Via Libre 00

8
Boletín cultural e informativo ÍA LIBRE 0 S egún su propio relato de los hechos, cuando llegó a Nueva York, compró una novela de J.D.Salinger titulada “e Catcher In e Rye”, que trata sobre la falta de motivaciones en los jóvenes y su descontento con todo lo que los rodea o sucede, la falta de estímulos, las pocas perspectivas sociales, la ansiedad sexual en los adolescentes, la creencia de que todo está perdido y la pérdida de la inocencia. Mark Chapman encontró en este libro incontables coincidencias con su vida y se identificó con el personaje de la novela: Holden Caulfield, quien trata de regresar desesperadamente a su niñez, donde las cosas eran mucho más simples y la gracia de la vida aún no lo había abandonado. El se sentía decepcionado por Lennon, su ídolo, aunque nunca se supo por qué. Luego de haber disparado a Lennon, Mark David Chapman tomó el libro que llevaba en su bolsillo y se sentó tranquilo a leerlo una vez más. Chapman declaró que, hasta hace tan sólo tres años, Lennon seguía siendo para él una foto en la portada de un album y que le disparó en respuesta a una voz interior que le gritaba: “Hazlo, hazlo, hazlo”. “Yo sólo quería encontrar un modo de ser alguien que no soy. De ser amado”, dijo Chapman

description

boletin cultural

Transcript of Via Libre 00

Bol

etín

cu

ltu

ral

e in

form

ati

vo

ÍALIBRE

0Según su propio relato de

los hechos, cuando llegó a Nueva York, compró una novela de J.D.Salinger titulada “The Catcher In The Rye”, que trata sobre la falta de motivaciones en los jóvenes y su descontento con todo lo que los rodea o sucede, la falta de estímulos, las pocas perspectivas sociales, la ansiedad

sexual en los adolescentes, la creencia de que todo está perdido y la pérdida de la inocencia. Mark Chapman encontró en este libro incontables coincidencias con su vida y se identificó con el personaje de la novela: Holden Caulfield, quien trata de regresar desesperadamente a su niñez, donde las cosas eran mucho más

simples y la gracia de la vida aún no lo había abandonado. El se sentía decepcionado por Lennon, su ídolo, aunque nunca se supo por qué. Luego de haber disparado a Lennon, Mark David Chapman tomó el libro que llevaba en su bolsillo y se sentó tranquilo a leerlo una vez más.

Chapman declaró que, hasta hace tan sólo tres años, Lennon seguía siendo para él una foto en la portada de un album y que le disparó en respuesta a una voz interior que le gritaba: “Hazlo, hazlo, hazlo”. “Yo sólo quería encontrar un modo de ser alguien que no soy. De ser amado”, dijo Chapman

DIRECTORIO

EDICIÓNRaúl Acevedo Savín

FOTOGRAFÍARamón Vidal

DISEÑOLeonel López

CARICATURASheyk, Kuisi

CAPTURARosalva VillegasSol Moreno de la Torre

CIRCULACIÓNAurelio Ramírez Uzaino

TELÉFONOSREDACCIÓN: (662) 213 35 87PUBLICIDAD: (662) 213 35 87

Ilustración: Dencii Manayak

ía libre 0 Mark David Chapman y El guardián entre el centeno

Cuando se combina la extraordinaria fuerza de los medios de comunicación con la genialidad musical y poética como la de los

Beatles en una sociedad nihilista, pero desesperadamente hambrienta de sentido axiológico, se produce entonces un ideal de arquetipo, o modelo a seguir, para la masa juvenil de una modernidad en decadencia. Su enorme éxito se debe a que la originalidad de su música y su poesía, que supo expresar los anhelos, angustias y críticas sociales de una juventud que vivía constantemente la amenaza de la guerra fría. La figura rebelde de John Lennon representaba el ideal a seguir por aquellos adolescentes decepcionados del modelo de vida americano. “Ónticamente un modelo es una consistencia estructurada de valores dentro de la unidad de una persona, es decir, una esencia estructurada de valor en forma personal”1 el modelo no es perfecto porque es humano, por ello no debe ser hipostasiado de tal manera que se confunda o identifique totalmente su persona con el valor representado por ésta, pero las valoraciones son siempre subjetivas y por ello siempre tienden a idealizar al modelo, este es el peligro de los artistas y es el precio de los famosos que tienen que ser perfectos porque: su vida ya no puede ser privada, siempre serán sujetos a los juicios axiológicos de sus “fans”. En una sociedad de consumo el comportamiento general de las masas puede ser manipulado por los medios e incluso predecible, pero no el de cada uno de los individuos. Es además imposible saber la interpretación de sus valoraciones: “No sé nunca exactamente si significo lo que quiero significar”2 porque el otro es el yo que no soy yo. El “fan” tiende siempre a imitar a su modelo porque en el fondo quiere también

