Un precursor de una innovadora Historia de las Ideas … · No ocurre lo mismo con el binomio...

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"Un precursor de una innovadora Historia de las Ideas en Tucumán. Democracia, Ciudadanía y Totalitarismo en la producción historiográfica de Roger Labrousse" Judith Casali de Babot Roger Labrousse (1908- 1953) historiador y pensador francés, llegó a Tucumán en 1943 fecha en que se incorporó a la Universidad Nacional de Tucumán. En este ámbito generó importantes cambios en el área de la Pedagogía, en la concepción epistemológica y en la producción historiográfica. Nuestro objetivo es interpretar a la luz de sus obras más representativas su peculiar concepción de la democracia y del totalitarismo. Esta trabajo se inscribe por su carácter general, en el área de la Cultura política, y por su tratamiento específico, dentro de una Historia de las Ideas y de una Historia intelectual en un momento clave de la Universidad Nacional de Tucumán: los años comprendidos entre 1943 y 1953, llamada época "de oro" de la Facultad de Filosofía y Letras y de nuestra Universidad. Estos marcos temporales, aparte de la fundamentación precedente, no son azarosos sino que están fijados acorde a la producción intelectual - específicamente historiográfica- del historiador y filósofo político francés Roger Labrousse radicado en Tucumán desde 1943 y eje de nuestra investigación. Previamente, no obstante, consideramos necesario detenernos rápidamente en el concepto de cultura política puesto que sirve de base a nuestro marco teórico En la actualidad padecemos de una especie de saturación ante la abundancia de trabajos existentes en los más diversos ámbitos y disciplinas referidos tanto a la cultura como a la política. No ocurre lo mismo con el binomio cultura política, relativamente reciente y novedoso sobre todo en América Latina y Argentina y, en mayor medida, en Tucumán. Aunque es un término ambiguo y en proceso de construcción, podemos decir que es un instrumento de análisis valioso al historiador al permitirle penetrar en el mundo de las representaciones por dos caminos: el de la cultura, núcleo duro 1

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"Un precursor de una innovadora Historia de las Ideas en

Tucumán. Democracia, Ciudadanía y Totalitarismo en la

producción historiográfica de Roger Labrousse"

Judith Casali de Babot

Roger Labrousse (1908- 1953) historiador y pensador francés, llegó a Tucumán en 1943

fecha en que se incorporó a la Universidad Nacional de Tucumán. En este ámbito

generó importantes cambios en el área de la Pedagogía, en la concepción

epistemológica y en la producción historiográfica. Nuestro objetivo es interpretar a la

luz de sus obras más representativas su peculiar concepción de la democracia y del

totalitarismo.

Esta trabajo se inscribe por su carácter general, en el área de la Cultura política, y por su

tratamiento específico, dentro de una Historia de las Ideas y de una Historia intelectual

en un momento clave de la Universidad Nacional de Tucumán: los años comprendidos

entre 1943 y 1953, llamada época "de oro" de la Facultad de Filosofía y Letras y de

nuestra Universidad. Estos marcos temporales, aparte de la fundamentación precedente,

no son azarosos sino que están fijados acorde a la producción intelectual -

específicamente historiográfica- del historiador y filósofo político francés Roger

Labrousse radicado en Tucumán desde 1943 y eje de nuestra investigación.

Previamente, no obstante, consideramos necesario detenernos rápidamente en el

concepto de cultura política puesto que sirve de base a nuestro marco teórico

En la actualidad padecemos de una especie de saturación ante la abundancia de

trabajos existentes en los más diversos ámbitos y disciplinas referidos tanto a la cultura

como a la política. No ocurre lo mismo con el binomio cultura política, relativamente

reciente y novedoso sobre todo en América Latina y Argentina y, en mayor medida, en

Tucumán. Aunque es un término ambiguo y en proceso de construcción, podemos decir

que es un instrumento de análisis valioso al historiador al permitirle penetrar en el

mundo de las representaciones por dos caminos: el de la cultura, núcleo duro

1

alimentado con la herencia del pasado, los aportes nuevos del presente y la aspiración y

el sentido hacia el futuro de la comunidad; y el camino de la política que abre la

compleja red donde se imbrican el hombre y la "polis" pero en una dimensión

simbólica. En palabras simples implica la relación del ciudadano y con el Estado. En

países como el nuestro, de sociedades en transición, de democracias recientes, de crisis,

el concepto de cultura política nos ayuda a comprender e interpretar este inestable y

frágil mundo que nos rodea. La obra de Roger Labrousse percibió, sin nombrarlo, los

alcances de dicho concepto al punto de poder aseverar que fue un historiador de la

cultura política atento a dos grandes tópicos que continúan vigentes en nuestro mundo

contemporáneo: el totalitarismo y la democracia.

Podemos observar entonces que esta investigación no posee un enfoque biográfico.

La envergadura de Roger Labrousse significa un giro pedagógico y epistemológico en

cuanto a la currícula de la Carrera de Historia - sobre todo en las disciplinas de Historia

general- y aires renovadores, de cambio y reformas en el seno de la Facultad de

Filosofía y Letras. Hasta ese momento, el área de Historia general casi ausente por el

legítimo pero único peso de la Historia argentina y americana, recibe un impulso

inusitado. Labrousse forma una verdadera escuela de pensamiento innovador en aquel

campo a través del dictado de sus Cursos monográficos (desarrollados también en La

Plata), la atención de diversas Cátedras y disciplinas desde Historia antigua, hasta Latín,

de Francés hasta Historia moderna y contemporánea. Entendido por "escuela" no un

cenáculo cerrado sino abierto a una concepción y prácticas modernas de la

interdisciplinariedad, la formación de gran número de discípulas que han descollado

luego por ejemplo María Elena Vela y Selma Agüero en Méjico (la primera volvió a

nuestro país y la segunda se quedó verdadera erudita en estudios de Africa: María

Eugenia Valentié, una docente e intelectual extraordinaria en el campo de la Filosofía;

María Victoria Dappe y Matilde Raffo de Avellaneda, distinguidas en el campo de la

Historia.

Retornando a sus ideas de fronteras permeables entre las ciencias, a partir de su

llegada a Tucumán introduce la experiencia - lamentablemente perdida hoy en aras de la

especificidad- de un Ciclo básico común, absolutamente integrado entre la Historia, la

Filosofía y las Letras. Observamos en esta creación una posición en torno a la cultura,

una visión humanista, un verdadero sentido de las Ciencias humanas: el de la formación

integral del hombre. Ubicados ya en la línea a seguir - la de la cultura política- y en el

contexto temporal e intelectual de nuestro tema, pasamos ahora a abordar el objetivo

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específico: la producción historiográfica de este historiador, filósofo -político y

especialista en Ciencias jurídicas, de quien nos parece innecesario brindar su trayectoria

anterior en Francia, España, el Líbano y Méjico puesto que ha sido tratado en trabajos

anteriores.

Nuestro objetivo, decíamos, es analizar la producción de Roger Labrousse, acotada a la

temática de la democracia y el totalitarismo (sabemos que sería más preciso hablar de

totalitarismos, en plural, pero por razones de comodidad y al referirnos a notas de tipo

filosófico, optamos por el singular).

