Valorac Sist Agrofor Cacao Guaba (Cedro)
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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y PRODUCCIÓN TULUMAYO ANEXO LA DIVISORIA Y PUERTO SUNGARO
FACULTAD DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES
Mención: Forestales
VALORACIÓN DE BIENES Y SERVICIOS AMBIENTALES DE UN SISTEMA
AGROFORESTAL DE CACAO - GUABA
CURSO : VALORACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES
RENOVABLES
DOCENTE : Ing. M.Sc VARGAS CLEMENTE, Ytavclerh
ALUMNO : ARIZA MENDOZA, Wilson Nau
AZAÑERO CACHIQUE, Wilson
DELGADO TAPULLIMA, Lorena
MACHUCA TRUJILLO, Josefa
PALOMINO ESPINOZA, Fiorella
POTESTA CAYETANO, Lesly
VELASCO CCAPA, Jackeline
ZUÑIGA MARTINEZ, José Manuel
CICLO : 2010 – II
TINGO MARÍA – PERÚ
(SETIEMBRE, 2010)
I. INTRODUCCIÓN
Son igualmente de extraordinaria importancia, los beneficios
indirecto que prestan los bosques a la humanidad: Protegiendo los suelos
contra la erosión, mejorando su estructura y enriqueciéndola en materia
orgánica , contribuyendo a mantener el equilibrio biológico tan indispensable
para el desarrollo y supervivencia para los seres vivos o como excelente
reservorio de dióxido de carbono, importante gas de efecto invernadero.
Hoy en día, otro factor en la cadena de análisis, la preocupación
con el medio ambiente, de forma que solamente es posible hacer el
aprovechamiento de bosques, si existe un plan de manejo adecuado y
conocimiento de que la agresión al medio ambiente sea controlada, pero debe
ser económicamente viable.
En la mayoría de los lugares del Perú y de América Latina, se han
agudizado los problemas relativos al uso de las tierras de actitud forestal, al
continuar el avance de la frontera agrícola y pecuaria a costa de la eliminación
de bosques nativos, lo cual atenta contra la diversidad de la flora y la fauna.
En vista de aquellos problemas, que aquejan nuestro país así como
a nuestros pueblos debemos de saber la valorización de nuestros recursos y
los servicios que estos nos brindan. En esta ocasión se hizo una valoración
económica de los bienes y servicios ambientales de un sistema agroforestal del
Centro de Investigación y Producción Tulumayo anexo la Divisoria – Puerto
Súngaro, para saber el aporte e inversión que este trae consigo con su simple
existencia, es así que nuestro trabajo va enfocado a dar valor: al recurso
maderero, a los productos diferentes de la madera, al servicio de secuestro de
carbono, y también al valor educativo que este tiene para los alumnos,
estudiante e investigadores.
Como objetivo se determinaron los siguientes:
Identificar y evaluar los principales bienes y servicios ambientales en un
sistema agroforestal.
Determinar el valor económico de los bienes y servicios ambientales del
sistema agroforestal.
Estimar la rentabilidad en la región del cultivo de cacao con sombra.
II. REVISIÓN DE LITERATURA
II.1. Valor Económico
El valor económico del bosque está compuesto por los valores que
se determinan a través del mercado (bienes con precio de mercado y
transables), disfrutados por el propietario (ingresos por madera, leña, fruta,
etc.) y por el valor de los servicios ambientales (bienes sin precio de mercado y
no transables), disfrutados libremente por la sociedad local, nacional y global
(suministro de agua, secuestro de carbono, etc.). En economía ambiental el
valor económico total (VET) corresponde a los bienes con y sin mercado y está
compuesto por valor de uso directo, valor de uso indirecto, valor de opción y
valor de existencia (Cuadro 1), Carranza et al, 1996.
Cuadro 1. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales
II.2. Técnicas de Valoración
Los instrumentos económicos en materia ambiental son el
resultado de la búsqueda por encontrar una asignación óptima de los recursos,
tomando en cuenta los beneficios y costos directos y aquéllos derivados de su
impacto sobre el ambiente.
Los instrumentos económicos tienen como objetivo generar los
incentivos necesarios para que las decisiones privadas incorporen la variable
ambiental. Debido a la falta de mercado para servicios ambientales, se hace
necesario el uso de técnicas de valoración y así conocer el valor monetario de
estos (cuadro 2). La valoración es subjetiva y sensible a la disponibilidad de
datos y tiempo. A pesar de estas deficiencias, en la actualidad estas técnicas
son las existentes y las utilizadas.
Cuadro 2. Técnicas para la valoración económica de bienes y servicios
ambientales
II.2.1. Precios de mercado
Basado directamente en los precios o productividad del mercado
(madera, leña).
II.2.2. Cambio en productividad
Valora a precios de mercado o a precios ajustados (cuando existen
distorsiones), aquellos cambios en las cantidades físicas de producción en
actividades económicas relacionadas con los bosques o servicios ambientales.
II.2.3. Método de valoración contingente
Empleado cuando no hay transacciones de mercado que proporcionan
información sobre la valoración de los servicios ambientales; esta técnica
consiste en la realización de cuestionarios para determinar la reacción ante
ciertas situaciones y conocer cuánto la gente está dispuesta a pagar o a
aceptar como compensación por el mejoramiento o deterioro de la calidad
ambiental.
II.2.4. Método costo de viaje
Muy usado para estimar el valor de áreas recreativas (parques,
bosque), de calidad de agua y de sitios de vida silvestre. El área alrededor del
sitio recreativo se divide en zonas concéntricas cada vez más distantes
(representa mayor costo de viaje); se realiza encuesta. Se espera que los
usuarios que viven más cerca hagan mayor uso (por el menor costo); con base
a la encuesta se calcula la demanda y el excedente, siendo este último un valor
estimado del activo ambiental.
II.2.5. Costo de oportunidad
Valora el costo de usar recursos para bienes y servicios no
transados en el mercado (conservación de tierra para un parque nacional), por
los ingresos monetarios no recibidos si la tierra se usara para producir bienes y
servicios de mercado.
II.2.6. Substitutos indirectos.
Cuando los activos ambientales tiene sustitutos similares que son
comercializados, a partir de este precio se puede estimar el valor del bien
ambiental en cuestión.
II.2.7. Gastos de reemplazo o reposición.
Consiste en estimar los costos necesarios para reemplazar un
activo ambiental deteriorado.
II.2.8. Gastos preventivos.
Determina de manera indirecta el valor mínimo que un individuo,
empresa o gobierno asignan a la calidad del ambiente, a través del monto que
estaría dispuesto a gastar para prevenir daño.
II.2.9. Método hedónico.
Se utiliza en ausencia de un mercado y precio directo para la
calidad ambiental. Tiene como objetivo determinar los precios implícitos de las
características del bien; la diferencia en el valor de propiedad entre distintas
ubicaciones permite aislar el efecto de la calidad ambiental. Por ejemplo, en
caso de contaminación se compara el precio entre casas del mismo tamaño, en
similar zona, pero con y sin efecto de la contaminación.
Es posible contar una serie de técnicas para valorar un beneficio o
un costo ambiental, el problema es identificar aquella técnica que se adapte al
problema de estudio y a la vez constituya la metodología adecuada para
valorar un beneficio o un daño ambiental. A pesar de lo anterior, el uso de
técnicas de valoración es necesario si se pretende modificar el análisis
beneficio-costo (B-C), considerando el capital natural.
