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Tiempos Modernos. La contemporaneidad de un clásico Por Sandra Buccafusca 1 Introducción Este trabajo fue escrito para ser presentado en un Seminario de Teoría Marxista y consecuentemente se basaba en el análisis de algunas de las que considerábamos las categorías nodales del marxismo, tales como valor, enajenación y plusvalía. Sin embargo, tiempo después y probablemente por la influencia que fue produciendo en quien escribe la lectura de bibliografía sociohistórica -sobre todo del siglo XVIII y XIX europeos- creímos interesante e incluso necesario poder articular aquellos componentes teórico con el marco histórico contemporáneo a Karl Marx. Este marco histórico podría resumirse del siguiente modo: la sociedad europea occidental es una sociedad en crisis producto de la descomposición de un sistema antiguo y por el arribo de un orden nuevo que logra trastocar todos los imaginarios sociales, todas las identidades. Es en este contexto en el que aparecen nuevos conflictos, nuevos actores y nuevas preguntas. Algunas de ellas serán respondidas por Marx que, entendemos, lo que pretendía develar era el origen del misterio máximo de la sociedad burguesa, aquello que la Economía Política de Adam Smith y David Ricardo daban por supuesto sin explicarlo: la propiedad privada. Pero la pretensión de Marx no era formular una “ teoría económica alternativa”sino indagar la lógica profunda de funcionamiento del conjunto de la sociedad, explicando por qué el pobre produce riqueza y las cosas valen más que el hombre y “ la miseria resulta de la naturaleza del modo de trabajo dominante” . Es que estaba viviendo y sintiendo la industrialización. Así es que desde la perspectiva presentada, hemos estructurado este trabajo a partir de dos ejes temáticos. El primero, relacionado con el contexto histórico contemporáneo a Karl Marx, no tiene como objetivo analizar los acontecimientos específicos sino dar cuenta de la voluntad de acción política que promovía el autor con su escritura. Dicho de otro modo, presentaremos un Marx político que entiende la escritura como una forma o alternativa que se traduce en acción. El segundo eje reconoce -a partir de condiciones y características socio-históricas- algunas de las principales categorías desarrolladas en “El Capital”en el proceso inicial de la Primera Revolución Industrial en Inglaterra. El criterio adoptado para desarrollar el escrito fue articular de manera simultánea el marco histórico contemporáneo a Marx y su obra: “El Capital” . Si bien esto puede confundir la desagregación por ejes temáticos creemos que puede hacer mucho más rico el análisis puesto que entendemos, se hace evidente el impacto del contexto histórico sobre la producción teórica del autor. Finalmente se concluye con unas breves reflexiones referidas a la naturalización de ciertas prácticas académicas en relación con la lectura de los clásicos. 1 Socióloga. Profesora Adjunta de la Cátedra Historia Social Contemporánea de la Carrera de Relaciones del Trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Click to buy NOW! P D F - X C H A N G E w w w . d o c u - t r a c k . c o m Click to buy NOW! P D F - X C H A N G E w w w . d o c u - t r a c k . c o m

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Tiempos Modernos. La contemporaneidad de un clásico

Por Sandra Buccafusca1

Introducción

Este  trabajo fue  escrito para ser presentado en un Seminario de Teoría Marxista y consecuentemente sebasaba  en  el  análisis  de  algunas  de  las  que  considerábamos  las  categorías  nodales  del  marxismo,  talescomo valor, enajenación y plusvalía. Sin embargo, tiempo después y probablemente por la influencia quefue produciendo  en  quien  escribe  la  lectura de bibliografía  sociohistórica  ­sobre  todo del  siglo XVIII  yXIX europeos­ creímos interesante e incluso necesario poder articular aquellos componentes teórico con elmarco histórico contemporáneo a Karl Marx.

Este marco histórico podría resumirse del siguiente modo: la sociedad europea occidental es una sociedaden crisis producto de la descomposición de un sistema antiguo y por el arribo de un orden nuevo que logratrastocar  todos  los  imaginarios  sociales,  todas  las  identidades.  Es  en  este  contexto  en  el  que  aparecennuevos conflictos, nuevos actores y nuevas preguntas. Algunas de ellas serán respondidas por Marx que,entendemos, lo que pretendía develar era el origen del misterio máximo de la sociedad burguesa, aquelloque la Economía Política de Adam Smith y David Ricardo daban por supuesto sin explicarlo: la propiedadprivada.

Pero  la  pretensión  de  Marx  no  era  formular  una  “teoría  económica  alternativa”  sino  indagar  la  lógicaprofunda de funcionamiento del conjunto de la sociedad, explicando por qué el pobre produce riqueza ylas cosas valen más que el hombre y “la miseria resulta de la naturaleza del modo de trabajo dominante”.Es que estaba viviendo y sintiendo la industrialización.

Así es que desde la perspectiva presentada, hemos estructurado este trabajo a partir de dos ejes temáticos.El  primero,  relacionado  con  el  contexto  histórico  contemporáneo  a  Karl  Marx,  no  tiene  como  objetivoanalizar los acontecimientos específicos sino dar cuenta de la voluntad de acción política que promovía elautor  con  su  escritura.  Dicho  de  otro  modo,  presentaremos  un  Marx  político  que  entiende  la  escrituracomo una forma o alternativa que se traduce en acción. El segundo eje reconoce ­a partir de condiciones ycaracterísticas  socio­históricas­  algunas de  las principales categorías desarrolladas en “El Capital” en  elproceso inicial de la  Primera Revolución Industrial en Inglaterra.

El  criterio  adoptado  para  desarrollar  el  escrito  fue  articular  de  manera  simultánea  el  marco  históricocontemporáneo a Marx y  su obra: “El Capital”. Si bien  esto puede confundir  la desagregación por  ejestemáticos creemos que puede hacer mucho más rico el análisis puesto que entendemos, se hace evidente elimpacto del contexto histórico sobre la producción teórica del autor.

Finalmente  se  concluye  con  unas  breves  reflexiones  referidas  a  la  naturalización  de  ciertas  prácticasacadémicas en relación con la lectura de los clásicos.

1 Socióloga. Profesora Adjunta de la Cátedra Historia Social Contemporánea de la Carrera de Relaciones del Trabajode la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

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I

“Todo lo que existe merece perecer”.Palabras de Mefistófeles en el Fausto de Goethe

Fue en junio de 1847 cuando la Liga de los Justos se transformó en la Liga de los Comunistas. Entre susfines  se propuso  terminar  con  el  dominio  de  la  burguesía,  establecer  la  dirección  del proletariado  y,  enperspectiva, llegar a la sociedad sin clases.

A instancias de Marx y Engels  la Liga de los Justos cambió su lema “todos  los hombres son hermanos”por “Proletarios de todos los países, uníos”. Esta transformación fue un acontecimiento decisivo, ya quepor un  lado  reflejaba el proceso de  maduración  teórica que  había  tenido  la Liga en  su  seno y por otro,porque  se  constituyó  en  la  primera  organización  internacional  del  proletariado  dando  inicio  a  lavinculación directa del marxismo con el movimiento obrero.

Pretendemos además arrogarle una trascendencia distinta a este hecho. Creemos que lo que denota es queKarl Marx no pensaba elaborar un complejo desarrollo conceptual para limitarlo al campo abstracto de lateoría  sino,  muy  por  el  contrario,  el  objetivo  fundamental  fue  su  aplicación  al  ámbito  político,  másespecíficamente al de  la acción política. La propuesta marxista, se funda en la necesidad del crecimientocuantitativo desde un crecimiento cualitativo, que permita la formación de vanguardias revolucionarias, laorganización política legal del movimiento obrero y la delimitación de estrategias y tácticas políticas paraque dicho movimiento llegue a la toma del poder.

Sabemos que nuestra opinión no es original. Ya Engels en  el sepelio de Marx, el 17 de marzo de 1883,pronunciaba las siguientes palabras: “(...) Marx era, antes que nada, un revolucionario, su misión en lavida era contribuir, de una manera u otra, a la supresión de la sociedad capitalistas y las institucionesestatales que esta había producido, contribuir a la libertad del proletariado moderno (...). La lucha era suelemento”.2 A este pensamiento nos aferramos para vincular la contemporaneidad histórica de Marx y eldesarrollo de su pensamiento.

Desde  el  punto  de  vista  presentado  es  que  consideramos  al  “Manifiesto”  como  el  primer  documentoprogramático del llamado comunismo científico, encargado a Marx y Engels por el segundo Congreso dela  Liga  en  1947,  en  vísperas  de  la  Revolución  del  ‘48.  Creemos  que  con  la  aparición  del  Manifiestotermina  la  etapa  de  formación  del  marxismo.3  En  él  se  realiza  una  exposición  completa  de  las  basesmarxistas bajo premisas fundamentales, que resumimos en los siguientes tópicos:

ü La  producción  económica  y  la  estructura  social  determinada  por  ella  constituyen  elfundamento de la historia política e intelectual de una época histórica.

