Una lectura misiologica de Apocalipsis

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Un esfuerzo monográfico por orientarnos hacia los criterios misionológicos revelados en el Apocalipsis de Juan.

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Esbozo para lectura misiologica de ApocalipsisPor Osberto Salazar Farfn Ha inspirado muchas melodas evanglicas que cantamos cuando estamos tristes y con necesidad de consuelo. Pero poco se habla sobre el papel de la Iglesia en Apocalipsis. Esta monografa procura invitar investigacin abierta del Libro y observar que s existe un papel importante en cuanto a la evangelizacin. Para ello queremos mencionar algunos asuntos axiomticos sobre el tema que tratamos, y luego desarrollamos lo que consideramos es la ortodoxia y ortoprxis misionolgicas encontradas en Apocalipsis.

Asuntos axiomticos sobre el temaEntendemos misionologa como el conjunto de las actividades del cristianismo que tienden a implantar y organizar la Iglesia cristiana entre los no cristianos1. Dejando en claro lo anterior debemos ahora delimitar ciertos axiomas que no podemos pasar por alto al involucrarnos en desarrollar una Misionologa de Apocalipsis. La falta de reflexin misionolgica- En el mirada de estudios sobre el Apocalipsis, tanto eruditos como populares, casi ninguna atencin se ha prestado a sus contribuciones a la teologa de la misin.2, con esta frase Johnny Miller introduce su estudio sobre la teologa de la misin en el Apocalipsis. Debemos reconocer que no ha existido un consciente inters por la Misionologa expresada en este libro. Aparentemente la misionologa se ha elaborado mayormente a espaldas del ltimo libro de la Biblia3. Esto debe dejarnos muy en clara la limitacin de esta monografa. La perspectiva hermenutica- Debemos hacer mencin, sin profundizaciones que no van al lugar, de las escuelas interpretativas formadas en base al libro del Apocalipsis. Mencionamos las ms importantes4: 1). Preterista, el mensaje entero del libro es solamente inmediatamente pertinente para la Iglesia del primer siglo5, cumplindose completamente dentro de los primeros siglos6. 2). Historicista, El libro es una descripcin panormica de la historia de la Iglesia desde la primera hasta la segunda venida de Cristo. 3). Idealista, El libro representa el eterno conflicto entre el bien y el mal en cada siglo o poca, pero no debe tomarse con referencia a ningn suceso en concreto, sino como una expresin de aquellos principios fundamentales sobre los que Dios acta a travs de la historia 7. 4). Futurista, en cuanto a esta escuela hay diferentes definiciones, por lo menos Carballosa y Miller muestran esto en sus escritos. Carballosa la describe como: ...ensea que, comenzando con el captulo cuatro, el Apocalipsis describe una revelacin de la consumacin de las edades8. Miller en1

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Santos Hernndez, ngel. Misionologa: problemas introductorios y ciencias auxiliares. (Biblioteca Comillensis, SAL TRREA: Santander, Espaa), 1961. Pg. 104 Miller, Johnny V. Mission in the New Testament, An Evangelical Approach, (William J. Larkin Jr. and Joel F. Williams editors. American Society of Missiology Seires, No. 27. ORBIS BOOKS: Mariknoll, New York) Pg. 266 Stam, Juan. La Misin de la Iglesia en el Apocalipsis, Bases bblicas de la misin, perspectivas latinoamericanas. (Editor Ren Padilla. NUEVA CREACIN: Buenos Aires, Argentina), 1998. Pg. 351. Otras escuelas son: escuela crtica, alegrica y tpica o cclica. Para detalle ver comentarios serios sobre el libro de Apocalipsis. Miller, Mission in the New Testament, An Evangelical Approach, Pg. 267 Carballosa, Evis L. Apocalipsis: la consumacin del plan eterno de Dios. (Ed. Portavoz: Grand Rapids, Michigan). 1997, Pg. 26 Ibid, Pg. 31 Ibid. Pg. 29

