Un análisis politico cultural de las historietas de
-
Upload
nguyenmien -
Category
Documents
-
view
216 -
download
1
Transcript of Un análisis politico cultural de las historietas de
Este documento está disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, el repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, que procura la reunión, el registro, la difusión y la preservación de la producción científico-académica édita e inédita de los miembros de su comunidad académica. Para más información, visite el sitio www.memoria.fahce.unlp.edu.ar
Esta iniciativa está a cargo de BIBHUMA, la Biblioteca de la Facultad, que lleva adelante las tareas de gestión y coordinación para la concreción de los objetivos planteados. Para más información, visite el sitio www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar
Licenciamiento Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina de Creative Commons.
Para ver una copia breve de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/.
Para ver la licencia completa en código legal, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcode.
O envíe una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California 94305, USA.
Director: Lenci, María Laura
Moreno, Matías Facundo
Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciada en Sociología
Cita sugerida Moreno, M. F. (2008) En busca del ser nacional : Un análisis político cultural de las historietas de "El descamisado" [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.605/te.605.pdf
En busca del ser nacional : Un análisis político cultural de las historietas de "El descamisado"
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA
LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA
TRABAJO FINAL
En busca del ser nacionalUn análisis político cultural de las historietas de
“El descamisado”
Alumno: Matías Facundo Moreno
Legajo: 53920/8
Correo electrónico:[email protected]
Director: Lic. Maria Laura Lenci
Fecha: 1 de Julio de 2008
Resumen
La historia y su relato han sido, y son, un instrumento político. Es a partir de esta
caracterización que el relato histórico está sujeto a la lucha política, a la confrontación entre
diferentes matrices de pensamiento, de diferentes “visiones del mundo”, las que luego se
transforman en prácticas concretas. La confrontación entre estas diferentes matrices de
pensamiento produce resultantes que no siempre son la imposición de una forma de “ver el
mundo”, sino que es parte de un juego mucho más complejo donde hay dominación y
resistencia, formas dominantes y también subalternas que permanecen. A partir de estas
reflexiones, planteamos que el objetivo de este trabajo es indagar en la conformación de la
matriz de pensamiento nacional y popular en nuestro país, y el rol de la corriente
historiográfica denominada revisionismo histórico en el surgimiento de dicha matriz. Para
ello repasaremos, en primer término, el contexto histórico del cual “emerge” esta nueva
corriente interpretativa de la historia para luego analizar, a partir de dos textos producidos
por intelectuales denominados nacionales y populares, la consolidación de dicho paradigma
teórico en nuestro país. A partir de allí, describiremos las características de la matriz de
pensamiento nacional y popular, centrándonos en el lugar que ocupa la política. Lo político,
en el nacionalismo popular, es definido como un proceso histórico altamente dinámico y
complejo. Es el campo donde se enfrentan los diferentes proyectos históricos (económicos,
militares, culturales, etc.). En este marco, el objetivo central del presente estudio es analizar
el intento contra- hegemónico de difundir la “otra” historia, esbozado en el trabajo de
Héctor Germán Oesterheld titulado Latinoamérica y el Imperialismo- 450 Años de guerra, quien
utiliza un medio como la historieta para dar la disputa en el plano de los relatos históricos.
Términos claves: Hegemonía/ contra hegemonía- Matriz de pensamiento nacional y
popular- Revisionismo Histórico- Historieta
2
INDICE
A modo de Introducción ………………………………………… 4
1. De los orígenes del revisionismo
a la conformación de la matriz nacional y popular………..…..7
• Orígenes del revisionismo histórico en la Argentina
• Nacionalistas populares vs. nacionalista elitistas
• Matrices de pensamiento
• La nueva coyuntura, la “Nueva Izquierda”
2. La primacía de la política. Concepto…………………………28
• Primacía de la política en la Matriz nacional y popular
3. Héctor German Oesterheld
y el desarrollo de un proyecto contra hegemónico…………..35
• Análisis de la historieta” Latinoamérica y el Imperialismo- 450 años de guerra”
• Capítulos
4. Conclusiones…………………………………………………..66
5. Bibliografía…………………………………………………….69
3
A Modo de Introducción
Una escuela histórica no puede organizar todo un mecanismo de la prensa, del libro, de la Cátedra, de la escuela, de todos los medios de formación del pensamiento…Tampoco puede reprimir y silenciar las contradicciones que se originan en su seno y menos las versiones opuestas que surgen de los que demandan una revisión. Sería pueril creerlo y sobre todo, antihistórico.
No es, pues, un problema de historiografía sino de política: lo que se nos ha presentado como historia es una política de la historia, en que ésta es sólo un instrumento de planes más vastos destinados, precisamente, a impedir que la historia, la historia verdadera, contribuya a la formación de una conciencia histórica nacional, que es la base necesaria de toda política de la nación”.
Arturo Jauretche (Política Nacional y Revisionismo Histórico)
La historia y su relato han sido, y son, un instrumento político. Es a partir de esta
caracterización que el relato histórico está sujeto a la lucha política, a la confrontación entre
diferentes matrices de pensamiento, de diferentes “visiones del mundo”, las que luego se
transforman en prácticas concretas. La confrontación entre estas diferentes matrices de
pensamiento produce resultantes que no siempre son la imposición de una forma de “ver el
mundo”, sino que es parte de un juego mucho más complejo donde hay dominación y
resistencia, formas dominantes y también subalternas que permanecen.
Según Antonio Gramsci1, los grupos dominantes cumplen con la función de la dirección
cultural de transmisión ideológica a través de un conjunto de instituciones que organizan y
divulgan la interpretación de la realidad que responde a sus intereses. A través del
mecanismo ideológico justifican y reproducen las relaciones de dominación, a partir de
valores, símbolos, visiones los mundos canalizados en el arte, la filosofía, las ciencias
sociales, la religión, etc. La ideología genera hábitos, sistemas de disposiciones, esquemas
1 GRAMSCI, Antonio. Antología. Buenos Aires: Siglo XXI, 1986.
4
básicos de percepción estructurados por las condiciones de producción y la posición de
clase, pero así como son estructurados, a la vez, estructuran. La clase hegemónica, para
asegurar su dominación, ejerce la función de dirección cultural de transmisión ideológica a
través de las instituciones de la sociedad civil, por lo tanto, la educación (lo que se enseña,
cómo se enseña, la escuela, los manuales, etc.) es un territorio de lucha y confrontación.
A partir de estas reflexiones, planteamos que el objetivo de este trabajo es indagar en la
conformación de la matriz de pensamiento nacional y popular en nuestro país, y el rol de la
corriente historiográfica denominada revisionismo histórico en el surgimiento de dicha
matriz. Para ello repasaremos, en primer término, el contexto histórico del cual “emerge”
esta nueva corriente interpretativa de la historia para luego analizar, a partir de dos textos
producidos por intelectuales denominados nacionales y populares, la consolidación de
dicho paradigma teórico en nuestro país. A partir de allí, describiremos las características de
la matriz de pensamiento nacional y popular, centrándonos en el lugar que ocupa la
política. Lo político, en el nacionalismo popular, es definido como un proceso histórico
altamente dinámico y complejo. Es el campo donde se enfrentan los diferentes proyectos
históricos (económicos, militares, culturales, etc.). Estos proyectos históricos no son
homogéneos en su interior, ya que dentro de los mismos conviven diferentes tendencias y
matices a lo largo de la historia.
En este marco, el objetivo central del presente estudio es analizar el intento contra
hegemónico de difundir la “otra” historia, esbozado en el trabajo de Héctor Germán
Oesterheld titulado Latinoamérica y el Imperialismo- 450 Años de guerra, quien utiliza un medio
como la historieta para dar la disputa en el plano de los relatos históricos.
Este relato político- histórico se publicó por primera vez en la revista El Descamisado,
órgano oficial de comunicación de la organización peronista revolucionaria Montoneros
entre los años 1973 y 1974, y llegó a tener una tirada semanal de 300.000 ejemplares. Las
ilustraciones estuvieron a cargo de Leopoldo Durañona.
5
A partir del análisis y la descripción de los capítulos que componen dicha historieta,
inconclusa debido al cierre de la revista El Descamisado y a la posterior desaparición física
del autor en manos de la última dictadura militar argentina, intentaremos encontrar los
elementos conceptuales para determinar si dicho relato se encuentra inscripto dentro de la
corriente historiográfica revisionista, y su matriz es nacional y popular.
Decimos que es un relato histórico contra hegemónico, ya que confronta con lo que el
revisionismo histórico denomina “Historia liberal o Mitrista”, dominante o hegemónica
durante años en nuestro país transmitida por los órganos oficiales desde la escuela hasta la
Universidad, en el plano del relato histórico; y que es popular por que su difusión fue
dirigida, básicamente, hacia comunidades sub-urbanas.
6
1. De los orígenes del revisionismo a la conformación de la matriz nacional y popular
Desde las distintas posturas ideológicas, surgen las diferentes corrientes historiográficas. En
principio, nos interesa diferenciar dos grandes corrientes historiográficas argentinas, como
son, la denominada “Historia liberal o Mitrista”, también llamada “oficial” por el
revisionismo; y el revisionismo histórico, reconociendo en esta última varias
ramificaciones2 pero, a los fines del presente trabajo, tomaremos el revisionismo histórico
como eje desde donde surgen, posteriormente, esas variaciones; y luego, como corriente
que nutrió la conformación de una matriz nacional y popular.
Desde el revisionismo histórico se denomina Historia “oficial”, liberal o Mitrista, según
Norberto Galasso, al relato hegemónico que se enseña hace décadas en los diferentes
niveles de enseñanza, que difunden los medios masivos de comunicación y que está
presente en la iconografía oficial. Es liberal en tanto “…interpreta y valora los
acontecimientos históricos desde un enfoque liberal-conservador. Un liberalismo que hace
eje en lo económico con el libre juego del mercado y la apertura al exterior (…) y se
impregna de una concepción elitista y antipopular. En lo cultural, es europeísta y
antilatinoamericana”. Es “Mitrista” porque Bartolomé Mitre (1821/1906) fue su principal
propulsor…”3
2 Norberto Galasso reconoce varios “tipos” de Revisionismos: El Revisionismo Rosista, el Revisionismo Histórico Forjista, el Revisionismo Rosista Peronista y el Revisionismo Socialista, Latinoamericano o Federal- Provinciano. GALASSO, Norberto. “De la Historia Oficial al Revisionismo Rosista. Corrientes historiográficas en la Argentina” En: Cuadernos para la Otra Historia. Buenos Aires: Centro Cultural Enrique Santos Discepolo, 2004.
3 GALASSO. Op. Cit. Pág. 3 y 4.
7
Historiadores de las diversas tendencias coinciden en afirmar que entre los años 1810 y
1880 se desarrolló, en esta parte del continente americano, una guerra civil. La misma luego
continuó ya como lucha política, aunque la violencia ocupó un lugar importante. Entre las
diferencias “interpretativas” entre estas dos corrientes podríamos señalar que la
denominada “Historia liberal o Mitrista”, según los revisionistas, encuentra un eje
explicativo en la dicotomía sarmientina “Civilización o Barbarie”, entendiendo la primera,
como el proyecto de las élites porteñas para modernizar, esto es “europeizar”, a la sociedad
toda, y la segunda, como las resistencias de la masa “inculta” a ese supuesto progreso. El
revisionismo histórico que se instala, como veremos mas adelante, como corriente
historiográfica a partir de 1930, en cambio, redujo el período de disputas al comprendido
entre los años 1829 y 1852. A la vez, establece como opuestos a los campos “unitarios”,
quienes representaban a la “élite” modernizadora; y a los seguidores de Juan Manuel de
Rosas, “federales”, los cuales son caracterizados como los garantes de la nacionalidad y la
tradición, desconociendo (salvo algunos historiadores de esta corriente como José Maria
Rosa) la importancia de los caudillos provincianos del interior.
Por lo tanto se podría decir que, mientras la “Historia liberal o Mitrista” coloca a las
minorías ilustradas como devotas de las instituciones democráticas y a las masas populares
más ligadas al autoritarismo, la mayor parte de los revisionistas, antes de mediados de la
década del 30´4, son proclives a las idea de preservar la “causa nacional” a élites
ultramontanas (de ahí su “esperanza” con los diferentes regímenes personalistas),
menospreciando el rol de las clases populares.
Otras de las características de esta forma de relato que critica el Revisionismo, es la
exaltación de los “grandes” hombres de la Historia. Así, Sarmiento, Rivadavia y Mitre
aparecen como los forjadores de la Nación, representantes cabales de la Argentina blanca y
4 A mediados de la década del 30´, va a irrumpir dentro del nacionalismo, una corriente “popular” que va a discutir con el nacionalismo “elitista”.
8
europea, del progreso y la “civilización”, por sobre la “barbarie” caudillista y popular. A los
fines prácticos, a esta corriente historiográfica la denominaremos “Historia Liberal o
Mitrista” por lo ya expuesto, haciendo la debida aclaración que lejos de esteriotipar dicho
relato historiográfico, la breve caracterización de éste es a los fines de contraponerlo con la
corriente que surge a fines del Siglo XIX y principios del S.XX, denominada revisionismo
histórico, que se instala como corriente historiográfica para desconstruir el relato al cual
denomina liberal o Mitrista, con una nueva interpretación de la historia nacional
• Orígenes del revisionismo histórico en la Argentina
La emergencia del llamado “primer revisionismo” se da entre los años 1880 y 1914. En esta
etapa, el revisionismo se presenta como un ensayo histórico “… interesado en presentar
explicaciones más racionales de las guerras civiles (1810-1880) como por el
cuestionamiento de la dicotomía sarmientina Civilización y Barbarie, traducida como la
oposición entre el campo y la ciudad…”5.Algunos de los autores de estos primeros ensayos
históricos son Saldías, Quesada y David Peña, quien en conferencias realizadas en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en 1903, reivindica la figura de
Facundo Quiroga. Otro exponente es Juan Álvarez, quien escribe Las guerras civiles argentinas,
que se publicó en 1912 y Carlos Ibarguren. Estos autores publicaron trabajos en los cuales
se analizaba básicamente el período rosista.
Para Tulio Halperin Donghi, este primer revisionismo tomará esquemas de interpretación
del pasado del nacionalismo de Maurras y sus aledaños de la derecha francesa, basándose
en Comte y Taine. En la caracterización de esa primera “revisión” de la historia argentina
Halperin sostiene que esa operación acerca del pasado ofrece elementos para la crítica de la
5 SVAMPA, Maristella. El dilema argentino: Civilización o Barbarie. De Sarmiento al Revisionismo Peronista. Buenos Aires: Ed. El cielo por asalto, 1994. Pág. 173
9
Argentina actual, la cual se organiza a partir de dos ejes: por una lado, el rechazo al sistema
político democrático “… que ha entregado el destino del país a dirigentes cuya deplorable
habilidad para organizar invencibles máquinas electorales no puede ser negada, pero que no
conservan solidaridad con intereses que son de la nación misma, y aunque la tuvieran, no
sabrían como defenderlos con eficacia…”6. Y el segundo eje en el cual se articula la crítica
es la forma en la cual el país se insertó en el mundo después de su independencia “…que le
ha impuesto modalidades cuyas consecuencias catastróficas sólo se hicieron evidentes luego
de 1929, pero que de modo más secreto y dañino habían torcido el rumbo histórico
argentino ya antes de esa fecha….”7
Pero es en la década del 30´, donde el revisionismo histórico se instala como corriente
historiográfica. Mediante el primer golpe militar que tendrá éxito -de los tantos que se
sucederán durante el siglo XX-, protagonizado por una fracción del Ejército y por sectores
de la sociedad civil que acusaban al gobierno radical por su incapacidad de resolver la crisis
desatada en la economía mundial en el año 1929, llega al poder el Gral. Uriburu. En su
breve gobierno (1930- 1932) eligió como “consejeros” a los intelectuales y políticos más
conservadores de la provincia de Buenos Aires y a un grupo de nacionalistas de derecha. Su
gobierno careció de peso suficiente y terminó de debilitarse cuando convocó a elecciones
en la Provincia de Buenos Aires y ganaron los radicales, por lo que anuló las elecciones. En
las siguientes elecciones gana Agustín P. Justo (1932-1938) apoyado por una amplia base
política, conservadores, radicales antipersonalistas (adversarios de Hipólito Irigoyen) y
socialistas independientes; y gracias a la proscripción del radicalismo, que llevaba al ex
presidente Marcelo T. de Alvear. Una de las primeras medidas económicas de esta
“restauración conservadora” fue el pacto con Gran Bretaña en 1933 (pacto Roca-
Runciman) lo que permitió recuperar el mercado inglés para la exportación de carnes
6 HALPERIN DONGHI, Tulio. El revisionismo histórico argentino como visión decadentista de lahistoria. Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 2005, Pág. 17. 7 Ídem.
10
argentinas. Es a partir de este hecho que sale a la luz lo que se considera el texto fundador
del revisionismo histórico, “La Argentina y el Imperialismo Británico” (1934), de los hermanos
Irazusta.
Por lo tanto, con Uriburu, se produce lo que Svampa llamara “traición” y “decepción”8 por
parte de los nacionalistas, que creían haber hallado en este general la impronta de un
gobierno fuerte y personalista, donde podrían tener injerencia sus ideas. Esta “decepción”,
esta marginalidad del campo político, genera que una parte de los considerados
nacionalistas apunten su militancia al campo de la disputa en el plano cultural- ideológico,
esto es, pasan a cuestionar el “corpus ideológico”9 de la oligarquía dominante. Parte
importante de ese “corpus” en cuestión es la concepción de la historia.
