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Lunes, 9 septiembre NOS VOLVEMOS A ENCONTRAR EVANGELIO: Lucas 19, 1-10 «Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más». Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido». LECTURA: Mi primer día de colegio Pedro estaba muy contento, dentro de poco iría al colegio, estaba ansioso ante la llegada de su primer día de escuela. Sus primos y familiares le habían contado maravillas del colegio y esperaba con ansia que llegara el momento. Pasaban los días de verano entre la playa y la piscina, pero Pedro no podía disfrutarlo como otras veces, sólo podía pensar en ir a la escuela. Días antes del comienzo de la escuela, fue con sus padres a comprar pinturas, libros y cuadernos. Se sentía un niño grande. Por fin el gran día llegó, Pedro estaba muy emocionado.

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Lunes, 9 septiembre

NOS VOLVEMOS A ENCONTRAREVANGELIO: Lucas 19, 1-10

«Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más». Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

LECTURA: Mi primer día de colegio

Pedro estaba muy contento, dentro de poco iría al colegio, estaba ansioso ante la llegada de su primer día de escuela. Sus primos y familiares le habían contado maravillas del colegio y esperaba con ansia que llegara el momento.

Pasaban los días de verano entre la playa y la piscina, pero Pedro no podía disfrutarlo como otras veces, sólo podía pensar en ir a la escuela. Días antes del comienzo de la escuela, fue con sus padres a comprar pinturas, libros y cuadernos. Se sentía un niño grande. Por fin el gran día llegó, Pedro estaba muy emocionado.

Se levantó temprano sin que su mamá le avisara, se vistió con su ropa nueva, se puso su mochila llena de cuadernos por estrenar y de la mano de su mamá fue a la escuela. Era su primer día, y se lo iba contando a todos aquellos que se encontraba por el camino.

Cuando llegó, su maestra se acercó y su mamá le soltó de la mano para que fuera hacia ella. Entonces, toda la emoción y la expectación se disiparon, y, de repente, las lágrimas comenzaron a brotarle de los ojos. Se dio cuenta de que tenía que estar en un sitio lleno de desconocidos. Nunca había estado sin sus papás.

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Intentó volver a agarrar la mano de su mamá, pero ella le besó y salió con una sonrisa deseándole un buen día. Vio con tristeza como se alejaba, las lágrimas no paraban de brotarle de los ojos y se sentó en una esquina de la clase. Allí había otros muchos niños como él, algunos lloraban y otros jugaban.

Al cabo de un rato, un niño se le acercó y le ofreció un juguete. Le dio las gracias y entonces vio que había muchos otros juguetes, muchas cosas de colores. Los niños querían jugar con él, saltaban y corrían y, casi sin darse cuenta, Pedro comenzó a disfrutar de su primer día de colegio.

Cuando mamá volvió a buscarle, le contó todo lo que había hecho, cómo era su profesora, qué juegos habían hecho, los cuentos que iban a leer, los amigos nuevos con los que había jugado... Estaba tan emocionado, que casi no podía esperar a que llegar su segundo día de escuela.

REFLEXIÓN

¿Cómo esperamos nosotros ese primer día de clase? ¿Qué es lo que más nos ilusiona para venir? ¿Qué nos da miedo a la hora de entrar a clase? Cuéntalo y lo superarás.

VÍDEOS

https://www.youtube.com/watch?v=nP2iBLLApkchttps://www.youtube.com/watch?v=rvhkKTz-MgU

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ORACIÓN FINAL

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Martes, 10 septiembre

ME VUELVO A ENCONTRAR CON MIS AMIGOSEVANGELIO: Lucas 6, 31

«Y así como queréis que los hombres os hagan, haced con ellos de la misma manera».

LECTURA: El gigante comenubes

Sopo era un gigante enorme, el más grande que haya habido nunca. Podía beberse un río hasta dejarlo seco, o tomar como ensalada todo un bosque. Y sin duda, su golosina preferida eran las nubes del cielo, frescas y esponjosas, de las que llegaba a comerse tantas que casi siempre acababa empachado, con tales dolores de barriga que terminaba por llorar, provocando entonces grandes riadas e inundaciones.

