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TIEMPO Y SOCIEDAD
Revista de Historia y Humanidades
http://tiemposociedad.wordpress.com
Núm 16: Julio-Octubre 2014
16
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Directora General: Isabel López Fernández. Director de Contenidos: Miguel Menéndez Méndez.
Director de Comunicación y Community Manager: Pablo Folgueira Lombardero.
Consejo Editorial:
Javier Bayón Iglesias (Licenciado en Historia); Miguel Ángel Domínguez Pérez
(Licenciado en Historia); Miguel Menéndez Méndez (Licenciado en Historia. DEA en Historia Moderna); Serafín Bodelón García (Catedrático. Doctor en Filosofía y Letras, Sección Filología Clásica); Mauricio
Díaz Rodríguez (Licenciado en Historia); Pablo Folgueira Lombardero (Licenciado en Historia. DEA en Arqueología)
Tiempo y Sociedad. Revista de Historia y Humanidades Editora: Isabel López Fernández
Portada y Logotipo: José Manuel Muñoz Fernández ISSN: 1989-6883
Tiempo y Sociedad no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores en sus artículos, que serán responsabilidad exclusiva de dichos autores.
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y reproducción. Solo se han de tomar las debidas medidas de citación y referenciación.
Oppidum Noega 2014
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INDEX
Editorial………………………………………………………………………….5
La lápida de Flavia hallada en Gamonedo (concejo de Onís) y los vadinienses
del oriente de Asturias, por Narciso Santos Yanguas……………………………………7
La efímera pujanza de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en
Barcelona durante la Transición, por Francisco Gago Vaquero………………………..19
El gesto teatral del superhéroe, por Enrique Ferrari Nieto……………………..51
Reseñas bibliográficas, por Pablo Folgueira Lombardero……………………...65
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EDITORIAL
En pleno apogeo del mes de julio, y cuando cada vez falta menos para nuestro
quinto aniversario, tenemos el placer de presentar el número 16 de esta apasionante
aventura que es Tiempo y Sociedad. Y para que el verano sea más llevadero para
nuestros lectores, presentamos tres contribuciones tan interesantes como diferentes entre
sí.
En primer lugar, el Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de
Oviedo, Narciso Santos Yanguas, se acerca a un documento epigráfico descubierto en
una localidad del concejo asturiano de Onís y se sirve de él para hablarnos del pueblo de
los vadinienses.
Posteriormente, el doctorando en Historia Contemporánea Francisco Gago
Vaquero nos habla del papel de la CNT en Barcelona durante la convulsa época de la
Transición.
En tercer lugar, Enrique Ferrari, de la Universidad de Extremadura, se acerca a
la figura de los superhéroes y busca explicarnos su idiosincrasia a través de sus gestos
iniciales.
Por último, este número se completa con la habitual sección de reseñas
bibliográficas.
Tiempo y Sociedad, 16 (2014), pp. 7-18. ISSN: 1989-6883.
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LA LÁPIDA DE FLAVIA HALLADA EN GAMONEDO
(CONCEJO DE ONÍS) Y LOS VADINIENSES DEL
ORIENTE DE ASTURIAS
NARCISO SANTOS YANGUAS1
Esta inscripción funeraria, cuya fecha de descubrimiento desconocemos, fue
encontrada en la localidad de Gamonedo (concejo de Onís), en las estribaciones
septentrionales de la Cordillera Cantábrica y en territorio correspondiente a la cuenca del
Sella; sabemos, sin embargo, que en el año 1877 Sebastián de Soto Cortés se la compraría
a un aldeano de dicha localidad, integrando desde entonces el conjunto de restos y
materiales antiguos con que este prócer del concejo contaba en su poder2.
La lápida se inscribe (junto con algunas otras de la misma zona, como la de
Septimio Silón por ejemplo3), tanto en tiempos prerromanos como romanos, en el contexto
geográfico y étnico-cultural de la población de los vadinienses, asentados en ambas
márgenes del mencionado relieve montañoso y cuyas formas de vida y organización
resultan todavía difíciles de conocer por completo4.
Dicho documento, de carácter funerario, resulta muy significativo no solo por el
contenido de su campo epigráfico sino también, de manera especial, por los elementos
decorativos que nos ofrece, entre los que sobresale la presencia de un caballo en su parte
1 Catedrático de Historia Antigua. Universidad de Oviedo. 2 Durante los años 60 del siglo XX sería adquirida por la Diputación Provincial de Asturias pasando a formar parte de los fondos del Museo Arqueológico. Cf. M.Escortell, Catálogo de las salas de cultura romana del Museo Arqueológico, Oviedo 1975, pp.8-9. 3 N.Santos, "La inscripción de Septimio Silón y los cántabros vadinienses en el Oriente de Asturias", Altamira 61 (2003) 249ss. 4 Ver, por ejemplo, J.Gagé, "Une société cavalière dans le Nord-ouest de l´Espagne romaine: le dossier des Vadinienses", Mélanges P.Wuilleumier, París 1980, pp.133ss.
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inferior, que sin duda se halla rodeado de una simbología especial, así como de una palma
en su margen derecha inferior (a la que parece estar amarrado el animal)5.
1. El campo epigráfico
Las dimensiones que nos ofrece este documento son de 37 cms. de altura por 50 de
anchura y 13 de grosor, identificándose con una piedra rectangular, que cuenta con el
campo epigráfico inscrito en varias líneas y a modo de la representación del frente de una
casa (lápida oicomorfa); el monumento se incluye entre el grupo de las inscripciones
vadinienses descubiertas a uno y otro lado de la Cordillera Cantábrica, aunque por su
morfología difiere del modelo más común6.
El contenido del texto de dicha inscripción, recogido en 4 líneas (más las palabras
incluidas en la representación del caballo) se halla expresado en los siguientes términos:
D M M POS
DOV FIL SVE
CAR FLA AN XX
C CCCCXXCII
En el cuerpo del equino se registran las letras FLA VIN .
De cualquier forma el campo epigráfico, incluida la imprecación de ánimo recogida
en el cuerpo del animal, se puede reconstruir de forma bastante completa7:
5 N.Santos, Costumbres funerarias y vida de ultratumba en la Asturias antigua, Madrid-Salamanca 2013, pp.28-30. 6 En muchas ocasiones se aprovechaban los cantos rodados de los ríos para inscribir en ellos el contenido del mensaje (funerario en todos los casos) que se quería transmitir. Cf. Mª C.González y J.Santos, "La epigrafía del conventus cluniense. I: Las estelas vadinienses", MHA 6 (1984) 85ss. 7 CIL II.5738.
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D(iis) M(anibus) M(onumentum) pos(itum)/ Dov(iderus) fil(iae) su(a)e/ car(ae)
Fla(viae) an(norum) XX/ c(onsulatu) CCCCXXCII.
Que se completaría (en el cuerpo del caballo):
Fl(avia) vin(cas).
En consecuencia el contenido de este epitafio corresponde a la siguiente
traducción:
"Monumento dedicado a los dioses manes. Dovidero (lo erigió) a su querida hija
Flavia, de 20 años de edad, en el año 482 de la era consular. (en el cuerpo del caballo)
¡Flavia, que venzas!".
Sobre la reconstrucción y transcripción del campo epigráfico hay que hacer un par
de puntualizaciones:
- en la primera línea la M de D(iis) M(anibus) parece contar con una A
como nexo, con lo que la reconstrucción sería Ma(nibus);
- en la penúltima línea existe un nexo entre la A y la primera N de la palabra
ann(orum)8.
En realidad la fechación de este epitafio resulta problemática, pero en cualquier
caso sería tardía, teniendo que situarse tal vez ya, como muy temprano, en los años finales
del siglo II d.C. o en las primeras décadas de la centuria siguiente de acuerdo con la
nomenclatura nominal del personaje en ella reflejado; ahora bien, si tenemos en cuenta la
reconstrucción del final del campo epigráfico como C CCCCXXCII nos introduciríamos
8 Como elemento externo de datación tal vez nos lleve a relacionar ya este documento con una época muy avanzada del siglo II d.C. al menos.
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ya en el siglo V (año 444) de acuerdo con las últimas teorías acerca de la era consular (o
hispánica) y su forma de datación9.
Monumento funerario de Flavia
La nomenclatura nominal de la difunta (Flavia) puede conducirnos a confusión,
pues parece relacionarse con la etapa de los emperadores de la dinastía flavia, dado que los
peregrini (extranjeros = no ciudadanos) tomaban como gentilicio (nomen) el del
emperador gobernante bajo el que habían recibido la civitas.
9 Más detalles en J.M.Iglesias, “La Era hispana en la epigrafía del sector central de la Cordillera Cantábrica”, Epigrafía jurídica romana , Pamplona 1989, pp.325ss.
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2. Elementos decorativos
Este monumento, en cuanto a la organización de su campo epigráfico y al sentido
de la representación del caballo que acompaña a la difunta, resulta comparable, en su
funcionalidad, a lo que pudo representar la lápida funeraria de Septimio Silón10.
La estela de Flavia se enmarca en un recuadro, pudiendo ser catalogada como
oicomorfa (¿para acoger el alma de la difunta en su nueva residencia en el más allá?); al
margen de su datación por la era hispánica, y los problemas que ello conlleva, lo que nos
conduciría a fecharla ya en el siglo V de nuestra era (en concreto en el año 444), la
iconografía de la parte superior del monumento, a pesar de su estado fragmentado, tal vez
nos ponga en relación con restos de motivos solares, vinculados igualmente con el mundo
de ultratumba y con el renacer diario de la difunta en la otra vida11.
Por su parte la zona inferior denota la presencia de un animal, que al parecer
debemos identificar con un caballo, así como de una palma delante de él, a la que quizás
estaría amarrado12; sobresale igualmente el hecho de que, como en el epitafio de Lucio
Septimio Silón, en el cuerpo del equino aparece inscrito el nombre de la difunta junto con
una expresión de ánimo [vin(cas)], sin duda con el deseo de contribuir a su paso desde esta
vida a la del más allá.
Así pues, el sentido de este animal parece vincularse claramente con la función de
acompañante del espíritu de la persona mencionada en la inscripción, añadiendo sin duda
el hecho de que, una vez en la otra vida, el propio caballo podía contribuir a su
manutención13 y de ahí que aparezca atado a la palma, símbolo funerario igualmente.
10 N.Santos, Costumbres funerarias y vida de ultratumba en la Asturias antigua, pp.19-25. 11 J.M.Blázquez, “Caballo y ultratumba en la Península Hispánica”, Ampurias 21 (1959) 293. 12 F.Diego Santos, Epigrafía romana de Asturias, Oviedo 1985, p.171. 13 N.Santos, “Iconografía de la muerte en las inscripciones del Oriente de Asturias: caballo y ultratumba”, Iconografía y sociedad en el Mediterráneo antiguo, Madrid 2011, p.360.
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3. Sentido histórico: la comunidad de los vadinienses en el Oriente de Asturias
La documentación escrita antigua ubica, en el contexto de las poblaciones
cántabras, tres comunidades gentilicias distintas durante la etapa prerromana y romana en
la región oriental del actual Principado de Asturias, a las que asigna respectivamente los
nombres de orgenomescos, salaenos y vadinienses14.
El primero de dichos grupos, de acuerdo con los escritores grecolatinos y los restos
epigráficos, parece haberse convertido en una de las poblaciones más destacadas de los
cántabros: de esta manera, mientras que Mela (Chorographia 3.15) los ubica en las
riberas del Nansa, Plinio el Viejo (Historia Natural 4.20.111) les asigna el puerto de
Veseiasueca, al tiempo que asegura que en la costa occidental de los mismos se hallaban
establecidos los astures (las inscripciones latinas nos permiten comprobar la expansión de
los orgenomescos hasta el territorio perteneciente a los astures)15.
Por lo que respecta a los salaenos serían, de acuerdo con su propia denominación,
los habitantes de ambas márgenes del río Salia (en la actualidad el Sella asturiano, y no el
Saja de Cantabria), que servía de límite separador entre cántabros y astures por el litoral:
ocuparían al menos la ribera derecha de dicha corriente fluvial y posiblemente también la
izquierda; resulta difícil concretar si la denominación de esta organización gentilicia
respondía a motivos estrictamente geográficos, o si, por el contrario, se identificaba con un
agregado de población amplio (además, permanece en el aire todavía la consideración de si
los salaenos pudieron ser una fracción o subgrupo de los orgenomescos o, más bien, un
grupo independiente, o finalmente incluso una comunidad astur)16.
14 No debemos olvidar a este respecto que la plasmación concreta (étnica, político-administrativa y cultural) de la realidad histórica de estos pueblos corresponde ya a la etapa de presencia romana en el Norte peninsular (sería igualmente entonces cuando los indígenas de la zona comenzasen a tomar conciencia de ello). 15 Sobre el contenido y significado de dichas lápidas y estelas orgenomescas ver, entre otros, N.Santos, "La inscripción de Torrevega (Llanes) y los orgenomescos en el Oriente de la Asturias antigua", Veleia 17 (2000) 103ss. 16 A pesar de no haberse encontrado hasta la fecha ningún testimonio epigráfico de su presencia en la zona (lo que nos permitiría concretar, aunque fuese a grandes rasgos, el espacio geográfico por ellos ocupado) al parecer hay que considerarlos como una agrupación poblacional de los cántabros.
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En cuanto a los vadinienses todavía existen muchos interrogantes sin solucionar:
así, aun cuando Ptolomeo (Tablas geográfico-históricas II.6.50) asigna su capital
(Vadinia) a la población de los cántabros, la localización concreta de dicho centro de
habitat nos resulta desconocida, habiéndose llegado a pensar que tal vez su ubicación
podría corresponderse con la actual Benia de Onís.
Junto a ello la dispersión de epígrafes correspondientes a este grupo de población
(incluida la mención de su origo) a uno y otro lado de la Cordillera Cantábrica complica
aún más las cosas: en territorio de Asturias se han descubierto 14, a las que hay que añadir
6 fragmentos más, todas ellas en los valles interiores del Sella y Güeña (a pesar de que
solamente 9 hacen alusión expresamente a su condición de vadiniensis17).
Por su parte al sur de la Cordillera, en concreto en torno a los valles del alto Esla y
de sus afluentes Porma, Curueño y Yuso, por tanto ya en la provincia leonesa, se catalogan
47 epígrafes, aun cuando de ellos únicamente 31 reseñan con precisión la condición de
vadinienses de las personas allí mencionadas18.
Ambos conjuntos epigráficos nos van a permitir acercarnos a la realidad
geográfico-histórica en que se desenvolvió la vida de los vadinienses entre los siglos II y
IV d.C., teniendo presente que la mayoría de las inscripciones parecen corresponder al
siglo III; en ellos se detectan una serie de características comunes, destacando el hecho de
tratarse de grandes bloques (aluviales o de arenisca), muy irregulares en cuanto a su forma
y la colocación del campo epigráfico, así como de factura escasamente cuidada en su
ejecución19.
17 Más detalles en Mª C.González y J.Santos, "La epigrafía del conventus cluniense. I: Las estelas vadinienses",nºs 2, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13 y 14. 18 Mª C.González y J.Santos, "La epigrafía del conventus cluniense, I: Las estelas vadinienses", nºs 15, 17, 18, 19, 21, 23, 24, 25, 26, 28, 29, 30, 31, 34, 35, 36, 37, 38, 41, 42, 45, 46, 47, 49, 52, 55, 56, 58, 60 y 61; y J.Mangas y J.Vidal, "Nuevo conjunto de inscripciones romanas de la provincia de León", MHA 9 (1988) 220-221 (sobre el significado de este epígrafe hallado en Pedrosa del Rey ver J.Mangas y J.Vidal, "Organización social y política de los vadinienses a la luz de una nueva inscripción", El solar vascón en la Antigüedad. Cuestiones de lengua, arqueología, epigrafía e historia, San Sebastián 1989, pp.127ss.). 19 J.M.Iglesias, "Ciudad y territorio externo: Iuliobriga y Vadinia", Regio Cantabrorum, Santander 1999,
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Los problemas surgen especialmente a la hora de concretar el espacio geográfico
ocupado por esta población en tiempos romanos y su distribución de acuerdo con la
organización administrativo-territorial que el Estado romano establece a partir de la época
imperial, puesto que las inscripciones halladas en León coinciden (casi en su totalidad) con
el suelo incluido en el conventus Asturum mientras que las de Asturias corresponden al
distrito subprovincial que tenía como capital a Clunia (territorio cántabro por tanto).
