Valor del Rosario - mater-purissima.org el balcón con su palabra vehemente y alentadora. Aquel fué...

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Nº XXI Palma, Octubre de 1924 Año II ”””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””

Valor del Rosario

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La España del Rosario es la verdadera España. Es la que declaró su fé, sus sentí-mientos, en el Concilio III de Toledo, la que, aniquilada o sumergida quedó en las aguas del Guadalete y surgió luego vigorosa y pujante en Covadonga. Sí, nuestra España perdió la fé, se entregó a las más brutales pasiones y el Dios de justicia de -sató sobre ella su justa cólera enviando numerosas bandadas de huestes agarenas que se apoderaron de ella, los hijos del desierto se posesionaron de nuestra Patria amada. Dos años bastaron a Tarik y a los suyos para recorrer nuestro suelo y aniquilados quedatnos, roto el cetro que reyes católicos empuñaron, arrastradas por el fango nues -tras creencias, la doctrina de Mahoma imperaba y lo dominaba todo, no quedaba ras -tro de nuestras pasadas glorias, ni casi esperanza de recuperarlas. Tuvo Dios misericordia de su pueblo, y cuando sólo sombras nos envolvían por doquiera, se levantó arrogante un puñado de gentes que no queriendo someter su con -ciencia al error, habíanse refugiado en las montañas de Covadonga; no estaba muer-to en sus pechos el amor a María, e impulsados por su maternal auxilio, levantaron la voz de, l Salvemos la Patria !; y uniéndose a ellos catalanes, astures y aragone-ses empezó la Reconquista. Volvía España a ser de María: al cálido despertar del sentimiento religioso, por todas partes encontrábanse imáenes ocultas, ora dentro un árbol, ya en el interior de una caverna, o bien en oscura gruta, en donde las ha- bía ocultado la piedad de los fieles, a fin de evitar la profanación de las hues -tes muslímicas. Llegaron mejores tiempos; empezaba nuevamente España a cerner -se, cual gigante águila, en las regiones del sol; no se ponía éste en sus dominios; incomparables genios habían dado el golpe decisivo, Fernando III el Santo y Jaime el Conquistador, cuando en el hermoso cielo de nuestra Iglesia descúbrese un astro brillante de magnitud extrema: Domingo de Guzmán: éste era el ángel que Dios deparaba para unir nuevamente a España con su Criador.

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¡ El Santo Rosario ! he aquí el áureo lazo; con él se levanta glorioso el estandarte en las Navas de Tolosa; por su mediación cuentan por victorias sus batallas nuestros reyes; él pone paz en las familias y alcanza bendiciones abundantes. No se ve al hijo descreído alejarse del hogar paterno, en el que se santifica por medio de este místico ramillete, tan grato a María; la paz reina en donde él impera; fortificando con tal arma poderosa, surgen genios. Llevando a cabo proezas sin cuento. Mas, de nuevo ve enroscarse nuestra Patria al terrible dragón que aprisiona su gar -ganta, y con férreas ligaduras, amenaza hundirla de nuevo en el charco cenagoso de la terrible masonería. Alcemos, pues, el grito: ¡ alerta, católicos ! No olvidemos las sanas costumbres que ennoblecieron a nuestros antepasados; si ellos con esta arma triun-faron en sus empresas, también nosotros venceremos. ¡ Alerta, pues, no sea que el día de la cuenta tengamos que hundir nuestra frente en el polvo, avergonzados de haber hecho traición a nuestras antiguas creencias ! Si esto digo refiriéndome a todos, ¿ qué os diré, amadas compañeras, las que, como yo, bebimos en la clara fuente de la Pureza amor a María, en donde nos en -señaron el valor inmenso de este rico tesoro del Santo Rosario, que une la tierra con el cielo ? Recemos sí. pero no con los labios: que el corazón acompañe a la mente; que honremos a nuestra Madre y procuremos honrar a nuestra España, a esta matrona, señora de dos mundos cuando sus hijos la ceñían de laureles, teniendo por funda -mento indestructible el sentimiento religioso y como expresión del más puro amor, el Rosario de María. N. N. Ex - alumna “”””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””””

Sobre la Rdma. M. Alberta Giménez

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Gracias a Dios podemos dar comienzo a la publicación de datos y materiales para la futura biografía de la Rdma. M. Alberta Giménez, la cual conviene abunde en e - jemplos y pruebas históricas, como abundó en frutos de virtudes. Lo que a continuación publicamos puede servir de norma a todos los que puedan proporcionar datos semejantes entresacados de escritos, cartas o de los recuerdos que conserven: frases, hechos, anécdotas, etc., reveladores de las singulares c ualidades y virtudes que adornaron la vida de nuestra amada Madre 214

Repasemos las virtudes y veamos lo que podemos referir de cada una de ellas: su fé, confianza en la Providencia, caridad, prudencia, libertad de es -píritu, firmeza y entereza, ecuanimidad, humildad, paciencia, recogimiento, mor- tificación, mansedumbre, etc., etc.

Oración

« Para vencer el sueño o tibieza en la oración, antes de empezarla con -sideraré a Jesús orando en el huerto de Getsemaní, sudando sangre ». ( Pro -pósitos de 1882 ).

