Universidad católica de el salvador

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Materia: Diseño y Gestión Curricular Licenciada: Silvia Carolina Marroquín Marroquín. Estudiante: Luis Antonio Arévalo Posada. Carrera: Licenciatura en ciencias de la Educación, en idioma inglés. Universidad católica de El Salvador Facultad: Ciencias y Humanidades Tema: Racionalidad Profesional.

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Page 1: Universidad católica de el salvador

Licenciada: Silvia Carolina Marroquín Marroquín.

Estudiante: Luis Antonio Arévalo Posada.

Carrera: Licenciatura en ciencias de la

Educación, en idioma inglés.

Universidad católica de El Salvador

Facultad: Ciencias y Humanidades

Materia: Diseño y Gestión Curricular

Tema: Racionalidad Profesional.

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Racionalidad Profesional.

El enfoque del profesor como profesional reflexivo conlleva un particular

posicionamiento respecto de las relaciones entre práctica educativa,

sujeto y conocimiento y, por lo tanto, racionalidad. Racionalidad.

Capacidad humana que permite pensar, evaluar y actuar de acuerdo a

ciertos principios de optimidad y consistencia, para satisfacer algún

objetivo o finalidad. Usando la razón, el ser humano intenta elegir para

conseguir los mayores beneficios. El ejercicio de la racionalidad está

sujeto a principios de optimidad y consistencia. Cualquier construcción

mental llevada a cabo mediante procedimientos racionales tiene por tanto

una estructura lógico-mecánica distinguible.

Profesión, del latín professĭo, es la acción y efecto de profesar (ejercer un

oficio, una ciencia o un arte). La profesión, por lo tanto, es el empleo o

trabajo que alguien ejerce y por el que recibe una retribución económica

Un docente es aquel individuo que se dedica a enseñar o que realiza

acciones referentes a la enseñanza. La palabra deriva del término latino

docens, que a su vez procede de docēre (traducido al español como

“enseñar”).

El papel del docente El papel del profesor no se reduce a la transmisión de

conocimientos, sino que se orienta a la formación integral de los

educandos.

El papel de un docente no implica dedicarse a dictar apuntes y consumir

sus horas de clases, sino en entregarse en cada una de ellas.

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Las cualidades de un buen docente es el resultado de una combinación de

cualidades, pero hay rasgos comunes que comparten todos los que se

dedican a la enseñanza. ¿Cuáles son las cualidades que más se valoran en

un buen docente? Ellos suelen ser una combinación de cientos de

cualidades diferentes que les permiten realizar su trabajo efectivamente.

No puede negarse que todos los educadores tienen su única mezcla de

aptitudes. Cada docente es diferente.

1. Es responsable

Aquí la responsabilidad implica que te atienes a las mismas expectativas y

estándares que exiges a tus alumnos. Debes ser justo e igualitario. Por

ejemplo, si no permites a los alumnos comer chicle, tú tampoco debes

hacerlo.

Es flexible: La flexibilidad implica que ante una situación especial o

problema eres capaz de hacer cambios en las lecciones o actividades en el

momento. Debes poder cambiar. Si la mitad de los alumnos no

comprenden un concepto, no puedes continuar sin encontrar una mejor

explicación para que entiendan.

Es compasivo: Es fundamental que puedas reconocer que tus estudiantes

tienen problemas fuera de la escuela y hagas los cambios necesarios para

ayudar a resolverlos y superarlos.

Es cooperativo: La cooperación es clave para trabajar efectivamente con

administrativos, otros docentes y los padres de los alumnos. Debes ser

capaz de crear vínculos con otros aunque no siempre te agraden.

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Es creativo: Un buen docente debe ser capaz de crear lecciones que

atraigan la atención de sus alumnos y los incentive a continuar viniendo a

clase. Las lecciones únicas, cautivantes y dinámicas surgen un buen efecto

en las clases siempre.

Es dedicado: La dedicación implica ir todos los días a clase y pasar el

tiempo necesario para que los alumnos reciban la mejor educación

posible. Es común que los educadores lleguen temprano y se vayan tarde,

e incluso trabajen parte de su fin de semana para asegurar buenas

lecciones.

Es empático: Un buen educador debe poder reconocer y empatizar con

las luchas de los estudiantes, aunque no puedan relacionarse

personalmente con ellas. Tiene que tratar de ponerse en el lugar de sus

estudiantes y ver las cosas desde su perspectiva suele ser esencial para

ayudar al alumno a triunfar.