Un Esbozo de la Historia del Pensamiento ... -...

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SDRUBAL BAPTISTA TROCONIS Un Esbozo de la Historia del Pensamiento Económico Venezolano (Las Grandes Líneas) Academia Nacional de Ciencias Económicas Serie: Cuadernos 3

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SDRUBAL BAPTISTA TROCONIS

Un Esbozode la

Historia del PensamientoEconómico Venezolano

(Las Grandes Líneas)

Academia Nacional deCiencias Económicas

Serie: Cuadernos 3

ACADEMIA NACIONAL DECIENCIAS ECONOMICAS

JUNTA DE INDIVIDUOS DE NUMERO

Armando Alarcón FernándezTomás E. Carrillo BatallaFrancisco MieresCarlos Rafael SilvaPascual Venegas FilardoChi Yi ChenAntonio AguirreAsdrúbal Baptista TroconisCarlos D' AscoliIsmael Puerta Flores

César BalestriniRafael José CrazutDomingo F. Maza ZavalaIsbelia Sequera de SegniniFélix MirallesPola de OrtizPedro Palma CarrilloArturo UslarPietriHaydee Castillo de LópezLuis Enrique Oberto

CONSEJO DIRECTIVO

Presidente:Vicepresidente:Secretario:Tesorero:Bibliotecario:

Tomás Enrique Carrillo BatallaD.F. Maza ZavalaRafael Jose CrazutPola de OrtizArmando Alarcón Fernández

COMISION CALIFICADORA DE CANDIDATOSA LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS ECONOMICAS

Presidente:Vocales:

ASESORES:

D.F. Maza ZavalaArturo UslarPietriLuis Enrique ObertoPedro Palma CarrilloAsdrúbal Baptista Troconis

Félix MiranesCésar Balestrini

ACADEMIA NACIONAL DECIENCIAS ECONOMICAS

COMISIONES PERMANENTES

COMISION DE TEORIA, ESTRUCTURA yDINAMICA ECONOMICAS

Presidente: Pedro Palma CarrilloAntonio AguirreAsdrúbal Baptista TroconisD.F. Maza Zavala

COMISION DE ENERGIA Y MINAS

Presidente: César BalestriniFrancisco MieresLuis Enrique ObertoIsbelia Sequera de SegniniCarlos Rafael Silva

COMISION DE RECURSOS HUMANOS Y MATERIALES

Presidente: Pascual Venegas FilardoChi Yi ChenPala de OrtizIsmael Puerta FloresIsbelia Sequera de Segnini

Presidente:

COMISION INSTITUCIONAL

Haydeé Castillo de LópezAntonio AguirreArmando Alarc6n FernándezTomás E. Carrillo BatallaRafael José CrazutCarlos D' AscoliFélix MirallesLuis Enrique ObertoPedro Palma CarrilloIsmael Puerta FloresCarlos Rafael Silva

COMISION INTERNACIONAL

I

Presidente: Francisco MieresCarlos D' AscoliD.F. Maza ZavalaPala de OrtizPedro Palma CarrilloIsbelia Sequera de Segnini

COMISION DE HISTORIA YGFOGRAFIA ECONOMICAS

Presidente: Carlos D' AscoliArmando Alarcón FernándezAsdrúbal Baptista TroconisHaydeé Castillo de LópezTomás E. Carrillo BatallaIs.maelPuerta Floresrsbelia Sequerél de SegniniArruro Uslar Pietn

Pascual Venegas Filardo

Discurso pronunciado por elDr. Armando Alarcón Fernández, en la presentacióndel Libro "LABOR VENEZOLANISTA, VenezuelaLas Crisis y los Cambios" del Dr. Alberto Adriani,en la Academia Nacional de Ciencias Económicas,

el 17 de enero de 1985

No hubiere podido ser más oportuno ni más trascendenteel motivo, para que esta recién creada Academia Nacionalde Ciencias Económicas abra de par en par sus puertasen el inicio de su actividad cultural pública.

este acto. mediante el cual presentamos la Cuarta Edi­ción del libro póstumo de Alberto Adriani "Labor Veneze­lanista, Venezuela la crisis y los cambios". cuya primera edi­ción fue posible gracias al empeño puesto en ella por el doc­tor Arturo Uslar Pietri y el escritor. don José Nucete Ssr­di. agotada. así como las edicíones posteriores. de¡6c haeemuchos lustros. tiene una especial sigraificación y es doble­mente importante porque en él concurren dos elementosque considero necesario destacar. En primer término, ,; ~lC­

cho ejemplar que resana de este acto al poner de maníñes­to un proceder de la Academía en CL;2.n:o a que inicie !:~

gestión hacíenco reconocímíento de valores suctentívcsde la vida nacional, entre los GUU~E CG~:-a especial ~,enda

CJ

el rendir homenaje agradecido a quienes han puesto lomejor de su pensamiento y de su acción al servicio y defen­sa de los intereses de la patria. Y esta es ya de por sí, unanoble lección, para el pueblo venezolano, y en especialpara las nuevas generaciones, como orientación hacia elrescate de una escala de valores morales que el país re­clama como primer paso en la impostergable tarea de lareconstrucción nacional hacia una sociedad más justa, másequilibrada, más proba y austera.

Este encuentro de convergencia de diferentes sectoresde la vida nacional para rendir homenaje a la memoria deAlberto Adriani, el primer economista venezolano y una delas personalidades más ilustres que ha dado nuestro país,es ya signo elocuente del camino trazado por esta Acade­mia y de que sus pasos se afirmarán hacia el logro de me­tas verdaderamente positivas.

En segundo término, porque la reedición de este li­bro póstumo de Adriani, además de cumplir con la exigen­cia que de él han hecho amplios sectores de la colectividadestudiantil. intelectual, política y económica de la nación,es el producto de una franca y voluntaria intercolabora­ción entre esta Academia y una institución universitaria, elConsejo de Profesores Universitarios Jubilados de la Uni­versidad Central de Venezuela. Esto tiene un notable sig­nificado porque nuestra ilustre corporación rompe el redu­cido círculo de sus miembros y sale al encuentro de otrasinstituciones culturales para integrar esfuerzos que nospermitan realizar una labor seria, responsable, sistemáti­ca y fecunda. Una labor que aglutine otras institucionespara impulsar un proceso de análisis de nuestra realidadsocial, cultural, económica, donde sólo priven los princi­pios científicos, encuadrados en la mayor objetividad, le­jos de la improvisación y el empirismo, ajena a factoresnegativos y disolventes y a presiones de cualquier índole.

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En esta forma, esa compleja y vasta investigación será elresultado de una actividad interdisciplinaria lo que dará anuestra Academia una dimensión ecuménica e impedirá quesea un círculo cerrado de pláticas intrascendentes para con­vertirse en un centro permanente de estudio y discusión,de análisis de los más importantes y complejos problemasde la vida nacional, donde tengan cabida y respeto todas lasideas y todas las corrientes y doctrinas del pensamiento con­temporáneo. En esta forma corresponderemos y honrare­mos a quienes nos precedieron y de quienes recibimos ellegado de sus enseñanzas. Y es que no puede ser de otra ma­nera, porque de lo contrario, cualquier esfuerzo aisladocorre el riesgo de perderse en el desecho de las cosas inúti­les. La magnitud de lo que hay que hacer y enfrentar es detales dimensiones que exige el compromiso y el respaldo detodos y cada uno de los venezolanos en la totalidad de susestamentos sociales y culturales.

Vivimos y padecemos dentro del escenario de una cri­sis que no sólo ha hecho resquebrajar los cimientos mismosen los cuales se asientan las bases estructurales de los dossistemas que dominan la sociedad mundial.

