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Yolanda Dominguez Ferrer
Grafopsicóloga en Orientación Familiar y Profesional por la Universitat Autònoma de Barcelona
ADOLESCENTE CON BLOQUEO AFECTIVO Y POSIBLE TRASTORNO OBSESIVO
1- Introducción:
Alba, 15 años.
Hija única. Sin enfermedades en historia clínica. Diestra.
En el momento de pasarle las pruebas proyectivo-gráficas para el presente estudio, Alba está
cursando cuarto de la ESO. Debe decidir el tipo de bachillerato que va a estudiar y tiene dudas;
manifiesta interés por el bachillerato social.
Participa en un voluntariado con una organización benéfica de su barrio dando clases de
matemáticas a niños de primaria que no pueden permitirse clases de refuerzo. Alba dice que le
gusta estar con los niños. Hablamos, junto con su tía, sobre la posibilidad de realizar algunos
estudios relacionados con la enseñanza; su tía me dice que a Alba le gustaría ser profesora, que
es una de las opciones en las que ha pensado; cuando su tía le pregunta a la niña para que
confirme ella misma esta información, ésta se muestra tímida, como intentando escoger lo que va
a decir, titubea bastante y, cuando al fin responde, parece quedarle algo por decir, como si tuviera
la sensación de que lo que ha dicho no fuera exactamente lo que quería. Esta actitud se
mantendría a lo largo de toda la entrevista y veremos en este estudio el grado y la importancia de
este detalle de inseguridad que, más allá de las características propias de la adolescencia, en este
caso, puede incluso llegar a ser paralizante.
Hechos familiares:
Los padres de Alba están separados desde que ella tenía 6 años. Por lo que refiere su tía, parece
que a la niña le costó mucho hacerse a la idea: “tal vez fuera porque su padre rehizo su vida muy
pronto después de la separación de su madre, y ella eso no lo entendía. No aceptaba a la nueva
pareja de su padre”.
Alba vive con su madre y pasa un fin de semana cada 15 días con su padre. Sus padres sólo
hablan cuando es estrictamente necesario; mantienen la comunicación en lo que refiere a los
asuntos de Alba, pero nada más.
La madre de Alba es patronista y su padre es informático.
A pesar de que Alba vive con su madre, tiene más relación con la familia paterna que con la
materna; está unida a los hermanos de su padre y a su abuela paterna (el abuelo murió) y no
mantiene apenas relación con el hermano de su madre ni con sus abuelos maternos.
Me cuenta la tía que el padre de Alba es conocido entre la familia como “Don Perfecto”: “le gustan
las cosas a su manera. “Él dice que todo tiene que estar perfecto, que las cosas se tienen que
hacer bien. La verdad es que es muy exigente con Alba. Él quiere que la niña haga las cosas bien;
está muy encima de ella, demasiado. Es muy obsesivo”.
El padre de Alba la ha matriculado en un centro Kumon de aprendizaje, donde recibe clases de
matemáticas bajo este método japonés que exige un papel muy activo de los padres en la
supervisión de las tareas diarias de los alumnos.
2- Metodología:
La metodología aplicada en el estudio de Alba incluyen las siguientes pruebas:
• Test de la Constelación Familiar con círculos.
• Test del Dibujo de la Figura Humana (DFH) de Machover.
• Grafonomía del texto escrito
Antes de comentar las pruebas pasadas a Alba cabe hacer unas cuantas observaciones globales
respecto a la realización general de los tests.
En cuanto al material utilizado, se le proporcionan diversos instrumentos de escritura y, entre
todos, ella escoge lápiz y goma de borrar. Además, emite una explicación explícita sobre ello sin
que se le haya preguntado: “lo tengo que hacer con lápiz porque sino no voy a poder borrar, y si
no puedo borrar…”.
