Un año lleno de recuerdosEcuador. Informe de padrinos 2017

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Estimado padrino,

Un año más, nos ponemos en contacto con todos los que hacéis posible la labor de Aldeas Infantiles SOS fuera de nuestras fronteras para informaros del trabajo realizado a lo largo de 2017.

Desde España financiamos diferentes Programas de Protección y Fortalecimiento Familiar en Latinoamérica y África, a través de los cuales atendimos a lo largo del año a 15.695 niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. Además de nuestras Aldeas, contamos con Centros Sociales, Escuelas Infantiles y de Educación Primaria y Centros de Día, así como con dos Programas de Asistencia Quirúrgica a niños en Guinea Ecuatorial.

Han pasado 20 años desde que en 1998 comenzásemos a apoyar económicamente programas en Latinoamérica, del mismo modo que antes nos habían apoyado a nosotros otras organizaciones de la federación internacional. A día de hoy, cooperamos con siete países latinoamericanos y tres africanos. En todos ellos continuamos creciendo y adaptando nuestra labor a las distintas realidades sociales, desarrollando y adecuando los modelos de acogimiento con el interés superior del niño como eje central alrededor del cual nos movemos.

En Aldeas hemos alineado nuestra estrategia para los próximos años con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Agenda 2030 es un reto a largo plazo que requiere de un esfuerzo colectivo. Al prevenir la separación de padres e hijos, garantizar un cuidado alternativo de calidad y preparar a los jóvenes para una vida independiente, contribuimos a la consecución de cinco objetivos fundamentales: el fin de la pobreza, la reducción de las desigualdades, la paz y la justicia, una educación de calidad y trabajo decente. Del mismo modo, nuestra labor influye positivamente en el logro de las metas vinculadas con la salud, la igualdad de género y la creación de alianzas entre distintos actores sociales.

Al garantizar los derechos básicos de la infancia vulnerable, no sólo les devolvemos la niñez que tienen derecho a vivir y evitamos que su desarrollo se vea gravemente afectado, sino que además tratamos de que su futuro no esté condicionado por una infancia difícil. Ese es nuestro objetivo compartido. Gracias por seguir contribuyendo a hacerlo realidad.

Pedro PuigPresidente de Aldeas Infantiles SOS de España

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Portoviejo Aldeas Infantiles SOS comenzó a trabajar en Ecuador en 1963. La primera Aldea se abrió en la capital, Quito, y tras ella llegaron las de Esmeraldas, Ibarra, Cuenca, Portoviejo y Guayaquil.

La Aldea Infantil SOS de Portoviejo se inaugura en 2001. Muy pronto, al trabajo de protección con niños que han perdido el cuidado parental unimos la labor preventiva de fortalecimiento familiar. Además, apoyamos a los jóvenes en su tránsito a la vida adulta y les acompañamos hasta que están plenamente integrados en la sociedad.

Hacemos balance

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Aldeas Infantiles SOS de Ecuador. 2017

Aldea Infantil SOS• Nº de hogares SOS: 14• Nº de niños atendidos: 153

1. Programas de Protección

Programa de Jóvenes: 52 jóvenes

2. Programas de Jóvenes

Programas de Centros y Hogares Comunitarios: 255 niños y 264 familias

3. Programas de Prevención

Ricaurte La Aldea Infantil SOS de Ricaurte abrió sus puertas en 1997 y se ubica en la localidad del mismo nombre, a pocos kilómetros de Cuenca, la capital de la provincia de Azuay. A día de hoy, en la propia Aldea contamos con un Centro Social en el que trabajamos para fortalecer a familias vulnerables.

Disponemos, además, de dos Residencias de Jóvenes en la ciudad de Cuenca.

1. Programas de Protección

Programa de Jóvenes: 48 jóvenes

2. Programas de Jóvenes

Programas de Centros y Hogares Comunitarios: 284 niños y 171 familias

3. Programas de Prevención

Aldea Infantil SOS• Nº de hogares SOS: 13• Nº de niños atendidos: 158

Residencias de Jóvenes: 3 jóvenes

Familias SOSAsumimos la protección como un conjunto de acciones centradas en el cuidado de niños y adolescentes que han perdido el cuidado parental. Nuestros estándares de calidad permiten la restitución de sus derechos y la prevención de nuevas vulneraciones. Trabajamos para facilitar el ejercicio progresivo de estos derechos por parte de los propios niños mediante su empoderamiento, y fomentamos su participación.

