Atraíd@ por vosotros mismos, que sois Trinidad de la tierra que refleja la del Cielo, atraíd@ por la paz que hay en ese hogar santo en el cual Jesús nunca sintió añoranza del cielo, me acerco a vosotros con confianza de hij@, porque sólo en esa casa mi corazón halla reposo. Vengo a escuchar a quien es Palabra, vengo a aprender en el taller de Nazaret cómo se vive la Voluntad de Dios, cómo se ama hasta el extremo, cómo se abandona el corazón en Dios.

Enséñame, María, a fijar mi mirada en Jesús sin que vuelva a apartarla nunca más.

Que lo busque en las pequeñas cosas de cada día y que lo halle en el rostro de los hermanos.

Dame esa mirada que, como la tuya, sabe ver el cielo en la tierra

Que mis manos permanezcan siempre abiertas a las necesidades de aquellos que me son hermanos.

Concédeme saber acoger al otro con la ternura con que tú recibías en tus brazos a Jesús.

Que mis manos sepan abandonar también el trabajo que me absorbe para ir a tu encuentro

Que no me acostumbre al don de la fe.

Quiero recibirte con asombro, con amor, con delicadeza.

En la eucaristía diaria haz que mi corazón se eleve para abrirte todo mi ser.

Enseñadme a entrar cada día en Nazaret. Día a día quiero acompañaros en el Misterio, quiero sumergirme en Él para poder ser apóstol que pregone el misterio de un Dios que quiso revelar toda su divinidad en la sencillez de Nazaret.

Y tú, José, concédeme ese corazón ardiente que te hace permanecer fiel en la noche oscura.

Dame el silencio obediente al silencio de Dios.

Que mi corazón se abrace a ti, Custodio de Nazaret, para que en Nazaret me custodies.

Y cuando llegue la hora de mi muerte, cógeme en brazos y entrégame a Jesús con ese mismo cariño con que lo das a su madre.

Que la Palabra acompañe siempre mi vida

Cerca, muy cerca de vosotros, Trinidad de la Tierra, quiero que transcurran mis días.

Vuestr@ soy, para vos nací…

Acogedme, guiadme y conducidme.

De vosotros quiero aprender, a vosotros os tengo por modelo y guía.

En Nazaret quiero vivir y morir.

Todo lo espero de vosotros.

Bendecidme ahora y siempre.

Amén.