TRABAJO APROXIMACIÓN AL PROCESO HISTÓRICO DE LOS PUEBLOS INDIGENAS EN AMÉRICA ANTES DE LA...
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UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELAMISIÓN SUCRE
ALDEA UNIVERSITARIA “LA FUNDACIÓN”U.C. PUEBLOS INDÍGENAS Y SISTEMAS JURÍDICOS
ESTUDIOS JURÍDICOSMARACAY ESTADO ARAGUA
APROXIMACIÓN AL PROCESO HISTÓRICO DE LOS PUEBLOS
INDIGENAS EN AMÉRICA ANTES DE LA COLONIZACIÓN EUROPEA.
AUTORES:
Almeida S. José
Bravo María Esther
Díaz Marilyn
Jiménez B. Carmen
Dairis Estaba
SECCIÓN: EJ02
PROFESOR ASESOR:
Abg.: Noris Calderón
MARACAY, JUNIO 2010
1
I N D I C E
PAG.
INTRODUCCIÓN……………………………………………………...................
LOS PUEBLOS AMERICANOS ANTES DE LA INVASIÓN………...…….2-6
La Invasión
Consecuencias de la Invasión
El trabajo Indígena
CONTEXTO HISTÓRICO VENEZOLANO………………………………...6-8
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
EN VENEZUELA…………..…………………………………………………..6-19
Ubicación Geográfica
Datos Etnográficos de los Pueblos Indígenas de Venezuela
LA FILOSOFÍA INDÍGENA………………………………………………...19
REFLEXIÓN SOBRE LA SABIDURÍA INDÍGENA………………………...20
CULTURAS INDÍGENAS VENEZOLANAS……………………………….20-21
LA ORALIDAD, TRANSMISORA DE CULTURA………………………….21
LENGUAS INDÍGENAS…………………………………………………………22
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA DE LOS INDÍGENAS DE VZLA.23-25
SISTEMA ECONÓMICO (SISTEMA DE PRODUCCIÓN)………………26-28
CREENCIAS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS VENEZOLANOS………...26-
29
SUS USOS Y COSTUMBRES………..…………………………………29-31
MODELO DE
JUSTICIA…………………………………………………………….31-33
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………..34
2
INTRODUCCION
Con la elaboración del presente trabajo, pretendemos de una manera
sintetizada estudiar los procesos históricos de los pueblos indígenas, desde
los pueblos originarios hasta los actuales en el contexto americano y
venezolano, con la fin de analizar los procesos a través de la historia,
tomando en consideración el periodo anterior a la colonización, el periodo
colonial, post-colonial y la evolución constitucional del derecho de los
pueblos originarios.
Nuestros pueblos primarios, víctimas por largos años de la usurpación,
violación, genocidio, etnocidio, ecocidio, de los desmanes de aquellos que
bajo la bandera de conquista y colonización, llegados de sitios lejanos,
irrumpieron en sus tierras, en sus costumbres, en su cultura, en sus
creencias. Entre la predicación del evangelio y sus pretensiones de
conversión; entre el todopoderoso y los terrenales intereses políticos y
económicos de reyes, príncipes y mendigos, nuestros pueblos han luchado
por largos años por lo que hace milenios de años les ha pertenecido antes
del mismo Estado.
A lo largo de la historia el Estado ha escrito sus políticas
asistencialistas, sin reconocer la especificidad de las comunidades de los
pueblos indígenas; sus derechos olvidados por nuestras constituciones, a
pesar que todos los proyectos constitucionales elaborados por el Libertador
Simón Bolívar, garantizaban la libertad y la seguridad jurídica de los pueblos
y sus instituciones políticas. Los que han resistido y hoy sobreviven, a partir
de 1999, vislumbran un nuevo camino, que en justicia se inicia reconociendo
el sacrifico de los antepasados aborígenes en la construcción de la
soberanía de nuestra patria, en la nueva Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; que le dedica un capítulo por completo a los
pueblos indígenas, además de nueve artículos vinculantes y tres
disposiciones transitorias. Hoy somos un Estado Multiétnico y Pluricultural
3
APROXIMACIÓN AL PROCESO HISTÓRICO DE LOS PUEBLOS
INDIGENAS EN AMÉRICA ANTES DE LA COLONIZACIÓN EUROPEA.
LOS PUEBLOS AMERICANOS ANTES DE LA INVASIÓN
Se cree que el hombre apareció en el territorio que hoy conocemos
como Venezuela, hace unos 16.000 años. Esta población había llegado por
el Sur, de la región del Amazonas, por el Oeste, de los Andes y por el Norte,
del Caribe. Antes de la invasión de los conquistadores europeos, muchos de
los pueblos que habitaban América habían alcanzado desarrollar sociedades
urbanas importantes, basada en el trabajo del hombre; mientras que otros,
sólo practicaban una agricultura simple o se dedicaban a la caza y la
recolección, los mayas, aztecas e incas construyeron complejas obras de
riego, aplicaron técnicas agrícolas y organizaron Estados teocráticos,
también inventaron un calendario de 365 días (mientras que Europa se
guiaba por el gregoriano, menos exacto que el maya) y un alfabeto. Pero
quizás, lo que más se destaca es la ciudad de Teotihuacán que en el año
500 D.C. era la ciudad más grande del mundo con 200.000 habitantes.
Los aborígenes aseguraban sus alimentos y demás bienes necesarios
para vivir, a través de relaciones de reciprocidad y redistribución. La primera,
consistía en la práctica de la solidaridad y ayuda mutua entre los miembros
de la comunidad. Se ayudaban entre sí a cultivar y a cosechar, mientras que
la redistribución, consistía en el cobro de fuertes tributos en productos y en
trabajo que eran contabilizados para determinar en qué zonas sobraban o
faltaban alimentos para luego distribuirlos en las poblaciones más
necesitadas. Esto confirma el espíritu comunitario de los pueblos aborígenes
americanos.
La Invasión
Al llegar el invasor ibérico con toda su maquinaria bélica y su ideología
despectiva de superioridad, comienza a construir al "indio" como ser inferior,
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bárbaro. Por lo general, antes de la conquista de América, el conquistador
hacía suya la cultura del conquistado, al mismo tiempo que enriquecía la de
éste. Todo lo contrario ocurrió en América, el conquistador y el conquistado
se presentan como oposiciones cerradas, imposibles de sintetizar. El
conquistador no quiere ser asimilado, pero tampoco asimilar. Busca
imponerse manteniendo su propia identidad, no quiere ser identificado con
los hombres y pueblos que ha sometido. Los conquistadores ibéricos trataron
de imponer su cultura y de extirpar la aborigen, ya que era vista como
"demoníaca".
Los europeos no pudieron desarraigar la cultura aborigen, pese a que
destruyeron templos, dioses y otras expresiones culturales. Debido a este
fracaso, se planteó otra estrategia: la cristianización. Los ibéricos intentaron
buscar una justificación filosófica y moral para la conquista. La encontraron
en Aristóteles que decía: "Algunos seres desde el momento en que nacen,
están destinados, uno a obedecer y otros a mandar". Según esta visión, no
todos los hombres son iguales, sino distintos por naturaleza. Aristóteles
afirmaba: "La naturaleza... hace distintos los cuerpos de los hombres libres y
de los esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras penosas y
haciendo a los primeros incapaces para los trabajos duros". O sea, que los
indios sabían hacer, estaban capacitados, pero no sabían cómo; quien se lo
debía decir era el europeo.
Ante todo esto, la iglesia católica creía que los errores paganos debían
ser desarraigados y la verdad cristiana impuesta a toda costa. Hubo
numerosos teólogos, como Juan Guinés de Sepúlveda, que estuvieron de
acuerdo con la conversión forzada de los indios, mientras que otros como
Bartolomé de Las Casas, sólo aceptaban la persuasión como único medio
para la evangelización. Pero nadie reconoció en aquella época el derecho de
los indígenas a mantener su propia religión. Juan Guinés de Sepúlveda decía
que los indios no fueron creados por Dios y que no son personas ya que
viven fuera de la "ley natural", debido a su comportamiento. Dicha ley
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establece que lo perfecto domina a lo imperfecto, por lo que, la supuesta
superioridad de los españoles será el derecho a dominar y a conquistar al
indígena. Sepúlveda también afirmaba que los aborígenes estaban mucho
más abajo que lo humano, cercano a lo animal. Decía que eran débiles,
cobardes, tímidos y carecían de virtud.
