Tiempo y Narracion 1

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PERSONA Y SOCIEDAD Universidad Alberto Hurtado Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales ILADES Tiempo y narración de Paul Ricoeur/ una conversación entre la historia, la literatura y la filosofía Resumei Eduardo Silva Arévalo SJ. * En el marco de la conversación triangular que se da entre h¡storía / literatura y filosofía en la obra Tiempo y Narración de Paul Ricoeur, este artículo aborda específicamente la relación que existe entre la narración y el trabajo de la historiografía. Se da cuenta, tanto de las posturas que sostienen que entre historia y narración no hay relación, como de aquellos que simplemente las identifican, considerando la historia como un caso más de narración. Frente a estos detractores y defensores del relato se presenta la tesis de Ricoeur que afirma la existencia de una relación indirecta entre ambas: el conocimiento histórico asume en su orden propio las operaciones de la narración. Historia y narración presentan vínculos indirectos a nivel de susprocedimientos, de sus entidades y de sus temporalidades. La introducción y la conclusión nos ofrecen respectivamente un doble contexto para esta tesis filosófica sobre las relaciones entre historia y literatura: la centralidad e importancia del lenguaje en todo el itinerario rícoeuríano y las otras hipótesis que animan la exhaustiva indaga- ción desplegada en Tiempo y Narración. 1. Introducción: el lenguaje en la filosofía de Paul Ricoeur Temps et Récit de Paul Ricoeur es una de las obras maestras de este filósofo francés y puede ser considerada como una contribución, no me- nor, al desafío de recrear las humanidades en nuestro tiempo. En ella apreciamos a un filósofo que con competencia y rigurosidad incursiona a fondo en la historia y en la literatura. Se trata de una larga y difícil conversación triangular entre la historiografía, la literatura y la filosofía. Dentro del itinerario ricoeuriano Temps et récit es por un lado la 'obra gemela' que sigue a La Métaphore vive 2 y, por otro lado una parte del abanico de dimensiones que aborda su obra Doctor en Teología; Director Departamento de Filosofía y Humanidades Universidad Alberto Hurtado. Profesor Facultad de Teología P.U.C. Seuil, Paris, 1975. 109

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Tiempo y narración de Paul Ricoeur/una conversación entre la historia,

la literatura y la filosofía

Resumei

Eduardo Silva Arévalo SJ. *

En el marco de la conversación triangular que se da entre h¡storía/ literaturay filosofía en la obra Tiempo y Narración de Paul Ricoeur, este artículo abordaespecíficamente la relación que existe entre la narración y el trabajo de lahistoriografía. Se da cuenta, tanto de las posturas que sostienen que entrehistoria y narración no hay relación, como de aquellos que simplemente lasidentifican, considerando la historia como un caso más de narración. Frentea estos detractores y defensores del relato se presenta la tesis de Ricoeur queafirma la existencia de una relación indirecta entre ambas: el conocimientohistórico asume en su orden propio las operaciones de la narración. Historiay narración presentan vínculos indirectos a nivel de sus procedimientos, de susentidades y de sus temporalidades. La introducción y la conclusión nos ofrecenrespectivamente un doble contexto para esta tesis filosófica sobre las relacionesentre historia y literatura: la centralidad e importancia del lenguaje en todo elitinerario rícoeuríano y las otras hipótesis que animan la exhaustiva indaga-ción desplegada en Tiempo y Narración.

1. Introducción: el lenguaje enla filosofía de Paul Ricoeur

Temps et Récit de Paul Ricoeur es una delas obras maestras de este filósofo francés y puedeser considerada como una contribución, no me-nor, al desafío de recrear las humanidades ennuestro tiempo. En ella apreciamos a un filósofo

que con competencia y rigurosidad incursiona afondo en la historia y en la literatura. Se trata deuna larga y difícil conversación triangular entre lahistoriografía, la literatura y la filosofía.

Dentro del itinerario ricoeuriano Temps etrécit es por un lado la 'obra gemela' que sigue aLa Métaphore vive2 y, por otro lado una partedel abanico de dimensiones que aborda su obra

Doctor en Teología; Director Departamento de Filosofíay Humanidades Universidad Alberto Hurtado. Profesor

Facultad de Teología P.U.C.Seuil, Paris, 1975.

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de madurez Soi-méme comme un autre3. El "No es que todo sea lenguaje, como seestudio de la narración es así un tópico literario/ dice a veces con exceso en concepciones en quecomo lo es la metáfora, y también uno de los hitos el lenguaje ha perdido su referencia al mundo dede una hermenéutica del s; mismo, pues el sujeto, la vida, al de la acción y al del intercambio entreentre otras cosas, también se narra. las personas. Pero, si bien no todo es lenguaje,

Publicada en tres tomos en los comienzos nada en la experiencia accede al sentido, sinode la década del 804, en una división tripartita con la condición de ser llevado al lenguaje. Lapor motivos editoriales, de una obra estructurada expresión: 'llevar la experiencia al lenguaje'en cuatro partes5, la obra es uno de los momentos invita a considerar al hombre hablante, si nodel largo rodeo por el lenguaje, del linguistic como equivalente del hombre en sentido estricto,turn... que emprende este maestro de la herme- s; al menos como la condición primera de sernéutica contemporánea. hombre. Incluso si, en un instante, nos encaminá-

Ung/ro hacia el lenguaje que lo ha anima- ramos a hacer de la categoría del obrar lado a indagar y ha hacerse competente en las categoría más notable de la condición personal,disciplinas lingüísticas, en la semiótica, el el obrar propiamente humano se distingue delestructuralismo. Indagación e inserción en pro- comportamiento animal, y con más motivo delfundidad en el lenguaje que le suministra la movimiento físico, en que éste debe ser dicho, esmaestría y el dominio necesario para sus traba- decir, llevado al lenguaje, con el fin de ser¡os sobre la metáfora y el relato. significativo"7.

Ricoeurse da cuenta relativamente prontoque es sobre el dominio del lenguaje que se Esta filosofía del lenguaje preside y da laagrupan todas las búsquedas filosóficas: "las perspectiva basal de cada uno de los hitos funda-investigadones de Wittgenstein, la filosofía lin- mentales de su itinerario.güística de los ingleses, la fenomenología sacada Su primer trabajo es una fenomenologíade Husserl, las búsquedas de Heidegger, los de la voluntad. Un intento de acceder al ámbitotrabajos de la escuela bultmaniana y de otras práctico con los recursos de la fenomenología deescuelas de exégesis neotestamentaría, los tra- Husserl, tal como Merleau Ponty lo había hechobajos de historia comparada de las religiones y respecto del ámbito de la percepción: el fruto esde antropología que trata sobre el mito, el rito y Le volontaire et I'involontaire8. Una eidétíca dela creencia, y finalmente elpsicoanálisis"6. Por lo la voluntad que pone entre paréntesis el proble-tanto, Ricoeur en su obra sostiene un diálogo ma del mal y el problema de la trascendencia,fecundo con las filosofías inspiradas en lo que se Cuando quiere levantar el paréntesis y enfrentar-ha venido en llamar linguistic turn. Intentar arti- se al problema del mal, descubre que éste no secular adecuadamente la relación entre realidad deja tomar directamente. Requiere la mediacióny lenguaje, es un desafío y rasgo que atraviesa de la confesión de la culpa, allí donde el mal hatoda su obra: sido dicho. Se aboca a un análisis de los símbolos

Seuil, París, 1 990. tomos coinciden con las dos restantes partes.Temps et récit I, París, Seuil, 1983,324 pag.; Temps et 6 De l'interprétation. Essai sur Freud, Seuil, París, 1965,récit II. La configurarían du temps dans le récit de 13.fiction, París, Seuil, 1984,238 pag; Temps et récit III. Le 7 «Ápproc/ies de la personne» (1990), 12, 209). Latemps raconté, París, Seuil, 1985,432 pag. La traduc- traducción al castellano la tomamos de «Aproxímado-cíón completa al castellano es reciente, Tiempo y Narra- nes a la persona», Amor y justicia, Madrid, Caparrosc¡ón; México, Siglo XXI, 1995-1996. Editores, 1993, 111-112.El tomo I, incluye las dos primeras partes, «Le circle entre 8 Philosophie de la volante I, Aubíer, París, 1950.récit etfemporalíte» y «L'hístoire etle récit»; los otros dos

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y los mitos del mal, en su conocida Symboliquedu mal9. Ha realizado una semántica del mal.

