expansión urbana en la delegación Xochimilco 82
3.2.1 Urbanización y transformación del ambiente natural de Xochimilco 88
3.2.2 La Delegación y los asentamientos irregulares 90 3.3 El caso de estudio: Nochicala 92
3.3.1 Nochicala 93 3.3.2 La situación de los servicios en el asentamiento 96 3.3.3 Descripción sociodemográfica de la población 97 3.3.4 Trayectoria de vida 100 3.3.5 Los habitantes y el medio ambiente 106
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3.4 La experiencia con la precariedad material 108 3.4.1 Prácticas de mantenimiento 108 3.4.2 Prácticas habilitantes 114 3.4.3 El ámbito vecinal como habilitante y obstáculo para
el mejoramiento de las condiciones materiales 118 3.4.4 La relación con las autoridades 120 3.4.5 La idea de vivir mejor 122
3.5 Conclusiones del capítulo 124 Conclusiones 127 Fuentes de consulta 133 Anexos 140
Anexo 1: Guión de entrevista 140 Anexo 2: Encuesta socioambiental 143
Índice de Cuadros
Cuadro 1. Categorías constituyentes de los sujetos sociales 43
Cuadro 2. Tasa de crecimiento poblacional, Nacional y del Distrito Federal,
1930-2010 51
Cuadro 3. Elementos frecuentes en la constitución de la periferia
Urbana 56
Cuadro 4. Líneas de acción implementadas para evitar la ocupación
Irregular en la Ciudad de México, 1950-2000 64
Cuadro 5. Tasa de crecimiento poblacional del Distrito Federal y cinco
Delegaciones con suelo de conservación, 2000-2010 86
Cuadro 6. Situación actual de los servicios en el asentamiento Nochicala,
Xochimilco 97
Cuadro 7. Ingresos mensuales por hogar Nochicala, 2012 99
Cuadro 8. Movilidad residencial de la población de Nochicala, 2012 101
Cuadro 9. Motivos de cambio de residencia de los habitantes de
Nochicala, 2012 102
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Índice de Mapas
Mapa 1. Localización de la delegación Xochimilco en el Distrito Federal
y el suelo de conservación en la entidad 81
Mapa 2. Localización del asentamiento Nochicala en la delegación
Xochimilco y el suelo de conservación 93
Índice de Fotografías
Fotografías 1 y 2. Calle Floricultura Sur, acceso principal al asentamiento
Nochicala 94
Fotografía 3. Precariedad material en la construcción de las viviendas 96
Fotografía 4. Contenedores de almacenamiento de agua y abastecimiento
por bomba eléctrica 110
Índice de Siglas
AHI Asentamiento Humano Irregular
CORENADER Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural
CORETT Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra
INDECO Instituto Nacional para el Desarrollo de la Comunidad y la
Vivienda Popular
INEGI Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
IPU Interfase Periurbana
ONU-HABITAT Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos
PAOT Procuraduría Ambiental de Ordenamiento Territorial
PDDU Plan Delegacional de Desarrollo Urbano
PGDUDF Programa General de Desarrollo Urbano del Distrito Federal
TICs Tecnologías de Información y Comunicación
ZMCM Zona Metropolitana de la Ciudad de México
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Introducción
Actualmente la ciudad se coloca como el nodo internacional en el que las mejores
condiciones para el desarrollo económico son propicias, pero también, en dónde las
condiciones para habitar resultan favorables. Sin embrago esta situación se altera en
los países periféricos o en desarrollo, pues si bien algunas de sus principales
ciudades, como es el caso de la Ciudad de México, se posicionan como puntos
estratégicos para el comercio global, implicando una serie de desarrollos que
permiten esa incursión, también junto a ese posicionamiento, se generan zonas
donde la pobreza tiene importantes consecuencias para el conjunto de la ciudad y
sobre todo para su población. En esta investigación se seguirá la línea de las
consecuencias que acontecen en el ámbito social a partir del crecimiento de la
Ciudad de México, destacando que los cambios ocurridos en ésta tienen fuertes
implicaciones en cómo se habita en ella actualmente.
Uno de los cambios que expresa el aumento del deterioro de las condiciones
de vida en la ciudad, ha sido el crecimiento urbano, el cual a falta de una buena
planeación y previsión, ha generado espacios en los que las desventajas para
hacerlo se conjuntan. De entre ellas, y en la cual se focaliza esta investigación, se
encuentra la precariedad material de estos lugares, la cual se entiende como la mala
condición de los objetos materiales utilizados para habitar, de los que se destaca la
baja calidad de los materiales con los que se construye la vivienda y la ausencia o
insuficiencia del suministro de los servicios básicos. Esta precariedad es una
constante en territorios que surgen como producto del crecimiento urbano y al
margen de los medios formales permitidos para habitar la ciudad: los asentamientos
humanos irregulares.
Ahora bien, la construcción de estos espacios, si bien responde la mayoría de
las veces a la falta de alternativas optimas de acceso a una vivienda para los
sectores de menores ingresos de la población, esta situación se genera a partir de
los cambios que ocurren en las grandes estructuras sociales, de las cuales la
económica se coloca como la más trascendental, debido a que sus intereses
incluyen diversos ámbitos, como el crecimiento urbano. Al respecto, Adrián Guillermo
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Aguilar indica cómo el crecimiento metropolitano de la ciudad latinoamericana, ha
tenido lugar a partir de tres procesos: el demográfico, territorial y el de reubicación
industrial (2002: 133). En estos últimos podemos observar la influencia de los
cambios económicos, ya que debido a éstos, la búsqueda de mejores ventajas
económicas para las industrias propició y aún propicia la relocalización industrial;
además que ocasionan la fragmentación del espacio, es decir, a partir de su
especialización, de la función a la que está dirigida su utilización, así lo señala
Salvador Juan: “se especializan institucionalmente los espacios” (2000: 131)
Esta tendencia de crecimiento urbano se singulariza en la Ciudad de México
en la década de los ochenta: después de un proceso de concentración tanto del
sector productivo, como de la población en la ciudad central, la nueva dirección
económica, aunada a las crisis nacional e internacional acontecida en esa década,
provocó que varias industrias salieran de la capital y se reubicaran en zonas de
conveniencia económica y natural: “los ochenta marcaron un crecimiento periférico
expansivo sin precedentes en la historia de la urbanización de la Ciudad de México,
que no fue acompañado por un incremento de población importante.” (Cruz
Rodríguez, 2000b: 52)
Aunque el crecimiento de la población baja considerablemente, la mancha
urbana acentúa su crecimiento fuera de la zona centro de la ciudad, resultado de una
baja capacidad de absorción de la población por parte del territorio habitable de la
ciudad y de una mala planificación urbana por parte de las autoridades (Bazant,
2001) Estos procesos de relocalización industrial y de concentración de la población
en espacios fuera del centro, se conceptualizan como un proceso de
contraurbanización, ya que refiere a la “redistribución de la población y de las
actividades industriales en las ciudades medias y pequeñas a costa de las mayores y
la consiguiente expansión metropolitana.” (Ferrás, 2007: 8)
Dicho crecimiento de la ciudad ha implicado que otros ámbitos poco
relacionados a este proceso resulten afectados, uno de ellos ha sido el natural, el
cual, además de involucrar afectaciones a entornos locales, también implica serios
cambios para el conjunto ambiental de la ciudad. En este sentido, el crecimiento
urbano ha significado una pérdida constante de áreas naturales, según un estudio de
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la Procuraduría Ambiental de Ordenamiento Territorial (PAOT), la pérdida ha sido
constante: "se ha estimado que en el período comprendido entre 1970 y 1997, se
presentó una disminución del área forestal y agrícola, la vegetación forestal se perdió
a razón de 239 ha. por año, en tanto que la agricultura disminuyó en 173 ha. por año.
En contraste el área urbana creció a un ritmo de 289 ha. al año con una tasa de
crecimiento promedio de 6.1% [INEGI, 2000b]." (2005: 12).
Dicha pérdida ocasiona serios problemas al sistema natural de la ciudad y al
bienestar de su población, pues su equilibrio ecológico se ve alterado. De esto se
desprende que las autoridades no han podido regular el crecimiento improvisado de
la ciudad, pues datos presentados en el mismo estudio indican que la urbanización
en zonas naturales ha sido constante desde hace más de medio siglo: "Se estima
que en los últimos 60 años el avance de la zona urbana se ha dado en razón de
cerca de una hectárea por día, de acuerdo al Programa General de Desarrollo
Urbano del Distrito Federal vigente (PGDUDF)." (PAOT, 2005: 8)
Lo anterior indica que el crecimiento de la Ciudad de México ha representado,
además de los daños ambientales señalados, su extensión a territorios lejanos al
centro urbano, lo que implica que se establezcan relaciones entre esos territorios y el
centro de la ciudad. Asimismo, que los procesos de urbanización y deterioro
ambiental se trasladen a otras localidades, lo que condiciona que esos cambios se
presenten con mayor frecuencia en aquellos lugares, significando que los diversos
cambios que antaño experimentó la ciudad central y su periferia inmediata, ahora
estén presentes en áreas más lejanas a la circunferencia central, por lo que las
problemáticas señaladas están teniendo lugar en estos espacios extendidos, como lo
deja ver Adrián Guillermo Aguilar: en “la periferia regional de estas grandes urbes, ya
que es aquí donde varios de los más importantes cambios asociados a su función
nacional y a la inserción global de estas ciudades están teniendo.” (2002: 122).
Estos territorios expandidos han formado un territorio intermedio entre la
urbanización y las zonas agrícolas, el cual por presentar ciertas cualidades ha sido
conceptualizado como la periferia urbana. En este territorio se expresan una serie de
problemáticas que han complicado la vida de los sujetos en la ciudad.
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Este territorio periférico producido por la expansión urbana, se ha colocado
como el espacio en donde se presentan diversos cambios, como los anotados líneas
atrás, esto es debido a que está en constante producción, es decir, su producción es
continua, ya que este espacio cede el paso a la urbanización, a partir de situaciones
como la de la descapitalización del campo, por lo que sus límites no se encuentran
establecidos y mucho menos definidos: “Las periferias urbanas son un fenómeno
social y espacial que se repite de manera continua e interminable sobre el contorno
de cualquier ciudad, independientemente de su aptitud para el desarrollo urbano o
del deterioro ambiental.” (Bazant, 2010: 483)
Por tal razón, la importancia de la periferia urbana radica en que es un
territorio que mantiene una alta relación con la ciudad, la cual se torna benéfica para
ésta debido a que la periferia se destina como el territorio que absorbe por un lado la
problemática habitacional que no tiene cabida en la ciudad, y al mismo tiempo el
establecimiento de la industria, la cual encuentra en este territorio una oportunidad
económica y productiva que se ha visto disminuida en la urbe central. También, dicha
relación se basa en la alta interconexión entre estos dos territorios a partir de
vínculos productivos y laborales que funcionarán como motor de transformación
material de la ciudad. Sin embargo, los cambios acontecidos en ésta han traído
fuertes problemáticas sociales, de entre ellas se desprende en la que se enfoca está
investigación: los asentamientos humanos irregulares.
El crecimiento de estos asentamientos se ha debido a la baja reserva territorial
con que cuenta la ciudad para su establecimiento; al incremento de la población y
sobre todo a un mercado inmobiliario inequitativo. Estos factores terminan
produciendo espacios en los que un sector amplio de la población accede a
condiciones materiales desfavorables para habitar, lo que se traduce en la formación
de esos territorios, los cuales son conceptualizados por Jan Bazant como: "la
ocupación de un lote por una familia de bajos ingresos adquirido de manera ilegal al
ejidatario, comunero y, en ocasiones, al pequeño propietario.” (2004: 12) De ahí su
catalogación de irregulares, debido a que los sujetos acceden a estos territorios de
forma alterna a la normatividad urbana, la cual, dicho sea de paso, ha fallado en el
control del crecimiento de este fenómeno socio-territorial.
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Sólo para el Distrito Federal, un dato de la Comisión de Recursos Naturales y
Desarrollo Rural (CORENADER), presentado en el estudio de la PAOT, identificó:
"en el suelo de conservación 890 asentamientos humanos irregulares, de los cuales,
86 se regularizaron a través de programas parciales de desarrollo urbano, y 804
conservaban su condición de irregular, concentrando aproximadamente a 59,074
familias, ubicadas principalmente en las delegaciones de Xochimilco, Tlalpan y
Cuajimalpa." (2005: 10). Por lo que dicha problemática socio-espacial, se coloca
como uno de los principales constructores de la periferia urbana de la ciudad y el
aumento de la urbanización.
Bajo estas condiciones, esta investigación se enfoca en un asentamiento
ubicado en una de las delegaciones del Distrito Federal que ha resentido el aumento
de la urbanización de forma irregular, ocasionando para ésta una serie de
problemáticas que no estaban presentes, nos referimos a la delegación Xochimilco.
Localizada en la periferia sur de la ciudad, es una de las dieciséis demarcaciones
políticas que conforman el Distrito Federal, y que de ser un territorio históricamente
dedicado a la agricultura, principalmente a través de la utilización de chinampas, la
urbanización ha ido disminuyendo los territorios dedicados a esta actividad. El
crecimiento de los espacios urbanizados dentro de la delegación ha representado
una pérdida constante de zonas naturales, que en el caso de este territorio se
traduce en una pérdida del 23.2% de cobertura vegetal, la más alta para el 2002,
según datos presentados por la PAOT. (2005: 8)
El establecimiento de este tipo de asentamientos en áreas no propicias para
habitar ha traído consecuencias ambientales importantes que llegan a cambiar el
espacio local (Villanueva, 2011), pero también ha tenido repercusión a nivel de la
ciudad, debido a que el establecimiento de estos asentamientos humanos en su
mayoría ha ocurrido en suelo de conservación, el cual resulta de vital importancia
para el ambiente natural del Distrito Federal, ya que en él se dan una serie de
procesos naturales de gran beneficio para el conjunto de la entidad, como la
captación de dióxido de carbono, indispensable para la limpieza del aire de la
Ciudad.
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De las 16 delegaciones que conforman la entidad, nueve tienen en su territorio
suelo de conservación, por lo que el 59% del total territorial es suelo de
conservación. Xochimilco pose el 11.9% de ese porcentaje, pero en ella el 82.2% de
su territorio es suelo de conservación, de ahí la importancia de los efectos que los
asentamientos irregulares traen para la demarcación: “lo que demuestra que el
proceso de crecimiento de la mancha urbana se encuentra en estrecha relación con
la disponibilidad del suelo de conservación." (PAOT, 2005: 8)
Según datos del Plan Delegacional de Desarrollo Urbano, en 2004 Xochimilco
contaba con una cantidad de 300 asentamientos ubicados en varias partes de su
territorio y en suelo de conservación (Gaceta Oficial del Distrito Federal, 2005:42).
Por otro lado, habitar un asentamiento irregular implica diversos
inconvenientes para su población, por lo que ver ésta problemática desde la
experiencia de los sujetos que habitan estos espacios es observar que diversas
desventajas complican su cotidianidad.
En este sentido, el establecimiento de un asentamiento humano de forma
irregular implica una serie de situaciones para las personas que lo habitan, como
riesgo debido a su localización, la cual la mayoría de las veces se da en zonas
propensas a deslaves, como barrancas o laderas. Otra es la complicada
accesibilidad, la cual, también dependiente de la localización, implica caminar largas
distancias, subir pendientes, entre otros. Pero sin duda una de las que resulta de
mayor importancia, ya que implica el desarrollo de la vida de los habitantes, es la
disponibilidad de los servicios. Este conjunto de circunstancias que rodean el
establecimiento de un asentamiento, es lo que en esta investigación se llama como
precariedad material. Este trabajo se enfocó en la precariedad de los servicios
necesarios para habitar, como el agua potable, drenaje y energía eléctrica, estado
que se expresa principalmente en la ausencia o baja calidad de estos servicios. Este
conjunto de problemáticas que contextualizan materialmente a un asentamiento
irregular, se tornan importantes ya que su situación de disponibilidad en el lugar en el
que se habita involucra la reproducción social de grupos familiares.
La experiencia de habitar en situaciones de pobreza y precariedad material ha
sido estudiada en diversos trabajos, dentro de los cuales destacan los de Alicia
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Lindón y Daniel Hiernaux, sobre el Valle de Chalco (Hiernaux, et. al., 2000). Estos
trabajos exploran el campo de la vida cotidiana a través de categorías como el
trabajo en el hogar o la etnicidad en el lugar del asentamiento. Esta investigación
marcha en el mismo sentido de esos estudios, al estudiar la vida cotidiana en un
espacio de pobreza, sin embargo se diferencia al hacer énfasis en cómo se
resuelven las carencias materiales en un espacio en construcción, es decir, dentro de
su proceso de consolidación como espacio para habitar dentro de la normatividad
urbana vigente; mientras que los trabajos de Lindón y Hiernaux se focalizan en un
espacio que ya ha transitado por ese proceso.
Es así como esta investigación toma a la vida cotidiana como el ámbito de
estudio, pues en él la precariedad material tiene un impacto directo; como indica
Rossana Reguillo la vida cotidiana "es centralmente el escenario de la re-producción
social" (2000: 78). Es decir, es el ámbito en el que se efectúan las actividades más
básicas del diario acontecer en la vida de una persona, como su limpieza personal,
su alimentación, acudir al trabajo, etc., el continuar la vida cotidianamente, continuar
la reproducción social. De ahí que la precariedad material del lugar que se habita y
de sus condiciones, genere complicaciones a este ámbito de la vida, afectando ese
continuar. Una de las mayores afectaciones es la falta de agua potable disponible en
la vivienda, problemática que complica la elaboración de diversas actividades, como
la preparación y limpieza de los alimentos, la limpieza de la vivienda o el aseo
personal de los integrantes de la familia, entre otros actos cotidianos.
Esta situación ha llegado a plantearse por diferentes estudiosos de la vida
cotidiana situada en un contexto de pobreza, y en específico de la periferia urbana,
como el desarrollo de un modo de vida periurbano, caracterizado por desarrollarse
en condiciones precarias, pero sobre todo por la realización de ciertas actividades
que llenan de un contenido específico al modo de vida, proporcionándole cierta
particularidad: uno de los elementos que fundamenta esto es el contexto material en
el que se desarrollan las acciones: “El modo de vida sólo puede configurarse de
distintas maneras cuando se identifican prácticas cotidianas” (Lindón, 2002: 28). Al
respecto, Alicia Lindón indica que el modo de vida se fundamenta de las acciones
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que llevan a cabo los sujetos, así el Modo de Vida es "un conjunto de prácticas y
representaciones articuladas en una red" (2002: 35).
En este sentido, el ámbito de la vida cotidiana al mismo tiempo que es el
escenario en donde se da la reproducción social, en el sentido de la producción de lo
establecido socialmente, también habilita la clandestinidad, es decir las actividades al
margen de lo normal establecido: “Bajo ciertas condiciones, la vida cotidiana puede
pensarse como un espacio clandestino en el que las prácticas y los usos subvierten
las reglas de los poderes.” (Reguillo, 2000: 80). En base a esto se puede decir que
"las personas son actores que adoptan un papel activo al responder a situaciones
problemáticas" (Strauss y Corbin, 2002: 10), por lo que se argumenta en esta
investigación que los sujetos que habitan en un contexto precario materialmente,
como el de un asentamiento irregular, se vuelven actores en la construcción de éste
y de la mejora de sus condiciones de vida. De ahí la importancia de la vida cotidiana,
como el ámbito en el que se gestionan esos cambios, debido a su característica de
practicidad, la que ofrece soluciones inmediatas, prácticas, para resolver los
acontecimientos del día a día.
Así, esta investigación al ubicarse en la cotidianidad de los sujetos expone la
visión que las personas habitantes de un asentamiento irregular tienen sobre su
experiencia con la precariedad material presente en el lugar que habitan. En este
sentido, al focalizarse en el hacer del sujeto, ésta también se interesa en el sentido
que le otorgan los habitantes a sus acciones y al contexto en el que habitan, es decir,
se interesa en la subjetividad que da bases a ese hacer, planteémoslo así, las
prácticas son el fundamento material de diversos procesos que sedimenta el
individuo a través de su experiencia y que le permitirá actuar, reaccionar, en
contextos varios.
Sin embargo, no hay que olvidar que el hacer de los sujetos se lleva a cabo en
un contexto particular, el cual influye en su hacer, ya sea habilitándolo o
complicándolo, esto último es lo que más ocurre en el contexto precario al que se ha
hecho referencia, por lo que caracterizarlo es hablar de un modo de vida particular,
como se ha señalado. Al respecto Emma León anota: "El análisis de cualesquiera
sujetos sociales y sus múltiples emanaciones implica por necesidad el problema del
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tiempo y el espacio, ya que es en sus coordenadas en donde se manifiesta como
realidad concreta buena parte de la especificidad que reviste un sujeto frente a otros
sujetos, en otros tiempos y espacios. (León, 1997: 73) Por lo anterior esta
investigación se cuestiona: ¿Qué hacen los habitantes de un asentamiento irregular
para continuar con su cotidianidad, con su vida, en las condiciones de precariedad
material que tiene el lugar que habitan?
Para responder a este cuestionamiento, el punto de vista de los propios
sujetos, además de las cuestiones estructurales que determinan el contexto material
en el que éstos habitan, nos llevó a dar una posible explicación a las preguntas
siguientes, las cuales actúan como complemento a la pregunta que guió esta
investigación:
¿Qué prácticas habituales caracterizan la vida cotidiana de los habitantes de un
asentamiento irregular a fin de dar solución a las problemáticas que los afectan en su
entorno familiar y vecinal?
¿Cuál es el punto de vista de los habitantes del asentamiento, sobre sus condiciones
de vida y su relación con la precariedad material?
¿Qué condiciones permiten el surgimiento de los asentamientos irregulares y cuáles
son las medidas implementadas por el gobierno local para la solución de las
problemáticas que representan para el espacio peri-urbano de la ciudad?
¿Qué características presentan las problemáticas de vivienda y de servicios,
síntomas de precariedad material de un asentamiento irregular, y que son habituales
en la cotidianidad de los habitantes de estos territorios irregulares?
¿Qué tipo de organización social establecen al interior de un asentamiento irregular
sus habitantes y qué relación guarda ésta con la solución a los problemas de
servicios y regularización de tenencia de la tierra?
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En este marco, para dar respuesta a los anteriores cuestionamientos, nos
planteamos el siguiente objetivo general: Analizar las prácticas habituales que
realizan los habitantes de un asentamiento irregular frente al contexto precario
materialmente que caracteriza el lugar que habitan, haciendo énfasis en el estado de
los servicios básicos: agua, drenaje y luz.
Además, para alcanzar dicho objetivo, se plantearon los siguientes objetivos
particulares:
a) Destacar las particularidades que presenta la vida cotidiana en un asentamiento
irregular, haciendo énfasis en el punto de vista de sus habitantes y su relación a las
problemáticas de carencia de vivienda y precariedad en los servicios básicos.
b) Estudiar el proceso de crecimiento urbano de la Ciudad de México y el del
surgimiento de los asentamientos irregulares en esta urbe y la delegación
Xochimilco.
c) Analizar las problemáticas surgidas a partir de la presencia de los asentamientos
irregulares en territorios no aptos para su establecimiento, y valorar las medidas
implementadas por las autoridades locales para la atención de esta problemática.
d) Determinar las condiciones de vivienda y de disponibilidad de servicios en el
asentamiento irregular en estudio.
e) Conocer y estudiar las prácticas cotidianas que implementan los habitantes del
asentamiento irregular en estudio, dentro del ámbito familiar, para la solución de las
problemáticas de servicios.
f) Detectar las prácticas habituales efectuadas por los habitantes del asentamiento,
dentro del ámbito vecinal, que tengan como fin último el mejorar las condiciones del
asentamiento, haciendo énfasis en la problemática de servicios.
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Ahora bien, la hipótesis que guió esta investigación es la siguiente:
El crecimiento urbano y sin planificación en la Ciudad de México, ha permitido el
desarrollo de espacios de pobreza, caracterizados por la precariedad material de sus
condiciones, los asentamientos humanos irregulares es un claro ejemplo, en ellos, la
ausencia o precariedad en el suministro de los servicios, como el agua potable, el
drenaje y la luz eléctrica, condiciona desventajas materiales en la vida de sus
habitantes, sin embargo, y al margen de los medios institucionales o a través de sus
pequeñas concesiones, los habitantes construyen prácticas para hacer frente a esa
condición material, y así continuar con su reproducción social, aunque sea de forma
irregular.
Para llevar a cabo la presente investigación y conseguir los mejores
resultados, se procedió metodológicamente de la siguiente manera:
La construcción de los dos primeros capítulos, debido a su naturaleza teórica,
requirieron de la consulta de bibliografía especializada sobre los temas a desarrollar,
por lo que se realizó la búsqueda y selección de los textos adecuados para
argumentar los puntos que los conforman: en el primer capítulo aquellos que
abordaran el estudio de la vida cotidiana, el modo de vida, las estrategias de
reproducción social o de sobrevivencia, entre otros; mientras que para el segundo
capítulo, se llevó a cabo la revisión de estudios que manejaran temas sobre el
crecimiento urbano, la periferia urbana y sobre todo, la formación de asentamientos
irregulares. Ambos capítulos conforman el estado del arte de la investigación.
Para el tercer capítulo, debido a que su construcción hace referencia al
estudio de caso, se emplearon dos técnicas de investigación: la primera, la
recolección de datos socioeconómicos de la población que habita en el
asentamiento, los cuales se obtuvieron a partir de un cuestionario aplicado en éste;
la información resultante fue procesada y sintetizada en cuadros de resumen y
gráficas que muestran la información más relevante sobre el caso. Asimismo, y
debido a que la investigación muestra un perfil cualitativo, en relación a los sentidos
en las prácticas de los individuos, se recolectó información de éste tipo a partir de la
aplicación de entrevistas semiestructuradas a un número representativo de
15
habitantes del asentamiento de estudio. Dicha información se procesó y presentó en
el trabajo.
Hay que señalar que ambas técnicas de recolección de información hicieron
referencia a dos ámbitos de la cotidianidad de los habitantes del asentamiento: por
un lado se levantó información del ámbito familiar, lo que implicó saber cómo se da la
organización al interior de la vivienda con relación a los servicios; por el otro, del
ámbito vecinal, el cual implica la relación entre los habitantes del asentamiento y su
relación con los servicios y la mejora del asentamiento.
La utilización de mapas del territorio a estudiar fue otra técnica empleada,
éstos proporcionaron la perspectiva territorial necesaria para conocer la localización
del asentamiento. La ayuda de los mapas nos muestra cómo la ubicación y
formación del asentamiento puede llegar a ser un condicionante para que el
suministro de los servicios básicos sea dificultoso y por consiguiente implique un
mayor gasto económico y social.
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Capítulo 1
La vida cotidiana en condiciones de precariedad material
en otras palabras, el individuo biológico socializado
es lo social individualizado.
Pierre Bourdieu, (2011)
En este capítulo conoceremos las formas por medio de las cuáles los sujetos
sociales hacen frente a contextos de desventaja, y más precisamente se hará énfasis
en las desventajas materiales del lugar que habitan, por lo cual en un primer
acercamiento se detallará lo que en este trabajo se nombra como precariedad
material, que hace referencia a las malas condiciones de los elementos materiales
indispensables para continuar con la vida.
Esto permite hablar de la reproducción social, la cual en un primer
acercamiento nos dice que los sujetos implementan estrategias para continuar las
estructuras sociales esenciales para vivir. Sin embargo, los planteamientos de Pierre
Bordieu y Rossana Reguillo, dejan ver que los sujetos no sólo perpetúan su mundo
social, sino que también tienden a transformarlo, de ahí que se plantee, junto a las
ideas de estos estudiosos, que desde el ámbito más común de la vida, se presentan
procesos de transformación social. Por lo anterior, se abordarán los elementos que
fundamentan la vida cotidiana, destacando de ellos la propiedad que permite la
constitución de los sujetos sociales al hacer frente a un contexto precario
materialmente.
La forma primordial de actuar en ese contexto precario es la acción. Por medio
de las prácticas los sujetos llegan a transformar su mundo social, de esta forma se
abordarán las particularidades que rodean a esta categoría social, como su
habituación, la cual nos lleva al planteamiento anterior, de continuidad del mundo
social. Pero también se destaca que al colocarnos desde el punto de vista de los
sujetos sociales y no desde lo que se plantea en las grandes estructuras, la acción o
las prácticas se ven fundamentadas por “cuestiones personales”, que como veremos
forman parte de un mundo social compartido en un espacio y tiempo específico, y
17
que se tornarán individuales dependiendo de los objetivos de cada uno de los
sujetos. Esta fundamentación actúa como motor de las transformaciones del mundo
social de los sujetos. En este sentido el postulado teórico-metodológico de Emma
León Vega, la constitución de sujetos sociales, nos permitirá acercarnos al mundo
social que es apropiado por cada sujeto y el cual tiene relación y se constituye a
partir de las experiencias que ha tenido el propio sujeto. Por lo anterior, se
destacarán las experiencias pasadas y su manifestación en el presente, pero
también, y sobre todo, las cuestiones futuras o de seguimiento de proyectos, ya que
como se anotará en el desarrollo del capítulo, la acción de los sujetos está orientada
por la noción de futuro.
1.1 Precariedad material y reproducción social
Actualmente la Ciudad de México se posiciona como una de las principales ciudades
latinoamericanas funcionales a los procesos globales, esto ha sido posible, entre
otros factores, al desarrollo que ha tenido la infraestructura en la ciudad. Al respecto,
Christof Parnreiter señala que las Ciudades Globales, son "centros a través de los
cuales los flujos de capital, información, mercancías y migrantes circulan, y desde
donde se controlan y gestionan estos flujos.” (2002: 90) Estas formas de gestión de
la globalización tienen cada vez mayor presencia en los territorios de la ciudad,
colocándola como una de las principales ciudades “bisagra”, como las llama el autor,
de la región latinoamericana.
Han sido en mayor medida los cambios económicos registrados desde hace
más de tres décadas los que han intervenido para que la ciudad se coloque como
punto estratégico entre la relación de los procesos globales y el país.1 Estos cambios
se han manifestado territorialmente al generar una serie de transformaciones en la
estructura de la ciudad, las cuales han resultado adecuadas y funcionales para que
los procesos globales ocurran, ya que como lo indica Parnreiter, “las ciudades
globales son lugares donde se prestan los servicios avanzados necesarios para el
funcionamiento de la economía global." (2002: 90) En este sentido, los servicios de
1 Se profundizará en el desarrollo de estos procesos y su expresión social y urbana en el siguiente capítulo.
18
telecomunicaciones y bancarios; el desarrollo inmobiliario de casas y en mayor
medida de oficinas; la mejora y construcción de vialidades, entre otros, han tenido
un mayor impulso en décadas recientes.
La evolución de estos cambios territoriales, funcionales a los procesos
económicos globales, a la vez que han constituido zonas en la ciudad con la mejor
infraestructura y servicios: destacan en este sentido, el corredor de reforma en la
zona centro de la ciudad y al poniente de ésta, la zona de Santa Fe; al mismo tiempo
han consolidado espacios donde la pobreza se refleja en el lugar en el que se habita,
pero también en la vida de su población. Esto ha ocurrido así, debido a que los
procesos económicos globales no han previsto algún beneficio de alcance social, lo
que ha significado el descuido de altas zonas en donde la pobreza se agrupa, en
este sentido Parnreiter señala: "De tal modo, si se habla de la integración de la
Ciudad de México en la red global de los flujos de información, es preciso señalar
que no es toda la sociedad urbana que está conectada, sino que son sólo algunas
partes de la ciudad y algunas actividades económicas que participan en estos flujos."
(2002: 113) De tal suerte que la formación de espacios funcionales a la globalización
no incumbe al conjunto de la ciudad, lo que genera grandes contrastes en su
composición territorial y social, debido a que junto a estos grandes desarrollos
globales, se generan conjuntos urbanos desfavorecidos en los que la pobreza se
manifiesta social y territorialmente.
Lo anterior permite destacar que la conformación de Ciudad de México, y su
actual expresión como ciudad global, ha implicado amplios contrastes, en los que
parte de la población y del territorio de la ciudad quedan rezagados de los beneficios
que pudiera llegar a significar socialmente el proceso de globalización económica. Un
hecho trascendente ha sido que amplios sectores de la población no tienen acceso a
buenas condiciones para habitar, lo que ha significado una disminución considerable
en su calidad de vida.
El elemento que mayor peso tiene en la vida de los sujetos que habitan en
estos amplios espacios de pobreza, es el elemento material, referido a aquellos
instrumentos físicos útiles para habitar en condiciones de vida regulares, lo que lleva
a observar que su ausencia o precariedad implica dificultades al desarrollo cotidiano
19
de las actividades de la población. Al respecto, este trabajo refiere a tres elementos
materiales indispensables: la vivienda, el espacio en el que se establece ésta y los
servicios.
En primer término, la vivienda se coloca como el elemento fundamental en el
acto de habitar, ya que en ella se reside, es decir, se llevan a cabo las tareas más
básicas de la vida, como dormir, comer, etc., como lo indican Duhau y Giglia, "se
refiere al habitar como el proceso de producción y establecimiento de una protección
con respecto a las intemperies y a otros tipos de amenazas." (2008: 23) Entonces
podemos ver a la vivienda como el medio material de protección y actividad social
básica. Ahora bien, el espacio de establecimiento de la vivienda también resulta
importante como medio material, debido a que permite la buena edificación de ésta,
además de su óptimo funcionamiento. En el caso de los servicios: agua potable,
drenaje y luz eléctrica, se colocan como los elementos básicos para habitar y a pesar
de considerarlos como parte de la vivienda, resultan importantes desde su
individualidad, ya que por un lado sirven como las herramientas materiales básicas
para llevar a cabo el acto de residir y por otro dan funcionalidad (operatividad) a la
vivienda, es decir, apoyan el sentido de ser de la vivienda, como protección, de ahí
que en este trabajo se consideren desde su individualidad.
A partir de lo anterior, podemos determinar que los elementos materiales
señalados resultan indispensables para habitar, por lo que su mala condición o
ausencia tienden a complicar este acto. En este sentido, la mala condición de estos
elementos materiales se expresaría de la siguiente forma: en la vivienda, el uso de
materiales ajenos a los empleados para la construcción de una en zonas urbanas, lo
que se traduce en la utilización de maderas como paredes; plásticos como cristales
de ventanas; o laminas y rejas, como paredes o puertas, por mencionar algunos
ejemplos. Esta condición también responde a la disponibilidad de los materiales de
construcción, los que pueden ser sustituidos, como se señaló, o existir de forma
parcial, posponiendo por un tiempo considerable la consolidación de la vivienda. En
este caso la capacidad de protección puede verse disminuida en su calidad.
