Alexander Jiménez M. *

Zamora, Álvaro y Guillermo Coronado (compiladores).Perspectivas en ciencia, tecnología y ética

Cartago: Editorial Tecnológica de Costa Rica, 2002.ISBN 9977-66-131-6, 288 pp.

Este libro compilado por Guillermo Corona-do y Álvaro Zamora no es el primer texto filosófi-co costarricense en el cual se traten los asuntos dela ciencia y la tecnología; pero es el primero quelos trata desde una cierta manera, una manera queesta presentación pretende poner de relieve.

Antes de tratar esa manera particular deabordar los asuntos de la ética y la tecnología,mencionaré algunos antecedentes significativos apartir de los cuales puede ser comprendido estelibro recién editado.

Como antecedentes de Perspectivas en cien-cia, tecnología y ética, uno puede encontrase condos grupos de trabajos relativamente similares.El primero de esos grupos estaría compuesto delibros publicados por Constantino Láscaris yClaudio Gutiérrez en la década de 1970 y 1980,Ypor Ángel Ruiz en las décadas de 1980 y 1990.Estos trabajos contienen reflexiones acerca de latécnica, la tecnología y la ciencia desde el puntode vista de sus lenguajes, sus teorías, sus méto-dos y sus consecuencias sociales y políticas. Al-gunos de ellos constituyen valiosos intentos desíntesis teórica y otros tienen un valor fundamen-talmente pedagógico.

Más allá de eso, no puede afirmarse la exis-tencia de una comunidad de intereses y de diálogoentre Láscaris, Gutiérrez y Ruiz. Sus trabajos noson el producto de un proyecto común o una cer-canía espiritual. Más bien, revelan un enorme es-fuerzo personal, aunque aislado y desarticulado.

En el segundo grupo nos encontramos con li-bros publicados en los últimos veinte años por laEditorial Tecnológica de Costa Rica. Aquí puedencitarse libros antológicos y compilaciones comoÉtica, ciencia y tecnología (1980), Ciencia, respon-sabilidad y valores (1985), La responsabilidad éti-ca en ciencia y tecnología (1987), Dédalo y su es-tirpe (1993), Tras el término tecnología y otros en-sayos (1995), El otro laberinto (1997). Estos libroshan sido editados en su mayoría por Édgar Roy Ra-mírez y Álvaro Zamora. A menudo los acompañaMario Alfaro y en otros Guillermo Coronado. Jun-to a ellos ha de incluirse Ciencia y tecnología en elsubdesarrollo (1993), escrito por Luis Camacho.

Sobre la contribución de este conjunto de li-bros al desarrollo de una reflexión acerca de laciencia y la tecnología podrían hacerse variasconsideraciones puntuales. Por ejemplo, queconstituyen un esfuerzo valioso de reflexión entorno a unos desafíos sociales, políticos, econó-micos, especialmente urgentes para sociedadescarenciales y dependientes. Que son una puestaal día de la bibliografía más actualizada en tornoa esos debates. Que la mirada desde la cual esoslibros han observado los desarrollos de la técni-ca, ciencia y la tecnología es una mirada ética.De hecho, no sólo los títulos de sus trabajos sonya reveladores de esa perspectiva. Los conteni-dos demuestran un especial interés en los dile-mas morales observables en la historia modernay reciente de las ciencias y las tecnologías.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XL (lOI), 195-198, Julio-Diciembre 2002

ce siete años se reunían artículos más o menosbreves de Guillermo Coronado dedicados a pen-sar en torno a la historia de la ciencia. Mario Al-faro trataba asuntos ligados a la dimensión polí-tica de la tecnología y Álvaro Zamora reescribíalos viejos relatos y mitos sobre la técnica, hilva-nando entre ellos una trama que permitía corn-prenderlos y verlos, y leerlos de otra manera. Éd-gar Roy Ramírez pensaba acerca de los márgenesy los límites éticos de la ciencia y la tecnología.

Pues bien, el caso es que en este nuevo libroellos siguen escribiendo sobre esos mismos te-mas y en un tono parecido, esta vez acompañadospor dos jóvenes filósofos, Álvaro Carvajal y JuanPablo Quesada, cuyos pocos textos enriquecenlas contribuciones de aquellos.

