Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

7
Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24. ZONAS DIALECTALES Señalamos arriba la relativa facilidad con que uno de nosotros identifica a un español cuando lo oye hablar; algo semejante pasa cuando conversamos con un argentino, por ejemplo, o con un cubano. Notamos que pronuncian distinto el español. No quiere esto decir que las formas de hablar se den “por países”: Las fronteras lingüísticas casi nunca corresponden a las fronteras políticas. No podemos aquí, por falta de espacio, detenernos a estudiar las características lingüísticas de cada región hispanoamericana; pero por lo menos hagamos algunas consideraciones sobre la posible división dialectal de América. Henríquez Ureña, hace ya tiempo, señaló cinco regiones lingüísticas en América. Seguramente a esta división le falta rigor y precisión, pero debido a que las otras divisiones dialectales que se han propuesto después o son sumamente complicadas para nuestros fines, o equivocadas, prefiero repetir la tradicional fragmentación del ilustre filólogo dominicano: “Hay en América cinco zonas, de limites no siempre claros, con cinco modos de hablar español: 1) México y la América Central (Guatemala, El Salvador Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá); 2) la zona del Mar Caribe, que comprende las Antillas, la mayor parte de Venezuela y la costa atlántica de Colombia; 3) la zona andina: parte de Venezuela, la mayor parte de Colombia, el Perú, Bolivia, el noroeste argentino; 4) Chile; 5) la zona rioplatense: la mayor parte de la Argentina, Uruguay, Paraguay. Cada una de estas zonas, a su vez, presenta diferencias de región a región, como es natural”. FONÉTICA La fonética es la ciencia lingüística que tiene por objeto el estudio pormenorizado de los sonidos de una lengua, la forma de pronunciar. A continuación analizaremos superficialmente los fenómenos fonéticos, más importantes, por su extensión, en América. El seseo El único fenómeno fonético común a toda América es la unificación- en la pronunciación de las letras s, z, c ( e i ), en s. A este fenómeno fonético se le conoce como el seseo americano. Gran parte de la Península Ibérica (casi toda la mitad norte) por lo contrario, distingue por un lado la pronunciación de la s y por otro la de la z, c ( e i ). La s la pronuncian ellos colocando la punta de la lengua en los alvéolos superiores - apicoalveolar- y la z y c, colocándola entre los dientes -interdental. El seseo es por tanto un fenómeno típicamente americano, pues aun en la región española que no distingue la s de la z, c (Andalucía, sur de la Península) no articulan ese sonido exactamente igual que nosotros; es decir que la semejanza del fenómeno fonético andaluz con el americano existe en cuanto a la no distinción de los sonidos, pero no en cuanto a la articulación en concreto de la confusión de ellos. El yeísmo Un hispanoamericano –generalmente- no distingue, al pronunciar una palabra que vaya escrita con ll, de una que vaya con y: pronunciamos exactamente igual vaya y valla. A esta igualación en la pronunciación de y y ll se le llama yeísmo. Sin embargo este

Transcript of Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Page 1: Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24.

ZONAS DIALECTALES

Señalamos arriba la relativa facilidad con que uno de nosotros identifica a un español cuando lo oye hablar; algo semejante pasa cuando conversamos con un argentino, por ejemplo, o con un cubano. Notamos que pronuncian distinto el español. No quiere esto decir que las formas de hablar se den “por países”: Las fronteras lingüísticas casi nunca corresponden a las fronteras políticas. No podemos aquí, por falta de espacio, detenernos a estudiar las características lingüísticas de cada región hispanoamericana; pero por lo menos hagamos algunas consideraciones sobre la posible división dialectal de América.

Henríquez Ureña, hace ya tiempo, señaló cinco regiones lingüísticas en América.

Seguramente a esta división le falta rigor y precisión, pero debido a que las otras divisiones dialectales que se han propuesto después o son sumamente complicadas para nuestros fines, o equivocadas, prefiero repetir la tradicional fragmentación del ilustre filólogo dominicano:

“Hay en América cinco zonas, de limites no siempre claros, con cinco modos de

hablar español: 1) México y la América Central (Guatemala, El Salvador Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá); 2) la zona del Mar Caribe, que comprende las Antillas, la mayor parte de Venezuela y la costa atlántica de Colombia; 3) la zona andina: parte de Venezuela, la mayor parte de Colombia, el Perú, Bolivia, el noroeste argentino; 4) Chile; 5) la zona rioplatense: la mayor parte de la Argentina, Uruguay, Paraguay. Cada una de estas zonas, a su vez, presenta diferencias de región a región, como es natural”. FONÉTICA

La fonética es la ciencia lingüística que tiene por objeto el estudio pormenorizado de los sonidos de una lengua, la forma de pronunciar. A continuación analizaremos superficialmente los fenómenos fonéticos, más importantes, por su extensión, en América.

