Tribuna en el Correo de Andalucia sobre dinamarca
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El Correo de Andalucía Lunes, 4 de enero de 2016
22 / ESPAÑA /
Iñaki Ortega Doctor en Economía y profesor de Deusto
Josu Gómez Presidente de la Fundación Glocal
Aftale
En ese país, el matrimonio
homosexual fue legalizado antes
que en ningún otro y los
jóvenes se emancipan diez años antes que los españoles
Existe un país en el mundo en el que la transparencia en la acción de gobierno es inne-gociable, a la vez que tienen la monarquía más antigua de Europa junto a la española. Sus ciudadanos gozan de
una de las mayores cotas de bienestar, como nos recuerda el índice de desarrollo huma-no de la ONU y aunque pagan muchos im-puestos para que, por ejemplo sus universi-dades sean gratuitas, también se dan las mayores facilidades de la OCDE para crear una empresa, conforme al informe Doing Business del Banco Mundial. Su salario mí-nimo interprofesional es el más alto del mundo pero a la vez su mercado laboral es el más flexible de Europa. Tres de cada cua-tro trabajadores pertenecen a un sindicato y su tasa de desempleo es tan baja que roza el llamado paro técnico. Su agricultura tecnifi-cada es líder global, aplican la llamada eco-nomía circular con normalidad, reutilizan-do sus recursos y usando energías renova-bles. Al mismo tiempo su economía es muy dependiente del exterior con mucha impor-tancia de las exportaciones.
En ese país, el matrimonio homosexual fue legalizado antes que en ningún otro y los jóvenes se emancipan diez años antes que los españoles. La corrupción política es la menor del planeta y sus habitantes aparecen en los ranking de Forbes como los más feli-ces y satisfechos con su país. Su capital ha si-do elegida este año por la revista Monocle como la mejor del planeta para vivir en ella.
Más de la mitad van a trabajar en bici-cleta pero también son miembros activos de la OTAN participando, con apoyo ciuda-dano, en misiones militares en Irak y Afga-nistán. Ocho de cada diez habitantes con-firman su pertenencia a la iglesia patria y una aplastante mayoría están bautizados y confirmados.
Los juguetes más preciados para los Reyes Magos estos días vienen de ese país y no del sudeste asiático. Allí nació LEGO y sigue li-derando la industria juguetera compitiendo no por precio sino aplicando la llamada in-novación abierta, son los propios niños los que diseñan las nuevas colecciones.
El secreto para conciliar todos esos con-trastes y hacerlo de modo exitoso se llama en su lengua aftale. Acordar, que es su tra-ducción al castellano, es lo habitual en sus
gobiernos desde 1909, fecha de la última ma-yoría absoluta. Pactos de partidos de centro izquierda y centro derecha son habituales porque lo importante es sostener un sistema que funciona y genera igualdad de oportuni-dades, progreso y a la vez es competitivo.
Ese país es Dinamarca pero podríamos ser nosotros también, por todo lo que tene-mos en común con ellos: historia, estado so-cial y de derecho, monarquía constitucio-nal, cultura y calidad de vida. Hay otras cuestiones que nos separan, y mucho de los daneses, que han protagonizado –por des-gracia– la vida española en los últimos años: corrupción, exclusión social o falta de ver-tebración. Aftale, –acuerdo–, es la fórmula mágica que aplican y en la cual, los españo-les, tras el resultado de la generales, vamos a tener que doctorarnos, en estos próximos meses, si queremos parecernos a nuestros vecinos los daneses.
El acuerdo y el consenso es así hoy una necesidad de este tiempo que reivindica la figura de estadistas frente a la de los oportu-nistas, de quienes tienden puentes para construir un proyecto en común frente a quienes los dinamitan en su propia miopía del momento que hoy vive España.
Y es que, nuestro país vive hoy un tiempo de retos y desafíos en los ámbitos políticos, territoriales, políticos y sociales. Aspectos
fundamentales para la construcción de la Es-paña del siglo XXI que marcan la apertura de un nuevo tiempo de consenso entre todos alejado del cultivo del odio frentista sirva para lo más importante: construir un espacio de progreso y bienestar en común
Algo que ya hicimos ya con éxito en una transición democrática que ha sido ejemplo en todo el mundo y considerada como patri-monio de la humanidad por la ejemplaridad de su ejecución por quienes entonces tuvie-ron ante sí la responsabilidad de construir desde el acuerdo dicho tiempo. Tiempo aquel protagonizado por personalidades co-mo Adolfo Suárez, Felipe González, Santiago Carrillo, La Pasionaria, Tierno Galván, Solé Tura, Enrique Curiel, Manuel Fraga, Marceli-no Camacho, Herrero de Miñón, Pasqual Ma-ragall o Arzallus, todos ellos estadistas, con sus luces y sus sombras, pero que fueron ca-paces, desde sus diferencias, de construir espacios en común para todos.
Hoy cuando la renuncia al patriotismo y el sentimiento cainita vuelven a aparecer, es imprescindible reivindicar, nuestros éxitos y nuestra capacidad de superación en la histo-ria. De ese modo serviremos a la construc-ción de un tiempo nuevo en donde igualar lo mejor de países como Dinamarca e incluso superarlos no sea una quimera sino una rea-lidad alcanzable. ~
Pactos de partidos de centro izquierda y centro derecha son habituales porque lo importante es sostener un sistema que funciona y genera igualdad de oportunidades