Por ello tal vez sea difícil pensar en un origen cántabro de los vadinienses, dado
que desconocemos si las comunidades vadinienses asturianas eran una prolongación de las
que habitaban la vertiente leonesa de la Cordillera Cantábrica, o más bien los vadinienses
leoneses serían una derivación de los de Asturias como consecuencia del carácter
seminómada de su organización y la dedicación prioritaria a las actividades ganaderas en el
marco de su economía20.
De cualquier forma los vadinienses constituirían la población más arcaizante de la
Asturias antigua, como lo demuestran precisamente sus monumentos funerarios (lápidas
con inscripciones latinas), configurados a base de grandes cantos rodados, que en
ocasiones están decorados con simples motivos esquemáticos; este hecho se puede rastrear
igualmente en la ausencia (o escasísima presencia) de poblados fortificados, dado que
existiría entre ellos una forma de habitat vinculada al aprovechamiento de las cuevas con
construcciones de madera, o bien edificaciones exentas a base de madera, que con el paso
de los siglos no han dejado huella alguna21.
pp.302-303. 20 Sobre todos estos aspectos y su implicación en la organización de dichas comunidades (incluidos desplazamientos estacionales -tipo trashumancia- con los rebaños de caballos y otros animales hacia las zonas elevadas de la cordillera) remitimos, entre otros, a J.Gagé, "Une societé cavalière dans le Nord-ouest de l´Espagne romaine: le dossier des Vadinienses", pp.133ss. 21 De la misma manera sus actividades económicas condicionarían este tipo de poblamiento. Cf. N.Santos, "Orgenomescos y salaenos en el Occidente de la Cantabria antigua", Regio Cantabrorum, J.M.IGLESIAS y J.A.MUÑIZ (eds.), Santander 2000, pp.279ss.
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4. Vadinia y la integración de los vadinienses en el marco de la
administración romana
Partimos, por tanto, del hecho de que los vadinienses constituyen un grupo de
población cántabra, del que únicamente tenemos noticias como civitas a partir del año 160
d.C., tanto por las indicaciones de Ptolomeo22 como por el conjunto de inscripciones
mencionado más arriba, aparecido a ambos lados de la Cordillera Cantábrica; en muchas
de ellas aparece reseñado el cognomen Vadiniensis (generalmente en forma abreviada:
Va., Vad.) como indicativo de la civitas a la que pertenecerían dichas personas23.
Con estas premisas la creencia más generalizada es la de que los vadinienses serían
originarios del norte de la Cordillera, siendo la acción romana la causante de su
desplazamiento hasta el nordeste de León y el oeste de Palencia como consecuencia del
proceso de asentamiento de las poblaciones indígenas septentrionales en las zonas más
llanas propiciado por Augusto y sus generales a la finalización de las guerras astur-
cántabras24.
Sin embargo, el análisis llevado a cabo por parte de Mª C.González y J.Santos
parece indicar que los restos epigráficos más antiguos corresponden a la zona sur de la
Cordillera (hacia donde teóricamente habrían sido desplazados los vadinienses
transmontanos), lo que nos permite pensar que la expansión (si es que realmente se debió a
un motivo de fuerza) no se muestra tan clara en la dirección norte-sur, pudiendo haberse
producido en la dirección sur-norte (o con grupos de población a uno y otro lado de la
Cordillera al margen de la acción directa de los romanos)25.
22 Tablas geográfico-históricas II.6.50, donde menciona a Vadinia entre las 8 póleis de los cántabros. 23 En este sentido tal vez el documento más significativo sea el hallado en Pedrosa del Rey (ver Mª C.González, Los astures y los cántabros vadinienses. Problemas y perspectivas de análisis de las sociedades indígenas de la Hispania indoeuropea, Vitoria 1997, pp.96ss.), en la que aparece registrado un cives Vadiniensis. 24 Floro, Compendio de historia romana II.33.59-60. Para más detalles sobre estas cuestiones remitimos, entre otros, a N.Santos, El ejército y la romanización de los astures, Oviedo 1981, pp.56-58. 25 J.Santos, "Ciudad y ciudadanos entre los cántabros en época romana", Regio Cantabrorum, Santander 1999, p.292.
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La amplitud geográfica que nos ofrece la epigrafía vadiniense se vincula
indudablemente con el tipo de organización económica que caracterizaba a dichas
comunidades: las condiciones edafológicas, climáticas y de vegetación condicionarían una
economía basada en la ganadería extensiva, complementada a su vez con un sector
agrícola de autosubsistencia, unido a ciertas actividades mineras.
Dentro de este sector ganadero hemos de destacar precisamente la presencia de los
caballos (los famosos asturcones), tantas veces mencionados por los autores grecolatinos26:
además de su presencia en las inmolaciones que acompañaban a las celebraciones rituales,
hallamos reseñado este hecho en la mal llamada diadema de Ribadeo (las últimas teorías
emplazan su origen en la localidad de Mones, concejo de Piloña)27.
En relación con este hecho se ha llegado a pensar en la posible existencia de un
dios-caballo entre estas comunidades de la Meseta y el Norte peninsular, o, cuando menos,
de un emblema protector de tales equinos, que hay que considerar quizás como "un
símbolo divino y protector de aquellos pueblos pastores seminómadas"28.
Dicho panorama se completa con la realización de actividades de rapiña cada cierto
tiempo (lo que se traduciría en incursiones sobre territorios cerealistas emplazados más al
sur), lo que algunos historiadores antiguos29 consideración como motivo suficiente (casus
belli) para entrar en combate contra cántabros y astures.
Por esas connotaciones de su economía ganadera se piensa que la vida de los
vadinienses estaría caracterizada por un nomadismo o seminomadismo30; no obstante, los
restos materiales de la zona por ellos habitada únicamente nos permiten hablar de
26 Entre otros Plinio el Viejo (Historia Natural 8.166), Marcial (14.199), Séneca (Cartas 87.10), Silio Itálico (Punica 3.334) y Suetonio (Vida de Nerón 46). Cf. J.M.Blázquez, "La economía ganadera de la España antigua a la luz de las fuentes literarias griegas y romanas", Emerita 25 (1957) 171-173. 27 N.Santos, Asturias, los astures y la cultura castreña, Oviedo 2006, pp.161-162. 28 C.García Merino, Población y poblamiento en la Hispania romana. El conventus cluniense, Valladolid 1975, p.27. 29 Por ejemplo Floro (Compendio de Historia romana II.33.46-47). 30 A.Barbero y M.Vigil, Sobre los orígenes sociales de la Reconquista, Barcelona 1974, p.156.
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trashumancia de montaña, con desplazamientos estacionales vinculados a la rotación de los
pastos31.
En consecuencia resulta sumamente difícil la localización del centro urbano (y
administrativo-territorial) de Vadinia y mucho más todavía definir cuál sería su estatuto
jurídico: en realidad parece haberse tratado de una comunidad indígena que recibiría su
privilegio municipal (y en consecuencia su conversión en civitas) a partir de la época de
los Flavios, sin que ello significase que sus formas de vida se modificasen sustancialmente
con respecto a su tipo de organización anterior a la presencia romana.
Ahora bien, al igual que sucede con otras muchas civitates clásicas existentes en el
territorio de las provincias romanas, los investigadores han tratado de hallar en el caso de
Vadinia un núcleo central o capital que debería cumplir las funciones propias del centro
político-administrativo (e igualmente económico y religioso) de la ciudad; en este sentido,
de la misma manera que, tras el análisis de las dos épocas que nos marca el pacto de los
zoelas (CIL II.2633), se había constatado ya el hecho de que, para otras zonas del Norte
peninsular32, no todas las civitates antiguas contaban con un centro político-administrativo
urbanizado, puesto que su función básica y principal no se centraba en la mayor o menor
urbanización del mismo sino en su carácter de núcleo económico, administrativo-territorial
e incluso religioso, una situación similar es la que encontramos en el caso de Vadinia.
Por todo ello parece lógico pensar que la administración romana, tras dar por
finalizadas las últimas escaramuzas de las poblaciones septentrionales hispanas33,
establecería en dicho territorio su modelo administrativo de la civitas, incluyendo los
31 A.Tranoy, La Galice romaine. Recherches sur le Nord-ouest de la Péninsule Ibérique dans l´Antiquité , París 1981, pp.155-156. Cf. igualmente M.G.Martínez, "Los vadinienses", BIDEA 117 (1986) 125ss., y J.M.Novo, Los pueblos vasco-cantábricos y galaicos en la Antigüedad tardía. Siglos III-IX, Alcalá de Henares 1992, pp.118-120. 32 J.Santos, Comunidades indígenas y administración romana en el Norte peninsular, pp.71ss., y de manera especial el cuadro de la p.90. 33 Sabemos que en tiempos de Nerón tuvo lugar una, al parecer última, sublevación de los astures (CIL XI.395 = ILS 2648). Cf. N.Santos, Asturias hasta la época medieval, Madrid 1996, p.63 (traducción de dicho documento epigráfico en pp.220-221).
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enclaves geográficos en que las comunidades indígenas no habían sobrepasado en su
organización las formas prepolíticas.
Esa es la situación que parece corresponder a la civitas de Vadinia: el suelo
habitado por la población de los vadinienses, una vez finalizados los enfrentamientos
bélicos, sería estructurado como civitas, una de tantas civitates estipendiarias del Imperio
romano, sin necesidad de contar con un centro de población que dispusiese de todos los
edificios públicos concomitantes a una ciudad romana.
Como consecuencia de ello, aun cuando dicho territorio fuese bastante amplio (de
acuerdo con lo que nos documenta el área de dispersión de las inscripciones), los
habitantes del mismo se integrarían en una sola comunidad política (Vadinia), con
vínculos muy estrechos entre sí34.
34 Tal vez la capital de los vadinienses en época antigua tenga que ser identificada con la actual población de Benia de Onís.
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LA EFÍMERA PUJANZA DE LA CONFEDERACIÓN
NACIONAL DEL TRABAJO (CNT) EN BARCELONA
DURANTE LA TRANSICIÓN
FRANCISCO GAGO VAQUERO1
Tras la muerte del dictador el veinte de noviembre de 1975, las organizaciones
sindicales, hasta entonces ilegales, empezaron a reconstruirse, paulatinamente, en
territorio español, aprovechando la tolerancia relativa del nuevo período histórico (tras
la entronización del rey Juan Carlos I como nuevo jefe del Estado, el veintidós de
noviembre de 1975).
La implantación obtenida por la CNT en la provincia de Barcelona fue muy
superior a la obtenida en cualquiera de las otras cuarenta y nueve provincias,
disputándole la hegemonía sindical en esta provincia catalana a Comisiones Obreras
(CCOO) y a la Unión General de Trabajadores (UGT) entre 1976 y 1978.
Entre las principales manifestaciones de la vitalidad cenetista en la provincia de
Barcelona durante este período se pueden resaltar las siguientes:
1ª Mitín de Mataró (30 de octubre de 1976). Primer mitin de la CNT en España
desde 1939.
2ª Mitín de Montjuich del dos de julio de 1977. La más espectacular
manifestación de pujanza cenetista y libertaria durante la transición.
3ª Jornadas libertarias internacionales en Barcelona (del 22 al 25 de julio de
1977).
4ª Primera huelga de gasolineros en Barcelona durante la transición. 1977.
1 Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Autónoma de Madrid. Doctorando en Historia contemporánea por la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
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5ª Segunda huelga de gasolineros en Barcelona. 1978.
Mitin de Mataró (30 DE OCTUBRE DE 1976). Primer mitin de la CNT en
España desde 1939
La propuesta de realizar un acto multitudinario para dar a conocer el
resurgimiento confederal partió de la Federación Local de Mataró (Barcelona). El acto
se realizó en el Pabellón Municipal de Deportes de dicha ciudad, el cual se llenó en su
totalidad por un público fervoroso y expectante2.
Acudieron al acto muchos exiliados provenientes de los más diversos puntos del
globo terráqueo (México, Suiza, Francia, Inglaterra, etc.). Acudió un representante del
Secretariado Intercontinental de la CNT de España en el exilio, residente en Toulouse.
Presidió el acto la hija de Joan Peiró (exmilitante de la CNT, nacido en Mataró, que fue
ministro de Justicia en el segundo gobierno de Largo Caballero en el bando republicano,
durante la guerra civil española, y que posteriormente fue condenado a muerte y
ejecutado por el régimen franquista). El acto contó con manifestaciones de apoyo de
numerosos grupos de la oposición: CDC (Convergencia Democrática de Cataluña), PSC
(Partido Socialista de Cataluña), UGT (Unión General de Trabajadores) catalana, FAI
(Federación Anarquista Ibérica) catalana, la AIT (Asociación Internacional de
Trabajadores) o FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico).
Abundante presencia de público joven en el acto junto a veteranos ilustres. El
acto se inició a las seis de la tarde, presentado por un militante de Badalona, Fernando
2 La prensa en general se hizo eco del acto de Mataró, sobre todo la prensa libertaria (también la de “centro” e “izquierda”). En cuanto a la prensa general se puede mencionar. Corresponsal de Diario 16 en Barcelona: “Cataluña. Primer mitin de la CNT”, Diario 16 , Madrid, lunes 1 de noviembre de 1976, p. 7. También en Agencia Logos. “Primer mitin de la CNT en Cataluña después de la guerra”, El País, Madrid, martes 2 de noviembre de 1976, p. 45. En cuanto a la prensa libertaria se puede mencionar: “Primer mitin de la CNT en Cataluña”, Solidaridad Obrera, Barcelona, noviembre de 1976, p. 9. También en Agencia Tele-Express: “Después de la Felguera el destape se afirma. Más de 4000 personas asisten al mitin de la CNT en Mataró”, El Combate Sindicalista, París (Francia), 11 de noviembre de 1976, p. 3. A nivel bibliográfico, Joan Zambrana: La alternativa libertaria, Badalona (Barcelona), 2000, pp. 79 a 82.
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Ramos Hernández, quien recordó a los cenetistas caídos y a los encarcelados por
motivos políticos o sindicales. El primer orador fue Pedro Díaz Vallmitjana de
Badalona. Después intervino un obrero despedido de la empresa Motor Ibérica,
explicando su versión de la situación de la empresa. Más tarde tomó la palabra un
obrero huelguista de la empresa Cortex, S.A. de Badalona. Le sucedió un militante
barcelonés, Josep Costa Font.
La voz femenina en el mitin la puso Berta Aguilera, exiliada en Suiza, desde
donde se desplazó, quien destacó el papel de la mujer en la lucha obrera y a favor de la
causa libertaria. El siguiente orador fue Antonio Delgado, de Mataró. Posteriormente,
intervino un obrero vasco de la construcción que se ganó las simpatías de un público
mayoritariamente catalán.
La intervención más polémica fue la del secretario general del Comité Regional
de Cataluña, Luis Edo, quien dedicó un homenaje a los militantes obreros de Mataró,
especialmente a Joan Peiró, saludó a todos los sindicatos de la localidad, calificó de
terrorismo económico la fuga de capitales y denunció el “pacto social” por parte del
gobierno. Cuando se manifestó partidario de la Alianza Sindical Obrera de Cataluña
(entre las centrales sindicales CNT, UGT y SOC) se escucharon abucheos y silbidos de
desaprobación por parte de los espectadores que eran contrarios a dicha alianza (la cual
no había sido discutida todavía por la base confederal).
El último en intervenir fue Ramón Liarte, ex secretario de las Juventudes
Libertarias de Cataluña que venía desde Toulouse, quien denunció la asistencia al acto
de agitadores. Atacó al Partido Comunista al que calificó de “maldito”, recibiendo
entonces una gran ovación. Afirmó que había hablado por teléfono con Federica
Montseny (veterana militante de la CNT de España en el exilio, residente en Francia, la
cual fue ministra de Sanidad durante el segundo gobierno presidido por Largo Caballero
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en el bando republicano durante la guerra civil), la cual se excusó de no poder asistir al
acto por razones de salud pero mandaba un saludo a todos los asistentes, especialmente
a los más jóvenes).