Es así que, para la autora, el revisionismo histórico, como corriente historiográfica, surge a
partir de este desplazamiento de sectores nacionalistas, de su frustración política. A partir
de ese momento, en la revisión de la historia y sus valores propuesta por los revisionistas,
se va configurando al gran enemigo de la sociedad argentina: la oligarquía tradicional.
En ese sentido, aparecen los primeros trabajos de la revisión de la memoria nacional, como
así también, los primeros análisis críticos de las relaciones argentino- británicas. Los autores
más destacados de esta etapa son los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, Vicente Sierra,
Ernesto Palacio y José Maria Rosa.
Esta nueva corriente historiográfica investigará principalmente sobre la relación entre la
oligarquía y los intereses británicos, y en esa “búsqueda” de una política nacional y, dentro
del revisionismo de esa época, van a convivir dos tendencias: una, la que proviene de
F.O.R.J.A.10 y la otra, del nacionalismo de derecha. Si bien estas dos tendencias levantaban
8 M. SVAMPA, Op. Cit. Pág. 172. 9 M. SVAMPA, Op. Cit. Pág. 172. 10 FORJA, Fuerza de Orientación Radical para la Joven Argentina, fue un movimiento ideológico surgido de la crisis de la UCR acelerado a raíz de la muerte de Hipólito Irigoyen, y disgustados por el perfil moderado del alvearismo. Fue un intento de recuperar el partido para las ideas que el caudillo había puesto en marcha en su larga carrera de conductor, aunque no tuvo mucho peso dentro de la U.C.R.La idea de FORJA fue lanzada por Arturo Jauretche junto a Sacalabrini Ortiz, Luis Dellepiane y Homero
11
un discurso antiimperialista y antiliberal, para Svampa11, el antiliberalismo de FORJA era de
corte “económico”, en cambio, el de los nacionalistas de derecha era “político”. Y en cuanto a
la idea de lo “nacional”, FORJA propugnaba un nacionalismo “democrático”, a diferencia del
nacionalismo “elitista” y “anti- democrático” de la derecha nacional.
La irrupción de los revisionistas originó la discusión de los valores de la ideología liberal
conservadora que se habían conformado a partir de la Generación del 80´ y aceptada hasta
entonces, a la vez que empieza a despuntar el nacionalismo, todavía sin la impronta
popular que se le impondría en la década siguiente. El nacionalismo fue, según Svampa
“…el marco ideológico específico…”12 dentro del cual el revisionismo se desarrolla como
corriente historiográfica.
• Nacionalistas populares vs. nacionalista elitistas
Es a partir de mediados de la década del 30´ donde irrumpe una línea de nacionalistas
populares y democráticos, de tendencia opuesta a las posiciones conservadoras y
elitistas originarias nacionalistas, los cuales se nutrieron del Revisionismo histórico y
sus claves para una relectura de la historia argentina. Esta tendencia de posiciones
“populares” estuvo representada por F.O.R.J.A. Arturo Jauretche, fundador de
F.O.R.J.A., lo caracterizó de la siguiente manera:
“… A veces caía por F.O.R.J.A. algún nacionalista y apenas entablada la charla, salían a relucir sus posiciones reaccionarias. Es que esos grupos actuaban, quisiéranlo o no, como prolongación de procesos críticos al liberalismo de procedencia extranjera. Tenían un vicio de origen pues habían partido de sectores desprendidos y enfrentados al campo oligárquico y estaban influidos por ideas antiliberales, de moda en ese momento. Veían a la nación como una idea abstracta, desvinculada de la vida del pueblo y en el fondo, pensaban en una tutoría rectora de minorías fuertes, destinadas a hacer el país desde arriba y a la fuerza, con
Manzi, entre otros. Su acción se desarrolla entre el 29 de junio de 1935, fecha de su fundación ydeclaración de principios, y la declaración de octubre de 1945, en la que la mayoría de sus miembros se incorporan al movimiento peronista. 11 M. SVAMPA, Op. Cit. Pág. 175. 12 M. SVAMPA, Op. Cit. Pág. 176.
12
o sin la voluntad de los pueblo…”13
En referencia al aporte revisionista, Jauretche sostendrá que:
“… Los aportes del revisionismo nos sirvieron para ir adquiriendo una visión panorámica del ayer y descubrir, a través de la verdad histórica, los hilos ocultos que explicaban por el ayer, la realidad presente. Llevamos al terreno económico y social lo que la revisión histórica iba descubriendo…”14
No es la intención en este punto hacer un análisis acabado de esta corriente, desde su
surgimiento hasta la actualidad, si no inferir en el aporte de ésta en el surgimiento y
conformación de lo que denominaremos una matriz de pensamiento nacional y popular,
tratando de explicar las condiciones socio- históricas en las que surge dicha matriz, como
así también su conformación como unidad orgánica, como bloque histórico, a partir de dos
autores: Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz. La elección de los mismo es a partir de
caracterizarlos como parte de un conjunto de pensadores contemporáneos15 que son los
que de alguna forma, sientan las bases esenciales del pensamiento nacional y popular en
nuestro país. El análisis de estos autores estará basado en dos de sus obras, indagando en el
aporte estos para la conformación de dicho paradigma teórico.
• Matrices de pensamiento
Las matrices de pensamiento constituyen un conjunto de prácticas, conceptos y valores que
determinan maneras de ver el mundo. Establecen definiciones acerca de la sociedad; de las
diferentes visiones de la historia, de los elementos para la comprensión de los fenómenos
13 Arturo Jauretche. Borradores. Citado en N. Galasso y G. Ibáñez. Arturo Jauretche. Textos Selectos.Buenos Aires: Ed. Corregidor, 2002, Pág. 91. 14 Arturo Jauretche. Forja y la Década Infame, Citado en N. Galasso y G. Ibáñez. Op. Cit., Pág.. 155. 15 Otros autores importantes en el surgimiento del pensamiento nacional y popular, fueron Ricardo Rojas, Moisés Lebensohn. Homero Manzi y Luis Dellepiane, entre otros
13
del presente y los planteos sobre los sujetos protagónicos del devenir histórico y social. El
concepto de bloque histórico sintetiza varios elementos, puede pensarse como una alianza
de clases que se extiende en un período determinado de tiempo, dentro de la cual hay un
sector hegemónico que logra conducir al conjunto a partir de su proyecto político, social y
cultural. En definitiva el bloque se consolida cuando logra imponer su proyecto mediante
negociaciones, consensos, la construcción de consentimientos, que se articulan dentro de
un proceso de construcción de hegemonía.
En este proceso los intelectuales son los agentes de esta operación hegemónica, los que
median entre la estructura y la superestructura del bloque, los que edifican y distribuyen los
intereses que conforman la concepción del mundo de esa clase dirigente. Los encargados
de sostener el consenso, fundamentalmente en las clases subalternas. Según Gramsci, hay
intelectuales tradicionales que expresan la visión de grupos que expresan relaciones sociales
ligadas al pasado, y los orgánicos que postulan los intereses de los grupos que impulsan las
tendencias del desarrollo histórico.
Alcira Argumedo, refiriéndose a la realidad histórica de las naciones latinoamericanas
sostiene que:
“… es posible y necesario reconocer la existencia de una matriz propia, autónoma, de interpretación de los fenómenos sociales. Un paradigma teórico- político alternativo, con caracteres peculiares frente a las corrientes de pensamiento que expresan las distintas vertientes del liberalismo, el nacionalismo aristocratizante y el marxismo ortodoxo...” “…Esta matriz autónoma de pensamiento, con valores de orientación nacional y popular (…) no pretende una autarquía teórica. Por el contrario, su sistematización requiere elaborar respuestas críticas frente a los paradigmas euro céntricos demostrando el carácter parcial que los impregna, en tanto se revelan incapaces de dar cuenta de la totalidad de los fenómenos procesados contemporáneamente en cada momento histórico…”16
16 ARGUMEDO, Alcira. Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular. Buenos Aires: Ed. Del pensamiento nacional, 1996. Pág.18.
14
Nuestro país, desde sus inicios como nación independiente, se caracterizó por la
penetración de las ideas de la modernidad y del progreso. En nuestra historia, las luchas por
el poder estuvieron marcadas por la victoria de sucesivos intentos modernizantes de
imponer “orden”. En el plano social, ese orden se identificaba con subyugar o destruir o
desterrar a quienes encarnaban la imagen de los “otros indeseables”: indios, bárbaros,
gauchos, mestizos. Esta modalidad del conflicto social se manifestó, en una primera etapa,
en las luchas entre federales y unitarios de la primera mitad del Siglo XIX, en la Conquista
del Desierto y en las luchas por la “organización nacional” entre Buenos Aires y el Interior.
El proyecto de nación que se impuso en la segunda mitad del S.XIX, luego del punto de
inflexión que resultó en la historia de nuestro país la “Batalla de Caseros” (1852), fue el de
una sociedad civilizada, blanca, europea en su origen y en su espíritu. Entre los
“intelectuales orgánicos” de esta etapa, podemos nombrar a Domingo F. Sarmiento, quien
en el año 1845 escribe “Facundo”, y Esteban Echeverría con su obra “El Matadero”, escrita
en el año 1839. Este primer “Bloque Histórico”, de matriz liberal, terminó de consolidarse
en los años 80´, con la constitución del Estado Nación. Este Estado tenía la intención de
modernizar al país y llevarlo hacia los caminos del denominado “progreso”, el cual se
identificaba directamente con el modelo europeo. En concordancia con esta idea, se alentó
la inmigración europea.
Esta matriz liberal, hegemónica hasta 1943, divide a la sociedad en dos polos: la elite culta,
ilustrada, sujeto de la historia, portadora de la “verdad” y con la misión de “civilizar” al
otro polo: la masa, que es vista como un rebaño, manipulable, bárbaro. Sin embargo, la
primacía del pensamiento liberal no impidió la participación de otras voces en el debate
ideológico y en la lucha por le sentido del pasado y del historia.
15
Como dijimos en el punto anterior, el 6 de Septiembre de 1930, la Argentina, que debido a
la depresión económica mundial enfrentaba un mercado de exportación en recesión,
experimentó un hecho que sería decisivo para la historia del país: el general José Félix
Uriburu armó un golpe de estado contra la segunda presidencia de Hipólito Irigoyen. Este
golpe puso fin a casi ochenta años de gobiernos institucionales y reveló la fragilidad de las
instituciones argentinas. Uriburu, simpatizante fascista y católico devoto, quien, en menos
de un año, fue reemplazado por el Gral. Augusto P. Justo. De la versatilidad de Justo en el
fraude y su indiferencia general por los procesos democráticos nació el nombre que aún se
usa para referirse a los años treinta: la Década Infame.
La coincidencia del declive económico y el fracaso político también inspiró y desilusionó a
una generación de escritores, intelectuales e historiadores que maduraron en esta década,
entre los que se encuentran Raúl Scalabrini Ortiz y, posteriormente, Arturo Jauretche.
Estos aportaron sus ideas para sentar las bases del pensamiento nacional y popular, que
emergieron a lo largo de toda la década, se materializaron luego en el golpe del G.O.U., el 4
de Junio de 1943 y, se podría afirmar que tomaron forma definitiva durante el gobierno del
Gral. Juan Domingo Perón.
Con este nuevo bloque nacional y popular se modificaría la estructura productiva y la
política económica, que ya no sentarán sus bases primordiales en el modelo agro
exportador dominado por reducidos sectores rurales (que según Jauretche, fomentaban el
“coloniaje”), y se orientaría hacia un modelo industrializado. También incluiría la presencia
de un Estado fuerte y benefactor.
Asimismo en este nuevo bloque histórico surgen nuevas concepciones del mundo. La
Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (F.O.R.J.A.) publicó varios cuadernos
de temas relacionados con los ferrocarriles y el petróleo, serie de cuadernos en la que
16
participaron Jauretche y Scalabrini Ortiz, entre otros. Es justamente Scalabrini Ortiz quien
realizó en los 30´ una intensa labor como intelectual para hacerle llegar al pueblo su
pensamiento de que el país era una colonia del Imperio Británico.
Tanto Jauretche como Scalabrini se interesaron por el estudio del pasado nacional, pero en
clave antiliberal, antioligárquica y antiimperialista. Así desembocaron en la corriente
historiográfica denominada revisionismo histórico, donde se reivindicó todo aquello que
los liberales habían denostado. Es por esto que los autores adoptan una postura crítica
sobre “anteriores intelectuales” o los intelectuales tradicionales, y dan paso al surgimiento
de los intelectuales nacionalistas.
Scalabrini Ortiz escribió en el año 1931 El Hombre que esta solo y espera17.Se podría considerar
un texto “bisagra”, constituyendo un principio de “ruptura”, que da cuenta de una realidad
que deja de responder a la estructura ideológica-hegemónica, donde aparece la tensión
entre nuevos y viejos valores que fueron hegemónicos durante el Bloque histórico anterior,
pero que aún no se terminan de consolidar. El título de la obra hace referencia a la inacción
constitutiva del personaje principal: El Hombre de Corrientes y Esmeralda. Es un sujeto
urbano que ilustra el nuevo contexto y, a través de él, el autor introduce nuevos conceptos,
aunque no consolidados, que forman parte del mundo de las clases subalternas no
contenidas en el Bloque anterior.
Scalabrini plantea que el hombre porteño es un ser intuitivo y sentimental, lo cual desde la
perspectiva racionalista, es tildado de “irracional”, y al vez, no cree en temas “tan enormes”
ni abstractos para él como la Humanidad o el Progreso, sino que cree en cosas más
“palpables” como sus horas de trabajo, o cosas que le afecten más directamente. El
porteño, antes que un pensador, es un ser de pálpito, intuitivo “…necesitaba referencias de
17 SCALABRINI ORTIZ, Raúl. El hombre que está solo y espera. Buenos Aires: Ed. Plus Ultra, 1931.
17
su vida. Pero el hombre estaba vacío. Carecía de ataderos en que anclar su reconstrucción.
Los axiomas simplistas que abarrotaron su enseñanza se descuajaban al primer empellón de
la realidad. Su experiencia iba talando, apresuradamente, todas las mentiras convencionales
de la cultura europea…”18
A diferencia de los intelectuales orgánicos de la matriz liberal que ubicaban a las masas en
un lugar de ignorancia y las consideraban plausibles de ser elevadas, educadas, o bien,
eliminadas, Scalabrini reconoce en ellas un conocimiento valedero, que proviene del
sentido común, los instintos, los sentimientos y las creencias. Según Scalabrini, al hombre
porteño hay que hablarle de manera sencilla y sin palabras complicadas, ya que éstas le
inspiran desconfianza. No se deja llevar por le palabrerío o las jerarquías, sus valores se
remiten a lo sentimental. Siempre es el hombre y nada más que el hombre el que está en el
sentimiento y en la discriminación del hombre porteño. Al hombre porteño le interesa más
si su interlocutor es buena persona, honesta, agradable o noble, que el hecho de que le
hable con un léxico apropiado o con rodeos gramaticales.
Afirma que en general el intelectual no escolta el espíritu de su tierra, no lo ayuda a fijar su
propia visión del mundo, a pesquisar los términos a que podría traducirse, no le sostiene en
la retasa de valorizaciones que ha emprendido. De acuerdo al autor, los escritores porteños
podrían hacer muchas más obras de las que realizan, pero sólo escriben cuando necesitan el
dinero. Dice, además, que tienen muchas ideas con las cuales podrían hacerse ricos, pero
no las llevan a cabo porque sólo les daría beneficios económicos, cosa que no les interesa.
Con esto, se observa que según Scalabrini Ortiz, el hombre porteño aprecia mucho más la
vida, que la riqueza material; y que los nuevos escritores son diferentes a los anteriores, son
desinteresados, comprometidos con la realidad del país y tienen ansias de transformar la
Argentina en un país mejor.
18 SCALABRINI ORTIZ, Raúl. Op. Cit. Pág.. 92
18
Scalabrini critica la visión del mundo que profesaban los anteriores intelectuales, porque
consideraba que ellos no entendían el espíritu de la tierra. Surgen nuevas ideas, una nueva
forma de intelectualidad, donde los escritores incluyen lo “nacional” y no lo denigran,
donde “lo porteño” esta presente.
De esta forma, el Hombre porteño encarna los valores sostenidos por la matriz nacional y
popular que todavía no tiene una expresión orgánica. Es capaz de reconocer las virtudes del
que es diferente a él y aceptarlo así, dando lugar a las particularidades y a la heterogeneidad.
Sin embargo, cuestiona los signos de la cultura europea anclados en el pensamiento liberal.
Estos “signos” o “espejismos” son la tradición, la honra, la libertad, la familia, el éxito, la
riqueza, etc., considerando que no corresponden al medio en que habita, evidenciando la
crisis de los viejos valores hegemónicos.
Bajo una óptica gramsciana podríamos inferir que el Hombre de Corrientes y Esmeralda
sale de una actitud filosófica contemplativa, es decir, acrítica de lo que lo rodea, para poner
en tela de juicio los valores y anclajes del pensamiento liberal de la época, representada en
los políticos e intelectuales. En un principio, se siente solo con su verdad y su acción está
bloqueada. Luego, da los primeros pasos hacia la transformación. A través del lenguaje,
inicia el proceso de conocerse a sí mismo, a través de una mirada americanista.
