Un encuentro entre dos mundos: improvisación en la música ...

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Un encuentro entre dos mundos: improvisación en la música antigua y el jazz desde la escena bogotana Trabajo de grado para optar por el título de magíster en música con énfasis en musicología Presentado por Tatiana Gómez Sánchez Dirigido por Sergio Ospina Romero, Ph.D. Maestría en música con énfasis en musicología Facultad de Artes y Humanidades Universidad de Los Andes Junio, 2021

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Un encuentro entre dos mundos: improvisación en la música antigua y el jazz desde la

escena bogotana

Trabajo de grado para optar por el título de magíster en música con énfasis en musicología

Presentado por

Tatiana Gómez Sánchez

Dirigido por

Sergio Ospina Romero, Ph.D.

Maestría en música con énfasis en musicología

Facultad de Artes y Humanidades

Universidad de Los Andes

Junio, 2021

ii

Agradecimientos

La música abre los ojos y los oídos a diversas maneras de comprender el mundo, de

expresarse y de vivir en él. La musicología, creo yo, permite ser consciente de ello. En el

camino que he recorrido para estudiar la maestría y para escribir esta tesis agradezco ante

todo a Dios, el más grande artista que con sus obras nos muestra la belleza de sus obras.

Con Él escribí este trabajo, a Él se lo ofrezco y a Él le doy las gracias por las personas que

contribuyeron en esta investigación.

A los profesores de la maestría les doy gracias por mostrarme varios enfoques a la

musicología, temas y aproximaciones que desconocía, por acompañar mi proceso de

formación, por su compromiso y exigencia en cada trabajo. A Rondy Torres le doy gracias

por acercarme al repertorio del archivo musical de la Catedral, un tesoro histórico, cuyos

manuscritos dicen mucho más que sólo notas musicales. Gracias por sus comentarios y

retroalimentación como jurado, así como también agradezco al profesor Ian Middleton.

Especialmente, le doy gracias a Sergio Ospina Romero, mi director de tesis, por su interés

desde el inicio en mi tema de investigación, por mostrarme otras perspectivas sobre el jazz

y la improvisación musical. Agradezco su orientación, lectura y correcciones, su constante

acompañamiento, su apoyo y sus palabras de ánimo. Gran ser humano, profesor y músico.

A Camilo Jiménez le doy gracias por compartir su amor por la música antigua, su interés

por el repertorio catedralicio y su gusto por el sonido del sacabuche. También, por su

disposición para aclarar mis dudas y por permitirme entrevistarlo. Igualmente, agradezco a

Adrián Herrera, de quien admiro la manera en la que describe con palabras los sonidos de

la música. Conocer su música y el Quinteto me llevó a descubrir dinámicas importantes del

jazz en Colombia.

A mis compañeros, Nikky y Alejandra, gracias por acompañarme en este proceso, por

aprender, descubrir y dialogar juntos sobre la música. Por escucharme, por cuestionar mis

ideas y por su apoyo constante para terminar este escrito.

A mi familia y amigos gracias por siempre estar allí, porque con su amor, confianza y

compañía se lee, se escribe y, en definitiva, se vive mejor.

iii

Tabla de contenidos

Introducción .............................................................................................................. 1

1. “Air on a Blue String” ................................................................................................. 1

2. Recercadas sobre esta amplia literatura: un breve estado del arte .............................. 2

3. Aclaremos algunos conceptos: ¿qué es la improvisación musical, la música antigua y

el jazz? ................................................................................................................................ 7

4. “So What”: en qué contribuye esta tesis a la discusión ............................................. 10

5. Paso a paso: un esbozo de cada capítulo ................................................................... 12

Capítulo I Los ministriles de hace trescientos años y los ministriles de hoy:

improvisación en la música antigua .................................................................................. 15

1. Los Ministriles de la Nueva Granada, ¿quiénes son? ................................................ 18

2. El repertorio, ¿qué tocan? .......................................................................................... 21

2.1. Santafé hace más de 300 años: la plaza, la iglesia y el archivo ......................... 23

3. Práctica improvisatoria, ¿cómo lo tocan? .................................................................. 27

3.1. Fontegara y Tratado de glosas .......................................................................... 31

3.2. Ejemplo y análisis de improvisación en “A esta fiesta he venido” .................... 35

4. Dinámicas sociales de la práctica musical ................................................................. 38

4.1. Los escenarios, ¿dónde tocan? ........................................................................... 38

4.2. La interacción entre los músicos ........................................................................ 40

4.3. La recepción del público .................................................................................... 41

Capítulo 2 Un quinteto de jazz en Bogotá: improvisación en el jazz .................. 44

1. Adrian Herrera Jazz Quintet, ¿quiénes son? .............................................................. 48

2. El repertorio, ¿qué tocan? .......................................................................................... 52

2.1. Los estándares y tributos de jazz ........................................................................ 53

2.2. Arreglos y composiciones .................................................................................. 57

3. Práctica improvisatoria, ¿cómo lo tocan? .................................................................. 58

3.1. La improvisación como un lenguaje .................................................................. 59

3.2. La improvisación colectiva y los solos .............................................................. 61

4. Dinámicas sociales de la práctica musical ................................................................. 63

4.1. Los escenarios, ¿dónde tocan? ........................................................................... 63

4.2. La audiencia ....................................................................................................... 65

iv

Capítulo 3 Los ministriles del jazz o los jazzistas de la música antigua: puntos de

encuentro a partir de la improvisación musical .............................................................. 69

1. Dos tradiciones: dos mundos ..................................................................................... 71

2. Un mismo punto de partida: un encuentro con la música.......................................... 72

3. Improvisación musical ............................................................................................... 73

3.1. Un mundo de posibilidades ................................................................................ 74

3.2. Un lenguaje ........................................................................................................ 76

4. Un elemento pedagógico hacia la audiencia en su práctica musical ......................... 77

5. Discos y grabaciones ................................................................................................. 79

5.1. Auge y declive en las grabaciones de jazz y música antigua ............................. 79

5.2. Sellos en común ................................................................................................. 84

5.3. Discos que ponen en diálogo ambas tradiciones ................................................ 85

5.4. El rol pedagógico de las grabaciones para la improvisación musical ................ 86

Coda ........................................................................................................................... 88

Cabos atados ................................................................................................................. 88

Cabos sueltos ................................................................................................................ 90

Bibliografía .............................................................................................................. 94

v

Lista de figuras y tablas

Figura 1 Portada de Fontegara. ............................................................................................ 32

Figura 2 Fotografía de la particella del tenor de “A esta fiesta he venido”. ........................ 36

Tabla 1 Integrantes de Adrian Herrera Jazz Quintet ............................................................ 50

Tabla 2 Sellos discográficos relevantes en la historia del jazz en Estados Unidos .............. 82

Tabla 3 Sellos discográficos relevantes en la historia del Early Music................................ 83

vi

Lista de ejemplos musicales

Ejemplo 1 Disminución simple, Ganassi, Fontegara, 19 ..................................................... 33

Ejemplo 2.1 Disminución en “A esta fiesta he venido”, adaptación de Jiménez, “Música

catedralicia”, 166 .................................................................................................................. 36

Ejemplo 2.2 Disminución en “A esta fiesta he venido”, adaptación de Jiménez, “Música

catedralicia”, 167 .................................................................................................................. 36

Ejemplo 2.3 Disminución en “A esta fiesta he venido”, adaptación de Jiménez, “Música

catedralicia”, 167 .................................................................................................................. 37

Introducción

1. “Air on a Blue String”

Las teclas del piano tocan el primer acorde de “Air on a Blue String” mientras el bajo y

la batería lo acompañan para dar inicio a la primera parte (A).1 La suave melodía evoca el

segundo movimiento de la “Suite orquestal n.° 3 en re mayor, BWV 1068”, de Johann

Sebastian Bach, mejor conocida como “Aria para la cuerda de sol” por el arreglo que hizo

August Wilhelmj para poder interpretarla únicamente en la cuerda sol del violín. Pero, la

versión que escuchamos de Milcho Leviev tiene una sonoridad distinta; no se escuchan

violines ni instrumentos de orquesta. Por el contrario, un trío de jazz toca en el siglo XX una

pieza que se compuso hace aproximadamente trescientos años. Sí, es jazz, pero basado en un

tema de música antigua.

La sutil percusión marca el ritmo, el bajo toca las corcheas del bajo continuo y el piano

interpreta la melodía. Sin embargo, lo que hace que suene distinto a un arreglo para orquesta

no son sólo los instrumentos, sino también otros elementos. Después de tocar la parte A

Leviev improvisa sobre el piano en un solo de casi un minuto que cierra con unos golpes en la

batería para dar paso a la parte B. Varias notas y frases son adornadas por el piano y cada vez

el aria suena más jazzística. De manera semejante a la primera parte, Leviev improvisa sobre

la parte B, con un solo un poco más extenso, acorde con la extensión de esa sección.

Es así como “Air on a Blue String” permite escuchar y apreciar que el mundo de la

música antigua, en este caso barroca, y del jazz no son tan lejanos como a veces se muestra. El

título mismo de la versión de Leviev evidencia esta relación al evocar la famosa Aria de Bach

y las notas blue del jazz que llenan la pieza de expresividad. Por otra parte, aunque los

instrumentos son distintos en ambos formatos, algunas semejanzas salen a la luz. Por ejemplo,

la práctica del bajo continuo en la música del periodo Barroco, que tocaba una viola da gamba

o un instrumento de teclado como el clavecín, se asemeja a lo que hoy en día hace el bajista de

jazz, ya que proporciona la base armónica para el ensamble, provee un contrapunto para los

1 “Air on a Blue String”, Milcho Leviev – Tema, 4 de febrero, 2021, video, 05:02,

https://www.youtube.com/watch?v=F83RWDCM5-Q.

2

instrumentos melódicos y cumple una función rítmica.2 Además, esto lo hace por medio de

una guía, de la línea del bajo continuo en un caso o del lead sheet en el otro, a partir de la cual

el músico improvisa. Esto nos lleva a otro elemento en común, a saber, la práctica de la

improvisación musical.

Aunque la música antigua y el jazz se pueden ver como dos mundos distantes tanto por

siglos como por estilos, técnicas, sonidos y costumbres, en ambos casos la improvisación

musical ha jugado un papel muy importante en su performance tanto en la parte armónica

como en la melódica; en la ornamentación sutil o considerable de un tema, en su variación, o

incluso en la improvisación de piezas completas. Por lo tanto, lo que hay entre estas dos

tradiciones no son sólo distinciones que las hagan irreconciliables, sino que también hay

puntos en común que posibilitan un diálogo entre ellas. La similitud que llama mi atención y

que pretendo estudiar en este trabajo es la improvisación musical y para hacerlo me delimitaré

a la escena musical colombiana, en particular bogotana, a través de dos casos de estudio: los

Ministriles de la Nueva Granada, agrupación colombiana que interpreta repertorio para

sacabuche del siglo XVI al XVIII, y el ensamble de jazz Adrian Herrera Jazz Quintet.

Con esto en mente, el objetivo general de esta investigación es estudiar la relación

entre la música antigua y el jazz a partir del análisis de la práctica de la improvisación musical

en los casos mencionados. Esto a su vez implica considerar otros elementos que tienen que ver

con la manera en la que hoy en día se realiza su quehacer musical, como son los escenarios en

los que se escucha la música, la recepción de la audiencia, la interacción entre los músicos, el

repertorio que interpretan y la manera en la que lo hacen.

2. Recercadas sobre esta amplia literatura: un breve estado del arte

Así como Diego Ortiz presentó varias recercadas o piezas modelo para enseñar a tañer

la viola da gamba en su Tradado de glosas, de manera semejante sobre el tema de esta

2 Michael Neal Jacobson, “A comparison of the improvisational performance practices of jazz saxophonists

Charlie Parker and Julian Adderley with the embellishments found in the Methodical of Georg Philipp

Telemann” (tesis de doctorado, The University of Texas at Austin, 1999), 24. Esta y todas las demás citas de

fuentes en inglés son traducciones propias.

3

investigación se han escrito diferentes visiones y concepciones que han conformado la

literatura existente.

Sobre la música antigua y el jazz, vistos de manera independiente, hay una gran

literatura que se nutre de investigaciones musicales, históricas, antropológicas, sociológicas,

filosóficas, entre otras. No sólo eso, sino testimonios, biografías y crónicas de los músicos y

sus agrupaciones también son parte de este inmenso panorama. Lo que nos lleva a ver cómo

una práctica humana como la música permite entrelazar distintas concepciones, disciplinas y,

en definitiva, distintos modos de pensar y vivir.

La improvisación musical en ambas tradiciones también ha sido ampliamente

estudiada. En el caso de la música antigua el contrapunto, aquel lenguaje polifónico sobre

melodías llanas, se ha estudiado como una de las primeras formas de improvisación musical

en Occidente.3 Evidencias de esta práctica se encuentran en tratados en los que se enseñaba a

los cantantes a añadir una línea a un canto litúrgico mientras este se cantaba, como

Introdutione facilissima de Vicente Lusitano.4

Por su parte, una técnica de improvisación en la música instrumental fue la

disminución que consistía en disminuir o reducir las notas largas de la melodía original en

notas más cortas. Tratados como Fontegara, Tratado de glosas, Compendium musices, Il vero

modo di disminuir y Ricercate/Passagi et cadence no sólo dan cuenta de la disminución como

una práctica fundamental de los instrumentalistas del siglo XVI, sino que uno de los

principales objetivos de esos escritos era enseñar a improvisar.5 Durante este mismo tiempo

algunos instrumentos como el órgano se consideraban perfectos en virtud de poder tocar en

ellos todas las partes de una obra polifónica, razón por la cual se fomentó el desarrollo de la

improvisación de manera individual, como se evidencia en el manuscrito Buxheimer Organ

Bokk de Conrad Paumann.6

3 Rob C. Wegman, Johannes Menke y Peter Schubert, Improvising Early Music: The History of Musical

Improvisation from the Late Middle Ages to the Early Baroque (Leuven: Leuven University Press, 2014). 4 Vicente Lusitano, Introdutione facilissima e novissima di Canto fermo, figurato, contraponto semplice et in

concerto (Venecia, 1558). 5 Sylvestro Ganassi, Opera Intitulata Fontegara (Venecia, 1535); Diego Ortiz, Tratado de glosas (Nápoles,

1553); Adrian Petit Coclico, Compendium Musices (Núremberg, 1553); Girolamo Dalla Casa, Il Vero Modo di

Disminuir, con tutte le sorti di stromenti (Venecia, 1584); Giovanni Bassano, Ricercate/Passagi et Cadentie

(Venecia, 1585). 6 Conrad Paumann, Das Buxheimer Orgelbuch (1450-60).

4

Además de esas técnicas, la ornamentación y el embellecimiento fueron los elementos

principales de la improvisación musical. El Barroco trajo un cambio gradual en estas técnicas;

algunos ornamentos se dejaron de usar mientras que otros se introdujeron y mantuvieron; las

disminuciones y los passagios perdieron popularidad, mientras que los ornamentos cortos la

ganaron. Junto con la ornamentación, característica propia de este periodo no sólo en la

música, sino en las artes en general, otras prácticas como el bajo continuo, las variaciones

melódicas, cadenzas fueron protagonistas de la improvisación musical.

En el caso del jazz la improvisación desde sus inicios se ha considerado un elemento

característico de su práctica musical porque ofrece las posibilidades de espontaneidad,

sorpresa, descubrimiento y experimento, donde el riesgo y la repetición son esenciales.7 Si

bien, no necesariamente está presente en todas las formas de jazz, sí lo está en su mayoría; ya

sea en piezas que son improvisadas por completo, en solos o en variaciones sobre algún tema.

En relación con ello, en palabras de Derek Bailey, el servicio del jazz fue: “revivir algo casi

extinto en la música Occidental: le recordó que interpretar música y crear música no son

necesariamente actividades separadas, y que, en su mejor momento, la improvisación

instrumental puede alcanzar los niveles más altos de expresión musical”.8

Puesto que la improvisación es un elemento característicos del jazz, es común que en

los libros sobre la historia del jazz se mencione este tema, en investigaciones un poco más

novedosas que abarcan otros temas respecto al tema, e incluso donde se cuestiona la misma

estética y conceptos del jazz.9 Aunque, claro está, hay investigaciones que se han concentrado

exclusivamente en la improvisación, como es el caso de Thinking in Jazz, el resultado de una

extensa y profunda investigación.10 Allí abundan los ejemplos musicales, las entrevistas, y los

7 Bruno Nettl et al., “Improvisation”, en Grove Music Online, 2001, acceso 27 de abril, 2020, ii,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000013738, 1. 8 Derek Bailey, Improvisation: It’s nature and practice in music (United States of America: Da Capo Press,

1993), 48. 9 Sobre historia del jazz: Joachim E. Berendt, El Jazz: De Nueva Orleans al Jazz Rock (Santafé de Bogotá: Fondo

de Cultura Económico, 1994); Mark C. Gridley, Jazz Styles: History and Analysis (Upper Saddle River: Pearon

Prentice Hall, 2006). Asimismo, el siguiente libro es sobre la apreciación e historia del jazz, pero con un enfoque

distinto y más amplio que describe los principales elementos del jazz y los roles de los instrumentos: Richard

Lawn, Experiencing Jazz (New York: McGraw-Hill, 2007). Por su parte, este último libro cuestiona varios

aspectos y elementos tradicionales del jazz: David Andrew Ake, Charles Hiroshi Garrett, y Daniel

Goldmark, Jazz/Not Jazz: The Music and Its Boundaries (Berkeley: University of California Press, 2012). 10 Paul F. Berliner, Thinking in Jazz: The Infinite Art of Improvisation (Chicago: The University of Chicago

Press, 1994).

5

casos de músicos de distintos momentos en la historia del jazz. Otras investigaciones que

también tratan la improvisación musical se enfocan en algún estilo o idioma del jazz en

particular.11

Ahora bien, propiamente en el ámbito de la investigación musical, estas tradiciones se

han relacionado de manera más general al comparar la música clásica con el jazz por medio de

la improvisación musical.12 En este tipo de artículos se suelen presentar rasgos de cada

tradición y luego se comparan sus elementos armónicos, melódicos o su forma. Tal es el caso

de De Lerma al traducir el texto de Schmitz, donde relaciona el jazz y la música del Barroco

en varios elementos propiamente musicales, como el aspecto rítmico, melódico, notacional;

así como también elementos extra musicales.13

De manera muy específica, algunos proyectos y disertaciones han buscado articular

estos dos mundos; es decir, la totalidad del proyecto se ha enfocado en ello. Tal es el caso de

Helm, quien presenta una relación entre el Barroco temprano italiano y las prácticas

tradicionales de jazz, y muestra cómo los tratados sobre improvisación de ese periodo no son

muy distintos a los manuales de improvisación en el jazz.14 Por su parte, el proyecto de King

analiza cómo algunos elementos de la música barroca, en particular aquellos de la música de

J.S. Bach que ha usado el saxofonista Joel Frahm para crear una aproximación a la

improvisación en el jazz.15 Lamentablemente, es sólo un proyecto, por lo que hace falta un

largo camino investigativo, pero es un buen punto de partida. Asimismo, Jacobson presenta

una comparación sobre el performance de Charlie Parker y Cannonball Adderley con las

ornamentaciones de Philipp Telemann.16

Finalmente, como se ilustró con “Air on a Blue String”, la relación entre el jazz y la

música antigua también se puede escuchar en grabaciones. Distintos músicos de jazz se han

11 Un ejemplo de ello es Todd. S. Jenkins, Free Jazz and Free Improvisation: An Encyclopedia (Westport, Conn:

Greenwood Press, 2004). 12 David Jager, “From Classical to Jazz: notes on the journey from performance to improvisation” (tesis de

maestría, 2012). 13 Hans-Peter Schmitz y Dominique-René de Lerma, “Baroque Music in Jazz”. The Black Perspective in Music

7, n.°1 (1979): 75-80. 14 Joe E. Helm, “Principal Themes: Baroque Jazz – A Comparison of Improvisation Between Early Italian

Baroque and Traditional Jazz Practices”. Canadian Music Educator 46, n.° 2 (2004): 19-23. 15 Nathan E. King, “Looking Back, Moving Forward: Joel Frahm’s use of Baroque Concepts in Jazz

Improvisation” (reporte de proyecto de maestría, California State University), 2019. 16 Jacobson, “A comparison of the improvisational”.

6

aproximado a la música clásica en general y en particular al repertorio renacentista y barroco,

o a técnicas y estilos clásicos que les pueden ayudar a desempeñarse de mejor forma al tocar

jazz. Por ejemplo, el bajista Goldsby explica cómo la música clásica y el jazz comparten

elementos armónicos y melódicos. Para él las pedagogías clásicas pueden ayudarle a un

músico de jazz a resolver los problemas melódicos y armónicos con los que se puede

encontrar, a mejorar su técnica, e incluso a expandir sus capacidades melódicas.17 De manera

semejante, Joe Frahm ha incorporado la música del Barroco a su repertorio, así como también

lo ha hecho Bill Cunliffe en piezas donde toca las Variaciones Goldberg en varios estilos y

formatos de jazz. Asimismo, en Blues on Bach el grupo Modern Jazz Quartet incluye arreglos

del pianista John Lewis a piezas de Bach intercalados con piezas de blues. Sin embargo, no

sólo músicos de jazz se han aproximado a la música antigua, sino que también se han hecho

algunos proyectos interesantes desde ensambles de música antigua. Tal es el caso del álbum

Le Jazz et la Pavane de Les Sacqueboutiers, agrupación francesa que se ha dedicado a

redescubrir la práctica de los metales antiguos, como el sacabuche, y que hoy día interpretan

repertorio renacentista. Este ejemplo se profundizará en el tercer capítulo.

A partir de lo anterior, podemos decir que hay investigaciones que han estudiado el rol

de la improvisación en la música antigua y en el jazz, respectivamente, así como también hay

otras que han puesto en relación ambas tradiciones o que al menos las han tratado en un

mismo proyecto. Sin embargo, estudios de este tipo son escasos y en su mayoría se concentran

en el repertorio barroco, donde se destacan las composiciones de Bach y la práctica del bajo

continuo. En cambio, en este trabajo me enfocaré en la disminución, una de las principales

técnicas improvisatorias del Renacimiento musical europeo. Asimismo, los trabajos o

proyectos que relacionan una tradición con la otra lo hacen desde un análisis musical, una

metodología en la que identifican alguna técnica en ambas prácticas y la ponen en relación. En

ese sentido, en su mayoría no estudian el tema desde un enfoque etnográfico, que puede

aportar importantes consideraciones sobre la práctica musical que va más allá de las notas que

toca un músico. Además, hasta el momento no hay estudios que se enfoquen en el caso

17 John Goldsby, “Using classical music in jazz improvisation”. The Strad (2010): 70. Similar a ello, Benedek

investiga el rol de la improvisación en la enseñanza de armonía en el piano apelando a materiales del Barroco y

del jazz: Mónika Benedek, The Role of Piano Improvisation in Teaching Harmony, Using Combined Materials

Selected from the Baroque Period and Jazz Standard Repertoire: Towards a Comprehensive Approach

(Jyväskylä: University of Jyväskylä, 2015).

7

colombiano u otro país latinoamericano. Hace falta, entonces, considerar más aspectos que se

interceptan en el quehacer musical, en musicar en palabras de Small; es decir, la manera de

tomar parte de un performance musical, bien sea tocando, escuchando o interactuando de

alguna manera.18

3. Aclaremos algunos conceptos: ¿qué es la improvisación musical, la música

antigua y el jazz?

En términos generales, son muchas las actividades improvisadas en las que el hombre

debe resolver sobre el momento lo que debe hacer y hacerlo. Podemos pensar en un expositor

que debe presentar una conferencia, pero no la ha preparado, así que decide improvisar a

medida que dicta la conferencia. Asimismo, se lleva a cabo un proyecto basado en un diseño,

pero al hacerlo no todo resulta como estaba planeado, así que hay que improvisar y resolverlo.

Escenarios semejantes ocurren también en actividades cotidianas como cocinar, jugar y

conversar, en las cuales la espontaneidad y la libertad están presentes. Sin embargo, no se

improvisa de la nada, no depende absolutamente de la libertad y la espontaneidad. Por el

contrario, “la improvisación depende fundamentalmente de rutinas, rituales y prácticas de todo

tipo”.19 Por esta razón, para que la improvisación tenga un buen resultado quien la lleve a

cabo debe tener una gran experticia, un dominio de las capacidades necesarias para realizarla.

Esto nos conduce a la improvisación artística y en particular a la musical; áreas en las

que ciertas habilidades y el performance mismo promueven el juego libre de la actividad

improvisatoria.20 Tal es el caso de improvisaciones teatrales donde no hay un libreto

determinado para actuar, sino que se construye a partir de las decisiones que se toman el

momento, a veces con sugerencias del público. De manera similar ocurre en la danza y en

otras artes escénicas como la música. Por ejemplo, un solo de guitarra como el de “Voodoo

Child” de Jimi Hendrix o un concierto improvisado como Köln Concert de Keith Jarrett.

18 Christopher Small, Musicking: The Meanings of Performing and Listening (Wesleyan, UK: Wesleyan

University Press, 1998), 9. 19 Philip Alperson, “A Topography of Improvisation”, The Journal of Aesthetics and Art Criticism 68, n.° 3

(2010): 273. 20 Ibid., 274.

8

Ahora bien, ¿qué entendemos por improvisación musical? Se puede ver como la

creación de una obra mientras esta, a su vez, es ejecutada o interpretada. O, sin

comprometerse con la noción de creación, como “la forma final de una obra musical, mientras

es interpretada”.21 Una u otra caracterización refleja un punto en común: la simultaneidad de

la composición y la ejecución de la música; es la creación de la música durante el curso del

performance.22

Así bien, aunque esta investigación se concentra en la improvisación en la música

antigua y en el jazz, es importante aclarar que históricamente no sólo se ha presentado en estas

dos tradiciones. En el campo de la música clásica podemos pensar en las improvisaciones de

Litz durante el Romanticismo y también hoy en las interpretaciones de la pianista Gabriela

Montero. Más allá del mundo clásico encontramos claros ejemplos de improvisación musical

en los solos de rock o en un performance de flamenco. Y esto no se restringe a Occidente, por

el contrario, en la India el raga en el cual la improvisación toma lugar evidencia la naturaleza

maleable de su práctica musical, por mencionar algunos ejemplos.

Además de la noción de improvisación musical viene bien aclarar dos términos más:

música antigua y jazz. Por un lado, cuando se habla de música antigua o música temprana se

suele hacer referencia a la música de la Edad Media, del Renacimiento y del Barroco. 23 No

obstante, esta delimitación no es definitiva, por lo que puede ampliarse con el paso del tiempo.

Incluso, más que una delimitación histórica, se trata del interés por ahondar y reconstruir un

estilo de interpretación a partir de partituras, tratados, instrumentos y otros elementos en los

que la música ha sobrevivido de cierta manera.24

Este interés se ha materializado en el movimiento Early Music Revival específicamente

en dos aspectos: en el descubrimiento de sus repertorios y en recapturar estilos de

performance, es decir, la forma en la que esos repertorios se interpretaban. Los repertorios de

este estilo musical permiten reconectar mundos, tradiciones y expresiones distintas a las

21 Bruno Nettl et al., “Improvisation”, en Grove Music Online, 2001, acceso 27 de abril, 2020, ii,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000013738, 1. 22 Berliner, Thinking in Jazz, 1. 23 Thomas F. Kelly, Early music: a very short introduction (New York: Oxford University Press, 2011), 15. 24 Harry Haskell, “Early music”, en Grove Music Online, 2001, acceso 14 de mayo, 2021,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000046003.

9

nuestras, que a su vez nos llevan a cuestionar el significado mismo de la música y de lo

musical. Se trata de recuperar repertorios poco conocidos u olvidados, donde sobrevive algún

tipo de notación, pero no hay suficiente memoria respecto a cómo sonaba.25

Y es allí donde entra en juego el siguiente aspecto referente al performance de esos

repertorios: el énfasis en interpretar las piezas musicales como sonaron en aquella época. Este

enfoque se conoce como Interpretación Históricamente Informada (IHI), y para lograr su

objetivo se sirve de instrumentos de época o réplicas de ellos para aproximarse a esa

sonoridad. Varias críticas se le han hecho a este movimiento por su pretensión de autenticidad,

es decir, por la imposibilidad de interpretar una pieza de ese repertorio de manera ‘auténtica’;

y porque esa pretensión responde a una estética de hoy y no de ese entonces. A ello se hará

referencia en el primer capítulo. En ese sentido, música antigua hace referencia tanto a un

repertorio, desde la Edad Media hasta el Barroco, como a una aproximación históricamente

informada de su interpretación.