El seseo

El único fenómeno fonético común a toda América es la unificación- en la pronunciación de las letras s, z, c (e i), en s. A este fenómeno fonético se le conoce como el seseo americano. Gran parte de la Península Ibérica (casi toda la mitad norte) por lo contrario, distingue por un lado la pronunciación de la s y por otro la de la z, c (e i). La s la pronuncian ellos colocando la punta de la lengua en los alvéolos superiores -apicoalveolar- y la z y c, colocándola entre los dientes -interdental. El seseo es por tanto un fenómeno típicamente americano, pues aun en la región española que no distingue la s de la z, c (Andalucía, sur de la Península) no articulan ese sonido exactamente igual que nosotros; es decir que la semejanza del fenómeno fonético andaluz con el americano existe en cuanto a la no distinción de los sonidos, pero no en cuanto a la articulación en concreto de la confusión de ellos. El yeísmo

Un hispanoamericano –generalmente- no distingue, al pronunciar una palabra que vaya escrita con ll, de una que vaya con y: pronunciamos exactamente igual vaya y valla. A esta igualación en la pronunciación de y y ll se le llama yeísmo. Sin embargo este

Page 2: Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24.

fenómeno no tiene la misma universalidad que el seseo; hay varias regiones de América que distinguen estos sonidos: Una franja del interior colombiano; la parte meridional de la Sierra del Ecuador; casi todo Perú, salvo Lima y parte de la costa; casi todo Bolivia; norte y sur de Chile; Paraguay y regiones limítrofes argentinas. En estas regiones articulan la ll en forma diferente a la y: La y es palatal central -el dorso de la lengua toca el paladar- y la ll se articula lateral -es tocado el paladar no en su centro sino a los lados, por la lengua. Todas las demás regiones de América confunden en y la ll. Ahora bien, este fenómeno fonético no tipifica al español de América, como el seseo, por dos razones: No es característico de toda América, por una parte, y, por otra, no toda España distingue y y ll: hay extensas regiones confundidoras en y, como en América. Según los especialistas, tanto en España como en América, las regiones distinguidoras son cada vez más reducidas; es decir, se tiende inconscientemente a la igualación, aquí y allá.

Marginalmente, es conveniente aclarar aquí, que en lo que concierne a estos fenómenos -seseo y yeísmo- no puede ni debe hablarse de corrección o incorrección. Es decir, tan correcto es para un madrileño pronunciar la z interdental como para un hispanoamericano pronunciarla como s. Se trata dedos normas diferentes, ambas respetables pero ninguna imitable por la otra. Tan ridículo sería que un mexicano tratara de cecear, como que un madrileño tratara de sesear. Lo mismo puede decirse del yeísmo. No es más o menos correcta la distinción o la no distinción de y y ll; se trata simplemente de dos sistemas fonológicos diferentes. GRAMÁTICA En el terreno de la gramática -estudio de las formas y funciones de los signos lingüísticos- es todavía más difícil que en el de la fonética encontrar fenómenos que tipifiquen al español de América, frente al español peninsular. Mencionaré algunos pocos, de diferente distribución geográfica y por lo tanto de diferente valor opositivo con relación al español de España. Ausencia de segunda persona de plural

Todos conocemos el paradigma verbal del español. Detengámonos un poco a observar el llamado “accidente gramatical de persona“. La persona nos aclara si lo significado -por el verbo lo ejecuta el que habla (1a persona), a quien, se habla (2a.) o de quien se habla (3a.). Estas tres personas pueden ser singulares o plurales, según sean uno o varios los ejecutantes de la acción verbal. Además, generalmente se identifica a las personas gramaticales con ciertos pronombres personales que las manifiestan:

Singular Plural 1a. persona Yo Nosotros 2a. persona Tú Vosotros 3a. persona El, ella Ellos, ellas.

