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La investigación educativa en México: antecedentes y rasgos actuales
Hugo Casanova Cardiel Investigador Titular de la UNAM
Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación Presentación
Uno de los temas que genera un mayor acuerdo en la sociedad de nuestro
tiempo es la educación. En todos los países, en todas las regiones y en todos
los continentes, la educación constituye un factor de innegable relevancia social
y representa un valor esencial que articula a todos los individuos. Las múltiples
formas que asumen los hechos e ideas que se relacionan con la educación
solamente pueden ser descritas e interpretadas a partir de un ejercicio
académico profundo y sistemático. Dicho ejercicio, denominado en términos
genéricos como investigación educativa, es el centro de este trabajo.
El texto está referido de manera central al caso de México y se pretende
un acercamiento en términos analíticos a una actividad que, de manera
progresiva, ha incrementado su presencia en el campo de las investigaciones
sociales y humanísticas en México. No obstante lo anterior, es posible sostener
que la investigación educativa en México ha logrado un crecimiento apenas
significativo en relación a la magnitud y complejidad de su campo de estudio.
Así, con este artículo se pretende ofrecer una mirada panorámica de la génesis,
el desarrollo y la condición actual de la investigación educativa en México. El
texto se estructura en tres apartados: En el primero de ellos se ofrece un apunte
histórico sobre las instituciones fundadoras de la investigación educativa en
México; en el segundo apartado se presentan las instituciones y grupos más
influyentes dedicados en la actualidad a la investigación educativa, así como las
líneas principales de la investigación educativa que desarrollan; finalmente, en
el tercero, se ofrecen algunos rasgos de la comunidad investigadora de la
educación en México, así como de las principales líneas que hoy se abordan en
términos de investigación educativa.
Texto en proceso editorial. Favor de no citar.
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Esta aproximación analítica está construida a partir de información
provista por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE). De
acuerdo con esta Asociación el grupo de investigadores educativos en México
se constituía para finales de 2014 por 467 académicos registrados de manera
formal (COMIE, 2014). Por los mecanismos formales que existen para el ingreso
a esta asociación y, sobre todo, por la consistencia académica de este colectivo
–que es sin duda el más exigido y exigente en el estudio de la educación en
México–, se ha considerado que ofrece las condiciones necesarias para su
estudio y para identificar algunos rasgos significativos de la investigación
educativa hoy. (Cfr. Colina y Osorio, 2004). No obstante lo anterior, conviene
señalar que existen otros criterios que podrían elevar la cifra de investigadores
dedicados a la educación de una manera notable. Uno de ellos es el de los
congresos nacionales del propio COMIE que recibe cada dos años más de tres
mil ponencias resultado de procesos de investigación. Ello implicaría una cifra
de investigadores muy cercana al número de propuestas.
Sin insistir en la intrínseca complejidad de la base numérica de la
comunidad estudiada, conviene destacar que el grupo académico aquí referido,
así como las instituciones analizadas son las que ofrecen mayor consistencia y
reconocimiento por parte de los pares académicos dedicada a la investigación
educativa.
I. BREVE APUNTE HISTÓRICO SOBRE LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
Aunque la tradición pedagógica mexicana extiende sus raíces al siglo XIX y a los
inicios del siglo XX, lo cierto es que la investigación educativa en México
solamente alcanza algún nivel de formalización hasta finales de la década de los
treinta. Así, siguiendo trabajos pioneros (Martínez Rizo 1996, Weiss 2003 y
OCDE-CERI 2004) sobre la investigación educativa, es posible identificar
algunos de sus antecedentes fundamentales. Aunque el esquema de fases que
propone Martínez Rizo resulta altamente pertinente para definir tal acercamiento
es importante marcar algunos matices y destacar la influyente presencia de la
UNAM a lo largo del proceso de institucionalización de la investigación educativa
en México. La primera fase abarca desde la década de los treinta hasta finales
de los sesenta e incluye la creación de entidades como el Instituto Nacional de
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Pedagogía (1936); el Centro Regional de Educación Fundamental para América
Latina CREFAL (1951) y el Instituto Latinoamericano de Comunicación
Educativa ILCE (1956). Debe ser considerado que, a finales de los cuarenta,
Lucio Mendieta y Núñez, destacado sociólogo mexicano, inicia una serie de
trabajos que constituyen un importante antecedente de los estudios sobre la
educación superior: "Ensayo analítico sobre los problemas de la Universidad",
publicado en Problemas de la Universidad, de Mendieta y Gómez Robleda,
México, UNAM-IIS, 1948, y "Ensayo sociológico sobre la universidad", publicado
como texto introductorio del Primer Censo Universitario en los inicios de los
cincuenta. También Mendieta publica, a inicios de los cincuenta, "La sociología
en la Universidad", en el libro colectivo Ensayos sobre la Universidad de México
(Casanova, 2001). En esta etapa se incluye asimismo la creación del Doctorado
en Educación de la Escuela Normal Superior de México (1954) y de una
institución emblemática para la investigación educativa: el Centro de Estudios
Educativos CEE (1963) el cual surgió bajo el impulso de Pablo Latapí (Martínez
Rizo, 1996; Schmelkes y López, 2003; Weiss, 2003).