Asimismo, el énfasis en el performance tiene como base la idea de ver este repertorio

como un arte vivo lleno de espontaneidad, emoción, improvisación y otros efectos expresivos

que cada generación puede reinterpretar.26 Es este énfasis en el que me enfocaré en lo que

sigue en este trabajo, sobre todo, en la improvisación de la música del Renacimiento.

Por otro lado, tradicionalmente el inicio de la historia del jazz se suele ubicar entre

finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX en Nueva Orleans, una ciudad en la que

confluían diversas culturas, pueblos y razas; se encontraban tanto europeos (franceses,

españoles, también ingleses, italianos, alemanes y eslavos) como descendientes de los

esclavos negros llevados de África.27 Esta diversidad cultural se manifiestó en los inicios del

jazz y en su posterior desarrollo, de tal forma que su naturaleza misma abraza una gran

cantidad de expresiones culturales y musicales que llamamos jazz.

25 Kelly, Early Music, 2. 26 Ibid., 4. 27 Berendt, El Jazz, 21. Es importante aclarar que Nueva Orleans no fue ni la única ni la primera ciudad en la que

se escuchó jazz. Asimismo, Nueva Orleans estaba en diálogo con otras ciudades del Caribe como La Habana que

a su vez influenciaron sus prácticas musicales, como fue el caso del danzón. Para más información sobre Nueva

Orleans como una ciudad del Caribe, ver: Ned Sublette, The World That Made New Orleans: From Spanish

Silver to Congo Square (Chicago: Lawrence Hill Books, 2008). Para más información sobre la influencia del

danzón en el jazz, ver: Alejandro L. Madrid y Robin D. Moore, Danzón: Circum-Caribbean Dialogues in Music

and Dance (New York: Oxford University Press, 2013).

10

Por esta razón, definir o siquiera caracterizar el jazz es un tarea muy difícil. Hoy el jazz

sigue cambiando, cada vez hay más fusiones y la música ha tomado distintas direcciones. Para

decir qué es el jazz hay que tener en cuenta también la forma en la que “los músicos, fanáticos

y críticos han definido proyectos artísticos invirtiendo o rechazando elementos de la esencia

asumida del jazz, tanto a nivel musical como simbólico”.28 En ese mismo libro, Jazz/Not Jazz,

precisamente se cuestiona la idea de lo que es esta música, de cómo se ha definido, qué

características se le han atribuido y cómo puede pensarse como un arte socialmente situado.

Esta música se ha caracterizado por la libertad que tiene el músico en su interpretación,

usualmente asociada a la improvisación musical individual y colectiva.

Por ejemplo, se le ha atribuido como elemento casi esencial la improvisación, el swing

feel y las inflexiones melódicas del blues. Sin embargo, estas características no siempre están

presentes en un performance de jazz, y en su mayoría responden a algunos estilos o idiomas

del jazz y no a todos. Así, nos damos cuenta que esta música sigue cambiando, se sigue

transformando, incluso más de un siglo después. Entonces, aunque el jazz se originó de una

amalgama de elementos musicales y culturales africanos, europeos, norteamericanos, entre

otros, continuamente ha absorbido diferentes influencias musicales. De tal forma, en palabras

de Berliner, “el jazz sigue siendo un sistema musical característicamente abierto capaz de

absorber nuevos rasgos sin sacrificar su identidad”.29

4. “So What”: en qué contribuye esta tesis a la discusión

“So What” es uno de los temas más reconocidos del jazz modal. El piano y el bajo dan

inicio a la pieza y al poco tiempo el bajo toca la melodía que identifica el primer tema de Kind

of Blue, el álbum de jazz más vendido de todos los tiempos. Las notas que conforman ese riff

dan cierta continuidad y movimiento a la pieza a la vez que preparan cada una de las

improvisaciones de la trompeta, el saxofón tenor, el alto y el piano. Aunque la pieza es

sencilla en términos armónicos, esta sencillez les da a los músicos una gran libertad a la hora

de interpretar sus improvisaciones, las cuales forman la mayor parte del tema. De forma

28 Ake, Garrett y Goldmark, Jazz/Not Jazz, 15. 29 Berliner, Thinking in Jazz, 489.

11

similar, a la vez que buena parte de esta investigación siguió parámetros metodológicos

cruciales de la etnomusicología y la musicología, entre ellos las entrevistas semiestructuradas

y el análisis musical, también fue un espacio de experimentación e incluso de improvisación

de faenas académicas. A partir de dichos procedimientos se desprenden varias consideraciones

que trascienden, como veremos, los mismos casos de estudio.

La pregunta que surge ahora es, “So What?”, es decir, ¿qué relevancia tiene este

estudio? Como se presentó en el segundo punto, estudios de este tipo hay muy pocos. Hay una

gran literatura sobre la música temprana y sobre el jazz, respectivamente. A medida que el

tema se hace más específico, la literatura se acorta en especie de embudo. En menor cantidad

hay trabajos sobre improvisación en ambas tradiciones, aunque hay un buen panorama que se

nutre de varias perspectivas en torno a este tema. No obstante, investigaciones que pongan en

diálogo, comparación o algún tipo de relación ambas tradiciones, es muy escasa. Mucho más

escaso, hasta el momento inexistente, es el estudio de escenarios colombianos como el de la

ciudad de Bogotá.

Ahora bien, la relevancia de esta investigación no sólo yace en ampliar la literatura de

este tema, sino también en aportar otras perspectivas al mismo. Es así como un estudio de tipo

interdisciplinar permitirá no sólo abarcar temas comunes de musicología y enfocarse en lo que

tienen por decirnos estas expresiones musicales, sino que también las formas en las que los

distintos actores de ambos mundos interactúan iluminarán los significados que van más allá de

la música misma y que permean nuestra sociedad. En relación con el jazz, por ejemplo, este

trabajo permite tener una visión un poco más global que no se limita a la escena

estadounidense, como es usual, sino que se amplia y conecta con otros lugares del mundo,

como Colombia.

La mayor contribución que esta investigación hace al campo de la musicología se

encuentra en su enfoque etnográfico de los dos casos de estudio: los Ministriles de la Nueva

Granada y Adrian Herrera Jazz Quintet. Esta metodología toma elementos de la etnografía

tradicional, como hacer trabajo de campo en cierta medida, y se concentra en los individuos,

“en sus comprensiones e interpretación de sus prácticas musicales” (p. 158).30 En este sentido,

30 Timothy Rice, “Time, Place and Metaphor in Musical Experience and Ethnography”, Ethnomusicology 47, n.°

2 (2003): 158.

12

el foco de la investigación se encuentra en los sujetos de la práctica musical y en su

experiencia, más que en la cultura en términos generales.31

Aunque el plan inicial era asistir a los conciertos, ensayos y sesiones presenciales de

ambas agrupaciones para realizar el trabajo de campo, este tuvo que replantearse debido a la

pandemia ocasionada por la COVID-19. Así, el análisis se llevó a cabo principalmente a partir

de entrevistas y de la observación y análisis de conciertos de ambas agrupaciones. Por un lado,

las entrevistas a Camilo Jiménez y Adrián Herrera, fundadores de los Ministriles de la Nueva

Granada y Adrian Herrera Jazz Quintet, respectivamente, las realicé por medio de Zoom. Por

otro lado, asistir y analizar los diversos componentes de los conciertos representó más retos,

más que todo porque los escenarios donde solían tocar fueron cerrados y progresivamente

abrieron con medidas de bioseguridad. Entonces, los conciertos se detuvieron de un momento

a otro, luego volvieron a presentarse, algunos con poco público otros sin público, unos fueron

transmitidos virtualmente mientras que otros no. Este contexto representó el reto de buscar

otras formas de analizar el concierto más allá de lo musical a través de la pantalla, por

ejemplo, la recepción de la audiencia a través de comentarios o reacciones en la red social o

plataforma donde se transmitió el concierto.

Así, este enfoque permite analizar la relación entre la música antigua y el jazz a partir

de la improvisación musical en términos generales a la vez que salen a la luz características

propias de ambos casos, de la manera en la que cada uno resignifica las prácticas y estilos de

cada tradición en la escena bogotana, en un contexto más específico.

5. Paso a paso: un esbozo de cada capítulo

En el primer capítulo se expondrá la improvisación musical como un aspecto

fundamental de la práctica musical renacentista, enfocada en la ornamentación de las piezas,

como es el caso de la técnica de la disminución. Esa práctica musical se ilustrará a través del

caso de los Ministriles de la Nueva Granada, lo que permitirá dar cuenta paralelamente de la

práctica improvisatoria que se desarrolló en Europa en aquellos siglos y de la escena musical

31 Ibid., 152. Allí Timothy Rice propone el término subject-centered musical etnography para referirse al cambio

de enfoque desde la cultura hacia el sujeto como el locus de la práctica musical.

13

colombiana que interpreta hoy en día ese repertorio. Para ello, se presentará a los Ministriles

de la Nueva Granada como una agrupación musical en el contexto colombiano e internacional

de la IHI; nos adentraremos en el repertorio que interpretan, especialmente el del archivo

musical de la Catedral de Bogotá; se ahondará en la improvisación musical, en especial la

disminución, como respuesta a la manera en la que tocan el repertorio; y se hará referencia a

las dinámicas sociales en las que se enmarca esta práctica musical, esto es, los escenarios en

los que tocan, las interacciones entre los cuatro integrantes, y la recepción de su música.

En el segundo capítulo tomaremos como caso de estudio Adrian Herrera Jazz Quintet

para dar cuenta de la improvisación como un elemento fundamental del jazz y para situar esa

práctica en la escena musical colombiana. Así pues, la idea central no es solo ver la

improvisación musical como una práctica musical característica del jazz que podemos apreciar

en las interpretaciones de Adrian Herrera Jazz Quintet, sino también analizar una manera

particular de resignificar dicha práctica desde Bogotá. Para ello, se presentará el Quinteto

como una agrupación versátil de jazz; posteriormente, abarcaremos el repertorio que suelen

interpretar en dos formatos: estándares y tributos de jazz, por un lado, y arreglos y

composiciones, por el otro. Más adelante se hará alusión a la improvisación como lenguaje

para comprender y describir cómo interactúan los músicos del Quinteto en esta práctica

musical; y, finalmente, se hará referencia a las dinámicas sociales de esta práctica musical que

se enmarcan en los lugares donde tocan, enfocada a los escenarios y audiencias para los que el

Quinteto ha tocado.

En el tercer capítulo se pondrá en relación la práctica musical de la música antigua y

del jazz a través de los dos casos de estudio a partir del papel que juega improvisación en su

práctica musical. Sin embargo, analizar este aspecto supone considerar y estudiar otros

elementos que interactúan entre sí en ambas tradiciones y que sacan a la luz otras similitudes

entre ambas tradiciones. A partir de ello, se profundizará sobre una motivación personal que

tienen en común Jiménez y Herrera frente a la música que interpreta cada uno; se abarcarán

las similitudes que tiene la música antigua y el jazz en la improvisación musical al verla como

un lenguaje y como un mundo de posibilidades para el músico; se expondrá una intención

pedagógica que ha estado presente en la práctica musical de Los Ministriles de la Nueva

Granada y Adrian Herrera Jazz Quintet, especialmente en los escenarios en los que han tocado

14

y las audiencias a las que se han dirigido; y, finalmente, analizaremos brevemente la industria

discográfica en el jazz y en la música antigua, lo que evidenciará un fenómeno similar en la

historia discográfica de ambas tradiciones, así como también una relación entre las

grabaciones y la improvisación musical como herramienta pedagógica. De esta forma,

veremos cómo la música antigua y el jazz no sólo se asemejan por tener en común la

improvisación musical, sino que, al analizar esta relación, saldrán a la luz otros aspectos en

común que tiene que ver con la manera en la que hoy en día se realiza su quehacer musical.

Por lo tanto, el tercer capítulo hace las veces de conclusiones al relacionar los dos

primeros capítulos. En su última sección, la coda, se retomarán las principales cuestiones que

se trataron con la finalidad de exponer, por un lado, las conclusiones a las que llegamos, es

decir, aquellas cuestiones que se desarrollaron en el trabajo, que responden a la pregunta de la

investigación y que están directamente relacionadas con ellas. Y, por otro lado, ciertos asuntos

que por extensión y delimitación del tema no quedan del todo resueltos en la investigación, no

quedan del todo concluidos, sino que están relacionados con la tesis y dan pie a próximos

trabajos investigativos.

15

Capítulo I

Los ministriles de hace trescientos años y los ministriles de hoy: improvisación en la

música antigua

Es el año 2020, hace tan sólo unos meses la pandemia empezó a cambiar nuestras

vidas y en medio de este panorama suenan sacabuches en la Capilla del Sagrario de la

Catedral Primada de Colombia a través de un concierto virtual. ¿Sacabuches? Así es, un

instrumento de viento antiguo, el ancestro del trombón moderno. Tres músicos los

interpretan, y a ellos los acompañan las cuerdas de una tiorba. Los tres interpretan distintas

piezas musicales de música antigua, tanto del repertorio europeo como también

composiciones del archivo musical de la Catedral, que sonaron hace más de 300 años. Si ya

es sorprendente escuchar los sonidos de estos instrumentos en pleno siglo XXI, durante la

pandemia, aquí en nuestra ciudad de Bogotá; al escuchar y ver detenidamente el concierto

virtual, cada vez más elementos resuenan y llaman mi atención. A través de la pantalla de mi

computador puedo ver cómo el continuo, a cargo de la tiorba, no se limita a tocar acordes

para acompañar la melodía que hacen los sacabuches, sino que toca distintas notas que la

adornan. Asimismo, los tres sacabuches añaden notas a los finales de frases, se miran entre

ellos, se escuchan, alguno toca unas notas más, y dan fin a la interpretación. Esas notas

adicionales son claramente improvisadas, ornamentaciones que embellecen la obra.32

El fragmento anterior recoge una breve descripción sobre lo que observé en el

concierto grabado en la Capilla del Sagrario de los Ministriles de la Nueva Granada.33 Se trata

de una agrupación integrada por cuatro músicos colombianos que interpretan repertorio para

sacabuche del siglo XVI al XVIII, especialmente del Virreinato de La Nueva Granada, lo que

hoy en día corresponde a Colombia.

32 (Notas de diario de campo) Jueves 30 de julio, 2020. Concierto virtual de los Ministriles de la Nueva Granada

en el marco del Festival de Música Religiosa Marinilla. 33 El concierto se encuentra disponible en: Festival de Música Religiosa Marinilla, “CONCIERTO

MINISTRILES DE LA NUEVA GRANADA”, Facebook, 30 de julio, 2020,

https://www.facebook.com/watch/live/?v=317666769372599&ref=watch_permalink.

Y, una retransmisión con entrevistas y comentarios de los músicos se encuentra en: Andrés Rodríguez, “Uniendo

Distancias: Ministriles de la Nueva Granada”, Facebook, 30 de julio, 2020,

https://www.facebook.com/andresleonrodriguez/videos/10157486481725205/.

16

Este repertorio presenta el reto de responder cómo sonaba la música de hace varios

siglos y, por tanto, cómo interpretarla hoy. Este interrogante ha estado presente en el mundo

musical desde hace un tiempo, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX con el

movimiento Early Music Revival y ha marcado en gran parte lo que hoy se conoce como

Interpretación Históricamente Informada (IHI).34 Como explica Carlos Páramo, esta

aproximación a la música busca “rendir una obra sirviéndose de instrumentos pertenecientes a

la época en que ésta fue concebida (o de copias de aquellos), con las técnicas de interpretación

y a partir de las convenciones retóricas de entonces”.35

Varias de estas características las veremos en el caso de los Ministriles de la Nueva

Granada, así que vale la pena preguntarse qué tan válida es esta aproximación. ¿Es posible

interpretar hoy una pieza de modo que suene tal y como se escuchó hace varios siglos? La IHI

ha tenido distintas críticas que se han enfocado, por un lado, en la imposibilidad de interpretar

una pieza de ese repertorio de manera ‘auténtica’ y, por otro lado, en que esa pretensión

responde a una estética de hoy y no de ese entonces. Es decir, por más estudios y hallazgos

que encontremos, difícilmente sabremos con certeza cómo sonó exactamente esa música;

además, esencialmente será distinto porque las dinámicas que rodean lo musical han cambiado

(la audiencia, el escenario, la sociedad, los instrumentos, los materiales, etc.). Por otro lado,

esta aproximación responde más a una estética de la manera en la que hoy vemos el pasado y

no como se veía la misma música en aquella época, como lo criticó fuertemente Richard

Taruskin.36 No obstante, vale la pena resaltar tanto el interés histórico por conocer, rescatar y

estudiar estos repertorios, como el esfuerzo por hacer sonar esa música. En este sentido, y

como lo veremos más adelante, al interpretar repertorio barroco, renacentista o anterior a ello,

el músico se encuentra con una cantidad de posibilidades de interpretación; tal vez como

también se encontraba el músico de aquel entonces.

34 El Early Music Revival consiste en el avivamiento del interés de la interpretación de la música medieval,

renacentista y barroca, principalmente. El movimiento surgió en la segunda mitad del siglo XX, aunque sus

orígenes yacen a finales del siglo XIX. El performance de esta música tiene algunas características particulares

que recoge la Interpretación Históricamente Informada (IHI o HIP en inglés). Por ejemplo, usan instrumentos,

técnicas, estilos e incluso atuendos de época con el objetivo de hacer un performance auténtico. 35 Carlos Páramo, “Música colonial: La invención sonora del barroco hispanoamericano”, Revista

Acontratiempo, n.° 14 (2009), http://www.musigrafia.org/acontratiempo/?ediciones/revista-14/artculos/msica-

colonial-la-invencin-sonora-del-barroco-hispanoamericano.html. 36 Sobre todo en su ensayo “The Pastness of the Presente and the presence of the Past” en: Richard Taruskin, Text

& Act: Essays on Music and Performance (New York: Oxford University Press, 1995).

17

Lo anterior nos lleva a decir que el hecho de tener una partitura, un manuscrito o algún

tipo de notación musical sobre una pieza constituye una guía o un punto de partida para su

interpretación. Sin embargo, no determina la interpretación. Al contrario, las posibilidades

interpretativas a partir de un mismo manuscrito son muchas y diversas, de lo cual la

producción musical del movimiento Early Music y la IHI es un ejemplo elocuente. Ahora

bien, esa respuesta abre más posibilidades si se tiene en cuenta la práctica improvisatoria en la

interpretación de piezas renacentistas y barrocas. En ese entonces, entre los siglos XVI y

XVIII, la noción de obra musical era distinta a la que tenemos hoy o incluso no existía como

tal.37 La pieza musical no se pensaba como una partitura que se interpretaba nota a nota, sino

que, aun cuando había una partitura, el intérprete tenía una gran libertad a la hora de

interpretarla, y en esa libertad la improvisación tenía lugar. Agrupaciones como los Ministriles

de la Nueva Granada tienen eso en cuenta a la hora de tocar piezas de repertorio renacentista o

barroco, al adentrarse en esa práctica musical en la que era usual “embellecer la interpretación

con el instrumento que tienes a mano”, en su caso el sacabuche y la tiorba.38

En el presente capítulo se busca exponer un aspecto fundamental de la práctica musical

renacentista y barroca, a saber, la improvisación musical, enfocada en la ornamentación de las

piezas musicales, como es el caso de la técnica de la disminución o división. Esa práctica

musical se presentará e ilustrará a través del caso de los Ministriles de la Nueva Granada, lo

que permitirá dar cuenta paralelamente de la práctica improvisatoria que se desarrolló en

Europa en aquellos siglos y de la escena musical colombiana que interpreta hoy en día ese

repertorio. Ahora bien, al hacerlo veremos cómo la improvisación musical fue un elemento

central en esa práctica musical hace varios siglos; y cómo hoy aún lo es, por ejemplo, en las

interpretaciones de los Ministriles de la Nueva Granada. Sin embargo, la manera en la que lo

hacen, la apropiación que hacen de esa técnica musical, resulta sin duda en algo distinto a lo

que pudo haber sido el caso durante los siglos XVI y XVIII.

37 Lydia Goehr sostiene que antes de 1800 no existía como tal esa noción, The Imaginary Museum of Musical

Works: An Essay in the Philosophy of Music (New York: Oxford University Press, 1992). Asimismo, Dalhaus

critica que “el concepto de obra y no el de acontecimiento constituye la categoría central de la historia de la

música, cuyo objeto […] es la poiesis, la creación de obras, y no la praxis, la acción social”. (Carl Dalhaus,

Fundamentos de la historia de la música (Barcelona: Gedisa, 1997), 13). 38 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020.

18

En otras palabras, la idea central de este capítulo es ver la improvisación musical como

una práctica musical característica de la música renacentista y barroca, que estuvo presente en

esos periodos, y que hoy vuelve a estarlo cuando se interpreta ese repertorio. Especialmente,

en la interpretación que los Ministriles de la Nueva Granada hacen de su repertorio, que a su

vez da lugar a discusiones respecto a la historia del pasado y a las dinámicas sociales y

culturales del presente.

Para sustentar esa idea, en primer lugar, se presentará a los Ministriles de la Nueva

Granada como una agrupación musical en el contexto colombiano e internacional de la IHI.

En segundo lugar, nos adentraremos en el repertorio que interpretan, especialmente aquel del

archivo musical de la Catedral de Bogotá. En tercer lugar, se ahondará en la improvisación

musical, en especial la disminución, como respuesta a la manera en la que tocan el repertorio.

Por último, se hará referencia a las dinámicas sociales en las que se enmarca esta práctica

musical, esto es, los escenarios en los que tocan, las interacciones entre los cuatro integrantes

y la recepción de su música.

1. Los Ministriles de la Nueva Granada, ¿quiénes son?

Hace varios siglos las cortes, las iglesias y las altas casas señoriales europeas eran

entretenidas por músicos que tocaban distintos instrumentos, a quienes se les conoció como

ministriles. De manera general, el término hacía referencia tanto a un juglar como a un

contador de historias, e incluso a un acróbata cuya principal función era entretener. 39 De

manera más específica, denotaba a instrumentistas de viento “que tocaban puntualmente tanto

en celebraciones religiosas como civiles” y cuyo repertorio era igualmente variado.40 Durante

el siglo XV era común que un ensamble de ministriles lo integrara un trío o cuarteto de

39 Lawrence Gushee, Richard Rastall y David Klausner, “Minstrel”, en Grove Music Online, 2001, acceso 4

de enero,

2020, https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000018748. 40 “Los instrumentos de los ministriles”, MúsicaAntigua.com, publicado el 9 de marzo,

2015, https://www.musicaantigua.com/los-instrumentos-de-los-ministriles/.

19

chirimías [instrumento] y sacabuches, en ocasiones trompetas o cornetas, y que más adelante

acompañaran ese sonido con el bajo continuo a cargo, por ejemplo, del bajón.41

Esa tradición europea llegó a varias ciudades latinoamericanas, entre ellas Santafé, de

modo que para finales del siglo XVI los instrumentos característicos de un grupo de

ministriles, —en especial los sacabuches y las trompetas——, “eran comunes a todos los

asentamientos urbanos de América Latina”.42 Trompetillas (cornetas), chirimías y sacabuches

(o trompetas) sonaban en la Catedral de Santafé a finales de 1500, como lo describió el

Capitán Bernardo de Vargas Machuca.43 Y con el paso del tiempo sonaron cada vez más y de

manera más diversa, dentro y fuera de la iglesias, en contextos seculares y religiosos.

Trescientos años más tarde, los sacabuches y la tiorba de un grupo de músicos

“criollos”, según el término que ellos mismos usan, sonaron en la Capilla del Sagrario de la

Catedral de Bogotá. Los Ministriles de la Nueva Granada, agrupación integrada por Giovanni

Scarpetta (sacabuche tenor y alto), Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor y bajo), Carlos

Andrés Guzmán (sacabuche tenor) y Juan Camilo Araoz (tiorba), busca “investigar, recopilar,

difundir e interpretar el repertorio que se abarcó con el sacabuche (instrumento antecesor del

trombón modero) desde el siglo XVI al XVIII”.44

Ellos cuatro, cada uno con su historia y formación particular, está detrás de este

objetivo en común que nació a partir del amor, como Camilo Jiménez lo describe, por la

música antigua y su iniciativa porque hubiera una agrupación colombiana que volviera a hacer

sonar los sacabuches que hace varios siglos nuestros antepasados indígenas tocaron. En su

caso, —y que tal vez será el caso de muchos—, es curioso ver que su amor por esta música

nació a partir de un encuentro, o como él dice, “un choque duro” con ella. El sacabuche, en

tanto instrumento antiguo, representa un gran reto para un intérprete moderno. Según el propio

Camilo Jiménez, “es un instrumento de unas capacidades tímbricas diferentes a las que uno

está acostumbrado: afinación, sensación de la boquilla, de la manera de soplar. Estábamos

41 Ibid. 42 Egberto Bermúdez, “The Ministriles Tradition in Latin America: Part one: South America 1. The Cases of

Santafé (Colombia) and La Plata (Bolivia) In the Seventeenth Century”, Journal of the Historical Brass Society,

11 (1999): 150. 43 Ibid., 150. 44 “Ministriles de la Nueva Granada”, CNDM, acceso 4 de enero,

2020, http://www.cndm.mcu.es/sites/default/files/2019-

07/CNDM_Ministriles%20de%20la%20Nueva%20Granada.pdf.

20

tocando y yo creía que el instrumento tenía algo adentro que le obstaculizaba el paso del aire,

porque era muy difícil hacerlo sonar y afinar, más; y no, era así [así sonaba]”.45 Esa primera

experiencia con el sacabuche marcó el inicio de la tarea que buscan los Ministriles de la

Nueva Granada.

Interpretar repertorio de música antigua es un gran desafío para los músicos de hoy, no

sólo por el aspecto técnico de tocar un instrumento de época, sino también por las diversas

maneras estilísticas en las que pudo haber sonado esa música. El movimiento de la IHI estudia

a fondo esa práctica. Fue a mediados del siglo XX cuando el interés por recuperar e interpretar

estos repertorios resurgió, de tal forma que en los años cincuenta y sesenta se crearon muchos

ensambles de música antigua, como el New York Pro Musica (1952), a la vez que se

empezaron a reproducir réplicas de instrumentos de época, especialmente en Estados Unidos e

Inglaterra. Para el interés de esta investigación, fue desde mitad de la década de los sesenta

cuando en Latinoamérica creció el interés por los repertorios musicales propios; interés que

una década más tarde se reflejó también en España y Portugal por sus repertorios también. El

grupo Pro Música Antigua de Rosario, en Argentina, y el Conjunto de Música Antigua de la

Universidad Católica de Chile fueron pioneros de la interpretación de esos repertorios.

En Colombia el movimiento de música antigua inició en la década de los cincuenta con

los conciertos y grabaciones del clavecinista Rafael Puyana.46 Más adelante, la Coral Tomás

Luis de Victoria (1951) y el Grupo Ballestrinque (1969) marcaron un punto importante en

Medellín y Bogotá, respectivamente, que motivó la conformación de otras agrupaciones como

Pro Música Antigua de Medellín, Grupo Musical de la Familia Villa, Grupo de música

Antigua de Medellín, Grupo de Música Antigua de Bogotá y Hausmusik, este último liderado

por Luisa Botero y Amalia Samper, quien también dirigió el coro de la Universidad de Los

Andes.47 Más adelante ensambles de distintas universidades, como la UIS y la Universidad

45 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020. 46 Como lo indica Bermúdez en “¿Cómo realmente sonaba?: Reflexiones personales sobre la interpretación

histórica de la música del pasado de América Latina y Colombia”. Las Artes en los años noventa, n.° 6 (2005):

19. 47 Johanna Vela Oróstegui presenta de manera más detallada las dos primeras agrupaciones mencionadas de

Medellín y Bogotá. “Pioneros del movimiento de música antigua en Colombia: Bogotá-Medellín 1951-1973”

(tesis de maestría, Universidad Nacional de Colombia, 2018), https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/64045.

21

Central, y otros grupos como Canto (1984), Música Ficta (1988), Como era en un principio

(2009), entre otros, han sido parte de este gran movimiento.