Durante todo el ejercicio borra sin parar, tanto en los dibujos como en el texto escrito; incluso
borra su firma y la vuelve a repetir. En el caso de la firma, cuando le pido que la haga tras cada
dibujo, se niega diciendo que no puede hacerla sin antes practicar; llega a pedirme permiso para
ensayar su firma en un papel a parte, pero yo la incito a que la haga sin ensayarla, y veo como
Alba lo pasa realmente mal y presenta muchos ángulos en la rúbrica.
Invierte un tiempo considerable para hacer cada dibujo.
El Dibujo 3, que corresponde al Yo Consciente, es en el que más rectificaciones hace y el que le
queda más sucio al final. Durante toda la prueba borra tanto que tengo que limpiarle las virutas de
goma varias veces.
No quiere que la observe mientras lleva a cabo la actividad. Parecía que la niña sufría mientras
realizaba los dibujos, en lugar de tomarlo como una actividad divertida.
El tiempo total invertido es de casi 3 horas.
Tras estos comentarios generales, paso a mostrar y comentar los resultados de las pruebas.
• Test de la Constelación Familiar con círculos:
Consigna: “Dibuja a tu familia usando un círculo para cada uno y luego le pones una flecha que
indique hacia dónde está mirando cada miembro y su nombre para saber quién es quién”.
Alba comprende la consigna a la primera y me pregunta: “¿Yo me tengo que dibujar más
pequeña?”; “Dibújalo todo como tú quieras”, le digo.
Resultados (imagen a tamaño real): Alba dibuja primero a su madre a la izquierda del papel,
luego a su padre a la derecha y, al final, se dibuja ella con un círculo más pequeño que el de sus
padres, que son del mismo tamaño. Se sitúa a sí misma en medio de sus padres.
La constelación que ha dibujado está situada en la parte superior del papel.
Cuando ha terminado me pregunta si ha de dibujar a sus abuelos, tíos y tías; le digo que puede
hacerlo si quiere y entonces hace la familia paterna primero en forma de circulitos que miran al
padre y luego, manifestando que tiene menos contacto con la familia de su madre, los dibuja
también, como por ser ecuánime, y los círculos le salen más pequeños que los de la familia
paterna.
El círculo que la representa a ella está bastante reseguido. Antes de acabar hace una corrección,
verbalizando algo en el sentido de dejar el dibujo lo más correcto posible; borra las flechas de la
familia paterna, que miraban al padre, y las hace mirando hacia ella.
Al mirar la constelación principal da la sensación de que los padres están separados por la hija.
Cuando le pregunto hacia dónde mira cada uno, Alba se da cuenta de que todos la miran a ella y
lo verbaliza: “menos yo, que miro hacia abajo”. Como veremos, en los DFH todos los personajes
también miran hacia abajo.
La flecha de la madre mira hacia ella más directamente; la del padre mira algo más hacia abajo,
aunque Alba manifiesta que la mira a ella.
Interpretación:
Los diferentes tamaños que utiliza para simbolizar cada miembro de la familia nos indican que
tiene una correcta representación interna del rol representado por cada uno; tiene claro el rol de la
madre y el que desempeña el padre que, en este sentido, es algo más material que la madre, a
pesar de que la adolescente tiene claro que su padre cuida de ella. Se podría decir que tiene una
correcta integración de lo masculino y lo femenino, lo masculino más material (flecha del padre
mirando hacia abajo).
En efecto, ella se ha representado con un círculo más pequeño que los de sus padres, lo que
muestra que tiene claro que ella ha llegado después al sistema familiar, y no sustituye a ninguno
de sus padres tras la ruptura de éstos.
Lo que más llama la atención de la representación, es que Alba está situada en el medio del
subsistema de la pareja rota. Por lo tanto, aunque no ejerce el rol inconsciente sustitutivo de
pareja ni para el padre ni para la madre, sí siente que es una pieza que está separando a sus
progenitores. Alba se ha situado en un lugar de la constelación que no le corresponde pero en el
que inconscientemente se siente: separando a los padres (observar la distancia considerable
entre los círculos de los padres y Alba invadiendo ese espacio que queda entre medio).