desesperadamente tener un yo: ser alguien. Aldous Huxley nos dice en su ensayo Las puertas de la percepción cielo e infierno que la mente del esquizofrénico es un alma no solamente no regenerada, sino además desesperadamente enferma, su enfermedad consiste en su incapacidad para escapar de sí misma encontrando refugio como lo haría cualquier persona “normal” en un mundo de convenciones y símbolos sociablemente compartidas3. La novela El guardián entre el centeno nos describe la terrible soledad de un espíritu adolescente: Holden Caulfield, que pertenece a una familia de clase media alta de los Estados Unidos cuyo estado de ánimo es deprimente. El personaje nos cuenta que ha sido expulsado de la escuela, no se decide a enfrentarse a sus padres y a través de la lectura nos describe la absoluta falta de interés en todas sus relaciones personales, sus actitudes son contradictorias, estúpidas y cínicas no existe nada que le agrade. Cuando al final llega a su casa, se encuentra con su hermana menor Phoebe que lo cuestiona y le pregunta qué le gustaría hacer con su vida. Holden responde que para las ciencias es un desastre y que tampoco abogado como su papá, porque los abogados en realidad no salvan vidas inocentes lo que hacen es “ganar un montón de billetes, jugar al golf y al bridge, comprarse coches, beber martinis secos y darse mucha importancia”4. Pero que si de verdad pudiera elegir, sería algo así, como lo que dice un poema de Robert Burns:

Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Esto es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos . Yo sería el guardián entre el centeno.5

Para la conciencia extraviada de Mark David Chapman, estas frases pudieron ser una revelación sobre lo que él podría ser: el guardián entre el centeno. La desilusión de su antiguo modelo John Lennon había transformado su admiración y amor en odio. Lennon había blasfemado había dicho que “los Beatles eran más famosos que Jesucristo”, además vivía cómodamente y no era realmente auténtico, estaba haciendo daño a los jóvenes con sus canciones. Chapman escuchó una voz interior que le decía que hay que eliminar a Lennon, para evitar que los niños sigan cayendo en el abismo del nihilismo.

Notas:1 Suances Marcos Manuel, Max Scheler principios de una ética personalista, Herder, Barcelona 1976, p.137.2 Sartre Jean Paul, El ser y la nada, Losada, Buenos Aires 1968 p.460.3 Huxley Aldous, Las puertas de la percepción Cielo e Infierno, Ed. Hermes, Buenos Aires 1991, p.54.4 Salinger J.D. El guardián entre el centeno, Alianza Editorial, Madrid 1999, p.184.

5 Ibid. p.185.

* Dr. Xavier Vilchis, Catedrático del Departamento de Humanidades del ITESM Campus Estado de México, México

Xavier Vilchis*

Intereses del consumidorAntonio Escohotado *

Preferir los azares de la libertad a las seguridades de la servidumbre, en la conocida expresión de Jefferson, dista

mucho de ser unánime. Prácticamente todas las culturas asiáticas carecen incluso de palabra para aquello que la nuestra llama “libertad”, pues algo que a fin de cuentas ni se come ni da de comer sólo representa a su juicio necedad, mala crianza o sedición. Además, la libertad hemos de ganarla día a día, en contraste con bienes que se compran una vez y son vendibles para siempre. Podríamos incluso encontrarle más inconvenientes, como tantas sociedades que ni siquiera esperan de sus soberanos una vaga rectitud moral o de intención. A despecho de ello nuestra cultura preconiza el tiranicidio hace milenios, lo cual significa también confiar en que los azares de querer ser libre producen dignidad, y satisfacciones menos minadas por la dependencia.

Dando un paso más, observaremos que durante milenios el abastecimiento de bienes y servicios ha preferido sistemas de monopolio a dinámicas de competencia, alegando unas veces el bien de los organizadores y otras el de los organizados. Con todo, los gremios reguladores sólo subsistieron abiertamente mientras el poder político les otorgó privatae leges o privilegios, gracias a los cuales podían ignorar la inventiva del empresario no menos que los veleidosos deseos del adquirente. Cambiando decisivamente de rumbo, nuestra civilización canceló dichos privilegios, siquiera sea de modo formal, con un principio tan libertario como la soberanía del consumidor. Y allí donde eso no pasa –estilo Tercer Mundo- el pueblo sigue siendo “la parte del Estado que no sabe lo que quiere” (Hegel). Quien lo sabe por él pide sin pausa el menú oficial, como Fidel Castro, rechazando cartas guiadas por alguna moda frívola o por un insolidario ánimo de lucro.