Esta hermenéutica cercana a unafenomenología de la religión, que amplifica elsentido, debe medirse con otro tipo dehermenéuticas: aquellas que reducen el sentido.Las hermenéuticas de la sospecha, entre ellasFreudysu psicoanálisis. Pero aquí, nuevamente,lo que entra en el campo de la investigación y eltratamiento analítico es la parte de la experienciacapaz de ser dicha. El criterio de lo que serátenido por objeto de esta ciencia es "no el instintoen tanto que fenómeno fisiológico, ni tampoco eldeseo en tanto que energía, sino el deseo encuanto significación capaz de ser descifrada,traducida e interpretada. La teoría deberá, pues,tener en cuenta lo que podemos llamarla dimen-sión semántica del aeseo"10.

Lo mismo podemos decir de su investiga-ción sobre la acción que recibe el título de unasemántica de ¡a acción. El análisis de los discur-sos en los cuales el ser humano dice su hacer,previo al carácter ético de su obrar. Una investi-gación que hace dialogar la fenomenología conla filosofía analítica del lenguaje anglosajona11.

No es extraño entonces, que un nuevopaso sea indagar el propio ámbito del lenguaje:sus estudios de la metáfora y del relato son frutospreciosos de esa incursión. Exhaustivas indaga-ciones en una figura de estilo, como es la metá-fora, y en un género literario, como es el relato.De hecho, el estudio de la metáfora es un modode verter en un receptáculo retórico, en unaestructura del lenguaje bien estudiada, toda laproblemática difusa, muy amplia, a menudovaga del símbolo. Es un modo de semantizarlo.

En La métaphore vive nos ofrece "una teoríasemántica del símoo/o"12.

Semántica del mal en su simbólica delmal; semántica del deseo en su estudio sobreFreud; semántica de la acción en su diálogo conla filosofía analítica del lenguaje; una teoríasemántica del símbolo con su estudio sobre lametáfora. Un nuevo paso será dado con suindagación en la narración.

En el estudio de la narración, en Temps etrécit, lo que es llevado al lenguaje en este modode discurso, es nada menos que la historicidad.Esta correlación entre tiempo y relato, que es eltema de la obra, puede ser llamada una semán-tica de la historia o una semántica del tiempo. Detodas las búsquedas e hipótesis que animan estaobra, y cuyo conjunto esbozaremos en la conclu-sión, hemos elegido una de ellas: el tipo derelación que se da entre la historia de los historia-dores y el genero narrativo13.

2. Historia y narración

Ricoeur ha separado cuidadosamente elproblema epistemológico que aquí desarrollare-mos al preguntarnos si la historia es o no unanarración, de las cuestiones ontológicas que noabordaremos en este artículo. En estas últimas elinterés se orienta a saber ¿qué es el tiempohistórico?, ¿qué es el pasado histórico?, ¿quéquiere decir que alguna cosa ha tenido lugar?, ypor lo tanto cuál es la relación entre el habertenido lugar y el ser narrac/o14.

Lo que está en juego es la pertenencia dela historia al campo narrativo. Una demostra-ción necesaria si se quiere sostener que la

9 Philosophie de la volante I!, Aubier, París, 1960.10 «The quesfíon ofproofin Freud's wrítings» (1977), 248;

la traducción castellana la tomamos de «Experiencia yteoría en psicoanálisis», Del existencialismo a la filoso-fía del lenguaje, B.Aires, Docencia, 1983, 126-127.

11 Cf.«Le discours de l'actíon» (1 977), La semántique del'action, París, CNRS, 1977.

12 La critique et la conviction. Entretien avec FrancoisAzouvi et Marc de Launay, París, Calmann-Lévy,

1995, 127.Para una presentación de todo el conjunto Cf. EduardoSilva, Poética del relato y poética teológica. Aportes dela hermenéutica filosófica de Paul Ricoeur, en Temps etRécit para una hermenéutica teológica, Anales de laFacultad de Teología, Yol. Ll, PUCCh, Santiago, 2000.Cf. "Débat autour du livre de Paul Ricoeur Temps etrécíf» (1984), 13.

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narración se bifurca entre relatos históricos yrelatos de ficción. Ricoeur no pretende que estecarácter narrativo de la historia sea confundidocon la historia narrativa propia de las antiguascrónicas, pero afirma que, si se pierde el vínculoentre narración e historia, ésta pierde su especi-ficidad entre las ciencias humanas. Por lo tanto,su tesis se aleja tanto de los que niegan todovínculo entre historia y narración, como de losque establecen una relación directa entre ambos.

Primero da cuenta del "eclipse de la na-rración"15 manifiesto en la historia moderna através de los ataques que se le dirigen desde lahistoriografía francesa contemporánea y desdeel positivismo lógico. Después va mostrando los"alegatos en favor de la narración"10 que seempeñan en "extender directamente la compe-tencia narrativa al discurso histórico"17 (I, 135).Finalmente integrará, en su propio proyecto,muchos de estos análisis, pero rechaza la rela-ción directa que establecen con la narración. Sutesis de "la intencionalidad histórica"18 es la deuna "derivación indirecta del saber históricodesde la inteligencia narrativa" (I, 135/167).

Reseñaremos sucintamente este impresio-nante status quaestionis de la historiografía, quese convertirá para el filósofo en un análisispreparatorio respecto de la cuestión central deltiempo y de la narración. Pero esta cuestióncentral del aporte del relato histórico a larefiguración del tiempo requiere que se aclarepreviamente la relación entre la explicación his-tórica y la comprensión narrativa. Apreciamosasí en acto las exigencias que conlleva una

conversación interdisciplinar.

a. Detractores y defensoresde la narración

La historiografía de lengua francesa y laepistemología neo-positivista, a pesar de susinnumerables diferencias, comparten su rechazoal carácter narrativo de la historia. Mientras en laprimera, el eclipse del relato se debe al cambioque hacen del objeto de la historia que "ya no esel individuo agente, sino el hecho social en sutotalidad" (1,138/170), en la segunda, procedemás bien de la ruptura epistemológica entre laexplicación histórica y la comprensión narrativa.

Por su parte los defensores de la narraciónprovienen también de campos tan diversos comola filosofía analítica o la propia historiografía, yvan aportando diversos argumentos y conceptosque les permitan sostener un vínculo directo de lahistoria al campo narrativo.

1) El rechazo al acontecimiento y a lanarración en la historiografía francesa

La historiografía francesa identifica eserechazo a la narración con su crítica de la"histoire événemenf/e//e"19. Los presupuestos deuna noción ingenua del acontecimiento históricohan sido criticados por Raymon Aron, Introductioná la philosophie de l'histoire: Essai sur les limitesde l'objectivité (1 938), y por H.-l. Marrou, De laconnaissance historique (1 954), desde una pers-pectiva más filosófica20, antes que la escuela de

15 «[.'eclipse du récíí» es el título del primer capítulo. Cf. I,137-172.