El hecho de que haya dibujado su constelación en la parte superior del papel puede ser indicativo
del plano ideal en el que ha concebido su familia nuclear, es decir, no la ha situado en el plano de
su realidad.
• Dibujo de la Figura Humana:
Consigna: Dibuja una persona, la que tú quieras y cómo tú quieras.
Alba comienza a dibujar verbalizando diversas inseguridades; dice que es difícil, que no le va a
quedar bien, que no dibuja bien y que lo más difícil de dibujar es el pelo. Insiste mucho en el pelo
y dibuja un chico en primer lugar manifestando, al final, que ha hecho un chico “porque es más
fácil… como los chicos tienen el pelo corto…”.
Dominantes observadas (imágenes tamaño real):
1. Primero dibuja un chico.
2. Dibujos bien proporcionados y elaborados de forma normal, comenzando por la cabeza.
3. Las figuras están situadas en el centro del papel, en la zona del Yo, aunque ligeramente a
la izquierda; la tercera figura, la del Yo Consciente, está un poco más a la izquierda que las
otras dos, no demasiado.
4. El trazo es bosquejado (líneas rotas para los contornos) y con continuos borrones,
correcciones y reseguidos. El bosquejo es en general, no se limita a una parte concreta del
cuerpo o la cabeza.
5. Las figuras aparecen rígidas, como robots, con los pies mirando en dirección opuesta, así
como los pulgares, todo ello con una postura poco natural.
6. Formas angulosas.
7. Ojos grandes.
8. Todas las figuras miran hacia abajo (igual que en el test de los círculos, con la flecha hacia
abajo).
9. Orejas repasadas por encima del pelo en el Dibujo 3.
10. Mucha insistencia en el pelo, que realiza con muchos trazos repetitivos (obsesivo); lo
manifiesta varias veces de forma explícita: “el pelo es lo más importante de todo”.
11. Hombros anchos; manos pequeñas.
12. El Yo consciente tiene zapatos mientras que los Dibujos 1 y 2 van descalzos; cuando al
terminar el Dibujo 1 le pregunto qué le falta al personaje que ha dibujado para estar mejor,
contesta lo siguiente: “le faltan las cejas y los zapatos, pobre”; después inventa que está
en la playa como para arreglar el olvido de los zapatos; parece como si sintiera que ha
cometido un error al olvidarse de dibujar los zapatos y las cejas después de haber estado
tanto rato realizando la tarea.
13. El Yo Consciente le queda más emborronado que ninguno, sobre todo la cara
(emociones), donde las pupilas quedan borradas, quedando dentro de los ojos sólo los
rastros de pupilas borradas una y otra vez; ha cometido un olvido después de haber
realizado tantos intentos. De igual forma, se le olvida completar un zapato de la misma
figura.
Interpretación:
Se trata esta interpretación de extraer aquellos rasgos de inseguridad que van más allá de lo que
es típico de la adolescencia.
El dibujo de una primera figura (yo inconsciente) de sexo opuesto al suyo muestra que Alba tiene
un concepto de lo masculino como más sencillo que lo femenino. A nivel interno se ve a sí misma
(o quisiera ser) más sencilla de lo que tal vez siente que el entorno social le exige como chica.
Algunos rasgos que muestran esta interpretación son, por ejemplo, la importancia que da la
adolescente al pelo como símbolo de la feminidad —“he dibujado un chico porque es más fácil
que una chica… por el pelo”—; para ella, es como si los chicos lo tuvieran más fácil porque no
tienen que tomar tanto cuidado como las chicas en su aspecto físico y de vestimenta (aquí
observar el Dibujo 3); también dibujos de las figuras femeninas más detallados con elementos
simbólicos de la coquetería femenina como las pestañas y complementos de la ropa, sobre todo
en el Yo Consciente.