Todo lo contrario pensaba Bartolomé de Las Casas, que creía que, si
bien el indio era débil, también era un hombre y como tal, ante los ojos de
Dios, era igual que un español, por lo cual este último debía cuidarlo y
educarlo. Pero más allá de estas teorías, lo que ocurrió en América fue un
verdadero genocidio seguido de un fuerte etnocidio, muy importante para la
construcción del indio como ser inferior.
Consecuencias De La InvasiónEs relevante tener en cuenta que en 1492, la cultura ibérica no era
necesariamente moderna y racionalista, ni tampoco quienes manejaban el
aparato colonizador; ni los invasores, eran precisamente una luminaria, sino
más bien, estaban influenciados por la religión y la intolerancia que se
desprendía de ésta, debido a lo cual sólo podían mirar a los indios a través
de su estrecho prisma cultural. Los indios tenían que ser convertidos a la
religión verdadera, pero a cambio de su oro y sus tierras. En caso de la más
mínima resistencia se recurría a la violencia, esto ocurría con vertiginosa
frecuencia, ya que los conquistadores justificaban a través de la religión la
explotación, la esclavitud y los malos tratos. Toda esta violencia y esta
masacre terminaron por convertir a los aborígenes en indios, ya que ellos
mismo se convencieron de la superioridad europea. Las atrocidades
realizadas por estos últimos no se pueden explicar solo por la codicia y el
poder, sino también por una construcción de los indios por los españoles,
como seres inferiores, a medio camino entre lo humano y lo animal, como
pregonaba Sepúlveda.
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La conquista y colonización de América se refiere al proceso histórico
por el cual diversas potencias europeas conquistaron y establecieron
sistemas de dominación colonial en el continente americano, desde finales
del siglo XV hasta el siglo XIX. Este proceso implicó la desaparición de los
grandes imperios americanos, particularmente el Imperio inca y el Imperio
azteca, así como el colapso demográfico de la población americana.
Simultáneamente, las potencias coloniales impusieron el uso generalizado de
idiomas europeos en América, principalmente el español, el inglés y el
portugués.
El Trabajo Indígena
A partir de la llegada de los europeos a América, las condiciones de
vida de los indígenas americanos se deterioraron notablemente. Fueron
obligados a realizar trabajos muy duros; se les quitaron sus tierras (algunos
pueblos fueron trasladados por la fuerza a otros lugares); ya no pudieron
trabajar en comunidad para asegurar la subsistencia de todo el grupo. La
mortalidad aumento por este deterioro general de las condiciones de vida y
porque muchos fueron exterminados murieron debido a epidemias de
enfermedades introducidas por los europeos, como la viruela. Los que
sobrevivieron y sus descendientes se fueron incorporando de diversas
maneras a las nuevas sociedades americanas, y en la mayoría de las veces
realizando trabajo poco calificados, en situación precaria y con baja
remuneración. Desde entonces, la mayoría de los descendientes de los
aborígenes han vivido en condiciones de pobreza en áreas rurales (como por
ejemplo en Colombia, Guatemala, México, Perú, Paraguay, Ecuador o
Bolivia) o en reservas (este tipo de asentamientos se ha organizado sobre
todo en los países anglosajones). Hoy es cada vez mayor la cantidad de
aborígenes que viven en ciudades. Su objetivo es encontrar trabajo y mejorar
sus ingresos; pero en la ciudad es más difícil mantener las propias
costumbres y valores culturales. Por otra parte se han desarrollado distintos
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movimientos y organizaciones que procuran reivindicar sus derechos y sus
culturas, algunos gobiernos se han preocupado por mejorar las condiciones
de vida de la población aborigen y por reconocer algunos derechos, como el
de aprender en las escuelas en su propia lengua además de hacerlo en la
lengua oficial.
CONTEXTO HISTÓRICO VENEZOLANO
Los pueblos indígenas que en la actualidad habitan territorio
venezolano, desciende de los grupos que ya se encontraban en el territorio
del país en el momento del arribo de los colonizadores. Una de las
características de estos pueblos es, haberse mantenido relativamente
aislados, han preservado en mayor o menor medidas las costumbres y
tradiciones de sus antepasados.
Cada pueblo indígena ocupa un territorio que, de acuerdo a sus
creencias, les fue otorgado por los Dioses. Son lugares sagrados a los que
les deben cuidado y respeto y en los que viven organizados en pequeñas
comunidades o poblados. Estas comunidades generalmente son
independientes económica y políticamente unas de otras, aunque mantienen
entre sí estrechas relaciones sociales. Los cabeza de familia o jefes de cada
una de las familias de la comunidad, conforman una especie de consejo
reconocido como la máxima autoridad, entre los miembros de ese consejo se
escoge uno de ellos para que los represente en sus relaciones con otras
comunidades.
Estos jefes basan su poder en el prestigio que les proporciona su
conocimiento sobre la historia sagrada, rituales y ceremonias, técnicas de
caza y pesca, construcción de viviendas, comercio, etc. A su sabiduría deben
agregarse la ecuanimidad, la tolerancia y el buen juicio. Su liderazgo es
reconocido por todos, pero no pueden imponer su voluntad, ni ejercer su
poder sobre los otros miembros de la comunidad. En algunas etnias la
autoridad se transmite de padres a hijos dentro de un mismo grupo, las
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decisiones que afectan a la comunidad son tomadas de forma unánime en
asambleas, luego de que cada uno de los miembros adultos ha dado su
opinión al respecto.
En general, las sociedades indígenas de ahora, como las de nuestros
antepasados, son sociedades profundamente democráticas en las que los
alimentos, el trabajo y las diferentes responsabilidades que garantizan el
bienestar de la comunidad son compartidas por todos sus miembros.
Así vemos como son los hombres quienes se encargan entre otras
actividades de talar, limpiar y preparar el conuco y construir las viviendas,
además cazan y pescan, aunque en esta actividad también suelen participar
activamente las mujeres y los niños. Las mujeres, por su parte, se ocupan de
la preparación de los alimentos, del cuidado de los niños y de garantizar la
provisión diaria de agua y leña. También se ocupan del hilado del algodón,
tejen cestas y chinchorros, así como collares y otros adornos que utilizan en
su atavío personal. Ellas son las responsables del conuco y del fuego del
hogar. Los ancianos son responsables de los ritos y las ceremonias, deben
conocer a la perfección la historia sagrada, y narrar sus enseñanzas a los
más jóvenes para mantener viva la tradición.
La educación está basada en el ejemplo. Los niños y jóvenes
colaboran con sus padres y tíos en las distintas actividades que realizan, los
adultos los orientan siempre con mucha paciencia y tolerancia, sin recurrir
jamás al castigo físico.
De acuerdo al censo indígena de 1992, la población indígena de
Venezuela alcanzó la cifra de 315.815 habitantes, lo cual representaba para
entonces el 1.5% de la población total del país.
En el año 2001 se realizó el XIII censo general de población y
vivienda, que por primera vez incluyó el censo de comunidades indígenas el
cual arrojó un total de 354.400 personas pertenecientes a un grupo indígena,
y el censo de las comunidades indígenas, en el cual se registraron 178.383
habitantes. Ambas cifras arrojan un total de 523.783 habitantes indígenas
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distribuidos en todo el territorio nacional, que representa el 2.3% de la
población nacional.
Según el censo de 1992, en Venezuela se encuentran 28 etnias
ubicadas en diez estados: Amazonas, Anzoátegui, Apure, Bolívar, Delta
Amacuro, Mérida, Monagas, Sucre, Trujillo y Zulia.
Las 28 etnias son las siguientes: Akawayo, Añú, Arawak, Baré, Barí,
Baniva, Eñepa, Guajibo (Jivi), Jodi, Kariña, Kurripaco, Mapoyo, Pemón,
Pumé, Piapoko, Piaroa, Puinave, Sáliva, Sape, Uruak, Warao, Warekena,
Wayuu, Yavarana, Yekuana, Yeral, Yanomami y Yukpa.
La población indígena según el censo de 1992, representaba el 1.5% de la
población total del país y los grupos étnicos con mayor volumen de
población era: Wayuu 63 %, Warao 9 %, Pemón 7 %, Añú 7 %, Yanomami 6
%, Guajibo 4 %, y Piaroa 4 %.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN
VENEZUELA.
Ubicación Geográfica:
Amazonas: Baniva, Baré, Cubeo, Jivi, Jodi, Kurripako, Piapoko, Pinave,
Sáliva, Sánema, Piaroa, Yanomami, Warekena, Yabarana, Yekuana, Mako.