cambio dice: ve el mensaje como pertinente a la iglesia del primer-siglo pero entiende la importacin primaria de las visiones para ser profeca en los ltimos das de la historia de la salvacin9. Se debe mencionar que el autor de esta monografa, difiere con la inclinacin dispensacional de Carballosa, inclinndose por la descripcin futurista de Miller, que ser el lente hermenutico que desarrolla ms objetivamente la misionologa del Apocalipsis. El dilema del gnero: Apocalptico vrs. Proftico- Existe una gran diferencia entre el gnero apocalptico y el proftico, a causa de esta diferencia la interpretacin misionolgica del Apocalipsis cambia casi radicalmente. Vale la pena en este caso poner atencin al comentario que Miller hace sobre ambos gneros: El apocalptico se identifica el ms claramente por su pseudonimidad, simbolismo, y revisin (la ficcionalizacin) de la historia. La profeca bblica, en contraste, mientras tambin emplea el simbolismo, viene de un autor identificado y habla a la historia en el tiempo real.10 Claramente el libro mismo nos marca, en base al estilo del gnero, ser un libro proftico y tanto apocalptico. Detalles importantes son: No es un pseudnimo, y tiene una armazn epistolar. Por lo que podemos decir, junto con Miller: tena la importancia a sus destinatarios inmediatos, aunque el cumplimiento de ciertos elementos del mensaje podra determinarse para siglos en el futuro11. Adems de que el mismo libro nos da pauta para ello en: 1:1-2, 11, 19; 10:4, 11 y 14:13. La importancia del contexto- Nuestro lente interpretativo nos empuja a considerar grandemente el contexto del libro. El libro se dirige a siete iglesias en Asia Menor, se era el producto de la labor del misionero y ahora participantes de la misma labor12. Debemos mencionar que la Iglesia est siendo perseguida, a causa de su negacin a cumplir con la adoracin al emperador Domiciano. Existe la presencia de maestros falsos dentro de la Iglesia, procurando llevar a los creyentes a practicar la idolatra. La situacin que rodea la escritura del libro es bastante catica, persecucin y seduccin religiosa. Los smbolos como expresin misionolgica- Como sabemos, el libro entero esta repleto de simbolismo. La segunda parte de nuestra monografa, desarrollar fundamentalmente los principios misionolgicos del libro, pero antes de ellos valdr la pena delimitar los smbolos que, propiamente hablando, se relacionan con la misin de la Iglesia. En uno de sus artculos, Paul Poucouta, determina la misin de la Iglesia en el Apocalipsis a travs del simbolismo, incluyendo por lo menos cinco de los smbolos del libro como con nfasis misionolgico, as: Candeleros, los dos testigo, la puerta abierta, los ancianos, los presbteros y el mismo Juan,13 los ciento cuarenta y cuatro mil.14 No detallamos el significado de los smbolos porque lgicamente son parte del desarrollo de nuestra monografa.

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Miller, Mission in the New Testament, An Evangelical Approach, Pg. 267 Ibid., Pg. 267 Ibid. Pg. 268 Ibd. Pg. 267 Poucouta, Paul. La Misin de la Iglesia en el Apocalipsis, Selecciones de Teologa, No. 26 Vol. III, Jul-Sep; 1994. Pg. 341-346. Este servidor, difiere de la aplicacin misionolgica del simbolismo de Acianos y Presbteros, por lo que no se tomarn en cuenta. Stam, Juan. Pg. 363.