Detalles como las orejas repasadas por encima del pelo en el Dibujo 3, y los ojos de gran tamaño
y bien detallados que presentan las figuras, nos muestran la importancia típica otorgada en la
adolescencia a la opinión de los demás sobre la propia imagen.
Alba muestra curiosidad hacia el mundo exterior, las relaciones sociales y las personas, poniendo
su foco de atención a aquellas cosas que refieran a su persona, con temor a percibir posibles
mensajes de rechazo por parte de los demás. Continuamente busca a su alrededor referentes
para situarse de forma que se sienta adaptada a su medio social. Los ojos mirando hacia abajo
pueden indicar que evita el protagonismo directo; vive en el presente, centrándose en su día a día
y buscando el contacto social, buscando su lugar dentro de su medio, pero huye de ejercer un
protagonismo demasiado directo a nivel social porque no se siente segura, por eso no mira
directamente al frente.
Las dimensiones medias tirando a grandes de los personajes que dibuja Alba, así como la
posición en el papel, más o menos normal si achacamos a la adolescencia el hecho de que sitúe
las figuras un poco a la izquierda (hacia la madre y los lazos familiares), nos hablan de una
persona con un buen dominio de sí misma.
El dominio parece ejercerlo sobre la parte emocional y lo hace de una forma excesiva y
bloqueante (figuras robot).
Nos hablan de control rasgos como el cuello bien dibujado y el mentón puntiagudo, así como las
formas angulosas que le salen con esa tendencia que tiene a destacar los contornos repasando
una y otra vez. Si bien por un lado este control favorece la tenacidad, la voluntad y perseverancia
para conseguir los objetivos personales, por otro lado le supone una falta de espontaneidad, de
inmediatez e improvisación (figuras como robots), y puede deberse a una educación basada en el
orden y el auto control (Crotti y Magni, 2007).
Los hombros anchos y bien marcados, y las piernas bien dibujadas, nos dicen que hay una buena
energía vital, estabilidad y dinamismo, con buena capacidad y buen potencial para tomar
decisiones, aunque todavía le falta adquirir seguridad en su propia ejecución de las cosas a juzgar
por las manos pequeñitas.
Al comparar el Dibujo 1 (Yo Inconsciente) con el Dibujo 3 (Yo Consciente) vemos que este último
consta de bastantes más accesorios que el primero, destacando los zapatos. Ello nos muestra
que Alba necesita sentirse segura a la hora de acometer sus objetivos, pero a nivel interno no se
siente así y hace grandes esfuerzos por no parecer insegura. Tanto es así, que esta necesidad le
causa una angustia que pasa de restarle espontaneidad a paralizarla.
Hay un bloqueo importante que no la deja avanzar de forma fluida más allá de la etapa vital en la
que se encuentra, y se resume en dos grandes aspectos: la necesidad de perfección, de no fallar,
y la represión de la parte emocional y afectiva.
Veamos con más detalle los rasgos en que se traduce esta inseguridad paralizante.
Los trazos rotos a cada instante (bosquejo), las numerosísimas correcciones, reseguidos,
borrones, interrumpen la actividad que ha de realizar de manera que le resulta muy difícil dar un
dibujo por terminado. La necesidad del máximo control posible que se traduzca en un dibujo
perfecto —es decir, en la perfección en cualquier cosa que haga—, le hace sufrir en gran medida,
porque la perfección no existe nunca para ella. Tiene que invertir mucho tiempo en las cosas por
el deseo de hacerlo muy bien y ello le impide avanzar porque vuelve una y otra vez a comprobar y
repasar lo que ya ha hecho.
Además, podemos observar cómo los pies miran en distinta dirección, indicando que hay muchas
ocasiones en las que no sabe hacia dónde tirar.
Los signos de angustia apuntan a un posible trastorno obsesivo.
