Volumen ll - Universidad de...

28
Volumen ll

Transcript of Volumen ll - Universidad de...

Volumen ll

Página 2

Equipo Editorial

Director:

-Matías Díaz Huirimilla

Alumno de 4to año de Pedagogía en Español, UdeC.

Corrección y recepción de textos:

-Carlos Ruiz Figueroa

Alumno de 2do año de Pedagogía en Español, UdeC.

Diseño e ilustraciones:

-Waldo Lorca González

Alumno de 2do año de Pedagogía en Español, UdeC.

-Soledad Fierro Albornoz

Alumna de 1er año de Pedagogía en Español, UdeC.

Administración de Financiamiento:

-Marco Durán Barriga

Alumno de 3er año de Pedagogía en Español, UdeC.

Revista Circe

Página 3

Editorial

Volumen ll

"La pluma es la lengua del alma".

- Miguel de Cervantes Saavedra

La seducción de la palabra, cuyo dominio está inmerso en el verbo, envuelve de ímpetu al célebre sustantivo, que está cubierto de magia por el generoso adjetivo. Esta triada exalta el imperio de la prosa y el verso, que continúa provocándonos para asumir el enorme desafío de convertirnos en puente para que jóvenes escritoras y escritores de la comunidad del Gran Concepción proyecten mundos, deconstruyan realidades y provoquen los sentidos a puño y letra.

Hoy, fortalecidos por significativas experiencias transitadas como equipo, nuestro desafío es continuar aportando a nuestras artes y a la vez, seguir fortaleciendo nuestro vínculo de cómplices con la aventura literaria. La Revista Literaria Circe se enorgullece en presentar su segundo tomo y los invita a dejarse seducir con Usted, a embelesarse con Límites, a cautivarse con Último sueño, a percibir el desencanto en Fría cuna de amor y a sentir un embate de nostalgia en Sinfonía de muerte, entre otras profundas narrativas que se encuentran presentes en este volumen.

Alentamos al lector a profundizar en los escritos expuestos, a entregarse a la praxis literaria de reconocerse en ellos y a re-encantarse con el placer estético que brinda el goce de leer.

Atte.,

Equipo Editorial, Revista Literaria Circe

Fuiste comienzo de lluvias,

Noches ariscas,

Vacías y heladas.

Tu sol oculto a mis párpados,

Atrás de las imponentes montañas

Derretía una nieve pasada,

Formando cristalinos ríos y cascadas.

Pero por más bello que eras,

Algo en mí te odiaba,

Aunque la culpa no fuera tuya,

El hecho de verte me fastidiaba.

Es así, que teniendo en cuenta la magnitud de mi problema,

Comencé a buscar los engranajes que me faltaban,

Y con cuidado de relojero (una vez que lista estaba)

Desvanecí la capa que cubría mi funcionamiento.

Al verte bien, las sombras del día me diste,

Y un suvenir de lágrimas a mis dos ventanas,

Aun así con cada tormenta más fuerte me hiciste

Y logré aceptar tu viento como vela de mi madrugada.

Fría cuna de amor

Indräeth Anwyl

Geofísica

Revista Circe Página 4

¡Alegría verde y amistad naranja!

Cerros de esperanza y enorme alegría azul.

Esto descubrí en tu regazo,

Donde no hay mejor lugar para el descanso.

Créeme que si mis pilares pudiera hacer en ti

Entre las rocas de tus quebradas,

No habría alma más feliz.

Sin embargo, de tus brazos tengo que partir.

Con mi adiós guárdame en las raíces de tu tierra

Y cántame con el frío de tus pulmones,

Quiero siempre sentir que soy madera de tus árboles,

Ser eternamente dríade en tus cordilleras.