Anzoátegui: Kariña, y Cumanagoto.
Apure: Jivi, Pumé, y Kuiva.
Bolívar: Uruak, Akawayo, Arawak, Eñepa, Jodi, Kariña, Pemón, Sape,
Piaroa, Wanai, Yekuana y Sánema.
Delta Amacuro: Warao, Arawak.
Mérida: Wayuu.
Monagas: Kariña, Warao, Chaima, Cumanagoto.
Sucre: Kariña, Warao, Chaima, y Cumanagoto.
Trujillo: Wayuu.
Zulia: Añú, Bari, Wayuu (Guajiro), Yukpa y Japreria.
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Datos Etnográficos De Los Pueblos Indígenas De Venezuela
Los Akawayo: También conocidos como Kapon, están ubicados en la
frontera del estado Bolívar con Guyana y su población se estima en 811
habitantes. Pertenecen a la familia lingüística Caribe.
Los Añú: Son un grupo de la filiación lingüística arawak. Actualmente
se concentran en el noroeste del Estado Zulia, tanto en rancherías palafíticas
como en tierra firme. Son aún gente de agua y excelentes pescadores, son
especialista en la fabricación de canoas, cultivan cocos en tierras fértiles de
la zona, lo cual usan como medio de subsistencia y producción. La mayoría
de los Añú han dejado de hablar su lengua y sólo hablan el español.
Los Arawak: Son un grupo de filiación lingüística arawak, son
conocidos como Arauco y Lokono. Habitan en el estado Delta Amacuro,
Bolívar y la Guayana Esequiba. Se estima que son unos 159 individuos.
Algunas comunidades son trilingües, hablantes del inglés, español y Locono.
Según el censo, su situación lingüística es bastante favorable, porque
prácticamente toda la población sería bilingüe, lo que permitiría suponer que
el aprendizaje del español no ha desplazado el uso y conocimiento de la
lengua materna.
Los Baniva: La lengua Baniva pertenece a la familia lingüística
arawak, y está íntimamente relacionada con las de los Bare, Tsase
(Piapoko), Warekena y Wakuénai (Kurripako).
Los Baré: Baré significa, según algunos estudiosos, "compañero",
mientras otros piensan que la palabra podría derivar de “Barí”, que significa
"hombres blancos". Hablan una lengua que pertenece a la familia lingüística
Arahuaca, y que el cruento proceso de aculturación ha hecho desaparecer
casi por completo. El territorio tribal Baré se extendía desde Manaos, a todo
lo largo del Medio y Alto Río Negro y el Brazo Casiquiare, hasta algunas
rancherías en el río Pacimoni. Situada en los límites del imperio español y
portugués, la región fue escenario de continuas migraciones y disputas.
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Los Barí: Son los únicos representantes en Venezuela de la familia
lingüística Chibcha. Se encuentran ubicados al suroeste de la cuenca del
Lago de Maracaibo, en la sierra de Perijá, Estado Zulia. Antiguamente se les
conocía como “motilones bravos”. Su población se ha calculado en unos
1520 individuos.
Los Chaima: Tenían su asiento en las montañas del Guácharo (hoy
Caripe). Junto a los cumanagoto, se autodenominaban Choto (gente,
persona humana) y hablaban dialectos de una lengua común que les
permitía comunicarse entre sí. En la actualidad, aunque su lengua ya no se
habla, no se ha perdido, puesto que fue estudiada y recogida en algunos
textos por los colonizadores. En tiempos recientes, este material fue ubicado
en el Archivo General de Indias y está siendo estudiado por un grupo de
chaimas interesados en la revitalización de su lengua y su cultura. Sin
embargo, aunque su lengua no haya sido recuperada del todo, lo más
importante es el auto reconocimiento como indígenas chaimas y el interés
que manifiestan en recuperar su identidad.
Los Cumanagotos: El sufijo goto, significa habitante de, morador de,
de modo que cumanagoto parece significar habitante de Cumaná. Estaban
ubicados al norte del estado Anzoátegui. La actual población rural de
ascendencia Cumanagoto conserva una conciencia vaga de su condición
indígena. Se refiere a sí mismo diciendo: “Nosotros los indios”, pero este
vocablo es utilizado como sinónimo de campesino pobre. Se han olvidado de
su origen, de la lengua de sus abuelos, del nombre tribal y de las antiguas
estructuras rituales y míticas. El género de vida y las costumbres campesinas
de la región conservan, muchos rasgos aislados de la cultura Cumanagoto.
La aculturación es, sin duda alguna, antigua. La industria del algodón
correspondía a las mujeres e incluía el hilado, el tejido y el teñido de la fibra
con un colorante vegetal. Poseían husos para hilar y telares verticales que
usan todavía algunas mujeres descendientes de Cumanagoto. También
subsisten algunas alfarerías tradicionales, muchos recipientes (platos, vasos,
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cucharas) se hacían con calabazas y taparas, que todavía se usan. La
cestería es otra expresión de cultura material que todavía existe entre los
descendientes de los Cumanagotos. El mamure es el mimbre más usado,
con el que elaboran cestas,
Los Eñepa: Es un grupo de filiación Caribe, tradicionalmente llamado
panare en la literatura etnográfica. Ocupa un vasto territorio de alrededor de
20.000 Km.² ubicado en la parte noroccidental del Estado Bolívar, con un
pequeño enclave en el Estado Amazonas. El censo de 1992 determinó que
había 3.134 individuos para entonces, constituyendo un grupo pequeño,
comparado con los demás grupos caribes del Estado Bolívar. Sin embargo,
representaba hasta hace poco tiempo una de las etnias culturalmente más
vigorosas de este estado, no sólo por encontrarse en franco crecimiento
demográfico sino también por su resistencia a la aculturación, ya que a pesar
de tener contactos permanentes con la sociedad desde hace un siglo, son
todavía monolingües en su mayoría y muchos de ellos siguen viviendo de su
economía tradicional: agricultura, pesca, caza en menor grado, recolección y
artesanía. El desarrollo acelerado de esta región en los últimos años debido
a la explotación minera intensiva (bauxita y diamante principalmente), la
construcción de extensas carreteras en particular la que une a Caicara con
Puerto Ayacucho, así como la presencia misionera, han comenzado a
perturbar sus creencias, hábitat, aspiraciones, logrando quebrantar
severamente su vigor étnico.
Los Pemón: Constituyen el tercer grupo indígena numéricamente más
importante en el país y forman parte de la familia Caribe. Su nombre se
traduce como “gente” y les sirve para distinguirse de la población criolla y de
otros grupos indígenas. Habitan en la región sureste del estado Bolívar. Los
Pemón se dividen en tres subgrupos, atendiendo principalmente a sus
variantes dialectales: Kamarakoto, Taurepán, y Arekuna. Aunque no se
pueden establecer delimitaciones geográficas rígidas, los Arekuna se
concentran en la zona norte del territorio Pemón, los Taurepán se ubican
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hacia el sur, en dirección este-oeste en la boca del río Maurak, y los
Kamarakoto se encuentran en la región de Kamarata y Urimán. La mayoría
de las comunidades de este grupo étnico están asentadas en área de
sabana, en las proximidades de ríos y bosques.
La principal actividad de subsistencia es la agricultura itinerante y de
tala y quema, con la cual se elimina la vegetación de pequeños bosques para
establecer los conucos. En ellos cultivan la yuca amarga y dulce, el ají, el
mapuey, la batata, el ocumo, el plátano, el ñame y la piña. Basan su
alimentación en la yuca amarga, de la que obtienen almidón, casabe y
kashiri, una bebida con alto grado alcohólico. La economía, en algunas
zonas, también está basada en la minería. A los hombres les corresponden
las tareas como la tala para los conucos y las labores de cacería. Las
mujeres realizan las tareas relacionadas con la siembra y cosecha de los
conucos y la preparación de alimentos. En general, son monógamos pero
está permitida la poligamia. Son excelentes artesanos: la cerámica Pemón es
de la mejor elaborada, y por ende, sus ollas constituyen un producto
tradicional de comercio. Además, tejen chinchorros y cestas de fibras
vegetales. Algunos de ellos participan en el turismo. Construyen tres tipos de
vivienda: la maloca o waipá, el tapuy y el tapuruka. La más común es la
waipá, una casa redonda de tipo habitacional con suelo de tierra apisonada,
paredes de bahareque y techo de palma y, con una o dos puertas de entrada
y con pocas ventanas. También viven en churuatas. Los Pemón son muy
alegres, festivos y cordiales.