Respecto al aspecto emocional, destaca el rostro dibujado en el Yo Consciente. Ha borrado tantas
veces los elementos de la cara (las emociones) que al final me entrega el dibujo con la cara
inacabada, borrada, sobre todo los ojos, las pupilas. Es como si al final se cansara de intentar
discernir lo que pasa en su interior y lo que pasa en su entorno a nivel emocional y deja el dibujo
emborronado, como su visión de este tipo de cuestiones de su entorno y de sí misma.
Se muestra aquí un conflicto que parece tener su causa en la falta de integración de la parte
emocional con el potencial mental y de ejecución que tiene Alba. Hay un bloqueo entre la
emoción y la acción, entre el ánima y el ánimus, entre la madre y el padre.
Hay algo que no ha sabido digerir (observar cómo en el Yo Consciente no hay mentón porque lo
ha borrado, y la cara se comunica con el cuello). Es probable que tenga que ver con las
emociones sentidas en la separación de los padres. Tal vez por el hecho de haber pasado mucho
tiempo desde la separación de los padres, se hubiera dado por sentado en el entorno familiar y
también por la misma adolescente, que todas las cuestiones relativas al sub-sistema roto de la
pareja separada, los nuevos sub-sistemas formados por cada uno de los progenitores con sus
respectivas nuevas parejas y el lugar que cada uno debe ocupar, quizá, digo, se ha asumido que
la niña ha sabido colocar todo eso en su interior en el transcurso de su desarrollo psicoafectivo
hasta la edad presente.
Sin embargo, se aprecia en los dibujos cómo hay ocasiones en las que la adolescente no sabe
hacia dónde tirar, hacia la madre o hacia el padre. Es posible que, aunque no se den situaciones
conflictivas explícitas en la familia, Alba sienta, de forma subjetiva, que algunas situaciones le
crean conflicto interno entre padre y madre (observar la posición que toma en la constelación con
círculos). Así, si es cierto que se ha dado por sentado que la niña tiene todas estas emociones
asumidas y bien situadas, es probable que ella no sepa qué tiene que hacer con esos conflictos
no resueltos que siguen estando en su interior de una u otra forma. Lo que ocurre es que su
realidad interna (ojos en blanco, borrados) es de confusión en lo que respecta a la gestión de las
emociones y su mecanismo de defensa es prescindir de toda vinculación afectiva; puede tomar
decisiones, expresar sus ideas y actuar hacia sus objetivos con ánimo alegre y optimista, tal como
muestra la expresión de las caras y las líneas ascendentes de la muestra manuscrita que veremos
más adelante, pero todo ello prescindiendo del contenido emocional y afectivo (Vels, 1995).
• Grafonomía del texto escrito:
Dominantes observadas:
1. Redonda: adaptabilidad a personas y situaciones; persona que no gusta de
confrontaciones ni conflictos.
2. Predominio de la zona media: lo importante para ella son los contactos sociales,
lo inmediato, lo cotidiano, el presente.
3. Letra lenta y monótona, con marcado predominio de la forma sobre el
movimiento + Desligada estática: falta de espontaneidad, inseguridad y
emotividad estancada, que no vibra; necesidad de control excesiva que dificulta el
avance.
4. Invertida + arcadas + óvalos cerrados: reserva todo lo que tiene que ver con sus
sentimientos y no los muestra. No se deja influenciar; persona con criterio propio.
5. Algunos óvalos presentan ligero ángulo en la base que los hace menos
redondos de lo que parecen a simple vista (en la “o”, en la “b”, en la “p” y a
veces en la “a”): persona tenaz, con voluntad, resistencia y firmeza de carácter
para mantener sus propias ideas.
6. Letra mediana: madurez respecto a las propias capacidades; capacidad de ver las
cosas de forma objetiva.
7. Mayúsculas pequeñas: no busca atención expresa de los demás hacia sí, más
bien prefiere pasar desapercibida.