16 «Plaidoyers pour le réc/í» es el título del segundocapítulo. Cf. I, 173-240.

17 Las citas de Temps et récit, son indicadas mediante elnúmero del tomo correspondiente (I, II, III) y las páginasde la edición original en francés (París, Seuil, 1 983,1984,1985 respectivamente). El número que sigue a ladiagonal indica que la versión castellana ha sido toma-da de la traducción de A.Neira (México, Siglo XXI,1995). Si falta ese número significa que [a traducción esnuestra. Cuando no incluyen una nota el lugar de

referencia se indica en el mismo texto.18 «L'intenfíonnalité historíque» es el nombre del tercer

capítulo. Cf. 1,247-313.19 «Historia episódica» o «historia del acontecimiento» [I,

138/170).20 Contra el positivismo se empeñan en disolver el carácter

absoluto del objeto como aquello que ha sucedidorealmente/ reconocen la implicación del historiador enla comprensión y explicación de los acontecimientospasados que no pueden ser re-actualizados sino quereconstruidos. Cf. I, 140-143.

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los Annales lo haga desde la metodología dehistoriadores profesionales que gustan "meditarsobre su tarea cotidiana"21.

En la obra maestra de Fernand Braudel,La Mediterránea et le Monde méditerranéen ál'époque de Philippe II (1949), un verdaderomanifiesto de la escuela22, encontramos la críti-ca al privilegio concedido a los acontecimientoscomo acción de los individuos23, y se afirma queel objeto de la historia no es el individuo sino latotalidad del hecho social. Ya no interesarán losgrandes acontecimientos de los grandes hom-bres, las batallas y los matrimonios de los reyes.La historia política pierde interés frente a lahistoria social y económica, pues el portador dela historia no es el individuo y sus acciones, sinolas entidades colectivas que los engloban. Sor-prende que se identifica la historia política yepisódica con la historia-narración, sin que lanoción de narración sea indagada por ellamisma. Frente a los acontecimientos caracteriza-dos como oscilaciones cortas, rápidas, nervio-sas, el nivel propiamente histórico sería la histo-ria de larga duración: las tendencias profundas,el tiempo de las instituciones políticas, de lasmentalidades, aún de la geografía. Pero, si bienlos cambios verdaderos requieren gran lentitud,el historiador sigue siendo el guardián del cam-bio, y por este se distingue del sociólogo con susmodelos cuasi intemporales.

Ricoeur estimará que este rechazo tantoal acontecimiento como a "la demasiada larga

duración"24, sigue siendo compatible con elmodelo narrativo de la construcción de la trama,y le permite hablar de cuasi-acontecimientospara referirse a las mutaciones lentas.

El siguiente paso será "la introducciónmasiva en historia de los procedimientos cuanti-tativos tomados de la economía y ampliados a lahistoria demográfica, social, cultural e inclusoespiritual" (I, 152/186). Con ello se pone encuestión el carácter único e irrepetible del acon-tecimiento histórico25. Ricoeur irá recorriendobrevemente los desarrollos de este tipo de histo-ria, definida como historia serial por FierreChaunu26, en los aportes de la historia económi-ca de E. Labrousse27, de la historia demográfica,de la antropología histórica28, de la historia delas mentalidades29. En todas ellas la historia seune a otra disciplina a la que no le preocupa eltiempo, y se puede apreciar "la continuidad de lalucha de la historiografía francesa contra lahistoria episódica, contra el modo directamentenarrativo de escribir la historia" (I, 155/1 89).

2) La explicación en historia según elmodelo nomológico, sus partidarios y críticos

La epistemología de la historia nacida delpositivismo lógico y de la filosofía analítica delengua inglesa, a pesar de provenir de otro univer-so de pensamiento, comparte el rechazo a lanarración, no ya como resultado de un ataque alacontecimiento, sino a la supuesta irreductibilidad

21 La expresión es de Marc Bloch en su famosa Apologiepour l'histoire ou Metier d'historien (1 944). Citada porRicoeur I, 143.

22 Si bien los fundadores de la escuela de los Annales sonLucien Febvre y Marc Bloch. Cf. 1, 147.

23 Se rechaza también que sean los individuos los portado-res del cambio histórico, y que los cambios más signifi-cativos sean los que suceden en las vidas de esosindividuos. Cf. I, 146.

24 I, 151/185. En otras palabras se ha de resistir a lafascinación tanto por el acontecimiento aislado, acci-dental, como a la total descronologización de los mode-los. Cf. 1,153.

25 Un cuestionamiento que se une a los anteriores que

rechazan su carácter de ocurrencia absoluta en elpasado y su carácter de acciones humanas atribuibles alos individuos.

26 CHAUNU, P., Histoire quantitative, histoire sérielle(1978). Cf. I, 152.

27 LABROUSSE, E., La Crise de l'économie francaise á lafin de l'Ancien Régime et au debut de la Révolutionfrancaise (1944). Cf. 1, 153-154.

28 Como obra tipo Ricouer menciona a J. Le Goff, Pour unautre Moyen Age. Temps, travail et culture en OccidenhDix-huit Essais (1977). Cf. I, 155-157.

29 Ricoeur menciona la obra de Georges Duby. Cf. 157-158.

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de la comprensión a la explicación. Ricoeur nospresentará primero el modelo nomológico deHempel, luego los intentos de sus partidarios pordefenderlo para hacerlo compatible con el cono-cimiento histórico y finalmente las críticas al mode-lo nomológico. Presentaremos brevemente cadauno de estos tres momentos.

La tesis central de Cari Hempel, fiel alpropósito de la unidad de la ciencia según latradición del Círculo de Viena, es que "las leyesgenerales tienen funciones completamente aná-logas en historíayen las ciencias naturales"30. Lonarrativo queda excluido implícitamente en latesis que sostiene que la explicación en historiano difiere de la explicación física. Los aconteci-mientos históricos no se diferencian de cualquierotro acontecimiento, sea este un vaso que serompe o un terremoto. Basta establecer correcta-mente dos premisas, la de las condiciones inicia-les (acontecimientos anteriores, circunstancias,etc.) y una regularidad cualquiera (una hipótesisque de verificarse se transforma en ley) paradeducir la ocurrencia de un acontecimiento, ypor lo tanto explicarlo31. El hecho que la historiano sea capaz de cumplir con este modelo, sedebe a que no es todavía una ciencia plenamentedesarrollada pues sus proposiciones generalesno alcanzan la regularidad necesaria32.

La primera tarea de los partidarios delmodelo nomológico será minimizar las discor-dancias evidentes entre este modelo fuertementeprescriptivo y la manera como los historiadoresproceden efectivamente. "El precio pagado hasido el 'debilitamiento' del modelo para asegurarsu viabilidad" (I, 1 65/200).

Una primera concesión será reconocerque las explicaciones de los historiadores nofuncionan en historia como en las ciencias de lanaturaleza. El historiador no establece las leyes,sino que las utiliza. Pueden entonces permanecerimplícitas o provenir de planos heterogéneos deuniversalidad y de regularidad.

Un segundo asunto que pone en cuestiónla objetividad de la historia dice relación con elrol de los procesos de selección en historia. Conprecisas distinciones analíticas E. Nagel33 res-ponde a la objeción sosteniendo que la elecciónde un campo de estudio, los límites de la materiatratada, la selección de las hipótesis, e incluso lapresencia de prejuicios colectivos o personalesno son asuntos exclusivos de los historiadorespues están presentes en las demás disciplinascientíficas.

