Via Crucis Por La Paz

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VIA CRUCIS POR LA PAZ

Por la seal de la...

V. Te adoramos, Oh Cristo!, y te bendecimos. R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

PRIMERA ESTACIN: Jess es condenado a muerte

Lectura del Evangelio segn San Juan. 19, 6 - 7. 12. 16:Cuando lo vieron los sacerdotes y los guardias gritaron: Crucifcalo, crucifcalo! Pilato les dijo: Llevoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en l. Los judos le contestaron: Nosotros tenemos una ley, y segn esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judos gritaban: Si sueltas a se, no eres amigo del Csar. Todo el que se declara rey est contra el Csar Entonces se lo entreg para que lo crucificaran.

MEDITACIN

Por qu Jess fue condenado a muerte, l, que pas haciendo el bien? (Hch 10, 38). Esta pregunta nos acompaar a lo largo del Va Crucis como nos acompaa durante toda la vida. Debemos, por tanto, mirar a nosotros mismos: al mal y al pecado que habitan dentro de nosotros en el corazn (Mt 15,19-20). El mal no est en la creacin, marcada por la bondad del Creador, sino en el corazn del hombre que, desde su libertad, se llena de soberbia y se deja engaar y que con excesiva frecuencia fingimos ignorar. Pero an ms debemos dirigir la mirada al Dios rico en misericordia que nos ha llamado amigos (cf. Jn 15, 15). As, el camino del Va Crucis y todo el camino de la vida se convierten en un itinerario de penitencia, de dolor y de conversin, pero tambin de gratitud, fe, alegra y bsqueda de la paz.

Todos: Padre Nuestro

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SEGUNDA ESTACIN:Jess con la cruz a cuestas

Lectura del Evangelio segn San Mateo. 27, 27 - 31: Los soldados del gobernador se llevaron a Jess al pretorio y reunieron alrededor de l a toda la compaa: lo desnudaron y le pusieron un manto de color prpura y trenzando una corona de espinas se la cieron a la cabeza y le pusieron una caa en la mano derecha. Y, doblando la rodilla, se burlaban de l diciendo: Salve, rey de los judos!. Luego lo escupan, le quitaban la caa y le golpeaban con ella la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

Del Evangelio segn san Juan. 19, 17:Y Jess, cargando con la cruz, sali al sitio llamado de la Calavera, que en hebreo se dice Glgota.

MEDITACIN

Despus de la condena viene la humillacin. Lo que los soldados hacen a Jess nos parece inhumano. Ms an, es ciertamente inhumano: son actos de burla y desprecio en los que se expresa una oscura ferocidad, sin preocuparse del sufrimiento, incluso fsico, que sin motivo se causa a una persona condenada ya al suplicio tremendo de la cruz. Sin embargo, este comportamiento de los soldados es tambin, por desgracia, incluso hasta demasiado humano. Miles de pginas de la historia de la humanidad y de la crnica cotidiana confirman que acciones de este tipo no son en absoluto extraas al hombre. La tortura es una expresin para doblegar a quien lucha por la paz para que deje de hacer y ser un testimonio de vida para los dems, la burla, el desprecio, el desprestigio, la ausencia de valores y falta de responsabilidad de la sociedad para construir una sociedad de justicia y de paz. Ya el Apstol Pablo puso bien de manifiesto esta paradoja: S muy bien que no es bueno eso que habita en m El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago (Rom 7, 18-19).

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TERCERA ESTACIN: Jess cae por primera vez

Lectura del profeta Isaas. 53, 4 - 6:Eran nuestras dolencias las que l llevaba, y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros lo tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. l ha sido herido por nuestras rebeldas, molido por nuestras culpas. l soport el castigo que nos trae la paz, y con sus llagas hemos sido curados. Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno march por su camino, y el Seor descarg sobre l la culpa de todos nosotros.

MEDITACIN

El sufrimiento fsico es lo ms fcil de vencer, o al menos de atenuar, con nuestras actuales tcnicas y mtodos, con la anestesia y otras terapias del dolor. Si bien, una masa gigantesca de sufrimientos fsicos sigue presente en el mundo, debido a muchas causas naturales o dependientes de comportamientos humanos de esta forma perdemos la conciencia que somos seres humanos. De todas formas, Jess no rechaz el dolor fsico y as se solidariz con toda la familia humana, en especial con aquella parte ms numerosa cuya vida, todava hoy, est marcada por esta forma de dolor. La violencia al interior de las familias, en los grupos sociales son cargados a Jess. Mientras lo vemos caer bajo el peso de la cruz, le pedimos humildemente el valor de agrandar con una solidaridad hecha no slo de palabras la pequeez de nuestro corazn. Pedir perdn a quines hemos causado dolores y sufrimientos es un acto de contricin, de humildad pero tambin un gesto para construir la paz y la reconciliacin entre nosotros.