Arturo Jauretche fue fundador de F.O.R.J.A. y, de acuerdo a la contratapa de su libro El
medio pelo en la sociedad argentina19, “el más empeñoso demoledor de mitos que perturban la
comprensión de la argentina real”. Jauretche publica este ensayo sociológico en noviembre
de 1966. Escribe desde el derrocamiento del gobierno peronista, cuando ya ha finalizado,
por lo menos en lo económico, el período hegemónico del Bloque histórico nacional y
popular, y nuestro país atraviesa una crisis orgánica.
19 JAURETCHE, Arturo. El medio pelo en la sociedad argentina. Apuntes para una sociología nacional. Buenos Aires: Ed. A. Peña Lillo, 1967.
19
La caída del peronismo se debe, según este autor, a la actitud adoptada por un sujeto social
que busca su identidad por fuera de su clase. A través de este personaje híbrido, indefinido,
critica a la clase media argentina, mostrando la heterogeneidad presente en su seno y
culpándola por el fracaso del proyecto político. Por otra parte, Jauretche se planta como la
contracara del librepensador, a los califica de tilingos intelectuales. Al referirse al
pensamiento intelectual establecido, habla de “intelligentzia”, en la que engloba al
liberalismo argentino arrancando desde Sarmiento hasta sus “continuadores” actuales,
prédica que se inscribe en el marco mayor del revisionismo histórico. La intelligentzia
expresa admiración por Europa y según Jauretche denigra lo nacional, calificándolo (o
descalificándolo mejor dicho) como “Flor de ceibo”.
Jauretche hace una descripción de la sociedad argentina de los 40´-50´, y desarrolla las
múltiples y complejas relaciones que dibujaron nuevos escenarios sociales y con esto la
conformación de una nueva corriente de pensamiento. Para esta descripción es necesario
remontarse a la caracterización de la estructura socioeconómica que modeló la Argentina
de principios de siglo, la cual produjo una hegemonía agropecuaria que fue ramificándose
en las décadas siguientes. Una oligarquía terrateniente relacionada comercial y
culturalmente con grandes firmas exportadoras e importadoras, altas figuras de la política
tradicional y gerentes de los intereses extranjeros se nuclearon en torno a un origen
“natural” que les otorgó casi el nivel de nobleza. No lograron la riqueza de un nuevo sector
que se fue conformando con el desarrollo de la industria. Los negocios promovieron a un
grupo que constituyó un status que se caracterizó por el individualismo. Los ascensos y
progresos fueron asumidos como logros propios, no como productos de esas condiciones
favorables. La burguesía naciente adoptó pautas de imitación de aquella formada a
principios de siglo, pretendiendo demostrar el prestigio instituido.
20
El “Medio Pelo”, de acuerdo con Jauretche, es una de las características sobresalientes de la
sociedad ya que sus valores, sus acciones y sus relaciones dan cuenta de la variedad de
ideologías y clases sociales que representa. El medio pelo comprende a los primos pobres
de aquella aristocracia, con sus nobles apellidos y recuerdos de épocas de bonanza y a los
nuevos ricos, devenidos en tales a partir del desarrollo de esas nuevas actividades: el
comercio exterior, la industria, la universidad, los clubes y los colegios privados que fueron
configurando nuevos espacios sociales donde esta nueva burguesía se desplazaba. Pero las
pautas culturales indicaban una permanente imitación – fiel y textual- de los ritmos de
aquella clase alta, noble.
Todo lo relativo al campo tenía prestigio, sus instituciones (Sociedad Rural, campos de
polo, etc.). Estos sectores, junto a lo de la clase media alta, la “intelligentzia”, construyeron
al “otro” como la plebe, la chusma, los cabecitas negras, aquellos que aparecieron en la
ciudad como los que compartieron el ascenso de la clase media y comprendieron que la
evolución industrializada representaba una etapa de avances con buenos salarios y buenas
condiciones de vida. Este proletariado comprendió la unidad vertical de todas las clases
argentinas para realizar la Nación.
Las definiciones de Jauretche parten de una vasta experiencia personal, ya que considera
que “…la rectificación por la experiencia del dato aparentemente científico exige haberse
graduado en la Universidad de la vida…”20
El tema central a partir del cual Jauretche construye su discurso es la crítica al accionar de
las diversas clases sociales durante los dos primeros gobiernos peronistas. En base a los
errores de cada sector va construyendo sus propias posturas. Jauretche critica el tiempo y el
dinero que la nueva burguesía invirtió en copiar a la clase alta, ya que esto fue lo que
20 A. JAURETCHE. Op. Cit. Pág.. 14.
21
imposibilitó el desarrollo y avance del país, y una industria fuerte y productiva. El autor
considera una aberración que la burguesía haya desnaturalizado su función histórica.
Sostiene, también, que algunos sectores de la clase media no comprendieron que el ascenso
de la clase obrera los favorecía, puesto que el nacionalismo apunta a una política
policlasista. A su vez, subraya que el proletariado tomó conciencia de su papel histórico y
que no se opuso a la burguesía, como incentivan ciertas corrientes extranjeras. Es decir,
remarca el carácter nacional del proletariado a diferencia de aquellos que querían preservar
a su “patria chica”, es decir, la clase alta y sus primos pobres.
Por otra parte, subraya el error de la Revolución Libertadora de haber vuelto atrás las
estructuras, de haber hecho retroceder al país como si el peronismo nunca hubiera existido,
llevándolo a la misma situación en la que se encontraba antes de 1943. De esta forma, el
autor reivindica las figuras de Irigoyen y Perón, revalorizando el nacionalismo que los
caracterizó. Scalabrini, por su parte, construye su discurso a través de la crítica al Hombre
(que no es el hombre porteño) y a las grandes palabras, y aunque cree que la tierra está
subordinada a intereses extranjeros, afirma su espiritualidad.
La distinción gramsciana entre “intelectuales orgánicos” (aquellos vinculados a las nuevas
fuerzas directivas del Bloque histórico) y “tradicionales” (formas supértites del bloque
anterior) ubicaría entre los primeros al hombre porteño de Scalabrini y al hombre común
de Jauretche; y entre los segundos a los destinatarios de sus críticas (el medio pelo, el liberal
plagado de ideas foráneas, el hombre mediocre, etc.)
Scalabrini Ortiz y Jauretche enfatizarán que nuestra dependencia económica está
sólidamente basada en la dependencia cultural. El “Espíritu de la tierra” del que habla
Scalabrini, es un jalón literario que marca una actitud vital generacional frente a la
tradicional “anglófila” y “francófila” de las clases dirigentes tradicionales
22
Los ejes centrales que construyen el discurso de estos autores son las críticas a las ideas
extranjeras y extranjerizantes y a la incapacidad de los sectores dominantes, quienes están
más abocados a los intereses propios que a la transformación del país. Por otro lado,
promueven una política basada en la identidad nacional, surgida en el seno de una patria
grande. La matriz que los atraviesa es nacional y popular. Desde diferentes discursos
apuntan a lo mismo: establecer en la sociedad una postura nacionalista que de como
resultado el progreso del país.
En El hombre que está solo y espera, los elementos constitutivos de la matriz nacional y popular
pueden verse en la dicotomía que plantea entre la tierra y lo que a ella está anexado, el
capital extranjero, que subordina y explota. Sostiene también que el Hombre Porteño no se
compara con el extranjero, es patrón de sí mismo. Al exaltar las virtudes del Hombre
Porteño, su honradez y valores, se ve el nacionalismo que en ese momento estaba
surgiendo y que luego se llevó a cabo. Hay una crítica al extranjero, especialmente a los
europeos (imperialismo británico) al plantear una salida de corte nacional. Lo nacional, en
tanto, reivindicación de las “identidades sometidas”, a diferencia del nacionalismo
imperialista que se había desarrollado en Alemania, Italia y Japón; como así también, los
nacionalismos “democráticos” surgidos en Inglaterra, Holanda, Bélgica y Los Estados
Unidos.
El individualismo liberal debe ceder frente al hombre colectivo, quien en su colectividad,
sólo responde a los impulsos del espíritu de la tierra. Al hablar de la haraganería o la
arrogancia del Hombre Porteño, veía que, en es coyuntura, esas cualidades tenían una
admirable capacidad de resistencia al proyecto liberal “anti- argentino”. Para Scalabrini
Ortiz, todo el aparato cívico (sus instituciones, leyes, procedimientos y métodos) significa
poco. El único gobierno posible es una persona que comprenda la inarticulada, y quizás
inarticulable voz del pueblo auténtico, es decir, un líder. El “pueblo autentico” está
23
definido en contraposición a los sectores anti- argentinos y extranjerizantes, devotos de
modelos y culturas foráneas.
En El medio pelo en la sociedad argentina, los elementos constitutivos de la matriz Nacional y
popular pueden verse en el elogio a los trabajadores por cumplir su función histórica y
cubrir, además de su tarea en la conducción del proletariado, la vacante en la función
abandonada por la burguesía (a la que acusa de tener una posición anti- nacional, en la
expansión hacia la Argentina potencia). También en la crítica a la Generación del 80´, que
pudiendo constituir la nueva elite para el nuevo país, se incorporó a la oligarquía y llegó a
un acuerdo. Dejó de ser elite desde el punto de vista político porque se hizo conservadora,
por lo tanto perdió toda idea de construcción nacional.
Al sugerir la modernización, propone sustituir moderadamente la estructura del país viejo,
conformado dentro de los límites de la economía independiente; acelerar el desarrollo
capitalista mediante la industrialización y diversificación de los mercados internos y
externos. En lo social plantea acelerar la integración, levantando el nivel de vida de las
masas que trae aparejada su participación política, económica, social y técnica. Por lo
contrario, para Jauretche la Revolución Libertadora quiso volver atrás y borrar la
modernización de las estructuras realizadas por Perón (en lo social y económico intentó
restaurar la situación vigente en la década infame, y en lo político la vieja ordenación de los
partidos).
Historiográficamente, plantea que el esquema de civilización y barbarie sarmientino
sigue vigente. Su propuesta política es un Movimiento policlasista y no la lucha de
clases, reivindicando la figura de Irigoyen y Perón, y elaborando críticas a la
“intelligentzia” y a la izquierda, que no comprendieron que el nacionalismo popular se
trataba de un hecho original e inevitable. A su vez, cuestiona el esquema internacional
24
de las fuerzas imperiales, que somete al país a seguir siendo proveedor de materias
primas y no le permite ser potencia industrial.
En esta breve descripción de estos dos autores a partir de sus textos, se siguió, de alguna
manera, una estructura similar en el análisis de los mismos, tratando de que así puedan
quedar en claro los elementos que los diferencian y a la vez los unen, ya sea por el tema
que abordaron, o a cuáles de estos le dieron más importancia, y el contexto que los
llevaba a pensar de una u otra manera.
Vale aclarar que la relación de estos dos autores con el peronismo fue distinta y cambiante,
pero lo que no podemos pasar por alto es que a la par de las diferencias, existen grandes
similitudes como son la matriz de pensamiento y la contribución de estos autores a la
constitución de un bloque histórico. Cada uno en distinta época, atravesado por distintas
políticas, distintas realidades, necesidades, movimientos, situación económica, en fin, por
una red de circunstancias que determinan la realidad social. Ambos autores han creado un
discurso exaltando lo nacional por encima de lo extranjero y reivindicando al pueblo,
dándole voz y participación, entendiendo sus preocupaciones e incertidumbres. Han
logrado imponer su visión del mundo, su manera de ver y sentir, construyendo hegemonía.
Asimismo estos autores en su literatura caracterizan a los sectores subalternos desde otro
punto de vista, reivindicando su protagonismo en los destinos políticos de su sociedad, y
paralelamente son criticadas las concepciones liberales que anteriormente ridiculizaban a
estos mismos sectores populares. La contribución que realizan estos autores a la sociedad y
a la política argentina es innegable, pasando a formar parte de base y sustento ideológico de
grandes corrientes de pensamiento nacionales posteriores. Junto con pensadores nacionales
como Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggros, Abelardo Ramos, E. Duhalde, R.
25
Ortega Peña y John William Cooke, ejercieron una gran influencia en los jóvenes que
engrosaban las filas de la “Nueva Izquierda” en la década del los 60`y 70`.
• La nueva coyuntura, la “Nueva Izquierda”
Esta “Nueva izquierda” surge a principios de los años 60´ cuando se origina en varios
círculos de la denominada Izquierda tradicional, un proceso por medio del cual se rompe el
dilema peronismo/ antiperonismo, o como sostiene Altamirano21, revisa el clivaje
peronismo/antiperonismo y le otorga centralidad, resignificándolo. A partir de esta
resignificación, dichos círculos empiezan a tener fuerte vinculación con lo que se denomina
Matriz del pensamiento nacional y popular.
El tema del peronismo y su caracterización fue central en los debates de los
denominados “Intelectuales progresistas”, los que, en el período que va desde el golpe
de Estado producido por la autodenominada “Revolución Libertadora” (1955) a 1966,
volviendo a Altamirano, pasaron de posiciones reformistas y antiperonistas iniciales a
otras claramente revolucionarias, y a conformar lo que Gramsci denomino “intelectuales
orgánicos” de varias organizaciones revolucionarias de los años 70´. Maria Matilde
Ollier22 sostiene que “… la izquierda revolucionaria ingresó legítimamente a la escena
política argentina gracias a su sector peronista, fue crucial para el retorno de Perón a la
Argentina luego de 17 años de exilio, consecuentemente fue importante para la
restauración de la democracia en 1973 y, como dato central, obligó a romper el dilema
peronismo / antiperonismo en la política argentina…”
21 ALTAMIRANO, Carlos. Peronismo y cultura de izquierda. Buenos Aires: Temas Grupo Editorial, 2001. 22 OLLIER, M. Matilde. La creencia y la Pasión- Privado, Público y político en la izquierda revolucionaria. Buenos Aires: Ariel, 1998.
26
Otros autores, como Silvia Sigal23 dan vital importancia al aporte de intelectuales
nacionalistas (Jauretche, Hernandez Arregui, etc.) a la “Izquierda Nacional”. Este aporte,
según la autora, se materializa al sumar a las definiciones nacionalistas de la elite ilustrada
ajena a lo nacional, y el revisionismo histórico, como forma de interpretar la historia de las
luchas políticas argentinas, el tema del imperialismo económico.
Entre los aportes de esta corriente de pensamiento se podría señalar que resignificaron el
peronismo, reconociéndolo como “Movimiento Nacional y Popular”; crearon una nueva
categoría social, la del intelectual nacional y popular; y establecieron puentes de discusión
con el marxismo tradicional a partir de la definición de Imperialismo, como determinante
para comprender la realidad social, económica y cultural del país.
Para explicar este cambio de interpretación acerca del peronismo, estos grupos de la
“Nueva Izquierda” buscarán dar una caracterización diferente a la que sostenía la
“izquierda tradicional” acerca de las condiciones históricas en que se da el surgimiento del
peronismo, reconstruyendo su historia, para de este modo, indagar en su naturaleza.
23 SIGAL, Silvia. Intelectuales y poder en Argentina. La Década del sesenta. Buenos Aires. Siglo XXI, 2002.
27
2. La primacía de la política. Concepto
En la definición de lo “político” y el lugar que ocupa, existen diferentes acepciones según
las matrices de pensamiento. Como señalamos en el punto anterior, las matrices de
pensamiento conforman un conjunto de prácticas, conceptos y valores que determinan
maneras de ver el mundo, a la vez que son constituyentes de subjetividades. Nos interesa
diferenciar las diferentes matrices, a fin de clarificar el lugar que ocupa la “Política” en
dichas teorías. Siguiendo, el esquema planteado por Argumedo24, podemos diferenciar
entre:
a) Liberalismo jurídico: según esta matriz, lo político y su espacio de acción es autónomo
de los condicionantes y relaciones económico- sociales, las cuales solo son
consecuencia del aprovechamiento de los derechos individuales, garantizados por el
orden jurídico. El campo de lo político, entendido como un orden normativo-
institucional por lo tanto, solo estaría ocupado por los representantes de la
ciudadanía. Este orden político permanece desvinculado de los procesos que se
desarrollan en la sociedad civil.
b) Liberalismo económico: En contraposición al liberalismo jurídico, en el pensamiento
liberal económico, lo político es dependiente, en tanto legitimador de los procesos
económicos. Es la garantía del normal desarrollo de las leyes mercantiles. Es
reemplazable (por dictaduras militares, etc.) en contexto donde se considere que
obstaculizan o no son funcionales al “sano devenir” del mercado.
c) Marxismo ortodoxo: Para esta corriente, la política es lo que emerge a partir de las
relaciones de producción e intercambio; base de la división de la sociedad en clases
sociales y nivel estructural a partir del cual se revelan los verdaderos significados de
los comportamientos políticos de una sociedad.
24 A. ARGUMEDO, Op. Cit.
28
A los fines del presente trabajo, creemos convenientes indagar sobre una corriente
desarrollada dentro del marxismo, más precisamente del marxismo europeo, y sobre un
autor en particular, Antonio Gramsci, quien va a otorgar un papel diferente a la política. El
interés por desarrollar el pensamiento de este autor, es a modo de “recepción”, es decir,
utilizar un procedimiento por el cual la utilización de autores extranjeros, de pensadores de
otras realidades sociales, no es una mera replicación sino que trae aparejados la experiencia
y los insumos provenientes de la realidad local.
