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Valoración del paisaje de la selva baja caducifolia en la cuenca baja del río Papagayo (Guerrero), México Arturo García Romero* Karla Ivette Mendoza Robles* Leopoldo Galicia Sarmiento* Resumen En la actualidad existe un amplio interés por el valor del paisaje como una alternativa de análisis ambiental, sin embargo, esta aproximación ha sido poco utilizada en los ecosistemas de México. El objetivo de este estudio fue determinar el valor del paisaje en la selva baja caducifolia (SBC) de la cuenca baja del río Papagayo, Guerrero, México. Se realizó una clasificación jerárquica de paisajes y se aplicó un índice de valor del paisaje basado en cuatro indicadores: sensibilidad de laderas, fragmentación, calidad visual y significado social. Los resultados indican que el área está constituida por tres sistemas de paisajes –montañas, lomeríos y llanura aluvial– definidos por cambios morfo-litológicos y bioclimáticos; 17 subsistemas de paisajes y 16 paisajes elementales, definidos por los tipos de vegetación, usos de suelo y niveles de perturbación. El valor del paisaje fue heterogéneo, aunque tiende a ser mayor en los subsistemas montañosos de selvas y bosques, debido a que son más inaccesibles, por lo que el significado social y los niveles de perturbación y fragmentación se reducen. En contraste, los subsistemas de lomeríos con selva baja caducifolia tienen alto significado social debido a la cercanía y accesibilidad, lo cual favorece la intensificación de los usos del suelo, el incremento de la fragmentación y la caída de la calidad visual y del valor natural del paisaje. Si bien, la vegetación secundaria de la SBC (acahual) ha sido valorada por su importancia en los mecanismos de regeneración de las selvas, en este caso obtuvo un valor reducido debido a la intensidad en el manejo de recursos, tanto en el pastoreo, como en la extracción de leña y la producción de carbón. El método implementado en este estudio permite sintetizar el balance entre la degradación ambiental y los caracteres de la apropiación cultural del paisaje en escalas geográficas amplias. Palabras clave: Ecología del Paisaje, selva baja caducifolia, usos del suelo, fragmentación, valor del paisaje. Evaluation of tropical deciduous forest landscapes, lower Papagayo river basin (Guerrero), Mexico Abstract. Actually, there is an extended interest of the landscape value as an alternative of environment analysis, however, it has been few used in ecosystems of Mexico. The objective of this study was to determine the value of the landscape in tropical dry forests of Papagayo low basin, Guerrero, Mexico. The classification of landscapes hierarchy was carried and a quality index based on four indicators was applied: slope’s sensitivity, fragmentation, physiognomic quality and social *Instituto de Geografía, UNAM, Circuito Exterior, Cd. Universitaria, 04510, Coyoacán, México, D. F. E-mail: [email protected] Recibido: 23 de noviembre de 2004 Aceptado en versión final: 29 de marzo de 2005 Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, UNAM ISSN 0188-4611, Núm. 56, 2005, pp. 77-100

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Valoración del paisaje de la selva baja caducifolia en la cuenca baja del río Papagayo (Guerrero), México

Valoración del paisaje de la selva bajacaducifolia en la cuenca baja del río Papagayo

(Guerrero), México

Arturo García Romero*Karla Ivette Mendoza Robles*Leopoldo Galicia Sarmiento*

Resumen En la actualidad existe un amplio interés por el valor del paisaje como una alternativa de análisis ambiental,sin embargo, esta aproximación ha sido poco utilizada en los ecosistemas de México. El objetivo de este estudio fuedeterminar el valor del paisaje en la selva baja caducifolia (SBC) de la cuenca baja del río Papagayo, Guerrero, México. Serealizó una clasificación jerárquica de paisajes y se aplicó un índice de valor del paisaje basado en cuatro indicadores:sensibilidad de laderas, fragmentación, calidad visual y significado social. Los resultados indican que el área estáconstituida por tres sistemas de paisajes –montañas, lomeríos y llanura aluvial– definidos por cambios morfo-litológicosy bioclimáticos; 17 subsistemas de paisajes y 16 paisajes elementales, definidos por los tipos de vegetación, usos de sueloy niveles de perturbación. El valor del paisaje fue heterogéneo, aunque tiende a ser mayor en los subsistemas montañososde selvas y bosques, debido a que son más inaccesibles, por lo que el significado social y los niveles de perturbación yfragmentación se reducen. En contraste, los subsistemas de lomeríos con selva baja caducifolia tienen alto significadosocial debido a la cercanía y accesibilidad, lo cual favorece la intensificación de los usos del suelo, el incremento de lafragmentación y la caída de la calidad visual y del valor natural del paisaje. Si bien, la vegetación secundaria de la SBC(acahual) ha sido valorada por su importancia en los mecanismos de regeneración de las selvas, en este caso obtuvo unvalor reducido debido a la intensidad en el manejo de recursos, tanto en el pastoreo, como en la extracción de leña y laproducción de carbón. El método implementado en este estudio permite sintetizar el balance entre la degradaciónambiental y los caracteres de la apropiación cultural del paisaje en escalas geográficas amplias.

Palabras clave: Ecología del Paisaje, selva baja caducifolia, usos del suelo, fragmentación, valor del paisaje.

Evaluation of tropical deciduous forest landscapes,lower Papagayo river basin (Guerrero), Mexico

Abstract. Actually, there is an extended interest of the landscape value as an alternative of environment analysis, however,it has been few used in ecosystems of Mexico. The objective of this study was to determine the value of the landscape intropical dry forests of Papagayo low basin, Guerrero, Mexico. The classification of landscapes hierarchy was carried anda quality index based on four indicators was applied: slope’s sensitivity, fragmentation, physiognomic quality and social

*Instituto de Geografía, UNAM, Circuito Exterior, Cd. Universitaria, 04510, Coyoacán, México, D. F. E-mail:[email protected]

Recibido: 23 de noviembre de 2004Aceptado en versión final: 29 de marzo de 2005

Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, UNAMISSN 0188-4611, Núm. 56, 2005, pp. 77-100

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INTRODUCCIÓN

En la actualidad existe gran interés por losdiagnósticos ambientales que evalúan la es-tructura, funcionamiento y dinámica de losecosistemas bajo la consideración de los as-pectos naturales y culturales que en él con-vergen (Arler, 2000; O´Neill y Walsh, 2000).El enfoque de la ecología del paisaje hace posi-ble sintetizar e integrar los aspectos estruc-turales y funcionales del territorio en un mo-mento determinado (Bertrand, 1968; Huggett,1995; Farina, 1998; García-Romero, 2002;Muñoz, 2002), y su valoración constituye unaherramienta útil y rápida para el diagnósticoambiental con fines de conservación en esca-las geográficas amplias. Sin embargo, en elcaso de México existen escasos estudios coneste enfoque y en ningún caso se tienen re-ferencias de la valoración del paisaje paraecosistemas de selva baja caducifolia (SBC).