ü La historia se vertebra a partir de la lucha de clases entre explotadores y explotados.ü Las  contradicciones  entre  burguesía  y  proletariado  han  llegado  a  un  punto  tal  que  dicho

proletariado no puede liberarse sin liberar a toda la humanidad.

Marx  y  Engels  resumieron  a  través  del  Manifiesto  todos,  o  casi  todos  los  conocimientos  científicos  yexperiencias  prácticas  recopilados  y  elaborados  por  ellos  desde  1843,  ofreciendo  una  exposición

2 Erich Fromm. “Marx y su concepto del hombre”, Fondo de Cultura Económica, México, 1984. Pag. 2683 No adherimos a  la tan divulgada fragmentación ente un primer y último Marx, ya que si bien es preciso reconocer que en supensamiento hay cambios sustanciales esto no remitiría a una fractura teórica, sino más bien, a un crecimiento conceptual que lolleva a profundizar categorías, incluso al punto de modificarlas en su totalidad. Sin embargo, nuestra lectura reconoce líneas decontinuidad desde sus primeros escritos hasta el inconcluso Capital.

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sistemática de los fundamentos de su teoría, de la filosofía, la economía política, la doctrina de la lucha declases y el socialismo científico.

Al  comienzo  del  Manifiesto  afirman  que  toda  historia  lo  es  de  la  lucha  de  clases,  fundamentan  lainevitabilidad del hundimiento del capitalismo y muestran el camino hacia una nueva sociedad. Caminoque  debe  ser  marcado  y  transitado  por  el  proletariado,  considerándolo  actor  privilegiado  para  latransformación revolucionaria de  la sociedad. Es en este sentido que el modelo marxista puede pensarsecomo una nueva concepción del mundo.

En otros parágrafos muestran el papel histórico del partido comunista y del proletariado que debe devenirde  clase  en sí  en clase para  sí. Esta  transformación solo puede producirse  a  partir  de  la  adquisición  deconciencia  de  clase,  del  derrocamiento  del  dominio  de  la  burguesía  y  finalmente  con  la  conquista  delpoder político por el proletariado.

Se plantea que la misión histórica de la clase obrera, además de la conquista del poder, es la construcciónprimero del socialismo y luego del comunismo; régimen social que dará a la humanidad un ordenamientoen el cual, sobre  la base del  trabajo creador de  todos  los miembros de  la sociedad,  imperarán  la paz,  lalibertad y la felicidad de todos los pueblos.

Marx y Engels llegaron a la conclusión de que sin una organización politico­partidaria de la clase obrerano puede  haber  progreso,  ni  en  la  lucha por  el  derrocamiento  de  la  burguesía  y  la  conquista  del poderpolítico del proletariado, ni  en  la construcción del socialismo. Para  lograr estos objetivos  entendían queera  de  suma  importancia  la  función  que  debía  cumplir  el  partido  político,  entendiéndolo  como  lavanguardia organizada y conciente de la masa proletaria. Porque como dice el Manifiesto “los comunistastienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones, de la marcha y de losresultados generales del movimiento proletario”4

Al  llegar  a  este  punto  ­en  que  estamos  en  presencia  del  primer  documento  maduro  del  marxismo­  espertinente  explicar  el  contexto  histórico  dentro  del  que  fue  concebido.  Pensamos  en  una  especie  derelación recíproca y necesaria por la cual el contexto afecta directamente sobre el pensamiento, al mismotiempo que éste produce las condiciones teóricas para la transformación histórica.

4 Marx y Engels. “Obras escogidas” tomo 14. Editorial Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1975

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II

“La revolución social del siglo XIX no puede sacar poesía de su pasado, sinosolamente del porvenir. (...) debe dejar que los muertos entierren a sus muertos, para

cobrar conciencia de su propio contenido (...)”K. Marx. El Dieciocho Brumario

Para  que  se  produjera  el  surgimiento  del  marxismo  fueron  necesarias  premisas  históricas  objetivas  ysubjetivas. En este sentido, cabe recordar la serie de revoluciones burguesas, que abarca la de Inglaterra de1648, la emancipación norteamericana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789.

Posteriormente en Alemania, entre 1845 y 1846, se produce una situación económica compleja debido ados malas cosechas generaron una crisis en la agricultura que se sumaba al estancamiento y retroceso de laproducción en distintas ramas de la industria. Asimismo, en Inglaterra durante 1847 se produce tambiénuna  crisis  económica  con proyección continental,  que se perfila  como  el  comienzo  de una  crisis  cíclicainternacional.  Nuevamente  en  Alemania  se  intensifica  la  miseria  entre  los  sectores  populares  debido  alincremento  del  desempleo,  produciéndose  en  Berlín  y  en  otras  ciudades  acciones  espontáneas  deresistencia de la población trabajadora. Estos estallidos no pasan inadvertidos para Marx que entiende queexpresan la potencial capacidad de movilización y de reacción del movimiento popular.

Así  es  que,  junto  con Engels  se  vuelca  a  la  tarea de  elaborar una política  revolucionaria basada  en  suspropios conocimientos científicos y en definir la posición del joven movimiento obrero en relación con larevolución burguesa.

Continuando con el contexto histórico observamos que, luego de la publicación del Manifiesto Comunistase sucedieron una serie de acontecimientos que conmocionaron a la totalidad de la sociedad europea. Nosreferimos a las revoluciones llamadas liberales que tuvieron lugar entre los años 1848 y 1849 que si biense originaron en Francia, lograron expandirse por todo el continente.

¿Qué inició este proceso de acciones contra los regímenes existentes y por qué nos detenemos en el año‘48? Las causas hay que buscarlas en la agudización de las contradicciones entre el absolutismo feudal yel  capitalismo.  En  este  sentido,  nos  detendremos  en  el  ’48,  porque  creemos  que  en  la  base  de  lasrevoluciones  que  se  desencadenan  a  partir  de  ese  año  aparece  un  poderoso  factor  social.  La  lucha  seemprende contra el egoísmo de las clases dirigentes, ya se tratara de una estructura de tipo feudal como enEuropa  Central  o  como  en  Francia  en  la  cual  existía  una  alta  burguesía  que  se  negaba  desde  1830  acompartir el poder.

Si bien obedecieron a motivos económicos y políticos al igual que las de 1789 y 1830, la particularidadfue que participó un nuevo actor político: el proletariado. Pero paradójicamente, lo más significativo de lasllamadas revoluciones liberales es que a partir de la derrota que sufre el movimiento obrero se generan lascondiciones que permiten su  transformación, no solo  a  través  de cambios al  interior de su organización,sino en lo que se refiere a su ideología y metodología de acción. Dichos cambios no pueden ser más que elproducto  de  la  influencia  del  pensamiento  marxista  sobre  las  ideas  del  movimiento  obrero:  lostrabajadores ya no solo exigirían mejores condiciones de vida sino un nuevo orden social.

Engels se refiere a los acontecimientos del ’48 en  los siguientes términos: “su posición  intermedia entrelos grandes capitalistas, comerciantes e industriales, la burguesía propiamente dicha, y la clase trabajadorao proletaria determina su carácter distintivo. Aspira a la posición de la burguesía, pero el menor revés de

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fortuna precipita a los individuos de esta clase en el proletariado.”5 A lo que se refiere Engels es a que elsentimiento  más  importante  que  animaba  a  la  burguesía  era  el  temor  a  la  proletarización.  Por  tanto,  latendencia que  intentaban era forzar  la unificación de  los mercados, hasta entonces  divididos por feudos,puentes  y  aduanas  interiores  para  constituir un  solo  mercado, una  sola  moneda y un  mismo  sistema depesas y medidas. Dicho de otro modo, dar paso a una racionalidad burguesa más avanzada.

A partir  del  triunfo  de  la  burguesía  en  el ’48,  esta profundiza  su  inserción  en  las  esferas de poder  paragenerar esa racionalidad a la que se hizo referencia. Operativamente el proyecto burgués se tradujo en elintento  de  derrocar  las monarquías  absolutas y  en  terminar  con  la propiedad  feudal  de  la  tierra. Pero  sibien  ya  fue  dicho,  lo  que  particulariza  estas  revoluciones  ­y  que  al  mismo  tiempo  las  diferencia  de  laRevolución Francesa,  entendida  como  revolución burguesa­  es que participa  de  manera más  definida  elproletariado  a  pesar  de  que  no  logra  que  sus  acciones  cuajen  en  un  movimiento  organizado  yconsecuentemente tampoco logra asumir la dirección del proceso.