El acto concluyó con gritos de “¡Viva el anarquismo!” y con la canción “¡A las
barricadas!”. La duración del evento fue de dos horas y al terminar el acto hubo abrazos
y saludos pero también fuertes discusiones sobre los temas tratados (especialmente en lo
referente al tema de la Alianza Sindical Obrera Catalana).
Mitin de Montjuich del dos de julio de 1977. La más espectacular
manifestación de pujanza cenetista y libertaria durante la Transición
El sábado dos de julio de 1977 por la tarde se celebró en el parque de Montjuich
un multitudinario mitin de la Confederación Nacional del Trabajo. La cantidad de
público asistente se estima entre 100.000 y 150.000 personas. La mayoría de los
presentes eran catalanes aunque hubo representantes de todas las regiones españolas y
del exilio. Se alzó una monumental tribuna en lo alto del parque desde donde hablaron
los distintos oradores y que al final del mitin fue utilizada por conjuntos musicales que
dieron sus conciertos3.
El primer orador en intervenir fue Enric Marcos, secretario del Comité Regional
de Cataluña, quien pidió la libertad de todos los presos políticos. Afirmó: “Estamos
aquí para demostrar que no desaparecimos y que no desapareceremos jamás”.
Mientras tanto el público no cesaba de corear consignas como “El pueblo, unido, jamás
3 La referencia al acto en la prensa general de ámbito nacional es más bien escasa teniendo en cuenta el número de participantes en el mismo (tal vez por las fechas estivales o por el boicot premeditado hacia la CNT y el movimiento libertario español). Se puede citar: Enrique Canals, Barcelona: “Gigantesco mitin de la CNT en Barcelona, Cien mil personas, en el parque de Montjuich” en El País, Madrid, domingo 3 de julio de 1977, p. 1. También en “La CNT renace”, revista Triunfo, Madrid, sábado 9 de julio de 1977, p. 17. Dentro de la prensa confederal: “Mítines en Barcelona y León” en CNT, julio de 1977, p. 6. A nivel bibliográfico, Juan Gómez Casas: Relanzamiento de la CNT 1975-1979, Móstoles (Madrid), 1984, pp. 76, 77 y 78. En Joan Zambrana: La alternativa libertaria, Badalona (Barcelona), 2000, pp. 139, 140 y 141.
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será vencido”, “Amnistía total”, “Sí, sí, sí, libertad”; “Presos a la calle, comunes
también”.
En segundo lugar intervino el veterano militante José Peirats, cuya intervención
suscitó gran polémica una vez terminado el acto. Criticó al nacionalismo y al
autonomismo defendiendo el principio libertario del municipio libre como unidad
territorial básica. Reclamó los municipios libres como alternativa a los estatutos
regionales. Manifestó el rechazo libertario a los nacionalismos excluyentes y a la
existencia de fronteras, afirmando, por el contrario, el internacionalismo y el
universalismo (“nuestra patria es el mundo y nuestra familia la humanidad”). Al día
siguiente la Regional catalana de la CNT se desmarcó de las palabras de Peirats
asegurando que lo que el veterano militante había manifestado era solamente su opinión
personal.
En tercer lugar habló Federica Montseny (otra veterana militante cenetista en el
exilio, exministra de Sanidad de la República durante la guerra civil, representaba al
sector más ortodoxo del exilio cenetista representado por el Secretario Intercontinental
que estaba enfrentado con el sector más moderado representado por la Comisión
Relacionadora y que tenía como figura más destacada a José Peirats; Federica Montseny
y José Peirats no llegaron a saludarse en ningún momento durante el mitin) quien refirió
el excesivo costo de las pasadas elecciones políticas, manifestó que “la carne de
diputado había resultado muy cara”, y que cada diputado venía a costar a la clase
trabajadora un millón de pesetas. Atacó el pacto social afirmando que la CNT era la
única organización en quien podían confiar los trabajadores para su defensa. Manifestó
que si la CNT no existiera, habría que inventarla. Se mostró favorable a la creación de
una Federación de Autonomías Ibéricas. Recordó que en la montaña de Montjuich
habían sido ejecutados ilustres anarquistas. Criticó a las centrales sindicales vinculadas
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a partidos políticos, afirmando que estos eran un freno para las aspiraciones
revolucionarias proletarias. Atacó al Partido Comunista de España y a su secretario
general, Santiago Carrillo, del que dijo que “es más monárquico que los monárquicos.
Si esto es eurocomunismo, que me cuelguen”.
En cuarto lugar intervino Juan Gómez Casas, secretario nacional de la CNT,
quien pidió la libertad para los presos cenetistas y libertarios. Acusó a las centrales
sindicales dependientes de partidos políticos (se sobreentendía que la alusión iba
dirigida a UGT y CCOO fundamentalmente) de reventadoras de huelgas generales
durante el período electoral (aludió a lo ocurrido en Asturias, País Vasco, Madrid y
Mallorca).
En quinto lugar intervino Fernando Piernavieja, en representación de la regional
andaluza, quien manifestó que la sociedad burguesa, clasista, capitalista y estatista era
una gigantesca cárcel y que todos necesitabamos amnistiarnos a nosotros mismos.
Cerraron el acto Antonio Morales y el secretario de la Federación Local de Barcelona.
Sonaron los himnos confederales por los altavoces en medio de la emoción de la
multitud congregada en el parque de Montjuich. En el acto estuvieron presentes
banderas negras anarquistas, las rojinegras anarcosindicalistas así como banderas
representativas de distintas comunidades autónomas (incluídas “ikurriñas”, banderas
autonómicas vascas) pero no había “senyeras” (banderas autonómicas catalanas).
En cuanto al comunicado hecho público por la regional catalana de la CNT al día
siguiente del mitin de Montjuich desmarcándose de las palabras de José Peirats en los
referente a la “cuestión nacional” venía a manifestar lo siguiente: “…que la CNT de hoy,
no confunde los conceptos de Nación y Estado, y mientras rechaza este último por ser
un instrumento de opresión al servicio de la clase dominante, la nación es un conjunto
de hombres y mujeres con voluntad de ser, es una comunión lingüística y cultural que
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la define etnológicamente como entidad natural y que, por lo tanto, debemos potenciar
al máximo…Nuestro objetivo es la confraternidad universal, la convivencia pacífica de
todas las culturas y el respeto mutuo de las características diferenciales de cada
nación”4.
Jornadas libertarias internacionales en Barcelona (del 22 al 25 de julio de
1977)
El número de visitantes y participantes a las Jornadas Libertarias Internacionales
barcelonesas rondó las 600.000 personas. La mayoría procedían de Cataluña, aunque
hubo mucha gente del resto de España y de diversos países europeos. Parece ser que la
idea de organizar las jornadas partió de una serie de artistas que estaban vinculados al
Sindicato de Espectáculos de la CNT de Barcelona y al Salón Diana (Juan José
Puigcorbé, Carlos Lucena, Mario Gas, Francesc Bellmunt, etc.). Estos artistas llamaron
al Comité Regional de Cataluña de la CNT para que les ayudara a organizar un acto que
pretendía ser de gran calado y repercusión. El Comité Regional catalán aceptó el reto y
arrastro tras de sí a toda la CNT a nivel nacional. De esta forma se constituyó el Comité
CNT-Pro Jornadas Libertarias Internacionales. Se eligió como escenario para el
acontecimiento el Parque Güell y el Salón Diana.
Al acto fueron invitados un gran número de artistas e intelectuales de tendencia
antiautoritaria y libertaria: Jean Paul Sartre, Fernando Savater, Daniel Guerin, Gaston
Leval, Federica Montseny, José Peirats, George Moustaki, Leo Ferré, Agustín García
Calvo, Costa-Gavras, Jean Luc Goddard, Abel Paz, Daniel Cohn Bendit, Joan Baez,
Fernando Arrabal, Ionesco, Noam Chomsky, Emma Cohem, Fernando Fernán Gómez,
Vicente Aranda, Luis García Berlanga, etc.
4 La cita pertenece al citado libro de Joan Zambrana: La alternativa libertaria, Badalona (Barcelona), 200, p. 141.
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En el Salón Diana se celebraron los debates generales, que fueron los siguientes:
El día 22 a las cuatro de la tarde “Valoración de la práctica libertaria internacional desde
1936”. El día 23 a la misma hora: “El marxismo y el anarquismo ante las cuestiones del
Estado y la política”. El día 24, también a las cuatro de la tarde, “Movimiento libertario
y organización”. Por último, el día 25, a la misma hora, “Crítica de la sociedad
industrial y alternativas”, donde se defendió el modelo de la autogestión y la solidaridad
como piedras angulares de la nueva sociedad. El Salón Diana se quedó pequeño ante la
avalancha de público que quería asistir a los debates, especialmente al del día 23. De
esta forma, se llegaron a organizar debates paralelos en el Sindicato de Espectáculos de
la CNT en Barcelona.
En el Parque Güell se organizaron actos culturales pero con un carácter más
lúdico: conciertos de rock, cine, teatro, exposiciones, coloquios, revistas, folletos, etc..
Todo ello acompañado por música, bebida y un ambiente de alegría generalizada.
Se llevaron a cabo numerosas mesas redondas en distintos lugares de Barcelona
donde se trataron numerosos temas de interés para los libertarios, entre ellos: la
autogestión, el antimilitarismo, el antiautoritarismo, el ecologismo, las prácticas
sexuales, el feminismo, la enseñanza y la educación, el tiempo libre, el trabajo, etc.
Fueron numerosos los cantantes que intervinieron para amenizar los actos, casi
todos ellos pertenecientes a lo que se venía en llamar como canción-protesta: José
Antonio Labordeta, Triana, Luis Pastor, Marina Rosell, Sisa, Ramón Muns, Pau Riba,
Els Pavesos, José Afonso, Pablo Guerrero, La Banda, Orquesta Platería, Trapera del
Río, Daniel Viglietti, Ángel Villalba, etc.
Con motivo de estas Jornadas Libertarias Internacionales se publicó el periódico
“Barcelona Libertaria” que se distribuía en diferentes puntos de la provincia
barcelonesa. Llegó a tener una tirada media de 40.000 ejemplares. Su función era
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informar sobre los actos que estaban proyectados y dar noticias sobre lo que ocurría
durante las Jornadas.
La participación cenetista en estas Jornadas pretendía manifestar el carácter
internacionalista y globalista de la revolución preconizada por la CNT, que desbordaba
ampliamente el ámbito laboral y económico propio de una central sindical, pretendiendo
abarcar todas las facetas de la vida humana bajo una perspectiva ácrata y humanista5.
La prensa de ámbito nacional escrita en Madrid se hizo escaso eco de las
jornadas libertarias barcelonesas. En los diarios ABC y El País no se hace mención de la
efemérides. Diario 16 sí se hace eco del acontecimiento, por parte de Alda Viale, pero
dándole una interpretación negativa a la mayoría de los hechos que allí tuvieron lugar y
con una visión llena de prejuicios esteriotipados y tópicos6.
Para la tal Alda Viale los libertarios que asitían a las Jornadas eran unos
barbudos, descamisados, desmadrados, libertinos, amorales, indios metropolitanos,
“stripers”, calificaba a los símbolos ácratas de “chucherías libertarias” y mostraba una
especial fijación por las manifestaciones de Daniel Cohn Bendit (el “Daniel el Rojo” del
mayo del 68 francés).
Los participantes en las jornadas se desplazaban con frecuencia desde el Parque
Güell al Salón Diana y desde el Salón Diana al Parque Güell, que estaban separados por
una distancia de unos diez kilómetros. La policía llegó a intervenir lanzando pelotas de
goma contra la concurrencia en el Salón Diana, aunque los incidentes no pasaron a
mayores.
5 Entre las publicaciones libertarias se pueden encontrar numerosos ecos de lo ocurrido en las Jornadas Libertarias barcelonesas. Así en “Barcelona libertaria”, CNT, número 8, septiembre de 1977, p. 3. A nivel bibliográfico libertario el libro ya citado de Joan Zambrana: La alternativa libertaria, pp. 142 a 148, Badalona (Barcelona), 2000. También en el mencionado libro de Juan Gómez Casas: Relanzamiento de la CNT, 1975-1979, pp. 79 a 82, Móstoles (Madrid), 1984. 6 Alda Viale: “Jornadas Libertarias de Barcelona. Cohn Bendit: Carrillo no es un revolucionario” en Diario 16, Madrid, Sábado 23 de julio de 1977, p. 24. Alda Viale: “El desmadre de la Barcelona libertaria”, Ibídem, Madrid, lunes 25 de julio de 1977, p. 24.
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El ambientes de optimismo que se vivió en esos días de finales de julio de 1977
en Barcelona no iba a tener la continuidad y repercusión esperada, por los propios
libertarios, como un modo de relanzar las ideas ácratas siguiendo el ejemplo del mayo
del 68 francés (España en general y Barcelona en particular no pudieron vivir un mayo
del 68 revolucionario por la actuación de la policía franquista).
Primera huelga de gasolineras en Barcelona durante la Transición (1977)
Los trabajadores del sector de gasolineras de la provincia de Barcelona se
reunieron en asamblea en julio de 1977 para analizar el convenio del sector. Hacía sólo
dos meses que los sindicatos habían sido legalizados y los trabajadores del ramo estaban
en pleno período de sindicación. En una segunda asamblea del sector se eligió una
comisión compuesta por doce miembros con mayoría cenetista (siete de CNT, dos de
UGT, dos de CCOO y un independiente) encargada de estudiar un borrador de
plataforma de convenio para la provincia de Barcelona. El 30 de agosto de 1977 se
reunió una Asamblea de Gasolineros donde se aprobó por mayoría absoluta la
plataforma reivindicativa.
En la plataforma reivindicativa de los gasolineros se pedía un salario de mil
pesetas diarias (hasta ese momento el salario era de 458 pesetas al día). La propuesta de
los trabajadores fue totalmente rechazada por la patronal del sector. Ante esta actitud,
los gasolineros decidieron, el 28 de septiembre de 1977, convocar una huelga de
carácter indefinido. Ante esta postura de fuerza los empresarios aceptaron la
negociación, proponiendo una subida salarial máxima que alcanzaría las setecientas
pesetas diarias. Durante el transcurso de estas negociaciones, representantes de CCOO
intentaron negociar con la patronal a espaldas de la Asamblea de Gasolineros. Esta
última decidió entonces rebajar sus peticiones a novecientas pesetas diarias mientras la
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patronal se negaba a subir de setecientas. Entonces, los gasolineros deciden convocar
una huelga legal, indefinida, a partir de las seis horas del veintiuno de octubre (el once
de octubre se presentó a Delegación de Trabajo la petición de huelga legal).
Las peticiones planteadas por lo gasolineros de la provincia de Barcelona
superaban con creces las de los gasolineros del resto de España, lo cual era justificado
por la Asamblea de Trabajadores en razón al mayor coste de la vida en Barcelona. La
única central sindical que apoyó incondicionalmente las reivindicaciones obreras y la
declaración de huelga fue la CNT (que era mayoritaria en el sector). En medio de la
tensión generada por la convocatoria de huelga indefinida se iba a producir un incidente
que iba a caldear aún más el ambiente. El jueves veinte de octubre unos desconocidos
asaltan el local de la Federación de Barcelona de la CNT, sito en el número tres de la
Plaza Real, robando de la caja fuerte una cantidad superior a sesenta mil pesetas.
Paralelamente, en una reunión celebrada el jueves veinte de octubre en los locales del
Sindicato de Transporte de la CNT barcelonesa la Asamblea de Gasolineros ratificó su
decisión de ir a la huelga a partir del día siguiente. En la reunión se tomó la decisión que
mientras durase la huelga sólo se despacharía gasolina a vehículos oficiales (Policía
Urbana, Guardia Civil, Policía Armada, bomberos, ambulancias y vehículos en
servicios urgentes, desde accidentes a partos).
Ante el anuncio de convocatoria de huelga por parte de la Asamblea de
Gasolineros, a partir del veintiuno de octubre, el día anterior al inicio de la misma se
produjo una avalancha de coches en todos los puntos de venta de gasolina de la
provincia barcelonesa, con un incremento de las ventas de gasolina en un 60 por 100 y
un aumento del número de automóviles que repostaban en un 40 por 100. Se dio el caso
de que tres surtidores de gasolina, administrados directamente por CAMPSA, intentaron
boicotear la huelga y hacer negocio a costa de los demás puestos de venta, pero los
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huelguistas decidieron crear piquetes de control. La CNT denunciaba, asimismo, que
miembros del comité de huelga habían recibido anónimos amenazándoles de muerte.