Los ciudadanos pueden votar a otro equipo de gobierno, plantear cuestiones de inconstitucionalidad y recurrir a diversos

expedientes para instar la reforma de tal o cual asunto. Los consumidores sólo tienen como palanca huelgas de uso, y por ahora es muy difícil ponerse de acuerdo. Sin ir más lejos, he ahí la oprimida situación del fumador, que cesaría con actos coordinados de desobediencia civil en aeronaves, edificios y otros recintos. La paradoja está en que el reino del consumismo no sea un espacio de exigencia hacia lo consumido, o que vaya siéndolo muy lentamente, con retrocesos en cada esquina. El saqueo más duro deriva de los llamados contratos-tipo o de adhesión, donde el proveedor pone todas las condiciones y el cliente las acata o queda privado del servicio. Se pasa así por alto que todo contrato lícito o vinculante exige un acuerdo de voluntades autónomas, y que (sin necesidad de contratar persona a persona) es perfectamente factible arbitrar un cuadro de indemnizaciones automáticas para defectos en la provisión de tales servicios; hablamos de cortes y saltos en el fluido eléctrico, demoras en aeropuertos, saturación de las líneas telefónicas, mal funcionamiento de la tarjeta de crédito y un sinfín de perjuicios análogos, amparados en la irresponsabilidad práctica de algún proveedor. Recuérdese que nos incumbe a nosotros, y no al proveedor, tener presente el derecho a contratar sin ser humillados en las cláusulas, pues las estrecheces del menú sólo se justifican allí donde alguien las disfruta por algún motivo. Es admisible emitiendo periódicamente una Noche de Estrellas, por ejemplo, y no lo es si regula el intercambio de gas ciudad. Más partidarios de vivir a la carta, y más combativos, no sembrarían guerra civil. Cuando las huelgas de asalariados son cada vez más infrecuentes en el Primer Mundo, las ventajas del marco competitivo se profundizarían con huelgas de usuarios. Imaginemos el supuesto a grandes rasgos, en colectivos prósperos. Ya no se ocupan fábricas, montando piquetes para prevenir esquiroles ni otras violencias sobre las personas o las cosas. Asociaciones de consumidores muy

activas, organizadas telemáticamente, fulminan con la elegancia del desuso todo atropello a los adquirentes. ¿Quiso el hotel imponerme la pulserita de “todo incluido”, quisieron emitir todos los canales abiertos anuncios a la misma hora, quiso condenarme la compañía aérea a billetes cerrados de ida y vuelta o pagar cuatro veces más, quiso obligarme cierto país a soportar dobles precios para las mismas cosas? Los ciudadanos hicieron de tripas corazón unos pocos días, privándose de enchufar el televisor, retrasando o cambiando unas vacaciones, y el chantaje sucumbió solo. Por lo que respecta a contratos de adhesión o pseudo-contratos, las mismas asociaciones de consumidores interpusieron causas aceptadas de mil amores por los tribunales, y es doctrina legal que el proveedor indemnizará puntualmente al usuario por cada negligencia. Los contratos han vuelto a ser contratos. Interesante causa, que no cuenta con el apoyo de los gobernantes ni con el de los negocios establecidos, fundada sólo sobre la soberanía de quien paga impuestos y adquiere algo. En apoyo de una perspectiva semejante tenemos la prodigiosa zancada de las comunicaciones. ¿A qué viene ese acabamiento universal de la distancia aparejado a Internet, si no habilita modalidades superiores de coordinación, cauces para unir a partidarios de la libertad y, por eso mismo, de la dignidad humana? Hace algo más de treinta años, cuando compuso Imagine, John Lennon fantaseaba con un mundo de respeto mutuo, sin fronteras ni religión. Su repaso a posibilidades incumplidas terminaba más o menos así: “Podéis decirme que soy un soñador, pero no que sea el único en soñarlo. Espero que un día nos pongamos de acuerdo, y el mundo será uno.” Ese mundo uno está ya aquí en muchos aspectos, gracias a lo que sea y pese a todo, pero nos llevará la chingada -como dicen en México- si confundimos rancho cuartelero con menú gastronómico.

Selección, edición y nota: José Carlos Esquer

Antonio Escohotado (Madrid 1941) escritor y filósofo español que ha abarcado en sus obras una gran diversidad de temas, desde la filosofía de la ciencia hasta el derecho, pasando por la economía y las drogas, es reconocido en el mundo principalmente por su postura y declaraciones en torno al mundo del narcotráfico y la prohibición. Se ha dicho que con su Historia general de las drogas (1983) que consta de 3 tomos, más de mil quinientas páginas y traducido a 9 idiomas, ha demostrado que pocos académicos, periodistas o políticos en el mundo conocen tanto como él dicho tema, otros agregan que también pocos saben lo que sabe de Hegel, Kant, los presocráticos, Marx e historia universal.

El siguiente artículo apareció en el año 2003, ha sido editado por cuestiones de espacio y además de la referencia a Lennon al final, esperamos sirva para que nuestros lectores se interesen en un obra tan singula , apasionada y explícita en nuestros días.

Los golpes en las percusiones llenan de ritmo la biblioteca. Las palabras hacen lo suyo. Estamos en el Cereso y la

mirada de doña Lupita es un río que sumerge a los presentes en paz de agua cálida.

Doña Lupita tiene los años suficientes para los pasos en parsimonia. Despacio las palabras, despacio la sonrisa. Dentro de la cárcel su nombre es sinónimo de convocatoria a la literatura.