Los Wanai (Mapoyo): Están ubicados al norte del estado Amazonas y
se presume que no llegan a los doscientos individuos. Existen apenas unos
diez hablantes de su lengua, los cuales pertenecen a generaciones ya
adultas y sin contexto para su utilización. Por su precaria situación esta etnia
está actualmente protegida por la Ley de Protección y Defensa del
Patrimonio Cultural que establece entre las disposiciones relativas a la
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defensa del patrimonio viviente del país, la atención a la cuestión de la
lengua y el habla de los pueblos indígenas.
Los Warao: Habitan en los estados Sucre, Monagas y Bolívar. Se
autodenominan Warao, término que unos traducen cono “dueños de la
canoa” y otros como “gente sobre agua”. Ambos reflejan la característica
más resaltante de este grupo étnico que ha desarrollado una cultura
adaptada al medio ambiente acuático, siendo la curiara el elemento
inseparable de su vida. Su idioma es el Warao, clasificado como
independiente por algunos autores, mientras que otros intentan emparentarlo
con el tronco chibcha.
El grueso de la población Warao está asentado en la zona costera del Delta
Central. Sus poblados se hallan ubicados a la orilla de los ríos y su vivienda
sigue siendo el tradicional palafito sin paredes, aunque hoy en día cada vez
se ven más viviendas con paredes de tabla. Los Warao son pescadores por
excelencia, pero también cazan, recogen frutos silvestres y, sobre todo,
explotan la palma de moriche que, durante siglos, fue el centro principal de
su subsistencia. También cultivan algunos productos, entre los cuales
destaca el ocumo chino. Estas eran y siguen siendo sus actividades básicas
de subsistencia. En la actualidad, algunos Warao se dedican al corte de
madera y de la palma manacaque venden a los aserraderos y a las fábricas
de palmito de los criollos ubicados en territorio Warao.
Los Warekena: Warekena significa “nietos del picure”, animal sagrado
del cual se consideran descendientes. Esta etnia se desprendió de un grupo
social más amplio conformado por los Tariana, Bare, Tsase y Wakuénai, lo
cual se evidencia en la extraordinaria similitud lingüística y cultural que
guarda con ellos. Pertenecen a un tronco lingüístico común, el Arahuaco.
Esto se evidencia en la facilidad que tiene el Warekena para aprender otras
lenguas y no sólo del grupo Arahuaco. Por lo general, además de tres o
cuatro lenguas indígenas, dominan el castellano, el portugués y el yeral, una
lengua franca de la región que mezcla castellano, portugués y varias lenguas
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indígenas del grupo Arahuaco. La lengua Warekena está hoy casi extinta y
han adoptado la lengua de los Baniva, grupo con el que comparten muchos
rasgos culturales.
La población Warekena habita principalmente en la comunidad de Wayanapi
o Guzmán Blanco, a orillas del Guainía-Río Negro y en algunos sitios del
caño San Miguel o Itini-Wini. Sin embargo, muchas familias emigraron hacia
el Orinoco.
Los Wayuu: También conocidos como guajiro, son el mayor pueblo
indígena del país. Su filiación lingüística es Arawak, y su territorio tradicional
abarca la península de la Guajira. En el siglo XIX se inició el traslado de
mano de obra Wayuu en goletas desde su península hasta el sur del Lago de
Maracaibo para trabajar en las haciendas de caña de azúcar. Pero fue
realmente el desarrollo de la economía petrolera en el Zulia lo que estimuló
la emigración de estos indígenas hacia las tierras zulianas. En 1944, el
gobierno regional construyó en Maracaibo el barrio de Ziruma para reubicar
varios centenares de Wayuu que se habían asentado en el norte de la
ciudad. La atracción ejercida por la capital zuliana no se ha interrumpido y,
hoy, más de 60.000 Wayuu residen en sus barrios. Igualmente, en las
últimas décadas, los Wayuu se han ido estableciendo en las zonas rurales al
norte de Perijá y el sur del Lago, donde desempeñan un papel importante en
la actividad agrícola y ganadera de esas regiones. A la vez, se ha podido
observar recientemente el surgimiento de núcleos Wayuu en otros centros
urbanos como Barquisimeto, Valencia, Maracay y Caracas. En cuanto a sus
costumbres los hombres de las más apartadas regiones visten el guayuco;
las mujeres, en casi todos los lugares donde se encuentran, su manta
guajira. Son sedentarios y semi-nómadas y presentan un alto grado de
aculturación debido al contacto con pueblos vecinos de criollos venezolanos,
colombianos y otros extranjeros. Su economía está centrada en la pesca y
en la cría de ganado ovino, caprino, porcino y vacuno. Quienes se han
asentado en las ciudades trabajan como técnicos o profesionales en los
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sectores público y privado. En épocas de lluvia siembran maíz, frijoles, patilla
y melones. Son buenos artesanos y se dedican a la cerámica, la cestería, el
hilado, el tejido de tapices, hamacas, chinchorros y alpargatas.
En la Guajira, los Wayuu viven en pequeños asentamientos de casas
dispersas, cerca de un pozo de agua permanente, habitados por familias
emparentadas regidas por un sistema matrilineal, cuyo jefe es generalmente
el tío materno llamado taulala. Todos los miembros vinculados entre sí por
lazos de consanguinidad por la línea materna, llamados apushi, son los
parientes "de carne" y pertenecen a una casta cuyo nombre por ejemplo:
Uriana, Epieyú, Jusayú, etc. estos los utilizan como nombre propio, y suelen
identificarse con ciertos espacios geográficos en la península.
Los cambios ocasionados a través de su largo contacto con la
sociedad criolla, han quebrantado su bien definida identidad étnica dentro del
contexto nacional. Es indudable que sus fuertes vínculos familiares, la
conservación de su integridad territorial y el gran tamaño de su población
(295.577 en Venezuela y Colombia) son factores que los ayudaron a
conservar su lengua, organización social y política, religión, y muchos otros
patrones. El futuro de esta etnia está asegurado por la proporción
significativa alcanzada por ella.
Los Wotjuja (Piaroa): Son un pueblo de filiación lingüística saliva,
cuyas comunidades se encuentran dispersas en un territorio comprendido
entre Punta Piaroa en el Alto Orinoco y Los Pijiguaos en la cuenca del río
Suapure. Hasta hace unos cuarenta años utilizaban casi todos los elementos
tradicionales de su cultura material: hermosos guayucos blancos de algodón
finamente adornados, casas comunitarias de forma cónico elíptica cuyos
techos de palma llegaban hasta el suelo, cerbatanas cuyas flechas eran
humedecidas con curare, pinturas vegetales, embarcaciones monóxilos y
canaletes. Hoy ha cambiado mucho su cotidianidad.
Los Yanomami: Las comunidades indígenas Yanomami viven en la
selva tropical y ocupan un territorio que se extiende a ambos lados de la
17
frontera entre Venezuela y Brasil. Más de la mitad de los miembros de la
etnia Yanomami se encuentra del lado venezolano.
Su nombre significa persona, ser humano. Forman familias extensivas
que viven en SHABONOS construidos de palma, en forma circular y con un
gran orificio en el centro, a cielo abierto. Allí pueden vivir entre 20 y 200
personas, dependiendo del tamaño de su familia, se organizan en torno al
fogón La vivienda es de tipo colectivo pues varias familias u hogares se
reúnen para constituir una casa comunal o "shaBono", espacios cubiertos
que están colocados en círculo; en tomo a una plaza central. Los Yanomami
construyen sus casas próximas a sus conucos y cada cuatro o cinco años se
mueven para acercarse a nuevas plantaciones. Sus vidas giran alrededor de
sus creencias ancestrales. Forman una sociedad igualitaria y no jerárquica,
pues los chamanes, quienes ejercen la autoridad moral, no poseen distintivos
y entre sus comunidades, funciona el principio de reciprocidad.
Las familias pueden ser monógamas o polígamas, pero en este último caso
cada esposa ocupa su propio fogón con sus hijos. Cuando se amplía la
familia, se añade un fogón más cerca del cual los hijos mayores se instalan.