Una característica general en la literatura revisada es la variabilidad
de las estimaciones del valor de los servicios ambientales por un recurso, lo
cual se debe a la falta de consenso en las mediciones, metodología usada,
importancia y valorización del recurso en cada país.
II.3. Servicios ecosistémicos que prestan los bosques y SAF´s
II.3.1. Protección del recurso hídrico
Los bosques generan protección hacia las cuencas hidrográficas lo que incluye
la conservación del suelo, regulación del flujo de agua (incluyendo
nundaciones), abastecimiento y calidad del agua, también disminuyen los
impactos de la lluvia sobre el suelo. A través de las cuencas, los bosques
también almacenan agua contribuyendo a la cantidad disponible y al flujo
estacional, ayudan a purificar agua, a estabilizar tierras y a filtrar algunos
contaminantes. La cantidad y la calidad del agua de las cuencas forestadas son
importantes para la agricultura, la generación de la electricidad, los suministros
de agua potable, la recreación y como hábitat para peces y otras especies
(KRIEGER, 2001). En cuanto a los SAF´s, se ha reportado que los niveles de
infiltración son mayores en franjas riparias cultivadas con una variedad de
plantas y especies arbóreas que en áreas cultivadas con cereales o bajo
pasturas (BHARATI et al 2002). Por otra parte, STADTMULLER (1994)
encontró que dada la infiltración y la disminución de la escorrentía y lixiviación
de nutrientes, las microcuencas con cobertura forestal (bosque o SAF´s)
producen agua de alta calidad.
II.4. Valor de uso
II.4.1. Valor de uso directo
La valoración directa se hace sobre la base de la disponibilidad a
pagar directamente expresada por el consumidor; incluye los valores de
productos forestales, maderables y no maderables, recreación y turismo.
II.4.2. Valor de uso indirecto
Se refiere al valor de las funciones ecológicas que desempeñan los
bosques (protección de suelos, regulación de cuencas, etc.); la valoración
indirecta se caracteriza por valorar el bien a través de referencia indirecta del
mercado; se utiliza el concepto costo de reemplazo de bienes sustitutos.
II.5. Valor de no uso
II.5.1. Valor de opción
Corresponde al valor de los beneficios esperados que los usuarios
potenciales del ambiente estarían dispuesto a pagar por conservar y disponer
de un recurso en el futuro. Se asocia con recursos genéticos y sustancias
farmacéuticas.
II.5.2. Valor de existencia
Es aquel que un individuo puede darle a un recurso por el hecho de
hacer disponible el activo para otra persona en el presente o en el futuro. Este
valor se puede calcular a través del conocimiento de las donaciones para la
conservación de un activo que tiene características únicas o significados
culturales importantes para la sociedad.
II.6. Definición de servicios ambientales de almacenamiento y fijación
de carbono
El almacenamiento y fijación de carbono es uno de los servicios
ambientales de los ecosistemas forestales y agrícolas (BROWN et al. 1984;
SEGURA 1997). La fijación de carbono se genera en el proceso de fotosíntesis
realizado por las hojas y otras partes verdes de las plantas, que capturan el
C02 de la atmósfera producen carbohidratos, liberan oxígeno y dejan carbono
que se utiliza para formar la biomasa de la planta incluyendo la madera en los
árboles. En ese sentido, los bosques tropicales, las plantaciones forestales y
las prácticas agroforestales, y en general, aquellas actividades que llevan a la
ampliación de una cobertura vegetal permanente, pueden cumplir función de
sumidero de carbono (CUÉLLAR et al, 1999), (Citado por RUIZ, 2002).
Referente a la mitigación de Gases de Efecto invernadero por parte
del recurso forestal, se utilizan varios términos como fijación, reducción,
secuestro, almacenamiento y absorción.
Para efectos de este trabajo se usan los siguientes conceptos:
a. Stock de carbono :
Se refiere a la capacidad de un ecosistema de mantener una
determinada cantidad promedio de carbono por ha (Ramírez at al. 1994). Para
su cuantificación se toman en cuenta criterios como: bosque o vegetación,
densidad de la madera, y factores de ajuste que son datos de biomasa
basados en volúmenes por hectárea de inventarios forestales
(SEGURA ,1997). El carbono almacenado se expresa en t.C/ha.1.
b. Carbono fijado:
Se refiere a la capacidad de una unidad de área cubierta por
vegetación para fijar carbono en un período determinado (SEGURA ,1997). Es
decir por encima de la cantidad actualmente almacenado. El carbono fijado es
una forma temporal de almacenamiento; por ejemplo el convenio entre ei
Gobierno de Noruega y Costa Rica y los bonos de carbono (Certificados de
Conservación del Bosque - CCB), permite el pago a los propietarios de bosque
que eviten cambios en el uso de la tierra durante un periodo de 20 años
(RAMÍREZ et al, 1994). El carbono fijado se expresa en t.C/ha"1 año"1.
II.7. El papel de las coberturas agroforestales en el almacenamiento y
fijación de CO2
La actividad forestal orientada a la conservación consiste en la
aplicación de las mejores prácticas verificables para el manejo de los recursos
forestales, incluyendo zonas boscosas y árboles, de formas que sean
ecológicamente racionales y aceptables, económicamente viables y
socialmente responsables; que conduzcan el potencial de estos recursos para
producir múltiples beneficios en el presente y en el futuro (DUCAN et al, 1999).
Investigaciones recientes sugieren que la calidad del manejo
agroforestal puede hacer una contribución fuerte a controlar los niveles de
dióxido de carbono en la atmósfera; otras actividades de uso de la tierra que
pueden contribuir a este fin son: la conservación de bosque en peligro de
deforestación, rehabilitación de bosques, forestación, reforestación, la
agricultura y la agroforestería (DUCAN et al, 1999; FISCHER et al,. 1999).
La alternativa más viable de ampliación de sumideros de GEI es la
forestación de nuevas áreas de tierra que presentan características favorables
para ello. Las variables a considerar para elevar al máximo la fijación de
carbono incluyen las especies de árboles a plantar, las tasas de crecimiento y
la longevidad de las mismas, las características del sitio a forestar, los períodos
de rotación y la duración y uso de los productos forestales a extraer. La
forestación y la reforestación son las actividades forestales mencionadas
explícitamente en el Protocolo de Kioto como aquellas que permiten mejorar y
ampliar los sumideros de GEI (BEAUMONT, 1999).
La forestería ha recibido especial importancia en los últimos años,
para contribuir a la reducción del efecto invernadero mediante las siguientes
posibilidades (ANDRASKO, 1990):
1. Reducir la emisión de gases invernadero (reducir y disminuir la tala de
bosque y la quema).
2. Mantener los actuales depósitos de los gases invernadero, conservando
el bosque natural incluyendo los bosques localizados dentro de las áreas
protegidas (bosques de propiedad pública) y en zonas de
amortiguamiento (bosques en terrenos de propiedad privada).
3. Ampliar los depósitos de gases invernadero por medio de la creación de
nuevas áreas forestales, la regeneración natural en tierras abandonadas
(bosques secundarios) y el establecimiento y manejo de plantaciones
forestales y sistemas agroforestales (ALFARO 1997; FINEGAN, 1997).