Examen

« Concederé mucha atención el examen para la confesión, al general, al

particular y al de superiora, no dispensándomelos nunca ». ( Propósitos 1896 ). « Haré motivo ordinario de confesión todas las faltas contra estos mis

propósitos, teniéndolos presentes en el examen ». ( Prop. 1882 ) .

Presencia de Dios

« Haré frecuentes actos de presencia de Dios y de hora en hora le ofreceré

mis obras, y le recibiré espiritualmente cuantas veces me sea posible hacerla con recogimiento y devoción ». ( Prop. 1896 ).

Humildad

« Procuraré ser profundamente humilde, como virtud especial de Jesús ». ( Prop. 1882 ). « Nngún mérito tengo propio. No veré en mí más que mis miserias y pe-

cados a fin de que, humillándome como el publicano del Evangelio, como él nconsiga la gracia de la justificación, No hablaré nunca de mí ». ( Prop. 1886 ). « Siempre que por razón de mi cargo, deba preceder a las Hermanas, me repetiré: « Los últimos y más pequeños en la tierra son los primeros y más grandes en el cielo ». ( Prop. 1896 ). « No me acostaré nunca sin haber antes pedido perdón a cualquier hermana

a quien tema haber ofendido, o a todas las que se hallen en el coro después del ejercicio de la noche, siempre que en el examen tenga que reprenderme haberles dado algún mal ejemplo ». ( Propósitos 1882 - 1896 ). 215

Caridad

« Procuraré con mi cariño y dulzura ganar la confianza de todas mis herma -nas y hacer me consideren su mejor amiga ». ( Prop. 1882 ). « Corregiré caritativamente cuantas faltas observe en las Hermanas ». ( Prop. 1882 ). Un rasgo de su caridad es el cariño y familiaridad con que se comunicaba con las Hermanas en frecuente correspondencia. Sus cartas atesoran frases pre -ciosas reveladoras de este buen espíritu. Véanse algunos ejemplos: “ No sabe V. cuánta hambre tengo de noticias de mi querido rebaño.., Supongo recibirá V. ésta al salir de ejercicios en santa paz con Dios y en este supuesto pido a V. alguna oracioncita para que nos lleve Dios sin percance desagradable a nuestra roqueta y a esa queridísima morada . ( Carta desde Olle -ría a una Hermana, 1911 ). «.. Su despedida me dejó un puntito negro. ¿ Pude disgustar a V.? Si lo hice fué muy sin pensar ni querer; olvídelo V. para siempre y crea que, de corazón, pido para V. a Dios la paz del alma y alegría del espíritu “. ( Carta a una Hermana, 1907 ).

Edificación en las cartas

Recojamos algunas de las perlas de palabras edificantes con que esmaltaba sus cartas. « Todas procuren dar mucha gloria a Dios y atesorar virtudes para el cie- lo ». ( Carta a una H., 1896 ). « Noticias desagradables según la carne, pero que como buena cristiana y buena religiosa recibirá con santa alegría. Un angelito más en el cielo y un peregrino menos en la tierra. ( Se trara de un sobrinito de la H. a quien escri- be en 1896 ). Seamos buenas y acatemos los designios de la Providencia que lo dispone todo para nuestro mayor bien. ¡ Paz y santa alegría ! ». « Hoy escribo sin poder decir a V. cosas satisfactorias como yo quisiera pero no malas del todo, y sobre todo, enviadas por Dios que no puede en - viamos más que lo que nos conviene ». ( Carta 1899; se refiere a dificultades en la fundación de Agullent ). “ Confío en que esto ha de prosperar, según la animación de estos vecinos y pueblos limítrofes. Oración y confianza en Dios a quien reservamos la gloria de todo “ ( Se refiere a la misma fundación. ( Carta 1899 ) 216

EXCMO. Y RDMO. SR. D. PRUDENCIO MELO ARZOBISPO DE VALENCIA, QUIEN BENDIJO LA NUEVA CAPILLA

DEL COLEGIO DE ALCÁCER, EL 20 JULIO DE 1924 217

Bendición de la nueva capilla del Colegio de Alcácer ……………

Una Capilla nueva en la Pureza de Alcácer

LA PRUEBA DE UNA RECETA

Todo eso ha sido la construcción de esta nueva Capilla. Andaba la Madre Superiora, quebrados el corazón y la cabeza, sin saber cómo

dar salida a un proyecto, cuya ne-cesidad sentía el Colegio desde su fundación, y daban de ello prueba todos los días los niños pequeños que se caían por las escaleras y las personas mayores que se quedaban sin subir,cuan- do vino volando, por correo sería, una receta, que, copiada al pié de la letra de «Lo que puede un Cura hoy» decía así: «Una receta para buscar y encontrar dinero para las obras buena s».

Primer ingrediente: Necesidad de la obra; es decir que la obra para la que se busque el dinero, la necesite la gloria de Dios o el bien de la s almas. CAPILLA DEL COLEGIO DE LA PUREZA -

ALCÁCER, RECIENTEMENTE CONSTRUIDA Y BENDECIDA

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Segundo ingrediente: Conservación del espíritu de la obra: El espíritu de una obra es la razón de ser de la misma. Dios no tiene nada ni a nadie en el mundo para vaguear, lo tiene para algo.