También deben ser consideradas otras instituciones que, aunque centradas
en el campo de la capacitación para el trabajo, contribuyeron al desarrollo del
conocimiento de la educación: la Oficina de Recursos Humanos del Banco de
México (1964) y el Servicio Nacional de Adiestramiento Rápido de Mano de Obra
en la Industria (ARMO) 1965 (Martínez Rizo, 1996).
Entre los cincuenta y los sesenta, en el ámbito de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), surgirían diversos esfuerzos para impulsar un
campo de estudios centrado en la educación y, de manera específica, en el
campo de la educación superior. Entre las principales entidades que participaron
en esa tarea, se incluyen la Facultad de Filosofía y Letras a través del Colegio
de Pedagogía, el Instituto de Investigaciones Sociales, el Instituto de
Investigaciones Jurídicas, el Instituto de Investigaciones Económicas y, a finales
de los sesenta, dos entidades académicas con un gran impacto en el estudio de
la educación: el Centro de Didáctica y la Comisión de Nuevos Métodos de
Enseñanza de la UNAM (1969) (Martínez Rizo, 1996; Casanova, 2001). En estas
primeras décadas, es notable la insuficiencia de investigadores e instituciones,
así como el muy lento ascenso de la investigación educativa en México.
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En una segunda fase, que puede ser situada entre los setenta y finales de
los ochenta, se asiste a un proceso de expansión caracterizado por un
crecimiento importante de la planta de investigadores y por el surgimiento de
múltiples instituciones dedicadas de manera directa o aun indirecta a la
investigación educativa. La creación de tales instituciones ofrece un espacio
importante para la investigación educativa. Esta fase culminará con una fuerte
contracción en los ochenta (la tan referida “década perdida” en América Latina)
y, a partir de aquí podrá distinguirse la coexistencia de los sectores
gubernamental, universitario, privado e internacional en la promoción e impulso
de la investigación educativa (Martínez Rizo, 1996). No obstante, hay que ser
reservados en esta clasificación pues la coexistencia institucional es altamente
desigual y mientras algunas de las entidades tienen una relativa fortaleza, otras
apenas alcanzan el nivel de membrete.
Las instituciones son numerosas y aquí solamente se hará referencia a
algunas de las más significativas: creados en 1970, el Centro Latinoamericano
de Tecnología Educativa para la Salud; el Centro de Experimentación para el
Desarrollo de la Formación Tecnológica, patrocinado por la OEA en Cuernavaca,
Morelos; y la Universidad Iberoamericana (Martínez Rizo, 1996).
En 1971 se crea el Consejo Nacional de Fomento Educativo, así como el
Departamento de Investigaciones Educativas, del Centro de Investigación y
Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional DIE-CINVESTAV, IPN el
cual llegaría a ser una de las instituciones más influyentes por su consistencia
académica y por su capacidad de interlocución ante los sucesivos gobiernos
(Schmelkes & López, 2003). A su vez, en la UNAM se crea el Colegio de Ciencias
y Humanidades y el Sistema de Universidad Abierta, cuyo establecimiento
generaría importantes aportaciones académicas sobre la educación media y la
educación superior.
En 1973 y en pleno auge expansivo de la educación superior serán
creadas nuevas instituciones que dan aliento a la investigación educativa: la
Universidad Autónoma Metropolitana, el Colegio de Bachilleres, la Universidad
Autónoma de Aguascalientes, el Centro de Investigaciones Pedagógicas de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y el Centro de Investigaciones
Superiores del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En 1976 se funda el
Centro de Estudios Sobre la Universidad CESU, el cual agrupa los esfuerzos
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más consistentes en términos de investigación educativa en la UNAM y es la
base del actual Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación
(IISUE). Esa década concluiría con la creación en 1978 de la Universidad
Pedagógica Nacional, la cual articulará también a un importante grupo
académico al paso de los años. La década de los setenta también da cabida a
la creación de dos revistas, hoy plenamente vigentes, que llegarían a ser de gran
significación para la investigación educativa: la Revista de Educación Superior,
creada en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación
Superior (ANUIES) en 1972 y Perfiles Educativos, creada en la UNAM en 1978.
No obstante, al entrar a la década de los ochenta, bajo una severa crisis
financiera, se asistiría a una importante contracción de la investigación
educativa. La falta de recursos económicos tuvo como principal consecuencia el
cierre de algunas instituciones y a tiempos difíciles para la mayoría de ellas. Pese
a lo anterior, debe valorarse la realización del Primer Congreso de Investigación
Educativa en 1981 y, en el seno del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,
del Programa Nacional Indicativo de Investigación Educativa, (Weiss, 2003).
También ha de incluirse, en este apretado resumen, la creación de entidades
como el Grupo de Estudios sobre Financiamiento de la Educación por parte de
la Secretaría de Educación Pública y, en 1984, del Sistema Nacional de
Investigadores. Finalmente, en 1986 sería creado otro de los grupos con fuerte
presencia en la escena de la investigación educativa en México: el Centro de
Investigación Educativa de la Universidad de Guadalajara, hoy Departamento de
Estudios en Educación, adscrito a la división de Estudios de Estado y Sociedad
(Chavoya et al., 2003).