Todo lo anterior parece mostrar que Perspec-tivas en ciencia, tecnología y ética no sólo se ins-cribe en una especie de viejo proyecto de investi-gación y de diálogo, sino que comparte con algu-nos textos previos algunos rasgos precisos: labrevedad de los ensayos, la orientación hacia eldebate público, los temas recurrentes, estilos eintereses más o menos delimitados.

Pero Perspectivas en ciencia, tecnología yética es tamb}én un libro que uno puede colocaraparte por varias razones que a continuación tra-taré de describir.

En primer lugar, este libro es único por sucarácter experimental en el tipo de escritura filo-sófica. Allí se encuentran varios niveles de escri-tura, incluyendo cronologías, biografías, cuestio-nes disputadas, cuentos, ensayos, diarios filosó-ficos. Esto me ha gustado mucho, sentir un cier-to movimiento vivo del pensar y del escribir, ade-más de la sensación de que todos estaban toman-do riesgos al escribir y pensar de esa manera. Escomo si todo el libro fuese un largo ejercicio yuna aventura. No hay pues allí monografías ni ar-tículos desarrollados. Tienen el aire de algo queestá en marcha. De manera especial, eso es nota-ble en ese luminoso y breve apartado de Roy Ra-mírez titulado Apuntes éticos.

En segundo lugar, este texto es excepcionalpor el tono de la mayoría de los artículos. En me-dio de la diversidad de registros prevalece un to-no aforístico, casi minimalista. Son vistazos ve-loces y austeros, como fogonazos, en los cuales

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Pero no es el caso detenemos a considerar endetalle esas características de los libros anterioresde Alfaro, Coronado, Ramírez y Zamora. Me li-mitaré tan sólo a señalar algunos rasgos genera-les de dicha producción.

Quizá los más evidente de ese segundo con-junto de libros es la existencia de un trabajo dereflexión sostenida y enriquecida durante dos dé-cadas. Esto revela un proyecto en marcha que,aunque ya ha dado ciertos resultados valiosos-que incluye además de libros, artículos, tesis einvestigaciones que tampoco es el caso comentarahora-, seguramente seguirá ofreciendo la posi-bilidad de pensar filosóficamente dilemas mora-les de la ciencia, la tecnología, el desarrollo.

En lo que han hecho durante veinte años esposible observar un horizonte de problemas co-munes. Aunque es posible constatar variacionesde estilos, tonos y motivos en ese pensar, sigueexistiendo un centro común que no es necesaria-mente temático ni metódico, sino dialógico.

Estamos pues en presencia de una comuni-dad de intereses, una cierta comunidad de saberconstruida y cuidada en torno al trabajo de profe-sores del Instituto Tecnológico de Costa Rica yde la Universidad de Costa Rica, y de ese grupomisterioso que es El Círculo de Cartago.

Aunque este hecho comunitario mereceríaun estudio demorado y cuidadoso, por ahora tansólo puedo ofrecer el reconocimiento de mi ad-miración por la constancia en llevar adelante unproyecto a partir del cual han sido producidos li-bros, tesis, cursos universitarios, investigaciones,debates públicos, artículos periodísticos, instan-cias institucionales, revistas. Quiero honrar estetrabajo valioso y generoso, empeñado en pensarla historia, las consecuencias éticas, las dimen-siones políticas, míticas y narrativas de la cienciay la tecnología.

Dicho esto, que tiene que ver con el horizon-te frente al cual ha de comprenderse la novedad yla antigüedad del texto que presento ahora, medispongo a contar algunas de las impresiones co-mo lector de dicho libro.

Lo primero es el aire de familia que Perspec-tivas en ciencia, tecnología y ética tiene con Trasel término tecnología y otros ensayos editado porÉdgar Roy Ramírez en 1995. En ese libro de ha-

Á. ZAMORA y G. CORONADO

algo significativo es descubierto, admirado y luegorelatado con una gran economía de recursos. Enesos breves relatos no sobran cosas ni palabras.

Ahora bien, a ratos ese carácter minimalistay experimental me produjo una cierta perplejidad,una extrañeza incómoda. Es cierto que los compi-ladores tienen el cuidado de advertimos acerca dela pluralidad de visiones, horizontes y motivospresentes en el trabajo. Además, Coronado y Za-mora se encargan de recordamos el carácter vastoy dinámico de la realidad y la diferencia de mar-cos conceptuales y enfoques en los seis autores.Pero estas advertencias y constataciones no pare-cen suficientes para responder a las varias pregun-tas que uno puede hacerse a propósito de la mez-cla de los registros de la escritura.

