Una verdad inesperada

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UNA VERDAD INESPERADA Relato de misterio y acción Por: Nazaret Mouta García

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Relato de Nazaret Mouta, alumna de 1º ESO del IES A Basella. A veces no conocemos bien a nuestros amigos.

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UNA VERDAD INESPERADA

Relato de misterio y acciónPor: Nazaret Mouta García

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En una ciudad Irlandesa, vivía una joven llamada Paula.

En el instituto de Paula se había organizado una excursión a París. Charlote, la amiga de Paula, le había preguntado si ella iba a ir. Ella le respondió que sí, que siendo a París, no habría duda de que

iría.

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Ya había llegado el día del gran viaje a París. En el avión, Charlote le preguntó a Paula:-Una vez allí, nos dejarán ir por nuestra cuenta, pero ¿a dónde iremos?-No te preocupes, yo he hecho un plannig de a dónde iremos: Lunes: Llegada a París. Visita a la Torre Eiffel. Cena en el restaurante “Le Grand Chef Risto”. Martes: Visita al Louvre. Comida en “Chez Chartier”. Regreso al hotel. Miércoles: Visita a Nôtre Dame. Paseo por París. Jueves: Compras y visitas por París y sus alrededores. Viernes: Visita a una galería de arte moderno. Regreso a Irlanda.El lunes lo habían pasado muy bien disfrutando de las vistas, las comidas y las tradiciones típicas de allí.Pero una vez llegado el martes… ¡TODO FUE UN CAOS!

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Cuando habían llegado al Louvre, los estudiantes del instituto habían ido corriendo por todos los pasillos buscando “La Gioconda o Mona Lisa”, de

Leonardo da Vinci.Ya eran sobre las siete y el museo iba a cerrar. De pronto, cuando Paula

estaba saliendo por la puerta: PI PI PI PI PI PI.¡¡¡ERA LA ALARMA DE ROBOS!!!

Paula, alarmada por ese sonido, se quedó quieta y ni se inmutó.Le dijeron, claro, en francés, pero como no se entiende he decidido

traducirlo:-Perdón, señorita, me parece que usted es una ladrona.

-Pero, si yo…, no…, he…, hecho… nada.-A mí me parece que vas a tener que abrir esa mochilita.

Paula la abrió y el guardia de seguridad pudo observar un cuadro enrollado.-Con que no había hecho nada, ¿eh?

-Pero…, no…, he…, sido…, ¡yo!El guardia decidió llevarse a Paula a la comisaría.

-¡PAULA! ¿¡Cómo has podido robar un cuadro!?- le preguntó el profesor.-Pero ya les he dicho a todos que yo no he hecho ¡¡¡NADA!!!

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La policía dijo que Paula esta noche y la siguiente las pasaría en la celda.

Esa misma noche, la primera, y la última, Charlote se escapó del hotel y fue a tratar de salvar a su amiga.

Charlote, sigilosamente, se coló en la cárcel y, como vio al policía dormido, le robó las llaves para poder abrir la celda.

Charlote pensó:-Así, por lo menos, si nos acusan de un robo, ¡QUE SEA DE UNO QUE HEMOS COMETIDO, COMO EL DE ESTAS LLAVES!Charlote logró ayudar a Paula. Las dos consiguieron salir de

aquella cochambrosa cárcel.Como a las dos amigas les pareció un tanto extraño todo esto del robo, se pararon a pensar y reflexionar sobre quién podría

haberle metido ese cuadro en la mochila. AUNQUE FUERA ALGUIEN QUE NO CONOCIERAN, LO ENCONTRARÍAN.

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Ya en el hotel, Paula pensó:-Yo creo que tuvo que haber sido alguien que

vino con nosotras, si no, sería algo sin lógica. El problema es, ¿quién sería…?

Pensaron en colarse en la habitación del profesor que las acompañaba, y de todos sus compañeros.

Decidieron empezar por las habitaciones de los compañeros más peculiares…

El caso es, que no encontraron nada, pero, pensaron que les quedaba aún una habitación, la

del profesor…

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Como era la última habitación, y no habían encontrado nada, rebuscaron hasta en el más mínimo escondrijo. Y dieron con un

pedazo de aquel cuadro, que estaba muy escondido. Ya que habían dicho que era Paula una ladrona, por lo menos se habían fijado en el

cuadro.Al fin ya se habían dado cuenta de que realmente ese profesor les

tenía demasiada manía. Pensaron el por qué de eso, y dieron con la solución.

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Hace tres años, la madre de Paula había estado saliendo con este profesor. Estaban enamoradísimos, pero un día Paula, al no estar contenta de tener a su profesor de padre, le tendió una trampa. Engañó a su madre con mentiras de que él había estado con

otras mujeres, que había robado dinero…El profesor se había enterado de que era Paula la

que había roto aquel maravilloso amor con su madre.

ATRÁS

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Cuando Paula iba a declarar toda la verdad a comisaría, Charlote la detuvo y apareció el profesor. Charlote y Paula habían sido amigas desde los tres años, pero había cosas

que Paula aún no sabía. Que Charlote era la hija del profesor, que ella cuando era pequeña casi la mata de un balonazo, aunque no adrede. Entonces Charlote le dijo:

-Mira tú lo que según tú son las amigas, personas que te arruinan la vida, y la de tus seres queridos, y que casi te llegaron a matar. Eso son las amigas, según

tú…, ¿eh?A Paula le extrañó la forma de hablar que tuvo durante el viaje Charlote, y ahora

diciéndole todo esto al fin se dio cuenta de por qué era.

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Paula desapareció durante ese viaje.

Al pasar dos años, la madre de Paula siguió buscándola, pero nunca la encontraría. Charlote y su padre la habían raptado, le habían

cambiado el aspecto físico, le habían cambiado el nombre y la identidad y le habían borrado la memoria. La memoria se la borraron

gracias a un familiar médico, que le había dado unas pastillas que servían para perder la memoria.

Al cabo de unos años, Paula ya tenía 20 y se cruzó con su madre por la calle y su madre pudo reconocerla, pero Paula a ella no. La madre la cogió, haciendo parecer todo como si ella se perdiera y necesitara la

ayuda de alguien.El profesor las vio y decidió matarlas. Mientras, la madre le estaba

contando todo a Paula, aunque ella la tomaba por loca.

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¡¡¡PUM, PUM!!!El profesor las mató a las dos, y no se volvió a

saber nada más sobre ellas, ni él y su hija.

FIN

El profesor dijo:-Lo que le estés diciendo a tu hija, que sean tus últimas palabras.La madre pensó que por lo menos su hija sabría toda la verdad.