A partir de las seis de la mañana del viernes veintiuno de octubre de 1977 los
dos mil trescientos gasolineros de Barcelona y provincia llevaron a la práctica la
convocatoria de huelga, afectando a doscientas cincuenta estaciones de servicio. El
seguimiento del paro alcanzó el cien por cien en la capital y el noventa por cien en la
provincia. Durante el primer día de huelga fueron detenidos tres miembros de los
piquetes informativos, uno en Barcelona y dos en Vilanova i la Geltrú, los cuales
recobraron la libertad dos horas después. Según el Sindicato de Transportes cenetista los
piquetes informativos estaban integrados sólo por dos o tres miembros; el mismo
Sindicato se quejaba del exhaustivo despliegue policial en torno a las gasolineras. La
policía armada hizo acto de presencia en las estaciones de servicio; vehículos de las
fuerzas del Orden Público se encargaron de escoltar a los camiones de CAMPSA que
llevaban combustible a las gasolineras y a los surtidores de la compañía (a excepción de
los surtidores de CAMPSA, las cubas con gasolina tenían que regresar a sus lugares de
origen por no encontrar personal que se hiciera cargo de las mismas).
La Delegación de Trabajo de Barcelona intentó reiniciar las conversaciones entre
empresarios y trabajadores. El paro no afectó a los vehículos oficiales, ambulancias y
coches de bomberos. Entre las reivindicaciones obreras se incluía también la absorción
de los desempleados del sector a base de que cada estación de servicio contratase a dos
parados. En la localidad de Igualada se produjeron incidentes cuando la Guardia Civil
presionó a los trabajadores de las estaciones de servicio para que sirvieran al público,
entonces los huelguistas optaron por abandonar sus puestos de trabajo7.
7 El eco en la prensa nacional de información general de la huelga de gasolineros de Barcelona fue extenso y exhaustivo. Se puede mencionar: “Los empleados de gasolineras pueden ir a la huelga. Comenzaría el día 21 con carácter indefinido” en ABC, Madrid, martes 11 de octubre de 1977, p. 56. Barcelona, 17, Europa-Press: “Para el próximo día 21: Convocatoria de la huelga legal de gasolineras en
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El veintidós de octubre se celebró una nueva reunión, entre los representantes de
los trabajadores y la Patronal, que acabó en un fracaso rotundo evidenciándose el
alejamiento entre ambas posturas. La tensión llegó a tal punto que los empresarios
llegaron a manifestar que de persistir la misma situación no tenían inconveniente en
ceder el servicio al Estado, “pero no a la CNT”. Por su parte, el Sindicato de
Trabajadores Autónomos del Taxi, de Cataluña, consiguió, tras negociar con CAMPSA,
el Ayuntamiento de Barcelona y el Gobierno Civil, que se establecieran tres puntos de
distribución de gasóleo exclusivamente destinados para los auto-taxis. La patronal hizo
una oferta de treinta mil pesetas extras que fue rechazada por los representantes de los
trabajadores, puesto que era un dinero que no figuraría en la nómina oficial. Los
empresarios se reafirmaban en su oferta de pagar doscientas pesetas por cada hora extra,
quince pesetas por cada servicio y coche lavado o engrasado y treinta por camiones;
asimismo ofrecían una gratificación de cien pesetas diarias a los expendedores que
después de su jornada se comprometiesen a realizar la liquidación y un premio a la
Barcelona”, Ibídem, Madrid, martes 18 de octubre de 1977, p. 23. Barcelona, 20, Europa-Press: “Asaltan los locales de CNT en Barcelona”, Ibídem, Madrid, viernes 21 de octubre de 1977, p. 16. Barcelona, 21, resumen de agencias: “Huelga total de gasolineras en Barcelona”, Ibídem, Madrid, sábado 22 de octubre de 1977, p. 16. Barcelona, 22, Europa-Press: “No se vislumbra una solución a la huelga de trabajadores de gasolineras en Barcelona”, Ibídem, Madrid, domingo 23 de octubre de 1977, p. 12. Europa-Press: “Huelga de gasolineras: Algunos empresarios barceloneses, dispuestos a negociar”, Ibídem, Madrid, martes 25 de octubre de 1977, p. 21. Barcelona, Agencias: “Para que estudien las propuestas de los empresarios. Llamamiento de la CONC a los trabajadores de las gasolineras”, Ibídem, Madrid, miércoles 26 de octubre de 1977, p. 18. Barcelona, Agencias: “Ayer se firmó el acuerdo en el Gobierno Civil. Terminó la huelga de las gasolineras en Barcelona”, Ibídem, Madrid, jueves 27 de octubre de 1977, p. 7. Barcelona, 21, Diario 16: “Ayer se agotó el carburante en toda la provincia. Huelga total de gasolineras en Barcelona” en Diario 16, Madrid, viernes 21 de octubre de 1977, p. 8. Barcelona, 22, corresponsal Diario 16: “Trabajadores y empresarios comienzan las negociaciones. Barcelona: Huelga total en las gasolineras”, Ibídem, Madrid, sábado 22 de octubre de 1977, p. 7, Barcelona, 24, Diario 16 y Agencias: “El conflicto de las gasolineras entró en su cuarto día. La huelga paraliza Barcelona”, Ibídem, Madrid, lunes 24 de octubre de 1977, p. 8.Barcelona, 25, resumen de agencias: “Barcelona: Mientras la huelga sigue. Empresarios de gasolineras: Piden mayores beneficios”, Ibídem, Madrid, martes 25 de octubre de 1977, p. 9. Barcelona, 26, corresponsal Diario 16: “Barcelona: Seis Días sin gasolina, CNT: La huelga será indefinida”, Ibídem, Madrid, miércoles 26 de octubre de 1977, p. 11. Barcelona, 27, Diario 16: “Barcelona: Tras aceptar una disposición gubernativa. Finalizó la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, jueves 27 de octubre de 1977, p. 9. Enric Canals, Barcelona: “Huelga de gasolineras en Barcelona”, El País, Madrid, sábado 22 de octubre de 1977, p. 41, Enric Canals, Barcelona: “El Ministerio del Interior ordena su apertura. Barcelona continúa sin servicio de gasolineras”, Ibídem, Madrid, domingo 23 de octubre de 1977, p. 28. Enric Canals, Barcelona: “Vuelta al trabajo en las gasolineras de Barcelona y su provincia”, Ibídem, Madrid, jueves 27 de octubre de 1977, p. 45.
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jubilación consistente en una mensualidad por diez años de servicio hasta llegar a cuatro
mensualidades por veinticinco años de servicios. Pero estas ofertas empresariales
estaban muy lejos de colmar las aspiraciones de los trabajadores. El abogado de la
Asociación Provincial de Estaciones de Servicio afirmaba que los empresarios estaban
ofreciendo el máximo de lo que podían ofrecer económicamente hablando, para ello
apelaba a un estudio elaborado por la empresa de estadística Metraseis, sin embargo el
tiempo iba a demostrar que la patronal podía dar bastante más de lo que estaba
ofreciendo.
También se quejaban los empresarios de estaciones de servicio de estar
recibiendo constantes amenazas de muerte. Asimismo, denunciaban la actitud coactiva
de los piquetes que obligaban a continuar la huelga a los trabajadores que querían
reemprender su labor debido a la insuficiente protección policial.
La huelga consiguió reducir notablemente la densidad del tráfico rodado en la
provincia de Barcelona (lo cual trajo como consecuencia positiva la disminución de la
contaminación barcelonesa).
Las diferentes regionales de la CNT se solidarizaron con la postura adoptada por
sus correligionarios barceloneses, manifestando que como trasfondo de dicha actitud se
situaba el rechazo cenetista al Pacto de La Moncloa.
El veinticinco de octubre algunos empresarios barceloneses de gasolineras
manifestaban que estarían dispuestos a acceder a las peticiones de los empleados si el
Gobierno aumentaba en quince céntimos por litro el beneficio que la gasolina dejaba a
los empresarios del sector de estaciones de servicio; según sus cálculos ellos percibían
hasta entonces 1,55 pesetas por cada litro de gasolina, cantidad que querían aumentar
hasta 1,70 si el Gobierno aceptaba su propuesta; de esta forma el Gobierno dejaría de
percibir 195 millones de pesetas anuales. El día anterior la asamblea de trabajadores dio
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un voto de confianza a la comisión deliberadora del convenio para que pudiera llegar a
un acuerdo con la patronal sin necesidad de tener que convocar antes a la asamblea
general del ramo. El lunes 24 de octubre llegaba la huelga a su cenit al conseguir un
seguimiento del cien por cien en la capital y del 97% en la provincia. La CNT
condenaba la actitud llevada a cabo por algunos patronos de cerrar sus gasolinerías, con
lo que impedían a sus empleados hacer frente a los casos de urgencia que se
presentasen. Denunciaba la CNT, también, la actitud de CAMPSA por haber puesto en
funcionamiento unas bombas móviles de expedición de gasolina que no reunían las
mínimas condiciones preventivas al carecer de válvulas de seguridad de los gases8.
El martes veinticinco de octubre CCOO convocaba a los trabajadores a volver al
trabajo y a servir de puente entre el Gobierno Civil y la CNT para llegar a un acuerdo.
Al parecer, ciertos garajes de Barcelona conseguían distribuir algo de gasolina así como
en ciertos puestos improvisados por CAMPSA, donde las colas eran inmensas.
Finalmente, el miércoles 26 de octubre de 1977 a las 16.15 horas se firmó en el
Gobierno Civil de Barcelona un documento entre los representantes de los empresarios
de estaciones de servicio y el comité de huelga (dominado por la CNT, como central
sindical mayoritaria en el sector). El gobernador civil de Barcelona, señor Belloch,
forzó el acuerdo entre ambas partes que se concretaba en tres puntos:
1. Prevalecían las mejoras salariales acordadas el día anterior a la ruptura de las
conversaciones, es decir, 811 pesetas diarias de sueldo, 230 pesetas por hora extra, 15
pesetas por coche lavado o engrasado y 30 por camiones (la patronal ofrecía en un
8 Las publicaciones libertarias también se van a hacer eco, exhaustivamente, de la huelga de gasolineras barcelonesas. Así se puede mencionar: J. S.: “Barcelona sin gasolina” en CNT, Madrid, noviembre-diciembre de 1977, p. 3. También en: “Gasolineras: La Patronal en reserva” en Solidaridad Obrera (órgano de la Regional catalana de la CNT), Barcelona, 30 de noviembre de 1977, pp. 8 y 9. En el libro de Zambrana, ya mencionado, Joan Zambrana: La alternativa libertaria, Badalona (Barcelona), 2000, pp. 154-159. La visión más escéptica sobre la huelga en: “Gasolineras: Una huelga a medio camino” en Fragua Social (órgano de la Federación Regional del país Valencià), Valencia, IV época, número 9, noviembre de 1977, pp. 6 y 7.
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principio 700 pesetas diarias, mientras los representantes de los trabajadores pedían 900
pesetas diarias).
2. Se entregará a cada trabajador una paga lineal de 45.000 pesetas anuales a
hacer efectiva antes de 20 días.
3. El convenio tendrá vigor desde el día de la firma hasta el 30 de junio de 1978
y con carácter retroactivo al pasado 1 de abril. El gobernador civil ordenaba la
reapertura inmediata de las gasolineras tras llegarse a la firma del acuerdo.
Con anterioridad a la firma del acuerdo, CAMPSA intervino y ocupó algunas
estaciones de servicio en la ciudad condal, haciéndolas entrar en funcionamiento al
tiempo que establecía varias estaciones móviles que despachaban gasolina. Esta
decisión se había tomado en la reunión del Consejo de Administración de la compañía,
celebrado el martes 25 de octubre. Al mismo tiempo, autorizaba la tramitación urgente
de una propuesta de modificación del reglamento de estaciones de servicio que
facultaría a la compañía para rescatar y rescindir los correspondientes contratos de las
estaciones de servicio que fueran precisas en situaciones de conflicto.
La huelga de gasolineras tuvo un gran impacto en la vida barcelonesa al
reducirse la circulación rodada por las calles de la capital a un sesenta por ciento de lo
habitual. Asimismo, algunos servicios básicos se vieron afectados de forma incipiente,
tales como el sector mercancías, abastecimientos y mercados. La huelga se hizo sentir
también en la provincia de Gerona, especialmente en la zona limítrofe con la provincia
de Barcelona, así se observaron grandes colas en las estaciones de servicio de la
Nacional II.
En una asamblea, celebrada a las 20 horas del miércoles 26 de octubre, los
trabajadores barceloneses de gasolineras ratifican los acuerdos alcanzados por el Comité
de huelga y dan por finalizada la misma.
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Balance
Para la CNT la huelga de gasolineros barcelonesa fue un gran éxito. Desde el
punto de vista puramente crematístico los trabajadores del sector pasaron de tener un
sueldo diario de 458 pesetas a otro de 881 pesetas diarias (si se tiene en cuenta la paga
extra de 45.000 pesetas), aplicable con efectos retroactivos al 1 de abril y hasta el 30 de
junio del año siguiente, con lo que sólo se quedaron los trabajadores a 19 pesetas de la
segunda propuesta hecha a la patronal y 181 pesetas por encima de la oferta hecha por
esta última (en total se le arrancó a la patronal 103.500.000 pesetas). A nivel moral y
organizativo fue un gran éxito mantener una huelga de casi seis días en un sector
productivo muy fraccionado y poco competitivo. Por último, la nota hecha pública por
los empresarios donde afirmaban: “Antes que ceder las gasolineras a la CNT, se las
cedemos al Estado”, llenó de orgullo a los cenetistas al comprobar que los empresarios
barceloneses tenían miedo de la histórica central anarcosindicalista (en la mentalidad
anarcosindicalista los patrones son enemigos irreconciliables de la clase obrera, a la que
ellos afirman defender, por lo que el miedo y el odio de la patronal a la CNT parecía ser
indicativo de que ésta estaba defendiendo con acierto los intereses obreros).
Segunda huelga de gasolineros de Barcelona (1978)
En agosto de 1978 se firmaba el convenio estatal del sector de gasolineras entre
la patronal y los representantes de los trabajadores. La representación obrera es llevada
a cabo por las dos centrales sindicales mayoritarias en el sector, a nivel nacional,
Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT). El convenio
establecía las siguientes condiciones: 155 pesetas por hora extra trabajada, 15 minutos
de descanso para almorzar, no se contemplaban pagas extras ni por Navidad ni por el
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primero de mayo, tampoco se contemplaban subidas salariales por depreciación de la
peseta, se establecía un máximo de tres domingos seguidos trabajados.
El convenio estatal no satisfacía a los gasolineros de Barcelona, quienes, en
octrubre de 1977 (tras 6 días de huelga), habían conseguido un convenio provincial que
establecía unas condiciones laborales y económicas notablemente mejores para los
trabajadores barceloneses que el convenio estatal firmado en agosto de 1978. A
diferencia de lo que ocurría en el resto de España, donde CCOO y UGT eran las
centrales sindicales mayoritarias entre los trabajadores de gasolineras, en la provincia de
Barcelona era la CNT la central sindical mayoritaria entre los gasolineros.
Principales diferencias entre el convenio estatal para el sector de gasolineras,
firmado en agosto de 1978, y el convenido provincial para Barcelona, firmado en
octubre de 1977: El convenido estatal establecía un salario de 155 pesetas por hora extra
trabajada por las 230 pesetas del barcelonés. El convenio estatal otorgaba 15 minutos de
descanso para el almuerzo por los 30 minutos del barcelonés. El convenio barcelonés
establecía un plus de mil pesetas como paga extra por la Navidad y el primero de mayo
mientras el estatal no daba nada por estos conceptos. El convenio estatal establecía un
máximo de 3 domingos consecutivos trabajados por dos del barcelonés.
A la vista de los datos parece lógico que los gasolineros barceloneses optasen
por defender, decididamente, el convenio provincial. Para ello contaban con el apoyo
incondicional de la CNT. Pero contaban, también, con la decidida oposición de los
empresarios barceloneses del sector de gasolineras, quienes optaban, como también
parece lógico, por defender el convenio estatal del sector en contra del convenio
provincial. Los empresarios barceloneses de gasolineras contaban con el apoyo del
Gobierno Civil barcelonés y de las centrales sindicales CCOO y UGT.