Democracia-Totalitarismo

Dice Labrousse en el Prólogo de El perfil de la democracia moderna1: "El fin de

este trabajo es probablemente ingenuo: [...] quisiera reaccionar contra las propagandas a

las que estamos sometidos, lo cual irritará a muchos lectores que prefieren alimentar sus

prejuicios antes que discutirlos"."[...] pues lo propio de las propagandas es la alteración

de los significados racionales y su clima natural es la confusión". El autor alude al modo

en que las ideologías y las pasiones han contaminado el concepto de democracia de

modo que su objetivo es volver a la idea básica de este término, "al restablecimiento de

un lenguaje común" para lo cual decide partir de una definición elemental y simple: "la

democracia es el régimen que se funda en el sufragio universal". Como vemos, de

entrada podemos observar su posición histórica y epistemológica sobre la importancia

del conocimiento de la Historia lo cual recuerda a Lucien Febvre puesto que podemos

combatir por la Historia pero no usar la Historia como combate. En otras palabras,

debemos conocer primero el objeto de nuestro estudio, estudio que pasa según el autor

por dos momentos imbricados entre sí: las ideas acerca de la democracia y su praxis

social bajo la forma de los regímenes políticos. Por eso podemos decir que Labrousse

posee una concepción diferente de una Historia de las ideas convencional: "[Las]

Ideologías (en el sentido de conjunto de ideas) derivan también del contacto de las ideas

con la realidad social; pues debemos convencernos de que el éxito y la eficacia de una

doctrina política dependen menos de su valor teórico que de su adecuación a los hechos

sociológicos que pretende informar.[...] las Ideologías eficaces responden más a las

1 Labrousse, Roger,(1954-1955) El perfil de la democracia moderna, Buenos Aires, Hachette, p.5

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necesidades del medio que las condiciona que a las intenciones de los autores que las

idean"2

A partir de aquella definición casi banal que ofreciera sobre la democracia, Labrousse se

sumerge y nos sumerge en la profundidad y complejidad del problema. Muestra la

opacidad del lenguaje producto de los orígenes ambiguos del término, nacido y

"contaminado" con el liberalismo. Somos nosotros, desde nuestro presente los que

intentamos separar sus fuentes entre "democráticas" y "liberales". El análisis se afina

mientras se confronta con la historia y en esa tensión surgen las imágenes antitéticas

entre una democracia y un liberalismo "puros" "absolutos", hasta convertirse en

antagónicos. Entre sus celajes, aparece la potencial peligrosidad de ambas ideologías,

inclusive de la democracia. En esa peligrosidad de la búsqueda de lo absoluto, se

presenta, en el caso de la democracia, el fantasma del totalitarismo. He aquí por qué

hemos abordado ambos temas y sus posibles entrecruzamientos. Pero hablamos de ideas

y utopías (la Rusia stalinista será un ejemplo del encorcetamiento de la utopía en la

realidad en un intento frustrado por establecer una "democracia pura" cuyo rostro

humano y "real" fue el totalitarismo); la aplicación de la democracia como régimen en

Europa Occidental en el Siglo XX dio como resultado una democracia liberal, o

demoliberalismo, términos surgidos de la tensión y del conflicto, pero profundamente

matizados en la praxis social. De aquí la dificultad de su estudio. Es necesario que

recordemos esta diferencia porque resulta esencial para su argumentación.

Para explicar dicha tensión y su confrontación con la realidad histórica e

institucional, el autor recurre a los revolucionarios franceses y norteamericanos: por un

lado, descubre los elementos democráticos en los hombres liberales e ilustrados del '89

y los elementos liberales y demototalitarios (alertamos sobre esta expresión)de los

revolucionarios del '93. Nos preguntamos si es una posible explicación intermedia de la

dura polémica aun vigente entre la línea marxista (Albert Soboul3) y la línea

revisionista (Francois Furet)4, por citar a algunos de sus representantes. El planteo que

se inicia con el Prólogo del Ensayo sobre el jacobinismo5, resulta esclarecedor para

interpretar las ideas de Labrousse sobre este tema, específicamente sobre el

emototalitarismo.

d

2 Labrousse, R, Ibídem, p.7 3 Soboul, Albert,(1979) La Revolución Francesa, Madrid, Tecnos 4 Furet, Francois, (1980) Pensar la Revolución Francesa, Barcelona, Petrel 5Labrousse, Roger, (1946) Ensayo sobre el jacobinismo, Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras, UNT

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Resulta imposible comprender cabalmente el pensamiento y la producción de

Labrousse con la lectura de sólo algunos de sus libros.En su libro Del Mago al

burócrata,Muestra el peso de la creencia y de la tradición como elementos importantes

del origen del poder político. En la conducta diaria del ciudadano actual se observan una

cantidad de actos comunes que no se ejecutan en virtud de razonamientos teóricos por

más elementales que sean. Aun cuando no estén respaldados por sanciones muy

de

rrollo natural y no de una construcción

istórica surgen el "poder carismático" y "la burocracia". En ambos nos detendremos

o.

go emanará

temibles, las obligaciones se cumplen porque pertenecen al orden de lo que 'suele

hacerse' y, en muchos casos, de lo que 'ya solía hacerse' en el período anteriori.

En estas breves páginas se desarrolla una argumentación impecable que da

inteligibilidad a toda la historia humana. Ante nuestra mirada se recrea la vida misma

la comunidad rural, del pobre y del rico, de los lazos señoriales y feudales, alertándonos

a cada paso sobre las falsas analogías, cantos de sirena para un historiador inexperto.

...De esta "concepción del mundo" pasamos a una nueva concepción de la vida, la de la

ciudad, del precapitalismo, de las "nuevas circunstancias materiales y psicológicas"ii

Aparece la ciudad como una "comunidad política", pero para explicarnos mejor la

"cultura política" el autor en una conversación natural con el pasado introduce a los

griegos, a los helenísticos y vuelve al momento en que "el banco venció a la aldea y con

ella al castillo y al monasterio".iii En esta estética metáfora podemos comprender en

profundidad los cambios operados no sólo económicamente sino en cuanto a modos de

vida y laicización del poder. La comunidad desaparecida para siempre, dará lugar a

"pasiones colectivas y aislamiento individual"; está en germen la aparición de las masas,

"el carácter invertebrado del hombre moderno[...] presa fácil del estadista y del

burócrata"iv. Así, como si se tratara de un desa

h

para comprender los orígenes del totalitarism

III.- El eje temático del poder totalitario

...Labrousse comienza formulándose la misma pregunta que desde Bloch, hasta los

investigadores del nazismo nos hacemos hoy: aparte de las costumbres o de una

determinada autoridad patrimonial - si se trata de ese tipo de autoridad- "algo debe

existir que convierte al dueño del suelo en amo de las almas"v ¿El poder está fundado

en la sangre? ¿En algo natural que lleva a identificar el poder con el del padre?.

Responde que ese poder reside en el carisma, es decir en "la presencia en su titular de

una nota extraordinaria o (en sentido lato) religiosa, que designa a este individuo entre

todos para un destino fuera de lo común". Diferencia este poder del que lue

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de la soberanía popular y contractual. Sabemos, a través de Weber que esa impronta,

aunque el poder se "modernice", se "impersonalice", no desaparece posteriormente

...Según su planteo, el autor bucea en busca de ese don especial que poseen desde los

magos a los héroes y se transmite luego de la magia a la religión, (mucho más fuerte),

del rey Dios al rey consagrado. Aquí se recrean - unidos ahora a la religión- unos

elementos de suma importancia, los ritos y: los símbolos con los que el pensador nos

introduce sutilmente en Los Reyes Taumaturgos, de Marc Bloch. Luego la Ilustración

irrumpe como una "grave revolución espiritual"vi "al pensar el poder político en

términos puramente profanos, sin trasfondo religioso". Sin embargo, Labrousse adelanta

una interpretación importante: "aunque el carisma de esencia sobrenatural desaparezca

con el mundo moderno, sus últimos restos son observables todavía en nuestra

civilización [a pesar de que]otros elementos intervinieron poco a poco para

desfigurarlovii : así las coronas simbolizaron la permanencia histórica de las voluntades

nacionales. Conviene retener estas palabras: si bien el poder hace uso, para su

legitimación, del carisma, hay elementos "sociológicos" en la nación que la llevan a

creer y a consentir ese poder. ¿No volvemos a ver estas características en las

concepciones culturalistas de la naciones contemporáneas o - por cierto con patologías -

en la creación de los mitos políticos del siglo XX?. Observamos que en gran parte de

labras." x "[...] por este

sus obras, directa o indirectamente, Roger Labrousse relaciona este tema con la cuestión

del poder y del totalitarismo.