En 2017 realizamos avances significativos en la implementación de familias SOS insertadas en la comunidad y en el territorio del que proceden los niños, mediante Casas en Comunidad y Casas en Territorio respectivamente. Estas últimas forman parte del proceso de reintegración familiar. Se trata de ofrecer

distintas modalidades de cuidado alternativo para responder a situaciones diversas, en función de la historia, necesidades y condiciones particulares de cada niño.

Aplicamos una metodología de análisis de los casos, en la que se tienen en cuenta los principios de necesidad e idoneidad y el interés superior del niño, tal y como plantean las Directrices de Naciones Unidas sobre las Modalidades Alternativas de Cuidado de los Niños. Respetamos, asimismo, el derecho que tienen los niños y adolescentes a participar en las decisiones que les atañen directamente, de acuerdo a su edad y capacidad para

escoger las mejores opciones para su futuro.

Casa en ComunidadSe benefician de esta modalidad de cuidado alternativo principalmente los adolescentes que se encuentran en acogimiento a largo plazo debido a que no cuentan con posibilidades de reinserción familiar.

Las Casas en Comunidad permiten a estos chicos desarrollarse de manera integral a través de su participación en diferentes espacios de la comunidad de cuyo sistema educativo forman parte, en la que asisten a cursos que dan respuesta a sus necesidades individuales y donde pueden acceder a programas para mejorar su rendimiento en los estudios y desarrollar capacidades y potencialidades desde los diferentes procesos de acompañamiento.

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Portoviejo

Casa en TerritorioLa Casa en Territorio es una alternativa al acogimiento residencial en la Aldea para niños que han perdido el cuidado parental, pero cuentan con referentes familiares. Ofrece a los pequeños la oportunidad de estar más cerca de su familia y su entorno cultural, permitiendo que los vínculos afectivos se desarrollen de forma significativa.

Además, mediante la intervención del equipo técnico que acompaña a los niños se lleva a cabo un trabajo continuo con la familia biológica con el objetivo de desarrollar sus competencias parentales. Por otra parte, a través de la coordinación con diferentes redes locales e instituciones de desarrollo social, tratamos de fortalecer las condiciones básicas de la familia, para que una vez que los niños regresen a sus hogares, cuenten con un entorno protector en el que se garanticen sus derechos.

Reconstrucción familiar en San VicenteLos hermanos Napa Loza viven, desde diciembre de 2016, en una Casa en Territorio que se instaló en el cantón de San Vicente, cerca de donde vive su familia. Después de evaluar y analizar su caso, y una vez sus padres asumieron el compromiso de participar en un proceso sostenido, se decidió que esta modalidad de cuidado alternativo era adecuada con vistas a lograr la reinserción de los tres hermanos con su familia.

La Casa en Territorio permite mantener un vínculo entre los padres y sus hijos. Dado que la distancia ya no es un factor limitante, las visitas se realizan todos los fines de semana. Por otro lado, se impulsó un compromiso por parte de los padres, quienes inmediatamente comprendieron la dinámica del proceso de reinserción familiar.

Para lograr la completa reinserción de los hermanos Napa Loza, las educadoras y el equipo técnico trabajaron junto a los padres para fortalecer sus capacidades y habilidades de cuidado parental. En este sentido, una de las acciones que se llevan a cabo es que la madre se queda a dormir algunos días, de modo que pueda volver a convivir con sus hijos, algo que a ellos también les motiva para seguir avanzando en este camino hacia la reinserción. Mediante esta modalidad, tratamos, en definitiva, de ofrecer una respuesta individual a cada niño.

