Anorexia y tijerita
Alfredo Bryce Echenique
A Ana Mara Dueas y Michel Delmonte
Menos mal que siempre viene luego la
noche para poner las cosas en su sitio.
Rafael Conte
No era, ni haba pretendido ser, lo que se llama precisamente un hombre con escrpulos,
y mucho menos cuando las cosas le salan bien. Y las cosas le haban estado saliendo
muy bien, hasta lo del maldito caso Scamarone, o sea que se haba convertido en un
hombre totalmente desprovisto de escrpulos. Esta idea, esta conclusin, ms bien, ya
no le gust tanto a Joaqun Bermejo, por lo que dej de jabonarse el brazo derecho,
empez con el izquierdo, y una vez ms constat fastidiado que el hombre se enfrenta
con su almohada, de noche, o con el espejo, cada maana cuando se afeita, mientras que
l era una especie de excepcin a la regla porque siempre se enfrentaba con sus cosas
bajo el sonoro chorro de la ducha.
Maldijo a Raquelita, entonces, porque ella y su anorexia como que dorman
demasiado cerca para que l se atreviera a confiarle secreto alguno a su almohada, y
porque flaca, fan y descangallada, purita anorexia ya, Raquelita y su detestable y
exasperante anorexia eran muy capaces de metrsele distradas al bao, muy capaces de
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sorprenderlo mientras l andaba afeitndole algn trapo sucio al espejo.
Pero cuando solt lo de enferma de mierda, hija de tu padre y de tu madre, pensar
que todava tengo que meterte tu polvo de vez en cuando, entre pellejo y huesos, cuando
ideas y constataciones se le enredaron con los peores insultos, fue en el instante en que
hasta ayer ministro de Trabajo y Obras Pblicas, con chofer, carrazo, guardaespaldas y
patrulleros cuidndole la casa, de pronto se sinti abyectamente solo, en pelotas y solo,
ex ministro calato y solo y completamente distinto al comn de los mortales porque el
comn de los mortales se enfrenta con su almohada o el espejo y en cambio yo, nadie
ms que yo, nadie que yo sepa, en todo caso, termina usando el chorro de la ducha de
almohada o espejo.
Por ltimo dijo la puta que los pari, pero esto fue al pensar en el caso Scamarone
y en que su partido en las prximas elecciones, cero, o sea que nunca ms volvera a ser
ministro de nada ni el Seor Ministro ni a sentirse Ministro ni el Seor Ministro ni nada.
La puta que los pari.
Abri al mximo los caos de agua caliente y fra y se vio regresando ex ministro
a su estudio de abogado y con las elecciones tan perdidas dentro de dos meses que
nuevamente se vio regresando ex ministro al estudio pero su desagrado fue mucho
mayor esta vez por lo de las elecciones y porque tena momentos as en que lo del caso
Scamarone realmente le preocupaba. Nuevamente era abogado, un abogado ms, y en
un par de meses su partido iba a estar tan lejos del poder que l s que ya no podra estar
ms lejos del poder. La puta que los pari. Como si nunca hubiese estado en el poder y
encima de todo lo del caso Scamarone.
Empez a jabonarse la pierna derecha pensando que en tres aos de ministro tal
vez no haba sacado una tajada tan grande como la que pudo. O s? En el fondo, s,
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aunque si la prensa amarilla no lo hubiese asustado con esos titulares en primera pgina
tal vez habra podido sacarle mejor partido a... Al caso Scamarone, como le llama la
prensa amarilla. Traslad ambas manos y el jabn a la pierna derecha. La puta que los
pari. Seguan con lo del caso Scamarone, cundo se iban a hartar?, cundo
encontrarn algo mejor?, cundo me dejarn en paz...? Son capaces de seguir... Son
muy capaces de seguir y el prximo gobierno... Joaqun Bermejo solt otro la puta que
los pari y empez a enjuagarse con el prximo gobierno...
O sea que ni hablar del viaje a Europa con Vicky. Ni hablar del encuentro en
Mxico y la semana en Acapulco para luego seguir juntos por toda Europa y as nadie se
enterar. Ex ministro Bermejo se fuga. Lo estaba viendo, lo estaba leyendo, o sea que
ni hablar del viaje. El amargn que se iba a pegar Vicky. Bueno, la calmara con un
regalazo, explicndole entre besos que por el momento era imposible, ten en cuenta,
Vicky, son solo unos mesecitos, deja que se enfre el asunto, por favor ten en cuenta. Al
final la calmara entre besos, pero entre esos besos se encontrara con los ojitos
socarrones, penetrantes, una miradita de Vicky a su ex ministro, tan asustado te tienen,
Joaqui...? La muy hija de...
En cambio Raquelita se tragara sus explicaciones, apenas tendra que explicarle,
apenas inventarle algn pretexto para postergar ese largo y urgente viaje de negocios.
Raquelita se lo tragara todo con la misma facilidad con que se tragaba siempre todo,
todo menos los tres melocotones de su anorexia. Tampoco tendra que hacerle un
regalote, tampoco lo llamaba Joaqui entre besos, Raquelita llamndolo Joaqui entre
besos, qu horror, por Dios...
