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Vamos a hacerte bailar: persiguiendo a Patti Smith

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Index

Poética del espectáculo

Danza y Patti Smith

El espacio

La música

Ficha artística

La Compañía

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Poética del espectáculo

Patti Smith es una superviviente. Sería más correcto decir que Patti

Smith es una imagen superviviente; no tan sólo por haber sobrevivido

famélicamente a una generación, de la que fue Musa incontrastada,

enteramente abocada a la autodestrucción.

Por haber sido ella, de toda la generación aquella, la única que, por

un extraño espejismo, consiguiera quedarse “al lado” de la masacre sin

dejar de ocupar el centro exacto de los eventos; sino también porque de

alguna manera cabalgó la intuición de que la posmodernidad ya no

necesitaba verdades, sino efectos de verdad; ya no necesitaba sacrificios,

sino efectos de sacrificio; ya no necesitaba vivencias, sino efectos de

vivencia; ya no necesitaba epopeyas reales, sino palimpsestos irreales:

montajes de capas y sudarios de héroes alrededor de un centro

astutamente vacío.

Así Smith fue “vistiendo” su propia mitología: envolviéndose de

modelos heroicos todos ajenos, y todos ajustados al buen tuntún

alrededor de una carismática nada. Ocurre de ella, como de ciertas ninfas

en pintura, que huyen todo el rato porque huir es la única manera de

defender el mito de que tras tantos velos hay algo consistente.





Hemos perseguido a Patti Smith por todas la sendas de su mito

durante más de un año. No se sabe bien si con la obstinación del niño

crédulo, o con la obsesión de los enamorados.

Porque si el sueño originario era que Patti Smith de alguna manera

se materializara, en la actualidad sólo nos interesa fabricar su

desmaterialización, y demostrar que Smith no tiene biografía, sino

biografías y estratigrafías: un espumoso revuelo de invenciones y

tergiversaciones. Parecernos a Patti, cuyo talento más destacado fue

después de todo parecerse a sí misma como si de otra se tratara.

Así pues, tras la suciedad legendaria, la espontaneidad bigotuda y

calculadísima, la blasfemia astuta, la virulenta poesía, el canto imperfecto,

el amateurismo insolente, florece, imprevisible, una belleza secreta,

custodiada en la postrimería de Patti Smith como las flores impolutas en

la postrimería del imaginario más obsceno de Mapplethorpe; una gracia

de pesadilla que en el mundo rezumante de cerveza, escupitajos y

consignas punk de Patti constituía la sustancia misma de la muerte: de

todo cuanto había que cantar desde lejos. Muchos fantasmas por un

mundo tan aparatosamente vital.

Roberto Fratini, dirección dramatúrgica.





Danza y Patti Smith

Precisamente se puede hablar de Patti Smith desde la danza porque

ella se nos presenta siempre huyendo, en continuo movimiento. La

imposibilidad de atraparla y tener que bordearla se vuelve una danza, nos

mueve el deseo de conocerla.

Esta danza va a dar muestra de la búsqueda incansable que durante

tanto tiempo nos ha llevado a movernos con el anhelo de conocerla. La

figura de Patti Smith se nos presenta como un icono huyendo, como la

ninfa escabulléndose del cuadro. La pieza gira en torno a este deseo, al

deseo ya frustrado, de conocer en persona a Patti Smith con el objetivo

de acercarla a la danza.

Convencidas de la impronta de que su música, su época, la actitud

de su tiempo, provocaron un código de movimiento, una reconocible

práctica corporal, la intención había sido tecnificar esta cuestión en

términos coreográficos. Tras esta perseverante búsqueda, y tras el

fracaso del deseo de conocerla, nos obstinamos en hacer una pieza de

danza sobre alguien que se presenta reacia a la danza y en vertiginosa

huida. La pieza se articula en un sinfín de movimientos que se han

ejecutado para perseguir nuestro objetivo, lleno de repeticiones,





obsesiones, grandes y pequeños saltos, a la marcha de puntillas, sigilosa,

cautelosa y sibilina. Una coreografía de intentos, de persecución, golpes y

caídas y de valor para alzarse, empeñarse y enfrentarse al muro. En

ocasiones convencidas y afianzadas y, en otras, como unas yonkis de la

danza, enganchadas a un movimiento que se torna extenuante. Dos

personas en escena, cómplices de su mismo deseo, confabulan y traman

con su cuerpo delirante como escudo.

Pero Patti Smith también baila en esta pieza, la inmaterialidad de su

presencia se cuela por las rendijas del espacio, su fantasma baila y su

voz llena la escena entre las sombras.

La representación de la imagen tan poderosa que Patti Smith ha

construido de sí misma es importante en el proyecto coreográfico. Esta

vigorosa y eficaz imagen que ella ha generado, la que se mueve, la que

circula y cruza fronteras, va a ser de vital importancia en el planteamiento

de las secuencias dramatúrgicas y en el discurso de movimiento de todo

el espectáculo.