Y es la literatura la que esta mañana nos hace coincidir. Un escritor que radica en Chiapas, y que nació en un pueblo del sur de Sonora, Navobaxia, ha regresado a su tierra, para compartir las historias que conforman el libro de su autoría: al contado.

Después de compartir su vocación en la Feria del Libro de Hermosillo; al día siguiente en la Universidad del Valle México, después de firmar ejemplares con dedicatoria, de abrazar a su madre entre la multitud como testigo, Omar Gámez, el Navo, acepta feliz pisar el concreto de la cárcel para decir lo que se obsesiona desde su creación. Él es el autor de al contado, el cual, incluye un género híbrido: croni-cuentos.

Y sobre el contenido, el escritor Fernando Valencia Camoy, el Chino, dice que las escenas están muy bien logradas: “según mi punto de vista, porque al irlas conociendo, uno va sintiendo el sudor en su frente, la desesperación, el sofoco por falta de oxígeno, y por tanto cansancio.”

Las palabras del Chino ilustran. El rasgueo en la guitarra da pie al desgarramiento en la emoción. Se siente en el pecho la alegría lúdica que transmite el cantautor. Gaspar Madrigal, el Gaspior, es camarada del Navo, y también asiste a la cárcel en compañía del Lalo, a poner ese toque de lenguaje universal que sólo la música posee.

Cantar y leer es la dinámica. Y si los párrafos en la voz del escritor son lúdicos, las estrofas del Gaspior no entonan mal Las

Donde habita el olvido: la alegría

mulas de Moreno. Los internos que no son pocos, abren con deseo los oídos, acceden por éstos las lúdicas historias.

El entorno no puede ser mejor: libros, palabras, ritmo. La mirada de doña Lupita, los ojos de los presos: lupas para detener las imágenes en la memoria, para siempre.

¿Qué es lo que hace que una historia contada desde el autor despierte el interés de los presentes, o lo que es más: les arranque la risa en estruendo?

El Navo está hecho de eso, o yendo más a la precisión, los personajes de al contado son eso: la ironía descarnada. Por eso la risa, aunque implícito exista el dolor a cuestas de hombres y mujeres, no importa si púberes o infantes, madres que no encuentran a sus hijos, oficios diversos, desde el campo o la prostitución, la cerveza como móvil para una madriza en una tarde de cantina.

En la cárcel se escucha y se lee. La música dosifica la pena, y no es lugar común, porque podrían pensar los señoritos, los investigadores, los estadistas, los damos de la caridad, que en la cárcel sólo existe la delincuencia, la infamia, el extorsionador, el asesino, los ladrones. En la cárcel también hay margen para el error, así como en las conclusiones de la sociedad.

Después de la estadía entorno a los libros, en ese aplauso como clausura de la presentación de al contado, los presos, no sin antes apañar un puño de galletas, un café, regresan a su respectiva celda, el cantón, le dice la mayoría.

El Navo, el Gaspior, el Lalo, a un lado de la raza, acampamos a un costado del taller de talabartería del Rodolfo, ese hombre de peso al que todos miramos hacia arriba, para alcanzarle la mirada. Y nos advierten ya el Gilberto, la Sylvia, que desde la cocina enviarán una remesa de botana. Para que no olvidemos las tripas, para que recordemos que en el Cereso se conciente a los artistas, las visitas.

No alcanzan las palabras para esta mañana que de a poco se convierte en tarde. No cabe en descripción el rostro desorbitado del Rodolfo al apoderarse de la guitarra del Gaspior, porque el músico se lo sugiere. Y la humildad se apersona desde la voz del altote: “mejor voy por la mía, te la voy a ensuciar.”

Canta el Rodolfo, porque ante tan lindo sonido no puede evitarlo. El Gaspior golpea las percusiones, ambos, y ante el coro de la raza, llevan a buen puerto esa rola de Sabina que como estribillo tiene: donde habita el olvido.

Y no es ironía, porque aquí, en la cárcel, también habita la alegría, la literatura, las guitarras…

* Editor, cronista, periodista, fotógrafo, tallerista, promotor cultural, carrocero, padre de familia.

Carlos Sánchez*

• Quiero decir que si mi vida diaria, acicateada por la surrealista dinámica que atraviesa el país, se desplegaba trazando una línea paralela al fenómeno literario en algunas de sus tremendamente diversas expresiones, actualmente parece confun-dirse con la ficción a la que pretendía acceder. Que si mi vida personal, preocupada por las novedades editoriales, los encuentros de escritores y de críticos literarios, pretendía mantenerse al día con dicho fenómeno, toda se ha trastocado al punto en que mi vida es algo que escapa a mi voluntad.