Gramsci va a cuestionar en sus escritos elaborados durante su detención, denominados
Cuadernos de la Cárcel, redactados a principios de 1930 y recién conocidos a partir de la
segunda posguerra el economiscismo como determinante de la historia. En ellos intenta
disolver la separación tajante entre economía y política. Enfrenta teóricamente al marxismo
ortodoxo al sostener que el economiscismo castra al marxismo de pensar la política, la
ideología y la cultura, a instancias de la lucha de clases. Ese “economiscismo” se ve
reflejado tanto la visión “reformista” de la Segunda Internacional y en la visión
“revolucionaria” de la Tercera Internacional. Al “economiscismo” lo tilda de superstición,
la cual debe ser combatida en el terreno de la historiografía y en la acción política concreta.
Reinterpreta a Marx como pensador integral, al demostrar que Marx utiliza estructura y
superestructura como “metáforas”, la economía no tiene existencia “autónoma”, al margen
de las relaciones de fuerzas, que es la política. Para Gramsci, a diferencia de la ortodoxia
marxista, la “estructura” (relaciones económicas) existe produciendo “superestructura”
(Sociedad Civil y Estado), contrarrestando la teoría de la “maduración” de la revolución a
partir de las crisis en el capitalismo. Esta distinción de estructura y superestructura, es sólo
a los fines didácticos, ya que las mismas componen, en realidad, un “bloque histórico”. Va
a definir “Bloque histórico” como una unidad orgánica entre economía, política, ideología y
cultura que, como sistema hegemónico, caracteriza a las sociedades en distintos momentos.
Por lo tanto, la relación entre economía y las demás esferas de la vida social no serían de
29
causa- efecto, sino de medio-fin. Las “superestructuras” son el campo en donde se
construyen las subjetividades, donde los hombres (clases sociales) toman conciencia de su
posición y construyen sus objetivos, en donde se conforma la trama viva de la historia.
Para Gramsci, la concepción determinista legitima la pasividad. Sin sujeto activo (clase
obrera) no hay revolución, este sujeto no preexiste, se construye a lo largo de la historia y
realiza una praxis que todo lo transforma. Filosofía de la praxis entendida como actividad
humana que transforma la sociedad al mismo tiempo que al sujeto.
Para la noción gramsciana, la Revolución socialista no se limita a la socialización económica
de los medios de producción, apunta también a crear una integral y una nueva moral, a
partir de una Reforma. El término “reforma” no refiere a una mera renovación, sino que
hace referencia al proceso histórico- cultural de la “reforma protestante”, ejemplo de
movimiento intelectual que llega al pueblo, achicando la brecha entre intelectuales y
simples; a diferencia del Renacimiento que no había logrado acercar a las masas, por el
contrario había aumentado esa separación. A la reforma protestante le atribuye la capacidad
de formadora de la ideología del capitalismo naciente.
En sus textos recogidos en Notas sobre Maquiavelo, plantea”…Una parte importante del
Príncipe deberá estar dedicada a la cuestión de una Reforma intelectual y moral, es decir, a
la cuestión religiosa o de una concepción del mundo(…)El Príncipe moderno debe ser, y
no puede dejar de ser, el abanderado y el organizador de una reforma intelectual y moral, lo
cual significa, crear el terreno para un desarrollo ulterior de la voluntad colectiva nacional y
popular hacia el cumplimiento de una forma superior y total de civilización moderna…”25
Siguiendo esta idea, las relaciones de dominación exceden la mera explotación económica.
Una clase (hegemónica) no podría imponerse sobre otra por un lapso prolongado de
tiempo sólo con el poder represivo.
25 GRAMSCI, Antonio. Notas sobre Maquiavelo: sobre la política y el Estado moderno. Madrid: Ed. Nueva Visión, 1980. Pág..15
30
La cultura cumple un papel determinante en el mantenimiento y reproducción del sistema.
Los grupos dominantes cumplen con la función de la dirección cultural de transmisión
ideológica a través de un conjunto de instituciones y organizaciones que organizan y
divulgan la interpretación de la realidad que responde a sus intereses. A través del
mecanismo ideológico justifican y reproducen las relaciones de dominación, a partir de
valores, símbolos, visiones del mundo canalizadas en el arte, la filosofía, las ciencias
sociales, la religión, etc. La ideología genera hábitos, sistemas de disposiciones, esquemas
básicos de percepción estructurados por las condiciones de producción y la posición de
clase, pero así como son estructurados, a la vez, estructuran.
En relación a esto, Arturo Jauretche sostiene que “…A la estructura material de un país
dependiente corresponde una superestructura cultural destinada a impedir el conocimiento
de esa dependencia, para que el pensamiento de los nativos ignore la naturaleza de su
drama y no pueda arbitrar propias soluciones, imposibles mientras no conozca los
elementos sobre los que debe operar, y los procedimientos que corresponden, conforme a
sus propias circunstancias de tiempo y lugar…”26
Entonces, la supremacía de un grupo social (hegemonía) se manifiesta de dos modos: como
“dominio” y como “dirección cultural y moral”.Para Gramsci, estas dos funciones existen
en cualquier forma de Estado, según cada sociedad y según la correlación de fuerzas entre
las clases sociales, en el plano económico, político, ideológico y militar. El termino
“Hegemonía” da cuenta de la existencia de una diversidad en la sociedad, dentro de la cual un
grupo se impone sobre otro, lo cual no quiere decir que estas diferencias desaparezcan, sino
que las mismas se mantiene consensuadamente. La clase hegemónica tiene la capacidad de
intimidar a sus adversarios y dirigir a los aliados a través de la ideología y los instrumentos
de la política. Por lo tanto, dicha clase es, dominante de los grupos adversarios y dirigente
de los grupos aliados.
26 JAURETCHE, Arturo. “Los Profetas del odio y la yapa”, citado en: Norberto Galasso y Germán Ibáñez, Op. Cit., Pág.. 39.
31
La hegemonía nunca se acepta de forma pasiva, está sujeta a la lucha, a la confrontación.
Ningún modelo “hegemónico” puede dar cuenta de todos los significados y valores de una
sociedad. En esa confrontación, la clase dominante intenta neutralizar los diferentes
reclamos, incorporándolos de manera tal que pierdan toda su peligrosidad. Sin embargo,
este proceso no se da linealmente, dejando la posibilidad sobre él desde otro lado, desde la
crítica, a partir de construcciones de alternativas contra hegemónicas.
Retomando la idea gramsciana de superestructura, decimos que la misma esta compuesta
por la Sociedad política (Estado, conformado por las milicias regulares, los jueces, el
parlamento, policía, etc.), la cual tiene la función de ejercer la coerción ; y por la Sociedad
Civil, la cual ejerce la función de la dirección intelectual y moral, a partir de los aparatos de
hegemonía, como lo son las escuelas, la iglesia, los partidos políticos, los sindicatos, los
medios de comunicación, etc., con el fin de generar el consenso.
Es en la Sociedad Civil el lugar donde se construye, edifica y se distribuye la hegemonía,
por lo tanto, el espacio para las prácticas contra hegemónicas, de resistencias.
La clase hegemónica, para asegurar su dominación, ejerce la función de dirección cultural
de transmisión ideológica a través de las instituciones de la sociedad Civil, podemos inferir
que la educación (lo que se enseña, como se enseña, la escuela, los manuales, etc.) es un
territorio de lucha y confrontación.
• Primacía de la política en la Matriz nacional y popular
La inserción de nuestro país, desde su conformación como nación, en el escenario
internacional como un país dependiente, semi- colonial27, tuvo sus consecuencias en la
emergencia de un pensamiento autónomo, denominado nacional y popular. “… La forma
27 Esta distinción surge, dentro del revisionismo, a partir de caracterizar a través de la historia a 3 tipos de países: Estados soberanos (Ej.: Francia, EEUU), Países coloniales (Argelia) y países semi-coloniales (Argentina)
32
particular de conformación como sujeto social de las clases subalternas en la situación de
dependencia, marcada por la ideología y la política, determinada desde sus orígenes por
un impulso “nacional y popular” hacia la constitución de su ciudadanía es, al menos para
el político, un dato de tanta “dureza” como los que pueden surgir de las estadísticas
económicas…”28. Para Alcira Argumedo “…La primacía de la política en los procesos
históricos y sociales constituye unos de los nudos teóricos fundamentales de la matriz de
pensamiento nacional y popular en América Latina…”29. En nuestro país, y encontrando
su base en el Revisionismo histórico, esta matriz caracteriza al relato de la historia como
un instrumento político, por lo tanto, un lugar de disputa, a partir del cual se construye
hegemonía.
La producción de los intelectuales nacionales y populares estuvo dirigida menos a los
ámbitos académicos que a incidir sobre la realidad política argentina, en los diferentes
momentos y contextos históricos. Podemos rastrear esa posición desde el mismo
surgimiento del Revisionismo, como así también, en el posterior desarrollo del
nacionalismo popular. Jauretche en su libro Política nacional y revisionismo histórico, sostiene
que “… No es, pues, un problema de la historiografía, sino de la política y así lo que se
nos ha presentado como la historia es una política de la historia, en que ésta es sólo un
instrumento de los planes más vastos destinados precisamente a impedir que la historia,
la historia verdadera, contribuya a la formación de una conciencia histórica que es la base
necesaria de toda política de la nación…”30
A partir de esta caracterización, su desarrollo se sustentó en denunciar la vinculación
existente entre el relato de la “Historia oficial” y la “elite liberal”. Esta elite se apoyaba en
el relato oficial para legitimarse, y a partir de esta legitimación ideológica y política, llevar
a cabo una política económica acorde a los intereses de la oligarquía dominante. Para
28 J.C. Portantiero, citado en A. Argumedo, Op. Cit. Pág.. 206 29 Alcira Argumedo Op. Cit., Pág. 216. 30 JAURETCHE, Arturo. Política nacional y revisionismo histórico. Buenos Aires: A. Peña Lillo Editor, 1959, Pág. 7.
33
Svampa, el Revisionismo histórico apuntaba a destruir esa legitimidad histórica de la élite,
a partir de una revisión “contra-histórica”.31 Al situar en el centro a la “Política”, esta
matriz supone que las relaciones económicas que se dan en la sociedad, son resultante
históricas de una determinada disputa política- ideológica. Lo político es definido como
un proceso histórico altamente dinámico y complejo. Es el campo donde se enfrentan los
diferentes proyectos históricos (económicos, militares, culturales, etc.). Estos proyectos
históricos no son homogéneos en su interior, ya que dentro de los mismos conviven
diferentes tendencias y matices a lo largo de la historia.
Esta centralidad de la “Política” por el nacionalismo popular es lo que va tejer puentes
de discusión con las corrientes marxistas que se acercan al peronismo en los 60´, algunas
ya influenciadas por la visión gramsciana.
Como dijimos en la Introducción, nos interesa resaltar el carácter de contra hegemónico
de la corriente historiográfica denominada “Revisionismo Histórico” para explicar la
historia de nuestro país esbozado por Héctor German Oesterheld en su obra
“Latinoamérica y el Imperialismo- 450 años de guerra”, quien utiliza un medio que,
siguiendo la idea gramsciana, podríamos caracterizarlo como popular y subalterno, como
es la historieta. Este medio es el elegido para dar la disputa en el plano de los relatos
históricos. La historieta es la herramienta que utiliza el autor para dar la disputa
hegemónica por los “sentidos de la historia”, por lo tanto, eminentemente política.
31 SVAMPA, Op. Cit.
34
3. Héctor German Oesterheld y el desarrollo de un proyecto contra hegemónico
“… Si la historieta32 se hace bien es un modelo de educación, sobre todo para la gente de menores recursos que no tiene acceso a los libros ni a la formación cultural elaborada. La única manera de que un chico no se aburra y que lea, es la historieta, pero hay que hacerla muy bien…”
Héctor Germán Oesterheld
En 1951, H.G.O. publica los primeros guiones en la revista “Cinemisterio” de la Editorial
Abril. El primer éxito del guionista será en 1952 con “Bull Rocket”, la tira que fue
publicada en la revista “Misterix”, con dibujos de Paul Campani, y en 1953 publica “El
sargento Kirk”, siendo éste uno de los mas famosos de sus personajes. En esta tira, H.G.O.
invierte el papel de los buenos y los malos, siendo el Sargento Kira un desertor del ejército
yanqui que se niega a seguir combatiendo con los indios y lo acusan de desertor. Aca se
empieza a notar el tinte humanista de toda la obra del autor. En 1955, H.G.O crea su
propia editorial, que se llamara “Frontera” y publica versiones noveladas de sus personajes:
32 La historieta, como género, nace en el año 1896, con una tira titulada” The yellow Kid and His New Phonograph”, publicada en el diario estadounidense “The Journal”. ”. La estrategia de publicar un texto, podían llevar letras o no, con dibujos, se da en el marco de una competencia entre dos diarios norteamericanos, con la finalidad de conseguir lectores. La idea era captar un público mayoritariamente compuesto de inmigrantes que no entendían el inglés. Los elementos que caracterizan este género son un personaje con continuidad y secuencialidad de imágenes. En nuestro país, la primera revista que publicará historietas será Caras y Caretas, en 1898; y es en 1912
donde esa revista publica la tira “Viruta y Chicharrón”, siendo esta la primera historieta argentina, conpersonajes fijos y continuidad. En la década del ‘40 comienza la que podría denominarse la "Época de Oro" de la historieta nacional, en la que se suman a las ya existentes las revistas Patoruzito de Quinterno (en la que comienza a dibujar "Vito Nervio", el futuro maestro Alberto Breccia); y otra que marchará a la vanguardia del humor escrito y dibujado por muchos años: Rico Tipo, de Guillermo Divito. En los años ‘50 se afianza esta edad de oro, con la aparición de dos figuras fundamentales para la historieta argentina, que comenzarán a destacarse en los primeros años de la década y que, de alguna manera, iniciarán lo que después se conoció como "comic de autor": el guionista Héctor German Oesterheld (H.G.O.), que comienza a publicar en Editorial Abril, y el dibujante italiano recién llegado a la Argentina, Hugo Pratt, que empieza a dibujar "Sargento Kirk" en 1954, con guiones de Oesterheld.
35
Bull Rocket y Sargento Kirk. Ya el autor había impuesto una formula, que luego se
generalizará, que son las historietas auto conclusivas. En Abril sale la revista” Frontera” y
en Mayo “Hora Cero” de la misma editorial.
El año 1957, la historieta argentina adopta un perfil en donde se tratan asuntos mas
complejos y humanos, apartándose del formato norteamericano reinante hasta ese
momento. Es en ese año, mas precisamente el 4 de Septiembre, que se publica por primera
vez en el semanario “Hora Cero”, lo que será uno de los pilares del “comic universal”: “El
Eternauta”, con guiones de H.G.O. y dibujos de Solano López. Esta historieta deja de lado
las divisiones de personajes entre “buenos” y “malos”; “héroes” y “villanos” para resaltar el
lado humano de los personajes, los “héroes” que sienten miedo, villanos queribles, etc. En
esta historieta se “lee” la critica social y el compromiso político con la realidad.
Compromiso que, con el correr de los años, se profundizará
La larga producción de Oesterheld en estos últimos años de los ’50 se compone de:
"Ticonderoga", para Frontera, con dibujos de Hugo Pratt; "Rolo, el marciano adoptivo",
para Hora Cero, con dibujos de Solano López; "Nahuel Barros", para Hora Cero, con
dibujos de Carlos Roume; "Ernie Pike" para Hora Cero, con dibujos de Hugo Pratt,
"Cayena" para Hora Cero, con dibujos de Daniel Haupt; "Tip Kenya", para Frontera, con
dibujos de Carlos Roume; "Patria Vieja", para Hora Cero, con dibujos de Juan Arancio;
"Verdugo Ranch", para Hora Cero, con dibujos de Ivo Pavone; "Dr. Morgue", para Hora
Cero, con dibujos de Alberto Breccia; "Buster Pike" para Hora Cero, con dibujos de Julio
Schiaffino, además de "El Eternauta".
En 1961, por deudas, se ve obligado a vender la Editorial Frontera por deudas. En 1962 se
publica en la revista “Misterix”, “Mort Cinder” con textos de H.G.O. y dibujos de Alberto
Breccia.
36
En el 68´ publica la historieta de la vida del “Che” Guevara, con dibujos de Breccia, siendo
el primero de una larga lista de biografías sobre líderes latinoamericanos. Es censurado por
la dictadura militar y le secuestran los originales, cancelándose la colección.
En 1969, el semanario “Gente” publica “El Eternauta”. H.G.O modificó los guiones,
imprimiéndoles más posicionamientos antiimperialistas y mas violencia. Este planteo
generó tensiones con el conservadurismo de la Editorial. Para que no fuera levantada y se
pudiera publicar, H.G.O. resumió el guión, aunque no llegó a completarse la publicación.
En 1973, sale publicada la historieta “Latinoamérica y El Imperialismo – 450 años de
guerra”.
• Análisis de la historieta “Latinoamérica y el Imperialismo- 450 años de
guerra”
“… ¿Que es el Imperialismo? ¿Cuándo empezó a enviar sus
lugartenientes, sus soldados, sus espías, sus “embajadores”, sus
empresarios para dominar y explotar a los pueblos latinoamericanos?
¿De que manera los invasores extranjeros- primero los españoles,
después los ingleses y ahora los yanquis- se movieron y siguen actuando
para controlar los gobiernos títeres de los países del continente? ¿Cómo
nos quitaron las riquezas, nos destinaron a la miseria, orquestaron
golpes, bajaron gobiernos populares, mandaron tropas asesinas para
aniquilar las rebeliones de los pueblos?
