Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

268
Tiempos blandos. Individuo, sociedad y orden mundial en la posmodernidad Felipe Alejandro Gardella Universidad Nacional Mayor de San Marcos Serie Ciencias Sociales Lima 2003

Transcript of Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

Page 1: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

Tiempos blandos. Individuo, sociedad y orden mundial en la posmodernidad

Felipe Alejandro Gardella

Universidad Nacional Mayor de San MarcosSerie Ciencias Sociales

Lima2003

Page 2: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

13

Prólogo

Hay que advertirles a los chicos del peligro planetario y delas atrocidades que las guerras han provocado en los pueblos1

Ernesto Sábato

El lector de este libro, al atreverse a penetrar en sus pági-nas, ingresará a un sensato e inteligente análisis para lainterpretación del mundo actual.

Las reflexiones que en esta obra presenta Felipe Ale-jandro Gardella sobre el mundo, de fines del siglo XX ycomienzos del nuevo milenio, hurgan en los escondidosprocesos mentales y sociales de la perturbada humanidaddel siglo XXI. Pareciera que este azaroso y veloz procesoque vive la humanidad se engancha históricamente en loscomienzos de la primavera europea, en 1968, cuando seprodujo en París la lucha ideológico-política juvenil queremovió la conciencia del mundo. “La imaginación al po-der”, “prohibido prohibir”, rezaban los graffitis en los mu-ros de la ciudad luz. Los universitarios de Francia y Ale-mania lideraron uno de los movimientos más interesan-tes que ha tenido la segunda parte del siglo. Fue la cremadel mundo académico, como Marcuse y Adorno entreotros pensadores, quienes participaron en esas jornadasdirigidas por jóvenes líderes como Daniel Cohn Bendit.

[13]

1 Sábato, Ernesto, La resistencia. Seix Barral-Planeta, Buenos Aires,2000.

Page 3: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

14

El mundo sintió el estremecimiento primaveral, tantode la razón como de los deseos juveniles europeos que sesublevaron contra la tradición, la intolerancia y el autori-tarismo: liberación espontánea en la cual los jóvenesparisinos arrancaron de cuajo los adoquines de calles yavenidas e hicieron barricadas para enfrentar con un gri-to de libertad a la decadente situación que enfrentaba laFrancia de De Gaulle. Todo ello fue parte del comienzoideológico y político que ha marcado el proceso que hoyconocemos como posmodernidad.

El autor de este trabajo muestra cómo estos nuevostiempos y escenarios son percibidos como cualitativamentedistintos a los que vimos en el lejano pasado e incluso di-ferentes a la percepción que tuvimos hasta hace pocas dé-cadas. Al leer las páginas de esta obra, se verá que hoy lapercepción colectiva del tiempo nos hace imaginar o per-cibir que los procesos se desarrollan con mayor frecuen-cia e intensidad. De la misma manera apreciamos, porejemplo, que los viajes que realizamos, los llevamos a caboen menor tiempo que antes. En nuestra mente aparece quesomos más veloces en recorrer una determinada distan-cia. Si concebimos que la noción que tenemos del tiempose constituye en categoría resultante de la experiencia deobservar el desarrollo de los más diversos fenómenos y pro-cesos, podemos acertar entonces que este concepto expre-sa la medida de la metamorfosis —o la forma misma delcambio— de las cosas. Entenderemos así que el tiempo queen la actualidad toma la transformación de los fenóme-nos sociales es definitivamente percibido como más cortoque en el pasado. Del mismo modo, los espacios de la geo-grafía terráquea nos parecen ahora más cercanos que an-tes al utilizar las tecnologías que nos transportan con ma-yor rapidez. Los recónditos escenarios cósmicos que otro-ra sólo deleitaron nuestra vista y alentaron nuestra poéti-

Page 4: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

15

ca, hoy los alcanzamos e investigamos con el desarrollode las naves espaciales. También las causas que explicanlos acontecimientos reales e imaginarios del Hombre de estenuevo milenio nos parecen ahora de mayor complejidadque lo que las anteriores generaciones hubieran supuesto.

Este trabajo se halla pues inspirado justamente en losavatares de la sociedad ante el cambio de centuria y el au-tor se introduce con maestría y seria reflexión en la con-cepción de temporalidad, en la visión espacial y en el nue-vo entendimiento de causalidad de la posmodernidad.Gardella pone en claro que la posmodernidad no es sólouna desilusión o un desengaño para quienes creyeron enlas promesas ensoñadoras de la modernización. Este pro-ceso extensivo que brota desde el seno de las élites inte-lectuales ante la modernidad excluyente demuestra,adicionalmente, que en verdad también se expresa en to-dos los ámbitos de la conducta social y política. Quizá,sean las manifestaciones evidentes en la vida cotidiana,como el deterioro planetario y la pobreza, las cuestionesque han ido modificando esencialmente los hábitos y con-ductas sociales que han desembocado en la crítica y la re-flexión más allá de eruditos y científicos. Tal es el sentidode los Tiempos Blandos que la pluma de Gardella ha tra-zado para explicar los confusos momentos que vivimos.

Para este escritor, “el nuevo orden globalizador (...) co-existe con el primado del pensamiento posmoderno”. Ental escenario, afirma el autor, se manifiesta la contradic-ción entre la homogeneización y la fragmentación socia-les, explicando así el dramático hecho de vivir en un mun-do sin modelos de futuro, sin memoria y sin esperanzasen la mayoría de los ciudadanos. No obstante, el trabajode este economista y diplomático argentino tiene diversaslecturas y, entre estas miradas posibles, destaca la profun-da alarma que suscita el pensar en el futuro mundial, más

Page 5: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

16

cuando es llevado de narices por poderes disfrazados uocultos. Indudablemente, los escenarios sociales de fina-les del siglo XX e inicios del tercer milenio son espacios enque vemos a la modernidad proseguir su camino expan-sivo y excluyente, mientras la posmodernidad surge comoun grito de desesperación ante el avance avasallador dela modernización y globalización, evolución que se pro-duce con mayor rapidez que la que los seres humanos so-mos capaces de concebir y asumir. No alcanzamos a acos-tumbrarnos a la velocidad del nuevo tiempo cuando lassituaciones vuelven a cambiar, despojándonos de la liber-tad de lo cotidiano.

Una de las características más significativas del pos-modernismo es sin duda el fenómeno descrito aquí: “Lamanera rápida en que los productos de la economía que-dan obsoletos sin dejar de ser útiles en sí mismos”. Estaes la obsolescencia, proceso que implica una racionalidadsui géneris en el sistema productivo y forja una nueva yparticular mentalidad en los individuos. Lo sui géneris esque la sociedad es ahora capaz de producir cada vez másrápidamente productos tecnológicamente mejores, de ma-yor eficiencia y de menor precio, tornando así, a los an-teriores bienes y servicios generados, en productos inúti-les económica y socialmente. Por otro lado, también lamentalidad del hombre de fin de siglo parece ir aprendien-do que la “velocidad” y lo “nuevo” constituyen parte delprecioso bien de la Libertad en manifiesta “compensaciónideológica”.

Si al mismo tiempo se observa con cuidado, a fines delsiglo pasado, el transcurso de los acontecimientos de vio-lencia, de consumismo irracional, de conflictos internacio-nales ligados a intereses políticos de las grandes potencias,entre otros, veremos que en la moderna sociedad demasas la “libertad” como objetivo social es en el fondo una

Page 6: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

17

2 Marcuse, Herbert, El fin de la utopía, México, Siglo XXI, 1969. En elsentido de extrahistórico en Marcuse, al referirse a las utopías comoproyectos que escapan a las leyes científicas.

utopía que reúne características semejantes a los grandesmodelos o paradigmas sociales que se propusieron nues-tros antepasados y que fueron irrealizables, cayendo final-mente en proyectos que escaparon a la lógica histórica queenfrentaron,2 e inclusive, con las mismas contradiccionesentre realidad y desarrollo material.

¿Cómo salir entonces de esta crisis que fragmenta y en-ferma a la sociedad? ¿Cómo enfrentar la caótica y deses-peranzada realidad de confusiones que vivimos? Del mis-mo modo en que en esta obra el autor encara los aconte-cimientos complejos, elabora también una propuesta de“salida” de estas estructuras esenciales corroídas. Gardellapropone subordinar los mecanismos económicos a los pro-pósitos de la felicidad humana para triunfar sobre las fuer-zas del nihilismo.

Lima, 14 de noviembre de 2003Eduardo L. Vargas Puch

Page 7: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

19

Propósito

El presente trabajo intentará describir las variables másrelevantes que marcan nuestro tiempo, las tendencias delas nuevas ideas filosóficas y sociológicas, para culminarevaluando la impronta de las ideas posmodernas en larealidad que nos toca vivir, lo que debería volverla máscomprensible.

De este modo, en el primer capítulo examinaremos demanera crítica dos aspectos evidentes de nuestra época:el hedonismo individualista y la confusión de valores rei-nantes en la sociedad. En el segundo capítulo hemos creí-do necesario, debido a nuestras pretensiones sistémicas,trazar una breve descripción del panorama internacional,tal cual se nos presenta en este comienzo de siglo. Estosdos capítulos constituyen la tesis del presente texto, queno es otra cosa que la crítica de la posmodernidad vista através del paradigma de la modernidad.

A continuación, y como contrapunto, se evidenciaránlos lineamientos generales del pensamiento llamadoposmoderno, que enmarca ideológicamente nuestros días.En este apartado, además, cobrarán sentido muchos delos principios y actitudes frente a la vida que se adviertenen los sujetos y la sociedad posmodernas. No se trataráde hacer la defensa de ellos, sino de buscar su sustrato

[19]

Page 8: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

20

filosófico-sociológico para poder comprenderlos. En esteanálisis se pretende dejar de lado los principios modernospara aceptar la posmodernidad tal cual se nos presenta,evitando, en la medida de nuestras posibilidades, pre-conceptos y prejuicios.

Finalmente, en el capítulo Resumen y Resultados, se in-tentará una síntesis desde el pensamiento de un hombrede su época. El lector advertirá que se “simula” la utiliza-ción para este análisis de un método moderno por anto-nomasia: la dialéctica hegeliana. Es que en nuestra épo-ca, comienzos del siglo XXI, coexisten los dos paradigmas,el moderno y el posmoderno, ¿o será que esta última noes sino una modernidad tardía disfrazada de novedad?

En todo caso, consideramos útil que se recorran las si-guientes páginas con un conocimiento previo de una de lasconclusiones que aquí anticipamos. Existen dos factores enel discurso posmoderno que provocan todos los rechazos ydificultan su viabilidad: en principio, el pecado de origendel pensamiento posmoderno es que gira sobre un núcleovacío, el nihilismo; por otro lado, presenta contradiccionesinsalvables al identificarse como un crítico político de la ac-tualidad (progresismo radical) y, al mismo tiempo, seríacómplice del modelo económico que impulsa esa mismapolítica que ataca (conservadurismo). Sin embargo, resultaindudable que el diagnóstico sobre los tiempos actuales, suvisión de la realidad “posmoderna”, que nos entregan es-tos pensadores es ineludible para comprender estos tiem-pos sin rigor, apolíticos, desolidarizados, de un individua-lismo exacerbado y de alto contenido autocomplaciente.

Frente a la complejidad de nuestra época, y renuncian-do a continuar actualizando y corrigiendo originales, en-tregamos al atento lector estas reflexiones en el estado enque se encuentran.

Lima, noviembre de 2003.

Page 9: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

21

El presente no coincide consigo mismoJacques Derrida

Desde que se tiene memoria histórica, cada generación haquerido imponer su visión del mundo. La lógica positivis-ta, paradigma del conocimiento que ha dominado el tra-bajo científico en los últimos siglos, ha sido motivo de sos-pecha por parte de pensadores posestructuralistas, decons-truccionistas, y otros teóricos denominados globalmenteposmodernos. Los pensadores posmodernos se alejan delas ideas fundacionales de la modernidad para proponeruna visión socialmente condicionada, histórica o contex-tual. Las maneras de conocer dependerían del contextocultural, del que ni los científicos podrían sustraerse. Enefecto, el intento moderno de articular la realidad y el co-nocimiento en la línea de un pensamiento universalista,de una razón unívoca, ha perdido prestigio frente al es-cepticismo generalizado del posmodernismo. Aquellasideas invariables actualmente son puestas en sospecha deesconder una voluntad de dominación, con el objetivo deimponer un modelo ético fuera de la historia, frente al in-cipiente reclamo de pluralidad y autonomía que imponela diversidad humana.

La modernidad puede ser definida como una épocadominada por la idea de la historia del pensamiento en-tendida como progresiva “iluminación”, opuesta a la men-

[21]

Introducción

Page 10: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

22

talidad antigua, donde predominó una visión naturalistay cíclica del curso de la historia. La idea de progreso con-cibe el curso del pensamiento como desarrollo superador,en el cual lo nuevo se identifica con la virtud de la recu-peración del fundamento-origen.

Los pensadores modernos desarrollan de modo secu-lar la herencia judeo-cristiana, que determina que el pasode la historia implica una dirección como discurso a la es-pera de la salvación (y que se articula en creación, peca-do, redención y espera del juicio final). Frente a esta es-tructura dialéctica, comprensible a través de la razón,aprehendible, el proyecto posmoderno aparece contra-dictorio. Quizá porque los críticos de la posmodernidadla analizan desde el paradigma moderno, que indica quetodo lo “posterior” debe avanzar en un sentido lineal deprogreso, no se estaría tomando en cuenta el cambio enlas nuevas condiciones de pensamiento. Lo posmodernoindica una despedida de la modernidad, que en la medi-da de que quiere sustraerse a la lógica de desarrollo ysobre la idea de superación crítica en la dirección de unnuevo fundamento, torna a rescatar lo que Nietzsche yHeidegger propusieron en su peculiar relación crítica res-pecto del pensamiento occidental.

El pensamiento moderno, que intentó diseñar estructu-ras invariables en el tiempo y el espacio bajo el denomina-dor común de la razón, surge cuando se comprende la ne-cesidad de separar las diversas esferas de la existencia: po-lítica, religiosa, económica, científica, el dominio público yel dominio privado, etc. Según Michael Walzer,3 estas esfe-ras deben mantenerse lo suficientemente estancadas paraevitar que acontecimientos en una de ellas afecten sensible-mente al resto. Se trata, pues, de un imperativo racional ymoral cuyo objeto es la prosecución de una sociedad más

3 Michael Walzer, Spheres of justice, NY, Basic Books, 1983.

Page 11: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

23

justa, equitativa y libre. Tomando en cuenta esta autono-mía de las distintas esferas, se puede afirmar que pertene-cemos a distintos círculos institucionales, y es a partir delreconocimiento de pertenencia del individuo a estas distin-tas esferas de lealtad que ya no podemos encerrarlo en unaidentidad fija (Émile Durkheim habla de “pluralización demundos de vida”). En estos tiempos posmodernos y neo-liberales, al haberse elevado el dinero como excluyente de-nominador de valor, contaminando a las esferas de justi-cia, estamos expuestos, en la actualidad, a la tiranía de losmercados, habiéndose infringido el más decisivo de los prin-cipios de la modernidad. El posmodernismo, si se nos per-mite la generalización de englobar en él a gran parte de lasnuevas tendencias del pensamiento actual, por su apego ala pluralidad se rebela contra el imperio del “pensamientoúnico” en política y de la “normatización” que proponenlos medios de comunicación masiva. Sin embargo, se losacusa de apoyar el modelo consumista, o al menos alentarlo,ya que coincide con su individualismo a ultranza y, de al-guna manera, con su estética.

Conviene mencionar, por otra parte, que según variosteóricos críticos de la modernidad, ésta ya llevaba implí-cita su decadencia: desde Engels a Marcuse (pasando porFreud y Adorno, entre otros), de Durkheim a CharlesTaylor (haciendo escalas en Simmel y Weber, por sólonombrar los más notables), todos ellos ilustran (a su modoy mucho antes que lo hicieran los pensadores posmo-dernos) las fracturas del mundo ideal diseñado por la mo-dernidad;4 desde el individualismo que, según Tocqueville,4 Respecto de Frederic Engels ver especialmente The condition of the

working classes of England; Sigmund Freud, El malestar en la cultura ;en toda la obra de Emile Durkheim campean estas dudas; en Weber, sutrabajo inconcluso Economía y sociedad; en Georges Simmel se puedenencontrar en su The philosophy of money; con relación a HerbertMarcuse ver L’homme unidimensionnel; Anthony Giddens, Theconsequences of modernity; Charles Taylor, The malaise of modernity.

Page 12: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

24

pese a ser un rasgo emancipador del orden social estable-cido nos confina a “la soledad de nuestro propio corazónque anula el objetivo heroico de la vida”, pasando por la“razón instrumental” que reduce la vida a la fórmula“costo/beneficio”,5 para culminar con el “despotismo blan-do” de la organización burocrática, que según HannahArendt logra su perfeccionamiento en los campos de con-centración, “los que expresan a la civilización racional conexquisita crueldad”. El sociólogo de la comunicación ca-nadiense, David Lyon nos advierte:

logros de la modernidad, ambivalencia de la modernidad:a pesar de las apariencias, la modernidad ha experimenta-do dudas íntimas y contradicciones desde el comienzo, yéstas no son sólo fenómenos “culturales” abstractos oamorfos, han ido unidas a la innoble materialidad del di-nero, las máquinas y las calles; son inherentes a las pautasy vías de la interacción social.6

Los críticos del paradigma posmoderno lo acusan dehaber producido la caída de los referentes al proponer ladesaparición de las diferencias de opuestos (como verda-dero/falso, bello/feo, bien/mal, etc.). Serían las ideasposmodernas las que estarían convalidando esta nuevaera, donde lo real parecería ser determinado por la vía delos consensos. Como si el nuevo milenio deseara consoli-darse en la era de la virtualidad, con una economía neo-liberal que no termina de agotarse y continúa reprodu-ciendo una riqueza artificial, al tiempo que sigue exclu-yendo a masas de ciudadanos. Consolidación de un indi-5 En economía el costo-beneficio es un útil instrumento para medir

tasas de retorno de la inversión y valor-tiempo del dinero, hace baseen el utilitarismo social del S. XVIII de Bentham y Mill para terminarsiendo consolidado en el S. XX por el Premio Nobel de Economía1992 Gary Becker, quien extiende el análisis microeconómico al ampliocampo del comportamiento e interacción humanos.

6 David Lyon, El ojo electrónico, Madrid, Alianza Editorial, 1995.

Page 13: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

25

vidualismo exacerbado, xenofóbico y desolidarizado, queconfunde el dinero con la riqueza y el aspecto exterior conla salud, desvaloriza el trabajo y, pragmático al fin —aun-que cortoplacista— sólo se interesa por los resultados.

Emergente del nihilismo alemán, la corriente posmoder-na se inscribe en un escenario de ocaso, en el derrumbede los movimientos artísticos vanguardistas, de las crisisde expectativas político-sociales, del retorno de movimien-tos irracionalistas, en el desencanto de la globalización.

El nuevo orden globalizador —“cuyo factor de integra-ción es impulsado por el dinamismo de la economía in-ternacional (...) donde a la nueva distribución general delas fuerzas geoestratégicas se suman la mutación del Es-tado, de las formas sociales, de los sistemas de producción,de las comunicaciones, de los actores económicos y de losparámetros culturales”7— coexiste con el primado del pen-samiento posmoderno. Pero nuestra época presenta undoble perfil: si por una parte predominan las fuerzas cen-trípetas de la globalización, coexisten con esta homoge-neización fuerzas centrífugas, de fragmentación, por lasque ciertas culturas intentan, consolidando su tradición,evadir la sofocación global. En todo caso, parece imponer-se un desencanto inmovilizante. Remo Bodei afirma que“con la progresiva aceleración del tiempo histórico, el es-pacio ya no logra coagularse como experiencia adecuadaal presente y el futuro (...) llega a ser no sólo difícil de pre-ver sino también de imaginar”,8 por lo que vivimos en untiempo sin utopías, sin memoria y sin esperanzas; un mun-do donde nuestras sociedades no estarían dispuestas a sa-crificar el propio presente por un futuro lejano e incierto.

7 Felipe Gardella, Liberalismo vs. economía virtual: del paradigma deprogreso social al síndrome ‘winners take-all’, Lima, Caucus, 2001.

8 Remo Bodei, Libro de la memoria y la esperanza , Losada, BuenosAires: 1998.

Page 14: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

26

Asimismo, surgen nuevas sensibilidades como conse-cuencia del impacto de las tecnologías de la comunicaciónen el individuo, originando una nueva forma de experien-cia vital, acotada por la estetización de la vida y la frag-mentación del sujeto. Según el crítico marxista FredricJameson, el posmodernismo se caracteriza por: 1) la expan-sión de la cultura de la imagen (fenómeno de estetización,entendido como el rápido fluir de signos e imágenes queimpregnan el tejido de la vida cotidiana hasta constituir-se en ideología del consumo, que asegura la superviven-cia del actual momento de la sociedad capitalista); 2) ciertaesquizofrenia provocada por la ruptura de la cadena designificantes en los mensajes (ya que el presente englobaal individuo y lo aísla de su historia); 3) la fragmentacióndel sujeto (que sustituye la patología cultural neurótica dela modernidad por la mengua de los afectos y, su emer-gente, la ansiedad). La cultura de la imagen es omnipre-sente. Ésta diluye al sujeto en la cultura de la estetizacióny en la objetivación del consumo, y provoca la pérdida dela historicidad de un individuo sometido a la velocidad dela información audiovisual, sin referencias temporales. Lasnuevas tecnologías son el producto de una nueva etapadel capitalismo que requiere, aún más que en la moderni-dad, del consumo masivo.9 En consecuencia, la estetiza-ción, la ahistoricidad y el consumismo generan un ethoshedonista que se diferencia de su antecedente modernovanguardista: ya no se puede ser transgresor de la moral,porque el placer ya no está proscrito. Este marco lo consi-deramos compatible con una ética liberal (pero desprovis-ta de principios rigurosos y sustentada por individuos sinconvicción), con la primacía de los dictados de la econo-mía neoliberal (individualista y desolidarizada) y con laglobalización (vista la equidistancia del hombre numérico,9 F. Jameson, Posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo

avanzado, Paidós, Barcelona, 1992.

Page 15: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

27

quien se siente a sus anchas, global, en la virtualidad delciberespacio).

Erich Fromm (psicoanalista y célebre pensador alemán,1900-1980) hacía un diagnóstico, a comienzos de la décadadel 40, que bien podría aplicarse en la actualidad: “nos sen-timos fascinados por la libertad creciente que adquirimos aexpensas de poderes exteriores a nosotros, y nos cegamosfrente al hecho de la restricción, angustia y miedo interio-res, que tienden a destruir el significado de las victorias quela libertad ha logrado sobre sus enemigos tradicionales”, yes que en el capitalismo, cuando pierde su espíritu liberal,en tanto actividad económica, el éxito y las ganancias sevuelven fines en sí mismos. Y así la razón de ser del ciuda-dano devenido consumidor es la de contribuir al fortaleci-miento de este sistema económico, no ya para lograr su pro-pia “salvación”, sino para cumplir con su papel de “engra-naje destinado a servir propósitos que le son exteriores”.10

Los pensadores que se adhieren a la corriente posmo-derna (Lyotard, Derrida, Foucault, Baudrillard, Vattimo,Rorty, Gadamer, entre otros) han interpretado, algunosmuy tempranamente, la ruptura con la concepción moder-na que encarnan Hegel, Kant, Kierkegaard, Marx, Freud,Russell, Althusser, Rawls (por sólo nombrar a algunos deaquellos más actuales que dejaron su decisiva impronta ennuestra cultura occidental), y han descripto su época. Pero,además, el posmodernismo ofrece su propio paradigma. Essobre este punto que arrecian las críticas.

Para culminar esta introducción, deseamos recordarque el siglo XX, el más cruel de toda la historia, el del su-frimiento inútil como diría Hobsbawm, provocó un enor-me descreimiento respecto de las posibilidades del pensa-miento filosófico, que se ejemplifica con este párrafo delfilósofo rumano Emile Cioran:

10 E. Fromm, Miedo a la libertad. Paidós, Madrid, 1987.

Page 16: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

28

Frente a la música, la mística y la poesía, la actividad filo-sófica proviene de una savia disminuida y de una profun-didad sospechosa, que no guardan prestigios más que paralos tímidos y los tibios. La filosofía —inquietud impersonal,refugio junto a ideas anémicas— es el recurso de los queesquivan la exuberancia corruptora de la vida. Poco más omenos todos los filósofos han acabado bien: es el argumen-to supremo contra la filosofía. El fin del mismo Sócrates notiene nada de trágico: es un malentendido, el fin de un pe-dagogo, y si Nietzsche se hundió fue como poeta y visiona-rio: expió sus éxtasis y no sus razonamientos... qué pocosde los sufrimientos de la humanidad han pasado a su filo-sofía... Se es siempre impunemente filósofo: un oficio sin des-tino que llena de pensamientos voluminosos las horas neu-tras y vacantes... ¿Y acaso esos pensamientos se han mate-rializado en una sola página equivalente a una exclama-ción de Job, a un terror de Macbeth o a una cantata? El uni-verso no se discute, se expresa. Y la filosofía no lo expresa.El filósofo “enemigo del desastre, es tan sensato como la ra-zón y tan prudente como ella”. No comenzamos a vivir real-mente más que al final de la filosofía, sobre sus ruinas, cuan-do hemos comprendido su terrible nulidad, y que era inútilrecurrir a ella, que no iba a sernos de ninguna ayuda. Quéventaja hay en saber que la naturaleza del ser consiste en“voluntad de vivir” en la “idea”, o en la fantasía de Dios ode la Química. Simple proliferación de palabras, sutiles des-plazamientos de sentidos… Sólo estamos seguros en nues-tro universo verbal, manejable a placer, e ineficaz. El ser mis-mo no es más que una pretensión de la Nada. El ser es mudoy el espíritu charlatán. Eso se llama conocer. La originali-dad de los filósofos se reduce a inventar términos. Estamosabismados en un universo pleonástico en el que las interro-gaciones y las réplicas se equivalen.11

11 Emile Cioran. Breviario de podredumbre, Taurus, Madrid, 1997.

Page 17: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

29

Por su parte, Eric Hobsbawm opina que “la destruccióndel pasado es uno de los fenómenos más característicos ychocantes del siglo XX. La mayoría de los jóvenes crecenen una especie de presente continuo, sin relación orgánicacon el pasado público de los tiempos que viven”.12

12 E. Hobsbawm, The age of extremes, Abacus, London, 1998 (traduccióndel autor).

Page 18: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

31

Capítulo I

Individuo y sociedadposmodernos

Page 19: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

33

Ocurre en cada pulsación de tu sangre.No hay un instante que no pueda ser el cráter del Infierno.

No hay un instante que no pueda ser el agua del paraíso.

No hay un instante que no esté cargado como un arma.En cada instante puedes ser Caín o Siddartha, la máscara

o el rostro.

En cada instante puede revelarte su amor Helena de Troya.En cada instante el gallo puede haber cantado tres veces.

En cada instante la clepsidra deja caer la última gota.

“Doomsday”, Jorge Luis Borges

La identidad moderna, según la analizaban los científicospositivistas, partió de un concepto de unidad, integralidady homogeneidad, en tanto para el posmodernismo la iden-tidad es algo fluido, relacional, que adquiere diferentes for-mas y que más que una esencia es un proyecto en marcha.

Comienzan a presentarse, hacia fines de la década del70 del siglo pasado, tres variables que van generando unethos hedonista que se consolida en la última década delsiglo XX. Se trata de una ética de la estetización, la pérdi-da de nexos históricos y el consumismo que es funcionalal neoliberalismo imperante. Esta nueva moral individua-lista está desprovista de principios rígidos y es sustentadapor individuos lábiles y sin convicción. La vanguardia in-dividualista de fines del 60 da paso a un sujeto que ya noes transgresor de la moral religiosa ni de la ética conser-vadora. Entre otras características, presenciamos el fin delestilo personal en el arte, ya que nuestros lenguajes cultu-rales han perdido los ideales de lo original a manos de lonovedoso tecnologista; en tanto a la muerte de las ideolo-gías corresponde un paradigma religioso blando al tiem-po que se habilitan caminos al surgimiento de sectas detodo tipo; por otra parte la cantidad de información es tan

[33]

Page 20: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

34

grande (y por lo mismo inasible, inútil, ya que no vienejerarquizada) que se pierde la escala humana, dando lu-gar a la cómoda virtualidad para evitar el vértigo.

Paul Virilio nos comenta que el reemplazo de la velo-cidad vehicular de los cuerpos por el viaje sin desplaza-mientos que deja la organización del ritmo vital a los ins-trumentos termina reduciendo la voluntad a cero (frentea la pantalla del televisor o de la computadora) y permi-tiendo que la “visión de la luz en movimiento (que no otracosa son las pantallas) reemplace la búsqueda de cualquiermovimiento personal” al tiempo que evita riesgos, sobretodo el de la relación interpersonal que provocan inusita-damente los viajes físicos.13 El tiempo queda, así, limitadoa un continuo instante (presente permanente), donde seha perdido la percepción directa de la realidad y la posi-bilidad de “hacer historia” (o interactuar sobre su reali-dad), ya que el encierro del instante provoca el someti-miento de la voluntad a la percepción electrónica.

Beatriz Sarlo, en un texto de gran claridad, analiza lacondición posmoderna, sin descuidar el comportamientoindividual. El sujeto posmoderno es descripto en el marcode un clima muy especial (en este libro Sarlo escribe “des-de” el Buenos Aires de mediados de la década del 90):“veinte horas de televisión diaria por cincuenta canales,y una escuela desarmada, sin prestigio simbólico ni recur-sos materiales; paisajes urbanos trazados según el últimodesign del mercado internacional y servicios urbanos enestado crítico”. Este ambiente porteño ejemplifica lo queocurre en gran parte de Occidente en vías de desarrollo,debido a la homogeneización cultural omnipresente:

… la reproducción clónica de necesidades con la fantasíade satisfacerlas es un acto de libertad y de diferenciación.

13 P. Virilio, La estética de la desaparición, Anagrama, Barcelona 1988.

Page 21: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

35

Si todas las sociedades se han caracterizado por la repro-ducción de deseos, mitos y conductas (porque de ellas tam-bién depende la continuidad), esta sociedad lo lleva a cabocon la idea de que esa reproducción pautada es un ejerciciode autonomía de los sujetos. En esta paradoja imprescindi-ble se basa la homogeneización cultural realizada con lasconsignas de la libertad absoluta de elección.14

14 Beatriz Sarlo, Escenas de la vida posmoderna, Ariel, Buenos Aires,1994; nótese que este libro es publicado en 1994, cuando la Argentinaera considerada en el mundo un modelo de evolución de la moder-nización liberal.

Page 22: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

36

Page 23: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

37

Impasse autocontemplativo

Lo viejo se muere, lo nuevo todavía no ve el día,

y en este claroscuro surgen los monstruos

Antonio Gramsci

La ampliación social de un hedonismo normalizado y ad-ministrado, higiénico y racional sucede al fin del disfrutesin límites del hippismo y del militantismo juvenil de iz-quierda. El impasse autocontemplativo incluye las aspira-ciones al bienestar material y al entretenimiento; el amora sí mismo estimula una dedicación cada vez mayor alos cuidados corporales. Hedonismo prudente que se ma-nifiesta en una proliferación de técnicas de trainning físi-co, medicinas blandas, regímenes dietéticos, relajación,productos para el cuidado personal, productos light, bio,cirugías estéticas que simulan algún retardo del paso deltiempo o que corrigen desviaciones del modelo masificado:Narciso que se define por un trabajo de autoconstrucción(body-building) y de autoabsorción (anorexia/bulimia).

En ese marco surge un sujeto que se separa del indivi-dualismo disciplinado y militante, heroico y moralizadorde 1968. Se impone así, hacia mediados de la década del70, un individualismo à la carte sobre la base de un hedo-nismo que tiende a hacer del logro íntimo el fin de la exis-tencia: nuevo individualismo, escindido del imperio deideales sociales y de todo rigorismo.15 La autoedificación

[37]

15 Gilles Lipovetsky, L’ère du vide, Paris, Folio-Gallimard, 1993.

Page 24: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

38

de sí mismo sin vía colectiva, se impuso con desencantopero de modo generalizado.

Volviendo sobre 1968, particularmente a lo que haceal Mayo francés, intentaremos comprender qué ocurrió enmenos de 20 años, las razones por las que se produjo taltransformación en el sujeto. El discurso de Mayo llevabaimplícito cuatro premisas: crítica (“el patriotismo es unegoísmo en masa”; “acumulen rabia”), espontaneidad(“abajo el socialismo realista, viva el surrealismo”; “exa-gerar, ésa es el arma”), imaginación (“la imaginación alpoder”; “sean realistas: pidan lo imposible”), disfrute (“lapoesía está en la calle”; “decreto el estado de felicidad per-manente”).16 La revolución política había fracasado, losestudiantes reemplazaron a los obreros aburguesados paraproducir una revolución cultural: ¿acceso de fiebre de lajuventud, complot subversivo, crisis de civilización, con-flicto social o político, nueva forma de la lucha de clases,simple encadenamiento de circunstancias?17 Quizá todoeso y algo más, pero que tardó muy poco en agotarse. Lafilosofía francesa de la época se volvía nihilista, radica-lizando el pesimismo alemán, que portaba ya los gérme-nes de la disolución del yo, del sujeto, en la década del80. La tendencia narcisista ya estaba presente en 1968,aunque se disfrazara de militante, para luego devenir cla-ramente hedonista una década después, un antihuma-nismo proveniente de la filosofía en boga de la época(estructuralismo), que es la que desencadena la violencia.

El pensador Castoriadis opina que el Mayo del 68 cons-tituye un movimiento político, profundamente marcadopor una dimensión mesiánica, utópica, pero fraternal y

16 Los graffitis han sido extraídos de la página de Internet http://www.dim.uchile.cl/~anmorier/ideas/graffiti.html.

17 L. Ferry y A. Renaut, La pensée 68: Essai sur l’antihumanismecontemporain, París: Gallimard, 1985.

Page 25: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

39

comunitaria.18 Y afirma que lo esencial del movimiento noresidía en los reclamos provenientes de utopías izquierdis-tas, sino en las exigencias mismas del individualismo; susresultados no encarnaron en lo político sino en una for-midable liberación de costumbres, que a partir de allí nocesó de ampliarse hasta la década del 90. Por lo que estemovimiento debería considerarse, por sobre todo, como unaspecto de la crítica social. Por lo dicho, el paso del 68 alos años 80 se realiza con la radicalización del individua-lismo y el abandono de las verdades universales.

Complaciente consigo y autorreferencial, libre de cul-pas, el individuo que cambia de siglo, que intentamos des-cribir, ya no necesita “ser” sino que, al emanciparse de latradición, se conforma con “estar siendo”. Esto represen-ta un estado de permanente fuga que lo excusa de reflexio-nar sobre su circunstancia y viabilidad futura. De otro lado,el estado de hiperrealidad (virtualismo) que surge de la re-volución de los medios de comunicación, al construir unnuevo entorno social, lleva a la disolución de la realidadobjetiva y, con ella, del ego individual que la modernidadpostuló como actor social y conciencia autónoma.19 En eléxtasis de la comunicación, los conceptos de autonomía yvoluntad individual son impensables porque el individuoen estado de hiperrealidad ya no mantiene ninguna rela-ción objetiva con su ambiente. Para Baudrillard, esta situa-ción es profundamente obscena porque borra cualquier dis-tinción que pueda existir entre la identidad individual ysu entorno: al perder vigencia los pares binarios clásicos,sujeto/objeto y público/privado, ya no hay vida privada,ni intimidad, pues el individuo se disuelve en la comuni-cación, creando una nueva forma de esquizofrenia.20

18 Cornelius Castoriadis. L’institution imaginaire de la société, Paris,Seuil, 1980.

19 Alain Touraine. Critique de la modernité. Paris: Fayard. 1994.20 Jean Baudrillard. Simulacres et simulations. Paris : Editions Galilée, 1990.

Page 26: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

40

Por lo dicho hasta aquí no debería llamar la atenciónque, de un tiempo a esta parte, se haya hecho un cultode la juventud, “divino tesoro”, que ya no se refiere a laentrega al amor bucólico o a ideologías utopistas: se en-salza la juventud como un valor sin que, bajo ningún pun-to de vista, se pueda considerar como una virtud sinocomo un estadio cronológico en el curso de la vida y queno tiene ningún mérito en sí mismo, más que la frescuray la inocente torpeza de la tierna edad. Si en otras épocaslas cantantes de ópera, las actrices de teatro y luego decine, eran modelos de mujer, las más deseadas, hoy la so-ciedad de consumo presenta a adolescentes como mode-los de belleza y objeto de todo el deseo masculino. Comosi cualquier rasgo del paso del tiempo pudiera arruinar labelleza, se prefiere a niñas adolescentes, de 15 años o me-nos, para promocionar y vender cualquier tipo de produc-to. No es sino la moda y la publicidad la que impone estenuevo paradigma hueco, vacío de todo contenido, sin unavoz, un gesto, con los que antes las actrices completabanel modelo con alguna manifestación de personalidad, y nouna simple imagen (máscara) y un caminar antinatural,aunque estudiadamente provocador, por una pasarela.

Por otra parte, como el primado del ego ha sido plebis-citado y el otro puede ser prescindible, se debilita el amorcortés: en este nuevo escenario, en el cual la relación deuno con otro sexo parece más marcada por la disuasiónque por la seducción, el amor físico ha sido banalizado.Son tiempos en que algunos prefieren la compañía demascotas domésticas, que sólo reclaman el mínimo com-promiso del alimento diario, por sobre las complejidadesde la convivencia en pareja.

Pero, ¿qué ha ocurrido con la mujer? Recién en los años70 del siglo pasado la mujer parece haber conquistado ple-namente el poder de decidir sobre sí misma, sobre su fe-cundidad, sobre su cuerpo, de imponer su derecho a de-

Page 27: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

41

dicarse a cualquier actividad. Gilles Lipovetsky nos recuer-da que la mujer pasó de ser un mal necesario, denuncia-da por sus vicios y estigmatizada como tramposa, un serinferior en la antigüedad, a ser, a partir de la caída de nu-merosos tabúes y gracias a la dinámica igualitaria, unapersona que aún continúa en la lucha por sus derechospero a partir de un feminismo que no va contra su femi-nidad y que no diaboliza al hombre; y que ha pasado por(“segunda mujer”) ser objeto de admiración, hacia el si-glo XVIII con la aparición del amor cortés, para ser valo-rizada posteriormente como esposa, madre y educadorade niños, aunque aún no reconocida igualitariamente res-pecto del hombre. Esta “tercera mujer” está lejos de losideales de las primeras luchas feministas efectivas. De loque se ha tratado en nuestros tiempos posmodernos es delrescate de la diferencia, en donde la mujer cada vez vaconsolidando más su libertad de gobernarse a sí mismapero con papeles diferenciados. Así, sus tradicionales fun-ciones en el hogar y la familia no se mantienen sólo porel peso de la tradición cultural, sino porque esas tareas en-riquecen la vida emocional y relacional de la mujer, ya queconservan en sí mismas una dimensión de sentido: “los có-digos sociales que, como las responsabilidades familiares,permiten la autoorganización, el dominio de un universopropio, la constitución de un mundo cercano emocionaly comunicacional, se prolongan cualquiera sea la críticaque los acompañen por parte de las propias mujeres”.21

Sin embargo, si bien es enriquecedor que esta nuevatendencia de la mujer, casi de rechazo del mundo mas-culino (lo público, lo racional, el poder) en tanto preservasu mundo (lo íntimo, lo privado, la seducción y el amor),que ya no envidiaría más el mundo del hombre (deseosfálicos, que implican poder), la presencia de lo femeninoen los asuntos sociales, políticos y públicos en general, no21 Gilles Lipovetsky, La tercera mujer, Anagrama, Barcelona, 1999.

Page 28: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

42

es algo que podamos darnos el lujo de prescindir. El granpensador argentino Ernesto Sábato considera que una so-ciedad más humana es una sociedad más femenina, don-de la lucha por el poder no lo impregne todo. Desde lue-go que la sociedad estaba perdiendo cuando la mujer que-ría ser hombre, porque preservar las diferencias hace lariqueza de lo humano, pero los valores de la mujer no pue-den quedar relegados al ámbito íntimo, sino que es nece-sario que trasciendan a lo público.

Seguramente esta nueva tendencia femenina de la quehabla el pensador francés no es ajena de la lógica indivi-dualista posmoderna, la que no significa que cada uno sehaya vuelto un consumidor esclarecido, administradoravisado de su vida y de su cuerpo. Así, mientras se pres-ta mayor atención a la apariencia que al espíritu, se ace-lera la impronta de numerosas formas de autocontrol: fri-volidad de unos que coexiste, sin culpas, con la profun-dización de la marginación social de no pocos.

Quizá esto sea así porque se confunde el espíritu del pro-testantismo (cuna del capitalismo, a decir de Max Weber22 )y su exaltación de desinterés con la moderna doctrina delegoísmo, que sería (según, entre otros, Bernard Mandeville23 )el motor más poderoso de la conducta humana. Al respecto,Erich Fromm nos aclara que todo proviene de la confusiónentre egoísmo y amor a sí mismo, en su identificación, cuan-do el egoísmo narcisista constituye en verdad lo contrario: “ensu dinámica inconsciente hallaremos que el egoísta, en esen-cia, no se quiere a sí mismo sino que se tiene profunda aver-sión (…), su narcisismo constituye la sobrecompensación dela carencia básica de amor a sí mismo”.24

22 M. Weber, L’etique protestante et l’esprit du capitaisme, Plon-Agora,Paris, 1999.

23 B. Mandeville, Recherche sur la nature de la societé , Babel, Paris, 1998(originalmentte publicado en 1723 bajo el título de La fábula de las abejas).

24 E. Fromm, Miedo a la libertad, Paidós, Barcelona, 1987.

Page 29: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

43

Individualismo y política

La sociedad posmoderna no tiene más ídolos

ni tabúes,ni una imagen gloriosa de sí misma,

ni un proyecto histórico movilizador

Gilles Lipovetsky

25 T. Eagleton, Las ilusiones del posmodernismo , Paidós, Buenos Aires,1997.

[43]

Los políticos neoliberales, del mismo modo que la culturahedonista-narcisista, celebran el “Yo”, el logro inmediatode los deseos y trabajan en paralelo para dualizar las de-mocracias: generan más flexibilización de controles esta-duales (¿mayor libertad?) y más exclusión social, mayorautovigilancia higiénica y más toxicomanía, mayor recha-zo a la violencia y más delincuencia en las orillas, mayordeseo de confort y más homeless, mayor amor por los ni-ños y más familias sin figura paterna.

El profesor de Oxford de extracción socialista, TerryEagleton, opina que como las energías revolucionarias fue-ron gradualmente decayendo, la preocupación por el cuer-po vino a ocupar su lugar: “con el cambio de los tiempos,los leninistas fueron portadores de credenciales lacanianasy todo el mundo saltó de la producción a la perversión; elsocialismo de Guevara dio paso a las somatizaciones deFoucault y Jane Fonda”.25 Al parecer, en el pesimismo delpsiquiatra Michel Foucault, opuesto a sus cualidades máspolíticamente activistas, la izquierda pudo encontrar unarazón sofisticada que puede justificar elegantemente su pro-

Page 30: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

44

pia parálisis política. La sexualidad se convierte a partir delos años 70s en el fetiche más de moda de todos26 (ademásdel dinero), en tanto la preocupación por la salud física haaumentado hasta convertirse casi en una neurosis mayor.El cuerpo (la salud, pero fundamentalmente las aparien-cias) habría desplazado a las políticas radicales: la preocu-pación por el cuerpo encajaría perfectamente con las sos-pechas posmodernas sobre los grandes relatos modernos(ideas de fundamentación universal) así como con su ape-go al pragmatismo y lo concreto, y a la celebración (al me-nos de los posmodernos franceses) del placer. El cuerpoofrecería para el posmodernismo un modo de conocimien-to más íntimo que la despreciada racionalidad iluminista.

Pero, además, si por un lado el hedonismo conllevauna labor permanente de reciclaje y de autovigilancia, porel otro degrada el sentido del esfuerzo y del trabajo, pre-cipita el derrumbe de las instancias tradicionales de con-trol social (tradiciones, familia, escuela, iglesia, sindicatos)y produce desocialización y criminalidad. Narciso presen-ta dos perfiles, bajo una contradicción engañosa: aparen-tando integridad y responsabilidad, está perdido y solo,sin destino e insensible frente a los otros. Cultiva la vidapresente, creando serios problemas a la edificación del fu-turo de las democracias: su apego a vivir el momento pro-duce sobreendeudamiento, caída del ahorro, primado dela especulación por sobre la inversión, fraude y evasiónfiscal. La sociedad posmoderna no avanza hacia una ma-yor tolerancia y regulaciones flexibles. Asistimos al rena-cimiento, tan espectacular como sorprendente, de losintegrismos y las ortodoxias religiosas. En las antípodas delos valores individualistas, el neointegrismo religioso recha-za el derecho a la adaptación de la tradición y aboga poruna sumisión implacable a la ley. Sin embargo, por otra

26 Eagleton nos recuerda que para Freud un fetiche es aquello que obturaun resquicio intolerable.

Page 31: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

45

parte asistimos a la emergencia de la era de la New Age,o de las religiones a medida. Extremismo dogmático ysincretismo narcisista son dos polos que se mantienen per-fectamente aislados.

El carácter sagrado del presente privado ha contribui-do, en gran parte, a acentuar el rechazo de la clase políti-ca e incluso a la desculpabilización del discurso racista. Lacomunicación en esta era hedonista favorece el hiperrea-lismo del presente frente a los grandes flujos de inmigra-ción: lo que preocupa en la vida cotidiana de los paísesdesarrollados es la amenaza del extranjero. La descalifi-cación de los grandes proyectos ideológicos y de los par-tidos políticos ha conducido al crecimiento de las extre-mas derechas en Europa (riesgo que alarga su siniestrasombra en nuestra Latinoamérica, frente al desprestigio dela dirigencia política tradicional): toda una categoría depoblación ha podido reconocerse en un discurso que ex-plota la actitud contestataria, las múltiples frustracionese inquietudes, las dificultades de vecinazgo, del miedo endefinitiva, sin que por ello se vuelva a afirmar cualquiersuperioridad racial ni la voluntad de destruir a las demo-cracias pluralistas. Hasta el pensamiento de la extremaderecha se ha vuelto light para mejor adaptarse al electo-rado posmoderno. De ahí las dificultades que encuentranlos políticos tradicionales para alertar eficazmente a lapoblación sobre el renacimiento fascistoide.

El reclamo hacia la dirigencia de “protección del extran-jero” es una expresión del vacío y de la ansiedad posmo-derna. El rotundo fracaso de los partidos políticos en cuan-to a su tarea de representación de la sociedad ha dado cur-so a la posibilidad de que la ciudadanía se resista a asu-mir compromisos políticos mayores: tasas de abstenciónrécord, desafiliación sindical, las protestas se vuelven cor-porativas, en defensa de intereses particulares, y es en este

Page 32: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

46

caldo de cultivo donde crece la reacción. Son épocas defractura social; sobre ello, Beatriz Sarlo nos ilustra:

la dulcificación de las costumbres privadas, en las capasmedias educadas, sigue los pasos de una dureza crecientedel espacio público y del nicho socio-ecológico ocupado porlos más pobres. Esta divergencia es uno de los datos de losúltimos años en América Latina: capas medias-altas sensi-bilizadas a todos los temas del abanico finisecular y secto-res expulsados de los umbrales mínimos que la moderni-dad consideraba un derecho. Esta oposición es adecuada-mente dramatizada por las industrias informativas que, almismo tiempo, recaudan su prestigio en uno y otro lado delínea, en la medida en que las oposiciones fuertes son siem-pre espectaculares para las víctimas y para los que por elmomento no lo son o están seguros de no serlo.27

Frente a una ciudad que debería ser un espacio socia-lizador, equilibrador y enriquecedor de la personalidad, lasgrandes metrópolis actuales parecerían profundizar la na-turaleza esquizoide de la nueva personalidad urbana, quepromueve los contactos superficiales y el carácter transito-rio de las relaciones sociales y el individualismo. Lo que creauna suerte de anomia alentada por la soledad omnipresen-te, el aturdimiento sonoro y lumínico y la prosecución desatisfacción de necesidades personales vitales a través de laprivilegiada vía del consumo. Todo ello genera un aumentode la conflictividad social que se manifiesta en forma de com-portamientos desordenados de carácter individual o grupal:vandalismo, criminalidad y violencia, así como locura ymarginación. Se suma a ello el creciente desinterés social,que se hace más patente en las ciudades, hacia las perso-nas que por una u otra razón se sitúan fuera del ámbito pro-ductivo: ancianos, inmigrantes y desempleados; desde el27 B. Sarlo, “Sensibilidad, cultura y política”, en Varios. Observatorio S.

XXI, Paidós, Buenos Aires, 2002.

Page 33: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

47

punto de vista de la productividad y la competitividad sonun residuo que carece de valor de uso o de cambio.

El hedonista posmoderno busca orden, límites y res-ponsabilidad a su medida. La despenalización moral dela xenofobia, el desprestigio del amor al otro y el culto deldinero no ocultan la otra cara del air du temps: el consen-so en cuanto a los derechos del hombre, el benevolado, lapreocupación ética en la comunicación y en la investiga-ción biológica, respecto del medio ambiente. Pero no exis-te contradicción alguna entre el triunfo del individualis-mo y esas nuevas aspiraciones éticas, ya que se trata deuna moral indolora, sin obligación y sin sanción, con unmínimo de compromiso que, sin embargo, es suficientepara tranquilizar conciencias. Por otro lado, las últimasgeneraciones, al apostar por los derechos del hombre, mos-traron convencimiento de que su progresivo triunfo, lejosde manifestar el “fin de la historia”, estaría marcando laderrota definitiva de las mediocres dictaduras, de las ti-ranías. Nuestra memoria se mantiene viva y alerta respec-to de los crímenes contra la humanidad y para conjurarnuevos peligros llevamos a la práctica la construcción deun incipiente derecho internacional con categorías pena-les y sus tribunales, a la espera del establecimiento de unapolicía mundial a su servicio.

Sin embargo, dudamos al momento de definir conexactitud qué significa el concepto de humanidad en tiem-pos en que tres revoluciones nos han sacudido: la revolu-ción económica global, comúnmente llamada globaliza-ción; la revolución informática, concomitante con la an-terior; y la última novedad, la revolución genética. Laglobalización, portadora de promesas incontestables parala humanidad, con el acompañamiento del genio de lademocracia ya domesticado, resultó estar llena de amena-zas, siendo la más grave la de la erosión política. Esto úl-timo significa poner en duda la capacidad humana de

Page 34: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

48

actuar colectivamente sobre los acontecimentos. La revo-lución numérica, con su inmediatez virtual y su sofisti-cada utilización de medios tecnológicos para transmitirtan pobres mensajes, hace emerger un nuevo continente:Internet, que termina por mostrar su soberana eficienciaen todos los dominios del hombre, desde la cultura al co-mercio, pasando por las finanzas y las comunicaciones yla transmisión de “data” en general. La revolución gené-tica, que ya se muestra ampliamente gobernada por loslobbies inconfesables de la biotecnología, queda sometidaa las leyes del mercado antes que a la bioética.

Si a las promesas de la modernidad tardía de un mun-do mejor, más justo, libre de dictaduras, de otros some-timientos y holocaustos que sacudieron la primera mitaddel siglo XX, las confrontamos con la dura realidad queheredamos de estas tres revoluciones (¿progreso?) pode-mos comprender la desorientación del aparato de reflexiónde la humanidad (la intelectualidad), que aparece frag-mentado en el pensamiento. Nos preguntamos si quien seocupa de bioética comprende qué es la globalización, y silos expertos en esta nueva disciplina, a su vez, compren-den los terribles alcances de la revolución numérica, sindescuidar, entre sus temas de reflexión, las consecuenciasde los avances en el diseño del mapa genético humano.Mucho más difícil parecería imaginar a los científicos nu-méricos y expertos en comunicaciones ocuparse de los pro-cesos económicos globales y de la primacía de los merca-dos por sobre cualquier consideración política o ética.

Parecería que recién comenzamos a comprender quelos problemas principales, los peligros más inmediatos,no son forzosamente los que están ligados a tal o cual aspec-to de las revoluciones citadas sino a la interacción de lastres, a las influencias mutuas, interferencia incontroladade una sobre la otra, aceleración intempestiva que potenciael valor de las restantes. No es el avance científico lo que

Page 35: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

49

28 G. Lipovetsky, 1993, op. cit.29 Martin Bubber, ¿Qué es el hombre?, Breviarios-Fondo de Cultura

Económica, México D.F., 1985.

asusta respecto de la biotecnología y la genética, sino siva a ser el mercado quien va a dominar la revolución del ge-noma humano, más allá de toda voluntad política que ne-cesariamente debe apoyarse sobre una ética (en tanto losmercados sólo se apoyan en su propia lógica). La violen-cia de estos cambios nos condena, lo queramos o no, aabordar la realidad desde un enfoque interdisciplinario:esas tres mutaciones requieren de un pensamiento conjuntoy coordinado, abarcativo y global, sistémico, sin el cualel proyecto de la tecnociencia creará sus propias formasde dominación, frente a un paradigma democrático quese muestra impotente y obsoleto. De no ser así, nos espe-rará un nuevo colonialismo esclavista, eugénico y nihilis-ta, bajo el manto de un nuevo look maquillado por la fa-talidad, que no dejará resquicios para el pensamiento lú-cido, comprometido y, llegado el caso, combativo.

En este marco, sin guías ni líderes, con la democraciadevaluada y la solidaridad olvidada en el cajón de los re-cuerdos, el espíritu de abnegación se ha vuelto irrisorio, alreforzarse la pasión del ego, del bienestar y de la salud. Enla actualidad el corazón se combina con la complacenciade la frivolidad, los valores con el interés, la bondad con laparticipación acotada, la preocupación por el futuro conlas aspiraciones del presente: “sea cual fuere el estado degracia de la ética, la cultura del sacrificio ha muerto, al tiem-po que hemos cesado de reconocernos en la obligación devivir por otra cosa que no sea nosotros mismos”.28

En todo caso, quizá convenga recordar a Martin Bubber:“Únicamente cuando el individuo reconozca al otro en todasu alteridad como se reconoce a sí mismo, y marche desdeese reconocimiento a penetrar en el otro, habrá quebranta-do su soledad en un encuentro riguroso y transformador”.29

Page 36: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

50

Page 37: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

51

Sociedad de la incertidumbre

Advertimos que nos encontramos en un período

de bifurcación al que no se aplica el concepto de

la ley clásica de la naturaleza

Ilya Prigogine

En nuestro tiempo posmoderno han caído todos los deter-minismos (ideológico, económico, tecnológico), presentán-dose un escenario donde parece haber más riesgos que cer-tidumbres. Como siempre, nos enfrentamos a un “jardín delos senderos que se bifurcan” (metáfora borgiana del labe-rinto de la vida), red multidireccional donde se nos ofre-cen infinitos caminos posibles e imposibles al mismo tiem-po: una vez que se ha emprendido uno, las otras posibili-dades se vuelven intransitables, debido a la irreversibilidaddel tiempo. Se hace presente como nunca la dualidad en-tre el caos (las bifurcaciones) y el orden (el determinismo).Pero esta vez no estamos auxiliados por una guía de valo-res, en tanto el saber se vuelve genérico, práctico y difuso.

