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Un año lleno de recuerdosHonduras. Informe de padrinos 2017

2 Informe de padrinos 2017 Honduras

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Estimado padrino,

Un año más, nos ponemos en contacto con todos los que hacéis posible la labor de Aldeas Infantiles SOS fuera de nuestras fronteras para informaros del trabajo realizado a lo largo de 2017.

Desde España financiamos diferentes Programas de Protección y Fortalecimiento Familiar en Latinoamérica y África, a través de los cuales atendimos a lo largo del año a 15.695 niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. Además de nuestras Aldeas, contamos con Centros Sociales, Escuelas Infantiles y de Educación Primaria y Centros de Día, así como con dos Programas de Asistencia Quirúrgica a niños en Guinea Ecuatorial.

Han pasado 20 años desde que en 1998 comenzásemos a apoyar económicamente programas en Latinoamérica, del mismo modo que antes nos habían apoyado a nosotros otras organizaciones de la federación internacional. A día de hoy, cooperamos con siete países latinoamericanos y tres africanos. En todos ellos continuamos creciendo y adaptando nuestra labor a las distintas realidades sociales, desarrollando y adecuando los modelos de acogimiento con el interés superior del niño como eje central alrededor del cual nos movemos.

En Aldeas hemos alineado nuestra estrategia para los próximos años con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Agenda 2030 es un reto a largo plazo que requiere de un esfuerzo colectivo. Al prevenir la separación de padres e hijos, garantizar un cuidado alternativo de calidad y preparar a los jóvenes para una vida independiente, contribuimos a la consecución de cinco objetivos fundamentales: el fin de la pobreza, la reducción de las desigualdades, la paz y la justicia, una educación de calidad y trabajo decente. Del mismo modo, nuestra labor influye positivamente en el logro de las metas vinculadas con la salud, la igualdad de género y la creación de alianzas entre distintos actores sociales.

Al garantizar los derechos básicos de la infancia vulnerable, no sólo les devolvemos la niñez que tienen derecho a vivir y evitamos que su desarrollo se vea gravemente afectado, sino que además tratamos de que su futuro no esté condicionado por una infancia difícil. Ese es nuestro objetivo compartido. Gracias por seguir contribuyendo a hacerlo realidad.

Pedro PuigPresidente de Aldeas Infantiles SOS de España

Choluteca La Aldea Infantil SOS de Choluteca se construyó después de que el Huracán Mitch devastase Honduras en 1998. Fue financiada con donaciones obtenidas en un telemaratón realizado en España por Antena3 Televisión.

Situada al sur del país, en el llamado Corredor Seco, Choluteca es una zona con una elevada tasa de pobreza y exclusión social.

Hacemos balance

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Aldeas Infantiles SOS de Honduras. 2017

1. Programas de Protección Aldea Infantil SOS

• Nº de hogares SOS: 7• Nº de niños atendidos: 82

Tegucigalpa La primera Aldea Infantil SOS de Honduras se abrió en Tegucigalpa en 1970. Siete años después se inauguraba la Residencia de Jóvenes, en la que fomentamos su autonomía y les preparamos para su tránsito a la vida independiente.

Tela Al norte de Honduras, en la costa atlántica, se ubica la Aldea Infantil SOS de Tela, que desde 1997 ofrece un hogar a niños en situación de vulnerabilidad que han perdido el cuidado parental.



Residencia de Jóvenes: 27 jóvenes



Aldea Infantil SOSLa infancia en Honduras ha sufrido históricamente los efectos de una economía inestable y dependiente del entorno internacional, donde el desempleo y la pobreza representan serios retos a superar. Un 42.3% de los niños vive en la pobreza extrema.

La vulnerabilidad de la niñez en Honduras, pues, está fuera de toda duda y se evidencia a través de la realidad social que viven niños y familias día a día.