Todos: Padre Nuestro V. Te adoramos, Oh Cristo!, y te bendecimos. R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

CUARTA ESTACIN: Jess encuentra a su Madre

Lectura del Evangelio segn San Juan. 19, 25 - 27 Junto a la cruz de Jess estaban su Madre, la hermana de su Madre, Mara la de Cleofs, y Mara la Magdalena. Jess, al ver a su Madre, y cerca al discpulo que tanto quera, dijo a su Madre: Mujer, ah tienes a tu hijo. Luego dijo al discpulo: Ah tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discpulo la recibi en su casa.

MEDITACIN En los Evangelios no se habla directamente de un encuentro de Jess con su Madre a lo largo del camino de la cruz, sino de la presencia de Mara al pie de la cruz. Y all Jess se dirige a ella y al discpulo amado, Juan el evangelista. Sus palabras tienen un sentido inmediato: encomendar Mara a Juan, para que se ocupe de ella. Las madres, las mujeres que ven por los sufrimientos de sus familias, la pobreza, marginacin, violencia, discriminacin, la falta de oportunidades. Una maternidad aceptada es signo del amor y la misericordia de Dios por nosotros. Madres constructoras de la fraternidad y de la paz.

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QUINTA ESTACIN:El Cirineo ayuda a Jess a llevar la cruz

Lectura del Evangelio segn San Lucas. 23, 26: Mientras lo conducan, echaron mano de un cierto Simn de Cirene, que volva del campo, y le cargaron la cruz para que la llevase detrs de Jess.

MEDITACIN

Jess deba de estar verdaderamente agotado; por eso los soldados intentan remediarlo tomando al primer desventurado que encuentran y lo cargan con la cruz. Tambin en la vida de cada da, la cruz, bajo muchas formas diversas como una enfermedad o un accidente grave, la prdida de una persona querida o del trabajo cae sobre nosotros a menudo sin esperarlo. Y nosotros slo vemos en ella una mala suerte o en el peor de los casos una desgracia. La actitud del Cirineo es de obediencia a la autoridad, interceder ante la autoridad para ayudar al ms pobre, al que est sufriendo es promover la justicia y la paz entre los que ms la necesitan. En efecto, sigue siendo incontestablemente verdadero el axioma segn el cual combatir la pobreza es construir la paz.

Todos: Padre Nuestro.

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SEXTA ESTACIN: La Vernica enjuga el rostro de Jess

Lectura del profeta Isaas. 53, 2 - 3: Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado por los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros; despreciado y desestimado.

MEDITACIN

En el rostro sufriente de Jess vemos, adems, otro cmulo gigantesco, el de los sufrimientos humanos. Y as el gesto de piedad de la Vernica se convierte para nosotros en una provocacin, en una exhortacin urgente: en la peticin, dulce pero imperiosa, de no volver la cabeza hacia otra parte, de mirar tambin nosotros a los rostros que sufren, estn cerca o no. Salir a su encuentro. Y no slo mirar, sino ayudar, comprometerse con el otro. Las mujeres son las primeras en solidarizarse con el dolor humano. La determinacin firme y perseverante de empearse por el bien comn; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos. La persona humana, corazn de la paz.

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SPTIMA ESTACIN: Jess cae por segunda vez

Lectura del profeta Jeremas 12, 1: T llevas la razn, Seor, cuando discuto contigo, no obstante, voy a tratar contigo un punto de justicia. Por qu tienen suerte los malvados, y son felices todos los perversos?. Lectura del libro de los Salmos 36, 1-2.10-11:No te exasperes por los malvados, no envidies a los que obran el mal: se secarn pronto, como la hierba, como el csped verde se agostarn. Aguarda un momento: desapareci el malvado, fjate en su sitio: ya no est; en cambio, los sufridos poseen la tierra y disfrutan de paz abundante.

MEDITACIN

Nuestra arrogancia, nuestra violencia, nuestras injusticias pesan sobre el cuerpo de Cristo. Pesan... y Cristo cae de nuevo para darnos a conocer el peso insoportable de nuestro pecado. Que la cada de Cristo nos abra los ojos y nos permita ver el rostro hermoso, el rostro autntico y santo de la familia. El rostro de la familia, de la cual todos tenemos necesidad. No hagamos ms pesada la cruz con nuestras malas acciones. La familia debe ser la primera en construir una sociedad fraterna que se construye sobre la base de los valores de la solidaridad, la justicia y la paz. La familia es la primera e insustituible educadora de la paz.

