UTILIDAD DEL 3D EN GINECOLOGÍA

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Medicina Perinatal

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UTILIDAD DEL 3D EN GINECOLOGA

Al igual que en la obstetricia han surgido innumerables trabajos que muestran utilidad del ultrasonido 3D en el mejoramiento del diagnstico de mltiples patologas uterinas y anexiales.

Cabe resaltar la incorporacin del plano coronal uterino, el cual permite estudiar exactamente las relaciones anatmicas de los diferentes componentes internos del tero, logrndose evaluar con mucha precisin las malformaciones mllerianas an sin necesidad de histerosonografa complementaria. Otra utilidad de este corte es la ubicacin exacta de lesiones endometriales y su relacin con los ostium tubricos o el crvix, as como tambin la ubicacin exacta de dispositivos intrauterinos. Existen tambin publicaciones que evalan la eficacia del volumen endometrial para la deteccin de patologa endometrial proliferativa.

Finalmente, se destaca la utilidad del ultrasonido 3D en la evaluacin de patologa anexial como el sndrome de ovario poliqustico y los tumores ovricos, facilitando su caracterizacin benigna o maligna cuando se usa junto al doppler, as como tambin permite evaluar mejor la respuesta al tratamiento en algunos casos de cncer ginecolgico

La ecografa 3D , junto al control de la correcta localizacin de los DIUs ,

nos indica con precisin el modelo , ayuda importante a la hora de la valoracin

de la integridad del dispositivo .

A nivel del tero dos importantes procesos pueden beneficiarse de las

tres dimensiones : nos referimos a los cnceres de cuello y de endomatro . El

estudio del volumen de la lesin , en estas pacientes , ofrece una mayor

seguridad diagnstica y en el caso concreto del cncer endometrial una

fiabilidad superior a la de la medicin del espesor endometrial ( 13,14,15 ) . El

power dppler 3D nos puede ayudar a una mayor precisin diagnstica entre

procesos benignos y malignos ( 16 ) .

La esterilidad y la reproduccin asistida es otro de los campos abiertos ,

en los que la ecografa 3D puede tener importancia . Aunque no parece existir

una buena correlacin entre volumen endometrial y valor predictivo de

embarazo en mujeres sometidas a FIV

El estudio de las masas anexiales , es quizs la patologa ginecolgica a

la que ms puede ayudar la tercera dimensin espacial . Junto a la posibilidad

de estudiar las caractersticas internas de la cpsula tumoral , los tabiques y el

contenido , el empleo del power-3D ayuda a la mejor valoracin del proceso de

la angiognesis

la ecografa tridimensional permite la medicin precisa del rea y volumen de las estructuras objeto de anlisis. Al realizar estudios tanto in vitro como in vivo comparando la ecografa convencional con la tridimensional, ha quedado patente la mayor precisin de sta al hacer mediciones tanto de reas como de volmenes.se ha correlacionado la visualizacin del cumulus mediante ecografa tridimensional (Fig. 3) con la madurez folicular y la mayor tasa de fertiIizacin.Tras la ovulacin, la ecografa tridimensional permite observar la formacin del cuerpo lteo (Fig. 4). Adems, tanto el Doppler color tridimensional como la angiografa Doppler posibilitan ver la rica vascularizacin que presentan estas estructuras (Fig. 4).

El uso de la ecografa tridimensional en tiempo real permite un control minucioso del transfer embrionario al interior de la cavidad uterina. Gracias a la visin en los tres planos del espacio, podemos tener la certeza deque los embriones son depositados en el fundus uterino (Fig. 7).

Figura 7. La imagen muestra una transferencia ecaguiada. Se ha aislado en la foto slo el endometrio. Se ve (flechas) (A) el catter de plstico (Wallace), y cmo se evita tocar el fondo miometrial.MALFORMACIONES UTERINAS (ANOMALAS MLLERIANAS) POSIBILIDADES DIAGNSTICASHoy existe la certeza de que sin la ayuda diagnstica de la laparoscopia resulta imposible diferenciar un tero septo de uno bicorne.Por lo antes mencionado, la ecografa tridimensional adquiere mayor importancia, dado que permite diferenciar estas dos anomalas de forma precisa. As pues, en el estudio tridimensional podemos observar una cavidad endometrial unida a nivel cervical pero separado anivel fndico. Junto al estudio de la cavidad endometrial, el del fundus uterino posibilita apreciar la presencia de la tpica hendidura entre ambas cavidades uterinas (Fig. 4). Hay que matizar que esta hendidura debe medir ms de 10 mm para permitir su diagnstico diferencial con el tero arcuato.El tero septo es el resultado del fallo de la reabsorcin del tabique medio de los conductos paramesonfricos o de Mller. Este tabique fibromuscular dividir la cavidad uterina en dos de forma simtrica, y, dependiendo de su extensin, dar lugar al tero septo (tipo Va) o subsepto (ti-po Vb),Este tipo de anomala mlleriana congnita es una de las variedades ms comunes, siendo dos veces ms frecuente que el tero bicorne. Adems, la variedad subsepta (Vb) representa el 85% de los casos.En el estudio ecogrfico tridimensional podemos observar claramente la presencia del tabique, caracterstico de este tipo de teros (Fig. 5). Dependiendo de su extensin en la cavidad uterina, etiquetaremos el tero como septo completo o parcial. Por otro lado, resulta muy importante el estudio del fundus uterino para poder diferenciarlo del tero bicorne. En este caso se pone de manifiesto un fundus uterino plano, sin presencia de la hendidura tpica del bicorne.

