Transnacionalización Del Delito

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299 GLOBALIZACIÓN, INTERNACIONALIZACIÓN DEL DELITO Y SEGURIDAD Emma MENDOZA BREMAUNTZ SUMARIO: I. La globalización en el siglo XXI. II. La internacionaliza- ción de la delincuencia. III. Los efectos negativos de la globalización. IV. Oposición entre globalización y Estado. Factores de poder predo- minantes. V. Los delitos como concepto mundialmente aceptado y su impacto real en la seguridad interna e internacional. Cómo enfrentarlos. I. LA GLOBALIZACIÓN EN EL SIGLO XXI Hay que comentar que no existe uniformidad en el concepto de fenómeno de globalización, aunque muchos autores la entienden como “una interde- pendencia cada vez más estrecha entre las economías de todos los países con respecto a la libertad absoluta de circulación de los capitales, la supre- sión de las barreras aduaneras, la reglamentación y la intensificación del comercio y el libre intercambio”. 1 En cambio otros autores parten de la idea de que se trata de un “proceso que se ha venido desarrollando con una creciente intensidad por más de 200 años, la internacionalización de la división del trabajo”, 2 o mejor aún, del comercio, mediante el mercado abierto y el libre comercio no sujeto a tratados y acuerdos intergubernamentales sino desarrollado de manera uni- lateral y espontánea, en una sociedad abierta, dinámica y tolerante. También se maneja este concepto abiertamente como la metamorfosis por la que atraviesa el modo de producción capitalista, usando para referir- 1 Ramonet, I., 1998,9, citado por Mutsaku Kamilamba, Kande, La globalización vista desde la periferia, México, ITESM, 2002. 2 Ebeling, Richard M., en Larsson, Tomas, La carrera hacia la cima. La verdadera historia de la globalización, Suiza, s.e., 2002.

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Trasnsnacionalizacin del Delito

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    GLOBALIZACIN, INTERNACIONALIZACINDEL DELITO Y SEGURIDAD

    Emma MENDOZA BREMAUNTZ

    SUMARIO: I. La globalizacin en el siglo XXI. II. La internacionaliza-cin de la delincuencia. III. Los efectos negativos de la globalizacin.IV. Oposicin entre globalizacin y Estado. Factores de poder predo-minantes. V. Los delitos como concepto mundialmente aceptado y suimpacto real en la seguridad interna e internacional. Cmo enfrentarlos.

    I. LA GLOBALIZACIN EN EL SIGLO XXI

    Hay que comentar que no existe uniformidad en el concepto de fenmenode globalizacin, aunque muchos autores la entienden como una interde-pendencia cada vez ms estrecha entre las economas de todos los pasescon respecto a la libertad absoluta de circulacin de los capitales, la supre-sin de las barreras aduaneras, la reglamentacin y la intensificacin delcomercio y el libre intercambio.1

    En cambio otros autores parten de la idea de que se trata de un procesoque se ha venido desarrollando con una creciente intensidad por ms de200 aos, la internacionalizacin de la divisin del trabajo,2 o mejor an,del comercio, mediante el mercado abierto y el libre comercio no sujeto atratados y acuerdos intergubernamentales sino desarrollado de manera uni-lateral y espontnea, en una sociedad abierta, dinmica y tolerante.

    Tambin se maneja este concepto abiertamente como la metamorfosispor la que atraviesa el modo de produccin capitalista, usando para referir-

    1 Ramonet, I., 1998,9, citado por Mutsaku Kamilamba, Kande, La globalizacin vistadesde la periferia, Mxico, ITESM, 2002.

    2 Ebeling, Richard M., en Larsson, Tomas, La carrera hacia la cima. La verdaderahistoria de la globalizacin, Suiza, s.e., 2002.

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    se a la globalizacin trminos como cambio civilizatorio, sociedad posin-dustrial, sociedad posburguesa, sociedad del postrabajo, era tecnocrtica,era del vaco, posmodernidad, fin de la historia, mundializacin.3 entreotros.

    La globalizacin, como ahora se le denomina, es un fenmeno que sepresenta en el mundo desde el instante mismo en que surge la idea deEstado, el reconocimiento de que los grupos sociales deben fijar y respetarfronteras que los separan a la vez que los protegen de otros grupos socialesa los cuales se les entiende como diferentes.

    Tericamente se busca en qu radican esas diferencias, pese a saber quetodos son seres humanos, se busca justificar la separacin y sta se da porcuestiones de idioma, de religin, de raza, de territorio, de tradiciones ehistoria, cuando menos.

    Pero igualmente surge tambin la idea de los derechos humanos, la cualse fundamenta en la igualdad de derechos de todos los hombres en cuantoa algunas cuestiones muy especficas, desarrollndose tambin ciertas teo-ras que encuentran su fundamento en aspectos teolgicos o en cuestionespropias de la naturaleza humana, por citar las ms conocidas.

    Es as como ambas posturas, opuestas en principio, desarrollan infini-dad de argumentos para justificarse y con el transcurso del tiempo vanadquiriendo lenguaje propio.

    En la globalizacin actual, al igual que en las anteriores, encontramossiempre un trasfondo econmico que va aunado a una sorda lucha por elpoder y se presenta con dos tendencias principales, con todas sus varian-tes, estas tendencias son, la primera, vinculada con la idea de un sistema demercado cuya meta nica y fundamental es el incremento de las ganancias,especialmente a favor de las empresas transnacionales, cada da ms gran-des y ambiciosas.

    La segunda busca la posibilidad de evitar los efectos negativos de unamundializacin que considera a todos los pases en igualdad de condicio-nes, como si en la realidad no hubiera diferencias econmicas, polticas,culturales y sociales entre ellos.

    De esta segunda postura vamos a encontrar una oposicin abierta a esterasero y la exigencia de tomar en cuenta las consecuencias de la desnudabsqueda de ganancias de la primera en cuanto a la miseria que en diversosaspectos genera para el ser humano.

    3 Ibidem.

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    Se presenta la propuesta de una regulacin legal que contenga los des-bordados actos de la primera, tomando en cuenta no slo la ganancia de lasempresas como meta, sino una posible intervencin de la autoridad estatalpara evitar la destruccin de los recursos naturales, una mejor distribucinde la riqueza que permita rescatar a los miles de pobres y miserables quean subsisten en muchos pases y cuya situacin parece no importarle a lasgrandes empresas transnacionales.

    En esta segunda corriente de globalizacin existe una gran variedad deniveles, desde el radical extremo hasta el que ofrece una tercera va de armo-na entre los intereses y las desigualdades regionales y polticas.

    Creo que para nosotros, Amrica Latina y Mxico como pas y los de-ms pases que an cuentan con millones de pobres y miserables, es elaspecto socioeconmico de la globalizacin el que mayormente debe pre-ocupar, por ser el que, en un sistema de supervivencia del ms fuerte, estdestinado a sufrir y tolerar que sus pobres quiz mueran en miriadas.

    Me parece importante transcribir unos prrafos de Joseph Stigliz en cuan-to al tema que estamos tratando, la globalizacin:

    Escribo este libro porque en el Banco Mundial comprob de primera manoel efecto devastador que la globalizacin puede tener sobre los pases endesarrollo y especialmente sobre los pobres en esos pases.