Se puede decir que aproximadamente la mitad de los casamientos que
ocurren entre los miembros de una casa comunal, se realizan dentro de la
misma y la otra mitad en casas vecinas y/o casas aliadas más lejanas. Las
familias que se separan funden otra comunidad sobre el mismo modelo, pero
un poco más lejos. Esas familias pueden también unirse con otra comunidad
aliada y/o instalarse a proximidad. Según su tamaño, las comunidades están
guiadas por uno o varios líderes.
Cada comunidad explota un amplio territorio a fin de obtener los recursos
que necesita para reproducirse mientras respeta los territorios de sus
vecinos. Cuando llega la pobreza del suelo, los obliga a abrir al cultivo a
nuevos terrenos cada año Según el ciclo estacional, no es raro que dejen sus
casas y sus conucos e irse a otros cultivos, productos que abundan en el
territorio. Se instalan, entonces, en campos de selva durante varias
18
semanas, sea en estos campamentos provisionales o en el SHAPONO. La
vida colectiva favorece una vida social muy intensa y muy animada. Hoy día,
el contacto permanente de los Yanomami con la población criolla de la región
amazónica y la invasión de garimpeiros ha causados, serias modificaciones
en el ambiente y, en consecuencia, en su salud y costumbres tradicionales
sociales, políticas, económicas y culturales.
Los Yekuana: Habitan en las regiones del alto río Caura, y ríos
Erebato y Nichare del estado Bolívar; y el alto río Ventuari y ríos Parú,
Cunucunuma, Iguapo, Padamo y Orinoco Medio en el Amazonas. El patrón
de asentamiento característico Yekuana es, pues, ribereño y podría decirse
que disperso. Mantienen presencia en la llamada “tierra caliente”, y allí
privilegian más la selva que la sabana para orientar sus comunidades y
conucos. Su idioma está clasificado como perteneciente a la familia
lingüística Caribe. La palabra Yekuana simboliza el origen común del grupo:
sus ancestros de acuerdo a la tradición emergieron del Yekuana Jodo, cerro
ubicado en las llanuras adyacentes al alto río Cuntinamo. A esta etnia
también se la conoce comúnmente como maquiritare (término que no
proviene de su lengua). Poseen una economía mixta de horticultura y caza,
dedicándose también a la pesca. La tendencia apunta a que las mujeres se
identifiquen más con las labores del conuco, contando sólo con la presencia
masculina para la quema y el limpiado del mismo.
Los Yukpa: Son el único grupo étnico de filiación Caribe que reside
en el occidente de Venezuela. Sus asentamientos se ubican en los valles de
la vertiente venezolana de la Sierra de Perijá, en el Estado Zulia, desde el río
Santa Rosa en el sur, hasta el alto río Guasare, ríos Palmar y Lajas en el
norte. El pueblo Yukpa presenta cierta homogeneidad cultural. No obstante,
las diferencias geográficas de la Sierra de Perijá han producido variantes
dialectales que han contribuido a la formación de un subgrupo diferente
prácticamente en cada valle. Los asentamientos yukpa se distribuyen en
forma dispersa en la Sierra de Perijá. Tradicionalmente, estos eran más
19
pequeños que en la actualidad y estaban conformados por una familia
extendida encabezada por su jefe, agrupando varias viviendas en las que
habitaba una familia nuclear en cada una. Muchos yukpas se han establecido
en las tierras bajas al pie de la Sierra, especialmente en la misión de Tukuko
y sus alrededores. La agricultura de tala y quema sigue siendo su principal
actividad de subsistencia, complementada por la caza, la pesca, la
recolección y una incipiente ganadería. El maíz es el cultivo y alimento
principal de los yukpa, combinado con la yuca dulce, los plátanos y los
cambures. En las últimas tres décadas el cultivo del café se ha extendido por
todas las comunidades, y constituye el cultivo comercial más importante de
sus familias. Los yukpa comercializan el café a través de su propia empresa
cooperativa establecida en Machiques.
Los Piaroa: Es riguroso y disciplinado y descarta todo acto de
violencia física o verbal. Su idioma tiene influencias Arawak y Caribe. Se
ubica a orillas de los ríos Puruname, Sipapo, Autana, Cuao, Guayapo,
Samariapo, Cataniapo, Paria, Parguaza, Alto Suapure, Orinoco, en el valle
del Manapiare, cuenca inferior del Ventuari y cerca de Puerto Ayacucho,
estado Amazonas. Según el último censo hay actualmente 12.558 piaroa.
Los piaroa son el vivo ejemplo del mestizaje, han dejado entrar en su cultura
muchos elementos de sus vecinos criollos, pero a su vez ellos son herederos
de las culturas ya extintas de la zona. De hecho algunas comunidades
cuentan todavía con un chamán. Hoy en día hay docentes y enfermeros
dentro de sus comunidades. Hasta hace muy poco utilizaban casi todos los
elementos tradicionales de su cultura, tanto en su vestimenta con guayucos
como en la vivienda (grandes construcciones cilíndricas cuyo techo de palma
llegaba al piso) y en la pesca. Hoy han cambiado mucho su cotidianidad. La
gran mayoría se viste como lo hacen sus vecinos criollos. La gran churuata
tradicional es usada sólo en unas pocas comunidades, mientras que la
mayoría se organiza en casas unifamiliares. Los Piaroa han sido
considerados como buenos comerciantes, de hecho la actividad comercial
20
con sus vecinos continúa hoy en día; incluso podría decirse que una buena
parte de las frutas y de los productos derivados de la yuca que llegan a
Puerto Ayacucho provienen del comercio con los Piaroa.
Los Kariña: Pertenece a la familia lingüística Caribe, comparten con
otros grupos Caribe-hablantes elementos de un modelo de estructura social,
basado en la familia extendida, formada por un hombre casado, su esposa,
sus hijos solteros y sus hijas casadas, más los maridos de ellas y sus hijos.
Cada comunidad es autónoma; las decisiones relevantes se toman por
consenso; la figura es el dopooto o capitán, la cual, ejerce un liderazgo
centrado básicamente en su capacidad de negociación y persuasión. En lo
político, destacan la descentralización, ya que cada aldea o comunidades es
autónoma, y la figura del dopooto ó "gobernador', cuyo liderazgo se
fundamenta en el prestigio personal; en la extensión de su red de parentesco
y en su capacidad de persuasión, puesto que sus decisiones no son
coercitivas sino fruto de un amplio consenso. No obstante, los Kariña han
logrado mantener su identidad étnica como segmento diferenciado de la
sociedad nacional, su idioma, código de expresión de innumerables
contenidos culturales propios y diversas costumbres sociales.
LA FILOSOFIA INDIGENA
Una enseñanza que nos dejan nuestros antepasados indo americanos
es que para la existencia y la continuidad de la vida, debemos cuidar a
nuestra Madre Naturaleza, nuestros hermanos árboles y animales, así como
a los ríos, lagos, mares, océanos y sobre todo, al aire oxigenado que nos
permite respirar y vivir. Una máxima filosófica Indo americana es: "yo soy tú,
tú eres yo", que nos habla de que todos somos hermanos, hijos del sol y de
la tierra.
Esta filosofía de hermandad sólo fue posible en una sociedad en la
que no existió la propiedad privada. Por tanto, los hombres no sólo se
21
trataban como hermanos, sino que también lo eran, al no estar separados, ni
diferenciados por riquezas materiales.
Por lo que respecta a sus conocimientos científicos sobre la
agricultura, las matemáticas, las fiestas, etc. las tenían fusionadas con su
concepción filosófica acerca del origen de la vida, tal como lo cuentan sus
libros sagrados. Toda filosofía es una moral. El propósito y la intención del
sistema de creencias construyen una moral. La filosofía indígena nos afirma
que "todo está vivo", "todo es consciente" o "todo tiene un alma"; afirma que
hay que actuar como si así fuera. O sea, hay que anteponer el respeto,
porque lo otro tiene el poder de dañarnos. Tal vez se trate de una moral
sencilla, pero muy efectiva, que no requiere de cárceles ni de celadores. La
filosofía indígena procede como si existiera una fuerza vital universal que
conecta a todos los seres vivos, a los accidentes del paisaje y a los
fenómenos naturales. También vincula a los vivos con los muertos. Son los
chamanes quiénes poseen el poder de mediadores entre estas fuerzas
espirituales.
REFLEXION SOBRE LA SABIDURÍA INDÍGENA
La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas.
Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos
nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos
guardar silencio para escucharla.