La más importante peculiaridad morfosintáctica del español es la total ausencia de

la 2a. persona del plural y de su nombre (vosotros). En España sí se usa vosotros, aunque también se utiliza el pronombre ustedes, que en América ha sustituido en forma

Page 3: Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24.

absoluta al pronombre vosotros. Ahora bien, el pronombre ustedes, semánticamente -en cuanto a su significado- funciona como de 2a. persona de plural (personas a las que se habla), pero morfosintáticamente -forma y función gramatical- pertenece a la 3a. persona de! plural; nótese que el verbo concuerda con este pronombre con la terminación propia de la 3a. persona del plural “ustedes aman”, como “ellos aman”. Este fenómeno, de ausencia de vosotros, es general en toda América: tipifica morfosintáticamente a nuestro español frente al español peninsular. Nuestro paradigma verbal se ve reducido en lo que toca a las personas, gramaticales -desde el punto de vista morfosintáctico- de seis a cinco.

De lo anterior podemos deducir lo inconveniente que resulta en nuestros manuales

de gramática el seguir considerando nuestro sistema verbal americano constituido por seis personas, cuando en realidad usamos sólo cinco. En todo caso puede hacerse notar que en la literatura -lengua escrita- sobre todo de épocas anteriores, tiene vigencia el pronombre vosotros, pero no en la actual lengua hablada americana. El voseo

En la España del 1500 tú era el tratamiento que se daba a los inferiores o entre iguales con máxima intimidad; en otros casos, aun en confianza se empleaba vos. Cuando se generalizó vuestra merced -que se transformaría después en usted- tú recobró terreno en el habla familiar. No toda América siguió esta innovación. En Argentina, Uruguay, Paraguay, América Central y en una parte muy pequeña del sur del estado de Chiapas (México), domina el vos en la conversación familiar, con intensa y espontánea vitalidad. En Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, sur del Perú y sur de Bolivia, alternan tú y vos. Las demás regiones americanas -más en contacto con las costumbres españolas- adoptaron el uso de tú y eliminaron el vos.

Las zonas que emplean el arcaísmo vos conservan con él plurales de segunda persona cantás, tenés, sabes, salgás y soltés, sos, e imperativos andá, poné, vení, desechados por el español normal durante el siglo XVI.

Este fenómeno, tiene -en cuanto a su extensión geográfica- menor importancia

que el estudiado arriba (ausencia de vosotros). Además hay que tomar en consideración que no en todas las regiones donde se usa el voseo, éste es aceptado por todas las clases socioculturales. Por ejemplo, en Uruguay, Paraguay, Chile, Perú, Venezuela, el voseo pertenece a las clases socioculturales bajas; las clases ilustradas usan generalmente el tuteo. Por lo contrario, en Argentina, Costa Rica, Guatemala, el voseo es general.

Esta característica morfosintáctica tipifica al español de América no en el sentido de que se use en toda ella, pero sí en cuanto que no se da absolutamente -en la Península Ibérica. La ausencia de vosotros tipifica al español de América en cuanto que es general en toda ella y no es general en la Península. Otros fenómenos gramaticales Los demás fenómenos gramaticales no tienen gran importancia, si de por medio de ellos tratamos de oponer nuestro español al de España, porque no tienen carácter de exclusividad ni de generalización: No son exclusivos de América ni se encuentran en toda ella. Sin embargo, usando un criterio de “frecuencia”, podemos hablar de ciertos rasgos

Page 4: Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24.

del español americano en cuentos que son más frecuentes o más acentuados que en España. Veamos algunos ejemplos:

- Adverbialización de adjetivos: “El cantaba lindo”. - Anteposición del adjetivo posesivo (en España generalmente es pospuesto): ¡No se

asuste, mi hijo! - Preferencia por la perífrasis ir a + infinitivo en lugar del futuro en –ré: “Mañana van a

pagar”. - La oposición entre canté/ he cantado está basada generalmente en perfección o

imperfección de lo expresado por el verbo: canté: acción terminada (perfecta); he cantado: acción inconclusa (imperfecta).

- Uso reflexivo de ciertos verbos intransitivos: venirse, subirse, bajarse, tardarse, etc. - Uso de siempre con significación de definitivamente: “¿Siempre te vas mañana?” - Uso de la preposición a en lugar de en: “mételo al cajón” y de la preposición arriba

de en vez de encima de: “bailó arriba de la mesa”.