El lingüista italiano Raffaele Simone manifiesta que enla actualidad asistimos a la tercera fase en la historia delmodo en que se forman los conocimientos: la primera co-incide con el invento de la escritura, que permitió fijar consignos las informaciones en un soporte estable; la segundacomienza con la invención de la imprenta, que posibilitó auna gran cantidad de personas el acceso a los textos. Nues-tra tercera fase ha comenzado hace unos 20 años con larevolución de los medios de comunicación: nuestro acceso

[51]

Page 38: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

52

al saber (entendido como conocimiento de todo tipo) pro-viene de diferentes fuentes, muchas de ellas audiovisualesy de soporte electrónico.30

Simone señala que es evidente que el medio que utili-za un mensaje influye decisivamente en la naturaleza mis-ma del mensaje: por ejemplo, la escritura nos permite ma-nifestar un saber más articulado y de mayor complejidad,quizá porque activa una forma específica de funciona-miento de la inteligencia. Los tipos de conocimiento queson comunes en la actualidad son menos articulados, me-nos sutiles y, es más, hasta pueden prescindir de su apo-yo en formulaciones verbales. No se puede inferir, comolo hacen algunos hipercríticos de la posmodernidad, queen el paso del siglo XX al siglo XXI se haya producido unadegradación cualitativa del conocimiento, sino que quizásólo haya cambiado su naturaleza. En tanto han ido cam-biando los instrumentos materiales de transmisión de co-nocimiento (la pluma, la imprenta, la computadora y losmedios audiovisuales), para la mente humana se ha tra-tado de un paso de la oralidad a la escritura y, en la ac-tualidad, se ha transitado de la escritura a la visión y laescucha coordinadas. Esto produce significativos cambiosen el trabajo que la mente ejerce sobre las informaciones,en cuanto al modo que las recibe y elabora: se activan nue-vos mecanismos y puede que otros pasen a reposo.

Ahora bien, lo que realmente es significativo es el cam-bio cualitativo de conocimiento que esta transición estáproduciendo: con la proliferación del chat (charla corta víaInternet, con su simbología propia como los emoticons oíconos de emociones31) y del “habla celular” (conversaciónparticular que se utiliza cuando se habla por teléfono ce-lular), “si bien sus propiedades estructurales todavía no30 Raffaele Simone, La tercera fase, Taurus, Madrid, 2001.31 Estos iconos y que aproximan lo escrito a lo hablado e incorporan

hasta la gestualidad.

Page 39: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

53

han sido descritas, pero no nos alejaremos mucho de laverdad si decimos que deben ser parecidas a aquellas dellenguaje de los jóvenes: genérico, carente de referentes pre-cisos, anclada en la nada; y a pesar de todo, imponente,creciente, desbordante”.32

Por otro lado, es de destacar que la complejidad de lavida moderna ha hecho que el conocimiento necesariopara el discurrir cotidiano se haya incrementado enorme-mente. Bastará pensar qué cantidad de software es nece-sario dominar para manejar los aparatos domésticos, co-menzando por la simple videocasetera. Esta complejidad,que es fácilmente aprendida por las nuevas generacionesy que provocan la desazón en los más viejos, implica ungran cambio cultural. El saber práctico que antes poseíanlas viejas generaciones hoy es dominio de los jóvenes, eincluso de los niños: los “viejos” quedan inexorablementeaislados en su mundo cognoscitivo, en tanto las genera-ciones “educadas” en los salones de los videojuegos pare-cerían ser los dueños de la era “tecnotrónica”.

Si seguimos a Bacon (El Avance del Saber) en lo que alas funciones intelectuales corresponde, y en relación a lacustodia del conocimiento, podremos notar ciertas diferen-cias que hacen de nuestro tiempo una época nueva: “elcometido del hombre es descubrir aquello que se busca opropone, o juzgar aquello que se descubre, o retener aque-llo que se juzga, o comunicar aquello que se retiene”.33 Nopodemos dejar de sentir cierta decepción con nuestra épo-ca si comparamos estas cuatro funciones con los conoci-mientos aproximativos y genéricos que nos propone lanueva tecnología de medios audiovisuales. Simone mani-fiesta que “de una buena parte de conocimientos sólo te-nemos el récord, una especie de ficha mental que contieneel nombre de la información y alguna nota genérica sobre32 R. Simone, op. cit.33 Citado por R. Simone, op. cit.

Page 40: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

54

ella,...y poseer el récord de un determinado conocimientono equivale en absoluto a disponer completamente de él”.¿Será que el homo videns que estamos incubando, entrela multiplicación de páginas de Internet y horas frente altelevisor, reemplazará al homo leggens con su cultura di-fusa?34 En todo caso el fenómeno es demasiado actual paraaventurar conclusiones. De lo que sí podemos estar segu-ros es de que las jóvenes generaciones están más entrena-das en su “inteligencia simultánea” (acostumbrados a loscódigos iconográficos, y donde se tratan al mismo tiempodiferentes informaciones; lo audiovisual no suele presen-tar una arquitectura temporal organizada, posee un len-guaje genérico y da referencia vagas, ya que es no propo-sicional), en tanto los que aún conservan una cultura dela escritura poseen más una “inteligencia secuencial” (ellenguaje alfabético —que es proposicional, analítico, es-tructurado y referencial— requiere una cierta sucesión queordene la información).35 Queda claro que el esfuerzo decomprender no se puede comparar con la vivencia del mi-rar. Pero incluso esto también es aplicable a determina-dos textos de gran éxito en nuestros días: el best-seller dela New Age de Paulo Coelho apela con sus textos a la in-teligencia simultánea, a esa “convivialidad” fácil, agrada-ble, con mensajes tan vagos en los que cualquiera puedereconocerse y hacer un oráculo de ellos. Simone cita el si-guiente párrafo:34 Giovanni Sartori, en su texto Homo videns (Taurus, 1998) manifiesta

que al aumento de consumo de televisión hay que atribuir unempobrecimiento de la capacidad de entender debido a que, a diferenciade la palabra escrita, la TV produce imágenes y anula conceptos, y deeste modo tiende a atrofiar la capacidad de abstracción y con ellanuestra capacidad de entender.

35 Será importante recordar esta tendencia que privilegia lo simultáneo(como en el arte, se requiere utilizar la inteligencia simultánea frente aun cuadro, al menos en una primera aproximación) cuando se analiceel paradigma estético que impone la posmodernidad.

Page 41: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

55

El guerrero de la luz tiene la espada en sus manos... Hay mo-mentos en la vida que lo conduce hacia una crisis: se ve for-zado a separarse de cosas que siempre amó. Entonces el gue-rrero reflexiona. Analiza si está cumpliendo la voluntad deDios o si actúa por egoísmo, y en el caso de que la separa-ción esté realmente en su camino, la acepta sin protestar.36

Coelho habla como los jóvenes posmodernos: de for-ma elemental, banal en cuanto al léxico, que es siempregenérico (vacío de referencias) visto que se dirige a un pú-blico individualista y autocomplaciente.

Pero Francis Fukuyama nos reconforta, desde su “granruptura”,37 al anunciar la reversión de las consecuencias nodeseadas, efectos colaterales (collateral damages, diría GeorgeW. Bush), de las tendencias negativas de la globalización ydel triunfo del mercado por sobre cualquier consideraciónpolítica. Según manifiesta, han disminuido los delitos conel auge de la nueva sociedad civil (confundiendo, quizá, elaumento de la represión policíaca y la aparición de la doc-trina de la tolerancia cero con el accionar de las ONG).Testimonia que el auge de organizaciones cívicas que, porejemplo, en los Estados Unidos se han multiplicado en elúltimo decenio, nos lleva a la reconstrucción de la gran rup-tura que habría tenido lugar con el tránsito de la sociedadindustrial a la posindustrial en los países desarrollados.Acepta (¿cómo negarlo?) que el deterioro de los valores delos últimos años ha tenido consecuencias nefastas, y cita latasa de divorcios, en los EE.UU., que creció de menos del 3por mil en 1950 a más de 5 en 1980; los hijos de padres nocasados pasaron de 5 a 31% entre 1940 y 1993; en tantomás de un 70% de los ciudadanos norteamericanos confíapoco o nada en su gobierno (fines de la década del 90). Elcorrelato de estas cifras es que el crimen ha pasado de en-

36 P. Coelho, Manual del guerrero de la luz, Planeta, Barcelona, 2000.37 F. Fukuyama, La gran ruptura , Atlántida, Buenos Aires, 1999.

Page 42: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

56

tre 100 y 200 episodios violentos por cada 100 000 habi-tantes a más de 700 en sólo 30 años. Dado que la mayoríade estas circunstancias son irreversibles, según el nipo-nor-teamericano, la reconstrucción en curso no puede signifi-car una vuelta a los viejos valores, sino el surgimiento denuevos patrones morales. Incluso si se ve un renovado augereligioso (en los EE.UU., por supuesto, que es desde dondeFukuyama mira el mundo, por CNN) afirma que no es con-secuencia de un auténtico renacer de la fe en Dios sino deun intento, muy válido por cierto, por rescatar la vida so-cial a través de los ritos comunitarios (lo que, desde luego,no amenaza en absoluto la supremacía de los mercadoscomo sí lo harían partidos políticos contestatarios, lo quedeja muy tranquilo a Fukuyama). Nuestro héroe aplaudela política de tolerancia cero con respecto al delito, ya queha sido ella la que estimuló el regreso de las familias de clasemedia (la “gente decente”) a los centros urbanos de dondehuyeron espantados por la marginalidad. Se ruega al lec-tor disculpar la ironía con que hemos venido tratando lasideas fukuyamistas, pero es que a este “pensador” no se leocurre mejor cosa que la brutalidad policíaca para acabarcon el crimen de los expulsados del sistema. Y todavía tie-ne otras muy buenas ideas para acabar con el humanismoque con tanto esfuerzo impuso la modernidad, y que tan-tas vidas costó.

El viejo orden se ha roto y un nuevo orden social esta-ría cobrando forma entre nosotros, basado en la represióny el nuevo sometimiento del trabajador disfrazado de com-promiso corporativo. Un mundo soñado por los cultores dela libertad a ultranza de los mercados, donde los valoresmorales de la sociedad son funcionales al mercado y el con-sumo, adaptados a la organización económica posindustrial¿No sería mejor ampliar fábricas que penitenciarías; centrosde reentrenamiento que incrementar el presupuesto de la

Page 43: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

57

38 P. Gamba, artículo “La reconstrucción moral según Francis Fukuyama”,en sitio www.analitica.com/cyberanalitica/neroli; ver tambien reportajeen sitio www.gurusonline.tv/es/conteudos/fukuyama.asp

represión? ¡Claro que no! Si lo que es admirable para él esla promoción de las “culturas corporativas”, donde los tra-bajadores frente al terror de perder sus empleos (y con elloel respeto de los hijos, de los amigos y el repudio del cónyu-ge; la pérdida de sí mismo) se identifican más que nuncacon los intereses de la empresa, dueña y señora de su vida.Nuevos vínculos de lealtad, que Fukuyama confunde conafinidad e incluso con afecto, que surgen de lo más animaldel ser humano: el instinto de supervivencia.

Fukuyama habla de “valores funcionales” (funcionalesal neoliberalismo, no ya a la humanidad, para lo cual lapalabra valores no necesita ninguna calificación comple-mentaria). Como comenta Pablo Gamba, desde un edito-rial de la revista electrónica Cyberanalítica: los fundamen-talistas del futuro no llegarán blandiendo una Biblia en unamano y un revólver en la otra, ni cimitarras bajo el símbo-lo de la media luna, sino con una sonrisa, elegantementevestidos y con una insignia empresarial en la solapa.38

La proliferación de post, neo, anti, hiper y otros prefi-jos reciclados refleja la dificultad para identificar y com-prender al mundo y los fenómenos contemporáneos, ade-más de expresar, sin lugar a dudas, la nostalgia que pro-duce la pérdida de lo conocido y la crisis de identidademergente. Más relevante aún, la confusión de valores estállevando hoy a su disolución: verdadero/falso, normal/anormal, e incluso bello/feo, son parejas de oposiciónsobre las que reposa la arquitectura del razonamiento, queson relativizadas por el pensamiento posmoderno. Por ello,a lo que quizá estamos asistiendo es a la nihilizacióndel pensamiento, al haberse socavado los fundamentossobre los cuales se edifica la socialización. Creemos que una

Page 44: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

58

sociedad puede adoptar las opciones culturales de su elec-ción, pero no puede descalificar las categorías lógicas sincaer en anomia social, que es también consecuencia delautismo individualista-hedonista, del que nos hemos ocu-pado en los apartados anteriores.

Page 45: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

59

Medios, consumismo y política

Así como la sociedad del Medioevo se balanceaba

entre Dios y el Diablo, nuestra sociedad pendula

entre el consumismo y su denuncia.

Jean Baudrillard

Los teóricos de la posmodernidad no sólo afirman que hacambiado la naturaleza misma de la sociedad sino quecuestionan la comprensión dominante que se tiene de larealidad: gracias a su ubicuidad, los medios de comuni-cación construyen la realidad. Realidad electrónica, inun-dada de imágenes y símbolos, que provoca el desvaneci-miento de cualquier realidad objetiva que se esconda de-trás de ellos. Nuestro mundo se está convirtiendo en unconglomerado de simulaciones que genera modelosvirtuales sin orígenes en la realidad.39 En este mundo desimulación se dificulta la diferenciación de lo imaginariode lo real, lo verdadero de lo falso. Y esta hiperrealidad seha convertido en el entorno cotidiano de gran parte de lahumanidad. López Arellano, en un artículo sobre “Rela-tivismo y Posmodernidad”, cita a Umberto Eco:40 “la ima-ginación americana exige cosas reales y para lograrlo fa-brica simulacros”; la extraordinaria ilusión de realismo queha sido recreado, a partir de un extravagante bricolaje de

39 J. Baudrillard, 1990, op. cit.40 José López Arellano –Universidad de Sherbrook, Québec–, artículo

“Relativismo y posmodernidad” en revista electrónica “Ciencia, ergosum” (http://ergosum.uaemex.mx), México, marzo 2000.

[59]

Page 46: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

60

estilos y objetos provenientes de todas partes del mundoy de diferentes épocas históricas, provoca una fusión dela copia con la realidad y, de hecho, la copia resulta másconvincente que el modelo original. En efecto, la meca dela hiperrrealidad es los Estados Unidos, con Las Vegas (es-pejismo en el desierto), Hollywood (mundo onírico y dela fascinación producido por la industria del cine) y los“parques temáticos” de Orlando (paraísos artificiales deldeseo para todas las edades).

Muestra acabada del avance posmoderno en los me-dios de comunicación son la proliferación de los realityshows (o muestra pública de la realidad tal cual ella suce-de, y en tiempo real): trozos de vidas anónimas, que noson actores sino gente común, que hace honor a la frag-mentación tan cara a las tendencias estéticas actuales; sinmotivo ni argumento se juntan personas dispares (claroque jóvenes) y se observa cómo interactúan, lo que per-mite la catarsis del televidente que prefiere quedarse antela pantalla que “salir” a la vida e interactuar con el otro,lo que conlleva sus riesgos (el espectador descarga emo-ciones desde su posición de observador no participante);pero, además, el televidente se siente reflejado en los par-ticipantes de tan particular show y, como son sus pares(podrían ser sus vecinos), se siente importante porque éltambién podría estar frente a las cámaras. Y todo esto sinasumir responsabilidad alguna, y logrando justificar sumoral blanda, que es la misma que aparece en las panta-llas (el que ayer traicionó a quien manifestó ser su mejoramigo, hoy condena gesticulando ampulosamente por lainconducta superficial de otro participante). Actores de símismos, es absolutamente indiferente lo que hagan o loque digan.

Jean Baudrillard comenta sobre Big Brother (el con-cepto de este programa pionero en los reality shows se havendido en todo el mundo y se pone en escena con actores

Page 47: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

61

locales; en Francia, por ejemplo, se llama Loft Story): “lo quela gente desea profundamente es un espectáculo de bana-lidad. En medio de tantas cosas que contar, de tanta vio-lencia que relatar, los medios han descubierto la vida coti-diana. La gente está fascinada y horrorizada al mismo tiem-po con la indiferencia del ‘rien à faire’ (o en el caso argen-tino, de la muletilla ‘boludo’, y en el mexicano de ‘guey’);el público movilizado como juez se ha vuelto ‘Big Brother’”.En efecto, la teleaudiencia cree tener el control y el poder y“con su voto afirma ‘así somos’ o ‘así no somos’”. El pen-sador francés cierra su comentario: “Nuestra época se havuelto experimental; la cultura occidental vive un tiempoen que tiene que simularlo todo”.41

Respecto de la nueva y creciente función social de losmedios de comunicación masivos y la intelectualidad, Bea-triz Sarlo comenta que

la soberbia “massmediática” no es sino el corolario de algoque, en primer lugar, fue explicado por los intelectuales tra-dicionales a los actores audiovisuales. Se habla menos deun proceso igual o más impactante: la reorganización delmundo de las ideas a partir de la transferencia de funcio-nes típicamente intelectuales (y políticas) a la industriacomunicacional: creo que este es el rasgo más notable de lavuelta del siglo. Hace 100 años los intelectuales competíanentre sí, dentro y fuera de los medios escritos; pero en lasúltimas décadas los intelectuales establecen sus ideas en unespacio donde éstas no son las únicas, ni siquiera las másprestigiosas. Por el contrario, un repertorio de figuracionessobre lo social-cultural reclama su autonomía de los inte-lectuales tradicionales (de origen académico, del campo ar-tístico o de la esfera política), aunque se alimente con es-quemas producidos por ellos.42

41 J. Baudrillard, artículo “Dust breeding”, publicado en sitio http://www.Ctheory.net.

42 B. Sarlo, 2002, art. cit.

Page 48: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

62

Para analizar la nueva intelectualidad (seguimos aGianni Vattimo en estos párrafos), se tienen que tomar encuenta ciertas variables, como el resurgimiento del nihi-lismo que reabre el diálogo filosofía-religión; el hecho deque el pluralismo filosófico, si se toma en serio su teoríade la interpretación, se tope nuevamente con la tradiciónjudeo-cristiana. Cuando el mundo se hace fábula porquela realidad se revela como un juego de interpretaciones,la metafísica se refuta a sí misma al no poder sostenerse,se renueva el nihilismo y revalora la experiencia estética,se provoca una tregua entre filosofía, ciencia y religión (seredefinen como diversos juegos del lenguaje, donde cadauno posee su legitimidad en tanto respete ciertos límites).

En la posmodernidad se prescinde de la concepción deque hay un lenguaje verdadero, todos tienen su validez(todas las verdades son interpretaciones). Derrida nos en-seña que se ha destruido la frontera entre metáfora y sig-nificado propio, no hay prueba de correspondencia entrelenguaje y verdad. Si escuchamos los signos de los tiem-pos (que en este caso se manifiestan en desprestigio de losgrandes relatos de la modernidad, pluralidad cultural, di-versidad, primacía de lo estético) con la caída del positi-vismo y del historicismo desaparecen las razones de serateo, al tiempo que surge una renovada autoridad de lasreligiones. Pero Vattimo afirma que, de todos modos, nose podría ir más allá de decir que “creemos que creemos”,lo que corresponde a una experiencia estética. La filoso-fía de occidente tiene que reconocer la influencia religio-sa judeo-cristiana, afirma el profesor de la Universidad deTurín, porque la historia del ser es la misma historia desalvación de la que habla la Biblia. La secularización delsiglo XXI no es sólo la disolución de lo sagrado, sino quees un aspecto esencial de la historia de la salvación, tal ycomo lo percibieron los filósofos modernos: la Biblia ha-bla del ser como evento y de Dios como alguien que aban-

Page 49: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

63

dona su propia trascendencia al crear el mundo y, luego,al enviar a Cristo. En nuestros tiempos, la filosofía debe-ría repensarse, entonces, sobre sus orígenes religiosos, altiempo que debe influir en la ciencia alertando que sus des-cubrimientos son históricos, por lo que mañana puedenser refutados. Incluso la física (última teología mística denuestra época, según Vattimo) aunque es un poderosoagente de explicación de la realidad, transpuesto cierto lí-mite se vuelve mito.

Planteados estos “a priori”, se puede continuar afir-mando que en nuestro tiempo, al haberse debilitado losfundamentos (la misma idea de fundamento es contesta-da), con un mundo vuelto metáfora, con la comunicacióninvadiéndolo todo, el mercado convirtiendo todos los va-lores de uso en valores de cambio, habiéndose desteñidolos conceptos de Estado-Nación e incluso de Humanidad,no ha quedado un lugar axiológicamente neutro para ha-cer teoría. En la modernidad, ser intelectual es pensar louniversal, desde la concepción a la que se adhiere; insta-larse conceptualmente en el mundo ideal para luego ba-jar al mundo real, con una metodología y un objetivo.¿Desde dónde pensar la posmodernidad? Si es que real-mente ésta existe…

Repensar la intelectualidad es redefinir la noción mis-ma de intelectual luego del debilitamiento de la democra-cia tradicional por desbordamiento de los marcosinstitucionales, en tanto se toma al mundo como horizontede referencia (globalización); con un individuo que nopuede ser concebido aisladamente sino desde sus compe-tencias comunitarias, surgiendo a la luz la diversidad queel afán homogeneizador no pudo tapar, que presenta unmúltiple universo de lealtades y opciones; con el consen-so sospechado de dominación de minorías, una comuni-cación socializada que presenta una incontenible variedadde mensajes y mensajeros; el progreso, contestado y la his-

Page 50: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

64

toria, revisada; el propio lenguaje perdiendo su legitimi-dad tradicional. Si es hijo de su tiempo y de su cultura,el intelectual contemporáneo será un interpretador reflexi-vo de mensajes, en una posición deliberadamente débildonde ninguna teoría tiene derecho de apropiación de fun-damentos. El intelectual-interpretador (hermeneuta), se-gún los lineamientos posmodernos, debería reconstruir losfundamentos sin ceder a la tentación del relativismo, de-jar de lado los monólogos coercitivos para afirmar la inter-subjetividad, la diversidad y la verdad entendida comoapertura. Queda claro, pues, que no se puede partir de na-cionalismos, ni de conservadurismos, ni neoliberalismospara interpretar nuestra época.

Volviendo al tema de la comunicación masiva, es evi-dente que las instituciones políticas en un sistema demo-crático difícilmente pueden seguir el ritmo de los deseosque impulsan los mass media . Sarlo advierte sobre “la sepa-ración, en la forma de gobierno, de lo judicial y lo político,la independencia de las burocracias administrativas queofrecen una resistencia a cambios que no observen cuida-dosamente las reglas que ellas establecen, ponen de malhumor a los medios, con menos razón que a quienes espe-ran, a las puertas de la sociedad, sin lograr nada”. Y esaimpaciencia sin tiempo se inscribe en las formas nuevasde sensibilidad: “en esta configuración la definición de ob-jeto es irrelevante, mientras que el acto lo es todo (porejemplo, el acto puro de compra, que los norteamericanosllaman ‘shopping spree’, el tipo de ideal de adquisiciónque no vale por el objeto sino por el gesto). La otra impa-ciencia, que tiene sus raíces en la desigualdad social y noen el deseo, invierte la fórmula de los Sex Pistols ‘I don´tknow what I want but I know how I’d get it’ por ‘sé loque quiero pero no sé cómo conseguirlo’”.43 Tanto desde43 B. Sarlo, 2002, art. cit.

Page 51: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

65

un punto de vista social como desde la cultura, vivimosen sociedades donde el transcurso del tiempo retrocedefrente a la primacía del ahora. Por nuestra parte conside-ramos más apropiado el lema “no sé lo que quiero perolo quiero ya”, que podría resumir mejor nuestro tiempode ansiedades.

El consumismo generalizado es indispensable para sos-tener la actual etapa del capitalismo tardío. La lógica delneoliberalismo remite a sí mismo, es autorreferencial comoel posmodernismo en todas sus partes constitutivas. Estehecho (no tener una legitimidad fuera de sí mismo) ponede manifiesto el peligro de que se termine minando la li-bertad, la justicia y la equidad en toda la sociedad (si noexisten libertad, justicia y/o equidad en una parte de lasociedad, es toda la sociedad democrática y liberal quequeda afectada) por asegurar la realización de la libertadindividual en la esfera económica (comercial, mejor dicho):quizá, la anarquía del mercado termine justificando paraalgunos la necesidad de un Estado autoritario; y esto eslo que asusta.

El shopping center, símbolo de la sociedad posmoderna,de su homogeneización cultural, constituye la meca delconsumismo. Este espacio urbano reemplaza a lo que an-tes en las ciudades se conocía como el “centro”: lugar decompras, de entretenimiento, de encuentros e incluso detrámites. Esta uniformidad de espacio sin cualidades (comoen los casinos de Las Vegas, al no haber aperturas visibleshacia el exterior, el tiempo parece no pasar) pretende sa-car de la realidad (“de la calle”) al habitante urbano, re-creándole un espacio artificial que no guarda ningún datode la ciudad en donde se halla inserto. Es un paraíso prote-gido por vigilantes y cámaras de seguridad (al modo de lasprisiones “panópticas” de Foucault) y donde es posiblerealizar todas las actividades cotidianas urbanas, a través

Page 52: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

66

de un pretendido libre recorrido multidireccional que, enverdad, sigue una estudiada estrategia de marketing.

Beatriz Sarlo hace una descripción acabada de estacápsula espacial acondicionada por la estética del merca-do. El shopping center

es un simulacro de ciudad de servicios en miniatura, dondetodos los extremos de lo urbano han sido liquidados: la in-temperie, que los pasajes y las arcadas del siglo XIX sólo in-terrumpían sin anular; los ruidos que no respondían a unaprogramación unificada; el claroscuro, que es producto dela colisión de luces diferentes, opuestas, que disputan, se re-fuerzan o, simplemente, se ignoran unas a otras; la gran es-cala producida por los edificios de varios pisos, las dobles ytriples elevaciones de los cines y teatros, las superficies vi-driadas, tres, cuatro, cinco veces más grandes que el másamplio de los negocios; los monumentos conocidos, que porsu permanencia, su belleza o su fealdad, eran los signos máspoderosos del texto urbano; la proliferación de escritos dedimensiones gigantescas, arriba de los edificios, recorrien-do decenas de metros en sus fachadas, sobre las marquesi-nas, en grandes letras pegadas sobre los vidrios de decenasde puertas vaivén, en chapas relucientes, escudos, cartelespintados sobre el dintel de portales, pancartas, afiches, le-treros espontáneos, anuncios impresos, señalizaciones detránsito. Estos rasgos, producidos a veces por el azar y otraspor el diseño, son la marca de una identidad urbana.44

Como el shopping es autorreferencial, cuando ocupa unedificio histórico o con ciertas características de estilo quees reciclado, sólo incorpora esas formas como decoraciónpero no como referencia arquitectónica, ya que como es-pacio nuevo no debe rendir tributo alguno a la tradición.Si el ciudadano se ha vuelto el consumidor, entonces losshopping centers son el “ágora” del nuevo civismo globa-

44 B. Sarlo, Escenas de la vida posmoderna, op. cit.

Page 53: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

67

lizado; las referencias que presenta son universales, las mis-mas marcas comerciales, idénticos logotipos, la misma co-mida y una única lógica de circulación y consumo en unespacio extraterritorial que atrae a jóvenes y viejos, fami-lias acomodadas y pobres: “espacio de estética adolescenteque a todos fascina y no excluye a nadie” (Sarlo 2002).

A menos que logre reestablecer una vinculación con el mun-do y la sociedad que se funde sobre la reciprocidad y la ple-na expansión de su propio yo, el hombre contemporáneoestá llamado a refugiarse en alguna forma de evasión de lalibertad.45

45 Gino Germani prologaba así en los 60 su traducción castellana delclásico de Erich Fromm: Miedo a la libertad, Paidós, Madrid, 1987.

Page 54: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

68

Page 55: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

69

Confusión de valoresen el siglo XXI

El Medio es el Mensaje

Marshall McLuhan

Una característica distintiva de la “derrota” de la moder-nidad se da en la pérdida de la pertinencia de la oposi-ción que estructura las parejas bipolares (pares opuestosque todas las sociedades en todos los tiempos han vividode modo referencial). Este es el hecho nuevo, que marcaun cambio radical en la historia del ethos: la negativa deesa pertinencia lógica. Se tiende hacia la indiferen-ciaciónde dos elementos antagónicos que constituyen original-mente el par portador de sentido: bien/mal; bello/feo; ver-dadero/falso; normal/anormal.46 Es en este caldo de cul-tivo, sociedad de la incertidumbre, donde se desarrolla elmodelo narcisista posmoderno ya descripto.

La primera de las confusiones que es necesario anali-zar es la del polo bien/mal. En este sentido cabría, al me-nos, identificar tres aspectos, como sigue:

• La conciencia laboral, o profesional, ha sido profunda-mente descalificada a partir “de la desvalorización deltrabajo frente al oportunismo y la especulación finan-

[69]

46 Jean Poirier, artículo “La machine à civiliser”, en Histoire de mœursvolume III, La Pléiade- Gallimard, Paris, 1991.

Page 56: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

70

ciera. El discurso neoliberal presenta una definición es-trecha y abstracta de la eficiencia, tendiente a identifi-carla con la rentabilidad financiera”;47

• La conciencia cívica también ha entrado en pérdida: poruna parte la dedicación al bien público y el desarrollo dela idea democrática está en declive y, por otra, la absten-ción al momento de cumplir con el deber electoral, laconfusión entre los intereses públicos y los personales, yel hecho de que los ciudadanos consideren que tienenmás derechos que deberes, ha llevado a desentendersede la política. En efecto, el ciudadano ya no cree en elEstado, en la medida en que los conceptos de nación ypatria se debilitaron en beneficio de entidades mayores(conciencia europea, solidaridad en el tercer mundo, iden-tidades religiosas) o más específicas, cuasi tribales (senti-miento de pertenencia a instituciones más cercanas, iden-tidades étnicas), o aun del individualismo hedonista másacérrimo. Quizá, los dos primeros fenómenos, que se con-traponen, expresen movimientos de reequilibrio. Pero loque es seguro es que el tercero (individualismo) alimentalas usinas de la descomposición social;

• La conciencia moral, por su parte, ha sufrido daños si-milares. Es el principio mismo de la moral que es con-testado, considerado de algún modo arcaico. Decaden-cia de valores filosóficos y éticos, así como la progre-sión de estéticas del absurdo, testimonian este hecho.Las nuevas ideologías individualistas y libertarias noreconocen ninguna censura al derecho de apertura to-tal y de disfrute del ser. Esto coincide con la dislocaciónde las estructuras de recepción y contención social dela persona, y han sido determinantes en la generaliza-ción de cierta amoralidad contemporánea, caracteriza-da por el desentendimiento del otro, o de lo social.

47 F. A. Gardella, 2001

Page 57: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

71

La deriva en la que está la conciencia laboral, cívica,moral, es un corolario de la disolución progresiva de lasseñales orientadoras tradicionales vigentes luego de tantotiempo: trabajo, nación, ética. La doble posibilidad quepermitiría a la vez un anclaje del ser en su medio ambientey un dispositivo de reequilibrio automático en caso de ne-cesidad está ahora comprometido, es un handicap que debesuperar la persona, ya debilitada por los traumatismos delcambio, para llegar a asumir plenamente las vicisitudes delmundo contemporáneo.

En occidente, la propensión a la inversión de modelostiene visos grotescos. Los ideales iluministas, que prometían“humanizar al hombre” a través de la cultura están sien-do contestados. Se contradice al Voltaire que predijo queen la medida de que declinen las creencias religiosas se di-siparían los odios. La realidad virtual, menos compromete-dora, se impone por sobre lo real propiamente dicho: ¿seráposible que una lágrima de ficción en el cine llegue a sermás vívida que un grito en la calle?48 Línea vital quebraday discontinua, de los que creen, desatendiendo la sabidu-ría de Heráclito de Éfeso, que se pueden “bañar en el mis-mo río”. Como si fuera posible retomar, sin discontinuar eltiempo, el sendero dejado atrás: espejismo de movilidad bio-gráfica que transforma a los adultos en jóvenes tardíos.

La complejidad de la división social del trabajo, los al-tos índices de divorcio, el número creciente de familiasmonoparentales y la tendencia al reciclaje laboral en unaeconomía que ha mostrado una extraordinaria expansiónen el sector de servicios, del trabajo temporal y de las nue-vas formas de trabajo a domicilio, provocan ciertas con-secuencias: se impone una amplia flexibilidad social,emotiva y política. Surgen, aún incipientes, redes de co-munidades capaces de inventar sus propias formas de vida

48 J. Poirier, op.cit.

Page 58: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

72

y de expresión, frente al desprestigio de las ideologías yde los sistemas sociales estructurados alrededor de los“metarrelatos” (Dios, progreso, sexo, revolución, patria,familia, etc.). Se trata de una tendencia a reemplazar lostradicionales contratos en la vida familiar, sexual, laboral,cultural, por compromisos más flexibles.

A esta altura del texto nos parece conveniente incor-porar el concepto de “multitud”, según el filósofo italianoPaolo Virno.49 Para los apologistas del poder soberano enel siglo XVII, dice Virno, “multitud” es un término negati-vo: la entrada del estado de naturaleza en la sociedad ci-vil. Los ciudadanos, cuando se rebelan contra el Estado,son “la multitud contra el pueblo”, dice Hobbes. Pero esedestino negativo llega hoy a su fin porque la multitud noes un fenómeno “natural” sino el resultado histórico detransformaciones: los “muchos” irrumpen en escena cuan-do se produce la crisis de la sociedad del trabajo y ya nosirven las dicotomías público/privado y colectivo/indivi-dual. Ocurriría que la multitud que se resiste a la obedien-cia forma una multiplicidad sin unidad política, nunca lo-gra el estatus de persona jurídica, es incapaz de hacer pro-mesas, pactos, de adquirir o transferir derechos: se expre-sa como conjunto de “minorías actuantes”, ninguna de lascuales aspira a transformarse en mayoría. Por ello, la mul-titud desarrolla un poder que se niega a transformar engobierno; lo que haría la multitud es obstruir los mecanis-mos de la representación política.

El hecho decisivo para la mutación del pueblo en multitudfue el fin de la fábrica fordista y su línea de montaje, y eladvenimiento del intelecto, la percepción, la comunicaciónlingüística como principales recursos productivos. Decir que

49 Paolo Virno es profesor de la Universidad de Cosenza; fundó la revistaLuogo comune, de izquierda antiestatista; actualmente es un referentede la “nueva izquierda” junto con Toni Negri y Michael Hardt.

Page 59: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

73

el trabajo hoy se ha vuelto comunicativo significa decir queéste absorbe capacidades genéricas del hombre que, hastahace poco, se desplegaban en el tiempo extralaboral. Gus-tos estéticos, decisiones éticas, afectos, emociones convergenhoy en el mundo del trabajo, y así se hace difícil distinguirentre productor y ciudadano, público y privado. En esta in-distinción se afirma la multitud.50

Virno considera que es la sociedad civil que se ponepor encima o más allá de “la política” y asume el poderde decir no ante el Estado. Es “la nación” con sus símbo-los, la bandera y el himno; quizá (sin todavía saberlo, sinconciencia) es la primera protesta urbana antiglobaliza-ción en Argentina; y hasta podría ser lo que Virno llama“la multidud” y que existiría una línea que conecta la re-vuelta argentina de fines del 2001 (bajo la consigna “quese vayan todos”, dirigida a todos los políticos y dirigen-tes) con las protestas de Seattle y Génova, en 1999 y 2001,a través de un sentir antipolítico y antiestatal. El caso ar-gentino compartiría con el movimiento antiglobalizaciónla irrupción de un nuevo sujeto político, la multitud, queemerge con el modo de producción posfordista y se resis-te a delegar poderes en el Estado: “A diferencia del pue-blo la multitud es plural, rehúye de la unidad política, notransfiere derechos al soberano; se resiste a la obedienciay se inclina a formas de democracia no representativa”.

Un elemento central del nuevo modo de producción,que se daría tanto en el Tercer Mundo como en los paísesdesarrollados, es la existencia de una desocupación cró-nica que adiestra a una gran masa de trabajadores parala flexibilidad, la disponibilidad que exige el sistema just-in-time, según opina Virno. El verdadero adiestramiento

50 Artículo de Josefina Ludmer, “Argentina en la serie de Seattle-Lamultitud entra en acción”, y entrevista de Flavia Costa “Entre ladesobediencia y el éxodo”, diario Clarín, Buenos Aires, 19/01/2002.

Page 60: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

74

para la producción posfordista no se daría en la escuela,sino cuando el potencial trabajador busca trabajo; se vol-vería oportunista, adaptable, que son las aptitudes que lerequiere el nuevo modo de producción. Y sigue: “la debi-lidad estructural de la democracia representativa es hoyla tendencia fundamental hacia la restricción de la demo-cracia. Oponerse a esta tendencia desde el valor de la re-presentación es un gesto patético. Hoy democracia es laconstrucción y experimentación de formas no representa-tivas y extraparlamentarias: ligas, concejos, soviets que re-ducen la estructura del Estado porque interfieren con susaparatos administrativos”. Paolo Virno no se refiere a unaforma de democracia simplificada (directa, de asambleas),cuando dice “democracia no representativa”: “Pienso porejemplo en el Social Forum de ciudadanos post Génova,que agrupa diversos colectivos e individuos que se orga-nizan para pensar alternativas a problemas; pienso en ellaborioso camino de reapropiación y rearticulación porparte de la multitud de los saberes y poderes hasta ahoracongelados en los aparatos administrativos del Estado”.Por otra parte, continúa:

al decir “ambivalente” aludo a que los caracteres distinti-vos de la multitud pueden manifestarse en modos opues-tos: como servilismo o como libertad. La multitud tiene unvínculo directo con la dimensión de lo posible: cada estadode cosas es contingente, nadie tiene un destino —entendien-do por destino el hecho de que, por ejemplo, ya nadie estáseguro de que hará el mismo trabajo de por vida—. Esta con-tingencia es estructural en esta época y puede tener desa-rrollos opuestos: puede propiciar el oportunismo, el cinis-mo, el deseo de aprovechar la ocasión para prevalecer so-bre los otros; o puede expresarse como conflicto e insubor-dinación, defección y éxodo de la situación presente.

Page 61: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

75

Virno incorpora, además, “la teoría del éxodo de lamultitud”, la que cambiaría la geometría de la hostilidad:“El “amigo” no es meramente el que comparte el mismo“enemigo”; está definido por las relaciones de solidaridadque se establecen en la fuga. Lo que se defiende como va-lor es la “amistad”, porque ya no interesa la conquista delpoder del Estado, sino salvaguardar las formas de vida ylas relaciones comunitarias. La acción de la multitud: unpoder solamente humano, un ateísmo político, y una dudaradical sobre el poder constituido”. No se está refiriendoa un éxodo territorial sino más bien a la deserción en elpropio lugar: a la defección colectiva del vínculo estatal,de ciertas formas de trabajo asalariado, del consumismo.El italiano concluye que

el hombre ya no dispone de un ethos sustancial, o sea deun repertorio de usos y costumbres repetitivos que loreaseguran y ordenan su praxis. Por eso ya no se siente ensu propia casa en ningún lado. Es un extranjero permanen-te que carece de instintos especializados, en constante deso-rientación y con un alto grado de incertidumbre. En cuantoa la infancia, esa etapa de aprendizaje asume hoy un ca-rácter crónico. La infancia, que ama la repetición (la mismafábula, el mismo juego), se prolonga en la reproductibilidadtécnica de la obra de arte y de la experiencia toda. Y llega-mos así a los “lugares comunes”. Cuando hoy usamos estaexpresión, entendemos una banalidad, un estereotipo. Perosu significado originario es otro. Tanto el extranjero comoel niño, para orientarse y protegerse de los imprevistos cuen-tan sólo con las estructuras generalísimas de la mente, esdecir, los “lugares comunes”. Los “lugares especiales”, so-bre los que se articulaba la eticidad tradicional, hoy desapa-recieron o devinieron simulacros vacíos.

Por otro lado, en su libro Il ricordo del presente, Virnopone de manifiesto que la memoria pública del “moder-

Page 62: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

76

nariato” es como un déjà vu, una experiencia donde pre-valece la impresión de que el presente carece de direccióny que el futuro está cerrado. La experiencia es la de unadetención de la historia porque el presente toma la formadel recuerdo, la sensación de haberlo vivido, dice Virno. Eldéjà vu ha cerrado una conciencia histórica y puede ser pen-sado como el hecho histórico en el que se funda la idea deun “fin de la historia”. Fenómeno contemporáneo del déjàvu, patología pública que coincide, dice Virno, con la so-ciedad del espectáculo, “porque el presente se duplica enel espectáculo del presente”.51

Volvamos a los valores modernos y a la influencia dela posmodernidad sobre ellos: bello/feo, son nociones tam-bién alcanzadas por la descalificación de valores. Losready-made que Marcel Duchamp creó genialmente a co-mienzos del siglo XX tienen sus homólogos en las actua-les realizaciones musicales por computadora y las obrasde arte al azar, como la pintura aleatoria. Estos recursoshan desplazado la objetividad del seno de la estética enbeneficio único de la subjetividad, tratándose de modelossin leyes y sin justificativo de ruptura alguna, ¡ya produ-cida por la vanguardia dadaísta hace 100 años! Arte dese-chable, emergente de la búsqueda de una “igualdad” malentendida en tanto eliminación de diferencias que niegala originalidad y la coherente pretensión del artista decrear una obra única. El nuevo compromiso es con el mer-cado, en prosecución del consumo de la obra, que es loque importa. Supuesta obra de arte que no espera mayorconsideración que la de cualquier bien de cambio.

Jean Poirier manifiesta que en las artes plásticas con-temporáneas es imposible distinguir entre cuatro tipos deproducciones: cuadros o dibujos artísticos posmodernos de

51 P. Virno y M. Hardt, Radical thought in Italy, University of MinnesotaPress, Minnesota, 1996.

Page 63: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

77

diferentes tendencias; pinturas o dibujos de pacientespsicopáticos realizados en hospitales psiquiátricos comoparte de tratamientos eficaces de cura; pinturas y dibujosde niños; dibujos o diseños obtenidos a partir del micros-copio (cultivo de bacterias, interior de cristales, documen-tación de trabajo en botánica, biología y geología).

Es todo el campo estético el que se encuentra trastor-nado cuando la publicidad se transforma en arte, a par-tir del artísticamente válido antecedente de las latas desopa Campbell’s de Andy Warhol. Obras del pop art que,allá por los 50 y 60, pudieron anticiparnos en algo los tiem-pos de éticas y estéticas blandas en que vivimos. Primacíadel arte decorativo por sobre el arte de anticipación: la van-guardia ha entrado en default. En arquitectura, el moder-no Le Corbusier siguió el precepto de Cézanne emergen-te del paradigma platónico —formas puras en la natura-leza—, en el sentido de que se puede componer la reali-dad espacial con esferas, cubos y conos. En tanto el ar-quitecto posmodernista plantea, atraído por lo caótico (lo“fractal”, la discontinuidad) la irregularidad de formasautoorganizadas que son parecidas pero no idénticas. Estenuevo paradigma, cuyo antecesor sea quizá Gaudí, que-da ejemplificado por el modelo estético que presenta elMuseo Guggenheim de Bilbao. Es difícil contestar el valorque tiene el posmodernismo arquitectónico, no así la apli-cación indiscriminada de su estética a otras disciplinas, enparticular en lo que hace a la ética y a la ciencia.

Vattimo habla de la muerte del arte, como idea pro-fética de Hegel, en la sociedad industrial avanzada: el artehabría dejado de existir como fenómeno específico, habien-do sido suprimido y hegelianamente superado por una es-tética general de la existencia. Ocurre que desde las van-guardias de principios del siglo XX se practica la expan-sión de la práctica estética en ámbitos no previstos por la

Page 64: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

78

tradición (land-art, body-art, teatro callejero, etc.), del mis-mo modo que surgen nuevas poéticas que se proponen así mismas como instrumentos privilegiados de conocimien-to de la realidad y que incluso intentan derribar estructu-ras sociales e individuales. Se señala que la obra de arteya no busca ubicarse en un determinado ámbito de valo-res sino, más bien, superar dichos límites al proponer, porejemplo, que el éxito de la obra dependerá de cuanto pue-de ella poner en discusión su propia condición. “En todosestos fenómenos que se hallan presentes de varias mane-ras en la experiencia artística contemporánea, no se tratasólo de autorreferencia que, en muchas estéticas, parececonstitutiva del arte, sino más bien, a mi juicio, de hechosespecíficamente vinculados con la muerte del arte en el sen-tido de una explosión de lo estético que se realiza tambiénen esas formas de autoironización de la propia operaciónartística”, señala Vattimo.

El pensador italiano cita el ensayo de Benjamin de 1936“La obra de arte en la época de su reproductibilidad téc-nica”, en el cual se analiza por primera vez el impacto delas técnicas de reproducción que permiten una generali-zación de lo estético: con la posibilidad de reproducir lasobras de arte no sólo pierden su aureola las obras anti-guas, sino que “nacen formas de arte en las que la repro-ductividad es constitutiva, como la fotografía y el cinema-tógrafo; las obras no sólo tienen un original sino que aquítiende sobre todo a borrarse la diferencia entre los produc-tores y quienes disfrutan la obra, porque estas artes se re-suelven en el uso técnico de máquinas y, por lo tanto,elimi-nan todo discurso sobre el genio (que en el fondo esla aureola que presenta el artista”...52 y lo aísla de la ex-periencia de los otros). Esto representa el paso de la sig-nificación utópica revolucionaria de la muerte del arte

52 G. Vattimo, Fin de la modernidad, Gedisa, Barcelona, 2000.

Page 65: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

79

(profetizada por Hegel, vivida por Nietzsche y confirma-da por Heidegger) a su significación tecnológica que se re-suelve en una teoría de la cultura de masas. Al respecto,los medios de comunicación masiva son fundamentales enesta “masificación estética”, los que no sólo distribuyen en-tretenimiento e información, sino también cultura y unaestética. Al decir de Vattimo, se trata de un criterio gene-ral de belleza que ha adquirido en la vida cotidiana delindividuo un peso enorme respecto de cualquier otra épo-ca del pasado, en tanto esos medios de comunicación pro-ducen públicamente un consenso en cuanto al gusto y sen-tir de la sociedad. Yendo un poco más allá, conviene de-cir que además los artistas han respondido a esta “muer-te débil” del arte en manos de los mass media con una ac-titud en el mismo sentido: el elevamiento de lo kitsch a unaestética de superación (“suicidio de protesta” lo llama elitaliano): ¿superación de la estetización de bajo nivel pro-puesta por los medios; o confirmación de la misma? Porlo que difícilmente se puede encontrar hoy en el arte obrasejemplares del genio como manifestación sensible de la ver-dad, o su anticipación. Resta preguntarse si no es posibleeste reencuentro con la obra artística, en su concepciónmetafísica tradicional, debido a que ya no puede referirsea la verdad porque ya no es real el mundo de la experien-cia integrada y autentificada por los valores modernos.

Según Baudrillard, todo el problema del arte es que élse encuentra enfrentado a un estatuto de la imagen quese le ha escapado: “ha perdido el poder de la ilusión, esaposibilidad de desafiar a la realidad, de crear otro cami-no distinto de la realidad”. Ocurre, según el pensadorfrancés, que

desde que todo se ha vuelto visible, donde todo es materiali-zado de inmediato por la imagen, queda cada vez menosespacio para otra simbología de las formas (…) Desgraciada-

Page 66: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

80

mente la desaparición del vanguardismo (“avant-garde”) noha significado también la desaparición de las “arrière-gardes”… más bien éstas últimas han triunfado, como si atodo el arte se le hubiera asignado recapitular un poco lasformas anteriores, reconstruir la historia del arte…

En efecto, no sólo la distinción entre arte y mera pro-ducción de imágenes banales se está esfumando, sino queincluso los mismos artistas parecen descreer de la ilusiónestética, quedando sólo la posibilidad de administrar (tes-timoniar) la descomposición de su propio instrumento decreación. Baudrillard asegura que el fenómeno no es nue-vo, sino que asistimos a sus etapas finales: todo el artemoderno es la historia de una desaparición, de unadesestructuración y estamos arribando a su fin y ahora noqueda más que reciclar los vestigios de formas pasadas.“Si en la pornografía ambiente (hiperrealidad de la ima-gen) se perdió la ilusión del deseo, en el arte contemporá-neo se ha perdido el deseo de la ilusión, en beneficio deuna elevación de todas las cosas a la banalidad estética”,concluye. En efecto, coincidimos en que se ha pasado dela energía de disociación de la realidad en busca de des-cubrir el secreto del objeto a la transparencia (“situacióntransestética”, define Baudrillard) y la pérdida del deseode la ilusión: “el arte actual reivindica la nulidad, la in-significancia, el no sentido (apunta a la nulidad en tantoque ya es nulo, y se dirige al no sentido siendo ya insig-nificante)… lo que queda por saber es si detrás se escon-de un nuevo modo de inteligencia o simplemente se tratade una lobotomía definitiva”.53

El “pensamiento débil” de Vattimo tiene su correlatoen cuanto al arte en la “percepción distraída” de Ben-jamin, por lo que según el posmodernismo no se daría ya53 J. Baudrillard, en artículo “Au-delà de la fin” (traducción del autor),

publicado en sitio www.perso.club_internet.fr.

Page 67: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

81

una experiencia del arte en esta época de reproductibi-lidad, del mismo modo que la experiencia moral ya no es-taría encontrándose en la disyuntiva de grandes decisio-nes entre valores totales.

Del mismo modo que el par objetivo-subjetivo, querecubre parcialmente esta otra pareja de opuestos, lo ver-dadero/falso (que parece más difícil de ser afectado) tam-bién ha sido alcanzado por la lógica del absurdo. Las cien-cias sociales parecen haber sido ampliamente sumergidasen esta vía. Las ciencias naturales y de la materia tiendena vulgarizar la idea de que no existe una sola sino variasverdades: las leyes cambian según la dimensión cuantita-tiva y/o temporal de los fenómenos de los que se ocupan.Así, la concepción probabilista ha reemplazado a la con-cepción normativa: parece que el relativismo generaliza-do quiere instalarse en el corazón de la metodología.54

La duda (es decir, el espíritu crítico), que es fundamen-to de la investigación científica, fue desviada de su fun-ción y, de alguna manera, pervertida. La observación ex-perimental se contamina de subjetivismo en la medida enque ha sido admitido que el observador influencia al ob-jeto/fenómeno observado, se trate de organismo vivos ode materia inerte.

Freud y Einstein signaron al siglo XX con la improntade la relatividad, pero ella estaba acotada de algún modopor la historia, el espacio y el tiempo: no se trata de pen-samientos anticientificistas, sino de una elevada racionali-dad, cada uno a su manera y según su disciplina. No escuestión de hacer un “berrinche” ocasionado por la angus-tia que provoca la falta de certezas. Esa carencia formaparte de la modernidad, y es desde esas falencias que seintenta este discurso aproximativo. La crítica que se pro-

54 Mario Bunge, Las ciencias sociales en discusión, Sudamericana,Buenos Aires, 1999.

Page 68: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

82

pone es al “vale todo”, que ha sido elevado como para-digma no sólo del arte sino que también pretende alcan-zar a las ciencias.

La relación posmodernismo/ciencia vivió una impor-tante crisis a mediados de 1996, cuando Alan Sokal, el fí-sico norteamericano de la Universidad de Nueva York,envió a una revista académica de alto nivel (Social Text),un artículo titulado “Transgrediendo los Límites: hacia unaHermenéutica Transformativa de la Gravedad Cuántica”.Este pomposo y ridículo título presidía una sarta de dis-parates sin significado pero convenientemente acompaña-dos con citas de reconocidos intelectuales posmodernos,y en una hilación discursiva que pretendía mantener unaalta reflexión filosófica sobre un tema en absoluto inde-terminado. Esta revista lo publicó, posiblemente, en el en-tendimiento de que en nuestra cultura blanda y posmo-derna un texto cuanto más oscuro y hermético, más pro-fundo es. Cuando los físicos Alan Sokal y Jean Bricmontpublicaron su libro Imposturas Intelectuales en septiembrede 1997,55 burlándose de las publicaciones científicas quecortejaban a todo aquel intelectual con chapa de posmo-derno, no previeron que sus ataques los convertirían encelebridades internacionales (ya que la farsa era tan evi-dente que no pensaron que nadie lo hubiera puesto en evi-dencia anteriormente). Ocurrió que a muchos otros pen-sadores les había llamado la atención un vocabulario pocotécnico para referirse a las ciencias, pero no lo considera-ron relevante en comparación con lo que estos críticosveían como dislates posmodernos en temas políticos, so-ciales y culturales. Era bastamente conocida la falta de ri-gor de prestigiosos pensadores, la mayoría de ellos fran-ceses, que habían abrevado en el pesimismo alemán.

55 A. Sokal y J. Bricmont, Imposturas intelectuales, Paidós, Barcelona,1999.

Page 69: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

83

Sokal y Bricmont impusieron un término, “relativismocognitivo”, criticando el empleo de jerga y nociones cien-tíficas en el discurso posmoderno, que es definido comocomplejo “retórico-conceptual-institucional”. Estos cientí-ficos, norteamericano y belga respectivamente, parten deuna discusión sobre el solipsismo y el escepticismo parallegar a afirmar la tesis que indica que la epistemología delsiglo XX separó a la ciencia de la realidad cotidiana, lo quefinalmente condujo a un escepticismo irracional. Sin em-bargo, si los filósofos posmodernos franceses que ellos cri-tican utilizan mal algunos términos científicos en cuestio-nes filosóficas, sociales, culturales, estos científicos incur-sionan en un terreno que les es ajeno, donde encadenande modo poco consistente una serie de cuestiones que es-tán lejos de poder ligarse como los pasos de un teorema:han entrado en el país de las ciencias sociales, donde losfísicos norteamericano y belga no pueden superar los pro-blemas técnicos de su discurso. De este modo nos quedaclaro que también resulta una impostura el que científi-cos se improvisen como filósofos e historiadores de la cien-cia. En definitiva, estos “médicos” deberían tomar algu-nas dosis del medicamento que recomiendan: Sokal yBricmont, les guste o no, se han incorporado al blando te-rreno de la antología intelectual posmoderna.