Marx y Engels reconocen esta incapacidad del movimiento obrero, y en cierta medida su desarticulación.Precisamente  lo  que  intentan  hacer  al  conformar  la Liga de  los Comunistas  es  superar  este  obstáculo  apartir de demostrar que una revolución no es una catástrofe sino el resultado natural de un momento de lalucha de clases y más profundamente, el choque entre fuerzas productivas y relaciones de producción.

Sin embargo, no hay que confundir la idea marxista de revolución pensando que es un hecho simplementenormal en el curso histórico, sino que por el contrario, la revolución es el motor de la historia, que no seproduce  en  cualquier  momento  sino  cuando  llegan  a  su  punto  máximo  una  serie  de  contradiccionesobjetivas  y  subjetivas.  Justamente  esta  falta  de  contradicciones  extremas  será  lo  que  haga  fallar  lasrevoluciones  del  ’48.  Porque  si  bien  su  impulso  estaba  dado  por  la  oposición  de  intereses  entre  laburguesía y el absolutismo, mechados con restos feudales, el proletariado se encontraba aún disperso y porende incapacitado para desempeñar el rol principal.

La  causa  profunda  del  fracaso  obrero  radicaba  entonces  en  el  hecho  de  que  si  bien  estas  revolucionesfueron acompañadas por una voluntad unánime  del proletariado,  sobrevinieron  en  un período  en  que  laestructura económica y social contenía residuos de las formas absolutistas del Antiguo Régimen,  lo cualno  permitió  a  la  totalidad  del  proletariado  formar  un  frente  común  contra  la  burguesía.  Desde  estaperspectiva  Marx  señala  que  lo  que  faltó  en  este  período  fue  la  alianza  con  el  campesinado  y  con  lapequeña burguesía urbana.

No obstante dichas revoluciones no deben considerarse inútiles porque  logran quebrar el régimen feudalmonárquico  posibilitando  así  la  afirmación  y  desarrollo  del  capitalismo,  preparando  el  terreno  para  elulterior desarrollo de la conciencia de clase y la organización de la clase obrera.

El período 1848­1849 puede entenderse entonces, como un interregno en el cual el espíritu revolucionariode  la  democracia  burguesa  iba  desapareciendo  al  mismo  tiempo  que  el  desarrollo  del  proletariadosocialista ­dependiente del desarrollo del capitalismo­ no había logrado madurar. Dicho de otro modo, loviejo agonizaba mientras que lo nuevo no estaba maduro para nacer.

5 Jaques Droz. “Historia General del Socialismo”. Editorial Destino, Barcelona, 1995. Pág. 5

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III

“Todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profanado, y loshombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia

y sus relaciones recíprocas”Karl Marx

El 2 de diciembre de 1851 tuvo lugar en Francia el golpe de Estado de Luis Bonaparte, quien un año mástarde  será  el  emperador  Napoleón  III.  Este  acontecimiento  tampoco pasa desapercibido para  Marx, queexplica en el “Dieciocho Brumario” el período ‘48/’49 pero desde el punto de vista de ese 2 de diciembre.

Brevemente, y para no salirnos del curso original de este escrito, diremos que la clave de este texto puederesumirse  en que  ­para Marx­ fue  la  lucha de clases  en Francia  la que  llevó al 2 de diciembre de 1851,teniendo  en  cuenta  además  que,  la  burguesía  nacional  era  incapaz  de  seguir  gobernando  con  métodostradicionales.  Esta  impotencia  era  acompañada  por  la  inmadurez  del  proletariado,  condición  que  si  sequiere, repetía la instancia de las revoluciones del período ‘48­’49.

Marx describe y analiza en su obra el atraso del campesinado, su alejamiento de la vida política y culturalde  las  ciudades,  así  como  también  las  dos  tendencias  que  pugnan  al  interior  de  dicho  sector  social:revolucionaria y conservadora.

Dice Marx en el prólogo a  la segunda edición: “demuestro  cómo la  lucha de  clases creó en Francia  lascircunstancias y las condiciones que permitieron a un personaje mediocre  y grotesco (refiriéndose a LuisBonaparte) representar el papel de héroe”6

Coincidiendo con Peter Stallybrass7, Marx en el Brumario comienza a pensar las clases como una unióninestable  de grupos heterogéneos.  Ahora bien,  la  pregunta  es:  ¿esta heterogeneidad  era  en  realidad  unamultiplicidad o una masa coagulada? “¿era un carnaval de  los vivos o un sepulcro de  los muertos?”. Elanálisis marxiano nos  lleva a la siguiente conclusión: el proceso de diferenciación se reduce a una únicaidentidad que es reconocer las fisuras socio­económicas entre clases, lo cual no es más que reconocer unaamenaza política y social.8. Pero lo destacable de la obra es que Marx no piensa al proletariado como unamasa  pasiva  sino  como  el  nombre  de  un  agente  colectivo  privilegiado  que,  por  otra  parte,  necesitaconformar una alianza con el campesinado. Sólo a partir de su constitución como actor privilegiado reposala  posibilidad  de  revertir  el  rumbo  de  la  historia.  Consecuentemente,  ya  no  significará  un  parásito  delcuerpo social sino el cuerpo del cual el resto de la sociedad es un parásito.

Quien  hasta  aquí  haya  leído,  podrá  preguntarse  el  por  qué  de  tanta  descripción  del  contexto  históricocontemporáneo a  la  obra de Marx.  Pues bien,  el  motivo  ha  sido  expuesto  al  comienzo  del  escrito peroquizá resulte necesario volver a formularlo: Marx trata su teoría como guía para la acción política, no solopara  interpretar  al  mundo  sino para  transformarlo,  es  por  ello que  desde su  análisis  e  interpretación  deacontecimientos históricos puntuales desprende categorías que van a conformar su corpus teórico.

Los  escritos  posteriores  a  1848  confirman  esto,  pues  pasan  a  primer  plano  las  ideas  políticas,  losproblemas  de  estrategia  y  táctica.    Para  sintetizar:  aplica  el  enfoque  científico  a  la  política,  lo  que

6 Karl Marx. “El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”, Ediciones de la Comuna, Montevideo, 1995. Pag. 27 “Marx y la heterogeneidad” por Peter Stallybrass en El Ojo Mocho, primavera de 2000. Buenos Aires. Pags. 66 y 678  No  nos  detendremos  a  analizar  el  desarrollo  que  Marx  realiza  en  el  “Dieciocho  Brumario”  acerca  del  bonapartismo  y  dellumpenproletariado, por considerar, que si bien son categorías importantes en el conjunto de su obra, sobrepasan los objetivos delpresente trabajo.

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demuestra el profundo entrelazamiento entre teoría y práctica. Porque para los militantes, y Marx lo era, esde primordial  importancia la preparación  ideológica para infligir a la burguesía una derrota teórica de laque no pudiera sobreponerse.

Es en este sentido que cobra importancia la participación que tuvo Marx en la I Internacional, nacida enLondres tras el acuerdo de las dos clases obreras más importantes de entonces, la británica y la francesa.

A la cabeza de la británica se hallaba la Trade Union que solo agrupaba a obreros cualificados y por tanto,excluía  a  la  mano  de  obra.  Esta  organización  solo  se  preocupaba  por  el  incremento  de  los  derechospolíticos y sindicales y para ello practicaba una acción reformista que no llegaba a ser ni revolucionaria nisocialista. Dicho de otro modo, se mantenía dentro de los parámetros del sistema capitalista. Sin embargo,en función de dichos intereses se veía obligada a recurrir a la solidaridad internacional de los trabajadores.

En este contexto  lo que Marx  intenta hacer es  que  las masas obreras comprendan que  la acción aislada,dispersa y explosiva debía ser reemplazada por una acción conciente y masiva, acción que sólo era posibleen el marco de partidos socialistas organizados.

Consecuentemente  la  función  que  Marx  le  otorgaba  a  la  I  Internacional  era  concebirla  como  el  puntocentral de comunicación entre las variadas sociedades obreras sobre la base de dos ideas nodales, por unlado, que la emancipación de la clase obrera es obra de los propios trabajadores y por otro, que dicha claseno puede mantenerse indiferente a la conquista del poder político.

Este momento que aparece como el apogeo de Marx como activo militante durará diez años de 1864­1874.Su realizada vocación por  la acción política no ensombrece, sin  embargo, su  espíritu  teórico pues  dichaacción  se  traduce  en  textos  que  van  a  aparecer  totalmente  imbuidos  y  determinados  por  la  actividadpolítica. En este sentido, no debe quedar al margen ­ni  entenderse como una casualidad­ que  la primeraedición alemana del tomo I de “El Capital” se publique en 1867. Este es un año en que la burguesía estabaen  uno  de  sus  mejores  momentos.  Es  el  año  en  que  Gladstone,  primer  ministro  inglés,  al  cerrar  lascesiones del Parlamento, felicita a sus compatriotas por el aumento de sus riquezas. Es el año en que seconcreta la expansión de Prusia en Alemania, en que Italia lucha aun por su independencia y Japón iniciael proceso de modernización.

