XENOFOBIA EN EUROPA

Pablo Andrés Castro Granados.Diana Fernanda Cerón AriasJavier David González Ortiz.

XENOFOBIA, UNA PROBLEMÁTICA EUROPEA.

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1. Tabla de contenido

1. Tabla de contenido..............................................................................................2

2. Introducción.........................................................................................................3

3. Xenofobia, una problemática de la relación cultura- espacio..............................3

4. Xenofobia en el imperio Helenístico y Romano...................................................5

5. Xenofobia en la Alemania Nazi, Italia fascista y actualidad.................................7

6. Conclusiones.....................................................................................................13

Universidad Santiago de Cali Página 2


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2. Introducción.

Durante este escrito, se tratara de forma muy general, pero concisa la Xenofobia en

Europa, Inicialmente se construye el concepto, desde diferentes perspectivas, bien sea

la definición, el origen, concepciones sociológicas, Geográficas y psicológicas, para que

después los autores pasmen en este oficio su perspectiva frente a esto.

Una vez claro el concepto, se hace una breve crónica, sobre el concepto de

xenofobia en el mundo, iniciando por las primeras principales civilizaciones europeas,

que se desarrollaron sobre las bahías del Mediterráneo, estas fueron las civilizaciones

en las que se evidencia la xenofobia (Grecia y Roma). Posterior a esto se da un pasó

cronológicamente largo, puesto que desde el feudalismo, Hasta la conquista, se

determinan otros factores económicos los cuales le mermaron la insistencia al hombre

europeo de proteger sus tierras, puesto que ellos eran quienes buscaban sodomizar a

otras poblaciones que denominaban bárbaras.

Después de ese salto cronológico mencionado anteriormente, se trae a colación

aquel renacer de la Xenofobia con la Alemania Nazi, La Italia Fascista y por último una

contextualización del estado de la Xenofobia en la cotidianidad.

3. Xenofobia, una problemática de la relación cultura- espacio.

Primeramente es de vital importancia aclarar el concepto de xenofobia, esto hace

referencia a “Odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros.” (DRAE, 2.013)

Para contextualizar y entrar en materia, esta definición carece de precisión, por eso

es pertinente ir a la raíz etimológica de la palabra <<Xenofobia>> la cual tiene origen

en el léxico griego donde ξενός (Xeno) es equivalente a extranjero o extraño y

φοβία (fobia) = temor.



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Después de establecer con claridad el concepto, es necesario hacer un análisis.

Este concepto, evoca indicios pertinentes sobre la influencia de una cultura en un

espacio, esto se puede apreciar cuando se emplea el concepto de extranjero1 dentro

de la palabra. Además son visibles las aristas de las realidades sociales, donde un

determinado espacio está habitado por una comunidad, la cual se ha desarrollado y

ha determinado su entorno con sus prácticas cotidianas, llevadas a cabo en dicho

espacio, lo cual denomina su cultura. Los inmigrantes, cuya población se moviliza de

un espacio de origen (Pueblo natal) a otro (País emigrado) y con ellos sus atributos

culturales, al llegar a otro entorno, por sus características ya sean fisiológicas o

culturales, lo hacen un ser extraño, frente a la mayoría. A partir de esto surge la

siguiente interrogante ¿como el temor por una cultura extraña puede convertirse en

una problemática?

Dándole respuesta al anterior interrogante, se puede establecer dentro de una

problemática social, debido a que el temor frente a las concepciones humanas se

ha establecido como una amenaza, este grupo el cual se siente amenazado, ya sea

por la falta de garantías sociales, por la natural desconfianza a lo extraño o por el

riesgo de su permanencia cultural, ha generado una reacción indebida frente a esas

amenazas, que es la violencia, es decir, reprimir violentamente todas esas

amenazas las cuales enfrentan su cultura.

Por esta medida violenta, la cual se manifiesta con conductas agresivas ya sean

físicas o psicológicas, manifestaciones que alteran el equilibrio de orden público,

puesto que los actos violentos no solo afectan al agredido y al agresor, sino a quien 1 adj. Que es, o viene de país de otra soberanía.



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rodea, por este motivo la xenofobia es denominado como un problema social,

gracias a las represivas violentas por parte de los temerosos

4. Xenofobia en el imperio Helenístico y Romano.

Antes de entrar en materia sobre las manifestaciones xenófobas en los siglos IV Y V

antes de tiempo, los cuales fueron unos años hegemónicos para las civilizaciones

macedónicas Y el Imperio Romano, estos rigieron en estos siglos, su situación sobre la

que se impone el contexto y el concepto de xenofobia es muy similar, puesto que estas

una civilización, le abre el paso o el camino a la otra geopolíticamente hablando.

