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3131 HISTORIAS DEJÓVENES EXTRAORDINARIOSQUE CAMBIAN EL MUNDO
Cruz RojaColombiana
INTRODUCCIÓN:
La publicación propone visibilizar las siguientes iniciativas:
La primera publicación de la agrupación de Juventud es Una propuesta para conmemorar el día internacional de la juventud que se celebra el 12 de agosto de cada año, la publicación tiene como propósito motivar a la juventud a implementar acciones que aporten a la transformación social, visibilizando el accionar humanitario de la agrupación de Juventud de la Cruz Roja Colombiana a través de textos, dibujos o historietas, elaborados por voluntarios juveniles de todo el territorio colombiano.
t La importancia de la juventud y su rol dentro de la Cruz Roja Colombiana, teniendo en cuenta que el 63% del voluntariado del país hace parte de esta agrupación.
t Visibilizar el accionar como experiencia individual y/o grupal más allá de los
programas o el número de beneficiarios, por el contrario, lo que se busca es mostrar cómo a través de su paso por la Cruz Roja Colombiana los voluntarios juveniles han aportado a las comunidades y a su crecimiento personal.
t Inspirar a otros jóvenes que tengan la posibilidad de leer esta publicación, para que se sientan representados e identifiquen acciones en su cotidianidad con los que ellos también pueden aportar al cambio.
Dirección Editorial:Jorge Eliecer Mendoza Suárez
Líder Nacional de Voluntariado
Rafael de Jesús Payares Romero Oficial Nacional de Comunicación e Imagen
Oficina Nacional de Comunicación e Imagen:Luz Dary Ramírez Guaje
Kely Dayana Moreno Morales Olaris Andrea Londoño Mendoza
Equipo Nacional de Voluntariado: María Paula Espitia Morales
Sandra Milena Páez Ávila Juan Camilo Álvarez Rendon
Diseño Editorial: Viviana Carranza Mora
Publicación Interna de la Oficina Nacional de Comunicación e Imagen de la
Cruz Roja Colombiana
31 historias de jóvenes extraordinarios
Autor: Sociedad Nacional de la
Cruz Roja ColombianaNIT:
899.999.025-3Primera versión:
diciembre de 2020
Dirección Nacional: Av. K 68 #68B-31
Tel: (571) 4376300
Correo: [email protected]
Bogotá D.C. ColombiaEdición 2020
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ÍNDICE:Categoria en grupo
Llevas la humanidad en la piel 06
Cuatro historias un corazón 08
La alegría de Federica 10
Programa Nacional de Recreación 12
Dos mundos en busca de una meta 14
Creer y hacer realidad un sueño 16
Proyecto vida en cruz roja 18
Feliz día de la juventud 20
Crónica corta de aquellas noches 22
Una vida no cabe en una maleta 24
Cuento
Cuento
Cronica
Historia de vida
Historia de vida
Historieta
Mi primer mercado 26
Bajo el rayo del sol 28
El guardián de las semillas 30
El poder de la humanidad 32
Volvamos a creer 34
Ser siempre voluntarios 36
De “ NI-NI” a TO-DO 38
El susurro 40
Regalatón por una sonrisa 42
“Yo también tuve 15 años” 44
Una Cruz, un nuevo camino 46
Agradecida 48
Millones de Aprendizajes Cruzrojistas 50
Lo bonito de mi vida con Cruz Roja 52
Gritos de esperanza al borde de la muerte 54
Hola José Miel 56
El rojo y blanco: la esperanza de un mejor mañana 58
Colmado de Alborozo 60
Historias que cambian el mundo 62
Comic 64
32 años de proyección y trasformación dentro del
Voluntariado de la Cruz Roja Colombiana - Jorge Mendosa 66¿Por qué la agrupación de Juventud está llena de
jóvenes extraordinarios? - María Paula Espitia 68
Categoria en grupo
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo6 7
Llevas la humanidad en la piel
Categoria en grupo Cuento
Es casi un siglo de emociones recopilando cada día nuevos
protagonistas, eres joven con un fuego que se enciende
desde tu interior.
Cuéntame, ¿Qué se siente irradiar luz para la humanidad, ser rayo para el
universo? has crecido siendo antorcha ante el frío.
Estás aquí aprendiendo a dar lo mejor, eres hijo de un sueño que nació en
Solferino, al compás de muchos latidos has marcado el ritmo del altruismo,
guiado por la generosidad más pura extiendes a todos un abrazo
asumiste con valentía ser el faro para la humanidad
representas esos jóvenes que transforman el mundo con un lema de
hermandad.
Esta es tu historia y es guiada por la humildad
Esta es tu historia que compartes con infinidad de amigos
en la piel llevas la humanidad, en tu corazón la fuerza para iluminar,
Cuidas del otro con esa sensibilidad que
salva vidas, entregado a un mismo emblema
de fraternidad,
de solidaridad, de UNIDAD.
Eres joven haciendo eterna la voluntad de amar, de ayudar,
vas pintando sonrisas firmando un contrato a cambio de
felicidad.
Eres Voluntario y tu familia es la humanidad
eres constructor de paz, mediador de aventuras
recreas sueños, siembras vida.
Desconoces el significado de rendirte, te entregas contra todo pronóstico,
quedando sin aliento por darlo todo.
Eres tú con un espíritu inagotable que se impone con astucia y valentía, el faro a donde el mundo mira, iluminando en 7 puntos cardinales con amor y lealtad.
Eres tú, con tu juventud, un puente a la solidaridad.
Ésta es tu historia, esa que cuenta de la humanidad que llevas en la piel.
Diana Marcela Guzmán Murcia Edad: 24 años Cruz Roja Colombiana Seccional Cundinamarca y Bogotá.
Autores
Melissa González De La hoz Edad: 28 años
Cruz Roja Colombiana Seccional Atlántico
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Cruz RojaColombiana
Cruz RojaColombianaCruz Roja
ColombianaCruz Roja
ColombianaCruz
Roja
Colombiana
Cruz Roja
Colombiana
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Colombiana
Tengo muchos recuerdos
desde que en el 2017 alguien
me preguntó: ¿Quieres entrar
a la Cruz Roja?, y desde ahí
comenzó mi recorrido.
Cuando entré a la Institución
inicié con el curso pre-juvenil;
donde no hablaba con nadie,
miraba a cada lado y veía
gente extraña, desconocida
para mí. En el transcurso del
curso conocí a Luna, Sara y
Sofía Zuluaga pero ya que
yo era bastante tímido no
hablábamos mucho, solo de
temas exclusivos del curso, a
finales del mismo empezamos
a entablar conversaciones
más personales y a estar más
unidos.
Al finalizar el curso salimos
a vacaciones de fin de año.
Cuando entré nuevamente
de las vacaciones decidí
inscribirme al curso de
recreación de la Seccional,
me dirigí al salón para tomar
la primera clase del curso
nos reunió a todos y nos
manifestó su gratitud de
admiración por las personas
que estábamos allí reunidas y
nos informó que por nuestras
buenas notas y excelente
actitud finalizamos el curso
y nos certificábamos como
Juveniles de Manizales, en
ese momento miré a Luna,
Sara y Sofía Zuluaga y nos
abrazamos ya que pudimos
cumplir nuestra promesa de
vestir el uniforme azul de la
Cruz Roja Colombiana.
3 semanas antes de la
ceremonia de certificación
el coordinador nos informa
que nuestros uniformes no
estarán listos para el día de
la ceremonia ya que la sede
nacional tuvo problemas con
la contratación del distribuidor,
esto nos afectó a los 4 ya que
nuestro mayor anhelo era
portar el uniforme azul de la
Cruz Roja, sin embargo, no nos
dejamos afectar tanto por esta
situación y decidimos pedir
prestados uniformes azules
para que el día de nuestra
certificación fuera inolvidable
sin darle importancia a este
contratiempo.
Horas después de la
ceremonia nos reunimos
los 4 y empezamos a hablar
sobre nuestras experiencias
juntos, y ya cuando cada uno
se iba a ir para su casa nos
cuestionamos si después
de esto no volveríamos a
encontrarnos… pero no fue así.
En el año 2020, los 4 pudimos
finalizar el curso de recreación
y así se nos abrieron las
puertas para estar juntos
en muchas actividades
recreativas hacia la comunidad
tales como: prácticas de
servicio en el Hospital Infantil,
eventos en la plaza de toros,
Cuatro historias un corazón
y me sorprendí ya que
por casualidad los 4 nos
inscribimos al mismo curso.
Y ahí se formó un grupo de
amigos inseparables, ya que,
cuando asignaban actividades
los 4 siempre nos hacíamos
juntos, en las prácticas e
incluso en los servicios.
Para los 4 era un honor salir
a hacer prácticas y servicios,
un día cualquiera después
de un servicio nos sentamos
en la pérgola e hicimos
una promesa. “Los 4 juntos
lograremos certificarnos y
vestir el uniforme azul de la
Cruz Roja Colombiana”.
En el 2019 comenzó el curso
de aspirantes a juventud y los
4 teníamos la edad necesaria
para iniciar dicho curso. En la
reunión introductoria al curso
se presentó un sismo de 6.2
de magnitud, nos indicaron
ayudar a la evacuación
del lugar por nuestros
conocimientos previos.
Una historia basada en hechos reales de 4 Voluntarios de la Cruz Roja Colombiana Seccional Caldas en el periodo del 2018 al 2020. Hoy me pongo a recordar con mis 3 amigas, compañeras de trabajo, Luna, Sara y Sofía Zuluaga
¿Cómo fue que llegamos al punto de ser amigos inseparables por medio de la Cruz Roja
Colombiana?
Cuando iniciaron las clases
de aspirantes a juventud el
grupo de amigos, se volvió
más unido y sin importar
que conociéramos a 35
personas ninguno se distanció
durante todo el curso. Ese
año teníamos programado
un campamento como
normalmente se programa, sin
embargo, fue cancelado en un
par de veces por condiciones
adversas al protocolo de
seguridad y nunca se pudo
lograr dicha salida.