Esta crisis que a nosotros por supuesto, nos afecta noes solo la de los valores materiales del mundo. Las crisisde la vida material pueden ser y han sido superadas, en tan­to más cuanto éstas derivan de la injusta aplicación de esosvalores y del uso indebido de los recursos. La urgente, lamás compleja, la que hay que resolver es la otra, la crisissocial, la más profunda porque es el cuestionamíento y lanegación de todo el contenido conceptual de los princi­pios, las leyes y los postulados doctrinarios, en otras pala­bras, todo el cuerpo filosófico que da sustento a las culturasactuales. Son los sistemas de gobierno, las estructuras del Es­tado, la interacción de sus poderes públicos, el contenido y

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concepto de la, propiedad, los modos de vida, la orientaciónde la educación, en dos palabras, la totalidad del hombrey su circunstancia para decirlo en la expresión de Ortega yGasset.

Este es también el grito que se escucha en nuestro país,este minúsculo terrón del mundo donde pensamos y lucha­mos.

En la angustiosa búsqueda de horizontes abiertos parasalir de la tempestad que nos azota y en que estamos sumi­dos hay que tratar de lograr rutas que con acierto nos fueronseñaladas por otros, con sentido visionario y a los cualesno supimos o no quisimos escuchar ni atender. Esto hizoAdriani, trazar rutas, con tal percepción, con tal tino queleyéndolo hoy parece, como si sus ensayos y notas hubie­sen sido escritos en este borrascoso tiempo. Es hora de ac­tualizar a Adriani en la convicción de que sólo la creaciónde un modelo propio, de una tecnología que tome en cuen­ta nuestra esencia de pueblo, nuestros reales recursos, nues­tra capacidad, nuestra conveniencia y nuestra independen­cia es como podremos detener la triste perspectiva de lamiseria moral y material que como espectro maldito asomaen el porvenir de la nación si no acudimos a tiempo para po­ner nuestro empeño, nuestro trabajo, nuestro sudor en de­tener su furiosa acometida.

Señoras y señores:

Que el sosegado y apacible recinto de esta casa ilustre,en cuyos corredores marcó su huella un día el joven Alber­to Adriani, se alumbre con la luz inmortal de su memoriay nos trasmita el calor de su pasión venezolanista que enel decir de Uslar Pietri, "fue tan viva y pertinaz, que toda­vía después de su muerte, vibra y batalla".

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Señoras y señores, al término de mis palabras, digamoscon San Pablo: "Si lo que ayer fue, estuvo lleno de gloria,lo que ha de venir debe ser mucho más glorioso".

Muchas gracias

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Discurso pronunciado por elDr. Asdrúbal Baptista Troconis, en la presentaciónGel Libro "LABOR VENEZOLANISTA, VenezuelaLas Crisis y los Cambies" del Dr. Alberto P.driani,en la Academia Nacional de Ciencias Económicas,

el 17 de enero de 1985

Para J.C., "le jour qui va naitre"

DEL HOMBRE DE CIENCIA Y SU CONOCIMIENTO

Vamos a hablar del conocimiento. De la razón en ejer­cicio que allega el hombre a la realidad de las cosas.

Hablemos del conocimiento científico. De esa es­pecialísima actividad del espíritu itinerante que necesitaconocer, y que reclama en sus dominios un método y unaactitud singulares.

Propongámonos esta tarde, en honra a la fina inteli­gencia y al ánimo constante de Alberto Adriani, reconstruir,a la luz de la razón y bajo un imperio, el decurso de las lí­neas fundamentales del pensamiento económico en Vene­zuela a lo largo de los últimos sesenta años, en cuyo orí­gen él se halla.

La historia y la filosofía de la ciencia son saberes queapuntalan y alimentan las tareas del hombre de ciencia yle facilitan grandemente su discernimiento. El conocimien­to científico, sin la historia de su desarrollo, es un desvaríode la razón. En su ámbito "cualquier impaciencia se afanaen lo imposible: llegar al fin sin los medios. No hay otra opción parael hombre de ciencia que aceptar la largura del camino, puesto que

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cada estadio le es imprescindible" (1) Además, el conocimien­to científico, sin la reflexión oportuna, atinada y crítica sobresu propia naturaleza, sobre sus fundamentos, métodos y pro­cederes, anda a tientas. Un científico que no haya nunca fi­losofado sobre su ciencia no se ha hecho maduro en su voca­ción. (2)

y en el trasfondo de estos instrumentos del saber quela razón conoce, impone y utiliza, aquella que apenas sipuede nombrarse, y que pertenece a lo inefable e inasible.El misterio de la pasión febril por la búsqueda. El estro porla regularidad y la ley. La voluntad de- poder. El rapto es­tético por el orden conceptual. El sobresalto íntimo cuan­do se descorre el velo que oculta los resortes del movimiento.El goce por la intuición que insinúa el camino y aproxima.

El conocimiento, en cuanto proceso del espíritu.es uno solo. El proceso, sin embargo, es una sucesión de es­tadios y perspectivas desde las que se asoma el hombre a lascosas. La Verdad, acaso, es el recorrido íntegro del proceso.y el continuo repetirse en el espfritu individual la experien­cia propia de multitud de generaciones.

El conocimiento científico es un estadio particularde este proceso. Su ámbito, como interpretación o descrip­ción del universo, colinda con los ámbitos de otras esferasdel conocimiento, se acerca a ellas, las nutre y se nutre, yal final con ellas se fusiona. Decir que el proceso es uno so­lo, por tanto, es decir que es indivisible. Las distinciones ydemarcaciones las establece la razón para colmar sus pro­pias necesidades. Pero, al cabo, ella misma las anula porquerequiere de todo el proceso: Ciencia, Hiperfísica, Metafísi-

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ca. Poesía. fe. Distmguir para umr demandó la filosofíaantigua. Distinguir para unir reclamó Hegel. DistinguiránTeilhard de Chardin y Wittgenstein.

El conocimiento científico es un prodigio de la razón.Bajo su poder el movimiento de la realidad. caótico ante losojos profanos. se hace lógico. se toma en ley.

Su accidentada historia interior. de proposiciones yteorías que reclaman hoy la primicia en la atención de lacomunidad de los hombres de ciencia. para mañana demos­trarse incompletas. incoherentes. desacordes con la experien­cia, contrariamente al sentimiento del público común es sumayor virtud. El conocimiento científico. por fuerza desu naturaleza misma. es inacabado: "No es de la ciencia el es­tar demasiado en lo cierto. aunque raramente se halla demasiado e­quivocada" (3)

Su condición pnrmgema de conocimiento objetivono es sino el resultado de la controversia permanente a quese somete el contenido de sus tesis. Las disputas personalesentre los científicos lleva a tal refinamiento en los métodosinquisitivos, que se hace posible el descubrimiento de ver­dades independientes de sus prejuicios.

El rasgo superior del conocimiento científico es sucarácter metódico. El método es la verdad de la ciencia.Alguien dijo con profunda sapiencia. "SI se extravían los ml!·todos. los resultados conseguidos no podrán impedir que prevalez­can de nuevo lasuperstición y el sin sentido"(4)

H atributo dominante del hombre de crencia es su

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actitud ante el conocimiento. El quehacer científico, frutode ardores y pasiones como todo lo que es creación delespfritu, hace crecer en el hombre que lo ejercita un recha­zo instintivo por las aberraciones del pensamiento, por lasopiniones ligeras, por las afirmaciones esparcidas al airesin más fundamento que el capricho y la predilección sub­jetiva.

El científico es un alquimista sui-generis de la razóny la experiencia. Su lenguaje y su expresión adquieren cier­ta tonalidad de indiferencia, de desasimiento que jamáses desinterés, sin embargo. Se hace parco. En las áreas defrontera de las ciencias más maduras sólo se escribe ensímbolos: lacónicos, rigurosos, exactos y precisos. La cien­cia y la música siempre se han sentido hermanadas.

