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TURISMO

Hay un nuevo acceso por el Portal Carambola, al que se llega desde la localidad de Concepción, ubicada a 190 km de Corrientes capital, que permite conocer la cultura del Iberá.

La vida en los esteros

Textos: LORENA LOPEZ. Fotos: cONsERvATiONLANd TRusT Y L.L.

Grandes estancias con galería, fauna carismática como la

garza mora, la colorida ropa del mencho correntino

y su destreza en el agua componen la propuesta del portal.

Iberá, Corrientes

Bajo este sol hermoso y apa-bullante, el agua fresca es un remanso. Una gar-za mora nos mira pasar mientras una jacana (ave

pequeña de patas con dedos largos y delgadísimos) camina sobre las plantas acuáticas casi sin rozarlas. Estamos cerca del Parque Provincial Iberá, un área protegida correntina de 482.000 hectáreas que alberga fauna y f lora nativa en exce-lente estado de conservación, ideal para el turista que tiene ganas de encontrarse de cerca no solo con carpinchos y yaca-rés, sino también con venados, osos hormigueros, plantas, aromas y un paisaje único y agreste.

Nuestro guía se llama o le dicen Chopé y pertenece a una de esas pocas familias que to-davía viven “estero adentro”. Su profundo conocimiento del

terreno lo ha convertido en un guía excelente, ya que además de contarnos lo que vamos viendo (y de hacer largos si-lencios) es el encargado de lle-varnos en esta canoa tirada por un caballo. Sí, han leído bien: un caballo nos lleva al estilo trineo (por decirlo de algún modo), al paso cuando es pla-yo y nadando cuando las aguas son más profundas; si se tienen ganas de más aventura, basta zambullirse, agarrarse de las crines y dejarse llevar. Pero no termina en esto nuestra expe-riencia en el estero ya que la propuesta consiste, también, en conocer las costumbres de la gente que vive en la zona.

Bellos durmientes ■

Alicia, la esposa de Chopé, nos recibe con una sonrisa y una fuente de tortilla (harina, grasa,

Cabalgatas y arreos acuáticos de ganado son algunas de las actividades que propone el Iberá para conocer la forma del vida en el estero.

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TURISMO

Localidad de ingreso: ConcepciónDistancia desde Corrientes: 190 km de asfalto hasta Concepción (ruta 12, 118 y 6) y 30 de tierra hasta el arroyo Carambolita, donde se está construyendo un camping.

Actividades: canoas trineo, kayaks, refugios típicos en las islas, visita a casa de pobladores y museos.

Estado del camino: de tierra pero en buen estado, generalmente. Frente a grandes lluvias consultar con el guía.

Contacto: Facebook: guiasdesitioiberapora Tel.: 03782477339, guiasdesitioiberapora@gmail.com. Concepción en Facebook: municipalidadde.concepcion. Parque Nacional Mburucuya en Facebook: guias.p.n.mburucuya

Portal CarambolaAcceso

sal… ¡adictiva!) en el comedor de su casa, que está afuera, en el patio. Es que la casa correntina tradicional (sobre todo rural) se caracteriza por ser más bien pequeña en su interior pero con un gran patio de tierra que funciona como lugar de reunión, de mateadas y de comidas, una clara herencia de las aldeas guaraníes. Además del guiso de pollo a la olla de hierro, Alicia también ha pre-parado una ensalada porque “a los turistas les gusta” y así, entre char-la y silencios (hay mucho silencio en los esteros) nos cuenta cómo se desarrolla la vida diaria y el trabajo que dan los animales.

Pero la sobremesa no es larga: Chopé nos arrea nuevamente a la canoa porque tenemos que llegar hasta el Refugió Timbó. ¿Qué

nos espera allí? Una propuesta gloriosa después de tanta comida y calor: dormir la siesta en unos catres co-mo-dí-si-mos bajo un árbol o adentro del refugio cons-truido con el estilo tradicional de paredes de piri (pastos altos nati-vos) con techo de paja. El que no quiere dormir puede volar con la mente. O caminar. O sacar fotos. O quedarse quieto escuchando los sonidos del agua. Después, todos a tomar mate bajo el timbó que le da nombre al refugio.

Bienvenidos a Concepción ■

Concepción del Yaguareté Corá es un pueblo fundado hace más de dos siglos y con un privi-legiado acceso al Iberá (el centro

está apenas 35 km de donde nos embarcamos para nuestra tra-vesía por los esteros). Además, desde hace unos años ha apos-tado al desarrollo turístico ofre-ciendo servicios al visitante y un circuito de museos de alto nivel. Quizás el más curioso sea el de La Pilarcita, un museo infantil, muy colorido y deliciosamente organizado, donde las prota-gonistas son las muñecas y los cuentos que se pueden escuchar in situ. Sus primeras palabras sintetizan el espíritu del lugar: “Bienvenidos al universo de la belleza y la imaginación”.

Complementan el circuito el Museo Histórico donde se desta-ca la figura de Pedro Ríos, cono-cido como el Tambor de Tacuarí, que acompañó al general Belgra-no en la Campaña al Paraguay; el Museo del Hombre de Campo, que describe la figura del mencho correntino; y el Centro de Inter-pretación del Iberá, que conviene visitar antes de realizar la excur-sión a los esteros para compren-der y disfrutar mejor este am-biente rico en naturaleza.