    Creo que la globalizacin la supresin de las barreras al libre comer-cio y la mayor integracin de las economas nacionales puede ser unafuerza benfica y su potencial es el enriquecimiento de todos, particular-mente los pobres; pero tambin creo que para que esto suceda, es necesarioreplantearse profundamente el modo en que la globalizacin ha sido ges-tionada, incluyendo los acuerdos comerciales internacionales que tan im-portante papel han desempeado en la eliminacin de dichas barreras y laspolticas impuestas a los pases en desarrollo en el transcurso de la globali-zacin.4

    II. LA INTERNACIONALIZACIN DE LA DELINCUENCIA

    El segundo tema del cual quiero ocuparme es un fenmeno que ha gol-peado a todos los pases del mundo y que tiene como punto de partida los

    4 Stiglitz, Joseph E., El malestar en la globalizacin, trad. Carlos Rodrguez Braun,Mxico, Taurus-Santillana, 2002, p. 11.

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    mismos mecanismos y los mismos intereses de la globalizacin, respecto ala cual algunos autores lo consideran parte esencial y lgica, que es la inter-nacionalizacin de la delincuencia,5 lo cual nos obliga de inicio, a hacerreferencia a dos conceptos, tanto el de internacionalizacin como el detransnacionalizacin, para poder adentrarnos con claridad en el tema quedeseamos abordar.

    Al hacer mencin de la internacionalizacin de la delincuencia, real-mente nos estamos refiriendo a dos fenmenos que son muy semejantespero no idnticos y que sin embargo han sido tratados casi siempre comoequivalentes. Hablamos de los delitos transnacionales y de los delitos in-ternacionales.

    Estos dos fenmenos se presentan, los primeros, cuando la delincuenciaacta en diferentes pases inicindose en uno, desarrollndose en otro yquiz ejecutndose en un tercero, es decir, trasnacionalmente; y los segun-dos cuando el delito se verifica en lugares que se pueden considerar real-mente internacionales, en virtud de no pertenecer a la jurisdiccin directade ningn pas en especial, como los mares o los cielos internacionales.

    En realidad y de manera general, no se hace una divisin rigurosa deambos tipos de delito e inclusive, se utiliza indistintamente la terminologade transnacionales e internacionales, ya que el fenmeno de la globaliza-cin ha hecho que se reconozca que aun las reas llamadas as internacio-nales, afectan los intereses y la economa de todos o de muchos pases,como contaminacin de aguas, tierras y aire.

    En alguno de los congresos sobre prevencin del delito y tratamiento deldelincuente, organizados por la ONU, se habl de una aceptable clasifica-cin de los delitos internacionales agrupados en cinco clases principales:

    1. La delincuencia internacionalmente organizada de tipo mafioso, cuyoobjetivo ltimo es el lucro.

    2. Los delitos econmicos que llevan aparejadas operaciones y tran-sacciones en ms de un pas y que no se homologan con los llamadosdelitos patrimoniales que generalmente son de carcter individual.

    3. Las actividades terroristas de naturaleza transnacional.

    5 Mendoza Bremauntz, Emma, Internacionalizacin del delito y globalizacin, Re-vista de la Facultad de Derecho, Mxico, UNAM, nms. 215-216, septiembre-diciembrede 1998, t. XLVII, pp. 73-102.

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    4. El comercio ilcito transnacional con objetos de arte pertenecientesal patrimonio cultural y religioso de una nacin.

    5. Las actividades que, por contaminacin o de otra forma, afectan elequilibrio ecolgico y la estabilidad ambiental de ms de un pas.6

    Adems, es importante sealar que las operaciones internacionales dela delincuencia organizada tienen dos consecuencias negativas comunesque requieren especial atencin: la corrupcin intensiva y generalizada yla infiltracin en gran escala de las actividades econmicas legales.7 Ac-tividad esta ltima reconocida mundialmente como blanqueo o lavado dedinero.

    Quiz vale sealar lo que comentaremos ms adelante en cuanto a queel terrorismo ha pasado a considerarse el ms importante de estos delitos, ylos dems junto con otros ms tradicionales se han agrupado bajo el rubrogeneral de delincuencia organizada.

    En todo caso, se trata de delitos que rebasan la jurisdiccin interna delos pases o los intereses afectados por los hechos y se enfrenta la proble-mtica de la impunidad y la dificultad de perseguir y procesar a los autoresde estos delitos precisamente por su carcter internacional.

    Existe otro grupo de delitos que caben en esta clasificacin y que por sunaturaleza se considera que afectan valores reconocidos por toda la huma-nidad.

    Tal es el caso de una serie de hechos delictuosos que se ha consideradoreunirlos en tres grupos de delitos internacionales agrupados bajo el nom-bre de genocidio, delitos de lesa humanidad y crmenes de guerra.

    Estos tres grupos de delitos estn en el Estatuto de Roma de la CortePenal Internacional de 1998 como aquellos frente a los cuales tiene juris-diccin dicha institucin, para buscar evitar la impunidad en la que quedanciertos crmenes que horrorizan a toda la humanidad y respecto a los cua-les se concede injerencia a la Corte.

    Sin embargo, no todos los delitos que tienen este carcter internacionalo trasnacional estn incluidos en el Estatuto que apenas ha sido aprobadocon muchas limitaciones y cuyo funcionamiento an est sujeto a rigurosaobservacin y no tiene una aprobacin absoluta por ejemplo, de todos lospases miembros de la Organizacin de las Naciones Unidas.

    6 ONU, A/CONF.144/7, p. 5.7 Ibidem.

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    Estos delitos tienen caractersticas especiales y presentan en su norma-tividad, diferencias importantes que afectan todos los sistemas penales vi-gentes y la jurisdiccin nacional de cada pas, por lo que se han manifesta-do dudas y reservas en cuanto a su aprobacin e integracin en la legislacinde los pases, que demandan un anlisis profundo y cuidadoso con el fin deno daar lo que se ha considerado como avances en el funcionamiento delmoderno derecho penal y de la jurisdiccin y soberana de los pases.

    Dadas estas circunstancias y diferencias de trato y conceptualizacin,me parece importante precisar la problemtica de los delitos que estn afec-tando gravemente la estabilidad y la economa de los pases en donde suimpacto es cada vez ms notable y que se encuentran, de muchas formas,impedidos para enfrentarlos y que no estn contemplados por el momentoen la jurisdiccin de la Corte Penal Internacional.

    Es precisamente a este tipo de delitos a los cuales nos referimos al ha-blar de la globalizacin de la delincuencia, sin excluir aquellos que se se-alan en el Estatuto de la Corte Penal Internacional y los dems que hist-ricamente se han practicado entre pases y a travs de sus fronteras o enzonas internacionales y que en el momento actual han recuperado terrenopese a que parecan haber pasado a la historia, como la piratera marina yfluvial y la esclavitud, entre otros.

    Hasta hace poco tiempo, los delitos llamados internacionales se encon-traban conceptualizados en tratados internacionales o bien derivaban delas leyes internacionales consuetudinarias o se encontraban tipificados enambos.8

    Sin embargo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en sep-tiembre de 2001 verific un cambio radical al afirmar que cualquier actoindividual de terrorismo internacional constituye una amenaza a la paz y laseguridad internacional y por ende, todos los Estados tienen la obligacinde criminalizar dichos actos as como su financiamiento.

    Mas an, se precisa que los delitos internacionales se pueden definircomo todas las formas de conducta de naturaleza criminal que tiene subase u origen en leyes internacionales, directamente o mediante la legisla-cin nacional,9 abrindose la posibilidad de que dichos tipos delictivos se

    8 Swart, Bert, International crimes: present situation and future development,Association International de Droit Penal, International Criminal Law Quo Vadis?, Pa-rs, nm. 19, 2004, pp. 201 y ss.