• No habíamos bien salido de la vorágine que representó el Festival de la Pa-labra cuando teníamos encima ya el XXII Coloquio Internacional de Literatura Mexicana e Hispanoamericana, el Encuentro Internacional de Escritores “Bajo el asedio de los signos” en la vecina Ciudad Obregón, las multiplicantes celebraciones del Día Internacional del Libro -con la consecuente Feria del Libro de Hermosillo donde no podía faltar el ajetreado espacio de Escritores de Sonora, A. C.-

• Esto, amigos lectores, que sintetizo en cinco renglones, es un universo de actividades, horarios, agendas, emociones y entronques humanos que resulta muy complicado procesar y más aún reproducir en grafías.

• El destino quiso que mis exiguos acercamientos al Coloquio de Literatura que se celebra en la Escuela de Letras de la Universidad de Sonora, coincidieran con dos estudiosos amigos: Miguel Rodríguez Lozano y Juan Carlos Pimienta, a quienes me une un intrínseco sentido por encontrarle una arista divertida a la vida. Me encontraba ahí, además, porque me entusiasmaba escuchar la ponencia del escritor Josué Barrera sobre la historia de las revistas literarias sonorenses en el siglo XX (que por cierto es una escaramuza de boys scouts primerizos frente a la presencia femenina en la tradición revistera del siglo XIX de Michoacán, según pudimos aquilatar tras la presentación en la misma mesa de Josué de una futura doctora cuyo nombre se los debo).

• En ese momento, llevaba en mis manos el compendio poético “40 barcos”, un esfuerzo que reunió a cuarenta editoriales independientes en el objetivo de con-seguir una ecléctica antología poética contemporánea de diversas partes del país. Figura entre las editoriales coincidentes la de nuestro colega y amigo Emilio Robles -Garabatos, se llama (la editorial, no mi amigo)-.

• Estos pormenores, aunados a la participación que tuvimos en el extenuante e intensivo Taller de Mediadores de Lectura, desdibujaron mi persona desde el punto de vista físico y mental de manera que comencé a sentirme más como un personaje de alguna ficción elaborada por alguien que desconozco. Disculpa lector (a) esta digresión tan aburrida pero no doy para más.

• Si te empalaga esta relatoría inane, responde: ¿Por qué Will Smith fue nomi-nado al Óscar por su actuación en la cinta Alí si la suya es una mala parodia del personaje que conocimos eventualmente como Cassius Clay?

*Escritor y estudiante de la Maestría de Literaturas Hispánicas de la Universidad de Sonora.

BLOGUERROTIP@S

NO SÉ SI LA LITERATURA ES PARTE DE MI VIDA O SI MI VIDA ESTÁ PASANDO A FORMAR PARTE DE LA LITERATURA

Ignacio Mondaca*

EL CIELO, centro y boca de este pozo,Se abre obscenamente a la tempestad, ¿Quién sale de mí y sube desde mi carnehasta el minuto siguiente para no ahogarse?Estoy seguro de saber qué es lo que en míse desvanece con el agua cuando la tierra se enjuga la lluvia.Alguien le ha cortado las uñasal niño difunto, y soy yo quien hablaen esta agua / el reloj es lo único en mí que late –como un préstamo-, para cruzar alsueño. / Nací de muros de barro y por eso no puedo levantarme/A mí me asustan las casas, la tormenta, y aún más los nombres de las calles, todas mellevan a donde jamás volviste / y gota a gota callo la palabra que maldigo.

*Segundo lugar en el IV Concurso Universitario de Poesía “Alicia Muñoz Romero” (fragmentos del poemario “Playback al diluvio”)

** Estudiante de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad de Sonora.

LA PIEDRA PREÑADA DE su quietud,con toda su naturaleza comprimida,atinó a herirme la cabeza, me hizo de niñoel pómulo abierto y cimbró el rostroque no necesita velas ni vocablos:era niño entonces y creía.

Hay piedras que también son súbitas palabrassusurradas al oscuro tímpano de una lápida desnuda.

He de hablar al menos para mí mismoporque me queda la voz como aspavientoscomo un escombro pequeño,como una cicatriz casi importanteporque huir, después de todo, no es una herida que duela tanto

GERMINO AL VIENTO sucioquejumbre vivadentro de un cuerpo de venas sin sabiaen meticulosa condición terrestre

Yo quise que fuéramos hojarasca sombra maternaescaldo invisible.

Aún así mis cenizasson semillas creciendocontra la paredtodavía,dejan su marcha sobre el viento-y crepitado con el marse multiplican –y en su vuelo se reparte mi lejanía en todas direcciones.

Playback al diluvio*Alán Inclán**

Alfredo Erquizio Espinal *

No soy Búho, no soy Aguilucho, vengo de lejos. Pero como si lo fuera, 30 años de mi vida han transcurrido por sus aulas. Los mejores años, sí. En cumplimiento de una vocación: la de maestro. Como dice el boxeador después de la pelea: “Todo se lo debo a mi manager”. Mis grados académicos, la casa en que vivo, mis mejores amigos y buena parte de los recuerdos que atesoro, tuvieron un gestor y un escenario: la Universidad de Sonora.