CULTURAS INDIGENAS VENEZOLANAS
Actualmente los pueblos indígenas que viven en nuestro territorio han
adoptado mucho de las costumbres de la vida moderna al igual que ocurrió
en los tiempos de la colonia, cuando por ejemplo, fueron convencidos en
creer en un solo Dios. Los indígenas que habitan en lugares de difícil acceso,
como las selvas, mantienen vivas sus costumbres ancestrales mientras que
22
la situación de otros es diferente; se le utiliza fines particulares en la
explotación de la tierra.
Al igual que en el pasado, estas comunidades se ven afectadas
también por el impacto ambiental que generan las diferentes actividades
económicas que se realizan en los espacios donde habitan. En vista de esta
situación se han organizado en grupo de prisión siguiendo el ejemplo de
otros países, donde gracias a sus protestas y peticiones se le han
reconocido sus derechos, entre los que se incluye el respeto a su territorio,
lenguas y costumbres. En la actualidad, nuestra comunidad indígena
participa de manera activa, a través de sus representantes en la Asamblea
Nacional, en las decisiones económicas, políticas, sociales y culturales,
conjuntamente con el resto de la población venezolana.
LA ORALIDAD, TRANSMISORA DE CULTURA
Para la opinión pública mundial, todas las sociedades indígenas
continúan siendo primitivas, atrevidas, salvajes, incivilizados, pobres en
manifestaciones cultural, virtualmente carente de lenguaje articulado y en si
condenados a desaparecer; esta concepción se refleja a los sistemas
educativos regando la especificidad de cada cultura indígena.
En la actualidad los miembros de las culturas orales están sujetos al
mundo de la escritura, guiado por el principio de que en esta época ya es
imposible que las sociedades indígenas sigan permaneciendo aislados entre
sí, autocráticas y autosuficiente. En las sociedades indígenas el saber es
transmitido de manera oral. La participación del individuo en la producción
cultural es distinta, en efecto son los individuos quienes producen nuevos
intentos técnicos, cantos, historia, etc., para ser integrados en la cultura
tienen que ser aprobados y aceptados por el grupo, por ejemplo: si una
persona produce un canto, este puede ser escuchado por otros y transmitido
de boca, en boca, hasta que todo el grupo lo cante: este canto se vuelve
patrimonio del grupo.
23
LENGUAS INDIGENAS
Muchas de las lenguas indígenas de Venezuela se encuentran
amenazadas y/o en peligro de extinción. Las dos familias lingüísticas con el
mayor número de idiomas son la Arahuaca y la Caribe. Según datos
disponibles del último censo indígena (1992) y vivienda de 2001, en
Venezuela se habla al menos 31 lenguas indígenas, de los cuales 25 se
agrupan en siete familias lingüísticas, y los otros 6 no prestan parentesco
reconocible con otras lenguas y por lo tanto se consideran lenguas aisladas.
Venezuela cuenta con algo más de treinta lenguas y culturas
indígenas, ninguna de las cuales es desconocida, gracias a un importante
número de investigadores, algunos de ellos indígenas, quienes han
desarrollado la mayor parte de su labor en los últimos cincuenta años. No
obstante, la riqueza de estas manifestaciones es tal que aún falta extender y
profundizar mucho más esta labor, antes de poder afirmar que poseemos un
conocimiento realmente sólido de este campo, por lo que se hace necesario
seguir investigando y emplear en grado creciente las nuevas tecnologías
electrónicas y computarizadas para la recolección y análisis de nuevos textos
emergentes, a veces muy distintos a los ya conocidos.
Las grandes familias lingüísticas representadas en las etnias de
Venezuela son la arawak, caribe, chibcha y tupí-guaraní, ya que la familia
timote parece haberse extinguido en la primera mitad del siglo XX en los
Andes venezolanos. Las lenguas arawak son las más numerosas: el wayuu
(guajiro) y el añú (paraujano) en el estado Zulia; el lokonó o arawako, en el
estado Delta Amacuro. El resto de las lenguas arawak se encuentran en el
estado Amazonas, el tsaase o piapoko, el kurrim o kurripako, el baniva, el
yavitero (casi extinto), el wakena y el baré. Las lenguas caribe: yukpa y
japreria, en el estado Zulia; el kariña en los estados Anzoátegui, Bolívar,
Monagas y Sucre; el pemón, en el estado Bolívar; el eñapa o panare, en el
estado Bolívar; el mapoyo, y el yekuana, en los estados Bolívar y Amazonas;
el yabarana, en el estado Amazonas. La familia chibcha en Venezuela está
24
representada por la etnia barí, en el estado Zulia, y algunos agregan a los
tunebo, quienes ocasionalmente aparecen en la frontera colombo-
venezolana. El tupí-guaraní tiene como único exponente el geral, suerte de
prolongación de la etnia del mismo nombre que puebla distintas subregiones
del norte de Brasil.
Por otra parte, en Venezuela abundan las lenguas indígenas
independientes, vale decir no afiliables a ninguna de las grandes familias
conocidas: el Warao, en los estados Delta Amacuro, Monagas y Sucre; el
Sapé y Arutaní, Semiextintas, en el estado Bolívar; el Sanemá y el
Yanomami, integrantes de una sola familia, en los estados Bolívar y
Amazonas. El Jivi o Guajibo, en los estados Apure y Amazonas; el Jiwi o
Cuiba, muy emparentados con el anterior, en los estados Amazonas y Apure;
el Piaroa, en los estados Amazonas y Bolívar; el Puinave, el maco (parecido
al Piaroa) y el Sáliva (al norte, en los límites con Colombia), en el estado
Amazonas; el Pumé o Yaruro, en el estado Apure.
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA DE LOS INDÍGENAS DE
VENEZUELA
Es importante resaltar que la mayoría de las etnias, pueblos
originarios, se han adaptado a la convivencia a la población criolla, aunque
aún mantienen su identidad étnica, el idioma y los valores culturales,
ancestrales, entre otras muy diferentes a aquellos indígenas que han sido
atraídos por ciudades como: Maracaibo, Tucupita, Puerto Ayacucho y
Caracas, en donde viven en esta ciudad algunos en condiciones deplorables
y constituyen parte de la población urbana marginal.
Como toda comunidad humana, los indios tenían una organización
que les era peculiar, propio de ellos; su organización social, no era igual en
todos los lugares venezolanos, pero sí disponía de rasgos generales
comunes, solo se caracterizan por poseer formas de vida y organización
25
distintas de las sociedades Modernas e industrializadas a continuación se
nombraran algunas de sus formas de sistemas en lo SOCIAL Y POLITICO:
Los Pueblos Originarios de Venezuela, se caracterizan por poseer
armonía con el entorno, tener capacidad de adaptarse y obtener de él, los
recursos necesarios para la subsistencia. Según investigaciones
arqueológicas, se especializaron en actividades como la caza, que requería
de grandes habilidades físicas y mucho arrojo, y por esta razón, el liderazgo
de los pueblos recaía en los hombres más fuertes, capaces para procurar los
alimentos.
Unas de sus características predominantes, es el matrimonio de los
indígenas, este le daba un orden a su vida social, pues lo más importante era
la familia, la cual definía las costumbres de la vida en común de los
indígenas, era extensa y a veces una sola formaba una gran población. En la
región de Guayana, tiene predominio esta clase de familia por ser extensa,
en la cual la madre lleva el peso de los quehaceres domésticos y ejerce una
cierta autoridad. Por eso a las residencias de esos pueblos se les llama
Matri-locales pero, aunque todos los pueblos presentan este origen común,
cada uno de ellos ha desarrollado su manera de ser, adecuándose a sus
condiciones particulares de vida, como a ellos les parezca.
En su organización política cuentan con un consejo de ancianos. En
algunos grupos este consejo se elige una autoridad especial, en ocasiones
esta autoridad es llamada el Piache o Chaman o Brujo de la Tribu.
Los jefes guerreros, conductores de los enfrentamientos entre pueblos
indígenas, desarrollaron rivalidades contra otros grupos, algunas de las
cuales generaron guerras y matanzas. De allí los grandes estrategas y los
valiosos guerreros llegaron a ocupar cargos de jefatura, especialmente en los
pueblos de las familia Caribe, que eran más dados a iniciar guerras y a
desplazar sus tierras a otras aun invadiendo a otros grupos, estos en
especial los Caracas familia Caribe, elegían los jefes temporales solo para
26
acciones guerreras especificas, por lo general se escogían jóvenes que
habían probado su destreza en acciones de caza, y conocedores de hábitat.