Rosario Salazar teje con es-partillo e hilo de palma caran-day, dos especies vegetales típi-cas de los esteros, y sus dedos hacen bellezas que nombramos como apoyapavas, paneras, por-talámparas y sombreros. Mien-tras nos cuenta cómo es la cose-cha de las plantas, cómo se teje y

cuánto tiempo le lleva (mucho), sus manos trabajan y como por arte de magia aparece el primer atisbo de lo que será una canas-ta. “A todo turista que quiera yo le enseño”, dice con una sonrisa.

A la propuesta de visita a los ta-lleres de artesanos se suma Co-qui Ríos, que trabaja en plata, y Eleuterio Aguirre, conocido por sus trabajos en madera y pren-das y botas de cuero. Para cerrar

la jornada, Zunilda nos invita a dar una vuelta en carro por el pueblo, un paseo típico de Con-cepción.

En Colonia Tabay y a 40 km de Concepción nos esperan para de-

El pueblo de Concepción del Yaguareté Cora (su nombre completo) ofrece además un circuito de artesanos, cuyos talleres pueden visitarse para adquirir piezas únicas.

Gracias a las acciones del gobierno provincial y de diversas ONG, hoy la naturaleza del Iberá se encuentra en excelente estado de conservación.

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TURISMO

sayunar en Abuelita Justa, una estancia ganadera que pertenece a la misma familia desde hace 5 generaciones y que ha abierto sus tranqueras al turismo. Nos recibe Francisco, su dueño, con la pro-puesta de hacer nuestro propio chipá y así es como mezclamos un kilo de fécula de mandioca con un cuarto kilo de manteca, dos huevos, leche y mucho queso sardo y de cáscara colorada.

Al cabo de 45 minutos ya esta-mos con el mate, el café y los chi-pás de verdad (no los de paquete) recién salidos del horno y que se deshacen en la boca. Cabal-gatas, caminatas por el monte, paseos en kayak y hasta pescar

palometas en su propia laguna de 60 hectáreas es lo que ofrece. También visitar un vivero de or-quídeas, cosechar frutas y hasta hacer dulce de guapurú, que es complicado pero exquisito.

Parque Nacional Mburucuyá ■

La visita que cierra nuestro recorrido es en el Parque Nacio-nal Mburucuyá. Antes de entrar en esta área protegida de casi 18.000 hectáreas hacemos un alto en el pueblo de Mburucuyá (cuna del chamamé tradicional) para almorzar en el Club Unión, con un menú preparado por Gi-sela, una chef que volvió a su pueblo luego de haberse ido para estudiar. Nos recibe con una pi-cada con carne, sopa paraguaya y mandioca y como plato princi-pal kiveve de andahí (especie de polenta dulzona y picante pero de zapallo con queso y cebolla) con pollo alimonado.

Llegamos al Parque Nacional y emprendemos el recorrido del sendero Cheroga (uno de los tan-tos posibles) que permite ver agua, pastizal y selva. Se nos da por pro-bar el fruto del yatay, que es muy parecido al níspero, y nuestra guía nos ayuda a ver a los carpinchos, ñandúes, aguará popé y algunas aves que saben camuflarse muy bien. El Parque va cambiando de paisaje, cada uno con su belleza sencilla y a la vez espectacular. Y cuando nos aquietamos y ha-cemos silencio, la riqueza de la naturaleza aparece con todo su esplendor. Realizamos un alto pa-ra tomar unos tererés que vienen muy bien luego de una larga cami-nata y nos preparan para seguir recorriendo.

La canoa tirada por caballos es el medio de transporte usado en esta zona donde el agua manda. Es fundamental que el caballo sea manso y acostumbradoa llevar “algo detrás”.

La producción de naturale- ●za consiste en trabajar para aumentar la presencia de vida silvestre hasta la capa-cidad de carga de un ecosis-tema y luego cuidarla para que resulte un atractivo turístico.

Este es el ● objetivo principal del Parque Provincial Iberá, ubicado en el corazón de los esteros correntinos, junto con algunos campos privados también dedicados a la con-servación de la naturaleza.

Producirnaturaleza

La estancia Abuelita Justa ofrece turismo rural, pesca recreativa y la posibilidad de aprender a hacer chipá con la receta tradicional.

R E C O N V E R S I O N

De mariscadora cuidador

■ El mariscador era un cazador y pescador nómade de los esteros que se relacionaba con los pobla-dos solo para vender cueros y comprar provista (alimentos). Estos hombres del Iberá conocían como nadie el territorio lacustre en el cual se movían y el compor-tamiento de los animales. Cuando en 1983 el Iberá se convir tió en un área protegida, se convocó a estos baqueanos mariscadores para que se convir tieran en guar-daparques y utilizaran sus cono-cimientos del estero para conser-varlo. Hoy, son los principales guardianes de la naturaleza.La indumentaria del hombre del Iberá es muy llamativa por sus colores y diseños. Las prendas de trabajo incluyen polainas de vivos colores, cinto ancho, rastra, som-brero y pañuelo. El uso del color en Corrientes tiene matices sim-bólicos ya que muchas veces re-vela la opinión política de quien lo usa o de qué santo es devoto.

Museo Histórico Manuel Belgrano, de Concepción. En la vitrina, un uniforme de la Compañía de Cazadores Correntinos, de principios del siglo XIX.