Unidas por la sangre
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UNIDAS POR LA SANGRE
8 MARZO 2011
UNIDAS POR LA SANGRE
VARIOS AUTORES
Coordinadora: María Rosa Rodríguez
Imagen de la portada: DamasArt
Diseño y maquetación: Nat Gaete
Todos los derechos reservados
2011
UNIDAS POR LA SANGRE
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PRÓLOGO
Somos “UNIDAS POR LA SANGRE” un grupo de Facebook,
conformados por escritoras y artistas visuales de distintas nacio-
nalidades, que nos unimos con un solo objetivo: realizar un libro
virtual que tratara el tema del femicidio y la discriminación de
género en los distintos ámbitos de la sociedad. Es así que crea-
mos textos, donde el hablante lírico va contando sus penurias
dentro de la relación de pareja y otros, donde tratan
“desapariciones ” de luchadoras sociales en las distintas dicta-
duras que asolaron a Latinoamérica, como es el caso de
“MARIPOSAS” ,que nombra a las hermanas Mirabal en la dicta-
dura de Rafael Leónidas Trujillo y “A GABRIELA ARREDONDO
ANDRADE” y “LULA”, en la dictadura de Augusto Pino-
chet Ugarte.
Aunque inicialmente la idea era que fuésemos sólo
mujeres en este proyecto, se fue dando natural y es-
pontáneamente la incorporación valiosa de dos her-
manos en el pensamiento, sentimiento y letras: Teo Re-
vil la y Jordi Matamoros Sánchez .
En la imagen digital se conformó un equipo de lujo,
integrado por las destacadas artistas visuales Andrea
Arco Blanco, DamasArt, AnnaLabrysmoom.
Todo esto para conmemorar, porque nuestras hermanas,
amigas y compañeras caídas en la lucha y bajo la violencia de
un hombre, lo merecen, pues han dado su sangre por ello… el
martes 8 de marzo: El Día Internacional de la Mujer Trabajadora o
también Día Internacional de la Mujer
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Grupo Unidas por la sangre
Administradoras
María Rosa Rodríguez Araya
Mónica Flores Farías
Autores participantes:
Alejandrina Arias
Alina Galliano
Ana María Sancho Biesa
Claudia Loayza
Graciela Barbas Contratt i
Karyn Huberman Rodríguez
Laura Zyanya Bastida
Libertad Manque
Magda Lluna
María Rosa Rodríguez Araya
Marianela Méndez
Mónica Flores Farías
Mónica Mucci
Natalia Gaete
Nelly Lemus Vi l la
Norma Aristeguy.
Sandra Gutiérrez Álvez
Vanessa Crist ina Díaz Marín
Ximena Gautier Greve
Artistas visuales participantes:
DamasArt
Andrea Arco Blanco
Anna Labrysmoom
Invitados especiales:
Jordi Matamoros Sánchez
Teo Revil la Bravo
4
AGRADECIMIENTOS
Quiero dejar explícito mis reconocimientos de gratitud a ca-
da uno de los integrantes del grupo “UNIDAS POR LA SANGRE”,
quienes reaccionaron con su solidaria creatividad ante la impo-
tencia de saber que había muerto otra dirigente social en Méxi-
co: Susana Chávez. Poetisa, activista social y autora de la expre-
sión “Ni una muerta más” y que, entregaron magnánimamente
todo su arte, inspirándose en un tema tan doloroso y que nos lle-
ga, como una paliza al alma: el femicidio y la violencia de
género.
A Nat Gaete que, generosamente, ofreció su tiempo y ex-
perticia para diseñar el e-book.
A mi nuera Johana López Hurtado, quien con una paciencia
de santa, me ayudó a compilar todos los materiales, ordenarlos y
darles un mismo formato para enviárselo a Nat.
A Elsy Alpire Vaca, Alicia Aída Sol y Sandra Taragán , inte-
grantes del grupo, que incentivaban con sus comentarios y
aportes de artículos y videos de la web.
A las distintas páginas y grupos de mujeres que están lu-
chando por una sociedad más equitativa y respetuosa de la vi-
da; especialmente a http://alainet.org donde está el artículo
que se anexa más adelante “Violencia y muerte para mujeres
que luchan por la vida” de Carmen Cariño Trujillo, hermana de
Bety Cariño.
María Rosa Rodríguez Araya
Administradora del grupo
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Antecedentes históricos
Violencia y muerte para mujeres que luchan por la vida
Carmen Cariño Trujillo
Mujeres que suspiran, mujeres que cantan
Que transitan entre cactus y mezquites
Danzan con matachines y toros de 11
Evocan el cuarto viernes y
El 23 de julio.
¡Libertad, Libertad… Libertad… ¡
Ah mujeres que caminan los miércoles
Entre puestos que no venderán
Mujeres que amamantan
Ávidas, ávidas
De ver sus renuevos que algún día…
Algún día no se irán.
Bety Cariño (1973-2010)
Dime, con qué pasión se ensordeció
Dándole corporeidad a lo que me hace renegar de la muerte,
Pero, pobre la muerte.
Cuando escucha de ti solloza en un temblor,
Porque has dejado preñada a la eternidad de tu existencia.
Susana Chávez (1974-2011)
El 27 de abril de 2010, hace nueve meses, una Caravana huma-
nitaria conformada por periodistas, profesor@s de la Sección XXII
de la CNTE y defensor@s de Derechos Humanos, salían rumbo a
la región triqui del Estado de Oaxaca, con la finalidad
de recoger los testimonios sobre la situación, que desde meses
atrás, las autoridades del Municipio Autónomo de San Juan Co-
pala (MASJC) denunciaban sobre el cerco paramilitar que la Uni-
dad para el Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort) y el Mo-
vimiento de Unificación y Lucha Triqui- Partido Unidad Popular
(MULT-PUP) tendían a mujeres y hombres, niñ@s, joven@s, an-
cian@s integrantes del MASJC. A escasos kilómetros para llegar a
su destino, en la comunidad La Sabana, la Caravana fue embos-
cada, en medio de una lluvia de balas de alto calibre, algunos
de los integrantes del convoy humanitario lograron escapar,
otros permanecieron heridos y escondidos en el monte por más
de 72 horas, lamentablemente dos jóvenes defensores de Dere-6
chos Humanos Jyri Antero Jaakola y Bety Cariño Trujillo perdieron
la vida. Esta noticia no sólo desgarró los corazones de sus fami-
lias, amigos y compañeros de lucha, marcó también un terrible
precedente en la historia de nuestro país, al ser emboscada una
Caravana pacífica que proporcionaría ayuda humanitaria a las
aproximadamente 700 personas que desde hacía cinco meses
se encontraban bajo el acecho de las balas, sin alimentos, asis-
tencia médica, educación, libre tránsito, seguridad.
Ocho meses después, el 16 de diciembre de 2010, Marisela Esco-
bedo Ortíz, madre de una joven ultimada por su pareja, fue ase-
sinada frente al palacio de gobierno de Chihuahua, cuando co-
locaba una manta exigiendo justicia en el homicidio de su hija
Rubí Marisol Frayre. Marisela luchó incansablemente por que el
asesino confeso fuera castigado.
Al comenzar el 2011, el asesinato en contra de otra defensora de
Derechos Humanos cimbró nuestros corazones: Susana Chávez,
incansable luchadora en contra de los feminicidios en Ciudad
Juárez, es ultimada. “Ni una muerta más” fue la consigna que
gritó por calles y plazas.
En este país desde hace muchos años, pero sobre todo durante
el gobierno de Felipe Calderón, las mujeres y en específico las
activistas, defensoras de Derechos Humanos, locutoras, periodis-
tas, estudiantes, trabajadoras del campo y la ciudad, mujeres
que levantan la voz y exigen respeto a los Derechos Humanos, a
expresarse, a la justicia; son señaladas, amenazadas, víctimas
de desplazamientos forzados, de violencia sexual, torturas, des-
apariciones, asesinatos.
En el México de hoy, defender la vida es una tarea que pone en
grave riesgo la vida misma e integridad de esas mujeres aguerri-
das, que con el corazón en la mano luchan por construir un mun-
do con justicia y dignidad.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, ha registra-
do que en los últimos tres años se han cometido dos mil 50 asesi-
natos de mujeres y niñas, en 18 estados del país. Lamentable-
mente Los asesinatos de Bety, Marisela, Susana y muchas otras
mujeres en este país, se dan en un contexto de inseguridad y
violencia generalizadas, pero sobre todo de impunidad, lo que
significa que el Estado es corresponsable de la violencia que
quebranta la vida de las mujeres, en tanto que no cumple con su
obligación de proteger los derechos de l@s ciudadan@s, y el de
investigar y castigar los crímenes. Esta impunidad, generalizada
en el sistema judicial mexicano, es alarmante, pues se dejan im- 7
impunes graves violaciones a los derechos humanos.
Hablar de impunidad en el caso de las activistas asesinadas, no
significa señalar al Estado mexicano sólo por omisión, porque no
hace nada por acabar con esta situación y castigar a los culpa-
bles, sino de una acción directa por parte del mismo Estado ya
que obstaculiza la justicia, discrimina los casos de las mujeres
defensoras, negando su trabajo y desechando de antemano que
su asesinato se deba a su trabajo humanitario. Peor aún su ac-
ción va más allá, al no realizar las averiguaciones correspon-
dientes, a desechar o desaparecer pruebas o al manipular los
datos.
La situación de violencia e impunidad que se vive hoy en nuestro
país, posiblemente no tenga precedentes, por lo que nos toca
impulsar, soñar y construir con muchas más fuerzas la esperanza
por un México donde ser mujer, ser joven y defender la vida no
sea nunca más motivo de muerte. Que estas mujeres sigan sien-
do semillas de vida, que multipliquen la esperanza.
¡Ni una más!
¡En la medida que ellos sigan apostando por la muerte, nosotras
seguiremos apostando por la vida!
http://alainet.org
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UNIDAS POR LA SANGRE
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“Soy mujer.
Y un entrañable calor me abriga
cuando el mundo me golpea.
Es el calor de las otras mujeres,
de aquellas que no conocí,
pero que forjaron un suelo común,
de aquellas que amé aunque no
me amaron,
de aquellas (vosotras las modernas) que hicieron ( hacéis) de la
vida
este rincón sensible, luchador,
de piel suave y tierno corazón guerrero”
(Alejandra Pizarnik)
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Alejandrina Arias
De nacionalidad mexicana. tiene publicaciones virtuales en dis-
tintas redes literarias. Ha recibido el reconocimiento internacio-
nal “VATE DEL AMOR 2011” con su poema “La caricia de la re-
conciliación” en la ocasión de conmemorar el día de San Va-
lentín por el Portal Literario Unión Hispanoamericana de Escritores
-UHE de la República Bolivariana de Venezuela, febrero del 2011.
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CRÓNICA DE UN ABUSO SEXUAL
(Este relato me lo contó alguien muy allegado a mí, es tanta la
emoción que me causó, que no pude concentrarme en estructu-
rarlo)
A veces quisiera enterrar todo en el pasado...
A veces quisiera desaparecer ya:
¡Me dijo que soy una prostituta!
Pero yo nunca he vendido mi cuerpo
No lo soy, aunque me lo diga siempre
Aunque lleno de dolor y rabia me quiera humillar
Pero ¿qué le he hecho?