Vamos a contar la historia del imperialismo para que cada una de
estas preguntas y muchas más tengan su respuesta. Desde las páginas de
EL DESCAMISADO saldrá entonces nuestra verdadera historia.
Cual fue la realidad de nuestro pasado y cual es la realidad de nuestro
presente. Porque la historia del Imperialismo es la historia del
37
continente americano- La Patria Grande- y la historia de nuestra
patria.
Son 450 años de guerra. Sí, de guerra. Porque los pueblos avasallados
por el invasor nunca se rindieron. Pusieron el pecho. Pelearon. Dieron
la vida infinidad de veces en su combate por ser libres. El imperialismo
nunca fue una simple frase de denuncia de los pueblos. Tienen nombre y
apellidos. Tienen balas y sangre en su negra historia. Esa historia es la
empezamos a contar desde este número…”
Es importante tener en cuenta el contexto histórico en el que se inscribe la historieta. La
segunda mitad de la década de 1950 y la década de 1960 es una etapa altamente conflictiva.
En esos años se suceden en el mundo un sinnúmero de acontecimientos políticos, sociales
y económicos, pero uno de los rasgos más llamativos son los niveles de contestación. La
revuelta estudiantil en Francia, es decir el “Mayo Francés”, las guerras anticolonialistas y el
auge de los movimientos de liberación tercer mundistas son muestras del grado de
ebullición que imperaba en esos tiempos. Tiempos de reacomodamientos y, sobre todo, de
cuestionamientos al “orden colonial”. Son muestra de ello, la expulsión de los franceses de
Argelia y la derrota norteamericana en Vietnam. En América Latina, la Revolución Cubana
había abierto un camino que hacía pensar como posible la emancipación e incluso la
posibilidad del triunfo de una revolución socialista.
En nuestro país, durante el régimen de Juan Carlos Onganía (1966-1970), se atacó la
educación pública, gratuita y laica, a la vez que se intentó modificar la educación superior,
para beneficio de las clases dominantes. Esta fue una de las causas, entre tantas otras, que
generó que grandes sectores medios urbanos y muchos grupos juveniles se volcaran a lo
que se denominó el “campo nacional y popular” –fenómeno que se estaba gestando desde
38
1955, cuando diversos sectores, que tradicionalmente no habían apoyado al peronismo,
empezaron un proceso de redefinición respecto de lo popular y la nación33.
Como parte de este nuevo fenómeno, aparecen- o se podría decir que reaparecen
transformadas- formas de pensar el pasado, de contar la historia. El relato de la historia
pasa a ser entendido como un lugar de disputa, como instrumento de dominio para
construir “hegemonía”. En nuestro país, a partir de un novedoso encuentro entre el
nacionalismo popular y el marxismo, surge un “revisionismo histórico” de nuevo tipo, de
avanzada. Tomando la experiencia de F.O.R.J.A. (Fuerza de Orientación Radical de la
Juventud Argentina), de Manuel Ugarte, de J.C. Mariátegui, salen a la luz trabajos de
Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, de Norberto Galasso, Juan José Hernández
Arregui, Rodolfo Puiggros y otros. Por un lado, esa corriente tomará conceptos elaborados
por el nacionalismo popular “democrático” –es decir que una de las matrices de las que van
a tomar como insumos son los revisionistas populares que se analizaron anteriormente-,
contracara del nacionalismo elitista y conservador de principio de siglo; y por otro, del
marxismo, confluyendo en lo que se denominó “socialismo nacional” o “pensamiento
nacional, popular y revolucionario”. En esta hibridación o mestizaje ideológico34, el
pensamiento de Antonio Gramsci va a cumplir un rol fundamental.
En el análisis de la historieta partiremos de la hipótesis de que el trabajo de Héctor Germán
Oesterheld forma parte de un proyecto contra hegemónico más amplio. Este es el caso
específico de Latinoamérica y el Imperialismo- 450 años de guerra a través de la adhesión al
“revisionismo histórico” para contar la historia de nuestro país.
33 Ver ALTAMIRANO, Op. Cit.34 Mestizaje es el término que usa Pilar Calveiro para analizar este proceso. Ver CALVEIRO, Pilar. Política y/o violencia. Buenos Aires: Norma, 2005.
39
Latinoamérica y el Imperialismo- 450 años de guerra es publicada a partir del Nº 10 del semanario
El Descamisado, el 24 de Julio de 1973. Es un relato político- histórico y el lugar de su
primera publicación no es casual. La revista El Descamisado fue órgano oficial de
comunicación de la organización peronista revolucionaria Montoneros entre los años 1973
y 1974, que llegó a tener una tirada semanal de 300.000 ejemplares. Las ilustraciones
estuvieron a cargo de Leopoldo Durañona.
Como señalamos en la Introducción, el objetivo central será, a partir del análisis y la
descripción de los capítulos, encontrar los elementos conceptuales para determinar que
dicho relato se encuentra inscripto dentro de la corriente historiográfica Revisionista, y su
matriz es nacional y popular.
Para ello, y luego de lo desarrollado en los puntos anteriores, podríamos inferir que los
movimientos conceptuales propios del nacionalismo popular se encuentran en distintos
elementos de la historieta: la recuperación de los próceres olvidados-silenciados, en la
reinterpretación de períodos históricos y figuras de la historia, en la identificación de
sujetos colectivos negados por la historia “Oficial, liberal o Mitrista”; en la estrecha –y se
podría decir, directa- vinculación entre el pasado, el presente y el futuro; y, finalmente, en el
replanteo de antinomias, como por ejemplo lo nacional y lo extranjero. Estos elementos
son los que en la historieta se pondrán en juego para dar la disputa hegemónica.
La historieta se compone de 34 capítulos, que eran publicados uno por semana con la
revista y ocupaban las páginas centrales del semanario. El relato comienza con el
desembarco de los españoles en América, con el capítulo titulado “La España Imperialista”,
publicado el día 24 de Julio de 1973. El último capítulo publicado es “Urquiza también
perdió”, publicado el 26 de Marzo de 1974 y llega a 1852. Los 34 capítulos no están
ordenados cronológicamente, sino que el autor describe sucesos determinados de nuestra
historia e incluso vuelve atrás en el tiempo, para detallar acontecimientos previos. En
hipótesis, podría decirse que la falta de linealidad temporal –esos saltos en el tiempo que el
40
guión de la historieta presenta- se deben a que lo que está marcando la urgencia de la
historia pasada que se relata es el presente.
Como ya se dijo, este análisis se centrará en el texto de la historieta y no en las ilustraciones,
ya que el propósito es indagar sobre la visión de la historia que sostiene el autor. No
obstante, es necesario aclarar que las ilustraciones que componen la historieta acompañan
de manera explícita la “visión de la historia” sostenida por el texto. En términos generales
se puede decir que hay un tratamiento estético de la imagen en la que el realismo es la clave.
Como comienzo de dicho análisis es importante destacar que los títulos elegidos para los
34 capítulos, por un lado, hacen referencia a hechos o acontecimientos protagonizados por
la clase dominante o por fuerzas imperialistas como por ejemplo, “Invasiones Inglesas”
(El Descamisado Nº 13- 14/08/1973); “Los ingleses preparan la dominación” (E.D. Nº 12-
07/08/1973); “La tercera Invasión Inglesa” (E.D. Nº 15 – 28/08/1973); “La entrega del
Uruguay” (E.D. Nº 22- 16/10/1973); “La Oligarquía portuaria” (E.D.Nª 25 – 6/11/1973) ;
“La entrega del Uruguay” (se repite el título de la edición Nº 22) (E.D. Nº 27- 20/11/1973);
“Las invasiones realistas” (E.D. Nº 33 – 31/12/1973); “La Frontera” (E.D. Nº 38 y Nº 39
– 5/02/1974 y 12/02/1974) y “Los que despoblaron el Campo” (E.D. Nº 41 –
26/02/1974).
Por otro lado, hacen referencia a procesos protagonizados por las clases populares o
subalternas, como, por ejemplo: “El pueblo echa al Invasor Inglés” (E.D. Nº 14 –
21/08/1973), “El 17 de los Orilleros” (E.D. Nº 16- 04/09/1973); “La Rebelión de los
Patricios y la Antipatria Fusiladora” (E.D. Nº 18- 18/09/1973); “Las Montoneras” (E.D.
Nº 23- 23/10/1973); “El Ejército de la Patria Grande” (E.D. Nº 24- 30/10/1973);
“Negro” ( E.D. Nº 34- 8/01/1974) y “Las Soldaderas” (E.D. Nº 40- 19/02/1974).
Por último, un conjunto de capítulos llevan como título los nombres propios de diferentes
protagonistas de los hechos tratados a lo largo del período: “La Rebelión de Tupac Amaru”
(E.D. Nº 11- 11/06/1973); “Rivadavia, garantía de los Ingleses” (E.D. Nº 17 –
41
11/09/1973); “Artigas: La Patria Grande” (E.D. Nº 19- 26/09/1973); “Dorrego” (E.D. Nº
28- 27/11/1973); “Rosas” (E.D. Nº 29, 30,31 y 32- 4/12/1973, 11/12/1973, 18/12/1973
y 24/12/1973, respectivamente); “Güemes” (E.D. Nº 35- 15/01/1974); “La muerte de
Quiroga” (E.D. Nº 36- 22/01/1974); “Ramírez” ( ED Nº 37- 29/01/1974); “Chilavert”
(E.D. Nº 42- 5/03/1974); “La traición de Urquiza” (E.D. Nº 44- 19/03/1974) y “Urquiza
también perdió” (E.D. Nº 45- 26/03/1974).
Sintetizando: la historieta está articulada a partir de acontecimientos y de personajes que
revelan las claves de una historia en la que el eje patria - colonia, liberación – dependencia,
a la que hay que agregar la resignificación del –la inversión del sentido- del viejo dilema
sarmientito civilización – barbarie.
Desde el comienzo de la historieta aparece el eje explicativo a partir de la continuidad del
Imperialismo en América Latina, y la relación entre el pasado y el presente. Dicho eje
atraviesa la mayoría de los capítulos de la historieta. A través de través de diversos recursos,
como la analogía, la comparación y la contraposición, parecería ser que el autor utiliza el
“pasado” para poder explicar el “presente”.
Otro punto interesante para el análisis, es el papel que les otorga a las mujeres en los
procesos históricos. Silenciada en la mayoría de los textos escolares y en el relato de la
“Historia Liberal o Mitrista”, la mujer aparece como protagonista en los diferentes
momentos de la historia argentina y latinoamericana. En el capítulo “La rebelión de Tupac
Amaru” (E.D. Nº 11) , resalta la tarea de Micaela, esposa de éste, caracterizándola como
un mujer …“Tan bravía de cuerpo, como para pelear al lado de Tupac, y tan bravía de
espíritu como para empujarlo a la lucha última”…; en el capítulo “Rosas” (Segunda parte)
(E.D. Nº 30) escribe, refiriéndose a la Batalla librada en Santos Lugares, entre las fuerzas
leales a Rosas y los franceses, apoyados por los unitarios, “ …Las mujeres y los chicos
ayudan, se amontonan cascotes para recibir a pedradas a los franceses y unitarios. Mujeres
42
hay, que hasta se ponen barbas postizas, para hacer creer a los atacantes que son guerreros
de pelo en pecho…”
Pero, quizás, en donde expresa más claramente la importancia del papel de las mujeres en la
historia argentina es en el Capítulo “Las Soldaderas” (E.D. Nº 40- 19/02/1974). En ese
capítulo se hace referencia a la labor que las mujeres ejercían en el frente de batalla “…Sin
ellas, los ejércitos no hubieran funcionado, no tanto por su acción a veces heroica,
interviniendo en la pelea misma, sino por todo lo que aportaban para ayudar al soldado…”
Entre esos aportes se cuentan la atención de los enfermos y los heridos; el cocinar, lavar y
arreglar las ropas; el mantenimiento de los caballo, etc. “…Eran la alegría del campamento
y el señuelo que contenía en gran parte las deserciones. Sin esas mujeres la existencia
hubiera sido imposible”… Pero así como se les reconoce un papel importante a las
mujeres, éste no deja de estar vinculado a los roles tradicionales –lo doméstico, el espacio
privado, la que acompaña y “ayuda” al hombre.
• Capítulos
“La España Imperialista” (E.D. Nº 10- 24/07/1973) Empieza marcando una similitud en
los procesos que se estaban dando en Latinoamérica en el año 1973: derrocamiento,
mediante un Golpe de Estado, del presidente socialista chileno Salvador Allende; Golpe de
Estado en Uruguay; y los acontecimientos de Ezeiza, con la llegada del Gral. Perón, en
Argentina.
Se presenta la historieta, y en esa presentación se hace una caracterización de los países
Latinoamericanos como “países robados” y no “subdesarrollados”. El primer párrafo
finaliza con la afirmación: “Esta es la Historia”. Así, la situación pasada de la expoliación de
América se vincula con un presente de acoso imperialista. Es decir que hay un
deslizamiento explícito del pasado al presente.
43
El Imperialismo, de acuerdo con Latinoamérica…, comienza con la conquista española de
América Latina. Cortés en México masacra indígenas y se produce el saqueo de metales
preciosos, como el oro y la plata. Con las ganancias obtenidas no se enriqueció la
monarquía española, ya que las mismas fueron destinadas a solventar las guerras que
atravesaron Europa. Los que se enriquecieron fueron los grandes intermediarios en las
compras que hacía el reino español para solventar las guerras, los banqueros. Aquí es donde
nace el gran capital internacional, base de crecimiento de los países considerados
“desarrollados”. Así, el “desarrollo” en algunas regiones fue posible gracias a la explotación
de los pueblos americanos, africanos y asiáticos. No sólo se produjo el saqueo de riquezas
naturales, sino que también se exterminó a los pueblos originarios, tanto a través de las
enfermedades provenientes del Viejo continente y del trabajo forzoso. De 90 millones de
pobladores en el año del desembarco (1492) se pasó a 3 millones, dos siglos después. En
este sentido, Oesterheld se hace eco de la tesis alcista de la demografía histórica acerca de la
población de América a la llegada de los españoles, muy difundida en la historiografía de
los años setenta.
En el relato, aparece el indígena como sujeto social. En la historieta es considerado como el
primer mártir de las historias nacionales. Una vez exterminado el indio, se comenzó con la
importación de esclavos desde el Africa. A partir del contrabando se fortalece Buenos Aires
como ciudad- puerto. En el relato de Oesterheld, primero explotada por España, luego por
Gran Bretaña y, por último, por los Estados Unidos, la historia de América es la historia de
los Imperialismo.
El vínculo pasado /presente en este primer capítulo aparece en la figura del Gral. Perón,
con la frase “El azote del Imperialismo que, al suprimir la libre determinación de los
pueblos, la soberanía de las naciones y la independencia económica de los países, los priva
de su libertad esencial”.
44
“La rebelión de Tupac Amaru” (E.D. Nº 11- 31/07/1973) resalta el papel heroico de la
mujer. A su vez, describe la rebelión encabezada por Tupac Amaru en el Perú, como así
también, la traición sufrida por parte de uno de sus lugartenientes, quien lo entrega a los
españoles, y su posterior muerte en manos de estos. Hace 200 años, los países americanos
se empezaban a industrializar (aceite, vino, cueros, maderas, etc.) El Reino de España, para
proteger sus industrias, mandó a arrasar viñedos y olivares. A partir del levantamiento de
Tupac Amaru, la palabra “Tupamaro” fue la palabra que utilizarán los españoles para
nombrar a todo aquello que desafiara el poder de la Corona. Y también el nombre que
asumirán muchos rebeldes americanos en homenaje al levantamiento del Alto Perú. De
hecho, el MLN Tupamaros del Uruguay, de allí retomó su nombre. El vínculo entre el
pasado y el presente queda también plasmado en la última frase
“… No fue el primer rebelde (en referencia a Tupac Amaru), pues antes del suyo hubo otros alzamientos, pero sí fue el más importante. Y tampoco fue el último: Hoy somos pueblos enteros los que nos ponemos de pie y enfrentamos al Imperialismo actual, el gran capitalismo Internacional, que trata de someternos apelando a cuanta arma puede, desde la Invasión lisa y llana hasta el agotamiento comercial, desde las oligarquías que nos venden hasta, los burócratas aprovechados que nos traicionan…”
En “Las Invasiones Inglesas” ( E.D. Nº 13- 14/08/1973) aparece la figura de Juan, un
“Juan cualquiera”. Juan es parte del Pueblo, es parte de las clases subalternas. A partir de
esta caracterización, se relata la primer Invasión Inglesa. Los ingleses desembarcan en
Quilmes, “vienen por el país y por Cristo”. Ante la Invasión, huye el Virrey español y la
burguesía acuerda con el invasor. Por otro lado, se organiza la resistencia popular, el
pueblo, que sentía que agredían a su rey, a su Cristo y a su país. Aparece la figura de Juan
Manuel de Rosas, personificada en un niño de apenas trece años, que se suma a las tropas
de Liniers que vienen de Montevideo a defender Buenos Aires. El capítulo finaliza con la
imagen de la muerte de Juan, un “Juan cualquiera”, defendiendo su país, peleando contra el
Imperialismo
45
“… Como tantos otros que vendrán después. Juan Guerrillero de Güemes, Juan Moreno de San Martín, Juan Mazorquero, Juan Revolucionario del 90´, Juan de la resistencia, Juan Montonero…”
Pasado y presente están allí dando una continuidad, y el “país” existe y se define por el rey
y por Cristo, aún antes que se definan sus fronteras. En esto se pueden encontrar ecos del
revisionismo más conservador de corte hispanista. No hay ninguna discriminación acerca
de la formación de las milicias, que en realidad mostraron las diferentes organizaciones que
diversas clases sociales opusieron a los ingleses.
