CIRCULAR Nº 1
UNA INTRODUCCIÓN AL VEGETARIANISMO
Antes del verano, solicitasteis recibir información sobre alimentación vegetariana o
acerca del vegetarianismo en general. En principio, la información debía ser enviada por
la UVE (Unión Vegetariana Española), pero dado el elevado número de personas que
desean recibir información sobre ello, ésta se limita a reseñar ciertos eventos, como
congresos y encuentros, y a invitar a los interesados a consultar la página web de
nuestra asociación.
Frente a esta situación, he decidido escribir periódicamente una circular, con el objetivo
de ampliar una información que abarque aspectos más concretos de la alimentación, la
salud y el estilo de vida.
El vegetarianismo no es una moda del mundo contemporáneo, sino una filosofía de
vivir y de alimentarse que se remonta a tiempos muy antiguos. Fueron vegetarianos,
Pitágoras, Plutarco, Hipócrates y Séneca, por citar algunos personajes de la antigüedad.
También lo fueron, Leonardo da Vinci, Jean Jacques Rousseau, George Bernard Shaw,
Johann Wolfgang Goethe, León Tolstoy, Mahatma Gandhi, Emmanuel Kant, Thomas
Edison, Albert Einstein, y un largo etcétera. Esta práctica alimentaria está presente en
todas las religiones, y por supuesto, estuvo presente entre los teósofos desde sus
orígenes.
Muchas personas sienten la necesidad de cambiar hábitos alimentarios. Pero dejar de
comer carne y pescado sustituyéndolos por otros productos vegetales puede crear temor
a no estar bien alimentado y una dificultad a cambiar costumbres culinarias; a estos
factores cabe añadir las críticas del entorno que teme que tengamos deficiencias en
nuestro organismo. Los hábitos y los temores pueden representar un obstáculo en este
proceso de cambio.
El vegetarianismo es una elección personal que debe ser sensata, prudente y meditada.
En ningún caso es una dieta de adelgazamiento, como tampoco es un modelo
nutricional cerrado y único para todos. Al contrario, es un modelo dietético para
fortalecer la salud y recuperarla en caso de enfermedad o trastorno en nuestro
organismo. Es un modelo flexible y variado que cada uno puede adaptar según la
situación de su organismo, su buena o mala salud, su propio metabolismo, gustos y
preferencias.
Dos factores son clave para llevar esta decisión a la práctica: 1) un cambio progresivo
que puede durar meses, no importa el tiempo, después de haber tomado tal decisión, y
2) informarse bien, un estudio sereno e inteligente nos ayudará a aplicar de manera
gradual un cambio de hábitos alimenticios beneficiosos para nuestra salud. Hoy día, por
suerte, hay muchos libros escritos por especialistas en esta temática donde uno puede
seleccionar aquellos que le sean más adecuados. Además, las bibliotecas públicas tienen
una sección sobre dietética, nutrición y cocina realmente muy interesante.
Para empezar, podemos analizar nuestra dieta actual y ver la cantidad y variedad de
productos cárnicos y de productos vegetales que comemos. A partir de este análisis,
podemos ir disminuyendo la ingesta de productos cárnicos, empezando por dejar de
comer cualquier tipo de embutidos y valorar mejor en nuestra dieta los cereales y las
legumbres.
Una buena pauta podría ser, hacer una dieta vegetariana una vez a la semana, después
hacerla dos días, a continuación tres días, y así sucesivamente, hasta llegar a una dieta
vegetariana completa y óptima. Este proceso nos permitirá tener mayor seguridad en
nosotros mismos, adquirir más información sobre nutrición y técnicas culinarias y
también observar la adaptabilidad de nuestro propio cuerpo. Gradualmente nos
acostumbraremos al sabor y a la textura de los alimentos vegetales y comprenderemos
mejor su variedad y su riqueza.
Lógicamente, este cambio gradual diferirá en el tiempo en función de la mentalidad, la
necesidad, la adaptación de su aparato digestivo o la percepción de un mayor bienestar.