La SBC es el ecosistema tropical de mayorextensión a nivel mundial (42%), y en Méxicorepresenta el ~ 60% de la vegetación tropical(Trejo y Dirzo, 2000). Sin embargo, alrededordel 30% de estas selvas presenta algún tipode perturbación (Ibid.). De acuerdo con Maass(1995), para 1980 el 44% de su superficie ori-ginal había sido transformada a cultivos,matorrales y sabanas, por lo que cada año sepierden 650 mil ha (2% anual). No obstanteque existen estudios que evalúan la defores-tación de la selva en México (Trejo y Dirzo,2000), así como sus consecuencias sobre ladegradación ambiental y la pérdida de la bio-diversidad y endemismos (Maass, 1995), nose tienen referencias de trabajos que analicen

las consecuencias de su transformación bajoel enfoque de la ecología del paisaje.

Dada la complejidad de los sistemas am-bientales, el valor del paisaje puede ser obteni-do a través del uso de indicadores ambien-tales (Arler, 2000; O´Neill y Walsh, 2000). Nu-merosos autores han sugerido que la frag-mentación, la deforestación, los aspectosfisonómicos de la vegetación, el ángulo y lalongitud de la pendiente y la erosión de suelospueden ser indicadores de la degradaciónambiental y, por lo tanto, del valor del paisajeen escalas geográficas amplias (Ibid.). Porejemplo, independientemente del sistema demanejo de recursos, la morfología de las lade-ras es un indicador de la sensibilidad del am-biente a escala del paisaje, sobre todo debidoa sus implicaciones sobre la estabilidad deladeras, la erosión y pérdida de fertilidad delsuelo (Lugo, 1988; Gerrard, 1993). Asimismo,la fragmentación es considerada como una delas consecuencias negativas de la expansióny dinámica del uso del suelo que mayoresimpactos tiene sobre la degradación am-biental (Farina, 1998) y la calidad escénica delpaisaje (Hunziker y Kienast, 1999). Lo anteriorse debe a que dicho proceso se relaciona conla subdivisión del paisaje, la reducción delhábitat, la pérdida de biodiversidad y el frenode la resiliencia de los ecosistemas (Bastian yRöder, 1998). Si bien diversos autores señalanla importancia de los criterios formales quese basan en la estructura y la dinámica comobase para la evaluación del paisaje (Hunzikery Kienast, 1999), existe también un crecientereconocimiento por la calidad y la bellezaescénica del paisaje (Carlson, 1977; Hunzkier

signify. The results show that the area is constituted by three landscape systems –mountains, hills and alluvial plains–defined by the morpho-structures and bioclimatic changes, 17 landscape subsystems and 16 elemental landscapes, definedby vegetation, land use and perturbation. The landscapes’ value is variable, even it has to increase in the mountainoussubsystems with tropical dry forests and temperate forests, which are more sensitive and inaccessible, so that the socialinterest and the fragmentation levels reduce and enable more physiognomic quality. In the hills subsystems with tropicaldry forests, the morphology is flat to favor the increase of accessibility and fragmentation, which correlates with changesin the local distribution of the social and economic development. The method allows synthesize the balance among theenvironmental degradation and the characters of the cultural appropriation of the landscape in large spatial scales.

Key words: Landscape Ecology, tropical dry forest, land use, fragmentation, landscape value.

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y Kienast, 1999; Arler, 2000; O´Neill y Walsh,2000), considerados como beneficios de laconservación (Ribe, 1994; Hunzkier y Kienast,1999; Arler, 2000; O´Neill y Walsh, 2000). Porotro lado, la vegetación es considerada comoun indicador principal de la calidad visual delpaisaje (García-Romero, 2002; Onaindia et al.,2004), debido a su amplia distribución y capa-cidad de respuesta frente a las variacionesambientales, que se manifiestan en cambiosen la composición de especies y en la estruc-tura fisonómica (Van Gils y Van Wijngaarden,1984; Drdos, 1992).

También los aspectos socio-económicosson relevantes en la valoración del paisaje,debido al creciente papel del hombre en latransformación del ambiente (Scott, 1993;Gragson, 1998) y a sus impactos sobre la con-servación, estabilidad y resiliencia del paisaje(Drdos, 1992; Bastian y Röder, 1998; Gragson,1998; Lavorel, 1999). Además, se ha compro-bado que otros aspectos sociales como larealización artística y espiritual, la recreacióny el desarrollo intelectual influyen sobre elsentimiento de pertenencia y las formas deapropiación del suelo, por lo cual el paisajedebe ser evaluado en el contexto de las socie-dades que lo poseen. En este caso, se consi-dera que los paisajes culturales cumplen unafunción ambivalente: por una parte, dete-rioran y fragmentan el medio, al tiempo querepresentan un valor de calidad que se rela-ciona con el significado socioeconómico quela sociedad humana les atribuye (Wiersum,2004).

La cuenca baja del río Papagayo (1 331.9 km2)sostiene un ecosistema tropical perturbado yheterogéneo, que constituye un sistema mo-delo para la valoración del paisaje desde unenfoque funcional. Se localiza en la vertientePacífico del la Sierra Madre del Sur (16° 40’-17° 15’ N y 99° 33’-99° 36’ W), a 50 km al estede la ciudad de Acapulco (Figura 1). La mor-fología de la cuenca es diversa y consiste enuna extensa área montañosa (711.74 km2) y

predominantemente granítica, la cual en-marca el sector más alto y continental de lacuenca, por arriba de los 1 000 msnm. Pordebajo de esta cota, la montaña enlaza conextensos lomeríos de gneis (529.07 km2),cuya morfología se torna más suave haciala costa. Un elemento fundamental del pai-saje es la llanura aluvial en torno al cauceprincipal del río Papagayo (91.169 km2), asícomo pequeños llanos aluviales dispersosen montañas y lomeríos. Desde el punto devista bioclimático, la mayor parte del árease ubica dentro de una franja cálido sub-húmeda con vegetación potencial de SBC,que se extiende hasta los 1 200 msnm, apro-ximadamente. Sobre esta cota el clima setorna templado sub-húmedo y permite latransición a los bosques de pino y de enci-no. La SBC es similar a la descrita en otrasáreas de México y consiste en comunida-des caducifolias de amplia diversidad florís-tica y número de endemismos (60% de lasespecies de selva; Rzedowski, 1991; Trejo yDirzo, 2000); por ejemplo, predominan lasplantas de afinidad neotropical, así comolos árboles bajos (8-12 m) que se ramificana poca distancia del suelo, y con presenciade otras formas de vida como trepadorasy epífitas escasas (Rzedowski, 1988;Challenger 1998).

El poblamiento de la cuenca data de tiem-pos prehispánicos, y aunque se tiene registrode un periodo de despoblamiento durante laColonia, a finales del siglo XIX inició un lentoproceso de recuperación demográfica que secontinuó hasta hace pocas décadas (Delgadoet al., 2004). En la actualidad, la población sedistribuye en 135 localidades, la mayoría sonpueblos y rancherías dedicados al sistemaagrícola tradicional de “roza-tumba y quema”para la producción de maíz de uso doméstico(Challenger, 1998). Al igual que en otras áreasdel país, la agricultura se combina con laganadería extensiva de cabras y la extracciónde leña, lo cual da como resultado altos

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Figura 1. Localización de la cuenca baja del río Papagayo y municipios que la integran.