Es el mismo año en que Estados Unidos, luego de la Guerra de Secesión, da muestras al mundo de que elsistema marcha viento en popa. Eran los tiempos en que Rockefeller fundaba la Standard Oil. Tiempos enque  los  llamados pioneros del capitalismo moderno,  los capitanes de  la  industria  se  enorgullecían de sudenominación.

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IV

“Individuos que producen en sociedad, o sea la producción de losindividuos socialmente determinada: este es naturalmente el punto de partida”

K. Marx. “Introducción General a la Crítica de la Economía Política”

Hasta  aquí hemos  intentado  sintetizar  el  profundo  vínculo  entre  el  pensamiento de Marx en  relación alproceso histórico en el cual desarrolló su obra.

Por  eso  es  preciso  que  en  este  punto  realicemos  un  corte  transversal  a  lo  que  ha  sido,  si  se  quiere,  undesarrollo de la historia europea y del lugar que Marx ocupó en ella, para retrotraernos a lo que fueron losorígenes del capitalismo en función de aclarar cuales son sus características más generales, pasadas por elsedazo de categorías marxistas que se terminan de coagular en la que es –quizas­ la obra más importantede Marx: “El Capital”.

Y  decimos  que  se  terminan  de  coagular  porque  el  autor  ya  las  había  ido  esbozando  en  toda  su  obraanterior,  tanto en  la “Ideología Alemana” y en  los “Manuscritos”, como en  la “Miseria de  la Filosofía”,tanto en el “Manifiesto Comunista”, como en el “Dieciocho Brumario” y en todas las notas que publicócomo periodista en distintos medios gráficos.

Creemos  que  en  “El  capital”  se  ve  el  reflejo  de  la  época  que  marca  el  inicio  del  modo  de  produccióncapitalista. En él están expuestos  la miseria,  los problemas del trabajo del hombre, la mujer y los niños,cómo  la  máquina  ­en  su  utilización  capitalista­  en  lugar  de  aliviar  la  tarea,  provoca  desocupación,intensificación del trabajo, disciplina de cuartel, monotonía e incremento del despotismo capitalista.

En el libro primero Marx describe y analiza el proceso de separación de los productores directos respectode los medios de producción, reconociendo el proceso de liquidación y diferenciación de los campesinos,de la explotación.Es por ello que decidimos, vincular algunas de las categorías marxianas expuestas en el primer tomo conel  inicio  de  la  Revolución  Industrial  en  Inglaterra,  entendiendo  que  a  partir  de  una  nueva  situación  secomienza a observar la fractura de un modo de producción a otro.

Haremos un recorte en el análisis de Marx para partir del período que va desde mediados del siglo XVIhasta fines del XVIII, en el cual sitúa a la manufactura.

El origen de la manufactura tiene un carácter dual pues reconoce que aparece de dos maneras, si se quiere,inversas. Una es la reunión de  trabajadores especializados en  torno de un mismo espacio:  el  taller. Otrapor  la  cual  los  trabajadores  responden  a  la  misma  especialidad  siendo  utilizados  por  el  capitalsimultáneamente. Pero así como  la  manufactura  surge como  la combinación de diferentes oficios puedetransformarse en la combinación de diferentes manufacturas.

En cualquiera de los dos sentidos lo que observa es que el obrero parcial provee con su producto tambiénparcial,  la  materia  prima  que  necesita  otro  obrero  de  sus  mismas  características,  para  continuar  undeterminado  proceso  productivo.  Esta  interdependencia  obliga  a  que  cada  uno  de  ellos  emplee,  paraproducir el producto parcial, un determinado tiempo que es el que va a generar continuidad, uniformidad,orden y fundamentalmente “intensidad en el trabajo”, situación que no se presentaba ni en la artesanía nien la cooperación simple.

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Por otra parte, si bien pueden utilizarse máquinas, la específica del período de la manufactura va a ser el“obrero  colectivo”,  entendido  como  la  combinación  de  obreros  parciales.  Lo  que  esto  genera  es  laseparación, autonomización y aislamiento de las tareas del obrero en función de sus diferentes cualidades.En  un  mismo  espacio,  la  materia  prima  se  encuentra  simultáneamente  en  sus  diferentes  fases  deproducción.

De modo que será a partir de esta división que se desarrolla una jerarquía de la fuerza de trabajo a la quese corresponde  otra  jerarquía del mismo orden  y  en el mismo sentido pero de  tipo salarial. Ahora bien,esta división del trabajo obrero va a suponer inexorablemente,  la autoridad del propietario de  los mediosde producción sobre la fuerza de trabajo. Esto constituye, para Marx, el punto de partida de la lucha entrecapitalistas y asalariados. Dicha  lucha se  expresa, en principio,  en reclamos salariales que encabezan nolos proletarios sino los maestros gremiales de las principales ciudades. Pero Marx agrega que así como enla  manufactura  la  división  del  trabajo  supone  la  autoridad  del  capitalista  sobre  los  obreros  reducidos  apartes de un mecanismo colectivo del cual es propietario,  la división social del  trabajo contrapone a  loscapitalistas,  que  reconocen  como única  autoridad  sobre  ellos  a  la  competencia y  consecuentemente a  lafuerza coercitiva que sobre ellos ejerce la presión de que se impongan sus propios intereses.

Ahora bien, dicha división del trabajo convierte en necesidad técnica el incremento de obreros, esto es delcapital variable. Este incremento está acompañado por un incremento del capital constante y de la materiaprima, dando por resultado que la concentración del capital y la división del trabajo son inseparables. DiceMarx “tan inseparables entre sí como lo son, en el dominio de la política, la concentración de los poderespúblicos  y  la  división  de  los  intereses  privados”9.  El  obrero  parcial,  como  si  fuera  una  planta  deinvernadero,  ve  mutiladas  sus  capacidades  e  impulsos  productivos,  así  no  solo  es  el  trabajo  el  que  sedivide sino el hombre mismo.

Por lo tanto la división del trabajo en la manufactura, genera la degradación cualitativa y cuantitativa delproceso social de producción. En este sentido se convierte en una  forma capitalista, en un método paraproducir  plusvalor  relativo  en  función  de  producir  nuevas  condiciones  para  que  el  capital  domine  altrabajo. A partir de esto no solo  la manufactura debe ser entendida como un progreso histórico sino quedebe  ser  reconocida  como  medio  de  explotación  civilizado  y  moderno.  No  obstante  la  base  de  lamanufactura  continua  siendo  la  destreza  artesanal,  a pesar  de  que  se  produce,  como  ya  fue  dicho,  unadegradación  jerárquica de  los  obreros  en  función  de sus  cualificaciones.  Así  es  que  la  perfección  de  lamanufactura  consiste  en  “desembarazarse  del  espíritu,  de  tal  manera  que  se  puede  considerar  al  tallercomo una máquina cuyas partes son hombres”10.

Hacia mediados del siglo XVIII se observa que principalmente en Inglaterra muchas manufacturas comoconsecuencia  de  la  sencillez  para  operar  ciertos  mecanismos  preferían  emplear  mano  de  obra  de  bajacalificación por no decir carente de ella.

9 Karl Marx. “El Capital”, Tomo I, Editorial Siglo XXI, España, 1999. Pág. 43810 op. cit pag. 440

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V

“Todo aquello que concentre a los hombres, aunque pueda generar algunos vicios,favorece la difusión del conocimiento y promueve a la libertad humana. Toda gran fábrica

o manufactura es por tanto una especie de asociación política que ninguna ley puedereducir al silencio y ningún magistrado puede hacer desaparecer”.

John Thalwell

Esta  nueva  situación  impacta  en  la  sociedad  inglesa  modificando  su  estructura.  En  el  “proceso  de  larevolución”  observamos  que  algunos  grupos  sociales  iniciaron  tendencialmente  su  desaparición,  entreellos pequeños propietarios cultivadores, pequeños arrendatarios de carácter feudal y los pobres cottagersy squatters. Otros se fueron consolidando progresivamente, nos referimos a la burguesía industrial y a losobreros de  las  fábricas y otros  iniciaron un proceso de sustancial  reducción,  tales  como  comerciantes  yempresarios particularmente laneros.

Parafraseando a Mori: “en un cierto momento del proceso, la isla británica terminó siendo “el lugar” enel cual apareció clara y destacadamente el modo de producción capitalista”11. Por tanto no fue casual queMarx se dedicara a efectuar un estudio sistemático de Inglaterra que habría de  llevarlo a comprender  elcarácter, naturaleza y dinámica de su progresividad y  en  conjunto,  las contradicciones que su  evoluciónprovocaba  y  alimentaba,  poniendo  en  evidencia  objetiva  sus  rasgos  típicos  y  determinantes  de  suhistoricidad.