El individuo y la obra que dejan de servir para lo que Dios los ha hecho, pierden su razón de ser y se pierden. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tercer ingrediente: La Constancia en los que dirigen la obra. Para la mar-cha de toda obra buena, hacen falta Dios y un hombre. Mientras la obra sea buena y necesaria, Dios no se aburre ni se va; luego si la obra decae. ¿ de quién será la culpa ? ¿ Quién será el aburrido ? Obtenidos estos tres ingredientes, agítense con la actividad del celo, y la mezcla póngase al fuego de un amor muy vivo, muy confiado y muy sentido al Corazón de Jesús, y no se aparte hasta que haya soltado un microbio que hace mucho daño a aquellos ingredientes, y que se llama el Yo. Y entonces con toda seguridad, vienen las pesetas y todos los medios ne -cesarios para las obras buena s». La Superiora sintió correr por sus venas toda la inspiración de la gracia y dispuso al momento la colocación de la PRIMERA PIEDRA

Aquello fué cuestión de días. Corrió la voz de que se iba a emprender la

obra de la Capilla; se dijo que el Sr.Arzobispo vendría a colocar la primera piedra y a bendecir una campana, que como un anticipo de la futura Capilla se regalaba ya, ( alguien dijo que eso era comenzar la obra por el tejado ). y había que ver el patio y el jardín del Colegio el día 29 de junio de 1921

El Sr. Arzobispo entonces, hoy Eminentísimo Cardenal Primado. Doctor D. Enrique Reig. pensaba al ver tanta gente y tanto entusiasmo que todo Alcácer había tomado como propia aquella empresa del Colegio y le quiso hablar desde el balcón con su palabra vehemente y alentadora. Aquel fué el primer buen éxito que se apuntaba la fé en la Providencia del Corazón de Jesús, pri -mer elemento con que se había contado.

A LOS TRES AÑOS A los tres años aquella piedra ha quedado totalmente transformada en

las esbeltas paredes que vemos con sus ventanales góticos, en las gracio- sas bóvedas y en el altar perfecto de líneas, que dan una agradable sensa- ción artística 219

Yo no sé el tiempo que puede costar hacer una obra así. No sé las Capillas como ésta que pueden hacerse en tres años con mucho dinero, con muchos obreros y sin ningún contratiempo. Pero lo que sí puedo afirmar es, que hacer una capilla, como se ha hecho ésta del Colegio de Alcácer, en tres años, me parece un hecho, que, si para los extraños no tiene ningún signo de novedad por lo menos, a los que hemos asistido al

DESARROLLO

de esta obra nos parece que tiene todos los caracteres de una intervención sobre-natural, que no será nada nueva, es verdad, pero que estamos tan poco acos - tumbrados a ver aún en las obras que son para Dios, que no dudamos en re -conocer que vale mucho contar, ante todo y sobre todo, en empresas de gloria divina con el divino interés y providencia del Corazón Divino de Jesús.

Para hacerse cargo del camino que ha tenido que seguir en su desarrollo la construcción de la Capilla, sólo hay que pensar en esa obra de 19 metros por 7, que se levantaba sin fondos previos, sin suscripciones fijas y sin donativos grandes.

Necesariamente ha tenido que recorrer el camino de una continua oración por parte de los que intervenían, tomando a cada momento el preparado eflcacísimo de aquella oportuna y valiente receta.

FRAGMENTOS DE COSAS BONITAS MUY BIEN DICHAS

Nuestro venerable y desde ahora más querido señor Arzobispo, D. Prudencio Melo, en su discurso, luego de la bendición de la Capilla, dijo esta frase que nos hizo temblar de emoción: “ Cada piedra de estas paredes pudiera contar una historia de generosidad y de amor “. Los que estamos metidos en esta obra sabemos que esa frase es una gr an verdad.

Hay que decir que a esta empresa se abrió marcha con el canto de un «Acordaos», que era para la Santísima Virgen un compromiso, que la hacía in -tervenir en esta obra y obligaba al Corazón de Jesús a dar gusto a los ruegos que por ella le haría su querida Madre. ¡ Notas dulcísimas de aquel «Acordaos», cómo habéis alentado en este empeño que tomamos para gloria de Dio s!.

EL DÍA DE LA BENDICIÓN

¿ Habéis visto el cielo que brilla en el rostro de la madre en el primer beso que da a su hijo ? El día de la bendición de la Capilla brillaba en el Colegio un cielo así, cielo de gozo porque la Capilla estaba terminada.

