Titulo: Municipalismo Alternativo y Popular, hacia una definicin
del concepto
Autores: Merc Cortina i Oriol, Gemma Ubasart i Gonzlez1
Abstract: Si hacemos un breve repaso a los resultados electorales municipales de los
ltimos aos, enseguida podemos observar como han aflorado en el territorio cataln y
vasco un notable nmero de candidaturas alternativas y populares; candidaturas que salen
de la lgica clsica que toma al partido poltico como sujeto de representacin. Sin
embargo, estas candidaturas, su definicin y sus impactos, estn apenas siendo estudiadas
ya sea desde la politologa como desde la sociologa. En nuestro artculo pretendemos
sentar unas bases terico-metodolgicas para poder acercarnos a ste fenmeno partiendo
de la idea de que se est redibujando el mapa de actores polticos. As, ms all del terceto
compuesto por el partido poltico, el grupo de inters y el movimiento social, nos
encontramos con un cuarto actor que escapa de la clasificacin clsica de actor poltico a
partir del cuadro de doble entrada constituido por la lgica del poder desde la que se opera
y la situacin en/ante la institucin. Se trata, por tanto, de actores muchas veces
provenientes de la estabilizacin y la estructuracin de movimientos sociales que actan
desde dentro de la institucin pero que no comparten la lgica del poder, los roles, ni las
relaciones propias de los partidos polticos. Para ello, nos serviremos de la literatura sobre
movimientos sociales y democracia local y a partir de la construccin de este marco
terico, formularemos una definicin de municipalismo alternativo as como sus diferentes
tipologas.
Summary: 1. Introduccin; 2. Qu es el Municipalismo Alternativo y Popular? 3. Una
aproximacin terica; 3.1. Qu dice la literatura sobre los impactos de los movimientos
sociales en las polticas pblicas?; 3.2. Qu dice la literatura sobre los procesos de
institucionalizacin de los movimientos sociales?; 4. Una aproximacin metodolgica
1. Introduccin
Si hacemos un breve repaso a los resultados electorales municipales de los ltimos
aos, enseguida podemos observar como han aflorado en el territorio cataln y
vasco un notable nmero de candidaturas alternativas y populares. Pero no se
trata de un fenmeno nuevo. Desde la transicin ambos territorios han sido un
espacio destacado de experimentacin poltica en el mbito municipal. En varios
pueblos y ciudades la proximidad que ofrece el mundo local ha sido aprovechada
por colectivos y redes sociales para abrir espacios de participacin en el sistema
representativo. De esta manera, ya en las primeras elecciones postfranquistas se
presentan una multiplicidad de candidaturas alternativas y populares que nacen al
margen de los partidos polticos tradicionales. Se trata de iniciativas que se gestan
en el seno de los movimientos sociales y que recogen muchos elementos que
caracterizan a estos: la estructura horizontal, la centralidad que toma la poltica
frente a la gestin o la radicacin en el territorio.
En Catalunya muchas de estas apuestas de los primeros aos de democracia
quedaron en nada y las personas que las haban impulsado acabaron (como tantas
otras) en el desencanto de la transicin. A pesar de esto, el desafo electoral cuaj
1Merc Cortina es profesora e investigadora de Parte Hartuz de la UPV/EHU ([email protected]);
Gemma Ubasart es profesora de ciencia poltica e investigadora en el IGOP de la UAB
1
fuertemente en varios municipios: la Candidatura dUnitat Popular dArbcies
(CUPA), la Unitat Municipal 9 (UM9) de Sant Pere de Ribes o el Collectiu Obrer i
Popular (COP) de Ripollet. En el caso de las dos primeras llegan a tener la alcalda
en sus respectivos consistorios, y en el caso del COP este ha accedido al gobierno
en coalicin diversos periodos. En el caso vasco, una parte de estas experiencias
municipales se consolidan y estructuran en un partido de abasto nacional: Herri
Batasuna; otras se mantienen independientes. El desarrollo del propio conflicto
dejar en un segundo plano la poltica local.