En este sentido es que analiza la legislación fabril en Inglaterra, tanto en lo que hace al aspecto sanitariocomo al educativo. El nuevo cuerpo de leyes logra generalizar y acelerar el proceso de industrialización ycon él la concentración de capital y el imperio del sistema capitalista. La legislación burguesa destruye lasformas tradicionales de producción, la pequeña empresa y la industria domiciliaria haciendo evidentes lascontradicciones de la forma capitalista de producción y con ello el enfrentamiento entre la nueva y la viejasociedad.

Pero  retomando  el  tema  de  los  grupos  sociales  y  limitándonos  a  aquellos  que  iniciaban  un  proceso  desolidificación  debemos  reconocer  que  la  vertiente  que  miraba  “hacia  arriba”12,  estaba  adquiriendoconciencia  de  clase,  en  términos  de  los  reclamos  que  comienzan  a  hacer  al  gobierno  británico  paradefender intereses y reivindicaciones propios.

Tal grado de madurez era resultado de la afirmación del sistema fabril, marco objetivo que está constituidopor poderosas fuerzas externas, a saber: la amplitud del mercado disponible, el costo de la mano de obra,la  relativa  modestia  de  los  capitales  monetarios  necesarios  para  montar  cualquier  tipo  de  empresaindustrial y el impulso dado por la construcción de nuevas máquinas.

En cuanto a la vertiente social que miraba “hacia abajo”13 lo que caracteriza el período es el  incrementodel  flujo  migratorio  interno  que  se  dirige  del  campo  a  los  centros  urbanos  como  consecuencia  de  laexpulsión  del  campesinado  producto  de  leyes  de  cercamiento  y  de  la  atracción  ejercida  por  el  trabajofabril.

11 Giorgio Mori, “la Revolución Industrial”, Editorial Crítica, Barcelona, 1987 Pag. 9412 nos estamos refiriendo a la primera generación de burgueses industriales procedentes de la pequeña propiedad terrateniente y acomerciantes audaces.13 Campesinos y obreros industriales.

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En el capítulo que Marx dedica a la acumulación originaria, explica detenidamente cual es el significadosocial de los procesos de cercamiento. Nos detendremos brevemente a describirlo, ya que da muestras decómo se fue transformando la sociedad inglesa durante la etapa inicial de la Revolución Industrial.

El  cercamiento  fue  llamado por  muchos autores  una  revolución  de  los  ricos  contra  los pobres,  y  no  seequivocaban ya que se trató de la expropiación de tierras por parte de la burguesía terrateniente amparadospor una legislación que expresaba sus intereses de clase. El cercamiento despojó al campesinado inglés desu medio de subsistencia al mismo tiempo que redujo la propiedad de la tierra a unos pocos pero grandesterratenientes.

Los sectores despojados entonces, no tienen más alternativa que vender su fuerza de trabajo en el mercadoa  un  valor  depreciado  como  consecuencia  de  la  gran  oferta  de  mano  de  obra.  Pero  esta  resultaba  ladificultad menor ya que en general no podían ser absorbidos por la naciente manufactura convirtiéndosemuchos  ex  propietarios  de  pequeñas  parcelas  en  mendigos,  vagabundos  y  en  el  peor  de  los  casos  enladrones. Por ello es que se observa en Inglaterra ya desde el siglo XVII una dura y represiva legislaciónaplicada básicamente a la población rural expropiada por la violencia.

Así es que el robo de la propiedad de la tierra fue uno de los tantos métodos de la acumulación originaria,junto con  la expoliación de bienes eclesiástico, la enajenación  ilegal de tierras fiscales y de  la propiedadcomunal. Dice Marx: “estos métodos conquistaron el campo para la agricultura capitalista, incorporaronel suelo al capital y crearon para la industria urbana la necesaria oferta de un proletariado enteramentelibre”.14

El sector social despojado es el que va a conformar el nuevo proletariado industrial que conviviría con eltrabajo domiciliario  al  que Marx denomina  industria  doméstica.  Detengamos  a  analizar  la  significaciónque otorga a esta forma en particular.

La producción doméstica se desarrolla en las viviendas de los obreros o en pequeños talleres pero no tieneninguna  semejanza  con  el  trabajo  doméstico  que  conformaba  el  artesanado  urbano  independiente,  laeconomía  autónoma  del  campo  y  fundamentalmente  el  hogar  de  la  familia  trabajadora.  La  industriadoméstica  que  se  desarrolla  con  el  sistema  capitalista  expresa  una  forma  de  explotación  de  fuerza  detrabajo que no distingue género ni edad y que depende directamente del capital. Un capital que obtiene elabaratamiento  de  dicha  fuerza  de  trabajo  como  consecuencia  del  despojo  de  condiciones  normales  ydignas de  trabajo y de vida, por el  trabajo  excesivo y por el uso de herramientas que son propiedad delobrero. No obstante, va a aclarar Marx, esta forma de explotación tiene una limitación, si se quiere natural,que responde a la supervivencia física de la fuerza de trabajo.

Por  otra  parte,  lo  que  se  observa  a  partir  de  la  primera Revolución  Industrial  es  la  transformación  delmercado  en  que  debía  operar  el  obrero  industrial.  Este  tenía  un  carácter  fuertemente  competitivo  yproducía  formas  de  alienación  del  trabajo  derivadas  del  cambio  en  su  condición  como  sujetos15.  En  elmarco  del  sistema  distributivo  de  una  economía  capitalista,  los  empresarios  fueron  percibidos  comoenemigos. El moderno proletariado industrial asumió su papel no tanto por la atracción que ejercía la rentamonetaria sino por la coerción, por la fuerza o por el miedo. “Miedo al hambre, miedo al despido o miedoa la prisión para quienes desobedecían las nuevas reglas del mundo de la industria”16, dirá Marx.

14 op. cit. pags. 917­91815 Este tema se profundizará en el punto VI.16 Op. cit. pag. 114

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Es  recién  desde 1850 que  reconoce  en  Inglaterra  el  desarrollo productivo a  través  de  maquinarias,  peroexclusivamente para fabricar herramientas mecánicas. Entre  ellas cita  la máquina para hacer bobinas,  lahiladora y los telares continuos. Esta es la primera gran diferencia, pues aunque el hombre sigue siendo elprimer  motor  tiene  una  limitación  natural  que  remite  a  los  órganos  corporales,  para  operar  un  númeroreducido de instrumentos de trabajo.

En este sentido en un principio la Revolución Industrial parece dejar que el obrero domine a la máquinavigilando  su  funcionamiento  y  corrigiendo con  sus  manos  los  errores  que puedan producirse  durante  elproceso  productivo.  Este  aspecto  es  el  que  determina  que  la  manufactura  no  revolucione  el  modo  deproducción.

Pero la máquina reemplaza al obrero a través de un mecanismo que opera al mismo tiempo con una masade  herramientas,  con  la  unión  de  todos  los  instrumentos  simples puestos  en  movimiento por  un  mismomotor. De modo que el punto de partida ya no será el trabajador sino el instrumento de trabajo y en estemismo  sentido  sigue  habiendo  cooperación,  del  mismo  modo  que  en  la  manufactura  pero  no  comocombinatoria  de  tareas  humanas  sino  como  combinatoria  de  máquinas  que  ejecutan  trabajos  parcialescomplementarios entre sí. Por ello es que Marx asegura que es  la manufactura misma la que proporcionala  base  natural  para  que  se  constituya  el  sistema  de  máquinas  y  se  reorganice  el  proceso  productivo  através de la eliminación del principio subjetivo de la división del trabajo.

A partir  de  la gran  industria  será  cada máquina parcial  la que  le brinde  a  la que  sigue  en  el  proceso  lamateria prima. Del mismo modo que en la manufactura, todas las máquinas funcionan simultáneamente deforma tal que las diversas etapas de la producción también se encuentran en acto al mismo tiempo.

Por ello es que en el sistema de máquinas, el obrero encuentra como condición previa a él un organismode  producción  objetivo  provocando  que  la  máquina  funcione  únicamente  a  través  de  trabajo  colectivo.Consecuentemente el carácter corporativo del proceso de trabajo será una necesidad técnica dependientede la naturaleza del medio de trabajo.

Pero  entonces,  ¿cuál  es  el  efecto  que produce  al  interior de  las  relaciones  sociales  la  incorporación  delsistema de máquinas en el proceso de producción? Marx dirá que lo que se revoluciona radicalmente sonlas relaciones capitalistas, básicamente entre el capitalista, definido por ser el propietario de los medios deproducción y el obrero definido como propietario de su fuerza de trabajo.