8. Letras fragmentadas: separa la parte emocional de la parte práctica.
9. Margen izquierdo estrechándose ligeramente + margen derecho con
presencia de bolsas + poco espacio entre letras y adosados: miedo a avanzar
y búsqueda de lo conocido como referencia.
10. Letra “t” en peana: necesita un apoyo para afirmarse.
11. Espacios entre líneas muy regulares, casi rígidos: se esfuerza mucho por
mantener el control sobre sus estados anímicos.
12. Retoques + reseguidos + óvalos pinchados: necesidad de hacerlo bien con
excesiva autoexigencia que causa angustia.
* Observar aquí el rasgo peculiar de la letra “a”: parece fragmentada, pero al
analizarla con la lupa, se observa cómo empieza el óvalo a la derecha, lo dibuja en
sentido contrario a las agujas del reloj y, luego, hace un gesto reseguido, parecido
al que se efectúa cuando se hace una guirnalda, constituyendo en ocasiones, este
gesto, un pinchazo del óvalo.
13. Chimeneas: el exceso de control hace que esta letra necesite respirar por algún
lado; presencia de angustia interior.
14. Jambas pronunciadas, sobre todo la de la “y”, a menudo con ángulo en el
bucle: necesidad fuerte de materializar, lo que a menudo le lleva cierto sufrimiento
(ángulo).
15. Hampas cortas, algunas reseguidas para hacerlas más largas: otorga mayor
importancia a la parte práctica de la vida y la materialización de la misma y no pasa
excesivo tiempo en cuestiones imaginativas que no tengan esta parte práctica.
16. Firma a la izquierda, tendiendo al centro; no coherente en legibilidad y nivel
de angulosidad con el texto; con ángulo a la izquierda y disparo en diagonal
ascendente que pasa por encima del cuerpo de la firma; con varios
reseguidos; con una inicial mucho mayor a las mayúsculas del texto y con
punto final.
Interpretación:
Persona con un gran potencial de constancia y esfuerzo para avanzar hacia aquello que se fije
como objetivo. Es responsable y le gusta que las cosas estén bien hechas. Asimismo, parece un
rasgo de su carácter el no dejar de lado su propia manera de pensar para dejarse llevar por
aquello que dicte la “mayoría adolescente” (en este caso), a pesar de que, en cierta medida y de
forma inevitable, se ve inmersa en esa etapa en la que lo social cuenta tanto, pero no buscará
conflictos; si no está de acuerdo con algo, se adaptará conservando para sí su visión de las cosas
(redonda, arcada, invertida, óvalos cerrados).
Tiene gran necesidad de materializar cosas, de hacer cosas que le reporten gratificación por
medio de la acción, pero una gratificación que tenga un alto componente práctico y material; por
ejemplo, puede que a la hora de elegir unos estudios con los que encaminar su vida profesional, lo
haga teniendo en cuenta las salidas en el mundo laboral que pueda tener aquello que vaya a
cursar; es decir, es probable que no escoja estudios muy teóricos y poco prácticos en la vida real,
con los que no se pueda asegurar de que lo que haga le vaya a proporcionar un empleo, un
sueldo, una seguridad (jambas pronunciadas, sobre todo la “y”, predominio de zona media). El
bachillerato social, la opción que tiene pensada para cursar, parece muy adecuado para ella. Es
muy posible que le interesen, en el futuro, profesiones en las que pueda estar con la gente, en
contacto humano (predominio zona media).
En su interior, se siente con más capacidades de lo que los demás le reconocen o le ven de cara
a lograr cosas en la vida, y quiere mostrarles a todos que puede hacerlo, cualquiera que sea su
objetivo; pero sufre por su deseo de perfección que, para ella, nunca logra (firma con inicial más
grande que las mayúsculas del texto y con latigazo en diagonal ascendente, ángulos en las
jambas, retoques, reseguidos y firma tachada). Sin embargo, a pesar de sentir que tiene
capacidades, no despega los pies del suelo, no es una adolescentes con ambiciones
desproporcionadas a sus habilidades reales; más bien refleja una buena coherencia interna entre
su ambición y su potencial para lograrla (letra mediana).