Es de vital importancia contextualizar de manera muy global a que se refiere cuando

se trae a colación el Imperio Helenístico.

Fue una gran extensión de territorio dominada por una población originaria de la

península de los Balcanes (Macedonia). Aproximadamente hace 2.850 años. Su vasto

territorio se puede apreciar en la Ilustración 1.

En este imperio, comandado por el macedonio Alejandro Magno, el cual se fortaleció

más que por un matrimonio, una alianza estratégica entre dos élites del Mediterráneo.

En cuanto al

imperio romano,

tuvo su


Ilustración 1- Mapa Imperio Helenístico.

Ilustración 2 Imperio Romano.


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jurisprudencia en un vasto territorio, en una época muy inmediatamente se finaliza el

auge Helenístico, Su población original, provenía de los latin vetus, población que se

formó a la rivera del Tiber y logró un territorio más generoso y grande que el de los

macedonios Ver Ilustración 2.

Una vez claro el contexto de estas poblaciones, recordando que la Xenofobia se

ejerce desde el temor a un invasor a determinado espacio, en estas poblaciones era

evidente la Xenofobia, la cual tiene los primeros índices de segregación y violencia,

actitudinal y verbal, pero fue violenta, con el calificativo que le daban los hegemones

(Fueran Romanos o Helénicos) a todos aquellos que no adoptaran su cultura y

costumbres les llamaban barbaros, puesto que esas lenguas “Extrañas” le oían como –

Bar, bar, bar…-. De esta manera se puede apreciar como evadían la diversidad.

Estos pueblos Barbaros, de culturas ajenas a las macedónicas o romanas,

empezaron a ser temidas por su alto poderío militar, Por eso la violencia pasó a ser

humana, puesto que de esta manera se dio inicio a guerras las cuales tenían como

propósito el exterminio de esas culturas ajenas, las cuales terminaban en invasiones

mortales, esclavos producto de la diversidad cultural, un cambio en las divisiones

políticas y el exterminio de rasgos culturales diversos a los greco-romanos. Esto se

logra evidenciar en las guerras púnicas, las guerras macedonias. Las cuales fueron por

demostrar la fuerza de una cultura, eso trajo muchas muertes en nombre de la

protección de la autóctono y la eliminación de los entes culturales que traía el

extranjero. Dejando esclavizados a los perdedores que por ley de la divina procedencia

como diría Garzón, les toco nacer allí.



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5. Xenofobia en la Alemania Nazi, Italia fascista y actualidad.

Por otra parte, en setiembre de 1938, con miras a un acercamiento ideológico con el

Tercer Reich, Mussolini impuso leyes xenófobas en Italia, destinadas a recortar

derechos civiles a la población de origen judío de modo similar a las Leyes de

Núremberg emitidas en Alemania. A pesar de no haberse manifestado antisemitismo

del gobierno fascista en los años anteriores, desde noviembre de 1938 los judíos en

Italia (que sumaban menos del 0,5 % de la población total), fueron blanco de

discriminación oficial y expulsados de la administración pública, del Partido Fascista, y

del ejercicio de diversas profesiones (especialmente en banca y finanzas), siendo

impedido su libre acceso a la educación superior.

Pese a la persecución oficial y el discurso oficial de "defensa de la raza", numerosos

judíos fueron "arianizados" (reconocidos formalmente como "arios italianos") para eludir

la discriminación, incluyendo en este grupo a judíos veteranos de la Gran Guerra,

militantes fascistas de vieja data, o combatientes en la guerra de España. Dentro de las

"leyes raciales" se impusieron también limitaciones a la población de etnia

afrodescendiente del imperio colonial italiano impidiendo su libre asentamiento en la

metrópoli, exigiendo especialmente que los italianos "vinculados a súbditos coloniales"

(usualmente militares con parejas e hijos africanos) no se asentaran en Italia con ellos.

Del mismo modo, al estilo del nazismo alemán, se teorizó sobre la existencia de una

"raza italiana" en la propaganda del régimen.