El interés por “aproximarse de una manera más real a lo que pudo haber sido”, a como

pudo haber sonado, está presente en estas agrupaciones, dentro de las cuales se encuentran los

Ministriles de la Nueva Granada.48 Ellos son uno de muchos casos a nivel mundial de la IHI;

es una de varias iniciativas a nivel latinoamericano; y es una de las pocas en nuestro país,

sobre todo cuando se trata del repertorio musical del Archivo de la Catedral de Bogotá. Y esto

es lo que nos lleva a la siguiente sección del capítulo: ¿qué tocan?

2. El repertorio, ¿qué tocan?

Como se mencionó anteriormente, el repertorio que interpreta la agrupación se

concentra en obras compuestas entre los siglos XVI y XVIII, en particular en piezas para

sacabuche. En aquel tiempo, la mayoría de las composiciones no eran escritas para un

instrumento en específico, sino que decían per sonare o per cantare, esto es, para sonar en un

instrumento o para cantar. Es por esto por lo que distintas piezas se prestan para interpretarlas

en el sacabuche, con alguna u otra edición; y así las han tocado los Ministriles en concierto.

El repertorio que interpretan se compone tanto de piezas instrumentales europeas,

sobre todo de compositores españoles e italianos, como de algunas del archivo musical de la

Catedral de Bogotá. Cabe resaltar aquí que en sus conciertos, al menos en los últimos, han

presentado tanto del uno como del otro.

Por un lado, composiciones de Alessandro Piccinini (1566-1638) y Andrea Falconieri

(1585/6-1656), ambos laudistas y compositores italianos, han sonado en los sacabuches de los

Ministriles de la Nueva Granada. Tal fue el caso, por ejemplo, en su concierto en el marco de

la novena edición del Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá.49 Del primero

interpretaron una chacona y del segundo una pasacaglia, ambos términos (chacona y

48 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020. 49 El concierto se encuentra disponible en: “Ministriles de Nueva Granada – 9no Festival Internacional de Música

Sacra de Bogotá”, Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá, 7 de octubre, 2020, video 32:25,

https://www.youtube.com/watch?v=yYwqfucSHY8&t=577s.

22

pasacaglia) hacen referencia a piezas instrumentales y, a veces, son intercambiables entre sí

para referir a un pasaje improvisado.50 Asimismo, “La Famosa”, pieza de Giovanni Cesare

(1590-1667), “Canarios” de Gaspar Sanz (mitad del siglo XVII a principios del XVII),

“Recercada Primera” de Diego Ortiz (1510-1570), entre otras, también forman parte de su

repertorio. En la siguiente sección, retomaremos algunas de estas obras para hacer alusión a la

manera en la que se interpretaban y en la que los Ministriles lo hacen hoy en día.

Por otro lado, aunque el interés por la música antigua abarca repertorio de origen

europeo, el objetivo de los Ministriles de la Nueva Granada se enriquece al incorporar piezas

del repertorio catedralicio de Santafé en los siglos XVI, XVII y principios del XVIII. Es así

como han interpretado composiciones de José Cascante (1618-25 – 1702) y Juan de Herrera

(1665-1738), maestros de la capilla musical de la Catedral, y Alonso Torices (1635-1684),

maestro de capilla en Málaga, pero de quien se sabe que algunas de sus “obras llegaron a los

repositorios virreinales, incluyendo el de la Catedral de Bogotá”.51 Las piezas que han

interpretado los Ministriles son en su mayoría de carácter religioso, aunque no necesariamente

litúrgico. Varias de ellas son villancicos dedicados, por ejemplo, “A la Santísima Cruz – Cruz

Soberana”, al “Santísimo Sacramento – A ver el Rey”, a san Juan de Dios “Amarle quiere el

demonio” y a “Nuestra Señora del Topo”. Esta advocación a la virgen tiene una tradición en

Colombia desde hace varios siglos, por lo que desde ese entonces “era costumbre de los

maestros de capilla estrenar composiciones para la fiesta patronal de la Virgen del Topo en

cada noviembre”, como es el caso del villancico de José Cascante y Juan de Herrera.52

Ahora bien, el acceso y estudio del archivo de la Catedral de Bogotá es relativamente

reciente, pues sólo hasta los años sesenta se publicaron los primeros catálogos sobre los

documentos que allí se encontraban, en los que se consta la existencia de un repertorio

musical que recoge también obras del siglo XIX, e incluso algunas del siglo XX. José Ignacio

Perdomo Escobar, quien dio a conocer la existencia del archivo, y el musicólogo Robert

50 Alexander Silbiger, “Chaconne”, en Grove Music Online, 2001, acceso 22 de febrero, 2021,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000005354. 51 Camilo Jiménez, “Música catedralicia entre los siglos XVII y XVIII en Santafé: análisis, adaptación e

interpretación de repertorio colonial a través del corpus sonoro del sacabuche” (tesis de maestría, Pontifica

Universidad Javeriana, 2020), 92, https://repository.javeriana.edu.co/handle/10554/50706?locale-attribute=it. 52 Ibid., 123.

23

Stevenson fueron los primeros en encargarse de esa labor.53 Posteriormente, las

investigaciones de Egberto Bermúdez sobre el archivo han quedado consignadas en varios

libros y artículos, en los que introduce la iconografía musical como una nueva fuente en este

estudio. Más adelante y hasta el día de hoy, musicólogos colombianos como Marcela García

Botero, Federico Sepúlveda, Rondy Torres y Camilo Jiménez han continuado con esta labor.

Antes de presentar más a fondo el archivo y las piezas de allí que los Ministriles de la

Nueva Granada han interpretado, primero pensemos por un momento, cómo era Santafé en ese

entonces; caminemos por la ciudad de Santafé en los siglos XVII y XVIII.

2.1. Santafé hace más de 300 años: la plaza, la iglesia y el archivo

Durante los siglos XVII y XVIII Santafé fue, a la luz de los intereses del imperio

español, una ciudad. En efecto, pensar y ver a Santafé, sede del Virreinato de la Nueva

Granada en 1717, como una ciudad era parte fundamental del proyecto para el mundo

hispanoamericano, pues esto “le permitió a un imperio naciente [español] establecer espacios

urbanos interconectados, desde dónde ordenar vastos territorios y gobernar diversos mundos

muy distantes”.54 Comprender y tener esta idea en mente permite entender de mejor forma las

dinámicas sociales y musicales que ocurrían en Santafé, ya que los espacios se articulaban con

las costumbres, hábitos y formas de ser en la ciudad.

Así, los españoles trajeron consigo “un enfoque de la planificación urbana que estaba

informado y diseñado para promover una cosmovisión jerárquica y altamente estructurada”.55

Esta cosmovisión y las dinámicas sociales que le eran propias se configuraban alrededor de

53 En la década de 1950 Perdomo Escobar inició los procesos de clasificación y organización de los documentos

del archivo. Unos años después de la investigación y artículos de Stevenson publicó El Archivo Musical de la

Catedral de Bogotá (José Ignacio Perdomo Escobar, El Archivo Musical de la Catedral de Bogotá [Bogotá:

Instituto Caro y Cuervo, 1976]). Más adelante, en 1962 Stevenson publicó dos artículos a partir de su estadía en

Colombia: “The Bogotá music archive”, el primer catálogo sobre el repertorio del archivo, y “La música colonial

en Colombia” (Robert Stevenson, “La música colonial en Colombia”. Revista Musical Chilena 16, n.° 81-82

(1962): 153-171; Robert Stevenson, “The Bogotá music archive”. Journal of American Musicological Society 15,

n.° 93 (1962): 11-31). 54 Alejandra Osorio, “La ciudad y el ceremonial en la cultura política del Imperio español de los siglos XVI y

XVII”. Arquitectura, urbanismo y ciudad colonial. Jornadas internacionales de arte, historia y cultura. Bogotá:

Ministerio de Cultura, 2015: 50. 55 Geoffrey Baker, Imposing Harmony: music and society in colonial Cuzco (Durham: Duke University Press,

2008), 22.

24

dos espacios de uso público: la plaza y la iglesia. Ambos escenarios eran los portavoces de las

noticias, los lugares que marcaban las relaciones sociales de sus habitantes y los símbolos de

poder. En las puertas de la iglesia se comunicaban los acontecimientos sociales y religiosos, y

en las cuatro esquinas de la Plaza Mayor, hoy Plaza de Bolívar, se proclamaban los nuevos

edictos.56 En la plaza y las calles se daban los encuentros informales, las conversaciones

casuales, se daban intercambios comerciales, se hacían ceremonias civiles y también

peregrinaciones. Entonces, la plaza era el escenario de la vida cotidiana de la ciudad y, junto a

la iglesia, “se convertiría en el centro de la vida política y religiosa de la comunidad”.57

Asimismo, la arquitectura y la disposición del espacio público eran mecanismos de regulación

de las relaciones de poder. Por ejemplo, la distancia de la vivienda a la plaza determinaba el

poder que tenía una persona, la plaza era escenario de ejecuciones y castigos, y el atrio de la

Catedral, —escenario en el que se lograba reunir a toda la comunidad y donde se daban otros

encuentros sociales—, representaba y afianzaba el poder del clero en aquel entonces.

La influencia y poder de la Iglesia se regía desde la Catedral, ubicada en la Plaza

mayor, que hacía las veces de “centro político, administrativo y familiar de la ciudad”.58 Era la

Iglesia la que se encargaba de la educación moral y espiritual de los fieles, regulaba el día a

día de los santafereños y administraba la fe y la religión. En ese sentido, como explican

Páramo y Cuervo, “la ubicación de la Catedral determinará el centro y el desarrollo de la

ciudad”.59

Parte de la formación que ofrecía la Iglesia, y que servía también como evangelización,

era musical y estaba a cargo del maestro de capilla. Desde el siglo XVI la formación musical

estaba dirigida especialmente a los niños del coro, “quienes además de recibir lecciones de

gramática, canto y teoría musical participan junto con los cantores adultos e instrumentistas en

las funciones diarias bajo la dirección del maestro de capilla”.60 Asimismo, los ministriles

participaron en las ceremonias de la Iglesia, tanto de carácter religioso como también cívico.

Usualmente estaban integrados por chirimías, flautas, sacabuches y bajones, que eran

56 Pablo Páramo y Mónica Cuervo, Historia social situada en el espacio público de Bogotá, desde su fundación

hasta el siglo XIX (Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, 2006), 75. 57 Ibid., 68. 58 José Blanco, “Historia de Bogotá”, Sociedad geográfica de Colombia (s.f.): 8. 59 Páramo y Cuervo, Historia social situada, 84. 60 Egberto Bermúdez, “Organización musical y repertorio en la Catedral de Bogotá durante el siglo XVI”.

Ensayos: Historia y Teoría del Arte 3, (1996): 46.

25

interpretados por indígenas del altiplano cundiboyacense, como aquellos provenientes de

Fontibón.61

A finales del siglo XVIII se tenían distintos instrumentistas, desde el organista, que era

el mismo maestro de capilla (Agustín de Velasco), hasta violinistas y arpistas. Por su parte, se

contrataba también a varios cantores; se puede inferir que unos pocos eran niños y la mayoría

adultos, ya que la deducción del salario de los primeros es considerablemente menor que la de

los segundos.62 Durante ese periodo el maestro de capilla dirigía todo el programa musical y

por influencia española nombraba a un maestro subordinado para que les enseñara a los

monaguillos, mientras él les enseñaba a los niños del coro.63

Polifonías, canto llano, villancicos, música vocal y, en menor medida, instrumental,

integraba el repertorio que se interpretaba en la Catedral. Dicho repertorio, como ya se

mencionó, abarca obras desde el siglo XVI hasta el XVIII y algunas del siglo XIX;

composiciones de maestros de capilla como Gonzalo García Zorro, Gutierre Fernández

Hidalgo, José de Cascante, Juan de Herrera y Antonio Margallo, que han vuelto a sonar más

de trescientos años después a través de los tubos delgados y la pequeña campana de los

sacabuches de los Ministriles. Composiciones como “Letra a Nuestra Señora del Topo”, “De

la Alta Providencia” o “El verte favorecido y asistido” fueron interpretados en el Festival

Internacional de Música Sacra, 2020. Asimismo, en el concierto en la Capilla del Sagrario se

escucharon algunas de esas piezas de Juan de Herrera y otras José Cascante, como “A Nuestra

Señora del Topo”, “Amarle quiere el demonio” o “A ver el rey”.

Cabe mencionar que el repertorio decimonónico se ha catalogado como “decadente” en

comparación con el de siglos anteriores, especialmente tras la muerte de Juan de Herrera. Esta

idea se sustenta, por un lado, en la disminución de la práctica musical debido a la dificultad

para encontrar un buen reemplazo de maestro de capilla luego de Juan de Herrera, a la

intermitente presencia y falta de cantantes y músicos en la Catedral. Y, por otro lado, a la

situación socioeconómica que atravesó el Virreinato de La Nueva Granada debido al impacto

de las reformas borbónicas, que “intentaron modernizar el aparato administrativo y fiscal de la

61 Egberto Bermúdez, Historia de la Música en Santafé y Bogotá: 1538-1938 (Bogotá: Fvndación de Mvsica,

2000): 18. 62 “Lista de cantores, músicos y demás empleados”, 1796. Archivo de la Catedral. 63 Stevenson, “Música colonial en Colombia”, 159.

26

corono con el fin de adaptarse al nuevo entorno económico-político mundial que comenzaba a

liderar Gran Bretaña”.64 En el marco del repertorio catedralicio, estas reformas, al “expropiar

a los criollos y a la Iglesia de todos sus privilegios económicos y administrativos”, condujeron

a una inestabilidad económica en la Catedral que dificultó el mantenimiento de la capilla

musical.65 No obstante, recientes trabajos invitan a cuestionar esa caracterización de

decadencia y a rescatar el rico repertorio decimonónico.66

Pensar que hace más de trescientos años los indígenas y esclavos afrodescendientes

que caminaban por las tierras que hoy andamos tocaban los sacabuches y las chirimías fue una

de las motivaciones de los Ministriles de la Nueva Granada por “recuperar un poco de la

esencia colombiana”, lo que los llevó a adentrarse en el repertorio catedralicio de Santafé.67

Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el acceso y respectivo estudio del archivo

musical de la Catedral de Bogotá es relativamente reciente, así como también ha sido bastante

restringido, pues “por más de treinta años estuvo cerrado con dificultades muy serias para

poder entrar”.68 Por lo anterior, escuchar sacabuches en el año 2020 en la Capilla del Sagrario

fue algo histórico, a la vez que se trató de un momento conmovedor tanto para los Ministriles

como para la audiencia virtual. En palabras de Camilo Jiménez, sacabuche tenor y fundador

del grupo, “ese espacio semiótico [la Catedral] realmente fue algo muy soñado”, debido al

64 Cabe resaltar que fue en el Virreinato de la Nueva Granada donde más consecuencias negativas generaron

estas reformas, entre las que se encontraron: el aumento de impuestos, del precio en ciertos bienes, la distribución

de la tierra; así como también trajo consigo efectos en la población misma, en los cargos públicos y políticos,

entre otros. (Fabián Rocha, “Tributos y rebeliones: La Influencia de las Reformas Borbónicas en las rebeliones

de pre-independencia en América”, Econógrafos – Escuela de Economía, Universidad Nacional de Colombia: 1,

4 y 8). 65 Santiago Castro-Gómez, La hybris del punto cero: ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750-

1816) (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2005), 102. 66 “El archivo musical de la Catedral Primada de Bogotá”, Universidad de Los Andes, Facultad de Artes y

Humanidades, acceso 8 de diciembre, 2020, https://facartes.uniandes.edu.co/investigacion-y-creacion/archivo-

musical/; Rondy F. Torres, “El legado desconocido del archivo musical de la catedral de Bogotá: el fondo del

siglo XIX”, Música, arte y sociedad: XVIII Congreso colombiano de historia, (2017): 267-280. No es así de

reciente, pero Juan Crisóstomo Osorio menciona que a inicios del siglo XIX “empezó a despertarse más el gusto

por lo profano, y la música a adelantar por ese lado, sin que decayera en lo más mínimo la sagrada, que ha

avanzado a par de la otra”. (Juan Crisóstomo Osorio, “Breves apuntamientos para la historia de la música en

Colombia. Repertorio colombiano 3.5, (1879): 13). En ese sentido, no se cataloga tal música como decadente,

sino que se menciona el nuevo interés por la música profana y el crecimiento paralelo a ella de la música sagrada. 67 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020. 68 Ibid.

27

significado que tiene como lugar en el que hace más de tres siglos probablemente se

escucharon las composiciones que ellos interpretaron.69

Es así como, en su búsqueda por “contribuir al rescate del acervo musical colombiano

y latinoamericano como patrimonio de la memoria musical y artística de nuestros pueblos”,70

la agrupación ha interpretado piezas de maestros de capilla como José Cascante (¿1618-25?-

1702), Alonso Torices (1635-1684), Juan de Herrera (1655-1738), entre otros; y se ha vuelto a

escuchar después de más de tres siglos los sonidos de los sacabuches, “instrumentos históricos

que tocaban nuestros indígenas del altiplano cundiboyacense”.71

3. Práctica improvisatoria, ¿cómo lo tocan?

Interpretar una pieza musical, independientemente de su estilo o compositor, supone

un desafío, ya que hay diversas maneras de hacerlo, y cada una de ellas dirá algo distinto de la

pieza. Ahora bien, al tratar con música de los siglos XVII y XVIII el reto se acentúa puesto

que la práctica musical actual bajo la cual se toca una obra musical es distinta a como se

interpretaba antes. Esto lo tienen en cuenta y se lo cuestionan agrupaciones que interpretan

música del Renacimiento, como es el caso de los Ministriles de la Nueva Granada. Para

empezar, se enfrentan a un reto desde lo más básico de la interpretación, a saber, con qué

tocarla. Buscar instrumentos de época es uno de los puntos de partida de su interpretación.

Así, además de investigar y estudiar sobre los facsímiles que tocan, las reglas de teoría

musical del momento, las costumbres y lineamientos, también es del interés de los Ministriles

de la Nueva Granada buscar réplicas de los instrumentos para que así el sonido se asemeje a

como sonó hace varios siglos. En el concierto en la Capilla del Sagrario, por ejemplo,

69 Camilo Jiménez Vera, entrevista en el marco del 43° Festival de Música Religiosa de Marinilla, por Andrés

León Rodríguez, “Uniendo Distancias: Ministriles de la Nueva Granada”, Facebook, 30 de julio, 2020,

https://www.facebook.com/andresleonrodriguez/videos/10157486481725205/. 70 “Ministriles de la Nueva Granada”, CNDM, acceso 4 de enero, 2020,

http://www.cndm.mcu.es/sites/default/files/2019-

07/CNDM_Ministriles%20de%20la%20Nueva%20Granada.pdf. 71 Camilo Jiménez Vera, entrevista en el marco del 43° Festival de Música Religiosa de Marinilla, por Andrés

León Rodríguez, “Uniendo Distancias: Ministriles de la Nueva Granada”, Facebook, 30 de julio, 2020,

https://www.facebook.com/andresleonrodriguez/videos/10157486481725205/.

28

incluyeron un sacabuche bajo; tal vez el único que se encuentra actualmente en Colombia.72

De igual forma, si bien la agrupación se compone principalmente de sacabuches, la tiorba es

otro instrumento que está presente y los acompaña. Además, en piezas como “Canarios” de

Gaspar Sanz, pieza que como otras de Sanz se basan en danzas españolas del estilo barroco

español, Juan Camilo Araoz ha interpretado la guitarra barroca.73

Como se mencionó anteriormente, esta práctica de interpretación, conocida como IHI,

ha sido fuertemente criticada por su pretensión de autenticidad. Es decir, por buscar interpretar

una pieza, por ejemplo, renacentista, tal cual sonó en ese momento; con los mismos

instrumentos y la misma sonoridad. Sin embargo, tal ambición no sólo es prácticamente

inalcanzable, sobre todo si se insiste en que sea históricamente precisa, sino que también

responde a una estética de hoy en día y no de hace varios siglos atrás. Y esto se puede

cuestionar desde la improvisación musical, una práctica usual durante el Renacimiento, como

más adelante veremos en detalle. Entonces, podemos preguntarnos: si en ese tiempo la

partitura servía como una guía y se esperaba que el intérprete improvisara a partir de ella,

¿cómo hacer hoy una interpretación histórica de ello? ¿Nos regimos a la notación musical?

¿Debe improvisar el instrumentista? Estas preguntas abren más posibilidades sobre la manera

en la que se puede tocar una pieza. Sin embargo, de esta práctica vale la pena resaltar el

interés por estudiar, investigar y hacer sonar otra vez esas músicas. Tal es el caso del trabajo

musicológico de Camilo Jiménez al “reconstruir parte de la actividad musical litúrgica y

religiosa de la Catedral de Bogotá en los siglos XVII y XVIII, a través del análisis,

adaptación, interpretación y estudio documental-musical de diez obras musicales del

repositorio del archivo histórico catedralicio de Santafé, a través del corpus sonoro del

sacabuche”, que fueron interpretadas en el concierto en la Capilla del Sagrario, y de las cuales

cinco permanecían inéditas.74

Un segundo reto que supone este tipo de interpretación yace en la práctica

improvisatoria que jugó un papel fundamental en el renacimiento y barroco musical, donde el

72 Ibid. Es un sacabuche bajo afinado en fa, réplica del modelo Isaac Eche después del año 1612. Fue elaborado a

mano por el maestro Geert Jan van der Heide. 73 Robert Strizich y Richard Pinnell, “Sanz, Gaspar”, en Grove Music Online, 2001, acceso 24 de junio, 2021,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000024565. 74 Jiménez, “Música catedralicia”, 5.

29

músico tenía una gran libertad a la hora de ejecutar una pieza musical, entre otras cosas,

porque el compositor no escribía cada especificación en la notación musical. De hecho,

“escribir, como tal, no era un criterio definitivo en esta estética”, por lo que, si un evento

musical estaba basado en la notación era una circunstancia accidental y esto no afectaba el

criterio estético por el cual era juzgado. 75 En ese sentido, la pieza musical no se veía como

una obra inmutable. Al contrario, muchos elementos, como el tempo, las dinámicas, los

adornos, mordentes, entre otros, “debían ser «improvisados» porque los compositores rara vez

especificaban el criterio de la interpretación”.76 Por lo tanto, la partitura, notación o algún tipo

de escrito consistía una guía, un esbozo para el intérprete, pero el cómo iba a sonar la pieza

sólo se sabía una vez el músico la interpretaba.

Ejemplo de ello es la “Passacaglia” de Andrea Falconieri, que fue interpretada por los

Ministriles en el Festival de Música Religiosa de Marinilla. Esta obra hace parte del tipo de

música que lleva su mismo nombre y que “parece haberse originado en la España de

principios del siglo XVII como pasacalle, una breve improvisación”.77 Y que posteriormente

se caracterizó por ser un “ritornello breve e improvisado entre las estrofas de una canción”.78

Los Ministriles de la Nueva Granada han tenido en cuenta la práctica improvisatoria

que caracterizó alguna vez el repertorio renacentista y barroco. Por un lado, empezaron a

improvisar empíricamente, “escuchando y escuchando los finales de frase, cómo adornaban

los especialistas los finales de frase o las llegadas a las cadencias”.79 Resulta que el tipo de

repertorio que interpretan es muy cadencial, de tal forma que se presta para adornar los finales

de frase, para que los sacabuches disminuyan las últimas de las frases finales mientras el

continuo, en su caso la tiorba, los espera. De igual forma, esta formación empírica consiste,

por ejemplo, en adornar escalas, con ornamentos sencillos que poco a poco se hacen más

complejos.

75 Rob C. Wegman, “From Maker to Composer: Improvisation and Musical Authorship in the Low Countries,

1450-1500”, Journal of the American Musicological Society 49, n.° 3 (1996): 433-434. 76 Ben Bechtel, “Improvisation in Early Music”, Music Educators Journal 66, n.° 5 (1980): 110. 77 Alexander Silbiger, “Passacaglia”, en Grove Music Online, 2001, acceso 24 de enero, 2021,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000021024. 78 Ibid. 79 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020.

30

Por otro lado, esta forma de improvisar ha sido complementada con el estudio de los

tratados de época, sobre todo aquellos que se enfocan en la disminución, una de las principales

prácticas improvisatorias del Renacimiento europeo. Tratados como Fontegara (1535),

Tratado de glosas (1553), Compendium musices (1553), Il vero modo di disminuir (1584) y

Ricercate/Passagi et cadence (1585) no sólo dan cuenta de la disminución como una práctica

fundamental de los instrumentalistas del siglo XVI, sino que uno de los principales objetivos

de esos escritos era enseñar a improvisar.80 A continuación, se presentará un breve esbozo,

desde mi punto de vista, sobre lo que cada tratado dice respecto a la disminución.

En primer lugar, la obra de Sylvestro Ganassi, dedicada al dux de Venecia Andrea

Gritti, además de ser un referente en la práctica performativa del siglo XVI, es también el

primer manual para enseñar el arte de la improvisación de disminuciones.81 En él se exponen

los principios para tocar instrumentos de viento, como la flauta dulce, y para la ornamentación

improvisada por medio de las disminuciones o divisiones, que no es otra cosa que

“diversificar una serie de notas que son por naturaleza breves y simples”.82

En segundo lugar, el tratado de Diego Ortiz (1553), músico español que trabajaba en la

corte de Nápoles, es un libro para viola da gamba y clavicémbalo en el que el autor da a los

músicos un número de fórmulas que podían usar para esos propósitos. En el primer libro del

tratado se ejemplifican las glosas o variaciones ornamentales sobre diferentes cláusulas (i.e.

cadenzas en su forma melódica), puntos y pasos. Por su parte, el segundo libro abarca las

“diferentes maneras de tañer la Viola de gamba «discantando» con otro instrumento de tecla”,

es decir, se presentan las recercadas o piezas modelo.83

80 Fontegara, Il Vero Modo di Disminuir y Ricercate/Passagi et cadence fueron publicados en Venecia; Tratado

de glosas en Nápoles; Compendium Musices en Núremberg. 81 Bruno Nettl et al., “Improvisation”, en Grove Music Online, 2001, acceso 27 de abril, 2020, ii,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000013738. 82 Ganassi, Fontegara, 15. 83 “Diego de Ortiz: Recercadas del Tratado de Glosas”, La Quinta de Mahler, acceso 8 de diciembre, 2020,

http://laquintademahler.com/shop/detalle.aspx?id=63012; Kelly, Early music, 45. Recercada, en el tratado de

Ortiz, hace referencia a la acción compositiva de ricercare, esto es, descubrir o buscar nuevas maneras de variar

una pieza, frase, o melodía. (“Diego de Ortiz: Recercadas del Tratado de Glosas”).

31

En tercer lugar, en Il Vero Modo di Disminuir Girolamo Dalla Casa expone distintos

ejemplos de ornamentación de líneas melódicas de motetes, madrigales y chanson.84 Los dos

libros que componen el tratado desarrollan la técnica de la disminución para cualquiera que la

quiera usar en instrumentos de viento, teclado, cuerda, e incluso en la voz humana. Asimismo,

si bien en el primer libro hace énfasis en la práctica del solista, en el segundo se dice que

también se puede usar “en un ensamble con otros instrumentos”.85

En cuarto lugar, Giovanni Bassano documentó distinto géneros apropiados para llevar

a cabo las disminuciones, como son los motetes, madrigales, canzonas francesas y ricercate.

Sin embargo, y a diferencia de los otros tratados, los dos libros de Ricercate/Passagi et

cadence (1585) presentan poca información e instrucciones respecto a la técnica y métodos de

la disminución. Por tanto, la riqueza del texto se encuentra en la exposición de distintos

géneros apropiados para la disminución. Tal es el caso del madrigal, como “Signor mio caro”

de Cipriano de Rore que se presenta en la última sección del tratado.86

En quinto lugar, Coclico dedicó gran parte de su texto Compendium musices a la

disminución vocal, a ejemplos de ella en distintos patrones interválicos y melódicos.87 Este

tratado es el único de este grupo que no se publicó en Italia, sino en Alemania, lo que permite

aproximarnos a ver cómo esta práctica no se restringió ni fue exclusiva del Renacimiento

italiano, sino que pasó las fronteras y llegó a otras tierras y tradiciones.