...Al igual que Weber, reconoce otra forma de poder personal y carismático no ligado a

una teología sino "[...]mediante la exaltación de un individuo, a la convergencia y la

intensidad de los sentimientos colectivosviii cuyo rasgo común es, desde la edad clásica,

el dominio de la retórica. No es anacrónico recordar la importancia que los fascistas

concedían al aprendizaje de la retórica como explica Edward Tannenbaumix. Labrousse

lo descubre a partir de la experiencia de la Grecia clásica "[...]como es sabido, los

discursos que despiertan el entusiasmo de muchas personas congregadas suelen crear

entre ellas un verdadero estado extático y en este ambiente psicológico el orador se

convierte en el Verbo, [Notemos la línea de Durkheim] en el revelador de la conciencia

colectiva que él mismo hace cristalizar por medio de sus pa

medio, el hombre predestinado, cual Orfeo, amansa a sus semejantes, desencadenando,

apaciguando libremente las tempestades de la pasión popular"

...Recién el siglo XX con su alta dosis de alfabetización y el desarrollo de los mass

media, recreará ese contacto con las multitudes, tan personal en la polis clásica.

Pensemos en las masas magnetizadas ante la retórica y el espectáculo de la política de

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Hitler, por ejemplo: "[...] es el líder cuya autoridad se funda ante todo en sus dotes de

orador popular"xi Por supuesto que Labrousse distingue claramente este tipo de orador

del que se da en un sistema parlamentario auténtico en el que las pasiones pueden estar

más controladas, [ no así los intereses] pero lo singular de la reflexión es que el autor

vuelve al poder carismático sobrenatural al que compara con el del líder contemporáneo

que puede convertirse en el "sacerdote de una religión temporal [Durkheim

nuevamente] o- [...] en la encarnación del 'espíritu del pueblo'" Podemos encontrar hoy

esos hombres que expresan "los sentimientos íntimos de la mayoría de la nación,

presentándole una imagen de sí misma [un imaginario] conforme, si no a lo que es, por

lo menos a lo que pretende ser"xii Como vemos, en la línea de Durkheim y de Cassirer,

Labrousse aborda el tema del totalitarismo ligado a la construcción del mito político del

que analiza cada uno de sus elementos: el líder como la expresión más acabada de la

germanidad; "Hitler gobierna por derecho propio, por efecto de una gracia que no

requería justificación popular alguna"; es la encarnación de la idea, "porque su espíritu

estaba conectado con la misma fuente de la conciencia colectiva, [por lo tanto] es la

autoridad absoluta que junto con la voluntad inspirada lo transformaban en el profeta de

una revelación política con connotaciones religiosas".xiii Para completar este análisis, el

autor incorpora una idea medular en los sistemas totalitarios, la relación líder-masa-

mito, es decir, la dimensión sociológica. Labrousse advierte lo que ya señaláramos en

trabajos anterioresxiv, que el carisma y el mito resurgen en momentos de malestar y

crisis adquiriendo otra connotación." cuando ese carisma se funda en la magia del

l problema de "la adhesión de los gobernados a la autoridad del

Verbo, cuando el Verbo se emplea para revelar la intensidad de la crisis o asignar un

objetivo al movimiento"xv.

...Dentro de la temática del carisma y del totalitarismo, el autor encara también un

tópico muy debatido en la historiografía contemporánea sobre todo a partir del debate

Goldhagenxvi: e

gobernante pues el carisma no es más que la objetivación de este sentimiento en un

individuo" xvii.

...No nos detendremos en el estudio de Labrousse respecto de los regímenes

contractualistas y liberales sino en los casos de patologías del carisma y del poder .

Como adelantáramos, dos elementos esenciales del totalitarismo son el poder y la

burocracia. Con respecto al primero, acorde con una idea instrumental del poder,

considera que éste se ejerce a través de hombres que obran en nombre del Estado. Para

ejemplificar, el autor recurre a otra metáfora, la del gendarme como instrumento del

poder político y el campesino que ante aquella figura no necesita de mayores

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explicaciones teóricas. "Se dirá, el gendarme es sólo la corteza, el poder es el árbol.

Pero no exageremos. El gendarme es el símbolo modesto de una realidad múltiple,

jerarquizada, imponente: el cuerpo entero de la burocracia civil, militar y

eclesiástica.[...] El carisma es la cabeza del Estado, el consentimiento es el corazón,

pero la burocracia es el brazo[...] más de una vez [cuando todo dejó de funcionar] el

completan e iluminan desde otro ángulo la

de a "procedimientos coactivos que se emplean para realizar esta

iversos sistemas tales como el cristianismo y el marxismo en tanto

brazo seguía moviéndose por la fuerza de la costumbre: la costumbre de trabajar y de

pegar"xviii

...El tema del totalitarismo es abordado también en el Perfil de la democracia moderna xix, su último libro pues- como dijimos- muere a comienzos de 1953. Si bien el

argumento se centra en la evolución del concepto de democracia, es posible identificar

una serie de rasgos del totalitarismo que

temática. Este camino permite penetrar más en la construcción particular del autor sobre

dicho concepto y su aplicación histórica.

...Parte de la hipótesis que, "en toda democracia pura existe un elemento antiliberal y

por lo menos una virtualidad totalitaria, siempre que se tome este término en un sentido

filosófico antes que político". No obstante, ante la fuerza de tal aseveración, Labrousse

aclara y matiza que en el plano de las concreciones empíricas, singulares, la democracia

de tipo occidental no coincide con la "plenitud de la Idea democrática"xx. Por otro lado,

denomina "nacionalismos totalitarios" a aquellos modelos que usualmente la

historiografía encuadra como fascistas - los casos alemán e italiano- .A la vez reconoce

en el contexto de Guerra Fría (contexto importante a la hora de comprender sus aportes

e ideas) la existencia de naciones totalitarias caracterizadas por el control de la opinión

públicaxxi. Interpretamos que con tal expresión alude a la falta de libertades en general.

...En esta obra Labrousse propone dos acepciones para totalitarismo, atribuyéndolas a

sendas esferas de conocimientoxxii: uno en sentido filosófico, como "sistema político en

el que el hombre como ser 'ético', sólo puede realizarse a sí mismo por medio de su

incorporación espontánea y completa al Todo colectivo". Aquí radicaría la explicación

de por qué toda democracia pura es potencialmente totalitaria. En sentido político o

policíaco alu

incorporación por la fuerza", no asimilable necesariamente al concepto puro de

democracia.

...Asumiendo un concepto amplio de totalitarismo, encuentra "Ideas populares

totalitarias" en d

cosmovisiones que abarcan la plenitud de la vida.xxiii, y persiguen "verdaderas

conversiones".

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...Agudo intérprete de la complejidad de los procesos históricos, Labrousse descarta los

modelos puros, propios del dominio de la lógica, y propone una lectura de la Historia en

términos de relación, de tensión - no de oposición- entre democracia "aspirante a la

comunión colectiva" y liberalismo basado en un "afán de libertad individual"xxiv. Entre

d puesta de manifiesto en un grupo dirigente de calidad

ues en una sociedad de masas, el

ambos polos, los sistemas políticos demoliberales y los demototalitarios ocupan el

espacio de la experiencia contemporánea.