A finales del curso tuvimos
una actividad la cual era ir
a plantar árboles al Nevado
del Ruíz, esta experiencia
fue inolvidable ya que los
4 pudimos darnos cuenta
de cómo nuestra amistad
se volvió inseparable
haciendo acciones buenas
y cumpliendo nuestro
propósito en la Cruz Roja
Colombiana. Cuando
regresamos de la actividad
el director de juventud
encuentros recreacionales
en el bosque popular de
Manizales, actividades en la
sede Seccional en Halloween,
ayudar a la comunidad en
el barrio de chachafruto,
sensibilizaciones en Chipre,
actividad recreativa en la
vereda de Lisboa y Mina Rica,
entre muchos más servicios
disfrutando de experiencias
juntos. Y así recordar cuanto
tiempo de sacrificio y esfuerzo
pasamos para obtener la
identificación de recreación.
Después de todo el recorrido
que llevamos juntos y cada
vez fortaleciendo más nuestra
amistad, siempre agradeceré
a la Cruz Roja Colombiana por
no solo darme una vocación
de vida sino por reunirme con
3 personas, compañeras y
amigas las cuales admiro. Esto
solo es un corto recorrido de
nuestras experiencias juntos ya
que esta amistad durará por
muchos años más en donde
nos apoyaremos y saldremos
adelante juntos, pero también
cumpliendo nuestra promesa
de estar preparados en
tiempos de paz y emergencia
y tener siempre nuestro
objetivo de “Aliviar y prevenir el
sufrimiento humano”.
Crónica realizada por:
Sara Escobar Sánchez Luna Sofía Escobar Sánchez.
Sofía Zuluaga López Juan Sebastián Martínez González.
Manizales, Caldas, Colombia. Cruz Roja Colombiana Seccional Caldas. 2020
Categoria en grupo Cuento
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo10 11
La alegría de federica
Hace mucho tiempo, nació una linda niña de cabello rizado, ojos oscuros y una linda cara, ella se llamaba Federica, hija de Santiago e Isabella los reyes
del país Caquetin, el cual se caracterizaba
por su majestuosidad en los ríos, montes
andinos y la selva amazónica, ella era muy
feliz, jugaba en la quebrada del castillo y en el
árbol preferido en el cual bajaba ricos y dulces
mangos, se columpiaba, pero lo que más le
gustaba era la casa que sus padres le habían
construidos en ese árbol, desde el mismo
momento que se dieron cuenta que ella
llegaría a este magnífico mundo.
Un día jugando con su amiga imaginaria,
Laura se le calló la muñeca del árbol, ella
perdió el control y también calló quedando
muy mal herida, sus padres la llevaron
al hospital Dunant, donde la atendieron
rápidamente, pasaban los segundos, minutos,
horas, días, semanas, meses y años y la linda
niña no mejoraba.
Su papá y mamá, se encontraban muy tristes
y desolados hasta un día que llegaron los
Voluntarios de la Cruz Roja de la agrupación
juvenil, los cuales le regalaron a todos
los niños hospitalizados momentos de
alegría y diversión, pasaron cama por cama
presentándose, compartiendo historias y una
reconfortable sonrisa, luego los Juveniles se
vistieron de tiernos payasitos y jugaron con los
niños, de repente Federica empezó a reír, se le
reflejaba en su rostro un cambio total.
Al otro día los juveniles
fueron al hospital Dunant y recibieron
un fuerte aplauso de los médicos,
los cuales informaron que gracias al
acompañamiento que hicieron, ocho
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Cruz RojaColombianaCruz Roja
Colombiana
Cruz RojaColombiana
niños habían presentado mejoras como querer
comer, hablar y decir que querían que los voluntarios
los siguieran visitando.
Así lo siguieron haciendo y vieron cómo se
recuperaban, gracias al tiempo que donaban
desinteresadamente, lo hacían con todos los niños
de todas las edades y sin importar su enfermedad,
condición social, ni creencias religiosas.
La alegría de Federica fue tanta al verse recuperada
que quería llevarse a sus nuevos amigos los juveniles
a vivir a su castillo, donde tenía mil cosas divertidas
para hacer, los voluntarios le indicaron que no se
podían ir a vivir con ella, porque ellos tenían sus
familias, responsabilidades como estudiar y
pertenecer a la agrupación, Federica se puso
muy triste, pues para ella esos juveniles eran
como unos ángeles que le habían devuelto
las ganas de vivir.
Entonces los padres viendo la
preocupación de su hija les propuso una
idea fantástica, la cual consistía en que
ellos fueran a compartir los días domingo
desde el mismo momento que saliera el
sol, con su hija en el castillo, para que ella
les contara todo lo que hacía en la semana
y ellos le pudieran enseñar cosas de PACO,
PAL, entre otras y así poder interactuar
saberes y seguir construyendo una amistad y
porque no poder ingresar a Federica a la
agrupación para que también fuera parte
del movimiento, de este modo Federica
cada Día era más feliz, saludable y sus
padres y sus nuevos amigos compartían con ella
la felicidad y colorín colorado este cuento se ha
acabado.
Laura Ardila Librerosedad - 20 años Santiago Ardila Librerosedad - 17 años
Isabella Ardila Librerosedad - 15 años Seccional Caquetá, Unidad Municipal Florencia
Categoria en grupo Cuento
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo12 13
Programa Nacional de Recreación Carta a los Voluntarios Recreadores:
Hola recreador,
Escribo esta carta para ti, quiero darte las gracias por brindar alegría a mi vida. Me gusta recordar aquel día en el que viniste a mi barrio, regalándome mucha felicidad a mí y a mis amigos. Aún no olvido cuando te acurrucaste para invitarme a jugar mientras que me hacías un dibujo en mi mejilla con esas cremas de colores; hicimos un círculo, cantamos muy fuerte, corrimos, saltamos y cuando más cansados estábamos, nos presentaste al señor Alegría y la señora Graciela que nos tocó despertarlos a gritos y así, fueron asomando su cara suavemente en esa pequeña cosa que parecía una caja pero de tela, par de títeres muy tercos pero que gracias a ellos aprendimos mucho ese día donde junto a mis amigos reíamos y gritábamos, lo más raro es que por primera vez los adultos no nos regañaban por hacer ruido, si no que ellos también nos ayudaron y creo que estaban tan alegres como nosotros.
Te extraño, dice mi familia dice que hay un virus y esto nos ha alejado un poco, pero ya quiero que volvamos a reír juntos, aprender y que me contagies esa energía tan bonita. Sigue cumpliendo con tu hermosa labor, mi familia y yo estamos muy agradecidos contigo. Todos ustedes son lo máximo, saben muchas cosas divertidas y sé que se esfuerzan mucho, algún día quiero ser como ustedes. Te mandamos muchos saludos y deseamos lo mejor para ti y tu equipo. Feliz día amiguito recreador.
Con cariño.
- Un niño al que hiciste muy feliz
¿Qué es un Voluntario Recreador?
Creo que a todos nos han preguntado en algún momento de nuestra vida institucional el ¿por qué?, ¿por qué estamos en la Cruz Roja?, ¿por qué nos levantamos temprano un domingo para ir a comunidad?, ¿por qué damos nuestro tiempo gratis? Deseo que en este día recordemos cada una de esas razones, como la primera vez que participamos en una actividad de Recreación donde experimentamos, hicimos pinturitas, apoyamos recreaciones o en el mejor de los casos, las dirigimos, ayudábamos con la utilería en las presentaciones artísticas, salíamos actuar, bailábamos sin importar nuestra habilidad, nos lazábamos o nos lazaban a escena, teniendo la mirada de todos, donde en muchas ocasiones cometimos errores, hicimos el “oso” saliendo por completo de nuestra zona de confort, pero siempre con la mayor ilusión, energía y entusiasmo que nos caracteriza como verdaderos recreadores. Invertimos horas de trabajo para preparar cada juego, cada presentación o evento, en procesos de semanas, meses y a veces años desde nuestra formación, adquiriendo experiencia y practica con tal de ser mejores y todo
esto buscando esas asombrosas sonrisas de felicidad en adultos y niños, el gracias por medio de un abrazo o un “cuando vuelven”. Si, esto era más que suficiente, porque sin importar sus realidades estuvieron disfrutando solo el ahora junto a nosotros, sacando y reviviendo el niño interior.
Una labor única, fundamental y nada fácil, donde cada actividad tiene su objetivo y cada comunidad sus necesidades características, pero sin llegar a importar, mutamos y transformamos nuestras actividades, juegos, rondas, shows y emociones propias para llegar con nuestro vestuario y con un unísono de voz fuerte, rompiendo el hielo y contagiando la energía que desde el minuto 0 hasta el final de la actividad, nunca abandonamos. Es un orgullo contar con Voluntarios tan capaces, afrontando dificultades con un paso por delante, abundando creatividad y grandes metas puestas en práctica ahora, en nuestra actualidad que es cuando tenemos el mayor de los retos, saliendo a relucir estas aptitudes y habilidades recreativas para
Cruz RojaColombiana
#RecreacionPoderQueTransforma
Elaborado por: Equipo Técnico de Recreación Braulio Federico Ángel Pascuas Angelica María Moreno Ropero
Kevin Smith Valencia García
animar y sacar de la monotonía a nuestras familias, comunidades y la familia cruz rojista. Ser Voluntario Recreador es reinventarnos, ser capaces de dar color y de adaptarnos donde creemos no sentirnos capaces; pero ahí estamos, dispuestos a dar lo mejor por nuestro Programa de Recreación y nuestras comunidades.
Categoria en grupo Cuento
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo14 15
Dos mundos en busca de una meta
Cruz Roja
Colombiana
Cruz Roja
Colombiana
En un pueblo del departamento del Putumayo, Vivian dos chicos llamados Dora y Max, los cuales no imaginaban el giro que tendría su vida. Un día en horas de la mañana, a su colegio llego un Voluntario de la Cruz Roja Colombiana, brindando la invitación para formar parte de la Institución, ambos chicos se interesaron por la información y decidieron asistir a la convocatoria. El día de la convocatoria, se llevó a cabo una integración entre los aspirantes con el objetivo de crear comunicación y lazos de amistad, también se dio a conocer el plan de formación que se llevaría a cabo para lograr ser parte del voluntariado.