II. Hacia una ortodoxia misionolgicaEsta parte de nuestro trabajo desarrolla cuestiones doctrinales acerca de la tarea misionolgica de la Iglesia. Ac se aplica el peso de la cosmovisin con el que se observa el libro, por esa razn colocamos esta parte despus de algunos axiomas que deben tomarse antes de interpretar el Apocalipsis. Este autor considera que se ha escrito bastante en cuanto a las bases doctrinales de la Misin, pero podemos decir que el mismo Apocalipsis pide ser expuesto de esta forma. Una misionologa fundamentalmente cristolgica- El papel de Cristo en el Apocalipsis es preponderante, tanto como lo describe Evis L. Carballosa cuando dice: El libro tiene que ver con la manifestacin del Cristo glorificado en contraste con su humilde presentacin al mundo en su primera venida.15 En base a que todo el libro tiene un tinte claramente cristolgico, no podemos obviar el papel que el mismo Seor Jesucristo tiene en la misionologa que Juan nos detalla doctrinalmente. Poucouta, autor antes citado, describe a Jesucristo, tomando la imagen interpretativa del Cordero (Cap. 5), como el Seor de la historia y como quin tiene la misin de regenerarla.16 En base a esta correcta percepcin del Cristo Rey, consideramos que la Iglesia, en el Apocalipsis, debe cumplir su tarea proftica (1:1,19; 2:5,10, 26; 3:3; 4:8,11; 5:12-13; 7:10; 14:1-5). La concepcin del Cristo-Rey debe convertirse en el motor que impulse el deseo de cumplir su tarea misionolgica, en base a su estado reinante (3:21; 5:7-13; 22:1), y en base a su posicin de Juez y Premiador de la Iglesia (2:7, 11, 17, 26-27; 3:5, 12, 21). Pero tambin Jesucristo se convierte en el asunto de la misin. l es el centro del mensaje misionolgico que la Iglesia debe testificar. Esto en base a la presencia de su muerte y resurreccin como muestra de la redencin (5:6, 12; 14:3s) y a su posicin reinante. ste ltimo elemento se muestra a tal punto que es de nuestro saber los trminos intercambiables que Juan utiliza tanto para mostrar al Padre como a Jesucristo (Trono, Rey, Juez, etc.). El asunto de la accin misionolgica de la Iglesia, es Cristo. Y esto segn Juan Stam nos da pautas para entender en el Apocalipsis su concepcin de evangelio.17 Una misionologa que aprovecha oportunidades: La puerta abierta- El simbolismo reflejado en la puerta abierta de la que Juan habla varias veces, nos lleva a pensar en la oportunidad que la Iglesia debe prever para actuar. Poucouta encuentra similitud con la imagen usada por Pablo (Hech. 14:27),18 adems en el contexto de la carta a Filadelfia la aparicin de inconversos (judos) puede ser una buena razn para interpretar el smbolo en esta alternativa. Juan, entonces, deja en claro que la Iglesia debe enfocarse en testificar al mundo, esperando la provisin divina de oportunidades. Para Juan, Dios nunca dejar, an en medio de persecucin y martirio, de prestar oportunidades que la Iglesia inteligentemente debe aprovechar para reivindicar sus errores y cumplir su misin. Una misionologa basada en la certeza de su consumacin- A diferencia de los rasgos misionales de otros libros cannicos, el Apocalipsis es el nico que muestra el esmero misionolgico de la Iglesia como consumado, John Stott lo llama no infructuoso.19 Debemos recordar la importancia contextual de este mensaje de consumacin. Para Juan los esfuerzos de la Iglesia no son en vano (Cap. 20-22), pero ello tambin debe alertar a aquellos otros que estn fluctuantes, a tomar en serio las promesas que se les han hecho (Cap. 2-3). Es un mensaje de aliento y peligro inminente, basado en la certeza de15 16 17

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Carballosa, Apocalipsis, Pg. 35 Poucouta, Pg. 341 Para Juan Stam el evangelio o la buena noticia que Apocalipsis muestra se debe basar en la persona misma de Cristo, implicando: 1). La buena noticia de su muerte y resurreccin: esto basado en la posicin y estado de Jess en el Libro. 2). La buena noticia del Reino de Dios: Basado en la participacin conjunta de Jess con el Padre. 3). La buena noticia de victoria: Segn la lucha entre el Dragn y el Cordero y la victoria definitiva de este ltimo. 4). La buena noticia de la nueva creacin: Segn las imgenes del Reino Milenial o Eterno. Se puede observar con mas detalle en: Stam, Juan. La Misin de la Iglesia en el Apocalipsis, Bases Bblicas de la Misin. Ed. Ren Padilla, Nueva Creacin (Grand Rapids Michigan), 1998, 474 pgs. Poucouta, Pg. 347 Stott John, El Cristiano Contemporneo. (Libros Desafo: Grand Rapids, Michigan) 2001, Pg. 321.