Una tercera etapa se desarrolla en los inicios de la década de los noventa y
abarca hasta los finales de esa década. La investigación educativa de este
período se refiere de una manera muy destacada a dos ámbitos: la evaluación y
el pago por méritos, principalmente. En términos de creación de instituciones
deben considerarse el Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo (IIDE) de
la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en 1990 y el Área de
Sociología de las Universidades de la Universidad Autónoma Metropolitana,
unidad Azcapotzalco (UAM-A) en 1992.
En 1993 fue formalmente constituido el Consejo Mexicano de Investigación
Educativa A.C. (COMIE). Con dicha agrupación –de carácter nacional– se
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lograba dar mayor presencia e institucionalización a la investigación educativa
en México.
Ese mismo año se promovería la realización del II Congreso Nacional para la
Investigación Educativa y del Doctorado Interinstitucional de la Universidad
Autónoma de Aguascalientes, apoyado por 15 instituciones fuertes en el campo
de la investigación educativa (Weiss, 2003; Schmelkes y López, 2003;
Arredondo, 2003).
Vale la pena destacar que en la década de los noventa aparecen dos revistas
que al paso de los años lograrán consolidarse: la Revista Mexicana de
Investigación Educativa (1996) creada por el COMIE; y la Revista Electrónica de
Investigación Educativa (1999) surgida en el Instituto de Investigación y
Desarrollo Educativo de la UABC. También es preciso recordar la creación en
1998 del Centro de Estudios de la Universidad de la Universidad Autónoma de
Nuevo León, así como de la Unidad de Investigaciones Interdisciplinares en
Educación de la Universidad Iberoamericana –la cual cambiará su denominación
en 2003 a Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación
(INIDE).– También en 2003 es creado el Centro de Estudios sobre la Universidad
de la Universidad Autónoma de Baja California; y en 2004 el Seminario de
Educación Superior de la UNAM (Gaceta UNAM, 2004).
En suma, en esta etapa es posible aludir a algunos factores que ilustran la
consolidación de la investigación educativa en México los cuales están
fuertemente relacionadas con el fortalecimiento del COMIE: crecimiento y
diversificación de las investigaciones; realización cada dos años de los
Congresos Nacionales; impulso a la investigación educativa en las regiones;
desarrollo de los Estados del Conocimiento (elaborados cada diez años con el
propósito de recoger los avances de la investigación educativa); consolidación
de las revistas nacionales consideradas bajo criterios de exigencia; e incremento
de la presencia de la investigación educativa mexicana en el escenario
internacional.
La etapa actual –la cuarta– es la que inicia con el siglo XXI e implica algunos
elementos que hoy comienzan a identificarse: la innovación de la investigación
educativa a través de nuevas entidades y programas; una clara renovación de
los lugares de la investigación los cuales complementan a los espacios
tradicionales: especialmente asociaciones, redes y programas
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interinstitucionales. En esta fase se ratifica la importancia de los grupos y redes
globales de conocimiento, se manifiesta la importancia de la investigación
interdisciplinar y el ascenso de modalidades alternativas para la creación y
construcción del conocimiento (Gibbons, 1994). En México destaca la
consolidación del COMIE, que a su vez forma parte de la World Educational
Research Association, así como el desarrollo de una veintena de redes
académicas entre las que se incluyen la Red de Investigadores sobre la
Educación Superior (RISEU), la Red de Curriculum, la Red de Evaluación y la
Red de Investigadores sobre Académicos.
Sin embargo, y no resulta ocioso recordarlo en un país donde prevalecen las
asimetrías, el desarrollo de la investigación educativa tiene lugar en algunos
espacios privilegiados, mientras que en otros prevalecen condiciones menos
propicias para la investigación. Lo mismo podría estar sucediendo con las líneas
de investigación: existen ciertos ámbitos institucionales –con mayores recursos
y fortalezas– que ejercen un enorme influjo en otras comunidades con menores
posibilidades. Este hecho tiene efectos paradójicos pues, por un lado, se
generan perspectivas de estudio menos localistas de la investigación educativa
pero, por otro lado, se corre el riesgo de generar agendas de investigación ajenas
a las propias pautas de desarrollo de las comunidades locales. En términos de
estructuras para la investigación pueden distinguirse en esta fase algunos
hechos: la transformación del Centro de Estudios sobre la Universidad en
Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM en
2006; la creación del Laboratorio de Análisis Institucional del Sistema
Universitario Mexicano en la UAM en 2010; y el fortalecimiento constante de
grupos como el Consejo Mexicano de Investigación Educativa. De dicho grupo
cabe subrayar su carácter interinstitucional, multidisciplinario e innovador en
cuanto a sus formas de trabajo académico.