...Respecto de los últimos, señala las características distintivas:xxv: surgen de una

comunidad hondamente dividida, [proclive al surgimiento de los mitos políticos] sea en

sociedades de bases agrarias que inician una industrialización traumática o

industrializadas en forma anómala. En este contexto, el líder popular u otras tendencias

autoritarias se presentan como la solución al retorno del equilibrio, reemplazan a los

antiguos dirigentes, y persuaden a las masas utilizando mecanismos de "exaltación de la

Idea"xxvi [¿La línea conservadora de Hegel?] Se agudizan las tensiones sociales; hay un

clima de coacción moral y de ruptura profunda; es posible que la organización

económica adquiera un sentido político y se encamine hacia el control y hasta la

socialización completa; las libertades civiles y políticas tienden a restringirse aunque se

admitan algunas de índole social vinculadas al control de la economía; las acciones

enunciadas buscan legitimarse en leyes o incluso constituciones que expresan la Idea,

Idea que reclama una fidelida

ética superior que dirige a una mayoría; se va así desde una mera presión moral hasta el

monopolio político absoluto.

...El autor parece expresar la esperanza del triunfo de un socialismo demoliberal, bajo la

forma del Estado de bienestar europeo y considera la posibilidad de un camino común

de las sociedades de postguerra hacia una ideología basada en el "humanismo socialista

y demoliberal", aunque reconoce la complejidad de la evolución y se muestra escéptico

ante la posibilidad " de una tendencia y confluencia necesaria" en esa marcha del

demoliberalismo y del totalitarismo soviético xxvii. P

hombre moderno, lejos de perfeccionar su gusto y uso de la libertad, se ve sometido a lo

que Eric Fromm define como "miedo a la libertad".

...En su Introducción a la Filosofía Políticaxxviii, capítulo VI, Labrousse retoma el eje

del totalitarismo dentro de un planteo "sistemático" y confrontado con el del pluralismo.

En esta oportunidad define totalitarismo como "el conjunto de los sistemas de filosofía

política que consideran que el hombre, como ser ético, sólo puede realizarse a sí mismo

por medio de su incorporación (sic) más completa a un Todo social gobernado por una

autoridad ética; luego son totalitarias las teorías que identifican al hombre con el

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ciudadano. Por el contrario, "el pluralismo (sic) es el conjunto de los sistemas de

filosofía política que consideran que el hombre, como centro de múltiples aspiraciones y

actividades, sólo alcanza la plenitud de su vida en un ambiente social caracterizado por

e auxilio al mito milenario de una

tensiones permanentes "[...] el hombre por lo tanto, no se reduce al ciudadano y puede

gozar de una libertad suficiente para desenvolverse en varias direccionesxxix

...Mas la primera "incorporación totalitaria" según Labrousse, es la de la religión: "toda

religión es virtualmente totalitaria" ¿Por qué? porque "trata de abarcar todos los

aspectos de la vida humana, inclusive [en algunos casos] sus aspectos políticos. De este

modo, cuando se integra la política en una cosmovisión sobrenatural, puede llevar en

casos extremos a una completa unificación de la existencia social sobre la base de la

primacía absoluta de la voluntad divina". ¿No se anticipa en este concepto a los

fundamentalismos contemporáneos?. En un retorno a los albores de la historia,

Labrousse descubre en esas fuerzas místicas que se concentran en el rey divino al que

todo le pertenece, - desde las personas hasta las cosas- "el totalitarismo como forma

primitiva del ideal político"xxx. Es un totalitarismo teocrático. No ocurre lo mismo con

la monarquía absoluta de derecho divino en la que el rey es el lugarteniente de Dios en

la tierra caso en el que se produce el hundimiento de la estructura totalitaria y se genera

una tensión entre el rey y Dios. Pero el totalitarismo primitivo [...] merece ser recordado

pues explica ciertos rasgos infantiles del totalitarismo moderno, el cual se alimenta en

los temores de un individuo recién emancipado y colocado frente a los riesgos de su

propia libertad. Podría decirse que ese individuo pid

unidad ahora imposible porque no encuentra en las condiciones actuales apoyo

suficiente para transformarse en persona autónoma".

...De Platón a Hobbes pasando por Hegel y Rousseau, hasta llegar a Marx, Labrousse

analiza las diferentes formas de "totalitarismo" (obviamente consciente del uso de esta

expresión en una época anterior al siglo XX) con el objetivo de comprender mejor los

de su propio siglo. Pero las formas citadas que expresan un totalitarismo trascendente o

inmanente, objetivo o subjetivo, racional o pasional pertenecen al "totalitarismo

filosófico" y nuestro interés se centra en el "totalitarismo político". Para Labrousse la

diferencia entre ambos radica no sólo en la existencia de una doctrina - principios que

también existen en el político- sino el modo de imponerla. El autor señala que en

general el hombre no se adapta voluntariamente a una comunidad totalitaria, de modo

que "[...] el ciudadano es siempre un adversario actual o virtual de dicho Estado"xxxi;

por lo tanto el "estadista" totalitario debe apelar a dos elementos esenciales: la fuerza, la

violencia la coacción y la educación: ésta prepara el porvenir, la primera garantiza el

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presente; aquélla "fabrica" individuos para su incorporación total al Estado, la violencia

contiene a los ineducados de generaciones anteriores y reprime a los ineducables que

hoy reciben "adiestramiento". Cuando el tiempo apremia para lograr la educación, sólo

queda la violencia. A través de esta explicación, Labrousse responde a la diferencia

entre ambos totalitarismos sintetizándola del siguiente modo: "El primero, [el filosófico]

supone la existencia de un hombre incorporado que no es real; el segundo [el político]

entra en guerra contra la realidad e implanta su ideal por la fuerza sin preocuparse de las

pérdidas"xxxii. Ambos están vinculados - agregamos, en algunos casos muy

estrechamente- y Labrousse da como ejemplo a Robespierre y su régimen quien acudió

a la guillotina para imponer la concepción rousseauista. E inclusive en los procesos

supuestamente exitosos como el de la URSS,(también en este caso Labrousse alude a la

adhesión a la "religión marxista" y a sus interpretaciones "parasitarias") ni la violencia

generalizada ni los controles absolutistas, se relajaron (recordemos que el autor escribe

n plena Guerra Fría, bajo los efectos del estalinismo) lo cual parece demostrar la

suficiencia de la educación para eliminar los elementos disidentes (ineducables)

ambién es 'integración': pues sólo se realiza a sí mismo[...] cuando entra

e

in

III. Conclusiones

...Nos hemos detenido a través del enfoque historiográfico, en las interpretaciones de

Roger Labrousse respecto del totalitarismo, en esencia porque descubrimos a lo largo de

su prolífica obra que su preocupación fundamental residía en la relación Estado-

sociedad, relación donde se anuda dicho problema. De aquí el interés y el abordaje

permanente del tema del pacto o contrato político y social y, en consecuencia, sobre el

resultado del mismo para los derechos del hombre. Humanista y progresista, teme tanto

al totalitarismo que destruye la persona como al individualismo egoísta que resiente el

cuerpo social. Su inclinación pareciera estar en un punto intermedio que, en

consonancia - en parte- con Nicolás Berdiaeff, destaca el valor del pluralismo y de la

persona, es decir su "liberación y su integración" El hombre es libre porque es un 'acto

creador' pero t

en 'comunión' con otras personas, es decir cuando se 'compromete' en una actividad

comunitaria".

...Estas reflexiones tomadas del pensador ruso - compartidas por Labrousse, no

quedaron en meros análisis especulativos, las hizo parte de su vida, las volcó como

docente, como investigador, como amigo, a través de su compromiso con la

Universidad Nacional de Tucumán. De aquí su asombro e incomprensión y sus

12

reiteradas notasxxxiii solicitando una explicación cuando es dejado cesante en 1953xxxiv,

por iniciativa de Carlos Aguilar, golpe fatal para un hombre de su dedicación. Aunque

continuara con sus Cursos en su casa y en el Círculo de la Prensa, esta medida privó a

nuestra Universidad de una personalidad excepcional. Su reincorporación - mejor dicho

la Resolución por la que se disponía su reintegración en Sociología, -Cátedra que ni

siquiera era la suyaxxxv debido a la única partida existente-, llegó demasiado tarde e,

sa afectividad que ilumina y explica - amén de su estilo estupendo- la

sonancia de sus libros en lectores de todos los tiempos". ¿No merecen ser aplicadas a

propia obra?

irónicamente, de la mano de un gobierno militar que derribaba a un régimen

constitucional, el de Perón, pero desnaturalizado por el autoritarismo y la arbitrariedad.