Con el pasar del tiempo, el grupo comenzó a ser más unido, las cosas marchaban y se sentía un ambiente tranquilo y alegre. Pero como se sabe no todo en la vida son momentos buenos. De repente la situación cambio, el ambiente se tornó pesado, empezaron las discusiones entre los integrantes, la falta de respeto y la desconfianza, poco a poco fue disminuyendo el grupo, hasta quedar menos de la mitad del grupo inicial.
Al pasar los días se retornó a las clases, se comenzó a trabajar nuevamente en la armonía del grupo, dejando atrás los problemas y teniendo el propósito de consagrarse como Voluntarios. Los aspirantes comenzaron a poner en prueba lo que aprendían, en medio de esas prácticas, Max y Dora crearon lazos de amistad, ambos se entendían muy bien y eran inseparables, por aquella amistad crearon una nueva base de confianza en el grupo. Al transcurrir algunos meses, Dora quiso abandonar la institución, empezaron a surgir inseguridades en ella, sentía que no encajaba con sus compañeros y tenía miedo de no lograr el nivel esperado, así que poco a poco comenzó a distanciarse de todos pensando que nadie lo iba a notar, pero se equivocó, Max empezó a notar el extraño comportamiento de su amiga, la cual faltaba a clases y cuando iba mantenía su distancia de todos, creyó que algo malo pasaba, así que decidió hablar
Karen Yulieth Palomino Yaiguaje - 17 años Cesar Guillermo Cutiva Calderón - 17 años
Grupo de apoyo Valle Del Guamuez-Putumayo
con ella y descubrir lo que le sucedía. Un día al terminar una clase, Max alcanzó a Dora para hablar, al principio ella se resistió a hacerlo, pero al final cedió, sabía que a pesar de todo podía confiar en él, Max al escuchar a su amiga, le dijo que era capaz de muchas cosas, que se quedara un tiempo más en la institución y si al final no se convencía, el
aceptaría su decisión, Dora acepto.
Después de un largo y duro trabajo, ambos consiguieron consagrarse como Voluntarios, empezando a desarrollar las diferentes actividades
correspondientes a la agrupación de juventud, en medio de esas actividades fueron adquiriendo diferentes experiencias y aprendiendo el valor de las cosas, solidaridad, respeto, responsabilidad, disciplina y seguridad en sí mismos, trabajo en equipo, y se dieron cuenta que algo pequeño puede
cambiar la vida de muchas personas.
Un cuento para ti, para mí, para todos.
Categoria en grupo Cuento
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo16 17
Creer y hacer realidad un sueño Nos tomó varios años alcanzar el posicionamiento y reconocimiento del programa en la Seccional, nunca imaginamos que nuestras acciones pudieran tener un impacto tan positivo en los demás, por eso siempre le apostamos a la convivencia, creímos en el potencial que tenía cada persona para ser el protagonista de historias transformadoras dentro de su entorno; Esto nos
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Laura Andrea Trujillo Zapata - 27 años Cruz Roja Colombiana Seccional Antioquia
Suly Alejandra Pinzón Ospina - 29 añosCruz Roja Colombiana Seccional Bogotá - Cundinamarca
motivó a llegar no solo a los jóvenes, sino también a los niños y niñas, es así como a finales del 2014 asumimos el reto de hacer algo que quedara en la historia; nace entonces la idea de crear una cartilla que no solo fuera el resultado de nuestro trabajo sino también una guía para quienes llegaran a PACO en un futuro.
Decididos fortalecer nuestra propia Institución, nos planteamos la idea
de trabajar en el hogar infantil de la Cruz Roja Colombiana Seccional Antioquia y comenzamos nuestras acciones en febrero del 2015, mes a mes poníamos a prueba lo planeado, en cada actividad estábamos cargados de la mejor energía para realizar los talleres que conjuntamente construimos, con el objetivo de ponerlos a prueba para que hicieran parte de nuestra cartilla
“PACO, los derechos de los niños y las niñas”.
De febrero a noviembre, los niños y niñas se convirtieron en nuestra mayor motivación e inspiración, cada día en el hogar fue una experiencia única, reíamos sin parar, volvimos a ser niños, nos sorprendían con su inmenso saber, con sus preguntas y con sus juegos, cada experiencia nos hizo reafirmar que la convivencia se aprende a través de la interacción con el otro, valorando la singularidad.
A la par de la visitas al hogar infantil, documentamos y desarrollamos la cartilla, lo que trajo consigo horas
de trabajo en sede y en nuestras casas, pensarnos como íbamos a escribir, que diseño llevarían las páginas y otros detalles para que el sueño de todos se viera reflejado en ella.
Finalmente, durante el proceso de edición y publicación en el 2016, cuando creíamos que ya todo estaba listo, reconocimos lo complejo y largo que puede llegar a ser este paso para la divulgación de una idea, nos enfrentamos a largas correcciones y retroalimentaciones, recibimos los comentarios de personas con amplia trayectoria en el tema central de la cartilla, en ocasiones llegó a ser
frustrante, pero nunca abandonamos nuestra meta.
Nada puede compararse con la satisfacción y orgullo de tener la cartilla en nuestras manos, leer nuestros nombres y el del equipo municipal en la página editorial, pues este es el resultado de un largo proceso de aprendizaje para los Voluntarios del programa, las docentes del hogar y los niños y niñas que participaron de nuestra iniciativa.
Este es un logro de los Voluntarios y Voluntarias que hicieron parte del equipo municipal PACO 2014 al 2016 y la subdirección del voluntariado. Reconocemos el esfuerzo que hay detrás de una idea y agradecemos a la Institución por valorar, creer e impulsar nuestras iniciativas.
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo18 19
Proyecto de vida en cruz roja
Inicié como Voluntaria de la Cruz Roja Seccional Meta, en el año de 1992 me gradué como pre juvenil. Dentro de mi trayectoria en la agrupación de Juventud me destaqué en los siguientes aspectos: En la zona de distención participé en varios municipios priorizados por el acuerdo de paz de la época, donde mi trabajo fue con las personas de la tercera edad, niñas, niñas, y jóvenes de los municipios, contribuyendo a la cultura y la reconciliación de la paz. (1999 a 2000).
Fui monitora de brigadas educativas en los diferentes colegios formado brigadistas. (2005 a 2006.
Fui Coordinadora de Recreación Juventud 2006 a 2009 donde me formé como dinamizadora apoyando los diferentes procesos de la agrupación.
Fui escogida por la Dirección Nacional de Juventud de la Cruz Roja Colombiana como Coordinadora General del Campamento Nacional de Juventud, que se realizó en Villavicencio en diciembre del 2009. A nivel personal fue mi primera experiencia y reto más grande dentro de la Institución, ya que mi grupo de trabajo estaba conformado por juveniles que en aquella época eran los más jóvenes de todo el campamento. Esto me dio la oportunidad de crecer como líder y con el buen desempeño, logré que dentro de la Seccional Meta me tuvieran en cuenta en el trabajo de otras áreas, también logré ser la Directora de Juventud 2009 a 2019. Paralelo a mi desempeño como directora, me vinculé laboralmente en la Seccional en año 2014 a 2020 como Directora de Doctrina.
Apoyando ambos procesos paralelamente, he contribuido en la formación de líderes de las diferentes unidades municipales y grupos de apoyo de la Seccional Meta, hemos vinculado también más de 1000 Voluntarios de apoyo del programa del sector escolar (brigadas educativas, servicio social), he impulsado diferentes actividades de los programas de la agrupación de Juventud, donde se ha logrado posesionarnos como la mejor agrupación de Juventud en diferentes espacios, tanto nacionales como en la misma Seccional.
Al ser voluntaria juvenil, logré adquirir responsabilidades. Fui capaz de comportarme diferente, obtuve nuevos retos laborales, personales y profesionales.
Solo espero seguir celebrando muchos años más en la agrupación, en los que seguiré aprendiendo de cada uno de los que conformamos parte de esta gran familia Cruz Rojista a la cual doy gracias por permitirme vivir los mejores 29 años de mi vida como voluntaria, siendo parte de esta gran Institución humanitaria. Aún queda mucho por hacer y sigamos dejando esta gran huella en Colombia y el mundo.
Cruz RojaColombiana Cruz RojaColombiana Cruz Roja
Colombiana
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La invitación o consejo que le doy a los las nuevas generaciones de voluntarios juveniles es ser persistentes, asumir nuevos roles y retos humanitarios. La gran labor y el cumplimiento de nuestra misión, se hace con fuerzo voluntario desinteresado. Sin voluntarios no existiríamos y no podría ser posible hacer tanto trabajo a la comunidad, donde la gratitud de las personas que uno ayuda es la única satisfacción.
Nombre: Diana Yamile Mesa Castrillón Edad: 41
Unidad Municipal: Villavicencio
Categoria individual Cronica
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo20 21
Feliz día de la juventud
Al culminar mi etapa de formación, realizamos el campamento de consagración en el cual por primera vez fui a un lugar sin mis padres dejando mi zona de confort y viviendo experiencias nuevas en mi vida.
Allí pude compartir con mis compañeros y vivir experiencias esforzándonos por dar lo mejor de nosotros.
La experiencia en el campamento me mostró que muchos de los miedos y temores que tengo en mi vida pueden ser
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superados con un pequeño impulso, ya que en mi caso le tenía mucho miedo a las alturas y al realizar un descenso en la torre de entrenamiento, entendí que nuestros temores se pueden superar. También vi que nacimos con un propósito en la vida el cual entendí que es ayudar a las demás personas en los momentos que lo necesiten sin esperar nada a cambio, ya que al realizar cualquier actividad supe que la mejor recompensa es tener la satisfacción de hacer algo por alguien cuando lo necesite.
Al final del campamento, vi todos mis esfuerzos recompensados al recibir mi carné y diploma que me hacen constar que soy un integrante de la Cruz Roja Colombiana y el tan anhelado uniforme con el que soñamos y no quisiéramos quitarnos; el resto de mi juventud y el resto de mi vida quiero entregarla a ayudar a las personas en sus momentos de necesidad.
Juvenil, Jhonier Estiven Osorio Salazar Seccional Quindío
Categoria individual Cronica
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo22 23
Crónica corta de aquellas noches
Aquella noche espesa y oscura donde no se avistaba ni una estrella, donde el único sonido que nos acompañaba mientras nos preparábamos para salir era la música del viejo radio que se encontraba en la portería de la sede y que retumbaba en un eco constante como testimonio de las únicas personas presentes que preparaban todo para salir hacia aquel lugar que ni siquiera habíamos escuchado mencionar.