Algunos carecían de gobernantes y otros grupos si tenían jefes,
quienes después de la conquista, serian identificados con el nombre genérico
de “Cacique”, era el que destacaba por su capacidad combativa, el cual era
escogido por consenso y participaban todos los miembros de la comunidad,
como las mujeres e incluso los niños.
Algunos pueblos eran pacifistas y se escogía un jefe, al que poseía
mucha experiencia de conocimientos religiosos y el que mediaba con otros
pueblos para usar y aprender de otras costumbres, eso hacía que tuvieran
relaciones constantes con otras etnias. Tenían diversas organizaciones
sociales y políticas, pues predominaban formas de liderazgo más locales,
más igualitarias y no poseían Estado, cosa que los diferenciaba de otros
pueblos étnicos como los de México, Centro América y del Sur.
Después de la colonización los jefes de los pueblos guerreros, se
hicieron, más notorios porque condujeron a sus pueblos en lo que ahora se
ha denominado “la Resistencia Indígena”, es por ello que la mayoría de los
Caciques quedaron registrados en nuestra historia ancestral.
Poseen una organización casi perfecta, pues modificaron su paisaje,
con el fin de adaptarlo a sus necesidades, crearon formas de infraestructura,
viviendas construidas como apoyo de la actividad agrícola, para
resguardarse de la lluvia o del sol, y de los peligros a los que estaban
expuestos en la selva, por ejemplo las viviendas hasta nuestros días son
muy populares: La Churuata, La Choza (estas se usan en el presente en los
restaurantes), Palafitos y los Shabono; también vencieron distancias con la
elaboración de medios de trasporte como las Canoas, con base a
conocimientos previos de la naturaleza, de sus productos y para tener
contacto con las comunidades más lejanas. Cada mujer de la tribu, no podía
tener la cantidad de hijos que pudiera o quisiera, pues solo podía trasladar
los que pudiera llevar de un lugar a otro.
27
SISTEMA ECONOMICO (SISTEMA DE PRODUCCIÓN).
Todas las comunidades indígenas de Venezuela, desde sus orígenes,
tuvieron y han tenido sus formas ancestrales, propias o autóctonas de
producción. Por muchos años fueron los dueños de los medios de
producción, hasta que llego la Colonia. Por supuesto que esos medios de
producción: La tierra y otros fueron ordinarios, rústicos y sin la posibilidad, de
utilizar medios tecnológicos inexistentes en nuestras tierras en esos tiempos,
para modificarlos o mejorarlos para un mejor rendimiento.
Crearon una artesanía indígena, basaban su alimentación en la
agricultura, la caza y la pesca; y de ella pudieron vivir por mucho tiempo
hasta que los imperialistas de aquel tiempo los despojaran hasta de sus
propias vidas. Fueron saqueados del principal factor de producción del cual
disponían a su capricho, como lo fue las grandes extensiones de tierra por
donde merodeaban a sus anchas.
Vino la Colonia y con ella los males que siempre se irradian per se, del
sistema de dominación del hombre por el hombre: Esclavitud, Latifundio,
Capitalismo, Imperialismo.
Antes de la Conquista, las comunidades indígenas reflejan su
producción creadora en los complejos líticos ubicados en el período de
cazadores; en la cestería, la cerámica y los trabajos de concha; en los
objetos para guardar y preservar los granos y raíces y en los instrumentos de
pesca, testimonios todos de una producción artesanal que transforma la
naturaleza, reflejando la evolución económica local, es decir, el eco
desarrollo", adaptando y creando tecnologías adecuadas a las condiciones
ecológicas de la región.
A partir del siglo XVI, con la conquista y colonización española, se
transforman estos modos de producción y la vinculación de las comunidades
indígenas con su entorno. Los procesos de transculturación, afianzados con
el mestizaje biológico, inciden en estas comunidades con el desarrollo de los
cultivos comerciales del café y del cacao, característicos de la economía de
28
la Colonia. "Aunque, en general, la dieta de las comunidades indígenas
continuó prácticamente imperturbable en lo referente al autoconsumo,
debían, por otra parte, producir un conjunto de otros bienes económicos con
valor de cambio, creándose así lo que podría designarse como una doble
personalidad social. Este hecho era particularmente cierto en el caso de
manufacturas tales como los tejidos de algodón o de fique, que si bien
constituían una artesanía tradicional, eran consideradas como una especie
de moneda de cambio.
Por otra parte, a medida que los indios fueron perdiendo el control
efectivo de sus tierras, su trabajo quedó disponible para diversas
explotaciones económicas, tanto agrícolas como pecuarias y artesanales,
abriendo el camino para el desarrollo de una economía de tipo capitalista,
viéndose también la clase dominante, en posición de exigir al indio como
tributo, productos que no formaban parte de la estructura tradicional
indígena.
Los autores Mario Sanoja e Irradia Vargas, clasificaban a los
aborígenes de acuerdo a su modo de producción:
Producción pre-agrícola: Se calcula que en esta etapa se inicio el
poblamiento de nuestro territorio. Los primeros grupos humanos procedían
del Amazonas, los Andes y el Caribe, y se dedicaron a la caza, la pesca y la
recolección. Estos pueblos eran nómadas y vivían en cuevas. Sus
instrumentos de caza eran fabricados con piedra, huesos y conchas marinas.
Durante este periodo, los aborígenes se asentaron en aquellas regiones
donde podían obtener más provecho de los recursos naturales mediante el
trabajo comunitario, como las riberas de los ríos Orinoco y Amazonas y en
los llanos, Algunos grupos aborígenes comenzaron a practicar el cultivo de
maíz y yuca de manera itinerante.
Producción agrícola avanzada: Se caracterizó por la organización de
los grupos humanos en aldeas cuyas viviendas eran muy variadas. Estos
grupos estaban dirigidos por una máxima autoridad: “el cacique”. Cultivaban
29
tubérculos como la yuca y la papa. La agricultura avanzó a tal grado que se
han hallado vestigios de obras de calzadas en los llanos y de
almacenamiento en los Andes. Practicaron la navegación en canoas, lo que
les permitió el intercambio de productos.
Producción Indo-hispano: Comprende la etapa que se inicia con el
contacto entre los aborígenes y los españoles hasta nuestros días. La
mayoría de la población la conformaban los Caribes, quienes se localizaban
en las áreas costeras. Con la Conquista se iniciaron los enfrentamientos y
hostilidades entre españoles e indígenas, que diezmaron gran parte de la
población autóctona. En esta etapa comenzó el proceso de mestizaje entre
indígenas, españoles y negros.
CREENCIAS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS VENEZOLANOS
Cada pueblo indígena ocupa un territorio, que según sus creencias le
fue otorgado por los Dioses. Son lugares sagrados a los que deben cuidado
y respeto y en los que vivían y viven organizados en pequeñas comunidad en
sus poblados. Estas comunidades generalmente, son independientes
económica y políticamente unas de otras, aunque mantienen entre sí
estrechas relaciones sociales.
Los cabeza de familia o jefes de cada una de las familias de la
comunidad, conforman una especie de consejo el cual es reconocido como la
máxima autoridad. Entre los miembros de dicho consejo se escoge uno de
ellos para que los represente en sus relaciones con otras comunidades.
Estos jefes basan su poder en el prestigio que les proporciona su
conocimiento sobre la historia sagrada, rituales y ceremonias, técnicas de
caza y pesca, construcción de viviendas, comercio, etc. A su sabiduría deben
agregarse la ecuanimidad, la tolerancia y el buen juicio. Su liderazgo es
reconocido por todos, pero no pueden imponer su voluntad, ni ejercer su
poder sobre los otros miembros de la comunidad. En algunas etnias la
autoridad se transmite de padres a hijos dentro de un mismo grupo. Las
30
decisiones que afectan a la comunidad son tomadas de forma unánime en
asambleas, luego de que cada uno de los miembros adultos ha dado su
opinión al respecto.
