Resumen del extracto de La ideología alemana

Conceptos claves

Idealismo, materialismo, modo de producción, división del trabajo, propiedad, enajenación.

De lo que nos toca analizar, parte del primer capítulo, se puede desprender que el objeto del libro es analizar críticamente al “sistema hegeliano”, de los llamados “dominios del pensamiento puro” para preparar sus lectores y lectoras para los planteamientos económicos, filosóficos y políticos del materialismo histórico. Para ello en la primer sección, llamado “Feuerbach, oposición entre las concepciones materialistas e idealistas” explica cómo entre los años 1842 al 1845 se suceden vertiginosamente distintas teorizaciones, partiendo por Strauss a Max Stirner, pasando por el pretendido materialista (pero aún demasiado ligado al idealismo alemán) Feuerbach, que resultaban ser distintas combinaciones de factores constitutivos del espíritu puro, es decir, del legado hegeliano, abriendo la puerta como conclusión la puerta a la comparación con la filosofía de países vecinos, siendo este último, con su sensualismo, finalmente el que le sacó el cerrojo. Se detiene en este autor precisamente de buena fé, porque este ha aceptado que es hora “de dar un paso adelante”. Entonces plantea que el idealismo alemán es una “interpretación tergiversada de la Historia” una “abstracción completa de la misma”, en la que se rechaza que la ideología es un aspecto de la Historia y no la Historia una especie de derivado de la ideología (en el sentido pensamiento dominante, no ideología contra hegemónica, aunque no con ese concepto posterior del marxismo, específicamente de Gramsci). El umbral de este constaste descriptivo e interpretativo internacional sigue en justamente La ideología en general, y la ideología alemana en particular. Aquí se parte apuntando algo interesante, no es que estos “tenderos filosóficos” como les llama Marx, ácidamente si se quiere, subscribieran explícitamente a Hegel, sino que no lograban superar esta matriz, por más que alguno dijera que lo había hecho, no lograban desaprenderla o deconstruirla a plenitud, limitándose a enfocarse en aspectos de la misma cada cual, sin poder crear una teoría del conocimiento (ni menos de la praxis) propiamente tal, es decir solamente llevando la “descomposición” como discurso, y de hecho llegan a usar el sarcasmo ingeniosamente, por ejemplo antecediéndole el apócope San a Max Stirner. Específicamente se tomaba como premisa el imperio o la hegemonía de la religión, es decir, toda relación dominante se explicaba como religiosa y se le adoraba o se rendían frente a esta como un designio del destino, es decir bifurcándose en viejos hegelianos o hegelianos conservadores que veían en esto “los auténticos nexos a la sociedad humana” y los jóvenes hegelianos o hegelianos de izquierda que en cambio presenciaban las “ilusiones de la conciencia”, frases a combatir con su propia “fraseología” o lucha de frases con otras frases (en vez de lucha de clases, de al menos una contra otra si nos apegamos a la concepción original del marxismo), como máximo o único actuar al respecto, por cierto. Le preceden las “Premisas desde la que arranca la concepción materialista de la Historia”. Eso es simple; se establece que estas no son dogmáticas sino empíricas y las siguientes: Existe la humanidad. Esta se estudia como una otredad, independiente a cual sea su definición ontológica, desde que se procura o produce sus medios de vida, es decir se condiciona a una organización corpórea y genera sus modos de vida, dotándole ciertas naturalezas o humanizando la naturaleza. Esto hace que se incrementen numéricamente y genera “verkehr” o trato entre individuos; un contrato

social.