Para aquel entonces tenía 16 años, eran las 7:00 de la noche y me encontraba en la parte trasera de la móvil 06 junto a mis otros compañeros que ya hacía varios meses nos veníamos preparando para aquel momento. Íbamos por un camino oscuro donde solo se observaban algunos metros del camino que se iluminaban gracias a las farolas de la móvil y los pocos carros que transitaban por aquella carretera despojada de construcciones y que solo dejaba entre ver las sombras de los matorrales. Luego de 30 minutos, se empezaron a divisar los primeros destellos de aquel lugar al que nos dirigimos, el móvil giró a la izquierda y entramos a un complejo de edificios dados por el gobierno, se veían a los niños jugar en la calle, personas sentadas en los andenes tertuliando y música fuerte que provenía de varios apartamentos.
Bajando unas escaleras, nos adentramos en una de las torres, luego en uno de los pequeños apartamentos que aún se encontraban en obra negra y que se usaba como salón social. Ese día al ingresar a aquel oscuro y caluroso apartamento nos esperaban en la entrada 30 jóvenes entre los 12 y 16 años separados entre sí como si existieran enormes barreras entre ellos y quienes se encontraban reacios a nosotros casi como si fuéramos seres de otro planeta vestidos de azul. Aquel día no hicimos más que conocerlos, entender su problemática y observar lo que sabían del programa que se iba a realizar eventualmente cada miércoles en la noche y que sin pensarlo cambiaría la percepción de la vida no solo de esos 30 jóvenes, sino también la de sus familias y comunidad.
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Y así fue casi por dos años, yo salía del colegio, me dirigía a la sede, me cambiaba el uniforme, preparábamos las cosas para salir y nos dirigimos a eso de las 6:30 p.m. para la comunidad. Por un tiempo se estuvo en aquel apartamento pequeño en obra negra donde nos acomodamos todos, donde el calor aumentaba
Natalia JaramilloRisaralda
irradiado por aquel único bombillo amarillo que teníamos que comprar para trabajar por dos horas.
Tiempo después al finalizar el ciclo del proyecto, el cambio en la comunidad era notorio, eran más amigables, algunos se crearon metas
de vida que años atrás nunca imaginaron, tenían gran dominio del tema, un amor y compromiso por su propia comunidad y algunos decidieron ser parte de la Institución.
Pero ellos no fueron los únicos que cambiaron, esta experiencia también nos transformó como Voluntarios, dándonos cuenta que aquel heroísmo de la Cruz Roja que tanto muestran en televisión no se construye sólo desde el rescate o atención en emergencias, sino también desde la prevención, desde la enseñanza y desde el trabajo en comunidad.
Categoria individual Cronica
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo24 25
Una vida no cabe en una maletaSeis de la mañana del 25 de junio del 2020, mientras la pandemia por COVID-19 avanzaba a grandes pasos por Colombia y el mundo, nosotros nos dirigíamos hacía el municipio de Málaga, un pueblo situado entre las hermosas montañas de la cordillera de los Andes, en el departamento de Santander. Nuestra misión era muy clara, debíamos desplazarnos con insumos de atención básica en primeros auxilios, kits de caminante y elementos de protección personal que serían entregados a los y las voluntarias del municipio, los cuales iniciarían operaciones de atención a migrantes por una de las tantas carreteras nacionales que a diario acompañan los pasos de cientos de migrantes venezolanos que entran y salen de Colombia en busca de un mejor mañana.
Llegamos a Málaga sobre las 12 del medio día, en la provincia de García Rovira, el sol calentaba despiadado sobre las montañas Andinas, rápidamente almorzamos y nos reunimos con el equipo de avanzada que empezaría a operar desde el día siguiente, luego de una larga reunión acordamos una hora de salida al día siguiente y escogimos a los voluntarios que nos acompañarían
en esta primera misión. Al día siguiente el desayuno fue breve, el overol y las botas puestos, nos dirigimos a la sede, cargamos las móviles con las ayudas, reunimos al equipo de avanzada y sin mayor ceremonia iniciamos el descenso por carretera hacía el caluroso y árido cañón del Chicamocha.
Cruz RojaColombiana
Cruz RojaColombiana
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Sobre las once de la mañana y cerca de la frontera que nos separa con el departamento de Boyacá, encontramos un grupo de cuatro jóvenes que caminaban bajo el fuerte sol del cercano medio día, no pude evitar fijarme en el termómetro del carro, afuera marcaban 40°C.
Al vernos, una pequeña chispa de esperanza ilumino sus ojos, bajamos de los autos y les pedimos que se detuvieran un momento a la sombra para darles una atención básica y charlar un poco con ellos, me sorprendió mucho el buen humor que llevaban y la cantidad de risas que pudimos intercambiar, entendiendo el arduo camino que sus pies llevaban “al hombro”.
Por un momento toda mi atención se vio desviada al último integrante del grupo, debajo de una piel morena, quemada por el sol y percudido por la ruta, su rostro no lograba ocultar su corta edad.
Tenía veintitrés años, exactamente los mismos míos, podría ser yo, podría ser cualquiera de mis amigos, sin embargo, el llevaba 29 días caminando desde Perú, llevaba la convicción intacta de ver y abrazar nuevamente a su familia y su sonrisa no entendía de dificultades o dolor, él sabía que la frontera estaba cerca y no tenía intenciones de detenerse.
Ese día algo cambió en mí, no sé si fue su edad, su joven rostro o la fuerza de su carácter, pero nunca podré sacar de mi cabeza ese momento que le dio tanto sentido a lo que hacemos como voluntarios y es que definitivamente “una vida no cabe en una maleta”.
Alejandro Miranda Ojeda
Representante de Juventud
Cruz Roja Colombiana Seccional Santander
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Mi primer mercado
Recuerdo perfectamente ese lunes por la mañana, yo estaba en el colegio cuando recibí una llamada de mi madre diciendo que necesitaban voluntarios para ayudar a recibir las donaciones que la comunidad enviaba. No presté atención al resto de mis clases, pensando en que iba a hacer algo grande. Tan pronto llegué a casa, tiré mi uniforme encima de mi cama y saqué la camiseta de la Cruz Roja que mi abuela tenía pendiente planchar. Salí corriendo a la sede, casi ni almorcé.
Lo primero que vi al llegar, fue mucha gente con bolsas de mercado haciendo fila, esperando a que las Damas Grises recibieran las donaciones y tomaran sus datos. Una vez recibida la donación era clasificada por grupos; alimentos al fondo, insumos de aseo en un salón y ropa en un segundo salón. Fue impactante ver la magnitud de las cajas apiladas una encima de la otra, abarcaban desde el piso hasta el techo.
Saludé y me reuní con los demás Voluntarios y aguardé a que me dieran instrucciones. Formamos una cadena de Voluntarios, se nos
entregaron bolsas plásticas transparentes y nos dividieron en dos grupos: unos pocos empacaban kits de aseo y los restantes alimentos.
Me asignaron a empacar alimentos. El orden era el siguiente: aceite, arroz, frijoles, garbanzo o arveja, café, chocolate, sal, azúcar, leche en polvo, pastas y atún. Un hormigueo pasó por mis manos. Un sentimiento extraño me aturdió: nunca había tenido una responsabilidad tan grande, apenas tenía 13 años. Levanté la cara y miré a las demás personas que estaban en esa sala, vi en sus rostros transmitir felicidad, alegría y amor. Lo entendí todo. Dejaban de lado sus problemas, que de seguro eran muchos porque conocía la realidad de cada quién y estaban ahí dando su granito de arena, que al final la suma de todos esos granitos se convirtió en una inmensa playa de arena blanca. Entendí el significado de ser Voluntario. Entendí lo que es el servicio al otro. Entendí lo que es Humanidad.
Donaciones
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Sea este un homenaje a todos los Voluntarios y Voluntarias que dieron su aporte para enfrentar la ola invernal y el terremoto en Haití de 2010.
Diego F. Sierra Blanco Voluntario Juvenil Cruz Roja Colombiana Seccional Santander
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Bajo el rayo del sol
Soy fiel creyente de que las cosas pasan por algo y en el momento indicado. Era un jueves, segundo día que salía de mi casa con Cruz Roja, después de no sé cuántos días de cuarentena, me dirigía a apoyar puntos móviles para brindarle apoyo a los migrantes que vienen o van caminando.
La misión consistía en ir hasta un punto especifico, ese día nos tocó la Lizama vía Barrancabermeja, una zona muy calurosa del departamento de Santander, debíamos atender personas que iba saliendo de Bucaramanga y de vuelta a los que venían llegando. Ese día de subida, encontramos poca población para atender, siendo las 11:20 a.m., nos disponíamos a devolvernos, pero una compañera propuso que siguiéramos hasta las 11:30 a.m. hasta encontrar el próximo retorno para poder devolvernos.
Minutos después vimos un carro “parqueado” prácticamente de forma lateral en un pequeño barranco, por la parte de atrás no se veía muy clara la escena, podía ser un accidente, pero no había nadie ni nada que nos lo indicara, de igual manera en la móvil pasamos muy despacio para observar la situación, cuando escuchamos a alguien que gritaba “AYUDA” desesperadamente. En aquel momento, personalmente, entre en
shock, mis compañeros me pidieron que avisara por el radio al centro de control, la verdad ni siquiera recuerdo que número de móvil reporte ni el lugar que dije, nos bajamos y observamos la situación, era un joven que se había estrellado contra un árbol muy grande, la parte delantera del carro estaba completamente destruida, él se encontraba atrapado por la carrocería y el cinturón lo estaba ahorcando, estaba consciente pero bastante alterado.