¿Por qué me grita de esa manera?
¿Será porque abusaron de mí cuando niña?
Pero ¿Por qué se exalta tanto?
Si yo no lo busqué... yo no lo quise.
¡Era un ser inocente!
Ni siquiera sabía lo que era el sexo
Mi teclado está empañado de tantas lágrimas derramadas
Él me dice que soy una…… mujer de lo peor…
Pero ¿por qué?
Si sólo tenía 7 años, cuando en diferentes ocasiones abuso de mí,
Tocó mi cuerpo y me obligó a tocarlo
¡SÒLO TENÌA 7 AÑOS!
Yo no lo busqué, ni siquiera sabía de lo que se trataba
Solo sé que me obligó a hacer actos descomunales y asquerosos
Mis lágrimas tienen ya manchas de sangre;
Crecí sin una guía que me dijera qué hacer
Crecí sin un amparo de mi dolorido corazón
Sola y sin ningún apoyo…
Por fin llegué a la edad de 17 años
Mi padre se dio cuenta de todo
Y en lugar de apoyarme al negarme a enfrentarlo
Me gritó:
¡ERES UNA PROSTITUTA! ERES UNA…. DE LO PEOR….
He tardado años en recuperarme….
Ya van más de 10, desde aquella fecha
Y aún hoy…. Lo recuerdo y:
No puedo dejar de llorar
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TÚ YA NO EXISTES
Tú ya no existes
¡No en mi vida¡
Fuiste ventana
Amor sin corpiño
Te alejaste,
Y me quedé
Sin nada…
Mas hoy es ahora
Recuperé
El oro perdido
¿Volverás?
Eso pretenderás
Tal vez mañana
Arcoíris sin cadenas
Gavilán vivirás
En la f lor del olvido
Hoy y siempre
Las cosas así serán
Tú y yo
Lugar y t iempo
Metáforas y lágrimas
Olvido y recuerdo
Amor y desamor
¿Quién ganara?
¡En tu juego ya no caeré!
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¿REALMENTE HABLÉ?
Parece que no supe hablar
La paloma salió gavilán
Y el cuerpo cayó en pedazos
Así no tiene caso
A la lingüística se le fue la voz
Tú ves la “Z” yo veo la “A”
Y ante dos corazones despedazados
La palabra rosa salió violeta
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Alina Galliano
Escritora y poeta radicada en New York, NY, Estados
Unidos. Posee un Bachelor Degree en Sicología (Mercy
College, Dobbs Ferry, New York, 1979) y una Maestría
en Trabajo Social (Fordham University, New York, 1981).
Libros de poemas publicados:
“Entre el párpado y la mejil la”, Bogotá 1980.
“Hasta el presente (poesía casi completa)”, Editorial
Betanía, Madrid, 1989
“La geometría de lo incandescente (en f i ja residen-
cia)”, Universidad de Miami, Florida, 1992
“En el vientre del trópico”, Serena Bay Books, New York
1994
“Otro fuego a l iturgia”, Editorial Betanía, Madrid, 2007
Premios:
Primera Bienal de Barcelona (Primer f inalista), 1979
Premio Federico García Lorca del Queens College y el
Consulado de España en Nueva York, 1984.
Premio “Letras de Oro” por su l ibro “La geometría de lo
incandescente (en f i ja residencia), 1990-1991.
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AQUÍ SE VIVE...
VI
Aquí se vive con un ojo alerta,
el otro sombra de tiburón
bordea el silencio,
la claridad total donde
no existe la clemencia;
el espacio donde
lo cotidiano inesperadamente
podría convertirse
en la antesala de la angustia,
transformando los rostros
en una mueca de traición,
definiendo la inevitable
dimensión del pánico,
haciendo de un simple gesto
una acción clandestina,
un instante de furia
donde se puede a dentelladas
desmembrar el juego incandescente y macabro
de la más seductora latitud del Caribe.
Cómo se puede entonces
atravesar la circunstancia,
dormir serenamente el cansancio, sin recordar,
la indolente sodomía del color
invitando tus sentidos,
doblando tus rodillas
en un acto de posesión;
reinventando sin tregua
la palabra inconfesada,
llenando de sabores
el laberinto del paladar, 20
hasta tocar de nuevo
el envés de los pétalos.
Del libro En el vientre del trópico
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NO PUEDO HABLAR DE...
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No puedo hablar de guerras
las he vivido a tope,
tampoco puedo hablar de genocidio
los he vivido en grande,
no puedo hablar de muertes o de hambres
me he muerto muchas veces
y otras más he mascado el vacío
de mi estómago a contra dientes
y sin saber que hacerme con las ganas.
No quiero caminar el mismo espacio
ni repetirme por piedad o culpa
pues no entiendo la culpa
y la piedad sólo produce máscaras.
Sé que el planeta siempre se recicla
por encima del hombre, de los árboles
por encima de todo lo creado
y lo de creación que aún le queda.
Más allá de cualquiera profecía
la vida siempre me convoca en firme
para quererme y querer a otros
sin diplomacia y con cerebro libre
de explicaciones y mareos.
No me interesa reafirmar
el mismo patrón de lo que me enseñaron
porque a mis padres le dieron a comer
la misma historia de asesinos y víctimas.
Prefiero hablar del viento y de las aguas
del amor, del deseo de probabilidades
y de estructuras que me queden por ver,
por ser vividas.
Del libro Los días que ahora tengo 22
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Andrea Arco Blanco
Pintora española, desta-
cada participante de co-
munidades de internet.
Su obra destaca por su co-
lorido y fuerza de trazo.
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Andrea Arco Blanco
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Ana María Sancho Biesa
Escritora, artista visual y comunicadora social catalana. Ha cola-
borado a la difusión de internet como instrumento de difusión
artística y cultural mediante innumerables sitios que ha creado y
su permanente acción creativa.
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FANTASMAS EN LA OSCURIDAD
Son de carne y hueso.
No son diferentes al vecino de enfrente.
Ahogan sus lamentos, arrancando gritos.
...Desamparadas víctimas se sienten.
Ojos opacos que no reclaman miradas hermanas.
Tristes sus miradas.
Abusadores de almas inocentes.
Castradores de vidas presentes.
Se arrastran entre la gente.
No pactes ni olvides.
Revive para liberar tu alma.
Controla los pasos que pisoteando se cruzan.
Arranca con rabia si así lo sientes.
No seas complaciente.
Es posible que ultrajadas seamos todas hermanas.
An
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Claudia Loayza
De profesión ganarse la vida como venga, chilena con sospecha
de otras tierras, arropada en Suecia desde hace muchas estacio-
nes, palabrera de ratos libres, alegre, transgresora y provocado-
ra. Con anhelos profundos y la certeza de nunca dejar de escribir
lo que me dicta la vida.
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PENSÉ…
Pensé que jamás te entregaría mis labios
para que los amordazaras
los despoblaras
de la dulce tarea de besar
menos imaginé mis manos
en otra ternura que no fuera
la caricia cotidiana
que ahora sin huellas
no sabe a quién tocar
ah y mis ojos acostumbrados
a explorar el silencio
de tu cuerpo
son sólo dos sombras
amoratadas y desiertas
sin embargo mi pecho
aunque desangrado
aunque mutilado
sigue palpitando
esta mañana
la primera brisa
de mi libertad.
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REGRESA
Dos órbitas huecas
girando a ninguna parte
denso mundo de niebla
que penetra, que invade
que flota en el vacío.
Y ¿a dónde el futuro
si los pies no avanzan?
Ni siquiera el dolor.
El tiempo espera,
lentamente el sol espanta al grito
gestos con rostros te levantan.
De tu mirada muerta
nace una lágrima
te la bebes
y avanzas.
Cla
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RECUÉRDAME…
Recuérdame en el daño
recuérdame en la espina
recuérdame en el grito,
no lo olvides amor
anótalo en tu agenda.
Desde hoy te desheredo,
te destierro
ya eres isla
náufrago
olvido.
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VUELO
El tiempo recupera sus horas
con la aurora
las noches cenicientas y muertas
se mudan a un silencio.
Levantando el frágil sustento
de tus manos rotas
tocas la boca justo donde
el dolor nunca golpeó.
La palabra siempre solidaria
te recuerda la libertad
de volver a decir sin miedo.
Un sueño vuela a tu orilla,
en el no cabe el maltrato.
Disfrazado de mentira,
se desterró a otra herida.
Te preguntas si sigues viva
una mano pequeñita
acaricia tus errores,
se abrazan
caminan.
Cla
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D
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DamasArt
Artista visual española.
Ha hecho de la interven-
ción digital su instrumento
creativo, logrando con ella
trabajos destacados.
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DamasArt
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Graciela Barbas Contratti
Casada. Nació el 13 de septiembre de 1956. Realiza micro rela-
tos. Pertenece a diferentes grupos artísticos. Es partícipe de talle-
res literarios virtuales.
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INFIERNO
Mi propio infierno, igual que el que describían nuestras abuelas
las que lo habían padecido.
Eso es lo que vivía, junto a mi marido; él sólo tomaba hasta que
quedaba desmayado, el infierno para mí comenzaba cuando se
despertaba, ahí me insultaba, pegaba con lo que tenía en la
mano.
Hasta que un día el mayor de mis hijos, le dio un tiro en el medio
de la frente.
Ahora vivo el infierno de tener un hijo en la cárcel por culpa de
un desgraciado, el cual yo equivocadamente elegí como mari-
do.
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EL AVISO
En una ciudad, en todos los negocios se terminaba todo tipo de
líquidos inflamables; lo curioso era que los compradores eran
hombres. Cuando murió la primera mujer víctima de quemadu-
ras, las mujeres del pueblo agotaron el stock de matafuegos de
l o s c o m e r c i o s e n d o n d e l o s v e n d í a n .
Por supuesto este relato es irónico y quise hacer una reflexión de
lo que está pasando con esta nueva modalidad del sexo mascu-
lino hacia nosotras para hacernos daño.
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¡CÓMO DUELE EL AMOR!
Hay amor, ¡cómo dueles!
mi corazón estaba dormido.
Tú lo despertaste.
¿Para qué lo hiciste
si después lo lastimarías tanto?
Sueño despierta, recordándote.
Qué terrible es aceptar que te has ido.
Me dejaste con la angustia del que amó
y no fue correspondido.
Tan grande fue el desengaño,
por tus mentiras,
que mi corazón volvió a dormirse para siempre.
Gra
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arb
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ROMPER LAS CADENAS
Estaba ciega y sumisa por tu amor,
todo te lo daba y nada recibía
sólo maltrato y desamor, humillantes palabras.
Yo siempre callada y asintiendo todo lo que
hasta que un día. Rebelándose mi cuerpo y mi mente
decidí romper las cadenas, que yo misma había puesto
entre vos y yo
y me sentí libre de ataduras hechas por ti,
descubriendo así mi capacidad de vivir una vida digna,
que todas las mujeres merecemos vivir…
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Jordi Matamoros Sánchez
Jordi Matamoros Sánchez, nacido en 1967 en Barcelo-
na (España), donde actualmente reside, este autodi-
dacta y l ibrepensador está casado y t iene tres hijas.