En el capítulo “El Pueblo echa al Invasor Inglés” (E.D. Nº 14 – 21/08/1973) se relata la
primera Invasión Inglesa derrotada por un Pueblo en Armas, y no por los Ejércitos
profesionales, ni por el aparato burocrático. Establece un paralelismo con el 17 de Octubre
de 1945, en cuanto “…explosión de Bases, que rebasó a los conductores…”, estrechando
la relación entre el pasado y el presente. Esperando la 2da. Invasión, la clase dirigente, sin
mucha gana, organiza las milicias populares, los “patricios”, los nativos de Buenos Aires.
Estas milicias estaban conformadas por los orilleros, los artesanos, etc.
Los ingleses invaden Montevideo, estableciendo el libre comercio. La capital de la banda
Oriental se llena de productos británicos. Un diario local, “Estrella del Sur”, explica las
bondades de dicho sistema económico, dirigido por Cabello y Mesa. Este último, es
caracterizado por Oesterheld, como “…Un Neustadt de la época…” De nuevo la analogía
entre el pasado y el presenta aparece como recurso clave. Es interesante preguntarse si la
analogía está sirviendo para permitir una compresión del pasado, o si cierto recurso a la
“reversibilidad” del tiempo lo que se propone es exponer simplificada las opciones del
presente del guión.
La resistencia a los ingleses en Montevideo, obliga a estos a dejar 4.000 hombres en esa
ciudad, antes de venir a Buenos Aires. Esas tropas hubieran sido decisivas en Buenos Aires.
La resistencia estuvo dirigida por Liniers, quien, luego de perder en Miserere, suplica la paz.
46
Alzaga es quien toma el mando, y organiza la voluntad de lucha del pueblo, trabajando
durante la noche en las trincheras. Reaparece la figura de Juan: en este caso, Juan Paisano o
Juan Esclavo, como representantes de las clases subalternas, quienes son los que realmente
pelean y echan al invasor nuevamente.
“La Tercera Invasión Inglesa” (E.D. Nº 15 – 28/08/10973) caracteriza al “interior” del
país como industrioso y laborioso, mientras que la Buenos Aires, portuaria y
contrabandista, sufre los vaivenes de la realidad política de España, quien se encontraba en
guerra con las fuerzas al mando de Napoleón. A partir de la invasión napoleónica en
España, emerge una resistencia en aquel país contra la invasión y cuestionando la
Aristocracia. Este levantamiento encuentra adhesiones y solidaridad por parte las “bases”
en Buenos Aires: Los criollos, los “arraigados”, artesanos y “orilleros”, organizados en
milicias populares, que no pudieron ser desmovilizadas por las clases dominantes porteñas,
temiendo otra invasión. Esta visión se podría articular con la caracterización que hace Raúl
Scalabrini Ortiz del “Hombre Porteño”, teniendo en cuenta esta autonomía en las
decisiones demostrada por las clases subalternas, mas guiadas por lo sentimental y lo
instintivo que por lo “racional” de las órdenes impuestas.
A su vez, las noticias provenientes de España, son comentadas por los denominados
“jóvenes de las Luces”, grupo conformado, entre otros, por Belgrano, Moreno, Castelli y
Peña. Son caracterizados como jóvenes ricos, ilustrados y estudiosos del proceso
independista norteamericano y de autores franceses como Rosseau, y que “ajenos” a la
realidad nacional “Sueñan con la República perfecta”.
Por otro lado, la clase alta o clase dirigente, se aferra al poder establecido, temiendo una
revuelta popular. Tanto éstos, como los “Jóvenes de las Luces” son aliados de los
proyectos de libre comercio que propugnaban los ingleses. Se firma el tratado Apodaca-
Canning, mediante el cual Inglaterra brindará ayuda económica a España a cambio de
47
poder comerciar libremente con América latina. Este Tratado lleva a la ruina a las
economías regionales.
El 17 de Mayo de 1810 llegan las noticias de la caída de España bajo dominio francés. Se
llama a Cabildo Abierto a partir de la acefalía y la Junta, presidida por Saavedra, quien es
aclamado por los “Juan cualquiera”, se hace cargo del Virreinato. Si bien Saavedra es el
presidente de la Junta, el secretario es Moreno, partidario del “Libre comercio”. Por lo
tanto para el autor, el 25 de Mayo de 1810 no sentó las bases para la autodeterminación,
sino, por el contrario, fue un “cambio de amo”: Inglaterra desplazaba a España. El vínculo
pasado /presente aparece al final del capítulo: “luego de 150 años, la contradicción
principal sigue siendo: Liberación o Muerte”, replanteando nuevamente la antinomia
nacional/extranjero.
“El 17 de los Orilleros” (E.D. Nº 16- 4/09/1973 comienza a partir de un paralelismo
entre el 25 de Mayo de 1810 “El Pueblo impone su voluntad, para verla burlada
enseguida”, y el 25 de Mayo de 1973 “tan igual, con el Pueblo imponiendo la línea
argentina, la línea justicialista. Línea castrada tan pronto por los burócratas y los
entreguistas de siempre”.
Si bien Cornelio Saavedra presidía la Junta, el poder real era ejercido por Moreno.
Representante de los “Jóvenes de las Luces”, para el autor, Moreno trata de imponer
ideas de una Patria irreal, europea, afín a los intereses británicos. Se abre el puerto para
la entrada de mercancías británicas. Alejado del proyecto de la “Patria Grande”, sólo
defiende los intereses de Buenos Aires, ordenando detener la expedición al Alto Perú.
El pueblo, “los orilleros”, están marginados. Al llegar los representantes del Interior,
para formar la Junta grande, Moreno se mostró contrario al ingreso de éstos y renuncia a
su cargo. Muere en alta mar, cuando se dirigía en misión diplomática hacia Inglaterra.
El autor señala que su cuerpo fue envuelto en una bandera británica y arrojado al mar.
Esta caracterización de Mariano Moreno generó una polémica historiográfica, a partir
48
de dos cartas enviadas al semanario, escritas por Norberto Galasso y Raúl Fenoglio. La
carta enviada por Norberto Galasso sostenía que con la crítica a Moreno, “se fija una
línea en las más clara tradición del nacionalismo de derecha, oligárquico y fascista,
inaugurado por Carlos Ibarguren en 1930”. Luego de hacer un racconto de los
diferentes errores historiográficos que tendría el capítulo, finaliza la carta de la siguiente
manera: “Pienso que el origen de estos desaciertos se encuentran en los libros de José
María Rosa. Pero si Rosa puede alegrarse de una condecoración recibida del gobierno
de Stroessner o sentirse cómodo en la fórmula junto a Sánchez Sorondo- lo cual es
coherente con su visión del pasado argentino- entiendo que El Descamisado tiene que
hacer “trasvasamiento” también en este terreno y recurrir, no al revisionismo de derecha
de la década del treinta, sino a los nuevos aportes de aquellos que en el pasado y en el
presente se definen por la liberación en marcha hacia al socialismo”. En la carta firmada
por Raúl Fenoglio también se ensaya una defensa de Mariano Moreno y su Plan de
Operaciones, quien, junto a Monteagudo, Alvear y Dorrego “marcan la línea
revolucionaria de esa época”.
La respuesta por parte de “El Descamisado” fue asumir, en parte, el error con la
caracterización de Moreno…“se nos fue la mano”…, pero reivindicando la figura de
Campana por sobre la de éste. Y, a la vez, reafirmando el carácter “europeo” de las
ideas de Moreno”… Él sí era un dependiente cultural e ideológico, por más bien
intencionado que estuviese. Los liberales lo levantan porque su figura no está manchada
de pueblo, de “Campanas”. Porque apoya el libre comercio. Porque será pionero, al fin
de cuentas, de lo que cincuenta años más tarde, sentados en su escritorio harán las
cabezas pensantes y pagadas por los hacendados de la ciudad puerto, Buenos Aires...”
Es decir que la revista no da cuenta, fundamentalmente, de las críticas de Galasso
49
respecto de las polémicas historiográficas –y de ciertas polémicas políticas a las que la
historiografía se vincula.
Siguiendo con el relato de “Latinoamérica…”, ante la renuncia de Moreno, el pueblo se
moviliza solicitando que Saavedra asuma todo el poder, exigiendo más energía en la lucha
contra los realistas y el cese de la entrada de productos ingleses. El vínculo entre el pasado
y el presente aparece asemejando el pedido popular de entonces -1973- al programa de
Huerta Grande35. De esta forma, establece una analogía entre los procesos políticos de
1810 y 1973.
Este reclamo es encabezado por Joaquín Campana, quien finalmente ingresa a la Junta, lo
que es caracterizado como un triunfo a medias, ya que en la misma continúan “los
antipatrias, como Larrea, Vieytes, Azcuénaga y Rodríguez Peña”. Entre las primeras
medidas de la nueva Junta, se encuentra el rechazo a la mediación inglesa en asuntos
relativos al Río de la Plata.
La escuadra española bombardea Buenos Aires, luego del intento fallido de llegar al Perú
por parte de Monteagudo y Castelli. Se llama a elección de representantes de Buenos Aires
ante la Junta. Los morenistas reclaman que sólo vote la parte “sana” de la población.
Renuncia Campana. El autor, con la caracterización de Campana, establece un intento por
recuperar a los próceres populares olvidados o silenciados.
En “Rivadavia, Garantía para los Ingleses” (E. D. Nº 17- 11/10/1973) continúa con la
renuncia de Campana a la Junta, y su posterior detención. Asume el primer Triunvirato
(Paso, Chiclana y Sarratea). Se pide a la paz a España, a pesar de que carecía de fuerza
militar suficiente como para practicar una invasión. Detrás de este proceso, se encuentra el
imperialismo inglés. Sarratea, miembro del Triunvirato, cobra su sueldo a través de la
corona británica.
35 Dicho programa surgió en la ciudad cordobesa de Huerta Grande en el año 1962, en el marco de un plenario organizado por las “62 organizaciones peronistas”. El mismo hacía referencia al pedido, esbozado en 10 puntos, de nacionalizar y estatizar los sectores básicos de la economía, como así también, el control obrero de la producción.
50
Rivadavia es nombrado secretario del Triunvirato, y es quien encabeza una serie de
reformas y reglamentaciones, entre las cuales se encontraba la liberación del comercio con
los británicos. El autor sostiene que “El primer hombre civil de los argentinos”, como
definen los libros escolares a Rivadavia, entrega el monopolio de la comercialización de
productos al Imperio inglés, reinterpretando de esta forma un período histórico relevante
para el futuro del país. Entre las reformas rivadavianas, también se encontraba la creación
de la Comisión de Justicia, herramienta político-judicial para reprimir cualquier intento
popular de desobedecer las reglamentaciones impuestas.
“La Rebelión de los Patricios y la Antipatria Fusiladora” ( E.D. Nº 18- 18/09/1973) La
clase dominante se encuentra satisfecha con la caída del gobierno “popular” de Campana y
sus orilleros. El primer Triunvirato es liberal, pro- imperialista, antiargentino. En la banda
Oriental surge Artigas, caudillo popular, lo que genera temor por parte de Rivadavia. El
Regimiento de Patricios, protagonista de los acontecimientos del 25 de Mayo de 1810 y del
levantamiento de Abril de 1811, genera desconfianza en la clase dirigente, quienes nombran
a Manuel Belgrano al frente del mismo. Belgrano, declarado adversario de Saavedra,
impone medidas de disciplinamiento dentro del Regimiento. Estas medidas generan un
levantamiento por parte de los Patricios, quienes solicitan a Saavedra y a Campana. La
rebelión es reprimida por el ejército que estuvo sitiando Montevideo, al mando de
Rondeau, fusilando a los cabecillas. El vínculo entre el pasado y el presente queda reflejado
en el último párrafo del capítulo
“Digno gobierno antipopular, la venganza es “ejemplar”. Once sargentos, cabos y soldados son pasados por las armas sin juicio alguno. Más valientes que los Aramburu, los Rojas y los Lanusse que vinieron después, los fusiladores de entonces no tratan de callar o mentir su crimen. Los once ajusticiados con colgados “para escarmiento público”. En esa misma Plaza de tanta fiesta patria. Sí, allí fueron colgados once revolucionarios del 25 de Mayo de 1810. Once Juan cualquiera… Hermanos tan hermanos de los caídos de José León Suárez, de Trelew, de Ezeiza.”.
51
“Artigas: La Patria Grande” (E.D. Nº 19, Nº 20, Nº 21- 26/09/1973, 2/10/1973 y
9/10/1973, respectivamente) En estos capítulos José Artigas es caracterizado como un
caudillo popular, referente de la Banda Oriental. En esa región, surgen las primeras
Montoneras del Río de La Plata quienes a su mando, avanzan hacia Montevideo, bajo
control de las fuerzas realistas. En una batalla desigual, las tropas de Artigas triunfan, y
toman la ciudad. En Buenos Aires cae la Junta y asume un Triunvirato, quien pacta con los
realistas y le reconoce como suya la Banda Oriental. La historieta vuelve a sacar una
conclusión en la que la moraleja es claramente el objetivo, y donde el presente funciona
como polo de atención para explicar el pasado.
“Lo de siempre, mientras el pueblo se hacía matar en San José, en Las Piedras, la Oligarquía traidora vendía la Revolución. Sarratea, enviado de la gente “bien”, “arregla” en Río de Janeiro con Lord Strangford, el enviado inglés. La Oligarquía porteña hace el negocio a dos puntas: Acaba con la guerra, que le entorpece el comercio y las ganancias, y de paso paraliza a su verdadero enemigo, las masas populares alzadas por Artigas. Y tan capaces de hacer la Revolución de verdad. Desde siempre, los 17 de Octubre son el pánico de la Oligarquía y su gran aliado y patrón, el Imperialismo”.
A partir del pacto entre Buenos Aires y Montevideo, se produce el éxodo de los
seguidores de Artigas, quienes no quieren volver al yugo español. Se asientan en Concordia
(Provincia de Entre Ríos). Artigas, sigue pensando en la Patria Grande y decide volver
sobre Montevideo. Tras el triunfo de Cerrito, el ejército-pueblo se encuentra asediando la
ciudad de Montevideo. En Buenos Aires, se convoca a las provincias para conformar lo
que seria la Asamblea del año XIII. La Banda Oriental manda sus diputados elegidos
democráticamente y Buenos Aires los rechaza, denunciando irregularidades en su elección.
Se reprime a los seguidores de Artigas asentados en Entre Ríos y Corrientes, utilizando el
cepo “ como antepasado de la picana”.
En 1815, Artigas, en la Banda Oriental, impone un reglamento revolucionario, que
consistía en: entrega de tierras gratuitamente para los negros, para los indios y para los
gauchos para ser trabajadas, e impuestos a las mercaderías que provenían del exterior.
52
En Buenos Aires gobierna el Directorio, quienes le ofrecen a Artigas formar una República
aparte con Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental. Artigas rechaza el
ofrecimiento, y continúa siendo parte de las Provincias Unidas. El aceptar dicho
ofrecimiento hubiera significado alejarse de la idea de la “Patria Grande”. En la Corte de
Río de Janeiro se decide invadir la Banda Oriental, con la anuencia y colaboración de
Buenos Aires. Luego de 4 años de guerra, cae la Banda Oriental y pasa a manos de la Corte
de Río de Janeiro. Artigas se exilia en el Paraguay, donde muere en 1850. El vínculo entre el
pasado y el presente se expresa en el último párrafo:
“Oligarquía portuaria aliada al enemigo de siempre para dominar al pueblo…El mismo esquema de Caseros, cuando la Oligarquía unitaria se alió con los brasileños para derrotar al pueblo federal. Que se repitió en la guerra del Paraguay, donde nuestro gobierno sin pueblo se unió al Brasil para aplastar a otro cacho de pueblo nuestro, el paraguayo. Esquema que en cualquier momento puede volver a repetirse, con el único cambio de que ahora en lugar de ingleses manejando todo, hay Yanquis”
“La Entrega del Uruguay” ( E.D. Nº 22 – 16/10/1973) Describe el proceso de la
Declaración de Independencia de las Provincias Unidas en Tucumán. Se deja de depender
del Reino Español. Tres protagonistas de esa declaración: San Martín, que prepara el
Ejército para pasar a Chile; Artigas, caudillo de la Banda Oriental; y Belgrano, que regresa
de Europa e informa al Congreso la realidad en ese continente.
Declarada la Independencia, se discute qué tipo de gobierno es más conveniente, si una
República o una Monarquía. Belgrano plantea una Monarquía constitucional, con el
acuerdo de la mayoría de los congresales. El Rey propuesto es un Rey Inca, el hermano de
Tupac Amarú, que se encuentra encarcelado en España.