II.8. El carbono en sistemas agroforestales
SÁNCHEZ et al. (1999) manifiestan que la tasa de absorción de
carbono en los sistemas agroforestales, puede ser muy alta ya que la captura
de carbono se efectúa tanto por los árboles como por los cultivos: de 2 a 9
t.C/ha, dependiendo de la duración (15 a 40 años). SCHROEDER (1994)
menciona que en las áreas tropicales, se puede obtener un almacenamiento de
21 a 50 t.C/ha en zonas subhúmedas y húmedas respectivamente. Las raíces
por si solas podrían incrementar esos valores en 10 %. MARQUEZ (2005)
menciona que el carbono almacenado en sistemas de cacao – Theobroma
cacao con sombra en el Salvador es aproximadamente de 64,35 t.C/ha. Por
otro lado, KANNINEN (2000) describe que el almacenamiento de carbono en la
agroforestería en un estado inicial es de 8,9 t.C/ha, y a los 9 años de 24,1
t.C/ha.
La conversión de tierras de cultivos improductivas (con bajos
niveles de materia orgánica y nutrientes) en sistemas agroforestales podrían
triplicar las existencias de carbono, de 23 a 70 t.C/ha en un período de 25
años. Por otro lado, la incorporación de cultivos con cobertura viva resultan ser
efectivos; donde el valor de captura de carbono, depende de la cantidad y del
tipo de cobertura (1 a 6 t.C/ha), en este caso, hay materia orgánica tanto por
encima como por debajo del suelo, ya que además se agrega la proporcionada
por las raíces (LAL, 1999). Bajo las condiciones de labranza convencional, la
pérdida de carbono será considerable (40 a 50 % en unas pocas docenas de
años) con un alto nivel de liberación del mismo durante los primeros cinco años
(FAO, 2002). Si se establecen pasturas, las pérdidas son mucho menores y es
probable que en pocos años haya una cierta recuperación de carbono gracias a
la materia orgánica de los pastos (DE MORAES et al., 1996).
Sin embargo, en los sistemas agrícolas o ganaderos, los sumideros
de carbono en el suelo son considerablemente pequeños, mientras que en
sistemas agroforestales aumenta. Los sumideros superficiales de carbono en
sistemas agroforestales son similares a aquellos encontrados en bosques
secundarios (BROWN y LUGO, 1992). Los sistemas agroforestales, ofrecen
muchas ventajas, especialmente para los pequeños agricultores (FAO, 2002).
Puesto que, representan una alternativa sostenible a la deforestación y a la
agricultura de roza, tumba y quema (SÁNCHEZ et al., 1999 y SCHROEDER,
1994).
II.8.1. Cuantificación del carbono en diferentes Sistemas de Uso de la
Tierra (SUT) en la Amazonía peruana
En diferentes SUT evaluados en Yurimaguas y Pucallpa, la foresta
y los barbechos antiguos tuvieron los contenidos más altos de carbono total en
ambos sitios, tanto en la biomasa aérea y la del suelo (Cuadro 2 y 3). El
barbecho natural aumento su contenido de carbono con el tiempo. Mientras
que en todos los sistemas manejados es más bajo que el de los bosques
naturales. Sin embargo el contenido de carbono en la parte aérea (árbol,
sotobosque y hojarasca) en los sistemas perennes con árboles y coberturas fue
más alto y fluctúo desde 41 t.C/ha para la palma aceitera, hasta 74 t.C/ha para
la plantación de caucho (Pucallpa) y en el sistema agroforestal de multiestratos
(Yurimaguas), estos valores fueron intermedios con 59 t.C/ha. Lo cual indica
que cultivos de árboles perennes basados en sistemas multiestratos alcanzan
del 20 a 46% del carbono secuestrado del bosque primario (ALEGRE et al.,
2002).
Cuadro 3. Reservas de Carbono (t.C/ha) en la biomasa de la parte aérea y del
suelo en diferentes SUT en Yurimaguas, Perú.
SUTÁrbol
(a)Soto
bosqueHojarasca Raíz
(b)Suelo
(c)Total
(t.C/ha)
Foresta
Bosque ligeramente desmontado de 40 años
290,00 3,63 3,93 23,95 38,76 360,3
Barbechos
Bosque secundario (15 años)
184,40 0,82 4,03 3,32 46,54 239,10
Bosque secundario (5 años)
42,10 1,89 2,96 1,66 47,27 95,80
Bosque secundario (3 años)
2,40 1,25 3,44 3,66 43,80 54,60
Cultivos
Área recientemente. quemada 46,00 0,00 0,00 48,70 50,36 133,7
Cultivo anual (arroz) 16,80 1,91 2,96 29,30 43,60 89,6
Pastos
Pastura degradada de 30 años (quemado anualmente)
0,00 4,83 5,73 1,50 54,50 63,60
Pastura mejorada de Brachiaria decumbes (15 años)
0,00 1,76 2,36 0,96 72,60 77,70
Sistemas agroforestales
Plantación de la palmera Bactris Gasipaes de 16 años
0,40 82,69 2,16 7,49 56,10 148,80
Multiestrato con plantación de Bactris/Cedrelinga/Inga/Colubrina
57,30 1,25 6,09 2,63 47,03 114,30
(a) Incluye palos parados muertos y caidos(b) Raíces de 0 a 20 cm de profundidad(c) Profundidad del suelo de 0 a 40 cm
Fuente: ALEGRE et al. (2002)
Cuadro 4. Reservas de Carbono (t.C/ha) en la biomasa aérea y del suelo en
diferentes SUT en Pucallpa, Perú.
SUTÁrbol
(a)Soto
bosqueHojarasca
Raíz(b)
Suelo(c)
Total(t.C/ha)
Foresta
Bosque primario (no tocado)
160,10 0,83 0,73 2,61 76,81 241,10
Bosque primario(extracción selectiva)
120,30 0,69 1,83 3,48 47,03 173,30
Barbechos
Bosque secundario (15 años) 121,00 2,21 2,85 1,04 68,33 172,30
Bosque secundario (3 años) 13,2 1,83 5,90 0,28 19,63 40,80
Cultivos
Área recientemente quemada 68,33 0,00 0,00 3,27 29,71 101,30
Cultivo anual (maiz) 4,50 1,24 2,12 0,81 22,36 31,00
Cultivo anual(yuca o mandioca)
0,70 1,75 0,98 0,50 34,16 38,10
Cultivo bi-anual (platano) 6,20 8,08 1,99 0,84 39,16 56,20
Pastos
Pastura degradada 0,00 2,42 0,68 0,68 35,74 39,50
Plantacion
Plantación de Hevea (30 años) 66,60 0,91 6,47 0,35 78,20 152,60
Plantación de palmaaceitera
0,00 37,24 4,14 0,71 57,15 99,20
(a) Incluye palos parados muertos y caídos(b) Raíces de 0 a 20 cm de profundidad.
(c) Profundidad del suelo de 0 a 40 cm
Fuente: ALEGRE et al. (2002)
En tres pisos ecológicos de la Amazonía (Selva Alta - Previsto,
Selva Baja - Aguaytia y Ceja de Selva - San Agustín), los SUT bosque primario,
huerto casero, bosque secundario y café bajo sombra, cuantitativamente
conforman un grupo de aportes de carbono muy regular, y finalmente la
silvopastura y pastura, con menores participaciones (Cuadro 4). En el caso del
bosque primario, el mayor volumen de carbono retenido se encuentra en la
biomasa arbórea. Los aportes de carbono en fuentes de biomasa no arbórea
(arbustiva, herbácea, hojarasca y edáfica), en suma no alcanzan la cuarta parte
del volumen global. En bosque secundario, café bajo sombra, silvopastura,
pastura y huerto casero el mayor aporte de carbono es edáfico. En bosque
secundario el carbono edáfico es ligeramente superior al 50%. En café bajo
sombra, el carbono edáfico es menor que la de silvopastura; donde en este
último, la proporción de carbono edáfico es altísima, alcanzando casi las tres
cuartas partes. Para la pastura, casi el 96% del carbono es contribuido por el
suelo (CALLO – CONCHA et al., 2001).
