UNA HERMANA COMO ESPOSA!I CORINTIOS 9:5. INTRODUCCIONHace muchos aos estuve en un lugar de la huasteca llamado octlamecayo, fui invitado a predicar en la boda de un hermano recin ordenado como pastor. El pasaje que el Seor me dio para esa ocasin es este de I corintios 9:5. El mismo nos servir para reflexionar como hombres de Dios y especialmente ustedes como esposas y compaeras del camino de sus maridos los cuales estn sirviendo al seor en su obra como pastores, ancianos, diconos.La esta palabra se entiende aqu, en el sentido de la autoridad o el derecho que tenemos para solicitar, pedir o reclamar algo sea persona animal o cosa.Cuando el apstol habla de llevar con nosotros una hermana, una esposa, que quiere decir:I.- En primer lugar: tener una esposa, que lo acompae en su ministerio.Por todas las razones que podamos imaginar, es saludable que el siervo de Dios se case, tenga con l la compaa de una mujer que sea su esposa, su ayuda idnea. II.- En segundo lugar que l y todos los otros apstoles, y en consecuencia todos los ministros del Evangelio, tena derecho a casarse. Se menciona en los evangelios y en las epstolas que los hermanos del Seor Santiago y Judas fueron hombres casados, y adems tenemos una prueba infalible de que Pedro era un hombre casado, no slo de este versculo, sino de Mat_8: 14, donde su madre se menciona como curada por nuestro Seor de una fiebre. III.- en tercer lugar, nos encontramos con que sus esposas eran personas de la misma fe, esto est implcito en la palabra hermana. La mujer que habra de compartir la tarea apostlica tena que ser una mujer piadosa, una hermana en la fe que estuviera dispuesta a vivir, disfrutar y sufrir todas las experiencias que se encuentran a cada paso que damos en este santo ministerioClemente de Alejandra en el siglo segundo escribi: los apstoles llevaron a sus esposas con ellos, para que pudieran ministrar a aquellos que necesitaban del evangelio sin reprehensin o sospecha especialmente en el trato con las mujeres IV.- En cuarto lugar tena derecho a casarse como los dems apstoles, y a recibir de la iglesia el sostenimiento para su familia.

Lo que fuera necesario para la esposa e hijos es deber de la iglesia otorgarlo.

El apstol renuncio a su derecho, no obstante es un Deber de la iglesia sostener a su ministro, el mismo apostal lo enseo no solo a los corintios si no tambin a los glatas.

La indicacin divina es: El que es enseado en la palabra, haga participe de toda cosa buena al que lo instruye Glatas 6:6

A los que procuran hacer el bien a nuestras almas, hay que proveerles su alimentacin. Pueden declinar su derecho, como hizo Pablo, esto fue una excepcin, no es una regla.

Conclusin

Ustedes hermanas junto con nosotros servimos al Seor en su obra, llevan con nosotros la carga, la responsabilidad de este santo ministerio, es nuestra oracin que el Seor las fortalezca, les llene de amor y paciencia para su marido y para las ovejas del Seor que l ha puesto bajo nuestro cuidado.

No olvidando nunca que al final de camino, el Seor nos premiara con aquella corona que menciona Pedro: la corona incorruptible de gloria.

Amen