Avanzando 30 aos en el tiempo, nos situamos ya en los comicios electorales del
27 de mayo de 2007. En estos ms de cien candidaturas alternativas y populares
concurren a elecciones y mas de la mitad obtiene representacin; muchas de ellas
se encuentran vinculadas a las CAV (Candidatures Alternatives del Valls) o a les
CUP (Candidatures dUnitat Popular). En el caso vasco el complejo contexto hace
difcil analizar la realidad municipalista. La aplicacin de la ley de partidos ha
dejado sin posibilidad de concurrir a elecciones a candidaturas que podramos
considerar en esta topologa; a la vez que tambin ha provocado que candidaturas
sin un trabajo municipalista relevante parezcan a primera vista candidaturas
alternativas y populares.
A estas candidaturas a veces se les ha dado el nombre de candidaturas
independientes. Para no crear confusin, antes de empezar haremos una
apreciacin terminolgica. Desde las primeras elecciones encontramos
candidaturas en el mbito local que no responden a las siglas de un partido poltico
tradicional; o en otras palabras las podramos llamar como candidaturas raras.
Dentro de esta categora encontraramos, en una gradacin de mayor politizacin a
menor, las candidaturas alternativas y populares, las candidaturas vinculadas a
partidos polticos pero que se presentan con otro nombre (las marcas blancas) y
finalmente las candidaturas independientes.
As pues, si bien en un pasado muchas de estas candidaturas raras eran
candidaturas independientes despolitizadas y/o fruto de escisiones; en la
actualidad cada vez es ms importante dentro de esta categora la presencia de
candidaturas alternativas y populares que se caracterizan por su autonoma de los
partidos polticos tradicionales sin menospreciar coaliciones electorales
supralocales- pero tambin por su vinculacin con los movimientos sociales de
mbito local. Este proceso de politizacin coincidira con el descrito por Quim
Brugu y Ricard Gom (1998) en sus estudios sobre gobierno local en el Estado y
los cambios que se producen a partir de los aos noventa; las administraciones
locales se vuelven ms estratgicas y la arena local se politiza.
2. Qu es el municipalismo alternativo y popular?
Cuando hablamos de municipalismo alternativo y popular hacemos referencia a
dos realidades vinculadas pero diversas, segn si concebimos el concepto de
municipalismo en sentido amplio o restringido. En un sentido amplio se incluye el
repertorio de acciones, anlisis y estrategias con que los movimientos sociales
intervienen en la arena del gobierno local, incluyendo intervenciones tan variadas
2
como la protesta, la colaboracin en el diseo de las polticas pblicas de mbito
local mediante procesos participativos, el derecho a peticin, la relacin con los
representantes electos y los partidos polticos tradicionales. En un sentido
restringido del trmino entendemos por municipalismo la articulacin por parte
de los diferentes movimientos sociales locales de candidaturas electorales con el
objetivo de obtener representacin en los rganos de gobierno municipal e incidir
en el gobierno local.
En el caso cataln y vasco se pueden identificar distintas realidades que
conformaran esta amalgama de experiencias pero que en ningn caso pueden
analizarse como a realidad orgnica. En un primer momento, desde una
concepcin amplia de municipalismo, se apunta la existencia de un movimiento
vecinal organizado, que goza de la experiencia que le dan los 40 anos de vida pero
tambin con la renovada voluntad de innovar des de un punto de vista
organizativo, estratgico y generacional sobretodo en las regiones metropolitanas
del Estado. Sobretodo es relevante la accin del movimiento vecinal en ciudades
metropolitanas como Bilbao y Barcelona, pero tambin en ciudades de tamao
medio. En un segundo momento, desde una concepcin restringida de
municipalismo, se tienen en cuenta las diversas candidaturas alternativas y
populares que intervienen (sobretodo) en municipios pequeos y medianos.