Cuadro 5. Cuantificación de carbono secuestrado en sistemas agroforestales y
testigos, en tres pisos ecológicos de la Amazonía del Perú.
SUTÁP
(% )
ÁCM
(%)
AH
(%)
H
(%)
E
(%)
Total
(t.C/ha)
Bosque primario 42,10 35,85 0,16 0,70 21,21 465,80
Bosque secundario 37,51 7,62 0,43 1,42 53,02 181,00
Café bajo sombra 23,44 16,73 0,33 0,88 58,62 193,70
Silvopastura 25,38 1,17 0,76 0,54 72,10 119,80
Pastura 2,36 0,00 1,32 0,72 95,59 97,30
Huerto casero 39,55 3,19 0,28 0,52 56,47 195,70
AP = Árboles en pie; ACM = Árboles caídos muertos; AH = Arbustivo y
Herbáceo; H = Hojarasca; E = Edáfico
Fuente: CALLO – CONCHA et al. (2001)
LAPEYRE et al. (2004) determinaron que las reservas de carbono
de la biomasa aérea (en diferentes SUT en San Martín, Perú) en un bosque
primario es de 485 t.C/ha en promedio; mientras que, los sistemas de café con
guaba de 4 años y cacao con especies forestales de 15 años, presentan
valores de 19 y 47 t.C/ha, respectivamente.
MARQUEZ (2005) describe que en SAF de 4 años de edad, con
café bajo sombra en la zona de Tarapoto, la cantidad de carbono almacenado
es de 39,06 t.C/ha. Además TORRES (2005), en la misma zona determinó que
el carbono almacenado en un sistema agroforestal tradicional, es de 76,98
t.C/ha.
II.9. Valoración económica del servicio ambiental de fijación y el papel
de almacenamiento de carbono
El mantenimiento de reservas de carbono en los bosques se ha
convertido en un servicio ambiental reconocido globalmente, que puede tener
un valor económico considerable para países en vías de desarrollo (DIXON et
al, 1994).
La valoración de los servicios ambientales ha sido un tema de
importancia relevante en los últimos años, Los profesionales y los gobiernos
hoy comprenden que para calcular medidas alternativas de inversión se
requiere la determinación de valores monetarios de beneficios y costos, tanto
directos como indirectos, de diferentes acciones. La valoración económica ha
pasado de mediciones de los impactos directos provocados por las actividades
a incorporar el concepto de contabilidad de los recursos naturales (DIXON et al,
1994).
A nivel mundial se han generado controvertidas discusiones sobre
la valoración de los servicios ambientales y la concientización de la sociedad
para retribuir económicamente y compensar a los propietarios de los
ecosistemas que aportan servicios ambientales (GREGERSON et al. 1999),
Los debates giran entorno a: ¿cómo cuantificar los servicios generados?,
¿cómo valorar tales servicios?, ¿en cuáles sistemas se pagan tales servicios?,
y más recientemente, ¿cuales son costos de transacción de los servicios?. La
complejidad de las interacciones dentro de un ecosistema hace casi imposible
poder medir y valorar cada bien por separado, como la conservación de la
biodiversidad, producción y protección del recurso hídrico, belleza escénica
natural para fines científicos y turísticos (MONTENEGRO Y ABARCA 1999;
OTÁROLA Y VENEGAS 1999).
II.10. Productividad del suelo y sostenibilidad en Sistemas
Agroforestales
Con base en las investigaciones que indican la existencia de sistemas de uso
de la tierra que están relacionados con la Agroforestería, Nair postuló las
siguientes hipótesis acerca de los cambios esperados del suelo bajo sistemas
agroforestales.
1. La inclusión de especies perennes maderables, deseables y compatibles, en
tierras agrícolas, puede dar como resultados un marcado mejoramiento de la
fertilidad del suelo. Para esto, hay algunos mecanismos posibles, los cuales
incluyen:
Un incremento en el contenido de materia orgánica del suelo, a
través de la adición de la hojarasca y de otras partes vegetales.
Ciclaje de nutrientes más eficiente dentro del sistema, y
consecuentemente, utilización más eficiente de nutrientes, presentes en el
suelo o aplicados externamente.
Fijación biológica de nitrógeno y disponibilidad de los nutrientes en
forma soluble, por ejemplo, fosfatos, a través de la actividad de las micorrizas y
solubilidad del fosfato a través de la acción bacteriana.
Aumento del ciclaje de nutrientes en las plantas, con una
disminución en la pérdida de nutrientes localizados debajo de la zona de
absorción del suelo.
Interacciones complementarias entre las especies componentes del
sistema, dando como resultado una distribución más eficiente de los recursos
de nutrientes entre los componentes.
Una mayor economía de nutrientes, debida a las diferentes zonas
de absorción de los sistemas radiculares de las especies componentes.
Efecto moderador de la materia orgánica adicional del suelo, en las
reacciones extremas del suelo y, consecuentemente, mejoramiento en los
patrones liberación/disponibilidad de nutrientes.
Árboles fijadores de nitrógeno en los sistemas agroforestales
Se conocen aproximadamente 650 especies arbóreas fijadoras de
nitrógeno. La mayoría de estas son leguminosas originarias de los trópicos y de
los subtrópicos. Al menos otras 9 familias de plantas tienen asociación con
actinomicetos. La mayoría de las especies fijadoras de nitrógeno son arbustos
o árboles pequeños de bosques secundarios; a menudo estas especies son
componentes de sistemas agroforestales.
Los árboles más importantes en los sistemas agroforestales tienen
los siguientes usos: forraje, abono verde, leña, pulpa, madera, sombra y
cortinas rompevientos. Los árboles fijadores de nitrógeno tienen especial
importancia en los sistemas agroforestales porque son una fuente de abono
verde con alto contenido de nitrógeno, mejorando la fertilidad del suelo.
La fijación de nitrógeno caracteriza a la mayoría de las
leguminosas (90% de las mimosáceas y fabáceas, y 34% de las
cesalpináceas). Al menos el 90% de éstas tienen su centro de origen en los
trópicos. Géneros seleccionados en otras 9 familias vegetales, también fijan
nitrógeno: Betulaceae, Casuarinaceae, Coriariaceae, Cycadaceae,
Elaeagnacea, Myricaceae, Rhamnaceae, Rosaceae y Ulmaceae. Las
leguminosas poseen nódulos infestados con Rhizobium, mientras que las otras
9 familias involucran actinomicetos del género Frankia.
Entre los árboles y arbustos fijadores de nitrógeno que han sido
usados en sistemas agroforestales se encuentran leucaena, madero negro,
acacia, caliandra, guaba, casuarina, etc.
Necesidades básicas
Al analizar la información recopilada es importante averiguar la manera en que
los agricultores de la comunidad satisfacen sus necesidades de alimentación,
mano de obra, ingresos, fuentes de energía; determinar hasta qué punto son
autosuficientes o si dependen de los mercados y la manera en que reaccionan
ante el riesgo y la incertidumbre.