El cambio de dieta no se circunscribe únicamente a la carne o al pescado, sino incluye ir
eliminando de nuestra dieta productos tóxicos y alimentos desequilibrados: azúcares,
cafés, alcohol, cereales refinados, bollería que contenga grasas de origen animal
procesados industrialmente. Por poner algún ejemplo, mejor que el azúcar (refinado o
sin refinar) está la miel, mejor que la miel encontramos las diferentes clases de melazas,
aún mejor que éstas se encuentra el sirope de agave y el mejor edulcorante de todos es
la estevia. Como sustituto del café encontramos la achicoria, el rioobos o la infusión de
cereales. Si el paso del arroz refinado (blanco) al integral genera alguna dificultad,
consumir arroz semiintegral durante un tiempo y después alternar éste último con el
integral. También ir introduciendo en nuestra dieta otros cereales nutritivos y muy
digestivos como el mijo, la quinoa y el alforfón (a veces llamado trigo sarraceno,
aunque no es una variedad de trigo). Así como otras variedades de trigo como bulgur,
espelta o cuscús.
En esta primera circular me he limitado a exponer, de una manera muy sucinta, algunas
generalidades para animar a aquellas personas que han sentido la llamada hacia una
alimentación más sana y equilibrada. Ayudarles a superar dudas y darles a entender que
la alimentación vegetariana y la filosofía que la acompaña es un conjunto de
conocimientos milenarios. En próximas circulares me permitiré profundizar en distintos
aspectos de la nutrición.
NOTICIAS DE LA U.V.E.
En 2010, la Unión Vegetariana Española estuvo presente en las tres Bioculturas,
(Valencia, Barcelona y Madrid). Más información en www.biocultura.org
En Valencia era la primera vez que se hacía esta Feria, y fue un éxito de difusión de
nuestra filosofía de vida. David Román impartió dos conferencias: “Nutrición
vegetariana equilibrada” y “El impacto ambiental de la alimentación”.
En Barcelona, aparte de la información dada en el stand, el Dr. Pedro Ródenas, impartió
una conferencia sobre “Alimentación vegetariana”, en nombre de la UVE.
En Madrid, donde el número de visitantes es mayor, nuestra asociación ofreció dos
conferencias, una titulada: "Nutrición vegetariana equilibrada", por Mar García Gayá, y
la otra: "Leche de vaca: por qué no consumirla", por David Román. (Presentación de la
2ª edición de su libro "Leche que no has de beber").
RECETA: PAELLA DE QUINOA
Elegir verduras y hortalizas según la época del año y por supuesto según nuestros
propios gustos, por ejemplo: ajo, cebolla, zanahoria, nabo, pimiento puerro, col,
opcionalmente podemos añadir champiñones.
Lo mejor es utilizar una sartén de hierro colado, sino de acero inoxidable o de cerámica.
Rehogamos, con un poco de aceite de oliva, aquello que hemos elegido, p.e.: ajo,
cebolla, zanahoria y pimiento. Cuando ya está en su punto, añadimos un vaso pequeño
de quinoa, previamente lavada y añadimos dos vasos de agua. Removemos todo con una
pala o cuchara de madera y dejamos la sartén tapada a fuego muy suave unos 20
minutos. Cerramos el fuego y dejamos reposar unos minutos.
La quinoa no es botánicamente un cereal, sino una semilla, pero por ciertas
características parecidas al mijo, se le agrupa con los cereales. Es muy digestivo y no
contiene gluten, por tanto, es apto para los celíacos.
Contiene los ocho aminoácidos esenciales necesarios para los humanos: leucina, lisina,
metionina, fenilalanina, treonina, valina, isoleucina y triptófano.
Aunque es pobre en grasas, tiene un contenido en minerales más alto que otros cereales
y otras semillas, a destacar: hierro, calcio y magnesio.
* * * * *
Top Related