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El gozo se completaba con la presencia de nuestro Prelado, que bondado -

samente quiso venir de Valencia a bendecirla; con las Religiosas que habían ve -nido de Palma, de Agullent, de Onteniente, de Jumilla y de Valencia; con los ve -nerables Párrocos de San Pedro de Valencia, de Catarroja, de Silla y de Picasent, que, con el de aquí, asistían al Excmo. Arzobispo; con el sentido telegrama de nuestra Reverendísima Madre presente espiritualmente a la fiesta; con el Ayun -tamiento en corporación, tan deferente en todo lo que se refiera al Colegio; con los padrinos, el caballero D. Eduardo Llácer y la señora D.ª Dorotea Reynal de Hernández, para quienes hemos de tener un recuerdo de especial gratitud; con las alumnas, con los niños, con la muchedumbre que ofreció al Sr. Arzobispo y al Colegio el obsequio de sus aplausos y de sus ¡ vivas .! Todo eso ponía a la fiesta de la bendición las notas más sublimes del gozo que llenaba ese día el corazón del Colegio extremecido de entusiasmo y anonadado ante la bondad de Nuestro Señor, que un día así le regalaba en el regalo que le hizo de la her -mosa Capilla.

¡ YA ESTÁ JESÚS AQUÍ ! ¡ Venite, adoremus ! Lo llevaba el Sr. Arzobispo en la procesión del traslado

desde el antiguo oratorio; que se quedaba solitario y muerto, y al entrar parecía que la Capilla se iluminaba y se encendía en fuego de gloria. Desde el coro se cantaba la entrada triunfal del Rey a su palacio; la toma de posesión que ha -cía de su Cátedra el Maestro; el abrazo que daba el Padre a sus hijos en la nueva Casa. Se cantaba y se lloraba también, porque el Corazón de Jesús al quedarse allí parecía un recuerdo de todo el deseo doloroso y constante, que había sido necesario para llegar a ese momento dichoso y mii veces sonado de Jesús, Sacramentado en la nueva Capilla.

Y QUIEN NO LO CREA QUE PRUEBE Y VERÁ Se cantaba y se lloraba también, porque la receta había producido su efec -

to. Aquellos ingredientes indispensables en las obras de celo, conservados o re -novados sin cesar, nos hacían mirar al Sagrario, que nosotros veíamos triunfante en la cumbre de nuestra oración, de nuestra fé y de nuestra confianza invencible en la promesa del Corazón Sagrado. El Corazón de Jesús había llegado allí por un camino perfumado con los pequeños sacrificios de mil privaciones infaotiles; por un camino bien pisado por las andanzas de personas que han llamado y han pedido, con un vencimiento de todo respeto humano, a todas las puertas de la generosidad cristiana y de la riqueza egoísta; por un ca-

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mino que hablan andado antes todos los buenos cristianos, que han llevado a la Capilla del colegio la protección de su trabajo, de sus donativos y de su sim -patía. Para levantar la Capilla se había levantado antes un andamiaje de Cris -tianismo y de Eucaristía, que daban a las paredes y a toda la obra una di -rección totalmente educativa que abría en las almas que se acercaban allí un horizonte que limitaba la luz amarilla y roja de la lámpara del Sagrario.

¡ SEÑOR, NOSOTROS LO HEMOS VISTO,

HEMOS CREIDO QUE TÚ ERES JESÚS! ¡Cuántas veces lo hemos repetido, luego de ver al Señor allí. En la primera

Misa que se dijo y en el triduo que hemos celebrado de acción de gracias, nues- tro corazón se complacía en enviar al Sagrario esa frase, como el mejor recono -cimiento al amor del Corazón de Jesús victorioso en las obras emprendidas, con la confianza puesta entera en Él.

Ya tenemos la Capilla; ya tenemos su puerta abierta a la calle; ya vienen los fieles a la Misa y a la bendición; ya se abre frente a las clases y se arro-dillan las colegialas y rezan los párvulos y el Maestro cumple su oficio reci-biendo antes que los otros las lecciones de preparación y de acción de gracias de todos los que viven en este Colegio; enseñando a maestros y a discípulos, desde su cátedra de amor; vivificando con su mirada toda la obra educativa de las Religiosas de la Pureza de Alcácer.

¡Nueva capilla del Colegio; Clase mejor del Maestro más bueno! Que todos los que pasen por aquí, aprendan tus lecciones de amor, para que Alcácer se sal-ve, con una generación de hombres y de mujeres, cristianos, cultos y trabajadores.

N. N. PBRO:

Discurso pronunciado por la niña Amparo D. Pinilla el día de la solemne bendición de la Capilla del Colegio de AIcácer

Excmo. Sr..señores: ¿ Qué es esto ? Terminóse la obra de Dios. Sí, esta obra es, S. Iltma., grande en sus comienzos, poderosa en los medios, divina en su fin.

HHace tres años, un soplo de amor, una chispa de celo, ¡ mpulsaron a levantar este ttemplo donde innumerables niños deberán aprender del Maestro divino las ense- ñanzas cívicas y morales del hombre perfecto. El afán por acercar el parvulillo a Jesús - Hostia enterró la primera piedra de esa construcción de pequeños sacrificios. 222

y la obra terminóse felizmente, porque persiguió siempre un mismo fin, con fe, con constancia y con amor.