El desideratum del conocimiento científico es im­poner sobre la realidad entera la racionalidad de la ley,de una sola ley. Ese propósito de gigantes, verdaderamenteteodiceico, se ha creído a veces cercano, mas siempre ter­mina alejándose. Tal límite de la razón, al que ninguno delos espíritus más grandes ha dejado de aproximarse, marcaquizás el deslinde entre la ciencia y la cosmología. Entrelo que Bergson llamaba el análisis y la intuición. Si se ledesborda, y el propio movimiento de la razón a ello obliga,se deja atrás el terreno de las certezas sensibles, de lo super­ficialmente fáctico. La ciencia presupone una metaffsica,pero también la implica.

No tenemos, pues, más que conocimientos científi­cos particulares. Esto es, conocimientos científicos que ha­cen de una fracción de la realidad su objeto, su campopropio de indagación e investigación.22

EL;'tERCADO y LA CIENCIA ECONOMICA

En el decurso de la 'historia de la sociedad, admítaseo no que su movimiento es un proceso universal al que a­tienden un origen y una meta, hay un hecho fundamentalen cuyo acontecer encuentran su plena significación loscuatro o cinco últimos siglos de la historia contemporá­nea. Ese hecho no es otro que la diseminación del intercam­bio mercantil como el medio generalizado de subsistencia.

Así lo señalará un temprano y perspicaz observadorde la realidad económica:

"Una vez que la división del trabajose ha establecido en todas partes,cada hombre vive del intercambio,o se convierte de alguna maneraen un comerciante" (5)

Lo que fue un hecho local, esporádico, a veces social­mente importante aunque sin mayores consecuencias civi­lizatorias, adquiere así la dimensión necesaria para llenartodo el espacio de lo humano: todo es intercambio y nadahay fuera de él. (2)

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La sociedad se hace mercado. El mercado es el recep­táculo donde se desenvuelve la acción humana.

Una transformación de incalculables consecuencias haocurrido en el seno de la sociedad. Se desacralizan valoresy morales que reglaban la conducta individual. Se disuelvenrelacíones de edad multisecular que sostenían-y garantizabanla convivencia social. Todo se vuelca hacia la concienciaindividual: el individuo y sus intereses emergen de la masaindiferenciada de entrelazamientos y vínculos comunalescomo el centro de la vida en sociedad. El largo proceso queapunta hacia la persona humana como propósito de la his­toria universal, ha conseguido de este modo el ambiente pro­picio para que florezcan colectivamente la razón y la per­sonalidad. (7)

De las acciones de los hombres, motivadas sólo por susintereses más privados, y sin que medie ninguna otra conside­ración excepto ellos, resulta un orden social que acelera lahistoria, que incita las potencialidades productivas para po­ner en marcha un proceso expansivo de la producción y elconsumo que rompe el estancamiento milenario en los ni­veles de disfrute material.

La presencia ubicua del intercambio, que en afortuna­da frase de Mandevílle -a la que siempre hay que tomar ensu relatividad histórica- es el mejor cemento para la socie­dad civil, modifica dramáticamente la necesidad de la re­gulación de la conducta individual. El intercambio mismolleva consigo una legalidad que fija los límites para la acciónhumana. Dentro de esos límites, a su vez. todo es legítimopara la iniciativa individual.

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Un orden social sostenido por las apetencias mercena­rias de los individuos, capaz de crear riquezas materialesindetenidamente y de distribuirlas con cierta adecuación alos fines del equilibrio económico, como abstracción del pen­samiento, como concepto, no pod ía sino convertirse muypronto en un objeto preciado para la razón científica. Ha­cia 1750 ya se tenía el método apropiado y también se te­nía el objeto.

La Economía Política es la ciencia del intercambio,del mercado, de la sociedad que se sostiene por los interesesegoístas de los hombres. Imponer la razén y la legalidad so­bre la miríada caótica de actos individuales independientes,verles como se transforman en un estado de balance socialcoherente, es ciertamente un logro de gigantes. ¡Honra a.Mandeville! ¡Honra a Cantillon! ¡Honra a Quesnay! ¡Honraa Hume! ¡Honra a Turgot! ¡Honra a Adam Smith!

Esta ciencia nueva, porque nueva es la realidad queinvestiga, cuando nace trae consigo sus particularidades.Es una ciencia histórica. puesto que el mercado es un hechohistórico. Ello la determina y singulariza. Más aún, es unaciencia del cambio histórico, o como lo dirá bien la filoso­fia contemporánea de la ciencia, del cambio estructural.El mercado no es un hecho dado para la Economía Polí­tica. Su presencia en la historia es la resulta de un procesode hondas transformaciones, y con él las transformacionesno concluyen. En tal sentido la Economía Política es unaciencia evolutiva, porque acaso el mercado ha- también decumplir su ciclo vital. Pero hay algo más. Por sobre todo laEconomía Científica es Política, no con una simple conno­tación adjetival sino sustantivamente,

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La verdad en la Economía Politica no es una entidadpreexistente que debe revelarse o descubrirse. La verdad cien­tífica sobre lo económico tiene que crearse, y de hecho, secrea en cada interpretación de la realidad económica que in­cita la voluntad política.

La verdad económica es acción política. La voluntadcolectiva es el laboratorio experimental donde las proposi­ciones de los economistas se ponen a prueba. El contenidode verdad de la Economía Política tiene que ver, preeminen­temente , con su capacidad de persuasión. No es de extrañarque Keynes, quien ha resultado ser un persuadidor inimi­table en lo que corre de siglo, cuando se propone describiral economista ideal termina llamándolo "la más rara de todaslas aves" (8)

El desarrollo interior de la Economía Política es lacontraparte del desarrollo de la sociedad que se estaba ha­ciendo una sociedad de mercado ¿No es acaso David Ricar­do, en cuanto excepcional intérprete de los signos políticosde su tiempo, quien tiene a su cargo eliminar el obstáculofinal que impedía la conformación del mercado capitalis­ta, removiendo los cimientos que "legitimaban al terrate­niente y su renta?

¿y no es Marx la perfección teórica del mercado?¿La demostración científicamente cabal del equilibrio so­cial que resulta de acciones individuales incoordinadasentre sí? Por lo demás, en la dialéctica de la historia, lo quealcanza su perfección establece por sí mismo las condicionespara su propia superación.

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La ausencia de cambios estructurales dramáticos yevidentes, lo que vale decir, el asentamiento de la realidaddel mercado como una realidad innegable, permite que enel seno del pensamiento económico emerja otra visión .delas cosas. El mercado es ahora el punto de partida, y no yael resultado cuyo proceso de conformación, con todas susconsecuencias, hay que describir. Dado el mercado, diránJevons, Walras y Menger, de él se sigue una cierta racionali­dad individual en el acto del intercambio, que es la tareade la Economía analizar. La Economía se despoja de susustantividad política. No hay ciencia de lo político cuandoel individuo y su conducta son el objeto del discernimiento.

La nueva visión de las cosas cambia radicalmentela perspectiva de la verdad económica. El individuo carecede historia. Su tiempo, o el que los economistas le atribuyenen sus teorías, (9) es el de la mecánica pre-relativista, y noel irreversible hacia atrás e incierto hacia adelante, que esel tiempo histórico. La carencia de historia es la carenciade transformaciones. Hicks, en una confesión autobiográ­fica (10), admitirá que su generación se formó bajo el es­tricto supuesto de que el mercado le era connatural a la vi­da en sociedad. La propia generación de Hicks, salvo algu­nos hombres de excepción, se mantendrá apegada a esaconvicción.