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La CNT había denunciado desde el principio la inclusión de los gasolineros
barceloneses en el convenio estatal para el sector fimado en Madrid en agosto de 19789.
Los gasolineros barceloneses apelaban a las peculiaridades que caracterizaban a
Barcelona para defender el convenio provincial. La provincia barcelonesa contaba con
un elevado número de gasolineras, 312, de las cuales 52 se hallaban en el área
metropolitana de Barcelona, para poder abastecer de combustible a una de las zonas más
transitadas por vehículos de todo el país, trabajando en ellas unos tres mil operarios. La
CNT contaba con el 95% de los trabajadores sindicados en el sector, por tan sólo un 5%
de CCOO y UGT. Los empresarios barceloneses eran los que tenían un mayor margen
de beneficios de toda España. Al mismo tiempo, el coste de vida en Barcelona era el
mayor de toda España.
CCOO y UGT se mostraban de acuerdo con los empresarios barceloneses del
sector de gasolineras, en la defensa de que el convenio estatal debía ser válido también
para la provincia de Barcelona, al considerar que era conveniente mantener la unidad de
acción de todos los trabajadores españoles del sector.
El 10 de agosto de 1978 se convocó una asamblea de los gasolineros
barceloneses en los locales del Sindicato de Ártes Gráficas de Barcelona de la CNT. En
ella se tomaron los siguientes acuerdos10:
- Recogida de firmas entre los trabajadores del sector para dar justificación y
apoyo a la lucha. Se estableció que había que recoger un mínimo de dos mil firmas.
- Distribuir propaganda sobre el conflicto y buscar eco del mismo en los medios
de comunicación.
9 J. G.: “Gasolineros. No al convenio estatal”, Solidaridad Obrera, Barcelona, 5 de agosto de 1978, p. 16. Para una visión global del conflicto, los libros ya citados Joan Zambrana: La alternativa libertaria, Badalona (Barcelona), 2000, pp. 154-159. Juan Gómez Casas: Relanzamiento de la CNT, Móstoles (Madrid), 1984, p. 153. 10 M. Millán: “Si la patronal no accede a negociar. Los gasolineros van a la huelga”, Solidaridad Obrera, Barcelona, 20 de agosto de 1978, p. 16.
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- En caso de que la patronal se negase a negociar, se haría una petición de huelga
legal ante la administración, la cual comenzaría el 26 de agosto.
El 23 de junio de 1978 la comisión negociadora, que representaba a los
gasolineros barceloneses, presentó ante la Delegación de Trabajo de Barcelona una
solicitud de negociación del convenio provincial del sector de gasolineras, pero los
trámites quedaron paralizados a consecuencia de una huelga de funcionarios de la
administración. Posteriormente, se intentó la negociación con la patronal, a la que ésta
se negó. Ante dicha actitud, el Sindicato de Transportes de la CNT se puso en contacto
con el Gobierno Civil de Barcelona, entonces el subgobernador, señor Farré, prometió
hacer lo posible para que se abriera el diálogo entre empresarios y trabajadores.
Por parte de la CNT se denunciaba que cuando se negoció el convenio estatal de
gasolineras, la provincia de Barcelona estuvo representada por un miembro de CCOO y
otro de UGT (sin que hubiera ningún representante de la central sindical
abrumadoramente mayoritaria entre los gasolineros barceloneses, la CNT). Se daba,
además, el caso de que el representante de UGT, señor Juncá, era hermano del
Presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Barcelona. La CNT
no consideró representativos a los dos delegados barceloneses.
El 23 de agosto de 1978 el Sindicato de Transportes de Barcelona de la CNT
convocó una conferencia de prensa para informar sobre el conflicto de las gasolineras.
Estaban también presentes representantes del Comité Regional catalán y de la
comisiones negociadoras que representaban a los trabajadores barceloneses (ésta se
hallaba compuesta por doce miembros: uno de CCOO, uno de UGT, un independiente y
nueve de CNT). El mismo día 23 de agosto se presentaba la solicitud de convocatoria de
huelga legal. La regional catalana de la CNT apoyó la convocatoria de huelga y optó por
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llevarla hasta sus últimas consecuencias. Los gasolineros vascos se solidarizaban
también con la convocatoria de huelga de sus compañeros barceloneses11.
El sábado 2 de septiembre de 1978 comenzaba la huelga de gasolineros
barceloneses. Esta alcanzaba un seguimiento del 75%, aproximadamente, de los
trabajadores de gasolineras en la provincia de Barcelona (según la CNT). Las Fuerzas
de Orden Público fueron desplegadas de forma masiva y con una actitud claramente
hostil a los huelguistas. Durante el primer día de huelga se practicaron 20 detenciones y
150 trabajadores recibieron cartas de despido. Cuatro miembros de un piquete resultaron
heridos por la policía en el interior de una gasolinera. La policía practicó numerosas
detenciones entre los miembros de piquetes informativos.
El tres de septiembre la patronal presentaba una propuesta de negociación
conjunta con CNT, UGT y CCOO, en Madrid, tomando como base el Convenio
Nacional. La propuesta fue rechazada por la asamblea de gasolineros. Las detenciones y
despidos de huelguistas aumentaban cada día que pasaba. La asamblea de trabajadores
amenazaba con no iniciar ninguna negociación mientras hubiese algún huelguista
detenido o despedido.
En la noche del cuatro al cinco de septiembre fueron detenidos treinta y cinco
personas en Barcelona por pegar carteles alusivos a la huelga. En la esquina de las calles
Trafalgar y Gerona, un coche patrulla de la policía municipal disparó contra un grupo
que pegaba carteles. Al día siguiente, la CNT convocaba una rueda de prensa donde
denunciaba estos sucesos como un atentado contra la libertad de expresión e
información. En los medios confederales se pensaba que por parte del Gobierno se
intentaba convertir la huelga en un conflicto de orden público, del que se hacía
responsable a la CNT (volviendo a agitar el fantasma de identificar los principios
11 Artículo editorial: “Gasolineros. El porqué de una huelga. Conferencia en Transportes”, Solidaridad Obrera, Barcelona, 7 de septiembre de 1978, p. 16.
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libertarios de la CNT con el terrorismo y el caos). Por parte de la CNT, se pensaba que
el convenio estatal de gasolineros era ilegal, al haber sido firmado por CCOO y UGT,
ya que la legislación de la época afirmaba que los convenios colectivos sólo podían ser
firmados por comisiones negociadoras y no por centrales sindicales. Se afirmaba
también que las detenciones de los piquetes informativos eran también ilegales.
La policía armada movilizó unos 2.400 hombres en Barcelona, durante el
conflicto, la mitad de ellos traídos de fuera (pertenecientes a un total de doce
compañías) para hacer frente a una huelga que afectaba a 2.600 trabajadores (los
efectivos policiales casi igualaban al total de trabajadores barceloneses de gasolineras).
En algunos casos los policías se dedicaron a despechar gasolina al público.
Las muestras de apoyo y solidaridad que van a recibir los huelguistas y la CNT
van a ser escasas, débiles y, a veces, contradictorias. Entre estas últimas está la USO
(Unión Sindical Obrera; central sindical de tendencia socialista) de Euskadi, a diferencia
de la USO catalana que no se pronunció. También la CSUT (central sindical de
tendencia marxista vinculada al PTE). Asimismo, realizaron paros, en solidaridad con
los gasolineros, los trabajadores del Mercado Central de Pescado y de Mercabarna en
Barcelona12.
Entretanto, CAMPSA, desplazó a 250 trabajadores a Barcelona para sustituir a
los huelguistas. En algunos casos, los propios empresarios, y sus familiares, se
dedicaron a despachar gasolina al público para evitar que les incautasen las gasolineras.
El sábado dos de septiembre, el mismo día que comenzó la huelga, se produjo un
incidente que contribuyó a caldear aún más el ambiente. Un “cóctel Molotov” fue
colocado en la sede de la UGT del Prat de Llobregat, aunque no llegó a hacer explosión,
12 Artículo editorial: “Gasolineras. Una huelga implacable”, Solidaridad Obrera, Barcelona, 20 de septiembre de 1978, pp. 1, 4, 5 y 16.
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junto a octavillas con las siglas CNT. La central sindical libertaria negó en todo
momento tener nada que ver con el incidente.
El nuevo convenio provincial que el comité de huelga pretendía, aspiraba a una
jornada laboral de 40 horas semanales (frente a las 44 del convenio nacional firmado
por CCOO y UGT), un salario de 1.180 pesetas diarias (frente a las 800 pesetas diarias
del convenio nacional), 400 pesetas por hora extra (frente a las 155 pesetas del convenio
nacional), 30 minutos para el almuerzo (por los 15 del nacional), 700 por las
liquidaciones (en el convenio nacional se incluyen en el tiempo de trabajo) y mil pesetas
como paga extra por Navidad y por el primero de mayo, más 500 pesetas por hora
trabajada en estos dos días (el convenio nacional no contemplaba esta opción).
Según fuentes cenetistas, numerosos afiliados de CCOO y UGT firmaron la
petición de huelga presentada ante el Gobierno Civil, desmarcándose de la postura
contraria a la huelga adoptada por los comités ejecutivos de ambas centrales
sindicales13.
Guerra de cifras entre los dos bandos
Los datos suministrados por ambos bandos, durante el trascurso de la huelga,
fueron tan radicalmente distintos que no parecía posible que estuvieran hablando de la
misma realidad. Tras el primer día de huelga, fuentes de la CNT mencionaban un
porcentaje del 75 al 80 por ciento de gasolineros que secundaron la huelga en la
provincia de Barcelona y de un 70 a 75 por ciento en la capital. Según fuentes del
Gobierno Civil la huelga fue un fracaso absoluto desde el primer día: afirmaba que tan
sólo habían parado 17 gasolineras de las 288 con que contaba la provincia barcelonesa;
que el volumen de carburante expedido suponía el record positivo del año; la policía
13 Artículo editorial: “El derecho de huelga pisoteado”, CNT, Barcelona, octubre de 1978, p. 16.
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armada tan sólo había tenido que sustituir a los huelguistas en 17 gasolineras (dos en
Barcelona capital), limitándose a la prevención de posibles piquetes en el resto de las
estaciones. La única coincidencia entre las fuentes del Gobierno Civil y de la CNT era
en lo relativo a la normalidad del servicio de cara a los consumidores, pero discrepaban
en cuanto a la interpretación de este hecho. Mientras para la CNT era debido a que los
huelguistas habían sido sustituidos por policías, por personal de CAMPSA, por los
propios empresarios y sus familias. Para el Gobierno Civil la normalidad en el servicio
era debida al escaso seguimiento de la huelga. Según fuentes cenetistas, la policía había
causado dos heridos, por lanzamiento de pelotas de goma, en la primera jornada de
huelga, mientras el Gobierno Civil desmentía tal hecho.
Al tercer día de huelga, la guerra de cifras entre ambos bandos alcanzó
caracteres grotescos, Fuentes cenetistas afirmaban que el paro había sido secundado por
el 95% de los 2.620 trabajadores del sector. La patronal, por su parte, cifraba el número
de huelguistas entre 125 y 160, los cuales habían sido despedidos por abandono del
puesto de trabajo. Las fuentes cenetistas afirmaban que el número de trabajadores
despedidos sobrepasaba los cuatrocientos y que había 11 detenidos como integrantes de
piquetes.
El jueves siete de septiembre tuvo lugar una manifestación de gasolineros en
Barcelona, declarada ilegal por el Gobierno Civil. Fue convocada por el Comité de
huelga y apoyada por la CNT. Durante el trascurso de la misma fueron arrojados tres
“cócteles Molotov” contra vehículos de la policía armada, que se encontraban
estacionados en el Paseo de la Rambla de Cataluña, lugar previsto para el inicio de la
manifestación. Diversos coches fueron atravesados en las confluencias de algunas
calles, intervino la policía, que detuvo a varios manifestantes (cuatro de ellos seguían
detenidos dos días después).
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El viernes ocho de septiembre se produjo una nueva manifestación en apoyo de
la huelga, esta vez en santa Coloma de Gramanet. Se protestaba, también, por las
agresiones que sufrieron varios cenetistas cuando pegaban carteles a favor de la huelga
junto a una discoteca. No se registraron incidentes en el desarrollo de la misma.
La noche del lunes once de septiembre se produjeron dos atentados contra
gasolineras, uno de ellos en Barcelona capital (Paseo de Colón) y el otro en Granollers,
con lanzamiento de “cócteles Molotov” que no produjeron heridos ni daños materiales
de consideración.
El miércoles 13 de septiembre un grupo de unas 200 personas, entre ellas
trabajadores de gasolineras y miembros de la CNT, ocuparon, por espacio de tres horas,
una estación de servicio situada en la confluencia de las calles Urgel y París, en
Barcelona capital. En dicha estación se encontraba el despacho del Presidente de la
Asociación Provincial de Empresarios del sector de gasolineras. La policía armada
vigiló y controló la “sentada”. La ocupación se inició a las doce del mediodía y terminó
a las cinco de la tarde, cuando la policía detuvo a los manifestantes, incluyendo mujeres
y niños. Al llegar a comisaría, fueron puestos en libertad los familiares de los
huelguistas. Entre los detenidos había miembros de la CNT, incluido el secretario del
Comité Nacional, Enrique Marcos. Un miembro del Comité de huelga, Alberto Narejo,
ingresó en la cárcel Modelo de Barcelona acusado de haber proferido amenazas contra
Alfonso Airas Olivares, trabajador de gasolineras de Vilanova i la Geltrú, miembro de
CCOO y uno de los firmantes del convenio estatal. Los 71 retenidos por la policía,
incluído Enrique Marcos, fueron puestos en libertad la noche del jueves 14.
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El anti-cenetismo de los empresarios barceloneses
Desde el primer momento de la convocatoria de la huelga de gasolineros, la
patronal mostró un especial interés por el fracaso de la convocatoria de paro, sabiendo
que dicha situación habría significado un duro varapalo para el prestigio de la CNT
barcelonesa (al ser la única central sindical que apoyó la huelga desde el principio y que
tenía mayoría de afiliados entre los trabajadores de gasolineras barcelonesas). El lunes
11 de septiembre los empresarios exigían que los interlocutores de los huelguistas no
fuesen afiliados de CNT. Desde las propias filas cenetistas, se pensaba que la
intransigencia de los empresarios de gasolineras barcelonesas era debida, sobre todo, a
las presiones de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales),
desde Madrid, con vistas a desprestigiar a la CNT de cara a futuros pactos sociales.
El jueves 20 de octubre de 1978 se llegó, por fin, a un acuerdo, entre el Comité
de huelga y representantes de la patronal, para desconvocar el paro. El acuerdo
implicaba la readmisión de los huelguistas despedidos, el pago de los salarios
correspondientes a los días de huelga y la libertad del único detenido existente, alberto
Henarejo. Los trabajadores aceptaban adherirse al covenio estatal hasta el próximo año
en el que se negociaría un convenio provincial, conservando hasta entonces los niveles
salariales específicos del convenio provincial.
La actitud de CCOO y UGT durante la huelga
Ambas centrales sindicales se manifestaron en contra de la huelga desde el
principio, en defensa del convenio estatal en el sector de gasolineras (que ambas
centrales firmaron), en lo cual coincidían plenamente con la patronal. Tanto CCOO
como UGT manifestaron una actitud de hostilidad hacia CNT, como central sindical
molesta (especialmente en Barcelona) para las aspiraciones de “ugetistas” y
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“comisionistas” de convertirse en los únicos representantes válidos de la clase obrera.
Los dirigentes de UGT y CCOO eran conscientes de que el fracaso de la huelga de
gasolineras de Barcelona supondría un grave quebranto para el prestigio de la CNT en la
provincia, de lo cual podrían, indirectamente, beneficiarse sus respectivas
organizaciones. Por el contrario, los representantes de la CNT eran conscientes de que
el éxito de la huelga de gasolineros barceloneses aumentaría el prestigo de la
Confederación en Barcelona y le permitiría aumentar su presencia sindical entre la clase
obrera española. La hostilidad entre centrales sindicales alcanzó su cenit el miércoles 13
de septiembre, cuando la Sección del Combustible de CCOO pidió responsabilidades a
CNT por las agresiones de que habían sido objeto dos de sus afiliados. Uno de ellos era
un gasolinero de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), que fue amenazado de muerte si no
se retractaba de su firma en el convenido estatal para el sector de gasolineras, por parte
de un grupo de cuatro personas. El otro, trabajador de una gasolinera, se había
encontrado su coche con las ruedas rajadas y los vidrios rotos, con una nota enviada a su
domicilio avisándole que “ésta es la primera advertencia, que la segunda la tendría que
solucionar en el hospital”.