Ah s que Joaqun Bermejo, cerrando ambos caos con violencia, solt ntegro:
La muy hija de la gran pepa. Y se quem porque termin de cerrar antes el agua fra, me
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cago. Se haba quemado solo porque ya no era ministro, no, no solo por eso, tambin se
haba quemado porque la muy hija de la gran pepa de la Raquelita ni siquiera saba lo
que era la prensa amarilla, y tambin se haba quemado, adems de todo, porque su
raqutica esposa, la madre de sus tres hijos, la heredera y duea de todo lo que tenan
hasta que l lleg a ministro, la del apellidote, Raquelita y su anorexia, en fin, de haber
sabido que exista la prensa amarilla, qu habra dicho? Joaqun Bermejo la oy decir
es gente de la nfima, Joaqun, mientras de un solo tirn abra la cortina de la ducha para
descubrirse menos ministro que nunca y en un bao que era como si le hubieran
cambiado de bao...
La corbata. Los chicos ya se haban ido al colegio, y, en el comedor, como
siempre, aunque ahora sin patrulleros en la puerta, Raquelita (una taza de caf, ni una
gota de leche, y el melocotn de la anorexia), Raquelita y su primer desayuno sin el
chofer del ministerio esperndole afuera. Era verdad, ya alguien se lo haba dicho,
medio en broma medio en serio, vas a extraar el poder, Joaqun, y era verdad. Por
ejemplo, al cabo de tres aos, no bien terminara las tostadas, el jugo de naranja y el caf
con leche, tendra que cambiar de direccin, pasar por la repostera, decirle al
mayordomo que le abriera la puerta del garaje y sacar su automvil. Se incorpor, le
import un pepino dejar a Raquelita luchando con su melocotn, no le dio el beso de las
maanas, ya llamar si no puedo venir a almorzar, y se puso el saco. Joaqun, le dijo, de
pronto, Raquelita. Se detuvo y volte a mirarla: Qu?
Que ya no eres ministro, Joaqun. Que a los chicos les encantar verte a la hora
del almuerzo.
Joaqun repiti ntegro y exacto el movimiento: volvi a ponerse el saco
completamente, y no le qued ms remedio que abrocharse un botn ms como parte
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final del dilogo con Raquelita luchando con su melocotn. Ella haba vuelto a bajar la
mirada, a concentrarse en su melocotn. Con cunta finura lo haca y lo deca todo en
esta vida Raquelita, la muy... la muy nada.
Volver a tiempo para almorzar con los chicos. Promesa de ministro, Raquelita.
El automvil. Que ya no eres ministro, Joaqun. Que a los chicos les encantar
verte a la hora del almuerzo. Raquelita lo haba desarmado completamente. Cmo y
por qu lo haba desarmado tanto Raquelita? En primer lugar, se respondi Joaqun,
dejando avanzar lentamente el automvil hacia el centro de Lima, si hay una persona en
el mundo a la que le resbala por completo que yo haya dejado de ser ministro, esa
persona es Raquelita. Claro, su padre fue ministro cinco veces, media familia suya ha
sido ministro cinco veces, ms presidentes, virreyes y hasta un fundador de la ciudad de
Lima cinco veces, si eso fuera posible. Y en segundo lugar, o sea en primero para
Raquelita, porque me quiere por lo que soy. Joaqun record la escena, visit sin ganas
la noche completa de verano y el jardn para decir eso en que le dijo que quera casarse
con ella.
Haba trado su flamante diploma de abogado.
Me quieres como soy, Raquelita?
Ms, mucho ms que eso, Joaqun. Te quiero por lo que eres.
Un semforo. Ex ministro se fuga de su casa. Ex ministro abandona esposa e
hijos. Implicado en caso Scamarone se fuga con su amante. La que se puede armar. La
que se va a armar si el prximo gobierno realmente decide investigar. l, nada menos
que l, convertido en chivo expiatorio, en objeto predilecto de los ataques y burlas de la
prensa amarilla. Ex ministro Bermejo metido hasta las narices.... Qu estaran
pensando sus cuatro socios en el estudio?
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Luz verde y Raquelita diciendo es gente de la nfima, explicndoles a los chicos
que los de esos peridicos, los de esas revistas y los del nuevo gobierno, en fin, que
todos eran gente de la nfima. Por qu no haba besado a Raquelita antes de partir?
Por qu no le di el beso del desayuno? Joaqun Bermejo se llen de preguntas y de
rapidsimas respuestas. La haba querido muchsimo, la quera siempre muchsimo,
Vicky terminara dejndolo plantado, metido hasta el cogote en el caso Scamarone.
Raquelita, en cambio, jams, cmo lo iba a abandonar por cosas de gente de la nfima.
Y los chicos, Raquelita? Cmo les explicamos a los chicos? Luz roja. Los chicos,
Joaqun, saben perfectamente que son cosas de gente de la nfima.
Luz verde. Gracias a Raquelita no pasara absolutamente nada y l siempre podra
decirles a los chicos todo lo que tienen en la vida se lo deben a su padre, muchachos,
aprendan de m, puro pulso, muchachos, pulso y crneo, nada ms que crneo y mucho
pulso, aprendan eso de su padre.