Volumen ll Página 5

Sinfonía de muerte

James Dream Lost

Traducción e Interpretación de Idiomas Extranjeros

Con el frío en sus ojos, el miedo que muestran sus manos

Las lágrimas que giran en torno a su rostro,

Aquellos pasos lentos, cortos, el tiempo se detiene solo para

observar

Mi sacrificio que perdonó la tristeza del ocaso,

Tras el muro la brisa, el murmullo de la tierra,

Sin duda alguna se pierde tantas palabras

Mientras, cada una cae en el vacío, quien responde por ella,

Odio, no imposible, yo susurré a la muerte,

Nostalgia, perdí mi alma en el infierno,

Somnolencia, la luz eliminó la huella de sus sueños,

Esperanza, renací bastante tarde, solo quedan sus

Restos, aquel cadáver tibio, traté

Reconquistar su amor pero transformar es el delito del cielo,

Aun así he descubierto su cuerpo,

Tanta miseria, luchando contra armas sin filo,

Trato de seguir limitándome a buscar su sonrisa,

Todo se convierte en un preludio,

Revista Circe Página 6

La brisa cálida me susurra unas palabras,

"Ahora misteriosas letras trajeron sin duda los besos de la ausencia,

Alrededor del fuego se acercó su espíritu, sus labios se juntaron para

Silenciar al mundo, desde ahí las llamas grabó

El frío a su alrededor, fue la melancolía del destino quien los separó",

Yo, inmóvil contemplé las estrellas, para darme cuenta

Que ninguna de estas veía la tumba, donde depositaba todas

Las gotas del pasado, cavando cada vez más profundo entre la eternidad

Y el instante de tu fallecimiento,

Prosigo hasta que la roca me detenga

Para reclamar un último respiro, al lado de su tumba.

Volumen ll Página 7

Página 8

Acabar,

dormir,

volver a la nada.

Acabar,

acabar después de haber acabado.

Sentir tu suave muslo en mi oreja.

Reposar en tu arbusto ardiente,

que no quema, que no se consume.

Busco reconciliar el sueño.

Sueño que no será como los otros,

eternas puertas que se cierran tras de ti.

Ya no tiene réplica.

Es el último sueño,

aquí me arraigo, duermo sin soñar

esas pesadillas de buscarte sin encuentro.

Por fin puedo dormir entre ti,

donde se abren los ciclos.

Aquí acaba el deseo y culmina mi memoria.

Último sueño

Héctor Acuña Peña

Pedagogía en Español

Revista Circe

Página 9

Ignorancia artificial

Gabriel Castellano

Bachillerato en Humanidades

Sosteniendo entre mis manos la cruel

esfera de la ignorancia aparente.

Cegado por las luces ideológicamente

precarias del ser o no ser, parte de este asunto.

Fui discípulo en la memoria del griego difamado

en el Fedón, sembrando dudas donde

el pensamiento no da lugar a interrogantes.

Como una sombra completamente desligada

de su realidad mecánica y plausible...

Solo mis palabras contemplan el verdadero

resplandor de la ignorancia científica.

¿He de ser yo la redención del sabio en la caverna?

¿He de ser yo la redención del sabio en la caverna?

Volumen ll

Página 10

Porque este cariño que siento hacia ti,

es más del que me había esperado,

pero tiene su límite por razones obvias,

pero intenta pasarlo.

Porque este cariño que va creciendo

cada vez más con saber que eres feliz,

pero tiene su límite por razones obvias,

pero me hace feliz.

Porque este cariño lo creía imposible,

tan imposible como que nuestras manos se junten,

pero tiene su límite por razones obvias,

pero eso me hace llorar.

Porque este cariño es puro,

tan puro como veo yo tus ojos,

pero tiene su límite por razones obvias,

pero es como gotas de agua.

Límites

Deii Spooky

Astronomía

Revista Circe

Página 11

Porque este cariño ha sido idealizado,

quizá seas de otra forma, pero así te veo yo,

pero tiene su límite por razones obvias,

pero así es para mí.

Porque este cariño me hace vivir y me mata

por el hecho de que a tu lado no puedo estar,

pero tiene su límite por razones obvias,

pero puedo contener ese dolor.

Porque este cariño me tiene en el extremo del abismo,

y me hace preguntarme si caer o no en la ilusión,

pero tiene su límite por razones obvias,

pero me logra hacer caer.