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niveles de deforestación y fragmentación(Rzedowski, 1988; Challenger, 1998), así comola conformación de un complejo mosaiconatural, cultural y económico de gran inte-rés paisajístico. El objetivo del trabajo fuedeterminar el valor del paisaje a partir deun criterio funcional que permite explicarel estado de conservación, la estabilidad yla resiliencia de la SBC en escalas geográficasamplias. Para ello, se aplica un índice delvalor del paisaje que integra la acción com-binada de cuatro indicadores clave de la va-riabilidad paisajística: sensibilidad naturalde laderas, fragmentación espacial, calidadvisual y significado social.

MÉTODOS

Mapa de paisajes

Para la clasificación de los paisajes se utilizóun sistema jerárquico que consiste en tres uni-dades taxonómicas: sistema de paisajes, sub-sistema de paisajes y paisaje elemental. Laprimera se define a partir de rasgos morfo-litológicos y climáticos, es decir, variables deamplio rango espacial y temporal (1:50 000-1:100 000), por lo que se le considera comoun tipo de paisaje dinámicamente estable(Bertrand, 1968; Zonneveld, 1995; Mateo yOrtiz, 2001).

El subsistema permite diferenciar los pai-sajes que pertenecen a un mismo ambientebioclimático, pero que difieren en sus conte-nidos morfo-litológicos, con consecuenciassobre la distribución de recursos, la sensi-bilidad de laderas y el patrón de usos delsuelo. El mapa de Sistemas y Subsistemas dePaisajes se obtuvo de la integración –en unsistema de información geográfica (SIG)– dedos capas de información (1:50 000): a) uni-dades del relieve, como síntesis de losaspectos morfo-litológicos y climáticos, yb) coberturas de uso del suelo y vegetación,consideradas variables dependientes que aesta escala se definen como atributos (Steed-man y Haider, 1993).

Para determinar las unidades del relievese utilizaron variables significativas a escaladel paisaje (Gerrard, 1993): altitud,morfología de laderas y litología. Los rangosde altitud se definieron según criterios deLugo (1988), Díaz et al. (1988) y Bocco et al.(1999). La litología se obtuvo de la interpre-tación topográfica (INEGI, 1985a) de lospatrones de modelado de vertientes y morfo-alineamientos asociados a distintos tipos derocas. La morfología se definió a partir dela correlación (en SIG) entre las pendientesdel terreno (en grados) y la energía del relieve–o distancia vertical medida entre las crestasy los fondos de barranco (Lugo, 1988; ITC,2001).

En este estudio se considera que el sub-sistema de paisajes no es homogéneo sinoque está formado por paisajes elementales,es decir, paisajes de rango inferior que re-sultan de cambios en las coberturas devegetación y usos del suelo, y los cuales co-rresponden con estados específicos de res-puesta del subsistema frente a procesos dedisturbio y/o regeneración post-disturbio(Bertrand, 1968; Zonneveld, 1995; Farina,1998; Muñoz, 1998). El mapa se obtuvo enSIG (LWIS ver. 3.0), a partir de la interpre-tación de fotografías aéreas (1:75 000) delaño 1995 y para actualizar la informacióny cartografiar algunas coberturas difícilesde identificar en las fotografías, se utilizóla imagen de satélite Landsat TM del año2000. Para ello, las imágenes y las fotogra-fías (en formato digital) fueron rectificadasgeométricamente y georreferenciadas amapas topográficos a escala 1:50 000 (RMSEor Sigma=2; ITC, 2001), y se realizaronpruebas para verificar la correcta sobreposi-ción de las imágenes.

En el caso de la imagen de satélite, lasprimeras seis bandas fueron remuestreadas(15 m2 por pixel) para obtener mejor resolu-ción y se generó una composición en falsocolor 5/4/1. La clasificación tipológica y es-

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pacial se obtuvo mediante un método de tipovisual, que se basa en la aplicación de técnicasdirectas, asociativas y deductivas para inter-pretar los “rasgos” (textura, tamaño, som-bra, nitidez, densidad, patrón, ubicación yelementos asociados) o características obser-vables de un material o condición que per-miten diferenciarlo de otros (Powers yKhon, 1959; Enciso, 1990; Mas y Ramírez,1996).

Para asegurar la confiabilidad de los resul-tados nos apoyamos en los criterios de Mas yRamírez (1996), Arnold (1997) y Slaymaker(2003), quienes sugieren la participación deexpertos en la interpretación de comunidadesvegetales, amplio conocimiento del ambientedel área de estudio y trabajo de campo, asícomo la consulta de fuentes bibliográficasy cartográficas para apoyar la correcta tomade decisiones. Para ello, las unidades se veri-ficaron en campo y mediante fotografías to-madas en tierra, video desde helicóptero ycartografía existente (INEGI, 1985b). Adicio-nalmente, se consultaron diversos indicadores(Slaymaker, 2003): mapas digitales de pen-dientes, altimétrico y exposición de laderas.

Valoración del paisaje

Para determinar el valor del paisaje se siguióun criterio funcional que considera cuatro in-dicadores que sintetizan la acción combinadade los factores ambientales: sensibilidad deladeras, fragmentación espacial, calidad vi-sual y significado social del paisaje.

Fragmentación espacial. El análisis parte dela idea de considerar a los paisajes elementalescomo fragmentos dentro del subsistema depaisajes que los contiene. El mapa de paisajeselementales fue cruzado (en SIG) con el desubsistemas de paisajes y la base de datos fueexportada al programa FragStats (véase elapartado sobre Sistema de paisajes de mon-taña de granito y gneis con selvas y bosques)para obtener diversas variables de la frag-

mentación: riqueza, número de fragmentos,proporción del área total correspondientea cada tipo de fragmento, densidad y áreapromedio.

Calidad visual. Se realizaron 34 inventa-rios de la vegetación en parcelas cuadran-gulares de 100 m2, como base para registrardiversos indicadores de la estructurafisonómica de las comunidades: alturapromedio (AP), altura máxima promedio(AMP), diámetro a la altura del pecho(DAP), área basal promedio de árboles yarbustos (ABP), cobertura acumuladapromedio (CAP), densidad de individuos/ha promedio (DIHP), número de estra-tospromedio (NEP) y densidad (D). Este últimose calculó según la formula propuesta porMatteucci y Colma (1982):

D= N / A,

donde:

D = densidad de individuos,N = número de individuos,A= área de la muestra (100 m2).