Otorga una gran importancia a las relaciones personales, siempre en aquello que hace referencia
a ella (en esta etapa del ciclo vital), y tiene mucha inquietud interna respecto a lo que los demás
pensarán de ella y a la imagen perfecta que quiere dar a los otros (predominio zona media, letra
apretada, algunos palotes de la “t” terminan en cuchara, adosada, firma con gestos regresivos); en
este sentido, todo el tiempo parece estar buscando referentes con los que compararse y en los
que apoyarse a la hora de lograr eso tan importante en esta etapa: sentirse adaptada dentro del
grupo (margen izquierdo estrechándose, adosados, letra “t” e “i” en peana).
Ahora bien, en este punto, en las relaciones personales, nos encontramos con el bloqueo de Alba.
Es una persona sociable en lo que respecta a estar en contacto con los demás, le gusta estar con
gente, aunque reserve sus propias ideas y huya de ser el centro de atención dentro del grupo
(predominio de zona media, mayúsculas pequeñas); puede manifestar lo que piensa, actuar,
escuchar. Pero para relacionarse con personas hace falta la parte emocional de la que ella está
prescindiendo (letra monótona, sin detalles que aporten vibración), algo en lo que, además, se
reafirma (letra “t” firme y, en ocasiones, con la barra convexa, y firma con punto final). Se empeña
en este mecanismo porque le funciona a la hora de mantener ese control que tanto necesita en
otros aspectos, para intentar satisfacer su gran auto exigencia (espacio interlínea muy regular,
letra muy dibujada, óvalos pinchados, ángulos en jambas y óvalos).
Es posible que la inquietud y la angustia interna con las que convive Alba a nivel inconsciente
(apretada, chimeneas) y que le impiden a penas avanzar, funcionando como si diera un paso
adelante y dos hacia atrás para comprobar (lenta, estática, predominio de la forma sobre el
movimiento, bolsas en margen derecho, firma a la izquierda), le vengan del enorme conflicto que
le debe suponer su gran necesidad de control en contraposición con su gusto por estar con gente,
integrada en un grupo de personas, porque las personas tienen emociones y exigen emociones, y
sobre esto Alba no puede ejercer su control. Por eso prefiere relacionarse de una forma que no le
suponga mostrar afectos, pues lo contrario le angustia mucho.
Mantener el equilibrio entre control y emoción le supone mucha energía.
3- Conclusiones y Consejos:
Parece que el tipo de educación recibida le haya proporcionado a Alba unos buenos valores de
base sobre el auto control, la responsabilidad y el dominio de sí misma, la tenacidad y
perseverancia hacia objetivos materiales, pero en contrapartida, todo esto tan bueno para Alba, ha
propiciado, sin querer, una interpretación errónea por parte de la niña de que las emociones
deben ser apartadas.
Hipótesis: El sentimiento doloroso de la separación temprana de los padres pudo hacer que la
niña Alba desarrollara una necesidad de tener el control que no pudo ejercer para evitar la ruptura
del sistema familiar. Esa culpa le hace empujar las emociones hacia el inconsciente y puede estar
propiciando un trastorno obsesivo en la adolescente Alba, con el que compensa la falta de control
a nivel emocional por medio de una ejecución material utópicamente perfecta.
Presenta una excesiva necesidad de control.