Porque este cariño tiene su límite por razones obvias,

pero quizá, realmente no lo tenga y crezca sin cesar,

y ya no tiene su límite por razones obvias,

y es que mi humilde corazón no te quiere soltar.

Volumen ll

Página 12

Usted

“Nos obsesionamos con lo que no podemos ser”

Florentina A.

Pedagogía en Español

Usted se mueve

como si nada y como si todo,

como si nada lo importunara,

como si todo lo supiera,

tan dueño de sí mismo

¡Me marea!

Usted se mueve como burlándose,

se sabe inalcanzable,

se sabe irresistible,

se sabe inexorable,

se sabe libre.

Usted se mueve etéreo,

elegante y sutil,

huele a poesía y desdén,

a húmedo y tierra,

a miel y café.

Revista Circe

Página 13

Usted se mueve y lo odio.

Si sigue así de poético,

así de literario,

se me va a escapar de la boca

un verso o un beso,

dígame qué prefiere.

Usted se mueve

y sé que es una fantasía,

me conformo con mirarlo,

con suspirar y soñar,

y también camino

como si nada y como si todo,

como si nada sintiera,

como si todo en mi muriera.

Volumen ll

Página 14

Enjaulado

Eric Amegú

Pedagogía en Español

Por qué ocultas en tu mirada baja

Como anidando en tu entre suelo y suela

A un pájaro que todavía ni vuela

Y ya parece que viste su mortaja.

Quien dices ser o dicen que eres, no eres eso,

Eres nada y nadie y puedes ser todo,

Si quieres puedes ser el hombre lodo,

Tal vez prefieras ser alma, carne y hueso.

En la vitrina opulenta del paseo,

Yanqui-chileno de afuera importado,

No actúes como un maniquí enajenado

Enfermizo por las cosas del deseo.

En el abismo del hombre desviado

Libera el ave en tu entre suelo y suela;

Déjala que aprehenda cómo se vuela

Pues no se sufre el tiempo usufructuado.

Revista Circe

Página 15

Despierto, me pongo la sonrisa

Me disfrazo pensando que hoy todo será distinto

Camino entre ciegos y trato de darme prisa

¿Para qué? Si nada volverá a ser lo mismo.

Caminamos de la mano entre almas perdidas

Fingiendo ser un ciego más sin tendencias suicidas

Trato de abrazarte pero estás muy arriba

Bajo la mirada pero... a escondidas.

Vuelvo a mi escondite acompañado de tu ausencia

Culpándome de todo queriendo ser yo el ausente

Me saco la sonrisa y me dice mi conciencia

Algunos eligieron ser felices, tú elegiste ser consciente.

Pasa un día más

Matías Martínez Vergara

Ingeniería Civil Electrónica

Volumen ll

Página 16

¿Marcharse o quedarse? La misionera se encontraba en una

encrucijada que le impedía conciliar el sueño. Acostada en su tienda

erigida en medio de la selva, con incontables ronchas de mosquitos en su cuerpo y con el frío característico de la noche, meditaba sin cesar.

¿Valía la pena ese sacrificio? Aunque llevaba un par de meses en la aldea,

no entendía el idioma del todo; se sentía apartada, impotente, como si

su presencia en aquellos parajes no tuviese relevancia. ¿De verdad

estaba aportando a esos niños? No podía dilucidarlo, quizá porque a

esa hora su mente no funcionaba con claridad, o porque no deseaba

ver la realidad de los hechos. «Puede que sea más útil en mi nación; allá

sí me comprenden», pensó antes de quedarse al fin dormida.

A la mañana siguiente, ya lo tenía decidido: regresaría a su país. Luego

de levantarse, empacó sus pocas pertenencias en una mochila, desarmó la tienda que una familia le había prestado y caminó para devolverla,

antes de dirigirse al aeropuerto.