El establecimiento de la vivienda se refiere principalmente a la condición física
del lugar en el que se ubica ésta, el cual puede presentar una serie de
20
inconvenientes que ocasionan que el establecimiento de la vivienda se vea afectado:
por un lado puede significar riesgo para sus habitantes, ya que su asentamiento
puede hacerse en barrancas o laderas, colocando al inmueble en riesgo de deslave;
o también puede darse el caso que el terreno de edificación de la vivienda presente
irregularidades del suelo, dificultando su construcción o aumentando su costo. Pero
también el establecimiento puede implicar aislamiento, debido a que el asentamiento
se encuentra alejado de las principales vías de comunicación, dificultando la
conectividad del hogar con servicios, como los médicos, de abastecimiento de
alimentos, etc., pero también la movilidad de sus habitantes.
Por último, la mala condición de los servicios se refleja en su parcial
suministro, es decir, limitado a ciertos periodos de tiempo o de baja calidad; o
también y en el peor de los casos, por su ausencia total. En el caso del agua, el
suministro puede verse afectado por la inexistencia de líneas de agua en el lugar en
el que se habita; el drenaje, puede estar ausente; además el suministro de luz puede
ser bajo, sin llegar a los niveles regulares para las zonas urbanas consolidadas.
Todas estas cualidades materiales del lugar que se habita, expresan un escenario
caracterizado por ser precario en su materialidad utilizada para habitar, por lo que
estos elementos se colocan como insuficientes para mantener un estado de vida
normal o regular. A partir de lo anterior, en este trabajo la precariedad material hará
referencia al contexto material en el que habitan los sujetos en estudio, haciendo
énfasis en la condición de los servicios básicos para vivir.
Ante este contexto: ¿cómo hacen los sujetos para llevar su vida con
“normalidad”, es decir, para que sus actividades cotidianas no se vean obstruidas?
Sin duda, las desventajas materiales vuelven complicada la forma de habitar, sin
embargo como se verá a continuación, los sujetos encuentran formas para que la
cotidianidad de sus vida no se vea interrumpida, a la vez que trabajan para que esas
condiciones cambien, a pesar de las constricciones sociales y económicas que los
rodean.
1.1.1 Reproducción social
21
Una de esas formas de dar continuidad a la vida en un contexto en desventaja es la
que ofrece el propio sentido de la vida, el cual se orienta, entre otros, hacia el futuro,
es decir, contiene el sentido de conservar o mantener la existencia. En este sentido
corre la reflexión de Pierre Bourdieu sobre la reproducción social (2002), la cual
refiere que la vida social, en sí misma tiene la facultad de continuarse, en el sentido
de perpetuarse en el tiempo; y dicha continuidad se da a pesar del contexto en el que
se presente.
A partir de lo anterior, en este trabajo se sigue el argumento que el contexto
material no es un impedimento para que la vida continúe, si bien se ve afectada por
dichas condiciones, en el sentido de complicar su realización, su continuidad está
presente. Esta situación de continuidad se vuelve trascendente para el grupo familiar,
ya que, como en el caso de la precariedad material, les permite encontrar las formas
más adecuadas para continuar su existencia en el mundo social.
Esta reproducción es mantenida a través de las acciones que realizan los
propios sujetos, así lo indica el teórico francés, al señalar que el mundo social es
“continuamente mantenido y sostenido por acciones de construcción y de
reconstrucción de las estructuras que en principio dependen de la posición ocupada
en las estructuras por quienes las llevan a cabo.” (Bourdieu, 2002: 1) Así, los sujetos
hacen y rehacen continuamente su mundo a partir de sus propias acciones, sin
embargo la cita señala un punto relevantes que no hay que olvidar y tomarlo en
consideración en la construcción del mundo social: ese mundo es formado,
construido e interpretado desde el lugar que el individuo ocupa en la estructura
social, es decir, desde el contexto de vida en el que se desenvuelve.
Dicho estrato social, estará conformado entre otros, de elemento materiales,
como el lugar en el que se vive, el estatus económico que se ostenta, etc., pero
también de ideas, creencias, valores, que permitirán que los sujetos se reconozcan
pertenecientes a un grupo social con atributos sociales similares y no del todo
idénticos. En este sentido, la actuación de los sujetos estará determinada por ese
lugar que ocupan en el todo social, el cual es compartido y transmitido a través del
tiempo. Hay que señalar que esa determinación no implica una reducción de la
capacidad del sujeto para actuar libremente, sino más bien, es la manera formal de
22
continuar con el mundo social desde el lugar que ocupa en él, es decir, continuar con
la reproducción social a través de las estructuras existentes y que otorgan un sentido
de normalidad a la vida de los sujetos.
Dicha determinación lleva a plantear una forma desde la cual los sujetos que
habitan en un contexto precario pueden dar continuidad a su vida, a partir de la
adaptación, la cual señala el ajuste que realizan estos para “acomodarse” a las
posibilidades que ofrece ese contexto, desde las cuestiones materiales, que pueden
ser reducidas o inexistentes, hasta las cuestiones subjetivas, es decir, desde la
formación del sentido de pertenencia al lugar, a pesar de sus desventajas materiales.
Ahora bien, el otro elemento a considerar y que ya ha sido señalado, se refiere
a la forma de cómo los sujetos hacen para dar continuidad a la vida: las prácticas
sociales. Bourdieu anota que los sujetos ponen en acción un conjunto de prácticas
que actúan como estrategias para que la reproducción social suceda, su concepto de
ésta así lo enuncia "un conjunto de prácticas empíricamente diferentes a través de
las cuales los individuos o sus familias tienden, consciente o inconscientemente, a
conservar o aumentar su patrimonio, y correlativamente, a mejorar o mantener su
posición en la estructura de relaciones de clase.” (1988: 122) Esto último hace
referencia a lo que señalábamos líneas atrás: las acciones de los sujetos se dirigen a
mantener su mundo social, desde la concepción de Bourdieu el lugar que ocupan en
el todo social, a través de las estrategias adecuadas a esa posición, las cuales son
seleccionadas para perpetuar la existencia y sobre todo para que el mundo social
siga funcionando.
Recordemos que lo determinante que puede vislumbrarse en el término
reproducción social, no abarca por completo la perspectiva de Bourdieu, ya que éste
destaca la capacidad de los sujetos de reaccionar a partir de su perspectiva ante la
situación en la que se encuentren, es decir, propone que las prácticas no están del
todo determinadas estructuralmente, sino que también responden a la capacidad
subjetiva del individuo, en la que su experiencia resulta determinante. Por lo tanto las
prácticas por un lado están determinadas por las condiciones estructurales y siendo
un poco más específicos, del lugar que se ocupa en la estructura social, pero a la vez
los sujetos tienen la opción de elegir el mejor camino, el echar mano de su
23
experiencia, de los recursos, activos o medios para actuar en diversas
circunstancias.
La puesta en macha de esos recursos está condicionada por la condición en la
que se encuentra el sujeto, por lo que no todos esos medios son puestos en acción
al mismo tiempo, sino sólo los que son más adecuados para resolver la situación.
Esto nos lleva a plantear que la puesta en acción de las prácticas devela cierta
conveniencia en la acción del sujeto, ya que además de estar orientada al futuro,
también se orienta por encontrar o adquirir el mayor beneficio. Dicha conveniencia,
lleva a lo que hay de elección en la acción del sujeto, elección que se orienta por el
beneficio que obtendrán, ya sea que se obtenga en su totalidad el beneficio deseado
o por lo menos que se acerque a obtenerlo de forma parcial.
Pierre Bourdieu enuncia que los sujetos echan mano de todos estos
elementos que actúan como estrategias para perpetuar su condición de vida, es
decir, reproducir las condiciones en las que viven y se distinguen, así lo anota: “Dado
que las estrategias dependen de las condiciones sociales de las cuales el habitus es
producto –es decir, de la condición y posición del individuo al seno de un campo
social determinado- éstas tienden a perpetuar su identidad, manteniendo las
separaciones, las distancias y las jerarquías, contribuyendo así de forma práctica a la
reproducción del sistema de diferencias constitutivas del orden social.” (Hernández,
2010: 56)
A partir de lo anterior podemos anotar que las prácticas de reproducción social
responden como la forma activa de los sujetos sociales para continuar o construir su
mundo de la vida, esto a pesar de hacerlo desde un contexto material precario. El
ámbito en el que se expresan las estrategias de reproducción social, es el de la
cotidianidad, ya que en ella se realizan las acciones para mantener la estabilidad del
mundo social, sin embargo, y aquí cabe señalar la capacidad de transformación que
mantiene este ámbito, el cual se coloca como el campo en el que se gestan acciones
de cambio, por lo que la cotidianidad también es el campo de la producción social,
como se argumentará a continuación.
1.2 Vida cotidiana y asentamientos irregulares
24
El primer acercamiento que se puede tener a lo cotidiano es el que da la noción de
habitual, es decir, cotidiano entendiéndolo como las acciones que acontecen
frecuentemente en el hacer del individuo y que por este hecho tienden a carecer de
atención por parte del mismo sujeto que las produce, como por los demás que lo
rodean, ya que aparentemente su utilización reiterada no requeriría cuestionarse
sobre su funcionamiento. Esto contrasta con acciones que forman acontecimientos
trascendentes que se registran en un espacio y tiempo específicos y que además
están cargados de un significado particular, como la fiesta de los quince años, la
presentación de un examen profesional, etc. Como lo veremos a continuación, esto
no es del todo correcto, pues la cotidianidad puede llegar a presentarse como ese
ámbito de la vida, en el cual se construyen proceso de cambio con cabida individual,
pero también con alcance social.
En este sentido, esta investigación destaca la capacidad de cambio o
transformación de este ámbito de la vida, ya que resulta sustancial en la
transformación y mejoramiento de las condiciones de precariedad en las que habitan
los sujetos estudiados en esta investigación; al respecto Rossana Reguillo
proporciona el principal argumento que fundamenta lo anterior, al indicar que la vida
cotidiana “puede pensarse como un espacio clandestino en el que las prácticas y los
usos subvierten las reglas de los poderes.” (2000: 80)
Antes de desarrollar la idea anterior, cabe mencionar que en el marco de las
condiciones que presenta un asentamiento irregular, es poco latente en la gran
cantidad de investigaciones que tienen como tema a estos territorios el desarrollo de
la problemática desde la perspectiva de la cotidianidad de sus habitantes, si bien, su
mención está presente implícitamente en los trabajos, más bien, son otros ángulos
los que los guían, reduciendo o descartando lo que desde el sujeto social se puede
argumentar sobre esta problemática.
El trabajo de la Sociología Urbana mexicana sobre este tema, ha ido en
concordancia al objetivo que históricamente se adjudicó esta especialidad
sociológica, el cual se ha mantenido a pesar de las diferentes escuelas que lo han
abordado: “La sociología urbana tratará principalmente acerca de las molestias que
sufren los pobres dentro de la ciudad, cuando éstas, por diversos motivos, pasan a
25
afectar a los grupos privilegiados. Es el momento en que estas molestias se
convierten en `problemas sociales´ y es necesario darles solución.” (Donoso, 1993:
25) Por lo que los trabajos han tomado diversas perspectivas que pretenden dar
solución a la cuestión urbana.2 Entre éstas podemos encontrar los que abordan la
problemática desde los procesos urbanos y los debates en torno a la irregularidad
(Azuela y Tomas, 1997; Schteingart, 1989; Cruz Rodríguez, 2000a); o los que lo
hacen al objetar las políticas públicas (Duhau, 1998); así mismo encontramos
trabajos que remiten a las condiciones de pobreza y segregación espacial (Vega,
2001; Ziccardi, 2008).
Por otro lado, en lo que respecta al abordaje del tema por otras disciplinas,
ocurre algo similar, donde los enfoques van desde el planteamiento del tema a través
de los postulados de la cultura de la pobreza (Adler de Lomnitz, 1977); visto desde lo
que ha fallado en la política urbana de la administración de la ciudad (Mollá, 2006);
hasta cómo es que se conforman físicamente los asentamientos irregulares, desde el
punto de vista del diseño urbano (Bazant, 2001 y 2004).
Sin embargo, a pesar de la ausencia explícita en los trabajos anteriores del
punto de vista adoptado en esta investigación, el de los sujetos sociales, la búsqueda
que se realizó arrojo otras investigaciones que utilizan el punto de vista de los sujetos
como fundamento de su investigación, de entre ellas destacan los trabajos de Alicia
Lindón Villoria, los cuales manejan explícitamente esta perspectiva, por lo que la
investigación aquí desarrollada marcha paralela a su propuesta.
En sus trabajos dedicados expresamente al Valle de Chalco, la autora nos
lleva por el entramado de la vida cotidiana que se desarrolla en ese lugar. El trabajo
es la variable que le ayuda a fundamentar su investigación, ya que nos dice que al
encontrase dentro de los hogares vallechalquenses, en contraposición a lugares
fuera de él, proporciona la cualidad de inmovilidad a la vida cotidiana, ya que es en el
hogar en donde se llevan a cabo, tanto las tareas correspondientes a éste, como a
las del trabajo, circunstancia que puede significar, indica la autora, la manifestación
2 Cabe señalar que los trabajos aquí señalados no son exhaustivos dentro de la gran cantidad de bibliografía
disponible sobre el tema, y mucho menos pretenden serlo en la perspectiva desde la que se aborda la
problemática de esta investigación, sólo se señalan los trabajos más representativos y que mantienen relación con
el tema que se aborda en ésta.
26
de grandes cambios sociales en la concepción moderna del trabajo (Lindón, 2000a;
2000b; 2002).
No obstante la similitud en el tratamiento de la problemática, es decir, desde el
punto de vista del sujeto social, existe una diferencia sustancial entre ambos
trabajos, radicada en la condición de la materialidad del lugar estudiado. La
investigación de Alicia Lindón está ubicada en un territorio ya consolidado, es decir,
que sus propiedades materiales son suministradas regularmente, además que la
tenencia de la tierra ha dejado de ser irregular. Al momento de llevar a cabo su
investigación, Valle de Chalco cuenta con servicios básicos disponibles y la
formalización en el uso del suelo, entre otras cualidades que si bien nos hablan de un
cierto grado de precariedad material, no es el mismo que puede llegar a presentarse
en un asentamiento irregular. En el caso de los espacios aquí estudiados, como lo
hicimos notar al inicio, el grado de precariedad material es alto, esta situación,
condiciona una diferencia destacable, principalmente en las acciones cotidianas de
los sujetos, ya que como lo indica la autora, la condición del espacio supedita cierto
tipo de relaciones sociales: “La forma en que se organiza el espacio tiene incidencia
sobre la capacidad de intervención de los actores sociales, ya que según como se
combinen los elementos en el espacio, se modela distinto tipo de interacciones
sociales. Por ello, la combinación de elementos en el espacio contribuyen a construir
una cierta representación de la vida social.” (Lindón, 1999: 60) Por lo tanto, el habitar
un espacio consolidado implica una experiencia relativamente distinta a la que se
tendría en el contexto en donde la precariedad material se coloca como el factor
predominante.
Hasta aquí hemos tratado lo que comúnmente entendemos por cotidiano o lo
que en otras disciplinas se ha entredicho de esta noción. Ahora es cuestión de
argumentar por qué la vida cotidiana se coloca como el ámbito de la reproducción
social y por qué desde éste se pueden gestionar cambios trascendentales en esa
reproducción.
1.2.1 La noción de vida cotidiana
27
Pues bien, las nociones señaladas anteriormente que parten del común social, no
están del todo apartadas de lo que los estudiosos han conceptualizado sobre este
ámbito de la vida social. Alfred Schütz nos dice que: “Por mundo de la vida cotidiana
debe entenderse ese ámbito de la realidad que el adulto alerta y normal simplemente
presupone en la actitud de sentido común. Designamos por esta presuposición todo
lo que experimentamos como incuestionable […] Es el ámbito de la realidad, en el
cual el hombre participa continuamente, en formas que son al mismo tiempo
inevitables y pautadas.” (Schütz y Luckmann, 2003: 25)
Siendo esto así, ¿en que radica su capacidad de cambio? En un primer
acercamiento podemos decir que radica en la capacidad de los sujetos de intervenir
en su mundo inmediato, es decir, la cotidianidad comprende a todos los
acontecimientos habituales que tienen lugar en el espacio y tiempo en que está
ubicado el sujeto social. Desde esta línea, la cotidianidad nos permite comprender la
vida del individuo desde la percepción de éste, la cual se ubica en el momento que
está viviendo. Por lo tanto, dicha perspectiva privilegia la realidad que está a la mano
del individuo, por decirlo de alguna manera: “La realidad de la vida cotidiana se
organiza alrededor del “aquí” de mi cuerpo y el “ahora” de mi presente.” (Berger y
Luckmann, 2001: 38) Estas coordenadas incluyen la realidad en la que puedo
intervenir y en la que no lo puedo hacer, sin que ésta última vea alterada su estatus
de realidad. Así, espacio y tiempo construyen la base de la concepción que tiene el
individuo de su vida y de la que se desarrolla en su mundo social.
Esta intervención prácticamente se ejerce en el entorno físico inmediato, el
cual es denominado por Duhau y Giglia, como espacio local o de proximidad, que
comúnmente se refiere al lugar en el que se habita: “el espacio en los alrededores de
la vivienda que corresponde generalmente a un tipo específico de hábitat, como el
barrio, la colonia, la unidad habitacional” (2008: 22) o un asentamiento irregular; la
proximidad corresponde a la atención e importancia que le brinden los propios
sujetos, por lo cual, el espacio inmediato se identifica como el área de acción del
propio sujeto y su especificidad recae en la importancia que le da éste, en la atención
que pone al entorno con el que está en contacto habitualmente a través de sus
acciones.
28
En esta línea, Michel Mafessoli, en su crítica a la modernidad, hace notar que
lo que caracteriza a los estudios contemporáneos de la realidad es distinguir lo que
ofrece ésta en sí misma, más que lo que las grandes formulaciones teóricas suponen
de ella: “En cambio, la presentación de las cosas es algo totalmente distinto. Se
contenta con dejar ser lo que es y se esfuerza por resaltar la riqueza, el dinamismo y
la vitalidad de este <<mundo de aquí>>.” (1997: 26)
Dicho espacio de actuación próximo implica su reconocimiento, por lo que las
acciones que se llevan a cabo deben estar basadas en la experiencia de los sujetos,
producto de la interacción que han establecido con el lugar que habitan. En este
sentido, todo acto en la vida cotidiana está basado en un conocimiento que lo
fundamenta y que le da significado, lo que conocemos como sentido común.
Contrario al conocimiento científico, que presenta una estructuración lógica, éste
presenta una estructura compleja, que sin embargo no afecta a su funcionamiento.
La diferencia fundamental que existe entre ambos, es que representan ámbitos de la
vida a la vez diferentes como complementarios, es decir, cada uno da explicitaciones
necesarias para actuar en el mundo de la vida. Ahora bien, es pertinente señalar que
cuando se habla de conocimiento común, se refiere al conocimiento fundamentado
principalmente por la experiencia de los sujetos, que si bien pudo haber surgido de
supuestos teóricos, estos quedan disminuidos a sus propiedades fácticas, dando
paso a lo funcional e inmediato que hay en ellos, por lo que la experiencia social que
los sujetos recuperan en el transcurso de su vida, es la que va dando forma al
conocimiento común. Sin embargo, también las proyecciones a futuro fundamentan
este tipo de conocimiento al ponerse en acción, como lo observaremos más
adelante.
El conocimiento de sentido común es el usado cotidianamente por cada uno
de nosotros para la solución de las circunstancias que nos presenta la vida. Su
importancia radica en que nos proporciona las herramientas necesarias para “vivir”,
en el sentido de permitirnos transitar por la sociedad como seres humanos
normales.3 Su aprendizaje se da a través de la socialización, “la inducción amplia y
3 Aquí podemos hacer referencia al concepto de mundo de la vida de Schütz, en donde dice que el “adulto alerta y
normal” es el que experimenta el ámbito de realidad que representa el mundo de la vida, ya que en términos de
ésta perspectiva la persona que realiza acciones fuera de lo común sería considerada como “loca” o sólo estar
29
coherente de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o un sector de él.”
(Berger y Luckmann, 2001: 164), la cual experimentamos desde la niñez y que sin
duda no tiene un fin, ya que constantemente aprendemos acciones, prácticas,
significados, a través de la experiencia propia en los diversos ámbitos del acontecer
social o a través de las experiencias de otros y que nos son transmitidas.
Así los procesos de socialización permiten la adquisición de dicho
conocimiento, adquisición que dependerá del espacio y tiempo vivido por dichos
sujetos. Además la obtención de ese conocimiento social, será matizada a partir del
mismo individuo, es decir, éste adquirirá ciertos fragmentos del conocimiento
dependiendo de su biografía: "La incorporación que las personas hacen de parcelas
de ese conocimiento social les permite constituir su propio acervo subjetivo." (Lindón,
2001: 41) En este sentido observamos que la puesta en acción de ese conocimiento
social dependerá de los matices que le dé el propio sujeto, significando que la acción
si bien, aparentemente puede ser la misma en un lugar u otro, su significado para el
propio sujeto será diferente.
Al tiempo que lo aprendemos, este conjunto de conocimientos se va
acumulando, por llamarlo de alguna forma, en lo que Schütz y Luckmann llama
acervo de conocimiento, en el cual “se posibilita la objetivación, retención y
acumulación de la experiencia biográfica e histórica.” (2003: 40) De ahí que los
sujetos se apropien de una parte de esa gama de conocimiento, lo cual dependerá
del contexto social en el que se desenvuelven, del horizonte de vida de cada uno de
los sujetos sociales. Además de esa acumulación parcelada espacial y
temporalmente, el conocimiento que se almacena responderá a experiencias
trascendentes para el sujeto, en el sentido de ser relevantes para su continuar en el
presente, así lo indica Alicia Lindón: “Esto no implica que el pasado no sea de interés
para lo cotidiano, lo es, pero no como trayectorias, sino como experiencias pasadas y
sedimentadas bajo la forma de conocimiento incorporado y disponible en el presente,
como conocimiento a la mano.” (2000c: 11)
sumergida en la realidad de un mundo diferente al mundo de la vida, simplemente estaría actuando fuera de la
realidad que todos compartimos.
30
Entonces tenemos que el conocimiento de sentido común al mantenerse en un
acervo social de conocimiento, proporciona la base del actuar del individuo, el cual
elabora estrategias de solución a través de las experiencias acumuladas y así
resolver prácticamente las circunstancias problemáticas que lleguen a presentársele:
“gran parte del cúmulo social de conocimiento consiste en recetas para resolver
problemas de rutina.” (Berger y Luckmann, 2001: 60)
De lo anterior hay que destacar la propiedad social del conocimiento de
sentido común, ya que actúa como el medio por el cual los sujetos encuentran
entendimiento y comprensión del otro, ya que a través de él se comparten
fundamentos básicos de la vida social que les permitirán interactuar en el mundo,
Alicia Lindón indica que esa propiedad nos permite hablar de una intersubjetividad:
“En virtud de este conocimiento social objetivado en códigos compartidos, los
individuos pueden entenderse, incluso es posible comprender un simple gesto; en
otras palabras, gracias a ese conocimiento social compartido es posible la
intersubjetividad social: la comprensión del otro. (2001: 41)
De esta razón, la intersubjetividad fundamenta la vida cotidiana, pues permite
referirse a un mundo compartido por cada uno de los individuos que habitan una
sociedad, sustentado en el conocimiento de las particularidades que rodean el
acontecer diario, tanto próximo como lejano, es decir, del espacio-tiempo en el que
actuamos comúnmente y que mantiene un significado para nosotros y para los que
nos rodean.
Al abordar la temática de la intersubjetividad, implícitamente se develan
mecanismos de legitimidad social, ya que al referir a un mundo social compartido, se
hace alusión a lo que está permitido y no en él, por lo que ciertas prácticas o
acciones, además de otras cuestiones, se verán enjuiciadas o legitimadas a partir del
juicio social, en este sentido Rossana Reguillo nos menciona que “el sentido de las
prácticas cotidianas […] adquiere su pertinencia y relevancia cuando se verifica que
tras ese conjunto de rituales prácticos existe un colectivo que sanciona y legitima
esas prácticas.” (2000: 81)
A partir de las consideraciones anteriores, podemos indicar que la vida
cotidiana o mundo de la vida, es el ámbito en el que se da la constitución habitual de
31
la vida, fundamentando esto en su referente de constancia y practicidad, de ahí lo
que se adelantaba al principio del apartado en razón del argumento de Rossana
Reguillo, en el que la vida cotidiana se constituye como “centralmente el escenario
de la re-producción social” (2000: 78) Reproducción que encuentra los mecanismos
adecuados para perpetuarse a pesar de los obstáculos que llegue a encontrase.
Esa constancia de la normalidad social se fortalece a partir de su transmisión
al conjunto social, es decir, ese mundo básico de actuación y pensamiento es
transmitido a todos los sujetos sociales de una sociedad y también entre
generaciones, garantizando que el orden social se perpetúe. En otras palabras, que
se perpetúe el mundo de la vida, con sus directrices esenciales. “Uno de los
supuestos centrales en relación con los mundos de la vida es que sus postulados
operan como verdades autoevidentes al demostrar su eficacia en las distintas
situaciones sociales” (Reguillo, 2000: 84) Eficacia que como lo hicimos notar
anteriormente, se perpetúa a partir de un conocimiento compartido, con matices
individuales.
Desde este punto de vista, el mundo de la vida o la cotidianidad pareciera
inmodificable en sus estructuras, sin embargo no es así, como se había señalado en
este trabajo se postula la propiedad de transformación que caracteriza al ámbito de
la cotidianidad. En este sentido, el orden social establecido puede ser trastocado y
reorganizado a partir de las modificaciones que se gestionen desde la cotidianidad,
asunto que nos permitiría vislumbrar a ésta como la base o el inicio de los grandes
cambios sociales. Sin embargo, no hay que olvidar que “la vida cotidiana es histórica,
es decir, no puede pensarse al margen de las estructuras que la producen y que son
simultáneamente producidas (y legitimadas) por ella.” (Reguillo, 2000: 78), por lo
que, aunque la vida cotidiana actué como el origen del cambio, siempre hay que
pensarla en constante interacción con los ámbitos económico, político, social,
cultural, etc., ya que en algunas de las situaciones, éstos sistemas no permitirán que
las condiciones sociales se transformen o por el contrario serán los promotores de su
modificación.
Esto puede observarse en la problemática a la que se dirige esta
investigación, la irregularidad y la precariedad material, en las que los factores
32
estructurales, como los económicos, en el contexto mexicano, han actuado de cierta
forma como obstáculos para el desarrollo de los medios materiales adecuados para
habitar en un espacio urbano. Esta situación coloca al ámbito de la cotidianidad en
una posición estratégica para conseguir las mejoras deseadas que desde las
instituciones son parcialmente negadas.
De esta línea se desprende que el mundo de la vida a la vez que ofrece los
mecanismos para la habituación de la normalidad social, también genera las
circunstancias para que esa normalidad se vea trastocada, en este sentido Anthony
Giddens señala: “la vida cotidiana es simultáneamente <<habilitante y constrictiva>>”
(Giddens, citado en Reguillo, 2000: 79) Constrictiva, en referencia a las
determinaciones espaciales y temporales en la que se desarrolla, pero también
habilitante, referente a que esas determinaciones dejan abierta la posibilidad para
que en la vida cotidiana se construyan alternativas de acción y pensamiento a lo
normalmente condicionado.
De esta forma, esta investigación se apega a la concepción de Rossana
Reguillo, quien propone que, “Bajo ciertas condiciones, la vida cotidiana puede
pensarse como un espacio clandestino en el que las prácticas y los usos subvierten
las reglas de los poderes.” (2000: 80) Es importante destacar de esta visión el
sentido de clandestinidad, lo cual nos remite a lo imperceptible de los procesos de
cambio que se generan en este ámbito, lo que lleva a argumentar que estos no se
dan de un momento a otro, si no gradualmente, lo que da ese sentido de que se
continua la normalidad, cuando de forma paralela se gestan procesos de cambio que
llegarán a modificar ideas, pensamientos, acciones, etc.
Un factor determinante en estos procesos de cambio y mantenimiento del
mundo de la vida, remite Reguillo, es el lenguaje, en el cual se establecen los
“Discursos cotidianos para nombrar la vida” (2000: 81), los cuales funcionan como el
medio necesario para mantener el orden social, fundamentados en las ideas y sobre
todo las acciones, que se vuelven constantes o repetitivas, institucionalizadas, para
seguir legitimando el orden social. Pero también, en el mundo de la vida está la
presencia de discursos alternativos que tienen la finalidad de abrir el discurso
33
instituido a nuevas alternativas de orden social, que es visto como una ruptura de
éste. (Reguillo, 2000: 81)
De tal forma que lo cotidiano no sólo remite a lo habitual, diario, común,
frecuente, y sobre todo sin importancia, sino también remite a ese ámbito de la vida
social en el que los sujetos pueden convertirse en actores, en el sentido de realizar
acciones transformadoras de su entorno, si bien, esa transformación implica factores
estructurales que lo pueden facilitar o impedir, lo destacable es que, siguiendo el
análisis de Rossana Reguillo, la cotidianidad se convierte en el ámbito en el que se
da origen a transformaciones que pueden tener una trascendencia social relevante,
no sólo en el contexto local en el que se desarrolla, sino también en contextos que
engloban un ámbito social más amplio. De ahí que el mundo de la vida se coloque
como el marco de análisis de esta investigación, pues es en su cotidianidad donde
los sujetos que habitan en un contexto precario gestan acciones para mejorarlo.
1.3 Modo de vida urbano en un contexto de precariedad material
Ahora bien, al hablar de la vida cotidiana y su propiedad de transformación hay que
pensar que, como se ha señalado, estos procesos tienen presencia en determinado
contexto, en el cual se desarrollan y se expresan, cargando de particularidad su
reproducción. Este es el caso en el que se enfoca esta investigación, el cual al
presentar un contexto particular, precario materialmente, permite que se desarrolle
una forma de vida particular.
Al respecto Alicia Lindón fundamenta a partir del concepto de modo de vida, la
particularidad que puede tomar la vida a partir del contexto en el que se manifieste: el
modo de vida es "un conjunto de prácticas y representaciones articuladas en una red,
considerando que dicha red se constituye frente a las condiciones de vida que
resultan de los distintos procesos históricos que cruzan la vida de los individuos.
(2002: 35) Así el modo de vida es constituido a partir de las prácticas que los sujetos
realizan en su cotidianidad, considerando la situación espacial en donde se
manifiestan, marcando así su realización particular. En este sentido el espacio en el
34
que se registra el hacer de los sujetos determina de forma parcial la situación de
cómo se llevarán a cabo sus acciones. Remitamos el caso de estudio, en el cual la
situación material marca la ausencia de algunos elementos materiales, lo que implica
que se realicen acciones que en otros espacios urbanos no tendrán presencia.
De esta forma, en base a lo planteado por Alicia Lindón proponemos que el
modo de vida que se desarrolla en el contexto estudiado se caracteriza por
realizaciones particulares, es decir, se desarrolla un modo de vida particular,
denominado modo de vida periurbano (Lindón, 2002: 35) debido a que el contexto
precario materialmente tiene mayor presencia en este territorio periférico, como se
verá extensamente en el siguiente capítulo, y donde tienen cabida prácticas que se
distinguen por su realización individual y contextual. No es que en la periferia urbana
de la Ciudad se constituyan prácticas originales que no han tenido presencia en otros
espacios, sino que las realizaciones que tienen lugar en este territorio, por su
frecuencia distinguen el desarrollo del mundo de la vida cotidiana como un modo de
vida particular, realizado en un espacio con peculiaridades materiales. Así, el modo
de vida en determinados contextos es fundamentado de un contenido específico, lo
que se traduce, como lo dice Lindón, en prácticas cotidianas particulares: “El modo
de vida sólo puede configurarse de distintas maneras cuando se identifican prácticas
cotidianas” (2002: 28)
Ahora bien, la concepción de Lindón también distingue que el modo de vida al
mismo tiempo que está fundamentado de prácticas ubicadas temporal y
espacialmente, estás se complementan de los sentidos que hay en ellas, por lo que
el modo de vida se conforma de dos aspectos complementarios: lo material,
fundamentado en las acciones de los sujetos; y lo inmaterial, por llamarlo así,
referente a lo que hay en los sentidos o motivos de por qué llevar a cabo esas
acciones. En este sentido, lo que se había señalado líneas atrás como los
fundamentos del mundo de la vida, son vistos como la base de ese conjunto de
sentidos que se constituyen como el conjunto de experiencias que permitirán actuar
a los sujetos sociales en cualquier circunstancia. Se profundizará sobre esto en el
siguiente apartado, por ahora sólo basta destacar la concepción de modo de vida,
como una herramienta metodológica para el estudio de las acciones de los sujetos,
35
ya que como lo indica Alicia Lindón, “hace emerger la vida práctica, el hacer de las
personas y, a su vez, las acciones traslucen significados.” (2002: 33)
1.4 Prácticas habituales
El mundo de la vida cotidiana es el ámbito fundamental de la reproducción
social, reproducción que perpetua la normalidad. Este ámbito se coloca como el
propicio para la gestación de procesos de cambio, tanto local como social, por lo que
al mismo tiempo que el mundo de la vida es el lugar de la normalidad social, también
es el lugar de los grandes cambios sociales. Este marco nos lleva a la cuestión: ¿de
qué forma los sujetos perpetúan y cambian el mundo social a su alcance? Como ya
se había entredicho, es la acción de los sujetos la que interviene como base para la
actuación de los sujetos y la presencia de aquellos procesos.
En este sentido trascurre la propuesta teórica seguida hasta aquí, el mundo
de la vida cotidiana está constituido por la acción de los sujetos, al respecto Schütz y
Luckmann mencionan: “El mundo de la vida es, ante todo, el ámbito de la práctica,
de la acción. Los problemas de la acción y la elección deben ocupar, por lo tanto, un
lugar fundamental en el análisis del mundo de la vida.” (2003: 38) En este sentido la
problemática de la precariedad material atendida desde la perspectiva de los sujetos,
dirige su argumento desde la acción de éstos y a su vez ésta ante las desventajas
materiales que presenta el contexto de su desarrollo.