En ese momento, nos dimos cuenta de que los tres Voluntarios que íbamos en la misión no podíamos ayudarlo solos, empezamos a parar carros y todos se bajan a observar que estaba sucediendo, no me di cuenta en qué momento, pero ya habíamos parado la vía nacional, entre mulas, volquetas, carros particulares se hizo una fila interminable. Llamamos a la policía de carreteras y avisamos de lo sucedido. Entre las
personas que se bajaron a ayudar, empezaron a ingeniarse la forma de sacar el carro del pequeño barranco, un médico que llegó justo en ese momento, prestó su camioneta para que la anclaran a la del joven y poder remolcar, cuando estaban realizando esto, se rompió la cinta que estaba amarrada, se escucharon gritos de miedo y de desesperación por parte de las personas que estaban ayudando, una mujer lloraba como si fuera su propio hijo, pero todos los que estábamos ahí, desconocíamos a la persona del accidente, cada uno de ellos sin importar la amenaza latente de la pandemia, se unieron para intentar ayudar al joven.
En ese instante, un señor propuso prestar su volqueta que estaba situada carros atrás para remolcar, todos los carros se organizaron de manera voluntaria para dejar pasar la volqueta por entre las dos vías, fue asombroso, todos estaban dispuestos a hacerlo sin que nadie
les dijera nada. Pudieron sacar el carro del barranco y lo dejaron en la carretera, las personas empezaron a sacar las pertenencias del joven, nos las entregaban a nosotros, fue tan bonito ver el respeto y la confianza que nos tienen como Institución, nos entregaron el celular y demás pertenencias del chico. Ya que teníamos el celular debíamos comunicarnos con los familiares, desbloqueamos el celular y vimos llamadas perdidas del papá.
Este momento especialmente me marcó, mi padre es transportador, viaja todos los días y siempre he tenido miedo de que le ocurra un accidente en carretera y recibir esa llamada para informar lo sucedido es de las cosas que más me preocupan.
Mientras entraba la llamada, pensaba cómo dar la información de manera clara, e intentar transmitir tranquilidad, me contestó, le comuniqué lo sucedido, le dije que estábamos con su hijo y que hasta que no llegara él o la ambulancia no nos íbamos a ir del lugar, entre todo esto, me lo agradeció, me volvió la respiración. Mientras esto ocurría, las personas lograron sacar al joven del carro, lo pusieron en el asfalto encima de unos cartones, mis compañeros se encontraban con él y el médico revisándolo, le cogimos la mano he
intentábamos calmarlo, le dimos los primeros auxilios, la ambulancia que había sido llamada desde que se presentó el accidente no llegaba y el joven empezaba a desesperarse.
No recuerdo exactamente cuánto tiempo pasó hasta que llegó el papá. Apenas el joven vio al papá empezó a llorar, que fuerte había sido hasta el momento, le dijo “papá perdóname”, el papá se le acercó y lo cogió de la mano, fue una escena hermosa.
Todo había valido la pena. Llegó la ambulancia y lo ayudamos a subir, entregamos las pertenencias y nos despedimos, estábamos emocionalmente y físicamente cansados
por lo sucedido, en ese momento vimos que venían unos venezolanos caminando al rayo del sol, sin importar nada de lo anteriormente contado, mi compañera dijo “A lo que vinimos chicos” …
Laura Vanessa Bueno Duarte Voluntaria Juvenil
Cruz Roja Colombiana Secc. Santander
Categoria individual Cuento
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El guardián de las semillas
El respeto es la base de todo en el universo, respeto entre todos los seres humanos, este respeto incluye a los animales y las plantas. Esta es la bandera que lleva Julián en su diario vivir.
En un momento de su vida estando en la Universidad Industrial de Santander en su carrera de ingeniería química, escuchó acerca del tema de las semillas transgénicas y este tema le llamó mucho la atención, cómo las grandes compañías del mundo, venden la idea de que estas pueden ser alteradas genéticamente para un mejor aprovechamiento.
Ya siendo ingeniero químico se casó y tiene tres hermosas hijas que son la luz en sus ojos.
Una mañana quiso sembrar en un matero de su casa una planta de cilantro y esta planta creció de tal manera que brotaron de ella cientos de semillas.
Sintió una alegría inmensa pues milagrosamente aquella planta le demostraba que con amor y dedicación se podría llegar a tener muy bellos resultados. Su esposa observaba ese amor y pasión de Julián por las semillas que llegaban a sus manos, que decidió acompañarlo y emprender esta hermosa iniciativa en la conservación de todas las semillas que pudieran.
En cada paseo que hacían, cuando podían parar, compraban frutas que llevaban para el sustento de su hogar.
Al porcionar la fruta, apartaban las semillas, las lavaban en lugar de tirarlas a la basura. Y fue así, como siendo guardianes de las semillas emprendieron este hermoso camino juntos, con la ilusión puesta en que en algún momento de su vida puedan comprar una finca, poder plantar en la tierra las semillas que durante tanto tiempo han recolectado. Ese sueño vive fervorosamente en sus corazones.
Un día, su esposa sembró varias semillas de guanábana y estas germinaron sin tener que hacerles algún tipo de alteración, bellas plantas de guanábana brotaban de la tierra sin parar. Sin tener espacio para sembrarlas porque ellos viven en zona urbana, le dijo a Julián que regalaran esas plantas a personas en zona rural, ellos aceptaron gustosos y llegaron hasta la casa de Julián para recoger aquellas plantas, así podrían brindarles a estas un espacio suficiente para un óptimo crecimiento y dar sus frutos. En aquella temporada se regalaron más de mil plantas de esta exquisita especie.
Julián, su esposa y sus hijas han recolectado muchas semillas, guanábana, café, papaya, mandarina, naranja, guama, etc. Las conservan en bolsas de papel ya que en ellas se conservan frescas y seguras, con nombre y fecha de recolección.
Un día partiendo en partes una piña, se notaba en ella unos puntitos negros parecidos a la semilla de linaza, su esposa pensaba que la fruta tenía algún tipo de piojo o algo así, que estaba dañada y vaya lección porque se puso en la tarea de investigar, resulta que aquellos puntitos
eran la semilla de la piña. La emoción que ella sintió fue muy linda ya que pensaba que la germinación de esta planta era de otra manera. Fue una enseñanza muy bonita y una anécdota divertida. El ejemplo es un acto muy poderoso para la transformación del mundo y eso es lo que queremos transmitir a los niños, jóvenes de nuestra ciudad y del país. El cuidado del medio ambiente, que cada uno tenga la capacidad de emprender grandes ideas, compartirlas, que nazca y se fortalezca en ellos el sentido de pertenencia por este lugar llamado planeta tierra, cuidando y respetando a todo ser vivo que aquí habita.
En medio de la crisis sanitaria que vive la humanidad actualmente, su esposa quien es voluntaria, realizó un video para poder compartir esta iniciativa con los niños y adolescentes del programa Infantiles y Prejuveniles. Se mostró paso a paso, el debido proceso en la limpieza y cómo podemos llegar a conservar todas las semillas desde nuestras casas, les motivó a hacerlo y dio a conocer la importancia que tiene para todos hacerlo a conciencia y pensado en los grandes aportes que habría en la agricultura. Entre todos se podría llegar a construir el primer banco de semillas de la Cruz Roja Colombiana.
Por: Vanessa Brigitte Cortés Cornejo- Santander.
Categoria individual Cuento
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El poder de la humanidad
Los días pasaban, se reportaban más tragedias e injusticias sociales en el país, las personas con hambre, sin techo, cerca de la muerte por la guerra y la corrupción, son el pan de cada día de las noticias locales. En uno de esos tantos días, en un lugar al azar del mundo, estaba él sentando frente a la vieja televisión de sus padres, con el reflejo hormigueante de aquellas escenas de desigualdad que le conmovieron en lo más profundo de su ser y allí justo en ese instante, comienza su camino por tratar de dignificar la vida de aquellos que más lo necesitan, allí crecía su amor por la humanidad.
Pronto se encontró en un dilema, no sabía cómo podría llegar a esos lugares donde él pudiera ayudar. Entre tantas caminatas por las frías calles de su ciudad, entre su inconformismo con él mismo y al no encontrar la manera de arreglar un poco el mundo, se reconoció en un emblema, un emblema que le dio esperanza, la Cruz Roja.
Poco después se formó como Voluntario de esta Institución, donde creció en él, el significado tan grande que tenía la palabra ayudar y dentro de su formación se dio cuenta, que estaba en el camino indicado y cada vez más corría por sus venas el deseo de ayudar a construir un mejor mundo, cada día se convencía más de que su vida no tendría sentido sin siquiera aportar algo de esperanza a la humanidad, como algún día aquel emblema lo hizo con él. Fue así como después de formarse tuvo la oportunidad de llegar a las comunidades, de enseñarles y aprender de ellas, dejar
su huella y construir sonrisas, tuvo la oportunidad de cambiar el mundo en cada acción y lo amó con todo el corazón, nada lo hacía más feliz que la alegría de una comunidad y aunque marcharse a veces le doliera, tenía la satisfacción de que allí en los lugares donde estuvo, alguien como él en algún momento sentiría lo mismo por la humanidad, alguien se motivaría por hacer un mundo mejor.
Los años pasaron y como el primer día, él seguía amando lo que hacía, reconocía que los héroes no eran aquellas personas con súper poderes, sino con humanidad en sus corazones, que deseaban y construían un mundo mejor y que siempre desde que tuvo conciencia aquel día frente al televisor, supo que quería ser uno de esos héroes, comprendió también, que ese ÉL podrías ser tú.
Haiden David Fajardo Muñoz Edad: 25 años
Seccional Tolima Unidad Municipal Ibagué
Categoria individual Cuento
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Volvamos a creer Encontrarse un niño
Quizás un poco distraído O un poco desconcentrado
Encerrado en aquella monotonía Dónde a aquella maestra
Nunca atendía
Vio aquel caballero Que sin mucho porte
Pero con mucha emoción Saluda a todos y empieza a hablar
Invitándolos a todos
A ser parte de una familia Tan grande como puedan imaginar
Donde siempre entregamos el corazón E irradiamos alegría
Es la Cruz Roja de la Juventud.
Pero aquel humilde señor Se percata de una cara
Que aún no lograba convencer Y entonces con vigor
Estás palabras comienza a pronunciar:
En un mundo donde Predomina el egoísmo No queda más remedio
Que compartir una sonrisa Que aquel lugar donde Haya menos esperanza
Sea donde más luz brindemos
Y allí en aquel lugar Dónde predomina el pánico,
Lo único que nos salve Sea el arte
Lleno de emociones Sea la poesía llena de verdades,
Dónde la música Cante y saque todas las palabras
Que no somos capaz de decir Porque en el mundo en el que haya
Menos unión Allí estaremos todos
Ayudando a los demás Para construir un mundo de paz.