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Programas de Protección

Reinserción familiarDesde Aldeas adoptamos las medidas necesarias para restituir y reparar el derecho a vivir en familia. Así, en el último año llevamos a cabo varios procesos de reinserción familiar, contribuyendo a que diez niños y adolescentes regresasen a sus hogares, donde actualmente se encuentran felices junto a sus familiares y continúan recibiendo el acompañamiento de nuestra Organización.

Los procesos de reinserción familiar están basados en el cumplimiento de la Política de Niñez del país, que promueve la participación de los sujetos sociales y la defensa de sus derechos.

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Programas de Protección

Mi historia es una oportunidad para crecer“Mis primeros años los viví junto a mi madre, abuelos y tíos en la Sierra. Por circustancias familiares, emigré a la Costa para estar junto a mi hermano mayor; él iba a cuidarme y estar pendiente de lo que necesitara. Yo quería estudiar, pero la situación y las decisiones de mi familia no me permitieron hacerlo, así que pasaba el tiempo en casa. Varias cosas sucedieron de las que prefiero no dar mucho detalle.

A los diez años, una señora muy amable conversó conmigo y dijo que tenían que arreglar mi situación y que hasta que eso pasara, me iba a llevar a un lugar que ahora conocemos todos como la Aldea. Obviamente sentí miedo, no sabía qué iba a pasar.

Después de unas semanas, ya tenía amigos y el equipo de Aldeas me ayudaba para que me sintiera bien. Incluso empecé a estudiar y a mis doce años comencé a asistir a reuniones de adolescentes que, como yo, buscaban un espacio para compartir. Ahora tengo quince años, estoy en décimo de educación básica y por el momento puedo decir que estoy tranquila y feliz. Bueno, reconozco que soy un poco tímida, mis amigos dicen que debería interactuar más en las reuniones de adolescentes, todavía estoy trabajando en eso junto a Carla, mi psicóloga. Ella, súper alegre, siempre me dice: ¡Ya se ven resultados positivos!

¿Saben algo? Me gusta la moda, diseñar ropa y crearla. Por eso, formo parte de un grupo de costura en el cual realizo

prendas de vestir y pongo a volar mi imaginación. Pero dentro de mi proyecto de vida, una vez que me independice, tengo cinco metas claras: terminar el colegio, aprender inglés, ingresar en la Universidad y estudiar la carrera de medicina y especializarme en otro país. La quinta, es la más importante, quiero que mis hermanas estén conmigo siempre, quiero cuidarlas y construir una familia para ellas.

Estaré en la Aldea tres años más, hasta que cumpla 18. Durante todo este tiempo, junto al equipo técnico he visitado a mi familia en la provincia de Ibarra en varias ocasiones. Incluso, me contaron que Aldeas está coordinando mi cambio de lugar, pues toda mi familia se encuentra en esta provincia y quiero estar allá.

Me gusta lo que he vivido en la Aldea, tengo objetivos, tengo momentos increíbles y, sobre todo, tengo a las personas de Aldeas de Portoviejo, que me apoyan y a quienes estoy agradecida. Todos merecemos oportunidades y yo la tengo.”

Vanessa, Aldea Infantil SOS de Portoviejo

Apoyo a la autonomíaNuestro Programa de Jóvenes ofrece respuestas a chicos que han perdido el cuidado parental o están en riesgo de perderlo. Por una parte, acompañamos a aquellos que han salido de la Aldea, ofreciéndoles acompañamiento y apoyo técnico y económico cuando es necesario. Por lo general, estos chicos se encuentran cursando estudios superiores.

Es frecuente que los adolescentes y jóvenes no participen en la toma de decisiones que afectan a su desarrollo y a su futuro. Por ello, desde Aldeas promovemos su autonomía y les apoyamos para que mejoren sus habilidades de comunicación, fortalezcan su autoestima y su identidad. El objetivo es que asuman su condición de adultos cuando llegue el momento y se

integren en la sociedad a todos los niveles.