Sopo vivía tranquilo y a su aire, sin miedo de nada ni nadie, yendo y viniendo por donde quería. Pero a pesar de eso no era feliz: no tenía ni un solo amigo. Y es que cada vez que el gigante visitaba un país, todo eran problemas: con las nubes que comía Sopo desaparecían las lluvias para los campos, y con sus empachos y sus llantos todo se inundaba, por no hablar de todos los bosques y granjas que llegaba a vaciar... En fin, que al verle todos huían aterrados, y nunca consiguió Sopo compartir un ratito con nadie.

Una noche, al verle llorar, varias estrellas se acercaron para preguntarle la razón de su tristeza. Al escuchar su historia, comentaron:

- Pobre gigante. No sabe buscar amigos. Pues la Tierra es el planeta más especial que existe, y está lleno de amigos de todas las clases.- Pero, ¿dónde se pueden buscar amigos? ¿Cómo se hace eso? - replicó el gigante.- Echándoles una mano o haciendo cualquier cosa por ellos. Eso es lo que hacen los amigos, ¿es que no lo sabes? - respondieron divertidas.- Vaya- suspiró Sopo- pues no se me ocurre nada ¿Vosotras qué hicisteis para conseguir amigos?- Aprendimos a mostrar el camino en la noche y servimos de guía a muchos navegantes. Son unos amigos estupendos, que nos cuentan historias y nos hacen compañía cada noche.

Así, el gigante y las estrellas siguieron charlando un rato, y durante los días siguientes Sopo no pensó en otra cosa que no fuera en encontrar una forma de buscar amigos. Pero no veía el

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modo de conseguirlo. Algunos días después, fue a pedirle ayuda a la Luna. Ésta, vieja y sabia, le respondió:

- No sabrás cómo hacer algo por alguien hasta que lo conozcas bien ¿Qué sabes de esos que quieres que sean tus amigos?

Sopo se quedó pensativo, porque realmente apenas sabía nada de los hombres. Eran tan pequeños que nunca se había preocupado.

Entonces se propuso averiguarlo todo, y dedicó largos días a observar las diminutas vidas de la gente. Y así fue como descubrió por qué todos huían al verle, y se enteró de las sequías que causaban sus comilonas de nubes, y de las inundaciones que provocaban sus llantos, y de mil cosas más que lo llenaron de pena y alegría.

Aquella noche, el gigante corrió a saludar a las estrellas.

- Ya sé cómo buscaré amigos... ¡¡comiendo y llorando!!

Y así fue. Desde aquel día Sopo vigilaba los cielos para, allí donde se preparaban enormes tormentas, darse un buen atracón de nubes; y luego marchaba a llorar un rato allá donde veía que faltaba el agua. En muy poco tiempo, Sopo pasó de ser lo peor que podía ocurrirle a un país, a convertirse en una bendición para todo el mundo, y ya nunca faltó un buen amigo que quisiera dedicarle un ratito, escucharle o hacerle un favor.

REFLEXIÓN

La amistad empieza por darse a los amigos sin esperar nada a cambio, estando atentos a lo que necesitan.

VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=zMRt7Qxojzo

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Miércoles, 11 septiembre

HAY PERSONAS NUEVAS Y OTRAS QUE YA NO ESTÁN

EVANGELIO: Juan 15, 12-15

«Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado. Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre».

LECTURA: Una vuelta al cole para valientes

El curso estaba a punto de comenzar, y Cony la conejita estaba asustada porque ese año iría a una escuela nueva. Tanto, que el día de antes cavó una profunda madriguera y se encerró en ella.

- Yo no salgo de aquí. Seguro que hay animales malos en el nuevo cole. Y maestros que asustan.

Así que llamaron a la tía Eleonora, su madrina. Ella siempre sabía qué hacer.

- No te preocupes, Cony. Te llevaré a varios colegios para elijas aquel en el que la gente te parezca más amable.