La danza expresa toda esta idea de trepidante exterioridad

manifiesta en la construcción del mito de Patti Smith. Al resultar imposible

el empeño de conocerla, sólo podemos reflexionar sobre esta conducta

icónica y de apariencia. Hasta el punto de convencernos de que esto es lo





más relevante en ella, la Patti Smith de lo icónico, que sólo existe en la

lejanía, la que la convierte en el personaje que ella misma ha

confeccionado, de manera milimétrica. La exposición de todos los

ingredientes y ensamblajes que ha ido tejiendo a partir de sus héroes, de

sus mitos, para convertirse en la musa que representa. La combinación

tan perfecta y tan aparentemente espontánea de todos estos ingredientes

darán paso a esa artista misteriosa y única que ha estudiado exactamente

lo que se desea de ella.

Cuanto más difícil se hacía la posibilidad de conocerla, más cercana

y presente se ha hecho su figura, su apariencia.

La danza de esta pieza se presenta en ocasiones como un sistema

de signos, reconocibles y sujetos a un momento, a una representación de

los detalles más íntimos y a la vez tan públicos de la tradición del mito

que representa Patti Smith.

Meritxell Barberá e Inma García, Taiat Dansa.





El espacio

Se trata de un espacio fantasmal, un lugar deshabitado pero al mismo tiempo poblado de iconos, referencias, imágenes del pasado

y del presente, gracias a las tecnologías que se utilizan para crear precisamente este espacio excesivo, un espacio hipercónico e

hiperproyectivo. La situación es la de un espacio decadente, cercano a la cultura popular de una época marcada por el final del

movimiento hippie, la llegada del punk y de los movimientos underground, con un sentimiento postmodernista que instauró los

“estudios” de Nueva York como lugares tanto para la vida como para el desarrollo cultural y artístico de una época, que todavía

perdura. El espacio en sí es diáfano, pero las paredes que lo rodean mutan dependiendo de lo que acontezca en el escenario

dotando de discurso a la obra. Así, las paredes, espejos, ventanas, cambian según se desarrolla la pieza; los espejos reflejan o no,

las ventanas permanecen inanimadas, se iluminan o muestran paisajes y acciones como subtexto de la obra, las paredes cambian

de color, se renuevan o muestran espacios totalmente diferentes. Todo mediante luz o vídeo, y sin cambios escenográficos. La

escenografía nos llevará a espacios como Central Park, el CBGB, conciertos e incluso a ensayos desde donde se construye el

espectáculo. En un viaje contaminado por sus propios elementos escenográficos, como una huella atemporal que siempre

permanece en forma de vigas, escaleras o ventanas, como una metáfora de la figura construida de Patti Smith, con un significado

más complejo que su simple imagen. Detalles técnicos: la escenografía propone un espacio diáfano contenido por una estructura industrial-underground,

compuesta por un fondo realizado mediante una pared modular de 10m de largo y 4m de alto (ajustable según el escenario), una

pared lateral de 3,5m de largo por 2 de alto y una pared lateral de espejo/transparente de 4m por 2m de alto. Las puertas del fondo

y de la pared lateral se podrán abrir y cerrar al igual que se podrá usar la escalera, se instalará un pequeño andamio detrás de la

pared del fondo para que las bailarinas puedan bajar y subir por detrás de la escenografía. Como atrezo, sólo cuenta con un sillón

blanco, dos guitarras eléctricas y varios bafles. El suelo de linóleo negro estará delimitado por un perfil blanco.



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Vídeo: las proyecciones individuales se proponen en dos ventanas con

aspecto industrial, estableciendo un discurso entre ambas o de forma

aislada. Las ventanas serán espacios de proyección prácticamente

limpios integrados en la escenografía, pero no los únicos. Toda la pared

del fondo es susceptible de proyección, todo el espacio de esta pieza se

verá integrada con imagen proyectiva, todas las paredes, puertas, etc. Interactividad y mapping: el espectáculo cuenta con la elaboración

de ciertas interactividades y Mapping, realizados de forma sutil y siempre

en relación con el discurso dramatúrgico y coreográfico. Así, se proponen

interactividades de vídeo al abrir las puertas de la escenografía o

Mapping para sugerir que se abren las ventanas, se moldean las paredes

o se perfilan estructuras.

Escenografía MPS.





La música

“Free Money vino a mí caminando por St Mark’s a las tres de la madrugada, fue justo antes de amanecer, Nueva York estaba

ligeramente iluminada y la canción vino a mí. Se la canté a Lenny, encontramos los acordes adecuados e hicimos una canción.

Fue una de nuestras primeras canciones”

- Patti Smith -

Free Money nos dejó exhaustas en casa cuando nuestros progenitores sacudían el tocadiscos, con el paso del tiempo se convirtió

en el tema referencial para un calentamiento poderoso como preparación a un ensayo. Un día de tristeza, de desolación, la

canción nos arropó, nos iluminó, como a su autora al encontrar un ejemplar de Las Iluminaciones de Rimbaud. A partir de ese

momento nace el impulso de viajar y movernos hacia ella. Patti Smith llega a nosotras a través de su música, aquí comienza la

travesía.