Trabajamos a través de talleres, espacios de comunicación y encuentros en los siguientes campos:

Desarrollamos talleres y capacitaciones con enfoque de derechos, para fortalecer su orientación vocacional, desarrollo personal y planes de autonomía. Fomentamos la participación social comunitaria y en proyectos de voluntariado. Organizamos talleres de emprendimiento productivo para que los jóvenes puedan desarrollar proyectos propios. Hacemos reuniones mensuales de seguimiento de los planes de autonomía. Promovemos la participación en actividades recreativas de ocio, deporte y relacionadas con el arte. Impulsamos la formación en liderazgo para preadolescentes y adolescentes. Ofrecemos charlas sobre uso del tiempo libre, de internet y de las redes sociales.

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Programas de Jóvenes

Adolescentes y participaciónCon motivo del Mes de la Juventud que celebramos en agosto, desde el Programa de Jóvenes de Portoviejo realizamos varias actividades en diferentes espacios enmarcados en la participación. Como parte del Consejo Consultivo y del Movimiento Cantonal de Adolescentes, los jóvenes crearon la agenda cantonal para el evento, en coordinación con otras agrupaciones e instituciones.

Nuestros chicos participaron en el Festival de Iniciativas Juveniles 2017, que tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Manabí. En este espacio pudimos ver bailes, música y coreografías. Además, cada agrupación tuvo un stand para exponer su trabajo. El nuestro estuvo centrado en el tema de la prevención del embarazo en adolescentes: #DecidePrevención

Otra de las actividades, promovida por la Red de Adolescentes Comunicadores de Portoviejo, fue el concurso de murales #TenemosMuchoQueDecir, que hizo hincapié en dos campañas: Prevención del embarazo en adolescentes y Prevención del uso y consumo de drogas.

Fortalecimiento FamiliarEn 2017 continuamos realizando un trabajo de prevención primaria en la comunidad de San Alejo, perteneciente al cantón Portoviejo, donde tratamos de reducir factores y conductas de riesgo y elevar la capacidad protectora de las familias, es decir, sus habilidades para cuidar de sus hijos con responsabilidad y afecto. Tratamos de mejorar su calidad de vida mediante el fortalecimiento familiar y el empoderamiento de las personas. Trabajamos a nivel comunitario en este nivel de prevención.

Por otra parte, también seguimos realizando una labor de prevención secundaria, mediante la cual atendemos a familias seleccionadas de las comunidades que han sido consideradas prioritarias. Buscamos fortalecer a las familias para disminuir el riesgo de separación familiar. Si bien este nivel de prevención se centra en la familia, también implica estrategias de desarrollo comunitario, entre ellas, reforzar el sistema local de protección de los derechos de la infancia.

Todas las acciones que realizamos están dirigidas a promover de manera sostenida uno de los derechos con mayor impacto en la vida de un niño, que es su derecho a vivir con su familia y crecer en un ambiente sano y lleno de amor, cuidados y protección, donde se garantice su desarrollo integral.

El empoderamiento, la clave de una comunidad familiarResponsabilidad, cuidado y afecto son algunos de los ejes principales sobre los cuales trabajamos para reducir los factores y conductas de riesgo en las familias. El equipo de Atención en Comunidades del Programa Portoviejo priorizó en 2017 la intervención en el barrio San Alejo de la parroquia Andrés de Vera.

Para detectar las problemáticas aplicamos la metodología de comunidades protectoras, que se fundamenta en el fortalecimiento socio-organizativo, el desarrollo de capacidades y la sensibilización y concienciación. A esto se añaden las terapias comunitarias integradoras (ruedas comunitarias), donde se promueve la recuperación de la identidad personal.

El equipo técnico mantuvo sus primeros contactos con las representantes de líderes juveniles comunitarios, que fueron un apoyo fundamental para identificar a los demás colectivos. Ayudaron a detectar los grupos de niños y adolescentes y a formar las agrupaciones de madres llamadas Creciendo con Nuestros Hijos.

Desde este Programa trabajamos en sectores estratégicos a fin de fortalecer y empoderar a las comunidades. El objetivo principal es evitar la vulneración de los derechos de niños y adolescentes desde la solidaridad, la corresponsabilidad, la educación y la protección frente a los riesgos psicosociales, garantizando el desarrollo personal, familiar y comunitario.