Los datos fueron transformados a hectá-reas. En el caso de los paisajes que carecende cobertura vegetal (pueblos, terrazas alu-viales, cauce del río, etc.), se utilizaron crite-rios distintos que consideran la “naturali-dad”, el valor escénico y la importancia parael equilibrio y la dinámica natural. Los re-sultados fueron ordenados en una matrizde doble entrada para la clasificación delestado de la vegetación a escala de los paisa-jes elementales, mientras que para los subsis-temas de paisajes se determinaron lascoberturas de los paisajes elementales másrepresentativos (> 75 % de la superficie encada caso).

Significado social. A nivel de subsistemas,el estudio consistió en la realización de inspec-ciones de campo y en la captura de diversasvariables socioeconómicas para 135 localida-

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des (INEGI, 2000): población, densidad depoblación, población económicamenteactiva (PEA) por sectores, porcentaje delárea ocupada por actividades clave de la pro-ductividad local (pastizales y plantacionesagroforestales), todos los cuales se analiza-ron en tablas de doble entrada.

La integración de los resultados obteni-dos en los diversos indicadores partió delcriterio de considerar que los indicadoresno tienen un comportamiento lineal sinocomplejo (Ministerio de Medio Ambiente,2000). Por ello, los datos numéricos obteni-dos para cada uno de los cuatro indicadoresdel valor del paisaje fueron reclasificadossegún una escala ordinal de 1-5 que consi-dera los efectos positivos (significado socialy calidad visual) y negativos (fragmenta-ción y sensibilidad) de cada variable sobreel valor del paisaje. Cada nivel de la escalase asoció a un valor cualitativo para facilitarla interpretación de los resultados: a) signi-ficado social 1 muy bajo, 2 bajo, 3 alto y4 muy alto; b) calidad visual 1 muy bajo,2 bajo, 3 alto y 4 muy alto; c) fragmentación1 muy baja, 2 baja, 3 alta y 4 muy alta, yd) sensibilidad 1 muy alta, 2 alta, 3 media,4 media y 5 muy baja.

El cálculo del valor del paisaje para cadasubsistema se obtuvo de la siguienteexpresión:

VP= CV x SS - FT x SN *100 8 9

donde:

VP = valor del paisaje,CV = calidad visual,SS = significado social,FT = fragmentación,SN = sensibilidad de laderas. 8 y 9 son la

suma de los valores máximos de las clases.

Los valores positivos indican un mayorvalor del paisaje.

Resultados

Sistema de paisajes de montaña de granitoy gneis con selvas y bosques

El área de estudio comprende tres sistemasde paisajes y 17 subsistemas de paisajes(Figuras 2 y 3). El sistema de paisajes demontaña incluye a 11 subsistemas, de loscuales la Sub-montaña moderada de granitocon selva muy abierta es la unidad másextensa (15.1% del área total), en tanto queseis unidades representan menos del 5% delárea cada una. Con excepción de las sub-montañas, las demás unidades se distribu-yen sobre un escalón altitudinal (en tornoa 1 000 msnm) que forma un importanteumbral bioclimático, sobre el cual las pre-cipitaciones superan los 800 mm/año y latemperatura media anual se coloca pordebajo de los 22° C.

Si bien las selvas bajas son la vegetaciónpredominante, en algunas montañas se defineun ecotono entre las selvas y bosques de pino-encino. No obstante que la accesibilidad estálimitada por efecto de una morfología abrupta(pendiente = 45° y energía del relieve >100 m),los bosques (>75% de las superficies) se carac-terizan por una notable perturbación de lossotobosques, principalmente en submontañasy valles.

Sistema de paisajes de los lomeríos altos,medios y bajos de gneis con selva bajacaducifolia

Por debajo de la cota de los 400 msnm, lasmontañas enlazan con extensos campos delomeríos que se extienden 50 km, hasta la cos-ta. El relieve se caracteriza por lomas circu-lares de gneis que se originaron por la di-sección de antiguas planicies submarinaslevantadas y plegadas (Hernández-Santana yOrtiz, 2005). La morfología de las lomas essuave y homogénea (pendiente < 30° y energíadel relieve < 20 m), aunque tiende a ser

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abrupta conforme se incrementa la altitudal interior del continente.

De esta forma, la diversidad de subsiste-mas de paisajes se debe a diferencias altitu-dinales, morfológicas y litológicas que se co-rrelacionan con cambios en la sensibilidad delas laderas. A diferencia del sistema de mon-taña, la morfología suave de las lomas favo-rece la accesibilidad, la expansión de losusos del suelo, la deforestación y la expan-sión de las coberturas secundarias (de 64 a82%) en todos los subsistemas de paisajes.

Sistema de paisajes de llanura aluvial convegetación de galería

La acumulación de aluviones cuaternariosen terrazas y abanicos aluviales del curso

medio y bajo del río –desde la costa delPacífico y a lo largo del afluente principal–ha permitido la formación de paisajesexcepcionales, cuyo sistema natural y socio-económico es funcionalmente distinto a lossistemas de las montañas y lomeríos. Lamorfología llana (pendiente 0 - 15°), bajaenergía del relieve (0- 10 m) y disponibi-lidad de agua favorecen los cultivos per-manentes, la extracción de líticos en terrazasactivas y el uso habitacional en los lomeríospróxi-mos al eje del río Papagayo.

Estos usos del suelo han repercutido engraves daños por contaminación del aguay eliminación de las coberturas vegetales (el65% corresponde a vegetación secundaria).

Figura 2. Subsistemas de paisajes de la cuenca baja del río Papagayo. Los colores agrupana subsistemas que comparten un mismo tipo de relieve.

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Sensibilidad de laderas

La sensibilidad natural de las laderas a de-sarrollar procesos erosivos se obtuvo apartir de la relación combinada entre lapendiente y la energía del relieve. Los datos

se reagruparon en cuatro clases desensibilidad: muy baja (pendiente = < 3° yenergía del relieve = 0 m), baja (0° a 5° y <35 m), media (0° a 15° y < 60 m), alta (5° a30° y > 50 m) y muy alta (15° a 45° y > 110m). Como es de esperar, la mayor sensi-

Figura 4. Distribución de los paisajes elementales en la cuenca baja del río Papagayo.

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bilidad correspondió con las submontañasy montañas medias y muy abruptas, ademásde la llanura aluvial que está afectada porprocesos de escorrentía intensos. Por suparte, los valores medios y bajos desensibilidad coinciden con montañas bajasde morfología moderada y con todos loslomeríos.

Fragmentación del paisaje

Se identificaron 16 clases de PaisajeElemental que se distribuyen en 3 108 frag-mentos (Figura 4). Dada la diversidad defactores naturales y culturales que inter-vienen en el proceso de fragmentación elcomportamiento de los indicadores no eslineal y, por eso, sólo la densidad de frag-mentos, el tamaño medio del fragmento yla riqueza de paisajes se utilizaron comoindicadores para clasificar la fragmentaciónen cuatro tipos: muy alta, alta, baja y muybaja (Tabla 1).