Los memoriosos saben, tanto como nosotros. Y no me puedo llamar testigo, porque los miembros de la comunidad universitaria, todos somos actores, del drama, de la tragedia, de la comedia, y claro, de la vida que no tiene libreto.

Por eso imagino y adjetivo. Universidad sitiada que no me tocó: 1967. Universidad enfrentada, el año en que llegué: 1979. Universidad esperanzada: 1983, y no sé por cuantos años más. Universidad disputada hacia finales de los ochenta y principios de los noventa. Universidad dividida, tomada, institucionalizada después.

En todos los casos, Universidad querida, como en la canción, claro la otra canción.

Los profesores universitarios vivimos por y para la Universidad. Pasan los años y nos negamos a irnos, nos quedamos y sólo nos despedimos al final. La mejor pedagogía es la de la anécdota, la del ejemplo y al respecto tengo uno y debe haber más: un profesor –de los nuestros- en sus últimos días, quizás el último, pidió recorrer el campus, para llevarse para siempre ese recuerdo. Todos lo haremos quizás, pero un día después.

Universidad enlutada cuando sus hijos nos dejan. Pero también y como cada año Universidad festejada, como hoy.

*Doctor en Economía. Profesor en el Departamento de Economía de la Universidad de Sonora.

Reflexiones universitarias

No soy Búho, no soy Aguilucho pero amo a mi Universidad

Cómo escribo

Escribo a mano y hago muchas, muchas correcciones. Diría que tacho más de lo

que escribo. Tengo que buscar cada palabra cuando hablo, y experimento la misma difi-cultad cuando escribo. Después hago una cantidad de adiciones, interpolaciones, con una caligrafía diminuta.

Me gustaría trabajar todos los días. Pero a la mañana invento todo tipo de excusas

para no trabajar: tengo que salir, hacer alguna compra, comprar los periódicos. Por lo general, me las arreglo para desperdiciar la mañana, así que termino escribiendo de tarde. Soy un escritor diurno, pero como desperdicio la mañana, me he convertido en un escritor vespertino. Podría escribir de noche, pero cuando lo hago no duermo. Así que trato de evitarlo.

Siempre tengo una cantidad de proyectos. Tengo una lista de alrededor de veinte libros

que me gustaría escribir, pero después llega el momento de decidir que voy a escribir ese libro.

Cuando escribo un libro que es pura invención, siento un anhelo de escribir

de un modo que trate directamente la vida cotidiana, mis actividades e ideas. En ese momento, el libro que me gustaría escribir no es el que estoy escribiendo. Por otra parte, cuando estoy escribiendo algo muy autobiográfico, ligado a las particularidades de la vida cotidiana, mi deseo va en dirección opuesta. El libro se convierte en uno de invención, sin relación aparente conmigo mismo y, tal vez por esa misma razón, más sincero.

*Es uno de los escritores italianos más importantes del siglo XX. Es autor de “El vizconde demediado”, entre varias obras

más. Murió en 1985.

Italo Calvino*Manuel Llanes*

El discurso políticamente correcto se ha apoderado de la crítica literaria, que parece

avergonzada de tener que discriminar entre libros y literatura. La crítica literaria se ejerce desde la vergüenza, el pudor de pertenecer a una élite, una mafia que conspira contra los lectores. ¿Quiénes somos nosotros, las personas que estudiamos Le-tras en la universidad, para decirle a la gente qué es necesario leer y qué no?, se preguntan, presos de la confusión, los estudiantes y los egresados de las carreras de Letras. No sé si lo hagan también los profesores, no recuerdo haberlos escuchado, aunque en estos tiempos de posmodernidad y relativismo no lo dudaría ni tantito. Respuesta: pues eres una persona que estudió para eso, para discriminar, en base a criterios y normas, lo literario de lo que no lo es. Los académicos deciden qué es literatura y qué no, como dice el teórico español Jesús G. Maestro en uno de sus artículos, “La estética literaria”:Quienes hacen de una obra una obra de arte literaria —nos guste o nos disguste admitirlo— son las universidades y las instituciones académicas destinadas a su estudio, interpretación y difusión, así como a la formación de nuevos lectores, estudiosos e intérpretes de los materiales literarios. Son las instituciones académicas las que convierten unos materiales determinados en materiales literarios definidos. Incluso puede afirmarse que fuera