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Programas de Prevención

Las familias acompañadas de San PabloLa parroquia de San Pablo, en Portoviejo, es un territorio que cuenta con el acompañamiento del equipo de Aldeas. El trabajo con familias ha dado un giro en la convivencia diaria de la comunidad.

El acompañamiento familiar logra que los niños y adolescentes se desarrollen de forma integral en un entorno familiar y comunitario protector y afectivo, donde se promueven sus derechos y se previenen situaciones de vulneración.

Nancy es madre de cuatro niños y cuida de sus cuatro sobrinos. A través del acompañamiento familiar, aprendió a llevarse mejor con sus hijos y sobrinos, a guiarlos en sus tareas y enseñarles responsabilidades desde el amor. “Dentro de todo este proceso he descubierto cosas y he puesto en práctica todo lo aprendido, como es el cuidado de mis hijos, de mi familia. Aprendí a relacionarme y a participar dentro de mi comunidad”, dice Nancy.

Ella, al igual que muchas mujeres de San Pablo, forma parte de las Defensorías

Comunitarias, una forma de empoderar a las mujeres para que sean ellas quienes enseñen a sus vecinos sobre el cuidado

de la familia y la convivencia comunitaria.

Gabriela Pillasagua, facilitadora comunitaria en San Pablo, explica que “el trabajo con 24 familias de la parroquia consiste en desarrollar las condiciones básicas para el ejercicio familiar, es decir, que las familias generen equidad y propicien su autonomía”.

En San Pablo, las familias acompañadas se fortalecen en cada paso y las mujeres que lideran las Defensorías Comunitarias se involucran cada vez más en la vida de su parroquia. Ellas tienen incluso espacios de participación provincial.

Hogares SOSCuando una autoridad judicial determina como necesaria y última opción la separación de un niño de su familia, actuamos ofreciendo a estos un hogar protector en el que se sientan seguros y reciban los cuidados y el afecto necesarios para desarrollarse de forma integral.

Además de la Aldea Infantil SOS, tenemos nuevas modalidades de cuidado alternativo ubicadas en entornos comunitarios, preservando así la relación familiar y social de la mejor manera posible. Para los pequeños, resulta positivo continuar viviendo en los barrios o comunidades donde están emplazadas sus viviendas, generando un buen nivel de inclusión y desarrollo sociocomunitario.

Acompañamiento en procesos de reinserciónUna vez generadas las condiciones necesarias para la reinserción de un niño o adolescente en su núcleo familiar, nuestro equipo proporciona acompañamiento a la familia, con el fin de procurar que dichas condiciones se mantengan o fortalezcan, para sostener la reinserción durante el tiempo que la autoridad judicial determine.

De igual forma, desarrollamos las acciones que correspondan en el entorno comunitario inmediato, con el objetivo de generar un entorno de contención y apoyo para el grupo familiar. En 2017 acompañamos a 25 niños y adolescentes que regresaron a sus familias.

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Ricaurte

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Programas de Protección

Familias SOS en Sígsig“Quiero a mis dos mamás” dice Patricia muy en serio. Esta niña de cinco años vive junto a su madre biológica, Marta, y su cuidadora permanente o madre SOS, Inés, en Sígsig, donde Aldeas está presente desde hace tres años. En este distrito tenemos dos familias SOS viviendo en Casas en Comunidad, así como una pequeña oficina donde ofrecemos talleres para familias y niños.

Sígsig se encuentra en el centro de los Andes del sudeste de Ecuador. Aquí la población a menudo vive en la pobreza y con problemas socioeconómicos causados por numerosas razones. Patricia y su madre, con discapacidad intelectual, sufrieron una violación. Aldeas comenzó a ejercer este tipo de cuidado alternativo por orden de la autoridad competente. De este modo la familia puede permanecer en su comunidad. “Paso diariamente de 8 a 10 horas con ellas, mejorando sus habilidades motrices y cognitivas”, explica Inés.