...En este 2004 en que la Universidad conmemora sus 90 años, significativamente, el

siete de noviembre Roger Labrousse habría cumplido 96 años. Aunque no hemos sido

sus discípulas, recibimos la riqueza de sus estudios y enseñanzas a través de María

Victoria Dappe, Matilde R. de Avellaneda, María Elena Vela e indirectamente de María

Eugenia Valentié. Este trabajo es también un homenaje y un agradecimiento. Quizás no

nos hemos liberado de las emociones. Penetrar en una vida intelectual y en una vida a

secas, no es igual a introducirse en una laboratorio. El positivismo fue superado.

Creemos que "objetividad" y "vida" como decían Marc Bloch y Lucien Febvre no están

reñidas entre sí y menos aun la vida en su múltiple dimensión, con la Historia. Todavía

hoy escuchamos el eco de las propias palabras de Labrousse quien, al referirse a la obra

de Rousseau decía en alusión al sentimiento y al vínculo espiritual entre los escritos del

autor ginebrino y el lector:" "[...], ni aun sus obras más abstractas pueden entenderse sin

tener en cuenta e

re

su

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Título: Acerca de la cultura política. Roger Labrousse y sus estudios sobre la

emocracia.

gerente obra del pensador francés para detenernos en

d

En un trabajo anterior6, pudimos indagar acerca de los aportes de Roger Labrousse a la

Historiografía, acotados en esa oportunidad a la temática específica del totalitarismo. En

el presente estudio, impulsados por el vacío historiográfico existente dentro de la

Universidad Nacional de Tucumán de investigaciones realizadas desde la óptica de la

cultura política, volvemos a la su

sus análisis sobre la democracia.

Un paso previo a modo de comprometernos en un lenguaje común, será el de

esclarecer el concepto de cultura política. Noción amplia y heterogénea dada la

vastedad de temas que abarca, alude tanto a conocimientos, creencias, sentimientos,

predisposiciones y actitudes individuales ante la política (dimensión psicológica) como

a los imaginarios, las mentalidades, las representaciones sociales que los diferentes

grupos conforman acerca de la realidad, de la "cultura", de la vida política en sentido

general. Como vemos, al introducir el nivel de la cultura pretendemos superar

posiciones positivistas y descriptivas en aras de elementos subjetivos, profundos y

complejos de lo político. Este diálogo entre la cultura y la política torna más visible lo

que de otro modo resulta puramente retórico: la política en su dimensión antropológica,

vital, al igual que uno de sus grandes temas, la democracia. Ubicada en una encrucijada

multi e interdisciplinaria, la cultura política puede ser encarada desde la sociología de la

educación, en relación con la identidad, a través de la simbología del poder por citar

algunas miradas. No obstante, lo que subyace siempre es la preocupación por la

6 Casali de Babot, Judith, et al,"Roger Labrousse, sus aportes historiográficos en el campo de la Filosofía Política" en prensa en Actas del I Congreso de la Universidad Nacional de Tucumán, octubre de 2004

14

labilidad de la democracia y los peligros siempre al acecho de los autoritarismos y

totalitarismos.

Creemos que ésta fue también la preocupación de Roger Labrousse (1908-1953),

desde el momento en que deja Francia a comienzos de la Segunda Guerra Mundial

(1939) a los treinta años, para partir a México, luego a Argentina y - previo paso por

Córdoba- a Tucumán donde se inserta en la joven y brillante Facultad de Filosofía y

Letras de la década del '407. Sin la intención de reiterar lo expuesto en un trabajo

anterior, es necesario sin embargo insistir - dada la elección de nuestro tema- en algunos

rasgos de su personalidad y su formación: docente y pensador de amplia cultura, de

desbordante actividad8, de espíritu innovador (su influencia fue decisiva en la

renovación de los planes de estudio y en la fuerte presencia que cobran las disciplinas

en el área de la Historia general) y de trayectoria democrática y pacifista. Dada su sólida

preparación en Filosofía Política e Historia de las Ideas9, y su incursión en Historia

Antigua, en temas religiosos etc.(los títulos de sus numerosas obras y un análisis en

profundidad de las mismas así lo demuestran), Ese eje lo inspira y modula

históricamente, (la expresión se encuentra en su vocabulario y enfoques) aunque la

historiografía sobre la cultura política aparece recién en la década del '60 y en América

Latina a partir del '80 del siglo XX. Su amplia preparación cultural, - ya señalada- su

convicción del necesario contacto entre las ciencias, su posición contraria al

etnocentrismo10, así lo atestiguan, mientras que la experiencia de los Totalitarismos

europeos, lo encaminan hacia una concepción "cívica" y estricta de cultura política: en

7 Entre los intelectuales de esa época de oro de nuestra facultad, podemos citar a Manuel García Morente, Rodolfo Mondolfo, Renato Treves, Benvenuto Terracini, Elsa Tabernig, Jackques Rush, - pensadores que llegaron a nuestra provincia en su mayoría presionados por los conflictos europeos- Y entre los argentinos, a Risieri y Silvio Frondizi ( a quien reemplazaráLabrousse), Eugenio Pucciarelli, Juan Adolfo Vázquez - asesor junto con Emilio Carilla, de la Revista Historia de las Ideas dirigida por Labrousse-, Guido Parpagnoli, Lizondo Borda, Emilio Estiú, María Elena Saleme, quien colabora como alumna en traducciones de textos analizados por nuestro autor así como María A. Berho. 8 Al respecto, María Eugenia Valentié lo recuerda como un hombre de sorprendente capacidad de trabajo, capacidad plasmada en su Legajo que denota una continua e importante actividad. Necesidades y circunstancias lo llevaron a asumir y a cubrir diferentes Cátedras y disciplinas, a dictar sus famosos Cursos monográficos de los que saldría luego su producción escrita. 9 Licenciado en Letras a los veinte años en la Universidad de Sorbona, París, Diplomado con honores (primer premio) de la Escuela Libre de Ciencias Políticas sección general de esa Casa, Doctor en Derecho de la Universidad de París en 1937 con la tesis Essai sur la philosophie politique de l'ancienne Espagne . Politique de la raison et politique de la foi (Ensayo sobre la filosofía política de España antigua: política de la razón y política de la fe) publicada en París en 1938. 10 Temas analizados en el trabajo de Casali, Judith et al op cit.)

15

esta línea están sus análisis acerca de los derechos, el liberalismo, la fragilidad de la

e Estado común,

interesante la lectura de un autor de nuestros días, Philippe Braud, quien en su libro El

democracia.

II. Labrousse y el abordaje de la democracia

El autor despliega su argumentación de la siguiente manera: junto al principio de que

los hombres permanecen libres e iguales, está el de la defensa irrenunciable a la

propiedad como derecho natural e individual ('89-'91); además identifica la asunción de

esos mismos derechos naturales en el '93 junto a una concepción d

espiritual, de un todo donde se funde el ciudadano con el Estado en una especie de

democracia ideal, utópica y total. Es el "totalitarismo filosófico", no político, ya

desarrollado en Del mago al burócrata 11y en nuestro trabajo anterior.