Al finalizar
el joven se acerca al niño y entre tanto resbalaba una lágrima
por la mejilla de aquel niño el caballero le dice Volvamos a creer
Juan Esteban Patiño Ortiz 18 años
Seccional Valle Unidad Municipal Cartago
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Categoria individual Cuento
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Ser siempre voluntarios
Entre tantas historias te contaremos la de un amor indescriptible. Esa que hace de la esperanza de un mundo mejor el motivo perfecto para crear y creer, esa de admiraciones y sueños compartidos, esa que se teje entre grandes amigos.
Hoy te contaremos de ellos, que juntos se han propuesto cada día llegar más lejos, ellos que hoy se imponen ante la vida con tal esmero, que juntos van cumpliendo sus sueños, ellos que lo van dando todo por todos, ¡todo! y sin parar de reír.
Ellos han coincidido en una magnífica historia y han acumulado incontables alegrías.
Ellos son solo dos de los muchos protagonistas de incontables narrativas.
Él es de ojos claros y se ve seguro en cada paso.
Ella va de risos muy poco peinados contando historias de muchos significados.
Él le da al mundo su solidaridad.
Ella su bonita forma de ayudar.
Él va sumando aliados.
Ella parece tener siempre un plan.
Juntos han logrado hacer de su labor la mayor diversión bajo el legado de una sola misión. Juntos van luchando entre incontables esfuerzos, juntos son faro que ilumina vidas y senderos.
Él dando su energía y su ingenio.
Ella ideando nuevos proyectos.
Ellos han elegido ser parte de este cuento.
¡Han hecho de su voluntad la mejor excusa para ayudar! Ellos son jóvenes que entregan su tiempo, que hacen parte de este Movimiento.
Ellos cargan la mochila llena de recuerdos; sirviendo al mundo entero.
Ellos hacen parte de historias imperdibles protagonizadas por jóvenes increíbles.
Juntos rinden tributo a la filantropía haciendo al mundo testigo de una magnifica empatía. Juntos van llevando un mensaje de altruismo y generosidad, un mensaje que invita a otros a ser muchos más, que inspira a sumar, a servir, a ayudar.
Ellos se han encontrado, juntos lo están logrando, ellos se prometen ser siempre voluntarios.
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Gian Lucas Chelia Sibaja, 24 años. Cruz Roja Colombiana Seccional Atlántico
Categoria individual Historia de vida
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De “ NI-NI” a TO-DOPasar de una “NI-NI” a hacer lo que solo pensaba que solo podía pasar en mi imaginación- Cuando terminé el bachillerato en el año 2016 no tenía ni idea de algo productivo que pudiera hacer por mi vida, en ese entonces, mi universidad pública, a la hoy que pertenezco, no me había admitido para cursar mi querida carrera de comunicación porque me faltaron 2 puntos para lograr ser admitida en la universidad que anhelaba.
Cuando estaba finalizando ese año, no dejaba de preocuparme por los primeros 6 meses del año 2017, que sería un periodo de tiempo perdido porque estaría a la espera de presentarme nuevamente a la universidad y tenía que buscar algo para no ser una joven “NI-NI” es decir, que ni estudiaba ni trabajaba.
Cuando llegó enero del 2017 una compañera del colegio, con la que tenía la peor convivencia, escribió por el grupo de whatsapp de mi promoción escolar preguntando si alguno de los recién graduados deseaban entrar a ser parte de la Cruz Roja Bolívar, en ese momento, pensé en los 6 meses de vagancia que me esperaban en los que solamente invertiría mi tiempo para cursar un preuniversitario de dos horas y supe que podía invertir mi tiempo en dos actividades a la vez sin ningún problema, y así fue.
Ese día entendí que mis problemas personales no deben ser un límite para aportar a la comunidad, por esa razón, dejé atrás todos los problemas que mantenía con esa persona, debo resaltar, que le pedí a Dios muchas veces que me permitiera alejarla de mi vista porque no la soportaba, pero él es más sabio que cualquier ser humano y me enseñó el verdadero significado de la frase “Al que no le gusta el caldo, le dan dos tazas” porque ahora esa mujer y yo somos muy buenas amigas en la institución y seguiremos creciendo juntas por un largo tiempo.
El 2017 fue un año lleno de muchas actividades, empecé a prepararme como voluntaria y aprendí de todo en ética, primeros auxilios y la historia de la Cruz Roja, al mismo tiempo, cursaba el preuniversitario para la universidad pública y afortunadamente, también estudié inglés
con una beca estudiantil, estaba haciendo de todo en estos seis meses que yo juraba que eran solo para vaguear. Cuando inició mayo vino una “cereza del pastel”, luego de un segundo intento pude entrar a la universidad pública. Todo tomaba un buen rumbo.
El 25 de nov, de ese mismo año, me gradué como voluntaria y a partir de ese momento empecé a hacer de todo cada fin de semana, asistí a talleres de formación del voluntario, di clases a niños (algo que detestaba y que en un momento juré no hacer), incluso aprendí a hacer galletas, definitivamente me he atrevido a todo y no he dejado de aprender muchas cosas, que no solo me ayudan a crecer de forma personal, sino también profesional.
La institución me ha brindado cosas muy buenas, cosas que desde niña anhelaba y que creía que no lograría jamás, hoy en día son una realidad, cosas como cuidar a los demás, atender a quien
me necesite, enseñar a mi comunidad, viajar y tener contactos con personas de otras regiones
de Colombia o también de otro país.
Desde el 2017 al 2020 nunca he dejado de aprender ni de enseñar, y eso me hace muy feliz, la actividad más reciente que estoy aprendiendo en estos momentos de cuarentena por parte de la institución, es aprender lengua de señas, y esta es la actividad que más me emociona, porque estoy derrumbando límites y barreras con los demás, incluso, estas clases me
aportan a comunicar sin límites, algo que definitivamente, me impulsa con mucha fuerza a contribuir a la sociedad y también
a contar historias apasionadas a varios sectores a los que siempre he deseado tocar.
Cruz Roja
Colombiana
Por: Laura Ospino Voluntaria juvenil Seccional Bolívar
Categoria individual Historia de vida
31 historias de Juveniles extraordinarios que cambian el mundo40 41
El susurro
Puedo empezar esta historia diciendo, que si alguna vez siente en su cabeza una voz o susurro que les dice que pueden hacer algo por contribuir a la humanidad, ¡escúchenla!Mi historia comienza a finales del 2018 invitándome a ser parte de la Cruz Roja Colombiana como voluntaria, tuve mis dudas al principio por ser algo nuevo para mí y porque me sacaría de cierto confort y monotonía de la cual me había acostumbrado en esos momentos, pero ese susurro se volvió fuerte e insistente que termine llevando los documentos que me exigían y en marzo del 2019 ya estaba inscrita, para mayo de ese mismo año inicie con mis clases de doctrinas e historia, dejándome llevar por la fascinante historia de la batalla de solferino y el comienzo de este movimiento que hoy en día tiene un gran reconocimiento a nivel internacional, también sobresalió un liderazgo innato, aprendí de primeros auxilios hasta de supervivencia en un campamento a mediados de noviembre que me permitiría dar por finalizado el curso de voluntariados que duro aproximadamente 7 meses y donde me permitió también tomar la decisión de donde quería llegar y a que delegación quería pertenecer “JUVENTUD”.
Aunque mi rango de edad no era que encajara mucho ya que pasaba de los 30 y algo jajaaja, fueron sus programas de trabajo los que me inclinaban a seguir a ese camino, aunque para ser sincera pase todo el curso diciendo que me iba para socorrismo, pero algo paso en ese campamento que me dije a mi misma, definitivamente esto es lo que quiero, y fue así como logré mi diploma y orgullosamente hoy en día soy voluntaria juvenil de la Cruz Roja Colombiana Seccional Bolívar. Siento inmensa satisfacción al lograr convertirme en voluntaria Juvenil, siento un orgullo muy grande a nivel personal y grupal que me hace querer esta institución. Por ejemplo, una experiencia que me gustaría compartir con ustedes es mi primera misión dentro de la agrupación de Juventud, esta se llamó “Plan Galleta”, lo cual fue muy curioso para mí, pero descubrí que es una actividad que lleva casi seis años realizándose y cuenta con un grupo de trabajo muy grande en el cual, a través de chocolate caliente, Galletas y juegos que preparan los miso voluntarios podemos ver celebrar sus festividades en el mes de diciembre.
Cruz RojaColombiana
Para mí fue maravilloso ser parte de esta actividad; ver las sonrisas de tantos niños, el brillo de sus ojos, compartir con ellos, responder sus preguntas curiosas, y ver el apoyo que tiene la comunidad en nosotros por ver seguridad y cariño, me hizo muy feliz fue, simplemente gratificante, sobre todo al notar como un acto tan sencillo como este podía generar tanta felicidad tanto en la comunidad como en mí; dejándome una sensación inexplicable de paz y alegría al mismo tiempo.
Ni contarles sobre la campaña del mes de la felicidad con el programa PACO, en esta, teníamos que abordar a alguien y preguntarle ¿A tí, que te hace feliz? Esa sola pregunta lograba robar una sonrisa, una carcajada en esa otra persona, algunas de nervios, otras de reflexión, otras de no saber que responder pero dejando allí una huella para reflexionar si lo que hacemos realmente nos hace feliz… y cada una de estas actividades humanitarias y desinteresadas simplemente a mí me han dejado lecciones de vida que valoraré siempre, y que
espero que en algún momento mis hijos lo hagan.
Aún me quedan Historias por contar, pero sobre todo muchas por escribir, vivir y construir, esto apenas empieza y definitimante no me arrepiento de haber Escuchado ese
susurro que me llevo a convertirme en voluntaria de la Cruz Roja Colombiana y ser parte de la agrupacion de juventud de la Seccional Bolívar, esa definitivamente fue la decision correcta y hoy mas que nunca tengo ganas de seguir en este camino.