Convencida la conejita, a la mañana siguiente visitaron una escuela con una pinta espantosa. Tanto, que junto a la puerta había un vendedor de púas de erizo en llamas, tufo de mofeta y cuernos de toro.

- No entres ahí sin estas armas -dijo el vendedor-. Podría pasarte cualquier cosa.

Cony compró de todo y entró con mucho cuidado. Efectivamente, ahí no había nadie amable. Ni siquiera los cervatillos ni los koalas. Nadie le decía nada y Cony sentía que todos la miraban esperando el momento de atacarla. En toda la visita no tuvo ni un segundo de tranquilidad.

- ¡Qué escuela tan horrible, tía! - dijo cuando salieron.- Espero que la de mañana sea mejor.

Sin embargo, la cosa no parecía mejor en la segunda escuela. Otro vendedor vendía productos para protegerse. Le recomendó los dientes amenazantes y el caparazón guardaespaldas, y Cony se los puso y entró a la escuela esperando lo peor…

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Pero nada más entrar un pequeño erizo se acercó a saludarla y se mostró muy simpático. Al poco un mono llegó sonriendo y le dio un gran abrazo. Así fue recorriendo la escuela rodeada de animales encantadores.

Pero Cony era muy lista, y pronto descubrió algo raro.

- Tía, este lugar se parece mucho a la escuela que visitamos ayer. Y a alguno de estos animales ya lo he visto antes… Creo que todo esto es una trampa, ¡se hacen los simpáticos para atacarnos!

- Pero qué lista eres, sobrina - dijo Eleonora- no hay forma de engañarte. Pero no es ninguna trampa… mírate en ese espejo.

La conejita fue a mirarse. Los dientes amenazantes que había comprado no daban ningún miedo. Al contrario, parecía que Cony tenía una grandísima sonrisa. Además, detrás de su caparazón había un mensaje que decía “Me encantan los abrazos” y un pulgar hacia arriba. La verdad es que tenía un aspecto adorable.

- Mira ahora la foto que te hice ayer- siguió su tía, mostrándole la pinta que tenía con sus púas de erizo encendidas, su cara seria y su cuerno de toro.

- Vaya. Dan ganas de salir corriendo solo de verme - dijo Cony.

- Y eso es lo que pasó, cariño. Ayer no fueron amables porque tú no parecías nada amable. Pero hoy, esos mismos niños están encantados de estar y jugar contigo porque pareces mucho más simpática…

Cony entendió enseguida la trampa de su tía, y fue corriendo a ver al vendedor de la puerta, que no era otro que su papá disfrazado. Le dio un gran beso y le dijo:

- Gracias, papá, ya no tengo miedo de ir al cole. Ahora sé que yo misma puedo ayudar a que todos sean mucho más amables conmigo.

Eso sí, por si acaso, guardó en un bolsillo sus dientes amenazantes, por si algún día le costaba un poco más sonreír.

REFLEXIÓN

La forma en que nos mostramos a los demás influye mucho en la manera en que nos tratan.

VÍDEOS

https://www.youtube.com/watch?v=XJVAEw0EJsg

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https://www.youtube.com/watch?v=G1TxwQc2PKA

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Jueves, 12 septiembre

HAY COSAS NUEVAS Y COSAS QUE YA NO ESTÁN

CITA BÍBLICA: Isaías 66, 22

«Porque como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecerán delante de mí -declara el SEÑOR-, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre».

REFLEXIÓN

Foto de la clase del curso anterior. Pueden comparar y ver lo que hay y lo que falta. Se habla sobre cómo cambian las clases igual que ellos cambian de curso y aprenden cosas nuevas.

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Viernes, 13 septiembre

LIBROS NUEVOS, PROYECTOS NUEVOS… UN MUNDO POR DESCUBRIR

EVANGELIO: Lucas 5, 4

«Bogad mar adentro, y echad vuestras redes para pescar».