Es cierto, y debe recordarse, que las crisis periódicasque sacuden la estructura cconóm ica despiertan a algunosde sus sueños dogmáticos. Keyncs es un afortunado por ha­berse hallado con madurez y con suficiente flexibilidad

en su espíritu, en el medio de las circunstancias turbulen­tas de los años treinta. Keynes sin la crisis es el Tract on

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Monetary Refonn o el Treatise onMoney: toda la solidezde la mejor tradición marshaUiana, aunque nada que permi­ta barruntar o siquiera prefigurar el revolucionario regresoa la Economía Política que trae consigo The General Theory.

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VENEZUELA Y EL MERCADO

La Venezuela de 1920 es un país misérrimo. Por dé­cadas sin fin su movimiento histórico no ha hecho sinorepetir las típicas condiciones del estancamiento pre-ca­pitalista. Ocasionalmente, algún vaivén azariento en los pre­cios de exportación de café o del cacao rompe la monoto­nía de la tendencia, y altera la certidumbre económica delas pocas familias que participan en el intercambio mercan­til.

Venezuela era una porcion del espacio geo-económi­co colocada mayormente al margen del mercado y de susinfluencias. Es decir, al margen del movimiento históricoque en las sociedades donde se había originado, había pues­to en marcha un proceso de expansión de los medios mate­riales de vida sin paralelo en la historia universal.

Las condiciones económicas de Venezuela, su equi­librio económico, no albergaba en su interior, al menos vi­siblemcnte y para el tiempo más cercano, elemento o fuer­za alguna que permitiera conjeturar la ruptura de ese equi­librio secular en la dirección del mercado. El mercado ha­b ía emergido de la conjunción de unos hechos que difícil-

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mente podían volverse a dar en las circunstancias particula­res del país. Si se puede hablar con una cierta tonalidad me­ta-histórica, el destino natural de la sociedad venezolanano apuntaba probablemente hacia el mercado.

Empero, el intercambio internacional, en cuanto pro­ceso civilizatorio, requería de todos los espacios económicosposibles. La lógica de su desarrollo interno conducía a launiversalización de sus relaciones características.

Ninguna sociedad podía imponer valladares mayoresa la intrusión del intercambio mercantil como forma genera­lizada de subsistencia. La lógica económica de Occidentepujaba por hacerse el mundo.

El destino de Venezuela, por imperio de unas fuerzasque no emergían de su equilibrio natural, cambiaba así derumbo. La historia de las seis décadas ya largas que siguena 1920, es la historia de un intento de conformación de lascondiciones para el funcionamiento del mercado. Es decir,es la historia de un largo proceso de desequilibrios. Esa his­toria posee unas especificidades muy suyas, y lo propio,quizás, cabe afirmarlo en cada sociedad nacional a la queel mercado ha requerido para sí.

Una característica común, sin embargo, que hace deverdadera piedra angular del proceso, se discierne dondequiera éste se encuentra. Una mención somera de ella esmenester.

El mercado, valga decir, el crecimiento continuo delas naciones, se acompaña en su origen de una expansión

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de la productividad más allá de un cierto límite, de modoque la sociedad dispone de medios materiales excedenta­rios que le aseguran las condiciones económicas para la re­producción de niveles crecientes de riqueza. Cada sociedadnacional, en el concierto de las relaciones que es el mercado,debe conseguir la manera de expandir su productividad,de expandirla por sobre los estándares de sus competidoresen el intercambio, para así garantizar un acceso más renta­ble de su producción al mercado, y, así, el requerido exce­dente material.

La Venezuela de 1920 es una sociedad improductivapara todos los fines de albergar y sostener el mercado. Esacondición estructural, a la vuelta de unas pocas décadas,habrá de alterarse dramáticamente.

Tal proceso de cambios y violentos desequilibrioses el ámbito propio de la Econom ía Política. En la presen­cia de esos cambios, de este campo tan significativo parala investigación científica, una pregunta de singular interéssurge. ¿Cómo reaccionan los hombres de pensamiento enVenezuela ante la realidad de las transformaciones? ¿Cuá­les son las líneas primigenias y primordiales que hacen deparadigmas y que signan el desarrollo de la especulaciónsobre las transformaciones de la sociedad venezolana?

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ALBERTO ADRIANI.

l2 primera percepcion de que Venezuela como eco­nomía nacional se ha abierto al proceso universal de inter­cambio, le corresponde históricamente a Alberto Adria­ni: (11)

"La unificación del mundo se perfeccionaincesantemente ...EI viejo concepto desoberanía pierde vitalidad ... Todo leimpone al capital y sus industrias expan­sivas la necesidad de buscar nuevos te­rritorios que pueda poblar y explo­tar ... (12)

y en otra parte dice:

"Las circunstancias ... se combinan para hacer que elmundo con temple nuestra América como el mercado demayor potencialidad para sus industrias ... Cadaeconomía nacional tiene su constitución específica,su carácter peculiar, su sistema íntimo ... Venezuela...gracias a la explotación de sus campos petrolíferos,verá intensificarse progresivamente la inmigración dehombres y de capitales" (13).

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Esta percepción y el esfuerzo por su desarrollo analí­tico, significan una tarea que se prolongará a lo largo de dos

décadas.

Dos rasgos suyos son notorios. De una parte, una con­secuente actitud metodológica. El lector de Adriani sabede inmediato que se halla frente a un intelecto ejercitadoen la. reflexión metódica y sistemática.: De la otra -parte,Adriani es un hombre de acción política.

Un ensayo suyo, de juventud, establece las directricesvitales de la existencia del hombre. Se quiere la acción. Elánimo da para la acción:

"Saludo al activismo que puede ser para nosotros elalba de una nueva vida que contente nuestras expec­tativas" (14)

y hacia el final de la vida, al borde mismo del iniciode su cortísima carrera pública, repite su propósito vital ci­tando a Goethe:

"En el principio era la acción" (15)

La Venezuela que se abre al mercado, que se enfrentaal intercambio internacional como una economía nacional,es una entidad geo-econórnica sin los medios sociales parapermitir la presencia incontrolada, como dirá Adriani:

"De los capitales y de los hombres que acudirán asus playas" (16)

La respuesta social era un plan nacional para regularlos desequilibrios que trae consigo el mercado. Venezuela,

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políticamente, requería de un proyecto nacional. Los sig­nos de la época se mostraban inequívocos.

Europa, por la pluma del propio Keynes, anunciabaen 1919 el final de la Pax Victoriana y con ella del laissez-fai­re. Siete años más tarde, el mismo Keynes escribía: "yocreo que el capitalismo, sabiamente manejado, puede hacerse más

eficiente que cualquier otro sistema económico conocido" (I7)

Adriani recibe estas noticias en Europa y las hace su­yas. Pero su visión de la acción política, no ya para Europa,sino para los pueblos de América Latina, Venezuela uno deellos, iba más allá de un manejo sabio de la cuestión eco­nómica. La materia política en el tapete no era tanto elcontrol del establecimiento de la organización. La legalidaddel intercambio aún debía crearse internamente, so penade que externamente la sociedad se sometiera a una relaciónde subordinación imperialista.

El principio doctrinario que le inspira se lee sin am­bages en las siguientes frases:

'Los intereses de una sociedad son infinitamente mas considera­bles que los intereses de los individuos, y cada libertad concretadebe ser reglada de acuerdo con el interés colectivo" (18)

De él se seguía en armónica concordancia la conclu­sión de que:

"Los pueblos latinos de América tienen necesidadpara su formación y en vista de su política exterior,de crear Estados fuertes" (19)

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y la calificación venía de inmediato:

"El Estado fuerte no significa gobierno tiránico oarbitrario que nunca aseguró la continuidad de ningúnesfuerzo social ni la concordia, y no justifica a caudi­Ilos voraces e independientes" (20)

Por estado fuerte entenderá Adriani:

"(Aquel Estado) capaz de someter a un plan armó­nico todos los factores de la producción" (21)

El proyecto nacional de Al berto Adriani reposa asíen la acción deliberada del Estado. La transformación de Ve­nezuela, en su juicio, debe regularla un plan de acción polí­tica. La Economía Política de Venezuela, de manos de Al­berto Adriani, nace con la singularidad de que le atribuyeal Estado la tarea de liderizar el proceso de conformacióndel mercado. Tal determinación no tendrá más fundamentoen Adriani que la que da la autoridad del principio doctri­nario hace un momento referido. Serán las circunstancias.posteriores y el ulterior desarrollo del pensamiento econó­mico, las que en este punto afinen y perfeccionen las ideas.