Labrousse, sólido en cultura política, aborda - en pro de una mayor dilucidación- el caso

de EEUU, para lo cual apela a las ideas de Tocqueville en la obra La democracia en

América. El ejemplo resulta esclarecedor porque la lectura que realicemos de la idea de

este último sobre la democracia depende de la significación que este autor confiere a la

palabra en cada momento: en el caso de la República norteamericana, Tocqueville

analiza, en realidad, un demoliberalismo que excluye los gérmenes totalitarios, aunque

la crítica de Labrousse señale los elementos "patológicos" de dicha democracia

subestimados por Tocqueville. No obstante, opinamos que este autor posee otra

percepción negativa de la democracia: descubre en ella una fuerza irresistible y oscura

que conduce a pensar y obrar en común de modo excluyente. En este sentido, no son

totales las libertades de prensa y expresión al punto de que el disconforme se vuelve un

paria, un hombre ajeno a la comunidad por lo menos ante el control social. Pero la

imagen final de Tocqueville sobre dicho régimen de EEUU es la de una "democracia

amable" en palabras de Labrousse y no de " cara austera y de puño cerrado" como serán

los intentos franceses. En la convicción de que Tocqueville "extrae el concepto de

democracia de su experiencia norteamericana y de ninguna otra"12 Labrousse no cita en

este trabajo la importante obra del pensador francés sobre 1848, experiencia histórica

que a él le tocó vivir a raíz de la cual pudo comprobar la presencia viva y violenta de la

multitud y de la que extrajo reflexiones lúcidas y proféticas respecto de la democracia,

mucho más desencantadas que las de su visión de 1835. En este sentido resulta

11 Labrousse, Roger, ( ) Del mago al burócrata, Tucumán, 12 Labrousse, R, El perfil de la democracia moderna, op.cit, p.15

16

jardín de las delicias democráticas13, nos da una imagen plena de matices respecto de

las virtudes y prácticas de la democracia contemporánea y el peso que ejercen las

fica de la democracia: la cuestión de la representatividad y el número, la

actitudes emocionales de la sociedad, es decir, la democracia no es sólo una cuestión de

valores, es también un serio asunto donde intervienen las pasiones de los hombres

Pero en las fuentes que estamos analizando, si bien se detiene en las ideologías, para

comprender mejor la democracia realiza una comparación con el liberalismo

atravesando todos los temas esenciales de la filosofía política moderna: la soberanía, los

derechos naturales y su relación con el pensamiento antiguo, la tensión entre Estado y

sociedad hasta llegar a la voluntad general14. A partir de aquí encara la problemática

especí

demagogia, la tensión entre igualdad y libertad, la identificación de la política con la

ética.

Con respecto a la representatividad, idea proveniente del liberalismo que se

introduce para frenar el poder del número, Labrousse la considera un avance entre la

libertad de los antiguos y la libertad de los modernos:15 "[...] el sistema representativo

ha limitado los defectos inherentes al gobierno inmediato del pueblo por el pueblo

mismo. Cuando se pasa de la democracia directa a la indirecta, las críticas de los

filósofos pierden gran parte de su fuerza. Pero sin embargo subsiste algo en este

régimen que nos permite comprender (aunque no necesariamente compartir) el

estremecimiento de tantos antepasados nuestros frente al poder del número. Porque no

hay nada en la naturaleza íntima del 'Demos' que compense su tendencia a ser una

'Leviathán'" [...] Y prosigue: "Podemos acaso imaginar una instancia, al menos

temporal, que sea más alta que la voluntad popular? ¿Podemos concebir una presión

moral más formidable que la que ejerce la conciencia colectiva sobre los individuos que

participan en ella? Las democracias vigorosas no tardan en imprimir en todas sus

decisiones un sello casi religioso que no deja de cohibir hasta sus mismos enemigos;

identifican la Política con la Ética"16 A través de esta interpretación, comienzan a

vislumbrarse los rasgos metafísicos de la democracia, la importancia de la Idea

omnipresente en este sistema, motor del Estado, de la sociedad - de quien emana y a

quien se dirige- y de la acción política. De esta noción supra sensible, emana el drama

de la democracia, "la fuente de su eventual perversión", porque, nos preguntamos

13 Braud, Philippe, (1993) El jardín de las delicias democráticas, Buenos Aires, FCE 14 Véase el apartado III, "Rousseau y la ciudad neo-clásica" en Labrousse, R, Ensayo sobre el jacobinismo, op. cit pp. 47-60 15 El autor de esta expresión es Carlos Strasser, docente además de FLACSO y autor de varios libros sobre la democracia como Democracia III, La última democracia, Buenos Aires, Edit. Sudamericana de San Andrés, de 1995. Este libro ofrece un análisis claro y realista sobre nuestro tema. 16 Labrousse, Roger, El perfil de la democracia moderna, op. cit. p. 28

17

¿quién debe encarnar la Idea?. ¿la totalidad del pueblo? imposible en una democracia

moderna. ¿ debe estar en manos de unos pocos virtuosos? El liberalismo seleccionaba a

estos hombres por el dinero o/y el talento, por el sufragio indirecto, por la existencia de

dos Cámaras, por la confianza puesta en el representante. "Notables" y representación

pluralista. resultan, en síntesis, dos consecuencias importantes de la estructura y los

principios del régimen liberal. Por el contrario, la democracia antepone el sufragio

universal, el mandato imperativo, y por lo tanto un repudio a la autonomía del

representante. Admitido a desgano el sistema representativo, se opone a la

intermediación de dos Cámaras y se atiene a la exigencia de una sola asamblea, mucho

más "controlable" por el pueblo ¿Y qué ocurre en esta difícil relación entre la masa y el

más "virtuoso" para gobernar? Rousseau, según nuestro autor, responde con la imagen

del militante formado en las lides políticas, porque el centro de la vida se desplaza hacia

la política. Esto podía ocurrir en el siglo XVIII, pero ¿qué pasa en las democracias

modernas donde el ciudadano puede ser indiferente, incapaz etc., se interroga

Labrousse? Porque puede ocurrir (suele) que el representante provenga del militante

privado puesto al servicio de una desenfrenada voluntad de

pero luego se convierta en un demagogo y hasta en un notable. Aquí se descubre la

imposibilidad de poner en práctica el esquema de democracia radical rousseauniano.

Dice Labrousse al respecto: "Es preciso agrupar a los partidarios de la Idea, reunirlos

en torno a un centro común que defina los programas y concierte los movimientos"17 o

sea el partido. Esta concepción, del partido como escuela doctrinaria y cultural, tan

discutida en la Revolución Francesa por temor (a semejanza del pensamiento antiguo) a

las facciones, es recogida por los partidos de masas contemporáneos, en especial por el

socialismo aunque no ignoramos su efecto en los grupos de extrema derecha. Cuando

Labrousse escribe, aun el partido político jugaba un rol tan importante que ser excluido

de él, "era como recibir la excomunión". Hoy sabemos lo que significan los partidos

políticos y la frecuencia de transacciones y traspasos de un partido a otro según los

intereses y el nepotismo; como Labrousse ya lo intuye, cuando el partido llega a ser un

fin en sí mismo. " Entonces el partido democrático [cuando se desnaturaliza] intérprete

exclusivo de la verdad por derecho propio, se vuelve contra la democracia y se

constituye en un ejército

poder. Acaba [por] jerarquizarse, concentrando en la personalidad del jefe [...] el don de

manifestar la idea [...] "18

17 Labrousse, Roger, El perfil de la democracia moderna, op.cit.p.45 18 Labrousse, Roger, Ibídem,pp 46-47

18

Para los que estamos en la línea de la cultura política, el elemento de comparación

más importante por parte del autor francés entre democracia y liberalismo, es el aspecto

cultural y el de las mentalidades. La cultura de una sociedad liberal así como su

economía, tiene que desarrollarse al margen y libre " de cualquier ortodoxia oficial" lo

que facilita el surgimiento de diferentes y disidentes. Esto se observa más claramente

aun en el arte y en la ciencia, de modo que la cultura "no puede subsistir en un clima de

intervención, cualquiera que sea"19 Se trata del individualismo que también se refleja en

la concepción liberal de ciudadano o de intelectual: en la Universidad, esta libertad se

expresa en la libertad de Cátedra, por ejemplo. Pero Labrousse se pregunta si una

estructura de este tipo, no conduce a una sociedad elitista. Según él, esa separación que

se produce insensiblemente entre un mundo ilustrado, una aristocracia intelectual y la

cultura popular, que termina fracturando la sociedad en dos, es contraproducente: "Una

cultura no puede durar si no echa sus raíces en la conciencia popular"20 Pero aclara

inmediatamente que el problema no se refiere a la selección de los notables de la

cultura, sino a la índole misma de los productos culturales. "Una cultura viva tiende a

expandirse en la masa, aspira a impregnar la totalidad del medio social y[...]cuando no

lo hace, revela sus defectos. Este es uno de los límites fuertes que el liberalismo opone a

la cultura, no en cuanto al clima de estudio y creación sino en cuanto a lo que produce.