Incidentes violentos durante la huelga
Aparte de los hechos ya mencionados, el viernes 22 de septiembre se produjo
una manifestación de solidaridad con los gasolineros en huelga, convocada por la CNT,
en Las Ramblas. En la Plaza de Els Tres Tombs fueron cruzados dos coches y autobuses
urbanos, cuyas ruedas fueron desinfladas, impidiendo el tránsito rodado. Asimismo, se
cruzaron automóviles en las calles Viladomat y Muntaner, con rotura de cristales de
algunos de ellos. El martes 26 de septiembre un empleado de una estación de servicio,
situada en el kilómetro 2,700 de la autovía de Castelldefells, observó a primeras horas
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de la mañana la presencia de una bolsa, que le inspiró sospechas, procediendo a
entregarla a uno de los policías armados de servicio. Avisado un equipo de
desactivación, se colocó una mecha al paquete y este fue hecho explosionar en un
terreno lejano.
Desde ciertos sectores de la opinión pública española se va plantear el atentado
al derecho de huelga que supone la utilización de policías para sustituir a los huelguistas
en el desempeño de su labor. En un comunicado publicado el 19 de septiembre,
Esquerra republicana de cataluña (partido político catalanista) se manifestaba en tal
sentido. En parecidos términos se pronunciaron el POUM (Partido Obrero de
Unificación Marxista) y Acción Comunista. En tal sentido, destacaron las palabras del
abogado laboralista Albert Fina en el periódico Mundo Diario del 16 de septiembre de
1978:
“(…) Se debate el derecho a la huelga, se ha sentado un precedente realmente
peligroso, al alborotar el ejercicio de aquel derecho, mediante la sustitución de
aquellos trabajadores por miembros de la policía armada. Lo que hoy se produce en
gasolineras, mañana puede producirse en cualquier otra huelga. No es función de la
fuerza pública atender un servicio particular y privado, como es el suministro de
gasolina. De seguir por este camino, mañana se les obligará por ejemplo, al despacho
de pan o a la venta de periódicos”14.
La Coordinadora de Abogados Laboralistas de Cataluña se sumó a la protesta
por el atentado al derecho de huelga que suponía la intervención de las Fuerzas de
Orden Público en sustitución de los huelguistas.
14 J. García: “Gasolineras. Algo más que una huelga”, Solidaridad Obrera, Barcelona, 5 de octubre de 1978, pp. 8 y 9.
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A 27 de octubre de 1978 la huelga no estaba todavía desconvocada formalmente.
Quedaban todavía 87 trabajadores por readmitir15.
El Comité de huelga, a través de CNT, envió una carta de protesta a la OIT
(Organización Internacional del Trabajo): “Por todo lo expuesto, denunciamos a las
organizaciones sindicales CCOO y UGT, miembros de la OIT, por violación del
artículo 1473 sobre el derecho de asociación; asimismo, debemos resaltar la
complicidad de los organismos gubernamentales, firmantes del pacto de adhesión a los
convenios de la OIT, en la represión más vergonzosa de una huelga legal. Esta
complicidad atañe también al representante del gobierno en la OIT, por no haber
señalado a los organismos competentes las infracciones que se cometían con la actitud
denunciada”16.
A pesar del acuerdo al que se llegó por las partes en litigio en la segunda
quincena de octubre en el Gobierno Civil de Barcelona, los empresarios no cumplieron,
en la mayor parte de los casos, su promesa de readmitir a los huelguistas despedidos.
Además, los empresarios habían asegurado al Comité de huelga que se crearía una
comisión paritaria para gestionar todo lo necesario de cara a conseguir las readmisiones.
De hecho, esta comisión ni siquiera llegó a crearse, entre otras cosas, porque los
empresarios no se mostraron dispuestos a ello en ningún momento”17.
Algunos de los trabajadores despedidos y no readmitidos optaron por denunciar
su situación ante los tribunales. En este aspecto, el 27 de octubre de 1978 el Juzgado
número 6 de barcelona dictó sentencia a favor de la readmisión de tres gasolineros
despedidos, al declarar improcedente dichos despidos. La sentencia condenó a la
15 Antón: “Gasolineras. La patronal no quiere readmitir”, Ibídem, Barcelona, 5 de noviembre de 1978, p. 6. 16 Artículo editorial: “La huelga de gasolineras en Barcelona. ¿Para qué sirve la OIT?”, CNT, Noviembre de 1978, p. 4. 17 Artículo editorial: “Gasolineras de Barcelona: El conflicto de nunca acabar”, Ibídem, diciembre de 1978, p. 4.
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empresa a la readmisión “en las mismas condiciones que regían antes de producirse los
despidos”, se imponía a los trabajadores una suspensión de empleo y sueldo por 25 días.
Esta sentencia fue interpretada por el Comité de huelga como un reconocimiento de la
legalidad de la huelga18.
A fecha de noviembre de 1978, 36 gasolineros despedidos habían sido
readmitidos tras las sentencias dictadas por las magistraturas de trabajo, mientras cinco
trabajadores habían sido definitivamente despedidos, otros seis estaban pendientes de
sentencia, mientras sólo dos de los trabajadores despedidos aceptaron una
indemnización de la empresa y se acogieron al seguro de desempleo19.
Tratamiento de la huelga de gasolineros de Barcelona en la prensa de
información general de ámbito nacional. Hostilidad de la prensa de “centro” y de
“derecha”, que se puede ejemplificar en los diarios El País20 y ABC21.
18 Sobre dicha sentencia hay abundante información en la prensa catalana: “Primer fallo de la Magistratura en el conflicto de las gasolineras”, La Vanguardia, Barcelona, 28 de octubre de 1978. Redacción: “Despidos de gasolineras de Barcelona. Magistratura falla readmisión”, Mundo Diario, Barcelona 28 de octubre de 1978. “La patronal deberá readmitir, por sentencia. Magistratura, a favor de los gasolineros despedidos”, Telexpress, Barcelona, 28 de octubre de 1978. “Gasolineros, Magistratura favorable a la readmisión”, El Noticiero Universal, Barcelona, 28 de octubre de 1978. 19 Agencia: “Los despidos de gasolineras por resolver. Sesenta aún están en la calle”, Mundo Diario, Barcelona, 22 de noviembre de 1978. “Hasta el momento. Readmitidos 36 gasolineros”, Solidaridad Nacional, Barcelona, 22 de noviembre de 1978. “Tras la pasada huelga. Sólo 36 gasolineros readmitidos”, Diario de Barcelona, 22 de noviembre de 1978. 20 Tratamiento de la huelga de gasolineros de Barcelona en el “centrista” diario El País: “Comienza esta noche. Huelga de gasolineras en Barcelona”, El País, Madrid, viernes 1 de septiembre de 1978, pp. 1 y 28 (titular de la página 28: “Seis compañías de la policía armada y Guardia Civil protegerán las estaciones. Esta noche se inicia una huelga ilegal de gasolineras en Barcelona”). Enric Canals, Barcelona: “Aglomeración de automóviles en las estaciones de servicio durante la tarde. Comenzó la huelga de gasolineras en Barcelona”, Ibídem, Madrid, sábado 2 de septiembre de 1978, p. 29. Alfons Quinta, Barcelona: “Consumo récord de carburante. Fracaso de la huelga de gasolineras de Barcelona”, Ibídem, Madrid, domingo 3 de septiembre de 1978, pp. 1 y 33 (Titular de la página 33: “En la primera jornada se batió el récord anual de consumo y la normalidad fue generalizada. Fracasó la huelga de gasolineras de Barcelona”). Enric Canals, Barcelona. “Aunque la CNT mantiene la huelga de estaciones de servicio. Barcelona continúa abastecida de gasolina”, Ibídem, Madrid, martes 5 de septiembre de 1978, p. 42., Alfons Quinta, Barcelona: “Desinterés de los barceloneses por la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, miércoles 6 de septiembre de 1978; p. 37. Alfons Quinta, Barcelona: “Estacionario el conflicto de gasolineras de Barcelona”, Ibídem, Madrid, jueves 7 de septiembre de 1978, p. 41. Enric Canals, Barcelona: “Fueron lanzados tres “cócteles Molotov” contra la policía. Incidentes en una manifestación de gasolineros en Barcelona”, Ibídem, Madrid, viernes 8 de septiembre de 1978, p. 37. Corresponsal, Barcelona: “La CNT mantiene la huelga, mientras la patronal se niega a negociar el convenio provincial. Los empresarios de gasolineras, dispuestos a negociar los despidos”, Ibídem, Madrid, sábado 9 de septiembre de 1978, p. 33. “Las gasolineras de Barcelona continúan funcionando casi con normalidad (…)”, Ibídem, Madrid, domingo 10 de septiembre de 1978, p. 35. Enric Canals, Barcelona: “’Cócteles
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Se trató de boicotear la huelga y desprestigiar a la CNT, desde el primer
momento, con grandes titulares que declaraban ilegal la convocatoria de paro y que
hablaban del fracaso de la misma. Sin embargo, por parte del “socialdemócrata” Diario
16 el tratamiento de la información sobre la huelga es más imparcial y ecuánime,
ofreciendo las contradictorias y opuestas versiones de las dos partes en litigio sobre las
características del conflicto y los datos referentes al mismo22.
Molotov’ contra estaciones de servicio de Barcelona y Granollers. Comité de huelga y patronal buscan una salida al conflicto de las gasolineras”, Ibídem, Madrid, martes 12 de septiembre de 1978, p. 47. Enric Canals, Barcelona: “La fuerza pública, que vigilaba la estación, no intervino. Los huelguistas ocuparon durante tres horas una gasolinera de Barcelona”, Ibídem, Madrid, jueves 14 de septiembre de 1978, p. 37. Enric Canals, Barcelona: “Entre ellos, el secretario nacional de la CNT, 71 personas detenidas por la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, viernes 15 de septiembre de 1978, p. 37. “los 71 trabajadores de gasolineras (…)”, Ibídem, Madrid, sábado 16 de septiembre de 1978, p. 37. Enric Canals, Barcelona: “La patronal de gasolineras no negocia con la CNT”, Ibídem, Madrid, martes 26 de septiembre de 1978, p. 57. Agencia Europa Press, Barcelona: “Acuerdo en el conflicto de gasolineras de Barcelona”, Ibídem, Madrid, viernes 20 de octubre de 1978, p. 40. 21 Tratamiento de la huelga de gasolineros de Barcelona en el derechista diario ABC: “A partir del día 2, y ante la huelga convocada por CNT: Seis compañías de Policía vigilarán las gasolineras de Barcelona”, ABC, Madrid, viernes 1 de septiembre de 1978, p. 10. “A pesar de la prohibición del Gobierno Civil. Hoy habrá huelga de gasolineras en Barcelona”, Ibídem, Madrid, sábado 2 de septiembre de 1978, p. 12. Agencia Efe, Barcelona: “Barcelona: Escaso eco de la huelga de gasolineras. La policía detuvo a varios trabajadores”, Ibídem, Madrid, domingo 3 de septiembre de 1978, p. 9. Corresponsal, Barcelona: “Portador de armas y de una fuerte suma de dinero. Detectado un comando de la FAI en Barcelona”, Ibídem, Madrid, martes 5 de septiembre de 1978, p. 9. Resumen de agencias, Barcelona: “Barcelona: La patronal de gasolineras convoca asamblea general. La incidencia de la huelga sigue siendo escasa”, Ibídem, Madrid, jueves 7 de septiembre de 1989, p. 9. Agencia Efe, Barcelona: “Barcelona. Continúa sin solución la huelga de gasolineras. No hay solicitud oficial para la manifestación convocada por la CNT”, Ibídem, Madrid, viernes 8 de septiembre de 1978, p. 10. Agencia Efe, Barcelona: “Atentado contra dos gasolineras. Barcelona: La CNT mantiene la huelga de gasolineras. Según la patronal, hoy podría acabar el conflicto”, Ibídem, Madrid, martes 12 de septiembre de 1978, p. 12. Agencia Efe, Barcelona: “La huelga de gasolineras catalanas está finalizando”, Ibídem, Madrid, miércoles 13 de septiembre de 1978, p. 12. Agencia Efe, Barcelona. “Mil quinientos trabajadores. Barcelona. Paros en el mercado central de pescados. Protestan por la reacción de la patronal, tras el apoyo dado a la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, jueves 14 de septiembre de 1978, p. 9. Agencia Europa Press, Barcelona: Nuevas sentadas. Barcelona. Ningún avance en el conflicto de gasolineras”, Ibídem, Madrid, viernes 15 de septiembre de 1978, p. 10. Agencia Efe, Barcelona: “A pesar del ultimatum patronal. Barcelona: El Comité decide continuar la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, martes 19 de septiembre de 1978, p. 16. Agencia Efe, Barcelona: “Barcelona. Sólo dos gasolineras continúan intervenidas”, Ibídem, Madrid, miércoles 20 de septiembre de 1978, p. 12. Agencia Efe, Barcelona: “Barcelona: Acuerdo en el conflicto de gasolineras”, Ibídem, Madrid, sábado 23 de septiembre de 1978, p. 10. Agencia Logos, Barcelona: “Barcelona. No se celebró la reunión conciliatoria de gasolineras”, Ibídem, Madrid, martes 26 de septiembre de 1978, p. 16. Corresponsal, Barcelona: “Por gasolineros en huelga. Alteraciones de orden público en Barcelona”, Ibídem, Madrid, viernes 29 de septiembre de 1978, p. 15. Agencia Europa Press, Barcelona: “Finaliza el conflicto de gasolineras en Barcelona”, Ibídem, Madrid, sábado 21 de octubre de 1978, p. 12. 22 Tratamiento de la huelga de gasolineros de Barcelona en el “socialdemócrata” Diario 16: Corresponsal en Barcelona: “Mañana, huelga de gasolineras”, Diario 16, Madrid, viernes 1 de septiembre de 1978, p. 24., Corresponsal en Barcelona: “Convocada por CNT y rechazada por CCOO y UGT. Barcelona: Huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, sábado 2 de septiembre de 1978, p. 7. Francisco Caparrós, Barcelona, Corresponsal: “Barcelona, abastecida de gasolina durante el fin de semana. La CNT realizará hoy la huelga”, Ibídem, Madrid, lunes 4 de septiembre de 1978, p. 9, Francisco Caparrós, Barcelona,
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Corresponsal: “Barcelona: patronal acusa de engaño a la CNT. Datos contradictorios sobre la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, martes 5 de septiembre de 1978, p. 10. Corresponsal, Barcelona: “Barcelona. La CNT no ve salida al conflicto. Más de 400 despidos en la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, miércoles 6 de septiembre de 1978, p. 8. Agencia Europa Press, Madrid; “CNT: CCOO y UGT, colaboracionistas”, Ibídem, Madrid, jueves 7 de septiembre de 1978, p. 24. Corresponsal, Barcelona: Empresarios de gasolineras. No a negociar con la CNT”, Ibídem, Madrid, sábado 9 de septiembre de 1978, p. 8. Agencia Efe, Barcelona: “CNT: Sigue la huelga de gasolineras”, Ibídem, Madrid, lunes 11 de septiembre de 1978, p. 28. Corresponsal, Barcelona: “Gasolineras de Barcelona, Posible solución”, Ibídem, Madrid, martes 12 de septiembre de 1978, p. 8. Agencia Efe, Barcelona: “Afirman los empresarios. Sólo cinco estaciones intervenidas. La huelga de gasolineras, a punto de finalizar”, Ibídem, Madrid, miércoles 13 de septiembre de 1978, p. 8. Agencia Efe, Barcelona: “La CNT continúa con la huelga.Barcelona: sentada de gasolineros”, Ibídem, Madrid, jueves 14 de septiembre de 1978, p. 8. Francisco Caparrós, Barcelona; Corresponsal: “Barcelona: Entre ellas, el secretario general de la CNT. Huelga de gasolineros: 70 personas detenidas”, Ibídem, Madrid, viernes 15 de septiembre de 1978, pp. 8 y 24. Diario 16 y Agencias, Barcelona: “Barcelona: Continúa la huelga de gasolineros”, Ibídem, Madrid, sábado 16 de septiembre, p. 8. Agencia Europa Press, Barcelona: “Afirman los empresarios. Tras el fracaso de la huelga. Barcelona: Sigue la tensión y los atentados”, Ibídem, Madrid, miércoles 2º de septiembre de 1978, p. 10. Agencia Efe y Diario 16: Huelga de gasolineras. Barcelona: La CNT quiere negociar”, Ibídem, Madrid, jueves 21 de septiembre de 1978, p. 10. Corresponsal, Barcelona: “El convenio provincial de Barcelona. Los gasolineros negociarán el lunes”, Ibídem, Madrid, sábado 23 de septiembre de 1978, p. 8. Agencia Europa Press, Barcelona: “El conflicto de gasolineras, casi concluido. La patronal rompe las negociaciones con la CNT”, Ibídem, Madrid, martes 26 de septiembre de 1978, p. 10. Agencia Efe, Barcelona: “Artefacto explosivo en gasolinera”, Ibídem, Madrid, miércoles 27 de septiembre de 1978, p. 24. Agencia Europa Press, Barcelona: “Sigue la huelga de gasolineros”, Ibídem, Madrid, martes 10 de octubre de 1978, p. 28. Agencia Efe, Barcelona: “Gasolineras: Sigue la huelga”, Ibídem, Madrid, viernes 13 de octubre de 1978, p. 24. Agencia Europa Press, Barcelona: “Principio de acuerdo en gasolineras”, Ibídem, Madrid, viernes 20 de octubre de 1978, p. 24. Diario 16 y Agencia Efe: “Barcelona: Más de mes y medio: Fin del conflicto de gasolineras”, Ibídem, Madrid, sábado 21 de octubre de 1978, pp. 9 y 22.