3.1. Fontegara y Tratado de glosas

Con el ánimo de delimitar este estudio nos concentraremos en los dos primeros

tratados Fontegara y Tratado de glosas, no solo por ser los primeros, sino también porque de

84 Denis Arnold y Andrea Marcialis, “Dalla Casa, Girolamo”, en Grove Music Online, 2001, acceso 27 de

noviembre, 2020,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000007076. 85 Dalla Casa, Il vero modo, (al lector, libro 1), 7. 86 Giovanni Bassano, Ricercate Passaggi et Cadentie (Traducido por Richard Erig. Zürich: Musikverlag Zum

Pelikan, s.f., 1585), 1, prefacio del traductor. Las disminuciones de Bassano a ese madrigal se pueden escuchar

en el siguiente enlace: “Signor mio caro (Flute and Lute)”, M. Binning, 17 de febrero, 2018, video 03:51,

https://www.youtube.com/watch?v=qX8XeGNuFB0. 87 Adrian Petit Coclico, Compendium Musices (Traducido por Sion M. Honea., s.f., 1552), 4, nota al pie del

traductor.

32

manera particular los Ministriles de la Nueva Granada los han estudiado para llevar la

improvisación a sus ensayos y conciertos.

La obra de Ganassi es el primer texto que recoge en detalle los principios de la

disminución como práctica improvisatoria del Renacimiento musical europeo. En una de sus

primeras páginas se lee con claridad “Opera Intitulata Fontegara”, seguido de una imagen

(figura 1) en la que se observan cinco músicos, probablemente todos flautistas, pero sólo tres

están tocando el instrumento mientras leen sus partituras. Al fondo de la imagen, hacia el lado

izquierdo, se pueden ver tres instrumentos de cuerda, al frente dos cornetas y hacia el lado

derecho un paisaje.

Figura 1 Portada de Fontegara.88

Esta primera aproximación gráfica al tratado dice mucho respecto a él y su contenido.

Por un lado, efectivamente es un tratado de música y, por otra parte, se enfoca en instrumentos

de viento, como la flauta, y algunos de cuerdas. Esta elección instrumental no es fortuita, ya

que para Ganassi todos los instrumentos son inferiores a la voz humana y, por tanto, deben

imitarla en su expresión; y esa expresividad es más fácil imitarla en un instrumento de viento

88 Ganassi, Fontegara, 3.3

33

o cuerda.89 Así, los primeros capítulos del tratado se dedican a explicarle al flautista cómo

tocar y cómo imitar esa expresividad.

Es hasta el capítulo nueve cuando se habla como tal de las disminuciones, y al respecto

Ganassi dice: “el arte de tocar divisiones no es otra cosa que diversificar unas series de notas

que son por naturaleza breves y simples”.90 Ahora bien, estas divisiones se pueden hacer de

distintas formas; se puede variar el tiempo, el ritmo y la melodía. De acuerdo con ello, el autor

las divide en cuatro grupos: divisiones simples, compuestas o mixtas, particulares o

especiales, y uniformes. Entonces, por ejemplo, las primeras pueden ser simples en ritmo si se

usan las mismas figuras rítmicas (mínima, semimínima, croma o semicroma; o en notación

moderna blanca, negra, corchea o semicorchea). Por el contrario, las compuestas usan

diferentes figuras. En el ejemplo 1 se observa cómo una redonda se divide en cuatro negras, es

decir, sería una disminución simple en ritmo. Adicionalmente, parece haber cierto principio de

bordadura respecto a la nota modelo en la redonda.

Ejemplo 1 Disminución simple, Ganassi, Fontegara, 19

Esta clasificación se hace cada vez más compleja, pues una división puede ser, por

ejemplo, simple en tiempo y ritmo, y compuesta en melodía (esto sería una división simple

especial). O, puede ser compuesta en dos aspectos, melodía y ritmo, y simple en tiempo.91

Jugar con estos tres elementos resulta en una variedad de posibilidades de divisiones que

Ganassi explica y ejemplifica a lo largo de su tratado. En la siguiente sección del capítulo se

ilustrará la disminución en una de las piezas que interpretan los Ministriles.

Por su parte, el Tratado de Glosas de Diego Ortiz es una “referencia indispensable

para el estudio de la práctica instrumental en el siglo XVI”, particularmente en lo que respecta

89 Ortiz, Tratado de glosas, libro segundo. 90 Ibid., capítulo 9. 91 Ibid., capítulos 11 y 12.

34

a la práctica de glosar una melodía.92 En este sentido, el tratado presenta tanto ejemplos de

glosas (variaciones ornamentales) como de cláusulas (cadencias) sobre las que se improvisan

las glosas. Para Ortiz también hay distintas maneras de tañer la viola da gamba,

específicamente tres: fantasía, sobre canto llano y sobre compostura. La primera hace

referencia a la improvisación, por lo que depende de la interpretación que cada uno haga, de la

manera en la que cada uno quiera tañerla. La segunda, tañer en contrapunto, consiste en que el

bajo, que luego se llamará bajo continuo, realice ornamentaciones sobre el canto llano. Por

último, para tañer sobre una pieza se debe tomar una obra, un motete o u madrigal, y ponerla

en el címbalo, de tal manera que quien toca la viola da gamba pueda tañer sobre cada pieza.93

Ahora bien, para cada una de las formas en las que se puede tañer la viola da gamba

Diego Ortiz presenta distintas recercadas o piezas modelo. Recordemos que en este contexto

ricercare se refiere a descubrir o buscar nuevas maneras de variar una pieza, frase, o melodía.

La “Recercada Primera”, por ejemplo, fue interpretada por los Ministriles en el FIMSB, 2020.

En esa búsqueda por ricercare y descubrir la idea es “ver cómo desde un mismo tema ellos

empiezan a dar variaciones, y variaciones, y variaciones, que son libres, ad libitum, para el

músico al final”.94

En cuanto al orden de improvisar hay distintas reglas. En un ensamble era válido que

todos o varios instrumentos improvisaran simultáneamente, por ejemplo, la música de

Giovanni Martino Cesare se presta para eso, para que los distintos instrumentos hagan glosas,

ornamenten, al mismo tiempo. En otros estilos o compositores es más apropiado que sea uno

después del otro, o uno en un momento de la pieza y otro más adelante.

Por último, es interesante ver y destacar cómo la improvisación empírica con la que

iniciaron los Ministriles y el posterior estudio de los tratados de época se complementa con el

aprendizaje de los maestros, de los especialistas que hoy en día interpretan el mismo

repertorio de música antigua; con la finalidad de abordar y “entrar en los tipos de

interpretación histórica y adicionalmente los tipos de improvisación”.95 Así como empezaron

92 “Diego de Ortiz: Recercadas del Tratado de Glosas”, ALIA VOX, acceso 19 de enero, 2021, https://www.alia-

vox.com/es/catalogo/diego-ortiz-recercadas-del-tratado-de-glosas/. 93 Ortiz, Tratado de glosas, libro segundo. 94 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020. 95 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020.

35

a improvisar empíricamente, también empezaron “a estudiar y a estar en contacto con los

maestros especializados, como con el sacabuchista de Jordi Savall y de Sir John Eliot

Gardiner, Daniel Lasalle y Adam Woolf. Bueno, empezamos a estudiar, principalmente yo

[Camilo Jiménez], empecé a estudiar con algunos de ellos, sobre todo con Adam, con quien

todavía veo clases. Y así empezamos con el tema de cómo aproximarse de una manera más

real a lo que pudo haber sido”.96

Hace más de trescientos años músicos de distintas regiones de Europa, lo que hoy es

Alemania, Inglaterra, Francia, etc., “viajaban durante meses y años todos a Venecia […]

porque era como el renacer de los nuevos músicos, de los nuevos métodos, del nuevo modo de

cantare, Il ver modo de personare. Todos iban a ver cuál era el maestro que estaba innovando,

y estudiaban allí”.97 De manera semejante, hoy en día músicos como los Ministriles de la

Nueva Granada buscan a los maestros especialistas para aprender de ellos el repertorio, las

técnicas, teoría y práctica musical.

3.2. Ejemplo y análisis de improvisación en “A esta fiesta he venido”

A continuación, se presentará un caso de improvisación, de la práctica de la

disminución, en una de las piezas que han interpretado los Ministriles de la Nueva Granada.

Se trata de “A esta fiesta he venido”, una de las pocas composiciones de Herrera escrita en

lengua vernácula. En el manuscrito se menciona que es una canción a dúo, pero lo más

probable es que no sea una canción como la conocemos hoy en día, esto es, una pieza

predominantemente vocal, sino una canzona, es decir, “un tipo de música instrumental de los

siglos XVI y XVII que se desarrolló a partir de la chanson holandesa”.98 Y es así como lo

sugiere una edición al manuscrito de Herrera, donde se especifica que es “para dos

instrumentos de cuerdas (en clave de tiple y tenor) y continuo”.99

96 Ibid. 97 Ibid. 98 John Caldwell, “Canzona” en Grove Music Online, 2001, acceso 12 de diciembre, 2020,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-0000004804. 99 Inscripción a máquina de escribir que está en el manuscrito. Como se cita en Jiménez, “Música

catedralicia”,162.

36

Esta pieza fue editada por Omar Morales Abril y a partir de esa edición Camilo

Jiménez propuso una adaptación para dos sacabuches y bajo continuo; adaptación que se

interpretó en la Capilla del Sagrario de la Catedral.100 Como se mencionó anteriormente, este

tipo de piezas se prestan para improvisar en los finales de frase. Por ejemplo, al final del

compás n.° 8, para llegar al cierre de esa frase en el siguiente compás, el sacabuche tenor

improvisa (ejemplo 2.1). Al oír la interpretación se puede notar que la manera de hacerlo

consiste en disminuir las notas negras en notas más pequeñas hasta llegar a la redonda.

Ejemplo 2.1 Disminución en “A esta fiesta he venido”, adaptación de Jiménez,

“Música catedralicia”, 166

Figura 2 Fotografía de la particella del tenor de “A esta fiesta he venido”.101

Más adelante, en el compás n.° 19 el sacabuche tenor vuelve a disminuir las negras que

están en la partitura, sólo que en este caso lo hace en cada una de ellas hasta llegar al compás

n.° 20 (ejemplo 2.2). Estos notas más pequeñas, tres o cuatro, se escuchan como ornamentos o

adornos que anticipan la llegada de las negras escritas en la partitura. A partir del tratado

Fontegara la disminución aquí se caracterizaría por ser siempre en tiempo, ya que las

agrupaciones de las notas son las mismas para cada negra.

Ejemplo 2.2 Disminución en “A esta fiesta he venido”, adaptación de Jiménez,

“Música catedralicia”, 167

100 La grabación de esta pieza se encuentra en “Canción a dúo – «A esta fiesta he venido»” Cliff Tique, 1° de

agosto, 2020, video 03:16, https://www.youtube.com/watch?v=r9EQqaa43Oc. 101 Jiménez, “Música catedralicia”, 163.

37

La disminución tiene una presencia mayor y constante entre los compases n.° 24 y 33

(ejemplo 2.3). Se escucha un breve adorno antes de llegar al fa sostenido, tanto en el compás

n.° 24 como en el que se repite en el n.° 25. Algo similar ocurre en el compás n.° 26 y 27 antes

del do, esto es, en la tercera nota de la agrupación de corcheas. Luego, en el final del compás

n.° 27 y en el 28 estos adornos son un poco más complejos, en la medida en que las negras se

dividen en más figuras, aunque la manera en la que se agrupan esas notas es semejante para

cada una de las negras.

Ejemplo 2.3 Disminución en “A esta fiesta he venido”, adaptación de Jiménez,

“Música catedralicia”, 167

38

Por último, este caso muestra cómo en una pieza del repertorio catedralicio se puede

improvisar, específicamente con la práctica de la disminución. En la grabación analizada sólo

el sacabuche tenor improvisa, mientras que el bajo no lo hace. Pero, lo que hace el primero

permite ilustrar el concepto de disminución al dividir una nota en figuras rítmicas más

pequeñas, como ocurre con muchas de las negras. Al hacerlo, escuchamos cómo ese motivo

de disminución, por así llamarlo, se repite para notas cercanas. Por lo tanto, las disminuciones

se caracterizan por ser simples en tiempo, aunque complejas en ritmo. Una forma de

identificar este tipo de improvisaciones consiste en leer la partitura mientras se escucha la

interpretación de los Ministriles de La Nueva Granada para así identificar los momentos en los

que se tocan notas adicionales a las que están escritas. Ahora bien, las improvisaciones de “A

esta fiesta he venido” se caracterizan por ser notas pequeñas, que suenan, por ejemplo, como

una cascada de sonidos muy cortos antes de llegar a una nota más larga donde termina la

frase, como fue el primer ejemplo que se expuso. O, también, como pasos pequeños, casi

imperceptibles que también anteceden una nota más fuerte.

4. Dinámicas sociales de la práctica musical

La práctica musical de Los Ministriles de la Nueva Granada, la manera en la que han

abordado los retos que supone la interpretación del repertorio musical que tocan, está mediada

por distintas dinámicas sociales. Estas van desde la interacción entre ellos, hasta la interacción

con la audiencia que atiende los conciertos, entre otras cuestiones. En este último apartado del

capítulo se expondrán los escenarios en los que tocan como espacios que moldean esas

dinámicas sociales. Luego, se presentarán algunas interacciones que se dan entre los cuatro

integrantes de la agrupación y, por último, la recepción que ha tenido el público.

4.1. Los escenarios, ¿dónde tocan?

Los escenarios para ese proceso de creación son reducidos, aunque el interés porque

éste es cada vez mayor. El nicho de la música antigua, de quienes se dedican a la

39

interpretación histórica, es pequeño; es, para empezar, un nicho muy pequeño y en ocasiones

marginal dentro de la música clásica.102

Por un lado, es usual que este tipo de agrupaciones se presente en festivales de música

antigua, como el Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá, el Festival de Música

Religiosa de Marinilla o el Encuentro de Música Antigua en Villa de Leyva, a nivel nacional.

A nivel latinoamericano también han participado en el Festival Internacional de Música

Barroca en Chiquitos, Bolivia, uno de los más famosos de Latinoamérica; Festival de Música

Antigua de Guatemala y también de Costa Rica, entre otros.

Recientemente participaron en el Festival Centro, una iniciativa de la Fundación

Gilberto Alzate Avendaño que busca realizar “un aporte cultural artístico a la ciudad [de

Bogotá], basado en una apuesta revitalizante del sector, teniendo en cuenta una oferta de

sonidos diferentes, incluyentes y plurales”.103 En la edición del año 2021 esos sonidos

diferentes estuvieron a cargo de agrupaciones como Kubango, Curupira, Ensamble Baquiano,

entre otros. Si bien es cierto que es un festival, vemos cómo tiene un carácter distinto, en el

que se escucharon tanto los sonidos de los sacabuches y la tiorba, como los sonidos isleños y

caribeños del reggae, o fusiones de músicas tradicionales colombianas con el jazz.

Por otro lado, las universidades e instituciones educativas son también un escenario

donde se escucha música renacentista y barroca, de la mano de simposios asociados al

instrumento. Sin embargo, como dice el propio Camilo, “lo ideal es siempre acercarnos a los

espacios acústicos que nos ayuden, como las iglesias”, como la Capilla del Sagrario de la

Catedral de Bogotá.104

102 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020. 103 “Festival Centro”, Alcaldía Mayor de Bogotá, acceso 28 de febrero, 2021, https://fuga.gov.co/festival-centro.

El concierto de los Ministriles de la Nueva Granada se llevó a cabo en el primer día del festival y se puede ver y

escuchar en “XII Festival Centro 2021. Programación musical jueves 4 de febrero”, FUGA – Fundación Gilberto

Alzate Avendaño, 4 de febrero, 2021, video 04:36:08,

https://www.youtube.com/watch?v=5OrC8dtERZ0&feature=youtu.be. 104 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020.

40

4.2. La interacción entre los músicos

Estos escenarios no son sólo los espacios en los que se toca la música, sino también en

los que se dan ciertas interacciones entre los integrantes de la agrupación. Como se mencionó

anteriormente, es usual que durante la interpretación de una pieza se miren en entre ellos para

dar la entrada, para marcar el final de una frase, o para indicar el cierre. Así, por ejemplo,

cuando han interpretado “Variaciones sobre un canto gregoriano”, Carlos Guzmán y Camilo

Jiménez intercambian miradas cuando uno termina y el otro inicia, una y otra vez. Los sonidos

que intercambian, configurados también a través de sus miradas, hacen que esta pieza en

particular parezca un diálogo entre ambos instrumentos e instrumentistas. Asimismo, mientras

unos tocan y otros no, los demás no sólo esperan, sino que escuchan atentamente para apreciar

y contemplar los sonidos de los demás. De manera especial, ocurre cuando los tres

sacabuchistas escuchan atentamente la interpretación de la tiorba o de la guitarra barroca,

como es el caso de “Canarios”. Finalmente, cuando todos tocan simultáneamente cada uno se

concentra en la partitura y su interpretación para que su sonido se integre al de los demás.

Durante los conciertos el proceso de creación musical, el elemento improvisatorio que

hemos analizado, también se lleva a cabo. Curiosamente, muchas veces tiene un resultado

mejor en comparación con el ensayo. En otras ocasiones “nos acomodamos y nos reímos entre

nosotros mismos porque cuando alguien se demora un poco más en la improvisación todos

tenemos que esperar para poder resolver la cadencia […] Pero es muy gracioso y nos hace

divertir bastante el proceso de la creación”.105 Tal vez esta diversión no es tan explícita para la

audiencia, debido a la formalidad, al respeto y a la seriedad que caracterizan las

interpretaciones de los Ministriles. Sin embargo, en un contexto distinto, como ocurrió en la

entrevista de Andrés León en la retransmisión del Festival de Música Religiosa de Marinilla,

resulta más evidente la camaradería y amistad que comparten los cuatro integrantes. Por las

intervenciones que cada uno hace se nota el respeto que hay entre ellos tanto por el trabajo

investigativo que requiere la interpretación histórica, como por integrar eso en un resultado

sonoro tan interesante, valioso y bello.

105 Ibid.

41

4.3. La recepción del público

Por último, en uno u otro espacio en el que se presenten, lo que buscan los Ministriles

de la Nueva Granada es acercarse al público, acercar música de hace varios siglos a la gente

de hoy; explicarles sobre los instrumentos de época que escuchan, su sonido característica, su

historia y significado, para que así cada vez se interesen más y eventualmente digan: “hoy voy

a escuchar algo diferente, algo que me transporte a una época distinta”.106 Al respecto vale la

pena señalar dos cuestiones: cómo la recepción del público empieza por “interesante” y

termina en “qué bonito”; y, cómo se convierte en un medio pedagógico para el público.

Antes de explicar cada uno es importante tener en cuenta que los conciertos que se han

analizado fueron transmitidos por medios virtuales debido a la pandemia, por lo que la

interacción entre los músicos y el público tiene un carácter distinto. Y, donde el análisis de esa

interacción también tiene ciertas limitaciones. Sin embargo, los comentarios del público en

YouTube y Facebook reflejan algunas características que a continuación se analizan.

Primero, tanto en el Festival Metro como en la retransmisión del de Marinilla, por

Andrés León, los comentarios iniciales se caracterizan por hacer referencia a lo interesante

que es el repertorio, la música y los instrumentos. En algunos casos también se hace referencia

al proyecto investigativo y musicológico que está detrás de la interpretación, así como

también se hace alusión a rescatar y recuperar la música antigua, especialmente en Colombia y

Latinoamérica. No obstante, a medida que el concierto avanza, los comentarios cambian de

dirección para señalar lo “bellísimo”, “maravilloso” y “hermoso” que es. Esto se complementa

con comentarios como: “que conmovedor!!!”, “Bello concierto”. “buena música, sonido y

transmisión”, entre otros.107 De hecho, en algunos casos explícitamente se ha dicho que esa

música transporta y conmueve. Es así como esta experiencia musical muchas veces inicia con

un interés de tipo intelectual, cultural o histórico, que poco a poco se transforma hacia una

experiencia estética de lo bello.

Segundo, de manera intencional una de las características de los conciertos es su rol

pedagógico con el fin de aproximar esta música al público. Es usual que al inicio o intermedio

106 Ibid. 107 Comentarios del público en la transmisión virtual del concierto del Festival Centro. “XII Festival Centro

2021. Programación musical jueves 4 de febrero”, FUGA – Fundación Gilberto Alzate Avendaño, 4 de febrero,

2021, video 04:36:058, https://www.youtube.com/watch?v=5OrC8dtERZ0&feature=youtu.be.

42

del concierto uno o varios integrantes del grupo le expliquen al público qué tocan, con qué

instrumentos y qué valor histórico y musical tiene esa interpretación. En todos los conciertos

analizados, Camilo Jiménez no sólo introduce el repertorio, sobre todo para hacer énfasis en

las composiciones que reposan en el archivo musical de la Catedral, sino que también le

explica al público lo que es un sacabuche y cuál fue su papel en las catedrales

hispanoamericanas. De manera semejante, tanto en el Festival Metro como en el Festival de

Música Sacra de Bogotá, Juan Camilo Araoz dedica un tiempo para presentar sus

instrumentos, la tiorba y la guitarra barroca, a la audiencia. Estos breves discursos tienen un

rol pedagógico que a su vez se refleja en comentarios en los que el público pregunta y

responde qué es un ministril, cómo se llama el instrumento de cuerda, en qué se distingue de

un laúd y otras preguntas más específicas en cuanto al repertorio, a la técnica de tocar el

sacabuche y la expectativa que genera esta tipo de música, que para muchos es desconocida.

Así, vemos cómo el objetivo de los Ministriles de la Nueva Granada por acercar su

música de hace varios siglos a la gente de hoy no sólo se cumple a través de los diferentes

escenarios en los que se presentan y de las explicaciones que dan sobre la música e

instrumentos que tocan, sino que también se nutre y complementa por la misma interacción

del público. Finalmente, tal vez sea el carácter histórico de esta música lo que posibilita que la

experiencia musical de escucharla integre de manera tan armónica el interés, el gusto, la

belleza y la enseñanza.

* * *

Vale la pena retomar algunas cuestiones importantes que se desarrollaron en este

capítulo sobre la práctica improvisatoria en los Ministriles de la Nueva Granada. Son una

agrupación de sacabuches acompañados por el bajo continuo de la tiorba. Su práctica

interpretativa de música antigua se enmarca dentro de la IHI. Así, son uno de muchos casos a

nivel mundial de esta práctica interpretativa; es una de varias iniciativas a nivel

latinoamericano; y es una de las pocas en nuestro país, sobre todo cuando se trata del

repertorio musical del Archivo de la Catedral de Bogotá. El acceso y estudio de ese repertorio

43

es reciente, por lo que aún quedan muchas composiciones, técnicas y prácticas por descubrir.

Así como profundizamos en cómo era Santafé en los siglos XVII y XVIII para entender de

mejor forma esta práctica musical, igualmente es importante entender las dinámicas que se

relacionan con la interpretación de los Ministriles hoy en día en Bogotá. Aunque el repertorio

de la música antigua se escribió hace ya varios siglos, los Ministriles en el marco del Early

Music Revival han vuelto a hacer sonar los sacabuches y en su interpretación la música misma

se resignifica de cierta manera. Los escenarios, la audiencia y la interacción entre los músicos

dan luces sobre la manera en la que la música permea una ciudad, en la que diferentes agentes

participan del proceso de musicar y de cómo todo ello contribuye a la forma en la que suena la

música. Con una metodología muy similar a continuación se analizará el caso de Adrian

Herrera Jazz Quintet para dar cuenta de la improvisación como un elemento fundamental del

jazz y para situar esa práctica en la escena musical colombiana.

44

Capítulo 2

Un quinteto de jazz en Bogotá: improvisación en el jazz

Un redoble marca el inicio del concierto y da entrada al teclado, el contrabajo y el

saxofón. Cada uno parece estar concentrado sólo en su instrumento, buscando el sonido

adecuado que logre integrarse a los demás y marque el primer movimiento del famoso tema

de John Coltrane “A Love Supreme”. Poco a poco baja la intensidad para dar paso al

contrabajo, que toca las cuatro notas de la frase principal del primer movimiento, al que se

une la batería y el piano con una base rítmica suave pare que el saxofón inicie la melodía.

Las notas improvisadas del saxofón resuenan, evocan y dan tributo a Coltrane. Hoy resuenan

desde un club de jazz en Bogotá las notas de un álbum legendario, que evoca el amor y que

sonó por primera vez en los años sesenta en Nueva Jersey.108

El fragmento anterior recoge una breve descripción de lo que observé al inicio del

tributo A Love Supreme a finales del año 2020. Este toque se transmitió en vivo desde San

Café Jazz Club, un club nocturno ubicado en la ciudad de Bogotá cerca del Parkway que

desde hace más de siete años ha ambientado las noches con música en vivo. Y, aunque con

dificultades y retos, la pandemia no ha sido la excepción para una noche más de jazz.

En la noche del 5 de diciembre donde se rindió tributo a John Coltrane tocaron dos

músicos de Adrian Herrera Jazz Quintet: el pianista y el saxofonista. Ese quinteto será el

grupo en el que se concentrará esta investigación para dar cuenta de la improvisación como un

elemento fundamental del jazz y para situar esa práctica en la escena musical colombiana.

Como se explicará más adelante, parte de la misma naturaleza de jazz y, por tanto, de los

músicos que lo tocan, es el cambio, en el sentido de que una agrupación, banda, quinteto, entre

otros, no se mantiene fija, sino que muchos músicos pueden pasar por allí. Justamente, Adrian

Herrera Jazz Quintet es un ejemplo de ello. En algún punto han sido cinco músicos que han

tocado juntos, pero en otras ocasiones pueden ser más o menos, algunos van y otros llegan.

108 (Nota de diario de campo) Sábado 5 de diciembre, 2020. Tributo A Love Supreme/John Coltrane en San Café

Jazz Club. Tocó el pianista y saxofonista de Adrian Herrera Jazz Quintet.

45

Aun así, el jazz que tocan, la manera en la que lo hacen y los lugares donde lo han tocado son

las cuestiones que vamos a estudiar en este capítulo.

Antes de entrar en detalle en este caso es pertinente presentar una breve

contextualización de la escena del jazz en Colombia como una historia que se forjó en un

proceso de resignificación y transculturación con el jazz de Estados Unidos y el Caribe, y en la

que se enmarca la práctica musical del Quinteto. Para empezar, el jazz y su estudio en

Colombia han tenido diversos antecedentes que están relacionados entre sí. No obstante, es

importante aclarar que este campo investigativo es relativamente reciente y se ha tratado desde

distintas disciplinas y perspectivas, razón por la que no se puede identificar una línea temporal

de la historia del jazz en nuestro país. Adicional a ello, la escasez de fuentes primarias

dificulta aún más “caracterizar la geografía del jazz en Colombia”.109

Un primer antecedente es la llegada del jazz a Colombia en la primera mitad del siglo

XX. Distintos investigadores, como Martínez y Oliver afirman que esta música llegó a nuestro

país por las ciudades de la Costa Caribe, principalmente por Barranquilla y Cartagena, donde

la Panamá Jazz Band estuvo de gira en 1921, y donde se conformó la Band Lorduy de

Cartagena (1923).110 Estas dos ciudades “son zonas de contacto por excelencia, debido a la

enorme movilidad poblacional tanto de viajeros como de residentes”.111 Pero, esta

característica no es exclusiva de nuestro país, sino que también se puede trasladar a otras

ciudades latinoamericanas como Buenos Aires, Río de Janeiro, La Habana, San Juan de

Puerto Rico, entre otras.

El formato de la big band influyó en las orquestas de algunos músicos colombianos,

como fue el caso de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, quienes a su vez participaron en la

Atlántico Jazz Band, uno de los primeros grupos de jazz en Colombia. Ahora bien, la

influencia del jazz no sólo se reflejó en el formato de sus orquestas, sino también en otros

aspectos musicales y sonoros como el repertorio, esquemas de pregunta y repuesta, la

109 Gerardo Caicedo, “Geografía del Jazz en Bogotá años 60 y 70” (tesis de maestría, Universidad de Bogotá

Jorge Tadeo Lozano, 2017), 31, https://expeditiorepositorio.utadeo.edu.co/handle/20.500.12010/2806. 110 Luis Fernando Martínez Vargas, “Locuras, recuerdos y cifras”, Jazz al parque: 15 años de jam, ed. María

Jeannette Riveros, 137-146 (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2010); Rafael I. Oliver García, “Travesía:

hibridación y viajes del jazz en Colombia y su influencia en la música local” (tesis de pregrado, Pontificia

Universidad Javeriana, 2009), https://repository.javeriana.edu.co/handle/10554/6540. 111 Oliver, “Travesía”, 40.