II.11. Casos exitosos de valoración económica de la biodiversidad en
países de América Latina, Asia y Europa
Haciendo comparaciones con el informe de Sir Nicholas Stern de 2006
sobre el costo del cambio climático, “The Economics of Ecosystems and
Biodiversity Report” (TEEB), un gigantesco proyecto de tres años financiado
por un conjunto de países de la UE, se estimó que la pérdida continua de
bosques y biodiversidad podría costarnos entre £1.2-2.8 trillones al año. Los
autores del estudio afirmaron que el valor de la biodiversidad era ‘invisible’ en
el sistema económico actual y que la protección del mundo natural resultaba
más barata que las costosas soluciones tecnológicas propuestas. Ofrecen
algunos éxitos logrados en países de América Latina, Asia y Europa al haber
obtenido beneficios financieros dándole valor económico a la biodiversidad:
• en Venezuela, la inversión en el sistema de áreas naturales protegidas está
previniendo la sedimentación que de otra manera podría reducir las ganancias
agrícolas en alrededor de $3.5 millones al año
• la inversión en la protección de la Reserva de la Biosfera Maya de Guatemala
está generando un ingreso anual de casi $50 millones al año, ha generado
7.000 trabajos y ha dado un empuje a los ingresos de las familias locales
• la plantación y protección de cerca de 12.000 hectáreas de manglares en
Vietnam cuesta más de $1 millón, pero el ahorro de gastos anuales en el
mantenimiento de diques es de más de $7 millones
• uno de 40 trabajos en Europa están ahora vinculados con el medio ambiente
y los servicios del ecosistema, trabajos que van desde ‘eco-tecnoindustrias’ a
agricultura orgánica, forestería sostenible y ecoturismo
Fuente: The Ecologist, 13 de noviembre de 2009
II.12.
A fines de los '70 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA) y luego la Sociedad Mundial de Meteorología (SMM),
alertan sobre drásticas variaciones climáticas (UNEP y GMS, 1992), las que
serían consecuencia de la gradual y creciente acumulación de "gases de efecto
de invernadero" (GEI) en la atmósfera, provenientes principalmente de la
actividad industrial y deforestación masiva (IUCC y PNUMA, 1995). La
presencia de estos gases y su permeabilidad diferencial a las radiaciones,
redundaría en un calentamiento biosférico acumulativo (UNEP y GMS, 1 992;
IUCC y PNUMA, 1 995). Se han modelado algunos escenarios, uno extremo,
señala que para el 2 100 habrían incrementos de 3,5 °C en la temperatura
media, 0,65 m en nivel medio del mar, de 7 a 11 % en las tasas de
precipitación-evaporación, etc. [IPCC, 1995]. Además de innumerables
consecuencias biofísicas y socioeconómicas, como: migración, suplantación,
padecimiento y extinción de especies; epidemias y pandemias agrícolas y
humanas; sequía, erosión y desertificación de suelos; variaciones en los
patrones, producción y productividad de agroecosistemas; etc. [UNEP y GMS,
1992; IPCC, 1995; WOODWELL cit. por Parlamento Latinoamericano, et. al,
1998].
En la reunión de Río de Janeiro, Brasil: Eco-92, se firmó La Convención
Marco sobre el Cambio Climático, rubricado por 162 líderes de estado y
ampliamente esperado por esferas científicas, políticas y sociales [IUCC y
PNUMA, 1 995; Framework Convention on Climate Change, 1998]. Más que
normativa, aperturaba un espacio de discusión que la temática ameritaba en la
Agenda 21 [UNEP, 1996]. Las medidas a implementar, son producto de
investigaciones multidisciplinarias y emitidas en informes periódicos por el
IPCC, Grupo Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático [IPCC,
1995], el ala política macro es dada por la Conferencia de las Partes (CdP),
foro que en reuniones periódicas, propone y monitorea la implementación de
las sugerencias técnicas, siendo algunos de sus productos: el Mandato de
Berlin '93 y el Protocolo de Kyoto '97, [CMNUCO, 1997; Parlamento
Latinoamericano, et. al, 1998]. Existen además varios otros grupos de
discusión, financiamiento y acción relacionados: el Fondo para el Medio
Ambiente Mundial (GEF), la Alianza de Pequeños Estados Insulares (SIDS), la
Sociedad Mundial de Meteorología (SMM), el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), entre los más relevantes (IPCC,
1995; UNEP, et. al, 1999).
Alternativamente, hay confluencia mundial, en que es primordial la
generación de nuevos paradigmas de desarrollo y conducta (individuales y
sociales) sustentados en preceptos de sostenibilidad y equidad, este particular
punto de urgente aplicabilidad (CMNUCO, 1997). Las líneas sugeridas
consideran: inventarios de emisiones, programas de mitigación, investigación
de base, promoción de la investigación, transferencia tecnológica, promoción y
protección de sumideros, intercambio de información y participación ciudadana
(Parlamento Latinoamericano, et.al, 1998). Políticamente, en Kyoto '97 se
propusieron medidas concretas, como la reducción de emisiones a niveles
precedentes, generación de mercados internacionales, facilitamiento de
conocimiento, información, tecnología y financiamiento norte-sur. (Parlamento
Latinoamericano, et.al, 1998), mas la respuesta ha sido desigual, al punto que
el protocolo permanece aún sin ser ratificado1. Han resultado más exitosas las
negociaciones de cuotas de emisión, que involucran no solo estados sino
organizaciones privadas, que intermedien en este "mercado de derechos
negociables de emisiones"; inclusive se ha establecido una tasa de valuación,
"el dióxido de carbono equivalente" (ORTÍZ et.al, 1998; Parlamento
Latinoamericano, et.al, 1998).
El dióxido de carbono (CO2), con 344 000 ppbv2 -más de 200 veces la
concentración del siguiente GEI, metano-, y una tasa de incremento anual de
0,4%, es el principal gas de efecto de invernadero (UNEP y GMS, 1992). Su
"secuestro", reincorporación al sumidero biosférico, se ha contemplado como
un factor clave en la mitigación del calentamiento global. Los mecanismos más
espectantes, a) retención en el suelo y biomasa, gracias al intercambio
gaseoso de las plantas y b) por vegetales marinos en un proceso similar. En
este espectro cobran importancia las grandes fitomasas y sus capacidades
fotosintéticas, y las demás alternativas de uso de la tierra, como sumideros
potenciales. El estudio de ecosistemas y su potencial en el secuestro de
carbono se sustenta en ello.
La Agroforestería, como paradigma tecno-productivo, oferta ventajas
comparativas en relación a algunos otros sistemas de uso de la tierra:
elevación de réditos globales, producción y productividad biofísica, provisión de
argumentos socioeconómicos que releven su versatilidad circunstancial
(KRISHNAMURTHY y AVILA, 1999) y alternativa a los sistemas tradicionales
de agricultura migratoria RTQ (ICRAF, 1996, 1998; Alegre et.al, en prensa). Se
demanda ahora, explorar su factibilidad (la de los SAF's) para secuestrar
carbono, en un marco amplio, transdisciplinario y de compromiso colectivo.
Se ha preconcebido el potencial de los SAF's para secuestrar carbono,
sustentándolo en argumentos teoréticos, dado su relativo mayor volumen de
biomasa vs. monocultivos (NAIR, 1993; KRISHNAMURTHY y AVILA, 1 999).
Mas la evidencia científica es aún escasa y la información dispersa [Schroeder,
1994].