Hace 47 años que desde Aldeas Infantiles SOS trabajamos en Honduras para garantizar que los niños que han perdido el cuidado parental puedan tener cuidados alternativos basados en un modelo familiar generado en un ambiente de protección, amor y seguridad. Bajo esta premisa, en 2017 emprendimos nuevos proyectos y pusimos en marcha estrategias con el propósito de proporcionar una atención de calidad a los niños, adolescentes y jóvenes que atendemos.

La Aldea Infantil SOS de Choluteca, que consta de siete hogares SOS y cinco hogares en la modalidad integrada en la comunidad, acogió a 82 niños, adolescentes y jóvenes. A lo largo del año también se produjeron varios procesos de reintegración familiar.

Un proceso que marcó positivamente la vida de los niños fue la llegada del proyecto SOS Digital, que proporcionó equipamiento tecnológico y conexión a internet a los hogares de la Aldea, lo que facilita la realización de actividades académicas, de comunicación y recreativas. Dentro del mismo, organizamos la campaña Empodérate para empoderar, con un componente de protección infantil, que aportó a los niños información sobre los E-Derechos y los delitos cibernéticos a los que se pueden ver expuestos, así como las medidas de precaución a tomar en cuenta.

En el área educativa, nueve de los niños y adolescentes fueron reconocidos con un distintivo de buen rendimiento académico en sus respectivas escuelas. Dos adolescentes, Alejandra y Angélica, se graduaron en Secundaria y tienen planes de seguir estudiando en la Universidad. Kevin Eduardo, por su parte, ha adquirido conocimientos técnicos avanzados de informática.

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Choluteca

Informe de padrinos 2017 Honduras

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Programas de Protección

Tres jóvenes con discapacidad asisten a un Centro de Educación Especial, donde obtuvieron resultados positivos e hicieron progresos en sus habilidades de comunicación y autonomía. Con ellos trabajamos para desarrollar al máximo sus capacidades personales, sociales y de empleabilidad, de modo que en el futuro puedan realizar el proceso de transición a la vida independiente de forma confiada y con un plan de vida que les permita adaptarse sin una tensión emocional excesiva.

A lo largo del año, compartimos en la Aldea momentos de convivencia significativos, como la celebración del Día de la Madre, el Día del Niño, el Mes de la Familia, los cumpleaños y la Navidad.

En lo que a reintegración familiar se refiere, dos grupos de hermanos regresaron a casa con su padre y su madre respectivamente, al levantarse sus medidas de protección por haber sido superadas las causas que motivaron la separación. Un tercer proceso de reunificación familiar reunió a un niño con su madre tras diez años de separación.

Por último, señalar que un grupo de niños tuvo la oportunidad de asistir en el mes de noviembre a un encuentro entre las selecciones de fútbol de Honduras y México en la ciudad de San Pedro Sula. Un largo que viaje que para ellos realmente mereció la pena.

Apoyo a la autonomía de los jóvenesEn nuestro trabajo con los jóvenes, nos servimos de programas pedagógicos dirigidos a fortalecer todas las habilidades que les ayuden en su transición a la vida independiente. Les apoyamos para que desarrollen sus capacidades personales y profesionales, con acciones a nivel interno y también externo, como clases de informática y cocina, entre otras.

Cinco de nuestros chicos se encuentran realizando prácticas laborales y otros han optado a empleos temporales en fechas navideñas. Todos ellos han afrontado sus nuevas responsabilidades de manera positiva y se desenvuelven con normalidad tanto en la sociedad como en sus respectivos entornos profesionales. El cambio de mentalidad y la forma de actuar de estos jóvenes ha sido muy relevante para los demás, que les miran como un ejemplo a seguir. En la ciudad se ha producido un leve crecimiento del comercio y la economía debido a nuevos planes de infraestructura y servicios, lo que genera más oportunidades de empleo y favorece el desarrollo de

los jóvenes.


ErlinErlin nació en la ciudad de las Vegas del Departamento de Santa Bárbara. En 2007, cuando tenía once años, llegó a la Aldea de Choluteca remitido por el Juzgado de la Niñez y Adolescencia por encontrarse en riesgo social.