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EL GESTO TEATRAL DEL SUPERHÉROE 1
Enrique Ferrari Nieto2
Mientras las cosas no están ordenadas del todo, se hallan inquietas. Se ordenan y descansan.
San Agustín, Confesiones, XIII, 7.
Resumen: Podríamos plantearnos una hermenéutica de la historieta, capaz de
explicar al superhéroe a partir de su gesto inicial: el emblema con el que busca
justificarse, un modo de expresarse ante los demás. Para las viejas historietas, el héroe,
como si fuera un actor, se sube al escenario para representar un papel que le viene
dado por un sistema de valores morales que no cuestiona, que entiende universales.
Pero cabe otra lectura, que apunta al relativismo en ética, que determina el papel del
superhéroe a partir de las expectativas de los otros, de su público. Que entiende, por
tanto, su comportamiento, la responsabilidad que asume, como la respuesta compleja a
la suma de estímulos externos, de pronto todo menos consistente.
Palabras clave: Relativismo, ética, actor, icono, responsabilidad.
Abstract: We could write a hermeneutics on comics, to explain the superhero
from its initial gesture. We could study the emblem that the hero uses to justify himself
to society. According to the old stories, the hero is on stage, like an actor. He is a role
that is given by a system of universal moral values. But another reading is possible. An
interpretation that is based on ethical relativism. The expectations of others, of his
audience, are what determine the role of superhero. His behavior (his responsability
1 Conferencia impartida en el Seminario Permanente de Artes y Humanidades de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León. Valladolid (España), 16 de enero de 2013. 2 Doctor en Filosofía y licenciado en Filología hispánica. Investigador doctor en Universidad de Extremadura
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with society) would be the answer to the sum of complex external stimuli, suddenly less
consistent.
Keywords: Relativism, ethics, actor, icon, responsibility.
Es un tema que se me escapa. Pero entiendo que a un superhéroe lo explica su
gesto inicial: Como si esa pose fuera el icono que guarda dentro de sí toda su historia,
aún sin desarrollar, con sus analepsis y sus prolepsis apuntadas para desvelar luego el
resto del relato. El punto de partida, por tanto, para una hermenéutica de la historieta,
que le busca al gesto que se desencadena por una acción, o un accidente, o simplemente
al tomar conciencia el superhéroe de esa naturaleza extraordinaria, lo que Peirce le
buscaba al icono: un parecido, como símbolo, para estirar desde ahí el sentido de su
historia, la imagen capaz de comprimir sus motivaciones y objetivos. Un gesto que se
revela como expresión: Como un querer comunicarse, explicándose o justificándose,
primero ante sí mismo y luego ante los demás, haciendo del gesto su emblema,
repitiéndolo con cada acción, hasta identificarse con él, hasta comprenderse desde él.
Como si fuera la invitación a acercarse, a iniciar una relación, el pie que ofrece a los
demás para que lo entiendan. Aunque para ese encuentro que busca no se propone un
diálogo, un trato entre iguales, en un mismo nivel, sino más bien un ejercicio de mirar y
ser mirado, cada uno con su papel, él por encima del resto, como si estuviera en una
tarima, cómodo al mostrarse. Porque su gesto es siempre teatral, dramático, muchas
veces incluso afectado. Como si necesitara un escenario para reclamar otra perspectiva
que pueda diferenciarlo, para que pueda ser visto, como en una representación: porque
se ocupa de los demás, los ayuda, como se intuye rápido, pero con una dinámica que
tiene dos tiempos, o dos enfoques para el héroe: primero como salvador, porque los
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socorre; y luego como actor, porque hace de su acción, de su auxilio, un espectáculo,
para que lo observen, e incluso lo admiren.
El guión se repite siempre o casi siempre, con los mismos supuestos. El
superhéroe asume una responsabilidad tremenda que, con ese planteamiento un tanto
ingenuo del cómic, parece que se corresponde con su condición excepcional. Como si
tuviera que haber una sintonía entre la responsabilidad y los superpoderes del héroe.
Movido siempre por principios categóricos, por grandes valores morales, como puntos
cardinales para su conducta heroica: unos pocos absolutos que encajan bien con ese
maniqueísmo filoso de las historietas, que acaban convirtiendo a los protagonistas en
referencias, en modelos morales, aunque inalcanzables, porque son figuras excesivas,
agrandadas, para ser vistas desde abajo. La perspectiva más común, la más fácil de
trasmitir al lector, que llega con la lección aprendida de otras lecturas. Pero –lanzo aquí
mi hipótesis, otra perspectiva– podría buscarse también esa responsabilidad en el hecho
de que el superhéroe represente (decididamente) un papel, de que se sepa observado:
que sea consciente de que va construyendo su propio relato, pero que no ata a unas
pocas reglas éticas estáticas, con un desarrollo determinado desde el principio, sino que
va moldeando con la mirada de los otros. Por su condición asumida de actor, desde el
momento en que se ocupa (estéticamente) de su gesto: Como si su responsabilidad fuera
la respuesta que se espera de él, su reacción ante la mirada de los espectadores; como
protagonista de sus hazañas, al atender también a la interpretación cuando actúa, al no
descuidar su vocación teatral, que le lleva a hacer de cada una de sus acciones una
coreografía. Como si fuera posible acercarse al superhéroe también desde este otro
frente: con su atención a unos principios morales absolutos, pero también desde las
expectativas del otro, del que lo observa. Para intentar legitimar una ética relativista
desde el superhéroe, haciendo de la historieta el caballo de Troya capaz de inocular
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algunas de sus sugerencias, entendida esa relatividad solo como relación o como
respuesta, sin suspicacias. Aunque sea solo para incordiar, para intentar tambalear
algunos lugares comunes que parecen sobreprotegidos. Sin perder de vista lo que
escribió Nicol: “Son relativas todas las morales, y los llamados valores, pero en
absoluto ese fundamento ontológico de la ética, que reside en el carácter intrínseca y
esencialmente ético del ser con sentido”.3 Porque, observado el superhéroe desde su
gesto inicial o iniciático, a esa primera impresión de que su tarea le es impuesta –que la
tiene que aceptar forzado, sin margen para una decisión propia, porque queda
determinado su futuro al tiempo que adquiere sus poderes–, puede reemplazarla otra
más sugerente de que esa nueva vida suya es una elección consciente, su voluntad de
desarrollar un proyecto propio a partir de esa circunstancia excepcional, la asunción
valiente, intrépida, del papel de superhéroe: Una segunda impresión que implica a los
otros en la decisión del protagonista, al convertirlos en espectadores, en receptores de
ese gesto cargado de sentido. Como si esa responsabilidad asumida de pronto por el
superhéroe buscara la legitimación de estos testigos, como respuesta a sus esperanzas.
Muy cerca del autor, por su relación con el público, porque su actuación queda referida
a las expectativas de estos, con las que cobra sentido, no con unos pocos absolutos
morales impertérritos, que parece que funcionan más bien en la narración para calibrar
las acciones concretas del superhéroe con una escala de valores más o menos común.
En filosofía este relativismo ha tenido siempre mala prensa. Y a estas alturas no
va a ser fácil cambiársela. Pero, aunque enfade a muchos, Joseph Margolis tiene razón:
La historia del relativismo ha sido un desastre conceptual, pero solo por ese rechazo
atávico que entiende que este no se puede construir con coherencia, aunque desde el
comienzo solo haya habido uno o dos argumentos en contra, formulados ya por Platón y
3 NICOL, E.: Metafísica de la expresión, México DF, 1957, p. 257.
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Aristóteles, que se invocan una y otra vez, copiándolos y pegándolos, sin caer en que
esas objeciones se apoyan en una convicción que, bien mirada, parece poco trabajada:
primero, que lo que es verdaderamente real posee una estructura que no cambia; y,
segundo, que lo que cambia en el mundo real puede ser explicado en términos de lo que
no cambia: Algo que es imposible demostrar. Aunque en el copia y pega se nos olvida.
Porque, como digo (como dijo Kant antes), cuesta dejar a un lado errores tan queridos,
tan interiorizados. Al menos en algunos ámbitos. En la ética, por ejemplo, que parece
estar hecha de moldes para ajustar las decisiones o las valoraciones. Aunque relativo
signifique solo, con su etimología, que está en relación, que necesita de un primer
elemento para dotarse de sentido. En principio bastante sensato. Aunque ahora haya
quedado en un segundo plano, como una cuestión menor, o accesoria, dentro de esa casa
de putas que es el campo de batalla entre modernos y posmodernos, con un debate que
está vacío, o al menos desorientado, pero que es tremendamente mediático, capaz de
fagocitarlo todo, también la puntería de Protágoras con aquello de que el hombre es la
medida de todas las cosas, o de Hegel –de un Hegel un tanto podado– con la
historicidad. También para la reflexión moral, para darle vueltas a lo que podemos
entender por responsabilidad: que implica, con ese nombre, responder. También una
segunda acción, la respuesta a una primera que le da el tono: por tanto, relativa,
cuantificada o valorada a partir de otra (o una acción o una condición). Aunque las
éticas deontológicas hayan intentado driblar esa relatividad: El imperativo kantiano, por
ejemplo: Obra de tal forma que la máxima que rija tus actos pueda valer como principio
de legislación universal y necesario. Como si esa máxima pudiera soportarlo todo, o
abarcarlo todo; como si pudiera funcionar como moral sin ser tan flexible, tan maleable,
que tuviera que dejar de funcionar como máxima: con ese equilibrio difícil, imposible,
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entre la extensión y la precisión del predicado cuando se pone en relación con el caso
concreto.
No va a ser fácil, como digo, cambiarle la inercia. Pero unos pocos ya se han
rebelado, apuntando otras direcciones. En literatura Milan Kundera, por ejemplo, para
un marco más general, sobre el sentido de la vida. Empieza La insoportable levedad del
ser con un puntazo que mira a Nietzsche, a su eterno retorno, para darle la vuelta con
otra hipótesis tangente: con lo que queda fuera de esa repetición continua: con la
levedad de la vida, con la fragilidad de aquello que sucede una sola vez para
desaparecer para siempre. Solo se vive una vez, dice el narrador; no se puede acumular
la experiencia de otras vidas para ese primer encontronazo con cada circunstancia; no
hay posibilidad de ensayar alternativas antes de tomar una decisión, no hay primero un
borrador o un ensayo general y luego la función definitiva. No hay marcha atrás, ni la
posibilidad de borrar nada ni de cambiar lo que ya ha sucedido, puliéndolo con
diferentes intentos, como sucede por ejemplo en Atrapado en el tiempo, la película que
Harold Ramis rodó en 1993, en la que el protagonista, Bill Murray, el hombre del
tiempo de un canal de televisión, repite una y otra vez el mismo día, el día de la
marmota, en Punxstawnwey, Pensilvania, hasta que es capaz de corregir todos sus
errores, retocando el guion de esa única jornada hasta que le queda perfecto. Todo es
mucho más frágil, más precario, incluso azaroso: la disposición de unas pocas piezas
que uno no puede controlar y los reflejos para desenvolverse –sin la experiencia previa–
entre ellas (juegue o no juegue Dios a los dados). Tomás, el protagonista de la novela,
un médico prestigioso en la República Checa reconvertido en ganadero o agricultor tras
la invasión soviética, parece feliz al final del libro: en principio inverosímil, difícil de
creer cuando se le ha desmoronado todo, pero que justifica Kundera con su respuesta a
Teresa. Le dice Tomás: “La misión es una idiotez. No tengo ninguna misión. Nadie
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tiene ninguna misión. Y es un gran alivio sentir que eres libre, que no tienes una
misión”. Como si las represalias tras la ocupación, que lo alejan de su profesión, en la
cima después de tantos años, tuvieran en él un efecto emancipador, el incentivo para
cambiar de dirección, para acabar con las premisas que lo tenían atado, sacrificada su
vida a unos pocos objetivos que había asumido sin caer en las contraprestaciones. Como
si esa insoportable levedad no lo fuera tanto, una vez entendidas las reglas del juego, su
volatilidad. O fuera al menos una elección posible –y hasta sugerente– hacer de la
levedad una premisa, en lugar de tantos puntales, de la búsqueda constante de absolutos.
Una cuestión primero ontológica, pero luego ética, imbricadas una y otra, hasta dar con
una responsabilidad menos pesada, menos atada, que pueda responder en un escenario
menos sólido. Aunque sea solo para no perder comba con lo líquido, la metáfora de
Bauman que arrastra también la marea posmoderna.
Porque es difícil creer a estas alturas esa correspondencia exacta entre la valía,
los resultados y la responsabilidad: la de la parábola de los talentos, por ejemplo,
paradigmática de esa proporción demasiado fija, demasiado armada, para tomarla hoy
en serio. Muy breve: Un hombre entrega a sus siervos sus bienes. A uno le da cinco
talentos, a otro dos y a otro uno, según su capacidad. El que consigue cinco talentos los
dobla. El que consigue dos también los dobla. Pero al que le da solo uno lo entierra,
para no perderlo. Cuando vuelve su señor, los tres rinden cuentas. Con los dos primeros
queda encantado, y les promete más. Con el último no. Aunque suponemos que lo
preveía, que no se fiaba, porque le dio menos. Le dice este: “Señor, sé que eres hombre
duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve
miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.” Un modo
bastante sensato para quitarse de encima el marrón. Pero que no le satisface al señor:
“Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no
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esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera
recibido lo que es mío con los intereses.” Le quita su talento y se lo da al que tiene diez,
para cerrar su lección, con su traslación al final al plano escatológico, centrada en la
recompensa, en la que no entro, pero que se suma también a esa correspondencia
simétrica, proporcional, que Mateo da por hecho, sin tener que justificarlo, porque
encaja bien en el relato con la sola perspectiva del señor.
