Una mirada distinta sobre deportistas que hicieron historia
¿Por qué nos maravillamos con sus logros?
Ayrton Senna, la leyenda
de un campeón
Por Ayrton García
El brasileño Ayrton Senna fue más que
un corredor de Fórmula 1y, a pesar de
su muerte, logro convertirse en uno
de los grandes iconos del deporte
mundial. ¿Por qué lo elijo a él? Debido
a su enorme carácter ganador y su
agresiva personalidad que ningún otro
deportista generó en cualquier
competición, las cuales aún siguen
siendo fuente de inspiración para
deportistas y simpatizantes.
“Honestamente, es muy difícil para mí
hablar de Ayrton y no solo porque ya
no esté aquí. Era tan diferente, tan
completamente diferente a cualquier
otro piloto y de cualquier otra persona
que haya conocido…”. Fueron las
palabras de su gran enemigo en las
pistas, Alain Prost, quien, tal vez, dio
la mejor definición para entender
cómo era Senna y todo lo que significó
y sigue significando aun pasados 20
años de su trágica muerte en la curva
de Taborello, en Imola.
Si bien era muy chico cuando Senna
falleció, y me perdí su etapa de oro,
sus logros hoy en día siguen siendo un
ejemplo para muchos y, a pesar de
que mis padres me pusieron “Ayrton”
en su distinción, es un honor para mí.
Su inesperada muerte enalteció aún
más su figura tanto dentro como fuera
de las pistas. La calidez de su sonrisa,
siempre presente a la hora de atender
a los aficionados que se acercaban a
él, se transformaba en una mirada
digna del más temible de los
depredadores cuando se terminaba el
conteo de la largada inicial. Con la
visera bajada, Senna se olvidaba de
compañeros y amigos y solo vivía para
ser el mejor en todos y cada
uno de los rincones de los circuitos,
acompañado de, según sus propias
palabras, el mismo “Dios”. Ese
carácter ganador y esa determinación
hicieron que se convirtiera no solo en
referente de la afición, sino en modelo
a seguir por los jóvenes talentos del
automovilismo que soñaban con
copiar sus pasos y convertirse en
campeones del mundo. Un detalle de
su competencia agresiva se dio en
1984 en Mónaco, cuando a bordo de
un Toleman estuvo a punto de ganar
una carrera casi imposible de
transcurrir debido a las fuertes lluvias,
pero por las interrupciones de los
jueces no se le pudo dar. Muchos
especialistas creen que esa carrera
fue el inicio de lo que sería una
leyenda del deporte
Devoto creyente, Senna se creía
protegido por Dios como puntualizó
en más de una ocasión el propio Prost,
y el mismo Senna. “Piensa que no se
puede matar porque cree en Dios, y
eso es un peligro”. Pero a pesar de su
confianza era siempre el
primer piloto en preocuparse en la
seguridad de los demás y de las
propias pistas, llegando a pelear hasta
el cansancio con los responsables de la
FIA por un tema por el que llegó a
perder los papeles en más de una
ocasión con airadas discusiones. No le
temblaba ni la voz ni el pulso a la hora
de pedir lo que creía que era justo. No
se arrugaba ante nada ni nadie. Era
diferente, directo y claro. Un
carácter rebelde que pronto enganchó
a la afición, que se veía reflejada en un
tipo capaz de lo mejor y de lo peor, de
correr al límite.
A pesar de su fortuna siempre se
acordó de los mas pobres, a tal punto
de adquirir favelas o contribuyendo
económicamente. Sus éxitos
deportivos le convirtieron en héroe
nacional en un Brasil sumido en la
pobreza hasta el punto a equipararse
a Pelé. Ambos siguen siendo, a día de
hoy, los dos grandes ídolos del país.
Pocos son los niños brasileños que no
hayan soñado alguna vez con pilotar
como lo hacía un Senna convertido en
leyenda.
Tema de tapa
El Mirador -EDICIÓN ELECTRONICA- Página 2
Henry, la clase nunca muere
Por Juan Saber
Tití, como es más conocido, es un jugador excepcional que en su pico de rendimiento cautivó a
los hinchas del Arsenal, el club donde brilló más que en ningún lugar y su equipo preferido.
¿Por qué lo elijo a él? Como hincha de los Gunners, es el jugador que más me representa y que
más alegrías le dio al club. Como seguidor del fútbol, él me marcó a fuego.
Yo no miraba fútbol extranjero hasta que descubrí a ese maravilloso equipo del Arsenal, que
terminó invicto esa temporada 2003/04 en Premier League y se llevó el reconocimiento del
mundo del fútbol. Junto con Thierry pude haber elegido a Bergkamp, a Pires, a Ljungberg, a
Sol Campbell o a Patrick Vieira, todos ídolos muy recordados; pero Tití era diferencial, era el
rey de la Premier League y de no haber sido contemporáneo de tipos como Zidane o Ronaldinho
no hay dudas que se hubiese llevado el Balón de Oro. Agarraba la pelota y hacía desastres, ya
sea amontonando rivales para un gol individual, rematando desde lejos, pateando tiros libres o
acomodando la pelota con el borde interno al segundo palo del arquero (una definición
patentada por el francés, con la que se lo relaciona directamente).