En la Aldea demostró ser un joven responsable, dinámico y honesto. De su vida allí recuerda que una de las cosas que más le gustaba era poder ver a su padre y comunicarse con él. Dice, además, haber aprendido mucho de su educadora permanente, Ana Herrera, a la que considera una madre.

Erlin afirma que Aldeas le ayudo a adaptarse a la sociedad mediante las oportunidades que le brindó en las áreas educativa, de salud y psicológica. En su memoria está muy presente la orientación que recibió, así como toda la formación, tanto la académica como los numerosos talleres e incluso las actividades recreativas de las que formó parte.

En 2015 se graduó como Bachiller en Informática en el Instituto Vocacional del Sur y dejó la Aldea. A sus 21 años, posee un trabajo estable en una empresa de tecnología en la ciudad de Choluteca, en la que ocupa puesto de técnico relacionado con redes y cámaras de seguridad.

Erlin quiere seguir formándose y estudiar la carrera de Ingeniería en Sistemas para, según dice, tener más posibilidades de progresar y triunfar en la vida.

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AngélicaAngélica es una joven de 21 años. Llegó a la Aldea de Choluteca cuando contaba cuatro, en situación de orfandad. Desde muy pronto se caracterizó por ser una buena estudiante, que soñaba con licenciarse en Administración de Empresas.

En 2015 se graduó como Perito Mercantil y Contador Público en el Instituto Óscar Andrés Rodríguez de la ciudad de Choluteca y en 2016 salió de la Aldea. En ese momento ya contaba con un empleo en una de las sucursales de una cadena nacional de reposterías, donde empezó como dependienta y, gracias a su buen trabajo, hoy es jefa de una las tiendas que

está ubicada en Choluteca.

Es madre de una niña de 10 meses y todos sus esfuerzos están encaminados a brindar a su hija una buena calidad de vida.

Angélica asegura que Aldeas representa para ella una gran experiencia de vida, ya que tras haber perdido a sus padres siendo muy pequeña y encontrándose desamparada, pasó a formar parte de una gran familia y una bonita comunidad donde construyó sus mejores recuerdos.

“Recuerdo que cuando era pequeña todos salíamos a las cuatro de la tarde a jugar, y nuestras educadoras se reunían a cuidarnos en el área de juegos y a conversar; allí hice mis mejores amistades”, sostiene Angélica, que también guarda en su memoria los viajes familiares a la playa. “Definitivamente Aldeas representa para mí mi hogar y mis raíces. Aún cuento con el apoyo de mi educadora Lydis Munguía, que fue quien me enseñó a luchar por lo que quiero. Siempre han estado ahí cuando los he necesitado. Cuando salí de la Aldea, recibí ayuda para amueblar mi apartamento y hoy cuento con un hogar acogedor y confortable para que mi hija crezca de la mejor manera”.

Angélica se ha integrado de manera satisfactoria a la comunidad y uno de sus sueños y metas a medio plazo es entrar en la Universidad para estudiar la licenciatura en Administración de Empresas.

Aldea Infantil SOSLa Aldea de Tegucigalpa está ubicada en el Distrito Central, en el departamento de Francisco Morazán. En 2017 atendió a un total de 92 niños, adolescentes y jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 2 y los 19 años.

Tegucigalpa, además de presentar varios retos sociales como son la pobreza y el desempleo, se considera una de las localidades más conflictivas e inseguras de Honduras, con fenómenos como las maras, las pandillas y el narcotráfico en aumento, a lo que hay que añadir el reciente conflicto político que ha afectado de manera general a todo el país.

En este contexto, hemos implementado acciones para garantizar la seguridad de los niños y adolescentes. En la Aldea nos hemos visto obligados a contratar seguridad privada y hemos hecho esfuerzos para acompañar a los niños al autobús escolar, a sus centros educativos o cuando deben realizar diligencias personales.

Todo ello no impide que seamos conscientes de la importancia de promover su independencia, al tiempo que explicamos a los chicos la realidad del país en términos de violencia e inseguridad para que eviten moverse en zonas de riesgo.