Señores, conozcamos a Jesús. Sí, al Jesús que conocí de parvulita, a Jesús -Niño que bajó del Cielo para salvarnos y quedóse en la tierra porque nos amó infinitamente. Oh ! permitidme os manifieste mil ideas y conceptos que pugnan por salir y os describa recuerdos que me cautivan porque huelen a inocencia, a amores puros, a entusiasmos santos. Ay ! ¡ cuánto me dicen mis primeros en-sayos de piedad ! ¡ cómo recuerdo agradecida aquellas escenas encarísticas que todavía se repiten hoy !... formados en dos filas centenares de niños subíamos a la Capilla que hasta ahora fué mansión de nuestro Jesús; diminutos cuerpecitos tambaleaban a cada escalón, a gachas íbamos muchos, corriendo algunos, pen- sando casi todos en lo que diríamos al Niñito prisionero. Ya en la capilla, en semicírculo atrayente coronábamos el altar y la Madre nos decía muy quedito; Niños, si supierais cuánto os ama el Niño Jesús escondido en esa Casita de oro que se llama Sagrario ! y vosotros ¿ le amáis mucho ? »-- Sí, respondíamos a coro -- El os ve, seguía diciendo la Madre, conoce vuestras travesurillas; ¿dis -gustaréis más con ellas a Jesús ? » -- No, Madre -- « Bien, pues, proseguía ésta, Jesús os perdona; aún más, espera que le pidáis para daros de sus tesoros infinitos; pedidle, pedidle mucho »... Y ,nosotros pedíamos, ¡ vaya si pedíamos ! «Que papá se ponga bueno» --decía uno-- “ Que vaya a misa el mío “ repetía por lo bajo otro, “ Jesús, haznos buenos, “ clamábamos todos -- “ pon en la planta baja tu casita de oro para que vayamos a ella sin caernos, “ pedíamos también ….. Y Jesús escuchaba; atendió nuestras peticiones, trasladó su casita, y, abajo la tenemos…..Jesús mío, gracias. ¡ Ojalá te conocieran los que no te conocen, te amaran los que no te aman ! Señores, no deliro; aunque pequeñita aprendí a orar; concebí a Jesús, niño, amigo, hermano, padre, siempre mío, porque yo quería ser siempre suya.

¡ Oh, si conocierais cómo aman los niños a Jesús ! ¡ si vierais los beneficios inmensos que reportaréis de las oraciones infantiles que subirán al Cielo desde ese templo que caritativamente levantasteis ! Jesús lo es todo, lo puede todo; sólo anhela que le pidamos; su Providencia tiende a manifestarse; su Caridad quiere obrar; más los hombres no le dejan... ¡ ea !! confiemos en Jesús, dejémonos al cuidado de JesúsJ

Jesús y el pueblo... ¡ como se acortarán las distancias que parece nos se -paran ! Permitidme, señores, unifique con los míos vuestros sentimiento. Ahí, en el Sagrario, está nuestro Padre, nuestro hermano, nuestro amigo; confiémosle nuestros negocios, endulcemos sus penas,

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acrecentemos su gloria, seamos bálsamo que suavice las heridas que en el Corazón deífico abren los malvados, los indiferentes, los que menosprecian el Sacramento del Amor. Oh ! sí, Jesús vivirá en el hombre de mañana y Jesús será de Alcácer y AIcácer de Jesús. No es sueño: la consumación de esta obra confirma mi aserto, el poder divino realizará mi aspiración. Esta obra hará más. Vosotros, los hijos de este pueblo, generosamente con - tribuisteis a levantarla; pero dejad que os confiese que ignorabais su tras-cendencia. Conocéis, amáis a Dios; pero ¿ lo conocéis y amáis perfectamente ? La oración de los pequeños os conseguirá conocimiento más perfecto, amor más puro. Dios es gratitud, y esas paredes levantadas con vuestros óbolos, despedirán rayos de luz divina que avivará lánguidos corazones, aclarará inteligencias, des- pertará dormidos afectos. Y Vos. Excmo. señor, Vos que conocéis y vivís a Cristo, permitid os de-clare que los fundamentos de nuestra obra son: fe, amor y celo por la gloria de Dios; las paredes, generosidad y constancia; la techumbre, confianza sin límites; la fiesta de hoy, el sello de Jesús. Me extendería contándoos su historia; más ¿ a qué cansaros ? Hablé de su objeto, de su fin, fáltame solo citaros algún rasgo de milagrosa Providencia, alguno de generosidad infantil. ¿ Con qué contábamos al colocar la primera piedra ? Con insignificante cantidad material, con la certeza del divino querer, con la esperanza firme de continuar hasta el fin, pues nunca se agotan los di-neros celestiales. Se pusieron a prueba la fe y la esperanza, y las congojas y ansiedades vi -nieron a turbar situaciones dadas para que resplandeciera el Poder providente del Altísimo. Por espacio de algunas semanas recibimos el sábado la limosna precisa para pagar a los operarios; por medios ocultos e jnesperados se cooperó las más de las veces a la pronta conclusión de la Capilla de los niños, de la Capilla cuna de hombres fuertes con la fortaleza de Jesús, buenos con la bon-dad de Jesús, cultos e instruídos con los conocimientos e instrucción que les comunicaron en la casa de Jesús. Rasgos infantiles !.... ¡ cuántos pudiera citaros, Excmo. Señor ! Mencionaré algunos. Danielet, expresivo pequeñín, que apenas contaba tres abriles, iba en fila con otros muchos llevando en sus manecitas piedras a la obra, cuando, com-prendiendo la Madre su cansancio hízolo descansar; el niño obedeció y como viera que la Madre seguía trabajando, dijo con mucha gracia: « Vosté traballant y yo ahí ben sentat », se levantó apriesa y a la fila.