Pero es con Charles Frankel34 que el debi-litamiento del modelo, que su apología exige,limita con su abandono. La interpretación, como elmomento en el que el historiador aprecia, atribu-yendo sentido y valor, "es admitida como unmomento necesario del conocimiento histórico" (1,169/204). La filiación al modelo nomológico semantiene porque este momento debe ser distingui-do, articulado, y sometido al de la explicación queestablece conexiones causales entre acontecimien-tos. La reformulación de la fase explicativa y laaceptación de que ésta se articula sobre la inter-pretación, se equilibra con el que las interpretacio-nes más englobantes deben reposar sobre expli-caciones parciales rigurosas.

Este trabajo apologético, que debilitandoel modelo aumenta su aplicabilidad, es distinto a

30 HEMPEL, C, «Trie Fundían of General Laws in History»(1 942)). Citado por Ricoeur 1, 1 61.

31 Cf. I, 161 -1 05. Hempel nos es presentado también enotros artículos: La Narratívité (1980), 5-9; "La foncthnnarrativa", (1979), 210; "Expliquer et comprendre"(1977), TA; 177-179.

32 Cf. I, 103-164. La única concesión que acepta Hempeles que la historia reposa sobre «esbozos de explica-ción» (exp/anafory sketches] que van en la dirección deregularidades expresas. Rechaza con firmeza procedi-

mientos tales como la empatia, la comprensión o califi-caciones del objeto histórico como importante, significa-tivo, etc. Nada hay en el modelo sobre la naturalezanarrativa de la historia o al estatuto narrativo delacontecimiento. Cf. I, 164-165.

33 NAGEL, E., "Some Issues m the Logic of Histórica!Anal/sis" (1952).

34 FRANKEL, Ch., "Explanaron and Interpretaron inHistor/'C\957).

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la ruptura y crítica de sus detractores y adversa-rios. La crítica del modelo nomológico desembo-ca en una explosión de la propia idea de expli-cación. Ricoeur presenta dos autores de los quesólo enunciaremos sus tesis, pues, por un lado,los planteos que interesan serán incorporados asu propia concepción de la intencionalidad his-tórica, y por otro, el cuestionamiento del modelonomológico es sólo condición de posibilidad deuna revaloración de la narratividad despreciadapor éste.

William Dray en Laws and Explanationsin History (1 957) se propone, en primer lugar,separar la idea de explicación de la de ley,afirmando con ello que se puede explicar enhistoria sin necesidad de recurrirá leyes genera-les35. En segundo lugar, aboga por un tipo deanálisis causal irreductible a la sumisión a lasleyes36. Finalmente, explora un tipo de explica-ción por razones que intenta situarse a igualdistancia de aquellos para quienes explicar es"'cubrir' un caso por una ley empírica" (I, 183/220) y de aquellos para quienes "comprender laacción es re-vivir, re-actualizar, re-pensar lasintenciones, las concepciones, y los sentimientosde los agentes" [I, 183/220). Explicar una ac-ción individual por razones es conocer las consi-deraciones que han convencido al agente paraactuar así37.

Por su parte G.H. von Wright enExplanation and Understanding (1971) propo-ne un modelo mixto, la explicación cuasi causal,que intenta unir explicación causal e inferenciateleológica, para dar cuenta del modo más típicode explicación de las ciencias humanas y de lahistoria. Su trabajo es un esfuerzo por superar laclásica oposición entre Verstehen y Erklaren; unempeño de "aproximación sin anexión del domi-nio de la comprensión por un modelo nacido delenriquecimiento de la lógica proposidonal, conayuda de la lógica modal y de la teoría de lossistemas dinámicos" (1,1 88/226); un intento deacercamiento auspicioso de la filosofía analíticay de la filosofía hermenéutica38.

3) La concepción narrativista de la historia

El debilitamiento y explosión del modelonomológico ha permitido reconsiderar el aportede la narración, que éste estimaba como dema-siado elemental y pobre para satisfacer sus exi-gencias de explicación. Con dicha revaloraciónde los recursos de inteligibilidad de la narraciónterminaremos este apartado previo a la propiapropuesta de Ricoeur de "un vínculo más indirec-to entre explicación histórica y comprensión na-rrativa", (I, 203/242). Ricoeur nos ofrece elaporte de varios autores que abogan por el

35 Cf. I, 174-177. Ricoeur incorporará a su propio análisisde las relaciones entre explicar/ comprenderen historiaalgunas conclusiones que se pueden sacar respecto dela noción de acontecimiento y de explicación. En historiano interesa tanto clasificar los acontecimientos en leyesgenerales, como explicar sus diferencias, y tal explica-ción pertenece más bien al juicio, a la lógica de laelección práctica, que a la de la deducción científica. Cf.1,177-178.

30 Cf. I, 178-181. Ricoeur precisa que el colocar lasexplicaciones causales como alternativa a las explica-ciones por leyes, no significa ni la exclusión de estasúltimas, ni implica afirmar que toda explicación enhistoria deba asumir el lenguaje causal. Un abanico deposibilidades se ofrece al historiador por la polisemia delos términos explicación y causa. Ricoeur abre así unespacio a su propio tratamiento del concepto de impu-

tación causal particular que le permitirá articular laexplicación histórica en la comprensión narrativa. Cf. I,181-182.

37 Cf. I, 182-187. Ricoeur destaca la dificultad de unaexplicación que se limita a las acciones de los agentesindividuales y no considera los procesos sociales degran escala privilegiados, como vimos, por lahistoriografía francesa.

38 Cf. I, 187-202. Ricoeur valora el que la explicacióncuasi causal restablece correctamente varios caracteresespecíficos de la explicación en historia, pero cree quees la trama el hilo conductor que unifica ¡os segmentosnómicosy losteleológicos. La trama en cuanto síntesis delo heterogéneo es la que «'comprende', en una totalidadinteligible, circunstancias, fines, interacciones, resulta-dos no queridos» (1, 202).

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carácter narrativo de la explicación en historia.Algunos de estos planteamientos han sido incor-porados a su concepción de la configuraciónnarrativa, y a su propia propuesta de intencio-nalidad histórica que vincula indirectamente lahistoria y la narración.

Ricoeurcomienza presentándonos las queconsidera "¿os condiciones mínimas para iden-tificar la constitución narrativa del conocimientoo de la comprensión histórica"39, Ellas permitendefinir las nociones de frase narrativa y dediscurso narrativo.

La frasenarraf/VadeArthurDanto40, sien-do una de las descripciones posibles de la acciónhumana, quiere ser el rasgo diferencial del cono-cimiento histórico. Una frase narrativa describeun acontecimiento A haciendo referencia a unacontecimiento futuro B, que no podía ser cono-cido en el momento en que Ase produce41. Dadoque el pasado no es algo determinado y fijo,podemos cambiar la descripción que hacemosde los acontecimientos pasados en función de loque sabemos de acontecimientos ulteriores. Unanarración histórica no es solamente la reactivaciónde lo que los actores han pensado, sentido ohecho, porque sus acciones son descritas a la luzde acontecimientos que ellos no han conocido.

Con la competencia para seguir una his-toria de W.B. Gallie42 se intenta llenar la distan-cia entre frase narrativa y el texto narrativo. Conesta noción de followability43, Gallie concluyeque la historia es una especie del género historia

narrada (sfory) y acomete los dos problemasespecíficamente epistemológicos antes expues-tos: el cambio de escala de las entidades, deacontecimientos a fenómenos globales, y el re-curso a leyes en la historia científica. Respecto delprimero, Gallie busca una combinación quecoincide con lo que los historiadores de hechohacen: en los momentos cruciales determinarcómo tal individuo o grupo ha sido significativo,y entre suceso y suceso, sumarios generalesformulados en términos institucionales, hasta queuna nueva ruptura altere el fenómeno institucional.Respecto del segundo problema, de la primacíadel concepto de followability resulta que lasexplicaciones, cuyas leyes toma de otras cien-cias, nos permiten proseguir mejor una historiacuando se oscurece su encadenamiento44.