Estas realidades movimentistas tienen una voluntad de incidir desde abajo, desde
el tejido social ciudadano, en la forma de gobernar y en las polticas pblicas que se
disean e implementan mayoritariamente en el mundo local (policies). Pero, y a
diferencia de los partidos polticos tradicionales o de los grupos de inters,
no se persigue un simple impacto (sea este substantivo, operativo o simblico) en
las polticas pblicas a travs de la presin que se pueda ejercer desde
determinadas organizaciones sino que tambin se busca la autoorganizacin
social, la construccin de comunidad, el hecho de que las demandas tengan su
recorrido de abajo hacia arriba (es decir, tambin se opera en el espacio de las
politics). Es precisamente esta construccin de un tejido social comunitario la que
empuja a estas candidaturas a explorar instrumentos para canalizar y hacer
efectivas las demandas ciudadanas. Otra de las caractersticas mas significativas de
estas experiencias, reside en su independencia de ciertas dinmicas internas de
los partidos polticos y grupos de inters -o de las relaciones circulares de poder
como dira Ferran Izquierdo-. Esto posibilita a veces la toma de posturas ms
coherentes y menos dependientes de otras necesidades o intereses ajenos a la
comunidad.
Pero diramos ms. A diferencia de movimientos sectoriales, el municipalismo
alternativo y popular se caracteriza por la voluntad de la organizacin de
permanecer en el tiempo y a la vez de responder a un conjunto coherente de
cuestiones muy diversas a partir del arraigo en el mundo local: desde los
problemas de acceso a la vivienda a la sanidad, desde la cultura a los servicios
sociales. As pues, si lo que diferencia principalmente los partidos tradicionales o
grupos de inters del municipalismo alternativo es la voluntad de estos ltimos de
construir dinmicas comunitarias radicalmente democrticas, a partir de
realidades materiales concretas (no tanto de grandes relatos o identidades
3
ideolgicas); la principal disimilitud con otros movimientos ms sectoriales es su
carcter transversal y su consistencia organizativa. No tanto la voluntad de
impacto en las polticas pblicas (que algunos movimientos buscan y algunos
consiguen) sino la bsqueda de formar parte de los mismos procesos de diseo e
implementacin de polticas pblicas de manera integral y sostenida en el tiempo.
En este sentido podemos diferenciar la participacin pasiva (impacto)2 de la activa
(formar parte del proceso) de los movimientos sociales en el marco de elaboracin
de polticas pblicas, as como tambin si el carcter de su intervencin es global y
transversal o bien sectorial y temporal.
En el presente artculo se analizar el municipalismo alternativo y popular en
sentido restringido, aquel que hace referencia a experiencias movimentistas que
participan en un terreno electoral. As pues, se considerarn expresiones
electorales que tienen su origen en los movimientos sociales emancipadores, con
una fuerte radicacin territorial (en cuanto autoorganizacin e institucin pblica
de referencia) y no se encuentran vinculados a partidos polticos tradicionales.
Podemos decir que estas realidades organizativas salen de la lgica clsica
representativa que toma el partido poltico como sujeto de representacin. La
frontera no est clara, pero en el ejercicio mismo de delimitacin se construye el
objeto de estudio que queremos analizar. El municipalismo alternativo lo
conforman agrupaciones de electores, partidos con radicacin local, coordinadoras
municipales, etc. con distintos grados de estructuracin3.
Como apuntbamos en la introduccin, ya desde la transicin poltica encontramos
en el mbito local candidaturas con siglas distintas de los partidos polticos
tradicionales. Estas candidaturas raras pueden clasificarse en una gradacin
teniendo en cuenta su nivel de politizacin. As pues, estaramos frete a:
Tipologa de candidaturas raras
Tipo de candidatura Nivel de politizacin
Candidatura alternativa y popular Alto
Candidatura vinculada partido poltico tradicional Medio
Candidatura independiente Bajo
Fuente: Elaboracin propia
El objetivo de este artculo es presentar las bases tericas y metodolgicas que
sustentan nuestra investigacin en proceso sobre candidaturas alternativas y
populares. Por lo tanto, solo se har referencia a la primera categora. Es
importante, pero, la clarificacin terminolgica.
3. Una aproximacin terica
2 Para un anlisis de los impactos en las polticas publicas de los movimientos sociales ver el trabajo de
Ibarra/Gom/Mart (2003) sobre el movimiento okupa, por la insumisin, de solidaridad y antirracista.
3 Sin ir ms lejos, una agrupacin de electores local surgida de un conflicto medioambiental tiene una
estructura organizativa mucho ms laxa que la CUP de un municipio que cuenta con el apoyo de un
secretariado nacional.
4
3.1. Qu dice la literatura sobre los procesos de institucionalizacin de
los movimientos sociales?