Con respecto a la relación entre cultura y democracia, nuestro autor parte

nuevamente de la democracia antigua, de la ciudad estado en que un ethos, una serie de

valores debían inculcarse en el todo y para todos los ciudadanos. Luego analiza el caso

del cristianismo y de la impronta que esta religión deja en la cultura occidental

otorgándole un elemento común , cultural, de unidad. Pero según nuestro análsis, nos

detendremos en la democracia moderna ¿Qué toma ésta del mundo antiguo? El

principio de que una Idea rectora de la comunidad debe imprimir sus principios

culturales; del mundo medieval, pensaríamos que son los elementos esenciales de una

religión universalista cristiana. Pero ya en el mundo moderno, ésta se ha fracturado de

modo que resulta difícil que resulte una respuesta adecuada. "Lo que la democracia

pide a la cultura medieval, dice en forma muy original Labrousse y sorprendiéndonos

con su reflexión, es el modelo de un ambiente cálido, afectivo, (la cursiva es nuestra)

cargado de grandes esperanzas populares que no pueden dejar indiferente a nadie"21 Por

supuesto que la democracia moderna adopta este aporte pero para un mundo terreno,

19 Labrousse, Ibídem, p.65 20 Labrousse, Roger, Ibídem, p. 69 21 Labrousse, Roger, op.cit. pp. 72-73

19

temporal y no trascendente; por eso busca religiones sociológicas y políticas como

sustituto del cristianismo: las grandes ideologías colectivas del mundo contemporáneo.

En consecuencia, a una cultura unitaria cuyos valores se refieren todos a un centro

político común que es la Idea, corresponde una pedagogía muy diferente de la del

individualismo. En este sentido, la educación es un arma primordial: mientras en el

liberalismo éste debía tender al desarrollo libre de las facultades individuales naturales,

en la educación democrática se debe crear una nueva naturaleza, artificial, para

"construir" el perfecto ciudadano. Por supuesto, esta tarea corresponde al Estado,

encarnación de la Idea. "El maestro se convierte en un verdadero sacerdote público, sus

lecciones esculpen la Idea en el alma infantil y adolescente, forjan la unión del cuerpo

vulgar y apoyar la Idea. La cultura no se concibe sin la posibilidad de

ficarlo [y controlarlo] todo"23. Se pierde la espontaneidad con el que nace

social y prepara la completa asimilación por las sensibilidades y las inteligencias de un

cultura definida, homogénea y totalitaria"22. Los que investigamos sobre la construcción

de los mitos políticos contemporáneos, vemos en este proceso el instrumento perfecto

para construir un régimen totalitario y un führer.

Podemos decir entonces que, la cultura y la economía obedecen a un plan. A partir

de aquí todo se invierte con respecto al liberalismo: ciencia, arte, literatura deben

contribuir a di

extenderse a los social, a las masas. Puede transmitir la Idea pero ¿y sus propias ideas?

Labrousse señala que este debate no despierta un gran interés porque estamos ante

posiciones antitéticas: individualismo versus colectivismo, espíritu de herejía frente al

de ortodoxia.

En rechazo de los planteos maniqueos el autor vuelve a lo más prolífico de una

investigación histórica, las dudas acerca de la concepción democrática de raíz

totalitaria, lo que nos lleva a coincidir plenamente en un concepto fundamental y que

la experiencia histórica ha demostrado como incuestionable: "un ambiente de terror

esteriliza a los espíritus o los envilece. En una palabra, la burocratización de la cultura

es un paso contraproducente que sin embargo es difícil de evitar en una régimen que

aspira a plani

el espíritu democrático. Si todos, artistas, científicos, intelectuales se pliegan a lo uno,

entonces el totalitarismo no tiene trabas De lo contrario se produce la presión, la

rectificación y la acción policíaca desnaturalizando la calidad espiritual de la

democracia.

22Labrousse, R., El perfil de la democracia moderna op.cit. p.74 y Ensayo sobre el Jacobinismo op.cit, apartado IV pp 62-78 23 Labrousse, R.,Ibídem, p.76

20

Ante ese planteo antitético, Labrousse opta por el demoliberalismo, es decir un

régimen liberal con las rectificaciones sociales de la democracia, donde pueden

convivir la libertad con la justicia, las estructuras pluralistas junto con su

democratización y planificación Por eso rechaza la identificación simplista de

demoliberalismo con capitalismo, para él es mucho más que eso. Sostiene el autor que

demoliberales son todos los sistemas políticos que corrigen su tendencia liberal por

medio de una dosis variable de espíritu democrático Esta dosis ha de ser compatible con

el mantenimiento de los derechos de las minorías en el campo de la libre expresión y en

el de la libre representación Quizás el punto más álgido entre estos dos sistemas en

tensión, sea el de la libertad económica, porque mientras el demoliberalismo sostiene la

nacionalización de ciertas industrias, la planificación de la economía, y reconoce las

emás libertades, el liberalismo no acepta la injerencia del Estado. Son dos visiones

del hombre: por un lado, los liberales parten de la idea de la

ropiedad como derecho natural del cual emanan los demás; por otro, los demócratas

una interpretación - nada fácil- del sutil análisis que

a situación puede surgir de

d

diferentes de la libertad

p

piensan que los derechos más sagrados son los de protección del ciudadano, de su

participación en la vida pública, de seguridad social y de su desarrollo cultural.

A modo de Conclusión

En este trabajo hemos intentado

Roger Labrousse nos ofrece sobre la democracia, desde sus raíces hasta su fragilidad y

peligros en el mundo contemporáneo cuando el sistema político que admiramos y bajo

el cual aspiramos a vivir, se convierte primero en demototalitarismo filosófico para

convertirse luego - según las circunstancias y la cultura política de los ciudadanos, en

totalitarismo político y policíaco.

Labrousse también aborda en sus obras - pero no lo hemos considerado aquí- las

condiciones en que una democracia puede pasar rápidamente a dicho totalitarismo, es

decir, cuando de sistema filosófico se convierte en un sistema de terror. Situación que se

da específicamente en sociedades inseguras, que han recorrido rápidamente de un

estadio agrario a un proceso acelerado de industrialización; proceso traumático que

deja en el camino a grupos sociales desamparados, proclives al canto de sirena de voces

autoritarias o dictatoriales. Sabemos igualmente que dich

una historia autoritaria o de una fractura en la sociedad - como los mitos políticos- tal el

caso del nazismo en Alemania luego del Diktat de Versalles. Hoy la amenaza proviene

del neoliberalismo, ideología y praxis cuyos efectos son la desocupación, el paro, la

21

inseguridad laboral, los contratos a término que dejan a la sociedad sin asideros,

vulnerable también a los llamados de la extrema derecha.

Creemos que nuestra labor no sólo debe afrontar una investigación histórica, también

nos debe guiar para que, como decimos en la Introducción, nuestra Casa cumpla los

bjetivos de 1914 por los que fue creada, llevar a cabo una pedagogía social : educar

ara la libertad pero un marco de justicia, formar en una cultura política democrática.

sa fue la posición de Roger Labrousse cuando alude a su inclinación por el

emoliberalismo con los correctivos de la justicia y señala en qué medida el terror y el

talitarismo pueden destruir al hombre y con él, la ciencia, el arte y la cultura.