Otros par de autores provenientes delcampo histórico, cuyos aportes Ricoeur conside-rará en su propia concepción de las relacionesentre historia y narración, son Louis O. Mink yHayden White.

Con el acto configurante de Mink nosacercamos a uno de los principales argumentosnarrativistas según el cual "las narraciones sontotalidades muy organizadas que exigen un actoespecífico de comprensión de la naturaleza deljuicio"45. El análisis de sus principales artícu-los46, en los que reconoce su deuda y polemizacon Danto y Gallie, va perfilando lo que entiendepor comprensión histórica y narrativa. El tipo decomprensión que caracteriza a la operación

39 La Narratívité, 9.40 DANTO, A., Analytical Philosophy of Hlstory (1 965).

Cf. I, 203-211; La narratívité, 9-11.41 Cualquier afirmación histórica, tal como 'en 1789 co-

mienza la Revolución Francesa', o 'en 1717 nace elautor de Le Neveu de Rameau', es una descripciónposible de una acción en función de acontecimientosdesconocidos por los agentes, pero conocidos por elhistoriador. Esto descarta la posibilidad de un cronistaideal que describe todo en el presente, pues la verdad deun acontecimiento sólo puede conocerse después que hatenido lugar.

42 GALLIE, W.B., Philosophy and the HistoricalUnderstanding (1 964). Cf. I, 211 -21 8; La narrativité.

11-14.43 Cf. supra lo que ya hemos dicho al presentar mimesis II.44 Así, si toda narración se explica por sí misma («narrar

lo que ha sucedido es ya explicar porque esto hasucedido» [I, 218)), en otro sentido ninguna narraciónhistórica se explica porsi misma. Se busca la explicaciónque hay que interpolar porque no se ha logrado explicarpor sí misma.

45 I, 219/260. Esto es, la función sintética de tomar ¡untosy la reflexiva vinculada a toda operación totalizante.

40 «The Autonomy of Historical Understanding» (1965);«Philosophical Analysis and Historícal Understandig»(1968); «History and Fiction as Modes ofComprehension» (1979). Cf, I, 219-227.

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narrativa es el modo configurante (distinto de losmodos teórico y categorial), que coloca elemen-tos en un complejo único y concreto de relacio-nes. Ricoeur critica la tendencia a despojar detodo carácter temporal al acto mismo de apre-hender ¡untos, lo que implica un déficit en laestructura de la narración fruto de la dialécticaentre contingencia y orden, episodio y configura-ción, discordancia y concordancia.

Con Hayden White47 asistimos a la trans-posición del concepto de trama de la críticaliteraria a la epistemología de la historia. Lospresupuestos de su poética de la historia, llama-da Metahistory, son desafiantes y audaces: conrespecto a su estructura narrativa, ficción e histo-ria pertenecen a la misma clase; se ha de tomaren serio la caracterización de la historia comoescritura -"¡a historia es intrínsecamente historio-grafía o, para decirlo de una forma deliberada-mente provocadora, un artificio literario"48 -; seha de cuestionar la frontera trazada entre lahistoria de los historiadores y la filosofía de lahistoria49.

En estas cuestiones hay asuntos que con-ciernen a lo real histórico, a la noción de repre-sentación de lo real en historia; asuntos queRicoeur trata bajo la noción de óntica derefiguración. Pero también tiene que ver con losanálisis más formales de tipo epistemológico,sobre la explicación en historia mediante latrama, que conciernen a la configuración narra-tiva que aquí estamos presentando.

White no identifica totalmente la tramacon la narrativa histórica, pues la trama (p/of) escolocada entre la historia narrada (sfory) y el

argumento (argumenf). Ricoeur es crítico de estadistinción, pues su propio concepto de tramacubre los tres campos: la construcción de latrama es la operación que dinamiza todos losplanos: "ella realiza el paso entre narrar yexplicar" (I, 239/281). Con todo, la tripletipología de H. White que conforma su teoríadel estilo historiográfico da precisión a su con-cepto de trama y permite ¡luminar la dialécticaconcreta entre discordancia y concordancia enla narración.

Finalmente tenemos la obra de PaulVeyne50 que une un debilitamiento científico dela historia con una apología de la noción detrama. Por una parte, eleva la capacidad narra-tiva de la historia, pues ella no es nada más queuna narración verídica. Al identificar trama yrelato no hay diferencia entre hechos históricos yfísicos, sino entre la ciencia física, que subsumelos hechos bajo leyes, y la historiografía, que losintegra en una trama. Si es la construcción de latrama la que cualifica un acontecimiento comohistórico51, se disuelve también la querella de laescuela de los Annales entre lo episódico y lo noepisódico. "La larga duración es tan episódicacomo la corta si la trama es la única medida delacontecimiento" (I, 240/283). Su definición dela trama como "una mezcla muy humana y muypoco 'científica' de causas materiales, de fines yde casualidades"52, es muy compatible con la desíntesis de lo heterogéneo de Ricoeur. Se diferen-cian en que a Veyne no le es indispensable eltiempo y tiende, como otros -de Aristóteles aMink-, a la acronicidad.

Por otra parte la obra de Veyne debilita la

47 WHITE, H., Metahistory: The Histórica! Imaginatíon inNineteenth-Century Europe (1973). Cf. I, 228-239.

48 1,228/269. Un artículo suyo se titula «The Historícal Textas Literary Arf/fad» (1974).

49 Como la frontera entre la poética y la historia ha sidocelosamente guardada desde Aristóteles tanto por his-toriadores como por críticos literarios, las propuestas deWhite deberán enfrentar todas las resistencias de quie-nes sostienen que como lo imaginario se define poroposición a lo real, la ficción concierne a lo posible y la

historia a lo real.50 VEYNE, P., Comment on écrit l'histoire (1971). Cf. I,

239-246.51 Notemos que el campo histórico queda totalmente inde-

terminado, pues «un acontecimiento histórico no essoulamente lo que sucede, sino lo que puede ser narra-do, o que ha sido ya narrado en crónicas o leyendas»(1, 240).

52 Citado por Ricoeur en I, 241 /283.

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pretensión explicativa pues la historia no puede ocupa a la epistemología de la historia y no a losser explicada por leyes. Veyne afirma: "la histo- narradores. El carácter autoexplicativo de laria tiene una crítica y una tópica, pero no un narración es totalmente distinto de estos procedi-método". (i, 242/284). No tiene método pues, mientas de autonomización de la explicación ensólo la lógica de lo probable es compatible con la historia.noción de trama. Y, como lo probable es un Una ruptura a nivel de las entidades dadocarácter de la trama misma, no se distinguen que la historia parece ocuparse de entidadesnarración, comprensión y explicación. Para un anónimas (naciones, sociedades, civilizaciones,historiador explicar quiere decir "mostrar el de- clases sociales, mentalidades) en vez de agentessarrollo de la trama, hacerlo comprender"53. Se individuales. La narración vive de sus personajesdisuelve el problema de la relación entre com- y la nueva historia parece no tenerlos,prensión y explicación: "explicar más, es narrar Una ruptura a nivel del tiempo, pues elmejor"54. Sin método, la historia tiene una crítica, tiempo histórico vinculado a estos procesos expli-que le permite una vigilancia respecto de los cativos y a estas entidades con tiempo diverso, yaconceptos que emplea, y una tópica, que le no parece referido al presente vivo déla concien-permite distanciarse de la óptica de sus fuentes y cía subjetiva.conceptualizar los acontecimientos de modo di- Pero también se han recorrido los esfuer-verso a los agentes que los vivieron. Su conclu- zos por cubrir esta brecha, de atenuar estasión de que "la historia es sólo construcción y ruptura, por parte de la explicación en historiacomprensión de tramas" (1,246/289) plantea el (debilitando un modelo nomológico rígido, dan-desafío de concebir una narración que ya no sea do espacio a la explicación por razones y a unepisódica. tipo explicación semicausal) y de las tesis

narrativistas, que muestran que narrar es yab. La intencionalidad histórica explicar55 y que, la narración posee recursos

explicativos diversos y jerarquizares56. PeroLa tesis de Ricoeur sostiene que entre esta diversificación que desintegra la rigidez

investigación histórica y competencia narrativa tanto de los modelos nomológicos comose da un vínculo, pero que no es directo. En los narrativistas, no permiten considerara la historiaanálisis anteriores, se ha mostrado suficiente- simplemente como una especie del género 'star/,mente el cortey la ruptura entre ambos, a nivel de pues subsiste la distancia que impone el carácterlos procedimientos, de las entidades y de la de búsqueda (rec/iere/ie) de la historia,temporalidad. Al no ser derivable directamente la historia