Al hacer énfasis en la particularidad del contexto de desarrollo de la acción, lo
que se pretende es destacar que ésta se configura de distintas formas, es decir, que
el espacio y el tiempo, determinarán la puesta en marcha de acciones particulares,
al respecto se puede mencionar el cambio que se ha registrado a través de procesos
largos de tiempo de la práctica de la lectura, desde la lectura oral y colectiva, hasta la
realizada en silencio e individual. Con la situación espacial ocurre algo semejante, ya
que como lo veremos en el desarrollo de esta investigación, este ámbito tiene
importantes efectos en cómo se lleva a cabo la acción de los sujetos, ya que está
inmiscuido en cómo se lleva a cabo la interacción de éstos, lo cual depende de la
conformación material que el espacio presente, llegando a facilitar o dificultar la
36
acción de los sujetos. Así, la acción de los individuos está condicionada por la
situación en que se lleva a cabo, por lo cual podemos identificar diferentes haceres.
Ahora bien, esta investigación se enfoca en dos propiedades fundamentales
de la acción: su constitución habitual y su sentido. Al hablar de habituación, nos
referimos a lo que tiene la acción de repetitivo, es decir, la frecuencia de realización
de la misma acción para resolver o actuar en una situación determinada. La
habituación también nos lleva a la conservación de la normalidad social, por lo que
se relaciona con la reproducción social y su continuación. Esto puede fundamentarse
a partir de lo que hemos mencionado en los apartados anteriores, ya que la
constitución práctica de la acción en la vida cotidiana, convierte a la habituación de
las prácticas en la manera ideal de construir continuamente la normalidad social.
Entonces, se puede argumentar que los sujetos mantenemos una rutina de actuación
cada día: “Generalmente todas las acciones que se repiten una o más veces tienden
a habitualizarse en cierto grado.” (Berger y Luckmann, 2001: 77)
Esta propiedad permite al sujeto mantener la practicidad en sus acciones, ya
que en el mundo de la vida lo que interesa es lo funcional de ellas, como se anotó
anteriormente, por lo tanto la rutina, el ejercicio de hacerlo de nuevo con seguridad,
el “va a salir de nuevo todo bien”, es privilegio de las acciones en la vida común: “la
habituación torna innecesario volver a definir cada situación de nuevo, paso por
paso.” (Berger y Luckmann, 2001: 73)
Alicia Lindón caracteriza esta propiedad a través de la distinción entre
repetitivo y rutinario:
Así, lo “repetitivo” enfatiza el hacer, las prácticas que se suceden
reiteradamente, recursivamente. En tanto que la noción de “rutinario” está
más definida desde el conocimiento de sentido común, o bien, desde el
acervo de este tipo de conocimiento. Por ello, hablar de lo rutinario aunque
refiere a las prácticas repetitivas, enfatiza que por ese carácter repetitivo no
son problemáticas, se sostienen en tipificaciones y recetas de las que el
individuo dispone en su acervo de conocimiento. (2000a: 27)
Así, la habituación fundamentada con base en el conocimiento de sentido
común encuentra en él las estrategias necesarias para cumplir rutinariamente con las
actividades de la vida, para continuar con la reproducción social.
37
Sin embargo hay situaciones en las que la habituación se ve interrumpida, en
las que el acervo de conocimiento no tiene respuestas puntuales a la situación a la
que se enfrenta, lo que plantea la adquisición y sedimentación de conocimientos
“nuevos” y útiles para resolverla. En este sentido, se plantea que el acervo de
conocimiento constantemente está recibiendo nuevos elementos, nuevas
experiencias acumuladas que son puestas en práctica rutinariamente en el quehacer
de la vida, comprobando su funcionalidad y pertinencia. Pensemos en una persona
que no sabe conducir y quiere hacerlo, su experiencia requerirá que ese
conocimiento sea adquirido y perfeccionado a través de la repetición de la acción. En
el caso seguido por esta investigación, los sujetos requerirán adquirir conocimientos
útiles, traducidos en prácticas, para hacer frente a la precariedad en que habitan.
Pero también estas nuevas sedimentaciones de conocimiento, es un indicador de
cambios que se gestan en la cotidianidad y que pueden llegar a ser un elemento
transformador paulatino de la normalidad social.
Por lo tanto, podemos identificar que sí la “habituación provee el rumbo y la
especialización de la actividad.” (Berger y Luckmann, 2001: 73), hay sectores en que
esa habituación se ve interrumpida y es necesario aprender cómo realizar
determinada acción, ingeniárselas para conseguir el objetivo deseado: “El mundo de
la vida es, entonces, una realidad que modificamos mediante nuestros actos y que,
por otro lado, modifica nuestras acciones.” (Schutz y Luckmann, 2003: 28) Así, por
un lado, “Lo cotidiano se constituye por aquellas, prácticas, lógicas, espacios y
temporalidades que garantizan la reproducción social por la vía de la reiteración.”
(Michel de Certeau, citado en Pérez Rincón, http://www.ub.es/multigen/donapla/clot.pdf);
pero también se constituye como el ámbito de los cambios que pueden extenderse
socialmente.
De lo anterior se desprende la noción de adaptación, señalada anteriormente,
ya que hace mención a la incorporación y sedimentación de prácticas adecuadas a la
situación contextual en la que se encuentra el sujeto, planteando que a la vez que
hay alternativas conocidas por el sujeto, también existen opciones que son
incorporadas como un conocimiento constituyente de la experiencia del sujeto.
Entonces ese campo de elección e incorporación permite observar que la actuación
38
de los sujetos no está determinada totalmente, sino que se deja entreabierta la
posibilidad de elección, esto lo podremos observar a continuación, a partir de otra de
las propiedad constituyentes de la acción de los sujetos.
Hasta aquí lo que hemos señalado sobre la práctica y su habituación es
señalado por Hernández, pero también nos introduce a la otra parte del análisis de la
práctica, el sentido del que está constituida:
“Esta forma de entender las prácticas implica concebir a agentes sociales que,
a la vez que están condicionados por las estructuras objetivas del juego –es
decir, por las relaciones objetivas que implican los campos y las posibilidades y
limitaciones que estos contienen-, también tienen capacidad de opción, de
elección sobre lo que hacen y por qué lo hacen, fundamentada en su
experiencia, su percepción y el significado que otorgan al juego. Asimismo
implica reconocer que la gente actúa como lo hace, según las estructuras
objetivas que lo limitan y la habilitan, y según esas mismas estructuras que
incorporo a lo largo de su historia.” (2010: 54)
1.5 El sentido de las prácticas
Al ubicar esta investigación desde el ámbito de la cotidianidad de los sujetos
sociales, resta señalar que detrás de toda práctica existe un motivo que la impulsa.
Lo anotado anteriormente sugeriría que lo que caracteriza a la vida cotidiana es su
cualidad cuantitativa, es decir, el registro de la frecuencia con que se presentan
determinadas acciones y su repercusión para la vida de los sujetos. Si bien, la
perspectiva utilizada aquí no hace caso omiso a esta situación, como ha sido
argumentado, esta condición física se complementa con el sentido que le atribuye el
sujeto consiente a esa práctica constante, así lo señalan Schütz y Luckmann: “Todos
los actos, cualesquiera que sean, se refieren a un sentido que es explicitable y debe
de ser explicitado por mí, si deseo orientarme en el mundo de la vida. La
interpretación del sentido, la <<comprensión>>, es un principio fundamental de la
actitud natural en lo que respecta a mis semejantes.” (2003: 36)
Además la acción cargada de sentido es distintiva de los seres humanos,
como lo deja ver Manuel Martín Algarra: “El significado subjetivo es el significado que
39
el actor da a la acción que lleva a cabo. Por lo tanto, sólo las acciones
específicamente humanas son portadoras de un significado subjetivo.“ (1993: 32)
Cabe señalar que quien conoce el sentido de la acción, es su propio
productor. Aunque el otro trate de saber cuál ha sido éste, sólo podrá acceder a lo
que el propio actor ha dejado entrever a través de su realización: “El significado de la
acción lo tiene el actor, no el observador, al cual le falta el punto de partida
autoevidente del que dispone el actor.” (Guitián, 2002: 181) Quizá esta situación
planteé un problema metodológico para la perspectiva utilizada en esta investigación,
sin embargo, Guitián nos proporciona una solución al citar a Schutz, en la cual el
observador debe estar atento a lo concreto de las acciones: “partir del significado
objetivo como si fuera, en forma incuestionable, el significado al que apunta el actor.”
(Schutz citado por Guitián, 2002: 182)
1.5.1 Constitución temporal de sujetos sociales
Al tratar el significado del hacer humano, debemos entrar al terreno de la
subjetividad, por ello es tarea fundamental el ubicarnos en el campo del sentir y
pensar de los sujetos, ya que la subjetividad se constituye de "un sistema de valores
(o mejor aún, varios), de creencias, de ideas, un ethos, un conocimiento de sentido
común u ordinario que trasciende a los individuos, pero que está presente en ellos.
Todo lo cual esboza el campo de la subjetividad." (Lindón, 2001: 39)
Dicha categoría nos introduce a la visión de los sujetos, a lo que tienen que
expresar y hacer en la realidad social en la que se encuentran. Esa visión echa mano
de los fundamentos del mundo de la vida mencionados líneas atrás, como el
conocimiento de sentido común, el cual le proporciona los elementos básicos del
pensar y actuar cotidiano, caracterizado por su practicidad y habituación. Pero
también hace referencia, como lo menciona la cita anterior, a una subjetividad que es
compartida y que “trasciende a los individuos”, trascendencia que puede ser vista en
dos sentidos: uno, que es propiedad de una sociedad, ubicada espacial y
temporalmente y no de un solo individuo; y el otro, en el sentido que rasgos
40
esencialmente fundamentales de esa subjetividad trascienden a través del tiempo y
de espacios particulares.
Entonces la subjetividad se coloca como ese contenedor de conocimientos,
sentires, visiones, etc. que son compartidos entre los sujetos de una sociedad
ubicada espacial y temporalmente, y que su extensión en la sociedad registra
matices o apropiaciones particulares que conservan los fundamentos básicos que
proporciona la intersubjetividad. De esto se desprende el enfocarnos en el terreno de
la subjetividad y su papel como fundamentación del hacer de los sujetos: "donadora
de contenidos, significados y sentidos de dirección para la práctica." (León, 1997: 56)
La subjetividad se constituye como el medio que da sentido a la actuación de los
sujetos, argumentos que permiten una actuación adecuada conforme al campo de
acción en el que se registra su hacer. Ese conjunto de saberes, visiones, ideas, etc.
tiene registro a lo largo de la experiencia de vida de los sujetos, a través de procesos
de condensación y verificación del conocimiento que permitirá la elección de las
acciones que permitan responder a la situación a la que se enfrenta, en este sentido
Emma León señala que "La subjetividad tiene el papel de imprimir direccionalidades
potenciales a la práctica y por tanto a los modos de apropiación del presente." (1997:
57)
Ahora bien, ¿cómo se configura esa propiedad potencial de la subjetividad?
Se ha señalado que la experiencia de vida permite la acumulación de conocimientos,
ideas, valores, etc., que dan fundamento a la vida y al hacer de los sujetos, sin
embargo hace falta señalar que esa acumulación y sedimentación, que hace
referencia a un eje temporal pasado-presente, no es el único que fundamenta la
potencialidad de la subjetividad, por lo que hay que añadir que ésta propiedad tiene
registro a partir de un entramado de sentires que a la vez tienen su origen en la
experiencia pasada del sujeto, pero también encuentran argumentos en
requerimientos presentes y visiones de futuro.
Este entramado es señalado por Emma León como la constitución histórica de
sujetos sociales, lo cual puede entenderse como la formación de sujetos a partir del
entramado temporal y espacial, que tiene expresión en acciones presentes, así lo
señala la investigadora: “visualizar esas realidades captadas, como parte de un
41
movimiento constructivo de sujetos sociales, en que la linealidad, continuidad y
evolución y dinámica progresiva sean posibilidades procesuales, junto con la
discontinuidad, multiplicidad de trayectorias, emergencias, dispersión, involuciones,
etc.” (1997: 52).
En este sentido la formación de los sujetos y de su variabilidad constitutiva,
viene relacionado con la variedad de espacios y tiempos en los que tiene presencia
la trayectoria de vida de estos, los cuales adicionan sentires diversos a la experiencia
de los sujetos: “La clave de la pluralidad de subjetividades en intercambio se
encuentra también en la heterogeneidad de moradas físicas, materiales y simbólicas
que conforman la trama del mundo humano; en la vinculación con las
determinaciones sociales cuya correlación de fuerzas delinean las condiciones
objetivas, y por supuesto, con los modos de realización de los procesos de
apropiación que los sujetos ejercen mediante sus prácticas.” (León, 1997: 62)
La condición espacial y temporal que rodea al individuo influye en la carga de
significado que éste le atribuye a sus prácticas, ya que permite su interacción con las
diferentes determinaciones sociales vigentes en determinada sociedad, las cuales
pueden habilitar o constreñir el hacer social de los sujetos. Pero a la par de esta
situación, los sujetos ejercen su elección, en el sentido de poner en acción la mejor
opción para alcanzar lo pretendido, y esto es así debido a los sentidos que atribuyen
a las acciones que llevan a cabo, por lo que se puede señalar que los sujetos se
ubican entre determinaciones y elecciones de acción, elecciones que son mediadas
por la subjetividad; en este sentido se dirige lo que plantea Schutz y Luckmann: “sus
explicaciones subjetivas del orden dependen, para mí tanto como para él de su
posición o punto de vista, que en parte le es impuesto y en parte está determinado
por la cadena biográfica de sus decisiones.“ (2003: 38)
En este sentido gira la constitución histórica de los sujetos, en la condensación
de sentidos a partir de experiencias diversas que tienen registro en determinados
espacios y tiempos, conjuntándose para otorgar sentidos al hacer de los sujetos:
“Esos entramados del espacio de lo social son tales en tanto están historizados por
los sujetos. Es decir, en la medida que vinculan y ponen en copresencia realidades
42
cuyas trayectorias y alientos ajustan y son ajustados por los sujetos, para dar sentido
(como contenido y dirección) a sus prácticas y proyectos vitales. (León, 1997: 48) Entonces, la historización de los sujetos se coloca como la puesta en acción
del entramado de experiencias para el actuar cotidiano, lo que incluye la presencia
en contextos diversos que exigen la puesta en prácticas de las acciones idóneas
para la situación. Hay que señalar que el tiempo histórico, hace referencia a
concepciones temporales interrelacionadas, presente, pasado y futuro, que traslucen
la experiencia acumulada en el aquí y ahora del sujeto, permitiéndole construir la
mejor vía para continuar con la cotidianidad, la siguiente cita detalla mejor esto: “El
tiempo histórico de un sujeto reviste una mayor complejidad, pues éste de un sujeto
reviste mayor complejidad en virtud de dicha trama de articulaciones que vinculan en
el presente (experiencia activa), las reconstrucciones del pasado (experiencia
sedimentada, conocimiento de sentido común; acervo de conocimiento) y los
horizontes del futuro (noción de proyecto), y los convierte en contenidos de visiones
de mundo y de práctica social.” (León, 1997: 60)
Esas nociones temporales para ser ubicadas en la experiencia de los sujetos,
son rastreadas a partir de concepciones como memoria, que refiere a los
conocimientos acumulados; experiencia, referente al presente, expresa el lugar en el
que se observa la puesta en acción de la constitución histórica de los sujetos; y por
último, la utopía, la que plantea los requerimientos o necesidades que se pretenden
solucionar o remediar. El siguiente cuadro sintetiza las características principales de
estas categorías:
43
Cuadro 1. Categorías constituyentes de los sujetos sociales
Categorías que constituyen a los sujetos sociales
MEMORIA
Utilizada para entender los procesos de apropiación del pasado.[…] hacerse en el presente de los sujetos, un (unos) pasado (s) mediato e inmediato, recordado o solamente vivenciado aproblemáticamente en todas las escalas posibles de sujeto (individuales, colectivos, etc.), y traducido en cosmovisión, valores y sentires que colorean los significados y sentidos sobre el tránsito de un grupo humano y sus miembros.
EXPERIENCIA
Nos ayuda a comprender el arrastre de los efectos acumulativos (o sedimentados) latentes y objetivados del pasado, así como su reconstrucción y actualización. Pero también el carácter transitivo del devenir y el porvenir.
UTOPÍA La cual mixtura proyecciones, expectativas, metas, esperanzas, deseos y fatalidades, que delinean un horizonte de sentido para los posibles puntos de llegada de todo sujeto.
Fuente. León, 1997: 65-67.
Con base en lo anterior, hay que destacar la trascendencia que presenta la
categoría experiencia, la cual radica en que actúa como el ámbito operativo de
expresión de las otras dos categorías, es decir, en el cual se condensa la puesta en
marcha de los contenidos ofrecidos por la memoria, como reconstrucción y
actualización de sucesos que han ocurrido en el pasado, los cuales en el presente o
a partir de la experiencia actual son actualizados, esto dependiendo de las
condiciones materiales y de significados que maneje actualmente el sujeto social.
Además estos están guiados por la perspectiva de futuro, no en el sentido de cumplir
un fin determinado, más bien como guía abierta en la construcción del mejor camino
para obtener lo buscado. Cabe señalar que en este ejercicio constante en la
experiencia de los sujetos, interactúan tanto elementos concretos, como los que no
tienen materialidad, pero si una concepción simbólica, ideológica, de valor, etc. Así,
en el campo de la experiencia “se reconstruyen y producen las direccionalidades de
las prácticas que un sujeto vuelve huella y opción de vida social, puesto que deviene
en campo de realidades virtuales y concretas que sintetizan analíticamente el
movimiento interno de los procesos de apropiación.” (León, 1997: 67)
44
De lo anterior surge lo referente a la potencialidad en la formación de sujetos
históricos, la cual es posible por la conjunción continua de sentidos acordes al campo
en el que se desarrolla el sujeto y que responden a la unión de sentidos
proporcionados por la triada de categorías mencionada y su contraste con el
contexto social en el que actúa. Dicha potencialidad se materializa en prácticas, que
resultan la síntesis concreta de los procesos de articulación de los campos de la
experiencia de un sujeto histórico: “Potencialidades, recordemos, que se condensan
en el presente mediante su <<encarnación>> concreta en prácticas, las cuales a su
vez, vuelven viable dentro de las determinaciones contextuales, lo que un sujeto es
capaz de vislumbrar como proyecto de realización de sí mismo.” (León, 1997: 68)
Ahora bien, se ha observado que la acción de los sujetos, responde a
soluciones prácticas, en el sentido que dan solución a los acontecimientos
cotidianos, del día a día, pero también a partir de lo señalado se puede argumentar
que la práctica de los sujetos es guiada o estimulada por un motivo que supera el
presente del sujeto, y que hace referencia a la noción de utopía, en este sentido
Mónica Guitián, señala que: “La acción no es una simple reacción, es una conducta
humana proyectada por anticipado por el actor, esto es, una conducta basada en un
proyecto preconcebido.” (2002: 32) Entonces el proyecto que hay detrás de la acción
del sujeto, responde a los intereses superiores que pretende el actor al realizarla.
Así, por ejemplo, aprender a manejar y posteriormente hacerlo correctamente, puede
responder al proyecto de conseguir trabajo como chofer.
Si bien la importancia del presente del sujeto se debe a que en él se da la
manifestación concreta de los procesos de interacción de la experiencia, en lo que
hay de prospectiva en la acción se convierte en el motivo último por el que ocurre
ésta, en palabras de Schutz “una acción carece de significado como tal si se la
separa del proyecto que la define.” (Schutz, citado en Coria, 2002: 203) Entonces, se
puede argumentar que las prácticas de los sujetos responden a la búsqueda de un
fin que trasciende al sentido práctico de uso habitual, el cual siempre está presente
implícitamente. Caso contrario ocurre con las acciones que carecen de sentido, las
cuales serían simples movimientos programados: “A las demás formas de
45
espontaneidad humana, caracterizadas por carecer de significado subjetivo, las
llamamos conducta.” (Marín Algarra, 1993: 32)
En este sentido la orientación hacia futuro, es decir, hacia lo que se desea o
necesita, tiene una fuerte importancia en el hacer de los sujetos: “La acción es una
actividad espontánea orientada hacia el futuro.” (Coria, 2002: 203) Las categorías
mencionadas que sitúan a los sujetos históricamente y su potencialidad,
fundamentan este sentido: “memoria, experiencia y utopía tienen, como núcleo
constituyente, un valor heurístico y hermenéutico para comprender uno de los
aspectos fundamentales del análisis de sujetos sociales: la configuración de
proyectos y su viabilización.” (León, 1997: 68) Configuración que se efectúa a partir
de lo que cada campo proporciona para construir la vía idónea para que el proyecto
se realice de la mejor manera, es decir, como lo menciona la cita, que sea viable su
realización. Esto se lleva a cabo a partir de los significados que cada tipo de
experiencia proporciona, ya que su conjunción encausa sentidos, valorando los
contextos en los que se desarrolla y permitiendo que las prácticas sean factibles para
la obtención de lo que se busca.
Esto último nos lleva a señalar que además de dar un sentido “superior” o
trascendente al hacer de los sujetos, el proyecto es señal de lo que se desea, ya sea
esto una necesidad que sea apremiante o no, así lo señala Emma León: “Lo
deseable, como horizonte, ciertamente tiene sus raíces en lo que algo debiera ser,
según tablas ideológicas y axiológicas que operan en la experiencia.” (1997: 69) Esto
permite reflexionar sobre cuáles son las necesidades que los sujetos tienen en la
sociedad contemporánea, con el advenimiento de los procesos de modernización y
su expresión globalizadora, el mundo contemporáneo abre la posibilidad de elección
como antes no se registraba; en este marco, que hay de los sujetos urbanos: ¿cuáles
son las necesidades que requieren y que los hace continuar con su vida?
De esta forma, el proyecto que motiva el hacer de los sujetos, se ve
condicionado por el contexto en el que se construye, por lo que los elementos
señalados anteriormente presentarán los atributos vigentes del contexto social en el
que se desenvuelven los sujetos: “Dicho reconocimiento y vivencia de opciones de
presente y futuro requiere de ser analizado a la luz de su transformación en
46
proyectos asentados en la tierra de las determinaciones contextuales que operan en
tiempos y espacios específicos.” (León, 1997: 68) Pero también como fue señalado,
a pesar de estas determinaciones, el sujeto tiene en su cotidianidad el ámbito de
gestar acciones que terminarán por transformar su cotidianidad, sino del todo, las
pequeñas acciones podrán construir una realidad diferente en la cual continuar con
su reproducción social.
1.6 Conclusiones del capítulo
Como se señalaba al inicio de este capítulo, durante su desarrollo pudimos
argumentar que la vida cotidiana se coloca como ese ámbito en el que se continúan
las estructuras del mundo social, pero también en él se gestionan importantes
cambios que pueden llegar a tener repercusión social. En palabras de Pierre
Bourdieu, la vida cotidiana tiende a colocarse como el ámbito en el que se da la
producción y reproducción del mundo social; esta función parte de que en él se
transmiten los fundamentos esenciales para el actuar cotidiano, el cual puede partir a
través de “recetas” establecidas y transmitidas socialmente, y que pasan inadvertidas
para los sujetos sociales precisamente por su cualidad de ser habituales; o también,
el actuar puede responder a la improvisación social, la cual encuentra su base en la
experiencia de los sujetos sociales.
De esto último se desprende la propiedad de cambio de dicho ámbito, ya que
como se argumentó líneas atrás, si bien los sujetos están determinados por las
estructuras sociales en las que tiene presencia su desenvolvimiento, éstos no se ven
limitados del todo, sino que cuentan con la posibilidad de elección y de “creación” de
nuevas posibilidades de resolver las problemáticas sociales a las que se enfrentan,
pues como indican Strauss y Corbin, "las personas son actores que adoptan un papel
activo al responder a situaciones problemáticas" (2002: 10) Y todo ello a pesar del
contexto material en el que se desenvuelvan.
Aquí se expuso que uno de los contextos problemáticos para el desarrollo de
la cotidianidad, que cada vez tiene mayor presencia en los territorios periféricos de la
Ciudad de México, es el que se caracteriza por su precariedad material, la cual es
47
vista como la ausencia o precariedad de los elementos materiales útiles para habitar,
de entre éstos ubicamos, la precariedad de la vivienda, del espacio utilizado para su
establecimiento y sobre todo, la precariedad de los servicios disponibles para llevar a
cabo el acto de habitar. Sin embargo, y en base a los elementos compartidos
intersubjetivamente, se pudo verificar que, teóricamente, la vida tiende a producirse y
reproducirse, a continuarse en palabras de Bourdieu, a pesar de las condiciones
desfavorables en las que tiene cabida. Esto es posible a partir de las acciones de los
propios sujetos, las cuales, como se argumentó, tienden a continuar el mundo social
gracias a su propiedad de ser habituales, sin embargo, las acciones también están
formadas del sentido que las hace ser.
En este capítulo se destacó la constitución histórica de los sujetos, la cual
reúne la formación éstos a partir de su experiencia acumulada y de sus proyectos a
realizar, lo que nos lleva a argumentar que el sentido que fundamenta a las prácticas
se basa en el entramado de experiencias y proyectos que cada sujeto ha reunido a
través de su experiencia social. Esto es lo que permite a los sujetos transformar sus
condiciones de vida, a pesar de que las estructuras sociales las compliquen.
48
Capítulo 2
Expansión urbana y asentamientos irregulares
En este capítulo se abordarán las condiciones materiales en las que se desarrollan
los procesos cotidianos señalados en el capítulo anterior, si bien se había adelantado
que estas condiciones se caracterizan por ser precarias e implican ciertas
concesiones emprendidas por parte de los sujetos que habitan estos lugares, en este
capítulo se comentará en mayor medida por qué estas condiciones resultan de esta
manera.
Así, en primer término se argumenta que la precariedad que se presenta en
estos espacios, es reflejo de ciertos procesos que ocurren desde las grandes
estructuras sociales, por lo que se comentará cómo los procesos de cambio
económico y demográfico, que han afectado a la mayoría de los países
latinoamericanos a partir de la segunda mitad del siglo XX, han contribuido al alto
crecimiento urbano de sus principales ciudades, haciendo énfasis en lo ocurrido en la
Ciudad de México. Este incremento de suelo urbano, se posiciona en el centro de la
investigación social y urbana, debido a su rápida difusión y sobre todo, por estimular
la construcción de un vasto territorio heterogéneo tanto en su composición social
como funcional, en el que se presentan diversas problemáticas sociales,
ambientales, urbanas, de gestión administrativa, etc.; nos referimos a la periferia
urbana, territorio en el que está presente el contexto material que se estudia en este
proyecto.
Por lo anterior se comentará el proceso de periurbanización, entendiéndolo
como el modo de materialización social y territorial del crecimiento urbano acelerado,
por lo que líneas adelante se ahondará en los atributos constantes presentes en su
formación, así como en las acciones que han emprendido las instituciones para
aminorar su crecimiento, factores que, como se verá, constituyen su condición
precaria. Pero también se hará mención de las implicaciones ambientales y sociales
que ha significado el surgimiento y crecimiento de este territorio.
49
Finalmente nos acercaremos a las condiciones materiales que surgen de los
hechos anteriores y en donde las capacidades de los actores sociales tienen cabida,
los asentamientos humanos irregulares. Una de las formas que más ha contribuido a
la ocupación del suelo periférico. Destacaremos su conformación material y cuáles
son los elementos locales que funcionan como característica de su precariedad, así
mismo señalaremos el proceso por el cual transita este territorio para construir
mejoras en su constitución material.
2.1 El proceso de expansión urbana
Históricamente la ciudad ha sido el marco primordial de fuertes inversiones
económicas, que en gran medida han llegado a transformar su paisaje urbano; ha
sido el espacio en donde cohabitan individuos de procedencia cultural, socio-
económica y política distinta, que construyen una división social con repercusión
espacial. Además, recientemente se consolida como el espacio idóneo donde las
Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) tienen una mayor calidad y
distribución. Pero también es el marco en donde la pobreza ha aumentado
considerablemente en las últimas décadas, manifestándose en sus calles, en su
crecimiento improvisado y sobre todo en la calidad de vida de sus habitantes.
Factores todos estos y otros más, que influyen en cómo se habita actualmente en las
grandes ciudades.
Todos estos eventos manifiestos en la actual coyuntura mundial, son el
resultado de cambios progresivos que se han presentado desde las grandes
estructuras sociales, siendo las económicas las que han tenido mayor repercusión en
diversos ámbitos, ya que desde hace más de medio siglo, al ir consolidando un
sistema de alcance mundial, han provocado un sinnúmero de acontecimientos, tanto
a nivel global: la continua inestabilidad económica de las grandes potencias
mundiales y su consecuente afectación a las economías de los países en desarrollo
ligadas a ellas; como a nivel de la vida cotidiana de las personas: la disminución de
su poder adquisitivo, debido, entre otros, a la falta de oportunidades para todos
(empleo) y manteniendo en la pobreza a un alto porcentaje de población. Así, los
factores económicos se colocan como el motor de grandes cambios, algunos con
50
repercusiones benéficas socialmente, pero otros más con grandes contrastes en
sociales, como la diferenciación de espacios para habitar, como lo observaremos
líneas más adelante.
Pero quizá, uno de los procesos que ha tenido una repercusión importante en
el funcionamiento de la ciudad, ha sido el crecimiento desmesurado y sin
planificación de la urbanización, ya que su alcance de influencia se ha extendido a
áreas donde su presencia está cobrando altos costos. Al respecto Jan Bazant define
la expansión urbana como: “el proceso de ocupación espacial por asentamientos en
forma aislada y muy dispersa dentro de un territorio, ya que aunque conservan el
medio natural, con el tiempo las parcelas dejan de ser cultivadas.” (2001: 354-355)
Dicho proceso se ha presentado en las principales ciudades del mundo, pero
registra un diagnóstico menos alentador en las ciudades de los países en desarrollo.
En la ciudad de México4, este aumento del espacio urbanizado ha tomado los
territorios de los márgenes de la ciudad central, significando la ocupación de
espacios de uso variado, de entre los que se encuentran los de alto valor ecológico,
lo que ha ocasionado un desequilibrio ecológico considerable. En este sentido se
puede anotar que los países latinoamericanos han manifestado un tipo de expansión
urbana singular, que a pesar de los diferentes contextos, ha predominado una
tendencia general del crecimiento urbano en forma descontrolada, debido a los
atrasos y problemáticas varias que se presentan en las estructuras internas de esos
países, lo que tiende a expresarse en un desarrollo urbano caracterizado por ser
poco o nada planificado y con una pronunciada pobreza en su constitución.
Entonces, los procesos productivos y económicos impulsan el crecimiento
urbano de la ciudad, sin embargo, aunado a estas transformaciones otro proceso
cobra un papel sustancial en el cambio territorial de las grandes ciudades: el
crecimiento demográfico. Éste acontece paralelo a los cambios que se presentan en
la estructura económica y su manifestación es paulatina, pero constante, y se
distingue por la concentración poblacional en territorios que con el paso del tiempo
no tendrán la capacidad de alojar a más población. En un primer momento, una de
4 En adelante se tomará como ejemplo base el caso de la Ciudad de México, debido a que en este contexto
nacional se presenta el estudio de caso de esta investigación.
51
las causas que lo ha estimulado vigorosamente es la migración concurrida de
personas en busca de mejores condiciones de vida, ya que al emigrar pueden
acceder a satisfactores médicos, de servicios, además de mejores oportunidades de
trabajo. Así, como consecuencia de la alta movilidad, principalmente ocurrida de
campo a ciudad, ésta comienza a presentar una serie de dificultades para satisfacer
la demanda de una población creciente, lo que se comienza a reflejar en un aumento
considerable de la mancha urbana, debido a la baja capacidad del territorio central
de satisfacer la demanda de espacios para habitar.
En el caso de México, y en específico de su capital, la década de los 40`s
representó el periodo en el que la población aumentó significativamente con respecto
a años anteriores; el cuadro siguiente muestra cómo aumenta considerablemente la
población en aquella década, 5.7% en comparación a la década anterior, la cual tuvo
una tasa de 3.6%; dicho porcentaje es alto si lo comparamos con la tendencia de
crecimiento del país que para ese año fue de 2.8%. Esta tendencia alta corresponde
con el periodo de industrialización que experimentaba el país y en concreto el centro
de éste.
Cuadro 2. Tasa de crecimiento poblacional, Nacional y del Distrito Federal, 1930-2010.
Fuente: Elaboración propia con base a datos de los Censos de población y vivienda del INEGI, 1930-2010.
1.7
2.83.1
3.3
3.3
2.0 1.8
1.4
3.6
5.7
4.8
3.5
2.5
-0.7
0.40.3
Nacional Distrito Federal
52
La tendencia de crecimiento de la población se mantiene por algunas
décadas, sin embargo, ocurre un cambio destacable como lo podemos ver en el
cuadro anterior, el cual va a coincidir con el cambio de curso de la economía de
alcance global. En los años 80´s del siglo XX, se generaliza un proceso en los países
latinoamericanos, llamado por Adrián Guillermo Aguilar de desconcentración urbana,
el cual marca una tendencia doble: “la de desconcentración de población y
actividades productivas hacia ciudades secundarias localizadas fuera de la principal
región metropolitana […] y desconcentración al interior de la mega-ciudad hacia
zonas periféricas” (2002: 127).
Este proceso tiene su origen en la reestructuración económica que ocurre a
nivel global. Para México el modelo económico que había sido utilizado en décadas
anteriores, reforzando tanto el mercado interno como su industria, deja de ser
utilizado para dar paso a un modelo más relacionado con el mercado internacional,
significando la reestructuración del sistema productivo nacional y su apertura a la
producción e inversión extranjera.
Territorialmente estos cambios se manifiestan en la relocalización de las
industrias, las cuales en busca de mejores condiciones productivas salen de las
zonas centrales de la ciudad y se reubican en espacios relativamente alejados de
ella, pero sin perder su relación con ésta. Aunado a esto, y en concordancia con las
formas de operar del nuevo modelo económico, se comienza a desarrollar la
infraestructura carretera necesaria para que la reciente configuración productiva
pueda funcionar, por lo que la desconcentración de éstas y otras funciones urbanas
se extiende a territorios pertenecientes a otras entidades administrativas:
“desconcentración al interior de la megaciudad hacia zonas periféricas, a lo largo de
corredores de transporte y otros subcentros urbanos, dentro de la región central.”