Desde este particular punto de vista, un SUT agrícola3 se distingue de
uno agroforestal, por sus períodos y volúmenes de carbono ciclado, que en el
último varían entre 10 y 50 t ha-1 (KURSTEN Y BURSCHEL, 1993 cit. por
LÓPEZ 1998); de acuerdo al SAF que se trate, los extremos, inferior: linderos y
cercos vivos aportarían de 3 a 25 t ha-1, los intermedios,"taungya" y huertos
caseros, hasta 50 t ha-1, y más, los barbechos. Una purma de 15 años por ej.
puede acumular hasta 100 t ha-1 (BROWN Y LUGO, 1990 cit. por LÓPEZ
1998). Hay quienes sugieren un volumen medio de carbono secuestrado por
los SAF's, igual a 95 t ha-1. (WINJUM, 1992 cit. por LÓPEZ 1998) y algunas
otras posiciones (Cuadro 1).
III. MATERIALES Y MÉTODOS
III.1. Características generales de la zona de estudio
III.1.1. Lugar de ejecución
El presente trabajo de investigación se realizará en los terrenos del
Centro de Investigación y Producción Tulumayo Anexo la Divisoria – Puerto
Súngaro, que está en el trayecto de la carretera Fernando Belaunde Terry en el
kilometro 12.5 comprendido entre las ciudades de Tingo María y Aucayacu.
III.1.2. Ubicación política
Políticamente está enmarcado en el departamento de Huánuco,
provincia de Leoncio Prado y distrito de Juan José Crespo y Castillo.
III.1.3. Ubicación geográfica
La ubicación geográfica corresponde a: Latitud Sur 09°07´43”,
longitud Oeste 76° 02´ 32" con una altitud de 600 m.s.n.m., cuyas coordenadas
UTM son las siguientes:
Coordenadas UTM DATUM WGS - 1984
Este: 385469
Norte: 8990761
III.1.4. Clima y ecología
El clima se caracteriza por ser cálido y húmedo, con temperaturas
medias anuales que oscilan alrededor de los 24 ºC. Las precipitaciones
pluviales superan los 3,000 mm por año, siendo los meses de mayor
precipitación en los meses de noviembre a marzo. Ecológicamente, el área se
encuentra en la zona de vida bosque muy húmedo Premontano Tropical (bmh-
PT).
III.1.5. Los suelos
Los suelos del CIPTALD tienen la conformación típica de las
llamadas llanuras cuyo relieve está comprendido entre 1 a 5% formando
grandes zonas homogéneas. Son suelos con fertilidad muy baja, pesados,
arcillosos que dificulta un adecuado drenaje o por lo menos éste es sumamente
lento.
III.2. Materiales y equipos
III.2.1. Materiales
Machete
Estacas de 1.5 m
Wincha de 50 m
III.2.2. Equipos
Cámara digital
Brújula SUUNTO
GPS 60 map SCX
III.2.3. Unidades ecológicas del paisaje a evaluar
Theobroma cacao – Cacao
Cedrella odorata - Cedro
Callycophyllum spruceanum – Capirona
Musa paradisiaca – Plátano
Inga edulis - Guaba
Cordia alliodora – Laurel
Heliconia stricta
III.3. Metodología
III.3.1. Selección del área
El 09 del presente mes, nos dirigimos hacia el Centro de
Investigación y Producción Tulumayo Anexo La Divisoria Y Puerto Súngaro –
CIPTALD, llegando a las 7:15 am. a las instalaciones de propiedad de la
Universidad Nacional Agraria de la Selva – UNAS. donde se recibió previas
instrucciones del ingeniero encargado del curso, previo a ello se reviso los
materiales, equipos y herramientas a emplear en la delimitación del sistema a
evaluar durante el ciclo.
Posteriormente se designo el área del sistema agroforestal, donde
el grupo de trabajo se dirigió hacia el campo experimental que en este caso es
un sistema agroforestal con especies maderables (Cedrella odorata,
Callycophyllum spruceanum, Inga edulis, Cordia alliodora y otros) y especies
agrícolas (Theobroma cacao y Musa paradisiaca). Una vez situado en el campo
nos dividimos en grupos de trabajo designándonos tareas a cada estudiante, se
comenzó a realizar las siguientes funciones laborales:
Presencia de otras plantaciones contiguas, y estructura y
distribución de los individuos en la plantación elegida. Las observaciones
realizadas permitieron definir en un croquis el diseño del ensayo y la ubicación
de las parcelas. El sistema agroforestal seleccionada tiene alrededor de 35
años de edad y había sido podada periódicamente,
III.3.2. Delimitación de la parcela de estudio
Se llevo a cabo con un grupo de cinco estudiantes, Azañero
Cachique, Wilson se encargo de tomar los puntos con el GPS, toma de datos
del rumbo y azimut de todo el área del sistema agroforestal; Velasco Ccapa,
Jackeline y Delgado Tapullima, Lorena estuvieron a cargo de medir la distancia
con el empleo de la wincha de 50 metros en cada vértice que se designo en el
área del sistema agroforestal. Mientras Potesta Cayetano, Lesly estuvo a cargo
de la elaboración de las estacas para realizar la alineación del área indicada.
Lo cual se determino un total de tres parcelas diferentes en un solo
terreno dedicado a un sistema agroforestal; la primera parcela estuvo
predominado por Guaba, Cacao, Cedro, Laurel y Capirona; la segunda parcela
tiene plantaciones de Cacao asociado a Guaba; y por último la tercera parcela
es de Cacao asociado a Plátano. Haciendo un área total de 1.8 hectáreas.
III.3.3. Identificación, evaluación y valoración de bienes y servicios
ambientales
Estuvo a cargo de cuatro alumnos para la identificación de las
especies vegetales dentro del sistema agroforestal realizándolo a través de
caminatas por el interior del terreno, mediante conteos de filas y columnas de
los plantones y arboles existentes en el área determinado, de los cuales se
designaron a Machuca Trujillo, Josefa; Zuñiga Martínez, José; Velasco Ccapa,
Jackeline; y Potesta Cayetano, Lesly.
Estuvieron a cargo de contabilizar la cantidad de individuos
existentes dentro del sistema agroforestales tanto especies agrícolas como
forestales, para la evaluación de las heliconias se determino los que se
encontraban alrededor del terreno determinado. La evaluación y determinación
de la valoración de bienes y servicios ambientales del sistema agroforestal en
general se desarrollo entre todos los alumnos pertenecientes al grupo.
III.3.3.1. Determinación del valor de uso directo
a. Recurso forestal
Recurso forestal maderable
Cedrella odorata - Cedro
Callycophyllum spruceanum – Capirona
Cordia alliodora – Laurel
Recurso forestal no maderable
Theobroma cacao – Cacao
Musa paradisiaca – Plátano
Inga edulis - Guaba
Heliconia stricta
b. Actividad agrícola
Theobroma cacao – Cacao
Musa paradisiaca – Plátano
Inga edulis - Guaba
Cordia alliodora – Laurel
c. Actividad turística
III.3.3.2. Determinación del valor de uso indirecto
a. Almacenamiento de Carbono total del sistema
Carbono en la biomasa vegetal total
Biomasa arbórea
Biomasa arbustiva y herbácea
Biomasa de hojarasca
Biomasa de árboles muertos en pie
Biomasa de los árboles caídos muertos
Carbono en el suelo
Cálculo del peso del volumen del suelo
Cálculo de la densidad aparente del suelo
b. Fijación de nutrientes
c. Regulación del clima
d. Protección del suelo
e. Regulación del régimen hídrico
f. Polinización
III.3.3.3. Identificación del valor de no uso
a. Valor opcional o potencial
Potencial farmacéutico
Potencial turístico
Protección de la biodiversidad
Conservación de especies maderables
Valores de Uso Valores de No- Uso
Usos directos Usos indirectosValores de
opciónValores de existencia
No maderables Polinización
Usos futuros de investigación Paisaje de la zona Tulumayo
Fruto Recursos genéticosHábitats de animales e insectos
Semillas Protección del suelo
Investigación Fijación de carbono
Educación Fijación de nutrientes
Retención de sedimentos
Belleza escénica Cuadro 6. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales de la cacao Theobroma cacao.