que el Plan Divino ser consumado, por lo menos encontramos tres cuadros20 que nos sealan tal doctrina: La gloria de la redencin final, En los captulos 4-5, se encuentra una imagen que sorprende en el argumento del libro. Luego de la regaada dada a las Iglesias, antes de mostrar los juicios, Juan ve la imagen de Adoracin a Dios ms esplendorosa hasta el momento. Este cuadro se basa en que solamente el Len-Cordero es capaz de controlar los virajes histricos de ser el Salvador global.21 El precio pagado, Taylor desarrolla este cuadro en base a 6:9-11, donde se muestran las almas de los mrtires que exigen el Reino. La vida de muchos es el costo que tambin asegura la consumacin de la misin de la Iglesia. La imagen de adoracin universal, Este es un argumento muy amplio, pero que da mucha certeza a la intencin misionolgica en el Apocalipsis. Todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas,22 es la frase utilizada por Juan, para ejemplificar el resultado final de la accin misionera de la Iglesia, como representante de Dios. A pesar de su imagen celestial y la presencia angelical, no podemos negar que ms bien se nota el realce que Juan quiere darle a la presencia de los seres humanos que adoran a Dios. Una misionologa basada en la decisin discipular: Los 144,00023- El simbolismo que encierran los 144,000 en el Cap. 14:1-5, muestra a la misma Iglesia con las caractersticas que debe llenar en cuanto a su decisin discipular. En el libro de Apocalipsis, en trminos de Jos A. Izco, se est jugando el destino del hombre y de la historia en una lucha frontal entre el bien y el mal,24 lo que conlleva que la Iglesia, como seguidora del Cordero (que representa el bien), debe marcar diferencia en cuanto al mal (Satn, poderes humanos). Este autor, considera, que la imagen de 14:1-5 se aplica perfectamente a esta exigencia misionolgica, que se enmarca muy bien bajo el epteto de discipulado radical. No puede existir una accin misionolgica sin una decisin discipular, por parte de la Iglesia, a practicar fidelidad al Seor de seores, an a costa de su propia vida.

III. El Testimonio: La ortoprxis misionolgicaBasado en una completa seguridad de la importancia del contexto, este autor, considera alejado el lente con el que dispensacionalmente se ha visto el libro de Apocalipsis. Juan, claramente deseaba transmitir implicaciones prcticas a sus primeros lectores y es a travs del simbolismo del candelero y los dos testigos, que tales implicaciones son transmitidas en el libro. Si se tiene que resumir el mtodo misionlogico que Juan transmite a sus contemporneos es: El Testimonio. En esta ltima parte procuro dar un indicio de tales implicaciones acerca del Testimonio Cristiano. El testimonio como manifestacin de la presencia de Dios: El Candelero 25- La Iglesia debe reflejar la luz de Dios sobre la tierra, ese probablemente fue el significado transmitido por Juan, al hablar de Candelero. En medio de un mundo oprimido por la maldad humana, para Juan el testimonio cristiano debe basarse por una concepcin de manifestadores de Dios. Se pelea con la Iglesia por su acoplamiento a los religiosos seductores, que procuraban alejarlos de la verdad cristiana (2:14-16, 20-25). El testimonio20