En el trayecto, se topó con una de las niñas de la aldea, aquella tan

tímida que se mostraba esquiva con todo el mundo. Hace dos días atrás

le había hablado, a fin de convencerla de jugar con otros niños, pero pareció no entenderle. Su atuendo era el mismo que el de ayer y el de

anteayer… pero advirtió en ella algo distinto: llevaba un lirio amarillo

en las manos. Al verla, se le plantó enfrente, le extendió la flor a modo

de regalo y le dedicó una amplia sonrisa, la más genuina que había visto; después le murmuró un «Gracias» en su idioma, le dio un beso y luego

huyó. A lo lejos, pudo ver que corría en compañía de cuatro niños.

«Si fui de ayuda para ella, ¿Por qué para los demás no?» En ese

instante decidió quedarse, hacer florecer el potencial de todos ellos y

convertirlos en un colorido jardín.

La jardinera de niños

Maffansuz

Psicología

Revista Circe

Página 17 Volumen ll

Página 18

Era tan feliz con mis siete cuerdas

seis de ellas me llenaron de vida,

la séptima me la quitó.

Una guitarra y mi mente no cuerda

Matías Martínez Vergara

Ingeniería Civil Electrónica

Revista Circe

Página 19

Visión interna:

Intenté hacerme el enojado y llorar para ver si así se iba, no

funcionó. Traté de aplicar la psicología inversa: reírme y sonreír para

ver si de esa manera se alejaba de mí, y me dejaba tranquilo de una

vez por todas, pero nada funcionaba, seguía ahí, con su enfermante

sonrisa y promesas de amor que no tenía sentido de seguir

repitiendo tantas veces.

Mis hijas solían decirles a mis nietas, en un vano intento de que

soportaran a un viejo hosco como yo, que si tenían algo que

objetar sobre mí deberían pedirle a Dios un hijo idéntico a mí para

que ellas lo criaran, a ver cómo salía aquella criatura con su crianza. ¿Saldría una mejor persona u otro monstruo como yo?

Pensé que nunca lo sabría, que jamás lo llegaría a saber, entonces, por

esa razón, yo les ignoraba. Maldigo mi terquedad y mi pasado, por no

haberle dicho que callara y que no hablara estupideces. Qué necio fui, ni siquiera podía ver el horror que se avecinaba corriendo hacia

mí. También, dentro de los infinitos errores que cometí y que

aparentemente me condenaron fue creer y tener fe —aunque fuese

a mi manera — en que al morir llegaría a un lugar mejor.

Qué mentira más grande.

Visión externa:

Una madre le sonríe, canta, habla, hace gracias y juega con su

bebe recién nacido. Para que este deje de estar triste, o para que siga

sonriendo.

Moneda

Fernanda Osorio Zúñiga

Pedagogía en Español

Volumen ll

Jamás noté cómo fue cambiando con los años, de la manera en que se

maltrataba a sí misma y de cómo ella no estaba consciente de ello.

Miraba a Infancia a través del ventanal mientras la esperaba. Sus clases de ballet eran los únicos instantes en que podía verla sonreír y estar

absorta en ese mundo, lejos de todos sus problemas. ¿Y yo? Soy más bien

el eterno amigo a su lado, cosa que me avergüenza un poco admitir.

Apuesto que a ella también. En más de una ocasión la he dejado de lado

y evitado, pero sé bien que algún día tendría que dejarla ir. Lo malo es

que no imaginé que ese día estaba a la vuelta de la esquina.

- ¿Me esperaste por mucho tiempo? – Fue lo primero que dijo al

encontrarme.

- No realmente – mentí - ¿Vamos por un helado?

Ella asintió con la cabeza y me tomó del brazo. Abril es el mes donde

“abren las flores” en alguna parte del mundo, por mucho que intente pensar eso únicamente veo árboles desprenderse de las hojas y estas

pasan a tapizar las avenidas. Esas hojas y el frío viento me recuerdan que

es otro año más que cumpliré muy pronto. Infancia, por su parte, no

parecía que el tiempo tuviese efecto en ella. Tiene la misma cara de niña

y cuerpo frágil que conocí hace varios otoños atrás. Su mirada continúa

igual, solo que bastante más opaca. Su iris ya carece del color y viveza de

antes.