Yerba Buena

abrousse, Roger, (1946) Ensayo sobre el jacobinismo, Cuadernos de Historia III

ltad de Filosofía y Letras, UNT.

res,

enos Aires, FCE

o

p

E

d

to

xxxviCorpus:

Labrousse, Roger, (1955) El perfil de le democracia moderna, Buenos Aires,

Hachette

Labrousse, Roger, (1945) Rousseau y su tiempo, Tucumán, Edit.

L

Tucumán, Facu

Labrousse, Roger, (1952) Introducción a la Filosofía Política, Buenos Ai

Sudamericana.

Labrousse, Roger, (1955) Del mago al burócrata Buenos Aires, Raigal.

Bibliografía:

Braud, Philippe, (1993 ) El jardín de las delicias democráticas, Bu

22

de Historia de la Universidad Nacional de Tucumán,

ctubre de 2004. En prensa.

última democracia. Buenos Aires. Edit

udamericana de San Andrés.

os todas las obras de Roger Labrousse, así

o hemos creído necesario volver sobre esas fuentes ya que en esta

o constituyen nuestro Corpus.

Casali de Babot. Et al, " Roger Labrousse: sus aportes historiográficos en el campo de la

filosofía política" en I Congreso

O

Furet, Francois,( 1980) Pensar la Revolución Francesa, Barcelona, Petrel.

Soboul, Albert, (1979) La Revolución Francesa, Madrid, Tecnos.

Strasser, Carlos (1994) Democracia III La

S

En nuestro trabajo anterior (ver supra) citam

como su Legajo. N

oportunidad n

i Labrousse, R., Del mago al burócrata, Op. Cit, p.11

31

em, p.50 experiencia fascista: sociedad y cultura en Italia. 1922-1945, Madrid,

c. de Psicología,

Cit,p. 58 Culpa Colectiva . El debate

s Aires, Eudeba, 1999 ..59

abrousse, Op. Cit.p.88 r, Perfil de la democracia moderna, Buenos Aires, Hachette, 1955/56

propia". filosofía como de una fenomenología de la democracia", p.6.

.159.

e, R, Perfil de la democracia moderna, Op. Cit p.157.

ón a la Filosofía Política, Buenos Aires, Sudamericana ix Ibídem Pp. 277-278 x Ibídem Pp. 278-279

oger, Introducción a la Filosofía Política, Op.Cit. p. 292

ii Ibídem, Pp. 20 y 21 iii Ibídem p. 25 iv Ibídem p. 29 v Ibídem p.vi Ibídem,. p. 48 vii Ibídem viii Ibídix Tannenbaum, Edward, LaAlianza, 1975 x Labrousse, R., Op.Cit.p. 51 xi Ibídem,p.55 xii Ibídem,p.57 xiii Ibídem xiv Citamos entre otros, "Los laberintos de la historia: el mito político" en Revista de Investigaciones del Departamento de Investigaciones Investigando en Piscología, N| 4, Año 4, Tucumán, Fa2002 xv Labrousse, Op.xvi Finchelstein, Federico, (Edit.), Los Alemanes, el Holocausto y la Goldhagen, Buenoxvii Labrousse, Op.Cit pxviii Lxix Labrousse, Rogexx Para el autor la idea es el "conjunto de los principios motores que dan al régimen su fisonomíaSe trata "no tanto de una xxi Labrousse, Op. Cit. pxxii Ibídem p. 18 xxiii Labroussxxiv Ibídem, p.80. xxv Ibídem Pp.83 y 84. xxvi xxvii Ibídem, p.161. xxviii Labrousse, Roger, (1952),Introduccixx

xx

xxxi Labrousse, Rxxxii Ibídem.

23

de la Fac. de Fil. y Letras Diego Pro: 25 de febrero de 1953 y al

poración. Legajo ..., Decreto Nacional N° 2040, 4 de febrero de 1953

62-I- 955

e de la raison et politique de

, Tucumán, Instituto ional de Tucumán

Historia de las

a Gandhi en Notas y Estudios de Filosofía, Vl. II, Núm. 11, Julio-Septiembre San ucumán omentario crítico" a la obra de Couchoud, Paul-Louis, Le Dieu Jésus, en Notas y Estudios de

tiembre, San Miguel de Tucumán Buenos Aires, Raigal..-

bra póstuma)Buenos Aires, Hachette. áginas, Madrid,

4) (?)"Introducción, traducción y notas" de la obra San Anselmo, la razón y la fe dato extraído de ltad de Filosofía y

Estado en 1789 as de Rousseau

iva de género" en (1998) Temas de mujeres. Perspectivas de género, Tucumán, CEHIM. Facultad de Filosofía y Letras.UNT

xxxiii Legajo..., notas enviada al DecanoDelegado Interventor Horacio G. Rava, del 4 de noviembre de 1955 (ya producida la Revolución Libertadora) solicitando su reincor

xivxx

xxxv Legajo .: Expediente 18 Corpus

(1) Ensayo sobre el Jacobinismo (2) Del mago al burócrata (3) Perfil de la democracia moderna (4) Entrevistas orales a María Victoria Dappe el día 19 de Julio de 2004 y a María Eugenia Valentié el 13 de Septiembre de este mismo año Obras de Roger Labrousse (1) 1938. Essais sur la Philosophie Politique de l'Ancienne Espagne. Politiqula foi, Paris, Recueil Sirey. (2) 1945. Rousseau y su tiempo, La Plata, Buenos Aires, Tucumán, Edit. Yerba Buena (3) 1945. En torno a la teodicea, Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. (4) 1946. Ensayo sobre el Jacobinismo, Cuadernos de Historia 3, Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Tucumán. (5) 1948. "Introducción y notas" en Jacques, Benigne Bossuet, Traité du libre arbitrede Filosofía,. Estudio crítico de 83 páginas Universidad Nac(6) 1950. " La influencia de Hobbes sobre la doctrina política de Pufendorf" en Revista de Ideas, N° 1, Universidad Nacional de Tucumán (7) 1952. Introducción a la Filosofía Política, Buenos Aires, Sudamericana. (8) 1952. "Notas sobre el concepto de Voluntad general en Rousseau" en Notas y Estudios de Filosofía. Vol. III, núm. 9, Enero-Marzo, San Miguel de Tucumán. (9) 1953."Comentario crítico" a las obras de Catlin, George, In the Path of Mahatma Gandhi y de Jones,

tanley, MahatmSMiguel de T

0 1953. "C1Filosofía, Vol. IV., Núm. 15 Julio-Sep

a,(11) 1955. Del mago al burócrat.(12) 1955. Perfil de la democracia moderna, (o(13) (?) 1989. "Introducción y notas" en Cicerón, Las Leyes, Estudio crítico de 167 p

lianza . A(1Dappe, María Victoria, en Nader, Raúl, (Comp.) (1999)Voces de la memoria, FacuLetras, UNT Inéditos (1) La teoría del(2) Obras polític(3) Ensayo sobre el pensamiento de Jovellanos (4) Relaciones entre Oriente y Occidente, escrita sólo la Introducción y la primera parte

Ésta es una parte de la producción histórica, filosófica, y filosófico-política del autor. No hemos podido acceder a sus colaboraciones en la Revista Esprit probablemente escritas antes de su venida a la Argentina. Agradecemos también en este aspecto a María Victoria Dappe y a María Eugenia Valentié por habernos facilitado información y algunas obras y artículos

Bibliografía

(1) Ben Altabef, N. Barbieri, M. "La política universitaria del peronismo en los testimonios de intelectuales tucumanas. Una perspect

24

"La obra de Roger Labrousse en la facultad de Filosofía y Letras" en Nader, Raúl omp.) (1999) Voces de la memoria Tucumán, Facultad de Filosofía y Letras, UNT ) Finchelstein, F. (Edit.),(1999) Los Alemanes, el Holocausto y la Culpa Colectiva . El debate

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