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Cuadro 1. Desarrollo histórico de la investigación educativa en México
I
Entre 1930 y 1970
Los inicios de la investigación educativa
- Surgimiento de instituciones pioneras - Insuficiencia de investigadores y recursos
II
Entre 1970 y 1990
Expansión de la investigación educativa
- Crecimiento y especialización - Primer Congreso de IE - Contracción y cierre de instituciones - Carácter incipiente de la IE
III
Entre 1990 y 2000
Consolidación de la investigación educativa
- Crecimiento y diversificación - Congresos Nacionales - Impulso a la investigación educativa en las regiones - Consolidación de las revistas y publicación de numerosas obras especializadas - Incorporación de criterios rigurosos en las prácticas de Investigación
IV
El siglo XXI
Innovación e internacionalización de la investigación educativa
- Innovación de la IE - Crecimiento continuo y mayor
institucionalización - Fortalecimiento de revistas y
publicaciones especializadas bajo criterios rigurosos
- Integración de la IE nacional a redes globales de conocimiento
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II. INSTITUCIONES, GRUPOS Y LÍNEAS VIGENTES HOY En México, el número de entidades que realizan alguna modalidad de
investigación educativa rebasa el medio centenar de instituciones universitarias
y académicas. Tal conjunto es altamente heterogéneo y muestra niveles
diferenciados de desarrollo. Si bien resulta difícil referirse a cada una de ellas,
es posible en cambio aludir a algunas de las que han logrado una mayor
presencia en el escenario de la investigación educativa: la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), el Centro de Investigaciones y Estudios
Avanzados (CINVESTAV), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la
Universidad de Guadalajara (UG), la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y
la Universidad Iberoamericana (UIA). Es necesario insistir en que este limitado
listado podría enriquecerse con otras instituciones. En un futuro trabajo se
buscará atender ese objetivo y por ahora se hace referencia a las seis antes
enunciadas.
1) La UNAM. Cuenta con numerosas entidades académicas las cuales
desarrollan programas de investigación educativa de diversa magnitud. Y entre
las que se dedican de manera exclusiva a dicha tarea se incluyen el Instituto de
Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), el Posgrado en
Pedagogía de la UNAM –impartido por la Facultad de Filosofía y Letras, el IISUE
y las Facultades de Estudios Superiores de Acatlán y Aragón– y el Seminario
de Educación Superior (SES). El IISUE, que es la entidad con mayor presencia
en la UNAM, se estructura con base en cinco áreas que agrupan a poco más de
150 proyectos de investigación. Las áreas son: Curriculum, formación y
vinculación; Historia de la educación y la cultura; Políticas de la educación;
Diversidad sociocultural en la educación; y Teoría y pensamiento educativo.
(http://www.iisue.unam.mx, consultado el 10 de septiembre de 2013)
Otros programas importantes de la UNAM son los que se desarrollan en
el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), el Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), las Facultades de
Estudios Superiores (FES, principalmente en sus unidades Acatlán, Aragón, y
Zaragoza) y el Centro Regional de Investigaciones Interdisciplinarias (CRIM)
ubicado en Cuernavaca, Morelos. En total, en la UNAM, más de sesenta líneas
temáticas que abarcan los más diversos ángulos de la educación.
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2) El Centro de Investigación y Estudios Avanzados, del Instituto
Politécnico Nacional (CINVESTAV-IPN). Cuenta con dos departamentos
dedicados al tema aquí tratado: el Departamento de Investigación Educativa
(DIE) y el Departamento de Matemática Educativa (DME). El primero de ellos,
concentra cinco líneas de investigación: Aprendizaje y desarrollo de la lengua
escrita; Didáctica de las matemáticas; Estudios de las relaciones entre escuela
y comunidad; Investigación sociológica y de política educativa e Historia de la
educación en México. El DIE ha tenido, a lo largo de su historia, una estrecha
relación con el ámbito gubernamental, y especialmente con el subsistema de
educación básica (Schmelkes y López, 2003). A su vez, el Departamento de
Matemática Educativa desarrolla once líneas de investigación orientadas,
principalmente, a la enseñanza de las matemáticas (Gutiérrez Serrano, 2003).
3) La Universidad Autónoma Metropolitana. Cultiva entre sus cuatro
unidades, diversas líneas temáticas entre las que destacan las referidas al
estudio de la universidad, especialmente el grupo de Sociología de las
Universidades en la Unidad Azcapotzalco y el de Estudios Institucionales en la
Unidad Cuajimalpa, y una importante línea en estudios socioeducativos que
realizan bajo la modalidad de análisis e intervención educativa y que ha dado un
rasgo distintivo a la UAM (en su Unidad Xochimilco).
4) La Universidad de Guadalajara. Ubicada en la capital del Estado de
Jalisco, cuenta también con una relevante presencia en el campo de la
investigación educativa (Chavoya et al., 2003). En el Departamento de Estudios
en Educación, adscrito a la división de Estudios de Estado y Sociedad, las líneas
de investigación que se desarrollan son: Formación para la investigación;
Procesos institucionales y administrativos; Cognición; Políticas educativas;
Educación, economía y sociedad; Educación, cultura y sociedad; Historiografía
de la educación; Epistemología, teorías y educación; Investigación de la
investigación educativa. También destacan sus trabajos centrados en la
perspectiva de género.
5) La Universidad Pedagógica Nacional. Con sedes en casi todo el país,
se ha centrado en temas relacionados con la enseñanza y el aprendizaje:
Formación docente, el Uso de tecnologías de la información, Teoría pedagógica,
Administración educativa y Sociología de la educación.
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6) La Universidad Iberoamericana. Se trata de la institución privada
nacional con mayor influencia en el campo de la investigación educativa (Colina
y Osorio, 2003). Sus cinco líneas ilustran su orientación principal: Políticas
públicas y desarrollo educativo; Educación básica y sociedad; Educación y
desarrollo integral del país; Educación, trabajo y pobreza; Educación y
organizaciones civiles.