(Aguilar, 2002: 127)
A la desconcentración de funciones urbanas se suma la de población, que
impulsada por la disminución de la calidad de vida y de la precariedad del mercado
de trabajo, sale de las zonas centrales en búsqueda de cubrir necesidades faltantes
como la de una vivienda o un empleo estable, que le genere ingresos al grupo
familiar; al respecto María Soledad Cruz nos refiere que “los ochenta marcaron un
53
crecimiento periférico expansivo sin precedentes en la historia de la urbanización de
la Ciudad de México, que no fue acompañado por un incremento de población
importante.” (2000b: 52) De ahí que se comiencen a registrar tasas poblacionales
inferiores a la tendencia que había presentado la ciudad de México décadas atrás,
agudizándose la tendencia hasta caer -0.7%, como se observa en el cuadro anterior.
A esta forma de desconcentración se le ha categorizado como un proceso de
contraurbanización, ya que resulta “un proceso de sentido contrario (al de la
urbanización), de movimientos centrífugos desde las grandes ciudades hacia los
pequeños asentamientos urbanos y rurales.” (Ferrás, 2007: 6) Esta concepción
permite pensar este gran movimiento poblacional y urbano, como un proceso de
densificación-expansión, ya que en una primera instancia, la concentración del
crecimiento poblacional y de la moderada extensión urbana se presenta de la zona
central de la ciudad y en los lugares más próximos; posteriormente el proceso
presenta un gran expansión tanto urbana como poblacional que desborda los límites
de la ciudad. Este movimiento devela una expansión urbana descontrolada, que ha
aprovechado la debilidad de varios territorios, urbanizándolos y permitiendo su
continuidad en los territorios considerados no urbanizables. Además de
descontrolada, desordenada, ya que no ha tenido una homogeneidad rectora en su
desarrollo.
Ahora bien, el escenario más reciente de la expansión urbana en la Ciudad de
México, y en varios países latinoamericanos como Santiago de Chile (De Mattos,
1999), indica que la desconcentración de las funciones urbanas toman fuerza en las
ciudades medias y pequeñas; las altas tasas poblacionales se presentan en las
periferias de esas ciudades y la tendencia a la baja se da en la ciudad central: “es
notable el descenso del ritmo del incremento físico de la superficie urbana de la
ciudad en comparación con el fenómeno expansivo de los años ochenta.” (Cruz,
2000b: 48) Sin embargo, la influencia que ésta continua tendiendo sobre estos
territorios alejados es central para los procesos productivos y de servicios a la
población. Adrián Guillermo Aguilar resume puntualmente cuál es el patrón de la
expansión urbana actualmente: “En términos territoriales, la mega-ciudad presenta
en la actualidad una expansión más policéntrica a través de centros y subcentros
54
urbanos, siguiendo un patrón de red que tiende a ampliarse a lo largo de las
principales carreteras y/o vías férreas que en forma radial salen del centro de la gran
ciudad.” (2002: 128)
De los procesos señalados surge un territorio intermedio entre lo urbano y
rural, con ciertas propiedades que lo distinguen de estos polos, además tiene un
papel relevante en el crecimiento de las grandes ciudades y de las problemáticas
aunadas a ésta: la periferia urbana; concebida, como lo explica José Álvaro
Hernández en base a lo que dicen Galindo y Delgado, “como espacios en los cuales
surgen nuevas formas intermedias y complementarias que dan lugar a estructuras
espaciales complejas inscritas en lógicas socioeconómicas y culturales que difieren
de las nociones tradicionales de oposición campo-ciudad y adoptan una escala
intermedia entre lo urbano y lo regional” (Galindo y Delgado, citado en Hernández,
2010: 13)
2.2 Periferia urbana. El proceso de Periurbanización
Ya se hizo mención de los procesos estructurales que intervienen en la
transformación de las grandes ciudades y en el surgimiento del territorio periférico,
sin embargo, la dinámica que ha generado este territorio presenta ciertos eventos
que han sido determinantes para su formación, de entre los principales María
Soledad Cruz, anota los más relevantes:
“un proceso indiscriminado de incorporación de suelo de diferentes tipos a usos
urbanos; […] el incremento importante de la demanda de vivienda popular; […]
el crecimiento de los pueblos conurbados […] la presencia de fraccionamientos
residenciales que invaden importantes zonas de valor ecológico; la
refuncionalización de espacios que a partir de la implantación de grandes
centros comerciales y financieros han sido dotados de infraestructura
privilegiada.” (2005: 183-184)
Además, la construcción o mejora de la infraestructura vial se coloca como
una acción relevante en el crecimiento de la periferia, además de estimular la
aparición de alguna de las situaciones mencionadas en la cita anterior. Este servicio
55
ha permitido que el crecimiento urbano se extienda a otros territorios, propiciando la
mejora en movilidad de no sólo los sujetos, sino también de mercancías y
fundamentalmente de la difusión de lugares de trabajo. Así, el proceso de
periurbanización se caracteriza fundamentalmente, utilizando las palabras de Mayté
Banzo, por actuar como un transformador espacial. (2005: 209)
La periferia de la Ciudad de México, al igual que la mayoría de las periferias
de ciudades latinoamericanas, ha funcionado desde hace más de medio siglo como
el lugar idóneo para concretar las acciones de los procesos de transformación
económica, demográfica, industrial, etc.; esto se ha debido principalmente a las
ventajas territoriales, sociales y naturales que ofrece dicho territorio, por ejemplo, la
materia prima que se puede conseguir o la mano de obra barata a la que se puede
acceder. Al respecto, Adrián Guillermo Aguilar nos señala lo que identifica como los
cambios que han ocurrido en la periferia de las grandes ciudades, incluida la periferia
de la Ciudad de México: mayor movilidad de la población, la formación de subcentros
urbanos, mercados de trabajo muy segmentados y heterogéneos, el uso intensivo de
recursos naturales, dotación desigual de infraestructura, entre otros. (2006: 6)
De lo anterior se argumenta que la relevancia del territorio periférico, radica en
la importancia del papel que tiene como escenario idóneo para el desarrollo de la
ciudad, pues se coloca como el medio por el cual se da salida a problemáticas que la
ciudad no puede atender en su territorio, por lo que el proceso de periurbanización se
torna económica y socialmente importante al canalizar, entre otras, la inversión
extranjera o proporcionar espacios donde habitar.
Ahora bien, este territorio ha estimulado diversas formas de conceptualizarlo,
una de ellas ha hecho énfasis en los aspectos territoriales: “Constituye un espacio
específico, caracterizado por su situación intermedia entre lo urbano y lo rural, que
produce un territorio definido por la discontinuidad física, resultado del proceso de
difusión urbana y la transformación espacial del medio rural.” (Banzo, citada
Hernández, 2010: 18)
Galindo y Delgado ven en este espacio un modelo de transición en donde se
integran elementos urbanos en un contexto que antaño ostentaba un aspecto rural,
creando un espacio de interrelación entre elementos que se suponían contrarios, así
56
lo dicen ellos en base a lo anotado por el mismo Delgado, Gabriela Ángeles y Carlos
Galindo: “Este nuevo tipo de ruralidad se caracteriza porque los procesos
económicos y sociales en el campo son cada vez más complejos y su principal
manifestación territorial es la formación de espacios híbridos donde lo rural y lo
urbano se ensamblan y son difíciles de identificar, analizar y contextualizar con los
paradigmas tradicionales (Delgado et. al., 2003)” (2006: 197) Desde este punto de
vista el espacio periférico aparece como un territorio conflictivo, en el sentido de no
ser homogéneo en su determinación territorial y social.
Otra de las vertientes del análisis de la periferia, ha destacado que el estudio
de este territorio no sólo debe partir de los elemento espaciales, sino que también se
deben considerar como parte fundamental del análisis los aspectos sociales,
ambientales, políticos y culturales, involucrados en su conformación, así lo anota Jan
Bazant: “Las periferias urbanas es un fenómeno social y espacial que se repite de
manera continua e interminable sobre el contorno de cualquier ciudad,
independientemente de su aptitud para el desarrollo urbano o del deterioro ambiental
que pueda ocasionar.” (2010: 483)
Por otro lado, el conjunto de elementos territoriales y sociales que otorgan
cierta complejidad a los estudios periféricos, revela una serie de elementos que son
constantes en la materialización física y social de este territorio, independientemente
de la diversidad de contextos en los que se presenta este fenómeno social y
territorial.
Cuadro 3. Elementos frecuentes en la constitución de la periferia urbana.
PERIFERIA
URBANA
Relación Funcional Heterogeneidad Territorial Modo de Vida Periurbano Dinámica territorial e Innovación Social Ausencia de Planeación y Administración
Fuente. Elaboración propia
57
2.2.1 Relación funcional
Ésta se refiere a la interacción que establece la gran ciudad con su periferia y
ésta a su vez con aquella. Se califica como funcional debido a que ambas partes
pretenden obtener el mayor beneficio de esa relación, ya que tratan de satisfacer
determinados requerimientos necesarios para su actuación, resultando conveniente
para ambas partes.
La expresión de esta interacción se refleja en la flexibilización del modo de
producción vigente en la mayoría de las economías del mundo, la cual tiende a
diversificar y transformar el espacio de acuerdo a la función requerida para dicho
proceso, logrando articular espacios distantes para la elaboración de cierto producto.
En este sentido, en la Ciudad de México podemos encontrar complejos
hipermodernos que actúan como centros financieros internacionales, en los que se
reúnen las direcciones de las principales firmas internacionales; pero también
encontramos que en las zonas alejadas de la periferia se adecuan espacios de
conveniencia productiva, los cuales cumplen con determinada función y permanecen
en relación funcional con los centros directivos. De ahí se desprende la importancia
de la interacción entre espacios distantes involucrados en un mismo proceso, ya que
su relación permite el flujo continuo de información e intercambios materiales entre
espacios, de los cuales los económicos se tornan fundamentales en la relación.
Sin embargo no sólo se presentan este tipo de intercambios, también ocurren
desde el ámbito social, en el cual ambos contextos encuentran ventajas. En el caso
de la periferia, el componente social, representado en este caso por la población
periférica, encuentra en la zona urbana el lugar dónde satisfacer una serie de
necesidades, como el empleo, lo que resulta en una alta movilidad urbana por parte
de la población periférica, la cual en ocasiones tiene que recorrer hasta tres horas de
camino para llegar a su trabajo; asimismo, el abasto de alimentos u objetos
indispensables para alguna actividad y hasta el entretenimiento. Por el otro lado, la
ciudad encuentra en el espacio periférico el espacio idóneo donde dar salida a una
serie de concesiones necesarias para su actividad y funcionalidad, y que en ella no
tienen cabida, por lo que el territorio periférico establece una “vinculación funcional
con la ciudad, ya que los nuevos usos van asociados a las necesidades y demandas
58
urbanas, por lo que su individualidad procede de un factor locacional.” (Hernández,
2010: 16) Entonces la vinculación que se establece entre territorios ocurre a través
de dos ámbitos: el territorial, en el que se presenta el flujo continuo de comunicación,
información y materialidades; y el social, el cual refuerza ese flujo desde el factor
humano, es decir, desde las acciones que hacen los sujetos para reforzar la
interacción, como el consumir en la gran urbe. Además ésta vinculación resulta útil
para ambas contextos.
2.2.2 Heterogeneidad territorial
Esta propiedad periférica se relaciona con lo dicho anteriormente, debido a
que la flexibilidad del modo de producción al mismo tiempo que otorga cierta
funcionalidad a los espacios, lo fragmenta, es decir, otorga propiedades sociales y de
uso, exclusivas a éstos que permite su diferenciación, lo que suscita la construcción
de una variedad de usos y funciones del territorio.
En este sentido, referirse a la periferia urbana como un territorio continuo en
su constitución funcional y de uso del espacio no es posible, más bien hay que verlo
como un territorio constituido por la heterogeneidad, tanto territorial como social. Ya
se mencionaba anteriormente que la periferia urbana es un lugar en transición entre
el campo y la ciudad, condición que no le permite consolidar un territorio homogéneo;
dicha situación parte de los usos del suelo que se presentan en el territorio periférico,
los cuales serán determinantes en la discontinuidad territorial de éste, pues
permitirán u obstaculizarán la continuidad de la urbanización. Pongamos por caso los
territorios que son utilizados para la agricultura, los cuales han contribuido en gran
medida al incremento de la urbanización: la continua y fuerte descapitalización de
estos terrenos, como ocurre en la mayoría de los países latinoamericanos, ha
permitido el paso a la urbanización, pues los propietarios de éstos ven en su venta el
medio por el cual obtener los recursos que ya no generaban los terrenos antes de su
venta, así su incorporación al continuo urbano se torna relativamente sencilla. Esto
ha condicionado que el desdoblamiento urbano no actúe homogéneamente, ni
espacial, ni temporalmente, más bien, que dependa de factores que acondicionarán
59
las circunstancias para que se efectúe la urbanización, como lo señalado sobre la
descapitalización del campo.
Así, esta forma discontinua del crecimiento urbano construye periferias en las
que los diferentes usos de origen condicionan su desarrollo posterior, por lo que nos
ponemos en concordancia con lo que señala Flor Mireya López al argumentar que es
más pertinente hablar de periferias, debido a la heterogeneidad de funciones que se
dan en ese territorio (2010: 42).
Ahora bien, la heterogeneidad de la periferia abarca otros usos, entre los
cuales destaca el industrial o el de conservación natural, sin embargo el uso
habitacional ha sido el que más ha repercutido en la configuración y el crecimiento de
este territorio, pues como lo indica María Soledad Cruz, “tanto la inversión
inmobiliaria como el poblamiento popular se constituyen como los dos elementos
promotores de la ocupación del suelo urbano” (2000b: 53)
2.2.3 Periurbano como modo de vida
Este es el componente con mayor carga social que ocurre en la constitución
de la periferia. A lo que hace referencia es al estudio o conocimiento de la periferia
no sólo desde los factores que acontecen en su formación física, sino también desde
los diversos procesos que ocurren en el ámbito social. Como se trató en extenso en
el capítulo anterior, el concepto de modo de vida, que permite acercarse a la vida
práctica de los sujetos y conocer a través de ella el significado que estos le otorgan a
sus condiciones de vida, debe plantearse desde las condiciones materiales de vida
de los sujetos, las cuales van a contribuir a dotar de particularidad el desarrollo de
aquéllas; además dicha relación también se presenta a la inversa, es decir, donde la
vida práctica irá transformando las condiciones físicas del espacio, como ya lo
habíamos señalado. En este sentido, José A. Hernández anota que el estudio de la
periferia urbana además de analizar los procesos urbanos, “busca comprender y
analizar cómo se vive este espacio" (2010: 20) desde lo que dicen los propios sujetos
que habitan este territorio, desde la experiencia de estos.
Entonces esta concepción se coloca como una propiedad que conjunta los
procesos sociales presentes en la formación de un territorio, con los procesos
60
materiales que lo constituyen, fundamentando a través de esta consideración la
heterogeneidad periférica, ya que al considerar las cuestiones sociales relacionadas
a un contexto material específico, se construye una forma particular de habitar la
ciudad, situación que se multiplicará en el vasto territorio periférico; de ahí que Mayte
Banzo nos argumente que se debe observar la forma de vivir la periferia desde un
modo de habitar la ciudad, cargada de sus particularidades: “La periurbanización es
un modo de habitar la ciudad discontinua […], un modo de vida elegido (en elección
libre o fuertemente condicionada) por una parte muy importante de la población,
tanto en los países desarrollados como en los de menor desarrollo.” (2005: 214)
2.2.4 Dinámica territorial e innovación social
Otro punto que argumenta la particularidad y heterogeneidad social y territorial
del espacio periférico, lo ofrecen el dinamismo y la innovación social que construyen
el espacio periférico. Estos elementos se refieren a la constante reconstitución
territorial de este espacio y al desarrollo de formas sociales innovadoras en su
composición, así lo argumenta Banzo al citar a Cadène y Valette: “Si existe una
especificidad del espacio, se puede definir en términos de dinámica (espacio en
constante recomposición) y de innovación social (nuevas formas de trabajo, de
intercambios, de sociabilidades.” (Cadène, Valette, citados en 2005: 214)
Al indicar que la periferia urbana es dinámica, se hace referencia a que este
espacio no establece límites territoriales fijos, sino más bien a que éstos son
relocalizados frecuentemente debido a diversos procesos, como los que han sido
señalados, los cuales actúan tanto en su conformación, como en su crecimiento
territorial, factor, este último, que devela a la franja periurbana como un espacio no
constante en el territorio, sino variable en el espacio que ocupa. En este sentido, los
datos que señala el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos
(ONU-HABITAT) para Latinoamérica, como la región del mundo más urbanizada, nos
muestra que el carácter dinámico de este territorio es constante y ha permitido la
extensión de la urbanización: "Casi el 80% de su población vive actualmente en
ciudades, una proporción superior incluso a la del grupo de países más
61
desarrollados, por lo que la región está considerada como la más urbanizada del
mundo." (2012: XI)
Por otro lado, aunado a la frecuente movilidad de su frontera, en el plano
social ocurre la innovación de las relaciones sociales que establecen los sujetos que
habitan o trabajan en este territorio. ¿A qué hace referencia esa innovación?
Principalmente a las nuevas formas de relación que pueden llegar a establecer los
integrantes de diferentes grupos sociales; se califican como nuevas porque no
habían tenido lugar antes, es decir, no había existido algún tipo de interacción entre
los sujetos que ahora se relacionan; relaciones que pueden ser entre los sujetos que
llegan a vivir a la periferia con los habitantes originarios del lugar o entre éstos dos
con las autoridades encargadas de los asuntos periféricos, entre otras. Así, la
innovación social, vista desde el establecimiento de "nuevas" formas de relación
entre sujetos, puede llegar a construir redes sociales que contribuyen a la mejora de
las condiciones materiales del lugar, así como de las adversidades que se tengan
dentro de los hogares.
El conjunto de propiedades anunciadas hasta aquí dan pie para anotar una de
las más sobresalientes características que constituyen a la periferia urbana; ésta se
presenta frecuentemente, independientemente del contexto social que se trate: la
dificultad que existe en el control del crecimiento del territorio periférico y de su
administración.
2.2.5 Ausencia de planeación y administración
Ya se mencionaba líneas atrás que se ha condicionado la infraestructura
adecuada para que el proceso de producción funcione, sin embargo, está concesión
ha resultado contraproducente, pues también ha estimulado el crecimiento urbano,
en este sentido, las autoridades encargadas de la administración urbana, se colocan
como promotores del crecimiento urbano, a pesar de que este no ha sido su principal
objetivo, lo que es síntoma de que no ha existido la prevención, por parte de éstas,
de las consecuencias que han arrojado las acciones emprendidas para mejorar el
funcionamiento de la ciudad; así mismo, refleja la falta de visión integral en el
tratamiento de los asuntos urbanos, “en los espacios urbanos periféricos, se carece
62
de un enfoque integral de la periferia que permita un análisis a profundidad y la
elaboración de políticas específicas para este espacio.” (Aguilar, 2009: 27)
Esta endeble actuación de las autoridades en los asuntos de la periferia ha
sido común en las principales ciudades latinoamericanas, donde México no es la
excepción; esta situación se evidencia desde la inexistencia de una adecuada
planeación del crecimiento urbano, hasta la poca atención en la solución de las
problemática implicadas en el proceso de consolidación de la periferia. En este
sentido, Hernández describe esta actuación como ausente o fragmentada: “ya que
una de las características de la zona de interface es la fragmentación institucional o
la ausencia de instituciones capaces de manejar los vínculos entre los sistemas
urbanos y rurales en forma articulada.” (2010: 23) Sin embargo, esta baja capacidad
institucional, la mayoría de las veces es producto de las malas circunstancias
contextuales en las que determinada administración tiene que actuar.
Una de ellas es la heterogeneidad periférica, referida a la diversidad de usos
del suelo que conforman este territorio. Esta condición dificulta la operación de
políticas o programas que atiendan esta zona, pues al brindar una atención integral,
social y territorialmente, se deja sin atención áreas en las que debería haber algún
tipo de acción, generando así una atención desigual de las problemáticas de la
periferia. Esto es debido a que, como lo argumentamos anteriormente, la periferia
urbana no es un territorio uniforme, ni social, ni territorial, sino más bien diverso en
ambos sentidos, por lo tanto la atención dirigida a este territorio debe considerar esta
propiedad y así crear estrategias de atención que tomen en cuenta las diferencias
territoriales y sociales al poner en acción medidas de atención a este territorio: “De
hecho, por la extensión de estas franjas peri-urbanas cada zona dentro de esta franja
tiene diferentes grados de impactos ambientales y de necesidades por atender.”
(Aguilar, 2009: 24) Así, la singularidad de los territorios que conforman la periferia
urbana, al demandar alicientes específicos para la solución de sus problemáticas, se
convierte en un impedimento para la administración de la periferia.
En concordancia con la variedad territorial, existe una diversidad de
autoridades involucradas en los asuntos de la periferia, es decir, la extensión del
territorio periférico y sus problemáticas no distingue delimitaciones administrativas,
63
por lo que su presencia puede llegar a involucrar a dos o más administraciones
locales. Esta circunstancia complica la atención de las cuestiones periféricas, pues
en la mayoría de los casos la coordinación entre administraciones no llega a
efectuarse positivamente, lo que ocasiona que los problemas tengan una atención
parcial o en el peor de los casos sean ignorados. Mario Barbosa ejemplifica esta
situación con lo que ocurre en el límite de las Delegaciones Tláhuac y Xochimilco:
“en esta zona (Tulyehualco) se evidencia una falta de definición de la jurisdicción
administrativa pues los habitantes manifiestan que no hay claridad sobre los límites
entre las delegaciones de Tláhuac y Xochimilco, hecho que genera la desatención
por parte de ambos gobiernos en la solución a corto y mediano plazo de los
problemas de atención básica en urbanización, salud y educación.” (2004: 195)
A lo anotado hasta aquí se agrega un factor que puede llegar a justificar la
nula o parcial atención que las autoridades han puesto en las cuestiones periféricas:
su limitada capacidad administrativa. Esto tiene que ver con las cuestiones
operacionales con que cuentan las diversas administraciones, como lo señala Aguilar
y Santos: “falta de recursos financieros y capacidad institucional para darles
soluciones” (2011: 277) Pongamos el caso del presupuesto, que como herramienta
fundamental para actuar en la solución de cualquier problemática puede variar de
administración en administración, en un mismo estado o municipio, por lo que su
aplicación en las cuestiones de la periferia, dependerá de los ciclos políticos y de la
voluntad de las autoridades para hacerse cargo de sus asuntos, en el sentido de
autorizar o no su puesta en acción. Esta situación, en algunos casos, llega a
condicionar la participación desigual en los asuntos periféricos de las
administraciones de localidades diferentes: mientras unas cuentan con los recursos y
la infraestructura necesaria para hacer frente a las problemáticas, otras no tienen los
medios para hacerlo, lo que dificulta enormemente el trabajo coordinado entre
autoridades y la solución íntegra de las cuestiones periféricas.
Por lo tanto, la baja capacidad operativa y administrativa de las instituciones
locales y la actuación desigual de éstas ante los asuntos de la periferia, se suman
como factores que limitan la atención que las instituciones deberían de tener ante las
problemáticas periféricas.
64
Con esto, las autoridades quedan en mala situación respecto a su gestión de
los asuntos de la periferia, sin embargo, y a pesar de las contrariedades señaladas,
han tomado diferentes medidas para detener o aminorar las consecuencias del
crecimiento urbano; una de ellas ha sido dirigida a contrarrestar el constante
crecimiento de uno de los factores que más ha contribuida a la urbanización de la
periferia, las ocupaciones irregulares. En el siguiente cuadro se resumen cuáles han
sido las principales líneas de acción que se han implementado desde hace más de
medio siglo en este sentido:
Cuadro 4. Líneas de acción implementadas para evitar la ocupación irregular en la Ciudad de
México, 1950-2000.
Periodo Acciones
1950-1970 Un primer intento de abordar la problemática fue la intolerancia a las ocupaciones irregulares, que en ocasiones se tradujo en desalojos violentos
1980-1990
Posteriormente predomino la permisión a las ocupaciones irregulares, a partir de programas que atendieran la problemática, lo que se tradujo en un aumento de las ocupaciones y no en su disminución.
2000 Recientemente, se ha optado por vigilar que no ocurran nuevas ocupaciones y a las ya existentes condicionarlas a su nulo crecimiento a cambio de concesiones de servicio.
Fuente: Aguilar y Santos, 2011: 285-289.
Aunado a lo mostrado en el cuadro, se desprende la creación de instancias
administrativas que nacen con el objetivo de atender lo relacionado con las
ocupaciones irregulares en la interfase periurbana. Pongamos por caso, en la década
de los setenta, la creación del Instituto Nacional para el Desarrollo de la Comunidad y
la Vivienda Popular (INDECO), con el fin de atender la problemática en las áreas
rurales. (Ávila, 2001: 122-123) En esa misma década se crea la Comisión para la
Regularización de la Tenencia de la Tierra (CORETT), a quien se le faculta como la
única instancia encargada de la regularización de la tierra a nivel nacional5 y la cual,
hasta el día de hoy continua operando.
5 La creación de esta comisión quitó facultades a los gobiernos locales de hacerse cargo de las problemáticas de
la tenencia de la tierra dentro de su jurisdicción administrativa, lo que se traduce en un aliciente más para la baja
participación de los gobiernos locales en la solución de las problemáticas del crecimiento urbano.
65
Recientemente la actuación de las autoridades se ha limitado a tolerar las
ocupaciones irregulares, factor que ha contribuido al surgimiento de más áreas
utilizadas para estos fines: “una vez establecidos los AHI, la política urbana ha tenido
que recurrir a la regularización de la tenencia de la tierra como una solución ex – post
a este problema, lo cual ha estimulado mayores expansiones irregulares.” (Aguilar y
Santos, 2011: 285)
El desglose de elementos recurrentes en la formación de la periferia urbana
nos ha mostrado que en ella actúan tanto procesos estructurales que se expresan en
la modificación del territorio, como procesos sociales que fortalecen esa
transformación territorial e imprimen particularidad a su desarrollo. Ahora bien, la
conjunción de esas propiedades ha tenido distintas implicaciones que han
repercutido considerablemente no sólo directamente en el espacio en el que ocurren,
sino también se han extendido al conjunto de la ciudad y a las áreas urbanas
conjuntas a ésta; se ha hecho mención brevemente líneas atrás de algunas, sin
embargo, se destacan dos de ellas, que desde el punto de vista de las instancias
gubernamentales, como desde la investigación académica, se posicionan como las
de mayor repercusión para la ciudad: el daño ambiental provocado por la presión
urbana y la segregación socioespacial que experimentan los sujetos que llegan a
habitar la periferia urbana.
2.3 Implicaciones ambientales de la periurbanización
El daño ambiental ha significado la transformación constante de grandes extensiones
territoriales a uso urbano, las cuales en mayor o menor medida, contribuyen al
mantenimiento ambiental de la ciudad. El territorio que más se ha visto afectado por
esta situación ha sido el utilizado en las laboras agrícolas, esto es debido a la baja
productividad que ha tenido este sector en las economías de las naciones en
desarrollo y la economía de México no es la excepción; así, está descapitalización
del campo ha llevado a los propietarios a aprovechar la cercanía de la urbanización y
obtener beneficios económicos a través de la venta irregular de sus tierras. Sin
66
embargo lo destacado de esto es que la urbanización ha podido avanzar de forma
constante a raíz de esta situación, transformando este espacio agrícola a urbano y
generando una pérdida considerable de propiedades naturales benéficas para el
ambiente natural de la ciudad.
Ahora bien, aunque la mayor urbanización se ha dado en ese tipo de suelo,
también la presión urbana ha sido ejercida en espacios que tienen un gran valor
ambiental para la ciudad y su entorno, en los cuales podemos encontrar entre otros
pastizales, matorrales, etc. (PAOT, 2005: 5); la perdida de estos espacios comienza
a significar un serio problema para el mantenimiento natural de la ciudad, para su
futuro sostenimiento y la calidad de vida de sus habitantes.
En este sentido se han implementado diversas medidas para evitar la pérdida
de estos espacios, una de ellas y quizás la más importante, se implementó hacia la
década de los noventa del siglo pasado: la catalogación jurídica de una vasta
extensión territorial, como suelo de conservación. Dicha medida ha tenido como
objeto “orientar el ordenamiento territorial, así como el aprovechamiento racional y
sustentable de los recursos naturales” (PAOT, 2005: 14) A través de este
instrumento jurídico se ha tratado de proteger las propiedades de este territorio,
debido a que “Dentro de sus límites se desarrollan procesos naturales que
proporcionan diversos bienes y servicios ambientales tanto para el DF como para
toda la ZMCM, que se consideran imprescindibles para su sustentabilidad, y por lo
tanto para una buena calidad de vida de sus habitantes.” (Aguilar, 2009: 33)
También su importancia radica en su extensión, pues representa el 59% del
territorio del Distrito Federal, localizándose en 9 delegaciones políticas, la gran
mayoría al sur de la entidad. (PAOT, 2005: 3) Así un poco más de la mitad del
territorio de la entidad se encuentra catalogado como suelo de conservación, el cual
a pesar de la restricción existente en el cambio de uso de suelo, se encuentra en
constante presión por diversos factores, como el crecimiento de los pueblos agrícolas
que ocupan porciones de su superficie; o por el crecimiento de la urbanización
irregular, lo que nos lleva a argumentar que este espacio es visto por varios actores,
como el medio idóneo de obtener beneficios económicos, patrimoniales, de materia
prima, entre otros.
67
Bajo la problemática anterior ¿qué implica la pérdida de suelo de
conservación? Desde la mirada del espacio local, significa la trasformación del
paisaje natural por un paisaje urbano, ocasionando, entre otros, la modificación o el
daño de ecosistemas y/o la desaparición de flora y fauna del lugar. Pero también
ocurren procesos que afectan no sólo a los habitantes y al espacio local, sino que la
afectación se extiende más allá de éstos: pongamos por caso la perdida en la
captación de agua de lluvia y su almacenamiento natural; este hecho tiende a
incrementarse debido al aumento de la pavimentación, ocasionando que el aumento
en la escases de este líquido afecte a más áreas de la ciudad y sectores de la
población. Otro caso es la pérdida constante de cobertura vegetal, lo cual significa un
gran daño al ambiente debido a que ésta contribuye a la “Disminución de la
contaminación atmosférica a partir de la retención de partículas suspendidas,
contrarrestando los índices de contaminación” (PAOT, 2005: 4) Si bien estos casos
se enuncian a modo de ejemplos, la afectación al suelo de conservación implica otra
serie de afectaciones que modifican cada vez más el estado regular de este espacio,
y sus consecuencias llegan a afectar al conjunto de la ZMCM, pues la relación que
establece la zona urbana con la de suelo de conservación, va más allá de las
cuestiones naturales.
De estas consideraciones se desprenden dos factores que contribuyen a que
las afectaciones al suelo de conservación sigan ocurriendo: uno acontece desde las
instituciones: como lo habíamos señalado anteriormente, éstas han errado en la
conducción del crecimiento urbano, lo que desde la perspectiva ambiental se refleja
en la desatención de los asuntos del suelo de conservación. Una constante que
ocurre debido a este desinterés, es la falta de coherencia entre los instrumentos
encargados de salvaguardar este espacio natural, reflejándose en la pérdida
constante de este territorio bajo la inclemencia de los asentamientos humanos, tanto
legales como ilegales.6
El otro factor se desarrolla dentro del ámbito social, pues en él están
presentes dos de los principales actores en la transformación del territorio: los
6 Véase la interesante comparación que realiza Adrián Guillermo Aguilar (2009:34-35) en este sentido, en donde
compara la congruencia entre los dos instrumentos que para el año 2003 se encuentran vigentes para la
administración de los asuntos del suelo de conservación.
68
propietarios de la tierra y quienes compran los terrenos para uso habitacional. Por lo
que respecta al primero, es, además de interesante, sobresaliente que los propios
conocedores de las propiedades ambientales y productivas de la tierra, se conviertan
en una figura determinante en la continuidad de la urbanización; si bien este hecho
puede llegar a tener una justificación, en el sentido de encontrarse en desventajas
productivas las tierras y así obtener recursos a través de su venta, es de vital
importancia que se creen los mecanismos para que no siga ocurriendo está filtración
urbana por medio de los propietarios.
En el caso de los segundos, éstos actúan con el fin de satisfacer una
necesidad, sin tomar en cuenta el daño ambiental que representa su presencia en
este espacio. Sin embargo la ocupación no distingue grupos sociales, pues si bien la
mayor ocupación se da por grupos de menores ingresos, ya que es indicativo que
este grupo es más susceptible a acceder a la oferta de este suelo, también los
grupos de niveles económicos medio y alto acceden al suelo ofertado dentro del
suelo de conservación, sólo que en condiciones materiales diferentes, como lo
observaremos a continuación al señalar otra de las implicaciones del proceso de
periurbanización.
2.4 Implicaciones socioespaciales de la periurbanización
Por lo señalado anteriormente, el crecimiento urbano ha significado un daño
considerable al ambiente natural de la ciudad, sin embargo, también ocurren cambios
desde la vertiente social, que se ven reflejados en lo que ocurre espacialmente con
los diversos grupos sociales, así lo anota Aguilar y Santos, al señalar que el
crecimiento urbano ha significado:
“Un patrón de urbanización de fuerte polarización social y de marcadas divisiones espaciales, donde los estratos más acomodados viven en colonias protegidas con la última tecnología, con todos los servicios y la mejor comunicación y comodidad, como son los barrios cerrados, mientras que los grupos pobres viven en condiciones precarias, con servicios deficientes y en sitios bajo riesgo de desastres” (2011: 282)
69
Esta nota de lo que ha representado socialmente el crecimiento urbano, nos
permite señalar que éste se ha construido desde una fuerte diferenciación en la
ubicación territorial de los diversos grupos sociales, proyectando un proceso de
segregación socioespacial continuo, ya que como nos indica Sabatini, "la
segregación residencial corresponde a la aglomeración en el espacio de familias de
una misma condición social." (Sabatini, s/a: 7); aglomeraciones espaciales que han
formado las periferias de las principales ciudades latinoamericana, por lo que su
construcción se da desde la separación de conjuntos de población con marcados
atributos particulares. Pero ¿cuáles han sido los factores que condicionan y
refuerzan la condición de segregación socioespacial de los grupos sociales?