La clase de fragmentación muy alta re-presenta el 28.01% del área e incluye seissubsistemas de lomeríos bajos, muy bajos yllanuras que se caracterizan por una alta acce-sibilidad y desarrollo agropecuario; asimis-mo, algunos subsistemas montañosos y demorfología moderada a abrupta mostraronun alto grado de fragmentación (Tabla 1). Entodos ellos, la densidad de fragmentos es de0.5 a 1.63/100 ha y el tamaño medio del frag-mento es inferior a 20 ha y en algunos casosa 10 ha. La riqueza de paisajes es de 5 a 15,aunque como es normal, este dato varía enfunción de las dimensiones de cada sistema,siendo la unidad de mayor riqueza laLlanura aluvial con vegetación de galería (15tipos de paisajes).

La clase de fragmentación alta abarca unasuperficie equivalente al 36.2% del total eincluye cinco subsistemas de paisajes quese caracterizan por ser montañas bajas,submontañas y lomeríos de relieves

No. Subsistema de paisajes Área (ha)

% Área Total

NúmeroFrags.

Densidad (100 ha)

Riqueza Tamaño Máximo

Tamaño Mínimo

Tamaño Medio

Clase

1 Montaña media muy abrupta de calizas con selva abierta 7762.5 5.83 219 0.28 11 4503.79 0.0312 35.94 Baja

2 Montaña media muy abrupta de gneis y esquistos con selva muy abierta 209.2 0.16 22 1.05 5 159.29 0.0312 9.96 Muy alta

3 Montaña media abrupta de rocas carbonatadas y terrígenas con selva abierta 5477.4 4.11 55 0.10 7 3228.09 0.0312 101.43 Muy baja

4 Montaña media moderada de granito con bosque 5962.9 4.48 62 0.10 7 4427.45 0.0312 97.75 Muy baja

5 Montaña baja moderada de gneis y esquistos con selva y bosque 7979.5 5.99 471 0.59 14 4292.74 0.0312 16.98 Alta

6 Montaña baja moderada de granito con selva y bosque 7316.3 5.49 161 0.22 10 1386.16 0.0312 45.72 Baja

7 Montaña baja moderada de derrames lávicos con selva muy abierta

2968.7 2.23 181 0.61 11 1398.77 0.0312 16.49 Muy alta

8 Submontaña moderada de gneis y esquistos con selva muy abierta

11957 8.98 650 0.54 14 4480.94 0.0312 18.60 Alta

9 Submontaña moderada de granito con selva muy abierta 20156 15.13 774 0.38 15 7709.71 0.0312 26.11 Baja

10 Submontaña abrupta de rocas terrígenas con selva abierta 398.38 0.30 26 0.65 8 173.31 0.0312 15.94 Muy alta

11 Valle colgado suave de granito con selva muy abierta 986.17 0.74 6 0.06 2 954.35 0.7421 197.23 Muy baja

12 Lomerío alto moderado de gneis y esquistos con selva muy abierta 10430 7.83 489 0.47 11 5573.33 0.0312 21.42 Alta

13 Lomerío alto suave de granito con selva muy abierta 3557.9 2.67 172 0.48 11 988.36 0.0312 20.81 Alta

14 Lomerío bajo suave de gneis y esquistos con selva muy abierta 14297 10.73 815 0.57 13 6271.96 0.0312 17.59 Alta

15 Lomerío bajo suave de granito con selva muy abierta 1803 1.35 191 1.06 10 1058.25 0.0312 9.49 Muy alta

16 Lomerío muy bajo suave de gneis y esquistos con selva muy abierta 22819 17.13 1729 0.76 12 8072.03 0.0312 13.21 Muy alta

17 Llanura aluvial con vegetación de galería 9116.9 6.84 1482 1.63 15 617.89 0.0312 6.17 Muy alta

Tabla 1. Fragmentación espacial y composición de los subsistemas de paisajes

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abruptos, donde la densidad de fragmentosse aproxima al 0.5/100 ha. El tamaño mediodel fragmento sigue siendo pequeño y salvoescasas excepciones no sobrepasa de 20 ha.Otros indicadores como la riqueza y eltamaño mínimo de fragmento se mantienensimilares al caso anterior (Tabla 1).

La clase de fragmentación baja re-presenta el 26.45% del área total e incluyetres subsistemas de paisajes montañosos dela parte media y alta de la cuenca. Se caracte-rizan por menor densidad de fragmentos(< 0.5/100 ha) y mayor tamaño medio delfragmento (30 a 50 ha), aunque la riquezase mantiene similar a los casos anteriores(10 a 15 tipos de paisajes). Finalmente, laclase de muy baja fragmentación incluyesólo a tres subsistemas de paisajes (9.33%del total) de montañas medias y el vallecolgado. Las diferencias respecto de las clasesanteriores son notables, ya que la densidadde fragmentos disminuye a 0.1/100 ha y el

tamaño medio del fragmento se incrementaa más de 100 ha, con consecuencias sobrela disminución de la riqueza de fragmentos.

Calidad visual del paisaje

La Figura 5 muestra los resultados delanálisis de siete variables de la vegetaciónque se utilizaron para evaluar la calidadvisual de los paisajes elementales. La selvamediana sub-perennifolia y el bosque detachicón y nanche, fueron clasificados conalta calidad visual. Ambos casos obtuvieronvalores altos de diámetro a la altura delpecho (DAP = 19.54 cm y 14.2 cm), alturapromedio (AP= 8.80 m y 5.20 m) y área basalpromedio (ABP= 868.92 y 243.12). Además,esta selva obtuvo la mayor altura máximapromedio (AMP= 21.33 m).

No obstante que la vegetación de galeríaforma comunidades de alta talla (AMP =11.00 m), obtuvo valores medios a bajos en

Figura 5. Variabilidad de la riqueza y estructura fisonómica de la vegetaciónen nueve clases de paisajes elementales.

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Valoración del paisaje de la selva baja caducifolia en la cuenca baja del río Papagayo (Guerrero), México

todas las demás variables, por lo que fueclasificada como de alta calidad visual.También la SBC, que obtuvo valores altosde NEP = 4.50, CAP = 125% y DIHP = 301,destacó por valores intermedios deDAP=7.78 cm, AP =3.97 m, ABP=100.27 yAMP =8.72 m, es decir, comunidades densaspero con individuos de menor talla ycobertura/área basal que en el caso de losbosques, por lo cual, se consideró como dealta calidad visual.

Los acahuales formaron comunidadesmenos altas (AP= 3.04-3.98 m y, AMP= 6.21-10.70 m) y de menor ABP= 45.44-97.16, porlo que fueron calificados como de bajacalidad visual. Una diferencia notable se dioentre los acahuales cerrados/abiertos, queobtuvieron alta DIHP (506 y 296, res-pectivamente) y los acahuales muy abiertos,que mostraron valores bajos en todas lasvariables. Por su parte, los cultivos obtu-vieron muy baja calidad visual debido avalores bajos en la mayor parte de lasvariables (DAP = 5.40 cm, AMP = 3.00 m,NEP = 2, CAP = 21.50, ABP = 30.98 y,DIHP=75), mientras que los pastizalesobtuvieron baja calidad visual debido avalores altos de CAP= 81.50% y ABP= 204 m2,así como a una mayor permanencia de laproductividad en el ciclo anual (Figura 5).