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Una pequeña llegó un día triunfante y preguntó a los obreros por la Rda. Madre;

ésta se le acercó y dijo la párvula-- « tinga, Madre, pa l 'lglesia » y entregó un ga -llet ( cinco céntimos ) que para los asistentes y mayormente para Jesús equivalía a cuantiosa suma.

Un día agotáronse los materiales de construcción y la Madre dirigiéndose a sus párvulos dijo: « faltan piedra y arena » a lo que replicó con prontitud un valiente de cuatro palmos y un cuarto de estatura: « yo li hu diré a mon pare y si ell no vol, vatx , agarre l' haca, anganche y vaix a carregar yo ». Por la tarde decía una: «Mare, el meu carro portará arena--, « y el meu també » decía otro y el meu... y el meu, repetían muchos. ¿ Qué resultó ? El lunes siguiente se recibieron treinta y seis carretadas de piedra traídas por la gracia suplicante de candorosos niños,

Y es que el niño en su inocencia, ama, conoce y comprende los misterios eu -carísticos mejor que el hombre encanecido que apenas puede evadir el pernicioso influjo que en él ejerce el vicio que impera, ese vicio del cual librará a estos niños ese Jesús agradecido a quien tanto aman.

¿ Será posible, niños que conmigo compartís las dulzuras de esta Casa, nos ol -videmos algún día de Jesús ? ¿ será posible que al recordar en nuestros extravíos a ese Jesús a quien con tanta confianza hablamos ahora, no dejemos las sendas tor -tuosas y vengamos al pie del Tabernáculo a reanudar nuestras promesas de hoy ? Visitemos al objeto de nuestros amores todos los días de nuestra vida, y si algún día pasáramos de largo sin visitar a Jesús ¿ no nos dirán nada esas paredes ? Sí, ellas clamarán a grandes voces y el eco de sus clamores conmoverá saludablemente nuestro corazón... Sé más bueno, dirán; cumple las promesas que de niño aquí formaste, nosotras somos testigos de aquellos nobles sentimientos. . ¡ Oh ! no, esto no sucederá nunca. Esta capillita, nítido palomar de almas cándidas, nos cobijará siempre, pues, atentos a las saludables máximas del Evan -gelio seremos hombres con almas de niño, aptos para el reino de los Cielos. Llévanos contigo, Jesús del alma, antes que te perdamos y nos perdamos. Gloria sea dada a tí, Dios del amor. ¡ Viva siempre en nosotros tu Divino corazón ! ================================================================

Conversación

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Cuán admirable es la Omnipotencia de Dios ! ¿ Es posible que esta Iglesia se haya levantado sin contar de fijo con ninguna cantidad,

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edificada toda confiando únicamente en la eficacia de la oración cotidiana « El pan nuestro de cada día » ? -- Y tan posible. ¡ Cuántas veces los obreros desde los andamios repetían con risa burlona !: « para una hora tenemos material; luego ligeritos....... descansa- remos». -- ¿ Tuvieron que parar la obra muchas veces por falta de material ? -- No, señor; desde un principio, pusimos en práctica aquel consejo de la B. Teresita que dice: « Cuando se quiere obtener algo de Jesús, algo importante, hay que entrarle por el flaco ». Nos valimos siempre de las oraciones infantiles para conseguir lo que de momento necesitábamos. ¡ Qué gusto daba ver a los niños arrodilladitos ante el Sagrario, pidiendo al Divino Prisionero por me -diación de la virgen piedra, arena, lo que hacía falta ! -- Y Jesús ¿ se mostraba complaciente ? -- Mucho. Admire V. con nosotras la Providencia. Cierto día, agotados los recursos, el Sr. Cura abrió la puertecita del Sagrario y allí, brazos en cruz, decían unánimes los niños: « Jesusito, mándanos dinero para que se continúe tu obra ». La petición fue atendida: el día siguiente se recibieron quinientas pesetas. -- Para transportes de material. ¿ ayudó el pueblo ? -- Bastante; los carros se ofrecían gratis; pero también esto ofrece su histo -rieta. En cierta ocasión se terminaban las provisiones hechas; niñas abnegadas fueron por las calles en busca de carros que no podían encontrar hasta que, por fin, rendidas de cansancio divisaron un burrito que solicitaron y se les fué otorgado. El bendito burro llenó innumerables vacíos, fué un enviado de Dios. -- ¿ Quién ha dirigido la obra ? -- Después del Arquitecto divino, que no ha faltado nunca, la dirigió el joven Lorenzo García desinteresado y laborioso buen operario para las obras del Señor. --Están Vdes. de enhorabuena, las felicito por el éxito. --Felicite V. más bien a los niños y a las personas que más se interesaron por aportar limosnas, sin descuidar a Marianeta, la mujer popular que tanto nos ha favorecido. --Prometo hacerla y me despido pidiendo una oración. --Lo mismo; pídale al Corazón de Jesús que quite a esta obra lo que la afea. -- ¿ Lo que la afea ?... . -- Sí, señor, el ..... rabo. -- ¿ Rabo ? ¿ acaso lleva una Iglesia rabo ?