Categoria individual Historia de vida
Cordialmente; Leydis Rojas Jiménez
Agrupacion juvenil seccional Bolivar
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Regalatón por una sonrisaLa sonrisa de un niño, las pequeñas manos de las niñas, el apoyo de los padres, la gratitud de las personas, el desamparo de algunos, la desesperanza de otros, la resiliencia de aquellos. Son muchas las cosas que inevitablemente se recuerdan ejerciendo la labor de voluntaria, pero indudablemente son momentos que nos llenan de valor para seguir ayudando desinteresadamente.
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Ser voluntaria juvenil es un orgullo, es un premio que me dio la vida, conocer a tantas personas, vivir tantos momentos, algunos simples, otros arriesgados, desde que entré a la Cruz Roja supe que mi tiempo iba a ser destinado a algo más grande que yo, y no me equivoqué; conocer a la institución es una gran oportunidad, conocer sus falencias, sus errores, sus logros, su alcance, su personal, sus programas, su esencia, sus voluntarios.
Mi memoria se invade con la imagen del trabajo en equipo y del compromiso por sacar las actividades a delante a pesar de las adversidades, aquella vez cuando fuimos a una vereda a entregar los regalos de navidad, ver el esfuerzo de mis compañeros socorristas y juveniles para que todo saliera bien, ver los mensajes de los niños donantes en los regalos deseando lo mejor en una nota pegada a un juguete, después de perdernos en la llegada, desviarnos del camino, llegamos en la camioneta disfrazada de reno a la escuela, ver la sonrisa inocente de los niños nos llenó de energía para lograr crear un momento inmortal; me acuerdo también que ofrecimos un refrigerio pero se nos olvidaron los vasos para servir el té helado, además cerca de ahí no se encontraba ninguna tienda o casa cercana.
Así que después de varios reproches las personas de la escuela nos regalaron los vasos, repartimos la comida, nos dividimos por grupos y a los niños por edades para hacer la recreación con toda la energía que emanaba de nosotros logrando hablar el mismo idioma del juego, inicié con mi recreación y esta se realizaba con música, prendimos el bafle y sonaron las primeras notas musicales, los ojos de los niños brillaron, pero luego se apagó el bafle por arte de magia y la emoción se vino abajo. Logramos entre todos iniciar otra actividad con bolsas de basura y obstáculos improvisados que resultó un éxito ya que fomentaba el trabajo
en equipo y la competitividad, al final entregamos los regalos, llenando espacios y tejiendo momentos, fundiendo abrazos, fortaleciendo vínculos e introduciendo la navidad en los hogares.
Ir a recortar, recrear, jugar, dibujar, planear, enseñar, socializar, preparar, ayudar, cargar, dirigir son acciones que alimentan el espíritu de la agrupación; sin esa disposición y compromiso no se pueden lograr los objetivos. Puedo recordar muchas cosas, pero en mi mente siempre prevalecerán las personas y sus buenas acciones como el más preciado tesoro. Gracias voluntarios y voluntarias juveniles, sin ustedes ni la Cruz Roja ni yo seríamos lo que somos.
Categoria individual Historia de vidda
Nombre: Paula Sofía Rodríguez Bolívar Edad: 19 años
Seccional Boyacá Sede Tunja
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“Yo también tuve 15 años”
Mis primeros pasos como voluntaria juvenil, se han consolidado como una de las experiencias más significativas en mi vida, aunque ha sido poco el tiempo transcurrido en el voluntariado en la Cruz Roja Colombiana, Seccional Caquetá, los momentos que he vivido han marcado mi vida, haciendo que reflexione sobre muchas situaciones en nuestro entorno. Como lo es la situación actual con los adultos mayores, porque normalmente no se les da la importancia que se merecen; las
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personas de la tercera edad son dejadas de lado y no somos conscientes de que ellos también merecen cariño, amor y respeto, por esto, en la seccional Caquetá hay una actividad que pertenece a las damas grises pero que los juveniles siempre la estamos apoyando, se llama “yo también tuve 15 años” a través de esta actividad se reúnen varias personas de la tercera edad para compartir y disfrutar agradables momentos
de alegría.
Durante la actividad, bailamos y aprovechamos el tiempo para convivir con los abuelitos, quienes dispuestos a divertirse nos comparten historias
de sus vidas, el estar con estas personas mayores, nos permite vivir a través de sus experiencias, nos permite darnos cuenta
de la realidad que viven muchas personas y nos enseña que la vida es muy corta y que debemos disfrutarla
en cada momento, los abuelitos son un ejemplo de perseverancia, estar con ellos nos enseña que al final
del día, la edad queda en segundo plano, lo que realmente importa es la actitud que tengamos
al enfrentar las adversidades; es una gran alegría ver como personas mayores se ven con tanta energía y vitalidad, verlos gozando nos demuestra que siguen siendo los mismos jóvenes que fueron hace años en sus mentes y almas, aunque su cuerpo no responda de la misma manera, hacen su mayor esfuerzo y
disfrutan la vida minuto a minuto.
Los abuelitos siguen siendo personas llenas de ilusiones, que han librado muchas batallas y están llenos de conocimientos, debemos aprender a aprovechar la sabiduría de las personas
mayores, ellos estarán dispuestos a llenarnos de risas, amor y cariño como solamente un
abuelito puede hacerlo.
Nombre: Stefany Julieth Días Ramirez Edad: 15 años
Seccional: Caquetá Unidad Municipal: Florencia
Categoria individual Historia de vida
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Una Cruz, un nuevo camino
Es increíble como necesitamos un solo instante para que nuestras vidas cambien drásticamente. Eso fue lo que necesité, un instante, para que mi vida que no tenía un objetivo claro, de repente tuviera un mundo nuevo extrañamente extraordinario frente a mis ojos, aunque en un principio no pensé que este mundo nuevo iba a cambiar toda mi vida por completo.
Era el comienzo de mi año escolar en el 2009, tenía 16 años de edad, cómo es común en los jóvenes de esa edad no tenía ni idea que iba a ser de mi vida, no tenía objetivos claros y mucho menos sabía a qué quería dedicarme el resto de mi vida.
Hasta que un día de ese año que aunque apenas comenzaba ya había empezado mal, entraron al salón donde recibía mis clases un par de mujeres jóvenes que no tenían más de 18 años, y se identificaron como voluntarias juveniles de la Cruz Roja Colombiana, eran muy bien parecidas, pero no crean que fue como ese primer flechazo muy común en las películas románticas, más bien fue como cuando la película está en la parte aburrida, donde se pierde la atención de la trama, así mismo perdí toda la atención de lo que ellas nos explicaban.
En realidad hasta ese momento no había escuchado absolutamente nada de lo que era la Cruz Roja, excepto lo que pude oír en uno de los capítulos de El Chavo del ocho.
Finalizando la intervención, nos preguntaron si queríamos hacer parte de su agrupación en la Cruz Roja.
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Y cómo ya estaba esperando que terminaran fui el primero en hablar: - Si me das tu número de contacto iré
Me sentí muy estúpido al finalizar esa frase. La sorpresa vino cuando ella sin vacilar dijo
- Está bien te lo daré - y puso su número en el tablero.
Ese fue el primer paso en este nuevo camino que la vida me puso en frente.
Llegó el día pactado para la primera clase con las voluntarias de la Cruz Roja. En realidad no tenía muchas ganas de asistir, por no decir que definitivamente no quería ir. Pero los compañeros de curso que se inscribieron conmigo ese día, fueron a mi casa y prácticamente me obligaron a ir con ellos.
Al estar a la mitad de la clase con la voluntaria Juvenil, me encontraba en un estado de éxtasis total, sentía que no estaba ahí, si no en cada una de las palabras que ella decía. Ese fue el instante exacto en el que mis ojos vieron un mundo totalmente fascinante, un mundo del cual no iba a poder salir nunca y no es como si quisiera hacerlo.
Desde ese momento mi vida está ligada completamente a esta institución, con ella aprendí a ser una mejor
persona, con ella viajé por primera vez fuera de mi cuidad, y hasta conocí a primer amor, y supe el valor
que tiene ayudar a las personas que necesitan de una ayuda desinteresada de esas que se pagan con una sonrisa. Ese primer momento en que
escuche hablar de la Cruz Roja, fue cuando una Cruz, me dio un nuevo camino.
Hebert De Jesus Guerrero Fadul Voluntario juvenil de la Cruz Roja Colombiana
Seccional Cesar
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Agradecida
Me devuelvo a algunos años atrás, estudiando en la secundaria y realmente es increible cómo le puede cambiar la vida a una persona, alguien que vivia el presente y no pensaba en futuro alguno. Eso sí, abierta a nuevas oportunidades, que me permitieran aprender algo nuevo y que me sacaran de la rutina diaria, pues a los 13 años no es que hiciera muchas cosas sólo estudiar. Sentía que quería hacer algo más pero no sabia que era.
Un dia llegaron unas personas a la escuela que realmente no sabia de donde venian, solo sabia que eran del área de la salud y que al saludar a todos los del salón de clases yo sólo pensaba que venian a sacarme sangre. No estaba asustada, de hecho, obtuvieron mi atención en un instante y al parecer nos estaban invitando a conocer más de ellos, de lo que significaba su cruz de color rojo en su pecho, aprender primeros auxilios y más adelante librarnos de prestar nuestro servicio social. Mis compañeras no estaban muy convencidas, me preguntaron varias veces que si aceptaría la invitación, dudé algunas veces por varias razones, ¿quién me transportaría hacia donde ellos dicen?, ¿Me dejarán asistir mis padres?; sin embargo, llegué al día siguiente a contarle a mis compañeras que sí asistiré ya que obtuve el permiso de mis padres.
Ese dia no faltamos ninguna de nosotras, jugamos, aprendimos cosas nuevas, personas nuevas, disfruté momentos con un circulo social diferente y a pesar de todo no me sentía diferente a los demás. Pasando el tiempo, aprendí a querer la institución y la admiro demasiado, mis compañeras se fueron alejando poco a poco y de todas ellas seguía asistiendo yo todos los fines de semana, y al terminar el año escolar, me convertí en voluntaria de la Cruz Roja. De aquí en adelante lo que viví fue bueno, muy bueno. La Cruz Roja me ayudó a encontrar mi profesión, ser docente. Di a conocer nuevos proyectos, enseñaba a niños, jovenes y personas mayores que yo lo que habia aprendido todo ese tiempo. Obtuve muchos certificados que valen la pena hoy en día y que doy gracias por tenerlos.