Cuadro 7. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales de la guaba Inga eludís.
Valores de Uso Valores de No- Uso
Usos directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existenciaNo maderables Polinización
Usos futuros de investigación
Fruto Protección del suelo Hábitats de animales e insectos
Investigación Fijación de carbono
Educación Fijación de nutrientes
Retención de sedimentos
Cuadro 8. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales del zapote Matisia cordata.
Valores de Uso Valores de No- Uso
Usos directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existencia
No maderables Recursos genéticosUsos futuros de investigación, en sistemas agroforestales.
Paisaje de la zona Tulumayo
Frutos Protección del suelo Hábitats de animales e insectos
Maderables Fijación de carbono Para cajonería , etc.
Retención de sedimentos
Belleza escénica
Cuadro 9. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales del plátano Musa paradisiaca.
Valores de Uso Valores de No- Uso
Usos directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existenciaFruto Polinización Usos futuros de
investigación Paisaje de la zona Tulumayo
Semillas Protección del suelo Hábitats de animales e insectos
Investigación Fijación de carbono Educación Fijación de nutrientes
Retención de sedimentos
Belleza escénica
Cuadro 10. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales de la Heliconia stricta.
Valores de Uso Valores de No- Uso
Usos directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existenciaOrnamental Belleza escénica Usos futuros de
investigación y conservación de la especie
Paisaje de la zona Tulumayo
Investigación Recursos genéticosHábitats de animales e insectos
Educación Protección del suelo Retención de
sedimentos
Cuadro 11. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales del cedro
Cedrela odorata.
Valores de Uso Valores de No- UsoUsos
directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existencia
Ornamental Belleza escénica Usos futuros de investigación y conservación de la especie
Paisaje de la zona TulumayoInvestigación Recursos genéticos
Hábitats de animales e insectos
Educación Protección del suelo
Retención de sedimentos
Fijación de carbono
Cuadro 12. Valor Económico Total (VET) de los bienes ambientales del cético Cecropia sp.
Valores de Uso Valores de No- UsoUsos
directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existenciaMaderable Recursos genéticos Usos futuros de
investigación , especie pionera
Paisaje de la zona Tulumayo
Investigación Protección del suelo Hábitats para la fauna silvestre
Educación Retención de sedimentos
Fijación de carbono
Cuadro 13. Valor Económico Total de los bienes ambientales del capirona Calycophyllum spruceanum.
Valores de Uso Valores de No- UsoUsos
directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existencia
Maderable Recursos genéticos Usos futuros de investigación y producción , especie asociada
Paisaje de la zona TulumayoInvestigación Protección del suelo
Hábitats para la fauna silvestre
Educación Retención de sedimentos
Fijación de carbono
Cuadro 14. Valor Económico Total de los bienes ambientales del laurel
Cordia elliodora.
Valores de Uso Valores de No- UsoUsos
directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existencia
Maderable Recursos genéticos Usos futuros de investigación y producción , especie asociada
Paisaje de la zona TulumayoInvestigación Protección del suelo
Hábitats para la fauna silvestre
Educación Retención de sedimentos
Fijación de carbono
Belleza escénica
Cuadro 15. Valor Económico Total de los bienes ambientales del sangre de grado Croton draconoides.
Valores de Uso Valores de No- UsoUsos
directos Usos indirectosValores de
opción Valores de existenciaUso medicinal Recursos genéticos
Usos futuros de investigación y producción , especie asociada
Paisaje de la zona Tulumayo
Maderable Protección del suelo Hábitats para la fauna silvestre
Investigación Retención de sedimentos
Educación Fijación de carbono
Belleza escénica
III.3.4. Procedimiento para la recolección de datos
Para la cuantificación de biomasa existente en los diferentes
sistemas de uso del suelo, se evaluara toda la vegetación viva y muerta del
área en estudio, para posteriormente determinar la cantidad de carbono que
contienen los principales sistemas de uso del suelo, también se realizaran
calicatas para evaluar C en el suelo, en cada uno de los sistemas (bosques
primarios y secundarios, sistemas agroforestales, sistema de palma, sistemas
de pastos); determinándose las reservas totales de carbono, para cual se sigue
la metodología propuesta por L. ARÉVALO, J. ALEGRE, 2003; las mismas que
se detallan a continuación:
Cuadro 0 . Delimitación de las parcelas.
III.3.4.1. Biomasa arbórea viva
Es toda la biomasa (tronco, ramas, hojas), árboles entre 2,5 y 30
cm de DAP. Se marcaron parcelas de 4 x 25 m en las que se midió la altura (H)
y diámetro a la altura del pecho (DAP) de los árboles vivos y parados muertos.
Sí se bifurcase por debajo de 1,3 m, se consideraran dos árboles diferentes.
Para árboles caídos muertos, se tomara un diámetro representativo (o dos) y
su largo.
En caso los árboles superen los 30 cm de diámetro, se tomarán las
mismas medidas, mas se extrapolará la parcela a 5 x 100 m, superpuesta a la
primera.
Debe nominarse además en todos los casos: los nombres locales
de cada árbol, si es ramificado (R) o no (NR), índice de densidad de la madera
de la especie (alta: 0,8 media: 0,6 o baja: 0,4) y si es palmera (P) o liana (L).
III.3.4.2. Biomasa arbustiva y herbáceo
Las biomasa arbustiva (Bah) y herbácea (Bhb), está compuesta por
la biomasa sobre el suelo de todas las plantas con diámetro menores de 2,5 cm
de diámetro utilizará cuadrantes de 1m x 1m, distribuidas al azar dentro de las
parcelas de 4m x 25 m o en las de 5m x 100 m. Para obtener este dato se
cortará toda la vegetación al nivel del suelo y se registrará el peso fresco total
por metro cuadrado; de ésta, colectar una submuestra, registrar el peso fresco
y luego secar en estufa hasta obtener el peso seco constante.
El peso seco de esta biomasa se eleva a TM/ha este valor se
multiplica por el factor 0.45, obteniendo la cantidad de carbono en esta
biomasa.
III.3.4.3. Biomasa de árboles muertos en pie
Se miden los árboles caídos muertos en los cuadrantes de 4m x
25m o en los de 5m x 100m, se registra el diámetro promedio, proveniente de
dos medidas en el tronco caído y la longitud del árbol dentro del cuadrante y
solamente se registra la longitud de la parte comprendida dentro de ella.
III.3.4.4. Biomasa seca (hojarasca
Para cada parcela, dentro de los cuadrantes de 1 x 1 m, tomamos
subcuadrantes de 0,5 x 0,5 m, en ellos pesamos la hojarasca acumulada (por
0,25 m2), y de ésta, una submuestra de valor arbitrario, enviada a laboratorio
para secado.