El  obrero  se  encuentra  a  partir  de  la  incorporación  de  la  máquina  con  la  siguiente  paradoja.  Lo  quesupuestamente debiera ser la transformación del proceso productivo en pos de una mejor condición socialse convierte en realidad, en un medio para prolongar la jornada laboral. Decimos paradójicamente porquelo que se desprende del análisis objetivo es que la máquina no solo debería incrementar la productividadsino que debería hacerlo reduciendo el tiempo de trabajo necesario para la obtención de un producto. Encambio no solo genera  la prolongación de  la  jornada  laboral sino  también población excedente, pues  lamáquina reemplaza obreros en el proceso productivo. La máquina se convierte entonces en competidoradel  obrero  porque  cuando  éste  es  reemplazado  como  herramienta,  desaparece  el  valor  de  cambio  queposeía como fuerza de trabajo, como mercancía. Dice Marx: “el medio de trabajo asesina al trabajador”.Pero  no  solo  funciona  como  competidor  sino  que  se  proclama  como  potencialmente  hostil,  porque  elcapital la usó para reprimir las reivindicaciones y revueltas obreras.

A pie de página Marx fundamenta su afirmación recurriendo a datos de 1833 recogidos por un tal Gaskelen “The manufacturing population of Ingland”.  Allí se demuestra cómo de 1861 a 1868 desaparecieron338  fábricas  algodoneras,  lo  cual  permite  corroborar  que  la  producción  se  concentró  en  un  númeroreducido de capitalistas reduciendo en la misma proporción el número de personas ocupadas.

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Entonces la máquina actúa aumentando la explotación de la fuerza de trabajo, a través de la cosificación eltiempo del obrero por el  incremento de  la jornada y produciendo más en menos tiempo y cambiando depersonal sin que se interrumpa el proceso de producción.

En conclusión, en la manufactura y el artesanado el trabajador se sirve de la herramienta, es un miembrodentro  de  un  mecanismo  vivo,  mientras  que  en  la  fábrica,  ámbito  natural  de  la  máquina,  se  vuelve  unservidor de ella, incorporándose al proceso como un apéndice viviente de objetos inanimados que dirigenla producción. El trabajo de este tipo ataca cosificando, reprimiendo el desarrollo físico e intelectual. Lahabilidad inherente a los sujetos es desconocida, desvalorizada y subordinada por la técnica de la máquina.

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VI

“Lo que busca realmente el espíritu es la realización de su idea, pero alhacerlo, esconde ese fin a su propia visión y siente orgullo y satisfacción en estaenajenación de su propia esencia” Hegel en “La filosofía de la historia”

A  partir  de  la  modificación  total  de  las  condiciones  materiales  de  trabajo  producto  del  trabajo  fabrilpodemos reconocer una categoría que Marx elabora antes de escribir “El Capital”. Nos estamos refiriendoa  la  categoría  alienación17.  El  concepto,  si  se  quiere  desde  un  ámbito  subjetivo  y  hasta  psicoanalítico,implica la idea de extrañamiento, entendido como no ser uno mismo. Puede pensarse como la pertenenciaa  un  sistema  que  aparta  al  sujeto  de  su  individualidad,  enajenando  y  alterando  toda  posibilidad  derealización de su auténtica subjetividad.

El hombre alienado no se reconoce como un factor activo de la constitución del mundo y de sí mismo, porel contrario  lo experimenta y se experimenta desde una actitud pasiva, dice Erich Fromm: “como sujetoseparado del objeto”18. Marx ubica el concepto en una correspondencia directa con la realidad y a partir dedicha  correspondencia  adquiere  un  significado  absolutamente  concreto  sustentado  por  los  efectos  delsistema económico en el que se encuentra inmerso el hombre.

Pero ¿por qué para Marx el hombre está alienado? Justamente porque el sistema de propiedad privada enlugar de ubicar a los medios de producción como simples instrumentos de los hombres en relación con lanaturaleza para desarrollar actividades productivas,  los  transforma en  fines  y a ellos subordina a  toda  laclase  trabajadora.  Dicho  de  otro  modo,  el  hombre  lejos  de  ser  un  fin  en  sí  mismo,  se  convierte  en  unmedio, en un instrumento más del proceso de producción, sin que se tenga en cuenta su propia necesidadde realización como sujeto.

El proceso de enajenación se expresa en el trabajo, en la división del trabajo porque el producto obtenidose  opone  a  él  como  algo  ajeno, “como  un  poder  independiente  del  productor”,  dice  Marx  en  losManuscritos y agrega “la realización del trabajo se manifiesta hasta tal punto como invalidación que eltrabajo es invalidado hasta morir de hambre. La objetivación constituye en tal medida una pérdida delobjeto que el trabajador se ve privado de las cosas más esenciales, no solo de la vida sino  también deltrabajo”. Para Marx, la propiedad privada relega al sujeto a una condición de medio y lo obliga a realizaruna actividad extraña a su natural condición, lo que implica un carácter inhumano y por lo tanto alienante.Así se ve privado de manifestarse de acuerdo con su verdadera naturaleza y aspiraciones, e incluso estasaspiraciones las pierde de vista justamente por su condición de alienado.

Como  se  ha  dicho  el  vínculo  que  efectúa  entre  alienación  y  realidad  le  permite  analizar  el  trabajo.  Untrabajo que pierde  todo  tipo de  contenido  y  actividad creativa para  convertirse  en  una  función  rutinariacuya  única  motivación  es  la  posibilidad  de  subsistencia.  Porque  Marx  no  solo  piensa  en  la  alienacióncomo  la  relación  del  trabajador  con  el  producto  del  trabajo  sino  también  en  relación  con  el  acto  deproducción dentro del  trabajo. Aquí  la actividad es  sufrimiento,  la  fuerza se transforma en  debilidad,  lacreación  en  castración  y  la  energía  intelectual  en  una  actividad  que  se  vuelve  contra  sí    mismo.  Es  laautoenajenación.

Por lo tanto el trabajo, en el sistema capitalista constituye una enajenación para el hombre ya que no estáconsustanciado con su esencia y con su libre creatividad sino que por el contrario, es tarea involuntaria. El

17 serán considerados sinónimos los términos alienación y enajenación.18 Erich Fromm. “Marx y su concepto del hombre”. Fondo de Cultura Económica, México, 1961.

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trabajo es  impuesto y en este sentido puede pensarse como trabajo forzado. No es la satisfacción de unanecesidad  sino  un  medio  para  satisfacer  otras  necesidades.  Ahora,  si  ese  trabajo  es  ajeno  al  obrero  aalguien  le  pertenece,  alguien  es  su  dueño.  La  enajenación  aparece  entonces  como  una  relación  socialasimétrica entre un hombre trabajador y otro hombre que no trabaja.

La  división  del  trabajo  se  funda  ­a  partir  de  la  gran  industria­  en  el  trabajo  barato,  en  el  empleo  demujeres,  niños  y  obreros  no calificados.  La  industria  así  economiza  medios  de producción a  través  deldespilfarro de la fuerza de trabajo y del despojo de las condiciones normales del trabajo. Ya no es precisoaclarar que el concepto de alienación en Marx trasciende lo económico. No se trata de que el hombre gocede una mayor proporción de su producto, de la creación de su trabajo. La justa distribución no representael último fin en la búsqueda de la desalienación. Lo fundamental es la liberación del hombre de un modode producción que destruye su  individualidad haciéndole perder de vista  la verdadera esencia  que es surealización como individuo. La actividad del hombre no puede limitarse a ser un mero productor de cosasque principalmente están destinadas a la obtención de un beneficio económico que, además, no favorece ala mayoría y por lo tanto ésta lo ve como algo extraño.

Porque si es así el trabajo enajenado ya no solo se apropia de la producción sino que  le arrebata al sujetola vida, reduciéndola a la mera existencia física. De allí que para Marx la alienación aparece en todos losperíodos  históricos,  pero  alcanza  su  climax  en  la  sociedad  capitalista  porque  al  no  participar  en  ladirección del  trabajo, al actuar como empleado de  la máquina a  la que sirve se transforma en un obrerocosificado por su dependencia al capital.

¿Cómo desalienarse entonces? Marx va a decir que el hombre debe integrarse con los otros hombres y conla naturaleza  en un proceso creativo  que  lo  confirme  como  especie,  condición básica para  acceder  a  laverdadera libertad. La única manera de lograrlo será entonces abolir la propiedad privada de los medios deproducción y la realización del comunismo que permite superar el conflicto entre existencia y esencia paralograr la verdadera libertad objetiva.

