Wilfredo Carrizales, un escritor venezolano en la Universidad de Pekín

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3 historia de vida Domingo 17 de julio de 2011 la noticia minuto a minuto www.2001.com.ve Constancia y dedicación bastan para aprender chino Un escritor venezolano en la Universidad de Pekín Dos ejemplares de una revista china hallados en 1971 en una librería de Maracay le dieron a Wilfredo Carriza- les la pista definitiva de un viaje que le cambiaría la vida. Fue a partir de allí que se interesó por la cultura del país oriental. Cinco años más tarde, el jo- ven escritor aragüeño —había na- cido en Cagua en 1951— abordaba en Maiquetía un avión que, tras dos días de horizontes y escalas, lo lleva- ría a Pekín. Para 1973 la decisión estaba to- mada: se iría a China. Sin embargo, Venezuela no tenía aún relaciones diplomáticas con la nación oriental, por lo que tuvo que esperar dos años más, hasta que esa situación estuvo resuelta. Carrizales estu- diaba química en la UCV y solicitó a la Embajada una beca que le fue aprobada en julio de 1976. El último escollo fue el dinero: el pasaje, que el ente gubernamental Cordiplan debía sufragar y no lo hizo, costaba 5.000 bolívares que le tomó meses reunir. Carrizales llegó a Pekín el 10 de octubre, con un mes de re- traso, y de inmediato se sentó en un aula a aprender el idioma. Un año después se matriculó en la Universidad de Pekín —donde ac- tualmente es profesor— para conti- nuar sus estudios de química, pero sólo aguantó dos semestres. “En 1978 pedí cambio de carrera y me dedi- qué a estudiar historia y cultura de China, que era lo que realmente me interesaba”, explica. “Finalicé la carrera en 1982 y me quedé dos años más porque tenía novia china. Nos casamos en febrero de 1984 y ella se vino primero a Ve- nezuela, pues nuestro dinero no al- canzaba para los dos pasajes aéreos”. En junio partió de regreso al país, con escalas en Hong Kong, Seúl, Alaska y Nueva York. “Así que le di la vuelta al mundo en ocho años”, recuerda. Re- gresaba a Venezuela, pero no para siempre. Vuelta a la patria Ya en el país, Carrizales se dedicó a difundir sus conocimientos de idioma y cultura chinos y organizó exposiciones con obras de su es- posa, hasta que se divorciaron y ella volvió a China. En Maracay se ocupó, entre 1991 y 2001, de la co- ordinación de Literatura del estado, donde promovió actividades lite- rarias con la cooperación del po- eta Efrén Barazarte. En 2000 el doctor J. J. Montilla es designado embajador de Venezuela en China, siendo su segundo el exse- cretario de cultura de Aragua, profe- sor Julio Mora Contreras. “Cuando me enteré hablé con Julio y le pregunté si el nuevo embajador necesitaba un consejero cultural que hablase chino y conociese la cultura y aquel país”. Montilla aceptó la propuesta y en ju- nio de 2001 Carrizales era designado agregado cultural en Pekín. China a la moda La China que halló, tras 17 años de au- sencia, lo sorprendió. “Pekín ahora contaba con modernas autopistas, altos edificios, amplias avenidas. La gente iba mejor vestida, a la moda”. El escritor se mantendría hasta 2008 ocupado en estrechar los lazos cultu- rales entre ambos países. Su obra —que abarca diversos géneros, siendo su preferido la poe- sía en prosa— comprende una de- cena de libros editados entre Vene- zuela y China, así como traducciones de textos orientales y colaboracio- nes en medios digitales como Letra- lia y Cinosargo. La mirada china ha impregnado, por supuesto, su obra. “La manera de mirar los chinos, ese especial gusto por los detalles y la ar- monización de los contrastes, ha in- fluido, en algunos aspectos, en mi modo de escribir, dibujar y fotogra- fiar. Me cautiva la forma del razona- miento filosófico de antaño con su cuidado en lo sucinto”. Culturas que se tocan La presencia del español en China se incrementa cada vez más pese a los prejuicios de los hispanoha- blantes, para quienes el idioma oriental luce impenetrable. “Hay que reconocer que el idioma chino, sobre todo la escritura de los ca- racteres, es un proceso arduo y di- fícil, mas con constancia y dedica- ción algunos hispanoparlantes han aprendido a escribir bastante bien y a hablar mejor”, acota. Las más prestigiosas universida- des chinas poseen facultades de es- pañol. “En algunas facultades de cier- tas universidades prestigiosas, por ejemplo la Universidad de Pekín, los estudiantes del último año (cuatro en total) cursan una materia que se llama ‘traducción del chino al espa- ñol’, con sus dos variantes: escrita y oral. Yo tuve la suerte el año pasado de enseñar esta materia en la Univer- sidad de Pekín”. “Traducir literatura china es su- mamente arduo, siempre surgen obstáculos nuevos”, explica Carri- zales, quien sin embargo, lo consi- dera una tarea gratificante, aunque no bien remunerada. “Siempre existe la esperanza de que se in- cremente el número de buenos tra- ductores hispanoamericanos de li- teratura china”. El aragüeño Wilfredo Carrizales se topó un día con la cultura oriental y se propuso como meta irse a vivir a China. Lo logró dos veces Jorge Gómez Jiménez [email protected] A Carrizales lo cautiva la forma del razonamiento filosófico chino de antaño Un latino disfruta solitario de las calles asiáticas En la actualidad se dedica a enseñar el idioma chino Nelson Jovandaric 3 LINO_MAQUETA 2001 16/07/11 06:32 Página 1

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Reportaje sobre la trayectoria de este escritor aragüeño (Cagua, 1951), publicado en la sección "Historia de vida" del diario 2001 el 17 de julio de 2011

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3historia de vida Domingo 17 de julio de 2011la noticia minuto a minutowww.2001.com.ve

Constancia y dedicación bastan para aprender chino

Un escritor venezolano en la Universidad de Pekín

Dos ejemplares de una revista chinahallados en 1971 en una librería deMaracay le dieron a Wilfredo Carriza-les la pista definitiva de un viaje quele cambiaría la vida. Fue a partir de allíque se interesó por la cultura del paísoriental. Cinco años más tarde, el jo-ven escritor aragüeño —había na-cido en Cagua en 1951— abordabaen Maiquetía un avión que, tras dosdías de horizontes y escalas, lo lleva-ría a Pekín.