Empezó a escribir copiosamente en blogs y páginas
online en las que participa, hasta que consiguió com-
poner en un recopilatorio, la mayor parte de sus textos,
sentencias y microrrelatos, l lamados por él como
"delir ios". Su l ibro "El Gran Cult ivador” será pronto pu-
blicado. Jo
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De pequeño crees en el Hombre Lobo, en Drácula, en la Mo-
mia…, en definitiva, en monstruos. Tus educadores te convencen
de que los monstruos no existen y cuando creces te das cuenta
de que es falso, de que en realidad los monstruos existen sólo
que no son tan “llamativos” . En ocasiones sólo los puedes detec-
tar por la cantidad de veces...que sus mujeres acuden al médico
con lesiones.
QUIZÁS MAÑANA
Era de noche. La carretera secundaria estaba mal iluminada,
quizás fue por eso o quizás por la excesiva velocidad de aquel
auto, pero lo cierto es que el conductor no llegó a ver el camino
de tierra que se adentraba en el bosque....El camino estaba me-
dio sepultado por la vegetación y únicamente era transitable a
pie. No tendría más de 200 metros e iba a parar a una solitaria
casa de madera. A primera vista parecía abandonada, solo la
débil luz de una vela a través de una ventana indicaba que allí
vivía alguien. Tres años antes, cuando la compró aquel matrimo-
nio huyendo de la ciudad para iniciar una nueva vida, el aspec-
to era muy diferente, pero las cosas, a veces, no son como las
esperamos y ella no se adaptó bien al lugar: - Juan, no sé si me
adaptaré, dijiste cuando la compramos, y lo dijiste cada día du-
rante todo el primer año. Juan, volvamos a la ciudad; Juan, aquí
no puedo vivir; Juan, me ahogo aquí sola; Juan, necesito ver
gente; Juan, me deprimo…. así todo el puñetero año. Parece
mentira como han cambiado las cosas. El primer año me insi-
nuaste varias veces la posibilidad de dejarme , supongo que
después de aquella discusión tan fuerte te calmaste, pero me
desilusionaste tanto qué, desde entonces, cada día me digo lo
mismo : “ quizás mañana te deje abandonada”. Tú ya ni me mi-
ras, ni me hablas… Eso me entristece porque, en el fondo, aún te
quiero. “Quizás mañana te deje”, pero no sé si soportaría no ver-
te más, no sé si soportaría no volver a oler tu presencia, quizás
mañana te deje…Diciendo esto, Juan, como cada noche desde
hacía 2 años, volvió a cerrar el baúl donde había metido el
cadáver de su mujer, después de degollarla.
Jo
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Anna María Sancho Biesa
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Anna María Sancho Biesa
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Karin Huberman
Chile, 1960.
Escritora, pintora y fotógrafa autodidacta. Actualmente reside en
Barcelona, España.
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RAMO DE FLORES
Abrieron la puerta. Ya en el pasillo que llevaba a la cocina, se
podían ver flores de hermosos c olores tiradas por el suelo, crista-
les rotos y agua que se confundía con la sangre de un cuerpo de
mujer que yacía muerta en el frío piso cerámico. En su mano de-
recha, oprimía arrugada, una boleta que indicaba que aquel día
había comprado un ramo de flores.
Él no le creyó...
Ka
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PAISAJE INTERIOR
Quería que comprendieras que mi amor era solo tuyo, pero tu
inseguridad, tus celos, no te dejaban vivir ni a mí. Tus constantes
llamadas no eran para saludarme y ver como había ido mi día,
eran para saber si estaba donde debía estar a esa hora. Nuestra
relación se ahogó en tu obsesión y ese amor tan grande que te
tenía se desvaneció en el tiempo y comprendí que nada te haría
cambiar, que solamente yo podía hacerlo distanciándome de ti.
Viajé entonces a mi paisaje interior, a ese que jamás tocaste, a
ese al que no podías ya llegar. Me interné en él y dejé que las
olas me hablaran de libertad, que la suavidad de la arena me
acariciara junto a la brisa que liberó mis sueños.
Ahí me quedé sola conmigo misma, lloré tu incomprensión, no
puedo negarlo, pero me rehíce de la nada que dejaste de mi.
Me volví viento, brisa y olas que en bello juego con la arena di-
bujaron mi nuevo cuerpo, mis nuevos pensamientos. Creció el
amor por mi misma...volví a nacer lejos de ti.
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Laura Zyanya Bastida
Ejecutiva de ventas mexicana, residente en Acapulco, México,
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NO ME HIERAS…
-¿Desconoces acaso el dolor que tu actitud me causa?
-¿No miras las huellas que surgen donde ya no son caricias sino
garras?
He perdido la fe, voy a oscuras, mí doblegada alma se asoma a
la locura,
El dolor se traspira por los poros y el miedo anida donde el amor
tuvo un templo.
Dime,-¿Por qué tu descontento?-¿de dónde surge el ser violento?
Cada huella en mi piel, graba una más profunda y dolorosa en
mi alma,
Y esta, la que te amo, a la que amabas, hoy es despojo silencio-
so de la que era.
Ya no brilla la luz en mi mirada, el rubor en mis mejillas es historia
inexistente,
Hoy la cubren los golpes de tu puño, lo he recibido sin conocer la
causa.
¿Por qué el amor se escapo de tus manos y se vistió de furia?
-¿Dónde quedaron aquellas que amorosas me cobijaban, las
que en caricia febril
Me desnudaban el cuerpo y el ser? este ser que es un guiñapo
de heridas aun sangrantes,
Cortaste mis alas y me encadenaste, hoy lloro impotente….¡¡y
deseo matarte!!
Zyanya@
Lau
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ida
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HUIR
Yo no quería herirlo… ¡Deseaba matarlo!
Una y otra vez tras insultos y golpes me preguntaba la causa de
tanto dolor y angustia,-¿Por qué me arrojo a los abismos?-¿Por
qué se desató el infierno ante nuestros ojos sin poder detenerlo?
-¿Dónde se quedó la risa que compartíamos? Todos los besos
que nos desnudaban el cuerpo y nos vestían el alma hoy son gri-
tos y reclamos. Son huellas imborrables más allá de la carne; la-
cerando el alma se adormece el sentimiento de unión y queda
este fuego que arrasa con todo, estas ganas de detener su mano
y golpearle con ella como lo hace conmigo.
Quiero dejar de vivir a medias, de amar un segundo para odiar
una hora…
Quiero no tener que esperar que se borren las huellas que me
obligan a esconder el rostro, a vivir como sombra silenciosa,
¡tantas veces prometí que ni una vez más! Pero luego su llanto, su
promesa rota mil veces, diciendo que ya no pasaría…Y yo, creía,
creí. Hoy ya no puedo, se me murió la fe de tanto darla; entre los
golpes y los insultos se me desgastó el alma y este cuerpo me
dice que no tolera ni un golpe más, ni un solo grito.
¡Huyo! sí, corro tan lejos como mis pasos logran aún sostenerme,
y lo hago no por falta de amor como algunos piensan, es porque
me sobra rabia…Y si me quedo una noche más, alguien ya no
verá la luz del día.
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Andrea Arco Blanco
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Andrea Arco Blanco
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Libertad Manque
Poeta, tallerista literaria, gestora cultural.
Miembro de la SECH Sociedad de Escritores de Chile N°2014, de
la Mesa Literaria Regional Consejo Regional de la Cultura y las
Artes de Valparaíso, de la Red de Mediadores de la Lectura del
Plan Nacional del Fomento a la Lectura Lee Chile Lee y de la
Asociación para la Educación y Salud intercultural de los Pueblos
Originarios de Valparaíso.
Publicaciones: - Antologada en 25 Peldaños de Poesía de la
Agrupación de Poetas Itinerantes Rubén Darío de Valparaíso,
poemario publicado por CNCA. Las Mariposas de la libertad,
poemario publicado por el Gobierno Regional de Valparaíso a
través de las Iniciativas Culturales 2009. Antología Abriendo Nue-
vos Horizontes, poemario que agrupa los trabajos de las internas
del CPF (Centro Penitenciario Femenino de Valparaíso) publica-
do por el Consejo Regional de la Cultura y las Artes de Valparaí-
so, como resultado del Taller Derribando Muros.
Ha participado también como jurado de concursos literarios
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LA INFIEL
Tropieza la sangre y el deseo
en el muelle de esta noche sin retorno,
desde el hambre hasta la espiga
las brasas no se extinguen,
sacuden y desgajan
olvidando la sombra, el secreto y la mordaza.
Lamas corren rio abajo,
como boa tras su presa
y desde las bastillas irrumpe
esta sed que al pecho hace cenizas.
La tregua acabó.
Y se yergue tu lengua
soberbia
fecunda,
tirana.
Indomable
penetra, azuzando
las vertientes de toda mi gana
empujándome a ser una gota en tu mar.
Entonces, me sumerjo en el cauce de la demencia
que turbulento arrasa con las fronteras
no más miedo, no más final.
Hundiéndote en mi todo
por fin,
eres la playa de mi mar.
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A EMPUJONES
Mustias quedan mis añosas promesas
se ahogan con la sangre
que corre a empujones
por las avenidas de mi atardecer.
Sin final construí mi primavera
engendrando lunas,
di a luz mil soles
y hoy amanecen cicatrices en el alma
se ha desplomado mi cielo.
Los labios que te besaron con dicha
hoy saben a amargura,
apozan ríos que empapan
todos los rincones
sofocando las esperanzas.
Casi no puedo ver
a tientas me cubro, me escondo
lo que ayer fue tu caricia
hoy es golpe
mis ojos deformados ya no lloran gimen
y mi corazón hecho trizas aún te ama
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MUJERES
Aunque quieran callarnos
nuestro grito se oirá
por cañaverales y riscos
porque desde la misma tierra se levanta
la furia de la gloriosa mujer.
Podrán escondernos,
o mutilarnos tal vez.
Encadenar nuestro pie
pero jamás nos podrán detener
el vuelo de nuestro newen.
Mujeres
todos los vientres del mundo
pariendo el nuevo amanecer
En sus ojos la raza, el brío, el mañana.
Mujer
no podrán atajar el eco de tu voz
que perpetua e insolente
grita desde las entrañas
¡¡¡LIBERTAD!!! Li
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Magda Lluna
De Barcelona, España, nació el 28 de julio de 1965.
Geriatría de profesión.
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El sueño se convierte en pesadilla
De niña sueñas con tu príncipe azul. Pasan los años y te tropiezas
con un proyecto de algo, que te lía y te enamoras ciegamente:
el estúpido de la flecha y los ojos vendados da de pleno en tu
corazón.
En esos momentos crees ser feliz, nada ni nadie pueden enturbiar
esos tiempos, pero no te imaginas que con los años, azul serás tú.
La vida que te dibujaron de color rosa, acaba siendo morada.