Con “Producción y trato. División del trabajo y las formas de propiedad: tribal, antigua y feudal se entra entonces de lleno a explicar algunas conclusiones económicas correspondientes, caracterizando las relaciones internacionales e intranacionales en la Historia, en cada uno de estos estadios o modos de producción. Va entonces la Esencia de la concepción materialista de la Historia, donde “al contrario de lo que ocurre en la filosofía alemana”, ideología o idealismo alemán “se asciende de la tierra al cielo” , es decir, se aborda fenomenológicamente y en parte epistemológicamente si así lo queremos llamar, las interrelaciones “entre la estructura social y la política y la producción” y “como desarrollan sus actividades bajo determinados límites, premisas y condiciones materiales, independientes a su voluntad” desde el “proceso de vida real” de las personas. En Condiciones de la liberación real de los hombres se sigue con esta idea y se categoriza algunas relaciones causales o de dependencia factual como “no se puede abolir la esclavitud sin la maquina a vapor. En Crítica del materialismo contemplativo e inconsciente de Feuerbach, se contrapone el planteamiento del materialista práctico o comunista del sensualismo (a pesar que alguna vez fue una inspiración para ellos 2 y de hecho para el movimiento intelectual de los jóvenes hegelianos en su conjunto, en el que habían sido parte) en que el primero se queda en las apreciaciones intuitivas, desdoblándose entre “una visión profana, que solo ve “lo que está a mano” , y otra superior, filosófica, que contempla la “verdadera esencia de las cosas”” ejemplificando variadamente como la actividad comercial dio lugar a el desarrollo de ciertas disciplinas académicas vigentes en ese entonces y hasta hoy en día, alejándose o no entonces de la Historia.

Posteriormente presentan las Relaciones históricas primarias o aspectos básicos de la actividad social: producción de los medios de subsistencias, creación de nuevas necesidades, reproducción del hombre (la familia), relación social, conciencia, que son la indicación de ciertas premisas para abordar el materialismo histórico, aplicando entre ellas relaciones de interdependencias y así sirve para explicar cómo se puede utilizar el enfoque analítico marxista, a las variopintas características de las historicidades y por tanto de la Historia, estas son como la conciencia producto de las condiciones materiales de una sociedad en un momento y lugar dado, que es de sí y para sí, es decir, de personas concretas y que estas se configuran a través de sus familias, y desde estas a los procesos económicos y políticos para que esta perdure y por tanto también la sociedad lo haga. También contrapone que de sin bien con un encuadre capitalista esto ya había sido desarrollado en Reino Unido y Francia, no lo había hecho en Alemania.

Más adelante se explica el giro planteado a la división del trabajo, ya no como forma de colaboración oportuna para todas las partes como en Adam Smith, sino como “poder ajeno” para la invención y mantenencia de la propiedad privada es decir la distribución desigual. Amén de que estos postulados sean conducentes a la sociedad sin clases, también aclara que la revolución que defiende en este y otros textos, tiene que partir cuando ya se haya realizado la revolución industrial en todo el mundo, de forma que se genere desde el estamento campesino deslocalizado y urbanizado, el proletariado, entorno a las fábricas, “porque o sino se generalizaría la escasez”, lo que “recaería necesariamente en toda la politiquería”. Y finalmente, lo último que se añade, que no sean reforzamientos de ideas anteriores a modo de síntesis, es que las ideas de la clase dominante de una época, son las

imperantes en la misma.Un modo de producción habla de la forma en que se organiza la económica en una sociedad determinada, es decir la organización de la producción de bienes manufacturados y/o servicios. En el modo de producción capitalista identifican al capitalista como el dueño de los medios de producción (infraestructura, tecnología) y al proletario como el sujeto que vende su fuerza de trabajo. En las relaciones sociales de producción es donde ambos se encuentran y relacionan en función de la producción del trabajo, bajo normas y leyes que organizan esta relación donde dos clases sociales se enfrentan en la medida que las capacidades productivas se desarrollan.

El ejemplo clásico es el de la fábrica. Tiene un Modo de producción capitalista en el que el dueño de la fábrica, producto de la acumulación originaria de un capital, posee medio de producción. Para hacer funcionar la fábrica y producir, necesita de una fuerza productiva que transforme materia X en un producto. El proletario o trabajador no posee más que su fuerza productiva de trabajo por la tanto es el que le vende su fuerza de trabajo al capitalista y trabaja en la fábrica produciendo objetos a través del trabajo y es allí donde se reproduce la relación social entre obrero y capitalista o explotado y explotador.

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