La Tabla 2 muestra la clasificación de lossubsistemas del paisaje en función de los pai-sajes de distinta calidad que los forman. Lossubsistemas de muy alta calidad visual repre-sentan el 14.36% del área total y se caracteri-zan por montañas medias, bajas y submonta-ñas. No obstante el evidente deterioro, lospaisajes de alta calidad visual –como las selvasy las terrazas del río– pueden superar el 50%de las superficies. Los subsistemas de alta cali-dad visual abarcan una superficie similar ala anterior (14%) e incluyen montañas,lomeríos y llanuras que se caracterizan porel predominio de paisajes secundarios quepueden superar el 60% de las superficies(Tabla 2).

La clase de baja calidad visual es la másrepresentativa (52% del área total) e incluyesiete subsistemas que se caracterizan por elpredominio (75%) de acahuales arbustivos.Finalmente, la clase de muy baja calidad vi-sual representa el 19.31% del territorio e in-cluye tres subsistemas de paisajes, entrelomeríos y valles que se caracterizan por losmás altos porcentajes de coberturas secun-darias asociadas a la perturbación (> 80%) ybajos de coberturas naturales (< 5%; Tabla 2).

Significado social

La Tabla 3 muestra la clasificación de los sub-sistemas de paisajes, en función del signi-ficado social atribuido a su nivel de desarrollopoblacional y económico. La clase de muy altosignificado social representa el 25.76% delárea e incluye submontañas, valles, lomeríosy llanuras que se caracterizan por el másamplio desarrollo poblacional (10 a 26 hab/ha y 4 a 23 localidades). Aunque este desarro-llo se relaciona con altos porcentajes de lapoblación económicamente activa (PEA) enlos sectores secundario (6 a 22%) y terciario(9 a 49%), cabe señalar un alto valor del paisajeproducto del interés por las actividades agro-pecuarias (27 a 83%). En la llanura aluvial setiene 9.20% de superficie en cultivos o pasti-zales y 3.54% en plantaciones agroforestales.

La clase de alto significado social repre-senta cerca de la mitad del área de estudio(45.98%) e incluye cinco subsistemas de lome-ríos y submontañas, donde la densidad depoblación es sensiblemente inferior al casoanterior (4 a 6 hab/ha), no así el número delocalidades que se mantiene alto (6 a 25).

Los mayores valores obtenidos por laPEA en los sectores secundario (6 a 23%) yterciario (8 a 28%) se ubican por debajo dela PEA del sector primario (47 a 83%), locual se explica por ser una población menosnumerosa, aunque más dependiente delas actividades agropecuarias. Los cultivoso pastizales y las plantaciones ocupan

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superficies menores que en el caso anterior(Tabla 3).

La clase de bajo significado social tiene unasuperficie que equivale al 24% del total e in-cluye cinco subsistemas de montañasmedias y bajas con morfología moderada aabrupta, donde el desarrollo poblacional esbajo (1 hab/ha y 1 a 4 localidades). La PEAcomprende las actividades primarias, enprimer término agrícolas y luego pecuariasy forestales, siendo muy escasas lasplantaciones (= < 3 ha por sistema), que sedistribuyen en pequeños claros al interiorde los bosques y selvas (Tabla 3).

La clase de muy bajo significado socialdel paisaje abarca una superficie equivalenteal 4.27% del total e incluye dos subsistemasde paisajes (Montaña media muy abrupta degneis y esquistos con selva muy abierta y,Montaña media abrupta de rocas carbona-tadas y terrígenas con selva abierta), los cualesse caracterizan por estar deshabitados y ca-recer de un desarrollo agropecuario, debidoa lo cual, no hay un interés social directoasociado a estos paisajes.

El valor del paisaje

La Tabla 4 muestra la clasificación de los sub-sistemas en función del valor de sus paisajes.Los resultados muestran que los valores gene-rales oscilan entre –19.44 y 22.78. Los valorespositivos indican mayor valor del paisaje ylos negativos menor valor. Con la finalidadde sintetizar los resultados, los datos fueronagrupados en cuatro clases de distinto valor:muy alto (de 3.93 a 22.78), alto (de 0.21 a–2.71), bajo (de –4.54 a –11.68) y muy bajo (de–13.49 a –19.44).

La clase de muy alto valor del paisaje com-prende siete subsistemas que se concentranen los sectores de montaña media. La escasaaccesibilidad y desarrollo agropecuario se re-lacionan de manera directa con bajos nivelesde fragmentación (1 a 4) y con el predominiode paisajes de alta y muy alta calidad visual,

no obstante lo cual, en la mitad de los casosestos subsistemas tienen alto significadosocial (valor de 4), que se correlaciona convalores altos de densidad de población. Ade-más, en todos los casos el valor del paisaje seincrementa en relación directa con la morfolo-gía abrupta e inestable, factor que incrementala fragilidad del paisaje (1 a 3).

La clase de alto valor del paisaje incluyetres subsistemas, tanto de montañas, como delomeríos y llanuras. Los resultados sugierenque estos subsistemas son complejos y res-ponden a datos diversos que pudieran parecercontradictorios entre los cuatro indicadoresanalizados. En los casos de la Submontañamoderada de granito con selva muy abierta ydel Lomerío alto suave de granito con selvamuy abierta, donde la calidad visual fue cali-ficada como baja (valor de 1), se trata de sub-sistemas con amplio significado social por losaspectos económicos vinculados al desarrolloagropecuario local. En otro caso, la Llanuraaluvial con vegetación de galería, mostróvalores altos y muy altos de calidad visual(valor de 3) y significado social (valor de 4).

La clase de bajo valor del paisaje incluye atres subsistemas que se caracterizan poractividades pecuarias más intensas que semanifiestan con el aclareo derivado del ra-moneo caprino. El patrón de fragmentaciónes cerrado (3 a 4) e incluye selvas arbóreas yarbustivas que limitan la calidad visual (1 a2). Como es de esperar, el significado socialde estos paisajes es alto (valor de 3), a excep-ción de la Montaña media muy abrupta degneis y esquistos con selva muy abierta,donde la baja densidad de población suponeun significado social muy bajo. La sensibili-dad varía (1 a 3), aunque tiende a incremen-tarse en el subsistema montañoso.

La clase de muy bajo valor del paisajeincluye a cuatro subsistemas de montañasbajas y lomeríos. La intensificación de losprocesos agropecuarios se correlaciona conun patrón de fragmentación cerrado (de 3

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y 4), en el que predominan extensos frag-mentos de selvas arbustivas muy abiertasque limitan la recuperación ambiental y delvalor del paisaje. A excepción de las mon-tañas, el significado social tiende a ser alto(valor 3) en sub-montañas y lomeríos, conconsecuencias sobre la sensibilidad deladeras (3 a 4) y la erosión del suelo.