El proyecto nacional de Alberto Adriani tenía, en elterreno de los hechos económicos, un objetivo claramenteestablecido. Aqu í la fuerza de las palabras se acelera:

"La agricultura y la cría son hoy y serán mañana lasbases principales de la prosperidad y grandeza delpaís" (22)

Las frases que siguen, en nuestra propia comprensióndel desarrollo del pensamiento económico venezolano, son

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el puente lanzado para que las ideas continúen su curso:

"u agricultura y la cría son mucho, mucho más im­portantes que otras actividades postizas y anti-eco­nómicas a las cuales dedicamos mayor atención" (23)

Adriani esta pensando en el petróleo. Una profundaparadoja ha cobrado vida en la reflexión del pensador. Laactividad que está abrien<io a Venezuela al mundo, que leestá incorporando al proceso universal de intercambio, queestá creando las condiciones para asimilar las formas delmercado, no se ve del tedo en su importancia económica.De esta paradoja se nutrirá abundantemente el conocimien­to posterior.

La última frase citada tiene su indubitable sabor fi­siocrático. Las expresiones "postiza" y "anti-eeonómica",mención aparte de otros significados que luego interesa­rán, son la manera de Adriani de decir estériles: la fuenteexclusiva de la riqueza de las naciones se halla en la produc­ción agrícola (24). El pensamiento económico venezolano,siguiendo una necesidad lógica invencible, está reproducien­do las líneas mismas del pensamiento económico universal.Se ha puesto en marcha en Venezuela la reflexión científicasobre la materia económica.

Vengamos ahora al petróleo. La expresión "anti-eco­nómica" adquiere pleno sentido sólo en cuanto con ellase quiere decir que se impide la producción agrícola o se lahace menos rentable.

Afirma así Adriani:

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"El auge de las industrias extractivas (ocurre) a costade la decadencia de nuestra agricultura" (25)

En otra parte escribe:

"La agricultura sufre un retroceso o una pausa conla expansión de las industrias extractivas, que absor­ben nuestra mano de obra" (26)

Y, por sobre todo:

"El factor de esta agravación de nuestra cnsis es ladesvalorización del dólar . . . O lo que es lo mismo,el encarecimiento del bolívar" (27)

Aquí también entra el petróleo, pero de una manera,que aún debe esperar por su desarrollo científico.

Recordemos los hechos económicos para hilar mejorlas ideas. En enero de 1934 el valor del dólar norteamericanose estableció en no menos del 50 % ni más del 60 % de loque habta sido su valor histórico previo. Las autoridades deVenezuela, por razón de su interés impositivo, dejan emperoin tocado el valor del bolívar, con lo cual su cotización, queen promedio había sido 5,51 unidades por dólar en la déca­da anterior, sube a partir de esta fecha a 3,54 unidades pordólar.

Adriani reacciona. Las bases de su proyecto nacionalno resisten la sobrevaloración del bol ívar:

"Con el bolívar caro los precios de nuestros productosde exportación se han hecho irrisorios . . . Ellos es­tán arruinando a todos los interesados ... Yo propon­go la desvalorización violenta de nuestro bolívar"(28)

18

Pero el punto importante es el petróleo. Los interesesimpositivos del Estado son el petróleo y el ingreso que élle genera al fisco. La sobrevaloración del bolívar y la presen­cia del petróleo en la economía nacional tienen entre sí, portanto, un vínculo orgánico.

Este vínculo, sin embargo, en la pluma de Adriani esun ejercicio de la acción gubernativa, y, en consecuencia, deresponsabilidades o "culpas"(29) mas no la resulta de relacio­nes de intercambio objetivas, esto es, de entrelazamientoscausales. La cuestión petrolera en Venezuela, valga decir, lacomprensión científica de lo que significa la presencia eco­nómica del petróleo en el país, debe todavía aguardar pordesarrollos posteriores.

Pero hay más. El petróleo "postizo" .Esta caracte­rización, que ha de entenderse con todo el rigor exegético,posee varias determinaciones. En primer lugar, y preeminen­temen te en el pensamiento de Adriani.

"El (es una actividad) ... precaria, perecedera" (30)

En segundo lugar,

"(El petróleo) ... es una actividad extranjera" (31)

Por transitoria y por foránea, Adriani se permite en­tonces concluir en que es postiza. (32)

Ambas determinaciones pasarán al pensamiento pos­terior sin mayores calificaciones. Pero, sin duda, la más im­portante de las dos, a los fines del conocimiento científico,será la segunda.

39

La condición de "actividad extranjera", debe anotarse, nola aprehende Adriani en todas sus posibilidades. El rasgodefinitorio que destaca el autor tiene que ver con que

"Gran parte de las exportaciones petroleras se queda enel extranjero para satisfacer beneficios de capitales ex­tranjeros" (33)

Esta nota distintiva, hay que admitir, le dará a la ac­cion política en Venezuela un punto de apoyo de anclajemuy hondo.

Sin embargo, allí no se agotan todas las posibilidades.Resta la caracterización científica de lo "extranjero". Ello su­pone comprender la naturaleza del intercambio que poneen relación la propiedad nacional con la extranjera, el tra­bajo nacional y el trabajo extranjero, en la ocasión de laactividad petrolera.

Estas no serán las materias de Adriani. La Venezuelade Alberto Adriani cubre una dimensión histórica en laque coexisten la apertura al mercado mundial a través delpetróleo, con la negación del petróleo como cuestión, co­mo problema. Esta contradicción, reflejo fiel de la propiarealidad de las cosas, y, por consiguiente plenamente fecun­da, es un legado notable de este hombre de pensamiento yde acción a la reflexión posterior.

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ARTURO USLAR PIETRl

~ cuestión petrolera, la materia de la presencia delpetróleo en la vida nacional, es el tema que ahora hay queplantear y elaborar. Arturo Uslar Pietri saldrá temprana­mente a tomar para sí esta tarea.

"El problema venezolano es el petróleo ... El petró­leo es el hecho fundamental y básico del destino ve­nezolano" (3<B

Estas frases se leen en sus escritos de finales de ladécada de los cuarenta. Unos años antes, en un editorialde prensa publicado escasos días antes de la muerte de Adria­ni, y cuya intitulación hará historia, había ya escrito:

"Urge aprovechar la riqueza transitoria (del petróleo)para crear las bases sanas. amplías y coordinadas de(la) futura economía" (35)

y con mucha más fuerza aún,

"Debemos utilizar el petróleo para construir a Ve­nezuela ... Hay que sembrar el petróleo" (36)

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El pensamiento venezolano ha encarado así, con unrecto sentido de las especificidades del ámbito de la refle­xión, la tarea de admitir al petróleo en la realidad de las co­sas nacionales. La razón científica va lentamente consiguien­do sus propósitos:

"La economía venezolana presenta rasgos y caracterestan peculiares y extraordinarios, que sólo en muy esca­sa medida puede aplicársele los resultados de las expe­riencias de otros pueblos" (37)

Dos materias, piezas muy importantes de los temascen trales de Adriani, se dilucidan o se creen dilucidar en lapluma de Uslar.