Antes de entrar en la cuestin de los impactos en las polticas pblicas, cabra
introducir un primer debate recurrente en la literatura sobre movimientos
sociales: los procesos de institucionalizacin.
Como hemos adelantado, nos estamos refiriendo a un actor que, en un principio,
supone un desafo a la tipologa clsica de actor poltico compuesta por el triplete
partido poltico, grupo de inters y movimiento social. A grandes rasgos podemos
clasificar a estos actores a partir de un cuadro con doble entrada: la lgica del
poder desde la que operan y su situacin en la institucin. As, por un lado, nos
encontramos con los partidos polticos y los grupos de inters, los que operan
desde una lgica circular del poder, es decir, la acumulacin del poder por el poder,
mientras que los movimientos sociales se guan por una lgica lineal del poder, es
decir, la accin colectiva por objetivos. Por otro lado, nos encontramos con que
tanto los grupos de inters como los movimientos sociales operan desde fuera de
las instituciones, mientras que los partidos polticos lo hacen desde dentro.
Fuente: Elaboracin propia a partir de IZQUIERDO (2008)
Si miramos a la realidad municipal actual nos encontramos con unos actores que
no tienen lugar en esta clasificacin. Se trata de actores, como hemos dicho,
muchas veces provenientes de la estabilizacin y la estructuracin de movimientos
sociales que actan desde dentro de la institucin pero no comparten los roles ni
las relaciones propias de los partidos polticos. Esto nos lleva a plantear que el
municipalismo alternativo abre un espacio para la emergencia de un nuevo actor
poltico. Pero ms all de ello, supone una revisin de las teoras de la
institucionalizacin.
De acuerdo con las tesis de institucionalizacin, adems de este proceso de
estabilizacin de la organizacin de los movimientos sociales, nos aparecen como
procesos evolutivos inexorables el distanciamiento entre las bases y los lderes y la
moderacin tanto de sus demandas como de su repertorio de accin. Esto nos lleva
al hecho de que la institucionalizacin de los movimientos sociales se ha entendido
como la adopcin por parte de stos de formas, estrategias y roles propios de los
otros actores polticos que encontramos en el mapa, ya sean partidos polticos (con
la participacin directa de sus miembros) como grupos de inters (sin la
participacin directa de sus miembros). Estamos hablando pues de procesos de
profesionalizacin, jerarquizacin, bsqueda de representatividad poltica y
moderacin. Ello se ha tratado tanto desde una asuncin directa del postulado
(Zald and McCarthy, 1987; Heijden, 1997; Kriesi, 1996; Dalton, 1994) como desde
Relaciones circulares de poder Relaciones lineales de poder
Accin poltica dentro de las
instituciones
Partidos Polticos Candidaturas Alternativas?
Accin poltica fuera de las
instituciones
Grupos de inters Movimientos Sociales.
5
una revisin del mismo que, a pesar de entenderlo como un proceso algo ms
complejo, no lo cuestiona en su esencia (Tarrow, 2004; Jimenez, 2003; Pruijt,
2003).
Sin embargo, el fenmeno ante el que nos encontramos supone la creacin de una
cuarto actor poltico con unas formas, estrategias y roles propias, con lo que el
proceso de institucionalizacin no supone al adopcin de las formas y maneras de
otro actor, sino la creacin de una nueva, por lo que tampoco se puede asumir ni el
carcter lineal del proceso, ni la asuncin de pasividad de las bases ni la
moderacin en las demandas que se asume desde las tesis de la
institucionalizacin. Frente a ello proponemos, para mirar a dicho proceso, una
distincin entre formalizacin (estructuracin) e institucionalizacin (disolucin
de los lmites entre lo social y lo estatal).
En el siguiente cuadro se han apuntado de manera esquemtica las principales
caractersticas de las dos realidades que nos ocupan al hablar de municipalismo
alternativo: el movimiento vecinal (en su concepcin amplia) y su deriva a
candidatura alternativa (en su concepcin estrecha), identificando la arena
institucional (lo que hace referencia a la institucionalizacin) y la arena
comunitaria (lo que hace referencia a su formalizacin) ambos como espacios de
intervencin poltica. Adems se observa el espacio en el que se acta como
enmarcador de la realidad organizativa en cada contexto.