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OCTAVA ESTACIN: Jess encuentra a las mujeres de Jerusaln

Lectura del Evangelio segn San Lucas. 23, 27 29. 31: Lo segua un gran gento del pueblo, y de mujeres que se daban golpes y lanzaban lamentos por l. Jess se volvi a ellas y les dijo: Hijas de Jerusaln, no lloris por m, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegar el da en que dirn: Dichosas las estriles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado Porque si as tratan al leo verde, qu pasar con el seco?.

MEDITACIN

En efecto, es Jess quien tiene compasin de las mujeres de Jerusaln, y de todos nosotros. Incluso llevando la cruz, Jess sigue siendo el hombre que tiene compasin de las multitudes (cf. Mc 8, 2), que prorrumpe en llanto ante la tumba de Lzaro (cf. Jn 11, 35), que proclama bienaventurados a los que lloran, porque sern consolados (cf. Mt 5, 5). Las mujeres vuelven a ser visibles en su palabra que les dirige para dignificarlas, el amor es la nica fuerza capaz de cambiar el corazn del hombre y de la humanidad entera, porque la paz es tambin fruto del amor con caridad, el cual sobrepasa todo lo que la justicia puede realizar. Todos: Padre Nuestro

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NOVENA ESTACIN: Jess cae por tercera vez

Lectura del la segunda carta del apstol San Pablo a los Corintios. 5, 19-21: Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado el mensaje de la reconciliacin En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliis con Dios. Al que no haba pecado, Dios lo hizo expiar nuestros pecados, para que nosotros, unidos a l, recibamos la salvacin de Dios.

MEDITACIN

He aqu el motivo ms profundo de las repetidas cadas de Jess: no slo los sufrimientos fsicos y las traiciones humanas, sino la voluntad del Padre. Esa voluntad misteriosa y humanamente incomprensible, pero infinitamente buena y generosa, por la cual Jess se hizo pecado por nosotros; todas las culpas de la humanidad recaen sobre l, realizndose ese misterioso intercambio que hace de nosotros pecadores justicia de Dios. Jess nos ha revelado que Dios es amor (1 Jn 4,8), y que la vocacin ms grande de cada persona es el amor. En Cristo podemos encontrar las razones supremas para hacernos firmes defensores de la dignidad humana y audaces constructores de la paz y de la reconciliacin que nos llevan a tener un encuentro vivo con Dios.

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DCIMA ESTACIN: Jess es despojado de sus vestiduras

Lectura del Evangelio segn San Juan. 19, 23 - 24: Los soldados... cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la tnica. Era una tnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: No la rasguemos, sino echemos a suertes a ver a quin le toca. As se cumpli la Escritura: Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi tnica.

MEDITACIN

Jess es despojado de sus vestiduras: estamos en el acto final de aquel drama, iniciado con la detencin en el huerto de los olivos, a travs del cual Jess es despojado de su dignidad de hombre, antes incluso que de la de Hijo de Dios. Despojo, saqueo, lavado de dinero, corrupcin, clientelismo poltico, actos contrarios a la dignidad humana. Estar desnudo es visibilizar y transparentar las malas acciones e injusticias de que somos capaces de hacer en contra de nuestro prjimo, ya sea como servidores pblicos, ya sea en la familia, la escuela, el trabajo, la calle. La violencia y la maldad no son parte del proyecto de Dios. El deber de respetar la dignidad de cada ser humano, en el cual se refleja la imagen del Creador, comporta como consecuencia que no se puede disponer libremente de la persona. Quien tiene mayor poder poltico, tecnolgico o econmico, no puede aprovecharlo para violar los derechos de los otros menos afortunados. En efecto, la paz se basa en el respeto de todos.

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UNDCIMA ESTACIN: Jess es clavado en la cruz

Lectura del Evangelio segn San Marcos. 15, 25 27: Era media maana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusacin estaba escrito: El rey de los judos. Crucificaron con l a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.

MEDITACIN

Cuntas veces, frente a una prueba, pensamos que hemos sido olvidados o abandonados por Dios. O incluso estamos tentados a concluir que Dios no existe. Es preciso denunciar el estrago que se hace contra el derecho a la vida en nuestra sociedad: adems de las vctimas de los conflictos armados, del terrorismo y de diversas formas de violencia, hay muertes silenciosas provocadas por el hambre, el aborto, la experimentacin sobre los embriones y la eutanasia. Cmo no ver en todo esto un atentado a la paz? Humillarlo al hacerlo pasar como delincuente o desprestigiar a una persona que lucha por la paz. El Hijo de Dios, que bebi hasta el fondo su amargo cliz y luego resucit de entre los muertos, nos dice, en cambio, con todo su ser, con su vida y su muerte, que debemos fiarnos de Dios. En l s que podemos creer.