Las promesas serán palabras mal interpretadas: te ofrecen la lu-
na, pero en realidad te tiran la galaxia encima. Lo que parece un
paraíso, es el mismo infierno, con un demonio, en lugar del ángel
que esperabas. El cariño que te regalaba, a manos llenas, se
transforma en rabia sin un por qué. Las palabras tiernas, ahora
son hirientes: ya no eres la más bonita. Cualquiera que pasa cer-
ca de él es motivo de admiración y comparación despectiva
hacia ti. Tú sólo mereces humillaciones… intentar saber el por
qué de todo eso, en el mejor de los casos, te dirán que todo fue
un error… que fuiste sólo algo pasajero, que se le fue de las ma-
nos y aquí estáis, en el peor: la explicación será un repentino
golpe y una ración de insultos. Son años mal gastados que jamás
se recuperan, media vida al traste, por estar en el lugar equivo-
cado y mirar hacia donde no debías. Sólo queda empezar de
nuevo, tarea difícil y llena de obstáculos, pues hay mucho que
superar, aunque se mire hacia adelante, intentando olvidar, en
los recodos del camino siempre te tropiezas con algún recuerdo
de la pesadilla que intentas dejar atrás.
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Esto se va a acabar...
Un portazo, ya está aquí,
el miedo te recorre,
pasos, se acerca.
Un empujón por saludo,
busca en la nevera,
se acabaron las cervezas.
La mira furioso,
¡estúpida mujer¡
le tira del pelo, la golpea en el vientre.
¡No por favor!,
es el comienzo,
te tiene acorralada.
Lluvia de puñetazos, patadas,
tú en el suelo llorando,
el gritando palabras hirientes.
La violencia despertó su libido,
arranca tu ropa,
te penetra como un animal rabioso.
Al acabar irónicamente dice 'te quiero',
tú, humillada, dolorida, ahogada en llanto,
no puedes más.
Esto se va a acabar,
desnuda, cuchillo en mano, vas tras él,
que más da lo que pueda pasar.
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DamasArt
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María Rosa Rodríguez
Mi nombre es MARÍA ROSA RODRÍGUEZ ARAYA. Soy chilena, naci-
da en María Elena, oficina salitrera dependiente de la comuna
de Tocopilla. Vivo actualmente en Antofagasta. Soy profesora de
Lenguaje y Comunicación. Después de trabajar más de 28 años
en la docencia jubilé por enfermedades diversas y ahí, recién,
pude dedicarme a la creación de micro poemas y relatos cortos.
Reviviendo, con esta acción, mi amor a la literatura. He realizado
talleres literarios en poblaciones, de mi ciudad, intervenidas so-
cioculturalmente. Pertenezco al grupo ASEN (Asociación de Es-
critores del Norte) donde he participado en el evento “24 horas
de poesía” y en “tertulias poéticas”. Tengo el blog http://
vestaldelosandes.blogspot.com/, donde produzco virtualmente.
También lo replico en distintos ning literarios.
Obra publicada: El mayor porcentaje de mis creaciones son vir-
tuales, exceptuando la “Antología Poética cerca de ti”, publica-
da por L&R Editores el 09 de septiembre del 2010.
Premio Obtenido: La Sociedad venezolana de Arte internacional
me otorga el Turpial de Mirra en el concurso internacional “el
amor en palabras “en la conmemoración del día de san Valentín
con el poema “Hombre de arena”. República Bolivariana de Ve-
nezuela, febrero del 2011.
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MARIPOSAS
Las voces de libertad
se aplacan,
con tormentos,
corrupciones e
impiedad.
La noche se viste
de muerte en la
morada de los Mirabal:
Patria, Minerva y Teresa,
espíritus libres,
ya no están…
cuentan los vecinos
de siempre,
que las tienen cautivas
en algún lugar…
y que cuando
hieren sus carnes
mariposas
emergen
y se escapan
a la inmensidad.
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ALAS ROTAS
Tras un hombre
Impetuoso
fui volando,
plena de ilusión;
mas la pasión inicial,
que él me entregó,
siguió tortuosos caminos y
marrulleramente…
en feroz violencia mudó.
El hada alegre que otrora fui
en charcos de ignominia quedó:
con golpes y malos tratos
sus alas rotas… perdieron su fulgor
y se fue convenciendo
que jamás voló…
hasta que un ... buen día el sol
se condolió de mi sufrimiento
y esparció rayos de vida y dignidad,
desde el firmamento.
Desde ese mismo día volé
Más ágil que el viento y
me alejé raudamente
del cruel dueño de mis
horribles tormentos.
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LULA
"Aunque los pasos toquen mil años este sitio,
no borrarán la sangre de los que aquí cayeron".
"Siempre" de Pablo Neruda.
Ya han pasado casi 38 años y todavía tu recuerdo me acom-
paña. Siempre me hago la misma pregunta: -¿qué será de
Neskito?
Su nombre era Elizabeth del Carmen Cabrera Balarriz de 23 años.
Asistente social de profesión, Mirista de corazón. Mujer de pelo
corto, de color castaño, delgada y sencilla. Casada con Nesko
de 24 años; un grandulón de barba tupida que la adoraba… to-
dos los estudiantes la conocimos, porque era la Jefa del Depar-
tamento de Bienestar de la Universidad del Norte, que junto a
otros asistentes sociales, nos daban la bienvenida, recibían y
evaluaban para obtener la beca alimenticia, entre otros benefi-
cios que necesitábamos para sobrevivir; pero no sólo la conocí
en ese plano, pues también coincidíamos, aunque en distintos
frentes, en las actividades del movimiento.
“La Lula”, como le decíamos cariñosamente, había logrado el
Premio Universidad de Concepción de su promoción. Era toda
orden, método, inteligencia. Donde hubiese caos, con su presen-
cia, la tranquilidad se imponía; “El Nesko”, en cambio, era extro-
vertido, grandilocuente, de gran vozarrón, teatrero por excelen-
cia: ambos simbolizaban humanamente el ying y el yang: com-
plemento absoluto. En la época en que los conocí, abril de 1973,
ya tenían a su pequeño hijo.
Y así fue transcurriendo mi vida universitaria, entre clases, huel-
gas, tomas, cordones industriales, conflictos políticos y marchas;
pues estaba toda la efervescencia de la oposición al gobierno
de Salvador Allende Gossens y así nos fuimos acercando, con
pasos agigantados, al mes de septiembre, cuando estábamos en
plena toma de la Universidad. Me acuerdo que dormíamos allí
por turnos, porque estábamos exigiendo , un grupo de estudi-
antes de distintas carreras, que aumentaran los cupos de las be-
cas alimenticias y la capacidad de alojamiento para algunos
compañeros que no tenían casa, ni pensiones ni capacidad
económica para sustentarlo …y Lula dio la orden, cual ángel de
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la guarda, que el casino siguiera funcionando, a pesar de la to-
ma, y que se dieran las cuatro raciones diarias: desayuno, al-
muerzo, once y comida . Recuerdo perfectamente , que fueron
las comidas más ricas y contundentes que tuvimos en toda nues-
tra vida universitaria… hasta que llegó la mañana del 11 de
septiembre.. tengo reminiscencia que estábamos durmiendo en
los altos del casino, a un costado, en unas oficinas que habíamos
tomado y transformado en dormitorios. Ahí teníamos una radio a
tubos, que todavía funcionaba y la encendíamos para saber la
hora. A mi hermana y a mí nos llamó la atención que sólo se es-
cuchaban marchas militares. Nos cambiamos ropa para ir a cla-
ses y en ese intertanto nos avisaron que se había concretado el
golpe militar, que tanto temíamos; que Allende estaba cercado;
que habían bombardeado e incendiado la moneda y que se es-
taban acercando a la universidad tanquetas para cercarla y de-
tener a estudiantes y funcionarios de izquierda. Desde ese mo-
mento empezó la desbandada…todos fuimos, con el corazón en
la mano, recogiendo nuestras pertenencias y yéndonos a casas
de familiares o amigos para llegar antes del toque de queda,
que se había instaurado a las dos de la tarde…todo fue sobrevi-
vir, andar escondiéndose, temerle hasta la sombra y no saber
nada ni de nadie…empezaron los famosos bandos con listados
de personas, que según el régimen imperante, eran criminales
peligrosos, subversivos, vende patrias. Antofagasta se transformó
en un lugar de delaciones: nadie confiaba en nadie. Después del
toque de queda empezaban los allanamientos a las distintas ca-
sas, y la nuestra, donde habíamos más de 11 estudiantes no fue
la excepción .Una noche a mediados de septiembre, irrumpie-
ron, abriendo a patadas la puerta, revisando y volcando todo, so
pretexto de las armas que se suponía teníamos guardadas. Des-
pués de varias retenciones, en distintas instancias, nos dejaron,
torturadas, vivas y en relativa paz…pero no pasó lo mismo con
Lula y Nesko. Escuchamos en la radio, con el infaltable bando
castrense, que el 15 de septiembre de 1973, en el camino entre
Antofagasta y la Base Aérea de Cerro Moreno “el vehículo don-
de eran trasportados Elizabeth del Carmen Cabrera Balarriz de 23
años, Asistente Social, Jefa del Departamento de Bienestar de la
Universidad del Norte, militante del Movimiento de Izquierda Re-
volucionaria (MIR) , Nesko Nenad Teodorovic Sertic, 24 años ,
austríaco, estudiante de la Universidad del Norte, militante del 76
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y Luis Muñoz Bra-
vo, 28 años, estudiante de la Universidad del Norte, militante del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). … sufrió una aver-
ía eléctrica, situación, que aprovecharon estos extremistas... am-
parados por la sombra de la noche... para tratar de escapar,
obligando a los uniformados a disparar”. ..En palabras simples, la
habían asesinado a mansalva, junto a su esposo y al otro com-
pañero, pues estaban completamente indefensos, como se
constató posteriormente, con el informe Retigg.
Después de mucho averiguar, supe que unos compañeros, los
más cercanos, rescataron su cuerpo de la morgue...constataron
huellas de fuertes torturas en todo su cuerpo y encontraron en su
mano izquierda, fuertemente cerrada, una cadena con su crucifi-
jo: Lula estaba embarazada de 4 meses…trato de imaginarme,
inútilmente mientras me ruedan con abundancia las lágrimas: -
¿qué pensó en esos instantes? Pienso que, por su forma de ser, su
último pensamiento se lo dedicó a su pequeño Nesko, rogando
por su integridad (eso lo confirma su mano, empuñando el pe-
queño crucifijo) ,que visionariamente dejó con Luisa, una vecina
de confianza; para ir a comprar algunos artículos al Supermerca-
do con su eterno compañero y enamorado. Unidos hasta el final:
hasta la tortura, hasta la muerte…hasta la eternidad.
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Mariela Méndez
Nació en Colonia del Sacramento Uruguay, reside en Argentina.
Tiene 51 años, dos hijos a quienes ha criado y educado sola.
Después de treinta años sin escribir se reencuentra con el arte y
la escritura, labor a la que se dedica actualmente.
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EL FÓSFORO
Amaneció con las manos ensangrentadas, abrió los ojos y en el
techo clavó su mirada. Lo soñó tantas veces, lo planeó tantas
otras, que nunca podía haber fallado.
Sólo se trataba de entrar en su casa en puntas de pie, llegar a su
cama, encontrarlo dormido roncando su ácido, transpirando su
alcohol... Derramar la nafta, encender el fósforo y dejarlo caer.
Después correr, quemando un pasado en el chasquido de esas
llamaradas, que le pondrían fin al infierno de mujer torturada, so-
metida, humillada.
Sólo debía encender un fósforo, de eso se trataba. ¿Qué hacía
en esa cama? Sus manos debían quedar limpias, en su plan no
existía un arma.