Si el desierto de palabras huecas del discurso posmo-derno y su retórica manipuladora provocan cierto recha-zo en quienes están preocupados por cuestiones sociales,también es cierto que los científicos sociales deben conti-nuar abogando firmemente por rigor, transparencia y ra-cionalidad discursiva en la creencia de que el mundo es,en principio, inteligible. Sin embargo, sería ridículo restrin-gir esta racionalidad a la de la matemática o la física, loque constituiría caer en un nuevo reduccionismo. AunqueSokal haya tenido razón y sus blancos preferidos (Lacan,

Page 70: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

84

Derrida, Lyotard, Kristeva, entre otros) hayan merecidoser puestos en ridículo, este ataque ha afectado seriamen-te, por extensión, a las ciencias sociales en su conjunto, loque finalmente ha favorecido la tesis neoliberal que tien-de a ignorar las cuestiones sociales. El gran error de los“impostores” consiste en haber intentado apropiarse deconceptos científicos con el propósito de dotar a sus en-sayos de cierta pátina de autoridad. Es evidente que unasociedad con una vida social vigorosa no hubiera permi-tido estos deslices posmodernos. Pero vivimos tiemposblandos, por ello el triunfo de los “impostores”, si los hay,no se debe tanto a que los posmodernos “estaban desnu-dos” sino a la miopía general que sigue a la moda másque a los valores y se deslumbra por los efectos especialesmás que por la dramática realidad.

Es obvio que toda civilización se apoya menos en el ri-gor de los pensadores científicos que en la coherenciasistémica de los pensadores humanistas, no científicos, quese preocupan con lucidez, honestidad y coraje por los valo-res éticos y culturales que necesita esa civilización para lo-grar un estado de armonía, desarrollo y paz social para ase-gurar su futuro. Como dice James Neilson “al igual que lastradiciones religiosas y las teorías políticas o económicas, delas ciencias pueden extraerse con facilidad ‘verdades’ queservirían para justificar tanto la compasión como el genoci-dio, la libertad como la tiranía, la mediocridad materialistageneralizada como la lucha de cada uno por superarse”.56

El triunfo del absurdo es un tema central de la posmo-dernidad, nacido sin duda al amparo del abandono de la“explicación” por la razón o por la fe, movimiento que seafirmó primero en estética y en literatura y que se volvióuna tendencia general hacia la última década del siglo XX.

56 J. Neilson, artículo “El Imperio de los farsantes”, periódico Río Negro ,Rio Negro, 8 de mayo de 1998.

Page 71: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

85

Su éxito se debe a su propia “absurdidad”: todo tiene surespuesta a través de su no-respuesta. Lo que constituye,ciertamente, la principal paradoja y una de las más im-portantes contradicciones fundada sobre su contrario, laracionalidad. Nihilismo intelectual que quizá pueda seridentificado con el predominio de la pulsión de muerte porsobre el instinto creativo: thanatos se impone a eros.

Por su parte, las tesis de la “antipsiquiatría”, en lo quehace al par normal/anormal, han logrado invertir los pa-peles: el delirio aparece como vector de sabiduría y es lasociedad enferma la que genera los desequilibrios. Esta vo-luntad reduccionista que propone negar las diferencias, noexpresa qué es lo que enferma al cuerpo social, que es loque realmente importa si queremos elaborar alguna cura.Lo más grave es que el conjunto de estas teorías, bajo laexcusa de dar a los psicópatas la dignidad que en efectono deberían haber perdido, desemboca directamente enuna “desresponsabilización” generalizada de los indivi-duos: todo comportamiento se vuelve, en el margen, nor-mal y por lo tanto socialmente legítimo.

También debe subrayarse la importancia que ha cobra-do recientemente la recusación de la oposición naturale-za/cultura. Se trata de creaciones de cultos fetichistas: delmismo modo que la negación de la locura va contra la ten-dencia tan característica de este modo de privilegiar lasminorías, también el ecologismo se vuelve fanático en mu-chos casos.

¿Será que cada vez sabemos menos, que hemos olvi-dado lo esencial? Norberto Bobbio responde: “la crisis ac-tual reside en la dispersión de una realidad dolorosa enmiles de realidades indiferentes, lo cual explica la apatíamoral, el abandono a la corriente de la sociedad y de lascosas; reside en la ruptura de una única voluntad propiaen miles de arbitrariedades, en el oscurecimiento de la

Page 72: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

86

claridad interior, en cuyo lugar amenaza de nuevo elmito”. Alarmante. Más aún si se tiene en cuenta que estediagnóstico lo hacía el gran pensador italiano en… 1943.Esto es, cuando Bobbio asistía al comienzo de la lucha deliberación antifascista, cuando los temas de relevancia hu-mana podían presentarse en favor de un orden neofascista.

Viene a colación citar a otro gran pensador:

Entonces como ahora había un vasto sector de la poblaciónque se hallaba amenazado en sus formas tradicionales devida por obra de cambios revolucionarios en la organiza-ción económica y social; especialmente se veía amenazadala clase media tal como lo está hoy por el poder de los mo-nopolios y por la fuerza superior del capital (financiero), ytal amenaza ejercía un importante efecto sobre el espíritu yla ideología del sector amenazado, al agravar el sentimien-to de soledad e insignificancia del individuo.57

Este párrafo fue escrito por Erich Fromm cuando seconsolidaba sobre Europa la negra sombra del fascismo,y sin embargo guarda tanta actualidad como el texto deBobbio de 1943. Volvemos a preguntarnos, ¿no hemosaprendido nada?

Retomamos a Bobbio para confrontar religión con fi-losofía y ciencia. Al analizar (ahora sí) la realidad presente,tras una consulta sobre la afirmación del papa Juan Pa-blo II respecto a que el nihilismo antihumano está ancla-do en el drama de la separación entre creencia y razón,manifiesta que es evidente que el Papa expresa su preocu-pación, en la encíclica Fides et Ratio, por la influencia delas filosofías del racionalismo, pero “sin embargo, curiosa-mente, no le inquieta el verdadero oponente que es el avan-ce tecnológico”. En verdad, es difícil no estar de acuerdocon Bobbio sobre que la preocupación no debe centrarse

57 E, Fromm, op. cit.

Page 73: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

87

en la filosofía sino en la aplicación del conocimiento cien-tífico, y sobre quién domina este avance (¿el mercado?)porque ya hace tiempo que se están superando todos loslímites, su avance es imparable e irreversible: “una vez quese ha inventado la bomba atómica no se la puede igno-rar”. El problema no es “si no hay Dios todo está permiti-do”, sino que “sólo si hay Dios, todo está permitido”. Ellema de los cruzados era Deus lo vaut, Dios lo quiere.Bobbio concluye que “ese es el lado opuesto del nihilismo,si Dios existe y yo estoy del lado de Dios, todo es posible,hasta la mayor crueldad”.

En todo caso, ético pero también pragmático, RisieriFrondizi nos aclara lo que debería ser evidente: “La exis-tencia de lo ‘mejor’ y lo ‘peor’ es una incitación constantea la elevación moral, a la tarea constructiva, a la luchacontra la injusticia, la ignorancia y la opresión”.58

58 Risieri Frondizi, ¿Qué son los valores? , Fondo de Cultura Económica,Buenos Aires, 1972.

Page 74: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

88

Page 75: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

89

Capítulo II

Globalización y orden mundial

Page 76: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

91

Nos consolábamos a veces con comidas

a las que buenos amigos nos invitaban,

chismes, discusiones sobre Sartre, el estructuralismo

y esa broma que las derechas quieren universal,

saben pagar bien a sus creyentes, y la bautizan

posmodernismo

Juan Carlos Onetti

Nos parece conveniente comenzar este capítulo con unasreflexiones clarividentes de los jesuitas latinoamericanos,59

que hacen referencia a una porción importante de los te-mas que han sido objeto de análisis en este libro. Luegode detallar las medidas neoliberales aplicadas en el conti-nente, de reconocerles algunos aciertos (elevar la oferta debienes de mejor calidad y menores precios, reducción dela inflación, conciencia generalizada de las ventajas de laausteridad fiscal, incremento de las relaciones comercia-les intrarregión), estos pensadores sociales afirman:

Pero estos elementos están lejos de compensar los inmensosdesequilibrios y perturbaciones que causa el neoliberalismoen término de concentración de los ingresos,60 la riqueza y lapropiedad de la tierra; multiplicación de masas urbanas sintrabajo o que subsisten en empleos inestables y poco produc-

59 Superiores Provinciales de la Compañía de Jesús en América Latina, Elneoliberalismo en América Latina, Santiago de Chile, mayo de 1997.

60 Un 20% de los habitantes del planeta gozan de más del 82% delingreso mundial, mientras el 60% de la población sobrevive con menosdel 6% del ingreso mundial. Los países ricos, con menos de un cuartode la población mundial, consumen el 70% de la energía en el planeta,el 75% de los metales, el 85% de la madera y el 60% de los alimentos(PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, Ginebra, 1997).

[91]

Page 77: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

92

tivos; quiebras de miles de pequeñas y medianas empresas;destrucción y desplazamiento forzado de poblaciones indí-genas y campesinas; expansión del narcotráfico basado ensectores rurales cuyos productos tradicionales quedan fuerade competencia; desaparición de la seguridad alimentaria;aumento de la criminalidad provocada no pocas veces en elhambre; desestabilización de las economías nacionales porlos flujos libres de especulación internacional; desajustes encomunidades locales por proyectos de empresas multinacio-nales que prescinden de los pobladores.Detrás de esta racionalidad económica hay una concepcióndel ser humano que delimita la grandeza del hombre y lamujer a la capacidad de generar ingresos monetarios; exa-cerba el individualismo y la carrera por ganar y poseer; enmuchos casos desata la codicia, la corrupción y la violen-cia; y al generalizarse en los grupos sociales, destruye radi-calmente la comunidad.Se impone así un orden de valores donde prima la libertadindividual para acceder al consumo de satisfacciones y pla-ceres; una libertad que rechaza cualquier interferencia delEstado en la iniciativa privada, se opone a planes sociales,desconoce la virtud de la solidaridad y sólo acepta las le-yes del mercado.Por el proceso de globalización de la economía esta manerade comprender al hombre y la mujer penetra nuestros paí-ses con contenidos simbólicos de gran capacidad de seduc-ción; gracias al dominio sobre los medios de comunicaciónde masas, rompen raíces de identidades culturales localesque no tienen poder para comunicar su mensaje.La injusticia estructural del mundo tiene sus raíces en el sis-tema de valores de una cultura moderna (posmoderna) queestá teniendo impacto mundial; al decir que el mercado escorrecto y justo lo convertimos moralmente en legitimadorde actividades cuestionables, hacemos que desde el merca-do se defina la vida y la realización humana; al desapare-cer el objetivo del bien de todos, desaparece el sentido del

Page 78: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

93

hogar común o público, los partidos políticos como propues-ta de construcción de sociedad y nación pierden razón deser; la mujer pasa a ser simplemente fuerza de trabajo másbarata, la naturaleza se convierte en una fuente de enrique-cimiento rápido para las generaciones presentes, el campe-sino es un ciudadano ineficiente que tiene que migrar.No es de extrañar que, en este contexto, donde la comuni-dad es irrelevante y el bien común inútil, la violencia se acre-ciente, la producción y el consumo de droga se disparen yse refuercen los elementos más contrarios a la realizaciónhumana contenidos en la cultura actual, mientras se dejande lado los aportes más valiosos de la modernidad y laposmodernidad.

Page 79: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

94

Page 80: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

95

Posindustrialismo ycambio tecnológico

El saber cambia de estatuto al mismo tiempo que las

sociedades entran en la edad llamada posindustrial

y las culturas en la edad llamada posmoderna

Jean-François Lyotard

El siglo XX trae consigo los rasgos oscuros del totalitarismoque suspende la tendencia progresista que se inicia en laIlustración y hecha por tierra la esperanza de humanizarla convivencia social entre los sujetos, que la modernidadhabía convertido en individuos. La violencia y la barbarieson signos de la primera mitad del siglo XX: “de Horkheimery Adorno (…) hasta Heidegger, Foucault y Derrida, los ras-gos totalitarios del siglo se han convertido en un instrumentode los mismos diagnósticos. Pero a estas interpretacionesnegativas (que se dejan atrapar por el horror de las imáge-nes) se les escapa el reverso de las catástrofes”.61

En efecto, este shock en los pueblos que participaron ofueron afectados por la masacre, si bien necesitaron dece-nas de años para ser conscientes de la dimensión de lo queles había tocado vivir, se embarcaron en la búsqueda deproducir un viraje hacia una situación mejor, la misma quese da a partir de 1945. Pero bien es cierto que la derrotadel fascismo se anuncia en la cita que se dieron en Espa-ña, para defender la República, liberales y fuerzas de iz-quierda y revolucionarias. De todos modos, lo que impor-ta es que se produjo un clima cultural que llegó a florecer61 J. Habermas, “Nuestro breve siglo”, en sitio web: www.noucicle.org.

[95]

Page 81: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

96

en las artes y que constituyó la base de un período de bo-nanza de tres décadas (les treinte glorieuses, lo llaman losfranceses) que permitieron cambiar el rostro del último si-glo: surge la guerra fría, la descolonización y se instala elestado de bienestar como ideal político-económico.

Al final de los años 60 y comienzos de los setenta, al-gunos prominentes científicos sociales produjeron una seriede reflexiones sobre la sociedad contemporánea a la quecalificaron como sociedad posindustrial, diferenciándolade las sociedades capitalistas subdesarrolladas por su gra-do de desarrollo industrial y la condición socioeconómicade su población.62 Alvin Toffler alertaba sobre el tremen-do cambio que esto significaba, sobre la difícil transicióna la que se asistía, y evaluaba que el cambio tenía la mag-nitud que había tenido el paso de la sociedad agraria a lasociedad industrial. Bell, al describir la nueva sociedadposindustrial ponía de relieve la preeminencia del cono-cimiento teórico como fuente de valor agregado y multi-plicador del desarrollo, en el cual se incluían los nuevosavances de la tecnología de la información. De este modo,la fuente del progreso de la nueva sociedad se definió apartir de los métodos para adquirir, procesar y distribuirla información. Concepto de sociedad de la informaciónque se ajustaba bien a la tradición moderna, al mantenerviva la fe en la racionalidad y el progreso.

Sin embargo, estas discusiones alentaron los estimulan-tes debates que se produjeron en la década del 70; surgie-ron a la vista los posibles defectos de la sociedad posin-dustrial: se advertía que existían límites al crecimiento, pro-venientes de la incapacidad de la sociedad para sostenerun crecimiento indefinido y mantener una política demo-crática de distribución de los beneficios. Volvía Malthus y62 Los teóricos más conocidos del posindustrialismo son Peter Drucker

(The age of discontinuity, publicado en 1969), Alvin Toffler (Futureshock , 1970) y Daniel Bell (The Coming of post-industrial society, 1973).

Page 82: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

97

el sentimiento de crisis reemplazaba al optimismo de lainmediata posguerra. Los partidos conservadores de de-recha capitalizaron este pesimismo naciente predicandoel regreso a valores victorianos y el retorno al laissez-faire.La élite conservadora exigió el abandono inmediato de laplanificación y de la intervención estatal keinesiana, lascaracterísticas más evidentes del arreglo institucional quese había fraguado desde 1945 y que constituía la premisaclave de la idea posindustrial. Por su parte, los partidos deizquierda, sorprendidos por el incipiente “capitalismopopular”, analizaron esta nueva etapa del capitalismo, ala que denominaron “posfordismo”, sobre la base de lanueva división social del trabajo.

Contemporáneamente a estos desarrollos de la teoríaeconómica surgen las nuevas ideas posmodernas. Estanueva corriente filosófica (que se nutrió del pensamientode no pocos teóricos posmarxistas), en su vocación de crí-tica deconstructiva, pretende abarcar todos los ámbitos delcambio (cultural, social, político y económico). En este sen-tido, los postulados implícitos en el posfordismo, pero tam-bién en el concepto de la sociedad de la información, hansido reducidos a simples componentes de este ambiciosoproyecto de desarrollo conceptual, que refleja el eclecti-cismo de la época. Sus críticos advierten que sus postula-dos heterodoxos y elusivos conducen con excesiva frecuen-cia hacia el círculo de la autorreferencialidad. No obstan-te, muchas de las formulaciones y críticas realizadas bajola cobertura posmoderna tienen la virtud de atraer irre-misiblemente la atención del público culto, frente a lacondición contemporánea de incredulidad y subjetivismo.

La fragmentación y el pluralismo postulados por lasideas posmodernas están ligadas, sin duda, con los cam-bios en la organización del trabajo y la tecnología que ha-bía señalado la teoría posfordista. Y, del mismo modo, tam-bién pueden establecerse claras relaciones con el debilita-

Page 83: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

98

miento del Estado-Nación y una cierta pérdida de legiti-midad de las culturas nacionales, como ya fuera señala-do. El carácter global de los fenómenos que impactan enla vida política, económica y cultural, tampoco les es aje-no: una consecuencia inesperada de la globalización hasido la renovada importancia que ha adquirido lo local yla tendencia a valorizar y estimular las culturas étnicas yregionales (“think globally, act locally”, es desde los 80 ladivisa de los ejecutivos de los reconcentrados conglome-rados empresariales multinacionales). Eso significa que lasinstituciones y prácticas típicas del Estado-Nación ya noparecen ser viables: los partidos de masa tradicionales ce-den su lugar a los nuevos movimientos sociales, basados és-tos en el género, la raza, la localidad, la orientación sexualo la edad. Las identidades colectivas que se fundamenta-ban en la experiencia de clase social o de la vida laboraltienden a disolverse en formas cada vez más plurales y pri-vadas (la idea de una cultura o identidad nacional pierdevigor) que van convirtiéndose en polos de organización co-lectiva. La sociedad posmoderna se declara multiétnica ymulticultural, y promueve la llamada política de la diferen-cia. Pero al mismo tiempo, como ya fue dicho, surgen par-tidos neofascistas y se multiplican los reclamos de protec-ción contra la invasión del trabajador extranjero.

El desarrollo de la globalidad de contenidos así comola internacionalización de la economía y de la cultura (so-bre todo la norteamericana) inciden en las sociedades alminar las culturas nacionales pero, al mismo tiempo, comodesafían las estructuras y culturas locales, logran movi-mientos de reforzamiento de tradiciones localistas. Asimis-mo, se advierten ciertos cambios en las características delas concentraciones urbanas que se habían impuesto en lamodernidad: si ésta había provocado la concentración ur-bana, el neoliberalismo de la época posmoderna facilita el

Page 84: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

99

movimiento de desconcentración urbana, de descentrali-zación laboral y administrativa.

Respecto del siglo que concluyó, consideramos nece-sario recordar unos párrafos del historiador conservadorPaul Johnson:

mientras que en la época del Tratado de Versalles (1919) lamayoría de las personas inteligentes creía que un Estadomás poderoso podía aumentar la felicidad de los hombres,hacia los años ’90s esa opinión no merecía el apoyo de na-die, salvo el de un grupo reducido, decreciente y desanima-do (…) la acción oficial había sido la causa de la muerte vio-lenta o antinatural de unos 125 millones de personas a lolargo del siglo, quizás más de lo que había logrado destruira lo largo de toda la historia humana hasta 1900.63

La caída del Muro de Berlín en 1989, símbolo del fin dela Guerra Fría, hacía presagiar para no pocos optimistas quela bipolaridad se tornaría en multipolaridad: Europa, conuna Alemania unificada, aceleraba su proceso de integra-ción a través de la adopción de una serie de normas tendien-tes a una mayor homogeneización del espacio europeo, alpunto de poner en vigor una moneda única; un Japón in-novador y con fuerte crecimiento económico era percibidocomo locomotora del sudeste asiático. Hoy, ya entrado el si-glo XXI, estos dos polos que debían restar capacidad de ma-nejo y control exclusivo a Estados Unidos en los grandes te-mas mundiales (economía, comercio, finanzas, innovacióncientífico-tecnológica, cultura), compitiendo en paridad conlos EE.UU. para dar forma al nuevo orden mundial de laposguerra fría, han cedido plenamente al esquema de “pazamericana” que impone el nuevo gendarme mundial.

Según el historiador posmarxista Hobsbawm, la de laposguerra (hasta los años 80) fue una época dorada, a laque algunos (principalmente desde la izquierda) percibieron63 Paul Johnson, Tiempos modernos, Vergara, Buenos Aires, 2000.

Page 85: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

100

cerca del fin con la caída del Muro de Berlín y de la URSS,en 1989: “El corto siglo XX termina con problemas para losque nadie tiene una solución, ni parece tenerla. Mientraslos ciudadanos del fin de siglo se abrieron un camino a tra-vés de la niebla global rumbo al tercer milenio, sólo sabíancon certeza que una época histórica llegaba a su fin. Nosabían mucho más que eso. Los antiguos problemas de lapaz y de la seguridad internacional, de las desigualdadeseconómicas entre Norte y Sur, así como el peligro de losdesequilibrios ecológicos eran, desde entonces, de natura-leza global”.64 La reforma y reducción del estado de bie-nestar social fue el efecto inmediato de una política orienta-da hacia la oferta, que impone privatización de activos es-tatales, desregulación de mercados, reducción de subven-ciones, facilitación de la inversión que implica reducción deimpuestos y ablandamiento de controles, y políticas anti-inflacionarias en lo fiscal y monetario. Los costos socialesemergentes de estas políticas neoliberales no tardaron enhacerse sentir, luego de un boom de consumo inicial, y esque las crisis siempre latentes que un Estado fuerte y regu-lador en lo económico-social había logrado conjurar, se ha-cían presentes con todo su dramático efecto social: desem-pleo, profundización de desigualdades sociales, exclusión.Pero, además, la crisis se vuelve política y moral: la faltade solidaridad social termina destruyendo la cultura libe-ral que, y al decir de Habermas, es un proyecto universalimprescindible para las sociedades democráticas. Se tratade advertir que en ese clima resurge una atmósfera favora-ble a los proyectos de la derecha populista.

El neoliberalismo, la globalización y sus consecuenciasperversas nos llevan a una situación sobre la cual es difí-cil encontrar una salida: conservar la capacidad competi-tiva de una economía nacional en un mundo altamenteinterdependiente, conectado y extremadamente competi-64 J. Habermas, artículo cit.

Page 86: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

101

tivo, sin caer en fracturas sociales ni quiebre de las liberta-des y garantías fundamentales del hombre, en un marcoinstitucional doméstico donde el Estado parece haber per-dido casi toda su capacidad de acción (ya no puede orien-tar su estrategia económica hacia la demanda, ni el pro-teccionismo —al menos si no es un país desarrollado—) quepermitiría amortiguar la incesantes sacudidas de los mer-cados internacionales en la economía nacional. Habermasconcluye que la globalización de la economía ha destrui-do la tradición histórica que hizo posible el compromi-so del Estado con el bienestar social, que logró mantenerlos costos sociales en límites aceptables en las economíasabiertas o capitalistas.

En el marco internacional, asimismo, resulta muy difí-cil de conciliar los intereses de los países posindustrialescon los recientemente industrializados y los que continúansiendo países en desarrollo debido a las asimetrías que seprofundizan en la sociedad global. La única esperanza delpensador alemán es el surgimiento de una conciencia desolidaridad cosmopolita entre las sociedades civiles (a tra-vés de ONG que trasciendan fronteras) y en los espaciospúblicos ampliados que presentan las opciones de integra-ción económico-política con gobiernos supranacionales.

Es evidente que la panoplia de pos, neo, anti, hiper yotros prefijos reciclados (para tratar de nombrar y compren-der al mundo y a los fenómenos contemporáneos) no sola-mente refleja la dificultad inherente y la falta de una ciertaperspectiva o distancia necesaria para identificar y delimi-tar los fenómenos sociales que no cuadran en las definicio-nes tradicionales; sin duda, también expresa un estado deánimo particular, la nostalgia que produce la pérdida delas certezas. Por ejemplo, cabría calificar de posmodernoal movimiento zapatista, pues no parece conformarse a loscánones establecidos de lo que es una guerrilla o un movi-miento social tradicional, pero calificarlo de pos, neo, hiper,

Page 87: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

102

etcétera, también revela la estrategia discursiva subyacen-te: agregar un valor de novedad a un fenómeno que de-seamos presentar como singular… Y la novedad, hoy porhoy, es un valor en sí mismo. Si no, no estaría tan extendi-do en las técnicas de comercialización: de un tiempo a estaparte es difícil encontrar en la góndola de un supermerca-do un envase que no destaque la palabra “nuevo”.

La posmodernidad es un término polisémico, queincluso nos habla de un fin de la historia. Pero JeanBaudrillard manifiesta que ésta es probablemente lamayor de las ilusiones, porque “en el fondo, ni siquiera sepuede hablar del fin de la historia, ya que no tendría tiem-po de alcanzar su propio fin”. Cioran, por su parte, se re-fiere a la poshistoria:

el fin de la historia está inscripto en sus comienzos; la his-toria, el hombre presa del tiempo, llevando los estigmas quedefinen, a la vez, al tiempo y al hombre… Así como los teó-logos hablan, y con justa razón, de nuestra época como deuna época poscristiana, así se hablará un día de las venta-jas y desventajas de vivir en plena poshistoria… El tiempohistórico es un tiempo tan tenso que es difícil no ver cómopodría no estallar.

El síndrome “fin de la historia” (Francis Fukuyama)pone de manifiesto el predominio en gran parte del pensa-miento de los filósofos norteamericanos (Rawls, Nozick,Dworkin) de una concepción histórica eurocéntrica (poroccidental) y judeocristiana, en donde se excluye al restodel mundo, salvo conversión al liberalismo democrático yeconómico. Cuando John Rawls es empujado al límite desu concepción de la Teoría de la Justicia (¿hasta dónde lle-ga lo aceptable en el hombre?) se topa con los límites de lacivilización occidental. Tanta necesidad de reafirmar losvalores occidentales, en momentos en que la hegemoníanorteamericana (campeón del occidentalismo) impone sus

Page 88: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

103

reglas (su derecho interno) al mundo, ha llevado a reflexio-nar a Jacques Derrida sobre si el triunfo del capitalismo, co-ronado con su omnipresencia en los medios de comunica-ción, no se deberá a que nunca ha estado en una situaciónde tal fragilidad, donde la opinión pública occidental estácuestionando gravemente la tradición democrática. La agre-sión que está sufriendo el mundo islámico no coincide conla idea de superioridad cultural, ideológica, económica, cien-tífica que pregonan los campeones de Occidente. ¿Cuántomiedo se esconderá detrás de esa agresión?

Page 89: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

104

Page 90: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

105

Hegemonía norteamericana

Los brasileños no votan,

sólo los Estados Unidos lo hace,

como en la antigua Roma

únicamente votaban los ciudadanos.

George Soros,

en entrevista de Folha de São Paulo

Conscientes de su poder y apoyados en el orgullo de unaeconomía floreciente, los Estados Unidos retoman su aspi-ración de regentar la política internacional, imponiendo loque Brzezinski llama “American global system”. Estados Uni-dos es la única superpotencia mundial que domina las cua-tro dimensiones clave del poder: militar, económico, tecno-lógico y cultural. Se constata que el papel que ha jugadosu “musculosa” diplomacia en los últimos años ha sido de-terminante en la resolución de las cuestiones de mayor ten-sión internacional de los últimos tiempos65 (aunque última-mente, luego del 11/09/2001, se han vuelto generadoresde agresión). Así:

• definen la primera guerra del Golfo, haciendo que unaamplia coalición internacional defienda sus interesescontra las pretensiones del Iraq de Saddam Hussein;

• reestablecen la democracia en Haití, restituyendo en elpoder político al depuesto mandatario electo Jean-Bertrand Aristide;

• responden a las intimidaciones de Corea del Norte y lofuerzan a dialogar con sus vecinos del Sur;

65 F. A. Gardella, op. cit.

[105]

Page 91: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

106

• reafirman su vigor militar cuando China amenazó aTaiwan realizando ejercicios bélicos muy cerca de lascostas formoseñas;

• imponen los acuerdos de Daytona que frenaron la beli-gerancia en Bosnia, frente a la impotencia europea;

• otorgan el visto bueno para que las tropas de Kabiladerroquen al régimen de Mobutu en Congo (ex Zaire);

• fuerzan a la Federación Rusa a firmar un acuerdo con laOTAN para extender la alianza militar occidental haciael Este europeo;

• apoyan decididamente el diálogo lanzado por la admi-nistración Blair entre los independentistas católicos ir-landeses, los protestantes proingleses y el gobierno deGran Bretaña;

• no permiten la reelección del entonces Secretario Gene-ral de la ONU Butros Butros-Ghali;

• rechazan las pretensiones de Francia de ubicar a ungeneral europeo al frente del Comando Sur de las fuer-zas de la OTAN;

• actúan permanentemente en el frente medio-oriental,ahora dando patente de corso a Sharon para poner derodillas a los palestinos, “enemigos de la humanidad”en tanto consumados terroristas;

• continúan jaqueando a Cuba, extorsionando a los paí-ses latinoamericanos para que se sumen a esta lucha deGoliat contra David;

• bombardean masivamente a Afganistán en procura dela captura de un solo hombre, al que todavía no hallan,e imponen a ese país el gobierno de su conveniencia;

• amenazan con hacer otro tanto con Iraq, Sudán, Libia,Corea del Norte y con todo aquel país que albergueterroristas (definición que no corre por cuenta de la ONUo de un consenso internacional, sino de la maniqueavisión de la CIA);

Page 92: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

107

• castigan despiadadamente al que fuera su alumno mode-lo entre los PED, la Argentina, luego que lo forzaron portodos los medios a su alcance para que declarara el default—como se lo pedían los mercados financieros internacio-nales que ya habían hecho su apuesta— y la devaluación—para licuar la deuda de las grandes empresas—;

• crean una nueva condicionalidad en el FMI, quien pre-tende ingresar en el derecho interno de sus socios (impo-sición de la derogación de la ley de quiebras y de la leyde subversión económica del derecho interno argentino);

• Bush y gran parte de su gabinete salen indemnes delcaso Enron, uno de los escándalos económicos indivi-duales más graves de la historia de los EE.UU. (empre-sa que había financiado su campaña y repartido accio-nes entre su equipo de gobierno);

• imponen al mundo una medida de alto contenido pro-teccionista para el comercio internacional de produc-tos agrícolas con la nueva farm bill (¡los subsidios agrí-colas alcanzarán los 20 000 millones de dólares al año!);

• pese a todo (notablemente, los escándalos financieroscomo Enron, World Com, Xerox, etc., y la desaceleraciónde la economía doméstica) el partido de gobierno, Re-publicano, gana las elecciones de fines de 2002;

• el presidente Bush anuncia, en octubre de 2002, un cam-bio de doctrina militar; ha nacido la peligrosa y ambi-gua doctrina de “la guerra preventiva” que es aplicadacontra Iraq (segunda guerra del Golfo), a partir del 20de marzo de 2003, día del comienzo de los bombardeosnorteamericanos.

Respecto del affaire Enron y subsiguientes, conviene ci-tar la opinión del pensador francés Alain Minc, quien hamanifestado con acierto que en los recientes escándalos eco-nómicos y financieros del mercado estadounidense se pro-yectan las obras contrapuestas de dos grandes intelectuales

Page 93: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

108

de comienzos del siglo XX: el economista Joseph Schumpetery el sociólogo Max Weber. En efecto, si seguimos a Schumpeter,estos escándalos confirman que el “espíritu del capitalismo”vive avatares que son excesivos pero que también deben con-siderarse inherentes al capitalismo desarrollado, excesosprovenientes de la pulsión por el enriquecimiento del “ca-ballero empresario”. Por su parte, Weber podría contrapo-ner los principios, la “ética capitalista”, que están en los fun-damentos del modelo económico que da ciertos privilegiosal capital: honestidad, esfuerzo de largo aliento, disciplina,rigor y rectitud del creyente protestante.66

La crisis de la Argentina de fines del siglo XX y que seextiende hasta nuestros días es un caso digno de analizaren cuanto al poder de las finanzas internacionales sobre lospaíses en desarrollo. La Argentina en los últimos 10 años sepuso en una situación tan vulnerable que continuaba, has-ta comienzos del año 2003, esperando la benevolencia delos organismos internacionales de crédito, y parecería toda-vía confiar en que aquellos países socios del FMI que poseenla mayoría de los votos en su asamblea se apiaden de losmás de 17 millones de nuevos pobres (51% de la población)que habitan su territorio nacional. El avance en las condi-ciones que se le imponen es tal, que cuando el gobierno creeque ya las ha satisfecho surgen nuevos reclamos. Estos or-ganismos (en particular el FMI) han llegado, incluso, a in-miscuirse en el derecho interno argentino, presionando paraeliminar leyes y artículos en busca de un oasis de impuni-dad jurídica para banqueros, empresarios extranjeros y lo-cales, custodios de intereses foráneos. Y lo han logrado.

Coincidentemente, se volvieron moneda corriente laspropuestas de “expertos” de los Estados Unidos sobre laconveniencia de manejar la economía argentina desde el exte-rior. En estos ‘tiempos blandos’ en que vivimos parecería que66 A. Minc, en artículo “La bataille classique du capitalisme”, periódico

Le Monde, Paris, 24/09/2002.

Page 94: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

109

ya nada nos sorprenderá, ni siquiera la publicidad —firma-da por sus autores— de propuestas directas de avasalla-miento de la soberanía de un país independiente desde hacedos siglos: el filántropo George Soros, quien manifestó su de-seo de ayudar a la Argentina haciéndose cargo del manejode la recaudación fiscal; los preocupados Rudiger Dornbuschy Ricardo Caballero que parecen ofrecerse desinteresa-damente como Ministros de Economía de la Argentina.

Ultimamente, el sensible Sebastian Mallaby, columnis-ta del Washington Post, quien desde Foreign Affairs alientaacciones imperialistas directas sobre los que él llama failedstates (estados fracasados), para el bien de sus inocentespoblaciones: “Los estados fracasados están cada vez máscautivos de un ciclo de pobreza y violencia. La solución,tanto para los Estados Unidos como para sus aliados, se en-cuentra en lograr que el imperialismo vuelva a ser desea-do”.67 Todo parecía apuntar al proyecto de establecimien-to de una nueva forma de protectorado en la Argentina,bajo el siguiente lema: “¡Dios, perdónalos porque no saben loque hacen!”. Quizá se trate de una propuesta neocolonia-lista, adaptada a nuestros tiempos posmodernos. Protecto-rado sin intervención militar directa, light, que cree que pue-de aprovecharse del desprestigio de la clase política, del de-sasosiego de las clases medias pero, por sobre todo, del mie-do de ricos y poderosos locales como su base de apoyo (¡nohay mejor colaboracionista que un burgués asustado!).

La clase dirigente argentina es la principal, aunque no ex-cluyente, responsable de la crisis económico-social, políticay ética que sufre el país. La Argentina necesita renacer y yaestá surgiendo, aunque aún inorgánicamente, una partici-pación comprometida de la sociedad. Se trata de una inci-piente solidaridad, creativa y sensible, orgullosa de poder

67 Sebastian Mallaby, artículo “Failed states”, Foreign Affairs, March-April 2002.

Page 95: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

110

ser protagonista de la refundación de la República. Esa nue-va fuerza creadora encarnará, llegado el caso, la resistenciaal atropello de su dignidad.68

A fines de enero del año 2003 la “cuestión argentina”(el acoso al que fuera el mejor alumno del neoliberalismoen el tercer mundo) perdía interés frente a la preparaciónde la guerra al Iraq de Saddam Hussein y la amenaza nu-clear de Corea del Norte, al tiempo que el gran censor dela “corrupta Argentina”, el secretario del Tesoro Paul O’Neil,perdía su puesto frente a su fracaso en el manejo de la eco-nomía norteamericana (cuyas multimillonarias estafas y es-cándalos financieros parecen no manchar su bandera), yque Europa presionaba fuertemente para dar un respiro ala Argentina, el FMI daba por cumplido el castigo de másde dos años y acordaba una carta de intención de corto pla-zo para salir del default.

La Argentina recupera plenamente la institucionalidadcon la eleccción presidencial de mayo de 2003 (que ganóel gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner, del Parti-do Justicialista). Se instala un nuevo gobierno (frente alabandono en la segunda vuelta electoral de parte delneoliberal ex presidente Carlos Menem) que tiene el cora-je de negociar con firmeza y dignidad con el FMI, y deplantear claramente a los acreedores privados que proce-derá a imponer un recorte del 75% a lo adeudado. Estapostura realista, ampliamente resistida al principio, va to-mando visos de acuerdo hacia fines de 2003.69 Si los acree-dores se vieron favorecidos por altas tasas de retorno es

68 F.A. Gardella, artículo “Dignidad” en diario El Peruano, Lima, 15/07/2002.69 Al punto que logrado el primer acuerdo con el FMI que habilitó al

gobierno argentino a negociar con los privados, el Premio Nobel deEconomía 2001, Joseph Stiglitz, comentó que “está claro que tienemás sentido usar el dinero en estimular el crecimiento, la inversión yla justicia social que mandar un cheque a Washington”, lo que fuerecogido por la prensa mundial con titulares como “Modelo argentino

Page 96: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

111

porque se estuvo pagando el riesgo que ellos asumieronal prestar dinero a un país de riesgo, explicó el presidenteKirchner. Y es que la Argentina remuneró conveniente-mente a los acreedores la posibilidad que una situación deinestabilidad o empobrecimiento pudiera hacer peligrar susinversiones en bonos de la deuda argentina. Al momentoque se redactan estas líneas, ese riesgo se volvió cierto de-bido a la difícil situación económica que atraviesa la Ar-gentina, posibilidad que ningún acreedor puede manifes-tar que desconocía al momento de buscar altos réditos to-mando deuda argentina.

El avance desembozado de las ideas imperialistas, pre-senta un nuevo episodio a través de un supuesto mentorde la “sociedad abierta”, a propósito del avance imparableen la carrera presidencial del Brasil del líder sindical LulaDa Silva, en el año 2002. Quien se dice discípulo del pen-sador austriaco, luchador de la libertad Karl Popper, co-mete una boutade tan extemporánea como reveladora delespíritu hegemónico norteamericano impregnado en casitoda la clase dirigente de los EE.UU. En efecto, el financistaGeorges Soros es consultado por el prestigioso matutinoFolha de Sao Paulo sobre la situación económica interna-cional y las perspectivas del Brasil en ese escenario. Sorosse sale del libreto propuesto por el periodista para excla-mar su rechazo al avance de Lula, al punto que realizauna intromisión insultante en el proceso político brasile-ño (con el consecuente impacto negativo para el Brasil res-pecto de los mercados internacionales, siempre atentos alas predicciones del gran especulador húngaro): “Brasil es-tá condenado a elegir como presidente al candidato oficia-lista Serra o a sumergirse en el caos… En el capitalismomoderno, global, sólo votan los norteamericanos, los brasi-leños no votan. Recuerde que en la Roma antigua sólo

marca futuras negociaciones con acreedores internacionales”,periódico El Comercio, Lima, 29/09/2003.

Page 97: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

112

votaban los romanos”.70 Es evidente que Soros no mereceautodenominarse discípulo de Popper y, en todo caso, deberíarevisar sus apuntes de clase de la London School of Economics.

A la intención de los Estados Unidos de internaciona-lizar su derecho interno, su neoimperialismo y su ambi-güedad respecto de la globalización, se suma su posiciónequívoca respecto de las organizaciones multilaterales engeneral y en particular, respecto de algunos convenios in-ternacionales. En efecto, los EE.UU. no se integraron a los178 países que, horas después de concluida la Cumbre delG-8 de Génova, firmaron en Bonn un acuerdo para evi-tar el recalentamiento del planeta,71 que justamente se es-taba demorando por la negativa de ese país que lo consi-dera perjudicial para su economía (siendo EE.UU. el paísproductor de mayores emisiones contaminantes). Tambiénestán contra el Tribunal de Justicia Internacional, contrael Tratado sobre Misiles Antibalísticos, contra la Conven-ción para Prohibir las Armas Biológicas contra el Tratadode Prohibición de Ensayos Nucleares.

Nueve días después de los ataques del 11 de septiembrede 2001, el presidente George W. Bush declaraba, en so-lemne sesión del Congreso, la guerra al terrorismo inter-nacional e incluía en las represalias a toda nación que co-bije organizaciones de este tipo. Convocada la OTAN y ha-biendo sido presentadas a sus miembros las “pruebas” queinvolucraban a la organización terrorista islamista AlQaeda y al saudita Osama Bin Laden como el inspiradory financista de los ataques, se invocó el artículo del trata-do constitutivo de la alianza militar del Atlántico Norte porel cual todas las partes concurren en ayuda del agredido.Bin Laden (financista del grupo político talibán que con-70 Retomado del periódico argentino Clarín del 02/05/2002, Buenos Aires

( sitio www.clarín.com)71 Ello revivió al Protocolo de Kyoto que establece una reducción global

de las emisiones que producen el efecto invernadero en un 5,2%,entre 2008 y 2012.

Page 98: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

113

trolaba Afganistán, entre quienes se albergaba), si bien sa-ludó la acción, no aceptó ser el autor intelectual del hechodenunciado. En octubre, fuerzas de los Estados Unidos ydel Reino Unido bombardearon copiosamente las regionesafganas controladas por los talibanes, en preparación dela invasión terrestre que no logró asegurar el éxito de lacacería de Bin Laden. Previamente, se desplegó una inédi-ta ofensiva diplomática en busca de ampliar la alianza con-tra el terrorismo internacional, en la cual el presidente Bushy el primer ministro Blair se entrevistaron con mandata-rios de las principales potencias.

La respuesta frontal al terrorismo fundamentalista islá-mico pudo así contar con el expreso apoyo de los socios dela OTAN, del resto de Europa Occidental, Rusia, China,Latinoamérica y del conjunto de la comunidad internacio-nal a través de la ONU. Ante la emergencia, la adminis-tración estadounidense cambiaba urgentemente la direc-ción de su política exterior, hasta entonces desdeñosa de lanegociación multilateral: el nuevo vector internacional pa-recía revalorar la eficacia de los acuerdos internacionales,sin que esta necesidad coyuntural lo lleve a la reconsi-deración de sus actitudes unilaterales. Resulta evidente queel fenómeno del terrorismo internacional requiere una res-puesta basada en la cooperación entre naciones. Sin em-bargo, quien lidera esta nueva “cruzada” tiene una largahistoria de alianzas contradictorias e inestables, tenden-cia que parece confirmarse en la actualidad: si los talibanesfueron apoyados —e incluso entrenados— por los EstadosUnidos cuando eran “héroes de la libertad” por enfren-tarse a la invasión soviética de la década del 80, si Iraq fuesu aliado cuando enfrentaba al Irán de Ruhollah Khomeinyen la misma década, la Alianza del Norte afgana oposito-ra a los talibanes sabe que no puede esperar una fidelidadde mediano plazo de parte de los EE.UU., como tampo-co la dictadura paquistaní (seriamente enfrentada con la

Page 99: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

114

India, un aliado más tolerante y que por lo tanto deberíaser preferible para los EE.UU., por la zona de Cachemira—conflicto que está al borde del estallido—).72

La nueva doctrina Bush (“se atacará a Estados o gru-pos terroristas que amenacen la seguridad de los EE.UU...y, aunque se persiga el apoyo internacional, no se vacila-rá en actuar solo”), anunciada en septiembre del 2002, de“guerra preventiva” (y que continúa a la de algunos me-ses atrás: “strike first, explain yourself later”), viene a rom-per con cuatro siglos de tradición de “guerra justa”: “yaque no se puede confiar sólo en una posición reactiva,como se hizo en el pasado”, justificó insuficientemente elpresidente Bush. En efecto, el Tratado de Westfalia (1648),que dio fin a treinta años de guerras religiosas en Euro-pa, consolidó la doctrina del legítimo uso de la fuerza endefensa propia y vetó la posibilidad de recurrir a las ar-mas para cambiar un sistema de gobierno en otro país. LaDoctrina Truman, la de la “contención y disuasión”, quefue continuada durante la guerra fría apuntando a con-tener a la amenaza soviética, se inscribe en el espíritu deWestfalia. Esta doctrina fue reforzada por Reagan, perosin salirse del cauce, y Clinton, luego de la caída del Murode Berlín, volvió informalmente a la menos agresiva va-riante original, a través de retomar la estrategia de firmartratados de control de armas (esfuerzos de no prolifera-ción que, según Bush, hoy han fracasado).

Clinton creía que los EE.UU. debían tener la capacidadpolítica y militar de disuadir y, llegado el caso, derrotar ados enemigos en dos teatros internacionales de operacio-nes distantes entre sí y en simultaneidad. Lo que la presen-te administración norteamericana pretende es que la ame-naza de sus armas sea tan evidente (tanto como la acciónbélica antes que el enemigo esté listo para amenazar la se-guridad de los EE.UU.) que su país no pueda desde nin-72 F.A. Gardella 2001.

Page 100: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

115

gún punto de vista ser desafiado. En efecto, Bush anuncióla construcción de una eficaz defensa contra misiles ba-lísticos y que actuará contra los enemigos antes de que es-tén totalmente desarrollados sus medios de agresión, ya que“las nuevas amenazas provienen de redes de individuos quepueden penetrar en las sociedades abiertas y, con el uso delas modernas tecnologías, actuar en su contra”.

El nuevo episodio bélico contra Iraq es el primer emer-gente de la nueva doctrina internacional norteamericanapero, además, tiene serias consecuencias sobre el futurodel sistema mundial. En principio, porque hay serias du-das sobre la legitimidad del ataque norteamericano respec-to del derecho internacional vigente, ya que no se puedeinvocar legítima defensa ni las tropas de los EE.UU. es-tán amparadas por una resolución del Consejo de Segu-ridad de la ONU. En segundo lugar, será difícil restaurarla credibilidad de la Organización de Naciones Unidas lue-go de esta violación de su carta constitutiva por la prime-ra potencia mundial (la administración Bush dejó en cla-ro que no necesita a la ONU si de proveer a su seguridadse trata, consideración ésta que sólo le compete a losEE.UU.). Tercero, a partir de la oposición de Francia (quejunto con Rusia amenazó con utilizar su derecho a veto atoda resolución del Consejo de Seguridad que apoyarala agresión a Iraq) se abre una profunda brecha entrelos socios de la OTAN y, cuarto, en la Unión Europea porlas contradicciones que oponen al Reino Unido de Blair yEspaña de Aznar, quienes decidieron acompañar lacampañara “liberadora”, a Francia y Alemania.

Si toda guerra es signo de fracaso del derecho inter-nacional, este nuevo enfrentamiento bélico creó una cri-sis inédita, de la cual sólo se podrá salir a través de unreequilibrio de fuerzas. Pero para ello se deberá recompo-ner la unidad de criterio en la Unión Europea y, quizá,esperar de China un papel más activo en el escenario

Page 101: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

116

internacional. De lo que no caben dudas es que comienzaa diseñarse un nuevo orden internacional, cuya piedra detoque es el 11 de septiembre de 2001. Inédita ha sido tam-bién la reacción de la opinión pública mundial que se hamanifestado masivamente en todo el globo contra estainaudita guerra.

Consideramos que la política exterior de los EstadosUnidos desde hace mucho tiempo está tironeada por dosfuerzas: la de sus intereses económicos (petróleo, en estecaso) y la de sus convicciones liberales (tolerancia política,impulso antiimperialista e, incluso, tendencia al aislamien-to). De otro modo sería muy difícil explicar su alianza conlos intolerantes jeques sauditas (origen de Osama Bin Ladeny con cuyo dinero se financiarían escuelas islamistasformadoras de jóvenes fundamentalistas), frente al enemi-go iraquí que es mucho más tolerante fronteras adentro.73

Son tiempos en que el gendarme del mundo ha cam-biado la doctrina de la “guerra justa”, la de la legítimadefensa por la de la “guerra preventiva”. Y en nuestromundo unipolar los criterios dependen de la exclusiva vo-luntad de quien ejerce el monopolio de la fuerza en el mun-do. Noam Chomsky opina que “Estados Unidos es el cam-peón mundial del terrorismo, ¿o acaso no fue terrorista enNicaragua, no ha dejado de apoyar a países terroristascomo Turquía o Indonesia, no respaldó a Saddam Husseinen su plan de aniquilación de los kurdos, no fue aliadode Osama Bin Laden?”.74

Para Jürgen Habermas los ataques a las Torres Geme-las del WTC fueron “ataques a la ciudadela capitalista dela civilización occidental”, que no hizo otra cosa que ex-plotar la tensión existente entre la sociedad secular y lareligión: “el que quiera impedir una guerra de culturas73 F. A. Gardella 2001.74 Noam Chomsky, “La nueva guerra contra el terrorismo”, conferencia

en el MIT, Massachusetts, octubre 2001.

Page 102: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

117

debe ser consciente de que tampoco Occidente ha resueltoaún los problemas dejados por la secularización”. Al reci-bir el Premio de la Paz (octubre de 2001), que otorgan loslibreros alemanes en la Feria Internacional del Libro deFráncfort, consideró que las raíces de ese terrorismo están,más que en la pobreza del mundo, en los sentimientos dehumillación: “en el terrorismo se expresa también un cho-que de mundos que, más allá de la violencia silenciosa delos terroristas, deberán desarrollar un lenguaje común”.75

La posguerra iraquí está siendo poco clemente con laalianza occidental, no sólo porque han sufrido más bajasque durante el conflicto bélico, sino porque se ha eviden-ciado el engaño con que Bush y Blair trataban de involu-crar a la comunidad internacional. En el caso del PrimerMinistro inglés, su situación se complicó por la muerte (su-puestamente, suicidio) del científico inglés David Kelly,quien habría podido declarar fehacientemente en contra dela posición oficial sobre las evidencias de armas de destruc-ción masiva en el Iraq de Saddam Hussein. Por su parte, elcostado más débil del presidente Bush (además del fracasoen la gestión económica) son dos guerras cuyo objetivo prin-cipal declarado se le escapó: Bin Laden y Saddam. Granparte de la opinión pública comienza a dudar de las ver-dades/virtudes de la actual administración, y consecuen-temente sube en las encuestas el principal candidato de-mócrata a la presidencia (cierto es que la victoría del ac-tual republicano Arnold Schwarzenegger a la gobernaciónde California acerca agua al molino de Bush).

Con razón, el periodista y profesor de comunicaciónrosarino radicado en el Perú Guillermo Giacosa, al hacerun balance de la aventura iraquí de la alianza británico-estadounidense, manifiesta que “todo parecería indicar quelas temidas armas iraquíes no eran aquellas que aparecían75 J. Habermas, en artículo “Diálogo de culturas en la actual confla-

gración”, en sitio www.jornada.unam.mx.

Page 103: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

118

en los informes que se inventaban, sino este boomerang for-midable que ya ha iniciado el camino de regreso desde elMedio oriente y que se dirige implacable a cortar cabezasen Washington y Londres”. 76

Los Estados Unidos de G.W. Bush, supuesto líder delliberalismo democrático y de los derechos humanos, de he-cho manejan a su arbitrio el derecho internacional y boi-cotean groseramente toda iniciativa que pueda compro-meter el más mínimo de sus designios. Aplican masiva-mente todo su poderío militar contra los que ellos mismosdeclaran “enemigos de la humanidad, de Occidente, delas libertades públicas” pero rechazan someterse a la ju-risdicción de una Corte penal internacional. En la que seconsidera la más avanzada de las economías capitalistases donde se están produciendo escándalos financieros iné-ditos por su magnitud (Enron, World Com, Xerox, etc.).El país que mayores recursos destina a la lucha contra ladrogadicción es el mismo que se niega a controlar los flu-jos ilegales de fondos y continúa protegiendo a los paraí-sos fiscales, por donde se escurren los dineros del narco-tráfico y de la corrupción administrativa. Son demasiadascontradicciones. O quizá no tantas para la época que nostocó en suerte, sin certezas, sin principios universales, sinrigor: tiempos blandos, en definitiva.

Hacia comienzos de noviembre de 2003, el panoramaen Oriente Medio no podía ser menos alentador, frente ala impotencia de la administración Bush. Los ataques querecibían las fuerzas de ocupación de parte de los iraquíesse ampliaron a edificios de las Naciones Unidas (dondefallecieron, entre otros empleados de la ONU, un alto fun-cionario enviado por el Secretario General) y sufrió unatentado una instalación de la fuerzas armadas italianas

76 G. Giacosa, artículo “Cayó la mentira, ahora le toca a los mentirosos”,diario Perú. 21, Lima, 29/09/2003.

Page 104: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

119

destacadas en teritorio iraquí, con considerables bajas desoldados italianos. A estos hechos terroristas se sumaron,en Afganistán, los enfrentamientos producidos contra losnorteamericanos y sus aliados por los talibanes “remanen-tes” y las fuerzas nacionalistas, en un territorio supuesta-mente pacificado por la intervención norteamericana. Entanto, en Arabia Saudita (aliada de los Estados Unidos),estallaba un artefacto terrorista en una confitería que cau-só una importante cifra de muertos y heridos. Del mismomodo, en la disputa israelo-palestina no aparecen atisbosde pacificación sino todo lo contrario, en gran parte porla intransigencia de la administtración Sharon.

¿Qué está por venir?, se pregunta Der Derian, cientí-fico político de la Massachusetts University:

creo que la mejor declaración sobre lo que seguirá al 11 deseptiembre la dijo Paul Valery: “el futuro no es más lo quesolía ser” (…) Mi gran inquietud no es tanto el futuro, sinolos futuros pasados que se reproducen, es decir, cómo pare-cemos incapaces de escapar de los círculos de retroalimen-tación de mala inteligencia, pensamiento burocrático e ima-ginación ineficaz; para el futuro cercano, creo que la guerravirtuosa mientras sea librada por la cadena de entreteni-miento de medios de comunicación, industrial y militar, seránuestro pan de cada día y nuestro circo de cada noche. Eluso de analogías sentimentalistas de resistencia así comoinsignificantes luchas internas en la Izquierda no nos damucha esperanza de un unificado movimiento antibélico.Por el momento, necesitamos reconocer que la mayoría denorteamericanos, ya sea por patriotismo, trauma o apatía,piensan que es mejor dejar los asuntos en las manos de losexpertos. Creo que para el futuro inmediato, la tarea serádistinguir nuevas formas de viejos peligros, efectos reales yvirtuales, y el terror de la lucha contra el terror en la guerrade las cadenas de noticias.

Page 105: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

120

Page 106: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

121

Globalización y economíamundial

Como nunca antes se cuenta con enormes capacidades téc-nicas para atender los auténticos problemas de la huma-nidad. Sin embargo, se verifica que al cabo de un par dedécadas el mundo no se ha vuelto más seguro ni menosdispar en el reparto de la riqueza. La visión optimista dela globalización integradora y constructiva de nuevos ho-rizontes se reveló incierta en su impacto doméstico y con-testada por turbulencias en las relaciones económicas in-ternacionales, en crispaciones de identidad, de agresióncultural y religiosa, de violaciones de los derechos huma-nos y de una insuficiente, por decir lo menos, cooperacióninternacional. Si la mayoría de la población del tercer mun-do percibe que la globalización la afecta, al propio tiempono se siente incluida. El mercado unificado (de bienes nosólo comerciales, sino también culturales), en efecto, haahondado diferencias en todos los campos.