En general, las sociedades indígenas de ahora, al igual que las de
nuestros antepasados, son sociedades profundamente democráticas, en las
que los alimentos, el trabajo y las diferentes responsabilidades que
garantizan el bienestar de la comunidad son compartidos por todos sus
miembros. Así vemos como son los hombres quienes se encargan de talar,
limpiar y preparar el conuco y construir las viviendas, además de realizar
otras actividades. Cazan y pescan, aunque en esta última también suelen
participar activamente las mujeres y los niños. Las mujeres por su parte se
ocupan de la preparación de los alimentos, del cuidado de los niños y de
garantizar a provisión diaria de agua y leña. También se ocupan del hilado de
algodón, tejen cestas y chinchorros, así como collares y otros adornos que
utilizan en su atavío personal. Ellas son las responsables del conuco y del
fuego del hogar. Los ancianos son los responsables de los ritos y
ceremonias, deben conocer a la perfección la historia sagrada, y narrar sus
enseñanzas a los más jóvenes para mantener viva la tradición. La educación
está basada en el ejemplo. Los niños y jóvenes colaboran con sus padres y
tíos en las distintas actividades que realizan, los adultos los orientan siempre
con mucha paciencia y tolerancia, sin recurrir jamás al castigo físico.
SUS USOS Y COSTUMBRES
Con la práctica de la caza, la pesca y la recolección, los primeros
pobladores de nuestro territorio utilizaron los recursos que les propiciaba la
naturaleza. Probablemente la subsistencia en el interior del territorio requirió
de los grupos indígenas el conocimiento de los ciclos biológicos de los
recursos vegetales, para disponer de frutas semillas y granos, además de
suelos fértiles.
31
El agua fue el principal recurso natural para los grupos indígenas que
poblaron el territorio) venezolano. Por ello, sus aldeas se localizaron casi
siempre en la cercanía de fuentes naturales de agua dulce, como ríos, lagos
y lagunas, que aseguraban este líquido) indispensable para la vida. En
muchos casos, llegaron a construir sus viviendas sobre las mismas aguas,
corno los palafitos del lago de Maracaibo. Los ríos y los lagos
proporcionaban alimento seguro; peces, especies terrestres que se
acercaban a sus riberas a beber agua. y toda clase de animales acuáticos.
El recurso agua fue utilizado por nuestros indígenas para preparar sus
comidas, para el aseo personal diario y, en otros casos, para curar las fiebres
y otras enfermedades mediante inmersiones. De allí que la mayoría de los
indígenas practicaban ritos mágicos o religiosos dirigidos a provocar las
lluvias y conjurar las sequías. En los bosques y selvas, los indígenas
practicaron la tala limitada para construir sus aldeas y ampliar las áreas de
cultivo. Sin embargo, esta práctica nunca puso en peligro el equilibrio de la
vida vegetal, pues la deforestación sólo se hacía para satisfacer las
necesidades inmediatas de la comunidad. En las sabanas, las comunidades
indígenas aprovecharon la gran variedad de hierbas tanto para el uso
alimenticio como el medicinal, también practicaban la quema, con la finalidad
de limpiar los terrenos agrícolas, sin afectar la vida de la flora, la fauna
silvestres, sin riesgo ni peligro para estas. El carácter local de tales
actividades y el abandono de las tierras afectadas facilitaban la recuperación
de los suelos y la vegetación en breve tiempo.
La actividad de captura y caza de animales silvestres fue otra
importante fuente de recursos alimenticios de las comunidades indígenas
caza del venado, el chigüire, la lapa; así como la captura de tortugas,
iguanas y culebras y la recolección de huevos de aves y reptiles se
realizaron respetando las épocas de apareamiento y reproducción de los
animales y sólo se practicaban sí eran necesarias.
32
Los indígenas venezolanos no produjeron materiales contaminantes de tipo
sólido ni químico que afectaran las aguas de los ríos, lagos y mares. La
mayor parte de sus desechos eran orgánicos, y el medio pronto los absorbía;
además, eran muy escasos, y en su mayoría se enterraban o quemaban, y
así se preservaba el ambiente.
MODELO DE JUSTICIA
La administración del sistema jurídico de los pueblos indígenas
(justicia comunitaria) es un derecho colectivo reconocido a los pueblos
indígenas por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de
los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT, la Constitución Política del
Estado y las leyes.
Antes de la colonia los pueblos indígenas habitaban y eran dueños del
territorio desde México hasta la Patagonia, pasando por el altiplano y valles
(aymaras, quechuas, urus) como en las tierras bajas o llanos (shimane,
ayoreos, yuquis, etc.), cada uno de estos pueblos poseía su propio "derecho
autóctono" su propio sistema jurídico, es decir que existían tantos sistemas
jurídicos como pueblos indígenas y comunidades existentes.
Durante la colonia el gobierno colonial impuso su Derecho (contenido
en las Leyes de Indias) y su propio sistema jurídico a los habitantes
originarios, los pueblos indígenas. Sin embargo también reconoció
parcialmente a las autoridades, normas y procedimientos (sistema jurídico)
de estos pueblos, para resolver conflictos al interior de sus comunidades,
aunque en la práctica sólo uno de ellos, el sistema jurídico del gobierno
colonial, prevalecía sobre el resto, era una especie de pluralismo jurídico
subordinado.
El Sistema Jurídico de los Pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades
Campesinas también conocido como Justicia Comunitaria, Jurisdicción
Indígena y Derecho Consuetudinario Indígena es reconocido por el artículo
34 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
33
Pueblos Indígenas, aprobada el 13 de septiembre de 2007 y porque engloba
el conjunto de autoridades, normas y procedimientos que los pueblos
indígenas administran para resolver conflictos.
La justicia es una aspiración humana de carácter universal, que
contribuye al mantenimiento de las normas de convivencia entre los
integrantes del organismo social ya que, fortalece la democracia y detiene la
criminalidad, resulta primordial armonizar las políticas judiciales con un
concepto de atención integral de las poblaciones más vulnerables, entre
ellas, las indígenas.
La relación histórica del Estado con los descendientes de los
habitantes originarios del territorio, ha transitado desde la negación, pasando
por la asimilación, integración y coordinación, hasta llegar hoy al
reconocimiento de su derecho a participar en la vida nacional con respeto a
su cultura. Es importante dejar atrás interpretaciones tendentes a “exotizar” a
los indígenas, presentándolos como una continuidad directa de las
sociedades anteriores a la conquista europea y comprender que son seres
humanos con plenos derechos, iguales ante la ley y que comparten
necesidades y aspiraciones de todos los habitantes. El Poder Judicial, con
especial interés de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela,
ha venido realizando esfuerzos a fin de hacer efectivo el acceso a la justicia
a los pueblos indígenas, como parte de una política integral de grupos en
situación de vulnerabilidad, partiendo de la concepción de que “no existe
ninguna razón para que no seamos capaces de vivir con respeto a las
diferencias que la vida nos presenta, ya sea por el color de nuestra piel, el
género, las creencias o las diferencias externas que podamos presentar, con
una dignidad intrínseca que deriva de nuestra esencia como seres
fundamentalmente morales”. Venezuela es un país multicultural, que
reconoce y garantiza la existencia de los pueblos y comunidades indígenas.
La Constitución de 1999 reconoció por primera vez el carácter
multiétnico y pluricultural del país, incluye un capítulo especialmente
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dedicado a los derechos de los pueblos indígenas y abrió espacios de
participación política indígena a nivel nacional, estadal y municipal. Entre los
principales logros se podría nombrar:
Año 2001 entró en vigor la Ley Orgánica de Demarcación y Garantía del
Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas.
Año 2002 se ratificó el convenio 169 de la OIT.
Año 2005 la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas desarrolló y
consolidó ampliamente este marco de derechos.
Año 2009 se conmemoró la promulgación de "52 leyes que reivindican
indirectamente los derechos de los pueblos indígenas".
Se promulgó la Ley de Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades
Indígenas y la Ley del Artesano y Artesana Indígena. Y Se inició el proceso
de discusión y consultas del Proyecto de Ley de Coordinación de la
Jurisdicción Especial Indígena con el Sistema Judicial Nacional.
El nuevo modelo justicia para los indígenas del país, ha obligado al
Estado, a desarrollar a través del aparato institucional, políticas públicas
respetuosas de la diversidad sociocultural y adaptadas a las particularidades
de todos los grupos sociales que integran la nación. El nuevo contexto legal
ha favorecido, la participación de representantes indígenas en espacios de
poder y cargos de elección popular y esto ha hecho que las instituciones
gubernamentales, han venido adaptándose a la nueva normativa, creando
oficinas para el diseño e implementación de políticas públicas dirigidas a la
población indígena según sus áreas de competencia y en la mayoría de las
instancias son encabezadas por los mismos indígenas.
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BIBLIOGRAFÍA
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Culturas De Las Naciones Indígenas Venezolanas. Universidad Católica
Andrés Bello. Caracas, Venezuela, 1986.
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