Una ruptura a nivel de los procedimientos de la narración, la investigación ricoeuriana sepues la historiografía se impone la explicación concentra en buscar las mediaciones por lascomo proceso autónomo: busca garantías, prue- cuales el conocimiento histórico logra trasponer abas, problematiza, somete a discusión y a juicio. su orden propio la operación configurante de laEl problema de la conceptualización, de la bus- narración. Mediante un método de cuestíonamientoqueda de objetividad y reflexividad crítica pre- regresivo (quesfíonnement á rebours), que toma

53 Citado por Ricoeur en I, 242/285. causal, es obra del juicio de un narrador que toma54 1,243/285. Cualquier hecho histórico, en cuanto huma- distancia e integra componentes heterogéneos.

no, combina tres aspectos que no pueden ser ordenados K Entre ellos se han mencionado la frase narrativa, lapor ninguna regla: azares, causas materiales y libertad. modalidad explicativa del acto configurante, la explica-Cf. I, 243. ción inherente a la construcción de la trama.

55 La construcción de la trama implica una conexión

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deHusserl57, se propone demostrar que los proce-dimientos/ las entidades/la temporalidad, carac-terísticos de la historia-ciencia, reenvían por uncamino indirecto a los procedimientos, las entida-des y la temporalidad del plano narrativo.

Serán explorados así tres caminos decuestíonamiento regresivo: "elprimero que remi-te desde los procedimientos explicativos de lahistoria científica a la fuerza explicativa incluidaen la construcción de la trama de la narración; elsegundo, desde las entidades construidas por elhistoriador a los personajes de la narración, y eltercero, desde los tiempos múltiples de la historiaa la dialéctica temporal de la narración" (1,269/315).

Tres caminos con un mismo estilo de filia-ción indirecta unen la historiografía a la inteligen-cia narrativa y, con el mismo recurso, a enlacesque la propia historiografía ofrece al trabajo dereconstrucción de la intencionalidad histórica.

1) La imputación causal singular

La historia pone de relieve una lógicapropia, irreductible al modelo nomológico. Estalógica propia es la que Weber expone bajo elnombre de imputación causal singular53. Esterazonamiento consiste esencialmente en la cons-trucción parla imaginación de un curso diferentede acontecimientos, luego en el peso de las conse-cuencias probables de ese acontecimiento irreal,finalmente en la comparación de esa consecuen-cias con el curso real de acontecimientos59.

Como ejemplo se analiza la decisión deBismarck de declarar la guerra contra Austria-Hungría. Para saberla significación causal que seha de atribuir a esta decisión Weber se pregunta:"¿Qué consecuencias habría que haber 'espera-do' si se hubiera tomado otra decisión?" (I, 258/302). Si el historiador puede afirmar que, con lamodificación o la omisión se habría seguido undesarrollo diferente de acontecimientos, entoncesel historiador puede poner el juicio de imputacióncausal que decide de la significación histórica dedicho acontecimiento60.

Si se objeta que tal reconstrucción no valesino para la historia episódica, se puede mostrarque el argumento no cambia si se aplica al nivelestructural y a fenómenos globales que excedenlas decisiones individuales. Weber provee unejemplo notable de imputación causal singularcon la argumentación de su obra la Ética delprotestantismo y el Espíritu del capitalismo.Para imputar el espíritu del capitalismo a la éticaprotestante del trabajo, imagina un curso deacción en el que el factor espiritual estaría ausen-te y calcula las probabilidades que tienen otrosfactores para producir el efecto en cuestión. Alconcluir que tales factores no bastan, se llega atener la ética protestante por la causa adecuadadel desarrollo del espíritu del capitalismo.

La imputación causal singular juega un rolmediador entre la construcción de la trama y laexplicación por leyes. Ricoeur nos presenta lacontinuidad y discontinuidad que guarda concada una61. Se muestra así que la explicación

57 1,252. Las cuestiones que en la Krisis Husserl se planteaa propósito de la ciencia galileana y newtoniana, se lasplantea Ricoeur a propósito de las ciencias históricas.

58 Cf. 1, 256-269. Para este punto seguimos también«Contíngence et Rationalité dans le Rea'/» (1986), 25-29.

59 Cf. i, 257. Proceso que sintetizan magistralmente las dosfrases que Ricoeur cita de Weber (« Para desentrañar lasrelaciones causales reales (wirkliche), construimos irreales(unwírtííche)»/ de Aron («Todo historiador, para expli-car lo que ha sido, se pregunta lo que podría habersido»}. Las citas en I, 257.

60 Cf. I, 258. Obviamente el análisis es más complejo que

lo que aquí escuetamente presentamos, pues la imputa-ción causal es susceptible de grados, desde la causalidadaccidental a la causalidad adecuada. Cf. I, 259-260.

61 Con la construcción de la trama la continuidad está enel rol de la imaginación, y la discontinuidad en elanálisis de factores, en la inserción de reglas de expe-riencia y, sobre todo, en la asignación de grados deprobabilidad que regula la determinación de lacausalidad adecuada. Respecto de la explicación porleyes hay discontinuidad en la consideración de lo quees azar o accidental, y continuidad en la medida quecausalidad sociológica y causalidad histórica se recla-man reciprocamente. Cf. I, 260-262.

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histórica no ha roto sus lazos ni con la narraciónni con las ciencias humanas.

Mediante la noción de cuasi trama esposible aplicar analógicamente la noción detrama a las imputaciones causales singulares quese extienden más allá de las decisiones individua-les y de los acontecimientos puntuales.

2) Las entidades de primer orden de lahistoriografía

Habiendo explorado el camino que reen-vía desde los procedimientos explicativos de lahistoria científica a la fuerza explicativa incluidaen la construcción de la trama de la narración,corresponde ahora recorreré! que reenvía desdelas entidades construidas por el historiadora lospersonajes del relato. Tal como la imputacióncausal por su afinidad con las construcción de latrama puede ser llamada cuasi trama, la socie-dad al ser tratada como entidad singular asumeel rol de cuas; personaje.

La noción de sociedad refiere oblicua-mente62 a los individuos que la componen63, y enello se apoya la extensión analógica del rol de lospersonajes a las entidades de primer grado deldiscurso histórico64. El carácter oblicuo de lareferencia al individuo y el carácter analógico de

la transferencia de vocabulario, permiten esca-par al individualismo metodológico. Pero se pue-den atribuir acciones a estas entidades históri-cas, porque la propia narración nos ha enseñadoa separar el personaje del individuo65.