2017 ha sido un año de mucho aprendizaje, en el que se presentaron situaciones que marcaron la vida de las familias SOS. Este año no hubo acogidas nuevas, pero si traslados de otras Aldeas al programa de Tegucigalpa. Por ejemplo, recibimos a Rosa, que venía del programa de Tela, con el propósito de comenzar el contacto con su familia biológica para un posible proceso de reintegración familiar con su tía materna. Rosa es la más pequeña de su hogar, se ha adaptado muy bien y mantiene buena relación con sus compañeros, principalmente con las niñas, con quienes disfruta jugando a las muñecas y las cocinitas.

A lo largo del año compartimos momentos de convivencia y celebración en fechas señaladas como el Día del Amor y la Amistad, el Día de la Madre, el Día del Niño, el Día del Estudiante y, por supuesto, los cumpleaños de los niños.

Salud y educaciónEn el área de salud, realizamos una jornada de talla, peso y desparasitaciones en la Aldea. Además, cerramos un acuerdo con la Cruz Roja hondureña para que los niños reciban evaluaciones psicológicas gratuitas, y realizamos gestiones con profesionales del Colegio de Psicólogos de Honduras para obtener descuentos en sus honorarios por la atención especial que precisan algunos niños. También llegamos a un acuerdo con la Universidad Autónoma de Honduras para que los niños de seis a ocho años que lo necesiten reciban tratamientos odontológicos.

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Tegucigalpa


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En el terreno educativo, 2017 fue un año intenso. Durante el curso organizamos un proceso de tutorías en el que estudiantes de la Universidad Católica de Honduras brindaron apoyo a los niños que presentaban dificultades en sus clases, para que pudieran mejorar o recuperar asignaturas si era el caso. Es grato compartir el buen rendimiento de María del Carmen, que obtuvo medalla de plata al graduarse con un índice de 98.3% en la carrera de Contaduría y Finanzas. También se graduaron ocho niños en Educación Primaria y dos adolescentes en Formación Profesional, en los oficios de barbería y repostería. Asimismo, tres niñas y un niño están aprendiendo inglés a través de becas que les proporcionó el Instituto Hondureño de Cultura Interamericana (IHCI).

Cinco niños se incorporaron a un programa piloto en las modalidades de teatro, danza, artes gráficas e informática. Por otra parte, en el área deportiva establecimos una alianza con la Fundación Diunsa, llamada localmente Fundación Real Madrid, donde 42 niñas y niños recibieron entrenamiento futbolístico, realizando prácticas todos los martes y miércoles.

Tránsito a la vida adultaDe la población total de la Aldea, 46 son adolescentes y jóvenes. Con ellos trabajamos en un proceso de transición hacia la vida autosuficiente. El educador de los jóvenes, que es pedagogo, ha desarrollado con la colaboración del resto del Equipo Técnico diferentes actividades acordes a los intereses y capacidades de estos, entre las que podemos destacar la formación en habilidades para la vida autónoma, la empleabilidad y el emprendimiento.

De igual forma, los chicos realizaron cursos en las áreas de barbería, belleza y cosmetología, panadería, estructuras metálicas, reparación de celulares, manipulación de alimentos, repostería y elaboración de boquitas, un plato típico hondureño. Cuatro jóvenes se encuentran realizando prácticas laborales, tres de ellas están en un salón de belleza y uno en la unidad de Recursos Humanos de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI). Tanto la labor formativa como las prácticas laborales han provocado un impacto positivo en los adolescentes y jóvenes, que han demostrado mayor compromiso y responsabilidad, aspectos fundamentales en su tránsito a la vida independiente.

Transición Honduras y Aldeas, una alianza eficienteBrenda y María Felicita están preparando baleadas para el almuerzo, unas tortillas de maíz típicas de Honduras, mientras tararean la música que emite la radio. “Cuatro tazas de harina de maíz, cuatro cucharadas de mantequilla, un poco de sal, dos cucharaditas de bicarbonato de

sodio y media taza de leche de coco”, dice una de ellas, mientras la otra mezcla los

ingredientes y comienza a amasar.