Uno de ellos se encuentra en los detonadores que alientan a los grupos
sociales a habitar la periferia, los cuales, dicho sea de paso, tienen orígenes disimiles
para los diversos grupos: por un lado los de menores ingresos son afectados por
condiciones adversas, como un mercado laboral precario o la falta de un mercado de
vivienda equitativo, en el que la mayoría de la población pueda acceder a una
vivienda, eventos que los coloca en la posición de enfrentar estas adversidades a
través de los medios informales disponibles. Cosa contrario ocurre con los grupos de
mejores ingresos, los cuales al no tener los impedimentos del grupo anterior,
aprovechan las ventajas que les ofrece, por ejemplo, la periferia urbana para su
calidad de vida, esto es, en contacto con la naturaleza y alejada de las inclemencias
que ocasiona la vida en la ciudad, lo que los lleva a segregarse de la demás
población o hasta del conjunto urbano. En base a lo anterior podemos anotar que las
cuestiones estructurales, como el mercado inmobiliario, actúan como medios
detonadores de la segregación de los grupos sociales, ya que tienden a facilitar o a
impedir que éstos puedan llegar a satisfacer una necesidad, como es la vivienda.
Ahora bien, al utilizar el término segregación socioespacial, hay que explicitar
que también hace referencia al acceso que tienen los diversos grupos sociales al
suelo urbano, pues sí la segregación expresa la aglomeración de grupos sociales
con atributos similares en determinado espacio, esto ha sido debido a que el acceso
a éste ha sido diferenciado, es decir, determinados grupos pueden adquirir cierto
terreno, mientras que otros no lo pueden hacer, de ahí la diferencia en localización
70
espacial. Este acceso es determinado por diversas variables, las cuales ocasionan
que los grupos sociales se asienten en contextos territoriales diferentes y formen
conjuntos habitacionales con grandes contrastes, como los de los sectores pobres,
para quienes "la periferia urbana aparece como el único espacio urbano en el que
estos sectores sociales pueden acceder a la tierra y a la vivienda, aunque sea a
través de la autoconstrucción y de formas de tenencia no legalizadas inicialmente.”
(Lindón, 1997: 14).
Sin embargo la formación de conjuntos habitacionales diferenciados no
involucra únicamente a los sectores pobres de la población, sino también a los
sectores con mayores ingresos, ya que estos al formar conjuntos habitacionales
particulares tienden a diferenciarse del resto de la ciudad, involucrándose en el
proceso de segregación socioespacial.
De lo anterior se desprende que al acceder diferenciadamente al suelo
urbano, también se accede a un suelo en condiciones físicas disimiles, razón que
presentará también un fuerte contraste entre los diferentes grupos sociales. Esta
condición tiene una fuerte relación con el poder adquisitivo de los diversos grupos,
por lo que quienes tienen mejores ingresos accederán a espacios con condiciones
apropiadas para ser habitados, mientras quienes tienen bajos ingresos accederán a
espacios que no son propicios para hacerlo. Ahora bien, al mismo tiempo que se
accede a terrenos con condiciones físicas diferentes, por ejemplo, su accesibilidad,
que tiene que ver con la dotación de servicios o su cercanía a servicios de diverso
tipo como los médicos o comerciales, también se accede a condiciones ambientales
diferentes, pues como indica Adriana Allen el acceso dispar al suelo urbano, implica:
“condiciones desiguales de calidad ambiental que caracterizan al asiento de
diferentes grupos en la IPU (interface periurbana). Típicamente, las áreas sujetas a
riesgos ambientales suelen transformarse en el hábitat de los grupos de bajos
ingresos, mientras las de calidad ambiental superior se convierten en el epicentro de
los mecanismos especulativos” (Allen, 2003) Por lo que las condiciones físico-
ambientales a las que acceden los diversos grupos sociales, funcionan como un
diferenciador más que refuerza la condición de segregación socioespacial.
71
Otra forma de observar tal circunstancia, es la manera diferenciada de tener
acceso a los servicios básicos, como la luz o el agua; así lo argumenta Javier
Delgado: “periferia urbana un área segregada, tanto por el insuficiente nivel de
equipamientos como por la baja calidad en la prestación de los servicios.” (Citado en
Lindón, 1997: 9) Así, a las condiciones físico-naturales del lugar se suma la
disposición de servicios y su suministro. En este sentido, nuevamente los grupos de
menores ingresos se colocan como los más afectados, ya que debido a la
localización de los espacios que ocupan, el suministro de los servicios se torna
costoso y complicado, en el sentido de la distancia que se establece entre estos
lugares y la red formal de servicios. Por lo tanto, mientras los sectores de pocos
ingresos carecen de servicios o de un suministro regular de ellos, los sectores de
mejores ingresos tienen acceso tanto a espacios como servicios regulares y con
buen suministro.
Entonces el proceso de periurbanización implica la construcción de espacios
segregados socioespacialmente, esto es, mientras cierto sector de la población tiene
acceso a óptimas condiciones para habitar, otro sector, debido a diversas
desventajas, no cuenta con los medios para acceder a ese tipo de espacios, lo que
condiciona que los grupos se segreguen social y territorialmente; segregación que
desde este último aspecto se refleja en dos formas de ocupar la periferia,
diferenciadas tanto en su constitución material, como en su composición social: “Así
tanto la inversión inmobiliaria como el poblamiento popular se constituyen como los
dos elementos promotores de la ocupación del suelo urbano, ambos contrastan entre
sí y definen un proceso urbano desigual y segregado que está presente no sólo en el
espacio metropolitano, sino también en un mismo territorio delegacional o municipal.”
(Cruz Rodríguez, 2000b: 53)
De esos elementos promotores de la ocupación urbana, los que se dan a
través de procesos irregulares son los que han traído la mayor afectación urbana y
social; uno de esos procesos que más atención se le ha prestado debido a su
importancia social, territorial, política, ambiental, etc. ha sido la urbanización popular
a través de asentamientos humanos ilegales, ya que “Aunque alberga una gran
heterogeneidad social, la Interfase Periurbana es por excelencia el hábitat de las
72
comunidades de bajos ingresos” (Allen, 2003), lo que ha implicado tanto para el
desarrollo de la ciudad, como para la vida de sus habitantes lo que hasta aquí se ha
escrito; ahora es cuestión de observar lo que ha implicado la conjunción de todos los
procesos señalados líneas atrás.
2.5 Asentamientos Humanos Irregulares. Las condiciones materiales del asentamiento
y su proceso de consolidación
Los cambios ocurridos en las grandes estructuras sociales y su reflejo territorial,
manifiesto en un territorio vasto como lo es la periferia urbana, encuentra su máxima
expresión en los Asentamientos Humanos Irregulares, los cuales se tornan
importantes debido a las consecuencias que ha traído “la presencia cada vez mayor
de asentamientos pobres periféricos, que se consolidan a partir de la llegada de
población que sale de áreas centrales, y de la llegada indirecta de inmigrantes.”
(Aguilar, 2006: 6). Y su aumento paulatino no se detiene, a pesar de las condiciones
precarias en las que surgen, Jan Bazant los conceptualiza como: “la ocupación de un
lote por una familia de bajos ingresos adquirido de manera ilegal al ejidatario,
comunero y, en ocasiones, al pequeño propietario.” (2004: 12)
Son varias las circunstancias que actúan para que la ocupación irregular
ocurra, algunas han sido mencionadas líneas atrás, sin embrago, una de ellas
destaca como punto central: el déficit de vivienda que padece la mayoría de la
población de bajos ingresos. A partir de esta variable se puede argumentar, no de
forma definitiva, que surge el proceso de irregularidad, el cual “ante la imposibilidad
de acceder a la vivienda ofertada en el mercado inmobiliario se genera el
establecimiento de asentamientos humanos irregulares en lugares que no son
adecuados para su desarrollo o ubicados en zonas donde no está permitida la
construcción de viviendas.” (Bazant, 2004: 6)
Su condición de irregularidad proviene de la manera ilegal de hacerse de
tierras que no son propicias para ocupación urbana, por lo que el proceso de
adquisición se torna fuera de los marcos establecidos: “las transacciones realizadas
en la compra-venta de terrenos o predios están al margen de la legislación urbana.”
73
(Miguel Ángel Vite, citado en PAOT, 2003: 7) Legislación, que por otra parte, ha
fallado en la aplicación de un plan de ordenamiento territorial adecuado para la
ciudad y ha consentido la urbanización de estos territorios, como se ha anotado.
Ahora bien, dicha condición se refleja en las condiciones materiales del
espacio al que se accede, caracterizadas por ser precarias y de estatus inferior con
respecto al promedio de la ciudad. Además, estas condiciones reflejan la condición
de pobreza en que se encuentran estos territorios, utilizando las palabras de
Fernando Pliego Carrasco, su condición es la de “pobreza expresada
territorialmente.” (2000: 35) En este sentido, la carencia de servicios, la
autoconstrucción de la vivienda y el escaso poder adquisitivo de los sujetos que
adquieren esos lugares, se colocan como los referentes concretos, materiales, que
manifiestan esta condición. Y además, podemos anexar la localización de los
asentamientos, que si bien ya comentamos anteriormente como una forma de
acentuar la condición de segregación, la cuestión del terreno en el que se instala el
asentamiento, también forma parte del contexto material precario en el que los
sujetos habitan, ya que predominan las malas condiciones para hacerlo en la
mayoría de los casos. Por lo tanto, podemos decir que las condiciones materiales de
un asentamiento irregular se caracterizan por presentar la ausencia o mala calidad
de los medio necesarios para habitar.
De lo anterior, esta investigación destaca la ausencia de servicios como
indicador de la pobreza expresada territorialmente: sí la carencia de servicios actúa
como un reforzador de la segregación socio-espacial, también puede ser vista como
la expresión material de la precariedad vivida en un asentamiento irregular, ya que
“Ninguno de estos nuevos asentamientos irregulares de las periferias tiene redes de
infraestructura ni equipamiento.” (Bazant, 2004: 176). Sin embrago, la mayoría de las
veces, dicha situación se ve aminorada a través de las estrategias que implementan
los habitantes en conjunto o en ocasiones ayudados por las autoridades, pero aun
conservando un nivel precario, pues implica una solución parcial a la problemática,
como lo abordamos en el primer capítulo.
De este modo, la condición de pobreza expresada territorialmente que
mantienen los asentamientos irregulares, además de reflejar las condiciones de
74
precariedad en las que habitan grandes sectores de la población, plantea la ausencia
de una planeación urbana adecuada de la gran ciudad, por la cual, diversos actores
encuentran en la periferia una forma de solucionar la imposibilidad de acceder a una
vivienda, a pesar de las condiciones en desventaja material que ofrece el lugar. Sin
embargo, y debido a la actuación de los propios sujetos, las desventajas materiales
pueden aminorarse paulatinamente, hasta en algunos casos, llegar a su mejoría.
2.5.1 El proceso de consolidación
La mejora de las condiciones de pobreza material, expresadas territorialmente en un
asentamiento irregular, depende de un proceso en el que varios factores se ven
interrelacionados: algunos de ellos provienen desde las autoridades locales, quienes
contribuyen a mejorar el lugar a través de pequeñas concesiones de material,
herramientas, servicios, entre otros; también el ambiente político-electoral puede ser
un factor importante en este sentido, ya que puede llegar a permitir que grandes
extensiones de irregularidad cambien de status jurídico y surjan nuevas colonias:
Dominique Mathieu (1997) presenta lo sucedido en el gobierno de Carlos Salinas de
Gortari, en el que a través de una estrategia política se regularizaron más territorios
irregulares que en sexenios pasados.
Sin embrago, las acciones que provienen desde los propios habitantes se
colocan como el motor fundamental de la transformación del lugar, pues como lo
señalamos en el capítulo anterior, éstas construyen el mejoramiento del
asentamiento; una manera que ha sido muy prolífica en este sentido, es la
asociación de acciones entre habitantes del asentamiento y voluntades políticas.
Lo anterior nos plantea que dicho proceso se desarrollará a partir de la
relación de los actores involucrados o del ambiente socio-político en el cual
transcurra su establecimiento y desarrollo; a pesar de ello, Jan S. Bazant nos dice
que estos territorios se distinguen por ser “muy dinámicos y muestran un acelerado
proceso de expansión y consolidación del territorio lo que conlleva a una igualmente
dinámica y creciente demanda de equipamiento y servicios de los nuevos habitantes”
(2004: 11). Entonces la dinámica del proceso de consolidación, que se dirige a la
regulación de las condiciones materiales y del status jurídico del suelo que se ocupa,
75
será determinada por cada contexto periférico y las acciones de sus actores. Sin
embargo, y a pesar del peso que tiene el contexto para el desarrollo del proceso de
consolidación, podemos señalar junto al planteamiento de Bazant la presencia de
cierta periodicidad en el avance de éste.
Este autor señala que el proceso de consolidación de un asentamiento se
lleva a cabo en tres etapas: etapa inicial de asentamiento, etapa intermedia de
expansión y etapa final de consolidación (2004: 13-20). Cada una de ellas viene
condicionada por cierta temporalidad que puede variar según el tipo de asentamiento
que se esté estudiando, “cada asentamiento tiene un origen y condiciones
socioeconómicas o socioculturales distintas” (Bazant, 2004: 173); por lo tanto, las
etapas que nos presenta el autor representan una clasificación promedio del proceso
de construcción de estos territorios.
¿Qué distingue a cada una de las etapas en consideración? La etapa inicial
del asentamiento, como su nombre lo indica, denota un lugar que se encuentra
deshabitado y es ocupado por diversas familias; su apariencia física deja ver que
“más de la mitad de los lotes o parcela agrícola está baldía, por lo que las viviendas
aparecen aisladas y separadas entre sí.” (Bazant, 2004: 14) Las condiciones de
precariedad que presentan estos territorios en esta etapa son altas, por lo que
provoca que sus habitantes se den a la tarea de construir su hogar a través de los
medios que tienen a su alcance, así como de sus posibilidades económicas. Por lo
que ésta condición propicia que la actuación de sus habitantes sea constante y
práctica, con el fin de obtener mejoras inmediatas.
La etapa intermedia de expansión se manifiesta principalmente en las
características físicas que va tomando el asentamiento, como lo indica Bazant:
“Ahora las viviendas tienen más de cuatro recámaras y sala-comedor, cocina y baño,
que es construido adosado a la vivienda, que ya cuenta con las preparaciones
necesarias y están en espera de que lleguen las líneas de agua y drenaje del
municipio.” (2004: 15) Además, debe suponerse, que la población ha crecido y por lo
mismo hay más viviendas y éstas a su vez ya no están alejadas.
Para la etapa de consolidación las condiciones del lugar han cambiado
favorablemente para la habitabilidad de los sujetos. Así la apariencia física se ha
76
transformado: algunas vialidades están pavimentadas y algunas otras están en
espera de serlo; el alumbrado público está disponible; las viviendas presentan
ampliaciones y mejoras considerables en su aspecto físico; en general, las acciones
emprendidas por los habitantes y la disponibilidad de los gobiernos, han llegado a
una relación favorable: “Después de 25 años, el asentamiento cuenta con servicios
municipales, que han de hacer más cómoda la vida de las familias de bajos ingresos”
(Bazant, 2004: 15)
Es interesante distinguir que durante este proceso se obtienen ciertas
concesiones, como la energía eléctrica, que a pesar de la irregularidad del suelo
ocupado, son otorgadas por las autoridades encargadas, que por un lado contradice
la norma de no otorgar servicios a lugares no regulares y por otro lado permiten
aminorar las carencias materiales y la incertidumbre de desalojo, a la cual están
propensos constantemente los habitantes del lugar. Dichas concesiones llegan a
garantizar la permanencia en el lugar habitado a pesar de su baja calidad, sin
embargo bajo la condición de irregularidad que permea en el lugar estas son
suministradas de manera parcial, esperando a que con el paso del tiempo y al llegar
la regularización de todos los servicios, se suministren con mejor calidad.
Este es el proceso por el que sistemáticamente, puede transitar un
asentamiento irregular en la mayoría de los casos, ya que como señalábamos, cada
lugar tiene un origen y desarrollo diferente. Así, el proceso de consolidación por el
que transita un asentamiento irregular, se entiende no como un proceso lineal ni
acabado, sino como un proceso que puede presentar tanto avances constantes,
como lapsos en los que se tenga la sensación de no estar sucediendo nada y en el
cual el cumplimiento del objetivo principal representa la oportunidad de seguir
consiguiendo mayores beneficios.
77
2.6 Conclusiones del capítulo
A lo largo del capítulo se destacaron los principales elementos que actúan en la
conformación de un espacio irregular, y particularmente en la formación de los
asentamientos humanos irregulares, haciendo énfasis en lo ocurrido en la Ciudad de
México; por lo que anotamos que las condiciones materiales que caracterizan a éstos
son predominantemente precarias, es decir, expresan una pobreza territorial en su
ubicación, en las carencias materiales de las viviendas y sobre todo en la falta o mala
condición de los servicios necesarios para habitar. Se destaca que esta situación
tiene sus orígenes en la conjunción de varios elementos que transcurren desde
procesos estructurales, de los que sobresalen las cuestiones económicas y los
procesos demográficos. Las primeras expresan sus cambios en el territorio al
fragmentar el espacio funcionalmente; mientras que los segundos, en el mismo
sentido, tienden a densificar las zonas urbanas cercanas a la gran urbe.
Ambos procesos significan la construcción del territorio periférico, el cual
resulta relevante debido a la importancia que tiene como escenario idóneo para el
desarrollo de la ciudad, pues actúa como el medio por el cual se da salida a
problemáticas que la ciudad no puede atender en su territorio, por lo que el proceso
de periurbanización se caracteriza fundamentalmente, utilizando las palabras de
Mayté Banzo, por actuar como un transformador espacial (2005: 209).
Esta actuación ha significado un creciente daño ambiental, que no sólo afecta
el espacio local en el que se desarrolla, sino que sus consecuencias se extienden
más allá de las fronteras de la ciudad, afectando al equilibrio ecológico de ésta y al
bienestar de sus habitantes. Pero también significa una seria fragmentación social,
es decir, una importante división en la localización territorial de los diferentes grupos
sociales, lo que genera desigualdades que van desde las cuestiones materiales,
como la dotación de los servicios, a los significados sociales asignados a los lugares,
como peligrosos o sucios.
Diferentes medidas por parte de las instituciones correspondientes, se han
emprendido para aminorar o reparar la falta de planificación territorial y sus graves
consecuencias, sin embrago, lo que destaca en este sentido es la conjunción de la
falta de voluntad política por parte de los individuos para trabajar en favor de éstas y
78
las limitantes institucionales para la operación de dicho trabajo, como escasos
recursos o infraestructura; factores que contribuyen a que el proceso de
periurbanización y su constituyente principal, los asentamientos irregulares, sigan
creciendo.
Si bien los procesos anteriores condicionan la formación de asentamientos
irregulares en un contexto de desventajas materiales, estas no son constantes, es
decir, estos territorios no permanecen en la misma condición de desventaja material
por mucho tiempo, ya que se efectúan ciertas relaciones entre actores para que la
situación mejore o existan los medios para subsanar parcialmente alguna desventaja;
entre estas las que se llevan a cabo por los propios habitantes del asentamiento
toman un papel trascendente. Esto podrá observarse en el estudio de caso de esta
investigación, el cual se detalla en el capítulo siguiente.
79
Capítulo 3
La experiencia con la precariedad material: Nochicala en la delegación
Xochimilco
Este capítulo se enfocará a mostrar la problemática de precariedad material en el
caso de estudio elegido: Nochicala en la delegación Xochimilco. Dicho asentamiento
es reflejo de la precariedad en las condiciones materiales, por lo que se coloca como
el contexto adecuado para observar qué hacen sus habitantes ante esta situación.
Para ello se mostrarán los efectos del proceso de urbanización en la
delegación, ya que como vimos en el capítulo anterior, se coloca como el factor
primordial que genera las condiciones de precariedad material. Estas han sido
severas en la demarcación, lo que ha significado una rápida transformación de su
ambiente natural a partir, principalmente, del crecimiento exponencial de
asentamientos humanos, por lo que diversos estudios la colocan como una de las
delegaciones con mayores problemáticas en estos dos rubros.
La condición de precariedad material abarca varios rubros, por lo que se
abordará brevemente su situación, haciendo énfasis en la precariedad de los
servicios. En este sentido primero se abordarán las condiciones de su localización y
caracterización física, destacando que a pesar de no encontrase en condiciones de
riesgo, como otros asentamientos, su acceso es intrincado. Así mismo se
caracterizará sociodemográficamente a su población, en donde las cuestiones
económicas resultan relevantes para llegar a habitar un espacio irregular. En esta
línea, se presenta la situación que guardan, lo que en este trabajo se hace énfasis y
llamamos, la precariedad material en el asentamiento: la ausencia de red de agua
potable, de drenaje y la mala calidad en el suministro de energía eléctrica.
Ante este escenario de precariedad ¿qué es lo que hacen sus habitantes?
Esta pregunta se resuelve en la última parte del capítulo, en la cual se argumenta
que los habitantes del asentamiento construyen prácticas para hacer frente a ese
escenario de precariedad, a partir de prácticas que tienen la finalidad de mantener
80
las condiciones de habitabilidad, pero también a través de prácticas que tienen la
finalidad de construir escenarios que contribuyan a disminuir la precariedad. Esto es
argumentado a partir de la visión de los propios habitantes, por lo que conocer el
sentido que otorgan éstos a la realización de sus prácticas resulta fundamental en la
investigación.
3.1 La delegación Xochimilco
El caso de estudio seleccionado para observar las prácticas mencionadas, se
localiza en una de las delegaciones del Distrito Federal con una fuerte problemática
de asentamientos irregulares, la delegación Xochimilco. Dicha problemática
socioterritorial ha encontrado en los territorios naturales de la delegación una fuente
disponible para su establecimiento, lo que ha significado serios problemas
ambientales y sociales para la demarcación. Esta condición ha permitido considerar
a la delegación como el espacio idóneo dónde poder observar las acciones que
llevan los sujetos a cabo para continuar con la reproducción social en el marco de un
contexto precario materialmente. En este sentido puntualicemos algunos datos al
respecto.
La delegación Xochimilco, ubicada al sur del Distrito Federal, es una de las
nueve delegaciones de la entidad que en su territorio posee suelo de conservación,
espacio, que como se señalaba en el capítulo anterior, resulta de gran importancia
para el mantenimiento ecológico, no sólo de la delegación, sino del resto del Distrito
Federal. La delegación, según datos de la PAOT, cuenta con 10,548 ha. de suelo de
conservación, lo que representa el 82.2% del total de su territorio y el 11.9% del total
de suelo de conservación del Distrito Federal, entidad que cuenta con 88,442 ha. de
este tipo de suelo, lo que representa el 59% del total de su territorio. Xochimilco se
coloca como la tercera delegación con mayor cantidad de suelo de conservación,
sólo detrás de Tlalpan con el 29.4% y Milpa Alta con el 32.2% del total del Distrito
Federal. (2005: 4)
Como lo podemos notar, Xochimilco pertenece al conjunto de delegaciones
localizadas al sur del Distrito Federal que cuentan con amplias propiedades naturales
en su territorio, no está de más observar en el mapa 1 cómo dicho conjunto forma
una especie de corredor natural en la periferia sur de la ciudad. Esta aparente
81
"disponibilidad" espacial, ha significado tanto para la delegación en estudio, como
para el resto de este conjunto natural, la presencia de serias problemáticas
ambientales y sociales.
Mapa 1. Localización de la delegación Xochimilco en el Distrito Federal y el suelo de conservación en la entidad.
82
En este sentido, la disposición espacial se coloca como un factor negativo
para el ambiente natural de estas delegaciones, ya que ha permitido que el proceso
de urbanización continúe en sus territorios, sin importar que éste no esté
condicionado para habitarlo, tanto por su designación legal como suelo de
conservación, como por ser un espacio biofísicamente no adecuado. Como ya se
había mencionado, la aparición de asentamientos humanos ha sido uno de los
factores que más ha contribuido al desarrollo de la urbanización en este tipo de
suelo. Esto es lo que ha ocurrido en la periferia sur del Distrito Federal, la amplia
disponibilidad territorial y el crecimiento de la población aunado al requerimiento de
una vivienda por parte de ésta, se han conjuntado para afectar a ese espacio de
conservación sin importar la afectación ambiental y las problemáticas sociales que
representan.
Estos factores forman parte de lo que se ha observado como proceso de
urbanización, para detallar esto, nos referiremos al alcance que ha tenido el proceso
de urbanización en territorios de la delegación, de tal suerte que el crecimiento de la
población y la aparición de asentamientos irregulares van aunados a dicho proceso,
el cual ha afectado en importancia al territorio sur del Distrito Federal, así lo deja ver
Mario Barbosa: “El modelo de fraccionamientos populares sin servicios básicos ha
seguido prevaleciendo casi por un siglo y medio en el Distrito Federal. Y en el
sureste del valle se agrava por la invasión de tierras privadas, comunales y ejidales,
así como por el significado cultural y ambiental que tiene la zona dentro del Valle de
México.” (2004: 187)
3.2 El proceso de expansión urbana en la delegación Xochimilco
Comentábamos que la delegación Xochimilco pertenece a ese especie de cinturón
natural que trae beneficios ambientales importantes al Distrito Federal, pero también
al mismo tiempo dicho territorio se ha distinguido por presentar diversos procesos
agrícolas, de hecho se pueden encontrar importantes asentamientos humanos,
conocidos como pueblos tradicionales, que aprovechan las propiedades naturales del
83
suelo para realizar ese tipo de actividades productivas. En este sentido, la zona sur
ha mantenido tradicionalmente una vocación agrícola importante, la cual representó
por algún tiempo una especie de impedimento para el alcance de los procesos
urbanos, así lo comenta Mario Barbosa: "las delegaciones del sur –Tlalpan, Milpa
Alta y Xochimilco- estaban muy lejos de sentir el impacto de este fenómeno. Aún
eran parte de un amplio cinturón rural en donde sobresalían unas pocas poblaciones
medianas y pequeños pueblos que concentraban sectores medianos y
comerciantes.” (2004: 166)
Sin embargo esta condición es alterada por diversos factores que fueron
ocurriendo: uno de ellos fue detallado en el capítulo anterior y sus efectos pueden
observarse en la transformación territorial de la delegación. Nos referimos a la
descapitalización del campo, dicho factor ha influenciado a que los propietarios de la
tierra vean en ella una forma de obtener los ingresos que ya no les genera al
utilizarla para las actividades agrícolas, por lo que este proceso ha provocado
destacables cambios en los territorios del sur de la ciudad, así lo plantea la PAOT:
“la falta de apoyo tanto económico como tecnológico, generó la descapitalización,
la improductividad e ineficiencia económica de los núcleos ejidales, persistiendo
por tanto una agricultura de subsistencia conservando muchas de las prácticas
agrícolas tradicionales, derivadas de la preservación de usos y costumbres
prehispánicos, lo que convirtió a estas áreas en abastecedoras de mano de obra”
(2005: 7)
Este empobrecimiento del territorio agrícola ocurre en la delegación en estudio
varias décadas después de afectar a las localidades centrales del Distrito Federal, su
alejamiento de los principales procesos económicos y urbanos que se presentan en
la cuidad central, permitió que su vocación agrícola y su aspecto ambiental se
continuara sin afectación. Es hasta que comienza a haber un aumento en la conexión
de la entidad con las zonas centrales cuando comienzan a ocurrir cambios en el
territorio de la delegación.
El proceso de urbanización que ocurre en la Ciudad de México a partir de la
década de los cuarenta del siglo XX, llega a tener repercusiones tardías en la parte
sur de la entidad, por un lado esto es debido a la falta de una buena comunicación
84
entre la zona centro de la ciudad y su periferia, pero también debido a que el proceso
industrial iniciado en aquella década no requería de la participación de esos
territorios: “la urbanización en el sureste del Distrito Federal ha sido, de una parte, la
tardía expansión por causa de su aislamiento con respecto al avance de la mancha
urbana” (Barbosa, 2004: 155)
El crecimiento de la población y la disminución de la capacidad de atención a
ésta en la ciudad central, principalmente en lo referente a la vivienda, permite que los
territorios del sur comiencen a tener un significado diferente para el conjunto de la
ciudad y no sólo ser vistos cómo lugares turísticos o de recreación familiar. Al
respecto Patricia Romero y Eike Duffing, nos dicen que el proceso de urbanización
de Xochimilco tiene lugar “A partir de la década de 1960 Xochimilco se conurba con
la ciudad y se transforma en una parte rural dentro de lo urbano.” (2004: 213).
Esta cita hace referencia a un punto importante en la urbanización de la
entidad, el cual se refiere a que la vocación agrícola no ha desaparecido del todo en
la demarcación, aún podemos observar en su territorio lugares en donde se cultivan
vegetales que son distribuidos en los mercados y supermercados del Distrito Federal.
La ancestral forma de cultivo, las chinampas, son todavía una forma de subsistir para
algunas familias que habitan en la delegación. Sin embargo la urbanización cada vez
más disminuye la calidad de los cultivos contaminándolos o en el peor de los casos
provocando su desaparición.
Para las décadas de los 30 y 40 del siglo XX, incipientes líneas de
comunicación entre la delegación y la ciudad central se comienzan a observar, pues
como lo indica Mario Barbosa, en estas décadas se comienzan a sentar las bases
para la urbanización en la delegación; uno de los síntomas destacables es la
desecación de ríos de la delegación y la disminución del agua en las reservas del
subsuelo. (2004: 213)
El proceso de urbanización tiende a acelerarse y a representar un mayor
impacto en la delegación a partir de finales de la década de los 60´s, la celebración
de los juegos Olímpicos del año 68 permiten que el proceso se haga efectivo para la
delegación, principalmente al estimular la construcción de la infraestructura necesaria
para el evento. Esta infraestructura requirió que grandes extensiones de tierra fueran
85
urbanizadas; la utilización del canal de Cuemanco para las competiciones olímpicas
implico el arreglo del equipamiento urbano de las inmediaciones del canal, lo que
significó la consolidación de líneas de servicios para esa parte de la ciudad. Pero
quizá la construcción y mejora de las vialidades representó uno de los factores
principales que aceleraron la urbanización en la delegación: al ubicarse sedes
importantes para el desarrollo de las competiciones olímpicas en el sur de la ciudad,
se requirió que esa parte estuviera muy bien conectada al resto de ésta, por lo que
fue necesaria la construcción y mejora de las vías de comunicación, en este sentido
destaca la continuación del anillo periférico sur, que permitió una mejora conectividad
hacia las instalaciones de Ciudad Universitaria, sede principal de los juegos
Olímpicos.
Así las vías de comunicación se colocan como uno de los factores que
ocasionaron la rápida urbanización de Xochimilco, ya que como lo indica Mario
Barbosa, “la construcción de nuevas vías [...] hicieron más fácil la comunicación entre
la delegación y la mancha urbana de la ciudad de México.” (2004: 167) El impulso
urbano que comenzó a tener la delegación a partir de su mayor conectividad se
comenzó a reflejar en el aumento de movilidad de las personas ajenas al lugar,
algunas de ellas llegaban a ella atraídas por la belleza natural del lugar, pero al
mismo tiempo se iniciaba la llegada de una gran cantidad de personas atraídas por la
oferta de suelo a bajos costos, esto fue posible por el aumento paulatino del
empobrecimiento del suelo productivo y su aprovechamiento, aunado al desgaste de
los recursos naturales, como el agua, que comenzaron a afectar a dichas tierra. Esta
situación permitió que la urbanización a partir de asentamientos humanos comenzara
a desbordarse.
En el caso de los residentes originarios del lugar, comenzaron a utilizar las
vías de comunicación como medio para conseguir mejores oportunidades de empleo
fuera de la delegación, ya que las actividades tradicionales habían perdido su valor
productivo, así lo comenta Mario Barbosa: “ante el aumento de las sequías en la
región y el abandono de tierras productivas, una buena parte de la población
comenzó a buscar oportunidades de trabajo en la ciudad, sobre todo en el sector
servicios. Esta población requería de más vías de acceso.” (2004: 178)
86
La llegada de población ajena a la delegación permitió que su composición
territorial comenzara a cambiar, la ocupación ilegal del territorio fue el medio por el
cual los "ajenos" comenzaron a establecer su vivienda en territorios de la delegación,
de ahí que el proceso de crecimiento poblacional representa el síntoma de la
urbanización paulatina de la delegación:
“Los estudios demográficos han subrayado que el aumento de la población en la
delegación se acelera a partir de 1970 debido a la migración interna, sobre todo
de lugares cercanos al Distrito Federal, en especial del Estado de México. [...]
Entre 1940 y 1970 la población se triplicó, y en los 20 años siguientes se volvió a
multiplicar por tres. Este incremento coincidió con la expansión de la mancha
territorial y con la llegada de muchos foráneos a una delegación tradicionalmente
habitada por naturales o lugareños.” (Barbosa, 2004: 167)
Dicha tendencia de crecimiento poblacional que se registraba en aquellas
décadas de finales del siglo XX, sigue manteniéndose en la actualidad, aunque no
con los altos números de aquellos años. Al respecto, en el cuadro 5 se puede
observar que la delegación Xochimilco presenta una tasa de crecimiento poblacional
para la década del 2000-2010 de 1.2%, notoriamente más alta que la que presenta
para el mismo periodo la entidad capital, 0.3%. De las delegaciones que superan el 1
porcentual de crecimiento, Xochimilco se encuentra en el cuarto sitió, situación que la
coloca como una de las cinco con crecimiento poblacional alto en el Distrito Federal.
Cuadro 5. Tasa de crecimiento poblacional del Distrito Federal y cinco delegaciones con suelo de conservación, 2000-2010.
Entidades Población
2000 Población
2010 Tasa de crec.
2000-2010
Distrito Federal 8,605,239 8,851,080 0.3
Cuajimalpa de Morelos 151,222 186,391 2.1
Milpa Alta 96,773 130,582 3.0
Tláhuac 302,790 360,265 1.8
Tlalpan 581,781 650,567 1.1
Xochimilco 369,787 415,007 1.2
Fuente. Elaboración propia con datos de los Censos de Población y Vivienda del INEGI, 2000 y 2010.