Solíamos demorar varios minutos frente al mostrador de sabores, a

modo de pedir los que pudiésemos combinar y compartir. Si tenían colores extravagantes, mejor aún. No me di cuenta cómo fui

declinándome a pedir vainilla o cualquier variante con café, a veces

únicamente sólo miraba a Infancia terminar su helado. Curiosamente,

ahora último, ella se limita a escoger vainilla.

Un otoño más

Mimi

Bioquímica

Revista Circe Página 20

Después de eso la acompaño a su casa. Hace un otoño atrás, éramos

vecinos. Decidí abandonar el nido para estar cerca del lugar donde trabajo,

además vivir en pleno centro de la ciudad me acomoda bastante, casi no gasto en locomoción. Infancia nunca quiso aprender a conducir y en el lugar

donde vive solo transitan un par de buses. Los únicos días que no puedo

llevarla de vuelta a su casa tras sus clases de ballet es al tener trabajo extra

en la oficina, al decidir pasar la tarde con mis colegas de trabajo o la noche

con alguna mujer aleatoria.

- ¿Por qué no buscas una pareja estable? – Me regañó una tarde – Solo

quiero que seas feliz.

- De acuerdo – Hago una promesa que sé de antemano que romperé

semanas más tarde.

Cuando la invito a mi casa jugamos los videojuegos de los tiempos en

que apenas sabíamos leer. Es la única que entiende las aventuras y desafíos tras unos pocos pixeles en la pantalla. Infancia le tiene temor a las cosas

nuevas, por lo que ignora los juegos cuyos controles carecen de cables.

- Tengo un problema el viernes, no podré recogerte después de tu clase.

- No importa. Yo… no iré más.

- ¿Por qué?

Hizo un gesto de silencio que me impidió continuar. Al preguntarle más

calmadamente al respecto, evadió mis preguntas. Nos despedimos.

Pasaron los días y las hojas se arrumban en mi balcón. Solo las observo

acumularse y pudrirse. Hoy es mi cumpleaños, esa fecha que solía esperar con ansias. Comeríamos pastel, dulces y jugaríamos toda la tarde con

Infancia y los niños que vivían cerca de mi casa de aquel entonces. Olvidar

las tareas o faltar a clases era permitido. Hoy en día esos niños, que son

adultos ahora, me envían insípidos mensajes de “Feliz cumpleaños” por internet. No me quejo, porque al común de la gente parece que le encanta

eso.

Uno de esos mensajes captó toda mi atención, el café quedó

desparramado sobre el teclado del computador. “Ve a la plaza de armas”,

era de ella. No soy de esas personas que piense antes de hablar. Dudas clavaron mi mente tratando de recordar si fue alguna estúpida palabra mía

que la alejó de mí en este tiempo.

Volumen ll Página 21

Bajo un árbol casi desnudo estaba ella. Inmediatamente noté sus

mejillas caídas, sus labios secos y unas piernas que apenas la podían

mantener en pie.

- ¿Me esperaste por mucho tiempo? – Apresuré en decirle al verla.

- No realmente – Mintió, su voz casi no se escuchaba.

- ¿Desde cuándo comenzó esto? ¿No hay alguna forma de

“solucionarlo”? - No sabía si estar molesto o triste, pero la ira en mí

siempre gana.

Vociferé muchas cosas, mas no comprendía la situación. “No quiero

perderte”, mis palabras rebotaban, no tenían efecto y su expresión en

el rostro no cambiaba.

- Disfruté el tiempo juntos – articuló, y no volvería a dirigirme sus

palabras.

Ella acostumbraba a ocultar en vano sus lágrimas en este tipo de

situaciones. En este caso fue diferente, era yo quien estaba llorando.

El viento soplaba muy fuerte, llevando consigo el último puñado de hojas del árbol. Por la calle principal la observé esfumarse lentamente,

desvaneciéndose entre personas y edificios. Las hojas estorbaban la

visión, como si fuese intencional.