La dimensión social de este fenómeno deja disconfor-mes, sino alarmados, a una gran masa de la opinión pú-blica mundial, la que incluye no pocos “parias” del pri-mer mundo: es que el ritmo económico —y financiero par-ticularmente—, es infinitamente más veloz que el de la re-gulación social de los mercados, debido a un desencuentro

No es la ausencia de progreso, sino por el contrario,

el desarrollo tecnocientífico, artístico, económico

y político lo que ha hecho posible el estallido de las

guerras totales, los totalitarismos,la brecha creciente

entre norte y sur, el desempleo y la nueva pobreza…

Jean-François Lyotard

[121]

Page 107: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

122

entre actividad económica, empleo y calidad de vida. Lasdos últimas variables siguen y seguirán siéndolo, segura-mente, los invariables objetivos deseables de todo buenplan macro-económico, en lo nacional, y de toda coordi-nación económico-financiera internacional. Si se sigueviendo el empleo desde la óptica neoliberal, es decir, comoun insumo más de la producción, se seguirá errando elcamino y profundizando el dolor. El desarrollo es algo másque acumulación de capital y una asignación de recursosmás eficiente: es una transformación de la sociedad. Paraasegurar un desarrollo equitativo perdurable y democrá-tico se requiere, como afirma Stiglitz, reformar la arqui-tectura económica internacional.

Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001 y ex fun-cionario del Banco Mundial, manifiesta que la globalizacióny el neoliberalismo imperantes además de haber vinculadolas economías (lo que las vuelve vulnerables al contagio endominó), han desmantelado las instituciones anticíclicas queson las encargadas de limitar las crisis económicas desde laposguerra. Hasta las naciones desarrolladas han perdido lapotestad de imponer controles efectivos sobre los flujos decapitales. Por ello suele ocurrir que medidas de estímulo dela economía resultan en fugas de dinero, cuando lo que sepretende es el incremento del empleo. “Las políticas origi-nales de los organismos financieros internacionales (talescomo el FMI, cuyo propósito original era el reestablecimientodel equilibrio de economías en dificultades —políticasreactivadoras—) han sido reemplazadas por la receta únicade la austeridad sobre la base de ajustes estructurales queno hacen más que profundizar el ciclo recesivo”.77

Pero esto no es lo único que falla. En las últimas cum-bres que se ocuparon de pobreza y desarrollo, en Doha,Monterrey y Johannesburgo, se llegó a un compromiso77 Joseph Stiglitz, El Malestar en la globalización, Taurus, Buenos

Aires, 2002.

Page 108: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

123

entre países ricos y países en vías de desarrollo (PED) so-bre la necesidad de acelerar la reducción de la pobreza yasegurar los objetivos del llamado “desarrollo del milenio”,los que incluyen mejor salud y educación para los paísesmás pobres. ¡Sólo buenos deseos! Desde luego, el primerpaso es facilitar el acceso de las exportaciones de estos paí-ses a los mercados de los países industrializados (PI), paralo cual se requiere reducir aranceles y subsidios y elimi-nar las medidas proteccionistas y otros obstáculos a estasexportaciones, las que mayoritariamente son agrícolas.Pero resulta que el Banco Mundial (su presidente, JamesWofensohn) estimó que en el 2002 los PI gastaron alrede-dor de 350 000 millones de dólares en subvenciones paraprotección de sus productores agrícolas (nada más y nadamenos que ... ¡unos 1 000 millones de dólares por día!),que son claramente ineficientes en el mercado mundial(por ejemplo, el azúcar triplica su precio en los mercadosdomésticos de Europa y EE.UU. respecto del precio inter-nacional, precio que es el de venta de la producción delos PED). En tanto, en ayudas externas, esos mismos paí-ses gastaron en 2002 unos 50 000 millones de dólares (7veces menos que las subvenciones agrícolas).78

En el sistema económico actual se evidencia la necesi-dad de su crecimiento cuantitativo, pues este crecimientoes la clave para un mayor beneficio económico. El motordel sistema es la producción y el consumo masivo, siguien-do una lógica que se reproduce en los medios de comuni-cación: hay que mantener alto el consumo para que asíaumente la producción y por lo tanto el empleo; a mayorempleo más recursos en manos de las familias y por lotanto mayor demanda. Utilizando la dinámica de siste-mas se diría que consumo y producción son los elementoscon relación causal que podrían conformar un bucle de78 J. Wolfensohn, en artículo “Pasar de la palabra a la acción”, diario La

Nación, Buenos Aires, 27/09/2002.

Page 109: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

124

realimentación positiva (cualquier aumento en uno de ellosrepercute en un incremento del otro), lo que aporta unasensación de crecimiento indefinido en el tiempo. Sin em-bargo, pese a que en el curso del siglo XX la población delplaneta se ha triplicado y la economía multiplicado porveinte,79 sabemos que ningún sistema puede crecer violan-do las reglas del equilibrio sin pagar costos, por lo que elcrecimiento económico se realiza a costa de mayor desor-den en otras partes fuera y dentro del propio sistema; esinteresante ver que los impactos ecológicos y sociales enla economía clásica se consideran como “externalidades”,ya que el sistema sólo internaliza los beneficios y costosdirectamente relacionados.

La crítica se centra en que las actuales tendencias eco-nómicas toman como eje central el crecimiento y desta-can la obligatoriedad de una competitividad continua enalza y una constante ampliación de los mercados comoelementos clave para su desarrollo, supeditando a ellocualquier tipo de consideración extraeconómica, ya seasocial o ambiental. Esta visión parcial limita el problemaa la convergencia de unos parámetros macroeconómicos(PBI, índices de precios, índice de actividad económica,etc.) de los que se excluyen otros que tengan en cuenta eldesarrollo social, el desarrollo sostenible, etc. El aparenteorden del crecimiento económico y productivo lleva aso-ciado ciertos desórdenes que normalmente no se conside-ran, o no se lo hace en toda su magnitud. Así, sería con-veniente sustraer del índice de Producto Bruto Interno ladisminución y degradación de los recursos naturales: conun PBI floreciente puede coexistir la bancarrota ecológica.79 Esto da una idea de progreso y orden económico muy relacionado con

la visión mecanicista que impera bajo la concepción que hoy se conocecomo “determinismo tecnológico”, ello es una confianza ciega en quela ciencia y la tecnología proveerán progreso económico y, por lo tanto,mayor progreso social.

Page 110: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

125

No podríamos dejar de citar una voz muy autorizadaque rescata muchos logros de la globalización de la econo-mía internacional sin dejar de señalar otras consecuenciasperversas. Así, el Premio Nobel de Economía, Paul Samuelson,quien ha influido en los fundamentos intelectuales de mu-chísimas generaciones de economistas. Hacia fines del año2002, manifestaba que si bien la desigualdad salarial seincrementó, la pobreza ha mostrado signos de disminución.Hace 50 años un ejecutivo de alto nivel en los EE.UU. te-nía un sueldo promedio 40 veces mayor al sueldo de unempleado medio. En la actualidad esa diferencia es de 400veces (¡se multiplicó por 10!), tendencia que es similar entodo el mundo. Por otra parte, Samuelson cita un estudiode la Universidad de Columbia, de mediados de 2002, queindica que en los últimos 20 años se ha registrado un des-censo significativo de la cantidad de habitantes del mundoque viven con 1 dólar diario (235 millones) al igual que lafranja que vive con 2 dólares al día (450 millones). En granmedida estas cifras están influenciadas por éxitos de las eco-nomías asiáticas (con gran impacto del buen desempeño dela economía de China), en tanto en América Latina ese pro-greso se detuvo en la década del 80, correspondiendo alÁfrica el peor desenvolvimiento. Es decir, los países más po-bres no han gozado de progresos significativos. Sin embar-go, para Samuelson la globalización no presenta tan bue-na salud, y recomienda extremar medidas para equilibrara las modernas economías mixtas, compensar sus mecanis-mos de laissez-faire con políticas públicas apropiadas (en elcampo doméstico y en el internacional) destinadas a “la re-gulación y el mejoramiento de las terribles inequidades queserían absolutamente inevita-bles en mercados totalmentelibres”.80 Guy Sorman, el economista neoliberal francés, porsu parte, sigue insistiendo en que el mundo se enriquece80 P. Samuelson, artículo “¿Adiós a la pobreza?” en diario Clarín, Buenos

Aires, 22/09/2002.

Page 111: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

126

(Sorman al parecer sólo mira los «grandes agregados» dela economía internacional), y destaca logros (certeros) enChina, India y Chile, y otros (más dudosos) en Brasil,Malasia, Sudáfrica, Malí y Túnez.

El crecimiento espectacular de las transacciones finan-cieras caracteriza, más que ningún otro proceso económi-co, la economía mundial de los 90, que se proyecta al si-glo XXI. Existe un nexo directo entre la globalización fi-nanciera y el resto de los elementos constitutivos del sis-tema capitalista mundial de fines del siglo XX: modifica-ción de los regímenes salariales, acentuación del repartoregresivo del ingreso (doméstico e internacional), repartodel ahorro mundial entre inversiones productivas y espe-culativas (en desmedro de las primeras), nuevas caracte-rísticas de la acumulación de riqueza (aparición de ingre-sos cada vez más importantes por rentas). Además, unadiferencia relevante respecto de otros procesos históricosde interdependencia ampliada de la economía mundial;diferencia importante la constituye el hecho de que la ma-yor parte de los actuales flujos financieros se desarrollanen un sistema cerrado y autogenerador, entre institucio-nes especializadas, que está totalmente desconectado dela producción y transacción de mercaderías y servicios. Setrata de 1,4 billones de dólares estadounidenses en tran-sacciones financieras cotidianas, de las cuales entre un 5%y un 8% corresponderían a movimientos internacionalesreales (de bienes). Lo que no quiere decir que no existannexos muy fuertes, y de un gran impacto económico y so-cial, entre la esfera de la producción y del comercio conaquella de las finanzas internacionales.81

En efecto, la esfera financiera se nutre de la riqueza crea-da por las inversiones y la movilización de la fuerza labo-ral de múltiples niveles de calificación. Los capitales, quelos operadores financieros multiplican a través de coloca-81 F. A. Gardella 2001.

Page 112: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

127

ciones financieras y arbitrajes que efectúan entre diferen-tes tipos de activos, nacen invariablemente en el sector pro-ductivo a través de ingresos provenientes de la produccióny del intercambio de bienes y servicios. Una elevada frac-ción de esos ingresos es captada por la esfera financiera.Una vez realizada esta transferencia tienen lugar una se-rie de procesos de valorización ampliamente ficticios, queinflan el monto nominal de estos activos financieros testi-monian la ficción de esta “economía virtual”. La explosiónde “productos derivados”, que en una cadena virtual dereaseguros de riesgo accionario se alejan notablemente dela base productiva sobre la cual se han creado los títulosoriginales inundan a los actuales mercados financierosglobalizados. A través de la utilización de estos instrumen-tos que le son propios autogeneran riqueza simulada, cu-yas transferencias superan en 50 veces al intercambio realde bienes y servicios. Lo que agrava la situación económi-ca mundial es que en este nuevo proceso los bancos hansido reemplazados por organizaciones financieras que go-zan de mayores libertades y de prácticamente ninguna res-ponsabilidad internacional. Los montos en activos financie-ros detentados por estas organizaciones triplican los fon-dos que manejan los bancos y grandes sociedades de segu-ros en los mercados internacionales.

La desconexión entre la economía real, representadapor la producción y el comercio, y la virtual, (la mayoríade los mercados financieros) hace que los que detentan lostítulos de estos valores ficticios sean altamente volubles acualquier estímulo, lo que constituye una característica deinestabilidad intrínseca del sistema. De allí que los movi-mientos de contagio entre mercados se hayan aceleradoen los últimos tiempos ya que los mercados no sólo estáníntimamente interconectados en tiempo real, sino que lavolubilidad de los mercados suele exasperar el nerviosis-mo de los operadores. Las consecuencias de estas carac-

Page 113: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

128

terísticas (volubilidad más interdependencia de precios demonedas, niveles de tasas de interés y decisiones especu-ladoras y procíclicas de los administradores de portafoliosde inversión) sobre las políticas macroeconómicas en ge-neral son considerables (Soros vs Libra en 1993) y puedencobrar una amplitud decisiva en los países con mercadosfinancieros emergentes (crisis asiática de 1997/98). Unbreve repaso de estas crisis debería comenzar con la caí-da bursátil de Wall Street en octubre de 1987, seguida porla del mercado de los “bonos basura” (junk bonds) que, asu vez, anunció la explosión de la burbuja especulativa enel sector inmobiliario norteamericano que arrastró a nu-merosos bancos e instituciones financieras en varios paí-ses, principalmente en Japón (1990-1991). El ciclo críticocontinuó con la especulación masiva sobre las monedasdel sistema monetario europeo (1992/1993), para volvera golpear al sector inmobiliario de los EE.UU. (a comien-zos de 1994). A la crisis mexicana de 1994/1995, que afec-tó gravemente a muchas economías latinoamericanas (yque repercutió en la caída del valor del dólar norteameri-cano), se sumó la quiebra de la Baring Bros. (febrero de1995). Durante todo 1996 y 1997 se suceden quiebras enJapón y los mercados asiáticos tienen en vilo al mundo,hasta la gravísima crisis coreana de fines de 1997, que re-quirió de un salvataje de 92 000 millones de dólares.82

Otra notable característica de la economía internacio-nal actual presenta un festival de fusiones y adquisicio-nes empresariales, a través de las cuales las grandes cor-poraciones internacionales han violado uno de los princi-pales presupuestos del liberalismo económico, al concen-trar su poder de mercado de forma de lograr tener posi-ciones hegemónicas, lo que va en contra de las reglas dela competencia. En efecto, fusión tras fusión, las mega em-presas multinacionales han adquirido tanto poder que su-82 F. A. Gardella 2001.

Page 114: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

129

peran el de intervención de los gobiernos, anulan los efec-tos positivos de la competencia comercial leal, sólo rindencuentas ante sus accionistas y, como denuncia la activis-ta-periodista canadiense Naomi Klein, al tiempo que “lapromesa de que disfrutaríamos de un acervo mucho ma-yor de alternativas culturales fue traicionada por el po-der de las fusiones, las franquicias despiadadas, la siner-gia y la censura que practican” se conspira “contra los trespilares sociales que son el empleo, las libertades públicasy el espacio cívico”.83 Respecto de las empresas transna-cionales y las marcas (“logo”) que se imponen en el mer-cado, conviene repasar algunas frases de Beatriz Sarlopara entender el porqué de su fuerza:

Hoy el mercado puede tanto como la religión o el poder:agrega a los objetos un plus simbólico fugaz pero tan po-tente como cualquier otro símbolo (…) el tiempo fue abolidoen los objetos comunes del mercado, no porque sean eter-nos sino porque son completamente transitorios (…) su uti-lidad y belleza son subproductos de ese sentido que vienede la jerarquía mercantil, pero siempre el puntaje que el mer-cado otorga a una etiqueta, una marca, o una firma tieneotros fundamentos además de las cualidades materiales, desu funcionamiento o de la perfección de su diseño (…) fren-te a una realidad inestable y fragmentada, en proceso de me-tamorfosis velocísimas, los objetos son un ancla, pero unancla paradójica, ya que ella misma debe cambiar todo eltiempo, oxidarse y destruirse, entrar en obsolescencia el mis-mo día de su estreno (…) el mundo de los objetos se ha am-pliado y seguirá ampliándose, y hoy no existe un territoriodonde el mercado, en su imponente marea generalizadora,no esté plantando sus tiendas (…).84

Con relación al fenómeno de la globalización y al im-perio de la economía de mercado, merecen mencionarse83 Naomi Klein, No logo, Paidós, Barcelona, 2001.84 B. Sarlo 1994.

Page 115: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

130

dos aspectos que han profundizado su curso de los últi-mos años: la proliferación de reuniones internacionales quetratan temas de economía mundial y son enmarcadas pormanifestaciones antiglobalización (mal llamadas así, pues-to que mayoritariamente proponen una globalización al-ternativa), lo que constituye un verdadero revulsivo paramantener vivo el debate; los intentos por establecer ciertagobernabilidad de la globalización. Las “marchas globa-lofóbicas” fueron inauguradas con la manifestación deprotesta que enmarcó la reunión de la Organización Mun-dial de Comercio (OMC) de Seattle en diciembre de 1999,que debía relanzar la nueva ronda de negociaciones co-merciales multilaterales. Surge un grupo informal contes-tatario de la globalización tal como hoy se presenta, quese hizo presente con diversos grados de combatividad, encada ocasión que tuvo lugar una reunión internacional derelevancia para los destinos de la economía mundial. Hastaque pierden vigor después del sacudimiento que vive laopinión pública mundial por los atentados de la torres ge-melas del World Trade Center de Nueva York el 11 deseptiembre de 2001. Hasta ese momento se multiplicaronlas ocasiones de manifestarse: con motivo de todas las re-uniones del Foro Económico Mundial de Davos, en losmeses de enero o febrero desde el año 2000, incrementan-do con el tiempo el número de activistas, lo mismo quedurante las Asambleas Anuales del FMI-Banco Mundialy en las Cumbres de la Unión Europea (que en la ciudadfrancesa de Niza, en 2000, llegó a juntar unos 60 000 ma-nifestantes). En el escenario internacional, Francia es con-siderado como el país desarrollado de la contestación(patria de ATTAC —Asociation pour la Taxation des Tran-sactions Financières—, de la defensa de la excepción cul-tural, del dirigente agrícola radical Joseph Bové, etc).En tanto los Estados Unidos aparecen, a la inversa, comoel emblema de la globalización (Microsoft, Mac Donald’s,

Page 116: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

131

los fondos de pensión y el capitalismo desbocado).85 En lasreuniones internacionales los delegados no siempre pue-den despegarse de estos clichés, y suelen representar lasposiciones consecuentes.86

A comienzos de 2001 dos encuentros se desarrollaronen paralelo: la edición anual del Foro Económico Mundialde Davos y, en paralelo, el Foro Social Mundial de PortoAlegre, que encarnaron las dos caras de la globalización.Una videoconferencia entre los dos foros puso de mani-fiesto un diálogo de sordos, a través de las invectivas queviajaron por el ciberespacio entre Suiza y Brasil. Los or-ganizadores de la reunión de Davos, lejos de ignorar aPorto Alegre, titularon sus debates “Superar las Diferen-cias” para centrarlos en la articulación entre lo económicoy lo social, pero hicieron un par de propuestas irrelevan-tes relacionadas con lanzar un diálogo con las ONG. Elfinancista y mayor especulador mundial Georges Soros fueterminante: “a las empresas no se les puede imponer sudesnaturalización, que es la de los negocios”, con lo quepareció llamar a la “responsabilidad” de los gobiernos ylos organismos multilaterales.

La tensión fue in crescendo desde Seattle hasta el esta-llido en Génova, a fines de julio de 2001, batalla que dejóel saldo de un muerto entre los manifestantes y numero-sos heridos en ambos bandos. En ese lapso, el informal co-mando antiglobalización vio incrementarse la cantidad demiembros, los apoyos internacionales por parte de la pren-sa internacional crecieron y su organización se perfeccionó.Se estimó que acudieron más de 200 000 manifestantes.85 La opinión pública francesa, según encuestas de la ATTAC, acompaña

esta percepción: el 65% estima que la globalización agrava ladesigualdad social y que favorece principalmente a los accionistas;en tanto, de acuerdo a las mismas fuentes, en los Estados Unidos un61% opina que su influencia es positiva para las empresas, aunquesólo 31% piensa que es benéfica para ellos mismos.

86 F. A. Gardella 2001.

Page 117: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

132

Tal fue la presión que impusieron los manifestantes queel G-8 incluyó, con astucia, en su comunicado final que“creemos en la importancia fundamental del debate abier-to sobre los importantes desafíos que enfrentan nuestrassociedades (...); promoveremos soluciones innovadorasbasadas sobre una amplia asociación con la sociedad ci-vil y el sector privado”, acusando recibo por primera vezdel descontento, aunque sin comprometerse demasiado.

Un común denominador de las organizaciones convo-cantes87 es el reclamo por el establecimiento de la “tasaTobin” a las corrientes financieras internacionales, como delmismo modo lo han hecho otras muchas ONG (comoOxfam, Jubilée) y hasta el sindicato norteamericano AFL-CIO. También han incorporado entre sus reivindicacionesla llamada “ecotax” (impuesto general sobre las activida-des contaminantes), así como el perdón liso y llano de lasdeudas externas de los países menos desarrollados.

Sobre las violentas manifestaciones que enlutaron lareunión del G-8 en Génova, el Premio Nobel de Economía1998, el indio Amartya Sen, opinó que se requiere unamejor comprensión de las cuestiones fundamentales quetienden a diluirse en la retórica de la confrontación. Eneste sentido, pone de relieve que “la globalización no esen sí misma una locura (...), lo que necesitamos es una dis-tribución más adecuada de sus beneficios (...), la cuestiónfundamental no puede ser si se va a utilizar más o menosla economía de mercado”. Agrega que los acuerdos deBretton Woods, que crearon el FMI y el Banco Mundialestán en relación a una “estructura internacional econó-mica, financiera y política mundial que fue en gran partecreada en los años 40” y, por lo tanto, han sido superados

87 Entre otras, ATTAC de Francia (que es la más popular, y que yacuenta con representantes en gran parte del mundo), la inglesa Waron Want, Preamble de los EE.UU., Halifax Initiative de Canadá, sonlas más representativas.

Page 118: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

133

por la nueva situación internacional. Sen concluye que “laestructura global es la respuesta necesaria a las dudasglobales: las protestas contra la globalización son parte delproceso de globalización, del que es imposible sustraerse,y para sustraerse del cual no existe motivo válido”.88

Frente a los planteamientos sobre la ineluctabilidad delproceso de globalización tal cual hoy se presenta (carac-terizado por un mundo efectivamente transnacional en lofinanciero e internacionalizado parcialmente en lo econó-mico), seguimos al científico y filósofo argentino MarioBunge, quien afirma que “el futuro de una cosa naturalfuera de nuestro alcance ‘llega’ sin nuestra asistencia”, entanto no ocurre lo mismo con “el futuro de una cosa cons-truida, como una institución, que no ‘llega’ en absoluto,sino que lo hacemos nosotros”. Bunge concluye que “al-gunos se ven forzados a esperar el futuro, otros lo sueñany muy pocos lo planean, aun cuando todos trabajamos enel lugar de su construcción”.89

Asimismo, coincidimos con el pensador italiano Anto-nio Negri cuando considera que no es correcto hablar demovimiento “antiglobalización“ ya que “los manifestan-tes están unidos en contra de la forma actual de globa-lización capitalista” pero no son aislacionistas; que, enefecto “las protestas en sí se han convertido en movimien-tos globales y uno de los objetivos más claros es la demo-cratización de los procesos de globalización” donde se ex-presa, como en la década del 60, que “un futuro mejor ydiferente es posible (...), buscan transformar la agendapública creando deseos políticos para un futuro mejor (...),y pedir lo aparentemente imposible es decir algo nuevo”.9088 A. Sen en “Contradicciones del descontrolado grupo antiglobalización”,

artículo en el periódico Ámbito Financiero , Buenos Aires, 24/07/2001.89 M. Bunge: Las Ciencias sociales en construcción, Sudamericana,

Buenos Aires, 1999.90 A. Negri en “El objetivo es democratizar la globalización”, artículo en

el diario Clarín, Buenos Aires, 26/07/2001.

Page 119: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

134

Consideramos que las opiniones expresadas por los in-telectuales citados, si bien fragmentarias, constituyen undiagnóstico acertado del revulsivo político que representanestos manifestantes, cuya utilidad es evidente en tantomantiene activo el debate sobre el mundo en el que desea-mos vivir. Sin embargo, hacia fines de 2001 creíamos que“se corre el riesgo que los principios progresistas que guíana los manifestantes se diluyan y el movimiento no avancemás allá de la protesta, para terminar en una expresiónde la reacción. En este sentido, su institucionalización per-mitirá encauzar el justificado descontento y la frustración,para dar paso a mejores propuestas concretas tendientesa asegurar la gobernabilidad de la globalización”.91

Ya en el segundo semestre de 2003, creemos que lue-go del impasse que produjo la crisis de septiembre de 2001,estos movimientos que reclaman una globalización de laque se puedan beneficiar los pobres y los excluidos del sis-tema neoliberal, están aclarando sus propuestas y deses-timando la violencia (separándose de los grupos violen-tos) al tiempo que proponen una “globalización con ros-tro humano”, es decir, una alternativa que permita “go-bernar la globalización” para extender su influencia be-néfica a los más necesitados para hacer del mundo un pla-neta más equitativo y justo.

El fracaso de la Cumbre de la OMC, reunida en Cancúnen octubre de 2003, pareció dar nuevos brios al movimien-to que propugna una globalización alternativa. En efec-to, un extenso grupo de países (22) que no subsidian a laproducción agrícola-ganadera (encabezados por la Indiay Brasil, postura a la que adhirieron explicitamente, enprincipio, casi todos los países latinoamericanos) adopta-ron una común posición negociadora muy firme frentea los países de la Unión Europea y los Estados Unidos,91 F. A. Gardella 2001.

Page 120: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

135

quienes fueron conminados a desarmar sus estrucuturasproteccionistas, en cuanto al agro se refiere, para poderproseguir las negociaciones. Lo que no ocurrió y dejó aldenominado G-22 (al menos así lo reflejó la prensa con-servadora de los países desarrollados) como culpable deobstruir las negociaciones. En días posteriores este grupoinformal se fue desarmando por el retiro explícito de va-rios países de centroamérica, Perú y Ecuador, entre otros,como resultado de las presiones de la diplomacia comer-cial norteamericana.

Page 121: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

136

Page 122: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

137

Incertidumbre en el siglo XXI

Pervirtamos el buen sentido y desarrollemos

el pensamiento fuera del cuadro ordenado

de las semejanzas

Michel Foucault

Ante los “daños colaterales” del neoliberalismo, resurgede pronto la necesidad del Estado, incluso —como diceUlrich Beck— en su variante hobbesiana más antigua: lagarantía de seguridad. La resistencia a la globalizaciónneoliberal parece profundizarla. El temor al renovado te-rrorismo internacional lleva al deseo transnacional de unapolítica global de redes de inteligencia estratégica y de co-operación policíaca. Beck nos alerta sobre la necesidad decomprender esta paradoja: se esté en favor o en contra,la realización del proceso de globalización progresa porambas vías. El alemán afirma, de esta manera, la caracte-rística ineluctable de la globalización, pero agrega queante esta realidad “más conviene que los riesgos de laglobalización sean previsibles y que las libertades y otrosfrutos de este proceso sean repartidos más equitativamen-te, que se debe preservar la dignidad de las culturas y re-ligiones del mundo”. Se trata, en definitiva, de evitar lavía de las construcción de Estados-Fortaleza, por el máshumanista modelo de Estados-Cosmopolita.92

Conviene también destacar, en otra parte del espectropolítico contemporáneo, la opinión de un pensador marxista

92 U. Beck, Sobre el terrorismo y la guerra , Paidós Ibérica, Barcelona, 2003.

[137]

Page 123: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

138

como James Petras. Él describe el actual sistema mundialno como un amorfo “capitalismo mundial”, sino como unsistema imperialista que no está controlado por un «cen-tro» sociológicamente vacío, sino por los Estados Unidosque han vuelto a colonizar al tercer mundo y han subor-dinado a sus rivales imperiales en Europa y Asia. Petrasdestaca que el sistema imperialista ha emprendido variasluchas simultáneas: la de conquista del mundo a travésde la guerra (Afganistán, Iraq) con presencia militar (Co-lombia), bloqueos económicos (Cuba, Venezuela), conamenaza de utilización de armas de destrucción masiva(Corea del Norte) y chantajes diplomáticos; el enfrenta-miento con los movimientos antiimperialistas y pacifistasen todo el mundo (inclusive en EE.UU.); la lucha entreinversionistas de los países centrales que en su afán de con-quistar mercados en todo el mundo se enfrentan a los asa-lariados locales que intentan evitar mayores deterioros ensus economías nacionales. Este intelectual prevé un fuer-te impacto mundial por la coexistencia de las guerrasimperialistas de conquista y la recesión económica mun-dial. Esta circunstancia haría renacer con vigor los movi-mientos de liberación en el tercer mundo, que terminaríanrepercutiendo en el surgimiento de movimientos de masaen Europa y, en menor grado, en Japón y los EE.UU. Pre-vé, asimismo, una gran presión sobre los regímenes de cen-tro izquierda en América Latina, que intentan navegarentre dos aguas combinando acuerdos con EE.UU. y lasreformas sociales en política doméstica (el Brasil de Lulay la Argentina de Kirchner son un buen ejemplo). Petrasafirma que el eslabón más débil de la cadena del imperiomundial de Washington se halla en América Latina.93

Por su parte, James Der Derian, catedrático norteame-ricano en Ciencias Políticas, opina que el 11 de septiembre

93 J. Petras, El nuevo orden criminal, El Zorzal, Buenos Aires, 2003.

Page 124: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

139

de 2001 será recordado no por el ataque mismo sino porlos aumentos de los ciclos de violencia que siguieron. DerDerian manifiesta que tenemos un mejor sentido de lo queno será que de lo que será efectivamente: desde el presi-dente, el Ministro de Defensa y todos los demás que si-guen en la jerarquía de la seguridad nacional, hemos es-cuchado que esto no será una guerra entre estados:

no será la guerra del Golfo o Kosovo y no será Vietnam oMogadisho; y quizás tengan razón, quizás más razón quelos comentaristas de ambos partidos de Derecha (“el 21/09es Pearl Harbor”) e Izquierda (“es parte de la lucha antiim-perialista”) que se basan en analogías ideológicas sentimen-tales para entender este hecho. Desde mi punto de vista el11 de septiembre es una combinación de nuevas y viejas for-mas del conflicto, incluyendo: la retórica de la guerra santadesde ambas partes, una guerra entre las cadenas de noti-cias virtual en los medios e internet; una guerra de vigilan-cia de alta tecnología en el exterior pero también en nues-tros aeropuertos, ciudades y casas; y una guerra sucia decontraterrorismo y contrainsurgencia, utilizando una cam-paña aérea y operaciones especiales limitadas para matara los líderes y para intimidar a los que apoyan a Al Qaeday al Talibán. Llamo a este nuevo conflicto híbrido “guerravirtuosa”. Ha evolucionado de las tecnologías utilizadas enel campo de batalla de la guerra del Golfo y las campañasaéreas de Bosnia y Kosovo; recurre a una doctrina de gue-rra apropiada (cuando es posible) y a la guerra santa (cuan-do es necesario); clona la guerra de información de vigilan-cia mundial y la guerra de las cadenas de noticias de múl-tiples medios de comunicación.94

Se podría considerar que en defensa del orden inter-nacional (mercados libres mundiales, estados soberanos de-mocráticos e intervenciones humanitarias limitadas), “los94 James Der Derian, Virtuous war: Mapping the military-industrial-

media-entertainment network , Westview Perseus, Oxford, 2002.

Page 125: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

140

Estados Unidos se han dirigido hacia una revolución enlos asuntos militares, la cual sirve de fundamento para la‘guerra virtuosa’”. EE.UU. posee la voluntad política y losmúsculos, que representa su capacidad técnica y ética im-perativa para amenazar y, si es necesario, llegar a la ac-ción violenta (“pero otra vez con bajas mínimas cuandoes posible”), como medio de reasegurar sus fronteras, man-tener su hegemonía y volver a traer un mínimo de ordenimperial a la política internacional: “la diferencia despuésdel 11 de septiembre es que ahora tenemos un enemigocon rostro; con 22 rostros, de hecho, que se encuentran anuestra disposición en el website de los terroristas másbuscados del FBI”. Va de suyo que Der Derian expresa uncierto consenso nacional norteamericano, decididamenteconservador pero popular y, por ello, relevante.

El problema que se planteó a partir del ataque a lasTorres Gemelas es que no existe un intento por parte delgobierno norteamericano (ni de los medios) de transfor-mar estas imágenes de horror en discursos responsablesde reflexión y acción, tal es el mesianismo patriótico de laadministración Bush. Con el derrumbamiento de las to-rres, una creencia común fue destruida: “aquí no ocurri-rá jamás”. En este vacío, las cadenas de noticias se apre-suraron a ofrecer transparencia sin profundidad, un simu-lacro de horror, una forma pura de nihilismo. En círculosoficiales hubo un esfuerzo concertado para separar elvacío, el uso crítico del lenguaje, imaginación, aun el hu-mor fue bastante delimitado por sanciones morales y ad-vertencias gubernamentales. El primer golpe contra el pen-samiento crítico adquirió una forma peculiar de debatesemántico sobre el significado de “cobarde”: en parte dela prensa mundial, incluso en medios progresistas norte-americanos, surgió el debate sobre si es más cobarde apro-piarse de una aeronave comercial y dirigirla al WorldTrade Center o bombardear a los serbios desde 15 000 pies

Page 126: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

141

de altura o dirigir un ataque de misiles crucero contra BinLaden desde miles de millas. La respuesta oficial fue rá-pida, con advertencias, condenaciones en talk-shows y conel Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer,afirmando que gente como Bill Maher de la revista de iz-quierda Politically Incorrect deberían cuidar lo que dicen ylo que hacen.

Una guerra mimética es una batalla de imitación y repre-sentación en la cual la relación de lo que somos y lo queellos son, es librada en un gran espectro de familiaridad,amistad, indiferencia y tolerancia, distanciamiento y hosti-lidad. Puede resultar en la apreciación o denigración, recon-ciliación o separación, asimilación o exterminación. Trazafronteras físicas entre las personas, así como fronteras me-tafísicas entre la vida y la oposición más radical de la vida,la muerte. Separa a los humanos de Dios, crea la cerca quehace a los buenos vecinos, construye la pared que confinaa todas las personas. Algo más que un cálculo racional deintereses nos lleva a una guerra. La gente va a la guerra porcómo ven, perciben, imaginan a los demás y hablan de ellos:es cómo construyen la diferencia de los otros así como lassimilitudes de nosotros mismos a través de las representa-ciones. Desde la tragedia griega y espectáculos de gladia-dores romanos a reuniones fascistas y arte futurista, la mez-cla mimética de imagen y violencia ha probado ser más po-derosa que el discurso más racional.95

El Senado norteamericano aprobó un Acta Americanade Unidad y Fortalecimiento que permitía la intervenciónitinerante de múltiples líneas telefónicas, una vigilancia másfácil del correo electrónico y el tráfico en Internet, así comola difusión de las transcripciones de intervenciones telefó-nicas, incluso, a las agencias de inteligencia. La consejerade Seguridad Nacional, Condoleeza Rice, realizó personal-mente llamadas a ejecutivos de las cadenas de televisión95 J. Der Derian, op. cit.

Page 127: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

142

pidiéndoles que examinen los vídeos de Al Qaeda antes detransmitirlos y que consideren su edición debido a posiblesmensajes codificados. La información fluyó lentamente enpequeñas cantidades de la Casa Blanca y el Ministerio deDefensa después de que se manifestaran duras palabras eimpusieran fuertes restricciones contra las fugas de infor-mación. Se llevaron a cabo operaciones psicológicas en lasintervenciones humanitarias al dejar caer panfletos de pro-paganda y paquetes de comida. La Voz de América empe-zó a transmitir mensajes anti-talibanes en pashtu. Despuésque pusieran en la red a los “22 Terroristas más buscados”en el website del FBI, un programa de televisión (“Los másbuscados de América”) difundió un gran especial sobre suscasos individuales. Un periódico de la industria del entre-tenimiento divulgó la noticia sobre una reunión entre fun-cionarios de la Casa Blanca y ejecutivos de Hollywood, don-de la Casa Blanca pidió a la industria del cine reunirse “al-rededor de la bandera” como reminiscencia de los prime-ros días de la segunda Guerra Mundial. Estas iniciativasacentuarían los esfuerzos para fortalecer la percepción delos Estados Unidos en el mundo, “difundir el mensaje” so-bre la lucha contra el terrorismo y movilizar los recursosexistentes como satélites y cable “para promover el mejorentendimiento mundial”.

Se supone que la globalización señala la victoria de losvalores e instituciones occidentales: la democracia liberaly la economía de mercado como únicas opciones viables;culminación de la historia del siglo XX, sembrada en todosu camino por alianzas de los valores de la democracia yla libertad. En esta inteligencia, el fin de la guerra fría (su-puesto fin de la historia) debería haber marcado el fin delos conflictos, liberando gran cantidad de energía y recur-sos para asegurar el progreso y la libertad con equidad.Sin embargo, hacia el fin del siglo XX el concepto de looccidental entra en crisis, surge el hegemonismo norteame-

Page 128: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

143

ricano que coarta hasta los gobiernos socialistas europeos,que al sentirse libres de la amenazas cruzadas (¡se deberecordar que para Reagan Europa era un escenario posi-ble para un enfrentamiento nuclear limitado!) se dejanseducir por las ofertas del libremercado neoliberal. Hoy,cuando la guerra con la que EE.UU. venció a Iraq se topacon la oposición de las administraciones alemana y fran-cesa, comenzamos a asistir a lo inevitable: el resquebra-jamiento progresivo del sentimiento de valores compartidos.Por lo que vale preguntarse si el concepto de globalizaciónplena planta sus límites en las fronteras de Occidente conel resto del mundo, o incluye sólo a los países altamentedesarrollados (EE.UU., Europa y Japón), o sólo a los EE.UU.En el primer decenio del nuevo siglo esta cuestión debe-ría quedar resuelta.

Lo que propone el posmodernismo respecto de laglobalización es pensar este proceso más en términos deenlaces y mensajes, de red, que de principios compartidos.Los mensajes ya no pretenden tener validez universal, porlo que no transmiten fundamentos, ni principios, ni mu-cho menos ideas éticas. Aunque sigan teniendo una fun-ción vital para la estabilidad social y ecológica del plane-ta, estas ideas están enraizadas en sus categorías históri-cas y culturales. En ese sentido será la estética, más blan-da que la ética, la que podrá portar los mensajes de coor-dinación necesarios para la supervivencia: si lo que se ex-traña son la falta de estructuras estables morales y lega-les, lo que se propone (y de hecho ya está ocurriendo) esla formulación de estructuras más ágiles, flexibles, prácti-cas, adaptadas al momento y casi efímeras (¿acaso no esflexible práctica y, seguramente, efímera la “doctrina dela guerra preventiva” de Bush?). Lo que resulta evidentees que, si se persigue un objetivo común, al menos se re-quieren “interfases” de conexión entre individuo y socie-dad y de éstas con el resto del escenario internacional, que

Page 129: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

144

proponga soluciones que permitan un compromiso entrelo estable, lo deseable y lo posible.

De lo que no caben dudas es de que los desórdenes so-ciales de nuestros tiempos comprometen el futuro, tantodel primer como del tercer mundo. Al respecto se desta-can unas pocas variables a modo de ejemplo, como sigue:

• la explosión demográfica en los PED (para el 2100 seesperan unos 10 000 millones de habitantes en la Tie-rra, incremento poblacional que se concentrará en un90% en los PED); pero, además, el desequilibrio en laestructura de edad de estos países se reforzará al au-mentar la población económicamente activa y con ellose agravarán los problemas de desempleo;

• la creciente concentración urbana (hacia el 2025 se cal-cula que el 90% de la población será urbana en los PED)por lo que fácilmente se puede prever un agudizamientode la conflictividad social e ingobernabilidad de estos es-pacios llevados más allá de su límite ecológico y de haci-namiento que hará muy difícil mantener la paz social;

• la expansión de la pobreza ligada a las migraciones eco-nómicas y ambientales (el neoliberalismo produjo tan-ta riqueza concentrada como proliferación de pobreza,hasta hoy inéditas en nuestra historia); hoy padece ham-bre una mayor cantidad de seres humanos que en cual-quier otro momento de la historia, lo que está provo-cando una marea incontenible de emigrantes a los quese les aplican barreras cada vez más estrictas de tipoeconómico, físico, policial y hasta militar que intentanpreservar los territorios de los PI del “aluvión zoológi-co”; y, si quizá, no se pueda afirmar que la mayoría dela población está peor ahora que hace diez años es por-que en China se están manteniendo políticas bastantesensatas que limitan el impacto del “pensamiento único”en economía en tanto se aprovechan las ventajas de la

Page 130: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

145

globalización —contradiciendo la recetas de los gurúeseconómicos que fueron escuchados en la transición dela ex URSS, con los resultados conocidos;

• al tiempo que campea en todo el mundo (occidental, almenos) un creciente desinterés político y social.

Reiteramos que resulta esclarecedor considerar variablesque tengan en cuenta no sólo los aspectos de los grandesagregados macroeconómicos (los llamados fundamentals dela economía) sino también medioambientales y sociales,para poder tener una idea más precisa de la situación eco-nómica dinámica de un país o conjunto de ellos. Si se com-para, por ejemplo, el PBI con el índice IBES96 de un paíscomo Estados Unidos, se evidencia una diferente evolucióndel desarrollo económico según se utilice un parámetro bajouna óptica reduccionista u otro que considere la situaciónde forma dinámica y sistémica, como mandan los tiempos.

En tanto las preocupaciones de nuestros líderes, en laúltima reunión de Davos en febrero de 2003, dejaron al des-cubierto que los temas más convocantes para los cerca de2000 empresarios, agentes gubernamentales y de organiza-ciones internacionales, continúan enfocando la miopía delcorto plazo. Reseñó el Wall Street Journal que imperó du-rante todo el encuentro una “expresión masiva de angus-tia” cuya causa principal fue el inminente ataque de los Es-tados Unidos a Iraq, que se sumó a la incertidumbre eco-nómica que lo que menos necesita es un conflicto que pro-voque alzas incontenibles en los precios del petróleo. Pero

96 IBES, es el índice Daly-Cobb de bienestar económico sustentable,que incluye el PBN medio per cápita ajustado por desigualdades en ladistribución de ingresos, la disminución aguda de recursos norenovables por la erosión y la urbanización, el costo de la conta-minación del agua y del aire, y estimaciones del daño ambiental alargo plazo por causa de cambios planetarios, como la disminución dela capa de ozono, el calentamiento planetario, etc.

Page 131: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

146

lo que verdaderamente quitó el sueño a los empresarios ylíderes políticos fue:

• La “despiadada” capacidad manufacturera de Chinacontinental y su enorme fuerza laboral, que ha reempla-zado con éxito gran cantidad de productos que antes sefabricaban en los EE.UU., la India y México. Arreciaronlas quejas sobre la “piratería china”. En tanto la admi-nistración económica china ha fijado su tipo de cambioen condiciones ruinosas para la competencia. Esta quejafue liderada por el presidente mexicano Vicente Fox.Por otro lado, líderes empresariales indios se pronuncia-ron insistentemente sobre un supuesto dumping chino(ante precios tan bajos que hace pensar que difícilmentepuedan cubrir costos de producción), a lo que un finan-cista chino respondió con lógica de hierro: “de tener talnivel de subsidios estaríamos ya en bancarrota”;

• Se analizó la complacencia de la opinión pública alema-na, en general, que vive la ficción de una supuesta eco-nomía floreciente, sin percibir que otros países se estánadelantando notablemente a la primera economía euro-pea. Por su parte, Japón no habría caído en tal ensueñoy, muy por el contrario, se manifiesta preocupado perotambién desanimado porque sus autoridades guberna-mentales, su sistema financiero y la economía en gene-ral, no están respondiendo a los desafíos de la época;

• Asimismo, los ejecutivos norteamericanos presentes fue-ron el grupo nacional más optimista: supervivientes delestallido de la burbuja “puntocom”, de las crisis y es-cándalos bursátiles de Wall Street. Sin embargo, permeócierto temor de sectores tales como líneas aéreas, te-lecomunicaciones, por no sentirse en condiciones depoder asegurar ganancias futuras aun si la economíamundial se recupera.

Page 132: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

147

Respecto del papel de los Estados Unidos y de la globa-lización, consideramos muy esclarecedor de la nacienteconfrontación entre posmodernos progresistas con los“viejos” (o modernos) progresistas, reseñar el debate queha girado en torno del libro Imperio (escrito entre la Gue-rra del Golfo y la crisis de Kosovo, por el pensador italia-no de extracción marxista Toni Negri en colaboración conMichael Hardt). En este texto se exponen dos conceptos quefundarán ideas muy controvertidas: la primera es que existeun mercado global sin ordenamiento jurídico, el que nopuede preservarse sin un poder que garantice su eficacia;la segunda se refiere al orden político del mercado global,que es imperial, y que no designa simplemente una nuevaforma de poder supremo, sino que también comprendefuerzas de insubordinación y de luchas de clases novedosasen sus formas. Esta nueva organización del poder mun-dial, el imperialismo, tendría como objetivo esencial, segúnNegri, asegurar la primacía de la libertad del mercado glo-bal, que constituye en sí el nuevo orden mundial.

Se presenta de este modo, una interpretación nueva deun viejo paradigma; este Imperio, no representaría un so-metimiento mundial más allá de su objetivo que es la su-pervivencia eficaz de la globalización económica y finan-ciera. El imperio implica desde siempre una organizaciónsupranacional que comprende todos los signos de sobera-nía: el poder militar, el económico, el cultural y, hoy másque nunca, el de la comunicación de masas. Sin embar-go, el italiano desea distinguir este nuevo imperialismo, entanto forma de gobierno mundial, del clásico dominio im-perial. En la actualidad, sin Estado-Nación, el Imperio asu-me las tres características esenciales de la soberanía (mili-tar, política, cultural) y no existe colonialismo sino orga-nización centralizada.

Ante la consulta de por qué llamar imperio a la simpleorganización hegemónica norteamericana surgida luego

Page 133: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

148

de la caída del Muro de Berlín, Negri responde que, con-trariamente a lo que sostienen los defensores de los úl-timos bastiones del nacionalismo, el imperio actual no esnorteamericano, sino que es capitalista, sin banderas,“… del capital colectivo, fuerza ésta que ha ganado la gue-rra civil del Siglo XX”.97 Por ello Hardt y Negri expresanque luchar desde el nacionalismo contra el “Imperio” su-pone una olímpica falta de comprensión de la realidad del“comando supranacional, de su forma imperial y de sunaturaleza de clase.”.98 En el “Imperio del capital colecti-vo” participan tanto los capitalistas norteamericanos comolos europeos, así como “aquellos que han constituido sus for-tunas sobre la corrupción rusa y también los del mundoárabe, asiáticos y africanos que pueden permitirse enviara sus hijos a Harvard y sus dineros a Wall Street”. Claroque los EE.UU. no rechazan hacerse cargo de la respon-sabilidad del gobierno mundial pero, continúa Negri, “elpoder monárquico de la presidencia norteamericana, estáfuertemente influenciado por el poder aristocrático de lasgrandes empresas multinacionales, sean financieras o pro-ductoras de bienes, así como deben tener en cuenta la pre-sión de las naciones pobres y de los organismos interna-cionales (en particular la que hace a la defensa de los de-rechos de los trabajadores), es decir, del poder democráti-co de los representantes de explotados y excluidos”.

Concluye que el famoso fin de la historia de Fuku-yama, debe referirse a ese equilibrio de funciones “reales”,“aristocráticas“ y “democráticas”, “fijados por una cons-titución norteamericana ampliada de manera imperial almercado mundial”. Negri no puede dejar de aceptar, sinembargo, que la unificación económica financiera utiliza-da como instrumento de autoridad del “derecho imperial”,97 T.Negri y M. Hardt, Imperio, Paidós, Buenos Aires, 2002.98 T. Negri artículo “L’impire, stade supreme de l’imperialisme”, en Le

Monde Diplomatique, Janvier 2001, Paris.

Page 134: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

149

termina prolongándose, profundizando su control sobretodos los aspectos de la vida como lo hace un imperio tra-dicional: “El Imperio construye un orden biopolítico por-que la producción se volvió biopolítica…, el Imperio desa-rrolla sus dispositivos de control (sin dinámica de consen-so) que involucran todos los aspectos de la vida y los re-compone a través de esquemas de producción y de ciuda-danía correspondiendo a una manipulación totalitaria delas actividades, de las relaciones sociales y culturales”. Laglobalización a través de su característica desterritoria-lización, si bien alienta la movilidad y flexibilidad sociales,también refuerza la estructura piramidal del poder y delcontrol global de un modo irreversible. Marxista, al fin, in-terpreta que las luchas obreras contra el taylorismo acele-raron la revolución tecnológica que desemboca en la so-cialización e informatización de la producción, por lo quela constitución del imperio bien podría representar la re-acción capitalista a la crisis de los viejos ordenamientos quebuscaron disciplinar a la fuerza laboral a escala mundial:“inaugura una nueva etapa de la batalla de los explota-dos contra el poder del capital; el Estado-Nación que con-tenía la lucha de clases, agoniza como antes lo hizo el Es-tado colonial y el viejo Estado imperialista”.99

Posmoderno, sin duda, Negri nos sorprende al afirmarque “estamos en el interior del mercado mundial y bus-camos ver interpretada aquella imaginación que soñó undía con la unión de las clases explotadas en el seno de laInternacional Comunista; porque asumimos que estamosviendo nacer fuerzas nuevas y rechazamos a los nos-tálgicos de un reformismo social impregnado del resenti-miento de los explotados y de los celos que, comúnmente,recubren la utopía”. El imperio, que representa la organi-zación actual del capitalismo en plena reestructuracióndespués de un siglo de luchas obreras sin precedentes,99 T. Negri, artículo citado.

Page 135: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

150

“sólo podrá ser contestado por luchas masivas e incisivasque logren desestabilizar hasta desestructurar la comple-ja organización del Imperio… Nuestro libro implica, con-secuentemente, un cierto deseo de comunismo”.

La tesis de “imperio” es violentamente contestada des-de la izquierda tradicional, siendo una de las más estruc-turadas la crítica de Atilio Borón,100 quien comienza criti-cando que los autores olvidan destacar la inevitable conti-nuidad de los parámetros fundamentales del imperialismo:“La globalización, en suma, consolidó la dominación im-perialista y profundizó la sumisión de los capitalismosperiféricos cada vez más incapaces de ejercer un mínimode control sobre sus procesos económicos domésticos”. Enun momento en que existe una importante movilizaciónantiglobalización, que se extiende (desde Seattle hasta elForo Social Mundial de Porto Alegre con un breve impasseproducido por los atentados producidos el 11 de septiembredel 2001 cuyo objeto es poner límites a la regresión social através del dominio ideológico del imperio sobre los paísesen desarrollo) a la pérdida de valores ciudadanos en las so-ciedades de mayor desarrollo económico así como en losPED por igual, al envilecimiento de los regímenes democrá-ticos dominados por el mercado, así como a las decisionestomadas por los países centrales que afectan miles de mi-llones de vidas alrededor del mundo, particularmente lue-go del militarismo que se ha vuelto omnipresente en las de-cisiones internacionales luego del 11 de septiembre de 2001.

Las ideas de Hardt y Negri, al contener “gravísimos erro-res de diagnóstico e interpretación”, pueden, según AtilioBorón, echar por tierra tanto esfuerzo movilizador demo-crático. Este catedrático sudamericano señala que el argu-100 Atilio Borón es Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de

Ciencias Sociales, CLACSO. Nos referiremos a su libro Imperio eimperialismo: una lectura crítica de M. Hart y T. Negri, CLACSO,Buenos Aires, 2002.

Page 136: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

151

mento central de Imperio evidencia una sorprendente si-militud con las principales tesis de los ideólogos defensoresa ultranza de la globalización y del “pensamiento único”:que se ha extinguido el Estado-Nación y no queda más queresignarse y buscar nuevas fórmulas de adaptación; que lalógica global gobierna indefectiblemente al mundo; que sólola “multitud” (idea tan ambigua como amorfa y desideo-logizada), no ya el pueblo organizado, podría desafiar estaineluctable estructura, no contesta la pregunta central depor qué la ciudadanía debería rebelarse, cómo, y para crearqué sociedad; si el capitalismo en esta fase tardía es critica-do por inhumano, opresor, injusto, la crítica se “desvaneceen el diáfano aire de la posmodernidad que a falta de cla-ridad aparece totalmente impotente”. En efecto, los auto-res en cuestión liquidan de un plumazo el proyecto incon-cluso de la modernidad y proponen la reivindicación de unademocracia de nuevo cuño: la democracia alternativa dela multitud (“nueva, absoluta, ilimitada e inconmensura-ble”), tan difusa que no les permite identificar los sujetosde semejante proyecto emancipador, ni definir las formasinstitucionales que debería asumir. Por ello, Borón conclu-ye que difícilmente los luchadores antiimperialistas puedanencontrar en el ensayo Imperio algún argumento realista ypersuasivo que ilumine sus pasos o los ayude a compren-der lo que está pasando en el mundo.

En todo caso, es nuestra impresión que el texto de Hardty Negri parecería funcional al actual estado de cosas, yaque ofrece una crítica blanda que descomprime en parte laprotesta que ataca el statu-quo del imperialismo reinante(el concepto de multitud de Virno va en el mismo sentido).Apoya nuestra idea el eco elogioso que recibió el libro departe del New York Times, el Time Magazine e incluso porThe Observer de Londres. Coincidimos con Borón en que seconstata que “el resultado de esta empresa (el libro Imperio)

Page 137: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

152

es ofrecer una visión del imperio tal y como él mismo seobserva desde su cumbre” y que si se manifiesta formalmen-te un compromiso de los autores en la construcción de unasociedad socialista, “el argumento de Imperio no se relacio-na para nada con la gran tradición del materialismo histó-rico”. En efecto, Borón contrasta Imperio con otras obrasde autores tales como Samir Amin, Noam Chomsky, RobertCox o Immanuel Wallerstein.101 Y es que, a nuestro pare-cer, la tesis del ensayo es de naturaleza contradictoria: elimperio ha emergido y el imperialismo ha muerto, dondeno son los mercados los dominantes sino que lo sería laONU (?). Por lo que a las Naciones Unidas se le otorga unpapel sobredimensionado en este nuevo orden mundial,donde su producción jurídica es considerada una verdaderaguía ética de gran eficiencia, lo que no es cierto desde nin-gún punto de vista. En principio, teniendo en cuenta el ses-go elitista del Consejo de Seguridad sobre todo el sistemade la ONU, donde los EE.UU. mantienen una supremacíacasi hegemónica, al punto que siempre terminan por legiti-mar los esfuerzos bélicos norteamericanos, pero ademásavanzan inusitadamente al afirmar que bajo este nuevoimperio queda legitimado porque responde a valores uni-versales (saliéndose del discurso posmoderno), tesis quedestruye la realidad descrita por Borón.

El profesor de Clacso recuerda que Rousseau destaca-ba que los dominados eran inducidos a creer que la obe-diencia era un deber moral donde la moderna tiranía,al decir de Tocqueville, no castiga el cuerpo como antañosino que se ataca directo al alma. En efecto, manipulación(a través de los medios) y control ideológico (permitido porla blanda educación a todo nivel) mostraría que se está

101 S. Amin con Empire of chaos y capitalism in the age of Globalization;N. Chomsky con The conquest continues world orders: old andnew; I. Wallerstein, The modern world after liberalism; R. Cox,Production, power and world order.