    9 Ibidem, p. 202.

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    originen tanto en tratados, legislacin internacional consuetudinaria o cual-quiera otra fuente de legislacin internacional como seran las Resolucio-nes del Consejo de Seguridad de la Organizacin de las Naciones Unidas.

    Cuando nos ocupamos de la internacionalizacin del delito, sealndo-le caractersticas especiales en la poca actual, se hace necesario revisaraunque sea a grandes rasgos, la sociedad tal como se encuentra en estosmomentos, a escala global, lo que pudiramos llamar la sociedad mundial.

    Ello no excluye tampoco apreciar las diferencias claramente existentesentre los diversos grupos o sociedades nacionales que la integran, paracomprender cmo los avances cientficos y tecnolgicos, especialmenteen comunicaciones y transportes, reducen la separacin entre pases y aunla intercontinental, pero no hacen desaparecer esas diferencias, por encimade todos los tratados y acuerdos bi o multinacionales que se anuncien.

    Comprendiendo la situacin de la intercomunicacin en el mundo enestos momentos, encontramos que el aspecto de prevencin y represindel delito es el meollo del problema en lo que se refiere al inters de estetrabajo, ya que es el que se ve ms afectado con la trasnacionalizacin.

    La sociedad, tanto nacional como mundial, se ve beneficiada por todaslas mejoras tecnolgicas actuales, las cuales permiten un mayor conoci-miento entre las poblaciones de los pases del mundo, facilitando el turis-mo y las comunicaciones internacionales y la transmisin de noticias, bue-nas y malas en el momento en que los hechos estn sucediendo, de maneraque se conozcan en todos los confines del mundo.

    III. LOS EFECTOS NEGATIVOS DE LA GLOBALIZACIN

    Pero en el aspecto negativo de la globalizacin, tambin se dan facilida-des para la comisin de los delitos transnacionales o internacionales y sepresentan graves problemas jurdico-penales, procesales, polticos, poli-ciacos, de persecucin y de ejecucin penal, por mencionar slo los princi-pales aspectos del problema, para su prevencin, persecucin y sancin.

    Estos avances tecnolgicos a que hacemos referencia incluyen los as-pectos de transportes, la facilidad que stos ofrecen para trasladarse y tras-ladar objetos y bienes en general, de un lado al otro del mundo, con lamayor rapidez, lo cual propicia el ocultamiento de personas y bienes hur-tados en pases diferentes a los del lugar de los hechos, con lo cual sedificultan la persecucin de los delincuentes y la recuperacin de los bie-nes hurtados.

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    El delictivo es uno de los aspectos que ms inquieta a los gobiernos delos pases que forman parte de la sociedad mundial y que si bien han lucha-do por mantener su independencia jurisdiccional y su soberana, en lo quese refiere a la persecucin de los delincuentes internacionales y la preven-cin del delito, se han dado ciertas aperturas y se plantea como necesariauna amplia colaboracin internacional.

    El desarrollo de acuerdos de comercio multilaterales y regionales comolos de la Organizacin Mundial de Comercio y los Tratados de Libre Co-mercio con la Unin Europea o con Amrica del Norte, han reflejado loscambios econmicos y tcnicos del mundo en los ltimos tiempos, propi-ciando medidas que hace unos aos se nos antojaban imposibles, como ladisminucin de barreras fronterizas, arancelarias o no, e inclusive propi-ciando o impulsando su desaparicin; pero no se ha enfocado a buscarsoluciones a esta problemtica.

    Se considera, por ejemplo, que la integracin de Mxico al Tratado deLibre Comercio de Amrica del Norte ha generado crecimiento econmico,incrementando el comercio exterior con Estados Unidos a 200,000 millonesde dlares, comparado con los 80,000 millones que se tenan en 1994.

    Pero resulta que se ha agudizado ostensiblemente la desigualdad socialal no alcanzar los beneficios econmicos generados por esta mejora, a gran-des grupos de la poblacin que se ven cada da en peores condiciones devida, como obreros, campesinos, indgenas y en general de la clase mediahacia abajo.

    Los movimientos econmicos a favor del sistema de mercado han pro-piciado en Estados Unidos e Inglaterra; pases que en el momento de adop-tar el sistema econmico neoliberal estaban ya muy avanzados econmi-camente hablando; una situacin econmica que ha favorecido la generacinde empleo y ha hecho innecesario, por lo mismo, desarrollar medidas comoreformas sociales a favor de los pobres.

    En Mxico, como en la mayora de los pases que todava no alcanzanaltos niveles de desarrollo econmico o que inclusive permanecen en muybajos niveles socioeconmicos, la riqueza generada por esta poltica no seha reflejado en una mejor distribucin de sta ni en una necesaria genera-cin de empleos.

    Tal vez lo que se ha ocasionado con el crecimiento del comercio inter-nacional, es lo que Rangel Couto llamaba precisamente crecimiento alaumentar el ingreso nacional sin un correlativo aumento del bienestar de lavida de todos los individuos del pas, es decir, sin lograr un verdadero

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    desenvolvimiento o desarrollo integral que implique mejoras en lo eco-nmico, lo social, lo cultural, lo poltico, para la mayora de la poblacin.10

    Ms an, el crecimiento real de la economa se reduce a cifras como lasrecientemente publicadas respecto al periodo 2000-2003 de 0.63 de creci-miento, el ms bajo desde la dcada de 1930, en Mxico, porque los ingre-sos obtenidos pertenecen a grandes empresas, especialmente transnacio-nales que no derraman ni invierten en el pas una parte de ellos.

    Sobra sealar que no se ha obtenido una mejora del nivel de vida gene-ral y la distribucin del crecimiento comercial slo ha beneficiado a muypocos, y en los promedios estadsticos ha producido mejora slo simbli-camente, calculando promedios obtenidos de una divisin de la riqueza deun rico entre mil pobres destinados a morir de hambre en la realidad.

    En los pases que no tienen ese enorme lastre de pobreza e ignorancia yfalta de oportunidades histrica, se han generado algunas propuestas depolticas con un sentido socioeconmico, dentro de la corriente que supo-ne posibilidades de alternativas no radicales.

    Tal es el caso de la idea manejada por Al Gore en Estados Unidos, alhablar a favor de una segunda generacin de reformas sociales que im-plicara el incremento del gasto pblico, por ejemplo, para la educacinpblica, respetando los derechos laborales de manera que las clases popu-lares, cada da ms numerosas, puedan ingresar en la economa posmoderna.

    Ello significa otorgar un mayor apoyo a la intervencin estatal en cuan-to a la infraestraestructura pblica en transportes, comunicaciones, agua yluz, por ejemplo, con una poltica fiscal debidamente administrada, en elsentido de que no se trata de incrementar los impuestos sino de ordenar losgastos debidamente.

    Sin embargo, los acuerdos internacionales y los organismos econmi-cos como el Fondo Monetario y el Banco Mundial, no admiten esta inter-vencin del Estado y estn a favor de la supresin de subsidios, instrumen-tos que han permitido la sobrevivencia de los grupos ms miserables en lospases pobres y el crecimiento de reas agrcolas en los pases adelantados.