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Ya en cuanto a lo que por xenofobia se conoce en el periodo histórico de Alemania

conocido como la Alemania nazi, si bien se sabe que hubo total represión a la condición

integral, personal y humana a los inmigrantes de origen gitano que provenían en su

mayoría de los países de Europa del este, lo que por antonomasia distingue las

tendencias xenófobas de la Alemania nazi, es sin duda alguna, el antisemitismo, esto

gracias a que por ejemplo y en comparación con la persecución que hubo hacia las

personas de convicción comunista o a las personas homosexuales, discapacitadas y

como se mencionó anteriormente, a los pueblos gitanos, las políticas antisemitas del

régimen nazi eran tan radicales e inhumanas que conllevaron a uno de las mayores

barbaries en la historia de la humanidad conocida como el holocausto nazi, la

conspicua característica de la magnitud que alcanzo dicho genocidio, se debe a la

estimación de 5,721.500 de judíos que murieron asesinados en los países que

estuvieron bajo el dominio del tercer Reich.

Para poder explicar de mejor forma este fenómeno, es necesario saber y entender

cuál fue el leitmotiv detrás de las acciones xenófobas de esta vicisitud adversa la cual

se encuentra en que para Hitler, por ejemplo, los comunistas eran enemigos de la

nación alemana. Pero había un enemigo mayor aún que se fusionaba con ese y con los

otros posibles: los judíos. Partiendo de una concepción racista, desde principios de los

años veinte Hitler fue reconstruyendo un estereotipo racial del judío, a partir de las

teorías de Walter Darré, Alfred Rosenberg, Spengler (Siglo XX), Houston Stewart

Chamberlain y el conde de Gobineau (Siglo XIX).



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Los judíos encarnaban, para Hitler, todos los males que aquejaban a la nación

alemana (no judía): eran los proletariados agitadores, los financistas avaros y los

grandes industriales que exprimían al pueblo alemán; eran la prensa que difamaba a la

nación, y también los débiles y corruptos parlamentarios cómplices de los humillantes

tratados de paz y de la debilidad de la nación. Eran, en síntesis, el enemigo racial, que

desde el interior corrompía y contaminaba a la nación, debilitándola.

El judío era el enemigo absoluto que tanto necesitaba el sistema totalitario para la

movilización política y social, así como para distraer la opinión pública de los propios

problemas.

En 1935, las leyes de Núremberg privaron a los judíos de la ciudadanía alemana y

de todo derecho. Se les prohibió el contacto con los arios y se les obligó a portar una

identificación. Las leyes afectaban a todos aquellos a quienes el Estado definía

racialmente como judíos. Continuaron la violencia y el acoso de las SS y de la policía a

los judíos, produciéndose masivas emigraciones.

Luego siguió una segunda fase de expropiación, caracterizada por la "arianización"

de bienes, los despidos y los impuestos especiales.

En 1938 se les prohibió a los abogados y médicos judíos el libre ejercicio de sus

profesiones y se obligó a que los que tenían nombres de pila no judíos que

antepusieran los de "Sara" o "Israel" a los propios, para la identificación en los campos

de trabajo y en los mismos ghettos). El resultado, distinguirlos. En noviembre,



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esgrimiendo como excusa el asesinato de un diplomático alemán en París a manos de

un joven judío, fueron atacados por miembros de las SS, en lo que se llamó la "noche

de los cristales rotos". El resultado fue de tal magnitud que el mismo Estado hubo de

restaurar el orden que él mismo había perturbado. Los judíos fueron considerados

globalmente responsables del ataque y obligados a reparar los daños, a indemnizar al

Estado alemán por los destrozos y a entregar el dinero recibido a compañías de

seguros. Se los excluyó de la vida económica, se les prohibió el acceso a las

universidades, el uso de transportes públicos y el frecuentar lugares públicos como

teatros o jardines. Adicionalmente ese momento marcó el comienzo de un programa

organizado de internamiento de los judíos en campos de concentración: en un

telegrama de instrucciones firmada por Reinhard Heydrich — marcado “Urgente y

secreto” — en preparación a la Kristalnacht se establece (punto 5): "Tan pronto como el

curso de los eventos durante esta noche permita el uso de los oficiales de policía

asignados para este propósito, serán arrestados tantos judíos como sea posible

acomodar en los lugares de detención de cada distrito. —especialmente judíos ricos.

Por el momento solo serán arrestados judíos varones en buen estado de salud, de edad

no muy avanzada. Inmediatamente que el arresto tenga lugar, se contactara el campo

de concentración adecuado para ubicar a los judíos tan rápidamente como sea posible

en esos campos....". — esos campos en realidad eran “campos de trabajo forzado” en

los cuales se explotaba a los internados hasta la muerte.