Mientras Patricia asiste a clases en la escuela infantil, Inés le explica a Marta cómo proteger a su hija y a sí misma. Los efectos y cambios positivos ya son evidentes, y las tres tienen una relación maravillosa, llena de afecto, confianza y respeto. “¡Hoy tuve una gran mañana en la escuela, hicimos una excursión al río, y recogimos basura! Mañana aprenderé a contar lo que viene después de 10”, dice la niña a su vuelta de la escuela. Es importante que ambas sean parte de su comunidad, participen y se sientan integradas en ella.

Programa de JóvenesCuando los jóvenes salen de la Aldea para completar su educación secundaria o formación profesional, el Programa de Jóvenes les ofrece alojamiento compartido en Cuenca. Con el apoyo de educadores, pueden planificar su futuro, asumiendo cada vez más responsabilidades y preparándose para la vida adulta independiente.

El año pasado trabajamos con los chicos a través de espacios para la mejora de sus capacidades, tales como talleres artesanales, cursos de panadería, talleres de mecánica automotriz y cocina, entre otros. El objetivo era que pudiesen realizar prácticas laborales que les permitiesen mejorar sus habilidades y conocimientos, a la vez que desarrollan la responsabilidad, la autonomía y el autocuidado en espacios comunitarios.

Dos jóvenes se graduaron en soldadura y mecánica industrial en el centro de capacitación OHM. Además, uno con discapacidad comenzó a trabajar en una reconocida industria de la ciudad.

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Programas de Jóvenes

La Casa en Comunidad como ejercicio de autonomía“Es increíble la transformación que hemos experimentado, tanto yo como educadora, como los adolescentes en la Casa en Comunidad. En acogimiento residencial, los niños y adolescentes dependen mucho de los adultos, a la vez que en la comunidad desarrollamos habilidades y destrezas conjuntamente para que sean autónomos, tomen sus propias decisiones y experimenten nuevas emociones todos los días.

En febrero se produjo el cambio y llegamos a la parroquia de Chiquintad, en Cuenca, con todo un río de preguntas e incertidumbres. ¿Cómo sería la vida en ese sector? ¿Qué nos esperaba? ¿Cómo serían los vecinos?

Éramos el Equipo Técnico, cuatro adolescentes, Juan, Stalin, David y Ángelo, y yo. Cuando llegamos, los vecinos nos saludaron con atención y cariño, todo fue muy natural y eso nos dio seguridad.

David, de 17 años, ahora piensa diferente. Cuando no está preparado el almuerzo o la merienda, se sube las mangas de la camisa y cocina para todos. Antes lo teníamos todo listo, hasta el café para llevar a la mesa. Ahora ellos son los que preparan y dicen “tía, tome su plato de comida o café y sírvase”. Ellos son los que se organizan para limpiar los espacios de la casa con mi ayuda.

Juan, de 16 años, estudia en Ricaurte y tiene que tomar dos buses y recorrer un largo trayecto. Se levanta a las cinco de la mañana, se baña, se arregla, se pone su uniforme, se sirve su desayuno y sale a tomar el bus a las seis menos cuarto de la mañana.

Ángelo tiene 13 años, es responsable con sus estudios, cumple con sus obligaciones en la casa y es bastante colaborativo y solidario con los compañeros, que lo consideran un líder y un ejemplo a tener en cuenta.

Stalin es un adolescente de 14 años a quien le gusta estar bien presentado y arreglado. Es espontáneo, muchas veces arregla toda la casa, especialmente cuando el resto estamos ocupados con diferentes actividades”.

Ninfa Rodríguez, educadora del Programa Casa en Comunidad

En 2017 abrimos un Centro Comunitario de Prevención Primaria en la parroquia de Sayausí, en el cantón Cuenca. A través de este espacio articulamos acciones con actores locales y cantonales y desarrollamos actividades comunitarias que han permitido fortalecer nuestra presencia en la parroquia.

Organizamos talleres dirigidos a niños y adolescentes de los centros educativos de la comunidad, así como espacios de trabajo con adultos sobre temas diversos como los derechos de los niños, el autocuidado, cómo educar sin violencia, la igualdad de género o la participación como un derecho. Todas estas acciones nos han llevado a ser un referente comunitario en el trabajo conjunto con las familias y otros actores sociales para la protección de los derechos de niños y adolescentes.