De una parte, la acción del Estado "en la suprema di­rección" (38), de la economía del país, no es la propuestapolítica que se desprende coherentemente de una visión doc­trinaria impuesta sobre el acontecer económico, sino la cons­tatación de un hecho innegable, objetivamente determinado:

"El hecho es que el Estado interviene y está intervi­niendo en nuestra vida económica, porque nuestra vi­da económica no es sino un reflejo de la riqueza delEstado" (39)

y continúa Uslar con una idea, que leída en 1938acaso era significativa, pero que cuarenta y siete años mástarde revela una honda penetración en la realidad del deve­nir económico:

"La cuestión vital . . . no es saber si el Estado debeintervenir o no ..., sino crear una vida económicapropia y creciente, ante la que pueda plantearse undía el problemade la intervención" (40)

42

De la otra parte, Uslar se aproxima a la naturalezacientífica del carácter externo que se le ha atribuido al petró­leo, y de esta manera arroja luces pioneras sobre la índolede la transformación que el país experimenta: el tránsitohistórico a la condición petrolera de la economía. Y lo quees de gran relevancia, .sobre los mecanismos económicos ob­jetivos a través de los cuales se opera dicha transformación.

Dice en efecto Arturo Uslar,

"El petróleo . . . no proviene del trabajo venezolano,no es el fruto del trabajo de los venezolanos incorpo­.rados a una actividad determinada" (41)

Esta apreciación es notable por todo lo que presupo­ne y a su vez implica. El ingreso es externo porque en sugeneración no hay sacrificios productivos de trabajo nacional.Hasta allí llega Uslar.

Una acotación exegética se impone hacer aquí. Enobediencia a la lógica del autor, cabe preguntarse, si no esel trabajo nacional, ¿de quién es el trabajo que crea la ri­queza que el ingreso petrolero representa?

La pregunta, desde luego, se la formula Uslar en suspropios términos. Su respuesta, empero, la dará desde unaperspectiva metodológica que no es la misma que le llevóa la apreciación anotada y a la consiguiente interrogante.Uslar Pietri ha abierto en su pensamiento un espacio parala paradoja y la contradicción. Aquí se ata el gozne con lareflexión posterior. Estos, y no otros, son los caminos dela ciencia.

43

escribe así Uslar:

"El petróleo es el consumo continuo de un capital depo­

sitado por la naturaleza en el subsuelo" (42)

esta apreciación analítica, que generaciones de econo­mistas y políticos han tomado y repetido sin más califica­ciones (43 l, abrirá una línea para la acción política de ex tra­ordinarias consecuencias.

A su vez, el ingreso petrolero transforma la econom íavenezolana. El punto halla su expresión final en dos ideasque resumen toda una consecuente lógica. Veamos la pri­mera.

"Mientras subsista con la actual preponderancia la In­

dustria petrolera, Venezuela tiene que resignarse a pro­ducir caro o a no producir" (44)

Este resultado es notable. La acción transformadoradel petróleo, la distribución nacional del ingreso petrolero,una vez confiada a los mecanismos del intercambio pormás incipientes o primitivos que ellos sean, se cumple a tra­vés de los precios. Uslar en esta materia ha llegado tan lejoscomo lo permite la razón científica. En suma, la circula­ción del ingreso petrolero en la econom ía venezolana. sudistribución entre las clases que coexisten y compiten porla riqueza, precisa de unos precios absolutos mayores quelos que bajo otras circunstancias se tendrían

"Más que el efecto de una típica inflación monetaria.(1os precios altos) reflejan el ingreso exterior" (4"1

44

Aqu í está la sobrevaloración natural del bolívar (46);aquí está la condición importadora natural de la economíapetrolera; aquí están las altas tasas de beneficio que remu­neran el capital en Venezuela (47); aquí está la tendencianatural de los salarios reales a crecer en más de lo que cre­ce la productividad (48). Aquí está, en síntesis, una parteimportantísima de la Economía Política de Venezuela.

La segunda idea se repite una y otra vez en los escri­tos del autor. Tomemos unas frases perfectamente repre­sentativas:

"Al pueblo venezolano, en todas sus capas sociales,se le ha enseñado a desdeñar el trabajo por el maná...(el ingreso que recibe)... no es dinero que repre­senta trabajo y producción, sino una negra y ende­ble moneda de petróleo" (49)

De esta manera Uslar no hace sino decir que la eco­nomía venezolana, por el efecto de la circulación y distri­bución del ingreso petrolero, consume más de lo que pro­duce. La autoconciencia de este hecho será decisiva para laconformación de su proyecto nacional.

El proyecto nacional de Arturo Uslar perfeccionaal de Alberto Adriani. En su versión primigenia (50), lasbases sanas, amplias y coordinadas de la economía futura quehay que establecer utilizando el petróleo. son las que ofre­ce y garantiza la producción agropecuaria.

Ahora bien, ¿qué significa. en el marco de estas pa­labras, utilizar el petróleo, sembrar el petróleo? La respues­ta de Uslar Pietri se sigue sin ambiguedades de sus propias

45

premisas y definiciones. Si el petróleo es un capital, asílo ha dicho, el ingreso que de él se obtenga tiene un únicoy exclusivo destino: la inversión, valga sostener, el creci­miento de la oferta potencial de la economía, el acrecenta­miento de la productividad nacional:

"(En el presupuesto gubernamental) es necesario quelos egresos destinados a crear y garantizar el desarro­llo (de la economía) alcancen por lo menos hasta con­currencia de la renta minera (ingreso petrolero)" (51)

Aquí ha quedado para la Venezuela por venir unapauta de acción política: desarrollar la productividad del tra­bajo nacional mediante la incorporación creciente y masi­va a la estructura productiva de más y mejores máquinas,de implementos y herramientas cada vez más eficientes.

Esta pauta, que como se ha visto, resulta del desarro­llo sistemá tico de una visión de las cosas económicas, llevaen su seno una honda contradicción. Así son los caminosde la Economía Política y de su historia interior.

46

ROMUUOBETANCOURT

~s cambios políticos que vive el país en torno a''J45 debían necesariamente vincularse a la emergenciade un nuevo proyecto nacional. La realidad de la Venezue­la agroexportadora, como soporte histórico para la econo­mía de mercado, como señuelo para atraer la voluntad po­lítica colectiva. era cada vez más tenue e inadecuada. Cual­quier proyecto nacional que buscase colmar el espacio po­lítico, debía comenzar la historia ex-novo.

El petróleo, se había dicho "hace imposible el regresoa lo que antes éramos, y 110 ha creado las posibilidades de que con­tinuemos siendo lo que somos" (52).La alternativa era abrirnuevos cauces. Los cambios sociales así 10 exigían. Era ne­cesario diseñar y ofrecer una visión de las cosas en la que elpetróleo siguiese el curso de los cambios y coadyuvara asu advenimiento.

En esa visión de las cosas, en cuanto ella es reflejosentido de la realidad del proceso político nacional. debíanhallarse presentes elementos nuevos para la Economía Po­lítica de Venezuela. El discernimiento de esos elementosa t ravés de la lectura cient ífica de los documentos y maní-

47

fiestos políticos, debe decirse, se torna arduo. La exégesisdoctrinaria, para ser en este caso apropiada, obliga a se­parar lo circunstancial y transitorio de lo que son percep­ciones sobre la estructura de las relaciones sociales queinteresan a la ciencia.

El nuevo proyecto político es la obra de Rómulo Be­tancourt.