Movimiento vecinal Municipalismo alternativo
Arena institucional
Acceso al gobierno e influencia
polticas pblicas.
Capacidad de negociar con el
gobierno e influir en las polticas
pblicas.
Capacidad negociar gobierno con el
gobierno e influir en las polticas
pblicas. Posibilidad de formar parte
del gobierno o ser decisivo.
Gestin de recursos pblicos Gestin recursos derivados de
subvenciones y prestaciones de
servicios.
Gestin recursos derivados de
ocupacin de un cargo pblico electo.
Acceso a la informacin Acceso por presin Acceso por ley
Arena comunitaria
Creacin de red social Articulacin en asambleas
ciudadanas en los barrios
Articulacin en asambleas ciudadanas
en los municipios
Competencia tcnica Alta competencia tcnica, sobretodo
nivel federacin.
Competencia tcnica desigual.
Coordinacin/ coherencia poltica Alta coordinacin. Relativa radicacin
de la decisin en el territorio.
Baja coordinacin. Alta radicacin de
la decisin en el territorio.
Topologa miembros Pluralidad. Peso importante adultos y
hombres.
Pluralidad. Peso importante jvenes y
hombres.
Espacio
Tamao municipio Ciudades medianas y grandes Pueblos y ciudades medianas
6
Como vemos, en este cuadro se apuntan diversas caractersticas de ambas
experiencias. Sin entrar en la arena comunitaria, nos centraremos en la arena
institucional. Ambos modelos, comparten como ya hemos sealado algunos
aspectos de partida pero tambin diferencias sustanciales que no podemos pasar
por alto: el movimiento vecinal se constituye como un espacio pblico no estatal
con una institucionalidad propia, que dialoga, se cruza, a veces potencia y mejora,
otras cortocircuita, contamina o incluso llega a formar parte de la institucionalidad
del estado a escala local, pero como tal, no aspiran a la gestin del poder poltico,
sino que su actividad estara mas dirigida al reparto de este poder poltico a partir
del reconocimiento institucional de realidades que surgen fuera del mbito
institucional.
Los movimientos vecinales se sitan fuera del mbito de la representacin formal y
de la participacin directa en el poder poltico local. En teora al menos (la realidad
esta llena de matices) su actividad parte y se limita a la participacin, no a la
representacin. Al situarse fuera del juego electoral no compiten con las
formaciones polticas tradicionales. Su partida es otra.
Por otro lado, la intervencin en la arena institucional de los movimientos
vecinales en forma de candidatura se dibuja como una estrategia. Se trata de una
expresin distinta a la de los movimientos vecinales de la autonoma de lo social
que se concretan en tres niveles de intervencin en la arena institucional: en lo
poltico (influencia en las polticas pblicas) en lo econmico (participacin en la
gestin de recursos) y en lo comunicativo (acceso a la informacin). Actuando en la
interseccin entre movimiento e institucin podemos entrar en mbitos que hasta
el momento quedaban relegados a los partidos polticos tradicionales as como
tambin a los tcnicos.
As pues, tanto el movimiento social como la candidatura pueden ser vistos
tambin como una forma de participacin poltica no partidaria con una vocacin
espacio de superficie de contacto entre la poblacin y las instituciones. Una
respuesta organizada desde abajo a la crisis de representacin de nuestras
democracias. Las candidaturas alternativas, pero, yendo un poco ms all, plantean
la posibilidad de una representatividad participada. Y es que ahora, ms que un
desafo al mapa de actores polticos, lo que se nos plantea es un desafo al concepto
de representacin en s.