    Sabemos que la posmodernidad requiere personas cada vez mejor capa-citadas en cuanto a los aspectos tcnicos y profesionales de la globaliza-cin, para que puedan insertarse en el mercado de trabajo, ahora cerrado einmvil para todos estos grupos que comentamos, miserables, lumpen, sin

    10 Rangel Couto, Hugo, Teora econmica y derecho, Mxico, Porra, 1978.

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    capacitacin ni ingresos, pero las limitaciones econmicas, inclusive delos gobiernos, impiden una mayor atencin para la capacitacin de la po-blacin, lo cual acenta las desigualdades y sigue limitando posibilidadesde acceso a un mejor nivel econmico.

    En realidad, las limitaciones econmicas no son la nica causa de queno se mejore la preparacin de la poblacin, existen cargas burocrticasy de corrupcin e ignorancia, adems de cierto servilismo a favor de las deci-siones polticas internacionales neoliberales que impiden mejorar la capa-cidad de las personas de bajos recursos para insertarse adecuadamente enel mercado laboral.

    Los problemas que han surgido en la ejecucin e interpretacin y apli-cacin de las cuestiones previstas en el Tratado de Amrica del Norte, porejemplo, no han encontrado la solucin equitativa esperada, dejando en-trever que la promocin de esta segunda generacin de reformas an estdistante y no deja de ser la expresin de buenos deseos de quienes la for-mulan.

    Claro que hay autores que coinciden en ver esta globalizacin con posi-bilidades diferentes, como Csar Verduga Vlez que utiliza un trminociertamente pintoresco para referirse al surgimiento de lo que llama capi-talismo global, hablando de engendrar leones y parir ratones por la for-ma como el siglo XXI nos sorprende con lo que llama dos procesos simul-tneos que tienen caractersticas muy semejantes pero que no slo no soncomplementarios ni idnticos, sino totalmente diferentes y en algunas cues-tiones hasta opuestos, aun siendo ambos consecuencia de los mismos fe-nmenos desarrollados durante siglos.

    En qu forma? En principio se dice que esos siglos de evolucin hanproporcionado al que empieza, las premisas necesarias para el surgimientode una civilizacin nueva, global, que permitira una vida mejor para to-dos, cultural, social y econmicamente hablando.

    Pero, por otra parte, existen tendencias acusadas y claras hacia unamundializacin parcial, mutilada y catica,11 que se proyecta como propi-ciatoria de un mundo de miseria, desamparo y muerte para los ms pobresy una oportunidad inconmensurable para los muy pocos ricos que habrnde concentrar ms an la riqueza.

    11 Verduga Vlez, Csar et al., Las agendas del capitalismo global, Mxico-BuenosAires, Grupo Editorial Lumen, 2003, p. 7.

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    Las condiciones que han ocasionado esta bifurcacin del porvenir delmundo, parecen ser los muchos aos de acumulacin de conocimientoscientficos que han propiciado un progreso cientfico de enormes dimen-siones, impulsando la modificacin de criterios y valores en lo cultural, enlo social y en lo poltico, facilitando cambios fundamentales en algunosaspectos que afectan la convivencia humana y de todos los seres, anima-dos e inanimados que lo rodean.

    En primer trmino, podemos encontrar una variacin en la visin de lanaturaleza, ya que si desde sus orgenes el hombre ha sido un depredadorque ha progresado y sostenido toda su supervivencia a costa de sta, no essino en tiempos muy recientes que surge lo que llaman los autores unaconciencia social ecologista que reconoce el dao y el peligro que sterepresenta para el gnero humano mismo.

    Es as como nacen, por ejemplo, los primeros delitos ecolgicos en laley penal queretana en los aos cuarenta y se debe entender tambin elcontenido variado del artculo 27 de la Constitucin mexicana con un sen-tido de proteccin econmica nacionalista y ecolgica de sustentabilidadcomo responsabilidad estatal.

    Crece la bsqueda internacional de la preservacin de los recursos natu-rales as como la investigacin sobre tecnologas que limiten y de ser posi-ble supriman el dao a la naturaleza para detener y tratar de posponer elcolapso cada vez ms cercano, buscando el equilibrio entre el desarrollosocial y econmico y la conservacin del medio ambiente.

    En otro aspecto, la creciente interdependencia de las sociedades ac-tuales representa un impacto especialmente importante en cuanto aecologa, finanzas, tecnologa, seguridad o migraciones, cuestiones quereclaman una intensa colaboracin dada las enormes diferencias existen-tes en los pases, lo cual reitera que la sociedad humana es una y mltiplea la vez.12

    La recuperacin de privilegios de los propietarios, el utendi, fruendi etabutendi de los romanos, vuelve por sus fueros y se pierde la idea de lafuncin social de la propiedad, cuando la trasnacionalizacin de la econo-ma permite a las empresas dispersar sus inversiones en la bsqueda delabaratamiento del trabajo para seguir pagando, en beneficio propio, sala-rios infames eludiendo inclusive as, el pago de impuestos, obteniendo

    12 Ibidem, pp. 8 y ss.

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    mediante presiones econmicas y polticas, la flexibilizacin de los mer-cados de trabajo, trabajadores desesperados dispuestos a aceptar todas lascondiciones impuestas por las empresas, contrarias a un derecho laboralprotector.

    La operacin en los mercados desregulados, la modificacin de las po-lticas impositivas a favor de los impuestos al consumo para repercutir lacarga, de manera de evitar que las empresas paguen ms, la bsqueda dela privatizacin de los servicios pblicos para reforzar todava ms la he-gemona de la propiedad privada y de sus titulares sobre el resto de lasociedad, han propiciado una mayor concentracin de propiedad, riquezay poder como nunca antes se haba visto en la historia del capitalismo.

    Iguales y desiguales conviviendo y trabajando demandan acciones des-iguales y no de rasero como las propuestas neoliberales, protegiendo a losgrupos e individuos dbiles y no utilizando esta poltica para una explota-cin fascista de campos de concentracin simblicos, sobre los ms des-afortunados.

    Es quiz la mayor diferencia entre humanos y bestias, la posibilidad delideal pero tambin la crueldad innecesaria pues el animal slo mata porhambre y por defensa de sus cras y su territorio y el ser humano es capazde las peores crueldades sin motivacin real.

    IV. OPOSICIN ENTRE GLOBALIZACIN Y ESTADO.FACTORES DE PODER PREDOMINANTES

    Tambin el Estado-nacin de la primera modernidad, enfrenta una se-vera crisis y necesita una redefinicin ya que las presiones internacionalesapuntan hacia el fin de las economas nacionales y tienden a su mundia-lizacin y vemos como estas presiones en cuanto a sus efectos y tendenciasque se hacen ver por sus promotores como ineludibles, nos ensean unpoder cada vez mayor del derecho internacional en la regulacin de lavida jurdica de los ciudadanos de todos los pases, la emergencia cada vezms intensa de subnaciones, que estaban subsumidas en los antiguos Esta-dos, el reforzamiento de las identidades particulares tnicas y culturales, latrasnacionalizacin de las redes de sociedad civil y la radicacin del poderideolgico de la sociedad en los grandes medios de comunicacin, queprovoca una creciente privatizacin de la conciencia pblica. Ese conjunto

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    de tendencias redefine la relacin entre lo privado y lo pblico, en detri-mento de lo pblico.13

    Por otra parte, el poder poltico nacional se debilita frente a los poderespoltico e ideolgico al servicio de las organizaciones empresariales y decomunicacin transnacionales privadas que se globalizan, se concentran yse integran de manera vertical sustituyendo al Estado nacional cada vez conmayor fuerza y desplazando lo poco que le va quedando apoyadas por losmedios masivos de comunicacin y las redes financieras transnacionales.