Page 138: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

153

produciendo el cambio que vislumbró Foucault en el pasode la sociedad disciplinaria a la sociedad de control (auto-control).

Hardt y Negri ven en el imperio una forma evoluciona-da, del mismo modo que Marx veía en el capitalismo unamejor forma de sociedad y de modos de producción queen los sistemas anteriores a él. Al respecto, Borón destacaque tal aseveración implica que el imperio (como actual or-den capitalista mundial) es distinto al capitalismo a secas;“los autores de Imperio ven a este sistema como la supera-ción histórica de la modernidad, época sobre la cual ellostienen una visión un tanto distorsionada”. Si es verdad quela fase más actual de la modernidad es de naturaleza trá-gica, no deberían ligarse tan estrechamente los resultadosdevastadores a cierto protagonismo del Estado-Nacióncomo si éste fuera el único culpable, opina Borón al tiempoque parafrasea a Negri: “el Estado-Nación ha sido condiciónineludible para la nación imperialista y el estallido de nu-merosas guerras y si ahora esa aberración está desapare-ciendo del escenario mundial, de buenas nos libramos”.También se equivocan cuando afirman que el principal obs-táculo que impide la simple “comunicabilidad” de las luchases la ausencia de reconocimiento de un enemigo en común:“Olvidan que la rebelión chiapaneca del SubcomandanteMarcos, las llamadas marchas antiglobalización, los reite-rados foros sociales mundiales en Porto Alegre, entre otrasmanifestaciones, han identificado claramente al neolibera-lismo como el oponente a derrota”.

Consideramos que éstas son las objeciones principalesde las muchas que hace Borón a la tesis de Imperio, sobrelas cuales nos resulta difícil no estar de acuerdo. Pero parafinalizar con el análisis del libro de Hardt y Negri, que ten-dría en la actualidad un gran predicamento en ciertos secto-res académicos y de la juventud preocupada por nuestrofuturo, creemos útil a los fines del presente trabajo hacer

Page 139: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

154

algunas consideraciones extras sobre la lógica posmo-dernista del capital global que pregonan Hardt y Negri. Esalógica que enfatiza lo instantáneo, el perfil cambiante de losdeseos, el culto al individualismo, el consu-mismo de mer-cancías e imágenes, la diferencia y la multiplicidad, el feti-chismo del dinero y los simulacros, así como la fascinaciónpor lo nuevo es difícilmente contestable en tanto diagnósti-co. Sin embargo, cuando Hardt y Negri avanzan al afirmarque esta lógica posmoderna produce cambios en el marke-ting que se diversifica según el target de los consumidoresa los que apunta, impone una superación de “las antiguasformas modernas de la teoría racista y sexista, que son losenemigos explícitos de esta nueva cultura corporativa”, nopodemos coincidir. Concluimos que los autores de Imperiocreen, al igual que Fukuyama, que la cultura corporativaactual representa una dinámica de emancipación (!), ya quelas empresas globales desean incorporar las diferencias cul-turales “con lo cual maximizan la creatividad y la diversi-dad en el ambiente laboral”. Basta preguntar ¿y los exclui-dos del sistema? para mostrar gran parte del inaceptableerror que cometen estos autores al alabar el marketing neo-liberal y posmoderno como si se tratara de una formidableenergía vital: como si marketing y capital, al movilizarse porla exclusiva atracción del incremento en las ganancias, pu-dieran tener algún tipo de consideración ética, cultural, so-cial o medioambiental. O que, aun sin tenerlas, pudieranproducir algún beneficio en cualquiera de los campos cita-dos. Como en el mundo virtual, todos somos iguales segúnBill Gates, vivimos en el mejor de los mundos. Salvo que setrata de un mundo al que accede un mínimo de la pobla-ción mundial (y sólo podrían disfrutarlo plenamente aque-llos que tienen la capacidad inmoral de eludir el más míni-mo atisbo de conciencia sobre las misérrimas e inhumanascondiciones en las que vive prácticamente la mayoría de lahumanidad).

Page 140: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

155

Para mostrar las nefastas consecuencias de la neoliberalcultura corporativa, tan liberadora según (Hardt, Negri,Fukuyama y Gates), deseamos destacar una publicidad apa-recida en las primeras páginas de una prestigiosa publica-ción internacional (Foreign Affairs, referencia obligada de lasmás altas estructuras gubernamentales, de directivos cor-porativos, de la prensa internacional y de todo aquel quese considere formador de opinión) por la empresa interna-cional de seguridad corporativa Guardmarks:102 sobre elfondo de una foto donde se ven empleados comunes sa-liendo desordenadamente y cariacontecidos de un edificiode oficinas (podría ser en cualquier capital del mundo oc-cidental, incluida la parte de Asia convertida al capitalis-mo tardío) donde se destaca un texto que dice: “A loyalemployee for 22 years. Last month was off. This morningis come back. No one was ready for him”103. Y en letras máschicas: “Workplace violence is a heart-stopping reality, thatcan happen anywhere, anytime. Even best run companiescan be victimized by it… workplace violence costs businessbillons of dollars annually”.104

Si Wardmarks publica este aviso en la doble página másimportante del prestigioso bimensuario, es decir la más cara,será porque la nueva y liberadora cultura corporativa estáprovocando una banalización de tremendos hechos de vio-lencia a partir del maltrato a los que estas grandes empre-sas someten a antiguos empleados leales, cuya pérdida deltrabajo representada la pérdida de sí mismos. Es ésta la rea-lidad que nos presentan estos usuales collateral damages.102 Foreign Affairs Magazine, september-october 2001, vol. 80, number 5.103 Un empleado leal por 22 años. El mes pasado fue echado del trabajo.

Esta mañana volvió. Nadie estaba preparado para él.104 La violencia en los lugares de trabajo es una realidad inquietante, que

puede ocurrir en cualquier parte y en cualquier momento. Incluso lascompañías mejor manejadas pueden ser victima de estos… la violenciaen los lugares de trabajo cuesta a las compañías miles de millones dedólares al año.

Page 141: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

156

Page 142: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

157

Capítulo III

El discurso posmoderno

Page 143: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

159

Científicos y filósofos son poetas que

se ignoran tales, que creen encontrar verdades

cuando en realidad las crean.

Richard Rorty

Comencemos este capítulo haciendo referencia a algunasfuentes y antecedentes remotos de las ideas posmodernas(las fuentes directas e inmediatas serán abordadas en el si-guiente apartado). Un antecedente filosófico del pensamien-to posmoderno es el escepticismo helenístico que se originaen una época de desconcierto y cambio social en la Greciaclásica (siglo IV a. C.) emergente del derrumbe de las ciu-dades-Estado y de las novedades provenientes de las con-quistas de Alejandro Magno. Se trató de una conjunciónde crisis política y social y de la ampliación del conocimien-to y apertura de opiniones de toda índole. El paralelo connuestra época es obvio. Surgen con Pirrón de Elis y Timónde Flionte una serie de premisas filosóficas que luegosistematizaría Sexto Empírico: la relatividad del conocimien-to y la doctrina sobre la imposibilidad de establecer crite-rios universales, siempre válidos en toda época y lugar. Losescépticos establecieron una teoría filosófica sobre larelatividad gnoseológica (imposibilidad de conocer el ser ola calidad en sí de las cosas) y sus consecuencias sociopo-líticas (relativo a la abstinencia de emitir juicios, lo que lle-va a someterse a las leyes y usos de la sociedad respectiva,sin cuestionamientos). No es posible, entonces, discriminar

[159]

Page 144: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

160

entre lo verdadero y lo falso, Sexto Empírico aplicó elrelativismo, el probabilismo y la verosimilitud aproximadaa la esfera de la ética: la actitud recomendada ante la pro-blemática social es la abstención de juicio (epoché) para po-der alcanzar una inconmovible impasibilidad de espíritu(ataraxia) que es el fin ético perseguido por los escépticos.Su antecedente es la escuela sofística que ya había postula-do la relatividad del conocimiento en general y un segui-dor del cinismo escéptico fue Michel de Montaigne (1533-1592), quien estimó que el desorden es la causa de casi to-dos los males políticos, por lo que abogó por la conserva-ción del orden establecido como el mal menor.105

La incertidumbre doctrinaria (basada en la isostenia enla ética: todo argumento es tan válido como su contrario)y, su consecuencia, el conservadurismo, son característi-cas que comparten escépticos y posmodernos. El resulta-do es el “decisionismo irracional” y la casualidad erigidaen principio, ya que resulta tan razonable y lícito seguirtanto como rechazar un programa de normas o una ideo-logía. El riesgo, evidente, es que este relativismo permitejustificar cualquier decisión, por irracional que sea, ennombre de la falta de criterio para discernir entre buenoy malo, justo e injusto, lícito o ilícito, etc. La indiferenciapolítica y moral resulta, en lo cotidiano, en una actitudpragmática conservadora: cinismo posmoderno que esmixtura de regocijo (por no tener que asumir responsabi-lidades incómodas) y resignación (debido a la imposibili-dad de conocer toda verdad) y que resulta en la doctrina:el anything goes (todo vale), lo cual no es demasiado favo-rable para una convivencia social razonable.

Sin embargo, del mismo modo que de Montaigne se res-cata su prédica hacia la tolerancia en tiempos muy dogmá-ticos, del pensamiento posmoderno (o de su diagnóstico de105 Ver artículo del profesor Mansilla de la UNAM en la página web

http://www.hemerodigital.unam.mx/anvies.

Page 145: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

161

la época más reciente) podemos extraer su crítica desmiti-ficadora de los sistemas con inclinaciones omnímodas, el ata-que a los dogmas, en tiempos en que los medios masivos in-tentan (y muchas veces lo logran) seducir a los espectado-res a través de la duda sistemática. Sólo le falta (¡casi nada!)la fe necesaria para la praxis crítica contra la creencia deque el orden establecido no es el único que posee una di-mensión legitimada de vida social por su mero imperio.

El profesor Mansilla afirma que “el rechazo posmodernode los discursos estructurales de cambio social abrió el ca-mino para la privatización de la política, en tanto mera téc-nica de administración de capital”. Por ello es lícito afirmarque esta postura cultural impuso un estilo que si no fomen-tó el neoliberalismo al menos lo justificó, como consecuen-cia lógica. Pero opina que “si el neoliberalismo se ha idodesprestigiando como consecuencia de sus calamitosos re-sultados, la inflexión posmoderna está más vigente que nun-ca, como lo puede testimoniar el arte contemporáneo en susdiversas manifestaciones que hacen de la intensidad delacontecimiento su centro”. Por lo expuesto, “el vacío políti-co tiende a llenarse de entusiasmo reaccionario frente a ladecepción y al malestar que han provocado las promesasincumplidas de la globalización”. En efecto, cuando se pier-de el juicio crítico, las posibilidades de proyección y, por lotanto, la esperanza, surge una cierta tentación totalitaria.

Compartimos con Mansilla su esperanza en que el dis-curso de deslegitimación supere la parálisis, o que el si-lencio haya alcanzado sus límites y deje espacio para re-pensar lo político y permitir la recuperación de lo social.Sin embargo, para que esto ocurra se requerirá que la po-lítica consiga crédito y defina cuál es la sociedad desea-ble, condición indispensable para la reconstrucción quedebe seguir al ocaso neoliberal.

106 Mansilla, artículo citado.

Page 146: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

162

Si renunciar a la Ilustración equivale a retornar al medievo,según Bunge, ya no se podrá rescatar del naufragio la razóntal como la presentaba la modernidad clásica, sin embargose deberán recuperar algunos principios y actualizar otros:primacía del enfoque científico en el estudio del mundo y so-meter la tecnología al principio de sustentabilidad (desarro-llo sostenible), cultivo de un utilitarismo moral universal paradoblegar al dogmatismo, desprestigiar la praxis y el trabajopor sobre la especulación financiera, fomentar el progresis-mo y recuperar la confianza en el igualitarismo y la solidari-dad, combinar el individualismo con el utilitarismo social.106

La alternativa posmoderna nos presenta algunos costa-dos que es necesario destacar. En muchos aspectos la críticaal racionalismo y al estructuralismo, que constituye el núcleode las teorías posmoderna, es muy lúcida. No lo es la alter-nativa que plantea la deconstrucción del edificio conceptualy el desmoronamiento de las estructuras deja una atmósfe-ra desencantada y de una precariedad molesta. Así, la im-posibilidad de un discurso general que provoca el sujeto dis-traído y acrítico, el pensamiento débil y la pluralidad de éti-cas, el vagabundeo intelectual frente a la sospecha que ins-talaron sobre cualquier regla que pretende ser universal, nosdejan sin la posibilidad de obtener el más humilde de los con-sensos. Aunque lo lúdico, la diversidad despreocupada y loscompromisos ligth, no han impedido cierta praxis posmo-derna en defensa de causas humanitarias y justas. Pero pa-recería que estas actitudes positivas provienen más de lacompasión personal de los teóricos posmodernos que de lapraxis de sus tesis. En un mundo considerado pura parodia,al decir de Georges Bataille, donde la velocidad de la infor-mación produce un efecto de éxtasis que deja poco lugar ala reflexión, el campo se vuelve propicio para los totalita-rismos de cualquier signo. Nos propone un presente conti-nuo, simultáneo e instantaneo, a través de la imagen elec-trónica: la estética de la fragmentación resulta en una sen-

Page 147: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

163

sación esquizofrénica por la ruptura de la cadena signi-ficante. La búsqueda de sentido se pierde inexorablemente.

Si los acontecimientos son anomalías sin consecuencias,que no se guían por ninguna ley, y el hablante queda sepa-rado de los hechos por el orden simbólico, la norma no esmás que un promedio posfacto que surge de los hechos mis-mos que crean hábito, entonces todo es posible, en completaimpunidad. Todo ello sumado resulta en la imposibilidad deactuar sobre el mundo, y el desamparo se extiende al sujetoque afloja los lazos afectivos, se encierra en sí mismo, cuan-do la trascendencia se torna inmediatismo, porque ya nin-gún esfuerzo vale la pena, ni siquiera el de comprender.

Según el profesor Hugo Valenzuela, de la UniversidadAutónoma de Barcelona, el posmodernismo se inscribe enun nuevo romanticismo (que comparten autores posmo-dernos como Gadamer, Foucault, Derrida, Feyerabend conotros como Spengler, Sartre y Camus), el cual se caracte-riza por “el subjetivismo, el relativismo espistemológico,la predilección por el símbolo, el mito, la metáfora y la re-tórica, el pesimismo ante la posibilidad de progreso, la pro-sa es oscura y pomposa y tienden a hacer pasar el absur-do por profundidad, y el eclecticismo por erudición”.107

La hermenéutica, herramienta favorita del posmoder-nismo, se concibió como un método para desentrañar sig-nificados. No posee un corpus de reglas para su aplicación.Se ha convertido, con los seguidores de Heidegger, en unadoctrina idealista que afirma que los hechos sociales sonsímbolos que deben ser interpretados antes que descritos oexplicados objetivamente, según Mario Bunge, por lo que loque descansa en la experiencia y en las habilidades retó-ricas del intérprete: “el éxito de la antropología interpreta-tiva radicaría en que al ser un juego sin reglas, donde todaspueden jugar sin riesgos, ya que no hay respuesta más acer-107 H. Valenzuela García, artículo “Neoromanticismo posmoderno y adiós

a la razón”, en sitio www. filosofíacrítica.com.

Page 148: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

164

tada que otras”. La epistemología antifundacionalista pos-moderna afirma que el pensamiento moderno, como el em-pirismo y los procedimientos lógicos (inductivos o deduc-tivos) son mera ideología occidental. Se acusa a la razón,en particular a la ciencia y a la técnica, por el lamentableestado de cosas en que se encuentra el mundo.

Si su rendición a la desesperación que desemboca en ni-hilismo puede ser condenable, el acierto del pensamientoposmoderno es el de alertarnos sobre el fracaso de muchosvalores modernos que, en su afán de dominación y control,no han tenido en cuenta la complejidad del mundo (el im-pacto de las nuevas tecnologías, las mutaciones culturales,la voracidad de la maquinaria capitalista, la inmigración yla marginación, las asimetrías del poder, la fragmentaciónintelectual, la clonación y las drogas de diseño, etc.). Pero setrata de un radicalismo light, sin riesgos, ya que son críticasy se dirigen principalmente contra la ciencia y la técnica perono identifica a los auténticos responsables del estado de co-sas: en vez de enfrentar al mundo para actuar sobre él, su“pensamiento débil” huye hacia construcciones ideales, altiempo que su actitud nihilista no sólo demolió la empresacognitiva sino que se llevó con ella (tiró al bebé con el aguadel baño) el ethos moral y con él los principios igualitarios.Afirma Valenzuela que “el relativismo posmoderno queprofesa una tolerancia radical sufre, paradójicamente, defundamen-talismo ya que, de alguna manera, afirma quequien se le oponga será acusado de positivista e imperialis-ta”. Además, agrega que “el nihilismo, que no es fuente deprobidad moral, podría abrir puertas al fascismo: Nietzscheproveyó argumentos al nazismo, mismo ideología que abra-zó Heidegger con entusiasmo”.108 Esos dos pensadores,como ya ha sido reiterado (y cuyos aportes se analizaránen el apartado que continúa al presente), son pilares delpensamiento posmoderno.108 H. Valenzuela, artículo citado.

Page 149: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

165

Antecedentes Modernos

No existen hechos, sólo interpretaciones

Friedrich Nietzsche

Las ideas posmodernas encuentran antecedentes inmedia-tos en algunos de los desarrollos de pensadores denomi-nados modernos que infringieron alguna fractura en lamodernidad. Son los casos de Hegel, Marx, Nietzsche,Wittgenstein, Heidegger, entre los más citados.

Hegel (1770-1831) - “el estado de inocencia es el estadoanimal.Edén es un jardín zoológico, es elestado de irresponsabilidad”

En el historicismo hegeliano los asuntos humanos nopueden ser cabalmente comprendidos en su pleno signifi-cado a menos que se los ubique en el contexto del impul-so general y progresivo de la historia que avanza haciasu meta final. La historia, en este sentido, no es una seriede acontecimientos contingentes y discontinuos sino quesegún su dialéctica tiene una estructura, en la que una for-ma se transforma en otra debido a que se revelan las con-tradicciones de las formas anteriores. Lo verdadero en es-tas formas históricas es su sentido de realizar alguna ca-pacidad humana o satisfacer alguna necesidad humana.

[165]

Page 150: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

166

La dialéctica hegeliana registra el desarrollo interno de lassucesivas formas de vida, por lo que constituye el paso dela representación a la razón. Pero esta razón hegeliana tie-ne en cuenta las restricciones históricas, es decir que nose trata de una razón de abstracción universalista, comopregonan los modernos (Kant). Ésta es una de las carac-terísticas de Hegel que rescatará el pensamiento posmo-derno, en cuanto ruptura con el universalismo y los im-perativos categóricos kantianos, ya que representan unprimero y decisivo quiebre en el pensamiento moderno.Los escritos del joven Marx se apoyarán en este filósoforomántico alemán, en la concepción hegeliana de que elmundo de valores, creencias, representaciones forman el“espíritu del pueblo”. Esa sociabilidad, o suerte de con-senso comunitario (precomprensión cultural de la existen-cia, diría un posmoderno) es la que permitirá el surgimien-to del contrato ciudadano.

Marx (1818-1883) - “las tradiciones oprimen como unapesadilla el cerebro de los vivos”

El posmodernismo sospecha que cualquier fundamen-to objetivo de nuestra existencia es una ficción arbitraria,mientras Marx, en tanto pensador clásico, destaca que elfundamento de nuestro ser es la forma compartida que de-nomina “ser genérico” (aunque es refractario a toda ideaque emita un “tribunal superior”, como el deber, la moral,las sanciones religiosas, la Idea Absoluta). Ese concepto fluc-túa ambiguamente entre descripción y prescripción, hechoy valor, definiciones de cómo somos y cómo deberíamos ser.El hombre es un animal sociable, por naturaleza, depen-diente de los otros para su propia supervivencia. Como pen-sador historicista, Marx intenta rescatar las institucioneshumanas de la falsa eternidad con la cual el pensamiento

Page 151: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

167

metafísico (Kant) las ha dotado, ya que lo que ha sido crea-do históricamente siempre puede ser históricamente modi-ficado. Manifiesta que es necesario despojarse de toda ve-neración supersticiosa del pasado. De esta crítica al univer-salismo (a la validez de fundamentos más allá del tiempoy el espacio) abrevan los posmodernos, quienes también pre-sentan similares contradicciones: Marx sostiene que existeuna esencia humana y que la sociedad justa sería aquellaen la cual a esta naturaleza se le permitiese realizarse,y “hay, además, verdades eternas, tales como la libertad,la justicia, etc.”;109 los posmodernos también deben apoyar-se en un límite cuando defienden la diversidad, pluralidadque otorga valor similar a distintas culturas siempre querespeten un mínimo de derechos humanos.

El pensamiento marxista, al igual que el posmoderno,se enfrenta a la razón instrumental que pontifica que losindividuos justifican su existencia si viven en función deuna meta más elevada, sea el estado político, sea la felici-dad universal (según el utilitarismo dominante en el sigloXIX), ya que considera que la argumentación sobre me-dios en vista de fines es la forma de la racionalidad sobrela que se basa la sociedad capitalista, donde las energíasde la mayoría se tornan instrumento para beneficio de laminoría (la individualidad es forzada a convertirse en sim-ple herramienta de supervivencia).

Marx considera a la noción de igualdad de derechoscomo una herencia de la época burguesa, como un refle-jo espiritual del intercambio de mercancías iguales en abs-tracto, lo que reprime la particularidad de hombres ymujeres, sus dotes diferenciales únicas. En efecto, desmin-tiendo generalizaciones de sus críticos, efectúa una defensadel individuo en tanto ente social: ”hay que evitar, sobretodo, el volver a fijar la sociedad como abstracción, enfren-109 K. Marx & F. Engels, The communist manifesto, Verso, London, 1998.

Page 152: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

168

tada al individuo. (...) La vida individual del hombre y suvida genérica no son cosas distintas”. Critica el pregona-do individualismo liberal, que dio nacimiento a un ordensocial que en la práctica reduce a hombres y mujeres a uni-dades intercambiables. El hombre en el capitalismo es un“valor de cambio” (donde el trabajo del individuo es con-siderado mercancía y dos unidades son reducidas a unaigualdad abstracta entre ellas, ignorando sus aspectosespecíficamente sensibles y la diferencia es dominada porla identidad del valor de cambio), y Marx intenta liberarsu “valor de uso” para desmercantilizar la personalidadhumana: “sólo cuando el hombre real, individual, reab-sorba en sí mismo al ciudadano abstracto y, como hom-bre individual, exista a nivel especie en su vida empírica(...) sólo entonces se habrá cumplido la emancipación hu-mana”.110 El posmodernismo rescata estas ideas.

La ética de Marx puede considerarse estética, como enel posmodernismo. En tanto la estética es aquella formade práctica humana que no requiere justificación de uso,de utilidad, sino que se procura sus propios objetivos yfundamentos podemos considerar, siguiendo a Eagleton,111

que para Marx el socialismo sería el movimiento prácticode hacer surgir un estado de cosas en el cual se maximicenlas posibilidades de igualdad real para el mayor númerode individuos.

Nietzsche (1844-1900) - “¿no oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios?”

Según el más poeta de los filósofos, el hombre se en-cuentra en un estado de ensoñación que le permite creer

110 K. Marx, Oeuvres, La Pléiade-Gallimard, Paris, 1982.111 Terry Eagleton, Marx y la libertad, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 1997.

Page 153: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

169

que existe una realidad detrás de las apariencias: “Para míla apariencia es lo que existe y produce su efecto y se fingey burla de sí misma hasta tal punto que presiento que nadamás existe fuera de la apariencia”.112 Así, sólo el loco (porirracional) estaría despierto, en tanto nuestra superviven-cia depende del hábito de preferir el compromiso a la in-certidumbre, el error o la ficción a la duda, aferrados a lafe que nos otorga la ansiada estabilidad, no sea que el es-cepticismo nos desborde. A estas ideas no puede dejar deadherir el pensamiento posmoderno. De hecho Derrida esun profundo estudioso de Nietzsche, sobre quien ha escri-to memorables páginas. Pero la inspiración nietzscheana notermina allí, sino que aporta a las nuevas ideas fundamen-tos respecto de la lingüística, de la pluralidad y diversidad,de la fragmentación y la discontinuidad, su sentido estéti-co de la existencia y, aun, del desencanto nihilista.

La imagen de la muerte de Dios se refiere a la pérdidade todos los referentes (los posmodernos hablarían de caídade todos los metarrelatos): si Dios vive, todo guarda sen-tido, pero si ha muerto, todo está permitido y nada se pue-de comprender. La identificación que hace de la verdadcon metáforas, metonimias y relaciones con adornos poé-ticos y retóricos (“las verdades son ilusiones que se hanolvidado que lo son”), se relaciona también con la pocaconfianza que le merece el lenguaje. En efecto, este filóso-fo-filólogo es extremadamente desconfiado sobre la eficien-cia del lenguaje (escepticismo que heredan los posmoder-nos) y afirma que el lenguaje es incapaz de expresar laverdad objetiva sobre la realidad externa: el lenguaje y lalógica sólo pueden lidiar con un mundo ficticio en el quetodo permanece estático.

El filósofo alemán, al explorar su propia ambivalencia,culmina por afirmar que existen muchas personas en un112 Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia, El Ateneo, Buenos Aires, 2001.

Page 154: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

170

mismo individuo. Quizá los múltiples malestares físicosque sufría le daban la sensación de estar dividido por den-tro. Lo que sí es seguro es que le complacía la idea de quetodos somos fragmentos de lo que alguna vez fue una úni-ca y enorme criatura. La multiplicidad de voces a las quehacía referencia, que se hacían presentes en sus textos yque algunas veces se contradecían entre sí, llevó a Derridaa hablar de “los Nietzsches”. Sus referencias a Wagner (aquien denominó artista moderno por excelencia y en quienadmiraba su capacidad de mostrar la diversidad reunidaen los individuos) como artista de lo “histérico”, que seponía de manifiesto en óperas con individuos con gran ca-pacidad de trasformarse a sí mismos en cualquier momen-to, que tan fácilmente se expresan con discursos contra-puestos con idéntica convicción.

Del mismo modo, su preferencia por lo dionisíaco so-bre lo apolíneo (que simboliza la tendencia al orden) poneen evidencia su predisposición a la simultaneidad, latransfiguración y toda suerte de simulaciones, que tan pre-sentes están en el arte. Dioniso representa la abundanciade energía creativa que fomenta el deseo de destruir, cam-biar, devenir: “pues yo tengo que ser lucha y devenir yfinalidad y contradicción de las finalidades: ¡ay, quien adi-vina mi voluntad, ése adivina sin duda también por quécaminos torcidos tengo que caminar yo!”.113 Sin embargo,por su consecuencia con relación a la diversidad, aseveraque la tendencia dionisíaca y la apolínea “caminan juntas,lado a lado... incitándose la una a la otra a partos cada vezmás poderosos”.

Desde su estilo de expresión (más bien en forma de pá-rrafos breves y aforismos) hasta el fondo de su discurso,Nietzsche otorga privilegios a la discontinuidad. De estemodo, al escribir sus subjetivos comentarios históricos le113 F. Nietzsche, “Así habló Zaratustra”, en Obras Inmortales, EDAF,

Madrid, 1974.

Page 155: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

171

fue posible aislar contradicciones y momentos disyuntivos,en lugar de concentrarse en personalidades y hechos pro-ducidos en períodos claramente determinados, como ha-cen los historiadores.

La ética de Nietzsche aparece fundada en la voluntady, más precisamente, en el poder de la voluntad, o en lavoluntad de poder como voluntad pura, que en definiti-va sólo se quiere a sí misma y, por ende, no quiere nada:es nihilista. El nihilismo, y el fenómeno de decadencia quedomina Occidente, sería el sello de toda la cultura judeo-cristiana, y en particular de sus valores supremos: la reli-gión, la metafísica (desde Platón) y la moral (hasta la crí-tica kantiana y la dialéctica hegeliana). La moral es obradel poder. Poderoso lo fue originalmente el guerrero y elaristócrata, que forjan una tabla de valores nobles y esta-blecen el sentido de “jerarquía”. El poder del débil, del ple-beyo, ha de ejercerse a la inversa: ha de invertir los valo-res nobles por la voluntad nihilizante que hay en él. Lavoluntad nihilista está movida por el resentimiento y el de-seo de venganza. Pero Nietzsche cree representar profé-ticamente otra cara del nihilismo: la obra del hombre su-perior, que habrá de venir y que Nietzsche prefiguraba enZaratustra, en Dioniso y en sí mismo, será la creación denuevos valores. La transmutación de los valores decaden-tes de la cultura nihilista por un retorno a las fuerzas pri-marias de la vida y de la tierra, que habrá de ser eterno,constituir un “eterno retorno”.

Pero además, al rastrear la genealogía de la moral yevaluar la psicología del castigo, Nietzsche hace un apor-te invalorable para el desarrollo del análisis de los siste-mas disciplinarios realizado por uno de los pilares del pen-samiento posmoderno, Michel Foucault.114

114 M. Foucault, Surveiller et punir: Naissance de la Prison, Gallimard,Paris, 1993.

Page 156: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

172

Wittgenstein (1889-1951) - “toda la filosofía escrítica del lenguaje”

Su principal aporte a las ideas posmodernas son susdisquisiciones acerca del lenguaje. Afirma que el lenguajehechiza nuestra inteligencia, y pone de manifiesto las difi-cultades que enfrenta el entendimiento por las limitacionesde la lengua: “el hombre posee la capacidad de construirlenguajes en los cuales todo sentido puede ser expresadosin tener una idea de cómo y qué significa cada palabra; lomismo que uno habla sin saber cómo se han producido lossonidos singulares...”.115

La filosofía de Wittgenstein gira alrededor de la relaciónlenguaje-mundo. En su Tratatus Logicus-Philosophicus el len-guaje es la totalidad de las proposiciones y la proposiciónes la representación de un estado de cosas que comparte larelación estructural, por lo que existe un isomorfismo entrelenguaje y mundo. De este modo, el lenguaje figura los he-chos que describe. La filosofía se convierte, entonces, en unaactividad cuya tarea es medir el área del lenguaje signi-ficante y clarificar la lógica del pensamiento, lo que requie-re poder eliminar las expresiones confusas y sin sentido. Elúltimo Wittgenstein, en sus Investigaciones Filosóficas, aban-dona la búsqueda del lenguaje perfectamente significativoy se dedica al estudio de los juegos del lenguaje que con-servan un halo de indeterminación. Por ello concluye quesi el lenguaje no expresa la esencia del objeto y la lógica noes algo que se oculte detrás del lenguaje debemos conten-tarnos con cierto margen de incertidumbre.

Heidegger (1889-1976) - “nuestra existencia no tienemás fundamento que ella misma”

115 Ludwig Wittgenstein, Tratatus Logico-Philosophicus, AlianzaEditorial, Buenos Aires, 1988.

Page 157: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

173

Gianni Vattimo encuentra en el joven Heidegger de-sarrollos de ideas que originó Nietzsche:

lo que caracteriza el fin de la historia en la época posmodernaes la circunstancia de que en la práctica historiográfica y ensu autoconciencia metodológica la idea de una historia comoproceso unitario se disuelve y en la existencia concreta seinstauran condiciones efectivas (…) que le dan una especiede inamovilidad realmente no histórica. Nietzsche y Hei-degger, y junto con ellos todo ese pensamiento que remite alos temas de la ontología hermenéutica116 son considerados(aun más allá de sus propias intenciones) como los pensa-dores que echaron bases para construir una imagen de laexistencia en estas nuevas condiciones de no historicidad o,mejor aun, de posthistoricidad.117

Heidegger se remite a los fundamentos griegos de latradición occidental cuando analiza la problemática dellenguaje, prefiriendo el concepto de logos (metáfora) acualquier otra interpretación lingüística: no existe la posi-bilidad de tener un pensamiento sin prejuicios (es decirque no lleven la impronta previa de su propia cultura, desu época). Concibe al lenguaje como algo histórico y fini-to que condiciona el acceso del individuo al mundo, lo queniega la autonomía del sujeto en tanto ser pensante. Porello, un enunciado válido es aquel que guarda correspon-dencia entre una proposición y una preinterpretación ori-ginaria (cultural, histórica) del hecho. Si el lenguaje ya noes uno, sino múltiple, entonces no existe un solo mundo.El reemplazo que hace Occidente del ratio (la razón) porel original logos, identifica la diferencia existente entre dis-curso científico (único y universalista) y lenguaje figurati-vo, estético (múltiple e histórico). Así, Heidegger encon-116 Hermenéutica, en su sentido primero, es ciencia de la interpretación

de textos sagrados.117 G. Vattimo, 2000, op. cit.

Page 158: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

174

traba que, por ejemplo, la teoría científica sobre la con-servación de la energía no hacía más que interpretar, yservir, a una época: el concepto de la naturaleza como unámbito con disponibilidad ilimitada guardaba complicidadcon (es funcional a) la concepción burguesa y administra-tiva que comenzaba a establecerse en la época.118

Luego de la primera Guerra Mundial la fe de la ilus-tración en la ciencia y en el progreso da paso a un ciertorelativismo corrosivo. En Ser y Tiempo expone que si sepiensan con detenimiento los conceptos de particularidadhistórica y de verdad científica el aparente conflicto se des-vanece. Heidegger es de la opinión que las particulari-dades individuales no deben ser dejadas de lado para per-mitir el acceso a la verdad, ya que ellas constituyen el ori-gen de todo nuestro conocimiento.

Habermas evoca cuatro variables que son las quehabrían de poner en jaque a la modernidad: la razón si-tuada en sus circunstancias históricas (Hegel); el pri-mado de la práctica, la vida, por sobre la teoría, o lo obje-tivo (Marx); el surgimiento de un pensamiento posme-tafísico (Nietzsche); y un giro lingüístico (Wittgenstein,Heidegger).119

118 Posteriormente, el crítico literario posmarxista Frederic Jameson diráque el posmodernismo le “sirve” al neoliberalismo.

119 El autor ha intercalado, entre las cuatro variables que cita Habermas,los filósofos de la modernidad que considera representan mejor aesas cuatro características.

Page 159: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

175

Influencias—Teoría del caos—

Qué necesidad tenemos del resto

si este trozo ya es significativo

Gilles Deleuze

La ciencia clásica supone la capacidad de predecir con cer-teza y precisión la situación de su objeto de investigación,en el pasado y en el futuro, con sólo conocer la definiciónde uno de sus estados y la ley que rige su evolución. Estaestrategia científica se apoya sobre el principio modernode razón suficiente, lo que supone la pertinencia del parcausa-efecto y la independencia del objeto respecto dequien lo observa.

Dos principios cuestionan ese paradigma científico:

• la noción de “inestabilidad” que se encuentra en la basede los comportamientos caóticos ha permitido descu-brir que las supuestas descripciones precisas no garan-tizan la certeza de la predicción de la situación futuradel objeto observado científicamente;

• la noción de “suceso” puso en cuestión la separaciónsujeto/objeto en el ámbito de la física cuántica. Amboscuestionamientos, que se suman a la Teoría de la Rela-tividad (primera revolución científica del siglo XX), lle-varían a que la ciencia deba asumir la complejidad y lahistoria como propiedades intrínsecas a su objeto deestudio.

[175]

Page 160: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

176

El racionalismo cartesiano, el mecanicismo y el ordennewtonianos de la modernidad quedarían relegados a unaaplicación muy acotada, ya que el método científico tra-dicional aísla fragmentos de la realidad para analizarlosen sus más mínimos detalles. A partir de ahí se recons-truye la realidad global yuxtaponiendo los fragmentosanalizados, tal como si se tratara de un sistema dondeexiste una conexión continua, lineal, homogénea y nece-saria (como es el mecanismo del motor de un auto). Se-gún los científicos del caos esto es aplicable en muy po-cos casos, cuando los sistemas son lineales (la mayoría delos sistemas serían complejos —o caóticos—, como lo esla naturaleza).

Conviene aclarar, a esta altura del discurso, que exis-ten dos versiones en el análisis de los sistemas complejos(o caóticos): la del ruso Ilya Prigogine (1917- ), PremioNóbel de Química 1977, quien lidera la teoría que defien-de el caos como una ausencia de orden de la cual puedenextraerse muchas conclusiones y conocimientos;120 la otracorriente, defendida por el matemático polaco BenoîtMandelbrot (1924- ) interpreta el caos como una comple-ja configuración dentro de la cual el orden está implícita-mente codificado. Volveremos sobre estos dos pensadoresdel caos unos párrafos más adelante.

La imagen que más ha contribuido a difundir la Teo-ría del Caos está en el nacimiento de esta disciplina:el “efecto mariposa” (dependencia sensible de las condi-ciones iniciales, es su denominación técnica), que ha si-do expuesto por el matemático y meteorólogo EdwardLorenz, explica cómo una pequeña perturbación delestado inicial de un sistema puede traducirse, en un bre-ve lapso, en un cambio importante en el estado final del

120 Ilya Prigogine, Le fin de certitudes: temps, chaos et les lois de lanature, Odile Jacob, Paris, 1996.

Page 161: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

177

mismo.121 Lorenz que, en 1961, utilizaba un programa decomputadora para calcular mediante una serie de ecua-ciones las condiciones climáticas probables, descubrió queal redondear los datos iniciales muy levemente (en la cuar-ta cifra luego de la coma) los datos finales eran radicalmen-te diferentes (debido a los rizos retroalimentadores y reite-raciones del sistema caótico —complejo— de la atmósfe-ra, que se pusieron de manifiesto gracias a las itera-ciones,o reiteraciones de un cálculo simple).122 Por ello es que elclima no puede preverse con cierta certeza más allá de las48 horas (al menos por el momento). El caos puede defi-nirse como una interconexión subyacente que se mani-fiesta en acontecimientos aparentemente aleatorios; perotambién significa imprevisibilidad del estado final de unsistema complejo.

A partir del descubrimiento de Lorenz, se rescata elvalor profético de un científico francés de comienzos delsiglo XX, Henri Poincaré (1854-1912), quien corrige las pre-dicciones de Newton sobre la atracción gravitatoria de loscuerpos celestes. El cálculo newtoniano es eficiente si serefiere a dos cuerpos, pero Poincaré demuestra que si seanaliza la interactividad de tres cuerpos (como la Tierra,el Sol y la Luna), los cálculos tienen serias deficiencias. Elfísico francés concluye que “una causa muy pequeña senos escapa, y ella determina un efecto considerable queno podemos prever”.

La obra de Lorenz estimuló nuevas investigaciones so-bre la cuestión y dio lugar finalmente a la creación deun nuevo campo en la ciencia matemática. La teoría delcaos, en la medida que considera que existen procesos121 “si agita hoy, con su aleteo, el aire de Pekín, una mariposa puede

modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene”(James Gleick, Caos, Seix Barral, Barcelona, 1998).

122 Con mayor precisión, iteración es, en matemáticas, la utilizaciónreiterada de la salida de una función como entrada en la siguiente.

Page 162: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

178

aleatorios, adopta la postura de rechazar la linealidad dela causalidad, pero en la medida en que ciertos otros pro-cesos no son caóticos sino ordenados, acepta que existanvínculos causa-efecto. Los vínculos causales que más em-pleará serán los circuitos de retroalimentación positiva, esdecir, aquellos donde se verifica una ampliación de las des-viaciones. Desde el punto de vista cuantitativo, la teoríadel caos privilegia en su estudio la opción que indica quepequeñas variaciones pueden producir grandes resultados.Pero si un fenómeno no puede predecirse es porque:

• la realidad es puro azar y no hay leyes que permitanordenar el pensamiento;

• la realidad está totalmente gobernada por leyescausales, y si no podemos predecir los acontecimientoses porque aún no las hemos descubierto;

• si existen desórdenes e inestabilidades, estos son mo-mentáneos y todo retorna luego a su cauce determinista.

Esta última es la explicación a la que se adhieren los teó-ricos posmodernos: los sistemas son predecibles, pero sin quemedie una explicación, comienzan a desordenarse (perío-do donde son imposibles las predicciones) pudiendo luegoretornar a una nueva estabilidad. Por ello, a partir de la dé-cada del 70 se comienza a investigar por qué el orden pue-de llevar al caos y el caos al orden y, eventualmente, pue-dan crearse modelos para determinar si dentro del mismocaos hay también un orden subyacente: los ingenieros co-menzaron a investigar la razón del comportamiento a ve-ces errático de los osciladores; los fisiólogos, por qué en elritmo cardíaco se filtraban arritmias; los ecólogos examina-ron la forma aparentemente aleatoria en que cambiaban laspoblaciones en la naturaleza; los químicos se interesaron enla razón de las inesperadas fluctuaciones en las reacciones;

Page 163: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

179

los economistas intentaron alguna nueva explicación sobrelas variaciones imprevistas de los precios.

En fin, la ciencia comienza a interesarse en lo queantes definía como casos de excepción, bifurcaciones, loinexplicable (el movimiento de las nubes, el torrente de losríos, algunas ondas cerebrales erráticas, los atascamientosen el tránsito, las epidemias, el porqué de las volutas dehumo, etc.).

Son los matemáticos (Cantor, Mandelbrot, Koch), queadvierten en una serie ordenada algunos elementos quese dividen, se parten en porciones iguales, de modo quese forman estructuras geométricas donde cada parte es unaréplica del todo, lo que Mandelbrot denominó fractal.123

Y luego de una serie de operaciones de “doblaje”, el siste-ma adquiere cierto tipo de estabilidad, dato que permiti-ría establecer una cierta regularidad en el caos. El pasajedel orden al caos, y del caos al orden (biogénesis, el mis-terio de la vida, nacimiento de vida a partir de un caosinicial de moléculas) queda abierto al haber sido destapa-da la caja de Pandora.

De la teoría de un universo determinista se pasa a latesis de un universo menos ordenado y, quizá, incompren-sible: Prigogine124 manifestará que en la realidad se mez-cla orden y desorden (y que del caos surgen nuevas es-tructuras “disipativas”), y propone finalmente una teoríainterpretativa del universo donde los ciclos se intercalanentre orden y caos. Así, un sistema avanza en el caos hasta123 Fractal es una figura plana o espacial, compuesta de infinitos

elementos que tiene la propiedad de que su aspecto y distribuciónestadística no cambian cualquiera sea la escala con que se observe(Real Academia Española), o, es un conjunto que tienen recursividadinfinita, propiedades de autosemejanza independientemente de laescala, y que es descrito por un algoritmo simple (y de carácterrecursivo), que no puede ser representado por la geometría clásica(euclideana).

124 I. Prigogine, op. cit.

Page 164: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

180

un punto de “bifurcación” (a partir de un elemento lla-mado “atractor”,125 que puede formar un “vórtice”)126

donde continúa caotizándose para luego retornar al esta-do de equilibrio original o bien empieza a autoorganizarsehasta constituir una nueva estructura, denominada estruc-tura “disipativa” o “dispersiva” (debido a que consumemayor cantidad de energía que la organización anteriora la que reemplazó). El universo funciona, según Prigogine,de modo tal que del caos pueden nacer nuevas estructu-ras y es, paradójicamente, el estado de no-equilibrio el pun-to de partida que permite pasar del caos a la estructura.

El archipiélago del caos parece formar parte de la ma-teria y, aunque se puedan detectar unas constantes bási-cas, cuando se pasa de un nivel a otro en la organizaciónde la materia el comportamiento caótico cambia, por lo queno aplican los análisis de un nivel a otro. De este modo apa-rece una nueva realidad, infinita “hacia adentro”, que nose aviene a ser analizada por los recursos clásicos de la cien-cia. Realidad fractal que está presente en todos los sistemascomplejos (la física tradicional sólo funcionaría en los sis-temas lineales). Ahora bien, la propia naturaleza es un sis-tema complejo, la mayoría de cuyas partes constitutivas(como los organismos vivos) son sistemas complejos. Por suparte, las creaciones del hombre (culturales, por oposicióna naturales) son construidas como sistemas lineales (cerra-125 Atractor es una singularidad en un espacio de acción hacia el cual

convergen las trayectorias de una dinámica dada (por ejemplo, elatractor –puntual– de un péndulo es su punto más bajo de oscilación);hay atractores puntuales, cíclicos y caóticos o extraños; el atractorde algunos sistemas complejos (caóticos) coincide con su estado deautoorganización; el atractor de algunos sistemas orientados a unameta, es la meta misma.

126 Vórtice es un atractor extraño; cuando el agua hierve, el líquido delfondo asciende y el de arriba baja, en una una competición caótica,formándose vórtices que se enlazan entre sí, lo que amplifica el sistema,retroalimentándose a sí mismo.

Page 165: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

181

dos en sí mismos y donde funciona el principio causa-efec-to), aunque utilicen elementos naturales que, casi por defi-nición, son complejos. En el corto plazo las respuestas dela tecnología moderna pueden parecer eficientes (y muyprobablemente lo sean, mayoritariamente) pero con el trans-curso del tiempo (cuando las iteraciones hagan su trabajo)no será posible predecir sus efectos.

La Teoría del Caos surge como una herramienta paraver pautas donde antes sólo se observaba azar, por lo quepodemos suponer que un misterioso orden subyace detrásdel aparente caos, tan pronto el sistema sea analizado comocomplejo y no como lineal. Pero también nos enfrenta a laimposibilidad de control total de la naturaleza, que está enla base del desarrollo moderno. Esto nos estaría recomen-dando aceptar la impredecibilidad del caos en lugar de re-sistirnos inútilmente a las incertidumbres de la vida.

Cuando un automóvil (sistema lineal) se descompone,se cambia la pieza dañada y vuelve a funcionar como ori-ginalmente. En cambio, en los sistemas complejos, comoes el organismo humano o la sociedad, el problema debeplantearse siempre a partir del sistema como totalidad,nunca a partir de “una parte defectuosa”. Por ello la pers-pectiva mecanicista es considerada, desde el punto de vistade los científicos del caos,127 como una visión reduccionistaque trata a la naturaleza (y al ser humano, por lo tanto)como objetos manipulables, tomando a los sistemas comolineales cuando la mayor parte de ellos son complejos. Sinembargo, esta perspectiva está en la base de los grandesdesarrollos científicos y tecnológicos, por lo que no pode-mos evitar la duda de si estos avances, que no se basansobre una aproximación sistémica (u holística, como quie-re Fritjof Capra)128 no nos están llevando a un callejón sin

127 O de la dinámica no-lineal o teoría de sistemas dinámicos, comomuchos físicos prefieren nombrar a la teoría del caos.

128 F. Capra, The web of life , Anchor Books, Nueva York, 1996.

Page 166: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

182

salida y se llegue al momento en que la tecnología nadapueda hacer para arreglar los desequilibrios que ella mis-ma ha creado. La unidad caótica (compleja) está llena departicularismos, tanto activos como interactivos, que sonmodificados por retroalimentaciones (no lineales, a su vez)que pueden producir sistemas autoorganizados, semejan-zas fractales y sistemas con desórdenes impredecibles.

El hecho de saber que la naturaleza no se presentacomo un conjunto de elementos aislados y que el ser hu-mano es un aspecto esencial de ese sistema de organi-zación, si aceptamos que el observador es parte de lo queobserva,129 debería llevarnos a la reflexión de si convienecontinuar con el paradigma de lucha heroica e individual(estamos acostumbrados a enfrentarnos a los problemascon estrategias de conquista o negociación, que en el me-diano plazo no parecen ofrecer respuestas satisfactorias)o debería ser reemplazada por otro paradigma de coope-ración y desarrollo conjunto (sistémico, de largo aliento).Pero para este cambio se requiere reanalizar previamentelas relaciones parte-todo, individuo-sociedad, local-global,nacional-internacional, etc.

129 No podemos meter el todo en el bolsillo, ya que el bolsillo forma partedel todo.

Page 167: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

183

Fin de los metarrelatosy auge de la pluralidad

El sujeto no es portador del a priori kantiano,

sino el heredero de un lenguaje histórico y finito

que hace posible y condiciona su acceso

a sí mismo y al mundo

Gianni Vattimo

Jean-François Lyotard (1924-1998) caracterizó a la posmo-dernidad como aquella época (la nuestra) en que desapa-recen los meta-rrelatos: “lo posmoderno sería aquello quealega lo impresentable en lo moderno y en la presentaciónmisma; aquello que se niega a la consolación de las for-mas bellas, al consenso de un gusto que permitiría expe-rimentar en común la nostalgia de lo imposible; aquelloque indaga por presentaciones nuevas, no para gozar deellas sino para hacer sentir mejor que hay algo que es im-presentable”.130 Los metarrelatos pueden identificarsecomo aquellos grandes proyectos universalistas tendien-tes a la emancipación del hombre, a través de la coordi-nación de conocimiento y acción dirigida a ese objetivosuperior. Los pensadores que se adhieren a esta línea re-chazan tajantemente que se trate de una evolución, a ma-nera de estertor final, de la modernidad, ni de que sea unaescuela que simplemente continúa a la moderna. Consi-deran, por el contrario, que constituye un enfoque com-pletamente distinto, que impone una actitud espiritualcompletamente diferente.

130 Jean-François Lyotard, La posmodernidad, Gedisa, Barcelona, 1996.

[183]

Page 168: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

184

Durante la modernidad, que aparece tempranamenteen el Romanticismo, si bien variaron los contenidos de lasideas filosóficas, se mantuvo constante una idea totaliza-dora, universalista. La ilustración confió en que gracias aldesarrollo del conocimiento (ciencia) el hombre sería final-mente dueño de sí mismo.

Al joven Hegel, en el Seminario de Tubinga, le preocu-paba la fragmentación que presentaba la vida moderna,en particular la separación del hombre con Dios y con lanaturaleza, del individuo con la sociedad. Consideraba ala Grecia clásica como modelo de identificación de loshombres con su sociedad, con la naturaleza y donde losDioses estaban presentes en lo cotidiano: el filósofo Schiller(que fue su compañero y cercano amigo en el seminario,así como también lo fue el poeta Hölderlin) denominó “uni-dad de vida” al ideal griego. Hegel encontró en la moda-lidad religiosa del cristianismo de su época la causa pro-funda de esta fragmentación, en la cual se educaba a loshombres como ciudadanos del Cielo, lo que los hacía in-diferentes a la suerte de su propia sociedad terrenal; indi-vidualismo que había fracturado a la comunidad alema-na. Ese mismo individualismo “fracturado” es el que ce-lebra hoy el posmodernismo.

Emmanuel Kant (1724-1804) establece en su ética prác-tica una serie de “imperativos categóricos”, mandamien-tos éticos que concibe como absolutos y universales, porejemplo: “obra sólo de acuerdo con la máxima por la cualpuedas al mismo tiempo querer que se convierta en leyuniversal”, u “obra de tal modo que uses la humanidadtanto en tu propia persona como en la persona de cual-quier otro, siempre a la vez como un fin, nunca simple-mente como un medio”. Los pensadores posmodernos nie-gan la existencia de categorías universales y verdades ca-tegóricas que tengan valor en cualquier tiempo y lugar,ya que lo verdadero es aquello que coincide con la inter-

Page 169: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

185

pretación de los hechos, que será distinto, según la cultu-ra dominante, en ese tiempo y lugar. Como los individuosno pueden sustraerse a su mundo histórico. Lyotard ma-nifiesta que “medidos por sus propios criterios, la mayorparte de los relatos se revelan fábulas”. En el apartado“Giro lingüístico” se ampliarán estos conceptos.

Para los marxistas, el gran proyecto liberador de la hu-manidad es la revolución del proletariado; en el meta-rrelato del capitalismo, la riqueza (emergente de la pro-ducción y el consumo) proveerá la felicidad de todos; ennuestra era tecnoctrónica, la solución universal se halla enla maximización de la información. El posmodernismo vie-ne a declarar la muerte de la ilusión de la totalidad, de laintegralidad del hombre soñada por Hegel y de los man-datos universales del idealismo metafísico kantiano, al ad-herirse a lo diverso, lo fractal. Los pensamientos filosófi-cos comprensivos y sistemáticos de los modernos son des-deñados, por imposibles o falsos, frente a una realidadfragmentada, discontinua, incluso caótica. Las reiteradasexperiencias de fragmentación siempre se vivieron dramá-ticamente, como algo a corregir. En los tiempos modernos,el objetivo siempre fue el logro de la unidad y de la uni-versalidad. En la posmodernidad se acepta como realidady oportunidad.

El nuevo metarrelato posmoderno ha quedado a car-go de los mass media ; como dice Beatriz Sarlo: “las indus-trias informativas son hoy las creadoras de los grandes re-latos que la posmodernidad pareció desalojar. En realidad,lejos de quebrarse, los relatos persisten, aunque carezcande la dimensión ética de los relatos modernos. Que las na-rraciones posmodernas entusiasmen menos a quienes fue-ron marcados por el discurso de la modernidad no es unaprueba de que nociones como la globalización sean másdébiles que la de imperialismo”. En efecto, la industria dela comunicación encontró en la globalización un drama

Page 170: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

186

tan universal y tan interesante como los viejos argumen-tos de la modernidad. Incluso la diversidad y la celebra-ción del multiculturalismo posee dimensión de promesautópica. Se trata del relativismo cultural que afirma el lu-gar de la diferencia (diversidad de la que tratará el siguien-te subcapítulo) no sólo como espacio a ser respetado de-mocráticamente sino como expresión de lo mejor que pue-den ofrecer las sociedades posmodernas: “es relativamenteoptimista frente a la fragmentación de lo social y descu-bre el principio de la autonomía y de la resistencia en eldespliegue de las diferencias culturales, incluso de aque-llas que están sostenidas por la desigualdad simbólica”.131

Por otro lado, al haberse intensificado al extremo la ca-pacidad humana de disponer técnicamente de la naturale-za (biotecnología, genética, etc.), se está perdiendo el senti-do de lo nuevo. Cuando la sociedad de consumo alientauna renovación continua de los bienes de uso, fomentadapor la necesidad de asegurar la supervivencia del sistema,se diluye el sentido perturbador de la novedad; la novedadse vuelve banal. El progreso en las sociedades opulentas seconvierte en rutinario, habiéndose vaciado de sentido lamisma noción de progreso. Pero, además, probablementeexista ya un freno a la tecnociencia, y si no, lo existirá tanpronto se produzca la ampliación de la Teoría del caos.

En la visión cristiana, la historia era el relato de la sal-vación; al secularizarse en la modernidad se convierte endiscurso del progreso, cuyo valor final es el de crear y man-tener las condiciones en que siempre sea posible un nuevoprogreso. Se llegaría así a lo que lleva a un estado de in-movilidad, de “disolución de la historia”, dirá Vattimo. Porotro lado, si no hay una historia integral, portadora de laesencia humana, lo que existe es una diversidad de histo-rias, relatos condicionados por la reglas de un género lite-rario. Si, además, se le agrega el contenido ideológico con131 Beatriz Sarlo 2002.