Como ya dijimos, estos ejemplos corresponden al español de ciertas regiones de América, no a toda ella, y en menor intensidad o frecuencia se pueden encontrar también en España.

EL LÉXICO Se había ya anotado que es éste el nivel de la lengua más superficial y más móvil. Es fácil percibir en la lengua diaria los cambios, las novedades léxicas que continuamente se crean, sobre todo porque al aparecer algo que no existía antes, el -hombre necesita nombrarlo, “inventarle un nombre”, o aplicarle uno ya existente. En otras palabras, un diccionario nunca es una obra totalmente concluida pues, por muy completo que trate de ser, al poco tiempo parecerá algo “viejo”, por no contener las palabras de nueva creación. Es en este terreno, por tanto, donde se pueden encontrar en mayor cantidad las diferencias entre un dialecto -variante de una lengua- y otro. Aquí también es difícil hablar de “americanismos léxicos” precisamente por las mismas razones expuestas antes. Necesitamos antes definir lo que, entendemos por “americanismo”. Hay por lo menos dos posibilidades de interpretación. Americanismo puede ser: 1) El fenómeno, lingüístico privativo de América; 2) el fenómeno lingüístico originado en América. Se tratará a continuación de ejemplificar cada una de estas interpretaciones de americanismos, en el terreno del vocabulario. Léxico originado en América

Son numerosos los indigenismos del español de América. Entendemos por indigenismos las palabras que, de las lenguas indígenas que se hablaban -o hablan- en las diferentes regiones, pasaron al español, a veces sólo de esa región (regionalismos), a veces al español de toda América (americanismos) e, incluso en ciertos casos, al español general. Se calculan en unos 170 los grupos o familias de lenguas que se hablaban en América, cuando llegaron los españoles. Sin embargo, son relativamente poco numerosas las lenguas indígenas que tuvieron contacto directo con el español. Además, las lenguas que influyeron en él sólo lo hicieron en el aspecto léxico, generalmente, pues las estructuras fonológicas y morfosintácticas permanecieron casi siempre inafectadas.

Page 5: Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24.

Las lenguas que han dejado más huellas en el vocabulario hispanoamericano son:

El arahuaco, de las antillas, hoy desaparecido; el caribe, del sur de las Antillas, Venezuela y Guayanas; el náhuatl, principal lengua del imperio azteca; el quechua, del Perú, extendido por los incas a lo largo de los Andes, desde el Ecuador hasta el norte de Chile y noroeste de Argentina; el araucano, refugiado en el sur de Chile, y el guaraní, hablado en las cuencas del Paraná y Paraguay, y en el Brasil.

Las nuevas realidades observadas por los españoles, a su llegada a México,

fueron designadas por éstos con palabras tomadas de los lenguajes nativos. El más antiguo y principal núcleo de americanismos procede del arahuaco: canoa, cacique, bohío mazz, batata, carey, caníbal, naguas o enaguas, hamaca, sabana ('llanura'), guacamayo, tabaco, tiburón, yuca, etc.

El náhuatl proporcionó a la lengua española de América y, en algunos casos, a la de España, palabras como: aguacate, cacahuate, cacao, chocolate, hule, petate, nopal, petaca, jícara, tiza, tocayo, tomate, etc. El quechua: alpaca, vicuña, guano, cóndor, mate, papa, pampa, puma, etc. De origen guaraní son: ñandú, tapir, jaguar, gaucho. Palabras caribes son: colibrí, loro, manatí, mico, etc.

Es evidente, por otra parte, que las lenguas indígenas mencionadas tuvieran, o tengan especial influencia léxica en el español de la región donde se hablaban o halan tales lenguas: así, la influencia de náhuatl en el léxico mexicano, es mayor que en el de Chile, por ejemplo; y el araucano influyó más en el español de Chile que en el del resto de América. El guaraní, que proporcionó pocas palabras al español de América en general, es sin embargo lengua viva en todos los sectores sociales de Paraguay. Algo semejante ocurre con el quechua, en Perú y Bolivia, y con varias lenguas indígenas en México. Estas lenguas, por, lo tanto, siguen proporcionando términos al español de las regiones bilingües, así como en ellas también influye abundantemente el español.