“Vivimos con otra chica, Jacky, que ahora no está aquí. Normalmente almorzamos juntas cuando nuestros horarios coinciden, o nos turnamos y cada una cocina algo diferente “, dice María Felicita. Las dos jóvenes asisten a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Brenda estudia periodismo y María Felicita idiomas.

María Felicita llegó a Aldeas Infantiles SOS en Choluteca con sus tres hermanos

cuando tenía tres años. Los niños sufrieron violencia doméstica por parte de su padre y

su madre no pudo ocuparse de ellos. María aprendió a mantener una actitud positiva en la vida y hoy es una joven sonriente, que se siente feliz de estar en la Universidad y tener responsabilidades. “Me encanta el francés, y como no mucha gente lo enseña, quiero ser profesora cuando me gradúe”, dice mientras hace bolas del tamaño de un limón con la masa.

Pacientemente, Brenda aplana las bolitas para convertirlas en tortillas, las pone en la sartén y comienza a cortar el aguacate para el relleno. “Somos cinco hermanos; mi madre nos dejó cuando yo tenía diez años. Yo era la mayor, así que me hice cargo de los más pequeños. Eran como mis hijos, ya que mi padre trabajaba todo el tiempo”. Llegó a la Aldea de Tegucigalpa poco después, cuando aún tenía diez años, y recuerda que, al principio, fue difícil alejarse de su padre, pero su educadora la hizo sentir como en casa.

Brenda sueña con convertirse algún día en presentadora de televisión. “Nos encontramos en la Residencia juvenil donde vivíamos antes. A Jacky la conocía de Choluteca y allí la relación evolucionó hacia una amistad realmente agradable. Con Brenda fue un poco más difícil llegar a conocerla, porque es más reservada, pero ahora todas estamos muy unidas. Tras la Residencia, nos mudamos juntas a este lugar y todo va muy bien “, cuenta María.

Aldeas trabaja junto a la ONG Transición Honduras, que apoya a jóvenes graduados en un período crucial de sus vidas.


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“El propósito de esta alianza es capacitar y acompañar a los jóvenes estudiantes en su transición a la vida independiente, con la esperanza de que en el futuro sean autosuficientes, lo que significa que podrán tomar sus propias decisiones como adultos responsables. Nuestro objetivo es que puedan asumir la cobertura económica de sus necesidades de supervivencia y desarrollo, integrarse adecuadamente en la comunidad y contribuir a la sociedad productiva del país “, explica Nicolás Alfaro, director nacional de Aldeas Infantiles SOS de Honduras.

Según el Ministerio de Trabajo de Honduras, la mitad de la población joven (de 18 a 30 años) del país se encuentra desempleada. Además, el 20% está inactiva, lo que significa que no estudian ni trabajan. El acuerdo entre Aldeas Infantiles SOS y Transición Honduras trata de dar respuesta a esta crisis ayudando a jóvenes graduados.

El apoyo se proporciona a través de viviendas, alimentos y fondos para la educación, tanto formal como no formal, espacios recreativos y ayuda financiera. Por lo tanto, reciben capacitación dirigida al desarrollo de habilidades para la vida y su inserción en el mercado laboral. Durante el primer año, residen en una casa donde adquieren conocimientos sobre la administración de un hogar y al final del año se mudan para vivir de forma independiente en la comunidad, donde el apoyo económico y técnico se puede extender de uno a cuatro años, como ha sido el caso de para María Felicita, Brenda y Jacky.

El apartamento se encuentra a sólo 20 minutos de la Universidad. Está muy limpio y ordenado. María Felicita rápidamente pone la salsa de frijoles, queso rallado y aguacate en diferentes platos, lo lleva todo a la mesa del comedor y ambas se sientan a comer juntas. “Estamos a punto de comenzar nuestras vacaciones de primavera, así que tengo que ir a la Universidad para mi último examen”, dice Brenda. “Ella viene conmigo (apuntando a María Felicita) porque queremos ir a una charla después”. De repente, ven la hora y notan que llegan tarde. Riendo, ponen toda la comida en la nevera y corren a prepararse.