Page 171: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

187

que carga la “historia oficial” (“historia de vencedores”,según Walter Benjamin), resulta ser una de las últimas ilu-siones metafísicas el que, bajo la diversidad de imágenesde la historia y de sus múltiples ritmos temporales, existaun tiempo unitario. La unificación de costumbres, modas,el pensamiento y la cultura única de Occidente, sumadosal dominio técnico de las comunicaciones en tanto perfec-cionamiento de los instrumentos para reunir y transmitirinformación, nos ilusionan con la posibilidad de realizaruna historia universal. Salvo porque el cúmulo de estos co-nocimientos está dominado por las potencias capaces dereunir y transmitir las informaciones, capaces de crear unavez más una “historia de vencedores”.

Los pensadores posmodernos, quizá a partir del diag-nóstico de Adorno (quien al describir a la “falsa sociedad”y su fascinación, condenó ese “todo” a lo no verdadero),132

afirman la pluralidad pero no como un mal. Esto implicauna suerte de reorientación emotiva, ya que no se sientecomo una pérdida el abandono de la totalidad sino, másbien, como una liberación. Se trata de aceptar la diversi-dad, con todas sus consecuencias, para operar a partir delo plural y no contra ello (tal como lo recomienda, parala ciencia, la Teoría del caos). Por ello se afirma que lasdiversas culturas y formas de vida, que suelen mezclarseen una misma sociedad, son igualmente legítimas y res-petables. Esto último (en este mundo unipolar y de pen-samiento único, donde no pocos consideran que el triun-fo absoluto —por default— del neoliberalismo constituyela cima de la humanidad, donde el país hegemónico sa-taniza lo diferente) constituye sin dudas un valor moraly de decisivo contenido político. Pero no se trata de la

132 Theodor W. Adorno (1903-1969), pensador posmarxista de la Escuelade Fráncfort que se adelanta al pensamiento posmoderno, particu-larmente con sus obras La Dialéctica de la Ilustración (1947) yDialéctica Negativa (1966).

Page 172: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

188

simple tolerancia (que constituye una relación de poder,ya que sólo quien está por encima es capaz de tolerar),133

del pluralismo convencional, y así Lyotard defiende “laidea de una humanidad receptiva de las metas hetero-géneas implicadas en los diferentes tipos de discurso, cono-cidos y desconocidos, que pueda perseguir esas metas tanlejos como sea posible”. Además, “la legitimidad consisti-ría en reconocer la multiplicidad e intraducibilidad de losjuegos del lenguaje mutuamente ensamblados, su autono-mía, su especificidad, sin reducir los unos a los otros”.134

El posmodernismo no cree en fundamentos primeros oúltimos (aun en la ciencia) sino en que las relaciones se ba-san en otras relaciones, para retrotraerse o conducir a dife-rentes relaciones. De este modo, las cadenas de significantesremiten a otras cadenas y no a un significado original: ob-servamos observaciones y describimos descripciones (delmismo modo que la microfísica, al querer descubrir lo ele-mental, no sabe si no encontrará un nuevo complejo).

Existe una notoria predisposición de las ideas pos-modernas hacia el feminismo. Lyotard y Derrida han ex-puesto una severa crítica hacia la univocidad del omnipre-sente discurso “falocéntrico”. La defensa de lo femenino,en el marco de la descripción plural de las sociedadesposmodernas, ejemplifica el giro lingüístico. Derrida yLyotard adoptan una actitud crítica respecto de las dife-rentes versiones del feminismo, en particular a aquel quebusca la equiparación de la mujer con el hombre. Al res-pecto, esa búsqueda de asimilar la mujer al hombre asícomo el feminismo de la pura alteridad en busca de la otraesencia, no es más que la expresión de la forma típicamen-te masculina de pensar lo esencial (como ya ha sido di-cho, Lipovetsky ejemplifica debidamente este cambio de

133 Michael Walter, On toleration, Yale University Press, N.Y., 1997.134 F. Lyotard, La condition posmoderne, Minuit, Paris, 1989.

Page 173: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

189

orientación). Ambos filósofos franceses abogan por un fe-minismo trasgresor que rompa todas las reglas convencio-nales, de modo que lo femenino, como identidad plural,abra el tránsito a otras posibilidades, válidas tanto parael hombre como para la mujer.

La defensa de lo diverso en las ideas posmodernas habuscado apoyo en la idea de la pluralidad individual deNietzsche. El ideal de “vida en plural”, expresa “la alegríade albergar en sí mismo no sólo un alma inmortal sino mu-chas almas inmortales” y el elogio del “alma como sujeto-multiplicidad”. En el posmodernismo la pluralidad del in-dividuo se convierte en programa de vida: la “decons-trucción” del sujeto que proclama Derrida tiende a unatransformación esencial del individuo, donde se imponeaceptar esa pluralidad encubierta, culposa y reprimida por-que se considera una falta de integridad, de rigor. Siguien-do a Lacan se podría interpretar que detrás de esa resis-tencia a la pluralidad del sujeto está el miedo del Yo narci-sista que desea controlar todo en su afán de dominación.

En un modelo filosófico que establece que existe unapluralidad fáctica sólo tienen capacidad de acción quie-nes acepten de manera abierta su propia multiplicidad yla aprovechen para la comprensión del mundo “tal cuales”, tan plural como el sujeto. Se trata de acceder a la fa-cultad de percibir distintos sistemas de sentido y multipli-cidad de realidades, lo que requiere una personalidad losuficientemente flexible y transversal para pasar de unarealidad a la otra sin solución de continuidad.

Este nuevo sujeto, individual y múltiple, pone en ries-go el discurso y los hábitos de la dominación, característi-cas que finalmente se vuelven contra el mismo sujeto. Setrata de no intentar controlar. Como diría Adorno (quiensufrió la persecución nazi), defensor de lo heterogéneo,el dominio ejercido sobre la naturaleza externa termina

Page 174: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

190

convirtiéndose en represión de la naturaleza interna. Setrata de perder el miedo de ser diferente, sin juzgar ni con-denar con la arrogancia de lo absoluto, aceptando con con-vicción (no simplemente por tolerancia) la posibilidad dela diversidad de puntos de vista.

Page 175: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

191

Giro lingüísticoy estética de lo fractal

La existencia misma y el mundo

sólo se justifican de un modo permanente

como un fenómeno estético

Nietzsche

Nuestra época hace la apología de la comunicación, en-tendiendo que la generalización de la comunicación ase-gurará por su sola virtud el buen funcionamiento de lacomunidad de la transmisión de conocimiento. Pero Jean-François Lyotard nos advierte en Le différend, publicadoen 1983, que esta actitud mítica impide comprender queexiste un verdadero conflicto. Ocurre que en cualquiercuestión, o conflicto de la vida real (jurídico, económico,político e incluso, íntimo) suele imponerse el propio len-guaje de una de las partes como lengua pretendidamentecomún, lo que impide al otro formular su argumentación,su verdadero problema, su reivindicación. La idea mismade un lenguaje común en el cual la gente de buena fe po-dría entenderse es una ficción contradictoria y peligrosa,según Lyotard.135 Por otra parte, “decir cualquier cosasiempre implica callar otra”, ya que todo discurso seríauna mentira por omisión o una mentira por denegación,lo que es peor. Aunque la verdad puede estar contenidaen el discurso, Lyotard afirma que se encuentra escondi-da en lo que denomina “figura”, presencia latente (querequiere una “atención flotante”, diría Freud) que da sen-

135 J-F. Lyotard, Le différend, Minuit, Paris, 1984.

[191]

Page 176: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

192

tido y justifica al discurso. Esta concepción es particular-mente pertinente para distinguir una “falsa concepción delarte, como bonito discurso, bien ordenado y maquillado,de la obra verdadera” que toma su valor de la potenciade la figura perturbadora.

Por su parte, el filósofo lingüista Jacques Derrida (1930-),un emergente del espíritu del 68 francés, manifiesta queel lenguaje cotidiano no es neutral, ya que implica hipó-tesis y prejuicios culturales que traducen una tradición.Por otra parte, debido a que no hay identidades fijas sinoque el lenguaje traduce representaciones de la realidad (elmapa no es el territorio) a través del filtro cultural, resul-ta que también tiene uno, o más, significados retóricos. Deeste modo el lenguaje termina siendo una trampa que di-fícilmente pueda expresar lo “verdadero”. El significadose relaciona con el contexto, y no existe ningún marco queofrezca prueba de un significado definitivo. Por ello estásiempre presente la posibilidad de la falsificación.

El significado no es el referente (la cosa en sí) sino quese trata de una definición convencional (generalmenteaceptada) del objeto en cuestión. Para realmente enten-der a qué se refiere un determinado discurso se requiere,entonces, conocer su cuadro cultural: “lo que considera-mos como el mundo real está determinado por la lenguaen que se expresa”.136 Pero no sólo es una cuestión cultu-ral lo que hace las diferencias de interpretaciones de la rea-lidad, sino que también el sentido se modifica de acuerdoa la sucesión discursiva, por lo que aun dentro de una mis-ma cultura los distintos contextos discursivos otorgan sig-nificados diferentes. Derrida avanza aún más: incluso aun-que una palabra se considere en aislamiento, su sentidodepende de la relación paradigmática que mantiene conlos otros significantes del lenguaje.

136 Dardo Scavino, Pensar sin certezas, Paidós, Buenos Aires, 2000.

Page 177: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

193

Cuando el sentido de un significante deja de ser con-siderado como el referente de la cosa misma, pierde la pre-ponderancia que tiene la palabra hablada por sobre la for-ma escrita. En efecto, en nuestra tradición la palabrahablada (debido a que su expresión posibilita mostrar fí-sicamente de lo que se habla: “eso es una mesa”) puedemantener una relación directa entre significado y signi-ficante, permite que el interlocutor interprete sin media-ción lo que se dice ya que la palabra resulta inseparablede la indicación. Lo que se critica es que en el idioma ha-blado existe un espejismo de referencialidad directa, deunivocidad. Creemos que existe una correspondencia sinintermediación entre las palabras y las cosas, por lo que“el discurso es idéntico al mundo”, tal como si el mapafuese el territorio. Esta creencia se denomina logocentrismo(en metafísica de la representación) y es objeto de una delas más decisivas críticas del posmodernismo. Se conclu-ye, pues, que el lenguaje no puede reflejar las cosas talcomo son o como se las percibe sin preconceptos ni pre-juicios (es decir, previo a toda influencia cultural o a todolenguaje), sin tener en cuenta la relación directa que la per-sona (emisor) mantiene con ellas.

Como la ciencia y la filosofía, así como la mayoría delas disciplinas del conocimiento, dependen del lenguaje,Derrida advierte sobre lo difuso de estas disciplinas: la sig-nificación no corresponde necesariamente con el referente,ya que el discurso literal forma parte de lo figurado. No exis-tirían diferencias sustanciales entre el supuesto discurso uní-voco de la filosofía y el discurso equívoco de la literatura.

Derrida considera que la filosofía ha cometido el errorde volverse logocéntrica, confundiendo significante ysignificado e interpretando a la realidad de un modo re-duccionista; cuyo origen lo ubica en la lógica identitariade Aristóteles y que logra su cúspide en Hegel: “lo que esreal es racional, y lo que es racional es real”. Este pensador

Page 178: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

194

francés intenta poner al descubierto las paradojas y con-tradicciones del logocentrismo, a través de su método de“deconstrucción”: frente a lo oral del lenguaje (fonocen-trismo) reivindicará la escritura, donde no hay un signifi-cado unívoco ni una verdad exclusiva, sino una plurali-dad de significados. Utiliza el neologismo différance, al queasigna el doble sentido de diferenciarse y de diferir (po-nerse al día en el tiempo), como forma de escapar a la con-ceptualización (o traducción de las diferencias, pluralidadde significados, de los conceptos).

Conviene citar que Derrida, en su inclinación lingüís-tica, se apoya no sólo en su maestro Heidegger, quien con-sideraba que la palabra precede a las cosas, que las crea,137

sino también en aquel Nietzsche que era de la opinión deque las palabras supuestamente literales son figuras poé-ticas esclerosadas (“las verdades no son más que metáfo-ras olvidadas”).138 De allí la sentencia nietzscheana sobreque no existen hechos, sólo interpretaciones, y toda inter-pretación interpreta otra interpretación.

Por su parte, Michel Foucault (1926-1984), reafirmaque no existe ningún primero absoluto sino que “cada sig-no es en sí mismo no la cosa que se ofrece a la interpreta-ción sino la interpretación de otros signos”. Por lo dicho,así como Borges crea una civilización donde la filosofíaes una rama de la literatura fantástica,139 los pensadoresque nos ocupan afirman que se puede abordar un escritofilosófico del mismo modo que se interpreta un textoliterario. En efecto, Nietzsche describe que a través de lasdistintas formas de percepción, de las metáforas, de las137 Heidegger manifiesta que “logos”, de donde proviene etimoló-

gicamente “lógica”, significa reunir una multiplicidad, por lo que laidentidad del referente se obtiene con la recolección de fragmentosdispersos.

138 Scavino, op. cit.139 Jorge Luis Borges, “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, Ficciones (1944) en

Obras Completas, tomo I, EMECE Editores, Buenos Aires, 1994.

Page 179: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

195

imágenes fantásticas, producimos “realidades” por mediosficcionales: la realidad sería entonces una multiplicidad deconstrucciones sobre fundamentos inestables, algo estéti-co en virtud de su forma de producción y de su “etéreocarácter vacilante”, diría Nietzsche.

Gianni Vattimo (1935- ) define al mundo cultural querepresenta el lenguaje como el “espíritu de un tiempo”,donde se cultiva y favorece la afirmación de los interesesdel grupo de pertenencia de quien se expresa, intereses quelleva consigo de modo inconsciente. La verdad, que segúnlas ideas predominantes desde la Ilustración, expresa unacorrespondencia entre enunciado y estado de cosas; se tra-ta, entonces, de un cierto consenso que manifiesta una co-munidad en un tiempo dado, con su propio vocabulario,gramática y tradición. Como el pensamiento filosófico haperdido su aura de rigor, Vattimo habla de “pensamien-to débil” (pensiero debole), que ejemplifica la crisis de la ra-zón iluminista al haberse perdido la ilusión de la perfectacorrespondencia entre discurso y realidad objetiva. La ver-dad deviene en verosimilitud pero, además, el hombre noposeería autonomía de pensamiento, tan condicionado estápor los hábitos y costumbres culturales que impregnan elinstrumento del discurrir, la palabra (lenguaje que es his-tórico ya que está situado en el espacio y en el tiempo):un enunciado es verdadero cuando resulta consistentecon una interpretación consensuada culturalmente, inter-pretación establecida en la comunidad de origen.

¿Cómo, entonces, afirmamos que podemos acceder alas experiencias remotas de la historia, en tanto los pre-conceptos de nuestra cultura teñirían toda comprensiónde otra época o de otra comunidad? Perdemos la posibili-dad de la episteme (conocimiento científico) y sólo nosquedaría la doxa (opinión prejuiciosa). Esto es lo que losfilósofos posmodernos definen como caída de la ilusiónmetafísica.

Page 180: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

196

La concepción de la realidad del pensamiento posmo-derno está basada sobre un paradigma estético. Si se con-sidera que nuestro conocimiento no es simplementereproductor sino creativo, lo que hereda del estructu-ralismo (Louis Althusser, Jacques Lacan, Pierre Bourdieu)al afirmar que la verdad es algo que se construye en lu-gar de ser algo que se encuentra. Ya Kant aseguraba quenuestro conocimiento no se refiere a cosas en sí sino a fe-nómenos que se constituyen en virtud de capacidades es-téticas (formas de intuición de espacio y tiempo). YNietzsche, refiriéndose al impulso hacia la formación demetáforas (imágenes, proyecciones), había manifestadoque “damos origen a cascadas de la realidad, por lo quetodo lo que se encuentra más allá de los meros estímulos ner-viosos es un producto del arte humano”. Para Nietzscheuna realidad no es más que una multiplicidad de cons-trucciones sobre fundamentos inestables, un hecho estéti-co tanto por su modo de producción, los medios que seutilizan, así como por su etéreo y oscilante carácter. Asi-mismo, la idea de constitución artística de nuestra reali-dad ha estado presente en el pensamiento de los teóricosde la realidad y epistemólogos reflexivos de nuestro siglo.

Welsch en su artículo titulado “Topoi de la Modernidad”señala que

nuestra concepción de la realidad, nuestra filosofía prime-ra se ha vuelto, en un sentido elemental, estética (…) Antes,en la Antigüedad, (las afirmaciones sobre la realidad) se de-rivaban del ser; luego, en la Edad Moderna, lo hicieron apartir del lenguaje. Actualmente, en la Posmodernidad, asis-timos al tránsito hacia un paradigma estético. En el marcodel pensamiento moderno se suponía que lo estético era unasegunda realidad suplementaria, representativa de la reali-dad original. El posmodernismo reafirma que las realida-des primarias están constituidas estéticamente.140

140 W. Welsch, op. cit.

Page 181: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

197

La índole estética de la realidad tiene como consecuen-cia la aparición de una multiplicidad de realidades diferen-tes, que no pueden reducirse las unas a las otras ni poseenun denominador común, de modo que se debe admitir lainconmensurabilidad de las realidades. Ya no se puede ha-blar de una integración de realidades en un contexto ar-mónico. No se trata de un rompecabezas sino de un con-glomerado abierto de diferentes realidades, que pueden tan-to complementarse como oponerse o superponerse. La di-ficultad de concepción de esta realidad puede asimilarse aldifícil tránsito de una constelación de sentido a otra, ya queno sólo se desplazan las concepciones y experiencias indi-viduales sino que se modifican los fundamentos en su to-talidad, lo que requiere no dejar de lado ninguna perspec-tiva, como lo recomienda la Teoría del caos.

De hecho, como ha señalado Habermas, el vanguar-dismo estético es el que desestabilizó a la modernidad: cin-co grandes escuelas artísticas (simbolismo, expresionismo,surrealismo, futurismo y constructivismo) denunciaron,combatieron y pronosticaron la decadencia de las ideasmodernas.

La irrupción del racionalismo cartesiano y el triunfodel mecanicismo newtoniano en la civilización occidentalprovocaron un sensible vuelco en la mentalidad moder-na, afectando al arte. En efecto, éste queda limitado a cier-tos moldes estéticos que no pueden obviar consideracio-nes mecanicistas y tecnológicas. Surge una mentalidadcreativa formalista y racionalista cuya máxima expresiónes el diseño y la arquitectura Bauhaus, de la Alemania dela primera posguerra, que permea a todas las artes plásti-cas. Geometría estética de orden estático, hiperracional,cuyas máximas expresiones entregaron Mondrian, PaulKlee y Kandinsky. Las concepciones estéticas que ponende manifiesto los edificios Seagram y Chrysler de NuevaYork han sido superadas en sus esquemas geométricos

Page 182: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

198

“deshumanizados” por creaciones que expresarían mejoral hombre y su naturaleza, siempre caótica: ya no se tra-ta de mostrar lo que debería ser, lo deseable en cuanto aorden y racionalidad unívocos, si no lo que es, caótico yplural en toda su diversidad contradictoria. Al mismotiempo, nuestra época tiene su propia geometría, geome-tría fractal que reemplazaría a la euclidiana. Esta nuevageometría permitiría descubrir orden donde antes sólo ha-bía caos, encontrar razones para lo casual, determinar loarbitrario: geometría de la naturaleza que contendría lasleyes y principios de una nueva estética natural.

Como fuera comentado en otro apartado de este mis-mo capítulo, el contenido de esta geometría son los objetosfractales, cuya característica principal es la autosemejanza,por lo que cada una de sus partes en diferentes escalas demagnitud es semejante al conjunto total. Así el objeto se re-pite o reproduce (autorreproduce) en cualquier escala quesea observado. Se trataría de la encarnación matemáticaactual del principio hermético de la analogía (“como es arri-ba es abajo, como es abajo es arriba”). Pero, además, losfractales tienen dimensión fraccionaria, lo que indica queestán a medio camino entre la línea y la superficie, entre lasuperficie y el volumen y, quizá, entre el volumen y el tiem-po. ¿Será que el azar ha dejado lugar a la necesidad?

Lo cierto es que todo esto ha dado nacimiento a unanueva comprensión estética, así como que los nuevos en-foques de carácter filosófico se acercan, casi demasiado,a las viejas concepciones esotéricas tradicionales. No se-ría raro ver resurgir, en boca de posmodernos, el genio deGiordano Bruno y Pico Della Mirándola, mezclados conPitágoras y Platón, y servido con especias provenientes delas antiguas fuentes esotéricas de Oriente.

Richard Rorty (1931- ) se refiere a una cultura este-tizada, en la cual se reconoce que detrás de las paredespintadas no nos espera una auténtica pared sino que hay

Page 183: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

199

siempre otras paredes pintadas.141 Las cadenas de signifi-cantes remiten permanentemente a otras cadenas designificantes y no a un significado original. No existe unfundamento primero o último, sino que todas las relacio-nes se fundamentan en otras relaciones, y desde allí vuel-ven a esa conexión o se conducen a otras realidades.

El proceso actual de trasformación de la elaboraciónde ideas, el paso del pensamiento moderno al pensamientoposmoderno, no sería simplemente un cambio de paradig-ma basado en el escepticismo respecto de la validez uni-versal del discurso racional y científico, sino que afecta elfundamento mismo del discurrir. Al haber sido afectadoel sistema de creencias en el que se desarrolla la raciona-lidad occidental sin reemplazarlo por otro, se provoca unaprofunda crisis de orientación. Cuando la naturaleza semuestra rebelde al afán fáustico del saber omnipotentede los modernos y luego de la elaboración de la Teoríadel caos (por lo que el orden resulta ser un caso especialdel desorden), la contingencia se convierte en un elemen-to esencial de nuestra actual visión del mundo. Hasta lateoría matemática del caos los sistemas caóticos de los quese ocupaban los científicos se comportaban de un modoregular, previsible.

Sin embargo, se demuestra que estos sistemas no soncalculables de antemano, pues mínimos cambios en lascondiciones iniciales provocan efectos varias veces amplia-dos de resultados imprevisibles. Esta realidad que exhibeun rostro oscuro, o al menos paradójico, es más aborda-ble desde un pensamiento estético. Porque “no sólo la ra-zón occidental abre sin cesar nuevos abismos de ignoran-cia, sino que también su hija dilecta, la verdad supuesta-mente intemporal, resulta ser hija del tiempo, nuestro pen-samiento sufre una transformación en sus mismos princi-141 Richard Rorty, Contingencia, ironía y solidaridad, Paidós, Barcelona,

1989.

Page 184: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

200

pios”.142 Cuando los juegos del lenguaje y los modelos se des-moronan se abre un abismo insuperable, conflicto funda-mental donde la heterogeneidad, el no modelo, es el modelo.

La experiencia posmoderna de la verdad, que Vattimoidentifica con la posmetafísica heideggeriana, es una

experiencia estética y retórica (…) que nada tiene que ver conla reducción de la verdad a emociones y sentimientos subje-tivos, sino que más bien debe reconocerse el vínculo de la ver-dad con el monumento,143 la sustancialidad de la transmi-sión histórica, (para concluir que) desde el punto de vista es-tético la experiencia de la verdad significa también aceptarque ésta tiene que ver con algo más que con el simple sentidocomún, sino con un sentido más intenso, sólo del cual puedederivar un discurso que no se limite a duplicar lo existentesino que conserve también la posibilidad de poderlo criticar.144

Como ya ha sido señalado, el posmodernismo, en loque a arte se refiere, presenta una constelación de estilosy tonos en todo el campo cultural, dando lugar al pasti-che, al vacío, mezclando niveles, estilos y, en su sentidode agotamiento, muestra gusto por la copia y la repeticióny es autorreferencial en cuanto a su rechazo de la historiay de la idea de vanguardia. El posmodernismo es un artede la erosión; su amalgama de estilos ha penetrado deci-didamente la arquitectura, la novelística, la pintura, lapoesía, la planificación urbana, el teatro, la música, losmedios masivos de comunicación. En artes plásticas des-tacan los nombres del serigrafista Robert Rauschenberg yel último Andy Warhol; en arquitectura cabe señalar aRobert Venturi así como a los autores del edificio AT&T

142 H. R. Fischer, El Final de los grandes proyectos, Gedisa, Barcelona,1997.

143 “Monumento”, en tanto hecho fúnebre destinado al recuerdo de algoo alguien a través del tiempo, “no la copia de una vida plena, sino lafórmula del recuerdo destinado a desafiar al tiempo”, según Heidegger.

144 G. Vattimo, 2000, op. cit.

Page 185: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

201

de N.Y. Philip Johnson y John Burgee; en música a DavidByrne; el novelista inglés D. M. Thomas (The White Hotel)y el americano Tom Wolfe; en cine, entre otros, es impo-sible dejar de citar a Almodóvar y a Tarantino, dos expo-nentes de la cinematografía de la “lógica del simulacro”posmoderna, aunque muy diferentes entre sí, compartenla estilística de imitar, de reconstruir simulacros (que losmismos directores se encargan de hacer bien evidentes)sobre otros autores de cine o de la literatura.

La obra posmoderna hace hincapié en la arbitrariedad,se vuelve fractal, segmentaria, se yuxtapone y se interrum-pe a sí misma para recombinarse, y todo ello sin ilusio-nes. Donde antes hubo pasión, o ambigüedad, ahora haycolapso del sentimiento. La belleza, privada de su podercrítico en la era del embalaje atractivo, se ha reducido aun elemento decorativo de la realidad. El crítico ToddGitlin opina que el modernismo hizo pedazos la unidad yel posmodernismo ha gozado con los jirones, mezclándo-lo y asociándolo, de modo intencional.145

Esta mezcla, casi aleatoria, de estilos literarios, musica-les y plásticos surge de una estética emergente del derrum-be de la ideología del estilo del auge modernista, que nopudo mantener la hegemonía de su criterio. El agotamien-to de las vanguardias es compensado por la incorporacióncreciente de la tecnología en el arte, el que también, no pu-diendo anticipar el futuro, desempolva estilos del pasado ylos renueva, exagerándolos y siguiendo una cierta tenden-cia kitsch, mezclándolos, quitándoles el alma, quizá. Y sinculpas, ya que el propio artista ha resignado su propio es-tilo personal, cuando la heterogeneidad es la norma y lafragmentación un estilo en sí mismo. Una estética fractal,en definitiva, autorreferencial y complaciente.145 T. Gitlin, artículo “La vida en el mundo posmoderno”, en la revista

electrónica mexicana Facetas, N.°90, año 1990, en sitio web http://www.mty.itesm.mx.

Page 186: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

202

Page 187: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

203

Malestar en la filosofíadel siglo XXI

Observamos observaciones

y describimos descripciones

Niklas Luhmann

Existen en la actualidad dos tendencias filosóficas que seocupan de lo político y lo social. Por un lado tenemos alos comunitaristas, representados por Charles Taylor,Alasdair MacIntyre y Michael Walzer, y, por el otro, a losuniversalistas (o liberals) cuyos principales representantesson Jürgen Habermas, John Rawls y Ronald Dworkin. Enambos casos se trata de pensadores ocupados en anclarlos derechos a determinadas sociedades que articulenespecíficamente las diversas expectativas y capacidades delos individuos. A este tema global se ha agregado, a tra-vés del pensamiento posmoderno, la cuestión del multicul-turalismo, que implica la búsqueda de criterios a adoptarpara asegurar la convivencia entre culturas y etnias dife-rentes, que en algunos casos se rigen por valores contra-puestos. El punto en esta cuestión es como preservar laigualdad y las mismas oportunidades a individuos perte-necientes a pueblos y culturas diferentes.

La discusión se extiende al punto de definir si una so-ciedad liberal debe respetar de igual manera a aquellos gru-pos étnicos que no reconocen los derechos de los demás.Algunos pensadores, en general provenientes de la corrienteuniversalista, sostienen que el proceso de globalización ha

[203]

Page 188: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

204

ido modificando la forma de vivir y de pensar; tanto es asíque no sólo se están creando estándares de consumo co-munes, sino también sociales y culturales.

Sin embargo, como dice el profesor italiano RemoBodei, el hecho de que un japonés beba Coca-Cola no haceque se vuelva más norteamericano de lo que se vuelve ja-ponés un norteamericano por comer “sushi”.146 Más aún,deben tenerse en cuenta las fuerzas de fragmentación, deaislamiento centrífugo, que se han ido creando como re-chazo a la globalización y a su tendencia de unificacióncultural: del mismo modo que aumenta la tasa de inte-gración entre algunos continentes y pueblos, también seincrementa el esfuerzo de algunas etnias y países porzafarse del pensamiento único que impone el procesoglobalizador. Surgen, de este modo, resentimientos haciala potencia hegemónica, sobre la base de fanatismos reli-giosos o de orgullos étnicos que también rechazan el mo-delo individualista y consumista del neoliberalismo. Sinduda estas tendencias, que a veces asumen la agresión,pueden estar alimentadas por sentimientos de inferioridad,por miedos a la pérdida de personalidad y de soberanía,lo que lleva a reforzar su propia identidad que se consi-dera amenazada o despreciada.

Los criterios del universalismo, modernos por antono-masia, se basan en presupuestos metafísicos que el posmo-dernismo ha relativizado, por decir lo menos. El desencan-to escéptico respecto de la posibilidad de existencia de fun-damentos universales que definen y guíen a la humani-dad ha dado lugar al énfasis moderno respecto de la plu-ralidad, del respeto de la diversidad y la autonomía de lasdistintas culturas. Baudrillard caracteriza la tendenciahomogeneizadora que estigmatiza lo diferente como anó-malo y no remisible a la unidad, y los define como “simu-lacros” creados por la sociedad de consumo y los medios146 Remo Bodei, La filosofía del siglo XX, Alianza Editorial, Madrid, 2001.

Page 189: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

205

masivos de comunicación. Como ya fuera dicho, los pos-modernos desconfían de la razón universal que impusola modernidad, sospechando de ella como voluntad depoder encubierta.

En la actualidad, luego de la caída del Muro de Ber-lín, los liberals son prácticamente los únicos que se enfren-tan con fuerza a la filosofía posmoderna. En efecto, la de-fensa de la modernidad ha quedado en manos de Rawlsy de Habermas. La alternativa al recurso de la fuerza parala solución de conflictos, así como a la práctica de exte-nuantes negociaciones en las que gana el más poderoso,está representada por el doble método moderno contem-poráneo: la “acción comunicativa” de Habermas y la “teo-ría de la justicia” de Rawls, que en las sociedades demo-cráticas presentan soluciones sociales en un esquema ca-racterizado por la pluralidad de poderes y la diversidadde valores en competencia. La crítica posmoderna al tán-dem Habermas-Rawls se centra en que muchas veces ladistancia entre las partes contendientes son insalvables,por lo que “quien convence no vence o quien vence no con-vence”, lo que da lugar a la manipulación o la violencia.

Jean-François Lyotard critica los resultados de la bús-queda de concensos que propone la “acción comunicativa”e intenta mostrar los límites culturales e históricos de la“teoría de la justicia”. Este pensador posmoderno se defi-ne realista al proponer, por el contrario, el encuentro entredisensos, el intento de lograr arreglos en la discrepancia yla diferencia, aunque sin tener demasiadas ilusiones. Labase de esta crítica es que las tesis de Habermas y Rawlsconducen al error, porque se apoyan en reglas que son, su-puestamente, válidas en lo universal y para todos los posi-bles juegos lingüísticos; es decir, son ahistóricas. ParaLyotard, la perspectiva emancipadora que proponen losmodernos es ilusoria. Tenga o no razón este filósofo fran-cés, a lo que se asiste en la actualidad es a la propensión a

Page 190: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

206

asumir casi exclusivamente compromisos blandos, es decirrevocables, que finalmente no comprometen en absoluto.Este tipo de compromisos han sido descritos por el pensa-dor liberal norteamericano Nozick (que se ubica a la dere-cha de Rawls) como non-binding commitments, lo que debi-lita el sentido de responsabilidad y hunde sus raíces en elfrágil suelo de la pérdida de valores, a lo que se ha hechoamplia referencia en los capítulos iniciales de este libro.

La ética de la responsabilidad, que fue una guía efi-ciente para individuos comunes, gobernantes, formadoresde opinión y sociedad en general, desde la descripción deMax Weber, ha quedado diluida por la variabilidad de lasvaloraciones del hombre posmoderno. Las preferenciasindividuales y la identidad personal no presentan anclasen opciones pasadas, o tradicionales. Esto manifestaríauna suerte de “infidelidad hacia sí mismo”, junto a unamayor libertad individual que acompaña un progresivoaislamiento social, como lo define Nozick. En efecto, elhombre estaría a la vez más libre y más solo, y se aísla dela dimensión pública para parapetarse en la esfera priva-da. Bodei ubica en el ablandamiento de los lazos familia-res, de la comunidad vecinal, del grupo o de la clase so-cial, ese aislamiento del individuo.

El profesor de Harvard Hilary Putnam (Chicago, 1926- )nos aclara sobre la utilidad de la filosofía basándose en elconcepto moderno proveniente del Renacimiento: “la fi-losofía tiene el importante papel de fundamentar nuestrascreencias”. Y esto es posible por la capacidad de adecua-ción de nuestro conocimiento a la realidad, de una corres-pondencia unívoca entre el pensamiento y el mundo, loque el posmodernismo ha puesto en duda. En todo caso,lo que no puede contestarse es que necesitamos, al menos,ciertas hipótesis para conducirnos en el mundo aunque,como dice Wittgenstein, no exista un solo lenguaje comoafirmaba el empirismo sino una multitud, cada uno con

Page 191: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

207

su propio conjunto de reglas de funcionamiento y aplica-ción. Sin embargo, cuesta aceptar que no existan jerarquíasentre esa multiplicidad de lenguajes. Putnam sostiene quela función de la filosofía no consiste en dar con la respuestaa la pregunta de qué es lo que realmente existe o inventarun método que le brinde a los que están seguros de susconvicciones el fundamento de su seguridad, sino un in-tento de proporcionar imágenes del hombre en el mundo,significativas, importantes aunque discutibles, salvando lasintuiciones del sentido común y preservando nuestro sen-tido del misterio. No se trataría de ofrecer soluciones sinode desarrollar la sensibilidad en tanto capacidad paraapreciar la dificultad y profundidad de los problemas quenos planteamos, lo que significa ser hombre. Esta tarea lacomparte la filosofía con otras disciplinas, como la moraly el arte. Así, Putnam coincide con Wittgenstein en el sen-tido de que la filosofía no debe proporcionar explicacio-nes sino interpretaciones, sin traicionar el sentido común.Manifiesta que las teorías científicas o morales al ser hu-manas son falibles, pero no quiere decir que sean arbitra-rias, por ello rechaza el relativismo de Rorty y de losposmodernos, en general. La decepción, el malestar quese instala en la filosofía del siglo XXI, tendría que ver conesperar, desde el pensamiento clásico moderno, lo que lafilosofía no debe ni puede ofrecer: soluciones. Lo que noquiere decir que pueda haber progreso en esa disciplina,como en cualquier otra: “la habilidad que uno tenga paraprogresar en filosofía depende sobre todo de la continuadisposición para examinar los fundamentos de las propiasconvicciones filosóficas”.147

No son pocos los intelectuales que reclaman al pensa-miento posmoderno falta de sensibilidad social y de crite-rio político, por lo que lo condenan a una simple transición147 H. Putnam, Realism with a human face, Harvard University Press,

Cambridge, 1992.

Page 192: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

208

antes del resurgimiento moderno, al menos en lo político yespiritual. Según el escritor argentino Abelardo Castillo “laposmodernidad es, en el mismo sentido de Lyotard, un re-lato (un relatito), una fábula que no es otra cosa que unaideología aunque sin la grandeza de los relatos históricosde las emancipaciones sociales y, en el fondo, nada más queuna expresión de grupos de poder”. Continúa Castillo pre-guntándose “¿qué es lo que nos están diciendo en suma?:dejemos las cosas como están, así están bien, tenemos el po-der, tenemos nuestro auto y nuestra televisión, entramos eninternet, ya nos peleamos bastante los unos a los otros paraconseguir un lugar en la fiesta del milenio ¿Pero… y los po-bres del mundo?”. El intelectual argentino concluye que “lanueva época de la humanidad, a la que algunos insistenen llamarle la posmodernidad, no es la informática y susefectos, no es la globalización del mercado sino el conjuntode catástrofes (no sólo la ecológica) que amenazan ¡a to-dos! con poner fin a la humanidad”.

No debemos terminar este capítulo sin hacer una refe-rencia breve a la Teoría de la Justicia de John Rawls (deu-dor de la sociedad abierta de Popper) y la crítica posmo-derna. En la Teoría de la Justicia, el individuo y la socie-dad afinan sus estrategias asignatorias de mercado en unmarco contractual clásico. Para conciliar lo privado y losocial, hallar un punto de equilibrio en la estructura so-cial y su sistema distributivo, proporciona pautas compe-titivas que son aplicables a la economía de mercado. Setrata de un punto abstracto de referencia, sobre la basede una constitución política ideal y de un sistema de mer-cado perfecto, al que una sociedad se acerca aplicando elprincipio de fairness (equidad, imparcialidad). Nozick (dis-cípulo intelectual de Hayek), por su parte, es pesimista res-pecto de la justicia distributiva de Rawls y aboga por unEstado mínimo, hobbesiano, donde el comando social que-

Page 193: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

209

daría a cargo del equilibrio natural del mercado. TantoRawls como Nozick son considerados neocontractualistasy modernos.

Por su parte, Rorty, posmoderno y neopragmático, pre-gona que una verdadera cultura liberal debe olvidar suprincipismo transhistórico (Hayek, Popper) y tomar comomodelo a la civilización noratlántica contemporánea, el“nuevo patriotismo moral que apunta a una nueva y me-jor civilización global”, y cuya ispiración le viene de los“filósofos edificantes” Wittgenstein y Heidegger. Apoyán-dose en Derrida, Lyotard y Gadamer, Rorty afirma “queel nuevo pragmatismo debe deconstruir, de una vez portodas, a todas las grandes estructuras públicas de domi-nación”, y ofrece fundar las bases diagonales de un “nuevoorden posnacional” de donde desaparecería la estructu-ra, supuestamente, opresiva del Estado-Nación. Esto apor-ta sustento ideológico a las políticas de desnacionalizacióny a las megaprivatizaciones, que con tanta eficacia hemosaplicado en la gran mayoría de países de América Lati-na. Al entregar al poder privado los ejes decisivos del po-der, al licuar el Estado en los juegos sinonímicos del neo-liberalismo, al aceptar explícitamente la universalidad delpragmatismo tecnocrático posmoderno, con su olímpicodesinterés por lo político y administrativo-público, se pre-para el campo propicio para la nueva “racionalidad” dela aldea global.

Page 194: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

210

Page 195: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

211

Capítulo IV

Resumen y resultados

Page 196: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

213

Dios ha muerto, Marx ha muerto,

y yo mismo no me siento muy bien

(graffiti en La Sorbonne, Mayo 1968)

A manera de introducción a estas conclusiones, valganunas consideraciones generales, como sigue:

La posmodernidad es el clima cultural que manifiestala crisis de la razón, el quiebre de la tradición social, elabandono del sujeto al individuo narcisista. El hombreposmoderno se da cuenta que Prometeo no es otro queSísifo, por lo que muda de nombre y se convierte en Nar-ciso: poseemos la fuerza (la razón, el rayo robado a Zeus)para empujar la piedra hacia la cima (modificar el mun-do), pero como ésta es inalcanzable (imposibilidad de co-nocer) conviene renunciar a la labor (actuar sobre la rea-lidad y dejar trazos históricos) y disfrutar de la vida sinprejuicios.

El individuo moderno se caracteriza por una identidadsólida y duradera en el tiempo y actúa persiguiendo unobjetivo una vez que ha fijado su proyecto, en tanto el in-dividuo posmoderno presenta una identidad móvil yreciclable, acostumbrado a vivir experiencias fragmenta-rias que lo han enfrentado a la distancia insalvable exis-tente entre ideales y su realización efectiva. En nuestrostiempos blandos, sin embargo, se perciben muchas seña-les que rechazan la “entrega posmoderna” y buscan una

[213]

Page 197: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

214

suerte de reestabilización a través del establecimiento depuntos de referencia que la mayor parte de las veces sonreligiosos, étnicos o culturales. Sin duda presenciamos unarenovada necesidad de arraigo del individuo, pues, comoopina Bodei, “la identidad individual desciende siempre,a través de miles de hilos, de la identidad colectiva y que,incluso, es impensable sin ésta”.148

El proceso actual de trasformación de la elaboraciónde ideas, el paso del pensamiento moderno al pensamientoposmoderno, no sería simplemente un cambio de paradig-ma basado en el escepticismo respecto de la validez uni-versal del discurso racional y científico, sino que afecta elfundamento mismo del discurrir. Al haber sido afectadoel sistema de creencias en el que se desarrolla la racionali-dad occidental sin reemplazarlo por otro, se provoca unaprofunda crisis de orientación. Cuando la naturaleza semuestra rebelde al afán fáustico del saber omnipotente delos modernos y luego de la elaboración de la teoría del caos(por lo que el orden resulta ser un caso especial del desor-den), la contingencia se convierte en un elemento esencialde nuestra actual visión del mundo. Hasta la teoría mate-mática del caos, los sistemas caóticos de los que se ocupa-ban los científicos se comportaban de un modo regular,previsible.

Con todo, concluimos que la fundamentación teórica delposmodernismo aún está en construcción, por lo que la ex-presión de ideas en términos posmodernos suele ser efíme-ra o debe ser tomada como provisoria. Sin embargo es ne-cesario considerar, desde una estricta lógica posmoderna,que estas concepciones pasajeras, contradictorias y para-dójicas, no hacen otra cosa que reflejar el mundo y encuen-tran su justificación en la aceptación del caos. Al derrum-barse el paradigma más deseado de la voluntad, la política,

148 Remo Bodei 2001.

Page 198: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

215

ya no hay ideales proyectados al futuro, la esperanza dejasu lugar al nihilismo del presente continuo, y el vacío desentido corre el serio riesgo de llenarse de indiferencia sis-temática. La apatía nos evita la angustia de no poder, aun-que no el pesimismo ni la sensación de absurdo. Se hacenecesario calmar la ansiedad del que se agita sin moversedel lugar con una bulimia de sensaciones; poco importa sison de origen real o virtuales, lo que se requiere es un ex-ceso de excitación que sature este presente que se resiste aser pasado. Y como el hiperrealismo del presente, para po-der ser asido, necesita de atención dispersa, se termina porconfigurar un marco social donde las cuestiones públicasse vuelven “ambiente”, o “cierto clima” que no ocupa nipreocupa sino que es tomado como signo de los tiempos.El individualismo liberado, como nunca antes, de los en-cuadres de masa o de ideales (la canalización social), diolugar a un capitalismo altamente permisivo y poco previ-sor, donde se han acelerado las experimentaciones libera-les con gran desapego de lo social.

Este clima, más tarde o más temprano, fue despertan-do reacciones violentas que en el comienzo siempre son in-dividuales (como la explosión de delincuencia juvenil). Sila sociedad entra en estado de incertidumbre, se siente ame-nazada (si no hay un “bien” universal, ¿qué dirección to-mar?), al mismo tiempo está huérfana de fe en los valoresmodernos de la razón, la solidaridad, la política, y todo elloen un caldo de cultivo alimentado por pensadores nihilistas;lo que parecería anunciarse no sería demasiado distinto alreclamo de orden y protección que siguió a la primera Gue-rra Mundial. ¿Qué ruta alternativa nos puede ofrecer elrepudio de la razón en los asuntos humanos?

Si todo intento secuencial de explicar el mundo seráfallido y toda tentativa de yuxtaponer argumentos seráincompleta, lo que ha fracasado en todo caso es una ciertaconcepción de la modernidad, no la razón en sí misma.

Page 199: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

216

Bien es cierto que la razón no alcanza para explicarlo todo(concepto que es un gran aporte a Occidente del pensa-miento posmoderno), ello no implica la renuncia a cam-biar el mundo. Es aún temprano para saber si vencerá labarbarie o si resurgirá una nueva modernidad, que se lla-mará posmodernidad, en tanto este pensamiento logre li-berarse de su pesimismo reaccionario para dar rienda alo que de progresista lleva en su sangre.

Se ha afirmado que la angustia era una característicadel individuo moderno, en tanto la posmodernidad pre-senta la preponderancia de la ansiedad. Estas dos varia-bles, en su carácter no-patológico, definen gran parte dela personalidad del hombre según el pensamiento prepon-derante en su época. La angustia moderna apremia al in-dividuo y se define como un estado de inquietud, de aler-ta, de cierta zozobra, obliga a tomar conciencia de la tem-poralidad y de la fragilidad del ser, exige mantenerse aten-to y da consistencia al individuo. La angustia se vuelveenfermedad cuando en lugar de jugar a favor de la exis-tencia, paraliza, ensombrece al hombre. La angustia hasido definida por innumerables pensadores modernoscomo el motor de la filosofía.

Por su parte, la ansiedad se presenta como un desaso-siego íntimo ante la necesidad de desprenderse urgente-mente de la situación que se está viviendo sin tener la cer-teza de que la nueva situación será mejor, y se caracteri-za por el apresuramiento y la insatisfacción, por la impro-visación que impone el apurarse, por la falta de horizon-te. Se ansía viajar, poseer bienes, salud, hijos, etc. La neu-rosis de ansiedad produce los llamados panic attack, pato-logía tan presente en nuestros días, fobias que en nuestraera se intentan combatir con Prozac y sustitutos de nue-va generación. Resulta significativo este reemplazo en eltiempo: mientras la angustia se relaciona con el principiode individuación, la ansiedad atañe a la fugacidad del

Page 200: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

217

tiempo, en tanto preocupación para estar preparado másque por lo que se avecina (en su imaginario) que por larealidad presente.

A pesar de la reivindicación posmoderna de la liber-tad en el arte, su ligazón a la ideología neoliberal lleva aun democratismo “que se contenta con reivindicar las másblandas y vagas categorías del consenso, para el cual todatentación de ruptura es inmediatamente excluida” (Bodei2001). Así, en épocas de consumismo, el cliente es el juezsupremo de la calidad artística, de su pertinencia: por ello,para tener éxito basta para la literatura ser el único, “li-mitarse a reproducir la ideología, los valores y la situaciónsocial, étnica o cultural de su público”, su clientela. Porlo que “el artista deja de ser el artesano en lo que lo habíatransformado la era industrial para volverse una especiede pequeño empresario (…), cuentapropistas aislados quesuministran su mercancía de acuerdo con las demandasdel mercado (…)” (Bodei 2001). El mercantilismo en arteno es nuevo, sólo que antes lo que era considerado envi-lecedor, “con su religión del público, su rechazo de la oscu-ridad y de la complejidad formal, el posmodernismo dehecho legitima”.

Respecto de la reivindicación posmoderna de mul-ticulturalidad, citamos al filósofo chileno Martínez Bonati,cuando opina que parecería que tienen la razón quienessostienen que no puede haber sociedades multiétnicas,porque no puede haber concierto social sin normas fun-damentales comunes. Lo que sí existen son sociedades enlas que viven, bajo la norma de la mayoría, grupos queaspiran a otro orden fundamental. Pero “¿no ha sido estacondición de conflicto cultural una característica propiade Occidente en toda la era moderna, y quizá desde uncomienzo? Lo que la historia de nuestra cultura muestraen todo momento es el conflicto interno, su condiciónescindida y antagónica, autocrítica y nunca verdadera-

Page 201: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

218

mente monolítica”.149 Nuestra civilización, celebrada in-genuamente por algunos tradicionalistas como si constitu-yese una totalidad coherente, “occidental y cristiana”, hasido desde sus comienzos la mezcla inestable de racio-nalismo clásico y una fe religiosa que, si queremos verla sólodesde un punto de vista histórico y atendiendo a su preci-sa configuración mitológica primera sin considerar su ins-piración sobrenatural, es el fruto de tradiciones del Orien-te cercano. Nuestra cultura de la modernidad representael inseguro predominio del racionalismo sobre los elemen-tos mítico-arcaicos de la tradición religiosa. El pensamien-to posmoderno aboga por la admisión en pie de igualdadde muchas culturas y doctrinas, que es lo que reduciría latensión ingénita de nuestras sociedades: en un campo demúltiples antagonismos los conflictos perderían fuerza.

Sin embargo, se advierte que las prácticas culturalesminoritarias ajenas que ofenden a la sensibilidad moraldominante no son toleradas ni siquiera en las más libera-les y tolerantes sociedades contemporáneas. MartínezBonati destaca que en los Estados Unidos se ha prohibidola práctica de ritos sangrientos con animales en ciertas ce-remonias religiosas del vudú haitiano, aunque en publi-caciones académicas se trata a esta religión con todo el res-peto y aun simpatía que merece a estos autores la fe deotras comunidades, en especial si son subdesarrolladas. Delmismo modo las leyes norteamericanas prohíben, como seha hecho recientemente en varios países africanos (con di-ferentes suertes), el popular y sacramentado uso de lamutilación genital de las niñas. Si bien son prácticas reli-giosas que pueden comprenderse dentro del contextosociocultural en que han surgido, en el Occidentte desa-rrollado son consideradas prácticas aberrantes.

149 Félix Martínez Bonati, artículo “La retirada de la razón”, en Revista deFilosofía de la Universidad de Chile, N.o 13, Santiago de Chile, 2000.

Page 202: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

219

Es evidente que no se pueden dejar de condenar lossacrificios rituales, por el mero hecho de su antigüedadcultural, los mismos que siguen vigentes todavía en algu-nas comunidades remotas. Por ello la tolerancia terminaallí donde lo esencial de una cultura empieza a ser afec-tado: la distinción entre el bien y el mal, entre lo sagradoy lo profano, los valores e ideales que constituyen la cul-tura dominante. “Vemos con aprobación que se abrazanel Papa y el Gran Rabino, que el patriarca ortodoxo y elarzobispo protestante reciben afectuosamente al bonzobudista e intercambian saludos con el Imán, y que dialo-gan constructivamente teólogos musulmanes, judíos y cris-tianos. Pero no podemos olvidar que, para cada uno deellos, de acuerdo a las teologías que definen sus diferen-cias, los otros están en el error de la incredulidad, la he-rejía, o la superstición”(Bonati 2000). El resentimiento dela distancia social, o de la inferioridad económica-política,lleva a las comunidades minoritarias, a los pueblos menospoderosos, a acentuar su identidad étnica, a esforzarse en re-generar estrechos vínculos con su liderato religioso y, enuna manifestación extrema, a una militancia dispuesta al en-frentamiento bélico que puede comenzar manifestándosecomo terrorismo.

Queda claro, pues, que en nuestra contemporaneidadnos sentimos dispuestos a aceptar prácticas contrarias anuestros valores más sagrados, aunque ellas provengan delos valores sagrados de otros y que la tolerancia mutua nopuede obtenerse mediante la acentuación de las diferen-cias culturales, sino a través de su superación. La toleranciaes un fruto superior de nuestra cultura occidental, peroeste principio difícilmente puede ser llevado al máximo deuna neutralidad universal, ya que no todo puede (o de-bería) ser tolerado. Así, resultan intolerables las conduc-tas antisociales y destructivas, las violaciones a los dere-chos humanos, etc. Hay valores de nuestra civilización que

Page 203: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

220

no podemos relativizar, y entre ellos está la tolerancia (re-lativa) misma, “que todavía necesita mucho cultivo, correc-ción y ampliación, pero que ya ha llegado a ser digna dedefensa, y que, si acepta indiferente su negación, se expo-ne a sucumbir. Para salvarla, no podemos ceder a la ten-dencia niveladora de nuestra época, sino defenderla acti-vamente”.150 Esto supone combatir en el terreno intelectualy moral, aunque debamos respetarlos en el legal, los llama-dos a la intolerancia del fanático y condenar dogmatismosagresivos. Es imperativo, pues, si queremos promover la li-beralidad, rechazar aspectos esenciales de otras culturas asícomo los atavismos totalitarios de la nuestra.

De este modo, “la bandera multiculturalista es enarbo-lada, o arrebatada, por una corriente doctrinaria que tie-ne los rasgos familiares de la edificación demagógica”(Bonati 2000). Estas convicciones o pseudoconvicciones“correctas” no son las certezas que podrían llevarnos a unasociabilidad mejor. Más bien, son certezas emocionales yeconómico-sociales de individuos y grupos, y que se tien-de a confundir con genuinas pasiones altruistas. “El sue-ño de la razón produce monstruos” inscribe Goya en unode sus grabados: “¿Significa este dictum cuando la razónno vela, desatinos de oscuro origen toman la plaza, o bienque la razón misma, al entregarse a sueños utópicos, en-gendra proyectos en último término desastrosos? Ambasinterpretaciones admiten aplicación a los procesos intelec-tuales que comento”. Es notable que muchos seres huma-nos con buen nivel de educación, sin importar raza nicreencia, comparten un modo de vida y una visión de lascosas determinados por la ética del pensamiento crítico. Sinembargo, esa ética se ha vuelto inestable a partir de la di-fusión de la multiculturalidad posmoderna, proclive a ladisolución de toda certeza. Martínez Bonati concluye que“este futuro sin la diversidad de las culturas y religiones150 F. Martínez Bonati, artículo citado.

Page 204: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

221

tradicionales es, pues, improbable. Es más bien de esperarque el incesante proceso histórico de la reinterpretación delos textos sagrados, a que están sometidas, como empre-sas humanas, todas las teologías, lleve a una feliz conver-gencia que haga de la multiplicidad cultural un conjuntode diferencias irrelevantes en lo ético” (Bonati 2000).

Con relación a la extensión de la experimental Teoría delcaos a prácticamente todos los dominios del conocimientohumano, convendría hacer algunas precisiones. En efecto,en el ámbito de las reflexiones sociológica y política ha co-menzado a aparecer el discurso del caos como nuevo hori-zonte interpretativo, que intentaría explicar procesos de altacomplejidad como las transiciones y las crisis políticas y eco-nómicas. ¿Será factible, o válido, utilizar la Teoría del caos,aún incipiente disciplina, para explicar estos procesos? SiDios no juega a los dados, como dijo Einstein, debería serposible encontrar las regularidades de lo irregular, lo con-gruente de la incongruencia, el orden del desorden, que noes otra cosa que encontrar el sentido en el sin sentido.