Finalmente, los judíos fueron concentrados en guetos (barrios especiales donde

vivían hacinados) o en campos. A esto seguiría la esclavización y el exterminio durante



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la guerra. Los campos de concentración, inicialmente destinados a la prisión preventiva

de "enemigos del estado" (por ejemplo: comunistas y social demócratas), se

convirtieron en lugares de trabajo forzoso, para experimentos médicos y para la

eliminación física de judíos, gitanos, homosexuales y discapacitados.

A pesar de que para los parámetros morales y jurídicos internacionales de la

actualidad la xenofobia sea cual sea su matiz no es mas que el reflejo del atraso social

e incluso, para la concepción académica, remembranzas de ideologías, sentimientos y

movimientos políticos del pasado que lo único que inspiran es vergüenza ajena hasta

convertirse en tabú como los que aquí en este ensayo se han expuesto, es paradójico

y sorprendente saber que el modelo actual de xenofobia europea ahora por muy poco,

es preocupante, debido a que hoy en día en la conciencia de la mayoría de los

europeos, persisten sentimientos arraigados en ideologías fantasmas que están

viciadas de postulados decimonónicos, permeados por el colonialismo, el nacionalismo,

el evolucionismo y peor aún, de fascismo y nacional socialismo.

Las razonas de lo que aquí se afirma, se encuentran en que en la última década los

casos de xenofobia en el Viejo Continente han ido en aumento. En España día a día

maltratan y echan a miles de inmigrantes provenientes de África que buscan suerte,

pero también se toman el gusto de discriminar y mandar de vuelta a turistas de América

Latina, por más que tengan los papeles necesarios para ingresar al país. Testimonios

de personas que fueron encerradas 48 hs. en un cuarto del Aeropuerto de Barajas sin



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teléfono ni derecho a un abogado, y que luego de ese tiempo fueron enviados de vuelta

a su país, han dado vueltas en todos los medios de comunicación.

Italia es otro caso de xenofobia. Desde que asumió Berlusconi, las políticas

fronterizas son más duras, convirtiendo a ese país como uno de los más complicados

para ingresar. Pero Francia se está llevando todos los premios en lo que al tema refiere:

la discriminatoria ley que sacó el gobierno de Sarkozy para prohibir el uso de

vestimenta árabe en las mujeres, desató polémica y cruces en la sociedad y en los

partidos políticos. La persecución a los gitanos también es frecuente en el país

francófono, y ahora los medios se hicieron eco del bloqueo al barco proveniente de

Italia que intentaba ingresar con inmigrantes tunecinos. Mientras la Unión Europea

apoya la decisión del gobierno francés de haber cerrado la frontera temporalmente, la

discusión sobre las políticas inmigratorias vuelve a abrirse.

Claro está que la solución no es echar a los inmigrantes, aunque también, para

tratar de ser objetiva, las condiciones económicas de los países europeos no son las

mejores, y buscan evitar el ingreso de personas que más que hacer turismo y consumir,

van a buscar trabajo. Pero tampoco se busca una solución alternativa, como abrir el

diálogo con el país de donde provienen los inmigrantes para trabajar a la par y buscar

una solución.



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6. Conclusiones.

Las versiones actuales de xenofobia expresadas en la Udalbiltza que niega los

derechos cívicos a los no independentistas o en El Ejido que instaura un nuevo

esclavismo, podemos dejar de interpretarlas como diversas manifestaciones de

intolerancia, inherentes a todo nacionalismo que se construya consagrando su propia

identidad enfrentada a los de los demás y no significando como valor superior, la

persona, el ciudadano, con sus propias y diversas identidades. La xenofobia, que no es

exclusiva del nacionalismo, anida precisamente con fuerza en aquellos nacionalismos

que para su construcción anteponen su identidad frente a los valores universales

democráticos, frente a la diversidad inherente a la condición humana y frente a la vida,

principio de cualquier derecho y libertad fundamental. Desde esta matriz de la

intolerancia xenófoba es posible comprender la barbarie cultural de los talibanes en

defensa de su integrismo religioso, hasta el crimen terrorista, el genocidio camboyano o

el Holocausto. Es una cuestión de procesos sociopolíticos, acompasados de una

profunda quiebra ética de la sociedad, lo que abre la puerta a la limpieza étnica para

seguir escalando los peldaños del horror.

Por todo ello y alguna razón más, resulta urgente sobre todo en el plano educativo,

combatir la tendencia a presentar el respeto a la diferencia de identidad como un valor

absoluto, evitando a su vez la uniformización, y defender el universalismo plural como el

mejor antídoto frente a las derivas totalitarias y xenófobas que siempre amenazan la

convivencia democrática.


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