46

improvisación de algunos instrumentos melódicos, acordes y otros elementos del lenguaje

jazzístico que hacen evidente “la coexistencia dentro de un mismo horizonte estético de

estrategias musicales asociadas con la música clásica, el jazz y la música tradicional

colombiana”.112 En ese sentido, es claro ver que tanto Lucho Bermúdez como Pacho Galán

pertenecían a una esfera musical más amplia que se expandía por el Caribe. Aunque ambos

compositores nacieron en la región Caribe e iniciaron su carrera musical allá, alcanzaron

mayor fama y éxito en el interior del país. Lo que nos lleva a otras dos ciudades importantes

en la historia del jazz en Colombia: Medellín y Bogotá, “lugares donde se estaba gestando la

naciente industria discográfica colombiana”.113 En este sentido, en la segunda mitad del siglo,

hubo un cambio de epicentro de las actividades y culturales desde la Costa Caribe hacia el

centro del país, por lo en ese periodo el jazz tuvo más presencia en Bogotá.114

Un tercer antecedente que está relacionado con esto fueron los viajes, tanto de

colombianos que iban al exterior a aprender jazz, como músicos que fueron atraídos a

Colombia por los festivales y programas para tocar distintos tipos de música, entre ellos el

jazz. Músicos como Adolfo Mejía y Eddie Martínez viajaron a Estados Unidos, aunque en dos

momentos distintos, el primero en 1930 en y el segundo en 1960, y su lenguaje musical se vio

influenciado por el jazz y otras prácticas musicales. Otros, como Francisco Zumaqué y Joe

Madrid, también viajaron a Europa y a su regreso formaron parte del desarrollo de jazz en el

país. Asimismo, artistas extranjeros vinieron al país, por ejemplo, para un determinado

concierto, gira, o festivales. En 1971 Duke Ellington se presentó en el Teatro Colombia, hoy

Teatro Jorge Eliécer Gaitán; y más adelante Dizzy Gillespie se presentó en el Teatro Colón.

Diecisiete años más tarde se llevó a cabo la primera edición del Festival Internacional de Jazz

del Teatro Libre, y progresivamente nacieron otros festivales como Jazz al Parque (1996),

Barranquijazz (1997), AjazzGo de Cali (1999), entre muchos otros hasta el día de hoy.

Para cerrar este breve panorama, es importante mencionar que, además de los

festivales, también la radio, la prensa, la televisión y, en general, cualquier espacio de

112 Sergio Ospina Romero, “Swinging con sabrosura: Lucho Bermúdez y la era del jazz en el Caribe”, en Músicas

y prácticas sonoras del caribe colombiano (en prensa), ed. Juan Sebastián Rojas y Federico Ochoa (Bogotá:

Universidad Javeriana). 113 Ibid., 49. 114 Ibid., 9.

47

comunicación hace parte de esta historia y configura las dinámicas del jazz en nuestro país y,

para este caso, en Bogotá.115 En la radio y en la televisión, por ejemplo, el papel de Carlos

Flores Sierra (1925-2016) y sus programas, como Jazz Studio (por Señal Colombia), Jazz

Week (por Caracol Stereo), Las Ciudades del Jazz (por la Radio Universidad Nacional) y

Jazzistas Colombianos (del Ministerio de Cultura), tuvieron un papel significativo en la

“investigación y difusión del jazz como forma de arte y expresión cultural”.116 Javeriana

Stereo y varios programas radiales universitarios también han tomado parte en ello.

Tanto en esta historia como en la escena global del jazz la improvisación musical ha

sido un elemento característico. Si pensamos en improvisación, muy probablemente pensemos

en jazz; y al revés. Sin embargo, cuando hablamos de jazz nos podemos referir a muchos

estilos distintos, tanto es así, que es difícil considerarlo como un solo género o estilo musical.

Aunque estos dos términos frecuentemente se usan como sinónimos, algunos teóricos han

tratado de trazar una distinción semántica entre ellos.117 No obstante, no es claro en qué se

distinguen y para el caso del jazz lo problemático está en agrupar todo ese conjunto de música

en una categoría en particular. Un conjunto de música que tradicionalmente va desde el jazz

de Nueva Orleans, el swing, el bebop, el hardbop hasta el free jazz y las fusiones que se han

dado con otros estilos musicales. Pero que con el tiempo ha abarcado cada vez más

expresiones musicales y más fusiones con otros ritmos. Por esta razón la categoría de género

musical es problemática para el caso del jazz e invita a ser cuestionada. Tal vez por su carácter

cambiante y capacidad de abarcar más estilos y expresiones musicales, el jazz se asemeja a lo

que Madrid y Moore denominan performance complex para el caso del danzón. Es decir,

como un espacio cultural en el que el estilo musical se transforma continuamente.118

Ahora bien, más allá de buscar una categoría adecuada, que seguramente se quedará

corta, pero ayudará a referirnos de mejor forma al jazz, lo que aquí quiero resaltar es que la

115 Juan Sebastián Ochoa, “El canon del jazz en Colombia: una aproximación a través de artículos periodísticos”.

Cuadernos de Música, Artes Visuales y Artes Escénicas 6, n.° 1 (2011): 84. 116 “Carlos Flores, el último juglar del jazz y de la radio barranquillera”, La Cháchara, acceso 31 de marzo, 2021,

https://lachachara.org/carlos-flores-el-ultimo-juglar-del-jazz-y-de-la-radio-barranquillera/. 117 Entre ellos se destaca Franco Fabbri, uno de los pioneros en la formulación de una definición de género

musical. El siguiente artículo de Juliana Guerrero destaca y cuestiona las distinciones que hacen otros pensadores

como Nelson Goodman, Allan Moore y Rubén López Cano: “El género musical en la música popular: algunos

problemas para su caracterización”. Revista Transcultural de Música 16, (2012): 1-22. 118 Esta idea se trata especialmente en el segundo capítulo de: Madrid y Moore, Danzón, 22.

48

improvisación musical ha sido un elemento característico en todos esos estilos. Esto no quiere

decir que siempre, en cada interpretación de jazz, haya improvisación; pero sí señala que la

improvisación es una constante en el jazz y en su historia.

Adrian Herrera Jazz Quintet será el grupo en el que se concentrará esta investigación

para dar cuenta de la improvisación como un elemento fundamental del jazz, y para situar esa

práctica en la escena musical colombiana. Así pues, la idea central de este capítulo no es solo

ver la improvisación musical como una práctica musical característica del jazz que podemos

apreciar en las interpretaciones de Adrian Herrera Jazz Quintet, sino analizar una manera

particular de resignificar dicha práctica desde Bogotá.

Para ello, en primer lugar, se presentará al Adrian Herrera Jazz Quintet como una

agrupación versátil de jazz, sus principales integrantes y un poco de su historia.

Posteriormente, abarcaremos el repertorio que suelen interpretar en dos formatos: estándares y

tributos de jazz, por un lado, y arreglos y composiciones, por el otro. En tercer lugar, se hará

alusión a la improvisación como lenguaje para comprender y describir cómo interactúan los

músicos del Quinteto en esta práctica musical. Finalmente, se hará referencia a las dinámicas

sociales de esta práctica musical que se enmarcan en los lugares donde tocan, enfocada a los

escenarios y audiencias para los que el Quinteto ha tocado.

1. Adrian Herrera Jazz Quintet, ¿quiénes son?

A diferencia del capítulo anterior, en el que estudiamos el caso de los Ministriles de la

Nueva Granada, esta pregunta se torna particularmente difícil al hablar de Adrian Herrera Jazz

Quintet. Pero no sólo por tratarse de este caso en particular, sino porque en el jazz, a lo largo

de su historia, las agrupaciones, bandas o ensambles se han caracterizado por no ser fijas, sino

cambiantes. Es decir, sus integrantes no son siempre los mismos, aunque el formato en general

sí se mantenga (trío, cuarteto, quinteto). Sólo por mencionar uno de ellos, encontramos el

primer Quinteto de Miles Davis, del cual Coltrane hizo parte al reemplazar a Sonny Rollins,

pero después, en 1957, pasó a tocar con el Cuarteto de Monk y dos años más tarde regresó

para tocar con Davis y grabar Kind of Blue.

49

Es interesante pensar en las razones a las que se debe esto, que pueden estar en la

misma esencia cambiante del jazz, en su origen en las calles y clubes nocturnos, o en las

circunstancias y habilidades de sus músicos. Para Adrián Herrera, fundador del grupo, “los

proyectos [quinteto, cuarteto, trío] siempre pueden subsistir debido al alto nivel de los

intérpretes de esta música, que pueden lograr cosas maravillosas con unos pocos ensayos y a

veces mucho más artísticas que agrupaciones permanentes”.119 Esta mutabilidad de los

integrantes de un proyecto artístico como un quinteto evidencia la tendencia del del jazz a

cambiar y transformarse constantemente, a resistirse a la fijación de parámetros interpretativos

prescriptivos como aquellos que rigen, para algunos, lo que debe ser el swing feel.

En este caso, el proyecto que se mantiene es Adrian Herrera Jazz Quintet, aunque sus

integrantes, a excepción del fundador, han cambiado con el paso de los años. De manera

cronológica, el ensamble surgió como una iniciativa de Herrera mientras estudiaba su

doctorado en la Universidad de Illinois, en Estados Unidos. Durante ese tiempo tocó con

varios compañeros del doctorado que tenían un alto nivel interpretativo. Más adelante, al

volver a Colombia en 2016, el proyecto se mantuvo, pero los músicos cambiaron, como lo

cuenta Herrera: “empecé a buscar músicos acá y me junté con los músicos que yo sabía que

conocían este lenguaje y que lo podían tocar muy bien”.120 Así, Pedro Acosta (batería), Luis

Guevara (bajo), Pavel Zuzaeta (trompeta) y Felipe Cárdenas (saxofón tenor) unieron su talento

para tocar jazz. De hecho, el saxofonista, el pianista y el trompetista del quinteto de Herrera

también han sido integrantes del Nowhere Jazz Quintet, agrupación creada en el 2009 por el

baterista Juan Camilo Anzola. A ellos se une el contrabajista William Suárez, con quien

tocaron en el tributo a John Coltrane en San Café Jazz Club.121 En la siguiente tabla se

encuentran los distintos miembros del Quinteto en algunos conciertos de los últimos seis años,

a los cuales se hará referencia en este capítulo.

119 Adrián Herrera, “Cuando el jazz te pica, no te suelta jamás”, entrevista, El Universal, acceso 10 de mayo,

2021, https://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/cuando-el-jazz-te-pica-no-te-suelta-jamas-

AF1722002?fbclid=IwAR0hRomzWObUSB7iy6z_mrcEcKQGfHB9oBMDhooPuxhcqe8zz4q2CLtYRXY. 120 Adrián Herrera Escobar (pianista), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 19 de noviembre, 2020. 121 Sobre Nowhere Jazz Quintet: “Nowhere Jazz Quintet”, Bogotá Music Market, acceso 20 de marzo, 2021,

https://www.bogotamusicmarket.com/Artistas/2020/Nowhere-Jazz-Quintet; también se puede ver el video “La

Franja recargado” en el lanzamiento de su último disco “Nowhere Jazz Quintet” en: Nowhere Jazz Quintet,

“Lanzamiento 2020 Nowhere Jazz Quintet & DJ Trucha”, Facebook, 30 de diciembre, 2020,

https://www.facebook.com/NowhereJazzQuintet/videos/692594961416834.

50

Tabla 1 Integrantes de Adrian Herrera Jazz Quintet

Si bien cada uno tiene una trayectoria musical y profesional distinta, hay un elemento

en común entre varios de los integrantes que han hecho parte del Quinteto. Aquí me refiero a

la formación musical en otros países como Estados Unidos, Argentina o España. Este aspecto

nos remite a un elemento de la historia del jazz y es el paso de las calles a las escuelas,

universidades y academias. Desde la década de 1930 se empezó a gestar la idea de la

formación musical en jazz en los que un músico compartía sus conocimientos a un público en

particular. Esta idea con el paso del tiempo cobró un carácter más formal y académicos en

escuelas y universidades. Lo novedoso no era la enseñanza, pues desde años antes era común

que un músico aprendiera de otro, sino que ahora se trataba de un público que pagaba a

cambio de ese aprendizaje, y que esta forma de enseñar cada vez tuvo un carácter más

académico y profesional. Ese fue el caso del pianista Teddy Wilson, quien empezó a enseñar a

U.

Javeriana

(2016)

U. de La

Sabana

(2017)

Villa Jazz

Festival

(2018)

Atlantijazz

(2018)

Voces del Jazz

y del Caribe

(2019)

San Café

Jazz Club

(2020)

Bajo Luis

Guevara

Luis

Guevara

Luis

Guevara

Luis

Guevara

Julián Gómez Wilson

Pepper

Batería Jacobo

Álvarez

Pedro

Acosta

Pedro

Acosta

Pedro

Acosta

Sergio Sotelo Juan

Camilo

Anzola

Piano Adrián

Herrera

Adrián

Herrera

Adrián

Herrera

Adrián

Herrera

Adrián

Herrera

Adrián

Herrera

Saxofón

soprano

Daniel

Bahamón

Daniel

Bahamón

Saxofón

Tenor

Juan

Felipe

Cárdenas

Ricardo

Narváez

Ricardo

Narváez

Juan Felipe

Cárdenas

Juan

Felipe

Cárdenas

Trompeta Pavel

Zuzaeta

Pavel

Zuzaeta

Pavel

Zuzaeta

Pavel Zuzaeta

51

sus estudiantes habilidades de improvisación, y posteriormente formó el Teddy Wilson School

for Pianists. Otro ejemplo fue el programa de Joseph Schillinger, que influyó en sus pupilos,

como Lawrence Berk para fundar el Schillinger House of Music en 1945, que más adelante se

llamó Berklee School of Music en Boston.122 Luego, en 1947 se creó el primer programa

universitario de jazz de Estados Unidos en la Universidad del Norte de Texas. Más adelante,

se crearon más cursos de verano, como Lenox School of Jazz entre 1957 y 1960, currículos

previos en escuela secundaria, como el de la High School of Music and Art en Nueva York

durante la década de 1880, y cada vez más programas universitarios.123

Este paso de las calles a las escuelas no sólo significó un cambio en el lugar donde se

tocaba jazz, sino que aspectos mismos de la manera en la que se aprendía, enseñaba y

valoraba, también cambiaron. Al ingresar en las escuelas, como Berklee, Juilliard y

Manhattan, el lenguaje del jazz se academizó y los métodos de enseñanza se estandarizaron.

Más tarde, cuando se trate el tema de la improvisación, se volverá sobre este tema porque a

pesar de esta academización, la improvisación no se detuvo, sino que siguió siendo un

lenguaje vivo.

Los programas universitarios no sólo han reemplazado la calle como campo de

entretenimiento principal para los músicos de jazz, sino que también han reemplazado a los

clubes nocturnos como los principales “hogares profesionales para cientos de intérpretes y

compositores de jazz”124. En ese sentido, y como sostiene David Ake, las escuelas de jazz que

se fundaron en Estados Unidos no son un escenario aparte, o una instancia previa a la escena

del jazz propiamente, sino que son la escena del jazz.125 Tanto es así que los integrantes de

distintas bandas eran y son exalumnos de algunas universidades o academias de jazz, como las

agrupaciones de Buddy Rich, Stan Kenton y Woody Herman en la década de 1970 y 1980.

122 Alex W. Rodríguez, “A Brief History of Jazz Education, Pt. 1”, A Blog Supreme, 2 de noviembre, 2012,

https://www.npr.org/sections/ablogsupreme/2012/10/26/163741653/a-brief-history-of-jazz-education-pt-1. 123 Gary W. Kennedy, “Jazz education (jazz)”, en Grove Music Online, 2003, acceso 2 de junio, 2021,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-2000602300. 124 David Ake, Jazz Matters: Sound, Place, and Time since Bebop (Los Ángeles: University of California Press,

2010), 78. 125 Ibid., 87.

52

Este tipo de formación del jazz en academias o escuelas es el escenario en el que

muchos músicos, como varios del Quinteto, han aprendido el lenguaje del jazz. En el caso de

Herrera, luego de haber estudiado piano clásico fue a estudiar piano jazz en Estados Unidos.

Una vez allí, según él mismo indica, “prácticamente me enamoré a esa música” y, como lo

mencionó además en otra entrevista, “cuando el jazz te pica, no te suelta jamás”.126 Fue este

amor e interés lo que lo llevó a formar el Quinteto, el cual se dio de una manera muy natural

mientras estudiaba el doctorado. De este modo, los primero integrantes fueron músicos

estadounidenses que tocaban primordialmente bebop, aunque progresivamente el repertorio se

ha vuelto más moderno. Como se mencionó anteriormente, lo usual es que los integrantes no

sean siempre los mismos, y esto es una característica de la práctica del jazz. Sin embargo, algo

que caracteriza a todos los músicos que han tocado en el Quinteto es su conocimiento del

lenguaje del jazz, tanto los estadounidenses como los que han tocado aquí en Colombia. Y,

aunque su formación pueda ser distinta, la cuestión está en que “auditivamente lo reconocen

[el lenguaje] y lo puede reproducir, y pueden improvisar en ese estilo”.127 Este último aspecto

nos conduce al siguiente apartado que tiene que ver con el repertorio que interpretan.

2. El repertorio, ¿qué tocan?

Inicialmente Adrian Herrera Jazz Quintet tocaba composiciones de bebop y

posteriormente hard-bop, aunque progresivamente han ampliado el repertorio a un estilo más

moderno. El bebop y el hard-bop no sólo son relevantes para el Quinteto, sino también para el

jazz en general, ya que “representan grandes periodos de empoderamiento en la historia del

jazz, periodos en los que una concentración de [músicos] virtuosos forjaron y refinaron

muchas prácticas que se han mantenido como convenciones del lenguaje del jazz”.128 En la

siguiente sección, se profundizará en esta idea al ver de qué manera el bebop marca, para el

Quinteto y también para otras prácticas de jazz, la base improvisatoria.

126 Ibid.; Adrián Herrera, “Cuando el jazz te pica, no te suelta jamás”, entrevista, El Universal, acceso 10 de

mayo, 2021, https://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/cuando-el-jazz-te-pica-no-te-suelta-jamas-

AF1722002?fbclid=IwAR0hRomzWObUSB7iy6z_mrcEcKQGfHB9oBMDhooPuxhcqe8zz4q2CLtYRXY. 127 Adrián Herrera Escobar (pianista), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 19 de noviembre, 2020. 128 Berliner, Thinking in Jazz, 7.

53

2.1. Los estándares y tributos de jazz

Así como las bandas o grupos de jazz tienen unas características particulares en cuanto

a su flexibilidad y variabilidad de los integrantes, así también esto se relaciona con el

repertorio que interpretan. Si los miembros del Quinteto no siempre son los mismos, y no es

usual que ensayen antes de tocar, ¿cómo lo hacen? ¿Qué convenciones prestablecidas y

acuerdos tienen antes de tocar? Parte de esta respuesta yace en los estándares (standards) y

tributos de jazz, es decir, en la manera en la que cada uno conoce el repertorio, se aproxima a

él y logra articular sus sonidos con los de los otros integrantes. En ambos casos, se trata de

retomar el repertorio de otros y resignificarlo. Veamos primero el caso de los estándares y

luego el de los tributos.

Hay ciertos temas que han ganado gran popularidad y se han convertido en parte del

repertorio de jazz y, por tanto, en piezas que se espera que un músico de jazz conozca.129

Aunque todos los estándares son piezas que hacen las veces de “piedra angular del repertorio

de jazz”, no todos vienen del mismo lugar.130 Algunos se originaron en Broadway, como

“Blue Skies” del musical Betsy, mientras que otros obtuvieron popularidad por medio de

películas, como “Star Eyes” de la película I Dood It. Muchos, sin embargo, fueron

compuestos por músicos de jazz, como “So What” de Miles Davis, “Sophisticated Lady” de

Duke Ellington o “Impressions” de John Coltrane, entre muchos otros.

Estos temas son llamados estándares porque su estructura, que en su forma más básica

consta de una melodía y una progresión armónica de acompañamiento, ha sido la base o

esqueleto de una gran cantidad de improvisaciones a lo largo de la historia del jazz. En otras

palabras, constituyen un marco para una infinidad de posibilidades musicales. Es así como

Charlie Parker, por ejemplo, continuamente improvisaba solos sobre las progresiones de “I’ve

Got Rhythm” (conocida también como Rhythm Changes) o “Cherokee”, o como Lee Konitz

129 Robert Witmer, “Standard”, en Grove Music Online, 2003, acceso 23 de marzo, 2021,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-2000425800. 130 Ted Gioia, The Jazz Standards: A Guide to the Repertoire (New York: Oxford University Press, 2012), xiii.

54

también improvisaba sobre “All the Things You Are” por su “sustancia ilimitada como marco

de invención”.131

Los estándares no son sólo parte del repertorio de jazz, sino que también son una

fuente para el desarrollo del vocabulario del músico de jazz. De esta forma, cuando distintos

músicos se reúnen en un club para tocar, sin haber tenido ensayos previos necesariamente,

acuerdan la forma y las armonías de lo que van a tocar, estándares que conocen, y a partir de

esa base tocan e improvisan. En palabras de Adrián Herrera, “como existe también un

repertorio que conocemos los músicos de jazz de memoria simplemente nos sentamos y

tocamos […] se llama un tema, oye toquemos “Autum Leaves” o toquemos “Donna Lee” o

toquemos, no sé, “One Finger Snap”, o lo que sea. Y entonces simplemente todo el mundo se

lo sabe, se cuenta y se empieza, y suceden a veces cosas maravillosas dentro de eso”.132

Así, una buena parte del repertorio jazzístico que interpreta Adrian Herrera Jazz

Quintet se basa en estándares de jazz. Un ejemplo de ello es “Caravan”, tema compuesto por

Juan Tizol y Duke Ellington, quien lo interpretó por primera vez en 1936, y uno de los más

populares dentro del mundo del jazz. Su popularidad se debe, entre otras cosas, a la facilidad

con que se adapta a distintos arreglos y estilos dentro del jazz, y a las características sonoras

de la melodía que hoy en día aún tiene un sonido moderno.133 Así como grandes figuras del

jazz como Dizzy Gillespie, Thelonious Monk y más recientemente Michel Camilo han

improvisado con base en este estándar, así también lo ha hecho el Quinteto en distintas

ocasiones. Una de ellas fue en la Universidad Javeriana, en Bogotá, en el 2016; y otra al año

siguiente en la Universidad de La Sabana.134 Asimismo, “You Must Believe in Spring” y

“Recorda-Me” también son algunos de los estándares que han tocado, y que han dado paso a

grandes interpretaciones; el primero del álbum Bill Evans que lleva el mismo nombre (1977) y

el segundo compuesto por Joe Henderson y grabado para el álbum Page One (1963).135

131 Berliner, Thinking in Jazz, 226. 132 Adrián Herrera Escobar (pianista), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 19 de noviembre, 2020. 133 Gioia, The Jazz Standards, 59. 134 “Adrian Herrera Quinteto: Caravan”, Luis Guevara Jimenez, 21 de agosto, 2016, video 08:09,

https://www.youtube.com/watch?v=1Obf5l45DEo; “Jazz al Campus”, Facultad de Educación Universidad de La

Sabana, 27 de abril, 2017, video, 59:00, https://www.youtube.com/watch?v=AyhPBwBI-Mw. 135 “Adrian Herrera Quinteto: You must believe in spring”, Luis Guevara Jimenez, 20 de agosto, 2016, video

9:36, https://www.youtube.com/watch?v=DOIiLzP8hH0; “Adrian Herrera Quinteto: Recordame”, Luis Guevara

Jimenez, 21 de agosto, 2016, video, 15:22, https://www.youtube.com/watch?v=Ez2pe8Pv8JA.

55

Estos estándares también encuentran un lugar para sonar en las jam sessions, término

que usualmente refiere a una reunión más o menos informal de músicos, en este caso de jazz,

que se encuentran para tocar música que ellos eligen, bajo su criterio, estética, y sin tener que

responder a una demanda en particular.136. En San Café Jazz Club, por ejemplo, las noches de

los miércoles están dedicada a esta práctica musical, en la que el Quinteto ha participado.

Además de los estándares, en la historia de la música, y en particular de jazz, es usual

rendir tributo a grandes figuras que ha inspirado a mucho músicos a lo largo del tiempo. Son

distintas las razones que están detrás de esta práctica musical, desde la conexión espiritual,

intelectual, educativa y de inspiración entre un músicos y sus antecesores, sus maestros, hasta

razones menos personales y trascendentales, y más de tipo comercial.137 Hay distintos

formatos musicales que sirven como medio para rendir este tipo de homenaje, por ejemplo, los

álbumes, los conciertos y también las bandas tributo.

En el jazz, desde la década de 1950 con el álbum Plays Duke Ellington de Oscar

Peterson (1952), los álbumes tributos han formado parte de su repertorio y discografía. En

ellos los artistas no sólo interpretan música de una gran figura del jazz, en este caso de Duke

Ellington, sino que también, al hacerlo, se inspiran para crear música propia. En otras

palabras, las composiciones de Ellington sirvieron como base o punto de partida para que

Peterson creara algo nuevo, y le diera su característico sonido musical. Asimismo, unos años

más tarde, Ella Fitzgerald grabó el tributo vocal Sings the Duke Ellington Song Book (1957),

entre muchos otros álbumes de este tipo. De esta forma, vemos cómo grandes figuras del jazz

grabaron álbumes tributos a otras grandes figuras que los precedieron. Y así como Fitzgerald

rindió homenaje a Ellington, así también otros jazzistas le han rendido homenaje a ella, Dee

Dee Bridgewater en Dear Ella (1997) de, o distintas voces en We All Love Ella: Celebrating

the First Lady of Song (2007), álbum producido por Verve Records.138

136 William Cameron, “Sociological Notes on the Jam Session”, Social Forces 33, n.° 2 (1954): 179;

Maksim Belitski y Monika Herzig, “The Jam Session Model for Group Creativity and Innovative Technology”, J

Technol Transf 43, (2018): 508; en el siguiente artículo se analizan estas y otros estudios sobre el jam session:

Ricardo F. Pinheiro, “The Jam Session and Jazz Studies”, International Rreview of the Aesthetics and Sociology

of Music 45, n.° 2 (2014): 335-344. 137 Patrick Jarenwattananon, “What’s With All The Jazz Tribute Albums?”, A Blog Supreme, 9 de julio, 2011,

https://www.npr.org/sections/ablogsupreme/2011/07/13/137713529/whats-with-all-the-jazz-tribute-albums. 138 Martin Chilton, “Best Tribute Albums: 40 Classic Albums Honouring Great Artists”, udiscovermusic, 7 de

abril, 2021, https://www.udiscovermusic.com/stories/best-tribute-albums-ever/.

56

Algo muy similar, pero con características propias de la música en vivo, ocurre en los

conciertos tributo. En la escena bogotana, así como en otras ciudades del mundo, los tributos

representan hoy en día una buena parte de la práctica musical en los clubes de jazz. Tal es el

caso de San Café Jazz Club y Bolón de Verde, dos de los clubes nocturnos con más

trayectoria y relevancia en la ciudad, y Smoking Molly, restaurante y “casa del rock, el blues y

el jazz en Bogotá”. Tributos a Nina Simone, John Coltrane, Bill Evans, Miles Davis, Charlie

Parker, Ella Fitzgerald, Thelonious Monk, entre otros, son sólo algunos ejemplos en los

últimos dos años.