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Taylor, Guillermo D. La inminencia escatolgica y las misiones, Las Misiones Latinas para el Siglo XXI, (Documento de COMIBAN 97. Ed. UNILIT: Guatemala), 1997. Pgs. 52-53. Ibd. Pg. 52 5:9,11; 7:9; 11:9, 15; 14:6 Se desarrolla este punto basado en los argumentos de Juan Stam en: La Misin de la Iglesia en el Apocalipsis, Bases Bblicas de la Misin. Editor Ren Padilla. Nueva Creacin,(Buenos Aires, Argentina), 1998. Pg. 363. En donde encuentra cinco caractersticas: a) son vrgenes que no se han contaminado con mujeres (14:4), b) siguen al cordero dondequiera que vaya, c) fueron redimidos como primicias para Dios y el Cordero, d) no hay mentira en su boca y e) estn sin mancha delante del trono de Dios. Izco, Jos A. Fundamentos y rasgos bblicos de la misin cristiana. La Misionologa, Hoy. (Ed. Verbo Divino: Navarra, Espaa) 1987. Pg. 110. Poucouta, Pg. 346

llega hasta la misma reprensin contra las autoridades imperiales, esto visto de acuerdo al uso dado por Juan del trmino paciencia. Una resistencia que no solo debe evadir las presiones del sistema humano, sino que no debe esconderse ante la responsabilidad de manifestar la presencia de Dios. Una presencia que significativamente muestra la esperanza creyente del Reino Eterno (Cap. 20-22). El testimonio como cumplimiento de la tarea proftica: Los dos testigos26- El hilo simblico que nos hace pensar en que la Iglesia est ejemplificada en esta imagen se encuentra en 11:4. Apocalipsis desarrolla la tarea proftica del mismo Juan, tarea en medio de conflictos poltico-sociales, que afectan a la Iglesia, por lo que tambin la Iglesia como representante de Dios debe cumplir con esa responsabilidad proftica. Juan lo plasma en el ejemplo de los dos testigos del captulo 11. bsicamente el centro de tal testimonio es su implicacin proftica. La intencin no es solamente hablar, sino la certeza de la presencia divina y la autorizacin dada por el mismo Seor para ello (4:5-6). Es un sentimiento de denuncia hacia el mismo Imperio, por lo que, no cabe la participacin en las instituciones sociales y polticas.27 Pero ello no implica un cierto desentendimiento porque han sido enviados con un propsito especfico (4:3). Su retirada del mundo del mal tiene como fin ofrecer un testimonio proftico en beneficio del mismo mundo.28 La implicacin proftica, entonces, no tiene que ver con manifestaciones espirituales, sino ms bien con intereses divinos practicados en medio del hambre, desnutricin, desempleo, opresin, persecucin y an ante la misma muerte. La ortoprxis misionolgica en el Apocalipsis seala al Testimonio cristiano. Un testimonio que tiene como fin manifestar a Dios, y que, en medio de un mundo lleno de maldad y con la menor intencin de acercarse a Dios, debe tomar una actitud de denuncia pblica y de discipulado radical. Por ello el Apocalipsis invita al testigo a que se agarre tenazmente a una visin esperanzada de este mundo en paz y hermoso, sin dolor ni injusticia. No estamos hablando de tareas propiamente transculturales, estamos hablando del mismo fundamento misionolgico para la Iglesia.

ConclusinCreo que el Apocalipsis, s es un libro misionolgico, solo que en trminos bastante diferentes a los ya conocidos en otros libros cannicos. El libro nos llama a una reevaluacin de nuestra doctrina misionolgica, invitndonos a verlo como una fuente inagotable de tal requisito. Adems de ello nos invita a considerar nuestra actividad proftica, actividad que no se limita a unos cuantos llamados, sino ms bien a toda la Iglesia, como representante de Dios en este mundo que ser renovado. En medio de los intereses de un mundo que exige creatividad y novedad, para que las ideas sean competitivas y aceptadas, recordemos que es el Testimonio el fundamento de cualquier accin misionolgica, y hasta que la Iglesia Local no desempee su papel testimonial, el eslabn principal faltar en cuanto compete a la evangelizacin mundial. Mientras tanto repitamos constantemente esta oracin: Que tu Iglesia, Seor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando29

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Stam, Pg. 368 Izco, Jos A. , Pg. 110. Ibd., Pg. 110 Ramos Guerreira, Julio A. Teologa Pastoral. (BAC: Madrid, Espaa), 2001, Pg. 251. citando una plegaria eucarstica.