Novena a la
Santísima Virgen de Guadalup
eTercer día
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Oración :
Oh Virgen de Guadalupe, Madre de Dios y Madre
nuestra, que te dignaste hablar a tu siervo Juan Diego con estas tiernas
palabras:“Hijito mío, que no se turbe tu corazón…no
temas…¿No estoy aquí Yo que
soy tu Madre?¿No estás acaso bajo mi protección y amparo?”
Llenos, pues, de confianza con estas palabras venimos hoy a tus plantas para pedirte que nos concedas todas
las gracias que necesitamos y que
deseamos obtener de tu bondad en esta novena. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Reflexión:
La Virgen de Guadalupe se presenta
a Juan Diego en su primera aparición y se
identifica con estas palabras:
“Estame atento, hijito mío y óyeme: Yo soy
la siempre Virgen María, Madre del
verdadero Dios por quién todo vive”.
Estas palabras
contenían un mensaje inmediato e
importantísimo para nuestro pueblo y para todos los pueblos de América en aquellos
momentos. Era la invitación
cariñosa que hacía Dios a los pueblos
indígenas por medio de la Virgen para que se convirtieran a la religión cristiana.
Era un modo maravilloso de facilitar el paso de la
idolatría a la fe en el Dios único y verdadero, el Dios Amor, Padre de nuestro Señor Jesucristo
y Padre de todos los hombres.
Juan Diego así lo
entendió y lo aprovechó para entrar de lleno en
la nueva religión anunciada por los
misioneros de Cristo. Y nosotros ¿hemos
respondido con la misma generosidad al llamado
de nuestra?
Aclamaciones a la Virgen de Guadalupe
Aclamemos con amor a nuestra Madre de Guadalupe pidiéndole también su
ayuda:
Bendita seas, oh Virgen de
Guadalupe, porque nos regalaste tu propia imagen y quisiste
quedarte con nosotros para ser nuestro
modelo y conducirnos a Cristo, Camino,
Verdad y Vida para todos los hombres.
Rezar un Ave María.
Bendita seas,
oh Virgen de Guadalupe, porque quisiste quedarte en
medio de nosotros para demostrarnos todo tu
amor y compasión y ser nuestro auxilio y defensa en todas
nuestras necesidades.
Rezar un Ave María.
Bendita seas, oh Virgen de
Guadalupe, porque quisiste quedarte con
nosotros para ser nuestra piados Madre, oír nuestros lamentos y
remediar todas nuestras miserias,
penas y dolores.
Rezar un Ave María.
Oración final para todos los días:
Oh Virgen de
Guadalupe, “Madre del verdadero Dios
por Quien se vive”, aquí estamos a tus
pies para recordarte una vez más la gran promesa que hiciste
a tu siervo Juan Diego de escuchar siempre nuestras
súplicas y remediar todas nuestras necesidades.
Te rogamos pues, Madre nuestra que
seamos fieles a nuestra fe
y la vivamos; que en cada uno de
nosotros reine siempre Cristo y le
sigamos; que haya paz en
nuestras familias; que puedan ver la
eficacia de tu misericordia todos los
que, en medio de sus sufrimientos, se
encomiendan a Ti;
que imitemos fielmente todas tus
virtudes; que crezca
constantemente nuestro amor y
confianza en Ti; y que, por fin, nos alcances de Dios lo que especialmente
queremos conseguir de tu bondad en esta
novena.Así sea.
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Que Dios te llene de bendiciones. Y que permanezcamos unidos en el amor de
Jesús.
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