    Un aspecto importante del funcionamiento de este capitalismo global re-sulta del paradigma de la informacin que ha sido brutalmente impulsadopor la electrnica que lo cre y cuatro factores fundamentales del poder:

    1. Los Estados del grupo de los siete.2. El capital financiero privado internacional.3. Las grandes empresas de comunicacin social.4. El crimen globalmente organizado.

    Es necesario subrayar que los intereses estratgicos de estos cuatro fac-tores clave estn plenamente globalizados especialmente los del grupo delos siete y por las carreteras de la informacin circulan libremente los flu-jos de dinero del capital financiero y los de la comunicacin de los grandesconglomerados de la comunicacin electrnica, adems de las actividadesocultas y semiocultas del crimen organizado, infiltrado en muchos de esosmovimientos y en el ms alto nivel de los poderes de decisin de los Esta-dos nacionales para impedir la toma de decisiones que los afecte o loscombata y proseguir, los cuatro conjuntamente, como si, o estando de acuer-do y amasando sus ganancias millonarias para bloquear y corromper pro-testas y conciencias.

    Muchas otras decisiones tomadas en estos pases, especialmente en Nor-teamrica en la bsqueda de mayores ganancias y ahorros, iniciaron la evo-lucin capitalista en busca de mano de obra barata, supresin o inexistenciade controles ecolgicos, laborales y financieros, desaparicin del patrn oroinclusive, el desarrollo del dlar circulante sin respaldo metlico a criteriode muchos, propiciaron el caos energtico y de costos internacionales.

    13 Ibidem, pp. 10 y 11. La mayora de los datos manejados en esta parte proceden dedicha obra.

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    La idea de la globalizacin financiero-especulativa facilit los enormesprstamos sin respaldo ni control a los pases del Tercer Mundo, genern-dose la posibilidad de imponer a los deudores condiciones para la formula-cin de su poltica econmica en los marcos de las decisiones mundialespara el provecho de estos pases, manejndose el Fondo Monetario y elBanco mundial como los personeros del neoliberalismo obligado para lospases deudores, con un tipo de cambio flexible y desregulacin de los mer-cados financieros controlados.

    Pero me parece muy importante transcribir aqu algunos conceptos uti-lizados por Manuel Lpez-Rey en relacin con la criminalidad y que seimbrican profundamente con los planteamientos que la situacin actual demundializacin de las sociedades est provocando en cuanto a la delin-cuencia y su manejo.

    Es interesante hacer notar que, a pesar del tiempo transcurrido y la im-presionante movilidad de los conceptos en lo que va del nuevo milenio,especialmente en cuanto a criminalidad y su gnesis, represin y globali-zacin, la visin de Lpez-Rey desde 1976 cuando se publica su libro,resulta muy acertada y en algunas cuestiones hasta visionaria.

    Por ejemplo, subraya la importancia de conocer de la manera ms aproxi-mada posible, la extensin de la criminalidad para poder, con sentido rea-lista, planificar la poltica criminal.

    Hay que hacer notar que en principio se utiliza el trmino delincuenciaaplicado a dos categoras fundamentales, la de juveniles y la de adultos y queen los pases de habla inglesa y los que siguen su modelo jurdico se aplica enalgunos o en todos los casos, a los hechos cometidos por menores que en elcaso de ser cometidos por adultos, seran contemplados como delitos, ideaun tanto deshumanizada que tiene a extenderse por los pases que an enten-da a los menores de edad como seres necesitados de apoyo y amor, ademsde gua y oportunidades y educacin. Manuel Lpez-Rey apunta:

    El delito ya no es la entidad cientfica elaborada por destacados criminlogossino un fenmeno sociopoltico en proceso de rpida expansin, estrecha-mente relacionado con la estructura global de la sociedad, que no puedeidentificarse con la imagen de un establishment determinado, sea capitalis-ta o socialista.14

    14 Lpez-Rey y Arrojo, Manuel, La criminalidad. Un estudio analtico, Madrid, Tecnos,1976, p. 352.

  • INTERNACIONALIZACIN DEL DELITO Y SEGURIDAD 313

    Esta aseveracin se ha sostenido en cuanto a la desaparicin de muchasde las garantas y derechos que protegen a los individuos presos, procesa-dos y sentenciados, con la justificacin de la lucha precisamente contra elcrimen internacional.

    Sin embargo, no me cansar de insistir en que es necesario un anlisiscuidadoso de las propuestas de modificacin de la legislacin penal, por-que no se puede percibir con claridad qu es ms grave, la delincuenciatransnacional o el abuso de poder a que se presta la supresin de garantasy derechos.

    En realidad, nuestra sociedad est evolucionando cada da con mayorvelocidad y estos cambios nos ponen en la tesitura de enfrentar, todos elshock del futuro del que hablara Alvin Toffler en los aos setenta en queeste autor inicia el anlisis del cambio, entendindolo como lo que lessucede a las personas cuando toda la sociedad en que viven se transformade pronto en algo diferente e inesperado, desconocido.

    Tenemos que admitir que aun cuando la economa siempre ha tenidoun importante peso en la vida de los seres humanos y las sociedades, enla etapa actual de la historia es verdaderamente la palanca que est mo-viendo al mundo, que los intereses econmicos de las empresas transna-cionales, de los gobiernos que toman las decisiones son los que determi-nan las medidas y los pasos de la mayora de los pases, muchas veces sintomar en cuenta la situacin de la poblacin a la que se supone debenservir y satisfacer.

    Precisamente en el tercer volumen de la triloga que compone el estudiodel cambio de Toffler, continuando los planteamientos de La Tercera Ola,como denomin el segundo libro; remarca que la sociedad ha pasado pordiversas etapas, la primera de ellas designada por l como la primera ola,compuesta por la revolucin agrcola que se inici hace 10,000 aos, esdecir, tuvo una duracin de esos diez mil aos.

    Luego vino la etapa industrial, que arranca a mediados del siglo XVIII,la cual corresponde a la segunda ola, que implic un inmenso cambio de lasculturas rurales a los sistemas de produccin con chimeneas, con todassus consecuencias en la estructura social, al cabo de la cual nos encontra-mos, ahora con un lapso mucho ms corto, ante el inicio de una nuevaoleada de acontecimientos diferentes.

    Debemos enfrentar lo que la nueva etapa social significa, la era de lainformacin, con una economa globalizadora, mundialista, con un impor-tante apoyo en el desarrollo tecnolgico, una tercera ola cuyos primeros

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    cambios se suceden a mediados del decenio de 1950, apuntando los nue-vos sectores que surgirn con fuerza incontenible: la informtica, la elec-trnica, el manejo de la informacin, la biotecnologa y todas las tcnicasque constituyeron las nuevas alturas dominantes de la economa. AlvinToffler seala:

    En la nueva economa de la tercera ola, un coche o un ordenador puede serfabricado en cuatro pases montado en un quinto. Los mercados, igualmen-te, trascienden de las fronteras nacionales al crecer. Dicho en la jerga ac-tual, los negocios se estn globalizando.

    Una vez ms, en directo paralelismo, nos encontramos con que los ser-vicios financieros banca, seguros, valores han emprendido tambin lacarrera hacia la mundializacin con objeto de atender a sus clientes trans-nacionales. La economa de la tercera ola funciona a velocidades sperrpidas. Para llevar el paso, las organizaciones financieras estn invir-tiendo miles de millones en tecnologa moderna.