La simetría entre la teoría del cuasi perso-naje y la de la cuasi trama, se debe a que laimputación causal singular tiene su campo privi-legiado de aplicación en. el plano de las entida-des de primer orden del discurso histórico. Lastesis de una teoría de la explicación causal comola de M. Mandelbaum66, que rompe con latradición empirista de Hume, muestran estrechaafinidad con la historia, y pueden ser ilustradascon ella. En primer lugar, hay afinidad entre elrazonamiento causal y el carácter continuo de losfenómenos sociales67. En seguida, la explicacióncausal singular permite la necesaria inserción degeneralizaciones de todo tipo08. Finalmente, elque la necesidad causal es condicional y noimplica ninguna creencia en el determinismo eshomogéneo con la distinción entre historia gene-ral e historias especiales69.

Existen entidades de segundo y de tercerorden, clases y ya no singularidades, que elhistoriador suele tomar de las ciencias sociales(economía, demografía, sociologías de las orga-nizaciones o de las mentalidades, ciencia políti-

62 Oblicua, porque aunque no hace parte del discursodirecto del historiador, puede ser tematizada por lafenomenología que descubre, en los fenómenos del ser-en-común y de la pertenencia participativa, los vínculosrespectivos entre individuos y sociedad y entre estaentidad y la esfera de la acción. Cf. 1, 276.

63 A sus tres rasgos de organización territorial, estructurainstitucional y continuidad temporal corresponden res-pectivamente el acto de habitar, la toma de roles por losmiembros del grupo, el vinculo entre generaciones queimplica no sólo contemporáneos, sino predecesores ysucesores. Cf. I, 277.

64 Cf. I, 275. Foresta analogía las entidades son designa-dos como sujetos lógicos de verbos de acción y depasión, y se puede decir que Francia hace esto o padeceaquello. Cf. 1, 277.

65 La noción narrativa de personaje hace de enlace en elplano de la configuración (mimesis II) entre las entidadesde primer orden de la historia y los individuos actuantes

que implica la práctica real (mimesis I). Cf. I, 278.06 MANDELBAUM, M., The Anatomy of Historical

Knowledge(1977).67 La explicación causal reconstruye la continuidad que el

análisis rompe, por medio de la continuidad temporal enacontecimientos que pueden integrarse en distintas es-calas o la unidad estructural que determina el ámbitoanalizado. Cf. 1,281-282.

68 Generalizaciones que funcionarán históricamente si seda razón de las estructuras y las secuencias temporales.Cf. I, 282-283.

69 Las entidades de primer orden (nación, clase, pueblo,comunidad, civilización) son siempre sociedades singu-lares, actores o cuasi personajes tan múltiples, como loson las cuasi tramas que desarrollan. El que no haya unatrama única que englobe a todas las demás es coherentecon el pluralismo de los pueblos y de las civilizaciones.Cf. I, 283.

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ca, etc.) con las que la historia forma pareja. Eneste desplazamiento desde el fenómeno socialsingular a los fenómenos culturales y genéricos,a Ricoeur le interesa que no se olvide que dichashistorias especiales son derivadas, en virtud deuna abstracción, de la historia general. De dichaderivación se sigue el nominalismo de los con-ceptos históricos y el que, en este nivel, ya no sepueda hablar de cuasi personaje por la lejaníade las entidades de segundo y tercer orden de lanarración y de la acción real.

3) Tiempo de la historia y destino delacontecimiento

El último paso en la demostración de latesis de que las estructuras de la historiografíapueden ser derivadas indirectamente de las es-tructuras de base de la narración, lo damos alconsiderar el estatuto del tiempo histórico respec-to de la temporalidad de la narración. Se trata dedemostrar que el tiempo construido por el histo-riador nace de la temporalidad propia de lanarración, y que el enlace apropiado es la nociónde acontecimiento.

El uso corriente del término acontecimien-to que asocia a ellos la singularidad, la contin-gencia y la desviación, ha sido reformulado porla teoría de la trama que vincula acontecimientoy narración. Los acontecimientos, al recibir suinteligibilidad de su contribución a la trama, alser contados, son a la vez singulares y típicos,contingentes y esperados, desviadores y tributa-rios de paradigmas.

La tesis que Ricoeur quiere mostrar es que"los acontecimientos históricos no difieren radi-calmente de aquellos encuadrados por la trama"

(I, 289/337). La noción misma de historia delarga duración deriva del '''acontecimiento-es-tructurado-en-trama" (Ibid.). Una lectura atentade Mediterranée de Braudel, le permite mostrarcómo la larga duración (la historia lentamenteritmada) hace de transición entre la estructura (lahistoria casi inmóvil de la geografía) y el aconte-cimiento (la historia de dimensión individual deFelipe II)70.

La pluralidad de los tiempos tiene su uni-dad en las estructuras de transición que permitentratar la obra entera, juntando sus tres planos -estructuras, ciclos y acontecimientos-, como unacuasi trama. Los tres planos concurren a la tramaglobal, que consiste en "el ocaso del Mediterrá-neo como héroe colectivo en la escena de lahistoria mundial" (I, 300/349) al dejar de en-frentarse los dos imperios, el turco y el español,y al desplazarse la historia hacia el Atlántico yEuropa del Norte71.

La noción de cuasi trama pone en cuestiónque el acontecimiento sea breve y momentáneo,y que pertenezca sólo al tercer plano. Adquirien-do un carácter de síntoma o de testimonio,pertenece a los tres planos, y es una variable dela trama. "El acontecimiento es lo que distingueel concepto de estructura del historiador de aqueldel sociólogo o del economista"72.

Ricoeur termina confirmando en otrosautores franceses esta vuelta al acontecimientopor el rodeo de la larga duración73. El aconte-cimiento mantiene a la larga duración comotiempo histórico, impidiendo que el tiempo hu-mano sea olvidado en el tiempo de la naturale-za. La analogía del crecimiento y de la decaden-cia, de la creación y de la muerte, es preservadaentre el tiempo de los individuos y el de las

70 Las transiciones entre un tiempo y otro se analizandescubriendo cómo en la geohistoria no sólo estáimplicada, sino anticipada, la geo-política; cómo lalarga duración de las coyunturas de lo económico, de lofísico-político de los imperios, de las civilizaciones sonafectados por lo episódico; cómo los acontecimientos sepueden enraizar de nuevo en estructuras y coyunturas.Cf. I, 290-298.

71 El drama del Mediterráneo en el siglo XV, la trama de latrama, es la gran oposición entre los dos Mediterráneosy el final de su enfrentamiento. Cf. I, 300-301.

72 I, 303. Estructuras, las del historiador, que no cambianal mismo ritmo, y en las que justamente lo que interesanson sus rupturas y cambios. Cf. I, 303.

73 Analiza los aportes de Le Goff, Georges Duby y deFrancois Furet. Cf. I, 304-31 2.

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civilizaciones; una analogía semejante, al nivelde la temporalidad, a la que se ha preservadoen el nivel de los procedimientos (entre la atribu-ción causal y la construcción de la trama) y enel nivel de las entidades (entre las sociedades ylos personajes del drama). "En este sentido,todo cambio entra en el campo histórico comocuasi acontecimiento" (I, 313/363). Una no-ción de cuasi acontecimiento correlativa a laextensión de las nociones de cuasi trama y decuasi personaje. Un parentesco que permitecomprender la pluralidad de los tiempos histó-ricos, propuesta por Braudel, como una expan-sión del rasgo cardinal del tiempo narrativo: "suaptitud para combinar en proporciones varia-bles el componente cronológico del episodio y elno cronológico de la configuración" (I, 313/364).