Lleg al estudio con la imperiosa necesidad de decirles a sus hijos que todo haba
sido a punta de pulso y crneo, mucho crneo, y muchsimo pulso, muchachos.
Increble: ni cuenta se haba dado, haba entrado en su despacho saludando apenas a las
secretarias, apenas un hola a los practicantes, del ex ministro no quedaba ms que la
prensa amarilla y un poco de caso Scamarone. Lo primero que hizo fue marcar el
nmero, besar a Raquelita por telfono y pedirle que les dijera a los chicos que llegara
a tiempo para almorzar con ellos, contigo tambin Raquelita. Y termin preguntndole
si haba terminado ya el melocotn de su desayuno. Eso dijo, s: el melocotn de tu
desayuno y no el melocotn del desayuno de tu anorexia. Y no sinti ganas de matarla
cuando ella le respondi que no. Increble.
S, increble, y algo horrible, de golpe, tambin ahora, pero tuvo que contestar
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porque la secretaria le estaba anunciando la llamada de la seorita Vicky con acentito.
Joaqui, ya leste La Verdad?
Hasta cundo te voy a repetir que yo no leo esos pasquines, Vicky.
Pero aqu tu chinita linda se los lee enteritos, Joaqui.
Te llamo a eso de las ocho y media, Vicky. El presidente me ha citado a las
siete. Te llamo esta noche al salir de palacio.
Le dira que la cita en palacio dur hasta las mil y quinientas, cuando ella lo
volviera a llamar, maana por la maana. Porque hoy quera un da diferente, porque lo
que realmente necesitaba hoy era sentirse en una noche como aquella del jardn, en esa
misma noche con su jardn y ese verano, sentirse en todo momento en aquella noche
lejansima del jardn irrepetible...
Me quieres como soy, Raquelita?
Mucho ms que eso, Joaqun. Te quiero por lo que eres.
Pidi que no le pasaran ms llamadas que las de palacio. Las de palacio y las de
mi esposa, agreg, con las justas, porque ya estaban ah, porque ya nada podra
detenerlos, porque qu ministro no haba robado pero solo a l le haba cado lo del caso
Scamarone... Para qu, si no, lo haba citado el presidente en palacio...? Y ahora ya
estaban ah y era tan feroz el relampaguear de las cmaras fotogrficas como su
necesidad de confesar por fin el peor de sus delitos. Ex ministro tambin planeaba
asesinar a su esposa! Todo sucedi en la ducha! Tijerita de oro impide que ex ministro
mate a esposa!.
Sollozando, con la cabeza siempre entre los brazos, aunque ya algo ms tranquilo,
Joaqun Bermejo continuaba preguntndose qu haba sido antes, si el huevo o la
gallina. Cronolgicamente, casi todo estaba en orden. Y sin embargo... Bueno,
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braguetazo o no, l tambin perteneca a una buena familia y se haba casado muy
enamorado y con la enorme suerte de que Raquelita, adems de todo, perteneciera a una
excelente y riqusima familia, cosa que siempre haba deseado pero que poco o nada
tuvo que ver con que se hubiera casado por amor y con suerte, como en lo del huevo y
la gallina. Y as nacieron Carlos, Germancito y Dianita, fruto del amor que lo una a
Raquelita y fruto del amor que lo haba unido a Raquelita, como todo en esta vida, por
lo del huevo y la gallina. Que a su suegro le debiera los doce mejores clientes del
estudio era algo tan lgico y natural como lo del huevo y la gallina. Y lo mismo habra
que decir de la casa que hered del huevo y la gallina, porque fue el regalo de bodas de
su suegro y de su suegra. Pero, entonces, qu vino antes: la anorexia de Raquelita o el
culo que era Vicky? Entonces, se respondi Joaqun Bermejo, rebuscando sinceridad en
lo ms hondo de su ser, entonces vino lo del huevo y la gallina...
...Mucho ms fcil le result establecer el orden de lo que vino despus y una tras
otra fue recordando sus escapadas de amor con Vicky, sus constantes mensajes del
ministerio a su casa, seorita por favor pregunte por la seora Raquelita, seorita, por
favor llame a mi casa y avsele a mi esposa que una reunin esta noche... Y Vicky en la
otra lnea, Vicky exigindole cada da ms en la otra lnea, bueno, la verdad es que
mejor no le podan estar saliendo las cosas desde que lleg al ministerio, y qu mejor
recompensa que el tremendo culo que era Vicky, al ministerio s que haba llegado por
sus propios mritos, y qu ms poda desear Raquelita que un hombre que era el orgullo
de sus hijos, ahora s que poda decirles a puro pulso y puro crneo, muchachos, s,
ahora s que s... Aunque claro, lo de la recompensa no se lo entenderan, jams
comprenderan que l necesitaba al menos eso contra Raquelita, porque su madre,
muchachos, cmo explicarles... Bueno, pero a qu santos tanta explicacin, quin era l
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para tener que andar rindindole cuentas a sus hijos, no haba llegado a ministro para
ponerse a pensar en lo del huevo y la gallina. O sea que esta noche l con Vicky en su
suite del Crilln y ellos en casita y acompaando a mamacita con el melocotn de su
anorexia, la muy...