III. PERFIL DE LOS INVESTIGADORES DEL COMIE Y DESCRIPCIÓN DE LAS LÍNEAS DE
INTERÉS DE LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA EN MÉXICO
En este último apartado se ofrecen algunos datos significativos sobre los
investigadores que conforman al Consejo Mexicano de Investigación Educativa.
Se trata de una revisión panorámica a la base de datos que agrupa la información
relativa a los 467 académicos del COMIE, la cual es contrastada con algunos
datos significativos que aportan Alicia Colina y Raúl Osorio para el período 1999-
2001 (Colina y Osorio, 2004). Las dimensiones que aquí se abordan son:
distribución por género, distribución por sectores, distribución geográfica, grados
académicos y líneas de investigación.
Distribución por género
Una de las dimensiones que llama la atención en la composición de los
académicos dedicados a la investigación educativa en México es que durante
los años recientes la composición por sexo se va definiendo hacia el sector
femenino. Aunque los estudios sobre la composición del campo de la
investigación educativa aparecieron hace apenas una década, la evolución
histórica de su participación en este subcampo de las ciencias sociales parece
confirmar esta tendencia.
En tal sentido, al comparar el porcentaje de participación con los
resultados del estudio realizado por Alicia Colina y Raúl Osorio entre 1999 y
2001, se advierte que la brecha se ha ido ampliando. Así, mientras en dicho
estudio se contabilizaban en el período referido un 52% de mujeres y un 47.6%
de hombres, para 2014, de acuerdo con los datos del COMIE, la diferencia se
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amplió en 6.7 %, alcanzando poco más del 59% de mujeres y reduciendo en
cerca de 41% los hombres.
Cuadro 2. Distribución de género de los investigadores educativos
Investigadores educativos
Mujeres % Hombres %
2014 276 59.1% 191 40.9%
1999-2001 162
175
52.4%
52.1%
147
161
47.6%
47.9%
Fuente: La información correspondiente al año 2014 fue elaborada con la “Base de datos Socios COMIE 2014”. Los datos correspondientes a 1999-2001, son del trabajo de Alicia Colina y Raúl Osorio (2003). En estos últimos se incluyen investigadores adscritos al COMIE, pero también investigadores identificados mediante otros criterios y a través de la Red de Investigadores sobre Educación Superior RISEU y el Índice de Revistas Especializadas sobre Investigación Educativa IRESIE.
Aunque a principios de la década la participación relativa de las mujeres
no era mayoritaria en todos los estados de la Federación –sino sólo en seis de
los diecinueve estados que aportaban investigadores educativos– la situación se
iría revirtiendo. Para 2014 la proporción de investigadoras era mayoritaria en
quince estados –de los veintiocho estados con investigadores educativos en el
COMIE–, en cinco estados se distribuía en partes iguales y en ocho estados era
minoritaria. No obstante, si se observa la evolución de la participación por género
en las entidades que históricamente han concentrado la investigación educativa
–Ciudad de México y su zona metropolitana y Jalisco– la situación es la misma.
Así, mientras en el período 1999-2001 la proporción de investigadoras en el
Distrito Federal y la zona metropolitana de la ciudad de México era del 55.6%
54.7% y en Jalisco era del 60.6% 60.6%, para 2014, la proporción de mujeres
investigadoras ascendía al 65.1% y 71.4% respectivamente. El estado de Nuevo
León, que hace más de diez años registraba apenas dos investigadores y se
encontraba lejos de las principales posiciones, cuenta hoy con 24 investigadores
(ocupando el tercer sitio), de las cuales el 58.3% son mujeres. En otras palabras,
existe una clara tendencia ascendente en el proceso de feminización de la
investigación educativa en México.
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Cuadro 3. Socios COMIE por entidad federativa 2014
Entidad Federativa Totales % Mujeres % Hombres %
Distrito Federal 215 46.0% 140 65.1% 75 34.9%
Jalisco 42 9.0% 30 71.4% 12 28.6%
Nuevo León 24 5.1% 14 58.3% 10 41.7%
Estado de México 19 4.1% 11 57.9% 8 42.1%
Morelos 17 3.6% 10 58.8% 7 41.2%
Puebla 17 3.6% 10 58.8% 7 41.2%
Veracruz 15 3.2% 3 20.0% 12 80.0%
Chihuahua 14 3.0% 7 50.0% 7 50.0%
Yucatán 12 2.6% 6 50.0% 6 50.0%
Sonora 12 2.6% 2 16.7% 10 83.3%
Baja California 9 1.9% 5 55.6% 4 44.4%
Querétaro 9 1.9% 6 66.7% 3 33.3%
Aguascalientes 8 1.7% 3 37.5% 5 62.5%
Chiapas 8 1.7% 4 50.0% 4 50.0%
Guanajuato 5 1.1% 4 80.0% 1 20.0%
Hidalgo 5 1.1% 2 40.0% 3 60.0%
Oaxaca 5 1.1% 3 60.0% 2 40.0%
Colima 4 0.9% 3 75.0% 1 25.0%
San Luis Potosí 4 0.9% 3 75.0% 1 25.0%
Tlaxcala 4 0.9% 2 50.0% 2 50.0%
Coahuila 3 0.6% 2 66.7% 1 33.3%
Michoacán 3 0.6% 1 33.3% 2 66.7%
Sinaloa 3 0.6% 0 0% 3 100%
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Guerrero 2 0.4% 1 50.0% 1 50.0%
Zacatecas 2 0.4% 0 0% 2 100%
Quintana Roo 1 0.2% 1 100% 0 0%
Tabasco 1 0.2% 1 100% 0 0%
Tamaulipas 1 0.2% 0 0% 1 100%
Argentina 1 0.2% 1 100% 0 0%
Estados Unidos 1 0.2% 0 0% 1 100%
Inglaterra 1 0.2% 1 100% 0 0%
Total 467 276 59.1% 191 40.9%
Fuente: Elaborado con la Base de datos Socios COMIE 2014
Distribución por sectores
Un criterio relevante para el conocimiento de la investigación educativa en
México y especialmente de los investigadores adscritos al COMIE es el que se
relaciona con el sector en el cual llevan a cabo sus proyectos de investigación.