Prevención Secundaria: resultados del acompañamiento familiarLas herramientas de identificación de factores de riesgo permiten al equipo de Aldeas, con la participación de la familia, desarrollar niveles de corresponsabilidad para definir todas aquellas acciones y compromisos que se deben efectuar a fin de evitar que los hijos sean separados de su entorno familiar y comunitario.

Los profesionales de Aldeas se involucran en la dinámica familiar con un profundo respeto y valoración de su condición económica, social y cultural, e intervienen en la familia nuclear o ampliada por medio de técnicas de educación popular que promueven la participación familiar para el desarrollo de habilidades de

cuidado y protección en los adultos.

Hemos sido testigos de cómo una madre, un padre o un familiar a cargo del cuidado de un niño evidencian que existen otras formas de educarlos, que es posible mejorar la comunicación e interacción dentro de su familia. Se reconocen, asimismo, como sujetos de derecho, lo que les impulsa a solicitar y acceder a los servicios públicos que les corresponden, todo ello en pro del bienestar y desarrollo de sus hijos.

En 2017 trabajamos en la provincia del Azuay con 92 niños y adolescentes y sus familias en los cantones de Sígsig y Cuenca.

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Programas de Prevención

Loma Larga, una comunidad gestora de su propio desarrollo Intervenir en una comunidad como Loma Larga, en el cantón Sígsig, en la provincia del Azuay, ha representado un verdadero reto para nosotros como Organización. En este territorio, a través de un trabajo colaborativo, identificamos los principales factores de riesgo que inciden en la pérdida del cuidado familiar de niños y adolescentes, siendo uno de las más sobresalientes la violencia intrafamiliar, cuyas principales víctimas son mujeres y niños.

Incidir sobre problemáticas sociales tan complejas como la violencia implica partir de la educación popular para involucrar a la comunidad y desarrollar respuestas diversas, que comiencen un trabajo personal, de autoestima y con la generación de espacios de interacción. Con esta premisa desarrollamos el proceso de Formación Ocupacional en Gastronomía y Servicios de Alimentación, en colaboración con el FEPP (Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio).

Un total de 29 mujeres y un adolescente participaron sábado a sábado durante los meses de julio, agosto y septiembre en esta formación profesional y, el pasado 14 de octubre, concluyeron su proceso formativo con un evento de graduación que contó con la presencia del presidente nacional de la Junta Directiva de Aldeas Infantiles SOS Ecuador, Carlos Basantez, y de diversas autoridades, que fueron testigos del nivel de involucramiento que va teniendo la población y las autoridades locales en la construcción de este territorio como una Comunidad Protectora.

Nosotros creemos que una comunidad empoderada es una comunidad comprometida con su propio desarrollo, así como una mujer empoderada, con nuevas oportunidades de interacción y posibilidades de desarrollo, sin lugar a dudas se transforma en un agente de cambio, protección y desarrollo en el interior de su familia.

Todo el proceso de formación ocupacional se desarrolló de manera paralela a la capacitación en temas de protección de los derechos de los niños y adolescentes, con el fin de fortalecer a Loma Larga como una comunidad protectora de derechos. En el proceso participaron familias que son parte de diversos programas de Aldeas en la ciudad de Cuenca, así como otras familias de la comunidad.

En definitiva, Loma Larga se fortalece aprendiendo, construyendo y reconstruyendo imaginarios, compartiendo, dialogando, cocinando, y festejando los logros de su gente, como la certificación como artesanas en el área culinaria de quienes participaron en los talleres. Y así, se constituye como una comunidad protectora de derechos, un entorno seguro y protector para sus niños y adolescentes.

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Gracias……a cada uno de los 350.399 socios, padrinos y donantes de Aldeas que contribuís a mejorar la infancia y el futuro de los niños más vulnerables.

1 de cada 10 niños crece en el mundo sin cuidado parental o está en riesgo de perderlo.

Porque queda mucho por hacer, hacen falta más padrinos como tú. Comparte nuestro proyecto y tu compromiso con familiares, amigos y compañeros, para que cada vez lleguemos a más niños, jóvenes y familias.