Aldea Infantil SOSLa Aldea Infantil SOS de Tela acogió en 2017 a 61 niños, adolescentes y jóvenes con edades entre 9 y 17 años. A lo largo del año salieron de ella 16 niños, de los cuales 11 se independizaron, dos fueron adoptados y tres regresaron con sus familias.

La Aldea se encuentra en el departamento de Atlántida, y el municipio de Tela está ubicado entre dos de las ciudades más importantes de Honduras: San Pedro Sula y La Ceiba. Su mayor potencial es el turismo, ya que tiene una variedad de reservas naturales, parques nacionales, espacios culturales, comunidades garífunas, etc. El municipio cuenta con pocas oportunidades de empleo para los jóvenes y la población en general, siendo la migración una alternativa para muchos, tanto hacia otras ciudades del país como, en algunos casos, a los Estados Unidos, a donde llegan como migrantes ilegales tras un peligroso recorrido.

Durante 2017 vivimos diferentes eventos que marcaron la vida de los niños, como el traslado de la niña Rosa al Programa de Tegucigalpa, con el objetivo de restablecer y fortalecer el vínculo con su familia biológica. Su traslado ocasionó sentimientos encontrados en su familia SOS, ya que fue difícil verla partir, pero al mismo tiempo se alegraron de que pudiese recuperar el contacto con su familia.

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Tela


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Además, dos participantes fueron adoptados por familias norteamericanas, quienes desde el primer encuentro empezaron a vivir una bonita experiencia, a través de sus cartas, visitas y llamadas, hasta que llegó el día de viajar y conocer a la familia y amigos que les estaban esperando con un cálido recibimiento.

En el mes de julio, a través de un acuerdo Tripartito con la Universidad y la Alcaldía Municipal, llevamos a cabo una Jornada de Salud donde los niños y adolescentes fueron evaluados clínicamente, realizando el seguimiento de su talla y peso, además exámenes generales y una revisión odontológica. De igual forma, recibieron charlas sobre Salud Sexual y Reproductiva coordinadas con el Programa de Atención Integral al Adolescente.

Formación, ocio y deporteEl año escolar presentó diferentes retos que con el esfuerzo de todos se fueron superando. Cinco jóvenes se graduaron de Secundaria en educación formal, y cinco de educación técnica, cuya meta es poder continuar sus estudios a nivel universitario. Tres chicas aprobaron las pruebas de ingreso en la Universidad.

En septiembre, cinco jóvenes tuvieron la oportunidad de participar en una conferencia de la Universidad de San Pedro Sula (USAP), donde se trataron temas como la empleabilidad juvenil a través de las tecnologías de la información. La experiencia resultó muy motivadora para los chicos y les planteó nuevos desafíos en su vida académica. Asimismo, siete jóvenes finalizaron un curso de inglés online a través de la plataforma del Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP).

En el mes de noviembre, cada hogar fue dotado de un ordenador, como parte del proyecto SOS Digital, cuyo fin es que los niños adquieran conocimientos de utilidad para su desarrollo y adaptación a un mundo que demanda el aprendizaje de las tecnologías de la información y comunicación. El proyecto también contempla la instrucción de los jóvenes sobre las medidas de seguridad necesarias para poder disfrutar sin riesgo de las ventajas del universo digital.

Las actividades deportivas siempre están presentes en el día a día de los niños. Por muy cansados que vengan de las actividades escolares, el fútbol les hace recuperar energías. Con la academia de fútbol hemos realizado encuentros dentro y fuera de la ciudad de Tela, una experiencia emocionante a través de la cual hicieron nuevos amigos teniendo como lema Metamos un gol a la violencia. Jugaron en tres categorías: niños, niñas y juvenil.