Figura 4. tero bicorne (clase IV].(A) Estudio histerosalpingogrfico. (B) El estudio tridimensional de la cavidad uterina pone de manifiesto una imagen que reproduce fielmente la obtenida con la HSG. (e) Reconstruccin de los tres planos del espacio en el mismo caso. Resulta de gran ayuda el estudio del fundus uterino para diferenciar este tipo de tero del septo. (D) El estudio del plano frontal permite analizar tanto el fundus uterino como la cavidad endometrial. Obsrvese la presencia de una hendidura tpica entre ambas cavidades uterinas (flechas).

Figura 5. tero septo (clase V).(A) Estudio histerosalpingogrfico. (B) Reconstruccin tridimensional del mismo caso. (e) El estudio volumtrico pone de manifiesto claramente la presencia del tabique uterino, caracterstico de este tipo de teros. Por otro lado, resulta muy importante el estudio del fundus uterino para poder diferenciarlo del tero bicorne. En este caso se evidencia un fundus uterino plano, sin presencia de la hendidura tpica del bicorne (flecha). (D) Representacin de los tres planos del espacio en el mismo caso.Clase VI: tero arcuatoEl tero arcuato representa una anomala congnita menor, causada por el fallo de fusin de los conductos de Mller. Este tipo de anomala fue inicialmente incluida como una variedad del tero septo, aunque en la ltima clasificacin de la ASRM se le etiquet con su propio grupo, dado sus caractersticas clnicas, totalmente diferentes a las del tero se pta.Biometry of the pubovisceral muscle and levator hiatus by three-dimensional pelvic floor ultrasound

Published Online: 10May2005

Biometry of the pubovisceral muscle and levator hiatus by three-dimensional pelvic floor ultrasound

H. P. Dietz 1 *, C. Shek 2, B. Clarke 3

1Western Clinical School, Nepean Campus, University of Sydney, Penrith, Australia2Tuen Mun Hospital, Tuen Mun, Hong Kong SAR, China3Royal Women's Hospital, Brisbane, Australia

Methods

In a prospective observational study, 52 nulligravid female Caucasian volunteers (aged 18-24 years) were assessed by two-dimensional (2D) and 3D translabial ultrasound after voiding whilst supine. Pelvic organ descent was assessed on Valsalva maneuver. Volumes were acquired at rest and on Valsalva maneuver, and biometric indices of the pubovisceral muscle and levator hiatus were determined in the ax ial and coronal planes.

Results

In the axial plane, average diameters of the pubovisceral muscle were 0.4-1.1 cm (mean 0.73 cm). Average area measurements were 7.59 (range, 3.96-11.9) cm[2]. The levator hiatus at rest varied from 3.26 to 5.84 (mean 4.5) cm in the sagittal direction, and from 2.76 to 4.8 (mean 3.75) cm in the coronal plane. The hiatus area at rest ranged from 6.34 to 18.06 (mean 11.25) cm2 increasing to 14.05 (6.67-35.01) cm2 on Valsalva maneuver (P = 0.009). There were significant correlations between pelvic organ mobility and hiatus area at rest (P = 0.018 to P < 0.001) and on Valsalva maneuver (all P < 0.001).

Conclusions

Biometric indices of the pubovisceral muscle and levator hiatus can be determined by 3D ultrasound. Significant correlations exist between hiatal area and pelvic organ descent. These data provide support for the hypothesis that levator ani anatomy plays an independent role in determining pelvic organ support. Copyright 2005 ISUOG. Published by John Wiley & Sons, Ltd.

Original Paper

Posterior compartment prolapse on two-dimensional and three-dimensional pelvic floor ultrasound: the distinction between true rectocele, perineal hypermobility and enterocele

H. P. Dietz *, A. B. Steensma

University of Sydney and Royal Prince Alfred Hospital, Sydney, Australia

email: H. P. Dietz ([email protected])

*Correspondence to H. P. Dietz, Department of Obstetrics and Gynaecology, Western Clinical School, Nepean Campus, University of Sydney, Nepean Hospital, Penrith NSW 2750, Australia

Keywords

3D ultrasound enterocele prolapse rectocele rectovaginal septum translabial ultrasound

Abstract

Objectives

Posterior compartment descent may encompass perineal hypermobility, isolated enterocele or a true rectocele due to a rectovaginal septal defect. Our objective was to determine the prevalence of these conditions in a urogynecological population.

Methods

One hundred and ninety-eight women were clinically evaluated for prolapse and examined by translabial ultrasound, supine and after voiding, using three-dimensional capable equipment with a 7-4-MHz volume transducer. Downwards displacement of rectocele or rectal ampulla was used to quantify posterior compartment prolapse. A rectovaginal septal defect was seen as a sharp discontinuity in the ventral anorectal muscularis.

Results

Clinically, a rectocele was diagnosed in 112 (56%) cases. Rectovaginal septal defects were observed sonographically in 78 (39%) women. There was a highly significant relationship between ultrasound and clinical grading (P < 0.001). Of 112 clinical rectoceles, 63 (56%) cases showed a fascial defect, eight (7%) showed perineal hypermobility without fascial defect, and in three (3%) cases there was an isolated enterocele. In 38 (34%) cases, no sonographic abnormality was detected. Neither position of the ampulla nor presence, width or depth of defects correlated with vaginal parity. In contrast, age showed a weak association with rectal descent (r = -0.212, P = 0.003), the presence of fascial defects (P = 0.002) and their depth (P = 0.02).

Conclusions

Rectovaginal septal defects are readily identified on translabial ultrasound as a herniation of rectal wall and contents into the vagina. Approximately one-third of clinical rectoceles do not show a sonographic defect, and the presence of a defect is associated with age, not parity. Copyright 2005 ISUOG. Published by John Wiley & Sons, Ltd