De estos toques distintas dinámicas resultan interesantes. A diferencia de las bandas

tributo, es decir, agrupaciones que imitan fielmente la música de una banda específica, no sólo

los músicos que tocan el tributo no son necesariamente de una misma agrupación, sino que

tampoco buscan imitar cada detalle.139 Al contrario, y de manera similar a los álbumes tributo,

se toma la composición de una figura de jazz como punto de partida para interpretar,

improvisar y tocar cosas nuevas. Adrian Herrera Jazz Quintet ha interpretado algunos de estos

tributos, como el de John Coltrane en San Café Jazz Club, donde varios de sus integrantes

participaron. A Love Supreme (1964) fue el álbum que enmarcó el tributo, una de las

grabaciones más importantes de Coltrane, “no sólo por la música, sino por su significado que

trasciende más allá de la música”, como introdujo el baterista Juan Camilo Anzola.140 Este

significado yace en la conexión con lo trascendental, con el amor, con lo espiritual y con Dios

mismo, que estuvo presente en Coltrane, sobre todo en las composiciones de los últimos años

de su vida.141 Explícitamente, esto se puede apreciar en el poema que lleva el mismo nombre

del álbum A Love Supreme y que el solo del saxofón de Coltrane parece ser “una recitación sin

palabras del poema, una nota por cada sílaba”.142

139 Deena Weinstein, “Tribute band”, en Grove Music Online, 2016, acceso 12 de abril, 2021,

https://www.oxfordmusiconline.com/grovemusic/view/10.1093/gmo/9781561592630.001.0001/omo-

9781561592630-e-1002289605. 140 Juan Camilo Anzola (baterista), en el Tributo a John Coltrane en San Café Jazz Club. 141 Anthony Brown, “John Coltrane as the Personification of Spirituality in Black Music”, en John Coltrane and

Black America’s Quest for Freedom: Spirituality and the Music, ed. Leonard L. Brown (New York: Oxford

University Press, 2010), 55. 142 Lewis Porter, “John Coltrane’s “A Love Supreme”: Jazz Improvisation as Composition”, Journal of the

American Musicological Society 38, n.° 3 (1985): 613.

57

2.2. Arreglos y composiciones

Además de los estándares, el repertorio jazzístico, no sólo del Quinteto, sino también

de otras agrupaciones, se constituye por arreglos a otros temas y por composiciones propias.

Por un lado, encontramos el arreglo sobre un “El mejoral”, un tema de Rafael

Escalona, por medio del cual Adrian Herrera Jazz Quintet fue obtuvo el mejor premio a mejor

arreglo o composición en homenaje a la vida y obra de Alejo Durán en el VII Festival Voces

del Jazz y del Caribe en el año 2019. Además de este reconocimiento, la agrupación también

fue declarada como la “Mejor banda del Festival”, y su trompetista, Pavel Zuzaeta, fue uno de

los ganadores en la categoría de mejor solista del Festival. Este evento “es una plataforma en

la que artistas consagrados y nuevos exponentes de la escena musical pueden proyectar sus

habilidades en el campo del jazz y proponer diálogos con las músicas tradicionales de la

región Caribe”.143 En su séptima edición el festival rindió homenaje a Alejandro Durán, uno

de los grandes juglares del vallenato, por los cien años de su nacimiento. Y una manera de

hacerlo fue por medio de arreglos o composiciones basadas en sus temas, un escenario para

las composiciones de Herrera, que se caracterizan por ser “dinámicas, bien estructuradas y

facilitan la improvisación”.144 En particular, el proceso de composición del arreglo que hizo a

“El Mejoral” inició por medio de la escucha de muchas versiones de la canción, con el fin de

fijarse en el aspecto rítmico, “para luego darle un giro armónico más moderno, sin desestimar

el espíritu de la canción”.145 De esta forma, el arreglo ofrece “una lectura disonante y fresca de

esta simpática canción”.146

143 “Adrián Herrera y su banda son galardonados en el VII Festival Voces del Jazz y del Caribe”, Universidad de

Los Andes: Facultad de Artes y Humanidades, acceso 24 de marzo, 2021,

https://facartes.uniandes.edu.co/musica/adrian-herrera-y-su-grupo-de-jazz-son-galardonados-en-el-vii-festival-

voces-del-jazz-y-del-caribe/. 144 Óscar Acevedo, “2019, Protagonistas del jazz en Colombia”, Revista Tempo, diciembre 23, 2019,

http://revistatempo.co/tempo/2019-protagonistas-del-jazz-en-

colombia/?preview=true&_thumbnail_id=3861&fbclid=IwAR3uQvXZA3t_FjbePC7XQ3q3a4awdwlbIAo1Mur

L4xbpSAqyxYuF5tKvC2g. 145 Adrián Herrera, “Cuando el jazz te pica, no te suelta jamás”, entrevista, El Universal, acceso 10 de mayo,

2021, https://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/cuando-el-jazz-te-pica-no-te-suelta-jamas-

AF1722002?fbclid=IwAR0hRomzWObUSB7iy6z_mrcEcKQGfHB9oBMDhooPuxhcqe8zz4q2CLtYRXY. 146 Óscar Acevedo, “2019, Protagonistas del jazz en Colombia”, Revista Tempo, diciembre 23, 2019,

http://revistatempo.co/tempo/2019-protagonistas-del-jazz-en-

colombia/?preview=true&_thumbnail_id=3861&fbclid=IwAR3uQvXZA3t_FjbePC7XQ3q3a4awdwlbIAo1Mur

L4xbpSAqyxYuF5tKvC2g.

58

Por otro lado, además de arreglos Herrera también ha compuesto piezas musicales

independientemente de un tema. Tal es el caso de “New York One (NY1)”, una composición

escrita en honor al canal NY1 que eventualmente transmitía jazz de diferentes clubes de

Nueva York.147

3. Práctica improvisatoria, ¿cómo lo tocan?

Hablar de jazz sin hablar de improvisación es algo inusual debido a la estrecha relación

que mantienen. Este escrito no es ajeno a ello, y prueba de eso son las referencias que se han

hecho a la improvisación musical en los primeros apartados, antes de haber llegado a este que

directamente se dedica al tema. Como se expuso en la sección anterior, los estándares

constituyen una buena parte del repertorio que los músicos de jazz conocen y a partir de los

cuales improvisan. Esto último conecta directamente con la improvisación, ya que tanto los

estándares como las fórmulas, frases, motivos, piezas e incluso álbumes funcionan como una

base o punto de partida para improvisar. Entonces, aunque muchos músicos de jazz han tocado

“Caravan”, cada uno lo ha hecho de una manera distinta, con un estilo propio. De manera

semejante, diversas agrupaciones han tocado A love supreme, pero cada interpretación es

diferente, aunque de todas se puede decir que son performances del mismo álbum de Coltrane.

Entonces, la pregunta que aquí nos concierne es ¿cómo improvisan?

Para responder a esta pregunta vamos a distinguir dos cosas: cómo se llega o aprende a

improvisar y cómo improvisan los músicos en un performance. Es decir, cuál es el proceso y

las técnicas que aprende un músico para llegar a improvisar, para dominar ese lenguaje.

Entender estas nociones será fundamental para poder analizar, describir y comprender cómo

es la improvisación de una agrupación de jazz, en particular de Adrian Herrera Jazz Quintet.

147 “Jazz al Campus”. Facultad de Educación Universidad de La Sabana. 27 de abril, 2017. Video, 59:00.

https://www.youtube.com/watch?v=AyhPBwBI-Mw En este último desde el minuto 33:15 hasta el 44, 45:50.

59

3.1. La improvisación como un lenguaje

Escuchar y ver un performance de jazz se asemeja a presenciar una conversación, unas

veces muy dinámica, con una gran interacción entre los músicos, y otras veces de manera más

calmada, profunda y densa. Los músicos se concentran en su instrumento, en buscar una

sonoridad específica, pero también se miran entre ellos, se llaman y responden; dan paso a la

improvisación de alguno de ellos y luego otro retoma la última frase y toca su propio solo. En

otro momento se unen todos los sonidos en una masa densa y compleja que llena el espacio.

La cuestión aquí es que se puede establecer una analogía entre el lenguaje y la improvisación,

entre la manera en la que se habla y la que se improvisa. Hay un punto en el que le músico de

jazz domina el vocabulario de este idioma y lo logra expresar con naturalidad, así como

cuando hablamos de manera fluida un nuevo idioma que aprendemos.

Así como las palabras que decimos siguen unas reglas sintácticas, de manera semejante

la improvisación sigue unas reglas melódicas, rítmicas y armónicas, claro está, dentro del

estilo en el que se esté tocando.148 Es así como Herrera lo afirma: “yo simplemente hablo el

idioma. Entonces, yo puedo decir que yo hablo inglés, que hablo español y hablo bebop”.

Pero, ¿cómo aprendió ese lenguaje?

En el caso de él, y también es el caso de muchos otros músicos, tres elementos fueron

fundamentales: las técnicas de improvisación, la transcripción de solos y el aprendizaje de

frases. Técnicas como los outlines de Bert Ligon para conectar la armonía en la improvisación

a partir de líneas melódicas y las escalas bebop en la que se añade un cromatismo para que las

notas del acorde queden en los tiempos fuertes, entre muchas otras técnicas que se usan para

aprender a improvisar.149 Estas técnicas aportan los primeros pasos de este lenguaje, los

conceptos básicos y algunas reglas, pero no es suficiente. Podemos conocer algunas reglas

gramaticales y un vocabulario básico de un idioma, pero eso no es suficiente para hablarlo de

manera fluida. Por esto, tanto la transcripción de solos como el aprendizaje y formulación de

frases musicales son otros elementos importantes en el proceso de aprendizaje de este idioma.

Para transcribir hay que escuchar, es un entrenamiento auditivo que fortalece el

148 Martin Norgaard, “Descriptions of Improvisational Thinking by Artist-Level Jazz Musicians”. Journal of

Research in Music Education 59, n.° 2 (2011): 110; Berliner, Thinking in Jazz, part two. 149 Bert Ligon, Connecting Chords with Linear Harmony (Houston: Hal Leonard, 1996).

60

reconocimiento de solos, estándares y frases. Estas últimas pueden ser de otros músicos o del

mismo intérprete que al improvisar desarrolla alguna frase interesante, la guarda en su

vocabulario, en su storehouse, y la usa después en otra improvisación. Poco a poco estos tres

aspectos se desarrollan, se interceptan y crean un vocabulario articulado. Así, “cuando tú

desarrollas todos estos pasos durante muchos años y empiezas a improvisar es hablar un

idioma de manera natural”.150

Entonces, se trata de un lenguaje vivo, que se habla, o, en este contexto, se canta y se

toca. Este aspecto, aunque pueda parecer obvio, es muy importante en la improvisación, y es

algo que en la tradición del jazz se ha tenido en cuenta. En el jazz, y en particular en el bebop,

la tradición oral ha jugado un papel relevante en su historia, ya que los músicos aprendían de

otros músicos, y así se transmitían sus conocimientos, sus solos y su lenguaje musical;

“Charlie Parker se lo aprendió de Coleman Hawkins, y Coleman Hawkins se lo aprendió a

Teddy Wilson. En fin, eso es una línea interminable de pura tradición oral y lo aprendieron de

esa manera”.151 Como se mencionó anteriormente, a pesar de la academización que se ha dado

del jazz en la escena estadounidense desde la década de 1930 y 1940, el elemento

improvisatorio se ha mantenido, y, en gran parte, porque aún es un lenguaje vivo. Esto se debe

a que quienes dominan este lenguaje cantan lo que tocan, como lo describe Herrera: “yo no

canto lo que toco, sino que toco lo que canto, y lo que canto cuando hablo es bebop, por eso

cuando toco lo que me sale es ese lenguaje, y lo puedo llamar como el inglés y el español”. 152

La anterior descripción del pianista habla de bebop. Si bien es cierto que cada género,

estilo o práctica musical tiene unas características distintas, también es cierto que dentro del

jazz cada idioma también lo tiene, como es el caso del bebop. En esto el término

improvisación idiomática resuena, sobre todo dentro de la práctica del jazz. Derek Bailey usa

este término para describir una de las dos formas principales de improvisación, la cual tiene

que “con la expresión de un idioma - como el jazz, el flamenco o el barroco - y toma su

identidad y motivación de ese idioma”.153 En otras palabras, se refiere a la “estética particular

150 Adrián Herrera Escobar (pianista), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 19 de noviembre, 2020. 151 Ibid. 152 Ibid. 153 Bailey distingue inicialmente improvisación idiomática de no-idiomática. Sin embargo, al final del libro

concluye que en la práctica no hay una distinción clara entre los dos tipos de improvisación, excepto por las

oportunidades que ofrece la improvisación libre para renovar o cambiar lo conocido. Bailey, Improvisation, 142.

61

que tiene la improvisación de acuerdo con los estilos de música que se estén haciendo”.154 Es

así como un músico de jazz no trata la improvisación de manera independiente al idioma que

toca, en este caso el jazz, sino que la improvisación es la expresión de ese idioma.155 Para

Herrera el jazz tiene una estética muy particular, y la improvisación en él tiene su columna

vertebral en el bebop.

3.2. La improvisación colectiva y los solos

Aunque los integrantes del Quinteto varían según el concierto o festival en el que

toquen, la improvisación es un elemento fundamental en su práctica musical. En este sentido,

me refiero a la improvisación colectiva en la que dos o más integrantes improvisan

simultáneamente y a los momentos en los que cada uno hace un solo en su instrumento.

Por ejemplo, en “Charlie” la improvisación por solos es clara y ordenada a lo largo de

todo el tema.156 Primero improvisa el saxofón tenor, mientras el piano y el bajo lo acompañan,

y la batería marca la base rítmica. El tempo es rápido, hay una gran intensidad que se debe,

entre otras cosas, a la velocidad con la que se toca las notas del solo. En ese punto no sólo

viene bien la analogía con el lenguaje, sino también con el camino, ya que la improvisación

parece un recorrido que recorre el solista y al cual los otros instrumentos buscan seguir el

paso, hasta que otro toma el lugar para marcarlo. Ahora el saxofón soprano toca su solo,

mientras los otros instrumentos bajan un poco el volumen para escucharlo. Progresivamente la

intensidad vuelve a aumentar, el piano trata de conversar con él por medio de distintos acordes

que se responden a las frases del saxofón soprano, hasta que dialogan entre ellos y después es

el turno del piano. La dinámica disminuye, cada tecla que toda el piano se escucha con

claridad, el solo se elabora cada vez más, se vuelve más veloz, ágil y fluido. Nuevamente, la

intensidad aumenta de la mano con notas cada vez más altas. Mientras tanto los saxofones

esperan y el bajo y la batería siguen acompañando al piano que, con un glissando hacia abajo

154 Adrián Herrera Escobar (pianista), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 19 de noviembre, 2020. 155 Bailey, Improvisation, 18. 156 “Adrian Herrera Quinteto:Charlie”, Luis Guevara Jimenez, 21 de agosto, 2016, video 13:38,

https://www.youtube.com/watch?v=TqaLNEHhCVE.

62

en las teclas bajas, termina su solo y da paso al bajo. Gran parte de su improvisación es

acompañada únicamente por la batería, pero eventualmente el piano se une con algunas

intervenciones esporádicas, hasta que el saxofón retoma el tema con un breve solo al que

responde la batería. Esta pregunta-respuesta entre un saxofón y la batería continúa por un

tiempo, hasta que finalmente vuelven todos los instrumentos y dan cierre al toque.

Durante cada solo se observa una gran concentración del músico con instrumento, en

buscar cada frase y en hacer resonar su sonido con los de toda la banda. Mientras esto sucede,

los otros músicos escuchan con atención la improvisación, a veces para integrarse y dialogar

con ella, y otras veces solo para apreciarla y esperar su turno. Esta breve descripción refleja

cómo “durante la improvisación colectiva, las actividades de crear, escuchar y evaluar se

vuelven partes integrales del mismo proceso”.157

La improvisación de solos también ha estado presente en otros toques, como en el

estándar “Caravan”, que Adrian Herrera Jazz Quintet ha interpretado en varias ocasiones.158

El tema empieza con el característico ritmo que marca la batería, a partir del cual se unen los

otros instrumentos y luego el piano toca la frase que distingue el estándar. Más adelante hay

lugar para los solos de los saxofones y la trompeta, que, probablemente, guiados por el groove

“experimentan una gran sensación de relajación, que aumenta sus poderes de expresión e

imaginación”.159 En este caso los solos son más cortos que en “Charlie”, pero hay un mayor

acople y ensamble entre los instrumentos. Tal vez esto se debe al ritmo que marca la batería y

a la melodía del estándar que toca el piano constantemente. En contraste, hacia el final de uno

de los toques el baterista hizo un solo más extenso, no a modo de pregunta respuesta, o de

cortes que se marcan entre los solos de otros instrumentos, sino solo la batería. Finalmente,

poco a poco vuelven todos los instrumentos y dan cierre a “Caravan”.

157 Berliner, Thinking in Jazz, 387. 158 En el concierto en la Universidad Javeriana y en La Universidad de La Sabana en el 2016 y 2017,

respectivamente. Se pueden ver en los siguientes enlaces: “Adrian Herrera Quinteto: Caravan”, Luis Guevara

Jimenez, 21 de agosto, 2016, video 08:09, https://www.youtube.com/watch?v=1Obf5l45DEo; “Jazz al Campus”,

Facultad de Educación Universidad de La Sabana, 27 de abril, 2017, video, 59:00,

https://www.youtube.com/watch?v=AyhPBwBI-Mw En este último desde el minuto 33:15 hasta el 44. 159 Berliner, Thinking in Jazz, 389.

63

4. Dinámicas sociales de la práctica musical

Las dinámicas que giran alrededor de un toque de jazz de Adrian Herrera Jazz Quintet

se enmarcan en una práctica musical más amplia, donde el Quinteto mismo interactúa con

otros músicos, en distintos escenarios y para diversas audiencias. En este último apartado, se

presentarán los escenarios en los que toca el Quinteto como espacios que moldean las

dinámicas musicales y sociales; y se hará referencia a la audiencia y a las dificultades de hacer

este tipo de análisis debido a la pandemia de la COVID-19.

4.1. Los escenarios, ¿dónde tocan?

Los festivales de jazz son los principales escenarios donde el Quinteto ha interpretado

su música. En el 2018, por ejemplo, se presentaron en el VIII Festival de Jazz de Villa de

Leyva y en Atlantijazz. El primero es un evento creado por la Corporación Villa Jazz Festival,

iniciativa del músico Justo Cuervo Londoño, que “convoca músicos a nivel nacional e

internacional para fomentar la cultura de la música Jazz en la región”.160 Como es usual, el

festival se llevó a cabo a mitad de año en Villa de Leyva, Boyacá, un espacio que permite “el

diálogo de saberes, la interrelación de fusiones y estilos, los relevos generacionales, que la

posibiliten [la evolución musical] en términos más universales, para los compositores,

interpretes, y público en general”.161 En esta ocasión el Quinteto se presentó en el cierre del

festival, antes de Nassa Histories. Además de ello, otras agrupaciones que tocaron fueron Jazz

Flamenco, Colina Jazz Trío, Felipe Rey Cuarteto y Nicolás Rojas Quinteto.

Atlantijazz, por su parte, es un “evento cultural en el que la música contemporánea del

mundo se fusiona con las sonoridades del Caribe”.162 Adrian Herrera Jazz Quintet inauguró la

decimosegunda edición del Festival en el Teatro José Consuegra Higgins, en la ciudad de

160 “Festival de Jazz de Villa de Leyva”, Colombia Travel, acceso 29 de marzo, 2021,

https://colombia.travel/es/ferias-y-fiestas/festival-de-jazz-de-villa-de-leyva. 161 Villa de Leyva Jazz Festival, “Información”, Facebook, acceso 10 de mayo, 2021,

https://www.facebook.com/Villa-de-Leyva-Jazz-Festival-356930967663933/about/?ref=page_internal. 162 Jhonatan Díaz, “Atlantijazz suena desde hoy en Barranquilla y Puerto”, El Heraldo, 17 de octubre, 2018,

https://www.elheraldo.co/cultura/atlantijazz-suena-desde-hoy-en-barranquilla-y-puerto-554736?amp.

64

Barranquilla. Otras agrupaciones tanto nacionales como internacionales, dentro de las cuales

se encuentran Bellas Artes Big Band, Maconda, The Walkers y Pachalo, también participaron.

Más recientemente, tocaron también en el VII Festival Voces del Jazz y del Caribe, en

la ciudad de Cartagena. A esta ciudad, según el crítico musical y jurado del Festival, Óscar

Acevedo, “llegan grupos procedentes de toda la geografía nacional, factor que lo convierte en

el festival que tiene más representación regional de todos los que se llevan a cabo en

Colombia”.163 Esto se ilustra en las diecisiete bandas que reunió el Festival en el 2019, dentro

de las cuales se encuentran Jah Lous (Manizales), Frank Villanueva y su Blind Son

(Cartagena), Tolu Jazz (Sincelejo), Palbejuco (Pereira) y, claro está, Adrian Herrera Jazz

Quintet, que en esa ocasión estuvo integrado por Pavel Zuzaeta (trompeta), Daniel Bahamón

(trompeta), Sergio Sotelo (batería), Julián Gómez (contrabajo) y Adrián Herrera (piano).

Como director ejecutivo de la Fundación Voces del Jazz, Manuel Reyes Bolaños considera

que este evento “es una apuesta desde el Caribe colombiano que intenta desde la música

colombiana acercarse a un género que cada vez gana más espacio en el Caribe”.164 Este

acercamiento se ha caracterizado por integrar tendencias globales con costumbres nativas de

nuestro país, lo que se ejemplifica desde la misma orquestación de las agrupaciones, como es

el caso de la batería de Murajazz, en la que el tambor alegre reemplaza el tom de piso y

además tiene una caja vallenata.165

Al analizar estos escenarios una característica que resuena es que no se trata de

entornos estrictamente académicos, como el auditorio de una universidad o un teatro de la

ciudad. Por el contrario, vemos cómo la plaza central de Villa de Leyva enmarca el festival, o

cómo la terraza de uno de los principales centros comerciales de Cartagena abraza el jazz. De

una u otra forma, esto refleja el interés tanto de los músicos como de las organizaciones de los

163 Óscar Acevedo, “2019, Protagonistas del jazz en Colombia”, Revista Tempo, diciembre 23, 2019,

http://revistatempo.co/tempo/2019-protagonistas-del-jazz-en-

colombia/?preview=true&_thumbnail_id=3861&fbclid=IwAR3uQvXZA3t_FjbePC7XQ3q3a4awdwlbIAo1Mur

L4xbpSAqyxYuF5tKvC2g. 164 “Lanzamiento de la séptima edición del Festival Voces del Jazz”, Primer Tiempo, acceso 28 de marzo, 2021,

https://primertiempo.co/cultura-primertiempo/lanzamiento-de-la-septima-edicion-del-festival-voces-del-jazz. 165 Óscar Acevedo, “Voces del jazz: Columna de opinión de Óscar Acevedo”, El Tiempo, 14 de septiembre,

2019, https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/voces-del-jazz-columna-de-opinion-de-oscar-acevedo-

412244?cid=SOC_PRP_POS-MAR_ETW_FACEBOOK&fbclid=IwAR0-

jegDikaAoHELjvmbgm98USi9hQtxm46hc1WXISBQ0m6J5EbCF14KgQk.

65

eventos por llegar a la gente, por ampliar la audiencia que escucha jazz, y por romper ciertas

barreras.

Además de los festivales, otros escenarios del Quinteto han sido las universidades,

bien sea en un contexto más académico o no. En el 2017 tocaron en la Universidad de La

Sabana en el marco de la celebración de los 40 años de la Facultad de Educación. El evento

duró cerca de dos horas y asistieron alrededor de 500 personas, quienes escucharon “una

mezcla de composiciones originales e interpretaciones de clásicos del Jazz con arreglos

propios de la banda”.166 Ese mismo año también tocaron en el Aula Múltiple de la Facultad de

Artes de la Pontificia Universidad Javeriana.

Por último, y como anteriormente se mencionó, es usual que la agrupación, así como

muchos otros grupos de jazz de la ciudad, encuentre en los clubes de jazz un escenario idóneo

para su repertorio, para la improvisación e interacción con el público. Dentro de ellos, se

destacan San Café Jazz Club, Bolón de Verde y Smoking Molly.

4.2. La audiencia

El análisis de la reacción e interacción entre los músicos y el público ha sido

complicado por varias razones, entre ellas, porque la pandemia de la COVID-19 ha afectado

fuertemente al sector cultural y artístico. Los clubes de jazz, auditorios, universidades y entre

otros escenarios aquí mencionados cerraron, y paulatinamente han abierto bajo las medidas de

bio-seguridad necesarias. Por lo tanto, en un principio la actividad musical de agrupaciones

como Adrian Herrera Jazz Quintet se detuvo de un día a otro; poco a poco se hicieron

transmisiones en vivo de algunos toques a través de redes sociales y plataformas digitales; y

actualmente algunos conciertos se dan presencialmente sin transmisión virtual. Estos tres

escenarios han dificultado, por un lado, que el público pueda asistir a los toques, escucharlos e

interactuar con los músicos y entre ellos mismos. Y, por otro lado, que se pueda analizar esas

166 “Celebramos 40 años a ritmo de jazz”, Unisabana: 40 años Facultad de Educación, acceso 28 de marzo, 2021,

https://www.unisabana.edu.co/unisabana/congresos-varios/40-anos-facultad-de-educacion/jazz-al-campus/.

66

relaciones e interacciones. Al no poder asistir presencialmente las alternativas para hacer este

tipo de análisis se reducen porque cada vez son más los conciertos en vivo, muchos de ellos

sin transmisión virtual y, porque aquellos que se transmiten virtualmente enfocan a los

músicos principalmente, algunas veces de manera exclusiva, sin poder ver a la audiencia.

Además, porque no suele haber participación por del público virtual salvo por medio de

comentarios en plataformas como YouTube o Facebook.

Con esto en mente, a continuación, se presentará un breve análisis a partir de lo que se

pudo observar a través de algunos videos, en algunos comentarios y, sobre todo, con base en

reseñas de los conciertos.

En primer lugar, se destaca la conexión que se genera entre los músicos y el público o

los efectos que genera la música en la audiencia. Así, por ejemplo, de la presentación en el

Festival Voces del Jazz y del Caribe, Acevedo destacó la manera en la que el Quinteto

“mantuvo al público conectado hasta la última hora con la colaboración de unos músicos que

no dejaron caer la intensidad en ningún momento”.167 Esta intensidad recae tanto en la música

misma, en las composiciones y piezas que interpretan, como en la manera en la que se

conectan los distintos miembros del Quinteto. Igualmente, en el concierto en la Universidad

de La Sabana “como en la gran mayoría de conciertos de este género, la improvisación fue un

punto destacado de la noche que elevó al máximo la energía del público”.168

En segundo lugar, los escenarios se prestan para que el público centre su escucha en el

concierto, pero en un marco más flexible. Es decir, por un lado, es común ver que la audiencia

se muestra concentrada y conectada con la música, su mirada se dirige a los músicos, algunos

marcan el pulso con el pie y en general la escucha se dirige principalmente a la música. Pero,

por otro lado, la plaza de un pueblo en el caso del Villa Jazz Festival, la terraza de un centro

comercial en el Festival Voces del Jazz y del Caribe, un espacio al aire libre junto al lago de la

Universidad de La Sabana, o el mismo club de jazz da una mayor flexibilidad al público.

167 Óscar Acevedo, “2019, Protagonistas del jazz en Colombia”, Revista Tempo, diciembre 23, 2019,

http://revistatempo.co/tempo/2019-protagonistas-del-jazz-en-

colombia/?preview=true&_thumbnail_id=3861&fbclid=IwAR3uQvXZA3t_FjbePC7XQ3q3a4awdwlbIAo1Mur

L4xbpSAqyxYuF5tKvC2g. 168 “Celebramos 40 años a ritmo de jazz”, Unisabana: 40 años Facultad de Educación, acceso 28 de marzo, 2021,

https://www.unisabana.edu.co/unisabana/congresos-varios/40-anos-facultad-de-educacion/jazz-al-campus/.

67

Pueden caminar mientras escuchan, puede comer algo durante el concierto, e incluso pueden

retirarse y volver con mayor comodidad. Este ambiente más cercano a las distintas audiencias

que atienden un concierto de jazz.

Y tal vez esto último se conecte con uno de los objetivos, directos o indirectos, de los

festivales de jazz, que tiene que ver con acercar esta música a la gente. No sólo los escenarios

influyen en ello, sino también las distintas actividades que se enmarcan en el festival, pero que

son distintas al concierto. Tal es el caso de clases, conversatorios o talleres, como ocurrió en

Atlantijazz 2018 con un taller de improvisación. Personas de distintas edades, pero sobre todo

jóvenes, sin necesariamente tener un bagaje musical de jazz, asistieron y participaron

activamente de este espacio con el pianista y creador del Quinteto Adrián Herrera.169

Por último, vale la pena mencionar que los aplausos, ovaciones, gritos y chiflidos se

suelen escuchar sólo al final del concierto y de cada tema (cuando se hace evidente que

finalizó un tema), eventualmente en un solo, pero no es común que suceda durante la

ejecución de una pieza.170 Esto último es de extrañarse ya que es algo común en la práctica del

jazz, sobre todo en el clímax de un tema de una improvisación. Por ejemplo, en la grabación

del “Köln Concert” de Keith Jarrett, que se llevó a cabo en la Casa de la Ópera de Colonia y

no en un lugar abierto o menos formal, se pueden escuchar reacciones del público ante

momentos cumbre de sus improvisación (en la parte 1, en los minutos 07:48, 08:15, 09:19,

10:12, entre otros).