Entretanto, llegan las noticias de la Invasión portuguesa a la Banda Oriental. El Congreso
de Tucumán decide no apoyar a la Banda Oriental, a pesar de ser una de las Provincias
Unidas:
“Si, el glorioso congreso del 9 de Julio votaba el 4 de Septiembre la entrega del país al enemigo de siempre…Mientras sonríen dichosos los imperiales magnates de Londres, los equivalentes de entonces a las empresas multinacionales de hoy, llámese
53
ITT, Standard Oil o el Pentágono (que es la más jodida de todas) que también sonríen dichosos ante la menor aflojada en nuestro propósito de unidad y liberación”
En esta frase, como a lo largo de la historieta, el autor intenta describir cómo el
Imperialismo inglés fue “desbancado”, en la actualidad, por el Imperialismo
norteamericano. Anteriormente las órdenes provenían de Londres, y en la actualidad, de los
grandes grupos económicos norteamericanos, o directamente del Pentágono. Es interesante
analizar que en el párrafo citado hay un salto en el tiempo que hace pensar que en realidad
no hay diferencias entre el pasado y el presente. Es en este tipo de operaciones en las que la
historieta revela su sentido último: un proyecto político contra hegemónico en el que la
revisión de la historia se convierte en un instrumento.
“Las Montoneras” (E.D. Nº 23- 23/10/1973) El presente capítulo comienza con una cita
“Las Montoneras son la sola fuerza que pueden alzar las provincias contra las tropas del
imperialismo portuario”. En la recuperación como sujeto colectivo del gaucho, sostiene
que el mismo no fue agobiado por el Imperialismo español, ya que en el Virreinato del Río
de La Plata no había riquezas mineras, había riquezas ganaderas. Este sistema cambió en
1810, con la apertura de los puertos a buques extranjeros (cuando el Imperialismo inglés
desplazó al español). Esto valorizó el ganado, que hasta ese momento no era tenido en
cuenta como mercancía.
En 1815 se dicta la “Ley de Vagancia”, la cual sostenía que si un hombre no era
propietario, debía “servir” a alguien. Con esta Ley, el gaucho (históricamente
independiente), perdía su libertad. Esto genera la unión de estos gauchos, y así nacen las
Montoneras. No son sólo razones económicas las que las empujan, sino también
sentimientos patrióticos.
“Los mismos sentimientos profundos de libertad, justicia y Nación que arrebataron a esa gran montonera que hace 28 años, el 17 de Octubre de 1945 se jugó otra gran victoria contra el Imperialismo. Los mismos profundos sentimientos de Patria Justa , Libre y Soberana que alienta a nuestra última Montonera … Esa Montonera oculta y dispersa que peleó la Resistencia, que desató el Cordobaza, que golpeó a la Dictadura
54
hasta rendirla…que hoy, ya no más dispersa, vigila alerta, pronta siempre a reaccionar contra el próximo zarpazo”
Nuevamente el pasado y el presente se funden para sostener el proyecto político. Y en el
caso de este capítulo con el agregado de que es el mismo nombre –montoneros- el que se
identifica como el polo positivo de las dicotomías en juego.
“El Ejército de la Patria Grande” (E.D. Nº 24- 30/10/1973) Al igual que en el capítulo
anterior, comienza con una cita “El negro esclavo, liberado para que pelee por la Patria, si
vence será libre, también si muere”. El presente capítulo relata la conformación del Ejército
que cruzara los Andes, bajo el mando del General San Martín. Dicho Ejército se constituirá
de puntanos, mendocinos, sanjuaninos, etc., pero el autor hace especial mención a un actor
subalterno, el negro esclavo. El gobierno “compra” a los esclavos a la clase dominante, lo
cual generó un alto costo para financiar la guerra. El vínculo que establece entre el pasado y
el presente es que hoy, como ayer, la oligarquía nunca pierde.
“Si, historia verdadera y tantas veces repetidas, repitiéndose hasta hoy mismo. Cuando todo el país debería ser como un gran ejército luchando por su liberación. El rico, el que tiene, el propietario de casas y campos, el socio de la empresa Aciel o de la Sociedad Rural, se siente mártir y atacado porque le piden que deje de ganar apenas un poquito”
“La Oligarquía Portuaria” (E. D. Nº 25- 6/11/1973) Comenta que en 1820, la cabeza de
Ramírez, caudillo entrerriano, es expuesta en una plaza. Artigas es desterrado y la Banda
Oriental queda en manos del Reino de Portugal. Buenos Aires, ciudad-puerto está
contenta, el Interior arruinado por la competencia desleal extranjera, al entrar manufacturas
mayoritariamente inglesas. Mediante impuestos aduaneros, se enriquece Buenos Aires. Esa
riqueza no es para financiar la campaña de San Martín, sino para mantener el status-quo de
la oligarquía porteña. Esto genera que se imponga la imagen de Rivadavia, unitario, por
sobre la de San Martín. El autor establece una analogía entre Rivadavia, representante de la
oligarquía portuaria, Bartolomé Mitre, Juan B. Justo, Onganía y Lanusse.
55
Describe la “Ley de Enfiteusis” dictada por Rivadavia, la cual consistió en “entregar”
tierras estatales a las familias partidarias del gobierno, las cuales se transformaban en
“arrendatarios”, y la tierra seguía siendo pública para poder hipotecarla con el fin de
solicitar el primer empréstito internacional. Dicho préstamo fue solicitado a la Baring
Brothers. Al final del capítulo aparece la figura del general Perón, con la siguiente frase:
“Nuestros campos sostienen hoy cincuenta millones de vacunos…cuando deberían
producir doscientos millones”. En esta caracterización de la “incapacidad” de las clases
dominantes, se podría establecer una analogía con el “Medio pelo” que sostenía Jauretche,
con respecto a la actitud especuladora de la oligarquía, en detrimento de lo “nacional”.
“La Entrega del Uruguay” (E.D. Nº 27- 20/11/1973) En este capítulo se relata la
ocupación de los ejércitos brasileros, con apoyo de Inglaterra, de la Banda Oriental que
apuesta a volver a ser parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que apuesta a la
Patria Grande. En ese momento, Buenos Aires, que era gobernado por el General Las
Heras, presta su apoyo a los rebeldes uruguayos, y el enemigo pasa a ser el Brasil, que
buscaba declararle la guerra a las Provincias Unidas. A pesar de las grandes diferencias en
cuanto a equipamiento bélico, triunfan las tropas gauchas. Pero, sorpresivamente, luego de
triunfar en el campo de batalla, llega un enviado de Buenos Aires a Río de Janeiro pidiendo
la paz. En Buenos Aires ya no gobernaba Las Heras, gobernaba Rivadavia. Rivadavia
buscaba que las tropas argentinas vuelvan a Buenos Aires, temiendo ataques de las
provincias del Interior. No le interesaba la Banda Oriental. Ante el descontento de las
Provincias y del pueblo de Buenos Aires por dicha traición, Rivadavia se ve obligado a
renunciar. Asume Dorrego, que quiso reanudar la guerra, pero ya era tarde. Se conforma la
República Oriental del Uruguay, dividiéndose de las Provincias Unidas.
“Pobres muertos de Ituzaingó, de Rincón, de Los Pozos, de tanto lugar glorioso. Caídos para que Inglaterra tenga el Estado tapón que quería. Desde ahora el Imperialismo manejará a su antojo a los dos grandes países del Sur. Como su
56
heredero, los Estados Unidos siguen manejando hoy al Brasil. Y como pretenden manejarnos a nosotros, mediante la presión externa, la oligarquía cipayo y las burocracias traidoras que lograron encajar en el gobierno del pueblo.”
“Dorrego” (E.D. Nº 28- 27/11/1973) Dorrego asume, después de Rivadavia, el gobierno
de Buenos Aires. Es apoyado por los estancieros bonaerenses, temerosos que se desate una
guerra civil debido a la ineptitud corrupta de Rivadavia, y por la masa del pueblo (artesanos,
peones, gauchos, orilleros, etc.). Lleva a cabo un gobierno de medidas populares (fijó
precios máximos del pan y la carne), pero la mayoría de las medidas económicas se
encontraban restringidas por el Banco Nación, en manos de los comerciantes ingleses.
Dorrego no llevó a cabo una reforma integral, mantuvo estructuras que provenían del
gobierno anterior de Rivadavia, negándose a despidos, y eso le jugó en contra. Los ejércitos
que regresaban del Uruguay no pudieron cobrar, ya que el Banco Nación le negaba los
créditos. El Partido de los Estancieros le retiró su apoyo, y fue atacado duramente por la
prensa. Se produce una revuelta militar de Jefes y Oficiales al mando del General Lavalle.
Dorrego, al mando de milicias es derrotado por estas tropas en Navarro. Lavalle, inducido
y presionado por las clases dominantes, firma el fusilamiento de Dorrego. En este capítulo
parece haber una especie de advertencia acerca de la debilidad de un gobierno reformista.
No está de más recordar que al momento de la publicación Perón acaba de asumir la
tercera presidencia de la nación.
“Rosas” (E.D. Nº 29, 30, 31 y 32 del 4/12/1973, 11/12/1973, 18/12/1973 y 24/12/1973,
respectivamente) En estos 4 capítulos consecutivos, el autor va a analizar el período rosista.
Al comenzar, hace una crítica historiográfica por la caracterización de Juan Manuel de
Rosas en los libros oficiales
“Durante más de un siglo de la mitrista36 Historia “Oficial” miente a sabiendas en escuelas, colegios, Universidades, diarios, revistas. Odio y oprobio eternos a Juan Manuel de Rosas! El tirano maldito que ni siquiera merece un par de metros de suelo
36 Define a la Historia Mitrista, como Historia “Oficial”, al igual que Norberto Galasso.
57
argentino. Tan diferente la Historia real…El poder de Rosas no se apoyó en la fuerza bruta, en la matanza de los opositores…”
Rosas, estanciero, es apoyado por sus compañeros de clase, por los mercaderes y por el
gauchaje. Durante el gobierno de Rosas, vuelve a trabajar el Interior, por el gravamen de
impuestos a las mercaderías extranjeras (Ley de Aduanas de 1835). De acuerdo con la
historieta Rosas trabaja por la Patria Grande, tratando de unificar y reintegrar el viejo
Virreinato del Río de la Plata. El autor establece una relación entre el pasado y el presente
al compararlo con San Martín y Juan Domingo Perón, en tantos políticos realistas que
empiezan a hacer el país posible, de acuerdo a la realidad del momento. En poco tiempo, se
transforma en enemigo del imperialismo inglés, que no puede colocar sus manufacturas en
nuestro país.
Es interesante destacar que en el caso de Rosas la historieta retoma dos tradiciones: por un
lado la del primer revisionismo, aún admitiendo –y por qué no decir, celebrando- algunas
de las características conservadoras de la administración rosista –un administración que se
propone reimponer un orden similar al virreinal. Por el otro, la otra filiación es la del
peronismo más ortodoxos que remarca la línea histórica San Martín – Rosas – Perón.
En 1840, Francia emprende un ataque al Rió de la Plata. Este ataque es motivado por el
crecimiento industrial de ese país, y por la necesidad de abrir nuevos mercados para
comercializar sus manufacturas. Inglaterra no se opone al ataque. Se produce el bloqueo
francés en el Río de La Plata, no pudiendo entrar al puerto ningún producto extranjero.
Este bloqueo cuenta con el apoyo de los unitarios, y Lavalle y sus tropas avanzan sobre
Buenos Aires para derrocar a Rosas. En el mar, cuentan con el sostén de las fragatas
francesas. La invasión sorprende a Rosas, que sólo cuenta con milicianos y con la
“chusma” y los “orilleros”. La ciudad se fortifica con la movilización masiva del pueblo,
hecho que abruma a Lavalle y emprende la retirada. El autor critica a los historiadores,
58
incluso a algunos revisionistas, que toman a la “ligera” el hecho de la defensa de Buenos
Aires por las masas populares, sin más motivación que el sentimiento de “Nación”.
En 1845, las fuerzas imperialistas vuelven al ataque. Esta vez intentan pasar por el Río
Paraná, para llevar mercaderías a la ciudad de Asunción. Se produce la denominada batalla
de “Vuelta de Obligado”, en la que tropas al mando del General Mansilla atacaron a los
buques anglo- franceses. Estos buques lograron llegar a Asunción, pero fueron tantas las
pérdidas sufridas que un año mas tarde se firmó un Tratado reconociendo las exigencias
de Rosas. Ningún otro buque extranjero pasará por esas aguas. Entre tanto, la situación de
las clases populares, el pobrerío, mejora durante el gobierno de Rosas a partir de la
reactivación de las economías regionales.
En Río de Janeiro hay temor, porque Argentina pretende reincorporar al Uruguay y al
Paraguay, para así volver al territorio que abarcó el Virreinato del Río de la Plata. En el
Uruguay, Rosas cuenta con las tropas al mando de Oribe, y en Entre Ríos, tropas
entrenadas al mando de Urquiza. Estaba todo preparado para el avance sobre Río de
Janeiro, y de esta forma, los límites de la Argentina, serían los límites naturales del viejo
Virreinato del Río de la Plata. Esto no se produce, debido a lo que el autor caracteriza
como “unos de esos hechos tristemente humanos que a veces tuercen el rumbo de la
historia”. El Comandante en Jefe del Ejército de la Confederación, Justo José de Urquiza es
“comprado” por 400.000 patacones por la Corte de Río de Janeiro. “Allí se salva el
Brasil….Allí naufraga el proyecto de la Patria Grande” Urquiza se enfrenta a Rosas,
aludiendo razones de “conveniencia” para el Litoral. Alegría en los Unitarios “Los Mitre,
los Leiva, los Sarmiento, tanto intelectual unitario y “civilizador”, están felices”. Las fuerzas
que debían marchar sobre Río de Janeiro, marchan hacia Buenos Aires. Se produce la
denominada “Batalla de Caseros” (1852), donde las milicias populares son vencidas por el
poderío de las tropas de Urquiza y las tropas brasileras. La derrota en la batalla de Caseros,
abre las puertas para la Constitución de 1853, definida como
59
“declamatoria y proimperial. Y vendrán los Mitre, los Sarmientos y tanto prócer de la entrega, de la Patria- Colonia, que irán convirtiendo, con engaños, traiciones y masacres, el altivo país de Rosas, en la mas perfecta de las Colonias. Tan perfecta que hasta se fabrica una Historia para anestesiar y castrar al Pueblo, así no se rebela. Historia que repiten generaciones y generaciones de argentinos”
El vínculo entre el pasado y el presente, y siguiendo con la crítica a la denominada Historia
“Oficial”, lo establece en el último párrafo de los capítulos dedicados al período rosista
“Historia mentida que hasta hoy se disfraza y sigue engañando: Historiadores como Félix Luna, con el pretexto de pacificar, quieren integrar hoy a San Martín con Rivadavia, a Rosas con Urquiza y con Mitre…con ese criterio capador, junto a Perón habría que integrar a Lanusse, a Onganía, a Krieger “Deltec” Vasena, a Alsogaray…Sí, después de Caseros, cien años de entrega. Tan colonia llegamos a ser que Inglaterra nos usa como moneda para comprar su “victoria” en la segunda Guerra Mundial traspasándonos a los verdaderos vencedores, los EEUU y las empresas multinacionales, el Imperialismo de hoy. Cien años de entrega, hasta que amanecen Perón y la liberación”
“Las Invasiones realistas” (E.D. Nº 33 – 31/12/1973) En este capítulo, el autor vuelve
para atrás en el orden cronológico dado al relato histórico y describe lo que se denominó
las Invasiones realistas que se desarrollaron entre 1814 y 1822. Estas invasiones se
produjeron en el norte del país, con el fin de llegar a Buenos Aires. En esta
“reinterpretación” de la historia que plantea, le otorga centralidad a este período, en cuanto
a que las mismas, alrededor de media docena entre esos años, fueron repelidas por las
montoneras norteñas, el “pueblo en armas”, al mando de Güemes. De esta forma, vuelve a
“recuperar” e identificar sujetos colectivos negados u olvidados. Y no casualmente a las
montoneras.
“Negro” (E.D. Nº 34- 8/01/1974) En el presente capítulo se destaca el papel de los
esclavos en el “Ejército de los Andes” que acompañó a San Martín en el cruce de la
Cordillera de los Andes, para liberar Chile. Resalta la composición de dicho Ejército,
mayoritariamente compuesto por negros esclavos, y los inconvenientes que éstos sufrieron
en las heladas cumbres de los Andes. “Cuando se dice “Ejército de los Andes”, se piensa
sólo en los granaderos. Pero ellos no fueron todo el Ejército. La carne de “cañón” fueron
60
los negros comprados por el gobierno “al precio del día” y pagados al contado. Los negros
fueron más de la mitad del Ejército. Que no se nos olvide nunca.” De esta forma, el autor
continúa resaltando y rescatando el papel de las clases subalternas en los diferentes
períodos independentistas de esta región
“Güemes” (E.D. Nº 35 – 15/01/1974) En este capítulo se describe la vida de Martín
Miguel de Güemes. Desde su participación en la reconquista, durante las primeras
invasiones inglesas (1806), hasta su asesinato en manos de las fuerzas realistas. Relata que
en 1810, era el caudillo “natural” de la Provincia de Salta, resistido por la oligarquía local.