Revista Circe Página 22

Volumen ll Página 23

Revista Circe Página 24

El 4 de octubre de 1917 nacía Violeta Parra, figura cultural ancla de la tradición chilena. Para conmemorar el centenario de esa fecha, desde este año (y hasta octubre de 2017) se llevarán a cabo numerosas actividades en honor a esta cantautora, las que buscan celebrar su legado y rendirle homenaje. Violeta escribió, Violeta cantó, Violeta vivió el arte. Su respeto por las culturas locales, su curiosidad por la raíz campesina y su talento para dejar huella de dichas expresiones artísticas la convierten en uno de los íconos del arte chileno. En estos tiempos de necesidad identitaria, retornemos a ella, escuchemos su canto y celebremos… ¡Porque Violeta está más viva que nunca!

¡Violeta cumple 100 años!

Volumen ll Página 25

“Luego de varios senderos recorridos, siempre se ha de regresar a los

orígenes que nos dieron forma.”

Esta idea, que parece funcionar como un principio natural en cada ámbito

de la existencia, se ha visto expresada recientemente en el músico y poeta

estadounidense Bob Dylan, siendo este el Nobel de Literatura 2016, reconocido

por más de 500 canciones producidas a lo largo de medio siglo. La Academia

Sueca, para otorgarle el galardón, se ha justificado en el hecho de que las primeras

composiciones literarias –como las de Homero y Safo– se crearon para ser

escuchadas e interpretadas con instrumentos, por esto, se ha dicho que Dylan

“puede y debe ser leído”.

La figura emblemática de traje negro y sombrero oscuro se ha

inmortalizado como una de las mentes creadoras de una nueva expresión poética

dentro la tradición americana de la canción. Su lírica (cargada de emoción, sobre

temas sociales, políticos y literarios) y su capacidad para crear imágenes con las

palabras lo posicionan como una de las voces más auténticas del continente.

“No quería ser una gloria del pasado, quería ser alguien que nunca fuera

olvidado”, comentó una vez en una de sus tantas entrevistas. Hoy, reconocido

oficialmente como un representante de la Literatura, nos demuestra que su deseo

no estaba tan lejos de ser una realidad.

Premio Nobel de Literatura 2016

Página 26

Utopía

Revista Circe

El mundo literario celebra el quingentésimo aniversario de la

publicación de la obra Utopía, perteneciente al teólogo y político

inglés Thomas More. Publicada en 1516 bajo el título de Libellus . . . De optimo reipublicae statu, deque nova insula Vtopiae, con el paso de los

años se ha convertido en uno de los textos que más profundamente

ha inspirado grandes procesos de cambio a través de la historia de la

humanidad.

Su autor, a través de la voz del explorador Raphael Hythloday, se atrevió a cuestionar las estructuras sociales y políticas dominantes de

su época, responsabilizando al hecho de que el eje de una ciudad gire

en torno al dinero y la propiedad privada por las desigualdades

sociales.

Desde una mirada literaria, Utopía actualmente continúa enriqueciendo la praxis literaria con un género que cada día inspira

más creaciones artísticas y seguidores a lo largo del globo; y, desde

una mirada filosófica, aún hoy nos permite soñar con una comunidad

idílica, un gobierno justo y con la equidad para todo miembro de la

sociedad.

Página 27

Agradecimientos Volumen ll

El Equipo Editorial del proyecto agradece enormemente al Dr.

Claudio Pinuer Rodríguez, Vicedecano de la Facultad de Humanidades y

Arte, a la Dra. Beatriz Figueroa, vicedecana de la facultad de Educación, a

la Dra. Sara Mendoza, directora de la dirección de servicios estudiantiles

UDEC, por su apoyo incondicional, traducido en un fundamental aporte

económico que nos permitió la impresión del presente volumen. Y por

último a la Dra. Mariana Aillon, jefa de carrera de Ped. En Español, por

sus gestiones y apoyo.

Además, agradecemos a los siguientes docentes del Departamento de

Español de la Universidad de Concepción: al Dr. Juan Cid Hidalgo, a la

Dra. Cecilia Rubio Rubio y al Dr. Edson Faúndez Valenzuela. Los

comentarios y evaluaciones de estas personas fueron la guía que dio vida al

corpus de textos de esta nueva fantasía textual cumplida.