Moja sus labios, con espesa saliva... la puerta lentamente se
abre. Aparece ese hombre con una bolsa de hielo en las manos
y se sienta a su lado. Entonces tiembla… Recuerda...y siente el
dolor de su nariz por tercera vez fracturada.
Solo había sido una pesadilla, después de caer inerte al suelo
por el golpe en el medio del rostro.
Tenía que sacudir su vida…pensar claramente.
Miró sus hijos que jugaban en la sala sin preguntar. Ellos merecen
lo mejor.
Ella pretende existir, como persona, como madre, como mujer.
Es tiempo de volver a empezar, de aliviar las heridas sobre todo,
las del alma.
En medio de tanto desasosiego debía escapar.
Se levantó, hizo como cada noche la cena, sabía que era la últi-
ma.
A la mañana siguiente, como un día normal, él se marchó a tra-
bajar…
Vistió a los niños de prisa, sacó el dinero que escondía dentro de
un libro, guardó los documentos en la cartera y cerró esa maldita
puerta.
El miedo le hacía ver fantasmas, el terror le estrangulaba la pan-
za…pero solo se permitió escuchar la voz interior que gritaba:¡
Libertad!
La ciudad era muy pequeña, iba en el taxi medio agazapada, el
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viaje de quince cuadras, se convirtió en una milla.
A la mañana siguiente, como un día normal, él se marchó a tra-
bajar…
Vistió a los niños de prisa, sacó el dinero que escondía dentro de
un libro, guardó los documentos en la cartera y cerró esa maldita
puerta.
El miedo le hacía ver fantasmas, el terror le estrangulaba la pan-
za…pero solo se permitió escuchar la voz interior que gritaba:¡
Libertad!
La ciudad era muy pequeña, iba en el taxi medio agazapada, el
viaje de quince cuadras, se convirtió en una milla.
Cuando el barco levó anclas y encendió los motores…se abrazó
a sus dos hermosas esperanzas.
Estaba floreciendo. Soltó una lágrima.
Esta vez sí, prendió el fósforo y lo dejó caer…quemando para
siempre un pasado.
Una nueva vida comenzó…habíamos perdido todo, los niños sus
juguetes, yo mis amados libros.
Todo quedó en aquella casa. Un pedazo de nuestra historia. La
mía, la de mis hijos.
Empezamos de nuevo y todo fue muy duro. La primera noche
dormimos en el suelo los tres abrazados.
Habíamos escapado del infierno, de la bestia. Estábamos a salvo
en la casa de mis padres.
Veía sombras por donde caminaba, cualquier ruido desconoci-
do me sobresaltaba.
Tenía miedo. Aún tenía miedo.
Pero salimos adelante, la vida retomó su marcha y giramos con
ella.
Un día el psicópata se presentó, dijo que estaba en tratamiento
psicológico…que había cambiado.
Se lo notaba diferente, calmo, relajado…así comenzaron las visi-
tas a sus hijos.
Viajando una vez por mes para verlos, llevarlos a pasear.
Al despedirse siempre la frase final, “yo te amo volvamos a estar
juntos”.
Es un trabajo de hormiguita que van haciendo y no nos damos
cuenta.
Jamás se ocupó de pasarnos un centavo…aún así, los entendi-
dos en psiquis de niños, recomiendan que sigan teniendo con-
tacto.
Si pudiera volver atrás, juro que no lo verían nunca más.
Una vez perdió el barco y se quedó. Por la noche se me aba-
lanzó. Obtuvo mi rechazo. Forcejeamos, me soltó y se fue a dor-
mir.
A la mañana siguiente estaba como muerto en el sofá. En la me-
sa de luz ya no estaba la caja de tranquilizantes. 82
Otra vez el mediocre pretendía con su “intento de suicidio”, gol-
pearme, dejarme marcas.
Pasaron algunos años, de paz permitida…Y otros avatares impo-
sibles de describir.
Quiero llegar al punto donde este animal me da la estocada
final, cuando me da el golpe mortal.
Metió a mi hijo, su hijo en el mundo de las drogas solo con quin-
ce años. Era un niño aún.
Luchamos mucho, ganó la batalla. Mi corazón se volvió una roca
que resistía los embates.
Fui su escudo, su faro, su mano, su espada.
La fiera siempre está agazapada. Tuvo sus recaídas. Sus idas y
venidas. Hoy está a punto de cumplir 25 años y el sol brilla en sus
ojos. Yo Lo llamo el guerrero de la luz.
Aún tengo pesadillas donde enciendo un fósforo.
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LA LLAMADA
Es ahora cuando vuelves a nacer…Te miro en silencio y temblan-
do espero, apenas una débil palabra. Has cortado el teléfono,
con una sonrisa estampada en la cara. La lluvia, es la única que
tararea una sinfonía en la ventana. Vuelvo a mirarte paralizada,
estás a tantos kilómetros de distancia. Desvías la mirada. Encien-
des un cigarrillo y en cada bocanada de humo haces una pau-
sa. El almohadón del sillón cada vez se hunde más con el peso
muerto de mi cuerpo, quisiera evaporarme como esos charcos
cuando salga el sol. Mientras tomas el paraguas del perchero,
giras tu cabeza hacia mi gris desconcierto...abres la puerta y te
dignas a dibujarme una frase: No me esperes esta noche...Por fin
ha salido el divorcio.
Reflexiones y consejos: Este mensaje es para nuestras jóvenes
*El psicópata nos da señales…nunca piensen que podrán
cambiarlo.
*Al contrario…cada día que vaya pasando, como vampiro de
tu mente y tu cuerpo se irá apoderando.
*Ojos bien abiertos, oídos alertas…detrás de un golpe de
puerta hay una bofetada, después una trompada, después
puños y patadas.
*Sepamos ver, escuchar…se delatan y aunque desgarre el
alma, comienza a caminar o a correr hacia el lado contra-
rio♥
Basta. Esta es la palabra y el punto final.
Es difícil, pero hay que pedir ayuda. Siempre hablar con alguien;
están los que hacen de cuenta que nunca escucharon, pero un
día alguien, si eres constante y no te dejas abatir, te tomará de la
mano y te ayudará a salir del pozo.
Yo sentía mucha vergüenza de decirle a mi madre, sentía que no
lo iban a entender, porque estos sujetos son tan amables con to- 84
do el mundo…yo estaba en Uruguay viviendo con él y mis niños
de 3 y 4… me escapé, junté el dinero y huí. Antes de subir al bar-
co pedí que alguien me hiciera una llamada a Buenos Aires en el
puerto, para que mi madre fuera por mí…cuando íbamos rumbo
a casa, en el tren, vio los moretones en mis piernas y no pre-
guntó: me cobijó y de nuevo me trajo a la vida.
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PROCLAMA
Levantemos nuestras voces por las que no pueden gritar.
Por las que el miedo las vence y se dejan doblegar.
Amiga, que estás allí en algún rincón,
Te pido un segundo: escucha tu corazón
Aún está vivo…¡¡por Dios!!
Rompe tus cadenas…él no es amo ni señor.
Que el golpe no te desvanezca;
Al contrario, que te infle de valor…
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CONTANDO MI HISTORIA…
Es difícil contar la historia…cuando hay sangre en las manos: tu
sangre…es difícil rasgar las vestiduras…nunca he sentido ver-
güenza de haber sido víctima de la violencia ni sentiré piedad al
ir abriendo mi corazón… seguramente cada recuerdo amargo,
que pueda ir desmenuzando ,será una nueva luz para el año que
viene marchando. Tengo mucho para contar y es mi deber
hacerlo, si con eso, al menos puedo ayudar a una, en un millón.
Yo fui víctima de la violencia más feroz… escapé con dos hijos
pequeños… esto es lo más feo de mi pasado y no lo archivaré en
mi memoria… cuanto más lejos pueda arrojarlo; mejor… a mis
hijos les digo, que respeten y serán respetados… que siempre
hay una mano amiga que se extiende, que aprendamos a pedir
ayuda, sin apocamiento y que con el tiempo iremos olvidando
hasta el miedo de cuando se golpea una puerta.
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Ana María Sancho Biesa
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Mónica Flores Farías
Escritora de Antofagasta, Chile. Miembro de la Asociación de Es-
critores del Norte [ASEN]. Ha participado en diversos concursos
de poesía, obteniendo un premio en España. Una de sus obras ha
sido impresa en una Antología de la Editorial Dunken de Buenos
Aires, Argentina.
Participante de comunidades de internet dedicadas a la poesía.
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QUE NO HAYA NADA
Esa carta absurda que te envié un día
júntala con las demás y destrúyelas
que no queden hoy
palabras absurdas
detenidas junto a tu fantasía.
Esas palabras inmensas
que rodaron de mi boca a tu oído
bórralas
que no haya en tu cuerpo un eco
de lo que nos unió un día.
Y abre el otro oído
quizás un pájaro, lea bien tu alegría.
Que no haya nada
ni de mi cuerpo
ni de mi alma
que lo poco que tengo
lo quiero todo
para empezar de nuevo.
Un juramento
dicho al calor de una caricia
no vale ahora con tanta soledad
tanto abandono
tanta distancia.
Y las palabras se quedan
donde nace la vida
que quiere volver a llenar
el cántaro de mi aventura.
Deja todo de lado
la flor que me diste
está marchita
marchita está también mi caricia.
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REFLEXIONES
“Femicidio es el asesinato de mujeres como resultado extremo
de la violencia de género, que ocurre tanto en el ámbito privado
como público y, comprende aquellas muertes de mujeres a ma-
nos de sus parejas, ex parejas o familiares, asesinadas por aco-
sadores, agresores sexuales y/o violadores, así como aquellas
que trataron de evitar la muerte de otra mujer y quedaron atra-
padas en la acción femicida”.
Con estas palabras, la ONU define al femicidio, una situación que
partió como algo aislado para la gran mayoría, pero con el au-
mento de casos de femicidio se convirtió en algo conocido y un
tema recurrente en los medios de comunicación, que nos daban
a conocer dramáticas realidades de familias en donde el enten-
dimiento que todos los humanos debemos tener en nuestras rela-
ciones se olvidaba y se remplazaba por la violencia. Un acto cu-
yas víctimas son las mujeres y los hijos, seres inocentes que de la
noche a la mañana pierden a sus papás, ya que la madre está
muerta y el progenitor detenido. Un drama que no da tregua y
que ha cobrado muchas víctimas.
Limbana Araya Torrealba, orientadora y homeópata de Ranca-
gua, hizo un poema al respecto titulado “Déjame Vivir”, el que
quiere compartir con todos ustedes:
Déjame Vivir
que nos unimos
ante Dios
en un día hermoso
donde nos juramos
Amor eterno
Déjame vivir
nuestro amor
nos dio frutos hermosos
que con su inocencia
y travesuras nos hacen reír,
recuerdo aquel día
que nos llamaron
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mamá y papá.
Déjame vivir,
no me maltrates
con tus palabras y golpes
no me quites la vida
mis hijos me necesitan
están tan pequeñitos
Déjame vivir.
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Mónica Mucci
Buenos Aires, Argentina.
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UNA EXPERIENCIA VIVIDA
LA PAZ QUE YO TENGO AHORA.....
NO SE NEGOCIA. NO LA CAMBIO POR NADA, Y CADA VEZ
QUE VEO
LA SONRISA DE MI HIJA NO ME ARREPIENTO DE HABER
CRUZADO
ESE CÌRCULO ENFERMO.