LECTURA: Historia de Tom Cabeza Vacía, el buscador de tesoros

No quieras saber cómo Tom Cabeza Vacía llegó a ser pirata. Resulta que él odiaba ir al colegio, y tener que estudiar y hacer deberes, así que cuando el famoso capitán pirata Barbadepega pasó por su ciudad buscando jóvenes marineros aspirantes a ser piratas, Tom se apuntó el primero. Y es que en el barco de Barbadepega había que dedicar todo el tiempo a buscar tesoros, y si se encontraba a alguien estudiando o leyendo se le encerraba en el cuarto de las ratas para ser devorado por ellas.

Así fue como Tom inició su vida de pirata buscatesoros. Pero era una vida difícil. Trabajaban duro limpiando y cuidando el barco y, además, los mapas que encontraban llevaban siempre a pequeños tesoros. Y después de repartirlos apenas conseguían lo suficiente para comprar un poco de comida y algo de ropa, así que eran mucho más pobres que ricos. Eso sí, Barbadepega les animaba constantemente con promesas de grandes tesoros y canciones que recordaban que en aquel barco no hacía falta leer ni estudiar.

Pero un día alguien del barco le robó a Tom la poca comida que le quedaba, y dos días después sintió tanta hambre que decidió entrar al cuarto de las ratas para comerse una. Nadie se atrevía a acercarse allí, y Tom lo hizo de noche y a escondidas. Pero, al entrar, no encontró ni una sola rata, sino un cuarto secreto, limpio y recogido, lleno de… ¡libros! Entonces oyó unas voces que se acercaban y solo pudo esconderse y escuchar…

Cuando salió del falso cuarto de las ratas Tom estaba furioso. Barbadepega y su contramaestre eran unos estafadores. Estudiaban y leían sobre antiguos y fabulosos tesoros, pero los buscaban a escondidas de todos y se los quedaban para ellos. Para sus marineros solo dejaban ridículos tesoros que ellos mismos escondían de vez en cuando. Pero no era esto lo que más enfadó a Tom: lo que de verdad lo llenó de rabia fue oír cómo Barbadepega se reía de sus incultos

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marineros y sus cabezas vacías, de lo fácil que era engañarles, y de lo tontos y pobres que seguirían siendo siempre por haber dejado los estudios para irse con un pirata.

Aquello espabiló a Tom que, desde ese momento, esperaba cada noche a que todos durmieran para visitar el cuarto de las ratas, donde pasaba el tiempo estudiando todo tipo de libros. Pronto se dio cuenta de que aprendiendo sobre tantas cosas se le ocurrían mejores ideas, y encontraba formas de hacer casi todo mejor y más rápido, aunque él disimulaba comportándose como el más tonto de los marineros. Y cuando, al cabo de algunos años, comprobó que ya era capaz de averiguar dónde se escondían los tesoros, incluso antes que Barbadepega, decidió abandonar el barco pirata. Justo una semana después, ocurrió lo inimaginable: por primera vez alguien se adelantó a Barbadepega, y cuando este llegó el tesoro ya no estaba. En su lugar solo encontraron una calavera hueca de sonrisa burlona, colocada sobre una montaña de libros.

Aquel se convirtió en el escudo de Tom Cabeza Vacía que, con lo que ganó con su primer tesoro, compró su propio barco y buscó su propia tripulación. Pero, al contrario de lo que hacía Barbadepega, él solo admitía gente estudiosa. Y, en lugar de engañarles, les animaba a buscar los tesoros con él, y compartía con ellos la mayor parte de lo que conseguían. El resultado fue que, entre tanta gente sabia, encontraban los tesoros mucho antes, y el malvado Barbadepega solo llegaba a tiempo de encontrar cabezas vacías y burlonas cada vez que intentaba descubrir un nuevo tesoro. Y ni sus más pegadizas canciones, ni sus más exageradas promesas, pudieron impedir que todos sus marineros le abandonaran para retomar sus estudios y tratar de conseguir una plaza de pirata sabio en el famoso barco de Tom Cabeza Vacía.

REFLEXIÓN

Desarrollar el gusto por el estudio y el aprendizaje proporcionará una vida mucho más interesante y llena de oportunidades.

VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=9sZnlG_yQxk

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