Para 1973 la decisión estaba to-mada: se iría a China. Sin embargo,Venezuela no tenía aún relacionesdiplomáticas con la nación oriental,por lo que tuvo que esperar dosaños más, hasta que esa situaciónestuvo resuelta. Carrizales estu-diaba química en la UCV y solicitó ala Embajada una beca que le fueaprobada en julio de 1976.

El último escollo fue el dinero: elpasaje, que el ente gubernamentalCordiplan debía sufragar y no lo hizo,costaba 5.000 bolívares que le tomómeses reunir. Carrizales llegó a Pekínel 10 de octubre, con un mes de re-traso, y de inmediato se sentó en unaula a aprender el idioma.

Un año después se matriculó en laUniversidad de Pekín —donde ac-

tualmente es profesor— para conti-nuar sus estudios de química, perosólo aguantó dos semestres. “En 1978pedí cambio de carrera y me dedi-qué a estudiar historia y cultura deChina, que era lo que realmente meinteresaba”, explica.

“Finalicé la carrera en 1982 y mequedé dos años más porque teníanovia china. Nos casamos en febrerode 1984 y ella se vino primero a Ve-nezuela, pues nuestro dinero no al-canzaba para los dos pasajes aéreos”.En junio partió de regreso al país, conescalas en Hong Kong, Seúl, Alaska yNueva York. “Así que le di la vuelta almundo en ocho años”, recuerda. Re-gresaba a Venezuela, pero no parasiempre.

Vuelta a la patriaYa en el país, Carrizales se dedicó adifundir sus conocimientos deidioma y cultura chinos y organizóexposiciones con obras de su es-posa, hasta que se divorciaron yella volvió a China. En Maracay seocupó, entre 1991 y 2001, de la co-ordinación de Literatura del estado,donde promovió actividades lite-rarias con la cooperación del po-eta Efrén Barazarte.

En 2000 el doctor J. J. Montilla esdesignado embajador de Venezuelaen China, siendo su segundo el exse-

cretario de cultura de Aragua, profe-sor Julio Mora Contreras. “Cuando meenteré hablé con Julio y le pregunté siel nuevo embajador necesitaba unconsejero cultural que hablase chinoy conociese la cultura y aquel país”.Montilla aceptó la propuesta y en ju-nio de 2001 Carrizales era designadoagregado cultural en Pekín.

China a la modaLa China que halló, tras 17 años de au-sencia, lo sorprendió. “Pekín ahoracontaba con modernas autopistas,altos edificios, amplias avenidas. Lagente iba mejor vestida, a la moda”. Elescritor se mantendría hasta 2008ocupado en estrechar los lazos cultu-rales entre ambos países.

Su obra —que abarca diversosgéneros, siendo su preferido la poe-sía en prosa— comprende una de-cena de libros editados entre Vene-zuela y China, así como traduccionesde textos orientales y colaboracio-nes en medios digitales como Letra-lia y Cinosargo. La mirada china haimpregnado, por supuesto, su obra.“La manera de mirar los chinos, eseespecial gusto por los detalles y la ar-monización de los contrastes, ha in-fluido, en algunos aspectos, en mimodo de escribir, dibujar y fotogra-fiar. Me cautiva la forma del razona-miento filosófico de antaño con sucuidado en lo sucinto”.

Culturas que se tocanLa presencia del español en Chinase incrementa cada vez más pese alos prejuicios de los hispanoha-blantes, para quienes el idioma

oriental luce impenetrable. “Hayque reconocer que el idioma chino,sobre todo la escritura de los ca-racteres, es un proceso arduo y di-fícil, mas con constancia y dedica-ción algunos hispanoparlantes hanaprendido a escribir bastante bieny a hablar mejor”, acota.

Las más prestigiosas universida-des chinas poseen facultades de es-pañol. “En algunas facultades de cier-tas universidades prestigiosas, porejemplo la Universidad de Pekín, losestudiantes del último año (cuatro entotal) cursan una materia que se

llama ‘traducción del chino al espa-ñol’, con sus dos variantes: escrita yoral. Yo tuve la suerte el año pasadode enseñar esta materia en la Univer-sidad de Pekín”.

“Traducir literatura china es su-mamente arduo, siempre surgenobstáculos nuevos”, explica Carri-zales, quien sin embargo, lo consi-dera una tarea gratificante, aunqueno bien remunerada. “Siempreexiste la esperanza de que se in-cremente el número de buenos tra-ductores hispanoamericanos de li-teratura china”.

El aragüeño Wilfredo Carrizales se topó undía con la cultura oriental y se propuso comometa irse a vivir a China. Lo logró dos veces

Jorge Gómez Jimé[email protected]

A Carrizales lo cautiva la forma del razonamiento filosófico chino de antaño

Un latino disfruta solitario de las calles asiáticas En la actualidad se dedica a enseñar el idioma chino

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