1. Universitario. Es el grupo mayoritario y alcanza un número de 421 socios que
corresponden al 90.1%. Se incluyen académicos de instituciones de educación
superior que realizan investigación educativa e imparten cursos de posgrado.
Estas instituciones a su vez, se dividen en dos subsectores: a) Universitario
público, incluye universidades, institutos de investigación federales y estatales,
escuelas normalistas y colegios; b) Universitario privado, incluye instituciones de
régimen privado.
2. Gubernamental. Es un grupo integrado por 22 socios que corresponde al 4.7%
y que abarca principalmente a funcionarios de gobierno, así como a miembros
del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
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3. Privado. Este grupo, compuesto por 17 socios, el 3.6% del total, está
constituido por académicos que integran asociaciones civiles o socios que
declaran la consultoría como su actividad preponderante.
De acuerdo con la información obtenida, el campo de la investigación
educativa, visto desde las dimensiones del COMIE, es mayormente universitario.
Ello tiene un amplio reflejo en su régimen de investigación el cual se expresa
mediante la alternancia entre investigación y docencia, alta intercomunicación
entre investigadores y la difusión de sus resultados, principalmente a través de
revistas especializadas y libros. No obstante y tal como señala un estudio previo
de la OCDE, es altamente probable que una parte de los investigadores
educativos en México siga alternando su labor académica con las consultorías o
con el trabajo en el sector gubernamental (OCDE-CERI, 2004).
Cuadro 4. Miembros del COMIE por sectores 2014
Universitario 421 socios 90.1%
Gubernamental 22 socios 4.7%
Privado 17 socios 3.6%
Otro 5 socios 1.1%
No especifica 2 socios 0.4%
Fuente: Elaborado con la Base de datos Socios COMIE 2014
Sector universitario
Los datos de este sector pueden desagregarse según se trate de instituciones
públicas y privadas. Predominan las instituciones públicas: 377 socios, el 80.7%
con respecto al total de los socios del COMIE y el 89.5% de los que se agrupan
sólo en el sector universitario. En el privado, según los datos más recientes, la
mayor cantidad de investigadores –un total de 10 investigadores– proviene del
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
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Cuadro 5. Socios COMIE: sector universitario
Fuente: Elaborado con la Base de datos Socios COMIE 2014
Según los datos disponibles, la IE que se realiza en México corresponde
principalmente a universidades públicas las cuales aportan un total de 309 socios
al campo. Asimismo, el porcentaje mayoritario de las instituciones que cubre el
ámbito público son universidades (el 82%). El resto lo cubren distintos institutos
o centros de investigación dependientes de alguna institución de educación
superior o de las secretarías de educación de los estados. Sobresale,
principalmente, el DIE-CINVESTAV.
Cuadro 6. Socios COMIE: Subsector universitario público
Fuente: Elaborado con la Base de datos Socios COMIE 2014
0% 23% 45% 68% 90% 113%
Privado
Publico
0%
23%
45%
68%
90%
UniversidadesInstituciones de Educación Superior
Universidades
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Distribución geográfica de la investigación educativa
De acuerdo con estudios previos (Latapí, 1981; Colina y Osorio, 2003; y COMIE,
2003), entre los principales problemas de la investigación educativa en México
se incluyen su centralización y concentración geográfica. En la actualidad,
aunque dicha tendencia ha comenzado a revertirse, lo cierto es que el cambio
es apenas significativo. Así, para 2014, el COMIE reporta 467 investigadores
educativos en México. Colina y Osorio, con datos del mismo organismo,
complementados con los de la Red de Investigadores sobre Educación Superior
(RISEU) registraron 336 en 2004. Su distribución a lo largo del territorio nacional
en el transcurso de una década, muestra que a pesar de un incremento de
alrededor de cincuenta por ciento del total de investigadores, la investigación
educativa se sigue concentrando en dos entidades federativas: el Distrito Federal
y Jalisco.
La concentración institucional
De los 467 socios que reporta el COMIE en 2014, el 21.6% se concentra en una
sola institución: la UNAM. Y un número importante en una sola de sus
dependencias: el IISUE (36 socios). El 18% de los investigadores educativos en
México se concentra en alguna de las dependencias que la UNAM tiene en el
Distrito Federal. Sólo trece laboran en alguna de las dependencias ubicadas en
el Estado de México, en donde la UNAM, a través de las FES, aporta la mayor
cantidad de investigadores educativos, y 4 de ellos en Morelos en el Centro
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM).