Por eso les digo, amigas mías, que el miedo te paraliza, te hunde,
no te deja.
Pensar, no te deja ser, porque para ser sujeto, se necesita tiem-
po, después de
Haber estado mucho tiempo...siendo un objeto.
Pero nada es imposible, nada, todo lo que uno se propone lo lo-
gra, siempre
Pensando que lo que nos espera no es nada fácil, pero siiiiiii es
muchísimo
Mejor, aunque a veces la plata no alcance, cuando tengamos
que trabajar de algo
Que no nos guste, porque después de todo, aquí en la vida esta-
mos de paso,
Y nosotros debemos tomar las riendas, debemos decidir, como
queremos vivir.
Porque nos merecemos una vida, sin violencia, porque nos mere-
cemos que nos
Valoren, que nuestros hijos nos respeten y sean felices, y el día
de mañana no
repitan historias.
Por nuestros hijos, por nosotras, por la vida, por la paz, por la li-
bertad, por el aire que entra en
el pecho, sin dolores de estómago, por nuestra salud mental
espiritual y física, por todo eso, estamos en marcha, para erradi-
car la violencia.
De cualquier tipo, ya sea golpes, violencia social, económica,
sexual, verbal.
El tiempo de paz tiene que empezar, por eso hay que ponerse de
pie, y empezar a caminar, poco a poco, hasta poder correr, le-
Mu
cc
i M
ón
ica
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jos de todo ese mal.
Por eso, mujeres, a toda aquella que está viviendo, este tipo de
maltrato, ya
Sea físico, social, económico, sexual o psicológico. No se sientan
culpables
Porque esa es la finalidad del manipulador, van desgastando tu
mente, van tomando tu parte violenta, y se genera un gran pan-
demónium, y ahí se entra en
Ese círculo del cual es tan difícil salir.
No te pueden sacar a tus hijos,
Tienen la obligación de pasarles alimento y pagarles el colegio o
lo que ellos necesiten
Nosotras tenemos derechos, no somos objetos, somos sujetos,
somos esos seres
humanos que desean vivir, una vida mejor,
No creen que la merecemos?
Ya que toda la vida se va tan rápido, porque no vivirla de la me-
jor manera posible.
Piensen, aunque el miedo las invada, aunque se sientan desam-
paradas, piensen,
Por favor, tienen que darse cuenta, que esa vida no es normal.
Que Uds., como yo lo estuve. También están enfermas, y deben
tomar una determinación curarse para salvar también a sus hijos.
Cuéntenles a todas las personas lo que les está pasando.
Hagan una red, de vecinos, amigos, o familiares, para que estén
atentos
A los sucesos, que van pasando, y no dejen de hacer exposicio-
nes civiles
Cada vez que les ocurra algo, eso las va a ayudar, para poder
vencer, al que
Se cree más fuerte, y que en realidad, es una persona insegura y
débil.
Asesórense,. Acudan a cualquier medio para poder tener infor-
mación, segura
Y sentirse también un poco protegidas.
POR EL BIEN DE TODAS.
100
Nat Gaete
Chile, 1962
Publicista (Universidad de Santiago de Chile), diplomada en Di-
rección Profesional de Proyectos Culturales y Sociales.
Fundadora de Haz rodar una poesía, acción de intervención cul-
tural para difundir la poesía y que se consolida a nivel iberoame-
ricano el año 2008 con GiraPoema, poemario anual dedicado a
celebrar el Día Mundial de la Poesía. Gestora y directora de la
red de difusión artística LetrasKiltras, asociación cultural de artis-
tas emergentes. Integrante del movimiento Los puños de la Palo-
ma. Participante en exposiciones plásticas de fotografía, recita-
les poéticos en Carlisle (U.S.A.), Madrid y Barcelona (España),
Santiago de Chile (Chile).
Ha sido antologada en España, Israel, Chile, U.S.A., Argentina.
Na
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ae
te
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DE LUTO LOS DIAS
Busco tres motivos para vivir
uno
dos
tres
marchan fúnebre los días
cae mi carne humil lada
cierro los ojos
amortajo mi espíritu
camino sobre huellas ya raídas
de golpes
de insultos
de maltrato
entonces
vuelvo a caer
y la noche
me abraza
para vestirme con el traje violáceo
de la agonía
N
at
Ga
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Da
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sArt
DamasArt
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DamasArt
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Nelly Lemus Villa
Profesora normalista, investigadora incansable de los bailes pro-
mesantes del norte chileno, prolífica poetisa del paisaje humano
del desierto y las alturas andinas. Militante comunista, primero
por herencia y luego por consecuencia y amor al pueblo dolori-
do. Animadora sociocultural, madre y padre a la vez, y por so-
bretodo una representante poderosa de su género, libertaria y
creadora. Publicó La Pacarisca, Copiapó, Sociedad Editora Norte
Grande, 1995.
Recibió un homenaje en vida el 15 de octubre del 2010 en el
Teatro Municipal de Antofagasta, donde en la ocasión, el con-
junto Illapu ofreció, junto a la Orquesta Sinfónica de Antofagas-
ta, diez poemas escritos por Nelly Lemus; muchos de ellos con-
vertidos en éxitos por el conjunto nacional, quienes recibieron
desde sus inicios la instrucción y colaboración de la maestra.
Asimismo, el taller de danza pampina, que es dirigido por ella,
realizó interpretaciones a través de bailes folclóricos.
N
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illa
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POR UN PEDAZO DE PAN
Caminaba la mujer con sus tres hijas colgándole de la pollera. Se
habían llevado
a su compañero a Pisagua y ella salía a buscar trabajo en ese
pequeño puerto.
Tenía que alimentar a sus hijas. Las niñas se paralizaron cuando
escucharon el sollozo de la mamá, la escucharon decir:
¡¡Abusivos de mierda!!
Recorrió el universo buscando hasta que alguien le dio un traba-
jo. Recibía una miseria que alcanzaba para una tacita de té o
hierbas y algunas pastillas para endulzar.
Le quitaron su máquina de coser porque no alcanzó a pagar los
"fiado" en la libreta.
Lloró como anudada en un rincón y esas niñas en esos momen-
tos, ahí mismo perdieron la razón de su infancia y apretaron con
más fuerza las modestas polleras de la mamá.
N
elly
Le
mu
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BANDADA DE AMOR
Para Naroa Lemus,
para que sus t ristezas
se hagan más pequeñas
porque ella es una maestra gigante.
¿Has pensado
en tu ruta cotidiana
que todas las mujeres
son siempre al mediodía
una enorme
bandada de guajaches
que buscan al imentos
para aquellos
que esperan a la mesa?,
cuántas veces hermana
la bolsa humilde
se ha devuelto
vacía,
¡ah! si los hombres
fueran como el mar
el pan tendría
sabor de igualdad
como los peces
que cargan
los guajaches
después de cada zambullida.
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Norma Aristeguy
Nacida en la Capital Federal, Argentina.
Profesora de Inglés en escuelas del Mar del Plata. Sus trabajos
han sido publicados en el diario de la Capital de esa ciudad, en
sitios de Internet de Venezuela y Valencia.
Con una mención en el IV certamen de “Almiar”. Participa en
seis antologías de la editorial Nuevo Ser, y en un proyecto Multi-
media 2008 y 2009 con la misma editorial. Y en la antología
“Palabras de amor” editorial Letras Nuevas. Tiene algunas publi-
caciones en blogs de Sevilla. Participante activa de comunida-
des literarias de internet.
No
rma
Arist
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uy
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La im ag e n pe r te ne ce a l a a r t i s ta p l á s t i ca M ir ta Pg a no . ( Ól e o so br e te l a co n ma nip u l ac i ó n d ig i ta l )
Po r l o q u e he m os da do e n l l ama r a e s t a pu b l i ca c ió n: “ Tra ba j a n do j u n ta s ”
EL CERBERO
El hombre saludaba a los vecinos de manera simpáti-
ca. Endulzaba siempre a los pequeños con alguna go-
losina y tenía una palabra de aliento, para el que
hubiere perdido a algún familiar, el trabajo, o lo que le
sucediera.
Después de los temporales, sin mucho por hacer, se
encargaba de quitar las hojas de las veredas cerca-
nas, o levantar los troncos y residuos que estorbaran el
paso.
Si bien tenía algunas rarezas, ya que no recibía visitas,
ni permitía a nadie acercarse a la puerta de entrada ni
a las ventanas, todas franqueadas por hermosas y pro-
li jas rejas blancas, era un vecino amable y servicial.
En el l ímite con la vereda, también cerraba la visión,
un alto paredón pintado con un fondo marfi l , y al que
había permitido que los jóvenes del lugar le pintaran
bellís imos frescos, con una temática de mitos griegos.
No
rma
Arist
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En su juventud había sido médico en hospitales leja-
nos , se había venido a la Capital cuando se jubiló.
En realidad ante la curiosidad de la gente que lo ro-
deaba, se había visto obligado a revelar esos pocos
datos. Frente a otras preguntas, desviaba la vista y el
tema, haciendo sentirse mal a aquél que le preguntara
sobre su privacidad.
Solía sentarse fuera de su puerta de entrada en las no-
ches de verano, evitando las conversaciones prolon-
gadas, con una pequeña radio y un par de audífonos.
Permanecía all í hasta que el aire se tornaba un poco
más respirable, cuando la brisa comenzaba su refres-
cante recreo, él entraba su sil la, aseguraba las cerra-
duras e inmediatamente se apagaban las luces de la
casa.
Menuda fue la sorpresa de todos, cuando al levantarse
una mañana de invierno, fr ía, todavía con restos de
agua del chaparrón de la madrugada, vieron frente a
la casa del vecino, dos coches de la policía estacio-
nados.
Salieron y se encontraron todos rodeando la entrada,
su preocupación era que algo le hubiese sucedido. Es-
peraron entre comentarios: “Ya no se está seguro en
ninguna parte”, “Parece mentira, pobre hombre tan
bueno”, “¿Cómo puede ser que no escucháramos na-
da?”
Después de un t iempo que a todos se les hizo eterno,
se abrió la puerta y aparecieron algunos hombres de
uniforme pidiendo que dejaran paso a las dos personas
que saldrían con ellos. “¿Dos personas?” “Y…el delin-
cuente, seguro.”
Con gran estupor colectivo vieron salir de all í al veci-
no, con las esposas cerrándole las manos por delante
y a una mujer envuelta en una frazada, tomada por
una mujer policía que la abrazaba por los hombros
ayudándola a caminar, como si aquella no supiera
hacerlo o lo hubiese olvidado. Su cabeza se apoyaba
sobre su propio pecho, Los cabellos grises cubriéndole
la cara parecían no haber sido peinados durante años.
114
Llevaba puestas un par de zapatil las viejas con el talón
doblado, como en chancletas. Arrastraba lentamente
los pies. Ni una sola vez hizo esfuerzo alguno por mirar,
dejaba caer los cabellos como una cortina que la de-
fendía de la curiosidad ajena.
“Está muy drogada, camina dormida, sosténganla con
fuerza, para que no se caiga”. La voz del policía sonó
imperativa, pero tenía sin embargo un dejo de emo-
ción, de sorpresa, quizás de indignación.