En resumen, Ricoeur con la noción deintencionalidad histórica, pretende preservara la vez la especificidad de la explicaciónhistórica y la pertenecía de esta disciplina alcampo narrativo. Con el métodofenomenológico del cuestionamiento regresivose fue mostrando el carácter indirecto de lafiliación que vincula la historia a la compren-sión narrativa. Pero ha sido la propiahistoriografía la que ha proporcionado losenlaces que han permitido la derivación: laexplicación causal singular haciendo de tran-sición entre la explicación por leyes y la com-prensión por la trama; las entidades de primerrango que, al implicar modalidades de perte-nencia participativa, garantizan el parentescoentre el objeto de la historia y los personajes dela narración; una nueva concepción de losacontecimientos históricos, que pueden impli-car temporalidades muy diversas, desde loscambios puntuales a los de muy larga dura-ción, reenvía a la dialéctica temporal de lanarración. Con ellos Ricoeur ha construido lasnociones de cuasi trama, cuasi personaje, cua-si acontecimiento que, con su carácter interme-dio y analógico, son capaces de guiar elreenvío intencional de la historiografía haciala narración.

3. Conclusión: las pretensionesde Tiempo y narración

Tiempo y narración de Ricoeur es unintento impresionante de indagaciones múltiplessobre las relaciones entre historiografía, literatu-ra y filosofía. En nuestra introducción hemosquerido mostrar que la atención que nuestrofilósofo presta al lenguaje en todo su itinerariohace menos sorprendente sus exhaustivas inda-gaciones en el lenguaje metafórico y en el narra-tivo. Al abordaje del mal, del deseo, de la acciónmediante el lenguaje corresponde ahora abor-dar el tiempo con los recursos de la narración.

Uno de los aspectos concernidos en elproblema del tiempo tiene que ver con el trabajode los historiadores que intentan hacer memoriade lo ocurrido en el pasado. La relación queguarda la narración con el trabajo de lahistoriografía es de lo que hemos dado cuenta eneste artículo.

Frente a algunos que sostienen que entrehistoria y narración no hay relación y otros quesimplemente las identifican, nuestro filósofo afir-ma la existencia de una relación indirecta entreambas: el conocimiento histórico asume en suorden propio las operaciones de la narración.Historia y narración presentan vínculos indirec-tos a nivel de sus procedimientos, de sus entida-des y de sus temporalidades. Sin reducir lahistoriografía a la literatura, el parentesco vienede la mano de las nociones de cuasi trama, cuasipersonaje y cuasi acontecimiento. Las estructu-ras de la historiografía pueden ser derivadasindirectamente de las estructuras de base de lanarración.

Hemos podido apreciar que ía adquisi-ción de esta tesis es fruto de un dialogointerdisciplinar que en este caso pide competen-cia y dominio tanto de la historiografía como dela filosofía. La aplicación a este problema de lafenomenología husserliana no exime al filósofode la consideración exhaustiva de las diversasposturas de los teóricos de la historia.

Pero la vinculación indirecta de la narra-ción y la historia se sostiene en el marco de una

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indagación mucho más amplia que consideramosoportuno enunciar aquí, y que nos permitirá unapresentación somera, aunque sea al cierre de estetrabajo, de todas las pretensiones de Tiempo yNarración. La hipótesis que anima toda la obra serefleja con claridad en su título: una correlaciónfundamental entre la actividad de contar unahistoria y el carácter temporal de la experienciahumana. Ricoeur se aboca a la tarea de mostrarque "el tiempo se hace tiempo humano en lamedida en que se articula en un modo narrativo,y la narración alcanza su plena significacióncuando se convierte en una condición de la exis-tencia temporal" (I, 85/113). Esta estrecha liga-zón entre narratividad y temporalidad, considera,en palabras de Wíttgenstein, que la temporalidades la forma de vida que llega al lenguaje en lanarratividad, y que ésta es el juego de lenguajeque tiene como referente último la temporalidad.El acto de narrar clarifica y articula el caráctertemporal de la experiencia humana, pues todo loque se narra se desarrolla temporalmente, y todolo que se desarrolla en el tiempo puede sernarrado. La experiencia humana del tiempo, lahistoricidad, permanecería muda, confusa,inarticulada, si no fuera elevada al lenguaje por lanarración. La narración se agotaría en merasestructuras sincrónicas internas, si no refiguraranuestra experiencia del tiempo.

La obra despliega esta única hipótesis a lolargo de las cuatro partes que la estructuran deacuerdo al nivel epistemológico u óntico en el queson abordados los problemas de la historia, laficción y el tiempo.

En un primer momento74, en este enfrenta-miento entre el tiempo y el relato, es posibleconsiderar la narración en su conjunto y se debemostrar cómo la construcción de la trama mediauna experiencia temporal previa con unarefiguración temporal posterior: "la temporali-dad es llevada al lenguaje en la medida que éste

configura y refigura la experiencia temporal" (I,87/115).

Estos aspectos de configuración yrefiguración del relato nos indican que la hipótesisdebe poder ser demostrada tanto al nivel delsentido y estructura del modo narrativo, como alnivel de su referencia y pretensión de verdad. Enambos niveles, la unidad y la especificidad delmodo narrativo se ven cuestionadas por la existen-cia de los dos grandes géneros en los cuales éstese bifurca: el relato histórico y el relato de ficción.

La peculiaridad de la historia en cuantorelato es lo que hemos presentado aquí75. Que-daría por analizar la peculiaridad del relato deficción76. Recordemos que Ricoeur no identificaficción con configuración narrativa. De este modolos relatos de ficción pueden ser distinguidos delos relatos históricos que tienen la ambición deconstruir una narración "verdadera". La configu-ración narrativa estaría a la base de ambossuministrando una estructura común en la trama.Se trata de problemas propiamente episte-mológicos que implica poder demostrar quecada uno de ellos a su modo configuran eltiempo. Historiografía y literatura de ficción de-ben rendir el examen de su unidad: mostrar que,a pesar de sus manifiestas diferencias, poseenuna estructura formal de composición internacomún, que permite catalogarlos como relatos denarraciones.

Al problema óntico de la refiguración deltiempo por el relato, Ricoeur dedica la cuarta yúltima parte de su obra77. Pero la pregunta de siuna función común, la redescripción de nuestracondición histórica, corresponde a la estructuracomún recién mostrada, debe ser precedida poruna interpretación independiente de lo que signi-fica ser histórico, si se quiere evitar la circularidad.Desde el ámbito del tiempo debe ser invitado uninterlocutor que sea capaz de proseguir estediálogo, en el que ya participan como represen-

74 Primera parte: «te cerc/e entre rédt et fempora//fé» (I,15-129).

75 Segunda parte: «L'histoire et le rédt» (1, 131 -320).

76 Tercera parte: « La configuraron du temps dans le rédtde fiction » (tomo II).

77 Cuarta parte: «le temps raconfé» (tomo III).

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tantes de la narración, la historiografía y la cuenta de la interlocución de estos fres partici-ííferatura de ficción; tal será la fenomenología del pantes (la historiografía/ la literatura de ficción ytiempo. Si bien este invitado nos es presentado la filosofía fenomenólogica), en los dos nivelesexhaustivamente, a continuación de los dos ante- (epistemológico de la configuración y óntico deriores78, se asoma también al comienzo y al final la refiguración) en los que debe ser demostradade la obra79. su única hipótesis (la correlación entre narración

Así, las cuatro partes de la obra, dan y temporalidad).

78 La primera sección de la cuarta parte: L'aporétíque de la Poética de Aristóteles (I, 19-84). El cierre será dado entemporalité (tomo III). las Conclusiones con una nueva relecturayordenamien-

79 La obertura de toda la obra es justamente el contrapunto to de las oponas del tiempo (III, 347-392).entre la fenomenología del tiempo de Agustín y la

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