III.3.5. Muestreo de suelos y medición de densidad aparente
En los cuadrantes señalados para el muestreo de biomasa
herbácea, se abren calicatas de 1 m de profundidad. Se definirán horizontes,
que estará en función a la textura del suelo, de manera general oscilan entre: 0
– 0,1 m; 0,1 – 0,2 m; 0,2 – 0,4 m y 0,4 – 1,0 m; estos podrán variar de acuerdo
a la textura del suelo. En cada uno de los horizontes se tomaran muestras de
500 gr. aproximadamente, se estimará la densidad aparente del suelo usando
cilindros Uhland muestreadores. Tomamos además muestras de en promedio
500 g, que se enviaron a laboratorio para la cuantificación de carbono total y
análisis complementario: textura, nitrógeno, pH, bases intercambiables y
acidez.
III.3.6. Técnicas de procedimiento y cálculo de los datos
Se realizarán los análisis de los datos empleando fórmulas
determinadas por ARÉVALO, ALEGRE, 2003, las que se encuentran en su
Manual de Determinación de las Reservas Totales de Carbono en los
Diferentes Sistemas de Uso de la Tierra en Perú, las que se detallarán a
continuación:
III.3.6.1. Biomasa arbórea viva (t/ha)
Son varios los modelos diseñados para estimar los volúmenes de
biomasa arbórea, todos indirectamente, por inferencia de sus principales
medidas biométricas, generalmente altura, DAP, y densidad. (CIFOR, et.al,
1998).
Para determinar la cantidad de biomasa por hectárea se sumarán
la biomasa de todos los árboles medidos y registrados (BTAV) ya sea en la
parcela de 4 x 25 m o en la de 5m x 100m, es decir:
BAVT (TM/ha) = BTAV * 0.1 ó BAVT (TM/ha) = BTAV * 0.02
Donde:
BAVT = Biomasa de árboles vivos en TM/ha
BTAV = Biomasa total en parcela de 4m X 25m o de 5m X 100 m.
0.1 = Factor de conversión cuando la parcela es de 4m X 25m
0.2 = Factor de conversión cuando la parcela es de 5m X 100m
En la estimación de biomasa de árboles vivos y muertos en pie -la
mayor parte- y su cálculo de carbono retenido, se sugieren el modelo de Palm,
que se comenta la maximiza. (BROWN, 1997; FUJISAKA et.al, 1997;
BARBARÁN, 1998; PALM et.al, 1999; CEIJAS, 1999; PALM, 2000).
BA = 0,1184 DAP2,53
Donde,
BA = biomasa arboles vivos y muertos de pie
0,1184 = constante
DAP = diámetro a la altura del pecho
2,53 = constante
III.3.6.2. Biomasa arbustiva y herbáceo
Para la estimación de biomasa se utilizará la siguiente ecuación:
Bh={[ PSMPFM ]∗PFT }∗0 .1Donde:
BAH = Biomasa arbustiva/herbácea, materia seca (TM/ha).
PSM = Peso seco de la muestra colectada.
PFM = Peso fresco de la muestra colectada.
PFT = Peso fresco total por metro cuadrado.
0.1 = Factor de conversión.
III.3.6.3. Biomasa de árboles muertos en pie (BAMP)
Para estimar la biomasa en TM/ha, sumar la biomasa de todos los
árboles muertos en pie evaluados.
BTAMP=BAMPP∗0 .1ó
BTAMP=BAMPP∗0 .02
Dónde.
BTAMP = biomasa total de árboles muertos en pie en TM/ha
BAMPP = biomasa de árboles muertos en pie dentro de la parcela
0,1 = factor de conversión cuando la parcela es de 4m x 25 m
0,02 = Factor de conversión cuando la parcela es de 5x100 m
III.3.7. Calculo de la biomasa vegetal total (t/ha)
BVT (TM/ha) = BAVT + BTAMP + BTACM + BAH + Bh
Donde:
BVT = biomasa vegetal total
BAVT = biomasa total árboles vivos
BTAMP = biomasa total árboles muertos en pie
BTACM = biomasa total árboles caídos muertos
BAH = biomasa arbustiva
Bh = biomasa de la hojarasca
III.3.8. Muestreo de suelos y medición de densidad aparente
En los cuadrantes señalados para el muestreo de biomasa
herbácea, se abren calicatas de 1 m de profundidad. Se definirá el perfil
estratigráfico, que estará en función a la textura del suelo. En cada uno de los
horizontes, usando cilindros muestrea dotes, se debe estimar la densidad
aparente del suelo. Por cada horizonte se debe tomar una muestra de 500 gr.,
las cuales serán enviadas al laboratorio para la cuantificación del carbono total.
III.3.8.1. Cálculo de la densidad aparente del suelo (gr/cc)
ρa=PSNVCH
Donde:
ρa (g/cc) = Densidad aparente, en g/cc.
PSN = Peso seco del suelo dentro del cilindro.
VCH = Volumen cilindro (constante).
III.3.9. Cálculo del carbono en el suelo
CS (TM/ha) = (PVs* %C) / 100
Donde:
CS = carbono en el suelo
PVS = peso del volumen del suelo
%C = resultados de Cen porcentaje analizado en laboratorio
100 = factor de conversión
III.3.10. Cálculo del carbono total
III.3.11. Calculo de carbono en la biomasa vegetal (TM/ha)
CBV(TM/ha) = BVT *0.45
Donde:
CBV = carbono en la biomasa vegetal total
BVT =Biomasa vegetal total
0.45 = constante
3.4. Metodos para evaluar los bienes y servicios ambientales
3.4.1. Determinación del valor de uso directo
d. Recurso forestal
Recurso forestal maderable
Las especies forestales maderables serán evaluadas según el método directo
para e indirecto.
Evaluación de bienes del recurso forestal maderable mediante el método
directo
usos Especies unidades Precio de
mercado
local
Madera
para la
industria
Cedrella odorata
Cordia alliodora
Callycophyllum spruceanum
(S/. / pt) 4.00
…….
……
Para
cajoneria
Matisia cordata tucos ………
Evaluación de servicios ambientales del recurso forestal maderable mediante
el método indirecto de valor potencial
Con la siguiente formula de valor futuro de pagos únicos
Vf=Vp(1+i)n
Vf : Valor futuro o potencial
Vp : Valor presente
n : años
Para calcular el valor potencial, se debe tener en cuenta el costo de
establecimiento, edad de la plantación y el interés, con estos valores se
realizara una aproximación a la valorización de estos recursos.
Determinación del valor potencial del recurso forestal no maderable
Especie tasa de interés Vf Vp
Cedrella odorata
Cordia alliodora
Callycophyllum
spruceanum
Recurso forestal no maderable
Determinacion del precio de mercado del recurso
no maderable (heliconia)
Precio (s/.)
heliconia unidad ………
e. Actividad agrícola
especie Unidad precio
Teobroma cacao (s/. / Kg) 7
Musa (s/. / racimo) 6
Guaba (s/. / tercio ) ……
f. Actividad turística
g. Investigación
h. Educación
3.4.1.1. Determinación del valor de uso indirecto
g. Almacenamiento de Carbono total del sistema
Carbono en la biomasa vegetal total
Biomasa arbórea
Biomasa arbustiva y herbácea
Biomasa de hojarasca
Biomasa de árboles muertos en pie
Biomasa de los árboles caídos muertos
Carbono en el suelo
Cálculo del peso del volumen del suelo
Cálculo de la densidad aparente del suelo
h. Fijación de nutrientes
i. Regulación del clima
j. Protección del suelo
k. Regulación del régimen hídrico
l. Polinización
3.4.1.2. Identificación del valor de no uso
b. Valor opcional o potencial
Potencial farmacéutico
Potencial turístico
Protección de la biodiversidad
Conservación de especies maderables
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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