DISCUSIÓN

El valor del paisaje de la cuenca baja del ríoPapagayo se obtuvo con cuatro indicadores(sensibilidad de laderas, fragmentación espa-cial, calidad visual y significado social del pai-saje) que permitieron determinar la variabi-lidad de los cambios estructurales y funcio-nales del ambiente. Los resultados fueroncomplejos debido a que los indicadores sedistribuyen de manera heterogénea y generanuna marcada variación espacial en el valor delpaisaje. Esta situación es similar a la reportadaen otros estudios que reconocen que la com-plejidad de la valoración del paisaje se incre-menta cuando la interpretación es amplia eincluye diversas perspectivas, como la eco-lógica, la económica, la cultural o la estética(Hunzkier y Kienast, 1999). En este caso, losindicadores involucran procesos contrariosque abarcan, tanto los cambios en la intensifi-cación de los usos del suelo, como su influen-cia positiva o negativa sobre la estructura yla dinámica del ambiente natural (Arler, 2000;O´Neill y Wals, 2000).

No obstante la diversidad de tendenciasen los resultados, fue posible determinar quelas características del relieve y la fragmenta-ción son los principales factores que influyenen el valor del paisaje. La importancia del re-lieve se explica debido a que la sensibilidadmorfológica de las laderas tiene implicacionessobre la distribución de los tipos e intensida-des del uso del suelo, como ha sido reportadopara otras áreas de SBC (Burgos y Maass,2004; Trejo y Dirzo, 2000). Por ejemplo, en lossubsistemas de montañas de morfología

abrupta (pendiente > 45° y energía del relievede 30 a 40 m), el relieve limita la accesibilidady la disponibilidad de los recursos. Por ello,el sistema de usos del suelo es forestal y secaracteriza por una limitada conversión dela vegetación primaria a coberturas agro-pecuarias y asentamientos humanos. Elpatrón de fragmentación consiste en ex-tensos bosques maduros, mezclados conpequeñas áreas agrícolas y matorrales endiversos estadios sucesionales, que confie-ren al conjunto de una alta calidad visual yvalor paisajístico.

A diferencia de las montañas, en los sub-sistemas de lomeríos con SBC la accesibilidady la cercanía a los asentamientos humanos seincrementan y permiten mayor expansiónde los usos del suelo. El patrón de fragmen-tación se caracteriza por pequeños rodalesde bosque, inmersos en extensos acahualesy parcelas agrícolas –activas e inactivas(Lambin et al., 2002; Turner, 1989). El patrónes muy dinámico debido al repetido uso yabandono de los acahuales para la produc-ción agrícola y ganadera, lo cual permitecambios constantes entre las coberturas,limita la recuperación forestal e incrementala intensificación del uso y la permanenciade las coberturas secundarias (matorrales)en amplias extensiones, con consecuenciassobre la caída en el valor del paisaje.

Este patrón de fragmentación es resul-tado de un sistema de usos que es similar alreportado en otras áreas tropicales y con-siste en la agricultura de temporal combina-da con ganadería extensiva de caprinos, lacual es considerada por diversos autorescomo una marca de prestigio social quedepende del tamaño de los hatos (Maass,1995; Burgos y Maass, 2004). De maneracontraria a otros casos, la extracción de leñapara uso doméstico y comercial continúasiendo una actividad común en el área(Maass, 1995). Además de las limitantesnaturales –principalmente escasez de agua–que caracterizan a los ecosistemas secos

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Valoración del paisaje de la selva baja caducifolia en la cuenca baja del río Papagayo (Guerrero), México

(Joyce et al., 1999), la nula participación decapital externo y del desarrollo tecnológico(fertilizantes, maquinaria, semillas mejora-das, etc.) limitan la producción, que se basaen la fuerza de labor y el fuego como prin-cipales herramientas de trabajo. Las activi-dades económicas continúan subordinadasa eventos naturales extremos, principal-mente sequías e incendios (Ibid.) que puedenser catalizadores de pobreza, emigración ydegradación ambiental.

En contraste a la homogeneidad de loslomeríos, la llanura aluvial en torno al cursodel río Papagayo concentra la mayor riquezade paisajes naturales y culturales, que le infie-ren una alta calidad visual y valor al paisaje.Además, la disponibilidad de agua,–considerada como elemento clave deldesarrollo en ecosistemas secos (Ibid.)–,aunado a la estabilidad de vertientes y lascaracterísticas del suelo, son los principalesfactores que incrementan el interés socialpor estos paisajes, en los que se concentrala producción de palmas, frutales y el manejoagroforestal bajo sistemas de riego.Wiersum (2004) sugiere que los sistemasagroforestales preservan la estructura y losprocesos ecológicos de los bosques tropi-cales, por ejemplo, incrementan su calidadescénica y funcionan como refugio de flora yfauna, por lo que juegan un papel importanteen la estructura del paisaje, la biodiversidady los servicios ambientales.

Nuestros resultados muestran que el no-table deterioro ambiental y el retroceso delas selvas que ha sido reportado por diver-sos autores (Masera et al., 1997; Maass,1995; Trejo y Dirzo, 2000), se debe a la pro-longada participación de las economíaslo-cales que se distribuyen en pueblos yran-cherías dedicados a prácticas agrícolasy ganaderas (O´Neill y Walsh, 2000).

Estas prácticas, que datan de hace másde cien años, cuando se reactivó el pobla-miento del área, se intensificaron de ma-

nera gradual hasta alcanzar un máximoen las décadas centrales de la segundamitad del siglo pasado (Challenger, 1998;Delgado et al., 2004), con consecuenciassobre la pérdida de la superficie de SBC,diversidad de especies, fertilidad y estabi-lidad del suelo, calidad visual, diversidady valor del paisaje. Este hecho es similaral reportado para otras áreas tropicales(Arler, 2000; Hunzkier y Kienast, 1999;O´Neill y Wals, 2000), donde el creci-miento desmedido de los asentamientoshumanos, de la agricultura y la ganaderíaextensivas (Maass, 1995) son consideradascomo únicas opciones de subsistenciarealmente viables. Sin embargo, a partirde la década de los setenta el estado deGuerrero mostró un retroceso de la actividadagrícola, caracterizado por la caída de la in-tensificación y la pérdida del valor del cultivo(Jiménez, 1972; García-Gil, 1998; Ortiz yToledo, 1998; Lambin et al., 2001), ademásde una creciente emigración, que en el áreade estudio se manifiesta claramente a partirde la década de los noventa.

La sustitución de los cultivos tradi-cionales por praderas para el ganado es unproceso ampliamente reportado en áreastropicales (Pérez, 1987; Maass, 1995), peroque en este caso se considera de bajoimpacto, debido a que las llanuras con dis-ponibilidad de agua ocupan un bajo por-centaje (6.8%) de la superficie total, e in-cluso, la falta de espacios para el desarrolloagropecuario ha provocado que la actividadse desarrolle sobre lomeríos de morfologíaagreste (pendiente de < 5° y energía de relieve< 20 m), con consecuencias sobre la bajaproductividad de la tierra y mayor riesgode erosión.