Hay muchos indigenismos que aparecen ya documentados en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, y muchos otros que, aunque no lo están, se usan inclusive en el español peninsular. Sucedieron en ocasiones fenómenos curiosos en el terreno del léxico: Por ejemplo, la palabra náhuatl tiza pasó al español de España donde de hecho desplazó al hispanismo gis, que a su vez desplazó en México al nahuatlismo tiza, que casi no se conoce.

Léxico privativo de América

Con frecuencia ciertos especialistas aplican al español de América el calificativo de arcaizante en su léxico. El concepto de arcaísmo empero debe ser revisado. Se trata de un concepto eminentemente relativo pues un 'arcaismo' absoluto es aquella palabra que no se usa, en ninguna región donde se habla español: Por ejemplo, el verbo yantar ('comer'), que tenía vigencia hasta el siglo XVII, pero que ahora no es usado por ningún hispanohablante, sí es un arcaísmo en el sentido pleno del término. Pero aquellas palabras que tienen vigencia en extensas regiones hispanoamericanas, y que han desaparecido en la lengua española de España, ¿pueden recibir también el epíteto de arcaicas? No; ya que sólo se puede hablar de arcaísmo en tales casos si se compara el español de América con el de España, pero no de arcaísmo en general, pues también

Page 6: Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24.

existen palabras que sólo se usan en España y no en América, y con el mismo derecho podríamos decir que esas palabras son arcaicas. El hecho de que en América se conserven -con mucho provecho, por otra parte- palabras que se han perdido en España, es más una muestra de empobrecimiento por parte del español peninsular que de arcaísmo por parte de nuestro español.

Veamos algunos ejemplos: calentura (‘fiebre'), acuerdo de ministros ('reunión, consejo, consulta'), frazada ('manta'), incomodarse ('enojarse'), pararse ('ponerse de pie'), prieto ('oscuro, negro'), recibirse ('tomar un grado universitario'), sentirse ('resentirse, estar dolido'), etc.

Por otra parte, la formación de nuevas palabras en América es muy intensa y pone en juego todos los recursos de la derivación. Hay sufijos frecuentísimos, como la terminación verbal –iar (difuntar ‘matar’, cuerizar ‘azotar’, etc), y como –ada, que apart de los nombres de acción (atropellada 'atropello', insultada ‘insulto’, conversada ‘conversación’) forma numerosos colectivos (caballada, muchachada, paisanada, etc.).

Page 7: Zonas dialectales - Moreno de Alba, José G

Moreno de Alba, Jose G., (1972), El español de América. El español de México. México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior. pp. 12, 20-24.

Anglicismos en Hispanoamérica La influencia reciente del inglés, y en particular el de los Estados Unidos de Norteamérica, es universal. En cuanto al español, esta influencia es común al español peninsular y al americano, pero tal vez más acentuada en algunas regiones de América, próximas a los Estados Unidos, como México y, en las Antillas, Puerto Rico, tal vez por el carácter bilingüe de su población. Se puede hablar de dos clases de anglicismo: una, la transferencia de la voz inglesa al español (cóctel, manager, récord, sándwich, etc); otra, renovación de la voz hispánica dotándola del sentido de una palabra inglesa (equipo, ingl. team; factoría, ingl. factory); en este caso el anglicismo es puramente semántico. El inglés puede también ser vehículo para introducir en el español palabras no anglosajonas: bikini (polinesia), brassier (francesa), chance (francesa), piyama (hindú), etc. Más frecuente aún es que la palabra inglesa sirva de fenómeno para crear o inventar un término que traduzca algún sentido nuevo. Así: to emphasize = enfatizar; speaker = locutor; supermarket = supermercado. El español de hoy tiene centenares de calcas del inglés. Siguiendo en esta exposición al Profr. Rodolfo Oroz y Rubén del Rosario, podemos continuar indicando que los anglicismos se refieren a diferentes aspectos de la vida latinoamericana: política: líder, mitin; periodismo: interview, repórter; teatro: girl, show, strip-tease; cine: film, cowboy, western; bailes y juegos: foxtrot, twist, bridge; deportes: corner, outside, foul; vivienda: toilet, watercloset; mobiliario: closet, stand, etc. El uso de anglicismos, pocos o muchos, no caracteriza al español de América ni implica un relajamiento de las normas o de la tradición. Es un fenómeno universal y así hay que verlo. Esto no quiere decir que no debamos todos estar alertas y, si es posible –si existe en nuestra lengua un término que satisfaga las necesidades de significación-, debemos evitar el uso de anglicismos.