Este hombre al que agarré "empezado" en su trayectoria en el Arsenal, siguió cautivándonos
hasta el 2007, donde decidió dejar el club para irse al Barcelona, luego de que en 2006 los
Gunners perdieran la final de la Champions League a manos del conjunto catalán y con un Arsenal
que empezaba a necesitar desprenderse de algunas de sus figuras, debido a que la inauguración
de un nuevo estadio con mayor capacidad que el antiguo Highbury demandara una cierta
cantidad de dinero para la cancelación paulatina de la deuda de su construcción.
Henry luego se daría el lujo de salir campeón de la Champions League en 2009, con un equipo
excepcional de Barcelona conducido por Josep Guardiola y liderado desde la cancha por Lionel
Messi, del que se hablará hasta el fin de los tiempos. Estuvo en el conjunto catalán de 2007 a
2011 donde además de esa Champions ganó dos ligas españolas, una Copa del Rey, una
Supercopa de España, una Supercopa europea y un Mundial de Clubes. Desde 2011 juega en el
New York Red Bulls, donde muy a menudo es noticia por sus excéntricos goles o movimientos,
que denotan que su categoría sigue intacta a pesar de su edad.
Cuando uno crece se da cuenta de las cosas, y volviendo a revisar viejos partidos y viejos logros
de Henry con el Arsenal, se dimensiona aún más el pedazo de jugador que fue. Goles como el
taco de espaldas ante Charlton, la volea en dos tiempos ante Manchester United, la apilada ante
Liverpool para empatar (luego lo ganaría) un partido totalmente adverso, su paternidad ante el
clásico rival Tottenham y muchísimas otras cosas hacen que entre en la retina y en la memoria y
de ahí no se vaya nunca más. Más aún todavía cuando en un momento complicado con muchas
lesiones, él decide retornar, aunque sea un par de meses, para ayudar al equipo. ¡Y encima hace
un gol en su partido de vuelta! Una locura, un sueño, todo un emblema.
Más allá de ser el goleador histórico del club (229 goles en 376 partidos), de las dos Premier, las
tres FA Cup y las dos Community Shield, lo que este francés dejó sembrado en el corazón del
hincha no es cuantificable. Simplemente se admira al ver cada toque, cada pique, cada lujo, cada
asistencia, cada remate. Henry hubo y habrá uno sólo, y su figura está inmortalizada en el
Emirates en forma de estatua.dos Premier, las tres FA Cup y las dos Community Shield, lo que
este francés dejó sembrado en el corazón del hincha no es cuantificable. Simplemente se admira
al ver cada toque, cada pique, cada lujo, cada asistencia, cada remate. Henry hubo y habrá uno
sólo, y su figura está inmortalizada en el Emirates en forma de estatua.
Mi jugador favorito es Roger Federer
Por Renato Giovanetti
Roger nació un 8 de agosto de 1981 en Binningen, Suiza, una ciudad cercana a
Basilea. A los 3 años tuvo su primera raqueta de tenis aunque de niño practicaba
varios deportes como básquet, bádminton, ping pong, hockey sobre hielo y hasta
jugaba en las divisiones inferiores del club de futbol FC Basel, hasta que finalmente a
los 14 optó por el tenis. Su admiración por Boris Becker y Stefan Edberg lo hacía
pasar horas mirando tenis por televisión, intentando buscar en ellos un espejo para
su tenis.
Con 14 años ingresó a la Federación Suiza de Tenis, donde se sometió a difíciles y
duros entrenamientos, sobre todo en polvo de ladrillo superficie que a Roger más le
costaba. Dueño de un carácter difícil por esa época, rompía infinidades de raquetas
que hacia impactar contra el suelo al fallar un golpe en torneos o en los mismos
entrenamientos. Su destino cambio cuando se encontró con Peter Lindgren, el
entrenador Sueco, que supo controlar su ira y encaminar el carácter del suizo.
Gracias a esto, Roger empezó a ganar torneos locales e internacionales. Su etapa de
Junior cerró en 1997, y al año siguiente debutaría como profesional jugando sólo 5
partidos que lo depositaron entre los 300 mejores jugadores del mundo. Año tras
año fue forjando un juego ofensivo con muchas variables en la parte defensiva, a
raíz del esfuerzo y la dedicación en los entrenamientos obtuvo una técnica tan
vistosa como efectiva, que llevo a Roger a las primeras planas del tenis mundial.
Actualmente es el N°2 ranking mundial ATP. Con 33 años, no le queda record por
romper en sus 16 años de carrera, habiendo ganado todo lo que se propuso. Aún así,
sigue teniendo el mismo hambre de gloria que cuando comenzó su carrera, allá por
1998. Estuvo 302 semanas como N°1 del ranking ATP, siendo el jugador con más
tiempo en la cima del ranking mundial. Obtuvo un número record de 17 títulos de
Grand Slam en 25 finales, lo que lo convierten en el jugador más ganador y con más
presencias en finales de GS de la historia del tenis. También cuenta con 23 títulos de
ATP World Tour Masters 1000 y 39 títulos de ATP 500 y ATP 250, además es el
jugador con mas Torneos de Maestros ganados, con 8 títulos totalizando 82 títulos
en 123 finales. Desde 2003 tiene una fundación que ayuda a los chicos con pocos
recursos de África y en 2005 fue el primer suizo en ser nombrado Embajador de la
UNICEF, lo que lo convierte un número uno dentro y fuera de las canchas.