El resto de los investigadores en México se distribuye entre varias
instituciones, ya sea universitarias, principalmente públicas, institutos federales
y estatales de investigación (dependientes del CONACYT o de las secretarias
estatales de educación) y escuelas normales. Cuatro muestran la más alta
concentración; tres de ellas ubicadas en el Distrito Federal y una en Jalisco: la
Universidad Pedagógica Nacional (En total 30 socios pertenecen a UPN-Ajusco
y 14 a UPN de otras unidades); la Universidad de Guadalajara (29); el
Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV (28) y la
Universidad Autónoma Metropolitana (21). También es notable la presencia del
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Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (10 socios todos
ubicados en el campus de Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (7
socios). Vale la pena subrayar el crecimiento de investigadores de la Universidad
Pedagógica Nacional los cuales se han venido incorporando al campo, mientras
que otras instituciones disminuyen o crecen de manera muy lenta.
Cuadro 7. Principales instituciones donde se agrupan los socios COMIE en 2014
Institución Socios % de 467
UNAM 101 22%
UPN 44 9%
Univ. De Guadalajara 29 6%
CINVESTAV 28 6%
UAM 21 4%
Fuente: Elaborado con la Base de datos Socios COMIE 2014
Grados académicos
En cuanto al grado de los socios se refiere, en los últimos años se ha
incrementado de una manera importante el número de doctores lo cual responde
a la tendencia en la educación superior nacional. Así, el 88% de los académicos
cuenta con el grado de doctor, poco más del 11% con maestría y menos del 1%
con licenciatura. En el Distrito Federal cinco tienen el grado de licenciatura, y es
la entidad que más socios tiene con este nivel de estudios (Veracruz y
Aguascalientes son los demás, cada uno de ellos con un socio); 28 cuentan con
grado de maestría y 182 con doctorado.
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Cuadro 8. Socios COMIE: grado académico
Fuente: Elaborado con la Base de datos Socios COMIE 2014
Los contrastes entre disciplinas no cambian mucho cuando se observa el ámbito
estatal o el nacional. Por ejemplo, en la formación disciplinar en el Distrito
Federal, si bien es muy variada, es más frecuente pertenecer al campo de la
Educación y de la Sociología, respectivamente. A nivel nacional se observa una
tendencia similar, salvo por el hecho de que los estudios en Educación crecen
en esta dimensión. Las cifras son las siguientes: A nivel nacional: Ciencias de la
Educación 89 socios (sobresale Psicología educativa, 25 y Sociología de la
educación, 20); Educación, 79 (cuando se suman ramas como educación
ambiental, superior, etc., da un total de 138); Pedagogía, 57; Sociología, 49;
Psicología, 20; Historia 16; otras como Ciencia Política, Antropología y Filosofía
tienen menos de 10 socios.
¿Qué se investiga en la segunda década del siglo XXI?
En este último apartado, se ofrece una revisión acerca de las temáticas
abordadas por los investigadores de la educación en México. La fuente de
información de este apartado se constituye por el XII Congreso Nacional de
Investigación Educativa organizado por el COMIE en noviembre de 2013.
Se trata en este caso de los investigadores del COMIE más la comunidad
que, sin pertenecer a la asociación, presentaron trabajos en dicho congreso. Es
una comunidad de alrededor de 1000 investigadores de todos los niveles,
edades, formaciones e instituciones, que comparten el común denominador de
0%
23%
45%
68%
90%
113%
Doctorado Maestría Licenciatura
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ser autores de trabajos que fueron dictaminados bajo criterios de exigencia
académica. En síntesis de investigadores educativos.