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Compartir en familia siempre es divertido y cada año realizamos diferentes actividades para la celebración de fechas especiales como el Día de la Madre, el Día del Niño y participamos en las fiestas de independencia patria, entre otras. Cabe destacar que en el mes de agosto celebramos el Mes de la Familia, durante el cual organizamos diferentes actividades con las que los niños se divirtieron y aprendieron mucho. Los juegos de mesa y juegos tradicionales siempre son parte de la celebración, y para que la experiencia fuera inolvidable, instalamos lámparas en las zonas verdes y finalizamos con una hermosa velada con fogata y reflexiones sobre la importancia de la familia, en la que los niños mostraron sus talentos artísticos cantando y bailando en una noche muy amena y feliz.

Desde Aldeas promovemos las acciones de voluntariado de nuestros chicos, que este año han compartido su tiempo con niños con dificultades de aprendizaje que reciben terapia en el Centro de Atención Regional Integral, las personas mayores de un asilo de ancianos y los pequeños de una Escuela Infantil.


Una casa tranquilaMario* encuentra el tablero de ajedrez y se lo lleva a León y Gino, que están esperando en la mesa. Luego, Mario y Gino juegan a piedra-papel-tijera para ver quién jugará primero contra León: hoy es su primer día de vuelta a casa después de un año de ausencia y por eso puede jugar primero.

Nico está sentado frente ordenador junto a León, mientras Marisa utiliza su teléfono. La casa es tranquila y los cinco adolescentes parecen estar absortos en sus propias actividades. León murmura una broma y todos se ríen; parecen disfrutar de la compañía casi silenciosa de los demás.

Aunque tener una casa con cinco adolescentes sería un desafío para la mayoría de las personas, Sandra, la educadora permanente o madre SOS de estos niños, sabe cómo manejarlo. “Los niños saben que les entiendo; les digo que pasé por lo mismo y entonces me escuchan. Vine a Aldeas Infantiles SOS cuando tenía tres años. Más tarde me convertí en educadora. Han pasado diez años desde entonces “, dice ella.

Gino y Mario son hermanos biológicos, el primero tiene 17 años y desea ser paramédico de la Cruz Roja. “Tienen cursos de un año en Tegucigalpa y después puedes trabajar como paramédico”, nos dice Gino. Mario tiene 16 años y le encanta cocinar. Él quiere llegar a ser chef.

Marisa tiene 14 años y se unió a la familia de Sandra cuando tenía cinco años. Ser la única chica en la casa la hace sentir querida, todos la cuidan bien. La joven es una estudiante brillante; sueña con ir a la Universidad y estudiar Administración de Empresas.

Finalmente, León y Nico también son hermanos biológicos, tienen 15 y 14 años. Ellos llegaron hace nueve años. Su madre emigró a los Estados Unidos, dejándoles con su abuelo y sus tíos, que no pudieron cuidarlos en ese momento.

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El año pasado, los trabajadores sociales de Aldeas notaron un cambio en la conducta de León: abandonó el curso de sastrería, su favorito, comenzó a ignorar su imagen personal y tuvo frecuentes conflictos con sus compañeros. Pronto el equipo descubrió que estaba involucrado en el abuso de sustancias. Inmediatamente establecieron asistencia psicológica y le invitaron a formar parte de un grupo de apoyo con otros jóvenes. Allí, León tomó conciencia, reconoció su problema y pidió ayuda. Fue enviado a un centro de rehabilitación en la ciudad de San Pedro Sula para obtener ayuda especializada.

Hoy, después de un año de ausencia, León se alegra de estar de vuelta en casa, aunque sea por poco tiempo. Está ansioso por continuar estudiando sastrería para poder cumplir

su sueño de tener su propio taller. Él y Nico pronto regresarán a su familia biológica, ahora listos para cuidarles.

Sandra llama a todos a la sala de estar. Roger Federer está jugando en la televisión. Los jóvenes detienen lo que están haciendo y se reúnen alrededor del televisor. “A todos nos gustan los deportes, especialmente el tenis”, explica Nico, sonriendo.

*Los nombres de los niños están cambiados para proteger su privacidad.

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