    Los nuevos ordenadores y redes de comunicacin no slo posibilitan lavariacin y la adaptacin a las necesidades de los clientes de los productosexistentes, y la creacin de otros nuevos, sino que tambin hacen que lavelocidad de tramitacin de las operaciones las convierta en instantneas.15

    El sector financiero se ve claramente afectado por esta aceleracin en laejecucin de las operaciones, los servicios financieros estn funcionando24 horas al da, de acuerdo con los mltiples husos horarios, los valores derenta fija o variable, las mercaderas y las divisas se compran y se vendensin parar, por medio de las redes electrnicas que permiten la concentra-cin y la dispersin de millones en lo que resulta milsima de segundo.

    En todo el mundo los mercados de capitales crecen y se interrelacionan,de Hong Kong y Tokio a Toronto y Pars, haciendo circular el dinero avelocidades inimaginables y a distancias inconcebibles hace algunos aos.

    Esta velocidad operativa hace incompetente al sistema de la segundaola para controlar la situacin, ya que los mecanismos de seguridad dise-ados para mantener la estabilidad en los sistemas nacionales de la etapaindustrial, resultan inadecuados para los mismos fines en la era de la infor-macin.

    La produccin y comercializacin mundializadas demandan que el ca-pital fluya con facilidad a travs de las fronteras nacionales, que van rela-

    15 Toffler, Alvin, El cambio del poder. Powershift, Mxico, Diana, 1992, p. 202.

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    jndose por inoperantes en cuanto a estas cuestiones, pero este relajamien-to o eliminacin tambin tiene consecuencias negativas y representa gra-ves peligros para esa economa totalizadora que se enfrenta con riesgos deseguridad interna y genera preocupacin de los gobiernos respecto a lanacionalidad misma.

    Los riesgos a que hacemos referencia no slo son de tipo econmico,aunque pudiramos considerar sus consecuencias como tales. Nos referi-mos a las prcticas delictivas, relacionadas o no con cuestiones financieraso comerciales o bien con actividades abierta y puramente delictivas.

    El delito como fenmeno social aparece casi a un tiempo que la socie-dad en la faz de la Tierra. Se encuentra en la historia bblica al nacimientode la sociedad, con la expulsin de Adn y Eva del Paraso, al haber des-obedecido las rdenes del Creador, con el delito de homicidio cuando Abelcae bajo los golpes de Can y desde ah, encontramos una sucesin infinitade crmenes, de los ms leves a los ms graves.

    En el mbito antropolgico, los rastros de los crmenes tribales se hanencontrado en los restos prehistricos analizados por los investigadores ycon los hallazgos en las tumbas de culturas arcaicas as como en las tradi-ciones orales de los pueblos ms antiguos.

    Asesinatos, fraudes, robos, son conductas frecuentes en todos los nive-les culturales de la sociedad individual o globalmente considerada.

    Tal vez la idea de entender al delito como una entidad artificial, creadapor los hombres usufructuarios del poder, para mantener la tranquilidad desus sbditos o para mantenerse en el poder, nos permita explicar su exis-tencia permanente, como medida de control social de acuerdo con algunapostura de la criminologa moderna.

    V. LOS DELITOS COMO CONCEPTO MUNDIALMENTE ACEPTADO Y SU IMPACTOREAL EN LA SEGURIDAD INTERNA E INTERNACIONAL. CMO ENFRENTARLOS

    Pero no podemos desentendernos de las consecuencias que para la so-ciedad representan ciertos hechos que lesionan o impiden la convivenciapacfica y que en la mayora de las agrupaciones sociales se ha convenidoen sancionar con un mayor rigor que otras violaciones a las normas, socia-les y jurdicas, desde las etapas de las agrupaciones humanas ms primiti-vas hasta las sociedades ms modernas y actuales.

    Este tipo de sanciones son las penales, respecto a las cuales sabemosque en la actualidad en la mayora de los pases tienen una finalidad, tanto

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    de defensa social como de readaptacin. Es decir, proteger a la sociedadfrente a la posibilidad de reincidencia del delincuente y a ste del abuso delpoder de castigar, son funciones modernas del sistema penal.

    Al ocuparnos de los llamados delitos internacionales, hemos menciona-do que este carcter deriva del hecho de afectar a varios o a todos lospases del mundo, de manera indirecta, independientemente de su calidadde transnacional que se precisa cuando los bienes jurdicos afectados per-tenecen a dos o ms pases y las diversas etapas o aspectos de la comisindel hecho, se desarrollan tambin en dos o ms pases.

    Sin embargo, cuando se habla de delitos internacionales, hay que reco-nocer que en primer trmino se encuentran aquellas actividades que ponenen mayor peligro a las sociedades de este planeta y que se recogen bajo elrubro general de crmenes contra la humanidad, juicios acerca de los cua-les, por ejemplo, se verificaron a finales de la Segunda Guerra Mundial losprocesos de Tokio y Nuremberg y cerca del fin del siglo XX, los de Yu-goslavia y Ruanda y respecto a los que la ONU ha hecho una cierta clasifi-cacin, agregando algunas visiones modernas tambin: el apartheid, elgenocidio, el biocidio, el ecocidio, la discriminacin racial, entre otros.

    Existen otros actos dainos y peligrosos en grado menor proporcional-mente hablando, pero de gravedad por cuanto a la intensidad de su comi-sin y los daos de todo tipo que ocasionan a la mayora de los pases queafectan.

    Aun cuando no todas las naciones han aceptado considerarlos comodelitos, hay reconocimiento pleno de la necesidad de combatirlos y deldao que ocasionan, como el terrorismo o la contratacin de mercenarios,por lo que en algunas convenciones y reuniones internacionales se les haconsiderado delitos.

    Tambin se ha utilizado la opcin de no incluirlos como delitos en loscdigos penales pero s contemplar como delitos graves la utilizacin deinstrumentos de destruccin masiva en contra de la poblacin inerme, ac-tividad que generalmente desarrollan los terroristas.

    Es importante tomar en consideracin realidades sociales que nos de-muestran que en el mbito internacional cada da aparecen ms normas decarcter penal, en razn de necesidades objetivas de poner bajo la protec-cin del derecho penal ciertos intereses sociales.

    Bajo la promocin de la Organizacin de las Naciones Unidas, se haimpulsado el reconocimiento de la existencia y estudio del llamado dere-cho penal internacional, el cual se ha enfocado al anlisis de todo un siste-

  • INTERNACIONALIZACIN DEL DELITO Y SEGURIDAD 317

    ma penal que incluye tanto delitos transnacionales como internacionales,su tipificacin y la normatividad relativa, as como las sanciones que lecorresponden a cada delito.

    Asimismo, integrar los aspectos procedimentales que tendrn que sercreados tomando en cuenta las circunstancias especiales y novedosas de sudesarrollo, la creacin y aceptacin por los pases del tribunal penal inter-nacional, la forma de desarrollar el procedimiento ante dicho tribunal y laejecucin de sus determinaciones o sentencias, o quiz su reconocimientode lugar a la creacin de un derecho procesal internacional y un derecho deejecucin penal internacional. Pero vamos ya demasiado lejos.

    En un documento de Japn, presentado ante Naciones Unidas en el VIIICongreso sobre Prevencin del Delito y Tratamiento del Delincuente, sehace un interesante estudio del tema de la internacionalizacin del delito,entendindolo como consecuencia de la afectacin o la relacin entre de-sarrollo econmico y delito o criminalidad, considerados o afectados desa-rrollo y criminalidad a nivel transnacional o internacional.16

    En este aspecto de la internacionalizacin del delito, muchos autores ypases coinciden en reconocer la importancia de la labor de la Organiza-cin de las Naciones Unidas en especial a travs de sus congresosquinquenales sobre prevencin del delito y tratamiento del delincuente.