S, la muy digna hija de su padre y de su madre, porque no solo haba que ser
anorxica sino cada del palto, adems, para creer que con una tijerita poda sentirse
segura en una ciudad como Lima. Te imaginas una cojudez igual, Vicky...?
Un bechito, mi ministrito?
...Primero fue la locura de la anorexia y uno de estos das se muere de puro flaca.
Y ahora, de golpe, me sale con la vaina esta increble de la tijerita, adems. Como para
que uno de estos das me la maten de puro cojuda...
Otro bechito, mi amosshito?
...Realmente hay que ser cada del palto, adems de loca, para andarse creyendo
que en Lima, hoy, nada menos que hoy en Lima y tal como estn las cosas... Imagnate,
Vicky, yo que le tengo la casa rodeada de patrulleros y ella confiando en una tijerita de
uas para protegerse...
Bechito bechito...
...Que si la tijerita es de oro, que si es de un milln de quilates, que si con ella se
cort las uas la virreina, que si su bisabuela y su abuelita, despus, que si su mam se
la regal porque es una joya de familia, en fin. Pero ah recin empieza la cosa, porque
adems resulta que algo muy profundo, algo en lo ms hondo de su ser le anda diciendo
ahora que si alguien se mete con ella en esta ciudad plagada de gente de la nfima...
Gente de la qu, Joaqui?
De la nfima, mi amor...
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Y eso cmo se come, mi amosshito?
Eso pregntaselo a ella, que a cada rato usa la bendita palabra...
O chea que la muy cojuda se cree la divina pomada...
Lo que la muy cojuda se cree no es cosa que te incumba, Vicky...
Che amarg, mi amosshito? Che me va?
No pienso moverme de aqu esta noche, Vicky. Que eso, al menos, quede bien
claro de una vez por todas. Lo dems es la historia del huevo y la gallina y no tengo por
qu explicrsela ni a mis hijos ni a ti ni a nadie...
Se puso muy cherio mi ministrito...
Nada de eso, Vicky, palabra de hombre, de hombre y de ministro. Lo que pasa
es que la muy idiota se cree invulnerable con su tijerita. Es como si solo creyera en Dios
y en su tijerita, y se mete sola por todas partes, cuando yo le tengo terminantemente
prohibido salir sin el chofer y un patrullero para que los siga... Pero sta es capaz de
creerse que Dios le ha puesto esta tijerita entre las manos... Nada menos que la tijerita
de su familia entre sus manos... Esta cretina es capaz de creerse que Dios...
Nos la matan y nos vamos paAcapulco, mi amosshito.
De la madre de mis hijos me encargo yo, Vicky. Que eso tambin quede bien
claro de una vez por todas...
Las noches de amor con Amosshito siguieron, semana y semana, meses y meses, y
pronto seran tres aos y Vicky cada vez le exiga ms y el caso Scamarone acababa de
estallar y a Raquelita no la haban matado ni los tres melocotones de su anorexia ni el
andar metindose sola por todas partes con la imbecilidad esa de Dios y su tijerita.
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Como si con Dios, su anorexia y una tijerita de oro formaran un escuadrn
indestructible. Como si entre su fe en Dios y lo de ser gente decente, gente de lo mejor,
y vete t a saber qu vainas ms de esas... Increble... Ms loca no poda estar la muy
cretina... Como si por su linda cara, sus tres melocotones al da y una tijerita heredada
de un fundador de la ciudad de Lima, adems, novedad con la cual le sali una tarde, la
muy anorxica, se hubiera convertido en el enemigo mortal, nada menos que en el terror
de la nfima.
El terror de la nfima, se repiti una maana Joaqun Bermejo, abriendo al
mximo los caos de agua caliente y fra. Bien encerrado en su bao, bien protegido por
la cortina de la ducha, necesitaba sin embargo que el chorro de agua sonara como nunca
para continuar sin peligro el deleite de andar pensando esas cosas tan inesperadas como
incontenibles. El terror de la nfima, se repeta una y otra vez y sonriente y feliz, como
si de pronto hubiera encontrado la solucin definitiva al problema ms viejo y
complicado de su vida. Podra contarle a Vicky lo que se le estaba ocurriendo?
Contarle que, en vez de una escapada a Mxico y Europa, podran seguir juntos el resto
de la vida, casarnos, Vicky? No lo saba, pero continuaba gozando bajo el chorro de la
ducha, cantaba mientras Raquelita, completamente Raquelita, caminaba tranquilsima
por una oscura calle limea, una calle que l solo lograba identificar por la muerte de
Raquelita al llegar a la esquina. Ah, en esa esquina, su visin de los hechos, Raquelita
sacando su tijerita de la cartera y un negro hampn, inmenso, tranquilo, pagado y
preparado, ah su visin de los hechos era muy rpida pero muy precisa, tan rpida y
precisa como la eficacia y la rapidez del inmenso negro huyendo absolutamente
profesional... Era solo cuestin de pensarlo todo hasta el ltimo detalle... Un negro
como ese sera facilsimo de conseguir... Lima estaba plagada de negros como ese y
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Lima estaba plagada de ministros como l...