Resulta imprescindible ubicar a la Teoría del caos enel lugar que le corresponde respecto de su influencia so-bre el pensamiento social y político. No siempre se puedeextrapolar un concepto de la física-matemática a otroscampos, así como también es un error confundir el signi-ficado científico de la palabra caos (o lineal) con su senti-do coloquial. El sistema en el cual existe una alta sensibi-lidad a las condiciones iniciales se denomina “caótico”.Pero no quiere decir que estos fenómenos sean irracionaleso que no estén regidos por determinadas leyes. Si a causade su sensibilidad a las condiciones iniciales sus resul-tados se vuelven imprevisibles o muy poco previsibles, po-dría ser a causa de la imprecisión en el conocimientode los datos iniciales. Además, como dice Sokal, el objeti-vo de la ciencia no es sólo predecir sino también compren-der: “no es lo mismo determinismo que predictibilidad;

Page 205: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

222

el determinismo puede existir sin predictibilidad, ya queel determinismo depende de la naturaleza y la predeci-bilidad de nosotros”.151

La impredecibilidad determinista, si se nos permite elgiro contradictorio, sostiene la idea de indistinción entrerealidad y ficción. Esta vigencia de la moda intelectualposmoderna en la universalidad ha sido claramente ata-cada por Hobsbawm: “… hacen que todos los hechos queaspiran a una existencia objetiva sean, simplemente, cons-trucciones intelectuales, por lo que no existe ninguna di-ferencia clara entre los hechos y la ficción. Pero en reali-dad la hay y, para los historiadores, incluidos los antiposi-tivistas más acérrimos de entre todos nosotros, es absolu-tamente esencial poder distinguirlos”. Debemos, sin em-bargo, coincidir con el pensador español Antonio Escoho-tado que posiblemente el azar irrumpe creativamente enuna realidad en desequilibrio, y fomenta la innovación:“de ahí que ahora interpretemos el desequilibrio como unestado de apertura y la disipación como una fuente estruc-turante”.152 Esto, indiscutible en el campo del arte, ¿lo serátambién en el de las ciencias sociales?

Si para los griegos lo inmanente era la forma (este-ticismo), para la modernidad lo eterno es la ley. La propor-ción áurea descubierta por los griegos explicaba las olas delmar, las formas de los moluscos y el Partenón. Para Newton,gravedad (que es algo dado) y fuerza gravitatoria (que esalgo supuesto), es lo mismo, ya que la realidad es la ley. Enlos orígenes de la modernidad la consigna no era entendersino dominar, para lo cual había que simplificar, idealizary profetizar. Si los cálculos no cierran no se puede retocarla realidad. Por ello lo complejo era despreciado por caóti-co. Como un resabio de aquellos orígenes, cuando en 1927

151 A. Sokal. Citado en artículo “Actitudes críticas hacia la posmo-dernidad”, en el sitio web www.multitextos.com/articulos/caos.

152 A. Escohotado, Caos y orden, Espasa, Madrid, 1999.

Page 206: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

223

se presenta la Teoría cuántica hasta Einstein habla de “en-cantamiento”, de teoría intuitiva. Pero es que había discor-dancia entre el marco teórico y la observación de fenóme-nos y, aún hoy, la mecánica cuántica no puede hacer con-ducir el comportamiento microscópico con el macroscópico,siendo que ambos pertenecen al mismo universo. Esto noimplica la imposibilidad de conocer, de entender, lo que noes controlar ni dominar.

Se concluye que lo que se debe dejar de lado es elinfalibilismo dogmático y el deseo de imponerse a la na-turaleza de las cosas: el terror al vacío hizo descartar dela matemática euclidiana al cero. Puede que al ser huma-no le falte la imaginación, pero no a la naturaleza, por loque es necesario abandonar la idealización moderna dela ciencia (lo cual es un aporte del posmodernismo), lo queno implica caer en la irracionalidad: ¡ni la más potente delas computadoras puede definir la mejor jugada en aje-drez, no obstante que hay un número limitado de posi-ciones para las meras treinta y dos piezas en el exiguo ta-blero de sesenta y cuatro casilleros! Matrix está muy lejostodavía (por el momento es imposible).

Page 207: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

224

Page 208: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

225

La modernidad:¿Proyecto inacabado?

No se podría haber arribado a lo posible

si no se hubiera apuntado a lo imposible

Max Weber

El término modernidad se refiere al orden social que sur-gió tras la Ilustración y caracteriza una época signada porun dinamismo sin precedentes, el rechazo de las tradicio-nes por el imperio del “progreso” sobre la base de la “ra-zón” como promotor de la libertad. De su misma esenciasurge el malestar posterior fomentado por el optimismofrustrado y las dudas sobre su eficacia social. La racio-nalización de la vida moderna finalmente recortó las alasde la libertad, pese a sus logros científicos y tecnológicosy del emergente social de la democracia liberal. En defini-tiva, el término modernidad aplicado a lo social, econó-mico y político tal como lo entendemos hoy, como acu-mulación de todos estos procesos, proviene de la posgue-rra. Esta modernidad está indisolublemente ligada al mo-delo norteamericano, que según expertos occidentales nomarxistas (incluso europeos) era exportable como modelode desarrollo para los países no desarrollados. El modelofue descripto a mediados del siglo XX por Rostow (Las eta-pas del Crecimiento Económico): un país habría acumu-lado suficiente impulso económico para el despegue mo-dernizador cuando haya satisfecho ciertas condicionesy cumplido una serie de etapas; para ello debe existir un

[225]

Page 209: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

226

mercado de trabajo, medios mecánicos de producción,energía disponible y organización empresarial.

Tanto Max Weber como Emile Durkheim ponen demanifiesto otro aspecto ligado a la modernidad y al capi-talismo, cuestiones relacionadas con la tradición, religióny la cultura emergente. La modernidad sustituye las rígi-das normas de la cultura tradicional y la autoridad por otrasrelacionadas con la eficiencia en la producción de lo quesea (bienes comerciables, servicios como la educación y elturismo, industria del entretenimiento, etc.). En lo que haceal sujeto, la modernidad cuestionó las formas convencio-nales estableciendo sus propias autoridades basadas en laciencia, el desarrollo, las leyes o la democracia, e incluso,también se altera el “yo”: en la sociedad premoderna laidentidad se recibe de la tradición (se hereda); en la mo-dernidad, la identidad se construye.

No cabe duda de que la innovación técnica ha sido elgran motor del capitalismo. Karl Marx y Friedrich Engelsen el Manifiesto Comunista expresan que “la burguesía nopuede existir sino a condición de revolucionar incesante-mente los instrumentos de producción y, por consiguien-te, las relaciones de producción, y con ello todas las rela-ciones sociales. Una revolución continua en la producción,una incesante conmoción de todas las condiciones socia-les, una inquietud y un movimiento constantes distinguenla época burguesa de todas las anteriores”.153

A continuación de las revoluciones industriales del si-glo XIX, F. W. Taylor (ingeniero e inventor norteamerica-no, 1856-1915) quien dio su nombre al sistema de produc-ción organizado minuciosamente, es perfeccionado por lacadena de montaje en serie de Henry Ford (empresario yconstructor de automóviles norteamericano, 1863-1947).

153 K. Marx & F. Engels, The communist manifesto, Verso, London, 1998(traducción del autor).

Page 210: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

227

El modelo T de Ford lleva implícito el estigma de la nue-va modernidad que inauguraba el siglo XX: si el taylorismoera sólo un método estandarizado de producción tendientea lograr una mayor eficiencia industrial, el fordismo nosólo es todo eso sino que también se constituye en el im-pulsor de un modelo económico y de un nuevo modo devida, que culminará en el consumismo de fines del sigloXX. Si Marx puede ser considerado uno de los principa-les analistas sociales de los tiempos de la modernidad (si-glo XIX) entendida como sociedad capitalista, Durkheim,Parsons, Weber, Simmel y Bell son otros tantos pensado-res sociales que hicieron aportaciones distintivas de lasépocas que les tocó vivir.

Emile Durkheim (sociólogo francés, 1858-1917) opusoa la solidaridad “mecánica” (apoyada en la coerción y enel peso de la tradición) el nuevo principio de integraciónsocial denominado “orgánico” que surgió de las necesida-des impuestas por la creciente interdependencia que ori-ginó la división del trabajo. El trabajo no sólo se separaen las fábricas y en el campo, también en la administra-ción y el hogar. Las tareas que en el pasado habían de-sempeñado la familia o la Iglesia pasaron a depender dela escuela, de los hospitales, de los organismos del estadode bienestar (fomentado por el fordismo), etc.

Talcott Parsons (sociólogo norteamericano, 1902-1979)analizó los problemas emergentes de la modernidad queavanzaba; su preocupación principal era la coordinaciónde la sociedad compleja de su época. Propuso una mayorparticipación social dentro de un mercado libre de técni-cas y habilidades: la meritocracia. Max Weber (sociólogoalemán, 1864-1918) puso el acento en la racionalizaciónde métodos que rigieron su época: los métodos de labora-torio científico, las normas y escalafones del sistema bu-rocrático, la contabilidad del empresario capitalista, entodos estos métodos de control se halla el “cálculo”. La

Page 211: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

228

organización productiva y eficiente por excelencia era laburocracia. Mejorar las cosechas, automatizar el hogar,acrecentar la eficiencia militar, coordinar los vuelos comer-ciales: en todos los órdenes de la vida moderna del sigloXX la racionalización se convirtió en eje central. Cálculoque Weber analizó también como fuente de control e ins-trumento de dominación.

La cúspide social de la organización racional es la ciu-dad; la experiencia moderna es abrumadoramente urba-na en contraste con el pasado. Georg Simmel (sociólogoalemán, 1858-1918) consideraba que la ciudad era el cri-sol en que se formaría y reformaría la modernidad, quela metrópoli, además de ser el centro de la economía, lle-vaba una impronta diferencial: la complejidad y la exten-sión de la existencia metropolitana imponen puntualidad,“calculabilidad”, exactitud. En contraste con el pasado,cuando la identidad se hallaba en la comunidad local, flo-rece en la ciudad una comunidad de extraños cuya con-vivencia necesita nuevas reglas: en la vida moderna se re-quieren relaciones más formales y contractuales. Simmelinspira a una serie de sociólogos urbanos que surgen en-tre guerras con el objeto de analizar el urbanismo comoun nuevo y distintivo modo de vida. Del mismo modo, losarquitectos y urbanistas rediseñan las ciudades; así lourbano se mira cada vez más desde la perspectiva delconductor de automóviles. Según Le Corbusier (arquitectosuizo, 1887-1965), la calle pasa a ser “una máquina paraproducir tráfico”. Asimismo, tal acumulación de gente ge-nera en los burócratas un deseo de control social: “excluiry eliminar racionalmente a los delincuentes y desviadoses consecuencia lógica del impulso controlador y clasifi-cador que se percibía en todos los ámbitos”,154 que tan cla-ramente había sido anticipado por Weber.154 D. Lyon 1994.

Page 212: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

229

Como ya fue dicho, la consecuencia de la lógica del im-pulso de racionalización se traduce en uno de los objetivosprioritarios de la modernidad, entendida como nuestromodo de vida reciente. La primera organización que ponegran énfasis en el control es el ejército. Así, las pautas mili-tares trascienden lo castrense para imponerse en la organi-zación empresarial-administrativa, industrial, de la escue-la, hospitales y de la burocracia del Estado en general.

Aunque la concepción de una prisión “panóptica” (losreclusos pueden ser observados casi todo el tiempo, y ellosno pueden saber cuándo están siendo efectivamente vigi-lados ya que no ven al controlador) ya fue expuesta en elsiglo XVIII por el filósofo inglés utilitarista Jeremy Bentham,quien analizará en profundidad el cambio de estrategiade vigilancia es Michel Foucault (filósofo francés, 1926-1984),155 desde las antiguas formas de castigo corporal ypúblico de los infractores a la “moderna” autodisciplina.Las fábricas de Henry Ford producían trabajadores eficien-tes que eran controlados por un “departamento de socio-logía” que no sólo vigilaba al obrero en la línea de monta-je sino también su tiempo libre, particularmente en lo quehacía al consumo de alcohol. Para Foucault la prisión pa-nóptica (parodia de un Dios omnisciente) es el símbolo delcontrol moderno, que provoca (debido a la incertidum-bre de no saber cuándo se es vigilado) la autodisciplina, lamisma que es necesaria en la organización militar.

Los dos significados de moderno (la divisoria temporalque distingue antiguos de modernos y la derrota de los pri-meros por parte de los últimos) provoca una cierta confu-sión. La persistencia de lo premoderno y el escepticismo so-bre la validez de las victorias modernas coexisten. SegúnBruno Latour, ese escepticismo produce la parálisis pos-moderna: la debilidad hiperreal se suma al efecto de lastecnociencias invasoras, al tiempo que se cortan los lazos155 M. Foucault 1993.

Page 213: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

230

con el pasado y se rompe con el futuro. Luego, el error delos pensadores posmodernos sería dar por supuesto que lamodernidad constituye un sólido esquema, sin fisuras.156

Alain Touraine (sociólogo y politólogo francés, 1925- ),por su parte habla de una “modernidad limitada duran-te un período en el cual los seres humanos se creyeron dio-ses pero que terminó con el auto-encarcelamiento dentrodel despotismo de la modernidad totalitaria”.157 ParaTouraine, los tiempos críticos actuales representan unatransición hacia una modernidad más compleja y comple-ta, que afirmarán tanto al individuo como al recurso dela razón: el “sujeto”, que se obsesiona con su propia iden-tidad cuando la razón pierde presencia, y la “razón” quesin sujeto se convierte en mero instrumento racionalizador,se encontrarían sinergéticamente para reafirmar la espe-ranza para la humanidad que portan los movimientos so-ciales. Sin embargo, conviene destacar que algunos añosdespués Touraine se desencanta de los destinos de la hu-manidad, comienza a dudar y escribe “Pourrons-nousvivre ensemble”, donde a la pregunta “¿cómo podremoscombinar la libertad del sujeto personal, el reconocimien-to de las diferencias culturales y las garantías institu-cionales que protejan esa libertad y esas diferencias?”,158

no parece tener una respuesta plenamente satisfactoria.Por su parte, para Jürgen Habermas (filósofo alemán,

1929- ) la modernidad es un proyecto inacabado, que to-davía tiene que desarrollar a pleno su potencial, lo que se-ría posible de realizar por la “acción comunicativa” (lo queocupa el lugar de los “movimientos sociales” de Touraine).En efecto, Habermas, pese a sus temores respecto del do-minio potencial de la razón instrumental sobre cada vezmás esferas de vida y el auge de tribalismos agresivos y, por156 B. Latour, Nunca hemos sido modernos, Debate, Madrid, 1993.157 A. Touraine, Critique de la modernité, Fayard, Paris, 1994.158 A. Touraine, Pourrons-nous vivre ensemble?, Fayard, Paris, 1997.

Page 214: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

231

otra parte, la profundización del hedonismo individualis-ta, apuesta todavía a la modernidad. Para ello es necesarioque un instrumento suficientemente poderoso medie entrelas diferentes posiciones: contra el universalismo que niegala particularidad rechaza la réplica posmoderna de unaparticularidad que niega la universalidad, y propone la bús-queda de instrumentos de comprensión mutua y la aten-ción respetuosa al otro. Por la importancia que ha cobradoel pensamiento de Habermas, éste será analizado en el úl-timo apartado de este texto, en sus conclusiones.

Otro alemán, Ulrich Beck159 (sociólogo, 1944- ) opinaque el verdadero problema es el riesgo, ya que enfoca supensamiento en los conflictos y temores de la vida diaria:mientras que en el pasado se buscó con impunidad la pro-ducción de riqueza como único objetivo, se nos presenta enla actualidad la producción de riesgos conjuntamente conla incertidumbre sobre cómo evitar o minimizar el dañocausado por el inexorable proceso de producción. Para Beck,el proyecto moderno es crónicamente inconcluso, de allí queuno de los aspectos básicos sea la gestión del riesgo. Ellolleva implícito una postura ética, por lo que se impone unaeconomía moral de la producción de conocimiento.

Anthony Giddens (sociólogo y politólogo inglés, 1938- )expone, en un texto compartido entre otros con UlrichBeck (Reflexive Modernisation), el concepto de modernidadreflexiva: la modernidad, en cuanto a la aplicación de latecnociencia a la producción industrial de la actualidad,ha encontrado rápidamente sus límites en las catástrofesecológicas, provocadas por los vertidos de petróleo, ladesertificación de los suelos antes fértiles y los accidentesnucleares. Para Giddens si existe una conciencia gene-ralizada de los peligros que provocan estos accidentes del“progreso” no hace falta rechazar la modernidad sinoactualizarla. Es por ello que este sociólogo inglés utiliza159 U. Beck 1992.

Page 215: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

232

tantos adjetivos que califican a la modernidad: alta,tardía, reflexiva, e incluso radicalizada.

David Lyon (sociólogo canadiense, 1948- ) opina queen la mayoría de los análisis posmodernos, que cobran re-levancia como concepto socioanalítico durante las dos úl-timas dos décadas del siglo pasado y que dan por supuestoel cambio tecnológico, dedican poco espacio a la relaciónde esos cambios con las transformaciones sociales. Posi-blemente esto se deba a que estos pensadores han aban-donado el concepto de progreso como paradigma. Sin em-bargo considera que, aunque sea cierto que todos los meta-rrelatos han perdido legitimidad, no se debería abando-nar el esfuerzo por comprender y aun orientar el desarrollotecnológico. Esta opinión es coincidente con la de Beck yGiddens respecto de los riesgos de los avances tecnológi-cos. Difícilmente se puede dejar de coincidir con la éticade estos pensadores.

Conviene aquí citar dos aspectos relevantes de la críti-ca del posindustrialismo (correspondiente a la modernidadtardía, diría Giddens). El primero y más evidente es el delas desigualdades socioeconómicas asociadas al desarrollode la tecnología electrónica; el otro, aspecto bastante des-cuidado (salvo por Foucault y Adorno), es el gran poten-cial para la vigilancia social inherente a las tecnologías dela información. Respecto del primer aspecto baste citar queen los países pobres la sociedad global de la informaciónaparece como nueva modernidad que distrae recursos bá-sicos para los hambreados. En lo que hace al control social,la crítica moderna o del posindustrialismo, focaliza tambiénen el temor del poder centralizado sumado al poder de acu-mular y analizar datos que provee la tecnología de la in-formación. Sin embargo, y por el momento, este supuestopoder omnisciente es utilizado para clasificar y guiar a losconsumidores y no para la represión política. En este senti-do, la profecía de Orwell sobre el poder de vigilancia del

Page 216: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

233

Big Brother no se ha cumplido. Sin embargo, no podemosdescuidar la posibilidad de que surjan nuevas formas dedominación en la sociedad de la información global.

Otro aspecto de la crítica moderna sobre la realidadsocial y política actual responde al cuestionamiento quehace el posmodernismo sobre la naturaleza de realidad yel significado. En este caso Jean Baudrillard (sociólogo fran-cés, 1929- ) es quien representa la versión más extrema dela pérdida de significado que provoca el bombardeo deimágenes, signos sin referentes, que lo lleva a declarar “laguerra del Golfo no ha existido”. Consideramos que esterecurso que aplica Baudrillard, basado en lo que puedeconsiderarse la primera guerra posmoderna, constituyeuna eficiente táctica de provocación en la búsqueda de re-cuperar los últimos valores de la humanidad de la bana-lidad de los medios de comunicación.

También relacionada con el tema de las nuevas tecno-logías se halla la cuestión de si estas tecnologías contribu-yen a forjar el mundo único de la “global village” (MarshallMcLuhan,160 1911-1980), donde convergen vida económicay política que tienden a la homogeneidad global. Este pro-ceso, considerado por la modernidad europea y norteame-ricana como lineal y dirigido a la unificación, ha sido re-emplazado en la actualidad por un estado de cosas quepresenta agudas diferencias (desigualdades) entre nacio-nes y grupos sociales en las naciones.

Respecto a la crítica de disolución “verdadero/falso”en la ciencia planteada en el subcapítulo “Confusión devalores”, consideramos útil agregar en estas conclusioneslos siguientes conceptos: si en el siglo XVIII el universo apa-rece representado por un mecanismo de relojería de gran

160 M. McLuhan ha sido terminante al expresar que “los medios se hanerigido a sí mismos en sustitutos del mundo previo. Incluso siqueremos recuperar el pasado, sólo podemos hacerlo mediante unestudio intensivo de las formas en que los medios lo han tragado”.

Page 217: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

234

precisión y en el XIX se lo analiza como una entidad or-gánica, la vanguardia del siglo XX lo empieza a ver comoun inmenso flujo turbulento. El “caos”, como se vio en elcapítulo tercero, ha dejado de ser una deficiencia atribui-ble a los límites del conocimiento (o, previamente, a la des-viación o perversión de la naturaleza, y también a la “ex-cepción que hace a la regla”) para ser considerado el granelemento autoorganizador del funcionamiento mismo dela naturaleza. Los pensadores posmodernos, sobre la basede esta aserción, manifiestan que nuestro conocimiento dela naturaleza no es más que una interpretación (herme-néutica) que, en tanto cultural, guardará siempre distan-cias con el objeto observado en sí. Si aceptamos que la his-toria de la materia cambia (y la Teoría del caos es un ins-trumento de conocimiento de nuestra época) se deberáprestar más atención a los detalles, a las bifurcaciones, alo irregular, en tanto nuestro propio lenguaje deberá asu-mir sus perturbaciones.

En lo que respecta a lo manifestado sobre el par “nor-mal/anormal”, convendría destacar que: la relación en-tro lo normal y lo patológico, como otras muchas oposi-ciones modernas del pensamiento, no se resuelve por elestablecimiento definitivo de la norma, sino desde el mo-mento en que lo patológico se convierte en principio nor-mativo. Debe recordarse que en la modernidad no ha exis-tido una ciencia de lo singular o de lo supuestamente irre-petible y que en la posmodernidad aparece una nueva teo-ría (del caos) que se fija en los detalles y las bifurcaciones,en la diversidad de la producción (o reproducción) y en lasirreductibilidades a la disposición armónica de las partes.

En cuanto a la crítica que expusimos sobre la falta derigor creativo en el arte posmoderno, debería tenerse encuenta que el ocaso del arte, en la forma tal cual lo cono-cimos los modernos, implica una banalización de la obrade arte, en tanto se masifica la experiencia por la posibili-

Page 218: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

235

dad reproductiva de la obra y la difusión de un consensoestético (¿belleza, verdad?) a través de los medios masi-vos de comunicación. Pero tal pérdida no se vive de unmodo dramático por los posmodernos: ya Nietzsche ha-bía comparado dos actitudes respecto a estos cambios defundamentos que preanunciaban el fin de la modernidad,al referirse a aquel hombre todavía resentido por la pér-dida de las dimensiones metafísicas de la vida en compa-ración a quien aceptaba esta nueva realidad, “el hombrede buen carácter” que está “libre de énfasis”.

Resta decir que es en la obra de arte donde más queen cualquier otro producto humano se refleja el espíritude una época. La “verdad de la época”, diría Vattimo:“esta función se mantiene y se cumple aún más plenamen-te en la situación (actual) en que desaparecen las obrasindividuales con su aureola en favor de un ámbito de pro-ductos relativamente sustituibles, pero de valencia análo-ga”.161 Vattimo se esfuerza por rescatar lo de la “ontolo-gía de la decadencia”, en donde se libera al arte de sutarea de estética filosófica, un pensamiento abierto quepermita “admitir el sentido no puramente negativo ydeyectivo que la experiencia de lo estético ha asumido enla época de la reproductividad de la obra y de la culturamasificada” y de este modo, a través del deleite distraído,aceptar que este cambio se produce en un marco mayoren el que se están imponiendo visiones posmodernas entodas las disciplinas humanas, visiones que no son mejo-res ni peores a las anteriores (modernas), sino distintas(quizá, para nuestra época, las únicas posibles).

Por otra parte, ha campeado casi a todo lo largo deeste texto una opinión crítica hacia los pensadores posmo-dernos respecto al criterio que utilizan en la aplicaciónde las ciencias sociales al analizar la sociedad global, porlo que deseamos agregar, a modo de conclusión, algunas161 G. Vattimo, El fin de la modernidad, op. cit.

Page 219: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

236

ideas de cierre. Antonio Campillo,162 sociólogo español,plantea que las ciencias sociales nacieron en el siglo XIXcon el objeto de proponer instrumentos de administración,de comprensión y legitimación de las nuevas instituciones(democracia parlamentaria, capitalismo industrial, gran-des concentraciones urbanas, por citar los elementos mássalientes de la época). La modernización de la política, laeconomía y la tecnología (o ciencia del “progreso”) fueronentendidas como procesos lineales, regidos por leyes deevolución social. Lewis Morgan, Herbert Spencer y ÉmileDurkheim son los más connotados pensadores de la épo-ca, que aceptaron el paradigma moderno de que se iba delo simple a lo complejo o de la barbarie a la civilización, através de la irradiación de la cultura y el avance avasa-llador de la razón y la ley.

En el siglo XX, a partir de las dos guerras mundiales,del totalitarismo nazi y el estalinismo, la proliferación dearmas de destrucción masivas, la descolonización y el ham-bre creciente, las recurrentes crisis económico-financierasy el consumismo, la presión ecológica frente a la indus-trialización explosiva, la globalización de la economía, lapolítica y la cultura ligadas a la tercera ola tecnológica (larevolución científica de Einstein, luego la de la físicacuántica y recientemente la de la Teoría del caos, la de lascomunicaciones y la genética), se han transformado nues-tras vidas y nuestra concepción del mundo.

En la posmodernidad, emergente de estos cambios, es-taría surgiendo una nueva teoría social que, en primer tér-mino, cuestiona los “avances” de la modernidad: critica laconcepción lineal de la historia; cuestiona la supuestaradialidad de la globalización; describe a la modernidadcomo un fenómeno ambivalente en lo social que ha creadofabulosas técnicas de dominación y ha sumido a millones162 A. Campillo, artículo “El gran experimento: ciencia y política en la

sociedad global”, sitio web www.arrakis.es.

Page 220: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

237

de personas en la pobreza y la humillación; también el pre-tendido saber tecnocientífico es severamente castigado porsu ambivalencia ya que sus innovaciones estuvieron plaga-das de “efectos secundarios no deseados” creándose incer-tidumbres y riesgos artificiales (como si naturalmente nohubiera pocas); y finalmente ha cuestionado la concepciónfuncionalista de la sociedad (ya organicista como sistémica)por sus supuestos de coordinación funcional entre el Esta-do, los mercados, las familias y la cultura, que han fraca-sado en casi toda la línea. En segundo término, se replan-tean las relaciones interdisciplinarias: se está reescribiendola historia de Occidente a partir del surgimiento de una his-toria social y de una sociología histórica; se eliminó la arti-ficial separación entre sociología y antropología debido ala cantidad de procesos de hibridación cultural que semultiplican en la era globalizada, e igualmente ocurre en-tre política y economía y entre cultura y ciencia, debido ala aparición de la sociedad global, en donde todas las rela-ciones sociales interfieren entre sí en entramados comple-jos, abiertos e inestables; asimismo, los riesgos ecológicosglobales cuestionan seriamente la separación entre natura-leza y sociedad, entre ciencia y política.

Anthony Giddens resume la influencia de los nuevostiempos sobre las ciencias sociales como sigue: “uno de losaspectos esenciales de la nueva política es que en ella yano son separables la verdad de la justicia, los juicios dehecho y los juicios de valor, los problemas técnicos y losproblemas morales, ni se da por supuesto que la mera in-novación tecnocientífica sea en sí misma valiosa y conlle-ve necesariamente a una mejora material y moral de lavida humana”.163

Volviendo sobre la aplicación de la Teoría del Caosa otras ciencias del conocimiento, concluimos que los163 A. Giddens, The consequences of modernity, Polity Press, Cambridge,

1990.

Page 221: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

238

supuestos básicos de la visión mecánica del mundo parael cosmos, la sociedad, la política y la economía se man-tienen hasta hoy en día: el universo posee un orden ma-temático preciso que puede deducirse por el examen delos movimientos de los cuerpos celestes, en tanto aquí enla Tierra las cosas se hallan sumidas en el desorden porlo que es necesario reorganizarlas; el modo de hacer com-patible la sociedad con el orden celeste es utilizar los prin-cipios científicos de la mecánica de modo tal que favo-rezca más a los intereses materiales de los seres humanos;el progreso constituye amasar abundancia material, conlo que se obtendrá un mundo más organizado, siendo laciencia y la tecnología las herramientas en tanto la natu-raleza nos brinda los recursos necesarios; aprendiendo acontrolar sus ciclos naturales de materia y energía apren-demos a dominar a la naturaleza; lo natural se identificacon lo ordenado, lo determinado y lo predecible.

Si bien la teoría biológica de la evolución (Darwin) in-troduce la novedad del cambio, del crecimiento y del de-sarrollo (las estructuras complejas se desarrollan a travésde estructuras más simples), no logró transformar el pen-samiento mecánico (el darwinismo trasladado a lo socialse convirtió en el sistema de selección natural en el quesobrevive el más apto). La física en su avance, a partir delestudio de la termodinámica, concluye que la evoluciónnatural es hacia un desorden creciente: la primera ley dela termodinámica establece que la energía no puede sercreada ni destruida, pero sí transformarse de una formaen otra; su segunda ley nos dice que cada vez que la ener-gía pasa de un estado a otro se paga un cierto precio, laenergía se dispersa en calor y no se la puede recuperartotalmente. Por lo que cualquier sistema físico tiende es-pontáneamente hacia un estado de mayor entropía,164 o164 Entropía: en mecánica es una medida de desorden de un sistema; en

termodinámica es una medida de la parte no utilizable (o pérdida) de

Page 222: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

239

más desorden. Luego, según la física clásica, el universose dirige hacia un estado de entropía máxima (muerteentrópica) cuando el equilibrio térmico haga imposiblecualquier tipo de movimiento.

Se produce una contradicción entre la evolución bio-lógica y la cósmica: ¿la evolución significa orden o caos?La respuesta no la da la física clásica, en tanto estudia sis-temas lineales, siendo que los procesos biológicos se danen estructuras complejas en sistemas abiertos (que inter-cambian materia y energía con el exterior), de modo quela disminución de entropía se hace a costa de un aumen-to del desorden del entorno, cumpliéndose inexorablemen-te la segunda ley de la termodinámica.

Recientemente se ha denominado “sistemas complejosadaptativos” a esos sistemas biológicos, sociales o tecnocien-tíficos que son capaces de ganar complejidad estructural alo largo de su evolución recogiendo información de su en-torno. Por lo que al momento de establecer modelos inter-pretativos se deberá partir de una visión sistémica (holística,para algunos) y tener en cuenta que la realidad es un con-junto de sistemas que evolucionan; fruto de interaccionesse producen cambios y transformaciones (técnicas, econó-micas, productivas, demográficas, de valores éticos y de for-mas de vida, etc., si enfocamos lo social). Los sistemas (seansociales o naturales) lejos de ser independientes entre sí,evolucionan influyéndose mutuamente.

Nos parece que el “consumismo” de nuestra época pos-moderna merece un gran párrafo aparte. Baudrillard ma-nifiesta que en la actualidad existe alrededor de nosotros“una especie de evidencia fantástica del consumo y de laabundancia, constituida por la multiplicación de objetos,servicios, bienes materiales, y que constituye una suerte de

la energía contenida en un sistema; en informática es medida deincertidumbre existente ante un conjunto de mensajes, de los cualesva a recibirse uno solo.

Page 223: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

240

mutación fundamental en la ecología de la especie huma-na”. En efecto, en los países desarrollados y en las gran-des ciudades del resto del mundo se evidencia una profu-sión de oferta de artículos en las grandes tiendas y parti-cularmente en los shopping centers, que constituyen algomás que la manifestación de excedentes: “la negación ló-gica y definitiva de lo escaso, de lo raro, la presunciónmaternal y lujosa de nuestros valles prodigiosamente fe-cundos en leche y miel, grandes oleadas de neón sobre elketchup y el plástico, la esperanza violenta que no sólohay mucho sino demasiado, y demasiado para todo elmundo”.165 Esta ilusión crea un nuevo “arte de vivir” cuyomanual de instrucciones, su Biblia, es la publicidad omni-presente. Afirmar que la cultura se ha preconstituido se-ría demasiado simple. En realidad, coincidimos con el pen-sador francés en que en esta práctica donde se amalga-man los símbolos lo que se ha producido es una nueva cul-tura que se quiere universal: mentalidad consumista pri-vada y colectiva, en que la práctica cotidiana del consu-mo no se vive como el resultado de un proceso de produc-ción, del trabajo, sino como algo milagroso.

La apropiación de objetos y servicios constituye “el po-der captado”, al decir de Baudrillard, y como consecuen-cia de ello nuestro pensamiento mágico, nuestra mitolo-gía, es el de la imagen que transforma historia, eventos,el mundo real en simples sucesos (fait divers) sin catego-rías distintivas ni jerarquías, en este vértigo de realidadeslistas para consumir (prêt à porter). La praxis del consu-mo hace del comprador, o del consumidor de imágenes ysímbolos, un individuo que se siente a salvo en tanto queel consumismo hace de la exclusión del mundo real (so-cial, histórico) su máximo grado de seguridad.

Esta cultura hedonista y sugerente, diseñada sobre losplanos de la estrategia del deseo, desculpabiliza la pasivi-165 J. Baudrillard, La société de consommation, Folio-Gallimard, Paris, 1997.

Page 224: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

241

dad. Por su parte, los medios de comunicación masiva pro-veen ese “curarse en salud” trayendo hasta su casa, comosi fuera una película de acción, la violencia inhumana delmundo exterior, con su doble propósito: otorgan el certi-ficado de persona informada y preocupada por el mun-do y multiplica el placer en contraste con su realidad he-donista. Alineación consumista, inversión de sujeto y ob-jeto, esta nueva era que parece el fin histórico del procesode productividad acelerado e hipereficiente bajo el signodel capital presenta una lógica integral que alcanza todoslos dominios del deseo del hombre, su cultura, las relacio-nes humanas y hasta los fantasmas y las pulsiones indivi-duales: todas las necesidades son objetivadas y manipu-ladas en términos de beneficios, evocando, provocando,orquestado en imágenes, en signos, en modelos consu-mibles. El consumismo, como dijo Marcuse, seguramentesignifica el fin de la trascendencia ya que se esfuman lascontradicciones del ser, se olvida la problemática de laexistencia real y su apariencia. El ser y el tener se identifi-can uno con otro, abandonando todo sentido de reflexión,de perspectivas sobre sí mismo: desaparece toda imagenespecular en la cual el hombre puede confrontarse a símismo y sólo queda la vitrina del deseo.

El espejismo de la abundancia y el consumismo consti-tuyen así la moral de la modernidad perdida o posmo-dernidad. Este narcisismo colectivo puede resumirse en unasola frase de alta eficacia publicitaria que libera, además,de toda culpa: “el cuerpo que usted sueña es el suyo”. Y esque la realidad resulta de la interpretación que nosotrosmismos nos imponemos, la imagen que nos damos de no-sotros mismos, como nuestra propia autoprofecía, lo que nosahorra todo esfuerzo de imaginar la sustancia de los idea-les presentes y futuros y/o de los héroes de las trascen-dencia: el reflejo de nosotros mismos constituye nuestra in-manencia, ¿de qué preocuparse? Publicidad, estudios de

Page 225: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

242

mercado y sondeos de opinión apuntan a un mismo obje-tivo: predecir el evento comercial, social o político que va asustituir el evento real que habría de producirse sin la me-diación de estos mecanismos. Es así que terminará por re-flejar la predicción, que se autorrealza. “El pueblo se miraen el espejo”, dice Baudrillard, y es cierto que copiamos tau-tologías, que somos candidatos a ser lo que somos, buscan-do modelos en nuestro propio reflejo. Queremos parecernosa nuestros ídolos de papel, celebridades, actrices y actores,cantantes de moda, presentadores de televisión, todos ellosseres modelados sobre lo que ya nosotros somos. Y es queel marketing no ha hecho más que buscar la media popu-lar para de este modo satisfacer sin mayores esfuerzos lospedestres modelos soñados por los consumidores.

Parecería que ya no hay escape posible,pues hasta lapublicidad se ha adueñado del contradiscurso consumista,de la crítica de intelectuales y pensadores sociales para me-jor vender. El argumento que acaba de leer el atento lec-tor en el párrafo inmediatamente superior bien podría ser-vir como guion publicitario, irónico y eficaz, para vendercualquier producto o servicio. Así, para la juventud, el CheGuevara es una imagen solarizada en dos tonos, de exce-lente caudal estético, que representa una idea vagamenteromántica en sus t-shirt. “Sociedad sin vértigo y sin histo-ria, sin otro mito que ella misma”, concluye Baudrillard.

David Lyon se pregunta si en el auge del consumismoy en la aparición de la figura contemporánea del nuevoconsumidor, que reemplaza la de ciudadano, no radicauna clave crucial para entender la posmodernidad: ¿sehan combinando las técnicas de la comunicación y de lacultura del consumo para crear la condición posmoderna?;¿cuáles son las consecuencias para las formas de vida opara los valores, como la autoridad, la solidaridad, la iden-tidad o la esperanza? Sin duda subyace en la preocupa-ción de Lyon el hecho de que la condición posmoderna,

Page 226: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

243

en tanto flujo permanente de relatividad, deje al indivi-duo al arbitrio de las maquinaciones del mercado. Consi-deramos, por nuestra parte, dos posibilidades: que elposmodernismo sea un reflejo cultural del capitalismo tar-dío, o un anuncio de un nuevo orden social superador dela economía de mercado capitalista. Lo que resulta eviden-te es que por mucho que nos pese, el modelo consu-mistano parece agotado. Y esto será así mientras la fabulosamaquinaria de comunicación masiva lo permita. La ma-quinaria está tan bien armada que todo está mercan-tilizado, que en las sociedades opulentas de occidente lagran mayoría cuenta con los ingresos necesarios y el ociosuficiente para sostener este modo de vida y que ello serefuerza con técnicas cada vez más sofisticadas de publi-cidad y marketing. La televisión y la cultura del consumose refuerzan mutuamente: la televisión es fundamentalpara la producción de necesidades y la movilización deldeseo, las apetencias y la fantasía, la distracción indolen-te y la desculpabilización masivas.

Para Baudrillard, la posmodernidad se separa de lamodernidad cuando la producción de consumidoresdeviene esencial. Lyon destaca que como consecuencia deello se van diluyendo las distinciones largamente mante-nidas entre lo intelectual y lo popular, la cultura de élitesy la de masas; cuando la historia se convierte en herenciay el museo en una experiencia multimedia interactiva;cuando en el ámbito de la literatura es difícil distinguirentre las novelas actuales y las de ciencia ficción en lascuales los autores nos trasmiten su propia confusión so-bre su identidad y cómo responder a mundos escindidosde significantes; cuando en el arte plástico los estilos se su-ceden unos a otros con rapidez e, incluso, realizando rei-teradas incursiones nostálgicas en el pasado; cuando elentretenimiento, el consumo y la mirada de turista es loque ofrece el mejor perfil de la ciudad posmoderna; cuan-

Page 227: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

244

do, en definitiva, “el proyecto del yo se traduce en la po-sesión de los bienes deseados y en estilos de vida configu-rados artificialmente”.166

Como la cultura del consumo no discrimina ni conocelímites, todo se convierte en artículo de consumo, inclusoel significado, la verdad y el conocimiento. A partir de lapublicidad, las telenovelas, los reality-shows, programas deentretenimiento, documentales sensacionalistas, noticiariosque trasmiten el drama humano en directo, los programasde música popular cada vez menos sutiles y más vulgares,los dibujos animados en horario infantil que mezclan te-máticas adultas, incluidos el sexo, la violencia y las dro-gas como cualquier otra forma de consumismo, los “tele-pastores” que alivian el dolor mágicamente con sus pode-res electrónicos, todo eso va construyendo una experien-cia de sustitución en la que se apoya la construcción con-temporánea (posmoderna) de la personalidad. Los valo-res y creencias pierden coherencia y continuidad en unmundo que presenta muchas más opciones de consumo:la angustia moderna por ser (libre, emancipada) se trocaen la ansiedad posmoderna de la elección consumista.

Coincidimos con Beatriz Sarlo respecto a que “cuan-do ni la religión, ni las ideologías, ni la política, ni los vie-jos lazos de comunidad, ni las relaciones modernas de so-ciedad pueden ofrecer una base de identificación ni unfundamento suficiente a los valores, allí está el mercado,un espacio universal y libre, que nos da algo para reem-plazar a los dioses desaparecidos”.167 Baudrillard, por suparte va más allá al describir la alienación consumistacomo el cuerpo de Cristo en la cruz que se transforma enmujer para obsesionar al monje que se creía capaz de darsu vida para cumplir con su compromiso de castidad.

166 Anthony Giddens, Modernity and self-Identity , Polity PressCambridge, 1991.

167 B. Sarlo 1994.

Page 228: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

245

Como se habrá podido comprobar, en este primer apar-tado del presente capítulo, todos los pensadores citados fue-ron intérpretes de su tiempo. Pues, del mismo modo, de loúnico que no se puede acusar a los teóricos posmodernoses de describir su época, y diagnosticarla. La celebración deestos “tiempos blandos” que representan la era posmodernaes otra cosa, muy discutible, como veremos más adelanteen los siguientes apartados de este capítulo.

Page 229: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

246

Page 230: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

247

Navegando entre dos aguas

El horizonte de la Modernidad se desplaza

Jürgen Habermas

El filósofo alemán Jürgen Habermas (Düsseldorf, 1929) esmiembro de la Escuela de Fráncfort, donde fue ayudantede Theodor Adorno y luego profesor titular de Filosofía ySociología. En la actualidad es considerado el principal ex-ponente de la Teoría crítica (que caracteriza a la Escuelade Fráncfort), cuyo argumento principal es que el conoci-miento válido no puede emerger más que de una situa-ción de diálogo abierto, libre e ininterrumpido. Conside-rado como un notable teórico marxista, seguidor del pen-samiento social del idealismo alemán (Marx, Weber), losha reformulado en términos filosóficos y de ciencia socialcontemporánea. Es un interlocutor permanente de gran-des pensadores de nuestro tiempo como Luhmann, Rawls,Giddens, entre otros.

La obra de Habermas, tomada en conjunto, no es defácil acceso debido a su pluralidad de intereses y al recursoconstante a investigaciones en las áreas más diversas, sien-do su temática tanto filosófica, política, sociológica comocientífica. Las influencias más claras provienen de Kant,Hegel, Marx, Heidegger, Adorno y Benjamin, pero tam-bién de Durkheim, Weber y Parsons.

[247]

Page 231: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

248

Este pensador polémico desarrolla en 1976 la Teoría dela Acción Comunicativa (que publica en 1981)168 con laintención de lograr una reconstrucción del materialismohistórico a través de una crítica a su énfasis económico ysu descuido de lo superestructural. Había intentado, ensus primeros escritos, rescatar el marxismo de fuerte in-fluencia hegeliana y de Weber de la década de 1920, altiempo que abordó la filosofía del lenguaje y la teoría ana-lítica de la ciencia. Es de notar que, en esos años, descu-bre que el pragmatismo norteamericano es una interesantepropuesta para compensar las debilidades de la teoría so-cial marxista, lo que finalmente lo llevará a la idea de unapragmática universal que desarrolla ampliamente en suteoría de la acción comunicativa. Se trata de una teoríaglobal de la sociedad, donde aborda el origen, la evolu-ción y las patologías sociales.

Consciente de su época, se ubica en el plano de la inter-subjetividad comunicativa, dando preponderante lugar alentendimiento lingüístico. Considera que el modelo de acuer-do con el cual hay que pensar la acción social no es ya elde una acción subjetiva orientada por fines egoístas de su-jetos individuales, sino el de una acción dirigida al enten-dimiento en el cual los sujetos coordinan sus planes sobrela base de acuerdos motivados racionalmente. Analiza lasociedad desde la perspectiva del “mundo de la vida” (locotidiano), el que requiere de una aproximación sistémica.Durante la modernidad, la creciente racionalización delmundo de la vida corre paralela a la creciente complejidaddel sistema social, que desborda su esfera propia y “coloni-za” el mundo de la vida, lo que provoca la pérdida de sen-tido y de libertad. Habermas critica las contradicciones dela crisis del capitalismo tardío, de donde considera que de-riva la falta de consenso con respecto al principio de orga-nización de la sociedad actual. Su censura moral se basa168 J. Habermas, Acción comunicativa, Península, Barcelona, 1985

Page 232: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

249

en que se hace un énfasis desmedido en lo particular en de-trimento de lo generalizable socialmente.

Los procesos de transformación estructurales que se de-sarrollan con plenitud a lo largo del siglo pasado (XX) ydesembocan en la sinrazón del capitalismo tardío, quedandefinidos en cinco fenómenos identificados por el alemán:

a) la irrupción de las masas en el terreno de la política, locual hace que se reemplace el diálogo racional entrepares (tendiente a asegurar en la esfera política unacompetencia eficiente y justa); las masas compensan susdesventajas sociales a través de la presión al Estado ejer-cida por un público aclamatorio y plebiscitario;

b) la concentración del capital, proceso que expropió lacapacidad de autorrepresentación de ese público de pri-vados que, basado en la igualdad bajo el principio delibre propiedad, de cierta forma gozó de una distribu-ción relativamente igualitaria del derecho a hacerse oír(derecho interlocutorio);

c) el creciente intervencionismo del Estado con una dobleconsecuencia: una vez que el capital dejó atrás la esfe-ra de una sociedad civil de libres propietarios, el Estadocomenzó a actuar como favorecedor del capital, subor-dinando los intereses de la sociedad civil de individuosracionales, otrora relativamente igualitaria; por otra par-te, llevado por los efectos de una legitimidad cuantita-tiva, el Estado se tornó social y comenzó a desarrollarun papel de generador político del ámbito público, abo-liendo la diferencia entre los órdenes de la dominaciónpolítica y de lo social, que diera lugar a la esfera públi-ca burguesa. “Esta dialéctica de una socialización delEstado que se impone, simultáneamente con la esta-tización progresiva de la sociedad, es la que poco a pocodestruye la base de la esfera pública burguesa: la sepa-ración entre Estado y sociedad”;

Page 233: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

250

d) la institucionalización corporativa de intereses, que co-existe con la cada vez más disminuida influencia de unpúblico compuesto por vínculos semiorgánicos entreprivados que impulsó, como contratendencia, una di-námica de reagrupación corporativa de intereses, unaespecie de refeudalización de la vida pública que, denuevo, sustituyó al público racional por un público co-lectivo, aclamatorio y de derechos delegados;

e) la alienación de la opinión pública, relacionada con laincontenible expansión de los medios masivos de co-municación, bajo una lógica capitalista, lo que resque-brajó los presupuestos comunicativos del modelo de laesfera pública burguesa, sustituyendo de maneramonopólica los procesos horizontales de construcciónde una auténtica opinión pública por la manipulaciónde procesos preformativos de una opinión no-pública.

Habermas, en la década del 80 se mete de lleno en eldebate modernidad/posmodernidad con dos publicacio-nes clave:169 califica a la corriente filosófica posmodernade neoconservadora, al tiempo que aboga por una apro-piación crítica del proyecto moderno teniendo en cuentalos problemas que la modernidad original no resolvió. Loque se agotó, considera, no es la racionalidad moderna sinoel paradigma del sujeto o de la conciencia, y que el “espí-ritu moderno” sigue aún vigente en el vivir la historia comoproceso marcado por la crisis actual que alumbra comoun flash las difíciles encrucijadas y, en el futuro, comoapremio de lo no resuelto.

A partir de estos planteamientos, el pensador alemándirige su interés a la filosofía práctica, esto es: la moral, laética, el derecho y la justicia. Su objetivo es enfrentar efi-ciente-mente el escepticismo de nuestro tiempo a través de169 J. Habermas, El discurso filosófico de la modernidad, Taurus, Madrid

1989; y El pensamiento posmetafísico, Península, Barcelona, 1991.

Page 234: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

251

una revisión ética del universalismo normativo. La nociónclave es la idea regulativa de “comunidad ideal de comu-nicación”, libre de las coerciones que le impondrían los in-tereses particulares. En este concepto queda supuesto quela moral individual es una abstracción, pues siempre estáinvolucrada en la eticidad concreta (histórica) de un mun-do de la vida, que es común a todos. La ética es un ins-trumento reconstructivo que no deja de lado los elemen-tos histórico-culturales, por lo que critica la universalidadabstracta que, como en el caso de la demanda de libertadde la Ilustración (Revolución Francesa) termina en el te-rror. Existe otro tipo de universalidad en la cual los parti-cipantes sociales comparten un sentido determinado de lavida, sobre lo cual se funda la moral y la política, y pue-den desarrollar su acción para el bien común; las demo-cracias deben reconocer a las comunidades sin permitir lacaída en nacionalismos homogeneizantes o totalitarios.

Se puede decir que a lo largo de toda su obra, Habermasno construye un modelo teórico sistémico, sino más bien unprograma de investigación muy ambicioso y obstinado, enel cual es posible distinguir cuatro líneas de trabajo:170

a) la legitimidad en las relaciones sociedad y poder: a di-ferencia de las concepciones tradicionales de la legiti-midad como componente indispensable de la domina-ción política, se trata de la posibilidad de una nuevaforma de entenderla en tanto que proceso por excelen-cia de racionalización y transformación del poder delas sociedades modernas. Habermas desea destronar la“creencia” como fundamento de la legitimidad, consa-grada por Weber, y construir un vínculo inmanenteentre ésta y la verdad, dejando atrás los reduccionismos

170 Adrían Gurza Lavalle, en el artículo “El programa de investigación deHabermas; una lectura reconstructiva”, en revista virtual Meta-políitica N.° 9, en sitio www.metapolitica.com.mx.

Page 235: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

252

psicológicos o sociológicos que solían restringir su pro-blemática al conjunto de razones por las que la socie-dad cree en los argumentos del poder. Si se da ese vín-culo con la verdad y, al mismo tiempo, la sociedad es laúnica fuente auténtica de su producción, entoncesHabermas lograría restaurar tanto el papel raciona-lizador de la esfera pública sobre el poder y el potencialemancipatorio de la propia legitimidad, como las posi-bilidades para universalizar su concepción deliberativade la política y de la democracia, presupuestas en sumodelo de esfera pública;

b) la idea de una sociedad desdoblada en dos niveles, mun-do social (“mundo de la vida”) y el Estado. Los siste-mas reguladores de la reproducción social habían ter-minado por independizarse del mundo de la vida, res-quebrajando definitivamente la unidad del orden so-cial. Habermas realiza un minucioso trabajo de recons-trucción teórica de las mediaciones, culmina con la crí-tica a la colonización del mundo de la vida y apuestapor las capacidades descolonizadoras de ese último.Logra, así, preservar las tensiones características de laesfera pública burguesa en su relación con el Estado yradicaliza las consecuencias universalizables dentro delmodelo de sociedad en dos niveles;

c) una teoría de la acción social como comunicación. LaTeoría de la Acción Comunicativa contiene tanto unateoría general de la acción social en tanto que accióncomunicativa, como una teoría general de la sociedad;la acción comunicativa aparece entonces como un con-cepto de acción universal-lingüística plena de potencia-lidades racionalizadoras. En términos de su estructuralógica, la acción comunicativa es universal pero no seagota en este nivel de abstracción estrictamente lingüís-tico: “para un modelo de la acción comunicativa el len-guaje es relevante apenas desde un punto de vista prag-

Page 236: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

253

mático de los sujetos del habla que, empleando frasesorientadas para llegar a acuerdos, establecen relacionescon el mundo, no sólo directamente (...) sino de una for-ma reflexiva”. Así, la teoría de la acción social como ac-ción comunicativa se preocupa por la mediación lógicade la estructura lingüística para llegar al entendimiento;

d) la reedificación comunicativa de la razón. La voluntadhabermasiana de afirmación del nexo sociedad-razóntransluce el compromiso con el rescate crítico de la ra-zón como medio de transformación del mundo; perotal empeño rehabilitador requiere un concepto de ra-zón adecuado a la acción comunicativa y al mundo dela vida (es decir, se requiere una razón comunicativa).A contracorriente de las teorías filosóficas que abordanla razón como ce ntrada subjetivamente, la razón comu-nicativa fundamenta el carácter intersubjetivo de la pro-pia razón, desde el nivel individual psicológico (dondeel pensamiento interno ocurre a través de una especiede diálogo) hasta el nivel de la macroagregación social(donde un proceso de formación de consensos sin limi-taciones externas ocurre dentro de una comunidad decomunicación mantenida dentro de las restriccionescooperativas). Habermas logra conciliar la razón con elhombre común, situando en el centro a los agentes delmundo de la vida y haciéndolos coincidir con la accióncomunicativa y con la razón comunicativa. Además,es posible mantener la relación entre verdad y razón,indispensable para la auténtica legitimidad y, por lotanto, para los potenciales racionalizadores del mundode la vida, gracias a que la razón comunicativa hacefactible abandonar el concepto de verdad como corres-pondencia al objeto y sustituirlo por un criterio de ver-dad como justificación de las preferencias de validez.La razón comunicativa permite a Habermas afirmar quelas cuestiones morales (la política, por ejemplo) admiten

Page 237: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

254

verdad y que solamente pueden ser procesadas de for-ma satisfactoria a través de la acción comunicativa, cuyateoría gana mediante la reedificación comunicativa dela razón una renovada fuerza universalizadora.

Nos parece necesario agregar que existe una constantemayor que envuelve a las cuatro líneas de trabajo (la cues-tión de la legitimidad; la sociedad desdoblada en dos ni-veles; la teoría de la acción social como comunicación; lareedificación comunicativa de la razón) y es el progresivoabandono del terreno del conocimiento factual sociológi-co para situarse en el dominio especulativo y normativode la filosofía. Esta constante resume la tendencia hacia launiversalización del esfuerzo intelectual de Habermas perotambién simboliza claramente la imposibilidad de resolveren el reino de la historia un modelo de esfera pública an-clado a presupuestos constitutivos hoy inexistentes. Esteímpetu universalista y la impotencia histórica son un te-lón de fondo que marca una tensión entre conservación dela razón, moderna e iluminista (en tanto proyecto filosófi-co de la modernidad) y el progresivo vaciamiento de la pro-pia razón en una ontología de carácter comunicativo.

Habermas confía en la estrategia de la “ética del dis-curso”, lo que indica que toda forma de comunicacióndebe necesariamente buscar el entendimiento entre los hom-bres, en tanto sujetos capaces de lenguaje y de acción. Setrata de garantizar una formación de la voluntad comúnque dé satisfacción a los intereses de cada individuo sin quese rompa el lazo social sustancial de cada uno con todos.Su compromiso, sin duda, es el de asegurar la validez, yno sólo la vigencia, de las normas éticas, del derecho y laconstitución fáctica de los estados democráticos. Moralizarla política sin confundir las distintas esferas de la existen-cia: la pretensión de legitimación del derecho positivo nopuede agotarse en la validez moral; una norma jurídica es

Page 238: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

255

tal en la medida en que se agrega un componente empíri-co, como es el de la imposición a todas las personas porigual. No se ilusiona demasiado respecto a que el poderpolítico quedará liberado de conflictos: estos son consus-tanciales al hombre debido a que siempre existirá un con-traste entre la idealidad deseada y la pragmática factible.

Queda claro, pues, que Habermas está exigiendo la re-habilitación de la “razón práctica” kantiana, ya que lascuestiones de orden práctico (y la política lo es) son sus-ceptibles de “verdad”. Existe una compulsión a deformarla comunicación (o intersubjetividad) que desemboca enuna política de violencia estructural: el lenguaje puede serinstrumento de dominación y de traición. Sólo queda ladiscusión racional (conciliación de intereses que puedenser conflictivos al principio, que debería llevar a una uni-versalización de objetivos) como posibilidad de imponerla razón práctica emancipatoria: la ley del mejor argumen-to se constituye en regla de juego en la ética comunica-cional. La lógica de la argumentación convierte a las opi-niones en conocimientos, porque ella les obliga a confron-tarse consigo mismas.