    En estos congresos se han propuesto importantes soluciones, con la ca-racterstica de no ofrecer modelos conforme a criterios cientficos nacio-nales sino declaraciones, recomendaciones, reglas, cdigos de conducta ydecisiones suficientemente flexibles para ser adaptadas con las variantesnecesarias al mbito nacional de cada pas miembro.

    Se sabe que desde el amplio punto de vista mundial, el crimen puede serobservado como un problema serio en la mayora de los pases y preocupacada vez ms a nivel internacional. No es exagerado decir que las estrate-gias y medidas para enfrentarlo son urgentemente necesitadas como me-dios para asegurar el bienestar humano y la tranquilidad de la sociedadmundial.

    La comunidad mundial ha llegado al reconocimiento de que el continuoy firme desarrollo del gnero humano y sus sociedades, requiere el esta-blecimiento y mantenimiento del orden pblico basado en principios de-mocrticos y el aseguramiento de condiciones de vida tranquila, situacio-

    16 ONU, A/CONF. 144/G/Japan.

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    nes que se ven afectadas gravemente por los delitos y de manera ms acen-tuada, por los delitos transnacionales.

    El cambio y el desarrollo socioeconmico integral han compartido el fe-nmeno concomitante de una importante internacionalizacin del delito; lafrecuencia de delitos propiamente transnacionales y otros delitos de carcterpuramente internacional, en gran variedad de formas, ha aumentado.

    En muchas instancias, la situacin del crimen en un pas ha influidodirecta o indirectamente en otros pases. Luego entonces, la efectiva for-mulacin de polticas de prevencin del delito y justicia criminal requiereno slo un esfuerzo a nivel nacional en cada pas, sino un constante nivelde cooperacin y consenso entre las naciones que conforman la comuni-dad internacional.

    Esta situacin inclusive hace notar la importancia de los estudioscriminolgicos vistos con su ms amplio espectro, como base para la for-mulacin de polticas criminolgicas de prevencin y represin de los de-litos que se basen en los datos reales que la criminologa aplicada a larealidad puede proporcionar.

    Me pregunto hasta dnde los intereses de los delincuentes infiltradostienen que ver con el poco inters en el desarrollo de los estudioscriminolgicos que existe en muchos pases, incluyendo Mxico, porquela poltica criminolgica contina plantendose a base de medidas popu-listas y represivas, sin fundamentarse en un conocimiento de la realidaddelincuencial ni del pas ni de la regin.

    La Organizacin de las Naciones Unidas ha ampliado el panorama delpapel que desde su fundacin se le atribuy en relacin con el control yprevencin del delito y el tratamiento del delincuente. Al mismo tiempo,los Estados Miembros de Naciones Unidas han tomado pesadas responsa-bilidades en relacin con la sociedad internacional.

    El gobierno de Japn, por ejemplo, financia plenamente las activida-des desarrolladas por las Naciones Unidas en el campo de la prevencindel delito y el tratamiento del delincuente en su rea geogrfica y ya haconfirmado su decisin de continuar financiando y colaborando en losaos por venir.17

    Sin embargo, en el momento actual, la Organizacin de las NacionesUnidas atraviesa por una etapa difcil que la ha forzado a tomar medidas

    17 Ibidem.

  • INTERNACIONALIZACIN DEL DELITO Y SEGURIDAD 319

    que van en contra de sus posibilidades de actuacin, como la reduccin desu personal, lo cual limitar los apoyos que estructuralmente debe y deseaprestar a los pases miembros.

    Estas circunstancias obedecen a la negativa de algunos pases de cum-plir con sus compromisos de aportaciones econmicas, lo cual ha signifi-cado una grave mengua en los ingresos de la Organizacin, especialmenterespecto a las aportaciones de Estados Unidos, pas que intenta imponersus criterios locales a las decisiones y polticas de la ONU y que al parecerante la negativa de este organismo de aceptar sus determinaciones, ha op-tado por no cubrir oportuna y totalmente sus cuotas para el sostenimientode la Organizacin.

    La naturaleza y volumen del problema se nos hace notar al darnos cuen-ta que en los ltimos veinte aos, la delincuencia transnacional se ha inten-sificado hasta alcanzar niveles difcilmente imaginables, circunstanciaspropiciadas y facilitadas por los medios modernos de comunicacin, losviajes a velocidades ultrasnicas y precios accesibles, la facilidad para latransferencia de fondos y de bienes a nivel internacional, por ejemplo.

    Todos estos cambios permiten una actividad econmica internacionalmuy gil, pero tambin una profusa actividad delincuencial, convirtiendolas organizaciones criminales nacionales en verdaderas amenazas interna-cionales, paralizando programas nacionales e internacionales de lucha contrael delito e inclusive los de desarrollo econmico.

    Cabe aclarar que la visin del futuro de los autores que se ocupan deestos temas tiene dos aspectos que en principios son totalmente opuestos:uno que enfrenta al futuro con una postura optimista, no ignorando lo anun-ciado por los profetas del desastre, pero contando para sus propias predic-ciones con los rasgos y las situaciones que se han presentado en nuestromundo en los tiempos recientes en los que han sucedido cosas que podranhaberse concebido imposibles, casi mgicas como los cambios en lo quefuera la Unin Sovitica.

    La otra es depresiva, plagada de presagios oscuros para la humanidad.Y realmente la globalizacin tiene las dos vistas.

    La mencionada ruta hacia la mundializacin, que se hace manifiesta atravs de las tendencias referidas, tiene como reflejo inmediato esa inter-nacionalizacin de actividades en general, cuya velocidad se encuentraapoyada de manera sobresaliente en la aceleracin tecnolgica que incideen transportes, comunicaciones, transferencias de fondos, debilitamientode fronteras.

  • 320 EMMA MENDOZA BREMAUNTZ

    Este conjunto de fenmenos que han reducido el tamao del mundocada vez ms y que, si bien representa muchas ventajas en cuanto a lasposibilidades de acceso a los beneficios del progreso para toda la pobla-cin mundial, tambin ha tenido como consecuencia la utilizacin de estosbeneficios por el mundo de la delincuencia.

    Se ha generado en este aspecto una etapa de internacionalizacin inten-sa de las actividades delictivas y de dificultades graves en cuanto a suprevencin, deteccin y represin, en el mejor sentido de esta ltima.

    Podemos, fundadamente, hablar de una criminalidad concebida, no comouna suma de delitos, no como la expresin o manifestacin de comporta-mientos desviados sino como un complejo fenomnico que se relacionaestrechamente con el desarrollo integral nacional e internacional,18 quepor ello tiene caractersticas cambiantes, de acuerdo con la evolucin mis-ma de las sociedades en que se presenta y que en el caso en estudio, de laprevencin de los delitos transnacionales y de la trasnacionalizacin mis-ma de ellos, se justifica la referencia a una criminalidad contempornea,con caractersticas propias.

    Uno de los problemas iniciales a enfrentar es el provocado porque losrganos de proteccin social estn mental y tcnicamente equipados paracombatir una criminalidad en vas de desaparicin.