Fueron los duchazos ms felices en la vida de Joaqun Bermejo, y a menudo
gozaba dicindose que, de haber sido un tipo de esos que se ducha slo una vez a la
semana, ya se habra convertido en un tipo que se pasa el da en la ducha. Cerraba la
cortina, abra los dos caos, y a cantar se dijo mientras iba dejando ultimado hasta el
ms mnimo detalle. No haba tiempo que perder: con lo del caso Scamarone era posible
que tuviera que renunciar al ministerio y Vicky cada da le exiga ms y l quera darle
todo y de todo porque le sala del forro de los cojones, carajo: Raquelita era ya cadver
junto a un charco de sangre y hasta la tijerita de oro haba desaparecido, qu tal negro
paconchesumadre, alz hasta con la tijerita.
Joaqun Bermejo no saba por qu nunca se acordaba de contarle sus planes a
Vicky. Tampoco saba por qu estos desaparecan no bien empezaba a cerrar los caos
de la ducha. Tena eso algo que ver con lo de la almohada y el espejo? Fastidiado,
constat una vez ms que el hombre se enfrenta con su almohada, de noche, o con el
espejo, cada maana cuando se afeita, mientras que l era una especie de excepcin a la
regla porque siempre se enfrentaba con sus cosas bajo el sonoro chorro de la ducha.
Y fue as como una maana, bajo el chorro de la ducha, Joaqun Bermejo decidi
dejarse de aguas tibias, y empez a cerrar el cao de agua caliente mientras le iba
contando a Vicky que un negro inmenso le haba enfriado a Raquelita de un solo
navajazo y ahora todos vamos a descansar en paz. Vicky se qued fra con la noticia
pero l nada de abrir el cao de agua caliente porque durante varias semanas tendremos
que actuar as, yo, al menos, tendr que actuar con la ms calculada frialdad. Joaqun
Bermejo se mantuvo firme bajo el chorro de agua fra mientras le explicaba que, en
cambio, lo mejor era que ella se hiciera humo hasta que l la volviera a llamar. Eso ser
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cuando todo haya vuelto a la normalidad, Vicky, le dijo, mientras iba cerrando el agua
fra y abriendo hasta quemarse el agua caliente para que Vicky pudiera hacerse humo...
El pellejo que duerme a mi lado es inmortal, se dijo, aterrado y hasta respetuoso,
Joaqun Bermejo, abriendo rapidsimo, al mximo los caos de agua caliente y fra, la
maana atroz en que supo lo que era despertarse de dos sueos al mismo tiempo. No se
explicaba cmo haba podido pasarse das y das acariciando la idea de ver a su esposa
asesinada. Inmortal de mierda, aadi, porque acababa de saltar de la cama en el
instante en que Raquelita, completamente Raquelita, pero completamente Raquelita en
un sueo, porque result que Raquelita era un esqueleto, guardaba su tijerita de oro
mientras un inmenso negro herido hua despavorido...
La corbata. El desayuno. El rpido beso con que se despidi de Raquelita. Su
despacho de ministro. Joaqun Bermejo empez a sentir un gran alivio. No le haba
contado nada a Vicky, felizmente que no le haba contado nada. Por la noche solo tom
dos copas con ella. Necesitaba regresar temprano a su casa. Necesitaba hacer el amor
con Raquelita y que ella se diera cuenta de esa necesidad. O sea que esa noche
Raquelita se encontr con un esposo rarsimo. Una especie de Joaqun Bermejo que le
recordaba al Joaqun Bermejo de su luna de miel. Despus lo contempl mientras se le
quedaba dormido pegado a su almohada y no quiso despertarlo cuando en un sueo
intranquilo y de palabras deshilvanadas, lo nico que dijo claramente fue djeme en paz
Scamarone. Lo dijo tres veces.
De palacio llamaron a las doce para decirle que El Seor Presidente prefera verlo una
hora antes, esa tarde, o sea a las seis, y Joaqun Bermejo pens que con suerte la reunin
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terminara tambin una hora antes de lo previsto. Acto seguido, y de una vez por todas,
decidi ponerle punto final a lo del huevo y la gallina, que para estupideces tena ms
que suficiente con las de Raquelita, dem con el caso Scamarone: punto final para
siempre, por qu no, a la larga todo se arregla en este pas de mierda. Hara, en cambio,
una escala en el club, por qu no, se tomara el whisky de la reconciliacin nacional, por
qu no, y jucate, un telefonazo a Vicky Bechito. Por qu no, Joaqun Bermejo?
Joaqun Bermejo y Vicky Bechito, why not? Claro que s, como que dos y dos son
cuatro, Joaqun Bermejo, chupa y di que es menta. Eso mismo, exacto, dos y dos son
cuatro en Lima y en la Cochinchina. Pero de palacio volvieron a llamar media hora ms
tarde. El Seor Presidente le haca saber que la cita sera a las cinco. Cinco en punto,
agreg la persona que llam de palacio, o sea que la secretaria del doctor Bermejo
tambin agreg a las cinco en punto, doctor.