¿Es posible conciliar en un breve libro regis-tros tan dispares como la crónica, el diario, elcuento, el ensayo, la biografía -y la cronología,sin que el conjunto sufra disloques y asimetrías?La tentación de responder diciendo que si estánallí juntos es porque pueden estar juntos es mu-cha; pero es pobre como argumento. A menudoalgunos están juntos bajo esquemas de someti-miento o de subordinación ética y teóricamentereprochables.

Aquí puede citarse esa broma de Borges quehizo tanta gracia a Michel Foucault. Es la historiade una "cierta enciclopedia china" en la cual estáescrito que los animales pueden dividirse en unconjunto inconjuntable de seres que pertenecen alemperador, que se agitan como locos, que de lejosparecen moscas, embalsamados, amaestrados, si-renas, perros sueltos, innumerables. Foucault re-conocía el carácter encantador de esta enumera-ción improbable; pero decía que era imposiblepensarla. No era posible encontrar una ligazón en-tre esos tipos de animales. Era imposible un sitio-en el cual esos animales fuesen vecinos. Leyendoeste libro es eso lo que a ratos he sentido. Que noera posible encontrar un suelo común a textos queeste libro reunía un poco forzadamente.

No sé si es un anacronismo exigirle a un tex-to que guarde una relativa unidad y simetría. Pue-de ser. En todo caso, sólo cumplo con mi deber delector reconociendo que por momentos he sentidoel desasosiego producido por transiciones, deunos artículos a otros, violentas e inesperadas.

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Quizá tenga algo que ver el hecho de queaunque algunos de los artículos fueron escritosdirectamente para este libro, la mayoría fue pro-ducida en medio de circunstancias disímiles y apropósito de discusiones y debates dispares.

Pero la perplejidad experimentada no signi-fica más que eso: una sensación de estar ante ele-mentos que no podía articular fácilmente.

Es fácil asentir a la idea de que cuando al-guien escribe algo, eso que ha sido escrito ha detener una cierta suficiencia y bastarse por sí mis-mo. La idea es que el escritor o el autor no ha deandar defendiendo su texto como un padre a unhijo pequeño e indefenso. Pero asentir a eso nosignifica que quien escribe ha de callarse en ade-lante o desatender se de todo aquello que su escri-to pueda provocar o suscitar.

Puesto que algunos de los artículos, ademásde la perplejidad, también me han provocado pre-guntas, me gustaría terminar esta presentaciónseñalando algunas de ellas.

A Guillermo Coronado y Álvaro Zamora megustaría preguntarles por el valor del conoci-miento precientífico en la elaboración del cono-cimiento científico, pues da la impresión de quemientras Coronado estima que es la de ser unobstáculo epistemológico, Zamora reconoce unpotencial enorme en él. Allí mismo podemos pre-guntamos por el valor de los mitos en el conoci-miento de la realidad.¡ Mario Alfaro se confiesa humanista en uno

d.e sus artículos. En otro defiende la necesidad deu~a ética planetaria en la cual no se privilegieninguna forma de vida particular. Mi preguntatiene que ver con su forma de articular el huma-n~smo, de cualquier signo, con la radicalidad deurla ética planetaria que no discrimina o que con-sidera irrelevante al tipo de vida que sea el caso.I A Roy Ramírez querría preguntarle por el va-lor¡pedagógico y moral de los desastres. ¿Se pue-de aprender de los cursos de acción erróneos? Y sisólb en los mínimos morales podemos hacer radi-carlobligaciones y deberes ¿cuál es el valor de tuinvitación a la beneficencia ya la benevolencia?

",Les doy las gracias por haberme invitado. Lespido disculpas por no comentar uno por uno los ar-tículos. Son sesenta y la mayoría tratan asuntosacerca de los cuales no tengo mayor competencia.

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Sólo he querido vincular este libro con unatradición valiosa de pensamiento e investigación,con un proyecto que lo precede y que, sin duda,lo superará. A quienes no lo han leído aún, sepanque hay un gozo y unas sorpresas especiales en lalectura de este extraño libro.

Nota

El día 7 de agosto del 2002, en el Centro Culturalde España, se llevó a cabo la presentación públicade este libro. Además de A. Jiménez, participaronIvonne Robles y Amoldo Mora. Sus intervencio-nes también se incluyen en este número. (N. E.)