En  función  de  esta  extensa  conceptualización es  que  nos permitimos pensar a  la primera generación  deproletarios como sujetos alienados. ¿Por qué? Son varias las razones. En principio porque procedía, comohemos  dicho,  del  ámbito  rural,  donde  la  medida  del  tiempo  estaba  dada  por  los  fenómenos  de  lanaturaleza,  donde  nadie  le  daba  órdenes  directas,  donde  podía  dejar  de  trabajar  cuando  quería,  dondepodía  alternar  los  oficios  y  en  el  último  de  los  casos  donde  podía  vivir  aislado  y  al  aire  libre.  Esteproletario,  se  debió  enfrentar  con  horarios  de  trabajo  continuados  e  interminables,  tuvo  que  obedecerórdenes de un jefe y mecanismos impersonales de trabajo o, lo que es peor, sistemas de mecanismos. Tuvoque vivir en condiciones de promiscuidad y en ambientes desconocidos.

Pero  además  y  por  efecto  del  sistema  de  maquinarias  que  puede  prescindir  de  la  fuerza  muscular,  seemplean obreros de escaso desarrollo físico pero de miembros más ágiles,  lo que es lo mismo que decirque se incorporan mujeres y niños como obreros. Esto produjo dos efectos, por un lado el incremento delnúmero  de asalariados y por otro  la disminución  del  trabajo doméstico.  Así  la  maquinaria distribuye  elvalor de la fuerza de trabajo del hombre, que por ende se desvaloriza, entre todo el grupo familiar. Paradecirlo en  las propias palabras de Marx: “para que una familia viva, ahora son cuatro personas las quetiene que suministra al capital no solo trabajo sino también plusvalor”19. Lo que se observa entonces esque además de extenderse el material humano de explotación se extiende el grado de ella.

19 Karl Marx, “El Capital” Tomo I, vol. 2 pags. 481 y 482

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Las consecuencias que se producen en el obrero de los principios de la industrialización son casi crueles,Engels va a hablar de degradación moral, pues se siente una especie de tratante de esclavos ya que no solovende su fuerza de trabajo sino la de toda su familia.

Es claro entonces que si bien en promedio su salario podía ser superior a lo que percibía en su abandonadacondición de campesino se vio sumergido en una situación nueva para la que no había sido socializado.Por ello es que estos obreros adquirieron conciencia no tanto por su ser como clase sino como resultado desu  propia  condición  de  obrero  y  por  lo  que  Marx  denominó  “devastación  intelectual”.  El  ámbito  deprotección que había internalizado y que constituía su horizonte moral y político desaparecía en la vida dela fábrica.

Nos  permitimos  inferir  que,  el  concepto  de  alienación  destruye  la  separación  que  muchos  autores  hanrealizado  entre un  joven  y un viejo Marx,  porque  es  este concepto  el  que  va  a  convertirse  en  un puntocentral  de  su  pensamiento  desde  los  “Manuscritos  económico­filosóficos”  escritos  en  1844  hasta  laredacción de “El Capital” y particularmente al capítulo primero en el que se refiere al carácter fetichista dela mercancía.

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VII

“ligeras fracturas y fisuras en la dura corteza de la sociedad europea,bastaron sin embargo para poner de manifiesto el abismo que se expandía por

debajo”K. Marx

Por  todo  lo  expresado,  la  Revolución  Industrial que  tuvo  lugar  en  Inglaterra  en  las  últimas  décadas delsiglo XVIII se convirtió en uno de los acontecimientos más destacados de la historia debido a que permitióel  ascenso  y  solidificación  del  modo  de  producción  capitalista  y  de  la  burguesía  industrial  que  sinembargo, no va a constituirse más que en agente involuntario de ella. En el Manifiesto Marx y Engels serefieren a esta burguesía como la clase que logró destruir las relaciones feudales, patriarcales e idílicas.

Son Engels y Mills  los primeros en hablar de revolución  industrial, pero la expresión es introducida porMarx  para  caracterizar  sobre  todo  los  orígenes  y  la  naturaleza  del  capitalismo  moderno.  La  fuerza  detrabajo convertida en mercancía, y el divorcio entre propiedad y trabajo cierran definitivamente una épocaque correspondía a una sociedad dominada por formas de producción y de propiedad de naturaleza feudal,en las que la división del trabajo y el intercambio estaban poco desarrollados.

No quedan dudas entonces que dicha revolución expresa un cambio histórico a partir del reconocimientodel modo de producción capitalista. Sin embargo no son pocos los autores que piensan este momento nocomo una ruptura sino como continuidad de una situación que no surge por generación espontánea a partirde la incorporación industrial de la lanzadera volante.

Dicho esto, ese preciso aclarar el por qué. El factory system puede ser concebido como el producto lento yporque  no  subterráneo  de  la  tecnología  al  mismo  tiempo  que un  desarrollo  molecular de  las  relacionessociales  en  general.  Particularmente  la  Inglaterra  del  siglo  XVIII  hacía  tiempo  podía  considerarsecapitalista debido a que se observaba la separación progresiva entre el productor directo y los medios deproducción  de  tal  modo  que  esas  relaciones  de  producción  impulsaron  el  desarrollo  de  las  fuerzasproductivas hasta conducirlas hasta el umbral de la maquinización.

Como en cualquier acontecimiento histórico y más aun revolucionario están presentes muchos elementosde  continuidad,  característicos  de  períodos  precedentes  y  una  compleja  conexión  entre  ellos  y  muchoselementos nuevos que son los que van a terminar determinando el cambio.

Aunque  parezca  una  paradoja,  este  análisis  no  se  desentiende  totalmente  de  entender  la  revoluciónindustrial como una ruptura porque, ciertamente, en adelante será la industria y determinada producción laque determine el rango y la influencia de las demás. De lo cual se desprende que en el diseño marxiano lamanufactura, puede ser pensada como la forma característica originaria de la producción capitalista en elperíodo que va de la mitad del siglo XVI hasta el último tercio del XVIII.

En su primer estadio se coordinaban en un taller las actividades de un gran número de artesanos y obrerosno cualificados bajo la dirección de un capitalista. Más tarde evolucionó hacia la cooperación de operariosde  la  misma  especialidad,  cuyo  anterior  ámbito  laboral  quedaba  ahora  desintegrado,  aislado  eindependizado,  con  el  fin  de  abaratar  la  producción,  al  limitar  a  cada  uno  de  los  obreros  a  sermanipuladores de una parte limitada del proceso de producción total.

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Es en este sentido  que creemos que  la  manufactura  lleva consigo  los  estigmas  del modo de produccióncapitalista en el cual la aparición de  la máquina provoca una ruptura que aunque tenga lugar en el cursodel mismo, es una ruptura en si misma.

Evidentemente  por  lo  expuesto,  la  Revolución  Industrial  produjo  cambios  pero  no  solo  en  cuanto  alprogreso técnico que significó la aparición de nuevas herramientas sino además en cuanto a la dislocaciónque acompañó a los sujetos, potenciada por las políticas liberales y burguesas impuestas desde un Estadoque hace su aparición en el siglo XVII como resultado de las relaciones de producción implantadas por elsistema capitalista.

Al  consolidar  la  burguesía  su  poder  económico,  conquistó  el  poder  político  y  desarrolló  el  estadomoderno, con todo su ordenamiento  jurídico ideado para preservar el sistema de producción  implantado.De acuerdo al materialismo histórico, el estado es un elemento de la superesetructura, determinada por lainfraestructura económico­social,  y  tiene por objeto  legalizar  las relaciones de dominación que ejerce  laburguesía respecto del proletariado.

Marx entiende que las ideas de una época son las ideas de la clase dominante, en consecuencia, el estadoburgués tiene la función de asegurar no solo las relaciones de producción y la propiedad privada sino la dedesarrollar la cultura y la educación burguesas.

En este sentido es que entendemos que  la Revolución Industrial fue  la instauración y legitimación de unnuevo modo de producción,  junto con  la  incorporación de un nuevo modelo filosófico que inaugura unperíodo materialista que creía que todos  los problemas tenían una solución económica. Este estado es elque establece una economía de tipo mercantil que cambia el eje de atención de  la sociedad. El problemade la subsistencia es reemplazado por el de la ganancia que no está ya garantizada por el Estado sino quedepende  del  nivel  de  precios  que  determine  el  mercado.  Supuestamente  este  mercado  se  autorregula,dirige los precios y organiza toda la vida económica.