Joaqun Bermejo pens que su retorno al ejercicio del Derecho haba sido todo
menos suyo, se despidi de los practicantes y secretarias de tal manera que sin
despedirse de nadie se haba despedido de todos, se dio cuenta de golpe que ninguno de
sus cuatro socios haba salido a darle la bienvenida, les mand decir que sin falta
maana entrara a saludarlos en sus respectivos despachos, y abandon la elegancia de
su estudio como un extrao. Los practicantes se miraron entre ellos, entonces las
secretarias se atrevieron a mirarse tambin entre ellas, todos se miraron, por fin, y como
quien cuenta a la una, a las dos, y a las tres, exclamaron: Mamita, el caso Scamarone!
La que se va a armar, mamita linda!
Entonces s salieron los cuatro socios de Joaqun Bermejo. Haban estado muy
ocupados, a cul ms ocupado en su respectivo despacho, pero ahora, de golpe, como si
los cuatro hubieran nacido en Fuente Ovejuna, todos a una en lo concerniente al caso
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Scamarone, y como si los cuatro hubieran nacido durante la guerra de Troya en lo
concerniente a la que se iba a armar. Porque, como el caballo de Troya, el caso
Scamarone ocultaba el caso Banco de Finanzas, dentro de este andaba metido lo de
S., y hasta dentro de la S. A. hay gato encerrado, segn parece, seores. Parecan una
caja china chismosa los doctores Muoz lvarez, Gutirrez Landa, Meja Ibez, y
sobre todo el doctor Morales Bermejo, porque su Bermejo le vena por parte de madre,
pero a mam el parentesco con los Bermejo de Joaqun le viene por Adn, o sea que
cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, mis queridos colegas, y qu tal
si lo seguimos hablando todo un poquito en el club, ustedes qu piensan, porque alguna
precaucin habr que tomar.
En cambio a Joaqun Bermejo le era imposible tomar precaucin alguna. Sentado
ah, en el aparatoso comedor de su casa, con Raquelita al frente, Carlos y Germancito a
su izquierda y Dianita a su derecha, presida como siempre la mesa, y le preguntaba
como siempre al mayordomo qu hay de almuerzo. Pero esta vez no encontr las
fuerzas para agregar su eterna broma:
Qu hay adems del melocotn de la anorexia de la seora?
Haba descubierto el desamparo de presidir para nada y estaba viviendo el vaco
interminable de seguir sentado ah sin poder decir mucho pulso y mucho crneo,
muchachos. Haba llegado cuando Raquelita y los chicos se encontraban ya en el
comedor y ahora el mayordomo estaba ah con la fuente de la entrada y acababa de estar
ah con la fuentecita y el melocotn de la seora, y qu difcil se le haca hablar de
cualquier cosa con el mayordomo entra y sale y sus hijos comiendo lo ms rpido
posible por los horarios del colegio y Raquelita con la serenidad de cristal que solo
Raquelita. Y por qu, si eso siempre haba sido as, senta que eso nunca haba sido as,
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o era que ah todos sospechaban algo ya. No, eso s que no, eso s que no poda ser. Y
para que no pudiera ser, para que en los ojos de Raquelita y sus hijos no apareciera la
sombra de una sospecha, habl ministro:
El presidente de la Repblica me cit esta tarde, a las siete. Despus, me cit a
las seis, y por fin ha terminado citndome a las cinco. En vista de lo cual, seoras y
seores, yo pienso llegar a las ocho. Qu les parece?
En el colegio dicen que el presidente est rayado anunci Carlos.
Se pas de revoluciones, pap coment Germancito.
Lo que es, es un plomo concluy Dianita.
Joaqun Bermejo los mir sonriente. Los mir como si les estuviera dando la
razn a los tres, pero de nuevo como que se qued presidiendo para nada, al cabo de un
instante. Ah estaba, estaba en su lugar de siempre, y as deban haberlo mirado sus
hijos, pero de nada le haban servido sus comentarios contra el desamparo de presidir
para nada y el vaco interminable que era no poderles decir nunca jams lo que en tres
aos de ministro les haba estado queriendo decir: Mrenme bien a la cara, hijos, a los
ojos, mrenme bien y vean cmo su padre se ha convertido en ministro y cmo se puede
convertir en presidente de la Repblica, tambin, si algn da le da la gana. Y en un
presidente mejor que cualquiera de los que me eche la familia de su madre, a ver,
nmbrame uno, Raquelita. Y Raquelita, sonriente, y l, ahora, ahora s, por fin: Y
quieren saber cmo ha sido? Quieres saber, Carlos? T, Germancito, quieres saber?
Porque claro que t tambin quieres saber, no es cierto, Dianita? Pues pulso! Crneo!
Pulso y crneo! Y con el sudor de mi frente! Con el sudor...!