"El laíssez-faire hizo su tiempo . . . Por un cúmulode circunstancias.... la acción del Estado en Vene­zuela para estimular y orientar la producción es neocesidad imperativa. La potencialidad financiera delEstado, derivada del hecho de que percibe la mayorparte de los ingresos que aporta el petróleo . . . haceinsoslayable el cumplimiento de esa obligación . . .(El Estado ha de ser) ... estimulador, financiador yorientador de las actividades económicas que tien­dan a hacer más abundante y variada la produccióndoméstica" (53)

Así establece el hombre de acción política su plata­forma fundamental. Formal y materialmente nada hay,podría anotarse, en lo que difieran el nuevo proyecto y elque busca sustituirse. Empero, las consecuencias que hande desprenderse de este punto de partida se orientan pron­to en una dirección distinta.

La tarea del Estado, Betancourt la entendió con per­fecta claridad, era crear las condiciones para el desenvolvi­miento del mercado. Pero también entendió que el mercado,por excelencia, está unido a la producción manufacturera.Aquí contaba a favor de su juicio con la experiencia incon­trovertible de los hechos económicos. Escribirá así:

48

"(Hemos) enarbolado y defendido la tesis de la indus­trialización de Venezuela . . . Los competidos frutosexportables . . . ofrecen una perspectiva poco halaga­dora ... (Una perspectiva diferente, sin embargo),tienen las mercancías que se manufacturarán en elpaís" (54)

y concluye terminantemente,

"Hay que impulsar el desarrollo industrial de la na­ción" (55)

En esta encrucijada se separan los caminos. Venezuelaha optado, en la voluntad de su liderazgo político, por incor­porarse decididamente al mercado.

En esta misma encrucijada se opera el giro de la ló­gica del proceso. Betancourt propone que se utilice el pe­tróleo para crear el mercado. Pero el mercado. en verdad,no es sólo oferta. esto es. capacidad de producir mercan­das: también es demanda. valga decir, capacidad de comprade la población,

Betuncourt no se ata ideológicamente a una defini­cion rigurosa del ingreso petrolero en su origen económico,y. por tanto. es libre de darle cualquier uso, de asignarlecualquier destino. Propondrá entonces crear el mercado na­cional estimulando también la demanda. dándole a la pobla­ción acceso al consumo y al intercambio de mercancías.Los l'j~'S lit: su política serán: aumentar el empleo. aumen­tar los salarios reales. disminuir los impuestos. aumentarel !!<Islo público. Y así podrá escribir:

49

"El pai~, con las alzas de salarios y el aumento con­siderablc del presupuesto nacional a partir de 1946,se convirtió en mercado con gran poder de compra"(56)

Para una sociedad que nace al intercambio y a las rea­lidades democráticas que él trae consigo, este camino alter­nativo tiene indudables ventajas políticas, amén de que sulógica es perfectamente sensata: desarrollar la productividadnacional mediante el aumento del consumo de los asalaria­dos. (57)

Las consecuencias para la Economía Política de Ve­nezuela de este nuevo proyecto nacional son muy significa­tivas. Una de ellas, en nuestra comprensión, debe enfati­zarse.

Las ideas anotadas contradicen y oponen la tesisdel destino único, asociado a la inversión, para el ingresopetrolero. y al hacerlo, contradicen y oponen la tesis delorigen señalado por Uslar, de la definición adoptada y quese asocia a ese destino. A la Economía Política de Venezuelase le ha allanado el camino para nuevos y feraces plantea­mientos doctrinarios,

La fuerza imperativa de los hechos le hará descu­brir a Betancourt, más pronto que tarde, las dificultadesinherentes al equilibrio económico en una economía petro­lera.

Unas pagmas luego de haber considerado las honda­de" del l'lo>tím.rlo al consume para el crecimiento del maca­do. acota. hablamos de 194X, lo siguiente:

50

"Al amparo del auge petrolero la genta gasta alegre­mente casi todo el dinero que a sus manos llega ...(Donde quiera que va) . . . el turista venezolano essinónimo de botarata" (58)

Pero hay más. Betancourt, a comienzos de los añoscincuenta, percibe que con el desarrollo del país la produc­ción nacional no crece a la par del ingreso nacional. El con­sumo no es una fuente inagotable de expansión de la pro­ducción. El vínculo causal que corre desde la demanda ha­cia la oferta es tan contingente como el que corre en sentidocontrario, sólo que el primero, en el caso de una economíapetrolera, va contra la moral capitalista de la austeridad yla parsimonia.

La mirada de Betancourt se torna entonces hacia laprédica mayor de la necesidad masiva de inversiones:

"(Todo sucede) ... por no haberse aplicado en in­versiones de capital la proporción reclamada por unaeconomía como la venezolana" (59)

Los proyectos nacionales de la historia contemporá­nea de Venezuela han comenzado a acercarse. Su identifi­cación en la decisiva cuestión del destino del ingreso petro­lero, prefigura la presencia de limitaciones objetivas queacompañan la marcha del proceso económico, y de estemodo, la necesidad de su propia superación por otros pro­yectos.

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JUAN PABLO PEREZ ALFONZO

La herencia de Betancourt, en cuanto atañe a la Eco­nomía Política, tiene un continuador de excepción: Juan Pa­blo Pérez Alfonzo. Con él, al cabo de los años, en los añossetenta, se anuncia la disolución de los proyectos nacionalesque marcan las seis décadas pasadas del país.

Escribiendo del ingreso petrolero en el desarrollo na­cional (60), sostendrá Pérez Alfonzo que no sólo el estí­mulo a la demanda no hace crecer la oferta, a la par de unsinfín de otras implicaciones morales negativas, sino lo quees mucho más grave: la inversión es cada vez menos rentabley productiva. La disyuntiva consumo-inversión aplicada alpetróleo y su ingreso es ficticia. Esta apreciación, de nota­ble importancia teórica, es su contribución más importantea la Economía Política de Venezuela. Su juicio, sin embargo,es ético. Si no hay destino útil o adecuado para el ingresopetrolero, todo termina siendo un gran despilfarro. No hayproyecto -nacional viable cuya sustentación sea el ingresopetrolero. Juan Pablo Pérez Alfonzo es la negación finaldel petróleo,

S3

COMENTARIOS FINALES

Esta tarea de reconstrucción racional llega a su fin.La historia vivida de Venezuela es también la historia de lasinterpretaciones de su proceso económico que han incitadoa la acción a los agentes del cambio social.

La historia de la Venezuela vivida, organizada y enten­dida desde la plataforma tan especial que nos ofrece el de­senvolvimiento del pensamiento económico, es una sucesióncoherente, lógica y por ende agradable a la razón, de juiciosy apreciaciones que se contradicen entre sí, que se refuerzanentre sí, a lo largo de su desarrollo.

Una historia tan rica en su contenido, de hallazgosuniversales que recién ahora comienzan a descubrir o a per­geñar economistas muy competentes de otras latitudes (61),solo era posible porque en su origen se hallaba pletórica deposibilidades. Honra, grande honra, al esfuerzo y a la in teli­gencia de Alberto Adriani, por cuyo impulso se echan a an­dar estos sesenta años de historia vivida.

Adriani se halla en el comienzo y en el fin. La historiade la Venezuela entendida es el movimiento desde la nega­ción del petróleo hasta la negación del petróleo. Lo estupen­de ese movimiento, de ese devenir, es el crecimiento de la au-

ss

toconciencia sobre la naturaleza del proc~so económico, quea lo largo del camino nos ha dejado logros científicos deirreprochable valía.

Pues bien, la razón de recorrer el itinerario del pensa­miento económico venezolano, aparte de señalar sus hitosy de honrarlos, no puede ser otra que la de acopiar elemen­tos para prefigurar el futuro, para ayudar a entender las lí­neas de acción que hacia él confluyen. La justificación mayordel conocímiento científico reposa en el poder que otorgasobre la realidad. Los economistas, con todas las limitacio­nes a que nos fuerza la naturaleza misma del conocimientoque creamos, estudiamos el presente a la luz del pasado porrazón del futuro.