Esta idea, salvara otro debate que se plantea al hablar de procesos de
institucionalizacin desde la perspectiva de movimientos sociales, que es la que
adoptamos. Se trata de la doble contradiccin: por un lado, el intento de
mantenerse polticamente autnomo mientras se entra en las esferas de decisin;
por otro, el deseo de que el Estado intervenga y cambie una realidad especfica y su
voluntad de vaciar de poder el Estado (Coll-Planas and Cruells, 2007). El proceso
de institucionalizacin ante el que nos encontramos tiene que se tratado de una
manera diferenciada a como se han tratado los procesos de institucionalizacin de
los movimientos sociales clsicos o los nuevos movimientos sociales, sobre los que
versa dicha literatura. Y es que en el caso de las iniciativas electorales podramos
decir que lo social hace suyo lo estatal lo que les diferencia del movimiento social
7
que mediante estrategias de presin, desde su propia institucionalidad, a veces
logra que lo estatal haga suyo lo social a travs tanto de la apertura y aceptacin de
la institucin de ciertas demandas o, incluso, del reconocimiento de diversas
formas de participacin directa de la poblacin en la gestin pblica.
En la revisin crtica que proponemos entendemos que el proceso no supone
adoptar formas y contenidos propios de la institucin, o los actores que actan en
ella, sino que implica apropiarse un pedazo del Estado y, por tanto, la
reconstruccin de los modos y posibilidades de intervencin poltica.
3.2. Qu dice la literatura sobre los impactos de los movimientos
sociales en las polticas pblicas?
En los estudios sobre movimientos sociales han predominado aquellas
investigaciones que hacen referencia a la emergencia del movimiento y a los
procesos de movilizacin. De esta manera, pues, la observacin de los outcomes o
consecuencias de la existencia de los movimientos han quedado en un segundo
trmino4. A pesar de lo afirmado, no es menospreciable la produccin literaria en
el campo de las consecuencias que provocan los movimientos sociales, sobretodo
en los ltimos aos. Las investigaciones que se han desarrollado desde esta
perspectiva pueden ser descritas principalmente a partir de una doble dimensin:
aquellas que hacen referencia a elementos internos de las organizaciones (manera
como impacta la forma de organizacin y el recurso a un repertorio de accin
disruptivo o violento) y aquellas que hacen referencia a elementos externos (el
papel de la opinin pblica y el de la estructura de oportunidades polticas)5.
La existencia de una agenda de investigacin que relaciona movimientos sociales y
polticas pblicas es interesante tenerla en cuenta para adentrarnos a analizar la
interseccin entre lo social y lo estatal a travs de un actor concreto: el
municipalismo alternativo. Desde la literatura politolgica se destacan dos
elementos: el primero es la existencia de una agenda de investigacin que
pretende estudiar la interseccin entre movimientos sociales y polticas pblicas,
alejndose de anlisis estticas o endgenas; el segundo, poner el conflicto poltico
en el centro de la organizacin social, en el sentido que los movimientos sociales se
consideren como motor de cambio.
Como muy bien seala Giugni (1998) la literatura existente en referencia a los
outcomes que producen los movimientos sociales es actualmente considerable,
pero pocas son las investigaciones que buscan comprender las consecuencias en
territorios distintos de las polticas pblicas o outcomes, a pesar de que es cierto
que existen algunos destacados estudios sobre impactos en instancias culturales:
los efectos de un movimiento sobre otros (Meyer/Whittier, 1994), su capacidad de
generar capital social (Diani, 1997), o su impacto sobre los media
(Gamsom/Wolsferld, 1993). Dejamos solamente apuntada la cuestin ya que para
4 Concretando ms, se habla de outcomes para referirnos a un tipo de consecuencias concretas, y que
tienen que ver con el impacto con las polticas pblicas. Se habla de consecuencias para referirse a un
campo ms amplio de impactos (por ejemplo, los cambios culturales operados en la poblacin, la
modificacin e la manera de ejercer la profesin periodstica...).5 Seguimos el argumento de Gigni (1998).
8
el presente texto se trata de una problemtica relativa porque lo que se quiere es
constatar los impactos del tejido social en las polticas pblicas. El otro elemento a
destacar en esta literatura es la casi inexistencia de estudios sobre los efectos no
deseados, indirectos, de las acciones de los movimientos sociales6.