Ah, en plena palabra sudor, arroj la esponja Joaqun Bermejo. Se haba agotado
y no haba dicho una sola palabra. Sudaba fro y se haba agotado y eso era lo nico que
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le quedaba del sudor de su frente y todo por culpa de la maldita palabra sudor. Eso y
algo peor, algo que era como un comentario a las palabras que, de puro desamparo, ni
siquiera haba logrado decir. Algo que descubri al mirar perdido a Raquelita.
Como en lo del huevo y la gallina, con su manera de comer siempre un
melocotn, solo con eso, con comer as un melocotn, Raquelita le estaba diciendo: No,
mi querido Joaqun, mi pobre Joaqun, el sudor de la frente no, no entre nosotros,
Joaqun. Pulso, si quieres, s, aunque di ms bien esfuerzo, constancia, perseverancia.
En cambio eso que t llamas crneo, en vez de inteligencia, s, eso s, dilo siempre, pero
dilo en primer lugar. Ahora bien, Joaqun, nunca se te ocurra volverles a hablar a mis
hijos del sudor de la frente y de cosas as de la nfima. Recuerda siempre que son mis
hijos y que de ahora en adelante lo sern ms que nunca, Joaqun. O sea que nunca
jams se te ocurra mencionar cosas como el sudor de tu frente, y sobre todo en la mesa.
Ni una sola palabra que tenga que ver con el sudor. No se suda, Joaqun, en esta casa no
se suda, y menos delante de estos tres chicos...
Entonces Joaqun Bermejo descubri su gran error, el momento que siempre crey
ser una cosa y que en realidad era esto: que nunca haba odiado tanto a Raquelita como
en el jardn de aquella maldita noche de calor en que le pregunt si lo quera como l
era. Y en medio de tanto odio se encontr con que l tambin se estaba odiando aquella
noche. Me quieres como soy, Raquelita? Tambin l. La verdadera e insoportable
respuesta de Raquelita, por ltimo, ahora:
Te quiero por lo que eres.
Joaqun Bermejo regres al aplastante boato de su comedor de pronto tan
diferente, al trabajo que le estaba costando disimular ante sus hijos, ante el mayordomo,
ante el enorme espejo de la consola, ante Raquelita... Ante Raquelita, que saba mucho
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ms que l, enormemente ms que l, y desde muchsimo antes que l, cosas y ms
cosas sobre el huevo y la gallina.
Me voy a hablar con mi padre, Joaqun. Ya sabes que detesta el telfono y que
est pescando en Cerro Azul. O sea que, por favor, no te preocupes si llego tarde.
Te ruego que vayas con el chofer.
Imposible, Joaqun. El chofer se va a las nueve de la noche y yo a esa hora
recin estar regresando de Cerro Azul. Solo te pido...
Raquelita dej su frase interrumpida, para que los chicos no se fueran a dar cuenta
de que algo grave estaba ocurriendo. Y se limit a agregar:
Voy con mi tijerita, Joaqun.
Desde el otro extremo de la mesa, Joaqun Bermejo la miraba incrdulo, pasivo,
como resignado. Observaba silenciosamente cmo ella le sonrea desde el otro extremo
del mundo.
Anda con Dios, hija ma dijo, de pronto, y los chicos no se dieron cuenta
de nada porque pap, con tal de soltar frases as, la del melocotn de la anorexia, por
ejemplo, y porque en ese instante Carlos y Germancito se estaban incorporando, ya era
hora de salir corriendo al colegio.
Fue la noche con el rabo entre las piernas de Joaqun Bermejo. De palacio haba salido
casi a las ocho, con el rabo entre las piernas, porque habra caso Scamarone y chivo
expiatorio. A las once, con el rabo nuevamente entre las piernas, se sopl media hora de
gritos de su suegro, aunque mereca ser chivo expiatorio, no habra caso Scamarone.
Todo haba quedado arreglado con el presidente y varios ministros y no habra caso
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Scamarone pero es usted un canalla, Bermejo. Si no fuera porque es usted esposo de mi
hija y padre de mis nietos. Otro gallo cantara, Bermejo, otro gallo. Dele usted gracias al
cielo. Dele usted gracias a su esposa. Dele usted gracias a su suegro. Dele usted gracias
al presidente de la Repblica. Dele usted gracias a los seores ministros de. Dele usted
gracias al cielo, Bermejo. Fueron tales los gritos de su suegro en el telfono que Joaqun
Bermejo no se atrevi a preguntarle a qu hora haba partido Raquelita de Cerro Azul.
Segua con el rabo entre las piernas cuando decidi llamar a la comisara del distrito
porque su esposa no apareca y ya era cerca de la una de la maana. Se desmoron
cuando le avisaron que el automvil se hallaba abandonado a la altura de Villa El
Salvador.
As lo haba encontrado Raquelita cuando entr feliz y, en vez de decirle mi pap
te va a matar, lo va a arreglar todo pero te va a matar, le sonri feliz, encendi todas las
luces, lo invit a sentarse un rato con ella en la sala y le dijo que se iba a quedar con el
rabo entre las piernas cuando le contara.
He llamado a la comisara... Qu ha pasado, Raquelita? Qu te ha pasado?