Unos días después todos los medios se hacían cargo
de la noticia.
La mujer había querido separarse del marido, médico
de profesión, unos cuantos años atrás. Hacía t iempo
que no se l levaban bien, y el la había encontrado a
otro hombre con el que deseaba terminar lo que le
quedaba por vivir.
Desde entonces habían desaparecido del barrio donde
vivían. Nadie pensó otra cosa que no fuera el hecho
de que al haberse jubilado el médico, habrían decidi-
do mudarse del lugar.
Ellos eran dueños de sus vidas, ya que no se les conoc-
ía familia.
Lo que jamás se logró saber quién habría hecho la de-
nuncia para ser buscados y sacar así del infierno a esa
mujer.
No
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La im ag e n q u e a c om pa ña e s te t r aba j o e s t á r e a l i za d a po r l a p i nt or a , Su s y Ma -te o y l a m a nipu l a c ió n d ig i t a l e s de Ezu .
A mbo s a r t i s ta s e s pa ño l e s . J u n tos n os he mos p ro pu e s to e s te re l a to q u e t ra ta d e l a v io l e n cia ps i co l óg i ca .
EL CERBERO II
Me despierto vest ida de amanecer, se escucha el rui-
do del mar, tronando a lo lejos contra los espigones,
como para que el lugar no olvide su presencia.
Abro la ventana hacia mi cerebro y me encuentro con
realidades rojizas, parecen lenguas de fuego, que yo
convierto en azules y violetas tan sólo con el pensa-
miento.
Me espera un largo día y un camino dif icultoso, donde
harán ruido las palabras que oiré, las que diré, las que
callaré, los obstáculos que empujaré desesperada-
mente, las i ronías que desbordarán mis oídos, las mi-
radas que resbalarán por las mías, para ignorar el nu-
do de intenciones partidas por el medio. Una pareja.
Una pareja de sombras partida por un rayo.
Repetiré disculpas que huirán por las puertas que he
de abrir en este día, me bañaré en amarillos violáceos de sol,
que iluminarán la casa a pesar de todo. Vaciaré la cesta azul de
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flores y dejaré que el impedimento se estrelle en mi decisión de
vivir cada minuto. Mi decisión de pasar por la tarde de trabajo y
de merienda, y de llegar hasta lo oscuro de ese día. Tenderé la
mesa, le daré recuerdos de cenar, y le enrostraré el vino tinto y
amargo de la vigilancia.
Hay en mi casa música violeta de todos los lilas posibles cubrien-
do las paredes y el mantel.
El fantasma se abalanzará como siempre a la hora de comer,
dejará su asiento atravesado en el sendero, y volteará una de
sus tres cabezas vigilando el Hades del disimulo, de la imagen,
para dejar que una de las otras se alimente, mientras la que resta
babeará el sillón dormida.
En mi cerebro continúa el ruido del silencio, sin embargo la vo-
luntad impone un manto de esperanza, no será tan mala la jor-
nada.
Decidiré cómo llegar hasta la noche, desoiré la queja muda del
desencanto ajeno, abandonaré las sábanas del calcinado des-
amor, me embriagaré de atrevimiento y desafiaré a la fiera del
control, disfrazado de un amor que nunca ha sido.
Hoy no serviré la mesa, juntaré los vidrios rotos de ajenas perte-
nencias camufladas de lamento. Volveré a poner en su centro la
cesta azul de lo pasado.
Tampoco compraré el pan para el almuerzo. Tenderé la ropa en
el suelo de mis sueños pisoteados, y evitaré diatribas de sober-
bia ingratitud.
Tomaré un baño, me vestiré, y a pesar de mi vulnerabilidad, sor-
tearé la vehemente vigilancia inquisitiva y la obstinada presen-
cia que me acecha. Romperé los grandes ventanales de gestos
con que él tortura lo que aún, me queda de razón, apagaré con
una ola de indiferencia el fuego que ha quedado en el lugar.
Pintaré mi boca con los besos que aún no he dado, vestiré mi
mejor prenda de sutilezas hacia la libertad, arrojaré los incómo-
dos tacones contra el lazo que me ahoga, y saldré de nuevo ai-
rosa, descalzo por la vida y sin quemarme.
No, no será tan mala la jornada.
No
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Sandra Gutiérrez Álvez
Poeta, artista plástica uruguaya.
“La poesía es mi mundo, un reino entre la belleza y la desespera-
ción por ser libre del sistema...” Sostiene.
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ra G
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LIBRE
He tenido a la muerte frente a mis ojos, he sido amenazada, gol-
peada e insultada, me echaron en cara cosas que dije o hice en
el pasado, y que vistas desde su propia óptica, son tan censura-
bles que serían dignas de una condena a muerte. Me tomaron
del cabello, mi cabeza iba y venía, mi corazón bombeaba rápi-
do, mis brazos se dejaron golpear, y ...sacudía mi cuerpo, como
asido a las asas de un indefenso jarro. Un palo pasó cerca de mi
cabeza, y fue interceptado por una mano de mi misma carne y
sangre...Gritos, llantos de otros que venían en mi auxilio... pero no
tuve miedo, por primera vez en mi vida no tuve miedo ni a la
muerte, ni a los golpes, ni a los gritos, por que sentí que era mi
momento de liberación de todos mis errores, de mis culpas, de
los dolores que le he causado a otros, muchas veces sin con-
ciencia de ello, y otras tratando de ganar mi lugar en este mun-
do tratando de ser feliz. Pero éste era el momento, estaba lista y
esa fue la mano que me liberó...Sólo pude levantar las manos al
cielo implorando perdón por aquel que arremetió contra mí, ni
siquiera quise defenderme, eso que tengo la fuerza y el entrena-
miento para hacerlo, sólo pude desear que su vida se vista de luz
y salga de ese infierno en el que yo una vez habité, donde hay
rencor, impotencia, furia y oscuridad. Donde no se puede abrir
los ojos porque el brillo de los otros te ciega, y lo ves como una
amenaza, por eso atacas. Es un pobre animal indefenso en un
mundo que apenas conoce... Ni una sola lágrima brotó de mi,
porque fue una situación justa, a mi entender, fue mi liberación y
la necesitaba. Me hizo más fuerte, más poderosa, me dio más luz
aún y más amor, descubrí que puedo amar a mis enemigos y eso
me acerca a Dios...y de Él tomo el poder para seguir. De aquí en
más estoy libre de mis culpas, pasé por otro examen, salvé mi
prueba y sigo mi camino. Y digo ¡Perdónalos padre, no saben lo
que hacen!...
y ahora el que esté libre de culpas que tire la primera piedra...
Sa
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An
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Ana María Sancho Biesa
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Ana María Sancho Biesa
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Teo Revilla Bravo
Escritor y pintor nacido en Barruelo de Santullán, Palencia, Espa-
ña. La atmósfera norteña, los colores del campo y de la sierra, la
naturaleza siempre esplendorosa de los contornos cántabros,
unido al ambiente rudamente minero, vidas marcadas entre la
esperanza y la angustia, hicieron brotar en él la sensibilidad que
muy temprano le llevaría a la poesía y a la pintura como forma
de expresión y sentimiento. Más tarde llegaría la posibilidad de
que alguno de esos poemas fueran editados en revistas literarias
y en algunas antologías poéticas. El año 2008 pudo por fin editar
su primer libro de poesías Luces y sombras.
En relación a la literatura en general, fue finalista en el X Concur-
so de Poesía de la Revista bimestral de escritura literaria: “Escribir
y Publicar”, ha sido premiado con la publicación de su poema
“Nada”, en 1999.En cuanto a su obra pictórica podemos decir
que es principalmente figurativa.
Teo
Re
villa
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rav
o
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“Donde no habite el miedo”
“CARTA A MARIO”
Dudaba de si escribir esta nota o no hacerlo, al final me he deci-
dido. Mira, me tiemblan las manos, me tiembla todo el cuerpo,
tengo hasta miedo de que entres súbitamente por la puerta... No
es fácil decirte, Mario, que no me encontrarás cuando llegues -
no te enojes, que te conozco, en realidad un día u otro deberías
esperarlo aunque sé que lo ves inconcebible-, he dejado tu ce-
na preparada en la nevera, con un minuto en el microondas será
suficiente; también dejé preparada la ropa para mañana, está
lista, planchada y colgada como habitualmente la tienes cada
día: toda la casa queda en orden, es la última concesión, el
postrer aliento que me anima. No te niego que pese a todo, aún
resbala una lágrima por mi rostro, no sé si por ti, por mí, o por am-
bos…
¿Dónde me voy, dónde estaré? No intentes buscarme, ya no.
Será inútil. Me voy a un lugar mejor sin duda, a un lugar donde
nadie me gritará ni me golpeará, ni me hablará para achicarme
y anularme a cada momento, donde por fin podré intentar sentir-
Teo
Re
villa
B
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me como persona y no como propiedad; donde no se me im-
pondrá lo que debo hacer sino que podré escoger y elegir lo
que desee dentro de mis posibilidades. Donde no habite el mie-
do, Mario, donde no habite el miedo. ¿Comprendes lo que signi-
fica eso?
Sabía desde hace tiempo que debía hacerlo, pero me costaba,
me acobardaba, tenía pavor de tu reacción, no estaba segura.
¿Sabes? siempre creí que te quería pese a todo, que un día sería
diferente y cambiarías. Tenía esperanzas engañada como vivía,
hasta que abrí los ojos, me miré por dentro, y sólo vi dolor y des-
esperanza. Me cansé de mirarte con temor, a veces aterrorizada,
siempre desolada de aguantar la mala vida que me dabas, de
sentirme sombra, de ser la empleada de la casa a la que le pa-
gas con un par de bofetadas por semana, me cansé de tus gri-
tos, de tu mal amor, de tu falta de ternura, de verte llegar cada
tarde nervioso y enfurecido. Me cansé de sentirme “nada” a tu
lado, de ser solo un cuerpo en tu cama que satisface tus instintos
más básicos sin importarte para nada mis sentimientos, me agoté
de vivir cansada y acomplejada de todo esto, me quedé sin
fuerzas ni motivo por qué luchar.
¿Dónde quedó aquella primera ilusión?, ¿dónde está el hombre
del que me enamoré? Creo que te imaginé irreal, que te creé y
recreé en un principio, que nunca exististe como tal. Pero des-
graciadamente sí has dejado marcado mi cuerpo y mi alma con
tus golpes, coacciones, menosprecios y palabras. Difícilmente
podré volver a confiar en alguien el resto de mi vida, me transfor-
maste en un ser miedoso y sumiso. ¿Sabes lo que es eso, te lo
puedes imaginar siquiera? Pero lo poco que queda de mí gritó
¡BASTA, YA NO MÁS!, y no me importa si tengo que empezar de
cero para recomponer mi persona y mi relación con los otros.
Obtendré ayuda, y tú deberías hacer lo propio porque también
estás mal, algo no funciona debidamente en ti. Lo que deseo pa-
ra mi vida, lo lograré, o al menos lo intentaré sin presiones reen-
contrándome nuevamente con mi “YO” y, si algo me ha queda-
do claro, muy claro Mario, es que en ese yo -y espero que en el
de ninguna otra mujer- nunca más tendrán cabida seres como
tú.