Cabe aclarar que  si  bien  en  este período  ­estamos  refiriéndonos  a  la  segunda  mitad del  siglo XVIII­  laconcentración de capital, producto de la maquinización convivía con la institución prevaleciente que era ladel propietario terrateniente, lo cual producía que la renta de la tierra debilitara, y en un punto retrasara, laaparición de las relaciones de producción capitalista. Lo que es preciso enunciar es que en este período lapresencia del pequeño campesino había sufrido una sustancial disminución por no decir su desaparición yaque casi el 90% de la tierra y por tanto de la economía rural estaba en manos de los arrendatarios.20

20 Giorgio Mori, “La revolución industrial”, Editorial Crítica, Barcelona, 1987.

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VIII

“Esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir tan potentes medios deproducción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias

infernales que ha desencadenado con sus conjuros” Manifiesto Comunista

Hasta aquí hemos visto cómo la maquinaria al apropiarse del trabajo no solo del obrero sino también de sufamilia aumenta el material humano susceptible de ser explotado y como además, incrementa la  jornadalaboral. Dicho de otro modo, como explota más intensamente la fuerza de trabajo.

Por otra parte vimos que ­según Marx­ la maquinaria debe abaratar las mercancías y reducir la parte de lajornada de trabajo que el obrero necesita para sí, incrementando la parte que cede gratis al capitalista. Peroaquí  aparece  una  dificultad  que  explica,  en  cierta  forma,  una  característica  fundamental  del  modo  deproducción  capitalista. Todos  estos  deber  ser  no  son,  y  no  son  porque  el  proceso  de  trabajo  entendidocomo una forma histórica es un proceso de trabajo productivo, pero no sólo limitado a la producción demercancía, sino esencialmente a la producción de plusvalor.

El  trabajo  se  estructura  bajo  la  forma  del  tiempo,  por  ello  es  que  el  capitalista  no  compra  trabajo  sinotiempo sobre el cual se produce la plusvalía.

Marx desagrega esta categoría ­en función de pertenecer a diferentes etapas del desarrollo del capital­ enplusvalor  absoluto  y  plusvalor  relativo.  En  cuanto  al  primero  su  producción  responde  a  que  lascondiciones  de  trabajo  se  transformen  en  capital  y  los  obreros  en  asalariados,  que  los  productosreconozcan un único sentido ser mercancías, que el proceso productivo se defina por ser un proceso en elcual  el  capital  controle  y  consuma  la  fuerza de  trabajo para  finalizar  en  la prolongación  del proceso  detrabajo traducido en la extensión de la jornada laboral más allá del límite del tiempo de trabajo necesariopara la subsistencia del obrero. Este proceso no es exclusivo del modo de producción capitalista ya que seobservan en los distintos modos de explotación que están presentes en la historia antes de que intervengael capital. La diferencia nodal radica en que en el capitalismo la extracción de plusvalor no se produce porcoerción directa sino por la venta de la fuerza voluntaria que aparenta ser voluntaria.

En cuanto al plusvalor relativo presupone la producción de plusvalor absoluto y remite exclusivamente almodo de producción capitalista. Su  finalidad es  el  incremento del plusvalor a través de  la  reducción deltiempo  de  trabajo  necesario,  sin  tener  en  cuenta  los  límites  de  la  jornada  laboral.  De  tal  modo  lamaquinaria se convierte en un medio de producción de plusvalor. Así es como en definitiva analiza el pasodel medio para la producción de herramienta a máquina. Lo que hace es incorporar el elemento históricoque  resulta  imprescindible  para  reconocer  la  diferencia.  La  máquina  como  promotora  de  la  revoluciónindustrial reemplaza al hombre que de manipular una única herramienta se convierte en un mecanismo quetrabaja  con  una  masa  de  herramientas  iguales  o  diferentes  a  la  que  estaba  acostumbrado  a  utilizar.  Elresultado entonces es que la maquinaria aumenta el plusvalor que acrecienta la riqueza del capitalista ydisminuye  de  manera  constante  el  número  de  trabajadores  para  la  producción  de  bienes  de  primeranecesidad.

Por  último  la  conclusión  a  la  que  llega  Marx  luego  de  su  largo  desarrollo  y  análisis  del  modo  deproducción  capitalista,  es  francamente  angustiante  porque  el  obrero  productivo,  dentro  del  sistemacapitalista no produce para sí sino para el capital. Así se enfrenta a una realidad que  lo disminuye comosujeto ya que se ve inserto en una estructura inhumana de producción por la cual su trabajo deja de ser lacanalización subjetiva de su identidad y de su realización como sujeto.

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De  este  modo  el vínculo que  se  establece  entre  el  capital  y  el  proletario    se produce por violencia,  unaviolencia que lo enfrenta a no ser para poder ser solo una posibilidad de subsistencia. El obrero consumidopor el capital como una mercancía se observa a si mismo, si tiene conciencia de su posición y condicióndentro del sistema, animalizado porque debe  descartar  la  rebeldía y  el  enfretamiento como acto y comopotencia.

Lo  que  otorga  identidad  al  sujeto  es  justamente  lo  que  no  posee.  La  posibilidad  de  existencia  socialdepende  de  la  capacidad  de  compra y  venta.  Lo  que  el  capitalismo  olvida o pretende  olvidar  es que  lafuerza  de  trabajo,  debe  ser  entendida  como  una  categoría  histórica  y  que  no  es  mercancía  sino  sereshumanos que se ven obligados a venderse para no morir.

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Breves reflexiones finales

Dos cuestiones nos planteamos  luego  de concluido  este  escrito, que  es menester aclarar no deben  leersecomo conclusiones de  lo expuesto sino más bien como una actitud reflexiva que surge del conocimientoformal.

La primera  cuestión  es una pregunta  referida  a  la  contemporaneidad  de  los clásicos  y  la  segunda, hacereferencia a las múltiples maneras de leer la obra de Marx. En el primer caso damos por supuesto que nosomos contemporáneos a los clásicos, entendiendo por clásicos a los grandes pensadores que han dejadomarcas,  en  el  más  puro  sentido  derridiano.  Marcas  que  se  traducen  en  enunciaciones  convertidas  enverdades  universales  que  las  inmuniza  al  paso  del  tiempo  y  a  la  transformación  de  las  condicionesparticulares e históricas que les dieron origen. Los clásicos son creadores, más que constructores de teoría.Teoría  que  puede  ser  apoyada,  discutida  y  hasta  refutada  pero  nunca  ignorada.  Teorías  que  puedenprovocar un derrame casi eterno de nuevas teorías que se desprenden de la original, de la clásica.

Desde  esta  perspectiva  es  casi  imposible  negar  la  contemporaneidad  del  pensamiento  marxista,  pues  sibien  es  innegable  que  muchas  de  sus  intenciones  y  evaluaciones  en  relación  con  el  sistema  capitalistaparecen haberse resuelto de un modo totalmente opuesto a como Marx lo preveía ­y esto dicho a la luz dela  historia  reciente­  es  indudable  que  las  categorías  marxianas  siguen  formando  parte  inevitable  delanálisis del capitalismo.

En  cuanto  a  la  segunda  cuestión,  la  que  se  refiere  a  los  diferentes  modos  de  leer  a  Marx,  debemosreconocer que lo que hemos hecho en el trabajo fue una lectura académica, institucional y por ello tiene unsesgo de injusticia en el contenido del relato. Porque mientras se escriben estas líneas, mientras en otrosniveles  de  la  academia,  se  escriben  hojas  y  hojas  y  se  debaten  ideas,  hay  una  realidad  que  parecedesfigurarse tras la máscara de categorías abstractas. Es la realidad de muchos trabajadores, desocupadosy excluidos (esos que Marx llamaría seguramente lumpenproletariado) que luchan ya no por permanecer opor incorporarse al mercado sino por no morir en el intento. La pregunta que surge entonces es, ¿esta erala manera en que Marx pretendía que se abordara su obra? La respuesta es terminantemente negativa. Latan mentada objetividad para leer sus textos (y tal vez cualquier otro) nos lleva a perder sentido acerca dela  intima  conexión  con  la  realidad  que  motivó  a  Marx  para  que  su  obra  fuera  una  herramienta  deliberación y concientización de las condiciones inhumanas que el capitalismo imponía a los sujetos.

Por  lo  tanto  este  modo  aparentemente  objetivo  e  institucionalizado  es  un  fracaso  si  no  buscamosconectarlo con un mundo que profundiza cada vez más las injusticias que bien pudieron haber surgido conla Revolución Industrial pero que no pueden revertirse si exclusivamente nos limitamos a leer e interpretarconcienzudamente “El Capital”. La tarea pendiente entonces es poner en acto todo lo que la abstracciónmarxista potencia.

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Bibliografía utilizada

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v Berman,  Marshall.  “Todo  lo  sólido  se  desvanece  en  el  aire”.  Editorial  Siglo  XXI.  Madrid.1998

v Droz, Jacques. “Historia General del Socialismo”. Editorial Destino. Barcelona. 1995v Fromm,  Erich.  “Marx  y  su  concepto  del  hombre”.  Fondo  de  Cultura  Económica.  México.

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