Valoración Pedagogía Ignaciana

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VALORACIÓN PERSONAL DEL CURSO (LIC. IVÁN ENRIQUE SANDINO GUTIÉRREZ) En la actualidad existe una amplia variedad de modelos educativos, los cuales pretenden formar al individuo de forma integral y prepararlo para un sistema competitivo y exigente, donde todo gira alrededor de fríos negocios y la condición humana no cuenta. Estos modelos pretenden formar un hombre altamente capacitado ante las exigencias cognoscitivas del siglo XXI, pero carente de sensibilidad y de simpatía humana. El Paradigma pedagógico Ignaciano se presenta como una alternativa educativa que las diversas instituciones educativas de la Compañía de Jesús emplean desde hace muchos años. En primer lugar confieso mi ignorancia referente a este modelo educativo, es decir no tenía ningún concepto ligado al modelo educativo ignaciano de manera que estuve decidido a conocer las propuestas educativas del modelo ignaciano. Uno de los planteamientos muy significativo desde mi punto de vista es la postura que concibe “finalidad de la educación no es únicamente la adquisición de un conjunto de información y de técnicas o la preparación para una carrera, aunque todas estas cosas sean en sí mismas importantes y útiles para futuros líderes cristianos. El fin… de la Compañía es el crecimiento completo de la persona, que conduce a la acción, una acción empapada del espíritu y la presencia de Jesucristo, el hombre para los demás.” Esta cita está en relación con los planteamientos estudiados en nuestro curso ya que visualiza al ser humano no solamente desde una visión pragmática sino humana y cristiana. Como educador por vocación y no por circunstancia expreso que cada día que nos enfrentamos a los alumnos en el aula tenemos muchos retos y la forma en que transmitimos los conocimientos y el enfoque que le daremos será primordial. En ese momento el modelo ignaciano propone respuestas concretas al lograr una formación en valores que visualice al ser humano como un individuo racional, consciente de su problemática y solidario con sus semejantes en todas las vicisitudes humanas. En suma, me identifico como docente de esta institución con este modelo pedagógico y creo que podemos implementarlo en el aula de clase, en los diversos contenidos es posible llevar a los alumnos a un proceso de meditación interno y externo. Además podemos realizar

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Visión de la obra pedagófica ignaciana.

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VALORACIÓN PERSONAL DEL CURSO

(LIC. IVÁN ENRIQUE SANDINO GUTIÉRREZ)

En la actualidad existe una amplia variedad de modelos educativos, los cuales pretenden formar al individuo de forma integral y prepararlo para un sistema competitivo y exigente, donde todo gira alrededor de fríos negocios y la condición humana no cuenta. Estos modelos pretenden formar un hombre altamente capacitado ante las exigencias cognoscitivas del siglo XXI, pero carente de sensibilidad y de simpatía humana.

El Paradigma pedagógico Ignaciano se presenta como una alternativa educativa que las diversas instituciones educativas de la Compañía de Jesús emplean desde hace muchos años. En primer lugar confieso mi ignorancia referente a este modelo educativo, es decir no tenía ningún concepto ligado al modelo educativo ignaciano de manera que estuve decidido a conocer las propuestas educativas del modelo ignaciano.

Uno de los planteamientos muy significativo desde mi punto de vista es la postura que concibe “finalidad de la educación no es únicamente la adquisición de un conjunto de información y de técnicas o la preparación para una carrera, aunque todas estas cosas sean en sí mismas importantes y útiles para futuros líderes cristianos. El fin… de la Compañía es el crecimiento completo de la persona, que conduce a la acción, una acción empapada del espíritu y la presencia de Jesucristo, el hombre para los demás.” Esta cita está en relación con los planteamientos estudiados en nuestro curso ya que visualiza al ser humano no solamente desde una visión pragmática sino humana y cristiana.

Como educador por vocación y no por circunstancia expreso que cada día que nos enfrentamos a los alumnos en el aula tenemos muchos retos y la forma en que transmitimos los conocimientos y el enfoque que le daremos será primordial. En ese momento el modelo ignaciano propone respuestas concretas al lograr una formación en valores que visualice al ser humano como un individuo racional, consciente de su problemática y solidario con sus semejantes en todas las vicisitudes humanas.

En suma, me identifico como docente de esta institución con este modelo pedagógico y creo que podemos implementarlo en el aula de clase, en los diversos contenidos es posible llevar a los alumnos a un proceso de meditación interno y externo. Además podemos realizar con los estudiantes breves ejercicios como reflexiones personales, diarios, exposiciones y debates, en los cuales se analice diversos aspectos de nuestra realidad cuya finalidad ser inculcar en los alumnos valores morales y espirituales que fomenten una cultura de codesarrollo basada en el respeto, la tolerancia y la libertad.