Desde esa posición, combate a las fuerzas realistas, que provenían del Perú y pretendían
llegar a Buenos Aires. “guerra terrible, guerra con todo, la guerra guacha. Silenciada por las
historias escolares, la oligarquía no quiso mostrar nunca el poderío tremendo del pueblo en
armas”
Lo caracteriza como un caudillo con “coraje montonero”, diferenciándolo de Justo José de
Urquiza, y, a la vez, remarca su amistad con San Martín. “San Martín y Güemes, los
hombres más lúcidos y enteros de la Argentina de entonces. Los únicos capaces del gran
vuelo de la estrategia más allá de los apetitos y ambiciones. Los montoneros de la Patria
grande”
“La muerte de Quiroga” (E.D. Nº 36 – (22/01/1974) En este capítulo, reivindica la figura
de Facundo Quiroga, como el gran caudillo del Interior, el “hombre indicado para
concretar, por fin, la ansiada unidad nacional”. Luego, relata su asesinato, en manos de los
Reinafé, y se establece su posición en la disputa historiográfica acerca de quién fue el
responsable de su muerte. “Rosas ajustició a Santos Pérez, el jefe de la partida, y a los
Reinafé, los instigadores del crimen. Unos historiadores que culpan a Rosas, dicen que
habría ordenado el asesinato, celoso por el prestigio creciente de Quiroga. Otros defienden
a Rosas. La polémica terminará quien sabe cuando. Nadie repara en la oscura fuerza que
61
debió incitar a los Reinafé: el Imperialismo británico. Quiroga, mucho más que Rosas, era
la esperanza más auténtica de la integración nacional”.
“Ramírez” (E.D. Nº 37- 29/01/1974) En el presente relato, el autor vuelve atrás en el
tiempo y se sitúa en 1820, año que se libró la “Batalla de Cepeda”, donde las tropas
federales, al mando de Francisco Ramírez y Estanislao López, se enfrentaron con las tropas
unitarias, al mando de José Roundeau. El triunfo fue de los federales. Estos dos caudillos
llegan Buenos Aires, donde gobernaba el Directorio, y firman el tratado de Pilar
(23/02/1820). Ramírez, caudillo entrerriano, buscando mayor poder para su provincia, se
vuelve en contra de su propio jefe, José Gervasio Artigas, derrotándolo en las tunas. Luego,
es derrotado por su compañero en Cepeda, López. “Y allí muere de muerte brava, de
muerte montonera. Heroico, pero triste final para pagar un solo pecado: no darse cuenta
que destruyendo a su amigo Artigas le hacía le juego al imperialismo”
“La Frontera” ( E.D. Nº 38 y 39 – 5/02/1974 y 12/02/1974) En estos dos sucesivos
capítulos vuelve al presente, para explicar la naturaleza de la clase dirigente argentina.
“sobre la vaca se apoya la oligarquía que “hizo el país”, la oligarquía que nos marcó el estilo
de vida, como decía Onganía. Estilo hecho de decencia, de auto y casa propios, de gente de
buenas costumbres…Para los dos de cada diez que pueden pagarlo, los otros ocho que
laburen y revienten. La Argentina que, entre la Revolución “Libertadora” y la Revolución
“Argentina”, terminaron de rifar al extranjero los Frigerio, los Alzogaray, los Krieger
Vasena”
Posteriormente, aparece la figura de Perón como el representante por los desposeídos, las
clases subalternas, hablando de “recuperar lo que le pertenece”. Se remonta atrás en el
tiempo, para describir el proceso de conformación de la oligarquía argentina. Para ello,
relata la “Guerra contra el indio”, citando extractos del “Martín Fierro” de José Hernández.
62
En dicha guerra, se reclutaban mediante el sistema de “levas”37 criollos que provenían del
pobrerío. “Guerra contra el indio…forzada lucha civil de un desposeído contra
otro…guerra para sostener a la clase que, vencedora en Caseros, ya comenzaba a aplastar al
país: la Oligarquía. La sostenía de dos maneras: Una, atajando al salvaje; otra, desterrando y
aniquilando a todo posible rebelde. La frontera, con sus fortines, fue la gran cárcel política
que desangró y amansó a nuestras masas durante medio siglo”.
“Las Soldaderas” (E.D. Nº 40- 19/02/1974) Aquí se destaca el papel de la mujer en los
procesos independentistas “Las historias no suelen nombrar a las mujeres que forman parte
importante de los ejércitos de la época: las soldaderas”. Las mujeres eran las que cumplían
diferentes funciones en los frentes de batalla: atendían enfermos y heridos, cocinaban,
lavaban, etc. Y mantenían la cohesión entre las tropas. Finaliza el capítulo, relacionando el
pasado con el presente “Sí, la conquista de la Pampa, nuestra gran riqueza de hoy, la
hicieron los desposeídos de la época. Y las desposeídas. De todos ellos, debió ser el premio
rico y opulento. Pero nada, ni las migas. Sólo la miseria y el olvido. La oligarquía
aprovechada y ladrona se quedó con todo. La misma miseria y el mismo olvido con que la
“Argentina potencia” de hoy sigue premiando a tanta mujer obrera o campesina. Premio de
casilla de lata, de chiquitos muertos apenas nacidos, premio de enfermedad y de vejez sin
haber vivido”.
“Los que despoblaron el campo” (E.D. Nº 41 -26/02/1974) En este capítulo, retoma la
guerra “desigual” contra el indio. El final de esa guerra esta dado por la “Expedición al
Desierto” (1879) comandada por el General Roca, donde se termina de desterrar todo
vestigio indígena. Con el territorio disponible, debido a la exterminación indígena, las clases
dominantes se repartieron esas tierras. Apenas dos mil familias, mediante el latifundio, se
hicieron acreedoras de la parte más valiosa del país. Estas grandes estancias “trabajaron” en
beneficio del capital inglés. Nombra a Raúl Scalabrini Ortiz y su denuncia por el negociado
37 El sistema de levas fue denunciado por José Hernández , y dará origen, parcialmente, a su obra “Martín Fierro” (1872)
63
de los Ferrocarriles ingleses. Establece un paralelismo entre la oligarquía de ayer y de hoy
“Heredera directa de la clase gobernante de entonces, la oligarquía antinacional de hoy,
sigue ligada al imperialismo multinacional, yanqui en el fondo, que reemplaza al
imperialismo inglés. Son ellos los que todavía hoy tratan de regular la producción y los
precios. Son ellos los culpables de que nuestro campo siga produciendo como hace
cincuenta años” Y continúa, “ Por eso la reacción del General Perón…debe triplicarse la
producción del campo, que el campo beneficie a la nación toda será la única manera de
justificar tanta sangre, tanta lágrima vertida por los pobres, los desposeídos, hombres y
mujeres, los verdaderos conquistadores, los dueños legítimos de tanta riqueza que nunca
gozaron”
“Chilavert” (E.D. Nº 42 – 5/03/1974) Describe la “Batalla de Caseros”, donde triunfa el
imperialismo, representado por las fuerzas unitarias y brasileras. Chilavert, coronel de las
tropas rosistas, no se rinde. La condición que impone para su rendición, es hacerlo frente a
un Oficial superior. Lo llevan hasta Urquiza, General vencedor, quien ordena su
fusilamiento por la espalda. Lo describe a Chilavert como un “símbolo”, ya que a temprana
edad era granadero de San Martín, luego era Jefe unitario en la Banda Oriental para,
posteriormente, y a partir de conocer los planes de éstos, se suman las tropas del Ejército
Federal. El vínculo con el presente lo establece en el último párrafo del capítulo: “ pero la
raza de Chilavert, el hombre que supo asumirse Pueblo, no se termina nunca… Ahí la
tenemos ahora, viva para siempre, en los combatientes de hoy.”.
“La traición de Urquiza” (E.D. Nº 44- 19/03/1974) Caída de Rosas, luego de la “Batalla
de Caseros”. La figura de Sarmiento aparece cuestionando la residencia donde vivía Rosas.
El autor establece un paralelismo entre Sarmiento y Álvaro Alsogaray. Aparece nuevamente
la figura de los “Juan cualquiera”. Denomina de esta forma a los cuatro escuadrones de
caballería, al mando del coronel Aquino, que se rebelan ante la orden de Urquiza de atacar
a Rosas, en la “Batalla de Caseros”, y cambian de bando. Ante la derrota, son fusilados y
64
colgados en Palermo. Los cuerpos colgados de los soldados de las tropas federales
“horrorizan” a la gente bien, a la clase alta porteña.
En el último párrafo del capítulo, establece una analogía con el presente “Siempre hubo
mártires que dieron su pecho por la Patria, que dieron la vida por perón que es lo mismo
que decir Pueblo y Patria. Siempre hubo generales Valle que supieran decir basta a la
traición, basta a la mentira, aunque los fusilasen…”
“Urquiza también perdió” (E.D. Nº 45- 26/03/1974) El último capítulo de la historieta,
comienza relatando el desfile de las tropas vencedoras en Caseros por las calles de Buenos
Aires el 19 de Febrero de 1952. Urquiza, ese día, desfiló con un sombrero que llevaba una
cinta roja, símbolo del federalismo, generando desconfianza en la oligarquía de entonces.
Critica a la iglesia, siempre aliada a los vencedores. Vicente López y Planes es designado al
frente del gobierno provisional, ordenando que todos los bienes pertenecientes a Juan
Manuel de Rosas pasen a ser públicos. Urquiza, mediante un decreto, logra que esos bienes
queden en la familia de Rosas, los Terreros. Esto causó indignación y descontento entre las
clases dominantes. Se firma el “Tratado de San Nicolás”, en donde Urquiza es designado
Director provisional de la Confederación argentina, y se emprende la tarea de redacción de
una Constitución. Otra disposición fue que los productos de las Aduanas, pasen a ser
recursos nacionales, sacándole el privilegio a Buenos Aires. En desacuerdo con esta
medida, Buenos Aires el 11 de Septiembre de 1852, se separa de la Confederación. La
historieta finaliza con la siguiente frase
“Buenos Aires, la rica, la poderosa, siempre vendida al mejor postor. Siempre a contrapelo de la Historia. Por lo menos, mientras estuvo dominada por los señores del afano, por los oligarcas, por los cipayos, por los empleados a sueldo del imperialismo inglés o yanqui… Y hasta el brasileño. Porque cuando el Pueblo, el auténtico Pueblo encumbró a sus pares, salidos no de las esferas del oro sino de su seno, de sus bases, fue motor de la Historia. Como cuando Rosas…Como con el General Perón en el 45´…”
65
Conclusiones
En el presente trabajo se pretendió elaborar un análisis de la historieta escrita por H.G.O. y
publicada por la revista “El Descamisado”. A partir de dicho análisis, podemos afirmar que la
historieta, se ubica dentro de la corriente historiográfica revisionista, para dar la disputa el
plano del relato histórico. Es revisionista en tanto remite e interroga permanentemente al
pasado para explicar el presente, estrechando dicho vínculo. Y por otro lado, porque al
darle centralidad al tema del Imperialismo en el relato, construye una explicación de la
historia latinoamericana y la de nuestro país en la que se enfatizan las continuidades.
La impronta revisionista popular se percibe claramente en el protagonismo otorgado a los
sujetos sociales negados y olvidados por el relato “Oficial, liberal o Mitrista” como por
ejemplo, el papel que se le otorga a la mujer, a los pueblos originarios, a los caudillos
federales y sus montoneras. Sin embargo, en algunos pasajes de la historieta, el autor utiliza
términos que podríamos considerar dentro de un revisionismo de carácter más
aristocratizante. El caso de la polémica sobre la figura de Mariano Moreno con Norberto
Galasso, un claro representante del revisionismo de nuevo cuño, es un claro ejemplo de
esto último. Pero, en general, el revisionismo esbozado por Oesterheld es de carácter
“popular”, es decir, un revisionismo desde las clases subalternas, a diferencia del “primer
revisionismo” de principios de Siglo XX.
La utilización por parte del autor de los conceptos propios del nacionalismo popular a la
vez se destaca en la reinterpretación de periodos históricos y figuras de la historia; y en el
replanteo de las antinomias, lo nacional y lo extranjero, la patria y la colonia, la civilización
y la barbarie en su reinterpretación. Estos elementos son los que en la historieta se pondrán
en juego para dar la disputa hegemónica.
Por otro lado, es necesario remarcar que la obra de H.G.O. está atravesada fuertemente
por su militancia y compromiso político. Su pertenencia en la organización Montoneros
hasta el momento de su desaparición física, se pueden “leer” en su relato. Consecuente con
66
la línea política de la organización, H.G.O. apela a dejar de lado las subjetividades en la
historia, a pesar de la ya remarcada reivindicación de algunos sujetos sociales, en pos de la
visión más estructural.
A modo de síntesis, podríamos inferir que el trabajo de Oesterheld se encuentra inscripto
dentro del intento por “popularizar” al revisionismo histórico. Por el lenguaje utilizado y
por los dibujos, denota claramente la intención de llegar a distintos lectores desde distintos
lugares y registros. Principalmente, se dirige a los diferentes actores sociales y no
precisamente al ámbito académico.
Como ya vimos, la matriz de pensamiento nacional y popular es atravesada por la idea de
que detrás de cada producción de conocimientos, hay una determinada ideología y un
conjunto de valores que, en última instancia, justifican una "visión del mundo".
Los intelectuales nacionales y populares fueron, de alguna manera, los agentes de
formación de una conciencia nacional. Es evidente que no producían y publicaban sólo
para que sus obras sean leídas por otros intelectuales, sino que, fundamentalmente
producían para comunicarse con los diferentes actores sociales e influir, fuertemente,
sobre los procesos políticos. Utilizaron el "ensayo" como método, basado en su propia
experiencia, por encima de los datos científicos, prescindiendo de la considerada
metodología científica. Se trata de obras que no pueden ser encuadrados siguiendo los
criterios y la lógica de las, comúnmente llamadas, "ciencias duras", por lo que algunos
académicos sostienen que no deben ser incluidos en el campo de las ciencias sociales y,
por esta resistencia, generalmente suelen quedar al margen de las prácticas consideradas
académicas, aunque influyen y son influidas por las mismas.
Lo relevante es que este grupo de intelectuales, a los cuales consideramos nacionales y
populares, es que dieron forma a un discurso en el cual remarcaban la necesidad de
ruptura con el sistema colonial, a través del fortalecimiento de la identidad nacional de los
67
pueblos de las "semi - colonias". A su vez, propugnaban por una formación social en la
cual no haya agudos antagonismos de clase. El discurso del nacionalismo popular tuvo
efectos preformativos que contribuyeron a legitimar regímenes políticos que, en nuestra
región, se encarnaban en el considerado "Estado de Bienestar".
H.G.O. fue un productor clave en la cultura nacional. Fue quien, desde su lugar de
guionista de historietas y militante popular, ejercitó un novedoso método en la disputa por
el “sentido” de la historia. Su intento por resentir los engranajes dominantes en ese campo,
estuvo dirigido a la construcción de nuevas subjetividades sociales, las cuales, y siguiendo la
idea de la matriz nacional y popular, no sólo son ganadas en la disputa económica, sino en
la “construcción” del sentido común, en el relato histórico, en la conformación de
identidades colectivas e imaginarios culturales.
La historia de Héctor Germán Oesterheld, de algún modo, es nuestra historia.
68
Bibliografía
• Altamirano,Carlos.Peronismo y cultura de izquierda.Buenos Aires: Temas
Grupo Editorial,2001
• Argumedo, Alcira. Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento
nacional y popular. Buenos Aires: Ed. Del pensamiento nacional, 1993.
• Galasso, Norberto “De la Historia Oficial al Revisionismo Rosista. Corrientes
historiográficas en la Argentina” En Cuadernos para la Otra Historia. Buenos Aires:
Ed. Centro Cultural “Enrique Santos Discepolo”, 2004.
• Gramsci, Antonio. Antología, Buenos Aires: Ed. Siglo XXI., 1986
• Gramsci, Antonio. Notas sobre Maquiavelo sobre la política y el Estado moderno. Buenos
Aires: Ed. Nueva Visión, 2003.
• Halperin Dongui, Tulio. El revisionismo histórico argentino como visión decadentista de la
historia. Buenos Aires, Ed. Siglo XXI, 1970.
• Hernández Arregui, Juan José. La formación de la conciencia nacional. Buenos Aires: Ed.
Plus Ultra, 1973.
• Jauretche, Arturo, “Borradores”. Citado en Galasso, Norberto- Ibáñez, Germán.
Arturo Jauretche- Textos Selectos. Buenos Aires: Ed. Corregidor, 2004.
• Jauretche, Arturo. El medio pelo en la sociedad argentina. Apuntes para una sociología
nacional. Buenos Aires: Ed. A. Peña LILLO, 1967.
• Jauretche, Arturo. Política nacional y revisionismo histórico. Buenos Aires: A. Peña Lillo
Editor, 1959.
• Oesterheld, Héctor y Durañona, Leopoldo. Latinoamérica y el imperialismo. 450 años de
guerra, Buenos Aires: Doeyo y Viniegra Editores, 2004. (Recopila las historietas
guionadas por Oesterheld para la revista El Descamisado)
69
• Ollier, María Matilde. La creencia y la Pasión- Privado, Público y político en la izquierda
revolucionaria. Buenos Aires, Ed. Ariel, 1998.
• Scalabrini Ortiz, Raúl. El hombre que está solo y espera. Buenos Aires: Ed. Plus Ultra,
1931.
• Sigal, Silvia. Intelectuales y poder en Argentina. La Década del sesenta. Buenos Aires: Ed.
Siglo XXI, 2002.
• Svampa, Maristella. El dilema argentino: Civilización o Barbarie. De Sarmiento al
Revisionismo Peronista. Buenos Aires: Ed. El cielo por asalto, 1994.
• Terán, Oscar. Nuestros años sesenta. Buenos Aires: Ed. El cielo por asalto, 1993.
Artículos
• Tortti, Ma. Cristina. “Protesta social y Nueva izquierda en la Argentina del Gran
Acuerdo Nacional” en Taller. Revista de Sociedad, cultura y política. Vol. 3. Nº 6. Buenos
Aires, 1998
70