Es necesario constatar que en el Estado espaol esta agenda de investigacin sobre
el impacto de los movimientos sociales en las polticas pblicas no ha sido muy
desarrollada, y se sita en el primer campo de los impactos en las polticas
pblicas. Gom/Ibarra/Mart (2003) elaboran con el libro Creadores de
democracia radical una aproximacin de este tipo al anlisis de cuatro
movimientos sociales (okupa, pacifista, antirracista y de solidaridad). Se trata de
un primer trabajo que rene especialistas en movimientos sociales y en polticas
pblicas; desde una aproximacin que parte de las teoras de la governance, se
llega a este tipo de investigaciones. Posteriorment desde el Insitituto de Gobierno y
Polticas Pblicas (UAB) y desde Parte Hartuz (UPV-EHU) se profundiza en estas
cuestin
En relacin al objeto de estudio
La mayora de estudios sobre impactos de los movimientos sociales en las polticas
pblicas hacen referencia a los movimientos sociales clsicos (nacionalista y
obrero) o a los nuevos movimientos sociales (ecologista, feminista y pacifista) as
como las acepciones juveniles y estudiantiles de estos. Esta literatura nos ayuda a
comprender toda una serie de mecanismos que se ponen en marcha en el proceso
mismo de movilizacin, as como tambin en el de diseo e implementacin de
polticas pblicas. El objeto de estudio del presente texto pretende complementar
estas aportaciones situndose en la frontera misma entre lo social y lo estatal. Para
conseguir este objetivo se toman como caso del municipalismo alternativo. El
anlisis de estos movimientos es til para profundizar en la frontera apuntada,
aunque a veces esta aparezca desdibujada y poco ntida, o precisamente por esta
borrosidad. Si entendemos que la forma de gobierno en nuestros das es aquella
que toma el nombre de governance o gobierno en red, tendr inters estudiar la
frontera misma.
4. Una aproximacin metodolgica
Tal como se apunta en el apartado anterior, se recurrir a diversas herramientas
tericas para realizar la aproximacin a nuestro objeto de estudio (el
municipalismo alternativo y popular). As pues, sern tiles algunas perspectivas
que podemos situar en la interseccin de dos disciplinas en auge en el campo de las
ciencias sociales: los estudios sobre movimientos sociales y el anlisis de polticas
pblicas el y gobierno local; es as como las perspectivas tericas que han
abordado los procesos de institucionalizacin de los movimientos sociales, as
como tambin aquellas que han estudiado el impacto de los movimientos sociales
en las polticas pblicas nos pueden ofrecer interesantes pistas en el trabajo en
curso.
6 Ver Deng, 1997 o Paul/Swartz, 1997.
9
En cuanto a herramientas metodolgicas cabe decir que se apuesta por una
aproximacin multiestratgica: se llevar a cabo de manera coordinada
investigacin que utilizaremos cuantitativa y cualitativa. As pues, se utilizaran
datos electorales, resultados de una encuesta realizada a los y las militantes de
estas experiencias, as como tambin entrevistas semi-estructuradas a las diversas
candidaturas pertenecientes al universo de casos.
Se ha iniciado el trabajo de campo en Catalunya, identificando un universo de
estudio de 50 candidaturas, el total de la poblacin en cuestin. El criterio utilizado
es que sean candidaturas que hayan obtenido representacin, que sean de
municipios de ms de 5.000 habitantes y que surjan de movimientos sociales o
colectivos ciudadanos del municipio. La mayora de estas candidaturas se
relacionas con una de las tres coordinaciones municipalistas de movimiento en
Catalunya: las Candidatures Alternatives del Valls (CAV), las Candidatures
dUnitat Popular (CUP), y las Entesa pel Progrs Municipal (EPM):
Y ya para finalizar este primer texto de aproximacin conceptual, y en referencia a
la operacionalizacin, se pueden enunciar 3 hiptesis:
- Hiptesis 1: El proceso de politizacin en el mundo se refleja en el aumento
de candidaturas alternativas y populares respeto otras candidaturas raras
- Hiptesis 2: No nos encontramos frente a un proceso de institucionalizacin
tradicional, como se ha estudiado en la literatura clsica de movimientos
sociales. La consolidacin de un municipalismo alternativo y popular podra
ser vista como una nueva etapa de demandas de profundizacin
democrtica, similar a la que se experimento en la transicin y primeros
aos de gobiernos democrticos locales en el Estado.
- Hiptesis 3: El municipalismo alternativo (desarrollado a travs de
candidaturas alternativas y populares o a travs del movimiento vecinal)
impacta en las polticas pblicas de una manera estable y sostenida.
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