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DUODCIMA ESTACIN: Jess muere en la cruz

Lectura del Evangelio segn San Juan. 19, 28 - 30: Sabiendo Jess que todo haba llegado a su trmino, para que se cumpliera la Escritura dijo: Tengo sed. Haba all un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caa de hisopo, se la acercaron a la boca. Jess, cuando tom el vinagre, dijo: Est cumplido. E, inclinando la cabeza, entreg el espritu.

MEDITACIN

Frente a la muerte de Jess, nuestra respuesta es el silencio de la adoracin. As nos encomendamos a l, nos ponemos en sus manos, pidindole que nunca nada, tanto en la vida como en la muerte, nos pueda separar de l (cf. Rom 8, 38-39). Llevar el evangelio a pesar de los sacrificios que podamos enfrentar: pena de muerte, asesinatos, genocidios, falta de libertad religiosa, proteccin a la creacin no son ajenos a la historia de la iglesia que nos anima a seguir los pasos por los que Jess debi pasar en su andar por este mundo. Quienes se comprometen a construir la paz son llamados hijos de Dios (Mt 5, 9).

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DECIMOTERCERA ESTACIN: Jess es bajado de la cruz y entregado a su Madre

Lectura del Evangelio segn San Juan. 2, 1 - 5: Haba una boda en Can de Galilea y la madre de Jess estaba all; Jess y sus discpulos estaban tambin invitados a la boda. Falt el vino y la madre de Jess le dijo: No les queda vino. Jess le contest: Mujer, djame, todava no ha llegado mi hora. Su madre dijo a los sirvientes: Haced lo que l diga.

MEDITACIN

Recordando que Mara, al pie de la cruz, se ha convertido en madre de cada uno de nosotros, le pedimos que ponga en nuestro corazn los sentimientos que la unen a Jess. En efecto, para ser verdaderamente cristianos, para poder seguir de verdad a Jess, hay que estar unidos a l con todo lo que hay dentro de nosotros: la mente, la voluntad, el corazn, nuestras pequeas y grandes opciones cotidianas. Que Mara nos ensee en su Hijo el camino de la paz, e ilumine nuestros ojos para que sepan reconocer su Rostro en el rostro de cada persona humana, corazn de la paz.

Todos: Padre Nuestro

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DECIMOCUARTA ESTACIN: Jess es colocado en el sepulcro

Lectura del Evangelio segn San Mateo. 27, 57-60: Al anochecer lleg un hombre rico de Arimatea, llamado Jos, que era tambin discpulo de Jess. Este acudi a Pilato a pedirle el cuerpo de Jess. Y Pilato mand que se lo entregaran. Jos, tomando el cuerpo de Jess, lo envolvi en una sbana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se haba excavado en una roca, rod una piedra grande a la entrada del sepulcro y se march.

MEDITACIN

Ante el sepulcro de Jess detengmonos en oracin, pidiendo a Dios esos ojos de la fe que nos permitan unirnos a los testigos de la resurreccin. As, el camino de la cruz se convertir tambin para nosotros en fuente de vida. Sepultamos a Jess y all lo dejamos, no lo dejamos salir, como si no hubiese resucitado, lo abandonamos. Cada uno de nosotros no siente acaso en lo recndito de su conciencia la llamada a dar su propia contribucin al bien comn y a la paz social? La Iglesia, que es signo e instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad de todo el gnero humano, continuar ofreciendo su aportacin para que se superen las injusticias e incomprensiones, y se llegue a construir un mundo ms pacfico y solidario.

Todos: Padre Nuestro

V. Te adoramos, Oh Cristo!, y te bendecimos. R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

ORACIN POR LA PAZ

Seor Jess, tu eres nuestra paz,mira nuestra Patria daada por la violenciay dispersa por el miedo y la inseguridad.Consuela el dolor de quienes sufren.Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.Toca el corazn de quienes olvidanque somos hermanosy provocan sufrimiento y muerte.Dales el don de la conversin.Protege a las familias,a nuestros nios, adolescentes y jvenes,a nuestros pueblos y comunidades.Que como discpulos misioneros tuyos,ciudadanos responsables,sepamos ser promotores de justicia y de paz,para que en ti, nuestro pueblo tenga vida digna.Amn.

Santa Mara de Guadalupe, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Por la seal...