    Esta frase tan atinada, ya expresada desde 1965 por Szab, muestra laineficacia institucional a la que tenemos que enfrentarnos. Nuestras leyes,cdigos, instituciones sociales, poder judicial, etctera, han ido anquilo-sndose en el transcurso del tiempo hasta empezar a producir lo mismoque combaten.

    El precio del progreso y la transformacin socioeconmica exigidos porla sociedad de consumo que se ha desarrollado es elevado en trminos deinadaptacin y delincuencia.

    En la mayora de los pases, el derecho penal es un subsistema excesiva-mente esttico del control social. Como todo sistema jurdico, se funda ennormas cuya estabilidad asegura ciertamente la seguridad de los justifica-bles, pero puede implicar una discordancia entre los bienes jurdicos pro-tegidos y las necesidades e intereses actuales de una vida social que du-rante los ltimos decenios ha sido particularmente mvil.

    Por eso si analizamos la prevencin del crimen y la justicia penal dentrode este contexto, encontramos que posee lacras, ineficacia, corrupcin,

    18 Lpez-Rey y Arrojo, Manuel, op. cit., nota 14, p. 350.

  • INTERNACIONALIZACIN DEL DELITO Y SEGURIDAD 321

    puesto que se encuentra esencialmente viciada. Es necesario iniciar pro-gramas de prevencin que contemplen todos los aspectos humanos, to-mando en cuenta los factores de cambio; debe ser un plan proyectivo, esdecir, que prevea (mediante mtodos de evaluacin) nuevas necesidades yllevar as a cabo una actualizacin contina, dentro de un marco econmi-co-social que asegure una autntica justicia social.

    Ello puede significar una muy cuidadosa revisin de lo que s se puedecambiar para actualizar y lo que podra significar un peligro para la defensade la sociedad y de los individuos frente a los posibles excesos del poderestatal. Se debe tener presente, que no por antigua es desactualizada, la frasede Manzini: El derecho penal es el termmetro de la libertad poltica.

    Sin embargo, la necesidad que existe de una poltica criminal coordina-da internacionalmente, se hace palpable frente a la delincuencia transna-cional contempornea.

    Si la poltica criminal aspira a combatir eficazmente el delito, inquirien-do sus causas y proponiendo los remedios oportunos, un tratado amplio yminucioso de ella debera de comenzar por llevar a cabo investigacionesprofundas de ndole biolgica y sociolgica y no permitir que las reformaspenales se funden en decisiones populistas que ignoran la realidad.

    Finalmente, hemos de ocuparnos de la cuestin de la seguridad, espec-ficamente la seguridad pblica, la cual forma parte indispensable de lasfunciones y responsabilidades del Estado en cuanto a ofrecer la proteccinnecesaria mediante los mecanismos y acciones de prevencin y represinde las actividades que vulneran la paz social y el orden pblico.

    Esta seguridad pblica se debe integrar al orden jurdico al proteger losderechos de los particulares y los de las instituciones y organismos estata-les y en esa forma se le debe considerar como el conjunto de polticas yacciones coherentes y articuladas tendientes a garantizar la paz pblicay debern desarrollarse dentro de los marcos de la seguridad jurdica y node manera arbitraria, fuera de la ley.

    Es aqu donde se contempla la seguridad jurdica para la prevencin yrepresin de los delitos y las faltas contra el orden pblico mediante un siste-ma de control penal previsto por las leyes aprobadas formalmente y con laparticipacin directa de las autoridades de procuracin de justicia como sonel Ministerio Pblico y la polica, las de administracin de justicia represen-tadas por jueces y tribunales y las responsables de la ejecucin penal.

    Histricamente se ha hecho una divisin de la seguridad pblica y laseguridad exterior del Estado, referida a la situacin como potencia nacio-

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    nal y al equilibrio internacional que garantiza a cada pas la integridad desu territorio y el ejercicio de sus derechos, en un plano de igualdad con lacomunidad de naciones.

    Asimismo se define la seguridad interior del Estado como la situacin ysistema poltico que manifiesta la realidad o el propsito de un orden na-cional en el cual los poderes pblicos son respetados como instituciones yen las personas que los encarnan, con la adecuada defensa de rgimen, delos derechos fundamentales de los ciudadanos, de la paz y la tranquilidadpblica por parte de las autoridades, agregndose finalmente que la idea deseguridad tiene una connotacin activa que significa realizar actos prepa-ratorios que impidan el ataque de cualquier enemigo.

    En el caso de la seguridad interior, las fuerzas armadas del pas slotendran intervencin cuando los cuerpos de seguridad pblica hubieransido rebasados y los conflictos atentaran realmente contra los interesesfundamentales de la nacin, como la soberana, la integridad del territorio,la forma republicana y democrtica de gobierno y la organizacin federalprevistas en la Constitucin del pas.

    El trmino de coaccin directa se ha concebido como la aplicacin de lafuerza por cualquier medio con el propsito de conseguir el cumplimien-to forzoso de los deberes existentes para con la polica o bien, la fuerzausada sin un acto procedimental, a diferencia de la que se usa como conse-cuencia de un acto procedimental o ejecucin por coaccin, recordandoque en un Estado de derecho, el uso de la fuerza est sometido a reglas ylmites predeterminados por la ley.

    En el orden de ideas expuesto, al enfrentar la necesidad de una coopera-cin internacional eficaz para atacar los problemas de la delincuencia na-cional y transnacional, proporcionando asistencia a travs de acuerdos ytratados internacionales y con la intervencin frecuente de la Organiza-cin de las Naciones Unidas que los impulsa, a partir de los ataques terro-ristas de Nueva York y Madrid se ha buscado una actitud ms radical encuanto a la defensa de los pases frente al fenmeno del terrorismo.

    Considerndolo ya no como uno ms de los muy importantes delitosglobalizados sino como una accin que pone en peligro la paz social mun-dial, Estados Unidos ha reforzado una actividad que no haba destacado demanera especial hasta hace poco tiempo, que es la llamada SeguridadHemisfrica considerada como responsabilidad de la Organizacin de Es-tados Americanos.

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    Ante la actitud un tanto crtica y no absolutamente dcil de la ONU deno aceptar todas las propuestas de los pases ms poderosos y ante laspresiones que se han ejercido desde hace algunos aos sobre la organiza-cin en cuanto a seguir las indicaciones de los pases ms poderosos espe-cialmente los llamados siete, se est intentando reforzar la seguridadhemisfrica que pareca presentar una actitud ms dcil para obedecer al-gunas propuestas respecto a la seguridad. por ejemplo, en manos de losmilitares para participar en la lucha contra la delincuencia transnacional.

    Pero en las ms recientes reuniones de la OEA se ha percibido una firmeresistencia a estos planteamientos y a pesar de existir conciencia respecto ala necesidad de cooperacin internacional para enfrentar al delito transna-cional, parece que no ser fcil el llegar a acuerdos para modificar princi-pios y normas penales internas, cuando menos no de manera irracional,pues las propuestas, por ejemplo, la de militarizacin de la seguridad, noderivan de la prctica en Estados Unidos y, por lo tanto, no parecen solu-ciones experimentadas sino impuestas autoritariamente para beneficio delos promotores y no de los pases que las han de aplicar.

    Resulta indudable que tanto globalizacin como cooperacin son situa-ciones que se presentan para luchar contra la delincuencia transnacional,pero las decisiones han de tomarse de manera razonada, con un profundoanlisis histrico y proyectado hacia el futuro y viendo factibilidad y con-secuencias positivas y negativas antes de dar cada paso. Ojal que as sea.