87
Hay que destacar que dicha tendencia de crecimiento de la población es un
reflejo de la amplia disponibilidad territorial en las delegaciones. Como podemos
observar en el cuadro anterior, las cinco entidades que presentan tasas altas,
pertenecen al cinturón natural que se mencionaba líneas atrás, localizado al sur del
Distrito Federal, lo que significa que buena parte de su territorio es suelo de
conservación, condición que ha permitido que el proceso de urbanización continué
en su territorio. En este sentido basta mencionar el caso de Milpa Alta, delegación
que el 100% de su territorio se encuentra clasificado como suelo de conservación y a
la vez presenta la tasa más alta de crecimiento poblacional, el 3%, situación que
llega a indicar que los procesos urbanos están teniendo una fuerte presencia en el
territorio de la delegación. Para la delegación en estudio la situación no es tan
diferente, pues dicha situación también mantiene un fuerte impacto en su territorio,
impulsado principalmente por la ocupación ilegal, debido a que la delegación no
cuenta con reservas territorial disponibles para vivienda regular.
Es así como “el avance de la urbanización sobre tierras ejidales y privadas fue
más acelerado a partir de los años setenta" (Barbosa, 2004: 181), tendencia que
sigue el patrón de crecimiento urbano de la ciudad de México mencionado en el
capítulo anterior. Además, en esa década se fortalecen las condiciones para que la
urbanización de Xochimilco resultara efectiva, es decir, para que iniciara la
consolidación del círculo de venta irregular del suelo de la demarcación, a pesar de
estar prohibido.
También, al mismo tiempo con el crecimiento de las zonas urbanas en la
delegación, un proceso social y cultural se empieza a desarrollar: “Otra característica
de este periodo que se extiende hasta los años ochenta, es la llegada de otros
pobladores que dejaron de ser la minoría dentro de la población de la delegación. Me
refiero a los habitantes de las nuevas urbanizaciones populares, conjuntos
residenciales y unidades habitacionales, a quienes los originarios de Xochimilco se
refieren como <<avecindados>>.” (Barbosa, 2004: 186)
Ahora bien, no hay que dejar de mencionar que el crecimiento de la población
y las grandes obras de infraestructura comenzaron a traer consecuencias al
ambiente natural de la delegación, las cuales afectaron al mismo tiempo a los propios
88
habitantes de la entidad: “Muchos campesinos prefirieron vender a medianos o
pequeños empresarios ante la disminución de la productividad de las tierras,
causada por el deterioro ambiental y la desaparición de una buena parte de los
mantos acuíferos, de los pozos y los ojos de agua que hacían fértiles los suelos.”
(Barbosa, 2004: 187-188)
3.2.1 Urbanización y transformación del ambiente natural de Xochimilco
A partir del siglo XX las condiciones sociales, de producción económica y por
supuesto, la paulatina conexión de Xochimilco con la ciudad, comenzaron a marcar
una diferencia sustancial en las condiciones naturales de la delegación. Si bien
dichos factores no tuvieron fuertes repercusiones para las primeras décadas del
siglo, la construcción de grandes obras de infraestructura y la presencia de
desgastes naturales, comienzan a estar presentes a nivel local: “Se construye y
opera el sistema de abastecimiento de agua para la capital. Erosión, inundaciones y
otros impactos ecológicos de actividades locales prosiguen su curso. Se
implementan políticas agrícola, agraria y urbano-industrial de efectos indirectos en la
población local.” (Romero y Duffing, 2004: 219)
Es con el advenimiento de los procesos señalados en el apartado anterior, que
de alguna forma acercaban los procesos urbanos a la delegación y los procesos que
se habían acumulado desde el ámbito local, que los cambios al ambiente natural de
la delegación tienden a resultar significativos para el sistema ecológico local y el del
resto de la ciudad, así lo plantean Romero y Duffing: “los principales determinantes
del deterioro ambiental y social regional, la explotación de agua y el dinamismo
urbano, fueron factores externos a Xochimilco hasta la década de 1960.” (2004: 212)
El paulatino desgaste del ambiente natural de la delegación y su incremento
acontecido desde las últimas décadas del siglo pasado, ha significado un serio
deterioro principalmente en dos recursos naturales fundamentales para el
ecosistema de la delegación, el agua y la cobertura vegetal. Xochimilco ha sido
distinguida tradicionalmente como la entidad en la que se ha cultivado por varios
siglos a través de chinampas, herencia indígena, las cuales se han distinguido por
89
ser productivas a partir de su establecimiento sobre los canales de la región. Esta
tradición ha ido disminuyendo debido a los fuertes impactos del deterioro ambiental,
ya que su principal soporte, el agua, ha sido afectada.
Esto ha ocurrido por la desecación de los principales conductos de agua, de
canales, además de la grave contaminación que ha ido invadiendo el lago de
Xochimilco. Estos factores han sido debidos a la extracción del agua de manantiales
y pozos para abastecer a las zonas de la ciudad de estatus socioeconómico alto. Lo
que en consecuencia ha traido problemáticas ambientales y sociales, pues en su
mayoría los habitantes del lugar dependían del agua de la zona, así lo refieren
Romero y Duffing: “Extracción de agua y, en menor grado, deforestación y erosión,
tuvieron implicaciones socioeconómicas para las actividades locales, como la
disminución de las superficies de jugo, sustentadoras de las chinampas y de otros
sistemas agrícolas.” (2004: 222)
En el caso de la cobertura vegetal, la deforestación ha sido el principal motor
de afectación a este recurso. Este cambio ambiental altera paulatinamente la pureza
del aire, debido a que las fuentes de filtración de contaminantes, principalmente los
árboles, tienden a ser eliminados, permitiendo que esas sustancias dañinas queden
en el aire. Por tal circunstancia el daño a la cobertura vegetal de la delegación resulta
dañino para su ambiente natural.
Hay que señalar que a pesar de la buena intención de la puesta en marcha de
los cambios urbanos que pretendían brindar una mejor conectividad a esa parte de la
ciudad o de cierta forma aminorar las problemáticas de servicios a nivel local, pero
también a nivel de la ciudad, estas acciones resultaron contradictorias, en el sentido
que no fue prevista la implicación ambiental de su implementación, ya que su
finalidad era la de mejorar las condiciones de la población local, pero también en
mayor medida solventar problemáticas en entidades fuera de la delegación.
Si bien hasta aquí se han señalado factores urbanos que han afectado el
ambiente natural de la delegación, no hay que dejar de señalar el factor que más ha
implicado deterioro al ambiente natural de la zona de estudio, los asentamientos
humanos. Como se ha insistido en reiteradas ocasiones a lo largo de este trabajo,
90
esta problemática conjunta los daños mencionados líneas atrás: la contaminación del
subsuelo, deforestación, pérdida en la captación de agua, entre otros:
“Los asentamientos irregulares representan un alto costo ambiental porque
muchos de ellos se han establecido en el suelo de conservación en zonas
inadecuadas para el desarrollo urbano, como barrancas, lomeríos, suelo de alta
calidad; lo que además de representar un alto riesgo para la población asentada
ahí, causa la pérdida de áreas con potencial forestal y con alta capacidad de
infiltración, además de que se contaminan los mantos acuíferos, de los cuales se
extrae gran parte del agua que consume la ciudad de México.” (Aguilar y Santos,
2011: 296)
El daño ambiental en la zona en estudio al afectar el suelo de conservación
interrumpe o elimina procesos naturales que benefician a la vida humana ya que,
independientemente de las particularidades biofísicas de cada delegación del sur del
Distrito Federal, la zona cuenta con "la capacidad de captura de carbono de 90
ton./ha. y provee el 57% del agua que consume la ciudad." (PAOT, 2003: 4) De ahí
que los factores urbanos que se han filtrado a esta zona tiendan a ser disminuidos a
partir de acciones que provengan ya sea de los propios habitantes o de las
autoridades encargadas de estos asuntos.
3.2.2 La Delegación y los asentamientos irregulares
La explosión de asentamientos irregulares en la delegación en estudio, tiene
su máximo apogeo a partir de la década de 1970, lo que corresponde con el
crecimiento de la población registrado en aquella década. Este indicador poblacional
en la Delegación a pesar que ha disminuido, ha permanecido como uno de los más
altos para el Distrito Federal, factor que indica que la ocupación irregular ha sido un
proceso constante en la delegación.
Al respecto, Adrián Guillermo Aguilar nos dice a partir de su análisis, el cual
procedió a partir de la delimitación de polígonos, que la delegación ocupa el tercer
sitio con mayor número de polígonos identificados como asentamientos irregulares,
53, lo que representa una ocupación de 33.21 ha. según la medición del estudio.
(2009: 49)
91
En el mismo sentido el Plan Delegacional de Desarrollo Urbano del 2005,
identifica para el año 2004, 300 asentamientos en suelo de la delegación, lo que
representa que el 46.56% de la población total de la delegación habita de forma
irregular en uno de esos asentamientos. (Gaceta Oficial del Distrito Federal: 42) Este
dato es determinante para poner atención en lo que se pueda hacer para dar
solución a esta problemática.
Ahora sólo es tarea indicar cuál ha sido el comportamiento de localización de
estos asentamientos en el suelo de la Delegación. Como puede parecer lógico, su
establecimiento ha sido en grandes espacios del suelo de conservación, sin embargo
lo que en estos momentos es útil destacar es su localización. El Plan delegacional
clasifica tres zonas de ubicación: en zona de la montaña; dentro de polígonos
establecido por el propio Plan y los que se ubican en la zona de chinampas y en
Áreas Naturales Protegidas. (Gaceta Oficial del Distrito Federal, 2005: 42) Como lo
señalábamos anteriormente la localización del asentamiento resulta importante para
los procesos socioterritoriales que se llevan a cabo al momento del establecimiento y
durante el proceso de consolidación del asentamiento, por lo que la clasificación
hecha por el plan nos permite observar de cierta forma cuales son las principales
problemáticas a las que se enfrentan los diferentes asentamientos.
Además, la clasificación nos indica el grado de riesgo al que se encuentra
expuesto el asentamiento, por ejemplo, según información del Plan, el 63.2% se
localiza en zona de montaña, lo que significa que su riesgo es alto debido a que en la
mayoría de las ocasiones se ubican en barrancas o laderas, condición que los
enfrenta a una serie de riesgos como los deslaves, poniendo en peligro la integridad
de sus habitantes. El 25% se localiza dentro de los polígonos definidos por la
delegación, los cuales implica que se están tomando acciones para la pronta
regularización de los asentamientos incluidos en los límites poligonales. Mientras que
el 11.6%, los ubica en zonas con alto valor ambiental, por lo que su establecimiento
resulta preocupante por el daño ambiental que han ocasionado. (Gaceta Oficial del
Distrito Federal, 2005: 22)
No cabe duda que las consecuencias del establecimiento de asentamientos
humanos en suelo en el que no es propicia su instalación implica una serie de
92
problemáticas que involucran factores territoriales, ambientales, políticos,
económicos, culturales, sociales, etc., dando una experiencia particular al desarrollo
de la vida en estos territorios, en este sentido es momento de observar estos factores
en un caso particular.
3.3 El caso de estudio: Nochicala
Antes de entrar de lleno a conocer el caso de estudio, hay que señalar la forma por la
que se obtuvo la información que fundamenta lo siguiente. Como ha sido
mencionado, esta investigación tiene como objetivo conocer las gestiones por los
habitantes de un asentamiento irregular para hacer frente a la precariedad material
de éste. Sin embargo como lo hicimos notar en el capítulo inicial, la práctica es
estudiada no sólo en lo que tiene de recurrente en la vida común, sino también desde
lo que fundamenta su realización, es decir, los conocimientos, los valores, las ideas,
los imaginarios, en síntesis, el punto de vista que los sujetos tienen sobre su propia
acción. El planteamiento teórico-metodológico utilizado, nos dice que la subjetividad
puede verse como el contenedor de estos fundamentos, por lo que la investigación
se dirigió a conocerla en un contexto de precariedad material.
Los instrumentos de investigación se dirigieron a rastrear esos sentidos a
partir de dos etapas en la investigación: la primera se desprende de la aplicación de
un cuestionario con el objetivo de obtener información sobre la percepción de los
habitantes del daño ambiental en el asentamiento y de las acciones que realizan los
sujetos al respecto; de este ejercicio de investigación se obtuvo la información
sociodemográfica de la población, además de algunos datos relacionados con el
medio ambiente local y su deterioro.
La segunda etapa se dirigió a profundizar en la búsqueda de los sentidos
atribuidos a las prácticas habituales, por lo que la herramienta de investigación
utilizada fue la entrevista semiestructurada. Dicho instrumento fue pensado en
función de la metodología y las categorías propuestas, por lo que se dividió en tres
campos: el primero enfocado a construir los escenarios materiales pasados; el
segundo, a partir de lo que el sujeto tiene que decir sobre su experiencia con la
precariedad material hasta el momento del cuestionamiento, lo que no deja ocultos
93
factores de los otros campos; y el tercero, enfocado a cubrir el campo de la utopía,
es decir, del camino planeado por los sujetos para construir escenarios futuros. Cabe
señalar que la aparente estructuración de la entrevista respondió a que las
respuestas de cierta forma se acotaran a comentar la experiencia con la precariedad
material.
3.3.1 Nochicala La localidad de estudio forma parte desde hace poco más de una década de la gran
cantidad de asentamientos que se han construido en las inmediaciones del corredor
vial que conecta el centro de Xochimilco con Tulyehualco y el cual cruza los pueblos
de Santa Cruz Alcapixtla, San Gregorio Atlapulco y San Luis Tlaxialtemalco.
Mapa 2. Localización del asentamiento Nochicala en la delegación Xochimilco y el suelo de conservación.
94
Dichos asentamientos en su mayoría son catalogados por el Plan
Delegacional de Desarrollo Urbano de Xochimilco del 2005, como de alto riesgo,
clasificándolos como en zona de montaña, debido a que se localizan en pendientes o
laderas, proclives a un deslave a causa de la precipitación o por movimientos de la
tierra. (Gaceta Oficial del Distrito Federal: 42) El asentamiento de estudio puede ser
catalogado dentro de este tipo, debido a que se localiza en la parte superior de un
cerro perteneciente al pueblo de San Luis Tlaxialtemalco; si bien no se localiza en
pendientes que pongan en riesgo a su población, su acceso es complicado, ya que
se caracteriza por estar a una larga distancia de la vialidad principal, la carretera
Xochimilco-Tulyehualco y la calle Floricultura sur, acceso principal, además de ser
una pendiente muy larga.
Fotografías 1 y 2.
Calle Floricultura sur, acceso principal al
asentamiento Nochicala.
Fotos de Daniel Morales.
95
Hay que señalar que al igual que la mayoría de los asentamientos presentes
en la delegación, y como fue señalado líneas atrás, Nochicala se localiza en suelo de
conservación, lo que de forma jurídica ha dificultado el desarrollo urbano del
asentamiento, además de contribuir al daño ambiental de la zona debido a las
condiciones sanitarias y de pavimentación de las vialidades de la comunidad.
Ahora bien, para reconstruir de cierta forma el aspecto físico del asentamiento
en su etapa inicial de construcción, se recurrió a la memoria de sus propios
habitantes, ya que al final de cuentas ellos son los principales actores del proceso de
construcción del asentamiento. Ellos comentaron que la formación del asentamiento
data a finales de la primera mitad de la década de los noventa del siglo pasado, de
ahí que se pueda calcular que su formación tiene aproximadamente 19 años.
Sobre su constitución material inicial, los comentarios se dirigen a lo planteado
por Jan Bazant (2004: 11) sobre la etapa inicial del proceso de consolidación de un
asentamiento: las viviendas y la población eran pocas, además de la escasez de los
servicios, así lo comentan los habitantes: “muy, muy poquita gente, éramos muy
pocos”; “no pues no había, había muy poquitas casas”. De esto se puede deducir
que las viviendas se encontraban alejadas, muy distantes unas de otras, lo que
correspondería con la forma de cómo se fueron vendiendo los lotes, además del
poder adquisitivo de los compradores. La condición de las viviendas presentaban una
situación material altamente precaria, debido a que los materiales con los que eran
construidos presentaban una calidad mínima, así lo menciona la Sra. Esther: “las
casas eran casi unas de lámina, de madera, no había bardas”.
Lo que más refieren los habitantes sobre esta etapa del asentamiento, es la
condición de sus calles: “esta calle la de nosotros era una vereda nada más, una
veredita”; “pues todo estaba yerboso, todo como aquí ira, todo estaba yerboso, aquí
un pedazo”; " no había calles todos los terrenos estaban baldíos y eran todos de
piedra, había muchas piedras, no había ni luz y ahora ya tenemos luz"; "pues no
había nada, ni casas ni calles, de hecho los materiales se acarreaban con burros por
que como no había calles, era la única manera de traer las cosas y hasta que se
hicieron las calles entraron los carros"; "no había camino o sea carretera bien hecha,
era como una vereda, era mucha terracería, no había entrada de carros como el de
96
la basura, pipas, ni las combis que ya llegan hasta acá arriba, no había
prácticamente nada". Esta suma de descripciones de cuál era la situación de las
vialidades en los inicios del asentamiento, además de las consecuencias sociales de
ello, refleja la situación precaria del lugar, síntoma de que sus condiciones no “eran”
aptas para habitar.
3.3.2 La situación de los servicios en el asentamiento
La situación de los servicios a lo largo de la existencia del asentamiento, coincide
con lo nombrado al principio de este trabajo de investigación como precaria, es decir,
la calidad del suministro de los servicios de agua potable, drenaje y luz eléctrica es
deficiente; si bien se han gestado algunas mejoras, el servicio no se ha regularizado
del todo. Además, otras de las condiciones materiales se encuentran en la misma
situación, por ejemplo, a pesar que la mayoría de las viviendas ya se encuentran
construidas con materiales adecuados, todavía encontramos viviendas construidas
con pocos materiales, además de deficientes e inadecuados, como se puede
observar en la fotografía siguiente.
Fotografía 3. Precariedad material en la construcción de las viviendas.
Foto de Daniel Morales.
97
Ahora bien, en el cuadro siguiente se describe cual es la situación que
mantienen los servicios al momento de hacer el trabajo de campo; en él se trata la
forma de obtención, el almacenamiento en el caso del agua, mantenimiento o
probable regularización próxima.
Cuadro 6. Situación actual de los servicios en el asentamiento Nochicala, Xochimilco.
Servicio Situación
Agua
El asentamiento no cuenta con red de agua potable; sus habitantes la obtienen a través del servicio de pipa que la delegación les proporciona. Algunos de ellos, debido a que cuentan con cisterna para almacenar el agua, tienden a contratar el servicio de pipas privadas. En lo que se refiere al almacenamiento, en la última visita realizada al asentamiento, se observó que ha habido un aumento en el número de tinacos, desplazando de cierta forma a los tambos, recientes que hace algunos años predominaban como medio de almacenamiento.
Drenaje
De igual forma, el asentamiento no cuenta con red de drenaje, carencia que es solventada a través de fosa séptica. Las personas entrevistadas nos dijeron que la construcción de la fosa fue contemplada para varios años, por lo que no requiere de alguna especie de mantenimiento.
Luz eléctrica
Por el contrario, el servicio de luz eléctrica ha estado disponible en el asentamiento al parecer desde su fundación. Con base a lo explicado por las personas entrevistadas, el suministro empezó siendo una conexión ilegal, conectada al suministro principal que se encuentra a varios kilómetros del asentamiento, de “la torre”, dicen ellos. El tendido del cableado y los postes fueron hechos por los habitantes del asentamiento. Al parecer la regularización de la luz se realizará próximamente, debido a arreglos que han hecho los habitantes con la actual administración de la luz.
Fuente. Elaboración propia con base a la información recabada por el instrumento de investigación.
3.3.3 Descripción sociodemográfica de la población
A continuación se presentan los principales resultados de la encuesta
referentes a los principales atributos sociales de la población, dicha información nos
permitirá construir una descripción socioestadísitica básica de ésta. Como
98
complemento a la información recabada a partir del instrumento de investigación, se
incluyen datos poblacionales obtenidos del Instituto Nacional de Estadística
Geografía e Informática (INEGI), con el fin de cubrir los aspectos de población del
asentamiento.
En este sentido, tenemos que según datos del INEGI para el 2010, Nochicala
cuenta con una población de 203 habitantes, de los cuales el 44% son mujeres y
56% son hombres. Cabe destacar que a pesar del número mayor de varones, las
personas encuestadas y entrevistadas en su mayoría eran del sexo femenino, lo que
se relaciona con la ocupación de los habitantes.
Al respecto, señalemos que la ocupación predominante fue la de ama de casa,
el 60% de las personas cuestionadas dijo tener esta ocupación. Como puede
deducirse, el predominio de amas de casa responde a que ellas permanecen más
tiempo relacionadas con las cuestiones del hogar, tanto en las cuestiones del arreglo
y aseo, como en el caso que nos atañe, sobre los asuntos relacionados con la
precariedad material del hogar y la comunidad, ya que información que recabo la
encuesta señala que ellas se encargan de esos asuntos: como pedir el agua, realizar
el pago de este servicio o realizar los trámites, que incluye acudir a las reuniones o
juntas vecinales. Más del 50% de las amas de casas se hacen cargo de esas tareas,
sólo seguidas con un porcentaje menor de los jefes de familia varones.
Lo anterior nos lleva a reflexionar sobre el papel de la mujer-ama de casa en
la construcción del asentamiento irregular, en el sentido de que su actividad le
permite conocer los asuntos de la vivienda con mayor profundidad, colocándola
como uno de los principales actores en un contexto de precariedad material.
Siguiendo con la ocupación, según datos del INEGI, en el 2010 el 40% de la
población del asentamiento contaba con trabajo, de este bajo porcentaje la mayoría
son varones, el 77%, mientras que el resto son mujeres, 23%. El trabajo de campo
arrojo ocupaciones como campesino, trabajadora doméstica, trabajador(a) de
intendencia, obrero, taxista y trabajador en la construcción; esto nos habla de la baja
calificación laboral de los habitantes del asentamiento. Este dato contrasta con el
nivel de educación de las personas cuestionadas, de las cuales el 30% dice tener
estudios a nivel medio superior, seguido muy de cerca por quienes tienen nivel
99
básico, secundaria el 27%. Esto no deja de llamar la atención debido a que por el
nivel educativo se esperaba un grupo mayor de personas con mejores ocupaciones,
sin embargo no fue así, como lo pudimos observar, predominan las ocupaciones con
bajo perfil de preparación.
Esta situación se refleja en la capacidad de ingresos de la población en
estudio, como también en su poder de consumo. El instrumento de investigación
arrojo que el promedio de la población cuestionada se encuentra en el bloque de
ingresos menores a un salario mínimo:
Cuadro 7. Ingresos mensuales por hogar, Nochicala, 2012.
INGRESOS MENSUALES POR HOGAR
Hogares %
Menos de un Salario Mínimo 14 47
de $1,869.9 a $3739.8 (1 a 2 S.M.) 12 40
de $5,609.7 a $9,349.5 (3 a 5 S.M.) 1 3
más de $9,349.5 (+ de 5 S.M.) 1 3
No contesto 2 7
TOTAL 30 100 Fuente. Elaboración propia con base a los resultados del instrumento de investigación.
Como se observa en el cuadro anterior, si bien la mayoría de la muestra se
agrupa en el primer nivel de la escala de ingresos, también podemos observar que
una población casi en igual número se agrupa en el segundo nivel, situación que nos
permite deducir que en promedio la población de Nochicala tiene ingresos iguales o
menores a tres salarios mínimos.
Esta condición económica se expresa en su nivel de consumo, el cual tiende a
ser moderado o limitado, esto se argumenta con base a dos observaciones: la
primera va en el sentido de la adquisición de una vivienda: los bajos niveles de
ingresos no permitieron a estas personas adquirir una vivienda en el mercado formal,
situación que los llevó a adquirir un espacio accesible a sus ingresos, con la
particularidad de haberlo hecho de manera irregular. La segunda se refiere a la
construcción de la vivienda, la cual ocurre de manera paulatina debido a la limitación
de recursos; además de significar un proceso de autoconstrucción, con la finalidad
100
de hacer el menor gasto de recursos. De ahí que se pueda observar en el
asentamiento una diversidad de construcciones, desde las que tienen un solo cuarto,
a las que tienen ya construido un nivel. Así, las condiciones económicas de los
habitantes de un asentamiento, aunadas a la estreches del mercado inmobiliario
formal, constituyen un binomio que tiene una participación constitutiva en lo que
podemos llamar, mercado informal de venta de tierras.
Finalmente como complemento a la descripción sociodemográfica,
destacamos que las personas casadas representan mayoría en el asentamiento, el
53%, mientras que el 43% es soltera, esto en base a datos del INEGI para el 2010.
Como se pudo observar, la mayoría de la población del asentamiento en
promedio mantiene recursos por debajo de los tres salarios mínimos, condición que
responde, entre otros, a la adquisición de un espacio dónde habitar accesible a esos
ingresos, a pesar de encontrase fuera de los marcos regulares de venta. Ante esta
situación, es fundamental conocer lo que los propios habitantes piensan de su
situación de vida, enfocándose en la precariedad de los servicios.
3.3.4 Trayectoria de vida
Un elemento importante en la constitución de sujetos sociales es su
historicidad, referida, como se anotó, a esa trayectoria de vida que se constituye del
entramado de experiencias adquiridas en diversos espacios y tiempos, las cuales se
traducen en conocimientos sedimentados que facilitan la actuación de los sujetos en
varias circunstancias. Este conocimiento implícito en las prácticas de los sujetos
contiene lo esencial de la experiencia que servirá para actuar frente a la realidad que
le establece su presente, pero también para la fundamentación de futuras
actuaciones.
En este sentido, se cuestionó a los habitantes del asentamiento sobre sus
condiciones de vida anteriores al momento actual, haciendo énfasis en lo que a los
servicios se refiere. La finalidad fue conocer si los habitantes del asentamiento ya
habían estado en contacto con una condición material similar a la que actualmente
experimentan y así darnos cuenta si estaban habituados o no, a un contexto de
similares condiciones. De ser así se podía suponer que los habitantes contaban con
101
la idea de cómo actuar en un contexto con precariedad material, sin embargo como
lo veremos más adelante, la mayoría de ellos no se encontraban habituados a estas
circunstancias. Dos preguntas nos llevaron a observar esto: la primera se dirigió a
conocer el lugar de residencia anterior de las personas, dicha variable nos
proporcionó una parte, pero también nos permitió ver la movilidad de las personas de
manera local. La otra pregunta se enfocó a profundizar en los motivos que tuvieron
las personas para cambiarse de domicilio, este punto fue determinante en la
experiencia con las condiciones materiales precarias.
Cuadro 8. Movilidad residencial de la población de Nochicala, 2012.
Localización de residencia anterior Habitantes %
Dentro de la delegación Xochimilco
Fuera de la delegación Xochimilco, pero
dentro del Distrito Federal
Fuera del Distrito Federal
17
12
1
57
40
3
TOTAL 30 100
Fuente. Elaboración propia con base a los resultados del instrumento de investigación.
Como se observa en el cuadro anterior, la mayoría de los habitantes del
asentamiento han habitado en el Distrito Federal, el 97% de los cuestionados, de
entre estos, los que han permanecido en la delegación a pesar de su movilidad
residencial son mayoría, el 57%; estos datos llevan a deducir que la movilidad de los
habitantes a partir del cambio de domicilio tiende a ser en cortas distancias, esto lo
podemos confirmar debido a que los lugares de donde provienen los habitantes del
asentamiento son pueblos cercanos al lugar de residencia actual: San Gregorio
Atlapulco, San Lorenzo, Xochimilco y también de otros poblados del mismo pueblo
en que se ubica el asentamiento. A nivel delegacional ocurre algo similar, ya que las
delegaciones de donde provienen las personas que no habían vivido en Xochimilco,
provienen de delegaciones que colindan con la entidad: Milpa Alta, Iztapalapa y
Coyoacán. Sólo una familia proviene del estado de Guerrero.
La tendencia observada de movilidad a partir del caso de estudio, puede ser
tomada como una muestra de lo que ocurre actualmente a escalas más grandes,
como lo dejamos entrever en el capítulo anterior: las grandes movilizaciones que
102
impactaron poblacional y urbanísticamente a la Ciudad de México en el siglo XX han
disminuido, dando el paso a movilizaciones de base local y a cortas distancias.
Ahora bien, con respecto a la experiencia material con los servicios, los datos
anteriores nos refirieron un escenario diferente al que se esperaba, es decir, los
lugares de procedencia nos remiten a espacios en los que los servicios tienen una
condición regular, esto es porque la mayoría proviene de los pueblos tradicionales de
Xochimilco, los cuales cuentan con servicios disponibles. Este factor puede ser
confirmado por la otra pregunta que mencionábamos, sobre los motivos del cambio
de residencia, en los que las condiciones materiales no fueron determinantes para
esta decisión familiar.
Cuadro 9. Motivos de cambio de residencia de los habitantes de Nochicala, 2012.
¿POR QUÉ MOTIVO SE CAMBIO DE VIVIENDA?
Motivos Menciones %
Laborales 4 13
Escasez de vivienda 1 3
Vivienda propia 11 34
No pagar renta 8 25
Problemas familiares 1 3
Cambio de estado civil 1 3
Venta casa anterior 3 9
Hacinamiento 3 9
TOTAL 32 100 Fuente. Elaboración propia con base a los resultados del instrumento de investigación.
Dos fueron los motivos que predominaron en las respuestas: obtener una
vivienda propia y dejar de pagar renta. Los dos nos indican que las cuestiones de
precariedad en los servicios no fueron condicionantes para el cambio de domicilio,
por lo que la experiencia con un contexto de precariedad material podría o no estar
presente. Esto se pudo verificar al complementar los datos anteriores con las
opiniones directas de los habitantes: en promedio los habitantes del asentamiento en
su residencia anterior rentaban, situación que no los llevó a vivir con condiciones
materiales precarias, debido a que en la vivienda que ocupaban contaban con los
servicios de forma regular, en este sentido la mayoría de las personas encuestadas
103
no estuvieron en contacto con la precariedad de los servicios antes de llegar a vivir
al asentamiento.
Esto no deja de sonar contradictorio, que dicho cambio residencial haya
implicado abandonar condiciones de servicios regulares para enfrentarse a un
contexto con carencias en esta materia. Sin embargo, el motivo es reforzado por un
valor que permeará en la mayoría de las acciones que llevan a cabo los habitantes,
como lo veremos más adelante, y que es expresado por éstos:
Sr. Jesús: "No porque es mi propiedad, me dieron la oportunidad de comprar
aquí, hacer mi casa, fui enemigo de pagar renta un agujero en el bolsillo que
nunca se remienda".
Sra. Esther: (se cambió de domicilio) "por la renta, por pagar renta... acá ya no
pagamos renta es de nosotros".
El dejar de pagar una renta mensual es observado por los habitantes del
asentamiento como benéfico, ya que se refleja en el ingreso familiar el cual se veía
limitado por el pago de la mensualidad. Esta percepción es reforzada por el motivo al
que nos referíamos anteriormente, y que fue mencionado en muchas ocasiones por
las personas cuestionadas: la obtención de una vivienda propia y su concepción
como patrimonio familiar; esto a pesar de las condiciones materiales desfavorables
del lugar que se adquirió para vivir:
Sra. Leticia: "Pues definitivamente estaba mejor allá abajo pero pensándolo bien
creo que estoy mejor aquí y he mejorado porque como sea esto ya es mío y ya
no pago renta y esto es con el fin de dejarles un bien a mis hijas verdad como
todo se sufre por ejemplo no teníamos la luz y tampoco agua y yo tenía que bajar
a lavar a los lavaderos de San Luis pero poco a poco hemos ido mejorando."
Sra. Anayeli: "Son buenas porque aquí es de nosotros, es decir ya no tengo que
pagar renta, entonces me ahorro esos gastos y por otro lado me queda muy
cerca del trabajo a media hora entonces para mí está bien."
Las frases en cursivas de los comentarios anteriores nos permiten argumentar
lo señalado. En este sentido, la contradicción que referíamos líneas atrás queda
disminuida a partir de que los habitantes valoran positivamente su cambio de
domicilio, a pesar del contexto precario al que llegaron a vivir, la obtención de una
104
vivienda propia y su valoración como patrimonio familiar, fundamentan esa
determinación.
Lo anterior es reforzado a partir de cuestionar a los habitantes sobre su
opinión acerca de sus condiciones de vida actuales, resultando que el 60% dice que
éstas han mejorado a causa de tener una vivienda propia, porque no pagan renta y
porque sus condiciones económicas han mejorado, en este sentido el acceder a una
vivienda propia ha representado para los habitantes del asentamiento una mejora en
sus condiciones de vida familiares, por un lado ha implicado la disminución del gasto
de renta mensual y asignar esa partida a otros asuntos y al mismo tiempo, el tener
una propiedad, pensado como un bien material para el bienestar de la familia y como
un patrimonio para sus descendientes, de ahí que las gestiones que se emprendan
para el mejoramiento de ella resulten importantes:
Sr. Jesús: "no me vas a impedir (construir) y si me sellas, sobre tus sellos voy a
construir mi casa, porque es un patrimonio para mis hijos".
Por otra parte, lo anterior no puede ser generalizado para todos los habitantes
del asentamiento, también pudimos encontrarnos experiencias donde el cambio
residencial y la consecuente escasez de servicios ha sido factor de cierta molestia o
insatisfacción con respecto a las condiciones de vida actuales, la experiencia de la
Sra. Natividad se dirige en este sentido:
"Pues no son buenas, estaba mejor en Guerrero, pero allá no había dinero ni
tampoco acá verdá, porque mi esposo namás trabaja pa ir al día pues su trabajo
de él no le paga mucho, pues está en una tabiquería y no nos alcanza para hacer
otra cosa o tener una mejor casa, de hecho mi casa está igual que cuando llegué
no ha cambiado nada".
En referencia a la propiedad de la vivienda, el instrumento de investigación
arrojó que el mayor porcentaje de las personas cuestionadas es propietario del lote
en el que vive, el 67%, confirmando la tendencia de los habitantes de dejar
condiciones de vida regulares para conseguir un patrimonio familiar a pesar de las
condiciones materiales precarias. Este porcentaje de personas es seguido de
quienes no son propietarios de la vivienda, pero habitan en el asentamiento debido a
que les prestaron la casa para vivir.