La música de Patti Smith se presenta desde distintos filtros y aparece diseccionada por capas. La deconstrucción musical va a

crear nuevos universos en los que su voz viajará desde el discurso total hasta el susurro. La idea va a ser tratar de diseccionar y

descomponer canciones que forman parte del imaginario colectivo y revuelven al público en un concierto para llevarlas a otros

lugares, descontextualizarlas en busca de nuevos significados. La idea del ensamblaje y del montaje, de la construcción propia y

particular, se traduce también en la composición musical original de la pieza.

Una canción con la voz de Patti Smith inundando el espacio de manera convencional convivirá con su deconstrucción a través de

una palabra, un sonido, un loop cazado o una versión musical. El sonido de sus canciones, se muestra desde múltiples vías de

comunicación, desde nuestra propia voz, desde un pequeño aparato de música, desde el equipo de sonido, desde las sombras y





las tinieblas. La ninfa que se escapa del cuadro, que huye, viaja envuelta en el sonido de los madrigales renacentistas de

Monteverdi llenos de enunciados románticos y eróticos como en la música rock. El universo más espiritual y fantasmal está

envuelto en estas melodías que vienen de otro mundo. Los pasajes ornamentados con guitarras eléctricas del rock conviven con

laúdes, arpas y polifonía de voces. La dualidad entre lo terrenal y lo espiritual se muestra en la convivencia de géneros aludiendo a

la metáfora de Patti Smith estrella del rock y Patti Smith como ninfa. Dancing Barefoot, Birdland, Free Money, Kymberli o My

Madrigal son algunos de los temas de Patti Smith presentes en la pieza.





Ficha artística Idea y dirección: Meritxell Barberá e Inma García.

Coreografía: Taiat Dansa (Meritxell Barberá e Inma García).

Dirección dramatúrgica: Roberto Fratini.

Música original: Caldo.

Música: Patti Smith y Monteverdi.

Trabajo audiovisual: Josep F.Sanmartín, Juan Mi Ponce, Mikel Labastida,

Alejandra Mora, Daryna Kratenko, Sergio Sanisidro y Juan López.

Diseño espacio escénico: Josep F.Sanmartín (Pequeño Dragón), Taiat

Dansa y Roberto Fratini.

Construcción espacio escénico: Josep F.Sanmartín (Pequeño Dragón).

Diseño iluminación: Pablo Fernández.

Fotografía: Juan Miguel Ponce.

Vestuario: Taiat Dansa y Siempre Vivas.

Producción y difusión: Maríaje Mercader.

Comunicación: Andrea R.Lluch.

Promoción: Inventa.

Gracias a la colaboración de: Teatres de la Generalitat Valenciana,

Ministerio de Cultura de España (INAEM), Embajada Española en Nueva

York, Baryshnikov Arts Center de New York, CPR Studio Brooklyn de New

York, Festival Tanz im August de Berlín, Mercat de les Flors de Barcelona

y Valencian International University (VIU).



http://www.andrearlluch.com/

http://teatres.gva.es/

http://www.mcu.es/artesEscenicas/

http://bacnyc.org/

http://www.cprnyc.org/

http://www.tanzimaugust.de/

http://mercatflors.cat/

http://www.viu.es/web/guest/inicio



La Compañía

"Es necesario considerar la danza dentro de los parámetros del arte, de su historia y evolución. Parece que su andadura siempre ha ido por un camino distinto al resto de las artes. Nosotras sentimos la necesidad de bailar, crear y coreografiar atentas al presente más inmediato, en escucha continua con el contexto ideológico, social y artístico que en general sacude al arte. Para nosotras es

vital acercar la danza a quien la desconoce, para ello es necesario crear cercanía y complicidad con el público". El trabajo de Taiat suele resultar temperamental, con grandes dosis de inconsciencia, apasionamiento y cierta rebeldía. Todas sus piezas nacen desde el impulso, tras ese primer atrevido arranque llega el análisis y la reflexión. Un mínimo gesto, un comportamiento, un estado emocional, observar cómo bailan las personas una noche o la idea del movimiento más emergente pueden servir como material para ambas coreógrafas a la hora de ejecutar una creación coreográfica. Les interesa la constante búsqueda de nuevos lenguajes de movimiento, la alteración de las estructuras y técnicas de danza ya conocidas y trabajar desde la distorsión, la renovación, para descubrir de nuevo el cuerpo y el baile. La construcción de sus obras siempre está más cerca del discurso cinematográfico que de parámetros teatrales y su intención reside en presentar desde el cuerpo, como protagonista principal, sus deseos, obsesiones y conflictos.

Meritxell Barberá e Inma García, tituladas en Danza Clásica y Contemporánea en la ciudad de Valencia, fundan su propia compañía, Taiat Dansa, en el año 1999. Desde entonces han presentado sus creaciones en distintos espacios y festivales del territorio nacional; en espacios museísticos, acompañados normalmente de un trabajo pedagógico y en el ámbito internacional han mostrado sus obras en países como Francia, Alemania, Suiza, Reino Unido o EEUU. Además, desde 2009 trabajan como coreógrafas para otras compañías del panorama nacional e internacional.



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