El problema viene cuando esa composición tan manejable se complica al centrar
la atención en las intenciones de los personajes, al darse uno cuenta de que esa
correlación que marca las decisiones puede ser un camino más tortuoso de lo que pueda
parecer con un primer vistazo. No recuerdo que en mi infancia me atrajeran
especialmente los superhéroes. Pero a muchos de mis amigos sí: los imitaban, se
disfrazaban de ellos, leían sus cómics o veían sus películas. Les fascinaba esa naturaleza
excepcional, esa superioridad nada recatada. Sobre todo Superman, con esos poderes
suyos que le son innatos, por ser de Krypton, en vez de adquirirlos luego, como hacen
los demás superhéroes: el argumento que le cuenta Bill a Beatrix Kiddo en la película
de Tarantino para justificar que sea su favorito. Aunque no tengo claro que nosotros
fuéramos capaces de hacer categorías en función de la procedencia de esos poderes:
solo de su eficacia, o de lo llamativos que fueran. Tampoco creo que cayéramos
entonces en la correspondencia simétrica entre esos poderes y la responsabilidad
asumida por el superhéroe, muy clara con Superman: convertido casi en niñera de la
humanidad: no solo su salvador, con mayúsculas, con sus grandes actos, que implicaban
muchas vidas salvadas; también algo así como un socorrista excepcional, obligado a
actos minúsculos que incomprensiblemente podía atender. No caíamos –entiendo–
porque por entonces, en los cómics a los que teníamos acceso, se presentaba como
natural, como congruente, con el enfoque que le daban sus creadores a las historietas,
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todo muy naïf para que funcionara bien con su público, infantil o infantiloide: un
Superman más refinado que el original, con un código moral muy estricto,
tremendamente sobreprotector: muy bueno, para poder hacer frente a los muy malos,
con ese maniqueísmo resultón que resolvía cada historia del lado del bien. Sin darle
demasiadas vueltas a las motivaciones del protagonista: la dinámica general en estas
historietas, al menos en ese primer momento, decididamente más ingenuo, más atento a
las condiciones extraordinarias del héroe que a sus posibles miserias también como
hombre. Pero con otros superhéroes ha sido más fácil explorar esas profundidades de su
carácter, entrar en ellos, ver el camino tortuoso que acaba con sus acciones, con una
narración más perspicaz, más penetrante, para darle la vuelta al relato. Con Batman, por
ejemplo, el millonario Bruce Wayne que, de hecho, no tiene ningún poder
sobrehumano, solo el trauma de la muerte violenta de sus padres, que le sirve de acicate
para combatir el crimen en Gotham. Mucho más oscuro: con una personalidad más
conflictiva, más poliédrica, cimentada en la venganza, que le lleva a construir su propio
personaje, la historia que quiere para sí, sin los condicionantes de una naturaleza o una
condición excepcional previa: solo su fobia a los murciélagos, que convierte en una
fortaleza, en signo del temor vencido.
Aunque es difícil resistirse al poder inercial que tiene el guión de estas historias,
con una narración muy repetitiva, como la suma de caminos ya recorridos que se han
mostrado efectivos, con un esquema muy interiorizado; como si la historia posible,
todavía no escrita, fuera ya conocida, porque muchas piezas coinciden: esas casillas –
como si fuera un parchís– que el superhéroe tiene que atravesar, como en el esquema de
Propp, en su Morfología del cuento. Como si el principio y el final estuvieran ya
comunicados por unos eslabones seguros, con los pasos pertinentes para culminar una
historia constreñida por su punto de partida, con el origen de los superpoderes del
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protagonista. La metáfora del relato tiene ese riesgo: el isomorfismo que pretende
repetir para la vida el principio, nudo y desenlace de las historias. Por la coherencia que
le exige a la vida, la correlación entre el principio y el final, como si cada paso lo
encaminara al cierre lógico, sensato, que explicara su existencia, como lo hace en una
narración el fin, sin dejar ninguna pieza suelta, como pedía Chéjov. Pero no solo para
los superhéroes, con una vocación tan marcada. Todos hemos ido asimilando esa
estructura, con la idea de un proyecto para la vida, con unos objetivos, unas metas.
Somos, como dijo Ortega, muñones de héroes: tenemos algo de héroes, aunque no lo
hayamos desarrollado, y quede solo apuntado. Somos novelistas de nosotros mismos,
porque nuestra constitución es inestable, y debemos decidir qué posibilidades
realizamos: “Nos construimos exactamente, en principio, como el novelista construye
sus personajes. Somos novelistas de nosotros mismos”, escribe en En torno a Galileo.
Una responsabilidad que tiene un recorrido ya metafísico: igual que la flecha con
la que Aristóteles compara la vida, con una diana al final, en su ética teleológica de la
felicidad, o la consigna de Píndaro, “llega a ser el que eres”, el desarrollo o
actualización del potencial de uno. Una imagen útil para explicarse la determinación
que exige de su protagonista la vida, pero a la fuerza más abierta que el propio relato,
aunque a veces, para la teoría, se nos olvide, con continuos cambios de dirección, con
un guión muchas veces esquizofrénico, con quiebros que afectan también a la
responsabilidad, que la ponen al límite, ante disyuntivas –inimaginables al comienzo de
ese proyecto personal– que se desmarcan de la línea recta que presume la imagen del
relato entre el inicio y el desenlace. Pongo dos ejemplos, sacados también de la ficción,
de dos series de televisión: El primero, de Breaking bad, que la AMC estadounidense
comenzó a emitir en enero de 2008. Con un guión tremendamente sugerente: A Walter
White, un profesor de instituto ejemplar, con una moral firme, le diagnostican un cáncer
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de pulmón en estado terminal que le obliga a plantearse el futuro de su familia sin él,
con un hijo minusválido y su mujer embarazada. En una redada antidroga de la DEA
que organiza su cuñado, White reconoce a un viejo alumno, Jesse Pinkman, que se le
aparece –con todos los peros posibles– como solución. En seguida lo convence para
cocinar juntos metanfetamina. Él es químico, sabe hacerlo, y puede ganar así el dinero
suficiente para garantizarle a su familia cierta tranquilidad. En principio solo quiere la
cantidad exacta que ha calculado para ellos, dejando a un lado sus escrúpulos, como si
fuera solo un paréntesis obligado, forzado por una circunstancia que él no ha decidido,
que le ha cerrado esa otra vía por la que él había apostado o por la que se había
resignado, con su trabajo mal pagado, pluriempleado por las tardes en un lavadero de
coches, con una vida humilde, muy ajustada. Como una solución provisional;
desagradable, dolorosa, porque sabe del daño que causa, pero eficaz. El segundo
ejemplo lo tomo de The Wire, de la HBO, que comenzó a emitirse en 2002, de una de
sus tramas tangenciales, en su tercera temporada: Para controlar la droga en uno de los
barrios más castigados de Baltimore, unos pocos policías deciden concentrar el
menudeo en un par de calles, legalizándolo de facto, con unos límites muy precisos,
para intentar minimizar el daño a los vecinos, ante la imposibilidad de erradicarlo.
Funciona: los narcotraficantes aceptan el trato, el barrio es desde entonces mucho más
seguro, más habitable, fuera de la zona que pasan a llamar Hamsterdam, donde se
concentra el problema, sin quedar resuelto: como si lo hubieran metido debajo de la
alfombra. En ambos casos respuestas excepcionales: Impensables, si las condiciones no
fueran tan extremas, si entendieran que podría haber otra alternativa que no les exigiera
un cambio tan drástico en sus principios, olvidados o relegados de golpe. Como si
fueran un hachazo que termina con esa línea recta que habían trazado para sus vidas, ese
relato que de pronto deja fuera el final previsto, lo trunca. Como si descarrilaran. O
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como si un obstáculo imprevisto en la carretera les obligara a un volantazo. Porque ese
quiebro les obliga a replantearse de nuevo todo: esos principios que creían que
constituían los pilares de su conducta, que se han desmoronado, sustituidos por otros
más precarios, menos sólidos que los primeros, pero más dúctiles, más fáciles de
adaptar que esos otros absolutos.
Pero lo que Walter White pretende al principio que sea un paréntesis breve se
alarga una vez cumplido su primer objetivo. Se convierte en uno de los grandes narcos
de Nuevo México. Su ambición cuando era joven, que parecía tener olvidada, recidiva:
quiere ser el mejor, hacer algo grande: un deseo que se le impone a ese otro de
solucionarle el futuro a su familia, que le obliga a continuar, a no dejar nada fuera del
paréntesis. Un cambio radical en su actitud, también en su personalidad. Como si
hubiera cambiado definitivamente de personaje, al cambiar las condiciones: del
resignado profesor Walter White al ambicioso y poderoso Heisenberg, con sombrero y
la cabeza rapada, por la quimioterapia, ocultando en cada ámbito a su otro yo. Igual que
los superhéroes, que Batman, por ejemplo, porque con el trauma fija otra posición, una
conducta alternativa con la que reemplaza a la anterior. Como si se revelara de pronto el
artificio de lo narrado y de lo que se recuerda haber vivido, ambos como construcciones,
relatos, que cubren una realidad menos dócil de lo que parece cuando queda escrita.
Muchas veces –con el término que tanto le gustaba a Pla– inenarrable. Aunque en
castellano es un término poco común, que yo solo he leído a Dionisio Ridruejo en su
traducción de El cuaderno gris. Lo mismo que inefable: lo que no se puede decir con
palabras. Pero referido en concreto a la narración, al discurso mejor que a las palabras.
Como si fuera un protector para atajar la fascinación del relato. ¿La vida se puede narrar
fielmente? ¿Podemos sujetarla con el esquema de la narración? ¿Tiene o puede
pretender tener esa coherencia? ¿O es inenarrable? La cuestión es si hay para ese
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esquema unas columnas suficientemente sólidas para soportarlo: esos principios
absolutos, permanentes, que tendrían que ser más fuertes que el propio fluir de la vida.
Como si fueran diques que tienen que aguantar los embates del mar: que cuando el mar
está calmado no tienen por qué tener problemas para resistir, pero cuando se pica,
cuando las condiciones son extraordinariamente malas, pueden ceder.
Cuando el superhéroe construye su personaje, con el traje y la máscara
apropiados, deja en suspenso una de sus vidas para presentarse, renacido, en la otra.
Igual que un actor. Consciente de haber subido a un escenario. Como si con el ritual de
vestirse iniciara una interpretación, un papel: El actor aparece como metáfora, como
imagen para el superhéroe, que necesita también de una escenografía, para hacer de sus
actos un espectáculo, todo muy teatral, muy medido, para dejar huella: o admiración o
temor. Pero para esa actuación, la responsabilidad que asume el superhéroe no es la que
–como algunos creen advertir– se esperaba antes del actor, obedecer un papel ya dado,
solo interpretarlo, casi como una marioneta en manos del director de la obra (de los
poderes adquiridos o descubiertos, que pasarían a manejarle). Sino –mucho más
sugerente– la responsabilidad que paulatinamente ha querido para sí el actor, con un
papel también creador, para darle cuerpo a esa carcasa más o menos hueca que le deja el
dramaturgo al escribir su personaje. Porque la revalorización del actor por su labor
creativa sugiere también para el superhéroe ese nuevo enfoque que indica una mayor
determinación (una mayor conciencia de la construcción del relato, un carácter más
combativo para reivindicarse como autor del personaje que es él mismo), que se revela
con su gesto inicial: porque la transformación del individuo en superhéroe no viene de
la asunción de ese poder extraordinario, sino de la mueca con que busca darle forma a
su nuevo personaje, tomar él el control, porque sabe que esas acciones dispersas en las
que va a usar sus superpoderes hay que coserlas con una narración, hay que crearles una
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historia para dotarlas de sentido para el espectador; porque sabe que, como superhéroe,
no le queda otra que reconocerse como un artificio que él mismo debe cuidar; porque
sabe, cuando dirige su gesto a los demás, que está sobre un escenario, que la función
depende de él, y que lo están observando. Lo que sugiere la cita del principio de
Agustín de Hipona, con su clave ontológica, que leí el otro día no al santo sino a Álvaro
Enrigue, en uno de sus cuentos de Hipotermia, donde escribe un poco después: “Lo sé
mientras escribo, mientras dibujo un panorama limitado y orgánico que nada tiene que
ver con el flujo descoyuntado de la realidad. Contar es dibujar con el dedo en la ceniza
que dejan los fuegos de la experiencia: la piedra de toque de todas las tragedias está en
que no tenemos la facultad de recordar el futuro”.4
Bibliografía
ENRIGUE, A.: Hipotermia. Barcelona, 2005.
KANT, E.: Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Barcelona,
1999.
KUNDERA, M.: La insoportable levedad del ser, Barcelona, 2007.
MARGOLIS, J.: What, after all, is a work of art?, Filadelfia, 1999.
NICOL, E.: Metafísica de la expresión, México DF, 1957.
ORTEGA Y GASSET, J.: En torno a Galileo, Obras completas, Madrid, 2005.
PLA, J.: El cuaderno gris, Barcelona, 2007.
VV.AA.: Biblia de Jerusalem, Bilbao, 1998.
4 ENRIGUE, A.: Hipotermia. Barcelona, 2005, p. 47.
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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
Pablo Folgueira Lombardero1
TEETER, Emily [ed.]: Before the pyramids. The origins of Egyptian civilization,
Chicago, The University of Chicago, 2011, 288 pp.
Mucho antes de las pirámides o de la gran Esfinge, en Egipto hubo ya una
importante civilización que prefiguraba el esplendor posterior. Por eso es de agradecer
que cada vez haya más estudios sobre este Egipto predinástico que nos acerque a la
evolución de esas tierras antes de su etapa de esplendor.
En este denso libro, reputados especialistas realizan un estudio de la cultura
material del Egipto predinástico para acercarnos a las diferentes etapas dentro de esa
evolución, lo que hace que la lectura de esta obra resulte enormemente estimulante para
el lector interesado en estas cuestiones.
Pero además, se incluye también un completo catálogo de los objetos más
representativos de esta etapa de la cultura egipcia, que permite conocer en profundidad
esos objetos que sirven de hilo conductor a la mayor parte de esta obra.
Sin duda, una obra digna de ser leída con atención, porque nos puede ayudar a
entender la importancia de los primeros siglos de la cultura egipcia en su devenir
posterior.
1 Licenciado en Historia. DEA en Arqueología.
Tiempo y Sociedad, 16 (2014), pp. 65-67. ISSN: 1989-6883.
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VARELA TEMBRA, Juan José [ed.]: Winds of New Zeland, Santiago de
Compostela, editorial Compostela, 2013, 223 pp.
Por cuarta vez, la cultura de un país tan alejado de nosotros como es Nueva
Zelanda ha tenido su lugar en la primavera europea, a través de un encuentro en el que
se estudian los entresijos de una cultura tan rica como, desgraciadamente, desconocida
para el gran público.
En este volumen se recogen las contribuciones que permiten llevar a cabo un
acercamiento a la cultura neozelandesa desde un punto de vista tan variado y múltiple
como esa misma cultura. De este modo, encontramos textos sobre la Historia, la
literatura, la lingüística o incluso el derecho, que nos sirven para adentrarnos en el
conocimiento de ese país tan interesante desde una perspectiva interdisciplinar.
Este libro es, así, una excelente manera de acercarnos a un país que
desconocíamos, o de profundizar en su conocimiento para quienes ya se habían
acercado antes a él.
Una lectura tan placentera como enriquecedora.
Tiempo y Sociedad, 16 (2014), pp. 65-67. ISSN: 1989-6883.
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FLORES HOLE, Hazel C.: La investigación cooperativa como modelo de
selección de recursos constructivos TIC para la enseñanza del concepto tiempo en
Historia, Universidad de Zaragoza, 2013, 402 pp. (Tesis Doctoral dirigida por María
Pilar Rivero Gracia).
En Tiempo y Sociedad no solemos acercarnos a Tesis Doctorales cuando estas
permanecen inéditas, pero en este caso consideramos que puede ser muy interesante
hacerlo, no solo por el carácter pionero de este texto, sino también por el hecho de que
uno de los miembros de nuestro equipo colaboró en algunas fases de la investigación
que dio lugar a este texto.
En esta Tesis, la autora hace un recorrido por unos pocos recursos digitales que
podemos utilizar para explicar el concepto de Tiempo a nuestros alumnos, recursos que
evaluó a través de un trabajo colaborativo con otros docentes que sirvió para aportar el
punto de vista de otras personas y así enriquecer el resultado final.
Este denso trabajo nos demuestra que, en aras de un mejor aprendizaje y de una
mayor motivación de nuestros estudiantes, podemos incorporar el uso de recursos
digitales que nos ayuden a facilitar su comprensión de conceptos tan complicados como
el de Tiempo, que pueden ser de mucha dificultad para muchos alumnos.
Así, la doctora Flores nos presenta unas maneras de explicar este concepto a
través del uso de tres diferentes tipos de recursos que nos permite comprobar la
capacidad que las nuevas tecnologías tienen a la hora de facilitar el aprendizaje y la
motivación de nuestros alumnos.