La distribución general es la siguiente:
Cuadro 9. Ponencias presentadas en el XII Congreso Nacional de Investigación
Educativa por área temática
Área temática Núm. de ponencias % de 1027
Educación superior (universitaria, tecnológica y normal)
423 42%
Educación inicial y básica 278 28%
Sistema educativo en su conjunto 93 9%
Educación media superior (bachillerato) 85 8%
Posgrado y desarrollo del conocimiento 74 7%
Educación en espacios no escolares 45 4%
Educación continua y otras alfabetizaciones
29 3%
Total 1027
Fuente: Estadísticas del XII Congreso Nacional de Investigación Educativa 2013
Los ejes transversales ilustran más claramente los temas que se abordan
en las distintas áreas temáticas:
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Cuadro 10. Ejes transversales abordados en las ponencias presentadas en el XII
Congreso Nacional de Investigación Educativa
Ejes Transversales Área 1 Sistema
educativo en su
conjunto
Área 2 Educación
inicial y básica
Área 3 Educación
media superior
Área 4 Educación superior
Área 5 Posgrado y
desarrollo del conocimiento
Área 6 Educación
continua y otras alfabetizaciones
Área 7 Educación
en espacios
no escolares
Total %
Instituciones y actores
11 53 20 128 24 5 5 246 24
Procesos de formación docente
4 45 8 73 13 7 1 151 15
Aprendizaje y evaluación
4 46 15 55 8 3 5 136 13
Inclusión y exclusión
21 44 9 42 0 3 14 133 13
Innovación y calidad educativa
7 14 12 47 5 4 3 92 9
Currículo y didáctica 3 36 9 32 3 1 1 85 8
Gobierno, gestión y políticas educativas
17 22 5 20 6 1 1 72 7
Conceptualización y desarrollo histórico
22 8 0 8 6 2 4 50 5
Globalización y sociedad del conocimiento
2 3 4 13 6 2 1 31 3
Otra 2 3 4 13 6 2 1 31 3
Total 93 274 86 431 77 30 36 1027
Fuente: Estadísticas del XII Congreso de Investigación Educativa 2013
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Una primera interpretación muestra que el área más atendida es la de
Educación Superior (42% de las ponencias son agrupadas en esta sección) que
comprende un gran número de estudios relativos a sus instituciones y actores,
así como los procesos de formación docente. Es en este nivel en el que se ha
concentrado, de manera histórica, la investigación educativa en México (OCDE-
CERI, 2004). La segunda área es Educación inicial y básica (28%) que concentra
al mayor número de estudiantes de todos los niveles del sistema educativo y que
ha sido objeto de un gran número de reformas en las últimas dos décadas. Al
igual que el nivel superior las investigaciones realizadas están centradas en sus
instituciones y actores, así como aprendizaje y evaluación. Dichos ejes
transversales son los que mayormente se abordan en las ponencias presentadas
(con un porcentaje de 24%, 15% y 13% respectivamente).
Las cinco áreas restantes se ubican debajo del 10%: Sistema educativo
en su conjunto (9%) que comprende principalmente estudios relacionados con
su conceptualización y desarrollo histórico; Educación media superior (8%)
donde se estudia en mayor medida a sus instituciones y actores al igual que el
área de Posgrado y desarrollo del conocimiento (7%); le sigue Educación en
espacios no escolares (4%) enfocada a los procesos de formación docente y el
área de Educación continua y otras alfabetizaciones (3%) que da prioridad a la
temática de inclusión y exclusión. Es importante destacar que las investigaciones
están mayormente orientadas a la educación escolar de los jóvenes y niños
mexicanos, y que se dedica poco espacio a la educación de adultos y a las
prácticas escolares realizadas fuera del ámbito de la escolarización.
Con relación a las ponencias presentadas, es posible identificar algunos
rasgos generales. La mayor parte de los trabajos expuestos en el Congreso
provienen del Distrito Federal y rebasan el 30% del total. A una gran distancia le
siguen los trabajos elaborados por investigadores radicados en los estados de
México, Sonora, Jalisco, Chihuahua y Veracruz. Todos estos estados apenas
llegan al 30% y expresan la fuerte centralización de la investigación educativa
en la capital del país.
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Cuadro 11. Número de ponencias aceptadas por entidad federativa
Entidad Federativa Núm. de ponencias % de 1027
Distrito Federal 323 31.5
Estado de México 80 7.8
Sonora 77 7.5
Jalisco 58 5.6
Chihuahua 49 4.8
Veracruz 38 3.7
San Luis Potosí 34 3.3
Hidalgo 27 2.6
Puebla 27 2.6
Aguascalientes 26 2.5
Morelos 26 2.5
Baja California 24 2.3
Guanajuato 24 2.3
Nuevo León 24 2.3
Chiapas 23 2.2
Coahuila 18 1.8
Michoacán 14 1.4
Sinaloa 14 1.4
Durango 13 1.3
Tamaulipas 13 1.3
Tabasco 12 1.2
Yucatán 12 1.2
Zacatecas 12 1.2
Tlaxcala 11 1.1
Querétaro 10 1.0
Colima 9 0.9
Nayarit 5 0.5
24
Oaxaca 3 0.3
Baja California Sur 2 0.2
Guerrero 2 0.2
Quintana Roo 2 0.2
Campeche 1 0.1
Fuente: Estadísticas del XII Congreso de Investigación Educativa 2013
Extranjero 14 1.4
Total 1027
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CONSIDERACIONES FINALES
Esta es una primera interpretación de los datos obtenidos a partir del XII
Congreso Nacional y sin duda quedan muchos ángulos por desarrollar. Temas
como el marcado énfasis que tiene en México el estudio de la educación superior
y el escaso peso concedido a la educación no formal; el marcado enfoque
cualitativo de la IE y, según diversos analistas, la falta de rigor, pertinencia y
exigencia en las propias investigaciones, resultan hoy cuestiones que han de ser
discutidas y expuestas.
¿Cómo lograr que al mismo tiempo que se incremente el espectro
temático de las investigaciones sea posible generar condiciones de exigencia
académica? ¿Cómo generar criterios que alcancen no solamente a los actores
de las instituciones más importantes, sino que se extiendan a investigadores en
ciernes? ¿Cómo contribuir a la formación de investigadores de la educación que
cuenten con referentes más sólidos de investigación? ¿Cómo atender los retos
sociales de nuestro tiempo?
Se trata de preguntas para las cuales no se tienen respuestas absolutas,
pero que ponen de manifiesto la importancia de fortalecer y de impulsar un
campo de estudios que, además de tener un intrínseco compromiso con el
conocimiento, tiene enormes potencialidades de cara al futuro de la educación
en México.
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