Las limitantes para reactivar la vida eco-nómica (más del 50% de la población nopercibe salario; INEGI, 2000), guiada porla existencia de conflictos agrarios, la faltade atención por parte de los gobiernos y la

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Arturo García Romero, Karla Ivette Mendoza Robles y Leopoldo Galicia Sarmiento

96 Investigaciones Geográficas, Boletín 56, 2005

desconfianza de los pobladores hacia lasautoridades, han generado la emigración delos habitantes rurales hacia otros polos dedesarrollo en entidades vecinas –paratrabajar en labores domésticas, albañilería,etc.– o hacia el noroeste del país –para ocu-parse en el cultivo de hortalizas (Canabal,2002). De hecho, se sugiere que algunaslocalidades funcionan como “pueblosdormitorio” para una población que ac-tualmente labora en el puerto de Acapulco(Delgado et al., 2004). Estos aspectos socialesque han reducido la intensidad y extensiónde las actividades agrícolas de temporal,contribuyen a la extensión de los periodosde descanso y permiten el proceso sucesionalde la SBC en el área de estudio.

El abandono de la actividad agrícola semanifiesta en el paisaje con la expansión deacahuales en distintas fases de desarrollo ycon el predominio de parcelas inactivas du-rante varios ciclos. Burgos y Maass (2004)indican que los matorrales de Acacia y Mimosa,de amplio dominio en los acahuales del área,se desarrollan entre los primeros 5 y 20 añospost-disturbio, lo cual da idea del largo pe-riodo de inactividad agrícola y explica la ten-dencia al excesivo desarrollo de este tipo devegetación secundaria. Efectivamente, enla actualidad los acahuales constituyen la“matriz” o paisaje elemental dominante (6.3veces mayor que el área de la SBC) y con ma-yor conexión con el resto de los fragmentos,por lo que juega un papel predominante enla estructura y dinámica del paisaje. Este temaha sido abordado por diversos autores,quienes argumentan que los acahuales sonindicadores de la regeneración post-disturbio,tanto por el cese del manejo del suelo, comopor el reestablecimiento de procesos de rege-neración forestal (Rzedowski, 1988; Gómez-Pompa y Burley, 1991; Nepstad y Serrão,1991; Serrão et al., 1996; Walker y Homma,1996; Moran et al., 2000), y les confieren unalto valor paisajístico desde el punto de vista

funcional y de la permanencia de los servi-cios ambientales de la selva (Hunzkier yKienast, 1999).

Sin embargo, el significado funcionalde los acahuales del área fue interpretado demanera distinta. Aun sin considerar que elacahual representa en sí mismo una pérdidade la naturalidad del paisaje, bajos niveles deproductividad y mayor sensibilidad del suelofrente al impacto de la lluvia y el viento (Joyceet al., 1999), el reestablecimiento de las selvasa partir de acahuales es un proceso subor-dinado a condiciones de estabilidad ambientalque no se dan en el área de estudio. Esto sedebe a que el manejo de recursos en los aca-huales supone el deterioro ambiental aso-ciado al pastoreo y a la extracción de leñacomo combustible doméstico y para la pro-ducción de carbón (Ibid.; INEGI, 2000). Ade-más, existe en todo momento la posibilidadde reactivación del cultivo y/o la intensifi-cación del ramoneo en amplias extensionesde terreno.

Esta última es una situación grave, sobretodo porque el pastoreo caprino afecta lacomposición, estructura y funcionamiento delos acahuales, favorece la compactación delsuelo, el incremento de la escorrentía y la ero-sión (Willat y Pullar, 1983; Maass, 1995; Joyceet al., 1999). En el área de estudio los efectosse exacerban al considerar que no existe uncontrol sobre el tiempo de pastoreo y el núme-ro y distribución espacial de los animales.Joyce y colaboradores (Ibid.), argumentan queen el caso de pastoreo moderado, la competen-cia, la diversidad y la biomasa se incrementan,con consecuencias favorables sobre ladisponibilidad de nutrientes y la habilidad delsistema para soportar el estrés. Sin embar-go, nuestros resultados muestran que estasituación ocurre en los acahuales cerradosy abiertos, cuyas superficies son mínimasen comparación con los extensos acahualesde cobertura muy abierta, los cuales secorrelacionan con una notable caída en la

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Valoración del paisaje de la selva baja caducifolia en la cuenca baja del río Papagayo (Guerrero), México

diversidad, la calidad visual y el valor delpaisaje (Figura 5; Trejo y Dirzo, 2000).

CONCLUSIONES

Este estudio permitió determinar el estadoactual y el valor de los paisajes del río Papa-gayo, las causas de los cambios en el valordel paisaje y sus consecuencias sobre el siste-ma ambiental. Los datos utilizados son medi-ciones objetivas y formales que permiten eva-luar la forma, el funcionamiento y el cambiodel paisaje en escalas geográficas amplias.

El valor del paisaje puede considerarsebajo en la mayor parte del área de estudio, locual se relaciona con la amplia expansión delos acahuales, que se constituyen como laúnica clase de paisaje de baja fragmentacióny excepcionalidad, sobre todo en los sub-sistemas de lomeríos, donde los nivelesde perturbación son altos. Si bien este tipo devegetación secundaria posibilita la regenera-ción de las selvas elevando su valor paisa-jístico de naturalidad, éste disminuye debidoa que el sistema de usos del suelo actual in-cluye la posibilidad de reactivación de par-celas abandonadas (mediante la tala y quemade los acahuales) y la intensificación del ramo-neo de ganado disperso en amplias extensio-nes. Por otro lado, si los procesos de deterioroderivados del uso agroforestal son un fenó-meno generalizado, también son de baja in-tensidad; sin embargo, los daños se compen-san por una alta capacidad de resiliencia, bajola cual, la naturaleza es capaz de regenerarsedel disturbio con cierta rapidez. Las selvasbajas, característicamente estacionales, concoberturas vegetales más bajas y abiertas,además de afectadas por claros signos deperturbación, son vistas con menor interéspaisajístico comparadas con otros eco-sistemas como las selvas húmedas y losbosques templados.

La SBC formó un mosaico complejonatural y cultural, por lo que este ecosistemaes frágil y de baja resiliencia debido a la in-

tensidad de manejo. En consecuencia, lafragmentación de los paisajes forestales esy tiende a mantenerse alta, particularmenteen el área de distribución potencial de laSBC. Los datos más alarmantes se obtu-vieron en las llanuras y lomeríos bajos ysuaves próximos a la costa, donde lafragmentación espacial resultó ser muy altadebido a que la suavidad de los relieves degneis y la accesibilidad han favorecido elpoblamiento y desarrollo de las actividadesagropecuarias. Las áreas de baja fragmenta-ción correspondieron con las montañas ylomeríos altos más alejados de los accesoscarreteros e inaccesibles por su topografía,lo que supone mayores dificultades para laocupación y el desarrollo socioeconómico.

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