Sin duda, todo lo que le mueva emociones a esta adolescente, debe desconcertarla mucho y
crearle mucha angustia. Teniendo en cuenta la etapa clave del ciclo vital en la que se encuentra,
en la que se cristaliza la personalidad del futuro adulto, es posible que, si no se le libera esta parte
afectiva que Alba ha bloqueado, cuando se vea exigida por la vida —por las relaciones
personales—, a ir más allá de esa superficie agradable que ella muestra, es posible, digo, que
pueda colapsarse interiormente. Cuando no pueda controlar algo que implique afectos, como le
ocurrió en la separación de sus padres, sufrirá mucho y no sabrá cómo gestionar las emociones
que le surjan.
Hipótesis: Quizá, y a juzgar por las veces que, en el transcurso de las pruebas, la he visto volver
una y otra vez a comprobar y corregir lo que hacía, es posible que pudiera desarrollar
compulsiones como medio de compensación a la falta de control emocional que se
desencadenasen ante el hipotético colapso interno antes mencionado.
No obstante, todos los rasgos de tenacidad, perseverancia y responsabilidad, los rasgos de
inquietud y curiosidad por saber de las relaciones humanas y de sí misma, los detalles de
optimismo y de carácter alegre y sociable, proporcionan recursos a esta adolescente para eliminar
ese bloqueo interno.
Cabe comentar que las hipótesis mencionadas deben ser contrastadas mediante una
evaluación psicológica que complete el presente estudio dentro de un marco terapéutico en
el que el psicólogo/a aplicará las pruebas que estime necesarias. Hasta entonces deben ser
consideradas tan sólo como conjeturas que se desprenden de la interpretación de las
pruebas aquí presentadas y que requieren de un estudio más profundo con objeto de que,
si se confirman, se pueda proceder a la intervención psicológica pertinente.
En el caso supuesto de que las interpretaciones anteriores fueran confirmadas por la evaluación
psicológica, sería recomendable que Alba pudiera, dentro de ese contexto terapéutico, ir
examinando, poco a poco, los pasos que se dieron en su infancia para que con ello pudiera ella
tomar consciencia de que hay cosas sobre las que, como niña que era, no podía tener control, así
como no podrá controlar las emociones de otras personas en el futuro; sólo podrá aceptarlas
sabiendo que no dependen de ella. Así podría desprenderse de ese peso que se auto impone a sí
misma, el mismo peso que asumió con respecto a lo que les sucedió sus padres.
No sería extraño que, de no llevar a cabo este trabajo terapéutico de la parte afectiva con el que
ordenar correctamente estos elementos de su pasado familiar, repita el mismo patrón de auto
culpa en sus relaciones futuras, lo que le ocasionaría mucho sufrimiento ante alguna potencial
frustración; por ejemplo, si fracasa en una relación personal, tenderá a pensar que será porque
ella habrá hecho algo mal, porque habrá fallado.
Como metáfora sobre las necesidades de la adolescente aquí analizada, se diría que Alba ha
construido una presa interna con la que retiene toda afluencia de emociones a la actividad
consciente. No hay progresión de su energía psicofísica. Así pues, lo que necesita es que la
ayuden a ir abriendo, de forma gradual, las escotillas de su presa interior, para que la parte
afectiva vaya fluyendo a su consciencia, a fin de no convertirse en una persona estancada en el
miedo a fallar, lo que podría llevarle a aislarse mientras comprueba una y otra vez cada paso que
dé.
Practicar la flexibilidad de pensamiento en terapia sería también una buena herramienta para
Alba.
Su reto es la integración de la parte afectiva.
4- Bibliografía:
- “Las Constelaciones Familiares. En resonancia con la vida”. Peter Bourquin (2008). - “Garabatos. El lenguaje secreto de los niños”. Crotti, Evi; Magni, Alberto (2007). - “Cómo interpretar los dibujos de los niños”. Nicole Bédard (2006). - “Dibujo y Personalidad”. Augusto Vels (1994).
- “Grafología de la A a la Z”. Augusto Vels (1995).
- “Grafología Estructural y Dinámica”. Augusto Vels (1997).
- “Psicodiagnóstico por la Escritura”. Viñals, Francisco; Puente, Mª Luz (1999).