de las instituciones académicas y universitarias la literatura no existe como tal. Existen libros y lectores, pero no necesariamente literarios, ni de obras de arte literarias.Para algunos es muy chocante, extremadamente incorrecto, hacer afirmaciones de este tipo, lo cual no quiera decir que les falte verdad. El problema es que vivimos una época en la cual las personas viven el pudor del conocimiento. No quiero pertenecer a una élite, por lo tanto haré de cuenta que mi labor (en este caso estudiar la literatura) puede recon-ciliarse, sin más, con los gustos de las masas, a costa de lo que sea, aun si se tiene que llamar obra literaria a la obra de Dan Brown: a éste la academia le escamotea su condición literaria no porque El código Da Vinci ande falto de ex-celencias, sino porque los universitarios están llenos de prejuicios. Pero no es así. Maestro va todavía más lejos en otro texto suyo: La litera-tura puede sobrevivir sin lectores, pero no sin intérpretes. De hecho, la literatura que se lee en las universidades e instituciones académicas no se lee, a veces incluso desde hace siglos, fuera de ellas. Cárcel de Amor de Diego de San Pedro, Samson Agonistes de John Milton, o Pasión de la Tierra de Vicente Aleixandre, es literatura que no tiene lectores, sino intérpretes. Son obras de arte que no se leen fuera del mundo académico, es decir, al margen del mundo interpretado y

categorizado por las ciencias de la literatura. Por eso puede afirmarse que la literatura, que puede existir sin lectores, no puede sobrevivir sin inté-rpretes. Desde siempre, la literatura ha perdido y pierde miles y miles de lectores diarios. Las obras literarias mueren para el público masivo y se codifican o incluso fosilizan en los cánones in-terpretativos del mundo académico. La literatura vive, pues, sobre la pérdida de millones de lecto-res a lo largo de su historia. Siempre ha sido así. La única novedad es que, contemporáneamente, mejor dicho, posmodernamente, la literatura ha comenzado a perder intérpretes. A perderlos de forma masiva, institucional y académica. Hoy por hoy en las universidades, especialmente en las estadounidenses, y americanas en general, se leen menos obras literarias que nunca. Lo mismo cabe decir de buena parte de los departamentos de Letras de las universidades europeas, especial-mente anglosajonas y también anglogermanas. En lugar de literatura se estudia “cultura”, esto es, el opio del pueblo. La literatura pierde intérpre-tes: los estudiantes universitarios, como muchos de sus profesores, carecen de formación filológica suficiente para ser capaces de interpretar crítica-mente textos y materiales literarios. La “cultura”, por su parte, gana “estudiosos”. Es la hora de los “estudiosos culturales”. El pueblo quiere opio. No quiere intérpretes.

Literatura y corrección política

El agua del espejoUn prólogo o prefacio es un texto que acompaña al libro a modo de presentación; es un diálogo cómplice con la obra que busca construir una red de sentidos; la cual, a través de la lectura, cumple con la tarea de reconstruir la obra en una especie de círculo vicioso; así, autor, texto, prólogo y lector interactuarán para construir universos literarios posibles.En este sentido, este breve escrito pretende fungir como un enlace entre autor y lector. Pero que sucede cuando el lector está en una búsqueda constante de su ser, cuando está inmerso en una metamorfosis intermitente, buscando desde una trinchera diferente el cristal de sus miradas y decires, recorriendo asiduamente los vericuetos de la expresión para dejar constancia de tal búsqueda en su obra.

Por que “El agua del espejo” es eso: una búsqueda. Una búsqueda que refleja en cada renglón, en cada cita, en cada guiño; búsqueda como la que constituye el universo mismo y el mismo hombre; como lo es la ciencia, la poesía, y la palabra, como lo es la vida misma.Entonces, más que abrir caminos, descifrar códigos o construir mundos posibles, no nos queda más que abrir el texto y sumarnos a esta búsqueda. Y cada quien sacie su sed con el agua de su propio espejo.

Voces y visiones IIEn 1946 el historiador británico Robin George Collingwood (1889-1943), al cuestionarse acerca de la utilidad de la historia, escribió que ésta servía para el auto-conocimiento humano, para des cribir cómo somos, identificar nuestras particularidades y como con secuencia, adentrarnos a la naturaleza humana. Desde su visión, el valor de la historia consiste en mostrar lo que hemos hecho, lo que somos.El Segundo Concurso de Cuentos y Leyendas del Sur de Sonora “Historias de Barrios o Colonias de Navojoa, Sonora”, organizado por la Universidad de

Sonora, Unidad Regional Sur y el H. Ayun tamiento de Navojoa, buscó que profesionales y aficionados a la historia, y protagonistas-testigos (directos o indirectos) del de sa rrollo de la llamada “Perla del Mayo” aportaran su granito de arena para conocer lo que fueron, lo que son; democratizando de cierta manera el ejercicio de la construcción de nuestra historia, porque todos tenemos algo que decir.Manuel Hernández Salomón, autor de “Mi barrio y sus ritos” describe con lujo de detalles las características de Los Timos, su barrio natal, esas cuatro manzanas de su “primer mundo” en Na vojoa. “La invitación”, texto de José Francisco Padilla Martínez pre senta una interesante mezcla entre la ficción, hechos y personajes históricos verificables. “Si verdades a medias tienen algo de mentira, mentiras a medias tiene algo de verdad”, nos advierte Carlos Borbón antes de empezar a relatar la historia del sarape de su madre, donde con un agradable estilo reconstruye su participación en la lucha por obtener un pedazo de tierra en la Capetamaya. Espero les resulte provechosa la lectura de estas tres aportaciones para la historia de Navojoa y que los resultados sean un aliento para continuar esta importante tarea de promoción y rescate de la memoria local.