Vuelve a llamar a la comisara y di que tu esposa est perfectamente. Anda,
llama de una vez y ven para que te cuente. Te vas a quedar con el rabo entre las piernas.
T que tanto te burlabas de ella.
Ella era la tijerita y Joaqun Bermejo volvi a desmoronarse con el rabo entre las
piernas cuando Raquelita empez a contarle que el automvil se le haba parado en un
lugar atroz. La verdad, Joaqun, no s cmo no bombardean esos lugares. Gentuza.
Gente de la nfima que la miraba indiferente mientras ella les daba instrucciones para
que hicieran algo ms que estarla mirando con esas caras de idiotas. Pobre pas, qu
gente, Joaqun. Flojos, vagos, insolentes hasta cuando se trata de ayudar a una seora.
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T crees que movieron un dedo? Nada, no tuve ms remedio que echarme a andar por
la autopista. Por supuesto que a nadie se le ocurri parar a ayudarme, tampoco. Si vieras
qu asco de sitio.
Es una barriada. Villa El Salvador.
Lo que es, es un asco, una vergenza para una ciudad como Lima.
Cmo has llegado, Raquelita?
T que tanto te burlabas de ella. Qu habra sido de m sin ella? Si no fuera
por ella, en este instante estaras lamentando la muerte de tu esposa. Pensar que mis
pobres hijos...
Cmo has llegado, Raquelita?
Y t que tanto te burlabas de ella. Deberas estar con el rabo entre las piernas,
Joaqun. Me pudo haber costado la vida subirme en ese microbs. Qu horror, ni una
sola luz y la gente colgando por las ventanas. No s cmo logr ver el letrero. No haba
otra solucin. Era la nica manera de acercarme a casa. Y qu crees t que pas, no
bien sub? Cmo es esa gente, Joaqun! Qu pas! No haba pasado ni un minuto y ya
me haban robado el reloj de los diamantes. Quin poda ser ms que el negro inmenso
que tena parado a mi izquierda. Se crey que porque era una seora decente. Se crey
que porque en esa oscuridad no se vea nada. Pero no bien me di cuenta de que mi reloj
haba desaparecido me dije te lleg el momento, Raquelita. No se vea nada en esa
oscuridad, o sea que aprovech para meter la mano tranquilamente en la cartera. Ah
mismito di con ella. Y la saqu. Si vieras, Joaqun, qu maravilla. Le pegu un hincn
en las costillas. Se lo pegu con toda el alma, Joaqun, y ya ves t, que tanto te burlabas
de m, t que creas que me haba vuelto loca y que me podan matar. T que... Pobre
diablo. No bien le ped el reloj me lo devolvi. No hice ms que decirle pngalo usted
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en mi cartera. Bien bajito por si acaso tuviera cmplices. Cobarde. Negro asqueroso.
Ya, seora, me dijo, pero ni tonta. Esta gente cree que una va a ser tan bruta como para
soltar y guardar su tijerita. Eso es lo que l se crey pero yo no le saqu la tijerita de
entre las costillas hasta que me baj. Ay qu asco, Joaqun! Lmpiamela, por favor.
Est toda manchada de sangre.
No lo puedo creer, Raquelita. Ese hombre te ha podido matar...
Ese tipo de la nfima?
Vamos a acostarnos, Raquelita.
A que no te sientes con el rabo entre las piernas, Joaqun...? Ya vers, algn
da aprenders que mientras yo lleve mi tijerita...
Vamos a acostarnos, Raquelita.
Primero lmpiame la tijerita. No olvides que maana es otro da y que Lima est
plagada de esa gente. Qu horror! Qu gentuza! Gente de la nfima! Desinfctame la
tijerita, por favor.
Cuando Raquelita se durmi, sonriente, feliz, despus de una verdadera hazaa,
Joaqun continuaba defendiendo al inmenso negro. Lo imaginaba llegando a su casa con
una buena herida en el costado y despavorido. Con el mundo al revs. Haba intentado
explicarle a Raquelita que poda tratarse de un hombre honrado volviendo de su trabajo.
Nada. Era un tipo de la nfima. Se lo haba imaginado honrado y obrero y llegando a su
casa sabe Dios dnde y se haba imaginado una negra y unos negritos escuchndolo
entre aterrados e incrdulos. Nada. Era un tipo de la nfima. Raquelita, le haba dicho,
yo te pido perdn por lo del caso Scamarone pero reconoce que t te has equivocado
esta vez. Nada. Era un tipo de la nfima. Y haba estado a punto de decirle el tipo de la
nfima, en ese caso, sera yo, pero de nada le haba valido. El tipo de la nfima era el
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negro.
Y ahora Raquelita dorma plcidamente y Joaqun se deca que ese era el secreto.
Ese. Cuando no se sabe, como en el caso del huevo y la gallina, se opta. Y Raquelita
haba optado. Ese era su secreto. Y era demoledora la fuerza de una tijera. Claro.
Demoledora. Por eso tanta indiferencia cuando al entrar encendieron la luz del
dormitorio y el reloj de los diamantes se le haba olvidado sobre el tocador.
Raquelita! Fjate qu reloj tienes en la cartera!
Fornells, Menorca, 1985
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