105
Aquí es trascendente hacer una pequeña anotación relacionada con la
obtención de la vivienda, en el sentido de cuáles fueron los medios involucrados para
la obtención del espacio habitado. El trabajo de investigación mostró que las
relaciones sociales toman un papel fundamental para la formación del asentamiento,
es decir, fueron el medio necesario para informarse acerca de la disponibilidad de
espacios accesibles para vivir. En este sentido, los vínculos familiares fueron un
factor importante para la llegada de personas a habitar en el asentamiento: el 43%
de las personas cuestionadas declaró que llegó a comprar un lote en el asentamiento
debido a la información que le había proporcionado un familiar. Otro tipo de vínculos
que actuó en el mismo sentido fueron los de amistad, ya que el 37% de los
cuestionados había sido informado por un amigo cercano sobre la oportunidad de
compra.
Pero no solamente la red familiar o de amistad ha servido para la fundación y
construcción del asentamiento, sino también ha sido un medio de transmisión de
experiencias con la precariedad material:
"Cuando llegué aquí, pues mi familia me dijo como tenía que hacerle para tener
agua me explico lo de la pipa, los tinacos y que la teníamos que acarrear para
acá y así es como le he hecho siempre", comenta la Sra. Natividad.
Esto es lo que al parecer ocurrió en la mayoría de los casos, por primera vez,
los habitantes del asentamiento se habituaron con la forma de actuar en la
precariedad, ya que como se ha mencionado la mayoría de los habitantes refirió a
que en su experiencia anterior a la actual había contado con servicios regulares, lo
que permite suponer que su habituación pudo depender de aprender cómo funcionan
las cosas en la precariedad material a partir de las enseñanzas de un familiar ya
habituado a ésta o de un vecino que puede orientar a la persona en este sentido.
106
3.3.5 Los habitantes y el medio ambiente
Ahora bien, los instrumentos de investigación arrojaron información
concerniente a la idea que tienen los habitantes del asentamiento sobre el medio
ambiente y su afectación. Comentamos esta información debido a que como lo
explicábamos en el capítulo anterior y al inicio de éste, uno de las mayores
consecuencias que ha traído el desarrollo de los asentamientos irregulares ha sido la
problemática ambiental que implica, en este sentido los instrumentos de
investigación arrojaron información sobre lo que los propios habitantes piensan sobre
esta cuestión.
Lo que salta a la vista inmediatamente en los resultados obtenidos, es una
importante contradicción, la cual se basa en dos posturas: la primera se refiere a que
los habitantes cuestionados, en su mayoría, dice que sí se está afectando el
ambiente natural de la zona en la que viven, estos representan el 53%,
argumentando que ha aumentado la urbanización del lugar y su deforestación. El
otro 47% de las personas que mencionan que no se está deteriorando el ambiente
natural, argumentan que no detectan ninguna afectación y, además, que ellos
contribuyen con acciones para no deteriorarlo: como plantar árboles, que les
obsequia la delegación; podar el pasto o mantener limpio el área de su vivienda.
Esto contrasta con lo que contestaron al cuestionarlos sobre si consideran que
vivir en el asentamiento genera afectaciones ambientales al lugar. Las respuestas
que abundaron fueron que no, que ellos consideran que vivir ahí no genera ningún
daño al ambiente, el 57% de los cuestionados, argumentan su respuesta a partir de
lo que anotábamos anteriormente, dicen no afectar el ambiente a partir de evitar
dañarlo. En este caso la tendencia entre quienes opinan que no se daña es un poco
más definida en relación a quienes dicen que sí, el 43%, sin embargo es un límite
estrecho que nos indica que no hay un consenso general en las opiniones.
Para ejemplificar esta sensible contradicción ponemos por caso la situación de
la fosa séptica, la cual puede ser vista como un fuerte foco de contaminación del
subsuelo. Sin embargo, al cuestionar a los habitantes sobre si realizaban algún tipo
de mantenimiento a la fosa, se tuvo acceso al desconocimiento que tienen las
personas sobre el daño ambiental que significa esta práctica:
107
Sra. Leticia: "Pues no sé exactamente cuánto tiempo dure, simplemente se tapa
la fosa cuando ya se llena y se hace otro hoyo en otro lugar, por ejemplo yo
tengo cuatro fosas y la última la hice más honda para que me dure más tiempo
porque las otras me duraban cuatro años, o sea sí tardan pero el problema es
cuando se llena y cuando se tapa se le echa cal y se rellena con más tierra y
como aquí es piedra pues todo eso lo absorbe... (¿ha contemplado otra forma?)
No, sólo con la fosa porque es más práctico."
Sr. Iván: "No tienen ningún tipo de mantenimiento porque no lo necesita pues la
manera en la que la hice me asegura que nunca se va a llenar, porque la rellene
en el fondo con "tezoncle", y eso chupa todo, lo deshace y no se va a llenar, en el
tiempo que tengo no he tenido problemas y además está profunda mide tres
metros."
Como lo indica la Sra. Leticia, la utilización de la fosa es la manera más
accesible que tienen los habitantes del asentamiento para deshacerse de los
desechos sanitarios, pues no cuentan con el servicio formal y no contemplan alguna
otra forma de hacerlo, así lo comenta la Sra. Natividad:
"Pues no es la correcta porque luego huele feo el agua que tiramos o el baño a
veces también huele y yo digo que eso es contaminar el aire o ¿no?, pero pues
no podemos hacer otra cosa".
En base a esto se deduce que la contradicción mencionada puede tener su
base en el desconocimiento sobre las implicaciones que conlleva habitar en un
espacio natural, ya que como se observó tienen una vaga idea o lo ignoran por
completo. O por el contrario, ese aparente desconocimiento que tienden a expresar
es utilizado como medio de justificar su estancia en un espacio natural. De ahí que el
espectro de respuestas sobre la posición que tienen los habitantes al daño ambiental
no haya presentado un sesgo determinante a una postura definida.
Sin embargo, lo determinante es que el daño ambiental que se genera a
través de las fosas sépticas, continuará hasta que no esté disponible la red de
drenaje, ya que como ellos mismos lo expresaron, no tienen otra forma, igual de
práctica, ni al alcance de su bolsillo, para ponerla en práctica y no generar el daño
paulatino que significa su estancia ahí.
108
3.4 La experiencia con la precariedad material
Ahora es cuestión de conocer las prácticas que los habitantes aplican para
solucionar las condiciones materiales precarias del lugar en el que habitan. Como lo
anotamos anteriormente, estas se estructuran en dos líneas: las que se encargan de
mantener el orden de las condiciones de vida, es decir, las que contribuyen a que el
grupo familiar y, como lo veremos, el conjunto de la comunidad continué con su
cotidianidad normalmente. La otra se dirige a las prácticas habilitantes de las
condiciones que generen nuevos contextos materiales.
Cabe recordar que dichas prácticas se realizan al margen de lo establecido
como lo regular en la Ciudad de México, de ahí que los sujetos utilicen los recursos
disponibles para solucionar, aunque sea de forma parcial, la situación de las
condiciones materiales. Asimismo, hay que mencionar que la sistematización de las
prácticas responde a una forma de conocer la subjetividad que las fundamenta, sin
embargo y como se supone, en la cotidianidad del asentamiento no se hace explicita
dicha división.
3.4.1 Prácticas de mantenimiento
Las primeras prácticas que detectamos son las encargadas de perpetuar las
condiciones de vida. Este tipo de prácticas tienen cabida básicamente en el ámbito
familiar, debido a que es en la vivienda donde sus miembros y en mayor medida el
ama de casa, actúan para que las condiciones de vida se mantengan. Como lo
describimos líneas atrás, el abastecimiento de agua es a través de pipas otorgadas
gratuitamente por la Delegación, esta distribución está organizada, tanto en el
sentido de los días en que acude la pipa al asentamiento, como en la distribución del
líquido entre los habitantes. Al respecto la Sra. Esther explica:
“si cada quien tenemos nuestro rol, vamos como formados y la pipa viene dos
veces a la semana, dos pipas los lunes, dos pipas los jueves y ya sabemos cómo
va el reparto, yo sé cuándo me toca y pues ya ese día la espero y así cada quien
sabe cuándo le toca su pipa, o sea en eso si está organizado”.
109
Las prácticas que los habitantes realizan a partir de este abastecimiento y así
disponer de agua en sus viviendas, las podemos agrupar en dos grupos: las de
acarreo del líquido, las cuales consisten en transportar el líquido en botes y utilizando
la fuerza física, ya que su transportación es desde los tambos en que las pipas le
depositaron el agua a su vivienda:
“Pues sólo mi esposo y yo acarreamos el agua para acá en botes, de hecho yo
acá tengo mi tinaco y lo llenamos y si en la semana se me acaba el agua voy otra
vez con mi esposo a traer más agua para llenarlo otra vez mi tinaco”, comenta la
señora Natividad.
También se da el acarreo a través de animales de carga o en vehículo. Esta
práctica de abastecimiento del líquido ha ido en disminución, el trabajo de campo nos
reveló que hay cada vez más hogares que tienen el líquido en su hogar a partir de la
utilización de una herramienta electrónica, como lo veremos a continuación.
El otro grupo se da a través del almacenamiento del líquido en cisterna, es
decir, la pipa directamente descarga el líquido en ella; para su utilización en el hogar,
se utilizan cubetas o bomba eléctrica que abastecerá un tinaco y se tendrá el líquido
en la red de tuberías de la vivienda.
“nos traen pipa, nos la trae la delegación […] en la cisterna (almacena el agua),
de la cisterna la bombeamos al tinaco y ya se distribuye en toda la casa”. Explica
la Sra. Esther.
Ocurren otros casos en los que la pipa no logra depositar el agua directamente
en la cisterna, por lo cual los habitantes han implementado la práctica de
abastecerse del líquido a través de herramientas, en este caso el uso de bomba
eléctrica: por este medio extraen el agua del depósito en el que se los dejo la pipa y
lo llevan a la cisterna (ver fotografía 4). Esta práctica va en aumento ya que también
quienes no cuentan con cisterna lo llevan a cabo; si bien puede ser propia la bomba
o prestada por algún vecino.
110
Fotografía 4. Contenedores de almacenamiento de agua y abastecimiento por bomba eléctrica.
Foto de Daniel Morales.
Junto a estas prácticas de abastecimiento de agua en el hogar, surgen otras
que tienen como razón la precariedad de la existencia del líquido en el asentamiento,
nos referimos a las prácticas de cuidado, destinadas a aprovechar en mayor medida
el líquido, reaprovechando el que fue utilizado en otras actividades, como el regado
de plantas o la limpieza de patios:
Sra. Anayeli: “aún así la que usamos para bañarnos o la que queda de los trastes
por ejemplo, la volvemos a reutilizar para regársela a las plantas, y pues si me
parece la apropiada, porque la seguimos usando y después le damos un
segundo uso y es entonces cuando ya la tiramos pues como no hay mucha agua
tenemos que cuidarla y así la usamos muy bien”.
Sr. Jesús: “La delegación nos da cinco tambos de 200 lts. por semana, tenemos
que reciclarla, bañarnos al jicarazo y liberar el agua con la que lavamos, usarla
en el baño, pero si esto lo hicieran todos los mexicanos, te aseguro que no habría
falta ni escases de agua potable”.
111
La obtención de la luz ha sido de forma diferente, ya que dicho servicio ha
estado disponible casi desde la fundación del asentamiento. Las prácticas o acciones
que llevaron a cabo fue conectarse de forma irregular a las tomas generales, las
cuales se encuentran retiradas del asentamiento, en este sentido la colaboración
entre todos para acercar la luz al asentamiento fue decisiva. Ya para conectar la
vivienda a ésta conexión, las gestiones corrieron a cargo de los propios miembros de
la familia, en especial los varones, quienes tendieron el cableado desde la toma que
construyeron entre todos los habitantes y de ahí hacía su vivienda:
“Mi marido para mi casa y para jalar la luz desde la capilla para acá entre todos
los vecinos porque la delegación sólo nos conectó hasta la capilla y ya de ahí
para acá a nosotros nos tocó hacerlo pero ya fue más fácil”, explica la Sra.
Leticia.
"Pues nosotros mismos (realizaron la instalación) pero entre todos pagamos el
transformador y ya después cada quien ponía su caja de luz porque no tenemos
medidor sino caja de luz, pero le digo que se robaron el dinero”, explica la Sra.
Natividad.
En lo que respecta al drenaje, al no contar con este servicio, la forma más
práctica, como se anotó líneas atrás, fue la construcción de una fosa séptica, la cual
a partir de su opinión no tiene un tiempo de vida definido debido a que fue fabricada
para que los residuos sean absorbidos por el subsuelo, esto sin considerar que este
acto significa un foco grave de contaminación.
“a la fosa no le hacemos nada sólo esperar a que se llene pero como esto es
piedra todo lo chupa y no creo que se llene rápido pues lo acsorbe... Pues no se
con está ya tenemos como quince años y nunca se ha tapado pues como le digo
que es piedra y chupa nunca hemos tenido ese problema, pero yo por ejemplo ya
tengo otro pedacito más de terreno me voy a apartar y voy a hacer mi propio
baño pues no me gusta andarlo compartiendo por eso de las enfermedades
verdá pues sólo así se me ocurre”, comenta la Sra. Natividad.
Ahora bien, el instrumento de investigación arrojo información sobre otras
prácticas que llevan a cabo los habitantes para el mantenimiento del asentamiento,
unas parten desde acciones individuales como las que comenta la Sra. Esther, las
cuales tienen la intención de contribuir al cuidado ambiental del asentamiento:
112
“Pues trato, por ejemplo hemos tratado de sembrar árboles, ahorita porque no ha
llovido, pero cuando llueve arreglamos bien el pasto y todo lo demás y tratar de
recoger la basura […] eso es ya de cada quien […] pues ahora sí que cada quien
siembra árboles si quiere, barre su calle si quiere o su patio”.
Otras prácticas que se llevan a cabo son las que desde su realización desde el
ámbito individual tienen una trascendencia para el conjunto del asentamiento, estas
son las encaminadas a la seguridad de los habitantes del asentamiento, es decir, a la
vigilancia de que no ocurran acontecimientos extraños a la normalidad de la vida
común en el asentamiento, como la presencia de personas ajenas al lugar:
Sr. Joel: “tonces lo que hacemos aquí es que, entre vecinos le gritamos el uno al
otro o teléfono, pus fíjate que hay un sospechoso, que no lo conocemos y que
vamos a salir no, sobre eso y pus así nos llevamos más que nada, gracias aquí
en tu pobre casa, nunca me han robado, nunca, aquí al vecino lo han robado
pero, aquí mi vecino no se ha perdido nada, yo cuando estoy aquí pus vigilo a
mismo vecinos no, cuando no estoy yo, ellos ven quien entro aquí, quién salió no,
quien te dio permiso, quien te lo dio, nos vigilamos uno a otro más que nada, ese
el apoyo que tenemos, pero sin que venga la policía”.
Hasta aquí hemos mencionado las prácticas que actúan como recurrentes para
la continuidad de la vida en el asentamiento. La opinión que tienen los habitantes
sobre estas corre en dos sentidos: hay quienes dicen que son muy pesadas:
“No me gusta porque es pesado me gustaría tener mi propia llave de agua”; “no
ha mejorado nada desde que llegamos, desde que llegamos no ha mejorado
nada”.
Pero también hay quienes observan que la manera de hacerse de los servicios
ha mejorado y tienen una opinión positiva con respecto a lo que se ha hecho:
Sr. Joel: “cuando llegamos estaba pior, este el agua, hay que acarrearlo con
burro antes, ora pus ya como quiera ahí en la torre el señor ese nos da agua,
vamos y oye pus que regalarme un poco de agua no?, no pus que si, sea si ha
cambiado un poquito más mejor, el agua ya nos da el señor ahí cuando vamos y,
no tenemos agua, vamos y en la camioneta nos llevamos, si nos da agua, dos
tambos por lo menos lo que nos toca de la pipa no?, pero pus si, si ha variado un
poco, ya estamos un poquito mejor que antes”.
113
Sra. Leticia: “Mmm tiene sus ventajas y desventajas, por ejemplo ventaja es que
haiga o no haiga agua allá abajo, a nosotros nos la traen segura, siempre nos
llega la pipa, desventaja porque tenemos que esperar a que venga todo el día
porque dice que día viene, pero no dice la hora a la que viene verdad, y por
esperarla no podemos salir a ningún lado o por ejemplo luego que cierran y no
hay paso pues no puede subir y tenemos que esperar a que venga, por ejemplo a
nosotros nos toca los jueves pero cuando pasa lo que le digo del paso a veces
nos llega hasta el viernes o sábado y por ese motivo tenemos que esperarlo y no
salir a ningún lado porque si te vas pues ya perdistes tu agua” .
Hay que señalar que la concreción de estas prácticas ha respondido a la
acumulación de conocimientos adquiridos paulatinamente hasta sustentar la
realización que mantienen hoy, en este sentido hay que señalar que algunas de
estas prácticas actuaron en su origen como habilitantes del mejoramiento de las
condiciones materiales del asentamiento y que por su habituación y regularidad
ahora forman parte de un conocimiento a la vez individual, como colectivo, de ahí
que se observe cierta homogeneización en las formas de obtención de los servicios.
Esto nos habla de un mecanismo que ponen en marcha los habitantes y que
resume las formas de mantenimiento y continuidad de la reproducción social en el
asentamiento, la adaptación a las condiciones precarias de servicios, o como las
llamamos en este trabajo materiales.
Sra. Guadalupe: “Pus igual, no hay nada de servicios […] pus que le diré, pus es
que como tiene ya mucho tiempo, pus ya nos acostumbramos, pus yo digo que
bien”.
Sra. Leticia: “Pues es la más práctica (el uso de fosa) porque no hay otra forma
de deshacernos de eso, pues aunque quisiéramos no tenemos drenaje y nos
tenemos que adaptar, verdad”.
Este mecanismo es valorado por algunos habitantes como la última opción
que han tenido frente a la precariedad material, mostrando una sensación de
malestar por ello. Pero hay quienes ven en su adaptación, una forma de haber
superado la precariedad severa que se tenía en los inicios del asentamiento,
generando satisfacción y no conformismo. En fin, lo que se observó a partir de los
resultados del trabajo de campo, es que la adaptación contribuye sustancialmente, a
114
través de las prácticas de adaptación, a que la vida continúe, o desde la postura de
Bourdieu, se de la reproducción social en el asentamiento.
Sra. Esther: en cuanto a los servicios pus ya nos acomodamos, por ejemplo de la
fosa, pues tratamos de hacerla una que funcionara y que estuviera bien, el agua
pues igual, tenemos la cisterna, la bombeamos y todo eso, realmente no extraño
eso del agua y de la luz, si no fuera por los problemas esos, pues estaríamos
bien”.
3.4.2 Prácticas habilitantes
Ahora conoceremos cuáles son las prácticas que se llevan a cabo con la
finalidad de mejorar las condiciones de la precariedad material. Si bien su realización
se da en el presente del sujeto, su categorización como habilitantes es debido a que
el sentido que las fundamenta es crear escenarios de cambio, escenarios que se irán
construyendo en el presente del sujeto a partir de este tipo de prácticas, de ahí que
la noción de proyecto sea relevante en la caracterización de éstas. El ámbito en el
que mayor medida se realizan es el vecinal, ya que en él se dan los acuerdos, se
toman las decisiones, se planean las estrategias a realizar, se analizan los límites y
alcances de las acciones, en síntesis, se generan las condiciones con el propósito de
disminuir las condiciones de precariedad material.
La práctica fundamental del ámbito vecinal es la reunión entre vecinos, de ésta
se desprende el trabajo conjunto de los habitantes en beneficio de la comunidad:
como el cableado de la luz; la organización en cuanto a la forma de distribución del
agua; las decisiones de lo que conviene o no para la mejora del asentamiento, entre
otras determinaciones.
Sra. Anayeli: “Pues estamos trabajando junto con el comité vecinal, que son
cuatro vecinos y que nosotros mismos los escogimos, para ver todos los asuntos
relacionados con nuestras necesidades, por ejemplo mañana tienen una reunión
en la delegación para ver la cuestión del cambio de uso de suelo a ver qué pasa
[…] Ah pero eso si ya dijimos que los que estén en el comité, tienen que ser
gente que viva aquí y no que sean gente que esté rentando sino nos va a pasar
como lo de la luz, que el señor se fue con nuestro dinero”
115
De esta práctica se desprende otra que involucra la participación de otro de los
actores fundamentales en la transformación de la precariedad material, las
autoridades delegacionales. Esta práctica reúne a los habitantes del asentamiento,
ya sea en conjunto o mediante un representante, con las autoridades encargadas,
que comúnmente es un delegado asignado a la zona. Estas reuniones son
relevantes en el sentido que son las que asegurarán que las mejoras se realicen, ya
que son las autoridades delegacionales las encargadas de administrar los servicios,
por lo que la implementación de éstos o su mejora en el asentamiento, dependerá de
las condiciones que rodeen a las autoridades, como el presupuesto con el que
dispongan. En todo caso, la mejor resolución en estas reuniones llevará a las
mejoras del asentamiento.7
Ahora bien, en la formación de esos grupos vecinales la participación de los
habitantes es fundamental, por lo que la atención que le presten éstos a su
conformación es indispensable, ya que lo que pretenden las reuniones es llegar a
consensos que beneficien a la comunidad y a los propios habitantes. En tal caso
ocurre que la disposición de tiempo es sustancial para que esto pueda llevarse a
cabo, ya que si no la hay pueden ocurrir retrasos o impedimentos en los acuerdos
que deben de tomarse. En este sentido los habitantes recurren a mecanismos
prácticos para que la participación en las reuniones pueda realizarse: asignar a un
miembro de la familia que cuente con el tiempo disponible; acordar en las juntas que
las reuniones sean realizadas en una fecha en la que la mayoría de los habitantes
pueda acudir; o como ocurre en la mayoría de los casos, el ama de casa es quien se
encarga de asistir, organizar y hasta de acudir con los representantes de la
delegación cuando es requerido: el trabajo de investigación arrojó que más de la
mitad de las veces son las amas de casa quienes se encargan de hacer estas
prácticas.
“Pues no sabría decirle verdad porque yo a las juntas casi no voy, ahorita tiene
un rato que no voy y por lo mismo no sé si los señores estos ya lo solicitaron en
7 Al momento de realizar el trabajo de campo los habitantes tenían una reunión vecinal al día siguiente, en la que
tratarían asuntos relacionados con la regularización del uso del suelo, cabe destacar que todos los cuestionados se
expresaban de forma despectiva de esa reunión, pues no se mostraban optimistas con los acuerdos que se iban a
realizar con los funcionarios de la delegación.
116
la delegación, y también no voy porque los señores estos namás le avisan a las
personas que ya tienen tiempo aquí, por ejemplo de esta casa a la que le avisan
y va es a mi tía, porque ella es la que tiene más tiempo acá y es ella la
representante de nuestra familia con los señores esos, para todos los tramites”,
explica la Sra. Anayeli.
Esa misma disponibilidad de tiempo tiene que tener la persona que es elegida
como representante de la colonia, la cual se encargará en la mayoría de las
ocasiones de ser el enlace entre la organización vecinal y los delegados de la
delegación. Además tratará asuntos de administración de recursos y trámites ante
otros representantes de servicios, como los de la luz. Su elección se desprende de
los acuerdos que se toman en las juntas vecinales:
“de hecho ahora con la señora Laura esperemos que nos vaya mejor pues ella se
mueve, tiene disposición y tiempo, porque como sus hijos ya son casados no
tiene tanto quehacer como nosotros, y además de que nadie le ayuda con sus
pasajes ni con las copias, ella solita hace todo”, comenta la Sra. Leticia.
En base a lo anterior podemos señalar que el ámbito vecinal se coloca como el
medio fundamental en la construcción del asentamiento, desde su formación las
prácticas conformadoras del ámbito han actuado para generar condiciones
materiales propicias para habitar el lugar, y posteriormente para contribuir a su
mantenimiento y continuidad, así lo expresan los habitantes:
Sr. Jesús: “si, entonces, te repito los cables, la electrificación que tú ves es
porque la colonia, antes nos uníamos todos y... y compramos los cables de
media tensión, todo lo cableamos nosotros, los postes, todo lo que ves de
servicios es por parte de la colonia”.
Sr. Joel: “Si, si todo fue un acuerdo de todos los vecinos, se hizo una junta, ya
cooperamos y todo pa la arena, el cemento y quien tenía agua sacaba su tambo
de agua pa mojar más que nada el cemento no, […] Nosotros mismos hicimos la
calle, todos los vecinos, los domingos nos juntábamos a las siete, le echábamos
ganas pa cavar hasta 12 o una de la mañana, de la tarde, todo esto lo hicimos los
vecinos, igual los postes de la luz, nosotros lo pusimos, lo colamos, ahí se ve, el
cable igual todo, lo pusimos nosotros, no más que pedimos permiso al parte la,
como se llama, la comisión ¿no?, diéramos una cantidad de dinero para que nos
dieran permiso para que nos conectáramos para acá”.
117
Como se observa, la participación de los habitantes ha generado mejoras
parciales a la situación material en el asentamiento, en ellas han sido importantes los
principales instrumentos con los que cuentan los habitantes: la fuerza física y los
recursos económicos. De igual forma, la participación de las autoridades ha sido
limitada, ya que la situación de irregularidad del asentamiento propicia que su
participación se reduzca a otorgar servicios parciales, como la entrega de agua a
través de pipas.
De lo anterior podemos observar el tránsito de una práctica habilitante a una de
mantenimiento: una práctica habilitante al generar las condiciones de cambio o
mejora y al conseguirlas, deja su paso a las prácticas de mantenimiento, de
continuidad con la cotidianidad. Con lo expresado anteriormente por los habitantes lo
podemos ver, ya que ellos dicen que su organización construyó lo que ahora es el
asentamiento, en este sentido lo que ahora hacen es su mantenimiento, su
continuación en el transcurso de la vida, mientras que gestan las acciones que
construirán las condiciones para conseguir la regularización de los servicios, objetivo
último de la transformación material.
Iván: “Pues si nos organizamos para hacer faenas como para darle
mantenimiento a la calle o lo del agua y de la luz para eso si nos organizamos de
hecho la que nos organiza es la señora Laura y ella es la que coordina lo que
necesita la colonia”.
A partir de lo anterior, la noción de proyecto resulta trascendente en las
prácticas habilitantes, debido a que funciona como motor de su realización, en este
caso, lo que habíamos indicado sobre ver a la vivienda como un patrimonio familiar
es el estímulo que hace que los habitantes del asentamiento permanezcan en las
condiciones de precariedad y que realicen las acciones para mejorarlo, en este
sentido veamos las siguientes experiencias:
Sra. Leticia: “Pues trabajar en conjunto con los vecinos y la delegación, y lo hago
para vivir mejor y por mis hijos pues mi hija está en la Universidad y el otro en la
prepa entonces es para que puedan hacer sus tareas y todo eso y para vivir
mejor ¿no?”
118
Sr. Jesús: “yo mi aspiración aunque me dedique a la construcción, me ofrecían
departamentos de interés social de Infonavit, pero mi aspiración fue siempre
hacer mi casa para hacerla amplia, a mi gusto, hacerla con los servicios, con los
acabados que yo quisiera, bien estructurada, diseñada, todo lo que fuera me
hiciera falta a mis necesidades” […] (cambio de su vivienda) porque no sé
cuándo me vaya a llegar el desarrollo en esta colonia, la otra porque... a mí me
gustaría tener un terreno más grande este, y tener una granja para explotación
de carne, pero se necesita un espacio de criadero y un lugar más aislado de la
ciudad, pero no vendería aquí, esta se la dejaría a mis hijos”.
La principal limitante que encuentran los habitantes para la construcción de
escenarios futuros es la situación económica y de trabajo, estas cuestiones actúan
como variables que generan incertidumbre en la transformación de las condiciones
de vida:
Sra. Natividad: “Pues me gustaría cambiarme pero no puedo porque acá no pago
renta verdá y eso ya me ayuda un poco, y si me voy para otro lado tendría que
pagar y no me alcanza la economía para los servicios, además esto es de mi
mamá y como quien dice este ya es el pedacito de tierra que me dejó”.
Sr. Jesús: “no porque, estoy buscando la oportunidad de trabajo, todo depende
de la economía, cómo te valla, todo depende del trabajo que tengas, en la
construcción, la construcción la mayoría de ocasiones tiene sus altibajos”.
3.4.3 El ámbito vecinal como habilitante y obstáculo para el mejoramiento de las condiciones materiales
Como se observó, el ámbito vecinal se coloca como el escenario en el que se
han generado las condiciones que ostentan los servicios en el asentamiento
actualmente, además de las gestiones para mejorarlos y obtener su regularización:
Sra. Leticia: “Pues fue más fácil (la obtención de la luz) porque le digo entre todos
lo hicimos”.
Sin embargo, dicho ámbito también actúa como obstáculo para que se lleven a
cabo mejoras desde el ámbito familiar, como en el vecinal. La experiencia de sus
habitantes nos revela que esta situación ocurre por diversas circunstancias que
acaban boicoteando las acciones, alargando su aplicación o en el peor de los casos
119
impidiendo la posibilidad de alguna acción benéfica para la mejora de las condiciones
del asentamiento. En este sentido, la Sra. Esther nos comenta lo siguiente:
“también otro problema es que tengo que depender de todos los vecinos, que
todos estén de acuerdo para yo hacer algo o no hacer algo y eso nos demora
mucho, nos causa muchos problemas porque, muchos piensan diferente y tienen
diferentes intereses […] siempre tiene o sea si quiero por ejemplo, lo del uso de
suelo o pedir otra pipa o arreglar lo de la luz, pues tengo que ponerme de
acuerdo con todos y no sé cuándo ponernos de acuerdo”.
Lo que ocurre es que los acuerdos no llegan a efectuarse a partir de intereses
diversos o de puntos de vista diferentes. Estos factores llega a afectar el ámbito
familiar, pues las familias que tienen la posibilidad para mejorar su situación, ya sea
porque tienen tiempo de acudir a tramitar los arreglos o cuentan con los recursos
económicos necesarios, se ven obstaculizados para realizar dichas gestiones, debido
a que como lo indicamos líneas atrás, el mejoramiento material se construye con la
participación de todas las familias y no de forma particular.
Las diferencias económicas entre los habitantes son un factor decisivo que
llega a afectar la organización vecinal:
Sra. Esther: ”tenemos un adeudo enorme, pero es como todo, tenemos que
pagar entre todos, o sea yo no puedo ir y solucionar mi caso yo sola, entons por
eso se ha ido atrasando todo […] entre todos (tienen que pagar), porque el
consumo nos lo cuentan de todos, no hay un medidor cada quien”.
Sr. Jesús: “muchos dicen yo como voy a pagar tanto, si no tengo no puedo, es
donde se viene la mala organización, oyes es que yo nunca te pedí que
mandaras a instalar un medidor, yo nunca te pedí que llegaras a un acuerdo con
comisión, mejor que nos instalen el medidor y que nos digan un monto fijo pero
por parte de la comisión”.
Esta situación ha llevado a uno que otro habitante a alejarse de la asociación
vecinal y realizar gestiones individuales para obtener un servicio o la mejorar de los
que tienen, por el ejemplo el caso de la Sra. Anayeli y el Sr. Iván, al optar por adquirir
servicios particulares o construir condiciones para hacerse de un servicio de forma
individual:
120
“Pues no al 100% porque eso de estar pagando cada mes como que no es muy
cómodo verdad, pero por otro lado yo pago por mi propio servicio y no tengo que
estar dependiendo de nadie ni estar batallando con la gente para tener agua y
pues es sólo cuestión de esperar a que nos pongan los servicios”.
“No de hecho ya platicamos con mi papá para ver la posibilidad de tener nosotros
nuestra propia luz y evitarnos problemas como el del señor que nos robó el
dinero mejor nosotros aparte y ya”.
Esta contrariedad en el ámbito vecinal genera cierta desconfianza en la
organización, disminuyendo la fuerza que pudiera llegar a tener para la solución de la
cuestión material, además de alimentarla con el imaginario de la desunión, así lo
comenta el Sr. Jesús:
“Entre todos los habitantes, pero los mexicanos no, no somos una nación unida,
cada quien se esfuerza por sus propias necesidades, si que si nos uniéramos y
fuéramos entre todos a exigir nuestro cambio de uso de suelo, pues si nos lo
darían yo te lo aseguro”.
3.4.4 La relación con las autoridades
Ahora es cuestión tratar el tema de la relación existente entre las autoridades
y los habitantes del asentamiento, vista desde la opinión de los propios habitantes. A
partir de lo que nos indicaron éstos, se observa que la relación es fragmentada, se
encuentra dañada, es decir, se observa una falta de credibilidad por parte de los
habitantes a las funciones de las propias autoridades:
“con nuestro dinero vamos a arreglar la calle, porque de la delegación no se
obtiene nada, si tu esperas al gobierno a que te haga los servicios, mira vas a
estar viejito y te vas a morir y no va a ver ningún desarrollo en estas colonias”,
comenta el Sr. Jesús.
Los habitantes esperan que las autoridades resuelvan inmediatamente las
problemáticas del lugar, ven en la administración gubernamental el estado
paternalista tradicional en el México contemporáneo. Pero no toman en cuenta que
puede ocurrir que la delegación no tenga los recursos necesarios para llevar los
servicios al asentamiento, ya sean económicos, de herramientas o hasta de
personal.
121
Sr. Jesús: “como prestador por elección del pueblo, ante un delegado, él es quien
tiene que venir, sabes que Nochicala es una colonia irregular, que necesita hacer
su cambio de uso de suelo y vamos a hacerlo, para darle otro desarrollo a esta
colonia, un desarrollo sanitario, un desarrollo eléctrico, un desarrollo de urbano,
de lo que tú quieras”.
La opinión que tienen algunos de los habitantes acerca del trabajo de las
autoridades puede llegar a estar fundamentada a partir de la experiencia negativa
que han tenido con ellas: una es la utilización que hacen de la población en tiempos
políticos quienes quieren acceder al mundo de la política, nos referimos a que en
base a que quieren obtener más votos, acuden a este tipo de lugares y prometen
gestiones que realizarán sí ganan el cargo al que quieren acceder, sin embargo, si
llegan a obtenerlo lo que prometieron para el asentamiento y sus habitantes nunca
llega, así lo comenta el Sr. Joel:
“como se llama, el Justino Sota, que fue este, delegado, la delegación pus vino,
vino aquí personalmente, quería el voto se le dio y todo, es este compa que está
ahí, era la camioneta que estaba ahí, de la azul, se le apoyo este, a poner la
propaganda, cuando yo gane el pleito pus yo luego luego les apoyo que el agua,
principalmente ¿no?, pero gano el puesto y de ahí afuera no se cumplió nada, o
sea de ahí, pus lo que hacen ellos que te dan el voto y después se olvidan de
uno, ya otra vez han venido, pero pus desgraciadamente ya la gente, pus una
vez nos engañan pero otra vez ya no […] ya no hemos dado el voto más que
nada”.