* * *

Estas reacciones del público y otras dinámicas que se dan en torno a los escenarios en

los que ha tocado el Quinteto dan muestra de diferentes maneras de musicar en el jazz.

169 Atlantijazz Barranquilla, “Taller Improvisación con Adrián Herrera ATLANTIJAZZ 2018”, Facebook, 30 de

octubre, 2018, https://www.facebook.com/atlantijazz/posts/1487864964650504. 170 En el siguiente video se observan y escuchan algunas reacciones del público: Villa de Leyva Jazz Festival,

“Transmisión en vivo” Facebook, 1 de julio, 2018,

https://www.facebook.com/356930967663933/videos/2026828510674162; y en este los aplausos al final del

tema: Villa de Leyva Jazz Festival. Adrian Herrera Quinteto, 1 de julio de 2018,

https://www.facebook.com/356930967663933/videos/2026823624007984.

68

Algunas de ellas se mantienen, como escuchar a un grupo musical en un concierto o tocar con

ciertos instrumentos que son emblemáticos en el jazz. Otras, por el contrario, se transforman a

la vez que la música también lo hace, como la recepción e interacción con los conciertos

virtuales, tocar sin público o con muy poco por ciertas limitaciones, ver la transmisión del

concierto desde un único ángulo sin posibilidad de cambiarlo desde la pantalla. Asimismo, el

jazz cambia continuamente. Adrian Herrera Jazz Quintet ha interpretado estándares que hacen

parte del canon del jazz, o que han ganado mucha popularidad en ese marco, pero cada vez

que lo hacen suena de una manera distinta. Los integrantes del ensamble varían, los escenarios

y las audiencias también, y de igual forma lo hacen las notas que tocan, las improvisaciones y

el ambiente del momento que inspira su creatividad. De esta manera, el estudio permite

evidenciar que el jazz todavía está cambiando, se está transformando y fusionando en sus

diferentes escenas, sin dejar de ser jazz.

69

Capítulo 3

Los ministriles del jazz o los jazzistas de la música antigua: puntos de encuentro a partir

de la improvisación musical

Después de una breve introducción al tema por parte del piano, las notas del

sacabuche dan inicio a las Recercadas de Diego Ortiz. Luego da paso a una breve

improvisación del trombón moderno, que parece dialogar con el sacabuche. De nuevo, éste

instrumento antiguo interpreta la melodía y a modo de respuesta el trombón le vuelve a

contestar. La batería, el contrabajo y la percusión de fondo proveen una base rítmica y

sonora para acompañar al sacabuche o al trombón, a la música antigua o al jazz según sea el

caso. El diálogo entre ambos mundos se hace cada vez más dinámico hasta que finalmente

dan cierre a la “Recercata Prima Sopra Il Passamezzo Antico”. Pero este no es el final de Le

Jazz et la Pavane, sino tan sólo el inicio de un álbum en el que la música antigua y el jazz

dialogan, se fusionan y crean sonoridades únicas que entrelazan más de cuatro siglos de

música.

Si el inicio de esta tesis lo marcó la descripción de una pieza barroca con un

tratamiento jazzístico, “Air on a Blue String” de Milcho Leviev, entonces el cierre está a cargo

de un álbum con obras de música antigua, como las “Recercadas” de Diego Ortiz, bajo la

interpretación de Les Sacqueboutiers.171 En cualquier caso la idea es mostrar cómo estos dos

mundos musicales no son tan distantes e incluso pueden dialogar entre sí.

Con esto en mente, este último capítulo busca poner en relación la práctica musical de

la música antigua y del jazz a través de los dos casos de estudio que se presentaron en los

capítulos anteriores: los Ministriles de la Nueva Granada y Adrian Herrera Jazz Quintet. La

música antigua y el jazz pueden parecer a simple vista dos mundos muy distantes, no sólo por

siglos que los separan, sino también por su sonoridad, dinámicas sociales y tradiciones. Sin

embargo, a partir de una mirada más detallada se aprecian las similitudes que comparten, en

171 Fragmentos del álbum se pueden ver en los siguientes videos: “Les Sacqueboutiers et les jazzmen”, Les

Sacqueboutiers, Ensemble de cuivres anciens, 14 de abril, 2016, video 01:07:44,

https://www.youtube.com/watch?v=J2LmbXrn3jw; “Les Sacquebutiers «Le Jazz et la Pavane»”, Les

Sacqueboutiers, Ensemble de cuivres anciens, 5 de marzo, 2015, video 13:50,

https://www.youtube.com/watch?v=zFGPDzpjVmk.

70

especial a la luz del papel que juega la improvisación en su práctica musical. Analizar este

aspecto, como se presentó en los capítulos anteriores, supone considerar y estudiar otros

elementos que interactúan entre sí en ambas tradiciones, como los escenarios en los que se

escucha la música, la recepción de la audiencia, la interacción entre los músicos, el repertorio

que interpretan y la manera en la que lo hacen.

Con base en lo anterior, en primer lugar, se profundizará sobre la idea generalizada que

muchas veces se tiene de la distancia que hay entre la música antigua, en el marco de la

música clásica, y el jazz. En segundo lugar, se volverá sobre una motivación personal que

tienen en común Jiménez y Herrera frente a la música que interpreta cada uno. En tercer lugar,

se abarcarán las similitudes que tiene la música antigua y el jazz en la improvisación musical

al considerar para qué improvisa un músico en ambas prácticas, lo que nos llevará a ver la

improvisación como un lenguaje y como un mundo de posibilidades para el músico. Ésta

última idea permite ver cierta continuidad en la concepción de la improvisación musical desde

el siglo XVI con la música renacentista hasta el siglo XX con el jazz, y hoy en día con la

interpretación de cada repertorio. En cuarto lugar, se hará referencia a la intención pedagógica

que ha estado presente en la práctica musical de Los Ministriles de la Nueva Granada y

Adrian Herrera Jazz Quintet, especialmente en los escenarios en los que han tocado y las

audiencias a las que se han dirigido. Por último, se expondrá un breve análisis sobre la

industria discográfica en el jazz y en la música antigua, lo que evidenciará un fenómeno

similar en la historia discográfica de ambas tradiciones, así como también una relación entre

las grabaciones y la improvisación musical como herramienta pedagógica.

Estos cinco puntos dan cuenta de la relación entre la música antigua y el jazz en cuanto

a nociones y técnicas de la música misma, como la improvisación, a motivaciones y objetivos

que se relacionan directa o indirectamente con su práctica musical, como la intención

pedagógica reflejada en los escenarios, y a fenómenos en su historia, como el caso de la

industria discográfica. La música antigua y el jazz no sólo se asemejan por tener en común la

improvisación musical y el papel que ésta juega, sino que, al analizar esta relación, salen a la

luz otros aspectos en común que tienen que ver con la manera en la que hoy en día se realiza

su quehacer musical. Es decir, las características de los músicos que interpretan el repertorio,

71

de los escenarios en los que tocan, de la audiencia que los escucha e interactúa con ellos y de

la industria que divulga su música.

1. Dos tradiciones: dos mundos

La música antigua y el jazz son dos tradiciones que, a grandes rasgos, se pueden ver

muy distantes y distintas, y en muchas ocasiones (en el ámbito académico o por fuera de él) es

como se presentan.

Podemos pensar en un concierto de música antigua y uno de jazz. Tradicionalmente, el

primero se suele enmarcar en lo que se conoce comúnmente como música clásica, por lo que

es usual escuchar este repertorio en un teatro o un auditorio, un espacio que está configurado

por distintas dinámicas sociales tanto de los músicos como de la audiencia. En ese concierto

seguramente la mayoría del público espera que los músicos interpreten ciertas obras musicales

tal y como las conocen. Durante la interpretación el centro es la música, razón por la cual el

silencio y la atención del teatro se dirige a ella. Y, al final de cada pieza, no de cada

movimiento si es que los hay, es cuando se escuchan los aplausos. En contraste con ello, los

performances de jazz se suelen presentar en contextos más informales, como un club nocturno

de jazz o festivales en un parque al aire libre. En esos espacios la música es protagonista, pero

naturalmente invita a otras actitudes y modos de interactuar de los diferentes actores del

quehacer musical. Por ejemplo, los aplausos al final de un solo o exclamaciones de

admiración en medio de la improvisación de un músico. Asimismo, el público a la vez que

escucha la música e interactúa con ello hace otras cosas, como charlar, caminar o incluso

comer algo. De nuevo, esto varía en cada toque, pero es usual en términos generales.

Adicional a ello, podemos también pensar en los programas de educación musical,

tanto de música clásica como de jazz, e incluso en el mismo ambiente universitario y

académico. Cómo un estudiante que hace parte de una orquesta probablemente no sea un

integrante de un ensamble de jazz y viceversa. Algunas veces se tienen ciertos prejuicios como

pensar que la técnica de un intérprete de música clásica se puede ver afectada negativamente

por interpretar repertorio de música popular. Asimismo, en términos más formales es común

que los programas universitarios de jazz incluyan cursos sobre improvisación explícitamente,

mientras que en programas clásicos de performance no. Por ejemplo, en Manhattan School of

72

Music, una de las escuelas de música más reconocidas de Nueva York, el programa de Jazz

Arts incluye en los dos primeros años un curso de improvisación en el jazz. Contrario a ello,

programas clásicos de interpretación como piano, guitarra, bajo, cuerdas y voz no tienen

ningún curso sobre improvisación musical; sólo el de órgano lo tiene. Este caso no es distante

a lo que ocurre en muchas universidades alrededor del mundo respecto a los programas de

música.

Entonces, la distancia histórica y geográfica entre la música antigua y el jazz enmarca

otras distinciones que tienen que ver con la manera de hacer música en cada tradición hoy en

día. No obstante, a partir de lo expuesto en los dos capítulos anteriores, es preciso señalar que

más que dos mundos distantes e irreconciliables, lo que hay entre el jazz y la música antigua

son también puntos en común que posibilitan un diálogo entre ellas. Hay un tendencia que

trata de acercar estos mundos, pero aún es muy tímida, y es en lo que esta investigación busca

profundizar.

2. Un mismo punto de partida: un encuentro con la música

Para empezar, tiene poco sentido hablar de música si no hablamos también de los

músicos, usualmente considerados los principales sujetos del quehacer musical. La relación

entre ellos y la música tiene distintos momentos, modos de ser y de sonar. Sin embargo, esa

relación inicia con un encuentro. En los casos analizados, tanto Herrera como Jiménez

hicieron énfasis en ese encuentro con la música que hoy día interpretan y, puntualmente, en el

amor que sienten hacia ella y los motiva para continuar su práctica musical.

Ambos iniciaron su formación musical en el ámbito clásico, en el piano y el trombón

respectivamente, y posteriormente Herrera se dedicó al jazz y Jiménez a la música antigua. En

el caso de Jiménez el encuentro con el sacabuche fue particularmente duro e incluso

abrumador, debido a la sonoridad del instrumento. No obstante, en su camino por conocer y

aprender el instrumento, el interés y gusto por el repertorio de la música antigua se

incrementó. “Entonces, así empezó el amor por la música antigua”, como él mismo lo

73

cuenta.172 Por su parte, su parte, Herrera menciona que “prácticamente me enamoré de esa

música y me dediqué de lleno después de que me gradué de piano clásico”.173

Seguramente, esto no es algo exclusivo de ellos y menos aún de la tradición musical en

la que se encuentran, ya que muchos músicos con frecuencia se refieren a “amar la música”

como una de las razones por las cuales se dedican a ello, junto con divertirse o disfrutar de la

música que tocan.174 Es interesante ver que Jiménez y Herrera no se refieren primordialmente

al interés, al gusto o incluso a la atracción que tienen hacia esa música, sino que hablan de

amor, de enamorarse del jazz y de la música antigua. Músicos como ellos naturalmente se

sienten atraídos a hacer y amar la música porque éstas son experiencias agradables,

absorbentes y gratificantes en sí mismas.175 Son actividades que algunas veces llevan a sentir

un fuerte impulso por dominar la música que aman, un proceso que en sí mismo es gratificante

para ellos.176 Por esto, posterior al encuentro y al amor Jiménez y Herrera han desarrollado un

interés por estudiar su música, por aprender cada día más técnicas y repertorio, y también, en

el caso de Jiménez, a enmarcar ese estudio en una investigación académica de musicología.

No obstante, lo que motiva primordialmente su quehacer musical es el amor que subyace a la

música y que los lleva a hacer de ella una parte importante en sus vidas.177

3. Improvisación musical

La improvisación es un elemento que ha caracterizado desde sus inicios al jazz y que

cada vez ha tomado más protagonismo en dicha práctica musical, hasta tal punto que es difícil

hablar de jazz sin hacer alusión a la improvisación y al contrario. En el caso de la música

antigua esta relación no es tan evidente a primera vista, tal vez porque se suele asociar al

formato en el que hoy en día se interpreta la música clásica. No obstante, a medida que uno se

172 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020. 173 Adrián Herrera Escobar (pianista), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 19 de noviembre, 2020. 174 En el cuarto capítulo del siguiente libro se estudian alguna actitudes y valores asociadas a ciertas prácticas de

aprendizaje de música popular como el jazz: Lucy Green, How popular musicians learn: A way ahead for music

education (Aldershot, UK: Ashgate, 2002), 99. 175 Andreas C. Lehmann, John A. Sloboda y Robert H. Woody, Psychology for Musicians: Understanding and

Acquiring the Skills (New York: Oxford University Press, 2007), 46-47. 176 Ibid., 47. 177 Ibid., 60.

74

aproxima a la tradición de la música antigua se vislumbra la presencia de la improvisación

musical en los siglos XVI y XVII, por ejemplo, en la interpretación que hoy se hace de ese

repertorio. De esta forma, la improvisación musical se puede ver como un elemento que juega

un rol muy importante en la práctica musical del jazz y de la música antigua, aunque en cada

una se presente con unas características distintas.

Si bien es cierto que la improvisación está presente en otras prácticas musicales, en la

música antigua y en el jazz su papel es prácticamente protagónico a tal punto que parece haber

cierto imperativo por improvisar. Se espera que el músico improvise y el músico espera algún

día poder llegar a improvisar como lo han hecho las grandes figuras del jazz o los maestros del

Renacimiento, por ejemplo, pero sin sonar igual, sino con su propia voz.

Esto nos conduce a la pregunta por el para qué se improvisa, qué motivaciones tienen

los músicos de música antigua y jazz, como los de los Ministriles y el Quinteto, para

improvisar. Junto a la fuerte tradición del jazz y la interpretación de la música antigua hay

otras motivaciones estéticas que llevan al músico a improvisar como interpretar un repertorio

con el objetivo de que no suene exactamente igual, aunque se puedan identificar ciertos

elementos en él, y comunicarse musicalmente con los otros instrumentos. Veamos ambos

casos por separado.

3.1. Un mundo de posibilidades

Una de las motivaciones que llevan a un músico a improvisar consiste en interpretar un

repertorio sin que suene igual, sino bajo su apropiación y resignificación. Con esta idea en

mente, podemos decir que tanto en el jazz como en la música antigua la improvisación juega

un rol importante que en el fondo y en su forma más sencilla consiste en abrir un mundo de

posibilidades para el músico. Ahora bien, la manera de aproximarse a esas posibilidades

depende de las técnicas, características y prácticas de cada tradición musical. En ambas

tradiciones hay un punto de partida para improvisar, el cual suele ser muy sencillo, pero que

puede resultar en diversas sonoridades.

En el caso del jazz encontramos, por ejemplo, los estándares que en su forma más

simple pueden ser un motivo, quizá una frase, pero algo sencillo y corto. Son temas que los

75

músicos conocen, razón por la cual en una jam session o en un toque de jazz se llama el

estándar y todos lo reconocen. A partir de este punto, cada músico encuentra distintas

posibilidades que pueden sonar en su improvisación. De acuerdo con los músicos que lo

interpreten, el estilo de jazz en el que se enmarque el performance, la instrumentación y de la

dinámicas que giran alrededor, los diversos resultados improvisatorios varían entre sí. El

estándar interpretado por Duke Ellington y Juan Tizol de “Caravan” hace más de medio siglo

es muy distinto al de Dizzy Gillespie, al de Michel Camilo y al de Adrian Herrera Jazz

Quintet. Más aún, las improvisaciones del quinteto del mismo estándar pueden variar también.

Asimismo, un conjunto de piezas en un tributo o todo un álbum de jazz, como A Love

Supreme, hace las veces de punto de partida para la improvisación musical. Más aún, como se

compone de más elementos, entonces las posibilidades son mayores.

En el caso de la música antigua, específicamente la renacentista, una partitura, un

manuscrito o algún tipo de notación musical sobre una pieza era el punto de partida para la

interpretación del músico. La composición musical no se veía como una obra inmutable, sino

como una guía, un esbozo para el intérprete, pero el cómo iba a sonar la pieza sólo se sabía

una vez el músico la interpretaba. Muchos elementos, como el tempo, las dinámicas, los

adornos, mordentes, entre otros, debían ser improvisados. Por lo tanto, las posibilidades

interpretativas a partir de un mismo manuscrito eran y siguen siendo muchas y diversas. Una

manera de hacerlo consistía en embellecer u ornamentar la pieza musical, el tema que ya

estaba dado a través de la práctica de la disminución. Al dividir o disminuir una nota, un

motivo o toda una frase el músico se encontraba con una gran cantidad de posibilidades

musicales. Con el paso de los años la forma en la que una misma composición se ha

interpretado ha variado en cada caso. Los Ministriles de la Nueva Granada usan instrumentos

de época, estudian los tratados y tratan de aproximarse a la manera en la que pudo haber

sonado esa música siglos atrás. Sin embargo, muy difícilmente va a socar tal cual. Pero, esto

no es algo negativo, al contrario, es una de ente muchas posibilidades sonoras de la pieza,

posibilidades cuyo rango se amplía con el pasar del tiempo.

De esta forma, vemos cómo la improvisación musical ha tenido lugar tanto en el inicio

de cada tradición musical, durante el Renacimiento y las diferentes épocas del jazz y hoy en

día cuando se vuelve a interpretar ese repertorio. En el caso de la música antigua han pasado

76

ya cientos de años y en el caso del jazz un poco más de un siglo. Además, ha habido una

continuidad en la concepción de la improvisación musical a través de los siglos y las

tradiciones musicales. Es decir, en su conceptualización más sencilla, la improvisación

musical como mundo de posibilidades frente a un punto de partida musical ha persistido tanto

en la interpretación de la música antigua como del jazz.

Así, también vemos cierta paradoja en la práctica de la improvisación musical. El

músico interpreta el repertorio de una tradición, retoma los sonidos de grandes maestros como

los venecianos en el Renacimiento, Duke Ellington en el jazz o Jordi Savall en el Early Music,

pero en algún punto espera no sonar como ellos, sino apropiarse del repertorio y resignificarlo.

3.2. Un lenguaje

Ahora bien, este mundo de posibilidades se enmarca en un contexto en el que los

músicos interactúan entre sí para improvisar de manera colectiva. En este tipo de

improvisación la analogía con el lenguaje se hace más evidente y esto se puede apreciar tanto

en la práctica de la música antigua como del jazz.

Escuchar y ver un concierto de música antigua o un performance de jazz se asemeja a

presenciar una conversación, unas veces muy dinámica, con una gran interacción entre los

músicos, y otras veces de manera más calmada, profunda y densa. En ambos casos se puede

observar la manera en la que cada músico se concentra en su instrumento, en buscar una

sonoridad específica al momento de ornamentar una frase, improvisar unas líneas o hacer un

solo más largo. Sin embargo, no sólo se concentran en ellos, sino también en los otros músicos

con los que tocan.

En el caso del Quinteto, por ejemplo, es fácil distinguir cuándo es el turno para que

cada instrumento toque su solo. En ese momento los otros instrumentos dejan de sonar o la

dinámica baja para darle protagonismo al solista. Los músicos que dejan de tocar para

escuchar el solo miran atentamente al solista, lo escuchan e incluso a veces aplauden o

expresan algún tipo de elogios por medio de gestos. Asimismo, escuchan atentamente para ver

cómo y en qué momento entrar a acompañar al solista y a dialogar con él.

77

En el caso de los Ministriles no suele haber turnos como tal para improvisar, pero no

por ello deja de haber un diálogo entre los músicos. En algunas piezas es usual que sólo un

instrumento inicie. Mientras esto ocurre los demás escuchan atentamente, no sólo las líneas

que están escritas en la partitura, sino también las ornamentaciones improvisadas que el

intérprete ejecuta. Por su parte, cuando dos o tres sacabuches tocan simultáneamente es común

que en los finales de las frases improvisen algún tipo de adorno a partir de la nota de cierre.

En ese caso, cada uno debe esperar a que el otro termine su improvisación para poder

continuar con la interpretación colectiva.

Así, tanto en un performance de los Ministriles de la Nueva Granada como en uno de

Adrian Herrera Jazz Quintet la improvisación da pie a diversas interacciones entre los músicos

y sus instrumentos. Allí la improvisación musical se puede apreciar como un lenguaje. Por un

lado, como un diálogo en el que un instrumento dice algo y el otro responde, donde uno de los

instrumentos retoma la última frase del solo de otro músico para empezar el suyo y dar

continuidad y coherencia a esa conversación. Por otro lado, como un marco que los músicos

conocen y en el cual saben cómo interactuar musicalmente. Por ejemplo, cuando todos hacen

silencio o bajan la intensidad para escuchar atentamente el solo de uno de ellos. O, cuando los

otros sacabuches esperan a que uno de ellos termine la improvisación. Es decir, reconocen ese

lenguaje, que no siempre consiste en hablar, en este caso tocar, sino también en escuchar.

4. Un elemento pedagógico hacia la audiencia en su práctica musical

La práctica musical de ambas agrupaciones se enmarca en un contexto más amplio, en

el que no sólo los músicos interactúan entre sí, sino en el que otros agentes, como la

audiencia, entran en juego. Lo interesante es que en los dos casos estudiados se encontró una

semejanza en cuanto a los espacios en los que en los últimos años se ha escuchado la música

que los Ministriles de la Nueva Granada y Adrian Herrera Jazz Quintet interpretan, y

especialmente a una intención pedagógica que allí está presente.

Antes que nada, ambas prácticas musicales se han enmarcado en un contexto

académico. En el caso de la música antigua desde el inicio del Early Music Revival

principalmente porque esta música entra dentro de lo que se denomina a grandes rasgos

78

música clásica. En el caso del jazz, su academización inició cuando se empezó a enseñar en

las universidades, aunque no al nivel de la música antigua y del nicho de la música clásica.

Este fenómeno de academización en ambas tradiciones se puede evidenciar en los escenarios,

como auditorios de universidades o teatros importantes de la ciudad, en el comportamiento de

la audiencia en los conciertos, en la forma en la que se divulga la música, entre otros.

Sin embargo, en el caso de los Ministriles de la Nueva Granada y de Adrian Herrera

Jazz Quintet ha habido una tendencia a abrirse a nuevos escenarios para acercar su música a

un público más amplio y diverso. Aunque es usual que se presenten en contextos académicos,

tales como auditorios de universidades, con el paso de los años otro tipo de lugares han sido

escenarios de su música y de la de otras agrupaciones. Esto se debe, en gran parte, a las

motivaciones de la organización de los festivales. En el caso de Adrian Herrera Jazz Quintet,

la plaza de Villa de Leyva o la terraza de uno de los principales centros comerciales de

Cartagena han abrazado el jazz. De igual forma, los Ministriles de la Nueva Granada también

tocaron en un centro comercial, en su caso en el C.C. Andino de la ciudad de Bogotá. De una

u otra forma, esto refleja el interés tanto de los músicos como de las organizaciones de los

eventos por llegar a la gente, por ampliar la audiencia que escucha jazz y música antigua y por

romper ciertas barreras.

Adicionalmente, los músicos buscan llegar al público, acercarlos un poco más a esta

música, que para algunos es menos familiar que para otros. Esto lo hacen por medio de su

interpretación, por supuesto, y también a través de intervenciones orales, en las que presentan

un breve contexto del repertorio o explican alguna cuestión más técnica. Por ejemplo, la

introducción que hizo Juan Camilo Anzola en el tributo a John Coltrane. Allí no sólo

mencionó que iban a hacer una tributo de ese álbum, sino que también destacó su significado

musical y espiritual. De manera semejante, encontramos las presentaciones que Camilo

Jiménez suele hacer en los conciertos de los Ministriles para explicar los instrumentos y el

repertorio que interpretan, especialmente el del archivo musical de la Catedral de Bogotá.

Con base en lo anterior podemos apreciar cómo los escenarios en los cuales tienen

lugar ambas prácticas musicales se asemejan, no sólo en el formato tradicional de un auditorio

o en el marco de un festival, sino también en la forma en la que se está buscando llegar a más

gente y a un público más diverso a través de los escenarios. Asimismo, lo anterior expone un

79

temor o realidad de estos dos mundos: la amenaza por la desaparición de la interpretación de

sus repertorios. Tal vez los conciertos en los centros comerciales sean una estrategia por tener

cierta presencia en la escena musical. En algún sentido ambas tradiciones musicales se ven

amenazadas por estilos musicales con mayor audiencia en los diferentes sectores de la

industria musical. Esto también lo evidencia el fenómeno de la industria discográfica en

ambos casos, como se expondrá a continuación.

5. Discos y grabaciones

Otro campo en el que convergen la práctica de la música antigua y del jazz es la

industria discográfica. A continuación se van a analizar las siguientes cuestiones relacionadas

con ello: el auge y el declive que se presentó en la grabación y producción de discos de jazz

desde la década de 1920 y de música antigua con el movimiento Early Music Revival desde la

segunda mitad del siglo XX; la música antigua y el jazz como dos focos musicales de varios

sellos discográficos; un disco que ponen en relación ambas prácticas musicales; y las

grabaciones, formales e informales, como herramienta pedagógica para la improvisación en la

música antigua y en el jazz.

5.1. Auge y declive en las grabaciones de jazz y música antigua

Desde la primera grabación de jazz que se hizo en 1917 con la Original Dixieland Jazz

Band la producción de discos tuvo un gran crecimiento. De manera semejante, el boom del

Early Music Revival estuvo acompañado de la industria discográfica. Lo interesante es que en

ambas prácticas musicales hubo un aumento significativo de la cantidad de discos que se

grababan y vendían, pero hoy en día ya no es así. Veamos brevemente cada caso (al final de

cada uno se encuentra una tabla con los sellos más relevantes por cada década).

Por una parte, el inicio de la historia discográfica del jazz se suele ubicar a finales de

febrero de 1917 cuando la Original Dixieland Jazz Band (ODJB) grabó “Dixieland Jass Band

One-Step” y “Livery Stable Blues” en los estudios de la Victor Talking Machine Company en

Nueva York. Para muchos, esta es considerada la primera grabación de jazz que se escuchó en

80

Estados Unidos e incluso en el mundo. Sin embargo, no debemos olvidar que la historia no

inicia de repente, sin ningún antecedente, y menos aún con un caso aislado. Con esto me

refiero a dos cosas. Primero, que no fue la única grabación de jazz de ese año, ni tampoco la

primera. En abril de 1917 Arthur Collins y Byron G. Harlan grabaron “That Funny Jass Band

From Dixieland”, e incluso la orquesta de Borbee grabó dos semanas antes que la ODJB. No

obstante, los discos salieron a la venta meses después del de la ODJB. Aquí es importante

aclarar que tanto los músicos de la ODJB como Arthur Collins y Byron G. Harlan eran

músicos blancos, cuando claramente las raíces del jazz y sus primeras manifestaciones fueron

de músicos negros, pero estos no pudieron grabar en ese momento, sino años más tarde.

Segundo, estilos musicales como el ragtime y el danzón cubano precedieron, influyeron y

estuvieron en diálogo con lo que más adelante se conocería como jazz, y grabaciones de

ambos géneros datan de antes de 1917. Las primeras grabaciones fonográficas de ragtime se

dieron a finales del siglo XIX, y las de danzón a inicios del siglo XX. En ambos casos se

pueden identificar varios aspectos y características en común con el jazz.