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A María santíssima

Ma dre mía Puríssima osenvío esstacarta para que digáis a Jesús nos mande dine-ro parala obra y nos hagás muy buenas y no hagamos enfadar a las madres.

_________ Nieves

( Carta escrita a la Madre durante las vacaciones )

Querida Madre estoi mui bien y este pueblo megusta mucho mepaseo con la mamá por la montaña y estoy mui contenta porque el domingo pasado hisieron una prosesión y habia San Jose de la montaña y en los pies estava llenito decartas y yo dige ami mama esto seran las que la Madre dice que echa al buzón del cielo para que nos traigan piedra y arena que san José las abía cogido,

Cuando vaya a Alcácer le contaré muchas cosas. Amparito

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Esta …. Sí. Haga Dios que en otoño caiga del cielo una lluvia, no de granizo si - no de pesetas y desaparecerá la cola, que no se ve.

· · ·

Ex - alumna Alcácer 30 - 7 - 924

Cartas de pequeñas ………………

A la Virgen Madre mia Puri ssima ospe dimos que lIueba pronto para que los ombes atraigan piedraiarena. Memorias a san José y a Jesús.

Merceditas __________

Un misterio infantil

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Leí en varias ocasiones: el niño es por naturaleza egoísta, y confieso que dí la razón, a quienes tal aseguran, pues, millares de ejemplos confirmáronme en esta verdad; verdad manifiesta, evidente y con facilidad comprendida por los que poseen un átomo siquiera de noción pedagógica. El instinto de conservación, la debilidad del infante, el germen de aspiraciones a la felicidad, todo abona el terreno del yo satisfecho, 227

EL ANGEL DE LA PUREZA

de la propiedad inviolable, del egoísmo puro, y si una fuerza se contrarresta úni-camente por la acción de otra que actúa en sentido contrario, cabe afirmar que a la fuerza natural del egoísmo puede oponerse otra fuerza mayor y esa deberemos buscarla en el mundo espiritual, siempre más elevado.

El niño se abandona sin temores en brazos de la madre que le dió el ser y sin sentir aún la fuerza del amor se deja llevar por sus afectos, que el amor prác-tico es más fuerte que el sentido y la confianza en su semejante demuestra a éste la delicadeza amorosa de nuestro corazón. El niño es capaz de amar; utilicemos tan provechosa capacidad.

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elevemos al infinito sus amores, añadamos al concepto de maternidad el de un Padre infinitamente bueno y amante, y esta fuerza moral, tanto más fuerte cuanto mayor es Dios que su hechura, tocará el egoísmo del niño en ge -nerosidad; nos dará la clave de lo que, no hace mucho, oí apellidar « mis-terio infantil » ¡ misterio ! sí; pero rodeado de luz esplendorosa que, al envolverlo, destruye con su potencia la obscuridad y, como en el cielo se des-vanecen las sombras déjase comprender en la tierra este misterio de los niños á toda alma fiel.

El desprendimiento de los parvulitos de Alcáéer es prueba suficiente a demostrar lo dicho. La Capilla del Colegio se construye de limosnas, de pe -queños y hasta heroicos sacrificios. Los niños dan sus juguetes, sus dulces, su dinero.

Con gusto hubieran presenciado mis lectores el grupo interesante de tres chiquitines con delantal ceniciento, rostro empolvado, manos enmohecidas, presentar viejo trompo a la Madre en esta forma: Un niño. Tinga, Madre. Madre.-- Y eso ¿ qué es; hijo mío ? N. Tinga, es un t rompo. M. Pues, para tí, anda, juega mucho. N -- No, Madre, es para la tómbola para l' Iglesia. Y los ojitos del niño se despedían del juguete con una lágrima y sus compañeritos como si quisieran dar idea de la heroicidad del acto añadían: Madre, es el trompo millor d 'Alcácer. En forma parecida presentóse una pelota sin color por el roce, des -preciable en todo menos en su significado, un candoroso niño que con ello lo daba todo.

Es si cabe más digno de elogio aún otro pequeñín que no poseyendo nada dió un puro de azúcar, hermoso donativo con que sacrificó un gusto quizás ra- ra vez alcanzado.

Y para cercionarnos de que sólo la fuerza divina, el amor a Jesús es causa y móvil directo de tales desprendimientos, fijémononos en el siguiente rasgo: Un parvulito llegó al Colegio jugueteando con tres castañas y entre él y la Madre se entabló este diálogo: Dame una castaña, ¿ quieres ? -- No vullg ( no quiero ). -- Sí, monín, dámela; parecen muy ricas. -- No vullg y no vullg. -- A esta rotunda negativa la Religiosa, reflejando en su rostro destellos de divinidad, dijo suplicante:

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-- Y para la Iglesia ? -- e inmediatamente el niño cautivado exclamó: -- Para l' Iglesia, tinga, las tres. No caben. explicaciones. Jesús mora en esas dos almas. Un paso más. El amor es sacrificado, el niño que ama, sabe sacrificarse. Van hechos. Una niña daba para la Iglesia los diez céntimos diarios que para la mezcla del almuerzo le entregaba su padre y se comía el pan a secas. Otra heroína, cuya madre previendo lo que. podría resultar del corazón mag-nánimo de su hija le daba todas las mañanas el chocolate o mezcla ya com-prados, nunca los diez céntimos, sabía burlar la Vigilancia de su mamá, comía el pan solo, vendía lo demás y daba su importe para la obra. Un niñito a quien su padre dio cinco céntimos para cacao y altramuces, llegó triunfante al Colegio, diciendo: Tinga, Madre, l´aguileta. Y como no pudiera deshacer el nudo del pañuelo en que la había metido, añadió: No puch, heu vatx apretar tant pera que no poguera gastarmeu. ¡ Cuánta lucha supone este sacrificio ! Otro nene acudió a la Madre con una moneda de diez céntimos para que se la cambiara en dos de a cinco y algo pensativo, dijo: « Ahora echaré una en el cepillito y la otra... veremos cuando ». ¡ Pobrecito, quiere tener la satisfacción de echar su capital en dos veces ! Diez céntimos en manos de un niño pobrecito constituyen una fortuna de la cual es dificilísimo desprenderse. ¿ Dónde recibieron estos niños tanta fortaleza ? En el Sagrario, junto al cual se modelan los verdaderos héroes. ¿ Cómo interesaron al Corazón Divino ? Con su pequeñez, con su ingenui-dad, con la plegaria. Pedid, y se os dará. Estos niños saben orar. Permiridme terminar el artículo con la graciosa respuesta que hace pocos meses me dió un rapazuelo de cinco a seis años: Salía el inocente de la Ca-pilla donde permaneciera unos minutos, manos juntas ojos fijos en el Sagra-rio, cuando le pregunté: -- ¿ Qué has dicho a Jesús ? -- L' he dit... que vullg ser escoIá, Rector, señor Rector y Sant. ¡ Encantadora sencillez ! Enriquece, Señor, con ella a todos los hombres. C. H. Alcácer 7 - 8 - 924 Ex - Alumna 230

Al Evangelista San Lucas ____________

De María las virtudes Consíguenos, y su amor, San Lucas Evangelista, Nuestro abogado y Patrón. Dió a tu paleta colores De la aurora el rosicler, Y el más sublime modelo Dió destreza a tu pincel. Y la imagen de María Grabada en el lienzo fué Por tí, pintor venturoso, Cual otro no pudo haber. En gracia de tu ventura, Por tu amor, yo pediré Que se haga de nuestras almas Y María, un solo ser.

RDMA. M. ALBEIHA G

( Su festividad el 18 Octubre ) ======================================================= Noticias

………………. El 28 Julio próximo pasado tuvo lugar la boda de la federada Señorita Josefa Torréns Payeras, Profesora de la Escuela Nacional de Puigpuñent, con D. Miguel Llaneras. Deseamos a los noveles esposos, toda suerte de bendiciones y felicidades.

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En la capilla del R. Colegio de la Pureza, hizo su Profesión perpetua la Rda. M. Margarita Pizá Reinés. Recibió los votos el Rdo. Cura Economo de San Miguel, D. Antonio Truyols, y fué su madrina la Señorita AngeIa \ Ferrer Sastre. La ceremonia revistió suntuosa solemnidad.

____________ Las ex-alumnas y alumnas de Palma, asociadas a la Hermandad espiritual, re - ciban la noticia de la defunción de la consocia que fué

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Señorita Cerdó, publicada en el núm. de Septiembre, como aviso parcumplimien- to de los sufragios de compromiso.

____________ El 26 del próximo pasado Agosto, salieron la Rdma. Madre Superiora Gral. y la Rda. M. Isabel Nadal, Secretaria, para Valencia y Canarias, con el objeto de pasar la visita a aquellos Colegios. Les deseamos feliz viaje y próximo regreso.

____________ Día de retiro. -- El del presente Octubre tendrá lugar el día 30, por la mañana a las 10 y media y por la tarde a las 5, en la forma de costumbre.

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Omisión involuntaria

En el número anterior, página 208, después de la línea 16 que termina: no es posible, dejó de publicarse lo siguiente: « continuar... Toma, Lolita, haz el favor de leérmela tú... Lolita ¿ Y yo he de enterarme ? Matilde Claro, mujer ! ¿ Qué más da que te enteres ahora o que te entere

yo después ? » ==========================================================

S U M A R I O ____________

Valor del Rosario.-- Sobre la Rdma. M. Alberta Giménez.--Bendición de la nueva Capilla del Colegio. de Alcácer.-- Discnrso pronunciado el día de la solemne bendición de dicha Capilla.-- Conversación.--Cartas de pequeñas.-- Un misterio infantil.--Al Evangelista San Lucas.--Noticias Grahados: Excmo. y Rdmo. Sr. D. Prudencio Melo, arzobispo de Valencia.-- Capilla del Colegio de la Pureza, en Alcácer.-- El Angel de la Pureza. ==========================================================

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Esta Revista se publiea con Censura Eelesiástiea

Tipografía de Amengual y Muntaner.--PALMA