Las circunstancias presentes, en todos los órdenesde la vida económica, son inequívocas manifestaciones deque la estructura económica nacional se ha hecho madurapara el mercado. La nacionalización de la industria petro­lera que acompaña el clímax de la condición rentista de laeconomía; la deuda externa del país que disminuye sensi­blemente la capacidad del Estado de continuar Iiderizandoel proceso económico nacional; el desempleo significativoen estratos profesionales aptos y competentes para el traba­jo productivo, son apenas unos pocos síntomas de la inne­gable realidad del advenimiento del mercado en Venezuela.

En estas condiciones la Economía Política ha de to­mar nuevos rumbos. Hay quienes se han preparado para ello.Hay quienes están dispuestos a otear profundamente lostiempos por venir apoyados en los hombros, en los hombrosgigantes de Pérez Alfonzo, de Betancourt, de Arturo Uslar,de Alberto Adriani.

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REFERENCIAS

l G.w.F. Hegel. Gesammelte Werke, Bd. 9 (Meiner. 1980)2 R. Descartes. Regles pour la direction de I'esprit , Trad. eL notes

1. Sirven, (Vrin, 1964). Cf. R.G.W. Collingwwod. Autobiography(Oxford, 1965)

3 Bertrand Russell. My Philosophical Development (Allen & Unwin1959)

4 F. Nietzsche, Der Wille Zur Macht: Versuch einer Umwertugnaller Werte, augew u. geordn. P. Gast u. E. Forster-Nietzsche(Kroner, 1980)

5 Adam Smith. An 'Inquiry into the Nature and Causes of theWealth of Nations. (oxford, 1976). También Lectures on Juris­prudence, Eds. R.L. Meek, D.D. Raphael and P.G. Stein (Oxford,1978) esp. pp. 582-585. Cf. AJ .R. Turgot, Refléxions sur laformation et la distribution des richesses, (Paris, 1947) Cf. R.L.Meek, "The Development of Adam Smith' Ideas on the Divisionof Labour", The Economic Journal, (1973) y "New Light onAdam Smith's Glasgow Lectures on Jurisprudence", Historyof Political Economy, (1976)

6 "La situación económica actual es un sistema de precios. Lasinstituciones económicas en el esquema civilizado y modernode vida son preemincntemente instituciones de un sistema deprecios. La descripción de todos los fenómenos de la vida e­conómica ha de hacerse en precios, y la convención es que nohay otro esquema reconocido ni de descripción ni de jerarqui­zación, de hecho o de derecho, al cual referir los hechos de lavida moderna. En verdad, este hábito o institución es tan ge­neralizado y omnipresente que se ha extendido, a menudo sin

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aviso, a muchos hechos que en propiedad no tienen ni conteonido ni magnitud pecuniaria, v.g. el arte, la ciencia, el trabajo,académico, la religión". Thorstein Veblen, "The Limitationsof Marginal Utility", en The Place of Science in Modero Cíví­lization,(New York, 1919).

7 Karl Jaspers. Vom Ursprung und Ziel der Geschichte (Zurich,1949)

8 John Maynard Keynes. The Collected Writings. Vol. X(Cambridge, 1972)

9 G.L.S. Shackle. Epistemics and Economics (Cambridge, 1972)10 J.R.Hicks. A Theory of Economic History (Oxford, 1969)11 Alberto Adriani. Labor Venezolanista, Segunda Edición,

Ed. R.A. Rondón Márquez, (Caracas, 1946)12 Ibid. pp. 134, 16213 Ibid. pp. 162,44614 Ibid. p. 7915 Ibid. p. 43416 Ibid. p. 16517 The Collected Writings, op. cit. Vol. IX (Cambridge, 1972)18 Adriani, op. cit. p. 10519 Ibid. p. 107 (nuestro énfasis)20 Ibid. p. 10821 Ibid. p. 9122 Ibid. p. 19123 Ibid. p. 191 (nuestro énfasis)24 F. Quesnay. Tableau Economique, Eds. M. Kuczynsky and

R.L. Meek (London, 1972)25 Adriani, op. cit. p. 16326 Ibid. p. 23427 Ibid. pp. 351-35228 Ibid. pp. 352,35729 Ibid. p. 36430 Ibid. p. 36331 Ibid. p. 36332 "No insistamos sobre (la importancia) del petróleo" Ibid. 25:'B Ibid. p. 334.l4 Arturo Uslar Pietri. De una a otra Venezuela. (Caracas, 19801

pp. 21,62

58

35 Arturo Uslar Pietri. Venezuela en el Petróleo (Caracas, 1984)p.17

36 Ibid. p. 18. También, Sumario de Economía Venezolana(Caracas, 1945) p. VII.

37 Sumario de Economía Venezolana, op. cit. p. VI38 Ibid. p. VlIJ39 Ibid. p. 24340 Ibid. p. 24341 Venezuela en el Petróleo, op. cit. p. 21442 Ibid. p. 243. (nuestro énfasis)43 Cf. Asdrúbal Baptista y Bernard Mornmer. La naturaleza del

ingreso petrolero y la historia del pensamiento económico ve­nezolano (en proceso de publicación)

44 Sumario de Economía Venezolana, op. cito pp. 189·19045 Petróleo de vida o muerte (Caracas, 1965) p. 2646 Cf. Ernesto Peltzer. Ensayos sobre Economía (Caracas 1965)

J.A. Mayobre, Obras Escogidas (Caracas, 1982); BernardMommer "La paridad del bolívar y la renta petrolera"(LE.S.A., 1985)

47 Asdrúbal Baptista, "Gasto Público, Ingreso Petrolero yDistribución del Ingreso", El Trimestre Económico, México,No. 186,1980

48 Asdrúbal Baptista. "Gasto Público, Ingreso Petrolero yDistribución del Ingreso: Una Nota Adicional"El Trimestre Económico, México, No. 205,1985

49 De Una a otra Venezuela, op. cit. pp. 23·2550 "La única política sabia y salvadora -que debemos practicar,

es la de transformar la renta minera en crédito agrícola, esti­mular la agricultura científica y moderna, importar sementa­les y pastos, repoblar los bosques, construir todas las repre­sas y represas necesarias para regularizar la irrigación y el de­fectuoso régimen de las aguas, mecanizar e industrializar elcampo, crear cooperativas para ciertos cultivos y pequeñospropietarios para otros . . . Esa sería la verdadera acción deconstrucción nacional". Venezuela en el Petróleo, op. cit.pp. 17-18. a. De una a otra Venezuela, op. cit. p. 42.

51 Ibid. p. 1752 Arturo Uslar Pietri, De una a otra Venezuela, op.cit. pp. 52·53

59

53 Venezuela, Política y Petróleo (Méxíoo, 1956) pp. 311,315,31654 Ibid. pp. 380·38155 Ibid. pp. 380·38156 Ibid. p. 38157 Asdrúbal Baptista y Bernardo Mommer. El Consumo como

factor determinante de la capacidad de absorción de capital:la experiencia venezolana. (LE.S.A. 1985) (en proceso de pu­blicación)

58 Venezuela, Política y Petróleo, op. cit. pp.45645759 Ibid. p. 72660 Petróleo y Dependencia (Caracas, 1971) passim61 Cf. S. Van Wijnbergen, "The Dutch Disease: A disease after

all?", The Economic Journal, March, 1984; "Inflation, unern­ployment and the Dutch Disease in oil exporting countries:a desequilibrium analysis",Quarterly Journal of Economics,August, 1984. M. Corden and P. Neary, "Boornimg sector andde-industrialization in a small open economy", The EconomicJournal, June 1982.

Las ideas que aquí expreso son patrimonio del trabajo comúnde muchos años con Bernard Mommer

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