Me invitaban a liderar muchas actividades y a participar de ellas y lo que nunca me habia esperado, coordinar un programa de la agrupación. Fui creciendo a nivel personal y profesional. Le brinde felicidad a mis padres por mis nuevos logros. Tengo nuevos amigos que doy gracias por trabajar con ellos y disfrutar de momentos inolvidables a su lado, personas que llenaron mi corazón de amor y humildad y que me caracterizan por ser una persona alegre, haciendolos reir cada vez que tengo oportunidad.
Muchas gracias Cruz Roja, haz ayudado a cambiar miles de vidas.
Valery Vanessa Vanegas Zuleta. Voluntaria juvenil seccional cesar
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Millones de Aprendizajes Cruzrojistas
Para mi, ser Cruz Roja es ser amor; es tener la oportunidad de desarrollar una forma diferente de ver la vida, apreciar los momentos más sencillos y ser la diferencia que la sociedad necesita. Mi camino empezó en el 2016, cuando empecé a notar que hay muchísimas personas que necesitan ayuda, sin embargo muy pocos ayudando, hice el respectivo curso de voluntariado en el cual logré obtener un aprendizaje que voy a utilizar para el resto de mi vida y ya estaba lista para ser voluntaria activa.
Actualmente tengo 17 años de edad, vivo en Santa Marta, desde muy chiquita mis papás me inculcaron una sensibilidad inmensa para con la comunidad y sus problemas; mientras crecía, este se convirtió en un deseo imparable de ayudar a los más vulnerables. “Como seres humanos, tenemos sentimientos y millones de problemas en nuestra vida”
Entregar felicidad, ver la sonrisa de las personas y poder escuchar el sonido de la alegría, es una de las mayores gratitudes de mi vida y me la otorgó Cruz Roja.Hola, mi nombre es Maria Del Rosario Yanett Anillo, voluntaria juvenil de la Cruz Roja Colombiana Seccional Magdalena, ingresé a la institución a la edad de 13 años.
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Esta frase me la suelo repetir a mí misma desde los 10 años, por eso ingresé a esta hermosa institución que se ha convertido en una familia para mí, un hogar más. En ella he aprendido cómo sacarle una sonrisa a miles de niños al mismo tiempo, cómo se ve la cara genuina de una persona a la cual le aliviamos por lo menos una mínima parte de su sufrimiento, cómo ayudar es igual a felicidad, cómo el sacrificio nos lleva a ser mejor, cómo todos somos una familia; y estoy segura que no hablo únicamente por mi, sino por todo cruzrojista, de presidentes a voluntarios.
Desde el fondo de mi corazón, siento que Cruz Roja ha sacado la mejor versión de mi misma, una joven que con tan solo ayudar, es feliz; a parte de esto, también le ha aportado un montón a mi formación integral, a mi carácter y a quién quiero ser en la vida.
En Cruz Roja fui por un año la encargada del programa INPRE (Infantiles y Prejuveniles) en el Magdalena, una experiencia inolvidable, cargada de felicidad. En ella y a lo largo de mis
años en la institución he reido, me he divertido, he hecho nuevos amigos, se me han aguado los ojos, he sido feliz, he sentido gratitud, esperanza, alegría y he conocido a muchas personas que cargan las almas más hermosas y puras que he conocido.
Por último, solo me queda decir “gracias” a mis compañeros y a los muchos que he logrado ayudar, todos y cada uno me han dejado una enseñanza que guardo en mi ser como “los millones de aprendizajes cruzrojistas.”
Por: María Del Rosario Yanett Anillo
Magdalena
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Lo bonito de mi vida con Cruz Roja
Recuerdo como mi madre me contaba historias entorno a las actividades que realizaba cuando estuvo en la Cruz Roja, tenía uniformes y fotografías que reflejaban diferentes momentos y con orgullo refería que esos amigos eran para toda la vida y esperaba que en algunos años yo estuviera allí.
En el 2010 recibí la invitación por parte de una amiga del colegio a participar de un proceso de formación de la Cruz Roja, entre clases de primeros auxilios, derecho internacional humanitario, actividad física, diferentes juegos que incluían recreación y principios para la sana convivencia pasaron varios domingos en el que madrugar no era sacrificio, me esperaban mañanas de aprendizajes, sonrisas y momentos con nuevas personas de diferentes edades. Así empezó a gestarse un amor ágape caracterizado por ser comprometido, fraternal, altruista y sincero.
Empecé a ser parte de una familia llamada Cruz Roja Seccional Norte de Santander, en donde días antes de consagrarme como juvenil se presentaron eventualidades naturales en Gramalote, Costa Atlántica y Haití, allí logre evidenciar como muchas manos se unieron y dijeron sí, algunos viajaron, otros
nos quedamos en la sede y cumplimos tareas que implicaban recepcionar ayudas, organizarlas, empacarlas hasta direccionar la entrega oportuna y todo lo que logísticamente implicaba una emergencia; reconfirmé una vez más que mi misión era servir.
A lo largo de los años, he ido participando en diferentes talleres y
capacitaciones en las áreas misionales en donde pude identificar con nombre propio como podía direccionar mi voluntariado, pues reconozco que como seres humanos tenemos habilidades y potencialidades que conforme a ellas podemos desarrollarnos mejor en el escenario social.
Estudiando Trabajo Social, empecé a participar de
Sector Escolar en donde logré reconocer que la timidez no me permitía expresarme con facilidad, pensando en como podría fortalecerme para ser una potencial instructora, como mis colegas; de allí llegó la propuesta para participar en un taller de monitores de recreación
en la Guajira, asumí el reto que me permitió
entender que con disposición,
energía, algunas herramientas y estrategias podría ser, no solo una buena voluntaria recreadora de mi agrupación, sino que además una buena líder.
Entre encuentros de voluntariado, talleres, servicios, sonrisas y actividades me despedí temporalmente de la casa que me formo como voluntaria, partí
a Medellín a buscar nuevas oportunidades de formación profesional; en la seccional Antioquia me recibieron muy amables. Un poco más de un año estuve compartiendo en medio de otra cultura, proyectos y programas, nuevos amigos, historias y momentos que me llenaron de agradecimiento para seguir mi camino hacia otra nueva oportunidad en Cundinamarca en donde la hermandad del Grupo de Apoyo me dijo Sí nuevamente.
Mi Cruz Roja con los brazos abiertos me permitió escribir más historias. Ahora en el 2020 retorne a la casa que me formó inicialmente y continuo haciendo lo que más me gusta con el regreso de mi madre a la institución, aliviar el dolor y el sufrimiento humano.
María Fernanda Álvarez Angarita 26 años
Seccional Norte de Santander
Unidad Municipal Cúcuta
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Gritos de esperanza al borde de la muerte
Me encontraba en Bogotá preparando mi equipaje para regresar a mi pueblo natal a disfrutar de unas merecidas vacaciones, mientras Juan David cumplía con sus obligaciones de estudiante como de costumbre, era un viernes tranquilo y cotidiano en Mocoa en donde el sol se imponía muy fuerte haciendo de este un día muy caluroso.
Al terminar sus labores los pobladores de esta ciudad esperaban un fin de semana tranquilo como es de costumbre, con fiestas nocturnas, salidas de campo, y tardes de familia.
Mientras tanto me encontraba rumbo a reencontrarme con mis seres queridos, lo que prometía un viaje tranquilo.
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Siendo las 10 de la noche de aquel fatídico viernes 31 de marzo del 2017, el cielo se cubrió de nubes espesas y tenebrosas, precipitando una fuerte lluvia, lo cual alarmó a sus pobladores, Juan David se encontraba alistando los preparativos para la fiesta sorpresa de su madre, al momento en que el sale a recogerla a su trabajo el pánico se apodero de sus vecinos quienes a grito herido pregonaban un desastre inminente, “El rio se salió, el agua se está entrando a las casas” mientras evacuaban rápidamente unos deciden salvar lo poco que tienen, mientras otros luchaban por salvar a sus familiares, al instante en el que rio se desbordaba con mucha furia arrasando con todo a su paso, incluyendo el sueño y las esperanzas de aquellas victimas mortales que dejó la
enorme avenida torrencial de piedras y palos.
A mitad de mi viaje, recibo las llamadas de amigos y familiares, anunciando la tragedia que estaban pasando, inmediatamente se activaron los organismos de socorro, entre esos la Cruz Roja, de la cual Juan David y yo éramos miembros como voluntarios juveniles; A consecuencia de la avenida torrencial, Mocoa se quedó sin energía eléctrica, dejándola incomunicada afectando a su vez las principales vías de acceso a la ciudad, la falta de energía eléctrica dificultó la reacción de los organismos de socorro, haciendo mucho más difícil el acceso a las zonas afectadas, causando muchas perdidas humanas, quienes en su agonía imploraban rescate y auxilio.
Al amanecer del 1 de abril el país se despertaba con la triste noticia que enlutaba a miles de familias, conmocionando a todo un país y al mundo entero, la tristeza se apoderaba de muchas familias que buscaban sin descanso sus seres queridos.
Cuando juan David llego a su a casa y lugar de trabajo encontró todo destruido y lleno de barro, la tristeza se apodero de el al ver que todo por lo que su familia lucho se iba al piso, a pesar de esto el opto por colaborar buscando cuerpos, eran tantos afirma el que los extendían en la calle y los tapaban con plástico esperando ya sea a sus familias o entidades encargadas de los cuerpos.
Por otro lado, yo llegue y sin pensarlo me dirigí a la sede de la cruz roja Colombia a colaborar en lo que más pudiera al igual que juan David.
Día Mundial De La Cruz Roja | Mirador Del Putumayo, Avalancha En Mocoa Putumayo Deja Muertos
Juan David Álzate López -Edad 18 Jorge Daniel Cuevas -Edad 21 Seccional Putumayo _Mocoa
Categoria individual Historia de vida
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Buenas tardes mi historia de la Cruz Roja Colombiana, comienza cuando mi tía por parte de mi madre me ingresa a la Institución para ocupar mi tiempo libre, ya que la problemática de donde vivía era de drogadicción y problemas sociales.
Comencé cuando apenas tenía 13 añ
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