Tema de tapa
El Mirador -EDICIÓN ELECTRONICA- Página 3
Riquelme, el ultimo 10
Por Rodrigo García Mantel
Cómo me voy a olvidar de aquel
chico que debutaba contra Unión
de Santa Fé en la Bombonera y ya
recibía su primera ovación. Cómo
hago para olvidarme del caño a
Yepes, o de aquella noche contra el
Palmeiras que “el 10” la tenia atada
a sus pies. Cómo me voy a olvidar
de los goles en los superclásicos, del
famoso “topo gigio” después del gol
a River, de ese partido en la final de
la Libertadores 2007 contra Gremio,
o de ese partido en Japón donde
"sacó a bailar" a Makelele y le dio
ese pase exquisito a Martín
Palermo para que defina solo ante
Iker Casillas.
La cantidad de títulos que ganó
Juan Román Riquelme en Boca, su
amor por la camiseta y su juego tan
elegante, no me hizo dudar para
que escribiera esta nota sobre él.
Con tan sólo 18 años arribaba al
club de la Ribera. Boca y River se
peleaban por él y el pedido de
Román a su representante para
se hiciera su pase a Boca, club del
cual es hincha, fueron el inicio de
una historia en la que Boca y
Riquelme se agigantaron a lo largo
de los años que estuvieron juntos.
En su primera etapa en Boca ganó
el Apertura 98, el clausura 99 y el
apertura 2000. A su vez, consiguió
de forma consecutiva el título más
importante a nivel sudamericano, la
Copa Libertadores, en 2000 y 2001,
siendo figura en ambas
oportunidades.
Tras ganar la Libertadores del 2000,
Boca se enfrentó al Real Madrid de
los "Galácticos”, un equipo repleto
de figuras que llegaba a esa final de
la Copa Intercontinental como
favorito. Aquel partido no sólo
quedó grabado en el corazón de los
hinchas xeneizes por los dos goles
de Palermo, sino también por el
excelente partido que jugó
Riquelme.
Al año siguiente, Boca, después de
ganarle al Cruz Azul de México la
Copa Libertadores, le tocaba una
nueva parada difícil: esta vez iba a
ser el Bayern Munich de Alemania.
Aquella noche fría en Japón no fue
la esperada para el equipo que
dirigía, en ese entonces, Carlos
Bianchi. Las lágrimas del 10 después
del partido lo decían todo, era un
hincha más en la cancha.
Luego de la derrota ante el Bayern
Munich, varios clubes europeos se
lo querían llevar a sus filas, pero
Román optó por irse a jugar al
Barcelona de España.
Su desacuerdo con el técnico del
elenco catalán, Louis Van Gaal,
hicieron que Riquelme pase al
Villareal, de ese mismo país, club
en el que fue idolatrado.
El 17 de febrero de 2007 Riquelme
volvía a la Bombonera, o mejor
dicho, el “jardín de su casa”, como
solía llamarla. No hacía falta que
recibiera nuevamente el cariño de
la gente, porque él ya se había
ganado el amor del pueblo
"bostero". Volvió al club de sus
amores para ser campeón, ya que
ese mismo año el equipo xeneize
volvió a ganar la Copa Libertadores,
aquella del 2007 que el mundo
periodístico - y la gente - decían que
la había ganado él solo.
Román volvió a Boca de préstamo
por 6 meses, para jugar la Copa
Libertadores, pero no pudo jugar el
mundial de clubes de aquel año
contra el Milán de Italia, porque el
Villareal no se puso de acuerdo con
la dirigencia de Boca y tuvo que
volver a España.
En el 2008 regresó nuevamente al
club de la Ribera, ya para quedarse.
Ahí consiguió el Apertura de ese
mismo año, el Apertura del 2011 y
la Copa Argentina del 2012.
Su etapa en Boca Juniors terminaría
en junio del 2014, por un
desacuerdo con el actual presidente
Daniel Angelici. Por este motivo,
decidió regresar al club donde
había arrancado a jugar en
inferiores, a su segundo club en
Argentina, Argentinos Juniors.
Mucha gente sigue y seguirá
dudando de la magia del 10. Él en la
cancha no sólo demostró cómo
jugar al fútbol, sino que demostró
cómo puede un verdadero hincha
defender a muerte los colores que
más ama, así lo hizo Juan Román en
Boca.
¿Cómo me voy a olvidar de vos?
Tema de tapa
El Mirador -EDICIÓN ELECTRONICA- Página 4
Titulos Año
Apertura 98-00-08-11
Clausura 99
Copa Argentina
11/12
Libertadores
00-01-07
Intercontinental
2000
Copa Intertoto
2003-2004
Recopa Sudamericana
2008
Top Related