Esto ocurre en la mayoría de las ocasiones cuando el tiempo político está
activo en la sociedad mexicana, de hecho grandes asentamientos han sido
regularizados o creados a partir de esta circunstancia política.
Pero también la relación se basa en la colaboración entre ambos. Como se ha
comentado en varios sitios de este trabajo, el lugar en el que se asientan estas
poblaciones no es propicio para su establecimiento, por lo que las acciones de las
autoridades para crear condiciones de habitabilidad se ven limitadas, debido en la
mayoría de las ocasiones por la escasez de recursos con los que cuentan éstas para
proporcionar dichas condiciones. En este sentido, efectúan pequeñas diligencias en
pro de acercar los servicios a las personas que habitan el asentamiento: el
otorgamiento de agua de forma gratuita es una de las acciones más relevantes que
122
se pudieron encontrar. Sin embargo, también hay otras acciones como el
otorgamiento de los materiales para pavimentar las calles, mientras que los propios
habitantes ponen la mano de obra, o en el caso de la luz como lo comenta la Sra.
Leticia:
“Pues le digo ir a la delegación con el representante de la colonia y solicitar el
servicio y ya entre la delegación y nosotros compramos un generador fuente ¿así
se dice?, nosotros pusimos una cantidad y ellos otra y con eso (obtuvieron
suministro de luz)”.
Otras acciones se dirigen a conservar el ambiente natural de la zona,
comentaron los habitantes que en varias ocasiones las autoridades les han dado
árboles para que los siembren, sin embargo la opinión de algunos de los habitantes
sobre esta acción revela la inconformidad de los habitantes ante estas acciones:
“si, y nos han traído árboles frutales pero nos los traen en días de secas, no en
tiempos de lluvias, ni nos traen árboles para sembrar, pero, pero tampoco se
cuidan”, comenta el Sr. Jesús.
En fin, para algunos de los habitantes del asentamiento las autoridades no han
ayudado a la mejora de las condiciones materiales del lugar, por lo que ven en ellas
a una especie de enemigo en el cual no se puede confiar del todo, la opinión del Sr.
Jesús se dirige en este sentido, pero notemos que su opinión ignora o disminuye la
ocupación irregular que los propios habitantes realizan:
“para la delegación estamos en una reserva ecológica por lo tanto nos han
renegado el cambio de uso de suelo habitacional, y por lo tanto como no tenemos
uso de cambio de suelo habitacional, para la delegación no tenemos derecho a
servicios sanitarios como drenaje, agua potable, luz, telefonía si tenemos, este
pero, no tenemos derecho a pavimentación, a una regularización, si, hasta que
nos den el cambio de uso de suelo habitacional, que sabes cuándo se va a
ocurrir esto, mmm”.
3.4.5 La idea de vivir mejor
Finalmente no queríamos dejar de mencionar que en los comentarios que
hicieron los habitantes sobre el lugar en el que viven y sus condiciones de vida,
pudimos observar que la opinión que tiende a destacar que sus condiciones de vida
123
han mejorado se alimenta de la idea que opone dos contrarios, la idea de
tranquilidad frente a la de caótico. Dichas ideas cargan de una opinión positiva al
lugar, otorgándole atributos que de cierta forma están en el imaginario social, ya que
como indica José Cegarra: “Los imaginarios constituyen un repertorio de sentidos
que se han legitimado en un marco social y cultural para interpretar comportamientos
sociales y legitimar determinadas valoraciones ideológicas y culturales.” (2012: 13)
En este sentido los habitantes del asentamiento contrastaron ideas sobre las
bondades del campo: su tranquilidad, la frescura de los alimentos, la belleza del
paisaje, el aire más puro, etc., frente a lo caótico, desordenado de la ciudad:
contaminación, tráfico, delincuencia, etc. Ideas como las siguientes nos llevan a
observar lo anterior:
Sra. Leticia: "aquí me gusta está tranquilo, la gente es igual tranquila y si pasan
cosas no somos los de aquí es la gente de afuera".
Sr. Iván: "Pues me gusta más acá que donde vivía antes porque acá está más
tranquilo nos sentimos a gusto relajados".
Sra. Esther: "Pues en que, como están más lejos las cosas, hago más ejercicio,
se come mejor, más fresco, aquí está más tranquilo, o sea es muy seguro".
Sr. Jesús: "si estoy a gusto porque amo mi casa, nadie me molesta, no pago una
renta si, y mis hijos están bien, bajando al pueblo ya ellos van a la escuela y es
fácil trasladarse al pueblo, al centro".
Son varias las virtudes atribuidas al lugar que permiten que los habitantes de
Nochicala aminoren la desventaja material que el mismo lugar mantiene. No deja de
parecer contradictorio este parecer, sin embargo recordemos que dichos sujetos
tienden a adaptarse a las condiciones materiales del lugar en el que habitan, de ahí
que las condiciones de su adaptabilidad les permita jerarquizar las propiedades
positivas atribuidas al lugar antes que las desventajas materiales que también
ostenta. De entre las ideas fundamentales de ese imaginario social, se encuentra la
de los beneficios naturales del lugar, así lo comenta el Sr. Joel:
"pero para ir a Xochimilco pa ya, no es igual, aquí estamos más, todavía
respiramos un poco más aire libre que Xochimilco para allá, yo he ido por allá, y
124
he ido a chambear lo que es Santa Fe y todo Interlomas todo, es peor mucho
humo, ya nada de área libre, de aquí se ve pa allá, pero de allá pa cá no se ve, si
lo hemos checado cuando vamos pa ya y puede estar un poco limpia pero,
cuando hemos ido está todo tapado, de aquí se ve pa ya, no se ve pa cá, pero a
veces no se ve ni de allá pa ca, ni de aquí pa ya, porque está lleno de humo
directamente, pero aquí estamos todavía respirando un poco de aire libre más
que nada, limpio".
Dichas ideas que agregan un valor al espacio que se habita, proporcionan
más argumentos a los habitantes para permanecer en el lugar, seguir realizando las
prácticas adecuadas para que las actividades dentro del hogar se mantengan
regularmente, cotidianamente, pero también realizando las gestiones necesarias
para que dichas condiciones mejoren, pues como lo dice el Sr. Jesús:
"No pues sí, porque antes, antes era un cuarto con una cocina nada más y
ahorita hum, pues ves una casa grande para mis hijos, si, ves patrimonio familiar,
es libertad, es libertad, aquí he hecho la mejor inversión de mi vida, en mis hijos y
en la casa para ellos".
3.5 Conclusiones del capítulo
Los procesos urbanos que se manifiestan en la delegación Xochimilco han generado
espacios de pobreza en su territorio. Uno de los factores que más ha impactado en
su composición ambiental son los asentamientos irregulares, caracterizados por
presentar contextos de precariedad material. Esta condición está presente en el caso
de estudio, el asentamiento de Nochicala. La precariedad material que presenta es
una situación de desventaja para las condiciones de vida de los habitantes, los
cuales en promedio tienen ingresos menores a tres salarios mínimos, lo cual se
expresa de cierta forma en la adquisición de este espacio cargado de desventajas
materiales.
La precariedad material que presenta el asentamiento se distingue por la falta
de red de agua potable, la ausencia de drenaje y una mala calidad en el suministro
de energía eléctrica. Ante estas condiciones los habitantes han realizado acciones
para que estas condiciones mejoren. Conforme a los resultados que arrojaron los
125
instrumentos de investigación se puede confirmar que los habitantes del
asentamiento Nochicala, generan prácticas, que actúan como estrategias de
reproducción, precisamente para dar continuidad a su vida en un contexto con
desventajas materiales. En este sentido se pudieron distinguir dos tipos de prácticas
para cumplir con este fin: las que contribuyen a dar mantenimiento a las condiciones
generadas a partir de las acciones emprendidas por los habitantes y que por eso son
llamadas de mantenimiento; y las que se encargan de generar los escenarios
indispensables para mejorar dichas condiciones.
Las primeras tienen mayor presencia en el ámbito familiar, ya que en él se
persigue en mayor medida la continuidad de las condiciones de vida. A pesar de que
el instrumento de investigación reveló que los habitantes no contaban con una
experiencia previa ante la precariedad material, el fundamento histórico, en el sentido
de experiencias pasadas, se encuentra presente en la puesta en acción en estas
prácticas a través de la experiencia transmitida por familiares y de los vecinos. Se
destaca el mecanismo de adaptación como la forma en la que los habitantes han
actuado ante la precariedad, a partir de los medios a su alcance.
El segundo tipo de prácticas, comúnmente se llevan a cabo en el ámbito
vecinal. Su principal manifestación es la reunión de vecinos, en éstas se han toman
las decisiones fundamentales para disminuir las condiciones de precariedad material
en el asentamiento. Se destaca en este rubro que éstas han sido fundamentales
desde la etapa inicial de formación del asentamiento, sin embargo, el ámbito en el
que tienen cabida actúa en determinadas ocasiones como un obstáculo para que se
lleven a cabo las mejoras de la precariedad, esto debido principalmente a diferencias
entre los habitantes, de las que destacan las económicas.
El límite entre una práctica y otra es dinámico, ya que las prácticas que se
encargan de mantener la continuidad, la estabilidad del orden social, nacieron de
acciones que tuvieron en su origen un sentido de cambio, de transformación de las
desventajas materiales, sin embargo al habituarse, al ser frecuente su realización, su
sentido de cambio ahora se dirige al de continuar ese estado, a que la normalidad
que estableció aquella práctica habilitante se mantenga, se continúe. De ahí que el
tránsito entre prácticas sea dinámico y nunca acabado. En el caso de estudio
126
encontramos diversos casos que ejemplifican esta situación: el que es más explicito
es el arreglo en el abastecimiento de agua, aquellas acciones que los habitantes
gestionaron para que de la delegación les suministraran el líquido, lograron su
cometido a través del suministro regular a través de pipas. Esa gestión terminó
siendo recurrente, por lo que los habitantes saben qué días les toca su suministro.
Ahora, las acciones que se realizan en el grupo vecinal tienden a perseguir la
regularización del suministro; al momento de hacer el trabajo de campo, la
regularización del uso del suelo es un factor determinante para que los servicios se
regularicen, por lo que los habitantes tendrán que hacer una serie de gestiones para
que esto ocurra, algunas se empiezan a plantear en las reuniones vecinales.
Detrás de la realización de esas prácticas trabaja un sentido que las engloba:
las ideas de propiedad y patrimonio. La valoración positiva de sus condiciones de
vida en el asentamiento, que expresaron los habitantes llevó a deducir ese sentido
último en la realización de las prácticas. Esto coincide con lo planteado sobre el
proyecto que está detrás de la práctica. Para el caso de estudio ese proyecto que
guía y estimula la continuidad en el asentamiento es la propiedad de la vivienda. La
obtención de una resulta benéfico para los habitantes, opiniones como: es libertad,
ahorro económico, tranquilidad, seguridad familiar, fundamentan esta idea. De los
anteriores fundamentos, el de libertad tiende a destacar, ya que corresponde con el
sentido de posesión: el tener algo y hacer de él lo que se quiera, que es lo que se
entredijo en los comentarios de los habitantes al referir, "esto es mío", "yo la construí
como quise".
La otra noción, de patrimonio, complementa este sentido, ya que al bien
material se le considera como hereditario, funcional para las próximas generaciones,
de ahí que consolidar su materialidad y eliminar su incertidumbre jurídica, se
contemplen como objetivos del hacer de los habitantes. En este sentido, estos
fundamentos "últimos", si los podemos llamar así, han permitido que las acciones de
los habitantes de Nochicala disminuyan sus condiciones de precariedad material y
así mejorar sus condiciones de vida actuales y ofrecérselos a sus descendientes, lo
que nos habla de reproducción social.
127
Conclusiones
Si bien la ciudad de México se coloca como una de las principales ciudades globales
en la región latinoamericana, como lo argumenta Christof Parnreiter (2002), al mismo
tiempo, esta condición consolida espacios de pobreza en los que la calidad de vida
se ve disminuida, síntoma de ello es la situación de precariedad material del espacio
que se habita, a la cual se enfocó esta investigación. Dicha precariedad hace
referencia a la ausencia o baja calidad de los servicios materiales para habitar: agua
potable, drenaje y luz.
Estos espacios son la expresión de cambios que se han dado en las grandes
estructuras sociales y cuyo principal referente es el proceso de urbanización, el cual
ha respondido a una lógica económica, que ha beneficiado a ciertos espacios, pero
desamparando a otros más. En la ciudad de México dicho proceso ha tenido fuerte
impacto en su periferia, concentrando una serie de problemáticas en este territorio,
una de ellas y quizá la más trascendente a través del tiempo, es la afectación al
medio natural de la zona, debida principalmente al establecimiento de asentamientos
humanos de forma irregular.
Esta situación ocurre a que el proceso de urbanización ha visto en este
territorio periférico un espacio disponible para su continuación, sin importar las
afectaciones que llega a causar a este espacio. En este sentido, la elección del caso
de estudio respondió a esta situación, ya que la Delegación Xochimilco ha sido una
de las más afectadas por los efectos negativos de la urbanización. Al respecto datos
de la PAOT muestran que esta delegación cuenta con el más alto porcentaje de
pérdida de cobertura forestal, el 23.2% del total de las delegaciones que reportan
esta pérdida (2005: 8).
Una determinante fundamental en el área de estudio ha sido la alta
disponibilidad de suelo propenso a ser urbanizado, sólo el 82.2% del territorio total de
la Delegación se encuentra en esta situación. Dicho espacio ha sido clasificado como
suelo de conservación, como una medida para proteger las propiedades naturales de
éste, ya que en él se dan diversos procesos naturales que traen beneficios
sustanciales al conjunto de la ciudad, uno de ellos es la captación de agua al
128
subsuelo, la cual se ha visto interrumpida debido a la pavimentación de amplias
zonas donde antaño se presentaba dicha captación. De tal suerte que dicho espacio,
su conservación y protección sean importantes, no sólo para el cuidado del ambiente
natural de la Delegación, sino también para el conjunto de la Ciudad, ya que datos de
la Procuraduría Ambiental para el 2005, señalan que el suelo de conservación tiene
una extensión de 88,442 ha. en el Distrito Federal, lo que representa el 59% del total
de su territorio. (2005: 3)
Diferentes medidas se han implementado para evitar los efectos adversos de
la urbanización en las zonas naturales del Distrito Federal: desalojos por la fuerza,
reglamentaciones, delimitación de vastas zonas, etc., que finalmente han cedido a
los efectos del proceso urbano. De entre ellos, el crecimiento de los asentamientos
humanos ha significado una pérdida considerable de áreas naturales.
En este sentido la delegación se coloca como una de las delegaciones con
mayor número de casos de asentamientos irregulares: 300 identificados para 2004
en el PDDU de Xochimilco (Gaceta Oficial para el Distrito Federal, 2005: 42); esto ha
significado, según la propia interpretación del plan, que 1 de cada 3 habitantes vive
en un asentamiento irregular. Estos datos demuestran que el crecimiento urbano
además de afectaciones al ambiente natural de las zonas de expansión, también ha
implicado inconvenientes en el ámbito social, uno de ellos es el que afecta
directamente en las condiciones de habitabilidad de la población que llega a vivir en
los espacios generados por la urbanización, y que en este trabajo se destaca que
tienden a ser precarias materialmente.
Dichas condiciones están presentes en el caso de estudio: el asentamiento
irregular Nochicala, en la delegación Xochimilco. La precariedad material se expresa
en los tres elementos que constituyen esta situación y que fueron propuestos en este
trabajo: su localización, ya que el asentamiento se encuentra en una zona de
montaña del pueblo tradicional de San Luis Tlaxialtemalco, si bien no implica riesgo
para la población, ya que no se encuentra en una ladera, sí complica el acceso al
asentamiento debido a que la vialidad principal es una pendiente que en diferentes
tramos es pronunciada.
129
La vivienda, otro de los elementos de lo que llamamos aquí precariedad
material, ostenta una heterogeneidad de condiciones: viviendas consolidadas, es
decir, que en su construcción presentan condiciones óptimas para vivir, como buena
distribución de habitaciones y hasta con dos plantas; pero también, encontramos
viviendas que se integran de un solo cuarto que sirve para diferentes usos, como
cocina, comedor y recámaras, además que los materiales con los que está
construido son deficientes.
Esto puede ser tomado como expresión de las condiciones económicas de los
habitantes del asentamiento: la investigación muestra que en promedio los
habitantes tienen ingresos menores a los tres salarios mínimos, lo que refleja un bajo
poder adquisitivo y que se expresa en la adquisición de un espacio accesible a su
presupuesto, a pesar que no cuente con las mejores condiciones para habitarlo.
Con respecto a la deficiencia materialidad en la que se enfocó este trabajo,
también se observó cierta homogeneidad en la situación de los servicios, esto es, la
ausencia de red de agua potable y de drenaje; y la mala calidad en el servicio de
energía eléctrica. Sin embargo, hay pequeñas concesiones, emprendidas por los
propios habitantes, que marcan la diferencia en ciertos hogares: la más sobresaliente
es la compra de pipas de agua de servicio privado, que como lo revelaron las
personas entrevistadas y que realizan esta compra, a pesar que significa un gasto
importante en la economía familiar, también significa cierto bienestar para el grupo
familiar, ya que la disposición del líquido en el hogar no dependerá del servicio
proporcionado por la delegación, sino de las gestiones de la misma familia. Lo que sí
es un hecho, es que el conjunto de la población de Nochicala presenta desventajas
materiales al no contar con la disposición adecuada de servicios, complicando así, el
desarrollo de su vida cotidiana.
Sin embargo, esta investigación mostró que las complicaciones no han sido un
obstáculo para que las personas continúen sus actividades cotidianas y se vea
afectada su reproducción social. Como propuso esta investigación describir, ante
condiciones de precariedad material, los habitantes del asentamiento Nochicala
constituyen prácticas para afrontar las desventajas materiales que presenta el lugar
en el que están habitando. De esta forma se llegaron a identificar dos tipos de
130
prácticas, las cuales se clasificaron a partir del sentido que las fundamenta: prácticas
que se dirigen a mantener las condiciones de vida en el asentamiento, en las que se
incluyen las materiales y que fueron nombradas como de mantenimiento; y las que
tienden a construir escenarios para la mejora de esas condiciones, llamadas
habilitantes.
El escenario primordial en el que estas prácticas tienen cabida ha sido la vida
cotidiana, ya que como lo llama Rossana Reguillo, el mundo de la vida cotidiana se
posiciona como el espacio natural "de la reproducción social". (2000: 78) Esta
reproducción, no hay que olvidar, se efectúa en un espacio que surgió como una
alternativa a lo que está establecido normalmente, por lo que las concesiones que se
han hecho para el desarrollo del asentamiento se corresponden con el lugar alterno
que ocupa éste en el entramado urbano, social y político de la delegación, es decir,
la condición de irregularidad del asentamiento no ha permitido que la mejora en los
servicios sea posible, por lo que sólo se implementan medidas adecuadas y posibles
para los actores involucrados. Esto se refleja en la puesta en marcha de las prácticas
identificadas.
Las prácticas de mantenimiento han encontrado en la adaptación a las
condiciones precarias un aliciente para continuar con el transcurso de la vida con
normalidad. En este sentido la investigación demostró que las redes familiares y de
amistad resultan importantes en la transmisión de conocimientos de cómo actuar
ante la precariedad material, ya que se encontró que la experiencia con el lugar de
vida anterior al que actualmente se encuentran no actúa como la única forma de
proporcionar la experiencia ante la precariedad, ya que la mayoría de las personas
no habitaban en dichas condiciones, a pesar que proviene de lugares cercanos al
asentamiento, esto es así, porque los habitantes manifestaron que en su hogar
anterior no estaban en contacto con cuestiones de precariedad material, sino con
condiciones más favorables, ya que rentaban el espacio para vivir. Este marco es el
que proporciona la importancia a las redes familiares y de amistad, pues conforme
los habitantes fueron llegando a vivir al asentamiento, un familiar o un vecino les
enseño cómo actuar ante el contexto precario al que se enfrentaban. Asimismo, se
131
observó que el ámbito familiar es el espacio en el que tienen mayor presencia estas
prácticas.
En el caso de las prácticas que se generan para que haya una mejora en las
condiciones materiales del asentamiento, llamadas habilitantes, encontramos las que
se llevan a cabo a partir de la organización entre vecinos, resultaron ser las más
propicias en este sentido. En dicha organización se determinan las acciones a
realizar; se planean y se valoran si serán benéficas o no para el asentamiento y sus
habitantes, por lo que el ámbito vecinal y las prácticas que se realizan en él se
colocan como el medio idóneo para la transformación material del asentamiento.
Ahora bien, un actor que sobresale en la puesta en marcha de estas prácticas, son
las autoridades delegacionales, la relación que se establece entre éstas y los
habitantes y su organización resulta fundamental para dicha transformación, esto a
pesar que la actuación de las autoridades, desde la opinión de los propios
habitantes, se perciba como deficiente e improductiva. Pero a pesar de estas
opiniones, una buena relación entre las partes se presenta como un camino para
asegurar el suministro regular de los servicios y la regularización del asentamiento,
ya que ellas son las encargadas de administrar y suministrar los servicios en el
Distrito Federal; de hecho se han logrado las condiciones que presenta el
asentamiento a partir del trabajo conjunto de éstas con los propios habitantes del
asentamiento.
Sin embargo, han sido los propios habitantes y sus acciones las que han
construido materialmente el asentamiento. Sin embargo, para algunos habitantes
está condición ha generado desventajas en la mejora de sus condiciones materiales
de vida, es decir, han impedido la realización de mejoras individuales a los servicios,
objeto de esta investigación. Pero como se pudo observar, a pesar de que estos
habitantes tienen el propósito de realizar las gestiones individuales para mejorar su
condición, la regularización de los servicios se hará de forma general para el
conjunto del asentamiento y no de forma individual, como lo planteó un habitante.
Posteriormente, al regularizarse la situación general del asentamiento, desde la
irregularidad del suelo, hasta la situación de los servicios, será cuando los habitantes
132
podrán realizar de forma individual las gestiones necesarias para la buena dotación
de los servicios.
El sentido que fundamenta a cada una de las prácticas mencionadas se
conjunta para dar sustento a un sentido que engloba el hacer de los habitantes en un
contexto con precariedad material y que se sustenta de dos categorías: la obtención
de una vivienda propia y su designación como patrimonio familiar. La mayor parte de
los habitantes nos mencionaron que valoraban positiva su llegada al asentamiento
debido a que dejaron de pagar renta y obtuvieron una vivienda propia, motivos
fundamentales para continuar con su cotidianidad en un contexto precario. Este
sentido es alimentado a través de valores como la estabilidad y la propiedad, que le
brinda poseer un bien material. También se fundamenta por cualidades observadas
al lugar como la tranquilidad, la limpieza en el aire, el contacto con la naturaleza, y la
frescura en los alimentos, ideas que se contraponen a las condiciones negativas que
ofrece la ciudad: contaminación, delincuencia, etc. Pero sobre todo la idea de
patrimonio familiar es la que ha motivado a los habitantes permanecer en el contexto
precario, ya que la idea de heredar un bien material, tiende a fundamentar que se
realicen acciones para que su condición al hacerlo sea en los mejores términos.
Mucho se ha hecho para dar solución a la problemática de los asentamientos
humanos irregulares, sin embrago pareciera que no hay una propuesta clara que
evite el surgimiento de éstos. En este sentido, debería ser importante que los
trabajos que han abordado el estudio de de estos espacios incluyan con más
frecuencia el punto de vista de los propios habitantes, ya que al ser los principales
actores en la construcción de éstos, además de enriquecer dichos estudios, pueden
ayudar a encontrar alternativas para la solución de la problemática material y de
irregularidad de los asentamientos, en donde la participación conjunta tanto de
habitantes como de autoridades, sea fundamental.
133
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140
Anexos Anexo 1: Guión de entrevista
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Aragón Guión de entrevista
Asentamiento: Nochicala, Xochimilco
Edad ______________
Ocupación _________________
I. El asentamiento
a) ¿Cuánto tiempo tiene viviendo aquí?
b) ¿Sabe cómo y en qué año se formó la colonia?
c) ¿Cómo era la colonia cuándo usted llegó a vivir en ella?
(aspectos ambientales y de población)
d) ¿De qué forma se organizaban entre vecinos para arreglar los asuntos de la colonia, como
la pavimentación, luz pública, etc.?
II. Trayectoria de vida.
a) ¿Antes de vivir aquí en qué dónde vivía? (colonia y delegación)
b) ¿Vivía en casa, departamento, etc., y este era propio, rentado, de un familiar, etc.?
c) ¿Qué opinión tiene del lugar (colonia, barrio) en el que vivía?; ¿le agradaba? Sí, No, ¿por
qué?
d) ¿Por qué motivo tuvo que dejar de vivir ahí?
e) ¿Su casa o departamento, contaba con servicios cómo agua entubada, luz eléctrica y
drenaje?
III. La experiencia con la precariedad material
AGUA
a) ¿Su hogar cuenta con servicio de agua entubada? (si la respuesta es sí, pasar a inciso j)
b) Si la respuesta es no: ¿Entonces cómo hace para obtenerla? (detallar el proceso)
c) ¿Existe una especie de organización familiar para abastecer a la vivienda de agua?
d) ¿Utilizan algún instrumento, aparato, animal de carga o la fuerza física, para el
abastecimiento del líquido?
e) ¿De qué modo almacena el agua? ¿En su opinión es la apropiada?
f) ¿El suministro de agua con el que cuenta, cuánto tiempo le dura? Entonces, ¿es el
adecuado?
141
g) ¿Qué acciones han emprendido en su familia para la regularización del suministro de
agua? ¿Y en la colonia en conjunto?
h) ¿Qué opinión tiene sobre la manera en que se abastecen de agua en su vivienda?;
¿por qué?
i) Comparando la manera en que se abastece ahora de agua con la anterior, ¿cuál ha
sido mejor?
j) Entonces, ¿cuando llego a vivir aquí tenía agua entubada? (sí la respuesta es no ir a k)
k) ¿Qué fue lo que hizo para poder contar con ese servicio?
DRENAJE
a) ¿Su hogar cuenta con servicio de drenaje? (si la respuesta es sí, pasar a inciso j)
b) Si la respuesta es no: ¿Entonces cómo desechan los líquidos y residuos humanos?
(detallar el proceso)
c) ¿Me puede explicar el mantenimiento que le da a la fosa, letrina, etc.?; ¿Hay algún
encargado de la familia en hacerlo o contrata algún servicios?
d) ¿Usted o algún miembro de su familia construyó la fosa, se contrato a alguien, o ya estaba
hecha?
e) ¿La fosa tiene tiempo de funcionamiento? Si la respuesta es Sí ¿Que tiene pensado usted
o su familia para solucionar esta desventaja?
f) ¿Han contemplado otra forma de deshacerse de los residuos? Si, sí ¿cuál?
g) ¿Qué acciones han emprendido en su familia para la regularización del drenaje en su
vivienda? ¿Y la colonia en conjunto?
h) ¿Qué opinión tiene sobre la manera en que se deshace de los residuos?; ¿por qué?
i) ¿Comparando la anterior manera en que se deshacía de los desechos humanos,
biológicos, etc. con la actual forma, cuál ha sido mejor?
j) Entonces, ¿cuando llego a vivir aquí tenía drenaje? (sí la respuesta es no ir a k)
k) ¿Qué fue lo que hizo para poder contar con ese servicio?
LUZ ELÉCTRICA
a) ¿Su hogar cuenta con servicio de Luz eléctrica? (si la respuesta es no, pasar a inciso f)
b) Si la respuesta es sí: ¿De qué forma la obtuvo?
(Detallar proceso: si fue individualmente o en conjunto con la colonia)
c) ¿Quién fue el encargado de colocar el cableado al interior y al exterior de su
vivienda?
d) ¿Qué opinión tiene sobre la manera en que obtuvo la luz eléctrica?; ¿por qué?
e) ¿Comparando a su residencia anterior, el actual suministro de luz ha mejorado?
g) ¿Qué acciones han emprendido en su familia para mejorar el servicio de luz? ¿Y la
colonia en conjunto?
f) Entonces, ¿desde que llegó a vivir aquí no ha tenido luz? (sí la respuesta es no ir a k)
g) ¿Qué es lo que ha hecho para mejorar el servicio de luz y por qué lo ha hecho?
142
IV. Utopía
a) ¿Qué opinión tiene de sus condiciones de vida? (son buenas, malas, iguales, etc.)
¿Por qué?
b) En cuanto a los servicios, ¿Qué lo motiva a conseguir el agua, a mantener la fosa, y la
luz?
c) En cuanto al agua ¿Está satisfecho con la forma de obtenerla? ¿Tiene planes para
cambiar la forma?
d) En cuanto al drenaje ¿Está satisfecho con ese servicio? ¿Tiene planes para cambiar la
forma?
e) En cuanto a la luz ¿Está satisfecho con la forma de obtenerla? ¿Tiene planes para
cambiar la forma?
f) ¿Tiene algún plan de cambio de residencia? ¿Por qué?
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Anexo 2: Encuesta socioambiental
Universidad Nacional Autónoma de México
Instituto de Geografía Departamento de Geografía Social
Encuesta Socioambiental Nombre del Asentamiento _____________________ Nombre del Encuestador ______________________ Fecha ___________________________ Folio ____________________________ I. Perfil socioeconómico 1. Edad ___________________________ 2. Estado Civil ______________________ 3. Escolaridad ______________________ 4. Ocupación _______________________ 5. ¿Cuántas horas al día dedica a su ocupación? ________________________ 6. ¿A cuánto ascienden mensualmente los
ingresos de su hogar? 1) menos de un salario mínimo (Menos de $1869.9 mensuales)
2) de $1869.9 a $3739.8 3) de $5609.7 a $9349.5 4) más de $9349.5 7. Esta vivienda es: 1. Propia 2. Rentada 3. Prestada 4. La cuida II. Procedencia familiar 8. ¿Cuánto tiempo tiene viviendo aquí? __________________________________ 9. ¿Cuántas personas habitan esta vivienda? __________________________ 10. ¿Cuántas familias habitan este predio? __________________________________ 11. ¿Antes de vivir aquí, dónde vivía?
1) En la misma delegación ____________ (colonia o pueblo)
2) Fuera de la delegación, pero dentro del D.F. ______________________________ 3) Fuera del D.F. ____________________ (estado y municipio) 12. ¿Por qué se cambió de vivienda? 1) Por cuestiones laborales o escolares 2) Por escasez de vivienda 3) Para adquirir una vivienda propia 4) Para no seguir pagando renta 5) Por problemas familiares 6) Por cambio de estado civil 7) Pidieron la propiedad o la vendieron 8) Por situación de hacinamiento
13. ¿Cómo se enteró de que en este lugar
se podía vivir? __________________________________
14. ¿Usted construyó esta vivienda o ya estaba construida? 1) Yo la construí 2) Ya estaba construida 3) He construido una parte 15. Sus condiciones de vida han: 1) Mejorado 2) Empeorado 3) Mantenido igual ¿por qué? _________________________ III. Percepción Ambiental 6. De las siguientes opciones, ¿cuál es la
condición del lugar en donde vive? 1) Zona urbana 2) Zona rural 3) Suelo de conservación 4) En proceso de regularización 5) No está regularizado
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17. De las siguientes características, dígame cuáles ya existían en el lugar cuando llegó a vivir aquí:
1) Había árboles 2) Vegetación baja (matorral, pasto)
3) Era zona de cultivo (había milpas)
4) Había ojos de agua 18. ¿Cómo percibe el ambiente natural
donde vive? 1) Desagradable ¿por qué? ___________________ 2) Sucio (tierra y polvo) 3) Contaminado (con basura) 4) Deforestado (seco y sin árboles) 5) Peligroso
(por la presencia de animales)
6) Con depósitos de cascajo, desechos de autopartes 7) Agradable ¿por qué? ___________________ 8) No hay ni tierra ni polvo 9) Limpio (no hay basura) 10) Verde (con árboles) 11) Sin peligro
(sin animales de ningún tipo)
19. ¿Considera que se está deteriorando
el ambiente natural de este lugar? 1) Si 2) no por qué ___________________ 20. ¿Cuál cree que sea el principal
problema del ambiente natural del lugar en donde vive?
__________________________________ IV. Conciencia Ambiental
21. ¿Sabe qué es el ambiente natural? 1) Si 2) No Si es sí, ¿Qué es? ___________________
22. En su opinión, ¿es importante el cuidado del medio natural?
1) Si 2) No ¿por qué? _________________________ 3) No sé 23. En su opinión, ¿vivir aquí afecta el
ambiente natural de la zona? 1) Si 2) No ¿por qué? _________________________ 24. ¿Sabe qué es daño ambiental? 1) Si 2) No Si es sí, ¿Qué es?___________________
25. ¿Usted cree que realiza algún tipo de
acción que dañe al ambiente natural del lugar donde vive? De las siguientes dígame cuáles:
1) Tirar basura 2) Quemar basura 3) Desechar las excretas y aguas residuales fuera de su vivienda 4) Talar y/o tirar los árboles 5) Vivir aquí 26. ¿Considera que usted realiza acciones
para no dañar al ambiente natural del asentamiento?
__________________________________ 27. ¿Qué hace con su basura y/o otros
desechos? (cascajo, autopartes)
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28. Para usted, ¿cuál es el principal daño al ambiente natural de la zona provocado por los habitantes de este asentamiento?
1) Contaminación del aire 2) Contaminación del suelo 3) Contaminación del agua 4) Deforestación 5) Disminución de fauna silvestre 29. Para usted, ¿de quién es la
responsabilidad del daño ambiental que se experimenta aquí en el asentamiento?
__________________________________
30. En su opinión, ¿a cargo de quién debe estar el cuidado del ambiente natural de la zona?
1) De los propios habitantes del
asentamiento 2) De las autoridades
delegacionales 3) De los grupos ambientales 4) De las organizaciones vecinales
y/o representantes 5) De todas las anteriores 31. ¿Qué acciones haría para mejorar el
ambiente natural de este lugar?
Notas: ____________________________________________________________________