Una de las novedades que introduce Habermas en elparadigma moderno es su rechazo a sacrificar la inteligen-cia práctica de las relaciones y de las personas por la in-teligencia técnica de las cosas, para lo cual apela explíci-tamente a la “experiencia de la reflexión”. Asimismo, nosmuestra la posibilidad de recuperar la utopía en una pers-pectiva emancipatoria que se preocupa, y ocupa, de la rea-lidad: no se trata de aceptar cualquier promesa, ya que larazón crítica se somete a una estricta disciplina de respon-sabilidad. Habermas desea reconstruir el ideal de comu-nicación funcionando racionalmente, fundar la pretensiónde verdad que se encuentra implícita en el discurso de to-dos los días. Para ello es necesario aceptar que el menosimportante de los juicios que planteamos cotidianamente

Page 239: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

256

es imposible sin la referencia implícita a una norma uni-versal de “verdad”.171

El filósofo alemán destaca que existen dos categoríasde actividades racionales: la actividad instrumental (o es-tratégica) orientada a tener logros (éxitos) y la actividadcomunicacional, que constituye la categoría de accionesdirigidas a la intercomprensión. Nuestra época, neoliberaly pretendida posmoderna, privilegia cínicamente a las pri-meras acciones. Y ninguna comprensión válida de lo so-cial se puede construir fuera de la relación intersubjetiva(comunicacional) sino, según Habermas, se corre el ries-go de “alienación suprema” (liquidación de la ciudada-nía y la destrucción de la identidad personal). Para evi-tarlo se requiere volver a los valores de las democraciasoccidentales que ponen en un sitio privilegiado al sujeto,la legitimidad y la razón. La cuestión es cómo la idea deuna moral universal política puede llevarse a la prácticaen esta época de nihilismo intelectual. El pensador alemánencuentra algunas respuestas en los nuevos movimientossociales (ecologistas, feministas, antiglobalización, pacifis-tas) que tienden a “redescubrir al otro”, al poner el acen-to en los aspectos cualitativos de la existencia.

El pensamiento crítico de Habermas, quien se ha ocu-pado de lo ético como una práctica de orden universal (enlo que se manifiesta su modernidad), del derecho y de lademocracia, ha contribuido a comprender las contradic-ciones de los presupuestos de la modernidad y, más im-portante para nuestros propósitos, presenta una crítica só-lida (no ideológica) del pensamiento posmoderno. Esta úl-tima, que se caracteriza por el hecho de que la razón lu-cha contra sí misma, no estaría sino afirmando la vigen-cia de la modernidad en nuestro tiempo, ya que la críticade la razón es también obra de la razón. El atractivo171 J-L. Dumas, Histoire de la pensée (III Temps Modernes) , Tallandier,

Paris, 1990.

Page 240: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

257

posmoderno por la negación de la razón se explica por-que la razón práctica kantiana se volvió insostenible en tan-to se acepta como válido el valor contingente de la histo-ria (historicismo), por lo que los viejos fundamentos univer-salistas han caído (como perdieron validez todos los meta-rrelatos, dirían los posmodernos). La razón práctica kan-tiana al perder su universalidad a manos del historicis-mo, deja de explicar al hombre y su mundo por lo queHabermas la reemplaza por la razón comunicativa. Estarazón comunicativa está enmarcada por el lenguaje queobliga al sujeto a tomar una actitud activa y a comprome-terse con determinadas “suposiciones” compartidas por losmiembros de la comunidad (ya no “verdades universales”)en búsqueda de consensos, lo que lleva a lo social, que essu objetivo último. Se trata de un valeroso intento de res-catarnos de la incertidumbre posmetafísica, que es angus-tiante, y del individualismo hedonista, que es paralizante,y nos invita a actuar, por la vía de los consensos en interac-ción social, en un proceso que pone en marcha la sociali-zación y la solidaridad del hombre. Lo que, en verdad, nopuede rechazarse de la tendencia posmoderna es su res-cate de la imaginación y la creatividad, que el desencan-tamiento de nuestra época había relegado a la infancia, yque lleva implícito el rechazo del arte.

Finalmente, deberíamos responder si el tremendocollage que es la sociedad comunicativa a escala global tie-ne un potencial liberador o simplemente profundiza aque-llos condenables efectos modernos impulsores de la desin-tegración, la fractura social y la destrucción de las rela-ciones humanas. En este sentido el pensador moderno tar-dío (o posmoderno a su manera, según se lo quiera ver)que ofrece una respuesta que consideramos aceptable esJürgen Habermas. Según el alemán, la sociabilidad y soli-daridad humanas estarían aseguradas por la racionalidad

Page 241: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

258

comunicativa; el ser humano es naturalmente subjetivo ycomunicativo, y su naturaleza es racional. De este modo,Habermas responde al nihilismo de Nietzsche y Heideggersubyacente en el paradigma posmoderno, y se rebela con-tra la apatía del posmodernismo francés y su emergente,el conservadurismo.

Page 242: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

259

¿Rechazo de ideas,del diagnóstico o de la realidad?

Mi universo de pensamiento ha sido abolido,

no puedo pensar más … recen por mí

Louis Althusser

(en carta al filósofo católico Louis Gitton)

Hemos visto que las grandes ideas humanistas heredadasdel siglo pasado y asociadas a la modernidad (el Progre-so, la Razón, la Revolución, la Emancipación) ya no sonsino vocablos grandilocuentes que no logran inspirar laacción de los seres humanos. ¿Acaso los no tan nuevosparadigmas (como la democracia o los derechos humanos)van a sustituir a los dioses caídos? Si los filósofos posmo-dernos tienen razón, el problema no reside en el hecho deque el progreso o sus sustitutos contemporáneos no seanbuenos o dignos de luchar por ellos: simplemente ya nohay cabida para ningún tipo de causa; el mundo mate-rial que hemos construido no les da lugar. En la condi-ción posmoderna, las ciencias sociales no pueden preten-der ser objetivas o entregarnos una descripción científicadel mundo; no sólo falta confianza en el poder político,sino que sobra desdén y cinismo ante la cosa pública.

El individuo racional y consciente que era sostenidopor la teoría liberal se ha disuelto en una multiplicidad depersonas que poseen intereses e identidades diferentes y,a veces, contradictorias: en las sociedades plurales contem-poráneas, la “verdad” y la “razón” no parecen sino qui-meras. Aquella idea heredada del Siglo de las Luces, se-

[259]

Page 243: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

260

gún la cual la humanidad, en tanto sujeto universal y co-lectivo, era capaz de emanciparse y de inventar estruc-turas generales para gobernar racionalmente la interac-ción humana, parece haberse ensombrecido. CharlesTaylor manifiesta que si dejamos de lado la melancolíaque impregna la visión posmoderna del mundo, podemosconstatar que existen alternativas,172 y hemos visto queHabermas también es optimista.

El posmodernismo se rebela contra el orden diseñadopor el iluminismo. Considera que el mundo es contingen-te, indeterminado, inestable, constituido por una mezclade culturas discontinuas con sus propias interpretaciones(todas válidas), lo que resulta en un escepticismo sobre laobjetividad de la “realidad”, descreyéndose de la existen-cia de verdades irrefutables. El cambio histórico produci-do en Occidente implica una nueva modalidad capitalis-ta fundada sobre la base de un relativamente descentrali-zado sistema tecnológico, el consumismo y la preeminen-cia de los servicios sobre todo tipo de producción de bie-nes. El posmodernismo sería, según sus gurúes, un estilode cultura que refleja ese cambio de época donde se dilu-yen las fronteras entre cultura formal y cultura popular,al surgir un arte autorreflexivo y ecléctico, pluralista perosin profundidad. Por ello, insistimos, en tanto intérpretesde su época los pensadores posmodernos realizan un acer-tado diagnóstico de nuestros tiempos blandos.

Los posmodernos debieron abandonar la política libe-ral, como muchos abandonaron el marxismo, para evitarcaer en la contradicción de aferrarse a una filosofía univer-salista de corte moderno. En verdad se trata de una opciónforzada que los lleva a una nueva contradicción, al caeren un neoconservadurismo, efecto de declarar su impo-tencia para cambiar el mundo: su rechazo a los paradigmas172 Ch. Taylor, The malaise of modernity, Anansi Press, Toronto, 1991.

Page 244: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

261

políticos modernos los deja sólo con la opción de apegar-se a un mero criticismo social dependiente del contexto(historicismo).

Por otra parte, es inherente a la teoría posmoderna elalejarse de las pretensiones sobre totalidad y absoluto, paracomprometerse con la multiplicidad, la dispersión y la im-precisión. El posmodernismo celebra la caída de todos losmetarrelatos. Pero su idea de la pluralidad, la concepciónestética de la realidad, el giro lingüístico, ¿no deberían con-siderarse nuevos metarrelatos, en tanto intentan ordenar,organizar, aprehender la totalidad (la verdad o el conoci-miento)? Welsch manifiesta que, en todo caso, el “meta-rrelato posmoderno”, si éste existe, no se trata de un pa-radigma supremo como los otros metarrelatos, ya que “lapluralización conduce al debilitamiento del carácter do-minante de la teoría” (de allí lo del “pensamiento débil”de Vattimo). Es propio del diseño posmoderno una nue-va teoría del conocimiento, donde la aceptación de lasmúltiples particularidades de toda conjetura, de alterna-tivas diversas, de imprecisiones y zonas grises, lleva a queno existan razones universales para ser de un modo y node otro. Este nuevo metarrelato, si es que se puede consi-derar así, no haría más que dar cuenta de la existencia yvalidez de los diferentes relatos individuales.173

Sin embargo, cuesta aceptar que todas las diversas for-mas de vida son igualmente legítimas y defendibles. Sinduda, el reconocimiento de la variedad tiene sus límitesdefinidos por nuestra concepción vigente de las garantíasfundamentales y los derechos humanos ¡Pero sigue sien-do la base consensual de Occidente! Concluimos, enton-ces, que si los posmodernos entregan una certera interpre-tación de nuestra época, no es tan fácil acompañarlos ensu alegría por la caída de los patrones modernos.

173 Welsch, op. cit.

Page 245: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

262

Resulta paradójico constatar que la duda, característi-ca fundamental de la razón crítica moderna, que impreg-na tanto la vida cotidiana como la conciencia filosófica,sobre todo después de Bacon, se convierte en escepticis-mo entre los filósofos y sociólogos posmodernos. Resultaclaro que el conocimiento está estrechamente ligado a lareproducción del poder, pero también es claro que puedeconvertirse en una mercancía poseedora de un “valor agre-gado”: la originalidad, la eficacia, la novedad. Así pues,el escepticismo posmoderno parece una nueva marca decomercio de la duda cartesiana. Pero si la duda cartesianase cobija de los empellones existenciales anclándose defi-nitivamente en el puerto de la lógica formal, el escepti-cismo posmoderno parece derivar hacia el individualismometodológico como única vía de escape de la mercanti-lización; pero es ese mismo individualismo el que ali-menta el consumismo, tan caro a los objetivos de supervi-vencia neoliberales de nuestro capitalismo tardío.

En Conocimiento e Interés (1985) Habermas afirma quela aplicación del modelo positivista a los asuntos socialestiene como consecuencia indeseable el despojo de la capa-cidad de decisión a la comunidad democrática y deposi-tar dicha capacidad en un pequeño y selecto grupo de ex-pertos en diversos dominios. En los asuntos públicos se de-nomina tecnócrata al especialista selecto que toma decisio-nes en nombre de la eficacia, el orden o la salud política yeconómica del país; pero una actitud muy semejante adop-tan los trabajadores sociales, los promotores agropecuarios,los expertos del sector educativo, de la salud y otros. Esmuy posible que una de las razones por las cuales el posi-tivismo y el funcionalismo han dominando durante tantotiempo las ciencias sociales es porque se presentan comométodos apolíticos que sólo se dedican a buscar causas yconsecuencias, pero que en realidad mantienen una liga

Page 246: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

263

muy estrecha con el poder dominante. En este tipo de crí-ticas puntuales es donde más eficiente es este pensador ale-mán, al separarse del diletantismo posmoderno.

Al señalar que existe una estrecha relación entre el co-nocimiento y el poder, la epistemología relativista (que for-ma parte del movimiento posmoderno) se ha convertidoen el blanco de una serie de críticas. Si es cierto que ya nohay lugar para ningún tipo de verdad fundamental ni paraningún criterio universal o absoluto que nos ayude a de-terminar lo que es bueno, verdadero o bello, el grupo másfuerte simplemente impondrá sus gustos y los convertiráen únicos y verdaderos. Al respecto, los pensadores pos-modernos se defienden arguyendo que es determinante lamanera en que se visualiza el poder. Si aceptamos o man-tenemos una visión totalitaria, global y homogénea del po-der, es indudable que la crítica resulta justa y demoledora.Sin embargo, argumentan, no es así si se tienen evidenciasde que el poder en la sociedad nunca es un régimen fijo ycerrado. Nancy Fraser,174 psicóloga feminista posmoderna,insiste en el hecho de que el poder, sobre todo desde unaperspectiva feminista, se presenta como una multitud deniveles y supone que existen “multiple axes of power”.

Existen, asimismo, evidencias de que el poder tambiénestá limitado por sus propias premisas; por ejemplo, lassociedades capitalistas occidentales utilizaron los valoresy las prácticas democráticas para derrotar a los regímenesmonárquicos a través de mecanismos como el sufragio uni-versal. Muchos de los logros sociales contemporáneos hansido arrancados de la misma manera y, si bien es cierto quelos grupos en el poder pueden cooptar, ignorar, corrom-per o reprimir a los diversos grupos sociales que contestansu hegemonía, también es cierto que el ejercicio del poderno es homogéneo ni totalizador, y que sus premisas fun-174 N. Fraser, Unruly practices: power discourse and gender in

contemporary social theory, Minnesota Press, Minneapolis, 1989.

Page 247: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

264

cionan como límites. En este sentido, argumentar que elrelativismo en las ciencias sociales favorece el control delgrupo más fuerte pone en evidencia la voluntad de pre-tender ignorar que históricamente han existido estrechasrelaciones entre el conocimiento y el poder y, sobre todo,de que el poder y el dominio nunca son totales.

Se acusa al posmodernismo, asimismo, de minar lasepistemologías y las luchas emancipatorias: el cortocircuitode las premisas fundamentales del Siglo de las Luces (lajusticia y la igualdad) ha provocado el cuestionamiento demuchos intelectuales sobre el carácter conservador delposmodernismo. J.M. Nielsen,175 quien argumenta que losmétodos feministas impulsan un cambio fundamental res-pecto de las metodologías tradicionales de las ciencias so-ciales, es de la opinión de que el relativismo traba las de-mostraciones que ponen en evidencia los determinismosempíricos que posibilitan la opresión a determinados gru-pos sociales (mujeres, gente de color, minorías étnicas, gru-pos marginales y otros), que no tienen acceso al poder oson explotados. Sin embargo, es muy difícil probar que elrelativismo amenaza las posiciones feministas o las luchasemancipatorias de otros grupos. Podríamos decir que elrelativismo de la posmodernidad entra irremediablemen-te en circulación social y sufre modificaciones profundasen su significado y aplicación, y lo que la manipulaciónque la sociedad y algunos grupos sociales puedan hacerde ese tipo de conocimientos no es controlable, como loafirma Anthony Giddens.176

Así pues, el discurso posmoderno puede ser usado no-minalmente como estrategia discursiva para relativizar,mas no por ello abandona su proyecto de construir unaepistemología que no esté cimentada en fundamentalismos175 J.M. Nielsen, Feminist research methods, West View Press, Cambridge,

1990.176 A. Giddens 1990.

Page 248: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

265

ni en absolutismos, sobre todo en lo que se refiere a suconcepción del poder, el cual es, al interior del posmoder-nismo, multifacético y multicentrado. Pluralismo y rela-tivismo se fusionan para engendrar una epistemología yuna ontología en donde el empiricismo es dominante, laverdad una construcción social y contextual, los criterioscausales son múltiples y el conocimiento es una promul-gación tanto política como ética.

Es muy posible, como el desarrollo del relativismo lodemuestra, que la noción de razón, con toda su ambiva-lencia, sea una de las fuentes de confusión y que funcio-ne como un verdadero caballo de Troya para minar lascorrientes científicas que trabajan en el desarrollo deepistemologías alternativas. Foucault177 dice que lo que lla-mamos razón, históricamente surge de la pasión de losacadémicos, de su odio recíproco, de sus interminables yalienantes discusiones, de su espíritu competitivo, en fin,de los conflictos personales que tranquilamente se convir-tieron en las armas de la razón (Deleuze178 afirma que larazón siempre se bifurca, y posee tantas bifurcacionescomo fundamentalismos existen).

Vattimo afirma que lo posmoderno se caracteriza “nosólo como novedad respecto de lo moderno, sino tambiéncomo disolución de la categoría de lo nuevo, como expe-riencia del fin de la historia, en lugar de presentarse comoun estadio diferente (más avanzado o más retrasado, noimporta) de la historia misma”. Si la historia de nuestraépoca es aquella en la cual, mediante el uso de los mediosde comunicación masivos, lo contemporáneo tiene a com-primirse para entrar en el campo de la simultaneidad, seproduce una deshistorización de la experiencia, “lo que le-gitima y hace dignas de discusión las teorías sobre lo177 Michel Foucault, Dits et ecrits (II), Gallimard, Paris, 1994.178 Gilles Deluze, Michel Foucault Philosophe, Editions du Minuit, Paris,

1986.

Page 249: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

266

posmoderno es el hecho de que su pretensión de un ‘cam-bio’ radical respecto de la modernidad no parece infun-dada, si son válidas las comprobaciones sobre el carácterposthistórico de la existencia actual”.179

Fredric Jameson entiende que el posmodernismo se ins-cribe en la lógica cultural del capitalismo tardío. Al des-cribir los rasgos constitutivos del posmodernismo, a los queya hemos hecho referencia, incluye: una nueva superficia-lidad, que se manifiesta claramente en la cultura de la ima-gen o del simulacro; el debilitamiento de la historicidad;un subsuelo emocional totalmente nuevo; profundas re-laciones constitutivas de todo lo anterior con una nuevatecnología; modificaciones de la experiencia vivida del es-pacio urbano y del espacio mundial.180 El rasgo formal másevidente es ese nuevo tipo de superficialidad (“la profun-didad ha sido reemplazada por la superficie o por múlti-ples superficies”): esta falta de profundidad (que se ma-nifiesta como “insipidez”) surge como consecuencia dedeshacerse del bagaje metafísico y desacreditar la distin-ción entre interior y exterior que es la base de muchos aná-lisis estéticos. En cuanto al debilitamiento de la historia,Jameson considera que no parece que se trate de que unaclase dominante imponga su ideología, sino de que en lospaíses capitalistas, desarrollados, hay una heterogeneidaddiscursiva carente de normas: “unos amos sin rostro si-guen produciendo las estrategias económicas que constri-ñen nuestras vidas, pero ya no necesitan imponer su len-guaje”. Esta nueva historicidad débil permite la “rapiñaaleatoria de todos los estilos del pasado, (lo que es) com-patible con unos consumidores que padecen una avidezhistóricamente original de un mundo convertido en meraimagen de sí mismo, así como de seudo-acontecimientosy espectáculos”, o sea, ‘simulacros’”.179 Gianni Vattimo, El fin de la modernidad, op. cit.180 F. Jameson, op. cit.

Page 250: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

267

Jameson se refiere a la ruptura de la cadena significan-te de un modo paradójico, al afirmar que “la diferenciarelaciona”: la acentuación de la heterogeneidad y lasdiscontinuidades sugieren la posibilidad de que la relacióna través de la diferencia llegue a ser un modo nuevo y ori-ginal de pensar y de percibir (ejemplifica con la presenciaante múltiples pantallas de televisión proyectando simul-tánea y asincrónicamente imágenes, frente a lo cual se pue-de prestar atención a la historia que se proyecta en unapantalla o fijarse en el parpadear continuo de todas laspantallas sin seguir una en concreto; esta última posibili-dad la identifica con la del posmodernismo). Frente a es-tas descripciones Jameson manifiesta que “no se trata nide celebrar mimética y complacientemente hasta el deli-rio este nuevo mundo estético ni de condenar moralmen-te todo lo posmodernista y su trivialidad esencial” aun-que sí de reconocer que “aquellos grupos políticos intere-sados en intervenir activamente en la historia y en mo-dificar su posición hasta ahora pasiva... no pueden sinodeplorar y rechazar esta forma cultural de icono-adicciónque, al transformar los reflejos del pasado, los estereoti-pos y los textos, elimina de hecho toda significación prác-tica del porvenir y de los proyectos colectivos”, por lo que“se sustituye la idea de un cambio futuro por los fantas-mas de la catástrofe brutal y el cataclismo inevitable”.181

Concluye Jameson, que lo posmoderno no es una merailusión o ideología cultural, sino que es una sólida reali-dad histórica y socioeconómica apoyada en la tercera granexpansión planetaria del capitalismo, ante lo cual hay querecuperar la capacidad de orientarse activamente (nece-sidad de mapas) y no meramente dejarse llevar.

En efecto, como ya fuera anticipado, el pensamientoposmoderno presenta facetas contradictorias: si por unlado se erige como crítico radical político del “pensamiento181 F. Jameson, op. cit.

Page 251: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

268

único” neoliberal, por otro lado, no puede ocultar que suparadigma alienta el modelo económico vigente. Comodice el profesor de Oxford, Terry Eagleton, el posmoder-nismo es políticamente opositor pero económicamentecómplice.182 En efecto, el pensamiento posmoderno se mues-tra radical al desafiar al sistema político a través de su ata-que a los valores absolutos, favoreciendo la pluralidad, latransgresión y el relativismo cultural; y presenta su perfilreaccionario al apoyar implícitamente la libertad indis-criminada de mercados y el consumismo (paradigma neo-liberal) al impulsar el deseo y el individualismo hedonista.

Se podría coincidir con aquella idea que expresa queel posmodernismo es funcional al neoliberalismo, graciasa su relativismo cultural y su convencionalismo moral(pero también por su escepticismo y su rechazo a toda or-ganización disciplinada) aunque presente un frente agre-sivo respecto del marco político de nuestra época. Va a lapar, entonces, del capitalismo tardío (o avanzado) que,como Jano, tiene dos perfiles: un aspecto libertario (a tra-vés de su individualismo y repliegue del Estado) y otroautoritario (mediante la imposición de un modelo único,del fin de la historia, etc.). Conservadurismo político y radi-calización de costumbres van de la mano, como el hedo-nismo y la represión, lo múltiple y lo monolítico; orientaal placer y la pluralidad pero también excluye; impulsalo efímero y la discontinuidad pero para sostener el mo-delo necesita de un firme marco político que se base enfundamentos sólidos. En este marco, lo posmoderno de-safía a la autoridad constituida (arremete contra sus va-lores fundamentales) al tiempo que alienta el individua-lismo desolidarizado (al coincidir con su lógica material).

La discusión que abriría esta percepción de las cosasse centra en saber si aceptamos la palabra de los posmo-182 T. Eagleton, Las ilusiones del posmodernismo , Paidós, Buenos Aires,

1997.

Page 252: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

269

dernos que dicen que su filosofía no hace más que refle-jar la realidad, o si damos fe a las opiniones de Eagletony Jameson, entre otros, que afirman que las ideologías (eneste caso, el pensamiento posmoderno es considerado ideo-logía) trabajan para legitimar políticas y no para reflejar-las. Aunque es cierto, también, que muy poco preocupaal sistema si se cree en él o no, ni tampoco tiene necesi-dad de asegurarse la complicidad de los intelectuales; suhegemonía resiste en tanto se continúe haciendo lo que elsistema requiere (automatismo de sus propios mecanismosque queda asegurado por la influencia de los medios decomunicación y el impacto del marketing y la publicidad).

Respecto del desprestigio de la política es evidente que,frente la fractura social que se ha instalado, las institucio-nes políticas no se pueden adaptar a las exigencias de in-mediatez de respuestas que impulsan en sus públicos lasindustrias de la comunicación masiva. La tensión entre loslímites materiales (lo que una economía puede ofrecer comorespuesta de corto plazo) y los deseos urgentes (y las nece-sidades), no pueden dejar de entrar en conflicto, ya que co-existen sin solución de continuidad. Es evidente que no sepuede aceptar mecánicamente las promesas del neolibe-ralismo, ¡pero así lo hemos hecho! Y es por ello, concluyeSarlo, que “no es sorprendente que, al lado de los imagina-rios utópicos de la virtualidad, aparezcan las realidadesfracturadas y desechas de la sociedad donde vivimos: y pa-samos de uno a otro escenario, de internet a las ciudadesdestrozadas por la inseguridad y las comunidades hundi-das como remanentes de una prehistoria industrial”.183

Porque la política y las instituciones democráticas notienen la inmediatez de reacción que sí poseen las instan-cias audiovisuales, las primeras pierden prestigio al ser fal-samente consideradas ineficientes frente a las segundas.183 B. Sarlo 2002.

Page 253: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

270

Si a esto le sumamos la “tiranía” de la opinión pública quese manifiesta por las encuestas casi diarias y sobre cual-quier tema (que da resultados según el estado de ánimode la sociedad consultada, según sea un día de sol o llu-vioso, o se haya suspendido un importante partido de fút-bol o quizá la selección nacional perdió infamemente, ologró un triunfo espectacular —¡recordar la Argentina delMundial 78!—, etc.), la lentitud de la capacidad de res-puesta de los gobiernos aparece poco adaptada a los estí-mulos que la gente recibe de los medios. Y esto es muy gra-ve, ya que Sarlo observa que “los actores de la industriacomunicativa (en tanto reorganizadores del mundo de lasideas) tienen planteada una fuerte competencia con la po-lítica, en tanto esfera donde también se construyen opinio-nes, figuraciones y proyectos”. En efecto, las industrias in-formativas se hallan en competencia con los intelectualesal querer convertirse en usinas de ideas, lo que es errónea-mente concebido como “democratización cultural”, del mis-mo modo que la publicidad ha entrado en competencia conlos artistas: en pos de efectivizar la igualdad, en todos loscampos, se descuidan las jerarquías y los méritos.

No cabe duda que la capacidad investigativa de laprensa es un bien a preservar; allí hay mérito y beneficiopara las democracias. Nada de esto tiene que ver con los“movileros” que solicitan opinión sobre temas altamentecomplejos al primer transeúnte que pasa; del mismo modoque casi todos los programas de radio pierden valiososminutos de comunicación con llamados de oyentes quetambién tienen opinión sobre cualquier tema de la actua-lidad (aborto, clonación, papel de la ONU, lucha contrael terrorismo internacional, culpabilidad de tal o cual in-dividuo sujeto a investigación judicial). El problema es quelas opiniones se vuelven juicios, y ¿cuántas opiniones tras-mitidas por un medio masivo de comunicación son hoynecesarias para cambiar una política; cuántas voluntades

Page 254: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

271

es capaz de poner en el aire un programa de dos horas;cuánta es la sensibilidad de los débiles mandatarios a esasopiniones (muchas de ellas amañadas por la forma de pre-guntar del supuesto entrevistador objetivo) vertidas alazar? Si es cierto que los políticos, intelectuales y comuni-cadores desean hablar como gente común, no cuidan sulenguaje en lo más mínimo sino que sabiendo expresarsebien lo hacen de forma acotada, sin sinónimos, conjugan-do mal el subjuntivo y los verbos potenciales, plagando sudiscurso de palabras soeces (del modo que ni siquiera ha-blan en una charla de amigos), si todo esto es evidente,cuán importante será la influencia que sobre ellos puedetener la más escueta encuesta callejera!

Apoyamos el esfuerzo habermasiano enfocado a enfren-tar al pensamiento de la subjetividad y del nihilismo, peroqueda por verse si será suficiente para lograr un nuevo im-pulso a la filosofía (tanto hegeliana como kantiana, con lascríticas que lanza hacia ambas, por lo que las renueva enla formulación de la racionalidad de la acción comuni-cativa) o si finalmente triunfará la tendencia de transiciónque lideran los pensadores posmodernos. El desencanto (ac-titud pesimista pangermánica) es llevado por los posmo-dernos franceses al rango de nueva realidad de nuestrotiempo, cuando su origen es el de las sucesivas derrotas mi-litares alemanas, su colapso económico, que llevó al adve-nimiento de Hitler, pero al que no se le puede negar su le-gitimidad (en otra época y limitada al espacio germánico,como pensamiento alemán pesimista emergente de una rea-lidad propia que le era adversa), en una verdad válida entodos los tiempos y en cualquier lugar. Así, los posmo-dernos transgreden el principio historicista para elevar auniversal un estado de ánimo de claros límites culturales.

Si todo puede convertirse en interpretación, no exis-tiría la posibilidad de actuar eficientemente y con legiti-midad para cambiar el mundo. En verdad, qué mejor que

Page 255: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

272

este cierre de caminos para justificar el apego al statu quoposmoderno. Al aceptar que las “abstractas” cuestiones deEstado, de modos de producción, de justicia económica sondemasiado difíciles de cambiar, el posmodernismo distraela atención en cuestiones menos urgentes y bastante másinocentes, dirigidas a lo íntimo y lo sensible, es decir, bienalejadas de lo político. Siempre se puede convertir al len-guaje en un fetiche que atraiga toda nuestra atención.

Con la negación entre significante, discurso y realidadbien se puede ser indiferente frente al genocidio, por ejem-plo. Siempre se puede envolver el futuro en el presente yasí lograr detener la historia (o provocar un reflejo enga-ñoso al respecto). Esto bien puede identificarse como la de-rrota política del hombre: si el posmodernismo logró poneren la agenda, y de manera que parece definitiva, las cues-tiones de lo étnico (la diversidad cultural), del género y dela sexualidad (temas importantes, sin duda) al costo deabandonar las formas clásicas del radicalismo (como la ideo-logía, el Estado, las clases y los modos de producción), con-sideramos que poco se ha ganado si lo que queremos estransformar el mundo, su orden económico y el de la polí-tica internacional actual que amenaza la paz y la seguri-dad internacionales. Por ello, la presencia de socialistas yliberales en las políticas nacionales aparece “castrada”, conuna actitud de acompañamiento pasivo de las grandestransformaciones que ha impuesto la globalización y quecontradicen, por un lado o por otro, ambas ideologías hu-manistas. La que aparece como más evidente, desde luego,es la evasión de la izquierda, que ahora se ha vuelto cultu-ral para evitar confrontar con el capital, tan omnipresenteque ya es tomado como una dato de la realidad al que niintenta controlar, ni menos ya combatir.

Como nos aclara el profesor inglés Eagleton, si en los’70s los teóricos culturales se ocupaban del socialismo, lossignos y la sexualidad, en los ’80s argumentaban alrede-

Page 256: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

273

dor de la los signos y la sexualidad, a fines de los años’80s sólo se hablaba de sexualidad. El etnicismo y el femi-nismo, luchas populares posradicales y que siguen siendoanticapitalistas, parecen llevarse todas las energías de laizquierda radicalizada de los años 90.

En el marco internacional, los atentados terroristas deNueva York y Washington de septiembre de 2001 estánprovocando una reconfiguración mundial, a partir prime-ro del ataque de los EE.UU. a Afganistán contra los tali-banes (en busca de Bin Laden) y, más contemporánea-mente, luego de la invasión británico-norteamericana alIraq del dictador Saddam Hussein, su victoria bélica y suderrota de posguerra o política. En efecto, la fuerza des-comunal del herido país del norte, su ambición de domi-nio, y su deseo de que nadie pueda poner en duda su ma-jestad, pudo más que el Consejo de Seguridad de la ONU,diseñado por los vencedores de la segunda Guerra Mun-dial en 1945. Si la principal potencia mundial no permiteser restringida por las instancias internacionales (mul-tilaterales) que ella misma ayudó a crear, el orden mun-dial de la posguerra está siendo severamente cuestionado.No se llegó al extremo de que los EE.UU. hicieran casoomiso del veto de otras potencias de silla permanente enel Consejo de Seguridad de la ONU, simplemente porquese decidió retirar el proyecto de resolución del Reino Uni-do, con apoyo oportunista de España (miembro no perma-nente, pero que ayudó a romper el consenso europeoantibélico liderado por Francia y Alemania, y apoyado porRusia) frente a la amenaza cierta de veto de Francia, y qui-zá de China. Los expertos de la ONU encargados de la de-tección de armas que la organización había prohibido te-ner o fabricar a Iraq luego de la guerra de 1991, ademásde armas químicas o biológicas habían pedido más tiempo(hasta ese momento no pudieron detectar violaciones a lasnormas internacionales, que tras la victoria aliada luego

Page 257: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

274

confirmaron) y aseguraban que el régimen de Hussein semostraba colaborador. Pero para las fuerzas del gendar-me mundial el tiempo se agotaba debido a que se estabanpresentando las condiciones climáticas óptimas para co-menzar el ataque.

Son innumerables los expertos que afirman que los Es-tados Unidos actuaron ilegítimamente según el derechointernacional vigente, apoyándose en viejas resolucionesde la primera guerra del Golfo. Las potencias victoriosasde la segunda Guerra Mundial se habían puesto de acuer-do para que cualquiera de las cinco pudiera aplicar supoder de veto a resoluciones que los afectaban, pero almismo tiempo se comprometieron a respetar el veto de lasotras potencias, única forma de hacer valer sus propiosprivilegios. En esos días de abril de 2003, la determinacióncon que EE.UU. arremete contra Iraq, así como las decla-raciones previas de Bush (“preferiríamos ir con las Nacio-nes Unidas, pero si es necesario iremos solos”) dejan en-tender que no hubiera tenido demasiado cargo de concien-cia en ignorar el veto que el Presidente francés JacquesChirac aseguró impondría. Esta crisis se extiende a laOrganización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN-NATO) y a la propia Unión Europea (se oponen GranBretaña y España a Francia y Alemania; Polonia y Repú-blica Checa a Francia; a lo que se suma la advertencia deFrancia a los nuevos miembros de la UE, y aspirantes aincorporarse a la Unión, de no tomar partido a favor dela administración Bush). Además, el debate ha ganado lascalles de las principales capitales de Europa, de AméricaLatina e incluso de los Estados Unidos, en donde se mul-tiplican masivas marchas de protesta contra la guerra(la prensa internacional informó que el 15 de febrerode 2003 las manifestaciones alrededor del globo supera-ron los 10 millones de personas, la mayor marcha de pro-testa de la historia). EE.UU., no habiendo podido probar

Page 258: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

275

el armamentismo de Iraq, cambió su discurso mostrandoun nuevo objetivo: liberar al pueblo iraquí del yugo deSaddam Hussein. Una victoria rápida en Iraq, además dedejar a la alianza británico-estadounidense como gendar-me del mundo por encima de la desprestigiada ONU, per-mitiría garantizar el control de la mayor parte del princi-pal recurso energético del planeta, reorganizar el MedioOriente de acuerdo a los intereses económicos de estaalianza militar, presionar para liberalizar el régimen deArabia Saudita y moderar el de Irán, así como controlara los palestinos de Yasser Arafat en beneficio de Israel.

Pero la guerra contra Iraq, que fue ganada por la coa-lición Bush-Blair (y Aznar en menor medida), presentauna paz con más altos costos (en vidas humanas de losinvasores). La victoria militar no asegura nunca una vic-toria política, y esto no sólo en Iraq, sino en todo el esce-nario internacional: podría esperarse más terrorismo (ex-citado éste por la agresión y la ilegalidad internacional conque se maneja la mayor potencia del mundo), menos res-peto internacional (que implica menor cantidad de alia-dos confiables), el hecho de que se les hará más difícil asus amigos árabes del oriente medio seguir apoyándolos(frente a la presión del islamismo), un mayor, aún, des-prestigio de la ONU, el debilitamiento político de sus so-cios en Europa, el posible resurgimiento de Rusia (apoya-do por Francia y Alemania) y una presencia decisiva enAsia de China en detrimento del confiable aliado japonés.Creemos que todas estas posibilidades llevarían a un efec-tivo debilitamiento de los EE.UU. en el marco internacio-nal que, incluso, podría redundar en una tendencia al ais-lamiento. Este aislacionismo volvería a los Estados Unidosa través de una fuerte presión de su opinión pública na-cional que no estaría dispuesta a seguir pagando los cos-tos de un nuevo 11 de septiembre (limitar la libertad paraconseguir un relativo grado de seguridad), ni recibiendo

Page 259: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

276

cadáveres de sus soldados desde los más remotos rinco-nes del planeta (resurgimiento del síndrome Vietnam).

Si el relato particular del liberalismo democrático yeconómico ha fracasado para los posmodernistas (el hu-manismo liberal que logró decisivos logros en su tiempo,que fue capaz de transformar al mundo —imperio de ley,igualdad, libertad, derechos humanos, etc.—, aunque lologró pagando el alto precio de violencia), es porque elneoliberalismo (variante perversa de los altos ideales delliberalismo de Stuart Mill, por ejemplo) ha usurpado sulugar. La teoría neoliberal, al igual que la traicionada teo-ría liberal, propone una universalidad (que en lo concre-to encarna la globalización) que la práctica neoliberal des-truye, porque la libertad de algunos en las condiciones sal-vajes que propone es inseparable de la falta de libertad demuchos otros. Quizá esto tenga que ver con la contradic-ción que lleva implícita el posmodernismo: nos muestra unindividuo libre, pero al mismo tiempo, determinado. Elculturalismo de la tendencia posmoderna puede imponerun claro determinismo, ya que estaríamos ineluctable-mente definidos por el poder, el deseo, las costumbres, con-venciones, creencias y comunidades interpretativas a lasque pertenecemos culturalmente.

El capitalismo es el sistema más plural que existe, y estocoincide con la legitimación de lo diverso que enarbolanlos estandartes posmodernos. Si la democracia requiere deun sujeto autónomo, de ciudadanos, el consumismo neo-liberal no necesita de esa característica autónoma: la plu-ralidad, el deseo, el placer, la fragmentación son requeri-das para el shopping center y para asegurar el idilio con latelevisión, es decir, en la construcción del futuro híbridoposmoderno que para muchos ya está instalado.

El posmodernismo reproduce, en parte, la lógica ma-terial del capitalismo tardío, pero dirige sus agresiones ha-cia sus fundamentos espirituales (la impronta moderna del

Page 260: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

277

liberalismo filosófico). Si el posmodernismo se ha ocupa-do de publicar opiniones muy claras respecto del racismo,sobre la paranoia del pensamiento único, sobre los peli-gros del fundamentalismo, sobre la inmoralidad del recha-zo al otro, también puede ser cierto que gracias a supragmatismo cultural, su convencionalismo moral, su es-cepticismo, su descreimiento sobre la eficiencia de la soli-daridad y de la organización política, su falta de una teo-ría política sólida, sus ataques al liberalismo democráticoe incluso a lo que queda sano de la izquierda ideológica,podría estar, sin quererlo, abriendo el camino al fascismo.

En definitiva, toda crítica a las ideas posmodernas de-bería ser pasada por un cierto tamiz. Consideramos queel diagnóstico que hacen los posmodernos de la época ac-tual, sea cual sea la denominación que se le dé (posmo-derna, modernidad tardía, etc.), es acertado y profundo.Por lo tanto coincidimos con la realidad que describen. Enla diversidad de críticas encontramos algunas superficia-les, que parecerían más expresar un descontento con larealidad, como si los filósofos y artistas posmodernos tu-vieran la culpa de los tiempos blandos en los que vivimos.Desechamos, pues, las críticas basadas en el descontentocon la realidad. También existen otros análisis que mues-tran su desacuerdo con el diagnóstico posmoderno, conlos cuales tampoco estamos de acuerdo.

Finalmente, los críticos más profundos, como el alemánJürgen Habermas, el francés Alain Touraine, el inglésAnthony Giddens, el norteamericano Fredric Jameson, elargentino Mario Bunge, el mexicano Carlos Fuentes, etc.,presentan un examen contestatario de lo que llamamos la“celebración posmoderna”. Es decir, se acepta la realidadcontemporánea y el diagnóstico posmoderno, no así el he-cho de que lo que le ocurre al individuo, a la sociedad yla situación del marco mundial, es lo mejor que puede pa-sarnos. El concepto de equivocidad, el pensiero debole, la

Page 261: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

278

caída de referentes éticos y sociales, la capacidad de losmedios de comunicación masiva para crear realidades, nonos pueden dejar tranquilos sino que somos de la idea deque se ha hecho imprescindible encontrar guías querefuercen la espiritualidad (si no la fe), que reaviven la so-lidaridad social frente al hedonismo narcisista, la demo-cracia para contrarrestar el descreimiento en la política yrevalorizar el multilateralismo para evitar el imperialismoguerrero del hegemón norteamericano.

Se acepta que la modernidad ha tenido fallas (cómo ne-garlas luego de dos guerras mundiales, de un siglo XX quefue el más sangriento de la historia de la humanidad) y queno se puede dejar de considerar la diversidad y la plurali-dad, las características históricas y culturales de los valores,incluso cierta fragmentación en el conocimiento científico.Nos rebelamos contra el anything goes (vale todo) y contrael nihilismo de la época que nos desarma, nos deja impoten-tes frente a la necesidad de actuar en forma positiva y demanera sistémica (con un enfoque que integre lo local conlo global, las preocupaciones personales con las sociales, lapolítica con la ética, las ciencias puras con las ciencias so-ciales, el arte con la intelectualidad, etc.) en el rescate delindividuo, de la sociedad y de un orden mundial seguro.

Si siguiéramos muy de cerca el pensamiento posmo-derno, lo que nos quedaría como reflexión última es que pa-recería que en el siglo XXI lo real es irracional y lo racionales irreal o, simplemente, quizá la realidad sea un desatino.En todo caso quedan grandes interrogantes por contestar:

• ¿podremos finalmente crear una “familia planetaria demovimientos antisistémicos” donde los intelectuales, lla-mados a la acción, se abstraigan de las pasiones delmomento...?;

Page 262: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

279

• ¿será excesivo pensar que un mundo más femenino,menos dominado por la racionalidad del poder, menos“falocéntrico”, sería un mundo más humano? Allí don-de la mujer da la vida, alimenta, ayuda a la socializa-ción, el hombre la quita con su prepotente nacionalis-mo, su armamentismo, sus guerras, su corrupción, sudesprecio por la naturaleza y sus semejantes (¿quién sinola mujer puede dar sentido a este mundo posmoderno,con su intuición sobre la vida, la preservación y la pro-visión de futuro?), mujer que preserve su feminidad uni-versal para un mundo globalizado, sí, pero por ello mis-mo más humano; mujer celosa de su diferencia, quepuede hacer la diferencia para todos, mujer que debedisputar el poder con su “fuerza tranquila” para ense-ñarnos el camino hacia un mundo mejor...;

• ¿será éste un estado de transición, donde todavía, y apesar de todo, los grupos de gran concentración econó-mica se sientan amenazados por los movimientos anti-globalización (que buscan, en verdad, una globalizaciónalternativa), aparentemente ‘ahogados’ luego del 11/9/2001? La necesidad de vincular estrechamente lo inte-lectual con lo moral y lo político, como recomiendaWallerstein, en una “acción racional por la cual se inten-ta ofrecer una explicación óptima de lo que ocurre,se introducen preferencias morales y se decide, en fun-ción de esas consideraciones, cuales son los esfuerzospolíticos más eficaces para construir un mundo mejor”184

podría darnos una pista.

Estamos enfrentando una vez más el problema de lainiciativa individual. Ésta constituyó uno de los grandesestímulos del capitalismo liberal, tanto para el sistema

184 Immanuel Wallerstein, Un mundo incierto, Libros del Zorzal, BuenosAires, 2002.

Page 263: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

280

económico como para el desarrollo personal. Pero con doslimitaciones: solamente desarrolló en los hombres dos cua-lidades especiales, la voluntad y la racionalidad, dejándo-lo, por otra parte, subordinado a los fines económicos;principio que funcionaba muy bien durante una fase delcapitalismo…Tan sólo si el hombre logra dominar la so-ciedad y subordinar el mecanismo económico a los pro-pósitos de la felicidad humana, si llega a participar acti-vamente en el proceso social, podrá superar aquello quehoy lo arrastra hacia la desesperación: su soledad y su sen-timiento de impotencia…Triunfará sobre las fuerzas delnihilismo tan sólo si se logra infundir en los hombres aque-lla fe que es la más fuerte de las que sea capaz el espírituhumano, la fe en la vida y en la verdad, la fe en la liber-tad, como realización activa y espontánea del yo indivi-dual.185 Son palabras de Erich Fromm, publicadas en 1941.

185 E. Fromm, op. cit.

Page 264: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

281

Bibliografía

ATLAS de El Diplo, Le Monde Diplomatique, Paris, 2003.BAUDRILLARD, Jean. Simulacres et simulations, editions Galilée,

Paris, 1990.. La société de consommation, Folio-Gallimard,

Paris, 1997.. L’échange imposible, Editions Galilé, Paris,

1999.. Mots de passe, Pauvert, Paris, 2000.

BAUMAN, Zygmut. Comunidad, Siglo XXI, Buenos Aires, 2003.BECK, Ulrich. Risk society, towards a new modernity . Sage

Publications, London, 1992.. Sobre el terrorismo y la guerra , Paidós Ibérica,

Barcelona, 2003.BODEI, Remo. Libro de la memoria y de la esperanza, Losada, Buenos

Aires, 1998.. La filosofía del siglo XX, Alianza, Madrid, 2001.

BORGES, Jorge Luis. “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, Ficciones (1944)en Obras Completas, tomo I, EMECE Editores, Buenos Aires,1994.

BORÓN, Atilio. Imperio e imperialismo, CLACSO, Buenos Aires,2002.

BOURDIEU, Pierre. Sobre la televisión, Anagrama, Barcelona, 1997. Sciences sociales et action politique, Editions

Agone, Marseille, 2002.BRUNNER, José Joaquín. Globalización cultural y posmodernidad,

Fondo de Cultura Económica, México, 1998.

[281]

Page 265: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

282

BUBBER, Martin. ¿Qué es el hombre?, Breviarios-Fondo de CulturaEconómica, México D.F., 1985.

BUNGE, Mario. Las ciencias sociales en discusión, Sudamericana, Bue-nos Aires, 1998.

BRZEZINSKI, Zbigniew. The grand chessboard, Harper Collins, NewYork, 1997.

CAPRA, Fritjof. The web of life, Anchor Books, New York, 1996CIORAN, Emile. Breviario de podredumbre, Taurus, Madrid, 1997.Cornelius Castoriadis L’institution imaginaire de la société, Paris,

Seuil, 1980.CHATELET, F., DUHAMEL, O., PISIER, E. Dictionnaire des oeuvres

politiques, P.U.F., Paris, 1986.CHOMSKY, Noam. El terror como política exterior de los EE. UU.,

Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2001.DEBRAY, Régis. Manifestes mediologiques, Gallimard, Paris, 1994.DELEUZE, Gilles. Qu’est-ce que la philosophie? , Minuit, Paris, 1991DELUZE, Gilles. Michel Foucault Philosophe, Editions du Minuit,

Paris, 1986.DER DERIAN, James. Virtuous war: Mapping the military-industrial-

media-entertainment network, Westview Perseus, Oxford, 2002DERRIDA, Jacques. De la gramatología, Siglo XXI, Buenos Aires,

1976.. Márgenes de la filosofía, Cátedra, Madrid, 1989.

DUMAS, J-L. Histoire de la pensée (III Temps Modernes), Tallandier,Paris, 1990.

EAGLETON Terry. Las ilusiones del posmodernismo, Paidós, BuenosAires, 1997.

ESCOHOTADO, A. Caos y orden, Espasa, Madrid, 1999.ETZIONI, Amitai (compilador). Los cambios sociales, FCE, México,

1968.FERRY, L. y A. RENAUT, La pensée 68: Essai sur l’antihumanisme

contemporain, Paris: Gallimard, 1985.FISCHER, H.R., MORIN, Edgard y otros. El final de los grandes pro-

yectos, Gedisa, Barcelona, 1997.FOUCAULT, M. Surveiller et punir: Naissance de la Prison, Gallimard,

Paris, 1993.. Dits et ecrits (IV- 1980/1988), NRF-Galllimard,

Paris, 1994.FOUCAULT, M., Deleuze G. Theatrum philosophicum / repetición y

diferencia, Anagrama, Barcelona, 1995.FROMM, Eric. Miedo a la libertad, Paidós, Barcelona, 1987

Page 266: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

283

FRONDIZI, Risieri. ¿Qué son los valores?, Fondo de Cultura Econó-mica, Buenos Aires, 1972.

FUKUYAMA, Francis. La gran ruptura, Atlántida, Buenos Aires, 1999.GARDELLA, Felipe A. Liberalismo vs. economía virtual, Caucus,

Lima, 2001GIDDENS, Anthony. The consequences of modernity , Polity Press,

Cambridge, 1990.. Modernity and self-Identity , Polity Press

Cambridge, 1991.GLEICK, James. Caos, Seix-Barral, Barcelona, 1998.HABERMAS, Jürgen. Conocimiento e interés, Taurus, Madrid, 1985.

. Acción comunicativa, Península, Barcelona,1985.

. El discurso filosófico de la modernidad, Taurus,Madrid, 1989

. Escritos políticos, Península, Barcelona, 1988HOBSBAWM, Eric. The age of extremes, Abacus, London, 1995.HOLLAND, John, Hidden order: how adaptation builds complexity ,

Addison-Wesley, Cambridge, 1995.JAMESON, Fredric. Posmodernismo o la lógica cultural del capitalis-

mo avanzado, Paidós, Barcelona, 1992.JOHNSON, Paul. Tiempos modernos. Vergara, Buenos Aires, 2000.KLEIN, Naomi. No logo, Paidós, Barcelona, 2001.LATOUR, B. Nunca hemos sido modernos, Debate, Madrid, 1993.LIPOVETSKY, Gilles. L’ère du vide, Folio-Gallimard, Paris, 1993.

. La tercera mujer, Anagrama, Barcelona, 1999.LYON, David, Posmodernidad, segunda edición, Alianza Editorial,

Madrid, 2000.. The electronic eye, Polity Press, Cambridge, 1994

(traducción al castellano; Alianza Editorial, Madrid, 1995).LYOTARD, Jean-François. Le différend , Minuit, Paris, 1984.

. La condition posmoderne, Minuit, Paris,1989.

. La postmodernidad (explicada a los niños),Gedisa, Barcelona, 1996.

. Moralités posmodernes, Galilée, Paris,1993.

MANDEVILLE, B. Recherche sur la nature de la societé, Babel, Paris1998 (originalmentte publicado en 1723 bajo el título de La fá-bula de las abejas).

MARCUSE, Herbert. El fin de la utopía, México, Siglo XXI, 1969.

Page 267: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

284

MARTÍNEZ BONATI, Félix. artículo “La retirada de la razón”, enRevista de Filosofía de la Universidad de Chile, N.o 13, Santiagode Chile, 2000.

MARX, Karl. Oeuvres, edición de Maximilien Rubel, La Pléiade-Gallimard, Paris, 1982

MARX & ENGELS. The communist manifesto, forewords by EricHobsbawm, Verso, London, 1998.

MILLER, David y WALZER, Michael. Pluralismo, justicia e igual-dad, FCE, Buenos Aires, 1996.

NEGRI, Tony y Michael HARDT. Imperio, Paidós, Buenos Aires,2002

NEGRI, Antonio. Diálogo sobre globalización, multitud y la experien-cia argentina, Paidós, Buenos Aires, 2003.

. Del retorno, Debate, Buenos Aires, 2003.NIELSEN, J.M. Feminist research methods, West View Press,

Cambridge, 1990.NIETZSCHE, Friedrich W. Obras inmortales, EDAF, Madrid, 1974.PETRAS, James. El nuevo orden criminal, Libros del Zorzal, Buenos

Aires, 2003.POIRIER, Jean. “La machine à eiviliser”. En Histoire de moeurs, vol.

III. La Pléiade-Gallimard, Paris, 1991.PRIGOGINE, Ilya. Le fin des certitudes: temps, chaos et les lois de la

nature, Odile Jacob, Paris, 1996.PUTNAM, H. Realism with a human face, Harvard University Press,

Cambridge, 1992.RAMONET, Ignacio (en conversación con Jorge Halperin). El mun-

do en la nueva era imperial, Le Monde Diplomatique, Buenos Ai-res, 2002.

RAWLS, John. Political liberalism, Columbia University Press, NewYork, 1996.

RORTY, Richard. Filosofía y futuro, Gedisa, Barcelona, 2002SÁBATO, Ernesto. La resistencia. Seix Barral-Planeta, Buenos Aires,

2000.SARLO, Beatriz. Escenas de la vida posmoderna, Ariel, Buenos Aires,

1994.. “Sensibilidad, cultura y política”, en Varios.

Observatorio S. XXI, Paidós, Buenos Aires, 2002.SCAVINO, Dardo. Pensar sin certezas, Paidós, Buenos Aires, 2000.SIMONE, Raffaele. La tercera fase, Taurus, Madrid, 2001.STIGLITZ, Joseph, El malestar en la globalización, Taurus, Buenos

Aires, 2002

Page 268: Tiempos Blandos. Individuo Sociedad y Orden Mundial en La Posmodernidad - Felipe Alejandro Gardella

285

SOKAL, Allan & J. BRICMONT. Imposturas intelectuales, Paidós,Barcelona, 1999.

SONTAG, Susan. Illness as metaphor, Penguin, London, 1991.TALANQUER, Vicente. Fractus-Fracta-Fractal-Fractales, Fondo de

Cultura Económica, ‘e-book’ en sitio omega.ilce.edu.mx .TAYLOR, Charles. The malaise of modernity , Anansi Press, Toronto,

1991.TOURAINE, Alain. Pourrons-nous vivre ensemble? , Fayard, Paris,

1997..Critique de la modernité, Fayard. Paris, 1994.

VATTIMO, Gianni. El Fin de la modernidad, Gedisa, Barcelona,2002.

. The transparent society , Polity Press,Cambridge, 1992.

VIRILIO, Paul. El cibermundo: la política de lo peor, cátedra, Madrid,1997.

VIRNO, Paolo. Grammaire de la multitude, Edittions de l’Éclat, Paris,2002

VIRNO, P. & M. HARDT. Radical thought in Italy, University ofMinnesota Press, Minnesota, 1996.

WALLERSTEIN, Immanuel. Un mundo incierto, Libros del Zorzal,Buenos Aires, 2002.

WALZER, Michael. Spheres of justice, Basic Books, N.Y., 1983. On toleration, Yale University Press, N.Y., 1997.

WEBER, M. L’etique protestante et l’esprit du capitaisme, Plon-Agora,Paris, 1999.

WELSCH, W. “Topoi de la Modernidad”. En Fischer, et al., op. cit.,1997

WITTGENSTEIN, Ludwig. Tratatus Logico-Philosophicus, AlianzaEditorial, Buenos Aires, 1988.