Pintura: "Abstracción" y texto: Teo Revilla Bravo.-2008
128
Vanessa Cristina Díaz Marín
Antofagasta– Chile
Psicopedagoga y poetisa de la II región, quien también incur-
sionó algunos años en el teatro y en la música, cantando y to-
cando instrumentos tales como la guitarra, el teclado y la percu-
sión. Tuvo una activa participación en grupos musicales y obras
teatrales de la región. Se presentó en obras del género dramáti-
co con narrativa y poesía; en diversos concursos literarios, entre
los que se destacan los convocados por empresas mineras, por
la caja de compensación Los Andes, entre otros. En todos ellos
obtuvo el primer lugar e importantes premios a nivel regional y
nacional. Ha realizado talleres literarios y de animación socio-
cultural para adolescentes en riesgo social. Pertenece al grupo
ASEN (Asociación de Escritores del Norte) donde participó en el
evento “24 horas de poesía” y en “tertulias poéticas”.
Va
ne
ssa
Crist
ina
Día
z M
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Machismo
Mi corazón has condenado
a cadena perpetua,
soy la convicta que vive dentro tuyo…
Mi juez, mi censor,
mi verdugo.
Presa entre tus piernas me siento sola,
no encuentro razones para amarte.
Poseída, dominada, controlada.
Encadenada tras las rejas,
de tu nefasta hombría frenesí.
Bajo la complacencia de mujer pasiva,
Buscas mis tetas
cuando se erecta tu amor…
Y siento asco,
repudio y pavor.
Cada noche entre tus piernas
es un siglo más de condena
a mi femíneo sentir.
Busco incesantes formas de huir,
pero siempre veo tus piernas. V
an
ess
a C
rist
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FEMICIDIO
Un niño llora,
pide pan y cariño.
Tiene la cara sucia y los mocos colgando.
Sus padres pelean detrás de la puerta,
el abusa alcoholizado y ella,
lo deja…
El pequeño duendecillo,
siente como el sol escupe a la Luna…
Arranca, se esconde.
y al volver…
su madre está muerta.
Su Padre la mató…
No resistió, el castigo de la indiferencia.
El desamor renacido
de los maltratos disimulados.
Pero el duendecillo…
Ayyy, que culpa tiene
el pequeño duendecillo…
Que atascado en su infancia,
crecerá entre arbustos secos y dañados.
Los juguetes
se han de transformar en el refugio
que extenderá su vida.
y el amor perdido de su madre
lo hará crecer a golpes.
No tenía culpa el duendecillo…
que por las noches…
cuando las almas se escabullen entre la oscuridad,
a su madre recuerda…
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AGÓNICA
Ella ya no sangra,
el tour por sus venas se ha estancado,
su dermis ya no brilla junto al sol.
Ella está muerta…
Ella ya no llora,
fenecieron sus lágrimas,
sus ojos ya no parpadean.
Ella está muerta…
Ella ya no sufre,
se agotaron sus fuerzas,
sus labios ya no cantan.
Ella está muerta…
Ella ya no ríe,
se ha sellado su boca,
sus latidos al compás del reloj sólo indican…
que ella está muerta… ¿Muerta?...
Ella ya no cree,
se han acabado sus esperanzas,
su imagen ensimismada sólo refleja…
que ella está muerta…
Ella está muerta sí…
Muerta…
Muerta…
¿Quién la mató?...
Va
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Ana María Sancho Biesa
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Ximena Gautier Greve
Poetisa franco-chilena. Libros publicados: 1] 'Poemas de Ruta'
poesía, [1958]. Santiago. Prólogo del poeta chileno JUVENCIO
VALLE. 2] 'Dagaug. [Exaltación de una adolescente], poema en
prosa.[1962] Santiago. Prefacio del crítico literario Juan de Luigi y
en prolegómenos: Artículo del poeta ARMANDO SALAS GAMA-
RRA ['El Sol', Cuzco, Perú]. Comentario de HOMERO BASCUÑAN
[Revista 'Atenea', Santiago]. Exordio de ALFONSO SOLA GONZA-
LEZ, poeta argentino. Varios libros inéditos de poesía: entre los
cuales 'Duerme Pablo', poesías, [1964].Prólogo de JUANA DE
IBARBURU, poetisa uruguaya. Recitales de Poesía en Santiago,
Buenos Aires y Mendoza. Participante en las Ferias de Arte Popu-
lar de Santiago en el Parque Forestal frente a los Tajamares del río
Mapocho, junto con MANUEL ROJAS, PABLO NERUDA, MARIO FE-
RRERO, NICANOR PARRA, JOSE MIGUEL VICUÑA, RAUL MELLADO,
VICTOR MANUEL REINOSO y muchos escritores más.
Exilada en 1973, huyendo la persecución y la barbarie desatada
en Chile por Pinochet, me establezco en Paris, Francia. Mi poesía
antes intimista, expresa entonces el sufrimiento del destierro. El
poeta RAUL MELLADO, antiguo secretario poético de PABLO NE-
RUDA, publica en Chile algunas de mis poesías en 'LA HOJA VER-
DE', panfleto poético que sobrevivió a la dictadura y a la muerte
del tirano. Actualmente continúo el trabajo artístico y poético
junto a mi actividad profesional.
Xim
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CUERPO OBJETO
No sé por qué debo ser alta y estilada, anoréxica y sensual.
Y mi apariencia debería excitar al consumo o desbancar la Bol-
sa.
Las anchas latitudes marinas como ancianas pletóricas
de naufragios y proezas, gruesas de olas inmensas
sacuden toneladas espumantes y caníbales ensueños,
refulgentes masas solares plenas, redondas carnes en fuego.
Ígneas corrientes de lava lamen del cráter los labios
y del volcán surge sufriendo profundo el magma.
¡Ay! Cuerpo objeto de mujer, destino aprisionado.
¡Ay! Cuerpo del objetivo económico,
extraviado cuerpo, sensual delito del alma femenina
Solo ser sana para mí misma.
Dulce sonrisa para las crianzas
Palabra y amor para el que amo.
Nada más.
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A GABRIELA ARREDONDO ANDRADE
Nunca me imaginé Gabriela, que me harías llorar un día.
En el Liceo Javiera Carrera de Santiago,
las gradas bajas del Patio de las Camelias
se pueblan de tus pasos.
Las escalas del Bellas Artes, adonde
corrías tras las telas de maestros gloriosos
que tu alegría contagiaba,
murmuran recuerdos tuyos al lado mío.
Tus grandes ojos negros irónicos que
parecían penetrar todas las texturas
de los sentimientos y las cosas,
están fijos sin profundidad ni sombras.
¡Cómo burlarías si te vieras!
No son esos tus trazos a la Kahló,
que marcabas con aquellos pinceles como miradas
untadas en guaches luminosas, témperas baratas
que la yema de los huevos condensaba,
cuando el espíritu del arte depositaba su aliento
en tus dedos manchados como pinceles finos
atravesando sin pena las proporciones ardientes
de los cuatro base colores y del espacio.
Eras fina y esbelta. Y parecía que tenías
una cita permanente con el aire,
tan contenta ibas y venías, llena de luz
como flor repleta de abejas.
Te recuerdo y veo tus rizos alborotados.
Sabías el qué, cómo y adónde
cuando yo apenas lenta surgía
de mi caparazón de molusco tierno.
Y me mirabas sonriendo
condescendiente, como esperando la hora
cuando aquel letargo infantil se disipara.
Jamás imaginé que alguien pudiera hacerte daño. 140
Eras demasiado íntegra y rápida.
Que los militares te llevaron cuentan.
Al Estadio Nacional contaron.
Y ninguna de nosotras supo más de ti.
Solo Elba, y tu padre que murió en silencio
irremediable intuición
del abandono que eterno, espera.
Gabriela desapareció en la repugnante
encrucijada del crimen con el poder:
allí de donde nadie vuelve nunca más
a no ser que nosotros los rescatemos del silencio.
De pronto, la guadaña de los caídos
me resulta más familiar aún.
Paris, 2 Agosto 2010
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en
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© VERSASIS DE LOS AMANTES DESAPARECIDOS
(Siete despedidas)
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Primera despedida.
Ámame...
Como ardientes
lunas manos extraviadas,
oyendo agotadas dolidas gacelas
vociferar las tempestades altivas
maldecir de pasados
y presentes,
amándome ...
Segunda despedida.
Porque
no conozco
ni el nombre
de tus brazos abiertos
de tus labios azules
que descubrí tras
buscarte sin
esperanza.
Tercera despedida.
Apriétame
aún muriendo
aunque hayas muerto
mis recuerdos tus recuerdos
aunque te hayan sacrificado
y vayas partiendo
al alto 142
cielo.
Cuarta despedida.
Sobre
las baldosas
gélidas ocultas putrefactas
voy arqueando el lomo
las miradas del amor
resistiendo al dolor
de tu
desaparición
Quinta despedida. 1. Étoile.
Cuán
altas eran
las corolas azules
de aquella ventana tuya
con sus cretonas almidonadas
noche y día
cabellos como
espuma.
Quinta despedida. 2. Compañero.
Golpeaste
la puerta
de la vecina
esperando eludir los militares
Llegaron con la tarde
aún me besas
y sonríes
cariño.
Xim
en
a G
au
tie
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rev
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Sexta despedida.
¡Ay!
Bésame apriétame!
Abrazadas las llevo
Tus manos tu vida
en mi nocturno sino
suda gritando la luna
la luna desaparece
no estás
más.
Séptima despedida.
Fuiste
amor pasión
de anudada ternura
amor adolescente del alba
turgentes deseos del instinto
penetrando esa angostura,
suave infinito
fuiste...
©Copyright Ximena Gautier Greve. Derechos reservados.
safecreative CC-by-nc-nd code 1101308371546
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ÍNDICE
Prólogo ……………………………………………………………….……....5
Agradecimientos…………………………………………………….……..7
Antecedentes históricos……………………………………………….....8
Alejandrina Arias………………...……………………………………15-20
Alina Galliano………………...……………………………………….19-22
Andrea Arco Blanco………………………………………. 23-24 / 57-58
Ana María Sancho Bielsa…………..26-28-47-48-89-90-123-124-135
Claudia Loayza………………………………………………………..29-34
DamasArt……………………………………………35-36-69-70-105-106
Graciela Barbas Contratti…………………………………………...37-42
Jordi Matamoros Sánchez………………….……………………….43-46
Karin Huberman……………………………………………………….49-52
Laura Zyanya Bastida………………………………………………..53-56
Libertad Manque……………………………………………………...59-64
Magda Lluna…………………………………………...………………65-68
María Rosa Rodríguez…………………………………………..……71-78
Mariela Méndez………………………………………….….………...79-88
Mónica Flores Farías……………………………………..…………...91-96
Mónica Mucci……………………………………………..…………97-100
Nat Gaete…………………………………………………………...101-104
Nelly Lemus Villa…………………………………………………...107-110
Norma Aristeguy……………………………………..…………….111-118
Sandra Gutiérrez Álvez…………………………………………...119-122
Teo Revilla Bravo…………………………………………………...125-128
Vanessa Cristina Díaz Marín……………………………………..129-134
Ximena Gautier Greve……………………………………...…….137-144
Visuales………………………………………………………………145-146
Índice………………………………………………………………….…...147
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UNIDAS POR LA SANGRE
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