En los años siguientes la ODJB y otras agrupaciones, como la Creole Jazz Band de

King Oliver, realizaron otras grabaciones. Ésta última grabó en 1923 con Louis Armstrong

para Gennett en abril de 1923. Además de este sello, Black Swan, American Record

Corporation (ARC), Okeh, Paramount, Columbia y Decca Records tuvieron protagonismo en

las grabaciones de jazz. Éste último, por su parte, se destacó por las grabaciones de Ella

Fitzgerald a mediados de la década de 1930. Commodore fue otro sello discográfico

importante para el jazz y el swing en las décadas siguientes, reconocido por la grabación

“Strange Fuit” de Billie Holiday en 1939. En este año Alfred Lion creó el sello discográfico

Blue Note, cuyo nombre hace referencia directamente al blues y al jazz. Este sello grabó en

ese mismo año a los pianistas Albert Ammons y Meade Lux Lewis, quienes interpretaron

“Boogie Woogie Sromp” y “Boogie Woogie Blues”, y “Melancholy” y “Solitude”,

respectivamente.

En la década siguiente el productor Norman Granz organizó una serie de conciertos de

jazz que denominó Jazz At The Philarmonic (JATP) que se caracterizaron por la música en

vivo y por tratar de llevar a los grandes escenarios las jam sesiones que tenían lugar en los

clubes de las ciudades. Estos conciertos fueron grabados por distintos sellos discográficos y

81

esta forma de tocar y presentar el jazz forjó su forma en años siguientes. Durante este tiempo

Prestige, Riverside y Fantasy, sellos que hoy en día hacen parte del Concord Music Group,

formaron parte de esta industria musical.

Más adelante, a finales de los años cincuenta Columbia tuvo un papel muy importante

en la historia de la grabación del jazz, puesto que en 1959 Miles Davis grabó Kind of Blue.

Más adelante, el trompetista fue pionero en la fusión del jazz con el rock, que se puede

evidenciar en In a silent way y Bitches Brew. Asimismo, Impulse!, promovido por Cred

Taylor, se especializó en jazz y de allí salieron álbumes como Genius+Soul=Jazz de Ray

Charles, A Love Supreme de John Coltrane y Getz/Gilberto de Stan Getz. Tanto este sello

como Verve y Blue Note hoy en día son sellos de Universal Music Group.

A inicios de la siguiente década Manfred Eicher fundó ECM, sello discográfico que

hoy en día se suele asociar directamente con el jazz, aunque también ha grabado otros géneros

musicales. El primer álbum que lanzó ECM fue Free at Last del pianista Mal Waldron en

1969. A partir de allí distintos artistas reconocidos en la escena del jazz han grabado discos

que han contribuido a la historia del jazz hasta nuestros días.178

178 Esta breve historia de la industria discográfica en el jazz se puede leer de manera más detallada en: Richard

Havers, “The History Of Recorded Jazz”, Udiscovermusic, 20 de febrero, 2021,

https://www.udiscovermusic.com/in-depth-features/the-history-of-recorded-jazz/.

Década de

1910

Década de

1920

Década de

1930

Década de

1940

Década de

1950

Década de

1960

Victor

Talking

Machine

Company

Black Swan

Records

Commodore

Records

Jazz at The

Philarmonic

(JATP)

Impulse! Records ECM (Edition of

Contemporary

Music)

Gennett

Records

American

Record

Corporation

(ARC)

Blue Note

Records

Prestige

Records

Riverside Records

Okeh

Records

Fantasy Records

82

Tabla 2 Sellos discográficos relevantes en la historia del jazz en Estados Unidos

Por otra parte, el Early Music Revival que inició su auge a mitad del siglo XX estuvo

acompañado desde ese momento por las grabaciones discográficas, aunque hubo antecedentes

discográficos desde 1930. Por ejemplo, las grabaciones de The Columbia History of Music con

varios miembros de la familia Dolmetsch o los doce discos de Two Thousand Years of Music,

supervisados por Curt Sachs. No obstante, el auge fue mayor desde mitad del siglo. En ese

entonces se fundaron los sellos alemanes Archiv Produktion y Teldec, y los franceses Erato y

Harmonia con el objetivo de grabar discos de música antigua, particularmente bajo las

características de la IHI. Por esta razón, para varias grabaciones se usaron instrumentos de

época, como fue la del ensamble Concentus Musicus Wien.

A inicios de los años sesenta la compañía Éditions de l’Oiseau-Lyre, que luego fue

adquirida por Decca, también empezó a concentrar su mercado en la música antigua dentro de

la música clásica. Así, otros sellos como Composers Recording, Move, CRD (Continental

Record Distribution) y CBC (Canadian Broadcasting Corporation) que se enfocaban en

música clásica en general, también contribuyeron a la producción de discos de música antigua.

De igual forma, durante la década de 1970 se crearon más sellos de música clásica

como JEM, Nimbus, Arcade, Accent, Signum, Telarc y Titanic. Durante la siguiente década

Analekta, ASV, Cedille, CPO, Linn e Hyperion jugaron un rol crucial en la divulgación del

repertorio barroco y renacentista a través de los discos. Dorian Recordings, sello

estadounidense fundado en 1988, se especializó en este repertorio. En los años noventa esto

continuó, se crearon más sellos de música clásica, pero no especializados en música antigua.

Tal fue el caso de Alba, ATMA, Channel, Cypred, Arbeille, Naïve y Symphonia. Aquí es

importante resaltar la difusión internacional que tuvo esta música, puesto que desde mitad

hasta finales del siglo XX los sellos han sido de varios países, principalmente norteamericanos

Paramount

Records

Columbia

Records

83

y europeos. Entre ellos sobresale Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia y Canadá y,

en menor medida, Australia, Finlandia, Países Bajos, Bélgica, Italia y Suiza.

Tabla 3 Sellos discográficos relevantes en la historia del Early Music

Entonces, en la práctica musical del jazz y de la música antigua dentro del Early Music

Revival se observa un auge desde la década de 1920 y 1950, respectivamente, en la cantidad

de sellos discográficos que se crearon. Esto a su vez refleja un crecimiento en la grabación,

producción y venta de discos de cada repertorio. En el caso del jazz nos concentramos en

Estados Unidos con ánimos de delimitar el análisis y en el caso de la música antigua

Década de 1950 Década de 1960 Década de 1970 Década de 1980

Archiv Produktion

(Alemania)

CBC Records

(Canadá)

Accent Records

(Bélgica)

Analekta

(Canadá)

Erato Records

(Francia)

(CRD) Continental

Record Distribution

(Inglaterra)

Arcade Records

(Inglaterra)

ASV Records

(Inglaterra)

Harmonia Mundi

(Francia)

Composers

Recordings

(EE. UU.)

Jem Records

(EE. UU.)

Cedille Records

(EE. UU.)

Teldec (Alemania) Éditions de l’Oiseau-

Lyre

(Mónaco)

Nimbus Records

(Inglaterra)

(CPO) Classic Produktion

Osnabrück

(Alemania)

Move Records

(Australia)

Signum Records

(Inglaterra)

Dorian Recordings

(EE. UU.)

Telarc International

Corporation

(EE. UU.)

Hyperion Records

(Inglaterra)

Titanic Records

(EE. UU.)

Linn Records

(Escocia)

84

abarcamos más países. Ahora bien, muchos de estos sellos cerraron y otros fueron comprados

por compañías más grandes, a tal punto que hoy en día la mayoría son parte de las más

grandes a nivel mundial: EMI, Universal, Sony y Warner. En años recientes se ha visto un

declive de ese boom que alcanzaron ambas prácticas musicales en términos de discos y

oyentes en comparación con décadas anteriores del siglo pasado. Basta entrar a las listas de

Spotify de las canciones más escuchadas para darse cuenta que ni el jazz ni la música antigua

figuran entre las 50 o las 200 más escuchadas en el mundo o en cualquiera de los países que

allí aparecen. Por el contrario, el pop es el género que encabeza la mayoría de las listas, junto

con el hip-hop, rock, entre otros. Es así como el jazz y la música antigua (dentro del género de

música clásica) no hacen parte de los diez géneros musicales más escuchados alrededor del

mundo.179

5.2. Sellos en común

Adicionalmente, al analizar los sellos discográficos que tuvieron un rol significativo en

la promoción de ambas músicas se puede notar cómo varios se especializaban en jazz y en

música antigua. Es decir, no sólo hubo y hay sellos discográficos en común para ambas

prácticas, sino que algunos de ellos se dedicaban principalmente a ambos repertorios.

En primer lugar, se destacan algunos sellos que publicaron discos de música clásica y

jazz y, para la mayoría, esta se convirtió en su especialidad. CBC, Telarc, Linn y Move se han

enfocado principalmente en música clásica y jazz, aunque los dos últimos se han concentrado

en compositores o intérpretes de su país, es decir, de Escocia y Australia respectivamente. Por

su parte, el sello ASV, creado por Harley Usill, productor de Decca y fundador de Argo, se

especializó también en música clásica, pero en 1986 creó otro sello bajo su nombre llamado

Living Era, el cual se dedicó a reeditar grabaciones, particularmente de jazz. En cambio,

179 Esto se puede evidenciar en resultados estadísticos como este: “The World’s Favorite Music Genres”, Statista,

acceso 7 de junio, 2021, https://www.statista.com/chart/15763/most-popular-music-genres-worldwide/. Aunque,

en un estudio del 2013 el jazz y la música clásica entraron en la lista de los once géneros más populares en

Estados Unidos, pero en los últimos lugares: “The Most Popular Music Genres in the U.S.”, Statista, acceso 7 de

junio, 2021, https://www.statista.com/chart/1783/album-sales-in-the-us-by-genre/.

85

Cypred y Symphonia han focalizado su mercado en la música clásica, pero eventualmente

también hicieron grabaciones de jazz.

En segundo lugar, junto a la música antigua y al jazz, las músicas del mundo también

han sido un enfoque para algunos sellos. Tal es el caso de Alba, Abeille y Harmonica que,

además de especializarse en grabaciones de música antigua y jazz, también lo han hecho en

músicas del mundo.

5.3. Discos que ponen en diálogo ambas tradiciones

Además de tener sellos discográficos en común, la música antigua y el jazz se han

puesto en diálogo en algunas producciones. Una de ellas ha sido Le Jazz et la Pavane de Les

Sacqueboutiers, agrupación francesa que se ha “dedicado a redescubrir la práctica de los

metales antiguos y el vasto repertorio del Renacimiento, la edad de oro de sus

instrumentos”.180 En ese descubrimiento han desarrollado también su creatividad y se han

abierto a nuevos resultados sonoros, por ejemplo, han combinado la música antigua con otros

universos artísticos como la música contemporánea, la danza, el mundo de las marionetas, la

literatura y el jazz.181 Éste último se evidencia en el álbum anteriormente mencionado.

En Le Jazz et la Pavane, álbum que se mencionó al inicio de este capítulo, se integran

ambas tradiciones musicales a partir de la improvisación ornamental como elemento en

común entre ambas. Interpretan piezas italianas y españolas del siglo XVI, como las

Recercadas de Diego Ortiz, pero al hacerlo intercalan entre un ensamble de música antigua y

uno de jazz. Por un lado, se encuentra el ensamble de música antigua conformado por un

sacabuche, corneta, flauta, clavecín y percusión. Por otro lado, está el quinteto de jazz

conformado por una trompeta, trombón, piano, contrabajo y batería. Entonces, inicia la

instrumentación de música antigua y después empata el quinteto de jazz. Entre uno y otro la

improvisación musical tiene lugar y permite que se ensamble muy bien un tradición musical

con la otra. Para Camilo Jiménez, sacabuchista de los Ministriles de la Nueva Granada, “es la

misma práctica sólo que 500 años o 600 años después. La misma práctica de la creación en

180 Les Sacqueboutiers, acceso 23 de mayo, 2021, https://www.les-sacqueboutiers.com/. 181 Ibid.

86

música, con los mismos instrumentos, sólo que en su homólogo moderno”.182 Esta semejanza

la encuentra porque en principio las técnicas para improvisar son las mismas, escalas y

patrones, pero “empleados en un tipo de respuesta sonora diferente”, como él lo afirma.183

Evidentemente hay un contraste de sonoridades, por ejemplo, entre los metales

antiguos y los modernos, pero el resultado es sorprendente. Asimismo, la correspondencia que

hay entre ciertos instrumentos hace que el sonido de uno haga eco en el otro. Por ejemplo, de

la percusión del ensamble de música antigua a la batería del jazz, cómo el piano responde al

clavecín, y la similitud entre el sacabuche y el trombón de jazz. Esta es más interesante aún

porque para sacabuchistas de hoy en día, como Jiménez, lo que más se aproxima a su

instrumento es el trombón de jazz, debido a que “es un trombón pequeño, es un trombón de

creación que tiene otro tipo de articulaciones que no es tan marcada como la articulación

clásica”.184 Por último, para cerrar esta sección sobre Le Jazz et la Pavane, en cierto punto es

tan fuerte la integración entre ambas prácticas musicales que se puede llegar a olvidar que se

trata de dos mundos distintos.

5.4. El rol pedagógico de las grabaciones para la improvisación musical

Al adentrarse en el mundo de la industria discográfica de la música antigua en el marco

del Early Music Revival y del jazz llama la atención ver los distintos roles que las grabaciones

han jugado en la práctica musical de la improvisación. Específicamente, se destaca el rol

pedagógico de las grabaciones formales e informales, ya que éstas sirven como herramienta

para que el músico mejore sus habilidades improvisatorias, para que transcriba solos y para

que identifique técnicas y destrezas de grandes maestros o figuras.

Antes de entrar en detalle es importante resaltar que las innovaciones y retos que trajo

consigo el disco long play que lanzó Columbia Records en 1948 influyeron en la práctica

improvisatoria de los músicos. Más que todo, porque su larga duración ofreció nuevas

oportunidades de grabación, ya que fue posible grabar performances más extensos, algo

182 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020. 183 Ibid. 184 Ibid.

87

imposible en los discos de 78 rpm. De esta forma, los músicos tuvieron más libertad en su

interpretación y la improvisación que estaba presente en las jam sessions ahora también podía

estarlo en el estudio de grabación. En relación con ello, en el mundo del jazz la espontaneidad

de los músicos tuvo cada vez más relevancia en las grabaciones. Prestige Records, por

ejemplo, no les pagaba a los músicos por ensayar antes de la grabación, sino que se esperaba

el momento de la grabación para que improvisaran.

Ahora bien, prácticamente desde su inicio, las grabaciones en la práctica de la música

antigua y el jazz han jugado un papel importante en la formación musical de los intérpretes.

Por un lado, como se expuso en el primero capítulo, interpretar repertorio de música

antigua como el renacentista supone grandes retos que derivan de los cientos de años que han

pasado desde que esas piezas se interpretaron por primera vez hasta el día de hoy. Esto

implica estudiar tratados de la época para conocer las técnicas y formas de interpretación, a lo

que se suma encontrar la sonoridad adecuada en los instrumentos también de época. Así como

hace más de trescientos años los músicos de distintas regiones de Europa, lo que hoy es

Alemania, Inglaterra, Francia, etc., viajaban durante meses y años todos a Venecia para

estudiar con los grandes maestros, hoy en día muchos músicos, como los Ministriles de la

Nueva Granada, escuchan las grabaciones de maestros especialistas para aprender de ellos el

repertorio, las técnicas, teoría y práctica musical. Por ejemplo, escuchar la interpretación de

Jordi Savall de las Recercadas de Diego Ortiz para comprender mejor las piezas, para mejorar

su expresividad o para identificar la manera en la que Savall improvisa. La mayoría de estas

grabaciones son formales, es decir, producciones que lanza un sello discográfico.

Por otro lado, el repertorio del jazz es mucho más cercano, incluso actual para algunos

de sus estilos, pero el elemento improvisatorio en sus performances ha hecho que muchos

músicos escuchen grabaciones de grandes figuras para mejorar sus habilidades. Por ejemplo,

la técnica improvisatoria de la transcripción de solos depende en gran medida de las

grabaciones, tanto formales como informales. Muchos solos famosos ya han sido transcritos,

pero como parte del proceso de formación del músico, de entrenamiento auditivo, es

fundamental que transcriba por sí mismo un solo a partir de una grabación. Estos solos suelen

estar en grabaciones formales de hacer varias décadas, por ejemplo, el de Miles Davis en Kind

of Blue. No obstante, los músicos también graban informalmente tanto improvisaciones suyas

88

como de otros que posteriormente usan como recurso pedagógico para perfeccionar sus

destrezas, sobre todo en materia de improvisación musical. En relación con ello, algo que

resuena es que estudiar y aprender a partir de la escucha de grabaciones no necesariamente

limita la creatividad del músico al buscar tocar el solo tal cual Miles Davis lo hizo, sino que

también le permite encontrar otras formas de tocar y de ampliar su estilo interpretativo.

Coda

En esta última sección del capítulo y también de la tesis retomaré las principales

cuestiones que se trataron con la finalidad de exponer, por un lado, los cabos atados, es decir,

aquellas cuestiones que se desarrollaron en el trabajo y que responden al objetivo planteado.

Por otro lado, los cabos sueltos, es decir, ciertos asuntos que por extensión y delimitación del

tema no quedaron del todo resueltos en la investigación, no quedan del todo concluidos, sino

que están relacionados con la tesis y dan pie a próximos trabajos investigativos.

Cabos atados

El Early Music Revival y la Interpretación Históricamente Informada en la que se

enmarcan agrupaciones como los Ministriles de la Nueva Granada tienen una pretensión

de autenticidad difícilmente alcanzable. A causa de esto el movimiento ha recibido

distintas críticas dirigidas principalmente a la imposibilidad de interpretar hoy en día

repertorios de hace varios siglos y esperar que suene como sonó en aquella época. No sólo

los sonidos han cambiado, sino también la manera de escuchar, los escenarios, las

audiencias y los contextos en los que se interpreta una pieza barroca, por ejemplo.

Sin embargo, del enfoque de la IHI es importante destacar su interés por conocer, estudiar

y rescatar este repertorio, así como también por interesarse en los instrumentos de época y

estilos o elementos del performance, como es el caso de la improvisación musical. Al

adentrarse en la práctica de repertorio renacentista y barroco bajo este enfoque

interpretativo se ha avivado el papel que tuvo y tiene la improvisación en la práctica

89

musical y a ver cómo la partitura o algún tipo de guía no tiene la última palabra, sino que

es un punto de partida para el intérprete.

Gran parte de la improvisación se llevó a cabo a partir de la ornamentación o

embellecimiento de motivos, frases o piezas completas. Durante el Renacimiento una de

las técnicas improvisatorias más importantes fue la disminución o división. Esta práctica

no sólo estuvo presente en ese periodo, sino que hoy vuelve a estarlo cuando se interpreta

ese repertorio. En particular, en la interpretación que los Ministriles de la Nueva Granada

hacen de su repertorio y práctica musical, que a su vez da lugar a discusiones respecto a la

historia del pasado y a las dinámicas sociales y culturales del presente.

Definir lo que es el jazz, acercarse a una caracterización de este estilo de música es

realmente complejo, tal vez más que otros géneros musicales. Y a medida que nos

adentramos en el tema, en sus características sonoras, musicales y culturales, la tarea se

hace más difícil. Es un tipo de música que tiene raíces de diferentes cultura, desde la

diáspora africana hasta elementos de la música clásica occidental. Si algo podemos afirmar

del jazz después de esta investigación es que todavía está cambiando, se está

transformando y fusionando con otras prácticas musicales y culturales. La misma

dinámica de los integrantes de un ensamble de jazz, que cambian aunque el formato en

general se mantiene (trío, cuarteto, quinteto), refleja la tendencia del jazz de cambiar y

transformarse constantemente. Otra forma de ver esta transformación es a través de la

improvisación musical. Si bien la improvisación y los temas (estándares, por ejemplo)

sobre los cuales se improvisa es una constante en el jazz, algo que los músicos conocen y

dominan, la improvisación da lugar a diferentes interpretaciones. Estas características se

pudieron ilustrar por medio de la práctica musical de Adrian Herrera Jazz Quintet.

Hay una relación entre música antigua y jazz en virtud del papel que juega la

improvisación musical en ambas prácticas. Primero, porque hay cierto imperativo por

improvisar en ambas tradiciones musicales. Segundo, por las motivaciones que llevan al

músico a improvisar, relacionadas con la noción de la improvisación como un mundo de

posibilidades para el músico y como un lenguaje. Y, en general, sobre la continuidad en la

90

concepción de la improvisación musical desde el siglo XVI con la música renacentista

hasta el siglo XX con el jazz y hoy en día con la interpretación de cada repertorio.

A partir de los casos estudiados pudimos notar ciertas similitudes entre los músicos de jazz

y de música antigua. Tanto Herrera como Jiménez iniciaron su formación musical en el

ámbito clásico y más adelante cada uno siguió el camino de la música que hoy en día

interpretan. También, se resaltó el amor como una motivación personal de cada uno para

interpretar jazz y música antigua, respectivamente. Ellos no se refieren primordialmente al

interés, al gusto o incluso a la atracción que tienen hacia esa música, sino que hablan de

amor, de enamorarse del jazz y de la música antigua. Asimismo, en su quehacer musical

estas dos tradiciones han estado presentes. Herrera, por ejemplo, se formó como pianista

clásico y esta formación le dio las bases técnicas para desempeñarse en un alto nivel en la

improvisación del bebop, que por su rapidez requiere de una gran agilidad en los dedos.

Jiménez, por su parte, interpreta también el trombón moderno y lo ha hecho en big bands,

por ejemplo, aunque reconoce que nunca tuvo “la capacidad para improvisar o para

sentarme a estudiar muy juicioso la improvisación de estos géneros. Así que no, no me

considero nada hábil en esto [improvisación en el jazz]. Pero, con la música antigua se

despertó otro interés que sí, me he sentado a estudiar y trabajar”.185 Esto señala que esa

barrera que a veces ponemos entre un mundo musical y otro en la práctica no siempre es

de ese modo y que un músico se mueve entre diversas tradiciones.

Cabos sueltos

El caso de los Ministriles de la Nueva Granada nos llevó a considerar el repertorio

catedralicio de Santafé en los siglos XVI, XVII y principios del XVIII. Adentrarse en ello

supone investigar seriamente el archivo musical de la Catedral de Bogotá, por un lado, y

cómo era la ciudad, costumbres y en general la vida de Santafé durante el Virreinato de la

Nueva Granada, por el otro lado. En este trabajo se presentó un primer acercamiento a

cada cuestión, pero aún queda mucho camino por recorrer.

185 Camilo Jiménez Vera (sacabuche tenor), entrevistado por Tatiana Gómez Sánchez, 3 de diciembre, 2020.

91

En relación con ello, además de las piezas litúrgicas y religiosas, los Ministriles han

interpretado “A esta fiesta he venido”, una de las pocas composiciones de Juan de Herrera

escrita en lengua vernácula. Esta canzona fue adaptada por Camilo Jiménez para

interpretarla con sacabuches acompañados de una tiorba. En varias ocasiones la han

tocado y al hacerlo también han improvisado al ornamentar algunos pasajes por medio de

disminuciones. De esta forma, vemos cómo la agrupación ha hecho que vuelvan a sonar

sacabuches en tierras colombianas, han rescatado e interpretado repertorio propio del

archivo musical de la Catedral y lo han interpretado con distintas técnicas, como la

disminución.

Muy probablemente durante el Virreinato de la Nueva Granada la improvisación jugó un

rol importante en la interpretación de la música, pero hace falta estudiar esto en

profundidad en el archivo de la Catedral de Bogotá y también en otros archivos

importantes como el de Lima y Ciudad de México.

El caso de Adrian Herrera Jazz Quintet nos condujo a contextualizar su práctica musical

en el marco de la historia y escena del jazz en Colombia. La investigación y

documentación de esta historia aún es escasa y reciente. Ha habido distintos antecedentes,

como los que se expusieron brevemente, y también diversos medios de difusión del jazz:

festivales, radio, prensa y televisión, por mencionar algunos. Comprender y analizar esta

historia permite entender de mejor forma las dinámicas que hoy en día se están dando en

varias ciudades del país, y que contribuyen a entender el jazz como un fenómeno global.

Aunque se encontró cierta relación entre la música antigua y el jazz gracias a la

improvisación musical, hace falta estudiar de manera cronológica qué ocurrió desde una

tradición hasta la otra. Claramente, durante el Renacimiento, incluso un poco antes, la

improvisación jugó un papel muy importante en la interpretación de la música. La noción

misma de obra musical era distinta y la partitura sencillamente se veía como una guía o

una base para que el músico improvisara. De hecho, no había una distinción entre

compositor e intérprete como la hay hoy en día. Igualmente, desde los inicios del jazz la

improvisación tuvo un rol relevante hasta el punto que muchas veces se identifica el jazz

92

con la improvisación, como si no se pudiera tocar jazz sin improvisar. Lo que falta es ver

qué ocurrió entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XX en relación con la

improvisación musical. ¿Siguió teniendo ese papel? Parece que no, pero, ¿por qué? ¿Qué

cambió? Y, más importante, ¿qué hizo que volviera a tener esa importancia a inicios del

siglo XX con el jazz? En otras palabras, falta trazar la historia del cisma y de la trayectoria

de la idea de la improvisación entre los siglos XV y XX, incluso hasta el XXI.

Los escenarios, las audiencias y el análisis que se presentó sobre la industria musical en el

movimiento Early Music Revival y en el jazz dejan ver los nichos que son en comparación

con otros estilos musicales. Los escenarios se han caracterizado por ser académicos, como

auditorios de universidades, pero poco a poco, con el fin de llegar a una mayor y diversa

audiencia, se han abierto a otros espacios. No obstante, surge la pregunta sobre la posible

relación que puede tener la improvisación musical con este fenómeno. Valdría la pena

investigar qué recepción tiene el público, por ejemplo, frente a la improvisación, qué tanto

influye para que la audiencia asista a un concierto de música antigua o de jazz, y cómo eso

contribuye a que en términos generales sean nichos pequeños dentro de la música.

El elemento pedagógico ha estado presente en el jazz y en la música antigua desde las

primeras aproximaciones que uno hace al tema ya que es usual encontrar una amplia

literatura sobre el tema en relación con la improvisación musical. A lo largo de esta

investigación han salido varios puntos que hacen referencia a la pedagogía y que llaman

mucho mi atención para profundizar en investigaciones posteriores. Por ejemplo,

establecer una comparación entre los tratados de música antigua en los que se enseñaba a

improvisar y textos que hoy en día se usan para enseñar a improvisar en el jazz. Asimismo,

vale la pena adentrarse en la improvisación vista como algo que se aprende y como algo

con lo que se nace. Los tratados de época mencionados pueden llevar a pensar que en ese

entonces la improvisación era algo que la mayoría de los músicos debían dominar y que,

por eso mismo, se busca enseñar de diversas formas. En contraposición, aunque en el caso

del jazz cada vez existen más métodos para enseñar a improvisar, es usual pensar que hay

que tener de manera casi innata ese don para poder improvisar. Entonces, sería interesante

ahondar en el tema y contrastar esas nociones.

93

Otro punto que hizo referencia a la pedagogía fue el tema de las grabaciones como

herramienta pedagógica que usan los músicos, tanto de jazz como de música antigua, para

aprender a improvisar o para fortalecer otras técnicas. Un trabajo investigativo que analice

este tema a fondo, que indague sobre el uso de las grabaciones en músicos de ambas

tradiciones para aprender a improvisar, le daría fuerza a este punto y seguramente arrojaría

nuevas luces sobre el tema.

Por último, vimos cómo la práctica de la música antigua y del jazz convergen en la

industria discográfica, en su auge y declive que se presentó en la grabación y producción

de discos de jazz desde la década de 1920 y de música antigua con el movimiento Early

Music Revival desde la segunda mitad del siglo XX. Este aspecto se abarcó brevemente

porque no era el propósito principal de la tesis, sin embargo ilumina varios interrogantes y

cuestiones que han sido muy poco estudiadas desde la musicología. Por ejemplo, trazar el

auge y declive en cada caso, con datos más precisos, y analizar a qué dinámicas responden

esos datos. ¿Qué ocurría en los años de auge de ambos casos? ¿Qué papel ha jugado la era

digital de la reproducción y difusión de la música? Pero al lado de todo ello, y quizás de

forma más trascendental, ¿cuál puede ser el lugar o el papel de la música temprana, el jazz

y la misma improvisación musical a la luz de los vaivenes sociales y culturales que no

cesan en nuestras sociedades?

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