Qúimica analíticaEl curso de Química Analítica I es la entrada al fascinante mundo de la química analítica, cuyo campo específico es el análisis químico de los materiales.El carácter teórico-práctico exige un programa experimental de laboratorio complementario, que coadyuve al cumplimiento de los objetivos y contenidos de aprendizaje del curso.El manual de prácticas de Química Analítica I se apoya fundamentalmente en las técnicas analíticas clásicas (identificación sistemática de cationes, gravimetría por precipitación, volumetría por titulación, potenciometría y espectrofotometría) que, si bien es cierto, han sido desplazadas por la

irrupción de técnicas analíticas instrumentales modernas.Las prácticas que conforman el presente manual, ofrecen a los estudiantes diversas y útiles experiencias de aprendizaje, no sólo de las técnicas y operaciones de laboratorio como el manejo de equipo, reactivos y materiales, sino también los principios fundamentales, las reacciones, las mediciones y los cálculos relacionados con los métodos analíticos.

Manual de hematologíaLa hematología es esencial para los estudiantes de Químico Biólogo Clínico y en general para todos los que están dedicados a la salud de los seres humanos; de ahí el interés en proporcionarles una mejor preparación.Este manual está adaptado para auxiliar en el curso de Hematología I en la carrera de Químico Biólogo Clínico en la Universidad de Sonora, y de acuerdo con el programa se concreta al estudio del eritrocito y sus relaciones con diversos cuadros patológico tales como anemias, policitemias, porfirias y algunos otros.Se incluyen al final varias prácticas que con seguridad le serán útiles al estudiante cuando llegue a la vida profesional, ya que están enfocadas a problemas del quehacer diario del químico biólogo.

Temas de salud públicaEste libro pretende iniciar al estudiante en las bases teóricas que son fundamentales para la comprensión del quehacer en la salud colectiva y en las áreas temáticas por excelencia de la salud pública como son la medicina preventiva, la promoción y fomento de la salud ocupacional, escolar, mental, etcétera.El objetivo es también apoyar los programas para los médicos en formación, y de profesiones afines como enfermería, trabajo social, psicología y otras, ya que encontrarán temas de consulta tanto en el nivel licenciatura como en el nivel técnico.

Visite la Librería Universitaria “Alonso Vidal”www.libreria.uson.mx

NOVEDADES

Adquiéralos a los teléfonos (662) 2592282 y (662) 259133587 Dirección de Vinculación y Difusión de la Universidad de Sonora,  o en Librería Unison

Cartelera Universitaria

Sexto Foro Internacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura

Los estudiantes del Departamento de Letras y Lingüística de la Universidad de Sonora,con el objetivo de debatir sobre temas disciplinares e intercambiar puntos de vista sobre los retosy las alternativas que ofrecen estas carreras al estudiante universitario,convocan al Sexto Foro Internacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura,que se llevará a cabo los días 16, 17, 18 y 19 de febrero del 2010en la ciudad de Hermosillo, Sonora, México.

Invitación a estudiantes a formar parte de los grupos representativos Rondalla del desierto.Director Pablo Salazar. Tel. (662) 259 22 82 [email protected] femenil. Director Iván Moreno. Cel. (0446621) 40 10-49 www.rondallafemenilunison.comTuna universitaria. Director Rodolfo Covarrubias. Cel. (0446622) 56-03-97

www.tunauniversitaria.uson.mx

VIII Convocatoria edición de textos académicosEsta convocatoria comprende el periodo abril 2009 – mayo 2010 y los trabajos se podrán presentar en las siguientes fechas:• Del 5 de octubre de 2009 al 8 de enero de 2010• Del 11 de enero al 11 de mayo de 2010

LaspropuestassepresentaránenlasoficinasdelaDireccióndeVinculaciónyDifusiónubicadasenelEdificioMuseoyBibliotecadelaUniversidaddeSonora,PinoSuárezyBlvd.LuisEncinas,plantabaja.Teléfono:259-22-82.

www.extensionuniversitaria.uson.mx

ía Libre es una publicación mensual (con tendencia quincenal), cuyo contenido está centrado en asuntos meramente culturales,ylosartículospublicadosnonecesariamentereflejanlaopinióndelaentidadresponsabledeestapublicación,en cuyo caso recae en los autores cuyafirma se anota al calcedel artículode referencia. Se aceptanmisivas, reclamos,contestaciones, comentarios, colaboraciones tanto de textos como de elementos que correspondan a las artes gráficas.Hermosillo, Sonora, México.

ÍALIB

RE

Balderrama, Tres generaciones.

Exposición de obra escultórica deJoséBalderrama(padre),JoséBalderrama(hijo)yMarlonBalderrama(nieto).En exhibición en la Sala de Historia Leo Sandoval del Museo Regional, durante noviembre y diciembre.